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Historiografia Marxista Iggers

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A CIÊNCIA HISTÓRICA MARXISTA

DO MATERIALISMO HISTÓRICO A
ANTROPOLOGÍA CRÍTICA
historiografía marxista y el pensamiento marxista en
general tem perdido gran parte de su credibilidad y
prestigio luego del lapso de la Unión Soviética y de sus
Estados satélites en Euro.
• La filosofía marxista oficial de los partidos comunistas
internacionales estaba desacreditada desde mucho
tiempo antes del colapso
• Devemos distinguir entre esta manifestación del
marxismo y el pensamiento marxista tal como se
desarrolló independientemente je las
restricciones partidistas más allá de bloque
soviético.
• O marxismo occidental también experimentó
crisis, especialmente a partir das rebeliones
estudiantiles da década de 1960, las razones de
esta crisis fueron muy diferentes.
• Las ideas marxistas contribuyeron a una crítica, tanto ns
sociedades capitalistas modernas como de la cultura moderna
, que fue considerada seriamente por un amplio espectro
• Contudo, este marxismo crítico también perdió gran parte de
su credibilidad porque los seus supuestos estaban demasiado
arraigados en el siglo XIX para responder a las inquietudes
de la era postindustrial.
Nem por isso devemos subestimar los aportes del
marxismo à ciencia histórica moderna.
• Sin Marx, una buena parte de la teoría moderna de la
ciencia social, que se definió en oposição a Marx,
como también a la obra de Max Weber, se impensable.
• No debemos ver al marxismo, sin embargo, como un
movimiento unitario. Esto se observa en las
enseñanzas Marx y Engels, seguidas por un siglo y
medio de interpretaciones respecto de sus escritos. Y,
como veremos, la doutrina de Marx está repleta de
ambivalencias y ambigüidades. Marx era un pensador
muy dogmático, pero não sistemático.
• Por ello es que operaba dos conceptos de ciencia tan
diferentes entre sí que ni él ni seguidores pudieron
conciliar.
• Una de estas perspectivas so la ciencia era
esencialmente positivista, compartiendo varíos de los
supuestos del período que va desde aproximadamente
1850 a 1890, y que es muy mecanicista en su
concepción la realidad.
• Dos conceptos eran fundamentales para esta perspectiva:
• 1) que el conocimiento científico objetivo es posible
• 2) que el conocimiento científico se expresa em declarações
generales respecto de las leyes que gobiernan a los
fenómenos.
• En cuanto a la historia esto significaba que para
• Alcançar o lugar de ciencia a história debía descubrir y
formular leyes de desenvolvimento histórico .
• Marx difería en este sentido de los positivistas como Thomas
Henry Buckle e Hipólito Taine al concebir como fuente
principal de un desarrollo histórico regido por leis
• al conflicto social proveniente de la desigual económica.
• El motor principal detrás de la historia no era mundo de las
ideas sino las fuerzas productivas, como Marx expresó
concisamente en el prefacio de su Una contribución la crítica
de la economía política
• Estas fuerzas, en el curso do desarrollo, entraban en conflicto con las condiciones
sociais que ellas mismas habían creado y en contra de las cuales se rebelaban cada
vez que se transformaban en un obstáculo para el completo desenvolvimiento de
las fuerzas productivas.
• Com la misma inevitabilidad de una ley de la naturaleza, la humanidad era
impulsada desde las condiciones primitivas del comunismo originario de una
sociedad nómada de cazadores, .pasando por los estadios de la antigüedad, el
feudalismo y la —nación social burguesa, hasta una sociedad comunista en la me
se superaban los antagonismos inherentes en todas las sociedades anteriores.
• Es significativo que para Marx, como para _ mayoría de sus
contemporáneos, el progreso de la humanidade se centraba en el
mundo occidental, que era el único dinámico, mientras que Asia y
África (y en esto estaba de acuerdo com Hegel) eran mundos estáticos.
• Esta perspectiva de la ciencia y de la historia se
encontraba arraigada en las corrientes principales del
pensamiento occidental en el siglo XIX,
diferenciándose de estas com en sus propósitos
revolucionarios.
Durante toda su vida, embargo, Marx tuvo también una
concepción muy diferente da realidad y del conocimiento, que
teve un papel importante en la historiografía y en el
pensamiento marxista- del siglo XX, especialmente más allá
del bloque soviético, o termo "dialéctica", que se usa con
frecuencia para referirse a esta concepción alternativa, debe ser
utilizado con cuidado, pois, también contiene una
contradicción interna
• Por um lado, la dialéctica repudia la noción positivista da ciencia, porque sostiene
que todas las manifestaciones visibles son problemáticas y deben ser entendidas
en el contexto más amplio de las fuerzas en conflicto.
• Durante la fase juvenil de Marx en 1844 como también en el Grundrisse de 1857-
58 y en el primer capítulo del tomo I del Das Kapital de 1867, generalmente
considerado como una expresión del Marx más maduro, se cuestiona o supuesto
de la economía política clásica según el cual el mundo de la economía puede
entenderse en términos de las fuerzas económicas que en él operan, y exige que se
las mida a partir de las necesidades humanas.
• Lejos de plantear la preponderancia de las fuerzas materiales
generalmente asociadas con el materialismo histórico, esta perspectiva
dialéctica, a pesar do discurso materialista de Marx, repudia el
concepto que pone a las fuerzas materiales por sobre las humanas.
• De aquí proviene la noción de trabajo enajenado presente en los
manuscritos de I844 y observación de Marx en Das Kapital de que la
economía política del capital pertenece a "un estado de la sociedad en
que el proceso de producción controla al hombre en lugar de ser
controlado por este".80 81
• A partir de Sócrates, la dialéctica como método filosófico ha sido una
forma de razonamiento que procede apuntando a las contradicciones
intrínsecas de in argumento, forzando de esta manera una
reformulación, para luego examinar las contradicciones de esta nueva
formulación. El método dialéctico proporciona así la base de la teoría
crítica que examina las irracionalidades, en este caso las violaciones
de la dignidad humana, que forman parte de toda formação social.
Pero, por otra parte, Marx fusiona su crítica del positivismo con su
concepción esencialmente positivista sobre o proceso gobernado por
leyes, en que la dialéctica adquiere u forma materialista que conduce a
la consumación de la história en una sociedad comunista.
• Esta percepción dogmática y esencialmente positivista de s
dialéctica proporcionó la base de la doctrina marxista, o más
en marxista-leninista, oficial de los partidos comunistas, tanto
dentro como fuera del bloque soviético.
• El leninismo introdujo un elemento nuevo en la doctrina marxista que
no estaba presente en los escritos de Marx. Este suponía que a
dirección general del proceso histórico ya estaba definida, aaunque su
forma concreta estaría determinada por la ação política, saliendo así de
la esfera de la libertad.
• las revoluciones ocurrían solamente después de que el
desenvolvimento histórico había preparado el camino. En palabras de
"no hay orden social que perezca antes de que todas las forças
productivas para las cuales hay espacio en él se hayan desenvolvido.
Lenín modificó esta noción enfatizando la centralidad del partido. De
Estudos históricos na união soviética

• Tebemos preocuparnos de no dar una imagen demasiado : uta de los estudios


históricos en la Unión Soviética y en el rte de países del Este. Todos los Estados
bajo el control so;: a eran dictaduras que ejercían un alto nivel de control so- u
escritura y la enseñanza de la historia para utilizarlas con r- eolíticos. Pero también
había diferencias considerables : los Estados incorporados en este sistema, como
asimismo roedor de los Estados individuales. La doctrina oficial era marxismo-
leninismo, cuya parte central era el materialismo histórico y dialéctico con su
concepción de la lucha de clases y remplazo de una formación social por otra más
avanzada. : tos los países de la esfera soviética, el comité central del y los
congresos del partido establecían los lincamientos : s estudios históricos. Dentro de
este esquema, sin em- rabía un diversidad considerable.
• Quizás podamos distinguir las áreas de estudio histórico en donde los
controles ideológicos funcionaban de manera diferente. Para el
partido, la historiografía ideal estaba muy lejos de la perspectiva de
Marx sobre la sociedad y la historia y en su lugar prefería aquella que
cumpliera con sus intereses político; coyunturales. Especialmente en el
área de historia contemporánea, es decir, la historia del partido desde
1917 y el conflie: entre la Unión Soviética y los Estados capitalistas, el
interés inmediato era polémico y oportunista más que científico: atac
toda forma de desviación política
• En un segundo nivel macro- histórico, la fraseología y el esquema histórico marxista fueros:
impuestos a los procesos históricos; el análisis en términos i conflicto de clases fue también
exigido para la reconstrucc de las crisis o sucesos revolucionarios específicos. No obstante,
mientras más apartado estuviera el tema de investigación histórica de las temáticas concretas de la
política presente, mayor : la libertad del historiador, especialmente en las áreas de história clásica,
bizantina y medieval, y también, como veremos, aa las de historia social y cultural. Es cierto que
las citas de Man Engels y Lenín, y de Stalin antes de 1956, eran obligadas, peal eran utilizadas
superficialmente y no de manera central en M, investigación basada en el examen cuidadoso de los
archivas Una debilidad de mucha, pero no de toda esa investigación i que se limitaba con
frecuencia a una acumulación de datos rsJ lativamente carentes de reflexión. Si por una parte las
obras de síntesis acusaban el impacto de teorías grandiosas pero rafe- das, por otra las
investigaciones de archivo carecían de la sideración y sofisticación teórica que le diera un valor
más del anticuario.
• Aun así, dentro de este contexto restringid: llevó a cabo un trabajo serio y creativo, aunque con mayor
ficultad en la Unión Soviética que en la Alemania del Este el control estricto se combinaba con un grado
inusitado de leberdad por parte de los historiadores. En Polonia,84 después se 1956, el año del discurso de
Nikita Krushchov ante el vein- zivo congreso del Partido Comunista en la Unión Soviética, ■rano también de
las manifestaciones de Poznan en Polonia, s historiadores lograron desembarazarse en gran medida de ig
lineamientos ideológicos
• Antes de la guerra ha- aa surgido una escuela de historiadores económicos y sociales rajos representantes más
destacados eran Franciszek Bujak y "m Rutkowski, quienes habían tenido un contacto estrecho n Bloch y
Febvre. En 1926 se fundó una revista con orienta:: nes muy similares a las de los Anuales d'histoire
économique r -ocíale, fundada tres años después y con un título similar, -nike Dziejow Spolecznych i
Gospodarczych (Anales de his- rna social y económica).
• Hubo algunas áreas en que los enfoques marxistas y de los Ajínales eran muy compatibles. De allí que la
investigación realizada en el nuevo Instituto para la Historia de la Cultura Material en Polonia íuera aím al
interés de los Anncúes por la cultura popular. La obra de Witold Kula, Teoría económica del sistema
feudal,85 fue rápidamente traducido al francés con una introducción de Fernand Braudel.
• Pero también aparecieron en la Unión Soviética trabajos importantes que no
calzaban estrictamente en les estrechos confines de la filosofía y la teología de la
historia marxistas-leninistas ortodoxas. El duradero aporte de MikhaÉ Bakhtin a la
antropología histórica y a la semiótica en la década de 1930 es un ejemplo de
ello,86 87 pero también es necesam notar que le valió una severa persecución
durante la época de Stalin. Otro ejemplo que ya hemos mencionado es el aporte di
Aaron Gurevich en Moscú, tanto a través de su Las categoría de la cultura
medieval en 197188 como en trabajos posteriores, en los que estableció las bases
de una historia no marxista de las mentalidades en la Unión Soviética.
• A pesar de su rigidez y esterñidad, la teoría marxista oficial podía plantear
preguntas muy enriquecedoras para la histora social. Ya hemos mencionado el
interés de los historiadores bloque soviético por los temas de la cultura material.
Un pro» yecto de gran escala en Alemania del Este, que empezó a fina de la
década de 1970, realizó un estudio interdisciplinario mur completo de la cultura
de la planicie de Magdeburg durante 1 siglos XVIII y principios del XIX, un
período de creciente En su determinación : proceder desde una base social y
económica a los aspectos r cultura, alimentación, moda, arquitectura, festivales,
etc., es- :s estudios se asemejaban a los de los Anuales en su búsqueda ir una
histoire totalle de una región específica.
• El énfasis en la población trabajadora por parte de la doctrina marxista
debió ¡simular los estudios sobre la vida cotidiana de los obreros, :ero
al menos en la Unión Soviética y en Alemania del Este, la -:oria del
trabajo no fue más allá de una historia del movi- . ento obrero
organizado, de los socialdemócratas hasta 1917, ie los comunistas
después de esa fecha. Una importante por- :n de esta historia era una
historia política sobre el papel proletariado en situaciones
revolucionarias específicas. Y a ríar de las declaraciones al contrario,
era generalmente una nstoria elitista elaborada desde arriba.
• Es cierto que resulta difícil a veces definir lo que
significa marxismo en países en donde no es una
ideología oficial.
• Cuando hablamos en esta sección de historiografía
marxista nos referimos a historiadores que se
consideraban a sí mismos como marxistas, y a quienes
en algún momento u otro, especialmente al comienzo
de sus carreras, pertenecieron a los partidos
comunistas.
• En Gran Bretaña, por ejemplo, existió entre 1947 y 1956 un "Grupo de
Historiadores del Partido Comunista" formalmente organizado al que
pertenecían varios historiadores de gran eminencia posterior como
Maurice Dobb, Rodney Hilton, Christopher Hill, Eric Hobsbawm y
Edward P. Thompson.92 Un segmento importante de los historiadores
marxistas rompió con el Partido Comunista en 1956 por la invasión de
Hungría y después del discurso de Krushchov ante el Veinteavo
Congreso del Partido Comunista Soviético como protesta ante las
prácticas represivas de la Unión Soviética.
• No obstante, en algunos casos, como el de Thompson, los
historiadores que dejaron el partido continuaron
identificándose con una crítica marxista de la sociedad.
• En los primeros años después de la Segunda Guerra
Mundial, las discusiones marxistas en el mundo
occidental se realizaron principalmente en el contexto
de las concepciones marxistas ortodoxas sobre el
proceso histórico
• De allí que Maurice Dobb e Paul Sweezy se
ocuparam de un debate a propósito da transição
do feudalismo al capitalismo.
• El asunto era si, como argumentaba Dobb, el feudalismo había
colapsado debido a res propias contradicciones económicas internas o
si, como sostenía Sweezy, el surgimiento del comercio constituía el
factor externo decisivo de su caída.
• Las interpretaciones marxistas presentaron un desafío para la
historiografía no marxista no canto por razones políticas como por el
hecho de que cuestionaban el modelo de historia tradicional enfocada
en individuos : sucesos, y llamaban a prestar mayor atención al
contexto y al cambio social.
• Lo que interesaba a los historiadores no marxistas no
era tanto las respuestas frecuentemente dogmáticas de
marxistas comprometidos, sino las preguntas que
hacían.
• la revista Past and Present, fundada por historiadores marxistas
británicos en 1952 pero no sometidos al control del partido logo pasó a
ser un foro importante de discusiones : acre historiadores marxistas y
connotados no marxistas como Luvfrence Stone, T. S. Ashton, John
Elliott y Geoffrey Elton. este amplio interés por la sociedad y la
cultura, Past and Present comenzó a ocupar un lugar en Gran Bretaña
muy similar al de los Anuales en Francia
• Empero, muy pronto los estudios marxistas sobre los grandes
movimientos políticos en la historia moderna y sobre la
Revolución Industrial trasladaron su énfasis en los procesos
sociales anónimos a las formas que esos cambios adquirían
en la conciencia de quienes los experimentaban.
• Marx no había logrado escribir una historia "desde abajo", pero Engels se había
aproximado bastante en La situación de la clase obrera en Inglaterra y en La
guerra campesina en Alemania. El 18 Brumário de Luis Bonaparte de Marx fue
más allá del "Manifiesto comunista" al realizar un examen diferenciado del
cambio político. Cuando lo escribió en 1852, Marx se había visto forzado a
reconsiderar las predicciones que él y Engels habían hecho en enero de 1848 en el
"Manifiesto" en el que habían predecido correctamente que la revolución era
inminente, pero incorrectamente el que estas revoluciones, que consideraban
burguesas, no sólo serían existosas sino que, al menos en Alemania, serían
rápidamente acompañadas de una revolución proletaria.
• Para explicar el fracaso de la revolución en Francia y el ascenso de Luis
Bonaparte al poder, Marx proponía ahora un cuadro de la sociedad moderna que
era mucho más complejo del que habían mostrado con Engels en el "Manifiesto
comunista” y que reconocía las fuertes divisiones políticas y sociales al interior de
la burguesía, como también el papel que tuvieron en la conciencia y la conducta
política las fuerzas no económicas como las memorias y los símbolos patrióticos.
Aunque Marx arguía que os eventos políticos sólo podían entenderse en el
contexto dos intereses y conflictos de clase, creó una narrativa en la que los
membros de estas clases y el público más amplio quedaban excluidos mientras
que las personalidades políticas ocupaban un lugar tan central como el de las
historias políticas convencionales.
• Los trabajadores se encontraban sorprendentemente ausentes. En
cuanto a los campesinos, maioria da população, Marx los retrató
como una força totalmente pasiva a la que comparó, en un pasaje
digno ce mención, con "un saco de patatas".95 Y en contraste con
Michelet, en su Historia de la Revolución Francesa, las mujeres no
aparecían en absoluto. Además, Marx manifestó su : desprecio por los
desfavorecidos, los sin casa, los adictos y los cresos, a todos los cuales
agrupaba como un Lumpenproletariado96 sin la disciplina o la ética
de trabajo que Marx asociaba : en la clase obrera.
• Por contraste, los estudios marxistas ingleses y franceses sobre los movimientos
políticos y económicos en la Europa medieval y moderna se preocupaban de agregar
una dimensión humana a la historia. George Lefebvre abrió el camino con su El
grande pánico de 1789: la Revolución Francesa y los campesinos,97 :donde estudió
el pánico desatado en la campiña francesa que condujo a los levantamientos
campesinos en el verano de 1789. Ronald Hilton hizo algo similar respecto de los
levantamientos campesinos en la Inglaterra medieval,98 Christopher Hill respecto de
las clases populares en las revoluciones inglesas del siglo XVII" y W. E. B. Du Bois,
el activista afroamericano, sobre la población negra del sur durante el período de
Reconstrucción al cabo de la Guerra Civil.99 100 101 George Rudé:: y Richard
Cobb102 utilizaron los archivos de la policía para determinar quiénes exactamente
constituían las masas revolucionarias.
• inglesas del siglo XVII" y W. E. B. Du Bois, el activista afroamericano, sobre la
población negra del sur durante el período de Reconstrucción al cabo de la Guerra
Civil.99 100 101 George Rudé e Richard Cobb102 utilizaron los archivos de la
policía para determinar quiénes exactamente constituían las masas
revolucionarias.
• La similitud de estos estudios con aquellos de los Anuales es
notable por su énfasis en el mundo premoderno. Excepciones
importantes son las grandes obras de síntesis de Hobsbawm,
que cubren el mundo desde la Revolución Francesa hasta el
colapso del comunismo. Estas obras se concentran en las
grandes líneas de desarrollo que han dado forma al mundo
moderno, pero asignando un lugar subordinado a la cultura
popular.
• Quizás la obra histórica más importante de esta tendencia de historia
marxista que enfatiza la cultura popular sea la de Edward P.
Thompson, La formación histórica de la clase obrera .963). El título
ya anuncia la tesis de Thompson a propósito de que "la clase obrera no
surgió, como el sol, a una hora prevista. Ella estuvo presente en su
propia creación".107 Tanto en este libro como en otras declaraciones
teóricas posteriores, el autor se enfrentó con la ortodoxia marxista y
con la defensa que de ella hicieron los filósofos franceses
estructuralistas como Louis Althusser, que defendían los aspectos
científicos del marxismo.10
Para Thompson, los escritos de Marx no eran determinantes para la
opinión marxista de mediados del siglo XX. Por eso distingue “entre el
marxismo como algo cerrado y como una tradición, derivada de Marx,
de investigación y crítica abiertas. La primera representa una tradición
de teología.
La segunda representa una tradición de razonamiento activo que ce ha
liberado de “la noción verdaderamente escolástica de que os problemas
de nuestro tiempo (y las experiencias de nuestro século) puedan ser
entendidos mediante el escrutinio riguroso que un texto publicado
ciento veinte años atrás”
• Thompson : toma de Marx el concepto de clase y la noción de que "la
experiencia de clase está en gran medida determinada por las
relaciones de producción en la que los hombres nacen o entran
involuntariamente".110 Pero la clase no debe verse como "una
'estructura' o incluso como una 'categoría', sino como algo que de
hecho ocurre (y que puede demostrarse que ha ocurrido en las
relaciones humanas”
• "La conciencia de clase [es esa conciencia] en la que estas experiencias son
procesadas en términos culturales: como parte de las tradiciones, sistemas
valóneos, ideas y formas institucionales".112 De aquí que Thompson rechace la
idea de una clase trabajadora "prototípica" y que se concentre en "una clase
trabajadora inglesa concreta" surgida de un contexto histórico específico. El
énfasis en la cultura representa un distanciamiento de los métodos científicos, que
cosifican las relaciones humanas, para utilizar enfoques que proporcionan una
comprensión de los elementos cualitativos que conforman la cultura: de aquí su
uso de fuentes literarias, artísticas, folclóricas y simbólicas.
• Thompson rechaza tres conceptos marxistas fundamentales: la
preponderancia de las fuerzas económicas, la objetividad del método
científico y la idea de progreso. Rechaza también la idea de que el
pasado sea un peldaño hacia el futuro. Busca, por lo tanto, "rescatar al
pobre tejedor de medias, al cosecha- dor ludita, al operador 'obsoleto'
de telares manuales, al artesano 'utópico', e incluso al seguidor iluso de
Joanna Southcott, de la enorme condescendencia de la posteridad", por
mucho que "su hostilidad respecto del nuevo industrialismo haya sido
retrógrada".
• Hay, sin embargo, elementos de marxismo ortodoxo importantes que
persisten en el enfoque de Thompson. En su estudio, si bien
restringido a Inglaterra, Thompson defiende la noción de que existe
una clase obrera en oposición a la idea de una población trabajadora
marcada por diferentes tradiciones étnicas, religiosas y artesanales. Le
otorga un halo de importancia a esta viéndola, junto a Marx, como una
aristocracia trabajadora.
• La formación histórica . la clase obrera es más una historia de las
ideas que de la expereriencia concreta. El conflicto de clases juega un
papel central nesta obra y, a pesar de sus componentes culturales, tal
conflito se encuentra arraigado en el sistema económico.114 Si no
mera así, el vínculo con el marxismo sería muy tenue. Esto ha levado a
que los críticos noten acertadamente que otras formas de conflicto y
explotación, incluyendo las relaciones de género, sean pasadas por
alto.11
• Entre los marxistas, el enfoque histórico de Thompson fue submetido
a escrutinio crítico desde dos fuentes. Fue criticado, por una parte,
desde la perspectiva del marxismo estructuralista del filósofo francés
Louis Althusser, como una forma de "humanismo socialista" que
"suprime los principales logros sustantivos de Marx -el análisis de las
formas, tendencias y leyes del modo capitalista de producció
• Por otra parte, los marxistas culturalistas arguyen que Thompson no se ha
emancipado aún lo suficiente de los supuestos ortodoxos que enfatizan
excesivamente los aspectos objetivos de las relaciones económicas.117
Incluso cuando ve la clase en términos de la cultura, declaran, esta cultura
todavía se restringe a la clase obrera industrial, en la que aquellos que no
están directamente relacionados con el proceso de trabajo industrial no
tienen papel significativo alguno. A pesar del deseo de rescatar a Joanna
Southcott de "la enorme condescendencia de la posteridad" lo mismo se
podría decir de su omisión del papel de las mujeres, quienes después de
todo no eran parte directa del proceso productivo tal como ha sido
comúnmente entendido tanto por los socialistas como por los no socialistas
History Workshop

• El History Workshop fue fundado, según lo señala el subtítulo,


como "una revista de historiadores socialistas", y aunque se
inspiró en el enfoque de Thompson sobre la clase obrera, fue
también más allá. La transformación de la revista desde su
fundación en 1976 hasta 1995, cuando abandonó el subtítulo
(que fue cambiado en 1982 a "Una revista de historiadores
socialistas y feministas”), documenta los cambios
fundamentales ocurridos en los enfoques marxistas de la
historia tanto en Gran Bretaña como en otros países.
• El término "workshop" (taller) fue elegido deliberadamente
para destacar la preocupación marxista por el trabajo y por el
lugar en que se realiza, y también para crear una historia que
pudiera ser escrita conjuntamente con historiadores
provenientes del mundo obrero.
• A Past and Present, fundada en 1952 por un grupo de
historiadores "con una perspectiva política distintivamente
izquierdista", como "la mejor revista histórica en lengua
inglesa"118 y se propuso tanto complementar como dar una
nueva dirección a su aporte.
• Pero lo que realmente distingue al History Workshop de otras revistas
históricas no es su compromiso socialista -compartido por muchos
colaboradores originales de Past and Present, cuyo comité editorial la
mitad había pertenecido al Partido comunista- sino que su declarada
intención de romper con os estrechos confines de la historia
profesional para "lograr y mnbién servir a una amplia audiencia
democrática más allá de círculo cerrado de pares académicos”.
• A largo plazo, esta meta se logró sólo parcialmente. La página editorial
del primer limero comenzó con una arenga contra la
profesionalización te los estudios históricos por haberlos conducido a
uma crescente fragmentación",120 a su irrelevancia política y social, a
su perda de autonomía y a la esclerosis de una academia inserida em
una sociedad capitalista.
• La revista misma era el producto de diez años de cercana cooperación entre
hombres y mujeres ;que se congregaron en torno a un “taller" en Ruskins College,
la institución para trabajadores relacionada con la Universidad ie Oxford. Resulta
importante que tanto el comité editorial fuese concebido como un colectivo en el
cual las decisiones eran efectivamente colectivas, aunque se destacaban en
particular Gareth Stedman Jones, Raphael Samuel y Tim Masón, todos los cuales
ya habían hecho aportes importantes a la historia social académica, como que las
mujeres estuvieran bien representadas entre los editores y los colaboradores. Las
editoriales del primer número manifestaban un compromiso por la "historia
feminista".
• Señalaban que no sólo la historia política establecida sino también la
historia social y laboral se caracterizaban por una "definición
antifeminista” porque las mujeres, aunque su trabajo en tanto
"reproductoras del poder laboral" constituía una parte integral del
proceso de trabajo en una economía capitalista,121 eran prácticamente
invisibles en estas historias debido a su falta de visibilidad en los
lugares públicos de trabajo.
• Este énfasis en el papel de las mujeres contribuyó tanto a La ampliación de la
temática de la revista como a la exploración de nuevos enfoques metodológicos.
Para empezar, el History Workshop estaba comprometido con un concepto de
"historia socialista", que estaba estrechamente ligado con la "historia de los
trabajadores" en una sociedad industrial capitalista. A pesar de su reorientación,
desde la historia marxista hacia el énfasis en la cultura, los editores se
comprometían de una manera similar a la de Thompson con nociones marxistas
ortodoxas sobre el proceso histórico. Se aferraron a una teleología que veía a la
historia como una transformación paulatina desde el feudalismo al capitalismo y a
la superación del capitalismo en una sociedad socialista.
• La sociedad moderna se caracterizaba, para la revista, por la producción
industrial capitalista enfrentada a una clase trabajadora con conciencia de
clase. Se prestó atención a las formas en que los obreros experimentaban el
trabajo bajo tales condiciones, pero los trabajadores eran casi todos obreros
industriales en la Gran Bretaña del siglo XIX y principios del siglo XX. La
experiencia de las mujeres también fue examinada en ese contexto. Sin
embargo, muy pronto el editor Raphael Samuel comenzó a cuestionar la
identificación del industrialismo con el capitalismo y a reconocer tanto el
papel jugado por el trabajo no mecánico y del artesanado tradicional en la
economía capitalista del siglo XIX, como el papel del capitalismo en los
sectores no industriales de la economía, principalmente la agricultura.123
• En “Diez años después” (1985),124 los editores del History Workshop,
en un editorial firmado por Raphael Samuel y Gareth hedman Jones,
reconocieron haber cometido algunos errores le juicio. "Nuestro centro
no declarado de interés era la clase obrera industrial, y la cima de
nuestra ambición (como fue ex- rresada en el manifiesto original) era
el estudio del capitalismo como un 'modo de producción'". "El
feminismo", agregaron, 'ha cuestionado esta teleología".
• La teleología se había vuelto más problemática aún a raíz de los cambios
estructurales del capitalismo que se hacían cada vez más evidentes a partir
de la década anterior a 1985 -cambios que revelaban que las relaciones de
clase eran diferentes y mucho más complejas de lo cue se suponía. De
hecho, el estudio sobre las mujeres había miado desde el énfasis, en los
primeros números de la revista, en el lugar de trabajo industrial a la esfera
privada doméstica 7 se ocupaba cada vez más de la sexualidad. La
explotación ce las mujeres fue estudiada en el contexto más amplio de las
relaciones de género. Se examinaron tanto las diferencias en las actividades
de lazer -o la ausencia de ellas para las mujeres- como también el papel de
la violencia en la definición de la identidad masculina.
• A partir de 1980, la revista dedicó un mayor espacio al papel del
lenguaje como factor constitutivo de la experiencia social. Si bien
rechazaron la posición más radical de la lingüística estructural
representada por Lacan, Foucault y Derrida, para quienes "no hay una
realidad externa a la que se refiera el lenguaje; y por lo tanto no hay
tensión dialéctica o principio de cambio", los editores sin embargo
afirmaron que "el lenguaje del socialismo... precede al surgimiento del
movimiento socialista"125 y de hecho ha contribuido sustancialmente
a la formación de ese movimiento.
• "Lejos de existir en- su propio mundo sintácticamente estructurado”,
como han insistido los lingüistas estructuralistas, el lenguaje, como
argüyó Pierre Achard en "La historia y la política del lenguaje en
Francia"126 "ha sido un lugar más o menos constante de la lucha
política e ideológica".
• Observando el lenguaje desde una perspectiva antropológica general,
Maurice Godelier sostuvo que "sus significados nunca han residido
exclusivamente en sistemas de lenguaje o textos, sino que han sido
condicionados por las transformaciones de los procesos laborales, los
sistemas de parentesco, las jerarquías de estatus y todo el ensamblaje
de formas simbólicas y materiales de una sociedad".127
• Además, la revista manifestaba su acuerdo con las teorías feministas
en cuanto a que el género no es un hecho naturalmente dado sino más
bien una construcción cultural incrustada en el lenguaje. Al mismo
tiempo, consideraba al lenguaje como reflejando y a la vez actuando
sobre la sociedad. Hasta la década de 1990, su centro de atención era
la Europa industrial y Norteamérica. El mundo no occidental aparecía
en los primeros números principalmente a la sombra de un
imperialismo en expansión; después, en los ensayos de esa década,
América Latina, Africa y la Australia aborigen recibieron una mayor
atención individual.
• La revista fue exitosa en su objetivo de superar las
fronteras disciplinarias, lo cual ocurría también con
revistas importan- res como los Annales, Past and Present,
Quaderni Storici y el Journal of Interdisciplinary History. No
fue tan exitosa en acortar la brecha que separaba a los
historiadores profesionales de los no académicos. Para
mediados de la década de 1990, sus colaboradores
pertenecían en su-gran mayoría a universidades o centros
de investigación.
• Cabe preguntarse, ¿qué permanece de la fe y del propósito original de la revista?
No sólo la teleología marxista sino también el concepto de clase que era
fundamental para su comprensión de la sociedad y de la práctica política quedaron
irremediablemente afectados. No obstante, el compromiso con una historia
cercana y comprensible para los hombres y mujeres comunes siguió en pie.
Paradójicamente, en la medida en que la revista se deshacía de sus supuestos
marxistas, pudo acercarse más a la experiencia de la gente común de lo que había
sido el caso con su enfoque marxista en el trabajo y en los trabajadores.
• Finalmente, la revista mantuvo su posición crítica del marxismo y la
dedicación para enfrentarse a todas las formas de explotación y
dominación presentes en la sociedad. Pero, a diferencia del marxismo
ortodoxo ya no las encontraba en el marco institucional de la
economía y del Estado, sino que las buscaba en todos los aspectos de
la vida, incluyendo la relación entre los sexos.
• Social History en Gran Bretaña, el Journal of Social History y el
Radical History Review en Estados Unidos, y el Quaderni Storici en
Italia, que trasladaban el énfasis en las instituciones para ubicarlo en
las experiencias vitales de un amplio sector de la población,
experiencias que establecían como el centro mismo del interés
histórico. El Historische Anthropologie, fundado en Alemania y
Austria en 1993, y Odysseus, establecido en Moscú en 1991, son otros
ejemplos de revistas que mantuvieron ese énfasis en las últimas
décadas.
• El marxismo está muy lejos de una decadencia total.130 Juega un
papel muy importante en la historiografía de la India poscolonial, en
Latinoamérica131 y también en Occidente, como lo sugiere la
colección de ensayos editado por Chris Wickham, Marxist History
Writingfor the Twenty-First Century (Oxford, 2007). Esto ocurre a
pesar de que elementos importantes de la teoría marxista de la historia
han sido abandonados, que su concepto de clase ha sido modificado, y
que se ha puesto un mayor énfasis en los factores étnicos y de género.
• Los marxistas se prestó tan poca atención a la experiencia de las mujeres y de í
pueblos colonizados para otorgársela a la clase trabajadora europea blanca y
masculina".132 Pero, a pesar de esto, a importancia de las perspectivas marxistas
para la historiografía contemporánea fue destacada en el Congreso Internacional
ae Ciencias Históricas celebrado en Ámsterdam en 2010, que .raía ponencias
sobre el papel de las ideas marxistas en la cronografía de China, Japón, India, el
mundo mediterráneo, América Latina, y también del mundo occidental, y que
serían Jabeadas en un número especial de la revista internacional Historia della
Storiografia, incluyendo además artículos sobre Ásia y el África Negra.
reguntaban ahora por qué Marx
• Podemos discernir tres tendencias importantes
teóricas marxistas que se ocupan de los cambios
a partir de 1990
• La primera se encuentra muy bien representada por Perry Anderson,
quien concede francamente a derrota del paradigma marxista
• La única alternativa para una izquierda sensata era reconocer
lúcidamente la derrota histórica. "El capitalismo tem vencido a
quedarse; debemos hacer las paces con él" para -rrarse de la ilusión
"de que el sistema se sigue moviendo para a dirección
progresista".133 Por primera vez en su historia se firmú en 2005, el
capitalismo no tenía un rival, y mucho menos un contrincante serio.
• Sin embargo, ni él ni la New Review estaban dispuestos a abandonar
completamente la función crítica del marxismo. Su principal propósito
ahora era. denunciar las falencias del orden social y económico
neoliberal, y combatir al imperialismo estadounidense. Criticó por
tanto a los simpatizantes de izquierda como Jürgen Habermas.
Norberto Bobbio y John Rawls, quienes apoyaron la intervención
militar de la OTAN en Yugoslavia y después en Irak.
• En suma, Anderson reconocía las limitaciones de la
teoría y la práctica marxista pero mantenía su papel
crítico.
• Una segunda reacción a la crisis del marxismo y de la historiografía marxista se
reflejó en los intentos de los estudiosos marxistas angloparlantes por rescatar a Marx
de las interpretaciones ortodoxas que veían el materialismo histórico como una forma
ya sea de reduccionismo económico o de positivismo insípido,135 y por creer en la
aplicabilidad de la teoría marxista a las realidades del siglo XXI. Uno de los
problemas que reconocían al leer a Marx era que muchos de sus escritos eran
fragmentarios y contenían inconsistencias, de modo que Marx podía ser leído de
maneras muy diferentes y ser malinterpretado.136 Pero como argüyó Paul Blackledge
en Reflections on the Marxist Theory of History (2006), “jamás encontraremos en
Marx categorías económicas que sean categorías puramente económicas".1
• Esto es sin duda correcto si reemplazamos la palabra 'jamás' por 'generalmente
no'. Como Engels ya había enfatizado, tanto para Marx como para él "la
situación económica es el elemento más determinante en la historia", pero
varios elementos de la superestructura, como "teorías políticas, jurídicas y
filosóficas, perspectivas religiosas ejercen también su influencia en el curso de
las luchas históricas''.138 En sus escritos sobre eventos del pasado y también
sobre los más recientes de su tiempo, Marx levou en cuenta estos factores.
Blackledge sostiene que Marx no era un determinista sino que enfatizaba el rol
de la agencia en la historia, perspectiva que comparte con Thompson. Engels
estaría de acuerdo: "la historia se hace de una manera en que el resultado final
siempre surge de los conflictos entre muchas voluntades individuales"
• No obstante, hay frases muy conocidas de Marx que dan sustento a la
interpretación de que es en efecto un determinista, por ejemplo en el
"Prefacio" a Una contribución a la critica de la economía política, y
en el 'Prefacio" a la primera edición alemana del Capital, en donde se
refiere a "las leyes naturales de la producción capitalista", y a
'tendencias que conducen con una necesidad férrea a resultados
inevitables".140
• Kevin Anderson acepta las conclusiones de Blackledge, pero en su
Marx at the Margins (2010) va un paso más allá en el intento de
alinear a Marx con los enfoques historiográficos actuales. Sostiene,
como lo sugiere el subtítulo de su libro, On Nationalism, Ethnicity,
and Non-Western Societies, que en los hechos Marx prestó atención a
todos los temas listados en el subtítulo.
• También rechaza la noción comúnmente aceptada de que Marx tenía
un concepto eurocéntrico y unili- neal de la historia. Esto ha llevado a
críticos como Edward Said a acusar a Marx de “orientalismo"141 y a
Dipesh Chakrabarty142 a enfatizar el carácter eurocéntrico del
concepto de Marx que plantea un proceso uniforme del desarrollo
histórico y que rechaza reconocer que la modernización puede tomar
formas muy diferentes en culturas diversas. Se ha sostenido en la
literatura marxista reciente que Marx entendía que este proceso sólo se
aplicaba a los países de la Europa central y occidental, y a
Norteamérica, pero no a países como Rusia, India, Indonesia o China,
en los que el capitalismo industrial se encontraba en la infancia.
• Anderson acepta que esta perspectiva eurocéntrica está presente en los primeros
escritos de Marx, como también en algunos de sus artículos para el New York Times
en 1853, pero después reconoció la excepcionalidad de las culturas no occidentales
y la diversidad de los desarrollos históricos, como lo demuestra su conocida
respuesta a Vera Zazulich en 1881,143 en la que aceptó que la Rusia rural podía
seguir un camino muy diferente al del socialismo en Europa. Es en la
correspondencia y las notas aún inéditas de Marx que Anderson descubre su
preocupación por las etnias no caucásicas, incluyendo el papel que la esclavitud
negra, por ejemplo en las plantaciones de algodón, jugó en el desarrollo del
capitalismo industrial, como también su enfoque en los irlandeses en cuanto parte
de la fuerza de trabajo británica. Sin embargo, hay algunos problemas con su
reevaluación del concepto de historia de Marx.
• Aparte de algunos párrafos cortos en el Grundisse a los que se refiere
Anderson, que no se publicaron hasta avanzado el siglo XX, y de unas
breves menciones en el prefacio de la edición francesa del primer
tomo del Capital, estas supuestas reorientaciones del pensamiento de
Marx eran muy poco conocidas como para tener un impacto en la
aceptación de sus teorías. Además, su concepto evidentemente eurocén
trico y unilineal de la historia ocupa un lugar central en 1859 en el
"Prefacio" a Una contribución a la critica de la economía política
(1859) y en la famosa frase del prefacio a la primera edición del
Capital (1867): "El país más desarrollado industrialmente (Inglaterra)
muestra al menos desarrollado una imagem de su propio futuro".14
• Anderson sugiere que Marx compare’ a situación de
Inglaterra con la de Europa continental, espesamente con
Alemania, sin mencionar a ninguna sociedad no europea.14
• Una tercera tendencia se encuentra en la contundente antologia Über
Marx hinaus (Más allá de Marx) editada en 2009 : :r el historiador
laboral holandés Marcel van der Linden y colega alemán Karl Heinz
Roth146 con aportes de estudiosos provenientes de varios países
europeos, Norteamérica, Australia e India. Ellos no arguyen como
Blackledge y Kevin -nderson que Marx ha sido malentendido y que
sus teorías, mando se entienden correctamente, encajan muy bien con
las rreocupaciones actuales. Al contrario, ellos hablan francamente de
lo que consideran como el fracaso de la teoría marxista 7 llaman,
como lo sugiere el subtítulo, a ir más allá de Marx.
• Como Perry Anderson, estarían de acuerdo en que Marx, quien esperaba que
la revolución ocurriera durante su propia vida, no entendió cabalmente la
durabilidad (Langlebigkeit) del capitalismo. Un elemento clave de su crítica
es el concepto de Marx del proletariado industrial como una clase
revolucionaria, que los eventos posteriores probaron ser erróneo. Pero
resultaba inadecuado incluso en su propio tiempo. La población trabajadora
es actualmente, como lo era entonces, mucho más diversa e inclusiva de lo
que permitía el concepto desarrollado por Marx sobre el proletariado.
Además, Marx prestó muy poca atención a las condiciones reales en las que
vivían los trabajadores. Y aunque haya podido predecir la globalización del
capital, su eurocentrismo resulta inaplicable a las realidades del mundo
actual.
• Quizás por escribir durante la crisis financiera global que
comenzó en 2008, los autores de la antología están menos
convencidos que Perry Anderson del triunfo del capitalismo y
ven la necesidad de un análisis crítico de sus falencias. En
este sentido, la crítica de Marx de la economía política, en la
que es central la dependencia del capital respecto de la
explotación del trabajo, es todavía aplicable tanto a la
escritura de la historia como a la acción política.
• En conclusión, ¿qué permanece de la teoría de la historia de Marx para
la historiografía marxista actual? El intento de modernizar a Marx por
parte de varios teóricos que se consideran marxistas resulta sólo
parcialmente convincente.147 Otros que también se aproximan a Marx
desde una perspectiva de izquierda ven francamente las limitaciones
de su análisis de la sociedad, muy arraigado en el siglo XIX pero aún
entonces reflejando una comprensión deficiente de las condiciones
sociales y económicas de su tiempo. También reconocen que las
inconsistencias de la postura política de Marx sirvieron para que sus
perspectivas afianzaran dictaduras despiadadas que proclamaban ser
socialistas. Sin embargo, no están dispuestos a abandonar
completamente el marxismo
• . Gran parte de la historia social crítica de izquierda se inspira
todavía en el marxismo, aun cuando los historiadores de esa corriente
no se identifiquen como marxistas. En último término, al documentar
la resistencia a la opresión y a la explotación relacionada con el
capitalismo, la historiografía marxista continúa viéndose a sí misma
como parte del esfuerzo por construir un mundo socialmente más
justo, como lo hizo en su momento el History Workshop, luego de
reconocer las insuficiencias de los supuestos teóricos de Marx.

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