La antigimnasia fue creada por Thérèse Bertherat en los años 1970 como una alternativa a los enfoques existentes sobre el cuerpo y el ejercicio físico que buscaban moldear y domesticar el cuerpo. La antigimnasia propone pequeños movimientos precisos para liberar tensiones musculares acumuladas y recuperar la armonía corporal, permitiendo habitar el cuerpo de manera consciente. Los movimientos buscan movilizar la musculatura globalmente sin interferencia de compensaciones habituales.
La antigimnasia fue creada por Thérèse Bertherat en los años 1970 como una alternativa a los enfoques existentes sobre el cuerpo y el ejercicio físico que buscaban moldear y domesticar el cuerpo. La antigimnasia propone pequeños movimientos precisos para liberar tensiones musculares acumuladas y recuperar la armonía corporal, permitiendo habitar el cuerpo de manera consciente. Los movimientos buscan movilizar la musculatura globalmente sin interferencia de compensaciones habituales.
La antigimnasia fue creada por Thérèse Bertherat en los años 1970 como una alternativa a los enfoques existentes sobre el cuerpo y el ejercicio físico que buscaban moldear y domesticar el cuerpo. La antigimnasia propone pequeños movimientos precisos para liberar tensiones musculares acumuladas y recuperar la armonía corporal, permitiendo habitar el cuerpo de manera consciente. Los movimientos buscan movilizar la musculatura globalmente sin interferencia de compensaciones habituales.
La antigimnasia fue creada por Thérèse Bertherat en los años 1970 como una alternativa a los enfoques existentes sobre el cuerpo y el ejercicio físico que buscaban moldear y domesticar el cuerpo. La antigimnasia propone pequeños movimientos precisos para liberar tensiones musculares acumuladas y recuperar la armonía corporal, permitiendo habitar el cuerpo de manera consciente. Los movimientos buscan movilizar la musculatura globalmente sin interferencia de compensaciones habituales.
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Terapias corporales
Ana Maria Vidal
Fotografas: Ester Bertoln La antigimnasia THRSE BERTHERAT Antigimnasia 19/7/07 13:31 Pgina 86 Paralelamente al progresivo sedentaris- mo de la poblacin, al alejamiento de los ritmos naturales y del cuerpo a cuerpo con la Naturaleza, que de por s ya daba una posibilidad natural de estar en for- ma, vase si no qu diferentes son los cuerpos de las personas de culturas que an estn en contacto directo con la Na- turaleza, fueron apareciendo formas de ejercitar el organismo para mantenerlo en forma, elstico, gil. Pero, imperceptiblemente, el cuerpo hace su camino ms all de nuestra vo- luntad, y as, a poco que nos fijemos, ve- mos aparecer progresivamente un sinfn de actitudes corporales bien definidas. Es- paldas contradas, mentones desafiantes, nucas encogidas, costillas paralizadas, mandbulas apretadas... nos hablan de ac- titudes frente a quienes nos rodean, frente a los conflictos, frente a los placeres. Y qu decir de los pies, que aprenden a regaa- dientes a ser enfundados en zapatos que los aprietan, los deforman, los cortan de un contacto inmediato con el suelo. Gran parte de nuestro tiempo los llevamos ocul- tos, vencida la inicial resistencia, bien pa- tente en el rechazo que vemos en los nios pequeos a aceptar las primeras botitas. Hemos olvidado que los pies son bsicos para nuestra forma de avanzar por la vida. Sutilmente, pero con contundencia, el cuerpo almacena infinidad de informa- ciones que van moldeando la globalidad de la estructura de la persona. El cuerpo recoge con especial predileccin todas aquellas emociones y reacciones que nuestra conciencia rechaza o reprime. De hecho, el cuerpo es el libro en el que la totalidad de nuesta historia est marcada con increble fidelidad. Todos los esfuerzos de la persona para adaptar- se a su entorno, a los valores que marcan la estructura condicionada de su cultura, todos los elementos a los que se agarra para construir su personaje, el que nece- sita de la aprobacin de los dems, todos sus miedos no reconocidos, son los que forman o deforman nuestro cuerpo. El cuerpo, sobrecargado por las emo- ciones negadas, los traumas no resuel- tos, los aprendizajes condicionados, se queja. Si estamos con la sensibilidad agu- zada, captaremos las primeras protestas cuando las molestias son leves, cuando son simples de reconducir. Pero, si esta- mos ms atentos a nuestro discurso mental que a nuestro cuerpo, ms va a tener que protestar hasta que le hagamos caso. Con frecuencia, cuando nos dignamos a empe- zar a escucharle de verdad, el desaguisado ya tiene proporciones de gran magnitud. Suele ser frecuente que busquemos la razn de nuestro comportamiento y nues- tras crisis emocionales, a travs de la pala- bra. Sin embargo, buscar a travs de las sensaciones las razones del cuerpo puede convertirse en un aprendizaje del regreso a casa, al cuerpo, al presente. Liberarse de la programacin del pasado para expresar la propia identidad, la que no quiere vivir encarcelada, encorsetada ni asfixiada, puede hacerse a travs del cuerpo. Una propuesta de trabajo corporal La anti-gimnasia naci en Francia, en la dcada de los setenta, de la mano de la kinesioterapeuta Thrse Bertherat. En un entorno en el que el culto al cuer- po viva un gran apogeo, en el que espe- cialmente las mujeres se entregaban a unas disciplinas ms o menos feroces pa- ra domesticar el cuerpo, doblegarlo, moldearlo, Bertherat acu esa palabra Vital Abril 2001 63 Te r a p i a s c o r p o r a l e s Antigimnasia Thrse Bertherat Toda perturbacin en la capacidad de sentir plenamente el propio cuerpo ataca la confianza en s mismo y la unidad del sentimiento corporal; crea al mismo tiempo la necesidad de compensacin W. Reich A simple vista, parecera obvio decir que vivimos dentro de nuestro cuerpo, al menos en lo que a la reencarnacin presente se refiere! Y, sin embargo, la co- sa no es tan sencilla. Desde que nacemos, nos vemos sumergidos en un entorno con patrones y le- yes explcitas e implcitas que paulatinamente van moldeando nuestra forma de funcionar y nuestra capacidad para adaptar- nos al mundo que nos rodea. La infancia puede ser, al me- nos en apariencia, una etapa ms o menos feliz. A medida que vamos creciendo, parece que nos las tenemos que ver con retos de mayor complejidad. Pa- ra evolucionar en este universo, nos valemos, en parte, de la imi- tacin (fsica y psquica) de las personas de importante referen- cia inmediata. Absorbemos la cultura a la cual pertenecemos, sin filtrar, buscando la aproba- cin general o rebelndonos. Muy pronto el discurso mental va ganando predominancia so- bre la informacin que pertene- ce al lenguaje de nuestro cuerpo, al que llegamos a olvidar, cuan- do no a maltratar. Antigimnasia 19/7/07 13:31 Pgina 87 para definir el contraste que supona frente a la moda imperante su propuesta de trabajo corporal. (Aunque ms ade- lante ella misma reconoci que ese nom- bre era limitado, ste ya haba cogido vi- da propia, y as se ha quedado.) Liberarse de la programacin corporal con la anti-gimnasia La anti-gimnasia Thrse Bertherat plantea una aventura ntima y personal, un recorrido para liberarse de la progra- macin almacenada en el cuerpo en aras de un mayor bienestar. Propone un sen- dero en el que encontraremos las llaves de acceso al propio cuerpo, llaves que nos permitirn tomar posesin de l conscientemente, habitarlo, recuperar vitalidad, salud y armona. Pero no nos engaemos: deshacer los entuertos, rehacer el camino, no es una tarea inocente o superficial. Conectar con nuestras corazas corporales desata a ve- ces procesos que se viven como conflicto. Por ejemplo, unos dedos de los pies retorcidos, contrados, no soltarn ale- gremente todo su agarrotamiento sin ms, de un da para otro. Necesitarn pa- ciencia y dedicacin para permitir que se aflojen, que se desorienten antes de reo- rientarse, para aceptar que se descristali- cen dolores anclados. Lentamente se atrevern a investigar una expansin, un mayor contacto con el suelo. Poco a poco, estimulados por los primeros logros perceptibles de bie- nestar, se afirmarn progresivamente, y al cabo de un tiempo sern irreconoci- bles. Necesitarn zapatos ms anchos, pisarn con mayor firmeza, respirarn nuevos aires de libertad... que se conta- giarn al resto del cuerpo, a la globalidad de la persona, que se ubicar tambin con mayor firmeza y confianza. Una nuca contrada puede tener que atravesar el pnico antes de aflojar el pa- quete invisible al que se agarra con fuer- za. Pero soltar la mscara tras la cual nos agazapamos nos permite avanzar hacia algo valioso: la propia autenticidad. Armonizar nuestro cuerpo con pequeos movimientos La anti-gimnasia Thrse Bertherat no plantea una serie de ejercicios para ser repetidos una y otra vez. Propone al cuerpo unos pequeos movimientos precisos que lo preparan para vivir y sen- tir plenamente y movilizar la muscula- tura sin que las compensaciones habi- tuales puedan intervenir. Te r a p i a s c o r p o r a l e s Antigimnasia Thrse Bertherat 64 Abril 2001 Vital La sesin de anti-gimnasia Thrse Bertherat La anti-gimnasia Th. B. se practica en grupos reducidos, en sesiones de una hora y media de duracin. Son tan importantes los movimien- tos ejecutados como la reflexin, la expresin de palabras, sensaciones y emociones. La sesin se inicia con un trabajo que requiere una situacin fsica bien concreta, que impli- ca la integridad anatmica y requiere toda la amplitud de la musculatura. Suele ser una po- sicin que normalmente es evitada. Pero, al pedirle al cuerpo que la mantenga, ste se tuerce, se deforma. Y no porque los msculos carezcan de fuerza, como se suele decir, si no porque, al contrario, tienen bloqueadas zonas por exceso de fuerza. Cuando un bloque muscular potente consigue doblegar a la per- sona, le corta el aliento, prohibe la obediencia a las rdenes enviadas por el cerebro, esta prohibicin no se puede ignorar. La sesin contina estableciendo contacto con los nudos musculares responsables del impedimento experimentado. Lentamente, paso a paso, fibra a fibra, empieza el proceso de desenredar la maraa compleja de la pro- pia musculatura. Antigimnasia 19/7/07 13:31 Pgina 88 Trabajar el cuerpo fragmentadamente nos corta de nuestra unidad. Una activi- dad mecnica repetitiva ejercita, segn Bertherat, la obstinacin y el embruteci- miento. En cambio, el movimiento glo- bal nos revela a nosotros mismos si to- mamos consciencia de la forma en que lo hacemos. Asimismo, armoniza el con- junto de nuestro volumen. Uno de los conceptos que se desmoro- nan al acercarse a la comprensin del cuerpo bajo la ptica de la anti-gimnasia Th. B. es, por ejemplo, el de la utilidad de los abdominales para tener un cuerpo sin barriga. Thrse Bertherat ha califi- cado de tigre el acortamiento muscular que llevamos en nuestra espalda, debido a fuertes tensiones ah incrustadas. No es el vientre flccido el que necesita aten- cin, sino que hay que centrarse en rela- jar las contracciones de la espalda. Una vez se hayan soltado, el vientre se apla- nar de forma natural. Existe una interdependencia entre las cadenas musculares. Movilizar los msculos que hemos dejado de lado de- bido a la sobreactuacin de otros, genera- da por nuestras vivencias y mecanismos de proteccin, repercute globalmente. La anti-gimnasia Th. B. es, pues, una pedagoga particular que se incorpora a travs de la experimentacin de las pro- puestas corporales. No es una terapia, pe- ro su prctica repercute tanto en aliviar molestias fsicas como en mejorar emo- cionalmente: problemas de insomnio, digestivos o estreimiento, alivio de dolo- res musculares, reestructuracin corpo- ral, aumento de la autoestima, afinacin de la percepcin, de la sensibilidad... Son muchos los efectos secundarios que la continuidad de esa actividad conlleva. En la medida en que las propuestas que se le hacen al cuerpo le movilizan ante nuevos retos y nuevas percepciones, despierta y mejora el sistema de conexio- nes nerviosas entre cerebro y msculos, repercutiendo en un aumento de la capa- cidad intelectual. Se rompen automatis- mos, se recobra eficacia y espontaneidad. No hay edad para la anti-gimnasia Th. B. Slo hay que tener ganas o necesi- dad de desembarazarse de las coaccio- nes que han sembrado de trampas la vida interior y el comportamiento corporal. Con la anti-gimnasia Th. B., recupera- rs el hbito natural de respirar, tu rit- mo natural. Te descubrirs desde el interior, puesto que los pequeos movimientos propuestos no te da- rn un modelo a seguir, sino que s- lo abrirn un proceso de experi- mentacin individual. No te vers empujado a hacer repeticiones me- cnicas, sino a centrarte en tu per- cepcin presente. Aprenders un montn de cosas sobre ti mismo a travs de la informacin que extrae- rs de tus propias sensaciones. Sin embargo, la toma de conscien- cia de las tensiones propias es cierta- mente un primer paso hacia el bie- nestar, pero no la conexin inmediata con el confort que vendr a posteriori, a travs de un proceso ms o menos largo, o penoso. As que nunca es demasiado tarde para ofrecer al cuerpo un alto en el camino. Adems, el cuerpo es muy agradecido y cualquier gesto a su favor genera una re- compensa. Recuperar la precisin de mo- vimiento, el gesto pleno, renovar la sen- sacin de libertad corporal que permitir vivir ms libremente. Hacerse cargo del cuerpo es hacerse cargo de s mismo. Existen en la actualidad asociaciones de anti-gimnasia Thrse Bertherat en Es- paa, Francia, Italia y Brasil que garanti- zan la calidad de los practicantes. Vital Abril 2001 65 Ms informacin Asociacin espaola de Anti-gimnasia Thrse Bertherat Catherine Victor C/ Jorge Juan 50, 5, 28001 Madrid. Tel. 91 401 86 47 Informacin en la red: www. antigimnasia.com Bibliografa Thrse Bertherat, -El cuerpo tiene sus razones, Editorial Paids. -Las estaciones del cuerpo, Editorial Paids. - La guarida del tigre, Editorial Paids. -Con el consentimiento del cuerpo, Edito- rial Paids. -El correo del cuerpo, Ediciones Hogar del Libro. Te r a p i a s c o r p o r a l e s Antigimnasia Thrse Bertherat A travs del cuerpo, el ser en su totalidad aprende que evolucionar no significa otra cosa que ir de comienzo en comienzo Th. Bertherat El cuerpo en el cerebro Nuestro cerebro se hace una representacin de nuestro cuerpo como un pequeo monstruo provisto de una gran mandbula, de una lengua gruesa, de labios, prpados, glbulos oculares, un buen cacho de frente, un tramo de cuello, un pulgar gigante y cuatro dedos, un pequeo busto. As es como nuestro cerebro nos represen- ta. Estudios fisiolgicos han permitido trazar una cartografa de las zonas del crtex, la corteza de nuestro cerebro. En nuestro l- bulo parietal, se encuentran representadas todas las partes de nuestro cuerpo que po- demos percibir conscientemente. Parece que nuestro crtex percibe una ima- gen corporal un tanto catica. La antigimnasia se plantea mejorar el mapa para que las zonas ignora- das se dibujen en nuestro cerebro de for- ma que nuestro cuerpo recupere su verdadera di- mensin, su verdadero te- rritorio. Antigimnasia 19/7/07 13:31 Pgina 89