El cristianismo surgió en el contexto del Imperio Romano en Judea. Jesús predicó un mensaje moral que desafió el statu quo religioso y político, por lo que fue condenado a muerte. Sus enseñanzas se difundieron por los apóstoles Pedro y Pablo, estableciendo iglesias en el Imperio. Aunque Roma toleró el cristianismo, también lo persiguió. En el siglo IV, Constantino lo aceptó y Teodosio lo convirtió en religión oficial.
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El cristianismo surgió en el contexto del Imperio Romano en Judea. Jesús predicó un mensaje moral que desafió el statu quo religioso y político, por lo que fue condenado a muerte. Sus enseñanzas se difundieron por los apóstoles Pedro y Pablo, estableciendo iglesias en el Imperio. Aunque Roma toleró el cristianismo, también lo persiguió. En el siglo IV, Constantino lo aceptó y Teodosio lo convirtió en religión oficial.
El cristianismo surgió en el contexto del Imperio Romano en Judea. Jesús predicó un mensaje moral que desafió el statu quo religioso y político, por lo que fue condenado a muerte. Sus enseñanzas se difundieron por los apóstoles Pedro y Pablo, estableciendo iglesias en el Imperio. Aunque Roma toleró el cristianismo, también lo persiguió. En el siglo IV, Constantino lo aceptó y Teodosio lo convirtió en religión oficial.
El cristianismo surgió en el contexto del Imperio Romano en Judea. Jesús predicó un mensaje moral que desafió el statu quo religioso y político, por lo que fue condenado a muerte. Sus enseñanzas se difundieron por los apóstoles Pedro y Pablo, estableciendo iglesias en el Imperio. Aunque Roma toleró el cristianismo, también lo persiguió. En el siglo IV, Constantino lo aceptó y Teodosio lo convirtió en religión oficial.
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EL CRISTIANISMO
Origen y expansión del cristianismo.
Construcción del Conocimiento • Elaborar por cada grupo de trabajo, los organizadores de información de acuerdo a los temas que corresponda.
• Compartir a la clase la información y los esquemas realizados.
1.1. Contexto histórico y geográfico La religión cristiana surgió en el contexto de la dominación romana del mundo mediterráneo, incluyendo el reino de Judea (hoy Israel y Palestina). Fue en el año 63 antes de la era común que el Imperio romano anexó ese reino, de religión judía, como provincia; este mantuvo reyes judíos, que se incorporaron a la burocracia romana. Como con el resto de territorios dominados, los judíos eran obligados a pagar impuestos al emperador y a venerarlo como ser divino, como los establecía la costumbre romana. La carga económica y la idolatría, que iba en contra del precepto de la Ley de Moisés: «El Señor, tu Dios, es solamente uno», generó descontento entre los judíos, que al ser monoteístas rechazaban el politeísmo romano. Grupos judíos, como los zelotes, llevaron a cabo una lucha violenta contra la dominación romana; ejecutaron revueltas que eran sofocadas por el ejército romano. Entre los castigos que imponían a los revoltosos se encontraba la crucifixión, un método de tortura que, con frecuencia, terminaba con la muerte. La promesa del mesías El judaísmo es la religión del pueblo hebreo, a cuyos miembros se les denomina judíos. En el Antiguo Testamento de la Biblia, en cuyos libros se basa esa religión, se encuentran numerosas promesas de parte de Dios, quien enviaría un mesías que reuniría a su pueblo (Israel) e instauraría su reino en la Tierra. Entre las citas bíblicas que testimonian la espera de este mesías por el pueblo judío se encuentran: Isaías 7, 14 «Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel». Isaías 9, 6 «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz». Miqueas 5, 2 «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad». Hay que acotar que, para la religión judía, el mesías tendría una misión política y religiosa a la vez, de ahí que grupos como los zelotes apelaran a la lucha armada y constantemente surgieron líderes que algunos identificaron como el mesías. En ese contexto de dominación romana y espera del mesías, nace Jesús en Belén de Judá, a partir de cuyo acontecimiento se cuentan los años y siglos de la era actual. Jesús creció en Galilea, una región en la que los zelotes tenían una fuerte presencia. Durante la época de Jesús muchos líderes políticos y maestros de la Ley fueron considerados el mesías, pero no fueron oficialmente aceptados por el judaísmo porque no cumplían condiciones como Construir el Tercer Templo (Ezequiel 37, 26-28) • Reunir a todos los judíos de regreso en la tierra de Israel (Isaías 43, 5-6). • Traer una era de paz mundial, acabar con el odio, la opresión, el sufrimiento y la enfermedad. (Isaías 2, 4). • Esparcir un conocimiento universal sobre Dios uniendo a toda la raza humana como una. (Zacarías 14, 9) 1.2. El mensaje de Jesús Aunque en el mensaje de Jesús se pueden encontrar consignas e ideas relacionadas con el contexto político, sus discursos públicos y enseñanzas se diferenciaron radicalmente de las de la mayoría de líderes de la época, porque priorizaban temas morales que tenían repercusiones sociales y políticas. El mensaje se encuentra en las Bienaventuranzas, un sermón que establece las condiciones para encontrar la felicidad o bienaventuranza. Por otra parte, Jesús también predicó sobre la resurrección, la vida eterna y un mundo venidero. 1.3. Pasión y muerte de Jesús El mensaje de Jesús fue novedoso y desafiante para el statu quo político y religioso, razón por la que fue condenado a muerte. En cuanto a lo religioso, aunque Jesús dijo que no venía a cambiar la Ley de Moisés (el Antiguo Testamento) sino a perfeccionarla, en la práctica fue un crítico de los cientos de pequeños mandamientos y rituales que tenían que cumplir los judíos. Por ejemplo, tenían prohibido sentarse a la mesa con pecadores, interactuar con samaritanos (menos aún si eran mujeres), porque eran considerados pecadores, etc. Además, una afirmación de Jesús fue considerada una blasfemia contra el monoteísmo: «Yo y el Padre somos uno». (Juan 10, 30). Tales conductas y mensajes fueron considerados peligrosos por el Sanedrín (los maestros de la Ley judía), quienes lo llevaron a juicio ante las autoridades romanas, a pesar de que estas no solían inmiscuirse en asuntos religiosos locales. Fueron las autoridades romanas las que consumaron la condena de Jesús en la cruz, cuando el gobernador Poncio Pilatos le preguntó si era el rey de los judíos, a lo que respondió: «Tú lo dices». Esto fue considerado un desafío al poder político, aunque el condenado había acotado que su reino no era de este mundo. Los hechos desembocaron en la flagelación y crucifixión de Jesús, castigo aplicado a criminales y revoltosos que desafiaban al Imperio romano. Según la religión cristiana, Jesús resucitó al tercer día y ascendió a los Cielos. Los apóstoles y las iglesias. Siglos antes del nacimiento de Jesús, en el judaísmo surgió la figura del maestro (rabbí), que se dedicaba a la enseñanza de la Ley mosaica y de interpretar las enseñanzas de los patriarcas y profetas de Israel. Estos maestros, que aún existen y se les llama rabinos, solían tener un grupo de seguidores o discípulos que escuchaban y difundían sus enseñanzas, similar a como lo hacían los filósofos griegos en sus escuelas. Jesús fue considerado un maestro y se rodeó de un grupo de varones, llamados apóstoles, quienes escucharon su enseñanza y la difundieron, después de la muerte de su maestro. Los apóstoles se encargaron de fundar asambleas conformadas por las personas que iban adhiriéndose al mensaje de Jesús. Estas asambleas (que en griego se dice «ekklesía», de donde viene iglesia) se expandieron, progresivamente, por todo el Imperio romano y aceptaron las enseñanzas de los apóstoles en contextos culturales particulares: el mundo latino y el mundo griego bajo dominio romano. Tanto los apóstoles como los seguidores de sus enseñanzas, creyeron que Jesús era el mesías, que en griego se dice «cristo», de donde vienen las denominaciones Jesucristo, cristiano (seguidor de Cristo) y cristianismo (enseñanzas de Jesús). 1.4. La expansión del cristianismo. El cristianismo se difundió primero en Judea, pero los apóstoles, en especial Pedro y Pablo, extendieron el mensaje cristiano por todo el territorio del Imperio romano. La piedra de la Iglesia El más destacado de los apóstoles fue Simón, un pescador al que Jesús cambió el nombre por el de Pedro, que significa 'piedra', sobre la cual se fundaría la cristiandad. Tras la muerte de Jesús, Pedro tuvo una tarea dentro de la cristiandad, aclaraba dudas y disensiones dentro de las iglesias. Además fundó la iglesia de Antioquía, presidió la comunidad cristiana de Roma hasta que, según la tradición, sufrió el martirio en Roma. El apóstol de los gentiles No menos importante fue Pablo, un ciudadano romano proveniente de la cultura griega (Tarso), quien predicó el cristianismo entre los no judíos, llamados gentiles. En el siglo I difundió el cristianismo por el Mediterráneo oriental, donde se consolidaron importantes núcleos, y en ciudades de la península itálica, incluida Roma. Las persecuciones contra los cristianos. En principio, Roma consideró a los cristianos como una secta judía y los toleró con cierta indiferencia. Pero pronto condenaron a los cristianos por algunas de sus ideas que consideraban peligrosas para la estabilidad del Imperio. Por ejemplo, los cristianos predicaban la segunda venida de Jesús para instaurar el Reino de Dios, se negaban a aceptar el culto al emperador, rechazaban la esclavitud y se mostraban contrarios a la violencia. Por otra parte, el Sanedrín siguió considerando blasfemo el mensaje de Jesús, por lo que empezaron a perseguir y matar a sus seguidores, como fue el caso de Esteban, el primer mártir de la Iglesia. Desde el año 64, bajo el imperio de Nerón, se sistematizó la persecución romana a los cristianos. También los emperadores Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximino Tracio, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano intentaron limitar la expansión del cristianismo mediante una serie de medidas que contemplaban la persecución y muerte de los cristianos, quienes eran encarcelados y utilizados en la arena romana en luchas contra bestias o eran quemados para alumbrar el circo romano. 1.5. De religión perseguida a religión oficial.
Varios emperadores romanos decretaron persecuciones contra los cristianos, muchos
de los cuales murieron mártires de su fe. Los cristianos se vieron obligados a practicar su culto de manera secreta, en lugares como las catacumbas, galerías subterráneas que llegaron a ser complicados laberintos. El emperador Constantino puso fin a las persecuciones de los cristianos en el año 313 con el Edicto de Milán. A partir de entonces, el cristianismo fue aceptado como una religión más del Imperio y fue acogido por las clases dirigentes. En el año 380, el emperador Teodosio lo convirtió en religión oficial. 1.6. Los evangelios y el paleocristianismo. Durante la época paleocristiana (cristianismo primitivo), la transmisión del mensaje cristiano se hacía de manera oral y mediante íconos en las catacumbas. Jesús no escribió sobre su vida y enseñanza. En cambio, sí lo hicieron sus apóstoles y discípulos, a partir de la experiencia personal y testimonios orales de terceros, presumiblemente antes del año 70. A nuestros días han llegado decenas de evangelios, sin embargo, desde el mismo siglo I hubo un acuerdo en la cristiandad para aceptar como apegados a la tradición los de los apóstoles Mateo y Juan, y los de los discípulos Marcos y Lucas. Entre las principales razones por las cuales fueron escritos los evangelios tenemos: • Crear un medio de enseñanza que contuviese los más importante de la vida y obra de Jesús. • Perpetuar la tradición oral sobre la vida y obra de Jesús, para que esta no desapareciera con la muerte de los testigos presenciales de la vida de su maestro. 1.7. La patrística. Después de la consolidación del canon neotestamentario, hasta alrededor del siglo VIII se desarrolla la etapa patrística del cristianismo, durante la cual los «padres de la iglesia», intentan defender la fe cristiana contra las religiones paganas de Grecia, Roma y el Oriente, mediante la teología y la filosofía. Es durante este período que la interpretación del cristianismo, generalmente, influida por el pensamiento filosófico de la época, da origen a los dogmas como la divinidad de Jesús, la Eucaristía, el pecado original, la inmortalidad del alma, que no se encuentran explícitos en los Evangelios CONSOLIDACIÓN • 1. Resume el contexto político en el que vivió Jesús. • 2. ¿Quiénes eran los zelotes? • 3. ¿En qué se diferenció el mensaje de Jesús de los mensajes de los zelotes? • 4. ¿Cuáles fueron los roles de los apóstoles Pedro y Pablo en la expansión del cristianismo? • 5. En grupos de trabajo debatan sobre la importancia de la mujer en las religiones.