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Poemas para Niños Valientes

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POEMAS PARA NIOS VALIENTES

y algunos escondites para exploradores.


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La seleccin, la edicin, las notas muy poco prcticas y el prlogo vano de esta antologa fueron realizados por Andrea Gonzlez Cruz. La ilustracin de la portada es de Amanda Visell y las dems ilustraciones fueron tomadas de los amables ilustradores que suben sus maravillas grficas a Tumblr, por lo que se les agradece, excepto a Tim Burton, quien ilustra personalmente todos sus textos y por lo que no debemos darle las gracias.

ete aqu que has llegado hasta el portal de los sueos,

donde todos tus miedos pueden alcanzarte pero ninguno puede hacerte dao. Eso que los adultos llaman literatura no es ms que un invento para justificar el miedo que les produce la oscuridad de las palabras sobre el papel. Pero t, que no eres as, est dispuesto a embarcarte como de antao hacan los hombres en un viaje por las inmediaciones de lo custico. Te escribo desde la penumbra para hacerte ver que no ests solo, y que eres especial, porque no cualquiera da un paso adelante para estrechar la mano de los poetas que encontrars en esta antologa. Esta antologa es un primer paso para aproximarte al mundo de lo imposible, un mundo que conoces tan bien como nosotros, los villanos, los que siempre perdemos pero perdimos? Srvete pues de entrar y tomar todas las maravillas que slo un nio valiente es capaz de encontrar en la oscuridad. No te asustes: puedes cerrar cuando quieras los ojos y al abrirlos todo lo que te parece una amenaza te sonreir con amabilidad y har malabares para que ras, o puedes hacernos cerrar los ojos con el brillo de tu espada matando uno por uno a los dragones que aqu te ofrecemos. Entra, te espera la frescura de la esperanza oculta en la sombra.

EL CUERVO EDGAR ALLAN POE Una vez, al filo de una lgubre media noche, mientras dbil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, oyse de sbito un leve golpe, como si suavemente tocaran, tocaran a la puerta de mi cuarto. Es dije musitando un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto. Eso es todo, y nada ms. Ah! aquel lcido recuerdo de un glido diciembre; espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo; angustia del deseo del nuevo da; en vano encareciendo a mis libros dieran tregua a mi dolor. Dolor por la prdida de Leonora, la nica, virgen radiante, Leonora por los ngeles llamada. Aqu ya sin nombre, para siempre. Y el crujir triste, vago, escalofriante de la seda de las cortinas rojas llenbame de fantsticos terrores jams antes sentidos. Y ahora aqu, en pie, acallando el latido de mi corazn, vuelvo a repetir: Es un visitante a la puerta de mi cuarto queriendo entrar. Algn visitante que a deshora a mi cuarto quiere entrar. Eso es todo, y nada ms.

Ahora, mi nimo cobraba bros, y ya sin titubeos: Seor dije o seora, en verdad vuestro perdn imploro, mas el caso es que, adormilado cuando vinisteis a tocar quedamente, tan quedo vinisteis a llamar, a llamar a la puerta de mi cuarto, que apenas pude creer que os oa. Y entonces abr de par en par la puerta: Oscuridad, y nada ms. Escrutando hondo en aquella negrura permanec largo rato, atnito, temeroso, dudando, soando sueos que ningn mortal se haya atrevido jams a soar. Mas en el silencio insondable la quietud callaba, y la nica palabra ah proferida era el balbuceo de un nombre: Leonora? Lo pronunci en un susurro, y el eco lo devolvi en un murmullo: Leonora! Apenas esto fue, y nada ms. Vuelto a mi cuarto, mi alma toda, toda mi alma abrasndose dentro de m, no tard en or de nuevo tocar con mayor fuerza. Ciertamente me dije, ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana. Dejad, pues, que vea lo que sucede all, y as penetrar pueda en el misterio. Dejad que a mi corazn llegue un momento el silencio, y as penetrar pueda en el misterio. Es el viento, y nada ms! De un golpe abr la puerta, y con suave batir de alas, entr un majestuoso cuervo
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de los santos das idos. Sin asomos de reverencia, ni un instante quedo; y con aires de gran seor o de gran dama fue a posarse en el busto de Palas, sobre el dintel de mi puerta. Posado, inmvil, y nada ms. Entonces, este pjaro de bano cambi mis tristes fantasas en una sonrisa con el grave y severo decoro del aspecto de que se revesta. Aun con tu cresta cercenada y mocha le dije, no sers un cobarde, hrrido cuervo vetusto y amenazador. Evadido de la ribera nocturna. Dime cul es tu nombre en la ribera de la Noche Plutnica! Y el Cuervo dijo: Nunca ms. Cunto me asombr que pjaro tan desgarbado pudiera hablar tan claramente; aunque poco significaba su respuesta. Poco pertinente era. Pues no podemos sino concordar en que ningn ser humano ha sido antes bendecido con la visin de un pjaro posado sobre el dintel de su puerta, pjaro o bestia, posado en el busto esculpido de Palas en el dintel de su puerta con semejante nombre: Nunca ms. Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto, las palabras pronunci, como virtiendo su alma slo en esas palabras. Nada ms dijo entonces; no movi ni una pluma. Y entonces yo me dije, apenas murmurando: Otros amigos se han ido antes;
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maana l tambin me dejar, como me abandonaron mis esperanzas. Y entonces dijo el pjaro: Nunca ms. Sobrecogido al romper el silencio tan idneas palabras, sin duda pens, sin duda lo que dice es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido de un amo infortunado a quien desastre impo persigui, acos sin dar tregua hasta que su cantinela slo tuvo un sentido, hasta que las endechas de su esperanza llevaron slo esa carga melanclica de Nunca, nunca ms. Mas el Cuervo arranc todava de mis tristes fantasas una sonrisa; acerqu un mullido asiento frente al pjaro, el busto y la puerta; y entonces, hundindome en el terciopelo, empec a enlazar una fantasa con otra, pensando en lo que este ominoso pjaro de antao, lo que este torvo, desgarbado, hrrido, flaco y ominoso pjaro de antao quera decir granzando: Nunca ms. En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra, frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos, quemaban hasta el fondo de mi pecho. Esto y ms, sentado, adivinaba, con la cabeza reclinada en el aterciopelado forro del cojn acariciado por la luz de la lmpara; en el forro de terciopelo violeta acariciado por la luz de la lmpara que ella no oprimira, ay!, nunca ms!
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Entonces me pareci que el aire se tornaba ms denso, perfumado por invisible incensario mecido por serafines cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado. Miserable dije, tu Dios te ha concedido, por estos ngeles te ha otorgado una tregua, tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora! Apura, oh, apura este dulce nepente y olvida a tu ausente Leonora! Y el Cuervo dijo: Nunca ms. Profeta! exclam, cosa diabolica! Profeta, s, seas pjaro o demonio enviado por el Tentador, o arrojado por la tempestad a este refugio desolado e impvido, a esta desrtica tierra encantada, a este hogar hechizado por el horror! Profeta, dime, en verdad te lo imploro, hay, dime, hay blsamo en Galaad? Dime, dime, te imploro! Y el cuervo dijo: Nunca ms. Profeta! exclam, cosa diablica! Profeta, s, seas pjaro o demonio! Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas, ese Dios que adoramos t y yo, dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edn tendr en sus brazos a una santa doncella llamada por los ngeles Leonora, tendr en sus brazos a una rara y radiante virgen llamada por los ngeles Leonora! Y el cuervo dijo: Nunca ms. Sea esa palabra nuestra seal de partida pjaro o espritu maligno! le grit presuntuoso. Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutnica. No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
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que profiri tu espritu! Deja mi soledad intacta. Abandona el busto del dintel de mi puerta. Aparta tu pico de mi corazn y tu figura del dintel de mi puerta. Y el Cuervo dijo: Nunca ms. Y el Cuervo nunca emprendi el vuelo. An sigue posado, an sigue posado en el plido busto de Palas en el dintel de la puerta de mi cuarto. Y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que est soando. Y la luz de la lmpara que sobre l se derrama tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podr liberarse. Nunca ms!

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PAS DE HADAS Edgar Allan Poe Valles de sombra y aguas apagadas y bosques como nubes, que ocultan su contorno en un fluir de lgrimas. All crecen y menguan unas enormes lunas, una vez y otra vez, a cada instante, en canto que la noche se desliza, y avanzan siempre, inquietas, y apagan el temblor de los luceros con el aliento de su rostro blanco. Cuando el reloj lunar seala medianoche, una luna ms fina y transparente desciende, poco a poco, con el centro en la cumbre de una sierra elevada, y de su vasto disco se deslizan los velos dulcemente sobre aldeas y estancias, por doquier; sobre extraas florestas, sobre el mar y sobre los espritus que vuelan y las cosas dormidas: y todo lo sepultan en un gran laberinto luminoso. Ah, entonces! Qu profunda es la pasin que ponen en su sueo! Despiertan con el da, y sus lienzos de luna se ciernen ya en el cielo,
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con inquietas borrascas, y a todo se parecen: ms que nada semejan un albatros amarillo. Y aquella luna no les sirve nunca para lo mismo: en tienda se trocar otra vez, extravagante. Pero ya sus pedazos pequeitos se tornan leve lluvia, y aquellas mariposas de la Tierra que vuelan, afanosas del celaje, y bajan nuevamente, sin contentarse nunca, nos traen una muestra, prendida de sus alas temblorosas.

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El Viajero del Tiempo cuenta la leyenda del Prisionero del Segundo, atorado en un instante oscuro de una madrugada de 1903 por desobedecer a sus padres. Alberto Chimal

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SUEO Emiliano Gonzlez Hay una ciudad en el fondo de la noche Hay una calle en el fondo de la ciudad Hay una casa en el fondo de la calle Hay una alcoba en el fondo de la casa Hay un espejo en el fondo de la alcoba Hay un jardn en el fondo del espejo

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MANUSCRITO ALLADO EN UNA BOTELLA Emiliano Gonzlez Los grandes pulpos hablan De la noche. Satn, el aburrido, se adormece Mirndolos hablar De su silencio. Circulan mantas, oros, aceitunas. De pronto, con un gesto que anonada, Sus ojos, peces verdes, resucitan. El mar es un planeta que se incendia.

Cuidado con las letras pequeas: aqu, por ejemplo, dice que Emiliano Gonzlez es un escritor
maldito mexicano que viva en un castillo y que nunca se volvi a editar el libro ms importante que escribi: Los sueos de la bella durmiente.

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LOS OSCUROS Andrea Gonzlez La acuarela nocturna nos dibuja, sonmbulos corremos laberintos, tejemos telaraas sin aguja.

Los nios que nos suean lanzan gritos. Somos bestias oscuras y letales, monstruosos paquidermos de los mitos.

Nos vemos reflejados en metales, no somos ms que negros forajidos, tememos a las luces matinales.

Vivimos en la muerte, aborrecidos. Sepulcros silenciosos nos aguardan. Eternamente somos maldecidos.

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Me qued dormido. Cuando abr los ojos el coche en que iba ya estaba en otro sitio. Brevsimamente fui el Viajero del Tiempo. Alberto Chimal

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DOS DE CONEJOS (Fragmentos de Caza de conejos de Mario Levrero)


XLII La fuerza de los conejos radica en que todo el mundo cree en su existencia.

LX Poniendo un conejo contra el odo, se oye el ruido del mar.


Mario Levrero escribe ms de cien minificciones sobre conejos. Y luego desapareci.

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OSCURIDAD Lord Byron Tuve un sueo, que no era del todo un sueo. El brillante sol se apagaba, y los astros vagaban diluyndose en el espacio eterno, sin rayos, sin senderos, y la helada tierra oscilaba ciega y oscurecindose en el aire sin luna; la maana lleg, y se fue, y lleg, y no trajo consigo el da, Y los hombres olvidaron sus pasiones ante el terror de esta desolacin; y todos los corazones se helaron en una plegaria egosta por luz; y vivieron junto a hogueras - y los tronos, los palacios de los reyes coronados - las chozas, los hogares de todas las cosas que habitaban, fueron quemadas en las fogatas; las ciudades se consumieron, Y los hombres se reunieron en torno a sus ardientes refugios para verse nuevamente las caras unos a otros; Felices eran aquellos que vivan dentro del ojo de los volcanes, y su antorcha montaosa: Una temerosa esperanza era todo lo que el mundo contena; Se encendi fuego a los bosques - pero hora tras hora Fueron cayendo y apagndose - y los crujientes troncos
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se extinguieron con un estrpito y todo fue negro. Las frentes de los hombres, a la luz sin esperanza, tenan un aspecto no terreno, cuando de pronto los haces caan sobre ellos; algunos se tendan y escondan sus ojos y lloraban; otros descansaban sus barbillas en sus manos apretadas, y sonrean; y otros iban rpido de aqu para all, y alimentaban sus pilas funerarias con combustible, y miraban hacia arriba con loca inquietud al sordo cielo, El sudario de un mundo pasado; y entonces otra vez con maldiciones se arrojaban sobre el polvo, y rechinaban sus dientes y aullaban; las aves silvestres chillaban, y, aterrorizadas, revoloteaban sobre el suelo, y agitaban sus intiles alas; los brutos ms salvajes venan dciles y trmulos; y las vboras se arrastraron y se enroscaron entre la multitud, siseando, pero sin picar - y fueron muertas para ser alimento: y la Guerra, que por un momento se haba ido, se saci otra vez; - una comida se compraba con sangre, y cada uno se hart, resentido y solo atiborrndose en la penumbra: no quedaba amor;
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toda la tierra era un solo pensamiento y ese era la muerte, Inmediata y sin gloria; y el dolor agudo del hambre se instal en todas las entraas hombres moran, y sus huesos no tenan tumba, y tampoco su carne; el magro por el magro fue devorado, y an los perros asaltaron a sus amos, todos salvo uno, Y aquel fue fiel a un cadver, y mantuvo a raya a las aves y las bestias y los dbiles hombres, hasta que el hambre se apoder de ellos, o los muertos que caan tentaron sus delgadas quijadas; l no se busc comida, Sino que con un gemido piadoso y perpetuo y un corto grito desolado, lamiendo la mano que no respondi con una caricia - muri. De a poco la multitud fue muriendo de hambre; pero dos de una ciudad enorme sobrevivieron, y eran enemigos; se encontraron junto a las agonizantes brasas de un altar donde se haba apilado una masa de cosas santas para un fin impo; hurgaron, y temblando revolvieron con sus manos delgadas y esquelticas en las dbiles cenizas, y sus dbiles alientos
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soplaron por un poco de vida, e hicieron una llama que era una burla; entonces levantaron sus ojos al verla palidecer, y observaron el aspecto del otro - miraron, y gritaron, y murieron De su propio espanto mutuo murieron, sin saber quin era aquel sobre cuya frente la hambruna haba escrito Enemigo. El mundo estaba vaco, lo populoso y lo poderoso - era una masa, sin estaciones, sin hierba, sin rboles, sin hombres, sin vida una masa de muerte - un caos de dura arcilla. Los ros, lagos, y ocanos estaban quietos, y nada se mova en sus silenciosos abismos; las naves sin marinos yacan pudrindose en el mar, y sus mstiles bajaban poco a poco; cuando caan dorman en el abismo sin un vaivn Las olas estaban muertas; las mareas estaban en sus tumbas, Antes ya haba expirado su seora la luna; Los vientos se marchitaron en el aire estancado, Y las nubes perecieron; la Oscuridad no necesitaba De su ayuda - Ella era el universo.

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EL VAMPIRO Rudyard Kipling Un idiota haba que rezaba (igual que t y yo) a un trapo y a un hueso y a un mechn de pelo (le llambamos la mujer despreocupada) pero el idiota te llamaba su dama perfecta(igual que t y yo)

Oh, los aos perdidos, las lgrimas perdidas y el trabajo de nuestra cabeza y mano pertenece a la mujer que no saba (ahora sabemos que no poda nunca saber) y no comprendamos. Un idiota haba que sus bienes gastaba (igual que t y yo) honor, fe, una tentativa segura (y no slo era eso lo que la seora quera decir) pero un idiota debe seguir su instinto natural (igual que t y yo) Oh, el trabajo perdido, los tesoros perdidos y las mejores cosas planeadas pertenecen a la mujer que no saba por qu (ahora sabemos que no saba nunca por qu) y no comprendamos. El idiota reducido fue a su pellejo idiota (igual que t y yo)
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lo que puede ella haber visto que le dej de lado(pero no recuerda nadie cuando la dama lo intent) as algunos de ellos vivieron, la mayora han muerto (igual que t y yo) Y no es la vergenza ni la culpa que hiere como un tizn al rojose llega a saber que ella nunca supo por qu (viendo, al fin, que no pudo nunca saber por qu) y nunca pudimos comprender.

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El Viajero del Tiempo colecciona demostraciones de imposibilidad (p. e. del vuelo de los abejorros, la felicidad o el viaje por el tiempo). Alberto Chimal

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TRES GREGUERAS DE RAMN GMEZ DE LA SERNA

Bho: gato emplumado.

El murcilago vuela con la capa puesta.

La niebla acaba en andrajos.

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A LA ESTRELLA NOCTURNA William Blake T, ngel rubio de la noche, ahora, mientras el sol descansa en las montaas, enciende tu brillante tea de amor! Ponte la radiante corona y sonre a nuestro lecho nocturno! Sonre a nuestros amores y, mientras corres los azules cortinajes del cielo, siembra tu roco plateado sobre todas las flores que cierran sus dulces ojos al oportuno sueo. Que tu viento occidental duerma en el lago. Di el silencio con el fulgor de tus ojos y lava el polvo con plata. Presto, prestsimo, te retiras; y entonces ladra, rabioso, por doquier el lobo y el len echa fuego por los ojos en la oscura selva. La lana de nuestras majadas se cubre con tu sacro roco; protgelas con tu favor.

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En la pesadilla, el Viajero del Tiempo slo poda trasladarse a las mismas dos horas de aquel examen de sexto de primaria. Alberto Chimal

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POEMA EN HONOR DE UN NO INVENTOR Michael Ende Habl Hopfer, doctor y profesor: Descubre poco a poco claramente el pensador Los lmites del progreso Pues los productos de la ciencia Dudosos son en grado extremo. Y sac las consecuencias. Ni esfuerzos ni burlas temi, Y aunque peligros hubiese Y sus bienes se perdiesen, Ni de da ni de noche En otra cosa pensaba. Que fue: en no inventar nada Tras muchos aos de duras fatigas, La ansiada recompensa coron Todos sus experimentos. Lo que aqu sigue no lo invent Por ms que (segn informes de su seccin) Hubiese podido hacerlo: Un perro con enchufe, que ladra automticamente Y que se pone como despertador, elctricamente Una pldora que suple por completo el descansar Y el perder el tiempo durmiendo y soando. Un aparato que escribe poesas y libros Y quer tambin los lee al momento y los aprende. Un instrumento que ahorra las estaciones del ao Y polvos que reducen la mala conciencia.
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Bebs que no necesitan padres Y todo lo saben y fuman tabaco. Un avin que vuela raudo como el pensamiento Produciendo un ruido que hace doblarse el hierro. Alimentos que se inyectan en la sangre: Y ya no hay que comer para vivir, un ao entero. Enfemedades que se envan por correo (quien las recibe enloquece al momento). Una cosa que a la gente ahorra El esfuerzo y la manera de quererse mutuamente. Una mquina grande que atonta (se conduce), Que le quta a la gente las ganas de pensar. Una bomba gigante que hace, al explotar, A todo el globo terrestre por el aire saltar Muchas otras cosas se podran mencionar, Pero esto basta para reconocer al genio. Fue enorme, como vemos, lo que hizo En todos los campos de la ciencia. El mundo as puede sanar. Es un modelo, sublime y venerable; Apenas hay nadie que, cual l, haya dejado tantas cosas de inventar. Feliz ha hecho, al reprimirlas A la entera humanidad. Y por su gran sacrificio Le van a conceder (eso dicen) El prximo ao el Premo Nobel Viva Pipin Hopfer!

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Cuatro MOMENTOS DEL EQUINOCCIO DE FRANCISCO TARIO

-El Alma humana es simple. De acuerdo.

Comerse un elote de dientes postizos.

El ave fnix y la loca de la casa.

Vivir germinar, florecer, exhalar un olor y abrirse como un cohete.


Francisco Tario fue un escritor mexicano conocido por ser un sujeto extrao. Era realmente extrao.

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Un siglo antes, al Viajero del Tiempo lo barri otra ola, que lo salud con su voz de agua. -Ya habas estado aqu dentro de un siglo le dijo.

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A PAN H. P. Lovecraft Sentado en una caada entre bosques A orillas de un arroyo bordeado de juncos Meditaba yo un da, cuando adormecindome Me vi sumido en un sueo. Del riachuelo surgi una figura Medio hombre y medio cabrio; Tena pezuas en vez de pies Y una barba adornaba su garganta. Con un rstico caramillo de caa Tocaba dulcemente aquel ser hbrido, Y yo olvid todo cuidado terreno Pues saba que era Pan. Ninfas y stiros se congregaron Para gozar del alegre sonido,
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Demasiado pronto despert con pesar y volv a las moradas de los hombres, Pero en valles campestres yo querra vivir Y escuchar de nuevo la flauta de Pan.

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OCEANUS H. P. Lovecraft A veces me detengo en la orilla Donde las penas vierten sus flujos, Y las aguas turbulentas suspiran y se quejan De secretos que no se atreven a contar. Desde las simas profundas de valles sin nombres, Y desde colinas y llanuras que ningn mortal conoce, La mstica marejada y el hosco oleaje Sugieren como taumaturgos malditos Un millar de horrores, henchidos por el temor Que ya contemplaron pocas hace tiempo olvidadas. Oh vientos salados que tristemente barris Las desnudas regiones abisales; Oh plidas olas salvajes, que recordis El caos que la Tierra ha dejado tras de s; Una sola cosa os pido: Guardad por siempre oculto vuestro antiguo saber!

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El Viajero insista: haba habido un error: criaturas como l, y no los hornos de microondas, haban sido la especie dominante de la Tierra. Alberto Chimal

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HAIKS DE JOS JUAN TABLADA, SLO TRES


Lucirnagas La luz de las Lucirnagas es un blando Alternado con pausas oscuridad Pensamientos sombros en gotas instantneas claridad. de suspiro

que se

disuelven de

Mariposa nocturna Devuelve a la desnuda rama, mariposa nocturna, las hojas secas de tus alas.

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La araa Recorriendo su tela esta luna clarsima tiene a la araa en vela. La luna Es mar la noche negra; la nube es una concha; la luna es una perla...

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LA COPA DE LAS HADAS Rubn Daro. Fue en las islas de las rosas, en el pas de los sueos, en donde hay nios risueos y enjambre de mariposas? Quiz. En sus grutas doradas, con sus diademas de oro, all estaban, como un coro de reinas, todas las hadas. Las que tienen prisioneros a los silfos de la luz, las que andan con un capuz salpicado de luceros. Las que mantos de escarlata lucen con regio donaire, y las que hienden el aire con su varita de plata. Era da o noche? El astro de la niebla sobre el tul, floreca en campo azul como un lirio de alabastro. Su peplo de oro la incierta alba ya haba tendido.
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Era la hora en que en su nido toda alondra se despierta. Temblaba el limpio cristal del roco de la noche, y estaba entreabierto el broche de la flor primaveral. Y en aquella regin que era de la luz y la fortuna, cantaban un himno, a una, ave, aurora y primavera. Las hadas -aquella tropa brillante-, Delia, que he dicho, por un extrao capricho fabricaron una copa. Rara, bella, sin igual, y tan pura como bella, pues an no ha bebido en ella ninguna boca mortal. De una azucena gentil hicieron el cliz leve, que era de polvo de nieve y palidez de marfil. Y la base fue formada con un trmulo suspiro, de reflejos de zafiro y de luz cristalizada.
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La copa hecha se pens en qu se pondra en ella (que es el todo, nia bella, de lo que te cuento yo). Una dijo: La ilusin; otra dijo: La belleza; otra dijo: La riqueza; y otra ms: El corazn. La Reina Mab, que es discreta, dijo a la esplndida tropa: "Que se ponga en esa copa la felicidad completa". Y cuando habl Reina tal, produjo aplausos y asombros. Llevaba sobre sus hombros su soberbio manto real. Dej caer la divina Reina de acento sonoro, algo como gotas de oro de una flauta cristalina. Ya la Reina Mab habl; ces su olmpico gesto, y las hadas tanto han puesto que la copa se llen. Amor, delicia, verdad,
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dicha, esplendor y riqueza, fe, podero, belleza... Toda la felicidad!... Y esta copa se guard pura, sola, inmaculada. Dnde? En una isla ignorada. De dnde? Se me olvid!... Fue en las islas de las rosas, en el pas de los sueos, en donde hay nios risueos y enjambres de mariposas? Esto nada importa aqu, pues por decirte escriba que esta copa, nia ma, la deseo para ti.

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El Viajero del Tiempo sac de la crcel al Hombre Invisible, quien se sinti feliz justificado en sus planes malvolos- hasta que el Viajero lo dej en el Pas de los Ciegos. Alberto Chimal

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LABERINTO Jorge Luis Borges No habr nunca una puerta. Ests adentro y el alczar abarca el universo y no tiene ni anverso ni reverso ni externo muro ni secreto centro. No esperes que el rigor de tu camino que tercamente se bifurca en otro, que tercamente se bifurca en otro, tendr fin. Es de hierro tu destino como tu juez. No aguardes la embestida del toro que es un hombre y cuya extraa forma plural da horror a la maraa de interminable piedra entretejida. No existe. Nada esperes. Ni siquiera en el negro crepsculo la fiera.

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LA LUNA Jaime Sabines La luna se puede tomar a cucharadas o como una cpsula cada dos horas. Es buena como hipntico y sedante y tambin alivia a los que se han intoxicado de filosofa. Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama, para ser rico sin que lo sepa nadie y para alejar a los mdicos y las clnicas. Se puede dar de postre a los nios cuando no se han dormido, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir. Pon una hoja tierna de la luna
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debajo de tu almohada y mirars lo que quieras ver. Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues, y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados. Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas.

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El Viajero del Tiempo sembr la semilla de la que creci el rbol que dio la manzana de la que sali la semilla. Alberto Chimal

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CHICO TXICO Tim Burton Quienes de verdad lo amamos lo llamamos siempre Max, Chico Txico, en cambio, lo apodaban los dems. Inhalaba Chico Txico humo, asbestos y amoniaco. para l era oxgeno todo lo cancergeno. Su juguete favorito era un bote de aerosol que disparaba solito todo el da, de sol a sol.

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Se levantaba an de noche a esperar en la cochera a que el motor se encendiera y, tras carraspear, el coche lo maquillara muy monocon bixido de carbono. Una sola vez llor, ms no por tristeza ni odio; es que en los ojos le entr algn cloruro de sodio.
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Por darle algo de aire clido lo sacaron al jardn. se puso al instante plido y tieso como espadn.

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Tieso y duro, s, muy duro. Pues quin podra colegir Que uno pudiera morir De respirar aire puro? Vol su alma en pos del trono
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Celestial del Seor. Pero Abriendo un gran agujero All en la capa de ozono.

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LA CHICA VUD Su piel es de cela blanca, un remiendo de recortes. Y en su corazn se ensartan alfileres de colores. Por ojos un par de discos rayados en espiral que emplea en hipnotizar a una multitud de chicos. Mantiene en trance profundo a un ejrcito de zombis. Entro ellos incluso hay uno que es nativo de Donosti.

Tim Burton

Mas tambin sobre ella pesa


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una horrible maldicin pues cuando alguien se le acerca demasiado, es un punzn cada aguja que se entierra ms hondo en su corazn.

Tim Burton es el creador de Beetlejuice, Jack Skillengton, El cadver de la novia, Jim y el durazno gigante y otras muy buenas pelculas.

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