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Organizacion Carrera Indias

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LA ORGANIZACIN DE LA CARRERA DE INDIAS, O LA OBSESIN DEL MONOPOLIO

Dra. Mara Luisa Laviana Cuetos Escuela de Estudios Hispano-Americanos, EEHA-CSIC

Resumen Entre Espaa y sus posesiones ultramarinas, las mal llamadas Indias espaolas, se establecen unas relaciones que han sido calificadas de interdependientes pero cuyo ms claro resultado fue la dependencia econmica americana. En 1794 uno de los mximos representantes de la administracin colonial, el conde de Revillagigedo, virrey de Nueva Espaa, expresaba as la verdadera naturaleza de las relaciones entre Espaa y Amrica: No debe perderse de vista que esto es una colonia que debe depender de su matriz, Espaa, y debe corresponder a ella con algunas utilidades por los beneficios que recibe de su proteccin, as se necesita gran tino para combinar esta dependencia y que se haga mutuo y recproco el inters, lo cual cesara en el momento que no se necesitara aqu de las manufacturas europeas y sus frutos. De ah que la economa colonial se concrete en: una gran minera de metales preciosos, una buena agricultura y ganadera, una industria deplorable y un monopolio comercial que sintetiza todo. Porque, en efecto, si la minera es el motor de la economa indiana, el comercio es el mecanismo que pone en marcha ese motor. Durante ms de tres siglos la conexin entre Espaa y Amrica se hizo a travs de la llamada Carrera de Indias, inspirada en un principio u obsesin: el monopolio. Para garantizarlo se establecen diversos mecanismos: control oficial, colaboracin privada, puerto nico, navegacin protegida. ********************** Entre Espaa y sus posesiones ultramarinas se establecen unas relaciones que han sido calificadas de interdependientes, pero cuyo ms claro resultado fue la dependencia econmica americana. En 1794 uno de los mximos representantes de la administracin colonial, el conde de Revillagigedo, virrey de Nueva Espaa, expresaba as la verdadera naturaleza de las relaciones entre Espaa y Amrica no debe perderse de vista que esto es una colo19

nia que debe depender de su matriz, Espaa, y debe corresponder a ella con algunas utilidades por los beneficios que recibe de su proteccin, as se necesita gran tino para combinar esta dependencia y que se haga mutuo y recproco el inters, lo cual cesara en el momento que no se necesitara aqu de las manufacturas europeas y sus frutos. (1) De ah que la economa colonial se concrete en: una gran minera de metales preciosos, una buena agricultura y ganadera, una industria deplorable y un monopolio comercial que sintetiza todo.

Un mercantilismo imperfecto La explotacin econmica de las Indias ser causa y efecto del desarrollo de un sistema econmico que se ha llamado mercantilismo y que puede definirse como el conjunto de medidas de poltica econmica aplicadas durante los siglos XVI al XVIII para conseguir, mediante la intervencin del Estado, la acumulacin de metales preciosos y una balanza comercial favorable. El mercantilismo no existi como sistema o doctrina orgnica (incluso no tuvo nombre hasta 1776, cuando Adam Smith lo bautiz as porque pona su acento en el comercio) sino como una serie de medidas prcticas ntimamente relacionadas con la revolucin comercial de la poca y la creacin de los grandes Estados nacionales absolutistas. La idea clave es que la verdadera riqueza consiste en la posesin de oro y plata (numerario), pero no por un mero atesoramiento, sino por ser fuente de riqueza mediante una inversin adecuada. Los pases no productores de dichos metales slo pueden obtenerlos mediante un excedente continuo de las exportaciones sobre las importaciones o bien mediante la obtencin de colonias que proporcionen esos metales o sean un mercado exclusivo para los
(1) Cfr. mi libro: La Amrica espaola, 1492-1898. De las Indias a Nuestra Amrica, vol. 14 de la Historia de Espaa, coordinada por Julio Mangas, Jos Luis Martn, Carlos Martnez Shaw y Javier Tusell, Informacin e Historia / Historia 16 / Temas de Hoy, Madrid, 1996. Una segunda edicin de esta obra se hizo en CD-ROM con el ttulo: Historia de Espaa, desde Atapuerca hasta la transicin democrtica (Ediciones Dolmen, Madrid, 2002; vol. 6, pp. 239-346; vol. 7, pp. 807-1032 y vol. 9, pp. 11411174), accesible en Internet desde octubre de 2006 en la direccin http://www.artehistoria.com, patrocinada tambin por Ed. Dolmen Digital.

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productos manufacturados de la metrpoli. Se formula as el llamado Pacto colonial, consistente en la explotacin de las colonias en beneficio exclusivo de la metrpoli, lo que implica el proteccionismo de las manufacturas nacionales y la exclusividad o monopolio del comercio con las colonias. El marco terico del mercantilismo establece que las colonias deben aportar suficientes ingresos fiscales como para pagar todos los gastos de su propia administracin y defensa y enviar un excedente a la metrpoli, as como abastecerla de materias primas que una vez procesadas en sus fbricas se exportaran a otros pases, incluidas las propias colonias. La plata americana lleg a la metrpoli, pero slo condujo a un proceso inflacionario y no a estimular la produccin, convirtindose Espaa en el principal cliente de los pases mercantilistas europeos. Es decir, Amrica cumpli su parte del pacto colonial; sin embargo, fall la otra parte, pues -en palabras de John Fisherla metrpoli fue incapaz de articular una poltica industrial eficaz en una situacin de impuestos altos, consumo tambin alto, ruinosos conflictos internacionales y, posiblemente, falta de talento empresarial. El mercantilismo espaol del siglo XVIII (reflejado en textos como Therica y prctica de comercio y de marina de Jernimo de Ustriz, el Proyecto econmico de Bernardo Ward o el Nuevo Sistema Econmico para la Amrica, atribuido al ministro Jos del Campillo) defender la aplicacin en Espaa de las medidas asociadas al mercantilismo de Francia, Inglaterra y Holanda, consistentes en promover la industria nacional eliminando las tarifas e impuestos interiores, liberalizar el comercio indiano -sin renunciar a la exclusividad- y aumentar la demanda colonial de manufacturas espaolas, incluso por la va de mejorar la situacin de mestizos e indios para aumentar su capacidad adquisitiva. Tal ser el sentido de las reformas borbnicas, que suponen un intento de aplicar rigurosas prcticas mercantilistas cuando ya este sistema est dando paso en Europa a la revolucin industrial y la era del capitalismo.

El monopolio comercial Si la minera es el motor de la economa indiana, el comercio es el mecanismo que pone en marcha ese motor. Durante ms de tres siglos la conexin entre Espaa y Amrica se hizo a travs de la llamada carrera de Indias,
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inspirada en un principio u obsesin: el monopolio. Para garantizarlo se establecen diversos mecanismos: control oficial, colaboracin privada, puerto nico, navegacin protegida. Veamos como funciona cada uno de ellos. El control oficial: La Casa de la Contratacin En enero de 1503 se funda en Sevilla la Casa de la Contratacin, que fue la primera institucin creada para defender el monopolio y regir los asuntos americanos, entendidos todava slo como asuntos comerciales, de ah el nombre de la Casa (contratacin, de contratar, comerciar), de ah tambin que hasta pasados veinte aos no se considere necesario crear ningn otro rgano de gobierno. Tratndose de un Imperio mercantilista, la prioridad de las relaciones econmicas se manifiesta tambin en la organizacin institucional, de ah que el primer rgano creado fuera la Casa de la Contratacin, anterior en bastantes aos a los primeros organismos de gobierno implantados tanto en Amrica como en la propia metrpoli: la Casa ser la nica institucin especfica hasta la fundacin del Consejo de Indias hacia 1523. La eleccin de Sevilla como sede de dicho organismo era una decisin bastante lgica y natural, no slo por ser desde antiguo un importante centro comercial y financiero, sino por su privilegiada situacin como puerto fluvial, circunstancias que ya haban decidido a Coln a preparar en esta ciudad la gran flota que integrara su segundo viaje, en cuya organizacin intervino decisivamente el arcediano de la catedral de Sevilla, Juan Rodrguez de Fonseca. Durante 30 aos (1493-1523), Fonseca ser la mxima autoridad para los asuntos indianos, primero como asesor y persona de confianza de los reyes Isabel y Fernando y luego como consejero de Castilla, institucin a la que inicialmente corresponda la jurisdiccin sobre las nuevas tierras, hasta que en 1523 se crea el Consejo de Indias como organismo independiente del de Castilla. La primera sede de la Casa de la Contratacin se estableci en un almacn de las atarazanas o arsenal de Sevilla (pues al principio la Casa era poco ms que un almacn para depositar el dinero y bienes que llegaban de las Indias), pasando pronto en junio del mismo ao 1503 a unas dependencias
(2) Sobre la incidencia econmica de la prdida de la Amrica hispana ver PRADOS DE LA ESCOSURA, L., De Imperio a Nacin. Crecimiento y atraso econmico en Espaa 1780-1930. Madrid, 1993.

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contiguas a los Reales Alczares, donde radicar hasta su traslado a Cdiz el 12 de mayo de 1717. Concebida inicialmente como agencia comercial de la Corona castellana, a imitacin de instituciones semejantes creadas anteriormente en otros pases (en especial en Portugal, que haba creado en Lisboa la Casa da Guinea y la Casa da India), para realizar por cuenta propia y en rgimen de monopolio el comercio con las tierras recin descubiertas, perder pronto este carcter para convertirse en el organismo rector y fiscalizador de todo el comercio y navegacin con las Indias. Sus funciones fueron aumentando paulatinamente, de manera que adems de aduana, acab siendo una especie de ministerio de comercio y una escuela de navegacin. La Casa de la Contratacin organiz y control el trfico entre Espaa y Amrica, correspondindole hacer la inspeccin de los buques y autorizar la travesa, recaudar los impuestos de importacin y exportacin, conceder las licencias de pasajeros a Indias, preparar a los pilotos, levantar mapas y cartas nuticas, resolver pleitos relacionados con el comercio indiano, resolver pleitos relacionados con el comercio indiano, actuar como albacea de los bienes de personas fallecidas en Indias, etc. Tambin la Casa de Contratacin desempe ciertas funciones de gobierno, como el reclutamiento de colonos para poblar las nuevas tierras, el registro y la expedicin de licencias para los que queran trasladarse all, pero sobre todo fue rgano consultivo de los reyes para todo lo referente al comercio, a travs del cual se cursaban rdenes acerca del trfico mercantil indiano. La ampliacin de funciones motiv un paralelo aumento del nmero de empleados. Los tres funcionarios originales (oficiales reales) fueron factor, tesorero y contador: El factor se ocupaba del aprovisionamiento y revisin de los buques y de la compra y expedicin de las mercancas que iban por cuenta de la Real Hacienda (por ejemplo armas, municiones, azogue para el beneficio de la plata, etc.). Se ha dicho que equivala a lo que hoy consideraramos un gerente.

(3) CUENCA ESTEBAN, J. Comercio y Hacienda en la cada del imperio espaol 17781826, en ANES, R. y otros. (Eds.), pp. 389-453.

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El tesorero reciba todos los caudales procedentes de Amrica, tanto de particulares como de la Corona, y se haca cargo de los bienes de las personas fallecidas all hasta que pudieran ser entregados a sus herederos (los bienes de difuntos). El contador-secretario se encargaba del registro y la contabilidad de todas las operaciones que realizaba la Casa. Estos tres funcionarios actuaban y eran responsables conjuntamente en ciertos trmites fiscales: registro de navos, concesin de licencias de embarque y cobranza y administracin de ciertos gravmenes sobre el trfico (en especial la avera, fondo destinado a sufragar los gastos que originaba la proteccin militar de los buques mercantes). Tenan tambin la facultad de administrar justicia en los pleitos relativos al comercio y la navegacin, previo asesoramiento de un letrado: su actividad en esta esfera provoc numerosos conflictos con otros organismos judiciales. A estos funcionarios se aadirn muchos ms, entre ellos un presidente (suprema autoridad ejecutiva dentro de la Casa, cargo creado en 1557 y ocupado por Juan Surez de Carvajal, quien muere un ao despus, quedando vacante el cargo hasta 1579, cuando lo ocupa Diego Gasca de Salazar) y algunos letrados asignados para los asuntos judiciales, hasta que en 1583 se crea la sala de justicia de la Casa, que pocos aos despus, en 1596, quedara equiparada a una Audiencia. Especial relevancia tena el cargo de Piloto Mayor, creado en 1508 para ensear y examinar a los interesados en navegar a Indias (cargo que desempearon marinos ilustres como Amrico Vespucio, Juan Daz de Sols y Sebastin Caboto), y un cosmgrafo mayor para elaborar instrumentos nuticos, crendose adems una seccin cartogrfica para registrar en un mapa modelo los distintos descubrimientos geogrficos que se iban haciendo en las Indias. En 1552 se institucionaliz toda esta actividad al crearse una ctedra de cosmografa y nutica (Ctedra del Arte de la Navegacin y la Cosmografa), ncleo de una moderna escuela de navegacin, que sera la ms importante de Europa. Con el tiempo las tareas de la Casa de Contratacin adquirieron tal complejidad que fue preciso adjuntar a los oficiales reales una serie de ayudantes: escribanos, diputados, comisarios delegados, etc., y se crearon ms cargos con misiones concretas y especficas, como los de correo mayor, proveedor general de la armada, artillero mayor, visitadores de navos... Las funciones se fueron ampliando y diversificando, de manera que en 1687 la Casa contaba con 110 empleados, tena su capilla propia y tambin su crcel.
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Durante ms de doscientos aos (1503-1717), Sevilla fue sede de la Casa de la Contratacin, aunque desde 1508 ya se permite hacer el embarque en Sanlcar de Barrameda y en Cdiz, ciudad en la que desde 1519 hubo permanentemente un delegado de la Casa o juez de arribadas. A partir de 1535 ya se institucionaliza el Juzgado de Indias (compuesto por un juez oficial y tres delegados de la Casa) para controlar las operaciones de carga y descarga que eventualmente se autorizaba en Cdiz y en Sanlcar de Barrameda a buques cuyo calado no siempre les permita navegar con toda su carga por el Guadalquivir hasta Sevilla. En el S. XVIII, la poltica innovadora de los Borbones trajo como consecuencia un intercambio de estas instituciones: el traslado, en 1717, de la Casa de Contratacin de Sevilla a Cdiz y del Juzgado de Indias de Cdiz a Sevilla, por razones eminentemente prcticas, dado que para esa fecha ya haca varias dcadas que la mayor . Al mismo tiempo, la nueva estructura administrativa y la progresiva descentralizacin del comercio le fueron mermando atribuciones, la Casa perder autonoma y funciones, que pasan a un intendente general martimo, hasta que en 1790 la Casa de la Contratacin fue definitivamente suprimida, y en adelante sus funciones de fiscalizacin y control del trfico sern desempeadas por aduanas (juzgados de arribadas) en los diferentes puertos autorizados a comerciar con las Indias. La colaboracin privada: el Consulado A partir de 1543 la Casa cont con la colaboracin del Consulado de Sevilla, gremio de comerciantes o Universidad de los Cargadores a Indias, que es reconocido oficialmente por la Real Provisin de 23 de agosto de 1543 que le otorga corporativamente el privilegio exclusivo de comerciar con Amrica. Al traspasar el monopolio real a ese reducido y poderoso grupo de sbditos (a cambio de servicios pecuniarios y otras condiciones), se les convierte en los principales beneficiarios del sistema y, por eso mismo, en sus principales valedores. El Consulado de Mercaderes de Sevilla asumir una serie de actividades mercantiles en relacin con el comercio indiano, entre las que se cuentan la participacin en el despacho de flotas, el control de los seguros martimos, o el salvamento de mercancas de los buques naufragados. Asimismo, el Consulado asumir muchos de los pleitos generados por la actividad mercantil, reduciendo as tanto las tareas como las competencias de la propia Casa de
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Contratacin. Aos despus se crearn instituciones similares en Mxico (1592) y Lima (1613), con idntica funcin e idntico espritu monopolista, que es incluso mayor que el de la Corona, y los grandes comerciantes mexicanos y limeos, y por supuesto los sevillanos, agrupados en los respectivos consulados, lucharn tenazmente contra todas las franquicias econmicas que se pudieran otorgar a otras regiones y procurando conservar los mercados que desde el principio se les adjudicaron por razones histricas ms que geogrficas. Por lo que se refiere a la reglamentacin del comercio indiano, a lo largo del siglo XVII la Casa de la Contratacin fue perdiendo iniciativa en los asuntos relacionados con el trfico, y el Consulado de Sevilla, que al aglutinar a los comerciantes en un tribunal propio asumi tambin muchos de los pleitos civiles generados por la actividad mercantil, fue reduciendo tanto las tareas como las competencias de la propia Casa y se fue convirtiendo en el verdadero rgano rector de la Carrera de Indias. (Garca Fuentes). As pues, nominalmente son los mercaderes sevillanos los que ejercen desde 1543 el monopolio del trfico con Amrica. Sin embargo, de las nminas de cargadores de Indias de que se tiene noticia, ya desde el mismo siglo XVI hay numerosos extranjeros: la mayora italianos, portugueses y flamencos, pero tambin franceses, ingleses y alemanes, que controlan la exportacin de productos manufacturados, principalmente textiles. Los andaluces monopolizaron la exportacin de vino, aceite de oliva y otros productos agrcolas (el llamado tercio de frutos), mientras que comerciantes vascos controlaban la exportacin a Indias de hierro y sus derivados. Pero salvo estos rubros, en general los cargadores de Indias matriculados en el Consulado adoptaron el papel de testaferros de los comerciantes extranjeros radicados en Sevilla, actuando como comisionistas e intermediarios que reciban y despachaban mercancas extranjeras a cambio de la correspondiente comisin. En definitiva, ya desde fines del siglo XVI y como expresivamente dice Guillermo Cspedes, el comercio legal del monopolio de Sevilla era una cscara vaca como tal monopolio, pues aunque permanecan dos parcelas de intereses nacionales (minas de hierro, campos de la baja Andaluca), todo el resto lo copaba el comercio extranjero abierto o enmascarado tras testaferros nativos. Con el tiempo, muchos de los comerciantes extranjeros podrn negociar directamente con Indias, consiguiendo la ciudadana castellana (son los llamados naturalizados o jenzaros) y la licencia como cargadores matriculados en el Consulado.
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El puerto nico La tercera garanta del monopolio fue la centralizacin de todo el comercio indiano en un solo puerto, con objeto de facilitar el control del trfico y el cobro de impuestos; la eleccin de Sevilla como centro de la economa atlntica (que no fue automtica ni inmediata, pues la mayora de los primeros viajes salieron de puertos de Huelva y Cdiz) vino determinada por su eleccin como sede de la Casa de la Contratacin, y se basaba en su situacin de puerto interior (que ofreca mayor seguridad frente a tormentas y posibles ataques de piratas, bereberes o ingleses) y en su condicin de principal ciudad del sur de Espaa, con una muy desarrollada infraestructura mercantil, una abundante poblacin consumidora y un rico hinterland agrcola para aprovisionar a los barcos. De hecho, aunque en 1529 se suaviz el monopolio sevillano autorizando a ocho puertos espaoles (La Corua, Bayona, Avils, Laredo, Bilbao, San Sebastin, Cartagena y Mlaga) a comerciar con Amrica, aunque tocando al regreso en Sevilla para facilitar la tarea fiscalizadora de la Casa de la Contratacin, no parece que esta medida afectara a la primaca sevillana como puerto de las Indias. En cualquier caso en 1573 Felipe II reafirma el rgimen de puerto nico, que ser el de Sevilla. Pero el calado no siempre permita a los buques navegar con toda su carga por el Guadalquivir hasta Sevilla, por lo que ya en el mismo siglo XVI se permita efectuar en Cdiz parte de las operaciones de carga y descarga; las crecientes dificultades de navegacin por el Guadalquivir llevarn a los comerciantes sevillanos y gaditanos a preferir que las flotas cargaran y descargaran en Sanlcar y Cdiz, prctica generalizada a partir de 1668 y plenamente vigente ya desde 1680, fecha en que Cdiz era cabecera de la flota y, por lo tanto, era ya el principal puerto del comercio indiano. Esta situacin de hecho se reconoce oficialmente en 1717 con el traslado a esta ciudad de la Casa de la Contratacin y el Consulado. La navegacin protegida: Las flotas La cuarta frmula para garantizar el monopolio -y a la vez protegerlo frente a corsarios y enemigos- fue el establecimiento de la navegacin obligatoria en convoy, con escolta militar y rutas fijas: las flotas, establecidas a peticin del Consulado de Sevilla a partir de 1543, aunque su regulacin definitiva se har en 1564.
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Los antecedentes del sistema de flotas se remontan al ao 1526, cuando se establece que los viajes a Indias (que se venan haciendo en navos aislados sueltos y sin proteccin) se hagan en conserva, es decir, con los barcos reunidos en convoy y protegidos por la Armada. En agosto de 1543 se promulga la ordenanza que establece el sistema de convoyar las flotas mercantes, con dos salidas anuales (en marzo y en septiembre) y protegidas por un barco de guerra que se costeara con el llamado impuesto de convoy o de avera. En los aos siguientes se dictaron nuevas medidas sobre el trfico indiano, que ya a partir de las ordenanzas del 18 de octubre de 1564 queda regulado en dos convoyes separados: a) La flota a Nueva Espaa, que saldra en abril (fecha que en 1582 se cambia a mayo) con destino a Veracruz, tras tocar en Santo Domingo; b) Los galeones a Tierra Firme, que saldran en agosto con destino a Nombre de Dios, en el istmo de Panam (a partir de 1598 Nombre de Dios fue sustituido por Portobelo), tocando previamente en Cartagena de Indias. Despus de las correspondientes ferias en los puertos de destino, ambas flotas deban invernar en ellos y reunirse en La Habana en marzo o abril para regresar juntas, con la plata americana y dems productos. La flota de Nueva Espaa iba escoltada por dos grandes naves de guerra (galeones), la capitana y la almiranta, mientras que la flota dirigida al istmo de Panam (Tierra Firme), donde recogera la plata del Per (principal productor en el siglo XVI), va protegida con seis, ocho o ms galeones, que imprimen carcter a esta armada y le dan nombre. Fuera de las flotas, slo viajaban pequeas naves, generalmente avisos o barcos correo, que tambin transportaban alguna carga. La rigidez del sistema de navegacin transatlntica aumentaba el tiempo de navegacin, ya que los buques ms rpidos deban esperar a los ms lentos, y encareca an ms el ya elevado coste de la navegacin comercial, que se mide en das ms que en distancias. Como explica Guillermo Cspedes, el cruce del Atlntico era relativamente rpido y su duracin previsible con cierta exactitud, pero la navegacin del Caribe resultaba lenta y su duracin muy variable; con mucha suerte, la ruta de Sanlcar de Barrameda a Portobelo se poda realizar en 43 das (como ocurri en 1615), pero tambin en 175 das (como se tard en 1633); Veracruz, Portobelo y
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Cartagena estaban ms lejos de Europa que las Pequeas Antillas, pero mucho ms en das de navegacin que lo que la diferencia de distancias hace suponer. Estos tiempos obligaban a llevar gran cantidad de vveres y bebida por cada hombre a bordo, mermando mucho la carga til del buque. Adems, las operaciones de carga y descarga, reparaciones, esperas en puerto para aguardar la estacin de mar tranquila y vientos favorables, imponan a los buques largos tiempos muertos en los que tambin haba que mantener y pagar a la tripulacin. Por ejemplo, un viaje Cdiz-Veracruz-Cdiz poda ocupar dos aos, de los cuales el tiempo de navegacin no sera ms de seis meses, una cuarta parte del viaje completo. Por lo tanto, era esencial minimizar la duracin de las escalas. En teora, los convoyes y los comerciantes de Nueva Granada, Per y Mxico deban llegar al mismo tiempo a Cartagena de Indias, Portobelo y Veracruz, respectivamente, y celebrar en estos puertos una breve feria, tras la cual los mercaderes coloniales regresaban a sus lugares de procedencia con las mercancas europeas que acababan de comprar y el convoy se llevaba los metales preciosos hacia Europa, con una escala en La Habana para reagruparse, cargar provisiones y hacer reparaciones de urgencia. En la prctica, ese esquema requera planificacin muy compleja a ambos lados del Atlntico, muy difcil de lograr. Cualquier dilacin de las flotas o de los mercaderes incrementaba los gastos, y tambin los riesgos de enfermedades en gentes no acostumbradas a vivir en tierras bajas tropicales. El sistema obligaba a asumir grandes gastos y muchos riesgos, a establecer precios y mrgenes de ganancia altos y favoreca toda clase de prcticas monopolsticas. Los precios de cualquier mercanca puesta en Sevilla (ya ms elevados que en el resto de Europa) se multiplicaban por cinco al ser vendida esa mercanca en las Antillas o en la costa de Tierra Firme, por diez en Mxico central, por quince en el Bajo Per, y por veinte en el Alto Per. La codicia de mercaderes monopolistas agrupados en los respectivos Consulados (de Sevilla, Mxico y Lima) tiene su parte en ese encarecimiento, pero la mayor parte es atribuible a costes, riesgos y lentitud del transporte (Cspedes). Lo cierto es que el sistema de flotas result tan eficaz desde el punto de vista de la seguridad que sufri pocos ataques, y slo una vez se perdi todo el tesoro de la flota de Nueva Espaa, capturado en 1628 por el holands Piet Heyn en la baha de Matanzas (Cuba), obteniendo un botn impresionante que permiti financiar la expansin holandesa en el nordeste de Brasil. Esta expe29

riencia hizo que para reforzar la defensa se creara poco despus la Armada de Barlovento, con base en Veracruz, igual que en el Pacfico se haba creado a fines del siglo XVI (tras los saqueos de Francis Drake) la Armada del Mar del Sur, encargada de proteger los barcos mercantes que desde El Callao llevaban la plata peruana a Panam. Pero si se lograba una buena defensa, el sistema tena tambin algunos inconvenientes, como el encarecimiento de las mercancas pues los enormes gastos militares eran en gran parte sufragados por el propio comercio a travs del impuesto de la avera; o la lentitud de la navegacin de las flotas, pesados e impresionantes convoyes de decenas de barcos que deban navegar al ritmo que marcaba el ms lento de ellos. La rigidez del calendario tambin signific un problema, aunque en la prctica casi nunca se cumpla, y las flotas empezaran a salir cada dos aos, o cuando podan, pues desde mediados del XVII las guerras en que Espaa se ve envuelta hacen insegura la navegacin a las Indias y repercuten en la irregularidad del envo de las flotas; como consecuencia lgica se produce la intensificacin del contrabando. Pero el mayor inconveniente fue el permanente estado de escasez del mercado americano (algo que convena a los grandes comerciantes monopolistas de los Consulados de Mxico y Lima al permitirles mantener los precios elevados) y la marginacin de regiones enteras (el Ro de la Plata, Venezuela, el Pacfico) que quedan fuera de la ruta de las flotas. No tiene nada de extrao que sean precisamente stas las zonas especializadas en el contrabando. En definitiva, las flotas no resultaron tan eficaces en garantizar el monopolio a largo plazo: algunas estimaciones indican que a fines del XVII slo significaban la tercera parte del comercio con las Indias, siendo el resto (dos terceras partes) contrabando. A comienzos del siglo XVIII la poltica internacional espaola ocasiona la apertura de los puertos del virreinato peruano al comercio extranjero. La guerra de Sucesin tiene como primer efecto inmediato la prctica clausura del istmo de Panam, que paraliza la regular actividad comercial: slo en 1706 es posible el despacho de la flota a Tierra Firme, al mando del conde de Casa Alegre, celebrndose en 1708 y con gran xito la feria de Portobelo; pero ya no se enviar otra flota hasta el ao 1722, conducida esta vez por Baltasar de Guevara. El largo parntesis de ms de 13 aos sin feria alguna ser cubierto por los franceses, que, amparndose en ciertas concesiones derivadas de la
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alianza franco-espaola, toman a su cargo el abastecimiento peruano por medio del contrabando ms o menos tolerado. Luego sern los ingleses quienes, valindose del navo de permiso y el asiento de negros obtenidos por el Tratado de Utrech (1713) realizarn un intenso contrabando en las Indias espaolas. Era ineludible, pues, emprender la reforma de un sistema ya a todas luces inoperante. Lo primero que se hizo fue trasladar la Casa de la Contratacin a la ciudad que ya vena siendo, desde 1680 por lo menos, el puerto donde se organizaban las flotas, y stas a su vez se tratan de revitalizar con una nueva organizacin, plasmada en el Proyecto para galeones y flotas de 1720, que establece un nuevo sistema arancelario y mejora la reglamentacin de las expediciones. En el virreinato peruano el rgimen de flotas se mantiene con intermitencias e irregularidades hasta 1737, en que se enva la ltima armada a Tierra Firme, a cargo de Blas de Lezo. Ser la guerra con Inglaterra, en 1739, la que marque el fin de este agonizante sistema de trfico: el almirante ingls Vernon, al destruir Portobelo en 1739, destruye tambin el rgimen de galeones consolidndose en adelante el procedimiento de comercio por navos de registro despachados aisladamente para cada puerto (sistema practicado de forma espordica desde mucho antes, pero que ahora se hace general) y se rompe as definitivamente el monopolio de Lima y Mxico como centros distribuidores en Amrica. Adems, al arruinarse el comercio por la va de Panam, se abre oficialmente la ruta del Cabo de Hornos como sustitutivo, y con ello se reafirma e institucionaliza la reversin de la corriente comercial del Pacfico -iniciada a comienzos del siglo por los comerciantes franceses- y se invierte la relacin del Per con Chile y Buenos Aires, con lo que el grupo de comerciantes monopolistas limeos pierde la situacin de privilegio disfrutada hasta entonces. El nuevo rgimen comercial (vlido desde 1740, aunque no podr regularizarse hasta 1748, cuando termine la guerra con Inglaterra) permita una mayor fluidez en el trfico, pero la llegada intermitente de los registros introduca un elemento de incertidumbre en los mercados y provocaba continuamente desequilibrios entre la oferta y la demanda. Evidentemente el sistema de navos de registro perjudicaba a los grandes comerciantes monopolistas, de ah que Consulado de Lima llegue a solicitar el cierre de la ruta del cabo de Horno y la vuelta al rgimen de flotas, sin conseguirlo, desde luego.
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Sin embargo, s se mantiene todava el sistema de flotas a Nueva Espaa (principal zona productora de plata en el siglo XVIII), que ser casi lo ltimo que se suprima, pero se sigue avanzando en la liberalizacin comercial. As, en 1765 se pone fin al monopolio gaditano permitiendo que nueve puertos espaoles (Sevilla, Cdiz, Mlaga, Cartagena, Alicante, Barcelona, Santander, Gijn y La Corua) comerciaran directamente con las Antillas (Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, Margarita y Trinidad), permiso que luego se ampla a la Luisiana (1768), Yucatn y Campeche (1770), y a Santa Marta y Ro Hacha (1776); al mismo tiempo que se simplifican trmites y se suprimen algunos pequeos impuestos. Por fin, el 12 de octubre de 1778 se promulga el Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de Espaa a Indias, comnmente conocido como Reglamento de Libre Comercio pero que, pese a su atractivo nombre, no significa ms que el permiso dado a 13 puertos espaoles (los nueve incluidos en el Reglamento de 1765, ms los de Almera, Alfaques de Tortosa, Palma de Mallorca y Santa Cruz de Tenerife) para comerciar con 24 puertos americanos (San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Montecristi, Santiago de Cuba, Trinidad, Bataban, La Habana, Margarita, Trinidad, Campeche, Santo Toms de Castilla, Omoa, Cartagena de Indias, Santa Marta, Ro Hacha, Portobelo, Chagres, Montevideo, Buenos Aires, Valparaso, Concepcin, Arica, El Callao y Guayaquil). Inicialmente quedaron excluidos los puertos venezolanos y mexicanos, hasta que en 1789 la nueva reglamentacin se ampla tambin a Veracruz y Caracas, suprimindose ya por completo y definitivamente el rgimen de flotas. Sin duda las flotas fueron un modelo de organizacin muy valioso para la poca, y durante mucho tiempo haban logrado cumplir la funcin primordial para la que fueron creadas, esto es mantener el monopolio comercial espaol con sus colonias, abastecindolas de manufacturas europeas y transportando a la metrpoli la plata americana. Pero difcilmente se poda esperar que un mecanismo tan complejo funcionara con xito durante ms de 200 aos, en los que la organizacin y el control del monopolio se mantienen prcticamente inalterable mientras que las caractersticas y condiciones del trfico martimo cambian sustancialmente: por mencionar slo la faceta ms llamativa, recordemos cmo va paulatinamente disminuyendo la llegada de plata (que en el siglo XVI constitua el 95% de las importaciones americanas), y en cambio aumentan los envo de productos americanos de creciente
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demanda en Europa (cacao, azcar, ail, grana o cochinilla, algodn, cueros, caf), cargamentos de carcter agropecuario que no eran tan costosos como para soportar los gastos de un sistema de transporte como las flotas. A partir de 1778, el llamado libre comercio logr reactivar el trfico entre Espaa y sus territorios ultramarinos, inaugurando una era de prosperidad y crecimiento econmico, pero en el fondo no era ms que una puesta al da del mercantilismo tradicional, un intento tardo de mantener el monopolio comercial en un momento en que ya la realidad del mercado americano se caracterizaba por la presencia de artculos europeos procedentes de la revolucin industrial. Lo cierto es que el verdadero libre comercio vendr impuesto por la poltica internacional: el bloqueo ingls de Cdiz en 1797 obliga a Espaa a autorizar el comercio de neutrales (pases no beligerantes, es decir, en la prctica los Estados Unidos), y eso significar un anticipo de independencia econmica para las colonias. En ltimo trmino, el mayor obstculo al mantenimiento del monopolio comercial espaol fue el retraso de Espaa en incorporarse a la primera revolucin industrial, lo que hizo imposible evitar el abastecimiento del mercado americano mediante el contrabando de productos manufacturados por parte de los pases europeos (Francia, Inglaterra, Holanda) que s haban emprendido esa primera industrializacin.

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LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL es una publicacin peridica trimestral del Ministerio de Defensa, publicada por el Instituto de Historia y Cultura Naval, centro radicado en el Cuartel General de la Armada en Madrid, cuyo primer nmero sali en el mes de julio de 1983. Recoge y difunde principalmente los trabajos promovidos por el Instituto y realizados para l, procediendo a su difusin por crculos concntricos, que abarcan todo el mbito de la Armada, de otras armadas extranjeras, de la Universidad y de otras instituciones culturales y cientficas, nacionales y extranjeras. Los autores provienen de la misma Armada de las ctedras de especialidades tcnicas y de las ciencias ms heterogneas. LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL naci pues de una necesidad que justificaba de algn modo la misin del Instituto. Y con unos objetivos muy claros, ser el instrumento para, en el seno de la Armada, fomentar la conciencia martima nacional y el culto a nuestras tradiciones. Por ello, el Instituto tiene el doble carcter de centro de estudios documentales y de investigacin histrica y de servicio de difusin cultural. El instituto pretende cuidar con el mayor empeo la difusin de nuestro historia militar, especialmente la naval martima si se quiere dar mayor amplitud al trmino, en los aspectos que convenga para el mejor conocimiento de la Armada y de cuantas disciplinas tericas y prcticas conforman el arte militar. Consecuentemente la REVISTA acoge no solamente a todo el personal de la Armada espaola, militar y civil, sino tambin al de las otras marinas, mercante, pesquera y deportiva. Asimismo recoge trabajos de estudiosos militares y civiles, nacionales y extranjeros. con este propsito se invita a colaborar a cuantos escritores, espaoles y extranjeros, civiles y militares, gusten, por profesin o aficin, tratar sobre temas de historia militar, en la seguridad de que sern muy gustosamente recibidos siempre que renan unos requisitos mnimos de correccin literaria, erudicin y originalidad fundamentados en reconocidas fuentes documentales o bibliogrficas.

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