Ugarteche La 1a Crisis Global Del Siglo Xxi
Ugarteche La 1a Crisis Global Del Siglo Xxi
Ugarteche La 1a Crisis Global Del Siglo Xxi
Alberto Acosta (Ecuador), Joachim Becker (Alemania), Sebastin Carenzo (Argentina), Jaime Estay (Mxico), Luiz Faria (Brasil), Claudio Lara (Chile), Pablo Mguez (Argentina), Jess Rivera de la Rosa (Mxico), Jos Mara Tortosa (Espaa), Oscar Ugarteche (Mxico)
Contenido
La crisis general: elementos tericos por Oscar Ugarteche Una crisis global indita: el rol financiero de los Estados nacionales por Claudio Lara Corts O Tsunami das finanas desreprimidas por Luiz Augusto E. Faria La crisis mundial y las alternativas de desarrollo para Amrica Latina por Jess Rivera de la Rosa De la crisis econmica... a la crisis del pensamiento econmico? por Jaime Estay Acumulacin, desposesin y regulacin social en tiempos de crisis por Pablo Mguez y Sebastin Carenzo La Unin Europea y la crisis financiera por Joachim Becker Hacia un nuevo sistema financiero internacional. Propuestas desde la utopa por Alberto Acosta Entre el ya no y el todava no por Jos Mara Tortosa
Compilador: Eduardo Gudynas - Diagramacin: Gonzalo Gutirrez Enero 2009, Montevideo, Uruguay
toda su planta profesional y secretarial que costaban 3,000 USD en 1982 (equivalentes a 6,000 USD en dlares del 2006) y que una vez instaladas quedaron obsoletas en un ao. Todo el equipo de cmputo inicial queda desechado y debe de comenzar nuevamente. Este proceso y otros anlogos se han dado desde inicios de los aos 80 sobre todo durante el periodo de despliegue de la nueva tecnologa. La empresa que no realiza la modernizacin queda fuera de la competencia, pero por otro lado, el que la realiza pierde rentabilidad al invertir cantidades sustantivas de dinero en el proceso de modernizacin. La nica alternativa es hacer un manejo de la liquidez creativo y un manejo de los pasivos, agresivo. Eso explica que la financiarizacin comenzara junto con el cambio tecnolgico en los primeros aos 70 del siglo pasado y que se fuera acentuando hasta llegar al paroxismo a fines de la dcada de los aos 90 cuando la bsqueda de innovaciones se extrem.
de movilidad de las personas para mmntener los salarios bajos. La liberacin del mercado de capitales acompaada de la privatizacin de las empresas pblicas permiti la expansin del capital trasnacional que compr tanto bienes pblicos globales como agua y aire (bosques) como servicios pblicos en general, electricidad, telefona, banca, etc. Lo paradjico es que al funcionar de este modo y estar hecha dicha teora econmica, y sus instituciones, con esa finalidad, el incremento del gasto pblico estadounidense generado por el gobierno de los Estados Unidos desde enero del 2001, para salir de la recesin/depresin con deflacin del 2000-2001 no arrastra su crecimiento. Se ha demostrado que la economa de los Estados Unidos es porosa y que los efectos del gasto pblico del pas del norte en la primera dcada del siglo XXI se ven en el crecimiento del dficit externo habiendo llevado a la devaluacin de su moneda. De este modo, la invasin a Irak se reflej en un alza en los precios de los commodities al mismo tiempo que en un auge de las bolsas pero en lugar de beneficiar a la economa de Estados Unidos en su conjunto gener un dficit externo solo imaginable en una economa que imprime el dinero internacional. Los beneficiarios de esa guerra tuvieron en los Estados Unidos nombre propio: Carlyle, Bechtel, los Bush, Cheney, Rumsfeldt y ahora el General MacAfree. El problema es que las guerras ya no arrastran a la economa que las genera. Es ms, lo que es bueno para las empresas que hacen la guerra ya
La crisis de sobreproduccin
La crisis que se est viendo se inici hace ms de una dcada y fue medianamente controlada hasta que lleg al centro, a la raz del problema. Hay un problema de las reglas del juego econmicas que han consistido en abrir las economas de forma que las trasnacionales incrementaren su rentabilidad a partir de mano de obra barata en pases remotos lo que ha requerido la apertura del mercado de capitales, la apertura del mercado de bienes y servicios, y sobre todo, el cierre de los espacios
no es bueno para los Estados Unidos en la presente circunstancia. S lo ha sido para un selecto nmero de personas del entorno neoconservador y para la banca de inversin mientras dur la burbuja. Luego quebr y es rescatada desde el Tesoro por el ex presidente de Goldman Sachs. Its business, not economics.
Sobre la generalizacin
La crisis es sobre todo de Estados Unidos pero es de la marcha del capitalismo estadounidense bajo las reglas del juego de utilizar la mano de obra barata de alrededor del mundo para beneficiar a las trasnacionales. Lo es tambin del patrn de acumulacin basado en el motor a combustin que ha terminado con el planeta como lo conocimos y que si no se modifica ahora terminar con la especia humana. Ambos son elementos generales pero que se definen en el G7. Es tambin una crisis de un orden internacional surgido en los aos 70 donde siete pases deciden su destino econmico y le imponen a los otros 187 como hacerle para su propio beneficio, arrebatando la libertad de estos 187 gobiernos con el argumento de que saben ms. Esta crisis es tambin general porque es evidente que le teora econmica ortodoxa evidentemente no la pudo ni prever ni resolver en los trminos del mercado. Ahora ya no pueden decir que saben ms y por eso subordinan al resto.
resto del mundo el G7 es la mitad del comercio y los circuitos intraregionales estn fortalecidos. Hoy estn muy severamente impactados los del G7 que comercian y cruzan instrumentos financieros entre s, as como Mxico y Centroamrica por sus grados de interpenetracin con el vecino del norte. En el plano financiero estn ms severamente impactados los que trabajaron en el mercado de derivados aunque todas las bolsas de valores del mundo se cayeron de forma sincronizada. La cada de las bolsas no significa lo mismo para todas las economas por el peso diferenciado de stas en la economa. El efecto sobre los sistemas privados de pensiones ser parecido para todos aunque en algunos pases el sistema privado cubra a una parte nfima de la fuerza de trabajo y en otros a porciones mayores. El FMI dice que el mundo contina afectado por el impacto de la crisis financiera y por los precios voltiles de las materias primas. La perspectiva, dicen, es una reduccin de la actividad econmica global a niveles igual de bajos que en la recesin del 2001. Considerando que Amrica Latina casi no tuvo crecimiento durante los veinte aos desde 1982, ahora parece haber mayor crecimiento que entonces. Igualmente Asia contina con tasas de crecimiento muy altas aunque levemente reducidas de niveles record, Rusia sigue su curso y aunque se pronostica catstrofes en el precio del crudo la realidad es que la burbuja petrolera a 150 dlares barril fue reventada por el propio Paulson y los precios tendern a estabilizarse en el nivel
real de la demanda internacional entre 50 y 100 dlares barril y no menos que eso. En conclusin, en este contexto se abre el espacio para el fortalecimiento de los sistemas intraregionales de comercio y finanzas, para la reorganizacin del sistema financiero internacional dndole nuevos roles al FMI y al Banco Mundial que necesariamente debern tener una estructura representativa de los acreedores del mundo actual y sobre todo, es el momento de pensar una teora econmica contracclica que privilegie el mercado interno, acompaado del externo, que imagine sistemas productivos que conserven el medio ambiente y sistemas distributivos que incorporen a todos y todas.
Bibliografa
Fondo Monetario Internacional. 2008. Regional Economic Outlook, Western Hemisphere: Grappling with the Global Financial Crisis, Washington D.C. Kindleberger, C. P. 1978. Manias, Panics and Crashes: A History of Financial Crises, John Wiley & Sons, New York. Marx, Karl, El Capital, Siglo XXI, Mxico, 1977, Tomo III, cap. 24 Prez, C. 2004. Revoluciones tecnolgicas y capital financiero. La dinmica de las grandes burbujas financieras y las pocas de bonanza. Siglo XXI, Mxico.
O. Ugarteche es investigador titular del Instituto de Investigaciones Econmicas de la UNAM (Universidad Autnoma de Mxico), miembro del Sistema de Investigaciones de Mxico, SEPLA y de Latindad; preside ALAI (Agencia Latino Americana de Informaciones) y coordina el observatorio OBELA.org
instrumentos de deuda estatal, alimentando as la hipertrofia financiera. Pero tambin el Estado, sobre todo en Estados Unidos, proporcion liquidez a los bancos privados a bajsimas tasas de inters. En este pas ello ocurri a travs de la Reserva Federal, subsidindolos directamente con crdito pblico, incluyendo a los bancos de inversin antes que colapsaran. Asimismo, canje bonos del gobierno norteamericano por bonos de respaldo de hipotecas basura, asumiendo parte del riesgo de la deuda txica inmobiliaria. De este modo, los inversionistas que apostaron a la especulacin en Wall Street, epicentro de la actual crisis, lo hicieron con un riesgo mnimo y seguros que seran rescatados por el propio Estado en caso de quiebra. Por otra parte, tambin se han alterado las relaciones entre los mismos Estados nacionales. Aproximadamente desde el ao
2000, un nmero significativo de pases subdesarrollados y en especial los llamados emergentes, han logrado inmensos excedentes en sus cuentas corrientes que han tenido como resultado una impresionante acumulacin de reservas internacionales. Asia es la regin dominante, donde slo las reservas de China superaron los 1.5 trillones de dlares en 2007. Mientras en Amrica Latina, pases como Mxico y Brasil tambin han visto crecer rpidamente sus reservas. Entre 2000 y 2007, ellas crecieron desde 35.5 billones de dlares a 180.1 billones de dlares en Mxico y desde 31.5 billones de dlares a 180.1 billones de dlares en el caso de Brasil. Estas mayores reservas estaran ayudando a estos pases a defender la estabilidad de los tipos de cambio y a protegerse contra la repentina salida de capitales. Esta situacin sin precedentes sirvi de base a la teora del desacople que sostena que los pases en desarrollo no se veran mayormente afectados por la crisis financiera. Por lo dems, esta situacin difera claramente de los momentos previos a las sucesivas crisis que vivieron muchos pases subdesarrollados y emergentes en los aos noventa, cuando se encontraban extremadamente vulnerables debido a que no contaban con reservas suficientes para protegerse de los grandes dficit que arrastraban en sus cuentas corrientes. Una vez que estall la crisis, primero en el Este asitico y luego en otros pases, los capitales privados abandonaron precipitadamente sus economas y sus monedas colapsaron. El error de la teora del desacople fue no entender que desde el estallido de la
Estados Unidos ha sido el principal beneficiado por el emprstito neto desde los pases pobres.
burbuja inmobiliaria en agosto de 2007 estamos frente a una crisis financiera y econmica de naturaleza global. Es cierto que los pases subdesarrollados han visto incrementada su participacin en los circuitos financieros mundiales en expansin, pero igualmente lo es que no han podido escapar a la desigualdad intrnseca de estos movimientos y a sus diferentes tasas de rentabilidad. Los activos financieros totales, como porcentaje del Producto Geogrfico Bruto (PGB) mundial, han crecido vertiginosamente en las dcadas recientes, desde un 109% en 1980 a 201% en 1990, y luego a 346% en 2006. Cabe destacar que en esta ola expansiva los activos de los pases en desarrollo ascendieron desde 3.9 trillones de dlares a 23.6 trillones de dlares slo entre 1995 y 2006, o de 6% a 14% del total mundial. Esta creciente participacin de estos pases en las finanzas mundiales contempla adems las grandes corrientes de capitales crediticios y de cartera que arribaron a sus economas en bsqueda de elevadas rentabilidades. Por el contrario, los flujos de capital de los pases subdesarrollados, incluso mayores que los anteriores dada sus enormes reservas, se han dirigido hacia los pases industrializados, particular
mente a Estados Unidos, obteniendo bajas rentabilidades. En efecto, el stock de bonos del tesoro norteamericano creci desde casi 2.5 trillones de dlares en marzo 2000 a casi 3.5 trillones en junio 2007. En este mismo lapso, las posesiones de los bancos centrales extranjeros en tales bonos aumentaron desde 0.5 trillones de dlares a 1.5 trillones de dlares (para representar sobre el 40% del total). Claro que estas compras han tenido un significativo impacto monetario al ayudar a bajar los rendimientos de largo plazo de los bonos de deuda norteamericanos explicando precisamente las bajas rentabilidades antes mencionadas-, lo que adems estimul un ambiente de bajas tasas de inters que estableci las bases para la burbuja inmobiliaria y la consiguiente crisis financiera y econmica mundial. En definitiva, el resultado ha sido el emprstito neto que han hecho los pases pobres a los pases ricos a cambio de bajsimos retornos, siendo Estados Unidos el principal beneficiado. De acuerdo a algunos analistas, los costos en invertir en tales activos subvaluados han sido significativos, estimndose las prdidas en torno al 1% del PGB de los pases en desarrollo. Todava ms, de manera paralela a la acumulacin de enormes reservas, estos
pases han venido promoviendo, bajo los auspicios del FMI, el cambio de deuda pblica externa por deuda interna, a financiarse por el capital financiero local. En 1995 dicha deuda era casi el 9% de la que tenan los pases desarrollados, pero en 2005 se dispar a casi 35%. En otras palabras, estos pases se endeudan internamente mientras invierten cada vez ms en los principales centros financieros mundiales. Las razones de este absurdo estaran en que se han visto obligados a esterilizar el impacto monetario de sus ganancias de divisas y de influjos de capital para mantener las metas de inflacin. Es decir, se ha recurrido a financiamiento interno no para impulsar la inversin domstica sino para mantener la inflacin a niveles mnimos como exige la Banca Central. Irnicamente, dicho absurdo neoliberal ha colocado al Estado en un rol destacado en las finanzas globales a pesar de su discurso anti-estatista, a la que se agrega hoy la responsabilidad de salvar al capitalismo de los capitalistas ms emprendedores mediante gigantescos rescates financiados con recursos pblicos.
C. Lara Corts es economista chileno, docente en la Universidad Arcis (Santiago), integrante del directorio de SEPLA y editor de la revista Economa Crtica y Desarrollo.
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so recorrentes e visveis na forma de ptios lotados de carros zero quilmetro, tambm podem, na maior parte das vezes, ser corrigidos pelas prprias empresas com uma reprogramao de suas metas de produo. No mercado financeiro, entretanto, no possvel nenhum tipo de planejamento. Todas as decises relevantes so tomadas no curto prazo levandose em considerao unicamente o que os outros esto fazendo. S esse padro de comportamento mimtico pode julgar razovel que um banco de investimento multiplique trinta vezes seus depsitos iniciais para financiar a compra de ttulos que todos esto comprando sob a convico absurda de que o movimento de valorizao no s no vai parar nunca, como render ganhos sempre crescentes. Nesse processo, a pirmide de papel do capital fictcio cresce a um ritmo vertiginosamente superior ao do capital real, os ativos produtivos. Sua natureza, entretanto, permanece a mesma. Como j haviam apontado Marx e Hilferding, tais ttulos representam unicamente um direito sobre a renda gerada pelo trabalho produtivo empregado nos empreendimentos do capital investido na esfera da produo de bens e servios. Nos momentos de bonana, empresas industriais e agrcolas transferem a seus scios portadores de aes e outros papis uma parcela do
excedente produzido por seus trabalhadores, na forma de dividendos e outros pagamentos. Da mesma forma, o Estado transfere uma parte de sua renda tributria pagando juros sobre a dvida pblica. Por algum tempo, enquanto o processo de valorizao segue uma trajetria ascendente no mundo do trabalho, as apostas sobre resultados futuros cada vez maiores seguem sendo feitas no dia a dia da especulao financeira, o que induz a uma multiplicao de dvidas tomadas para alavancar inverses que tm a expectativa de auferir rendimentos constantemente crescentes. Essa trajetria de valorizao sempre interrompida quando algum episdio, muitas vezes dos mais corriqueiros, demonstra o tamanho da distncia entre os direitos assim multiplicados e a possibilidade de a economia real satisfazlos. Isso porque, para alm da fragilidade crescente da cadeia de obrigaes de dvida que no para de se multiplicar, os pagamentos de renda aos especuladores tambm representam uma drenagem de recursos que saem da esfera da produo e se imobilizam na forma monetria, reduzindo os recursos disponveis para a continuidade do investimento produtivo. Desde o comeo do sculo, e at a vspera desta crise, as empresas no financeiras dos EUA estavam distribuindo a totalidade de seus lucros como dividendos aos acionistas. No centro do capitalismo mundial, os recursos corporativos para investimento foram zerados. O crescimento alcanou ser sustentado pelo consumo enquanto o desequilbrio comercial e o endividamento das famlias financiaram as compras no exterior. De tanto esticar a corda, veio o colapso.
Foi justamente a aposta no irrealizvel que causou a presente crise. Mas essa aposta j vinha dando sinais de seus limites h bastante tempo. Desde meados dos anos 1990, na medida em que esses movimentos altistas de preos de papis portadores de alguma forma de renda financeira atingiram propores muito elevadas, bolhas de inflao de ativos e colapsos de deflao vm ocorrendo. As sucessivas crises em mercados perifricos da Amrica Latina, sia e Europa Oriental foram minimizadas pelos economistas defensores da tese dos mercados eficientes e creditadas a equvocos da poltica econmica ou falta de bons fundamentos nesses pases. A receita teraputica foi sempre a mesma: faltava dar mais liberdade aos agentes financeiros, j que acreditavam ser a causa desses colapsos no a especulao, mas sim a persistncia de prticas e regras que a pudessem coibir. Em 2001, pela primeira vez, um cataclismo se instalou no centro do sistema, foi o estouro da bolha da nova economia em Nova Iorque. poca, algumas vozes bem situadas em Wall Street e na academia falavam de uma certa exuberncia irracional nesses mercados. Como a valorizao fictcia foi retomada, o assunto foi logo esquecido. Isso at meados do ano passado, quando o ciclo de mais de uma dcada de inflao de preos de imveis e de endividamento das famlias norte-americanas se encerrou. O ano e pouco que
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mera instancia como la crisis financiera global se ubican en el comportamiento de la economa real, expresado en el movimiento de la tasa de ganancia, as como en la burbuja financiera que le acompa. Hoy podemos en consecuencia sealar que se trata no de una crisis del modelo neoliberal, sino del sistema capitalista como tal. No de la economa estadounidense, tan slo, sino de la economa mundial en su conjunto. No se trata de una mera crisis coyuntural, sino de una crisis estructural del capitalismo. Para diciembre de 2004, en The Economist se alertaba que la base monetaria del sistema capitalista, el dlar, estaba siendo carcomido por la competencia internacional. Con lo que se agregaba un elemento ms a la problemtica sealada en los meses previos. Desde entonces ya se discuta con fuerza la necesidad de una nueva arquitectura financiera internacional, al menos un Bretton Woods II, y una nueva base monetaria del sistema. De hecho, varios analistas, sobre todo europeos, ya sealaban focos amarillos en este campo.
La actual crisis del mercado mundial no es la primera que se inicia con un grave problema en el mercado hipotecario. Sin embargo, ante la gravedad de la crisis, la recesin mundial que ha ocasionado y el proceso de recreacin, o el intento al menos, del sistema capitalista, es tambin una oportunidad de cambio social, de construir una nueva casa para todos, en la que seamos diseadores, propietarios y constructores al mismo tiempo. En diciembre de 2007 comenz la recesin en Estados Unidos y la crisis del mercado mundial, que se ha manifestado con crudeza a lo largo de 2008 y se extender con seguridad a lo largo del 2009. Como en la crisis del ao 1929, a partir de 1970 se dio una tendencia muy acentuada a la concentracin del ingreso en EUA, de modo que previamente al inicio de la actual crisis, el 1% de los ms ricos en ese pas llegaron a concentrar el 20% del ingreso nacional. Es probable que al calor de la crisis, ese proceso de concentracin se vea afectado, pero nada asegura que dar pas a una redistribucin, aunque si es probable que estemos frente a un nuevo proceso de concentracin y centralizacin del capital. Los estadounidenses debern ajustar su economa, aunque probablemente lo hagan por medio de una estrategia de corte keynesiano, esto es mediante una poltica macroeconmica de impulso a la demanda agregada. Sin embargo, esas recetas implicarn la continuada insustentabilidad del crecimiento econmico. Las desigualdades prevalecientes, en trminos geogrficos, de raza y gnero, expuestas en el Informe
sobre el Desarrollo Humano en Estados Unidos en julio de 2008, seguramente tendern a profundizarse como resultado de la propia crisis, antes que tener una correccin importante. Ya se han perdido muchas cosas, aparte de empleos e ingresos, se ha perdido la confianza en el sistema financiero, en los banqueros, pues nadie sabe bien a bien el tamao de las prdidas, gracias a los instrumentos financieros, por lo que una de las vctimas de la crisis ha sido la confianza. Y ser muy difcil recuperarla. Incluso la posibilidad de creacin de nuevas instituciones estar sometida bajo la presin de la desconfianza. En esta crisis del sistema capitalista, a diferencia de todas las anteriores, se han sincronizado graves problemas de la ms diversa ndole, imprimiendo de esta forma un sello distinto a la coyuntura. Esta conjuncin de problemas sistmicos nos lleva a plantear la hiptesis de que lo que ha ocurrido y lo que vendr en los prximos meses ser de alguna manera indito, por lo que los intentos de solucin con base en recetas ensayadas con anterioridad, seguramente se quedarn cortos ante la profundidad de la crisis. Con la victoria de Barak Obama, la situacin se ha vuelto un tanto confusa. Por una parte, la necesidad del ajuste en EUA y el malestar acumulado en la poblacin de ese pas, junto con la llegada de un presidente que representa la esperanza del cambio social. Por la otra, el declive de EUA como potencia hegemnica y las necesidades de reconfiguracin sistmica.
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Es este el contexto en el que Amrica Latina enfrenta un reto muy grande, el de repensar el desarrollo, de cara al desplome del modelo americano y las posibilidades abiertas por la propia crisis. Por supuesto las opciones estn abiertas, desde el regreso de un neo-nacionalismo en los pases de la regin, o la integracin en nuevos espacios transnacionales. La crisis pone a prueba nuestra capacidad de aprendizaje. Hay desde quienes olvidan la historia y aseguran que esto jams volver a ocurrir, lo mismo que se deca al calor de la gran depresin de los aos 30, hasta los que no recuerdan los lmites de la coordinacin tanto de los bancos centrales como de los gobiernos y las polticas macroeconmicas. Hay por supuesto el inters, la preocupacin e incluso la intencin de coordinar los esfuerzos para frenar la crisis. Sabemos, sin embargo, que ello tiene lmites, sealados por las fracciones del capital, por el proceso de ruptura que conlleva la globalizacin. Se espera por supuesto la respuesta de los chinos Qu pueden hacer? Por la forma y alcance de la crisis, podemos afirmar que los especuladores y los gobiernos que los apoyan intentar ahora secuestrar el futuro de la humanidad, por medio de las desvalorizaciones de los fondos de pensiones, de las deudas masivas en que estn incurriendo la mayora de los gobiernos, por la forma en que estn diseando la estrategia para reestructurar el funcionamiento del capitalismo. Los rescates han sido cuantiosos, el problema es que no parecen haber sido suficien16
Esta crisis es diferente a las anteriores por la sincronizacin de problemas de diversa ndole...
tes. Las seales del mercado continan a la baja y todas las propuestas, por muy espectacularmente que sean anunciadas, parecen quedarse cortas. Pero el imperio tambin est vulnerable, los mismos economistas oficiales se atreven a sealar a EUA como una repblica bananera por la forma en que se han manifestado sus desequilibrios, fallas y dependencias del exterior. As como al calor de la gran depresin de los aos 30 surgieron las formas de medir la actividad econmica, con base en las propuestas analticas de Keynes, as hoy deberan surgir nuevas formas de medir el nivel de vida y el desarrollo econmico-social de modo que sea sustentable. Propuestas hay muchas desde hace ya varios aos, la cuestin es si la gravedad de la crisis ser el elemento que faltaba para poner en marcha las nuevas formas de evaluar la actividad econmica a escala global. Lo que se est configurando en el momento actual es la forma de la economa mundial durante los prximos treinta aos. La lucha por el futuro est abierta y las posibilidades de cambiarlo tambin. Si nada se hace en Amrica Latina, en una direccin distinta a las recetas neo-keynesianas, se habr avanzado en la acelera-
cin del cambio climtico, en la acelerada destruccin del medio ambiente. Ser otro largo periodo de extraccin de excedentes de la regin, de duro trabajo en condiciones de precariedad, con el fin de pagar el ajuste del capitalismo y de Estados Unidos en particular. A diferencia de lo sealado por Krugman hace diez aos, en el sentido de que el desarrollo ha muerto, justamente la crisis abre una posibilidad de repensar el desarrollo, alejndonos del modelo americano, cuestionando el modelo chino y proponiendo alternativas desde Amrica Latina.
Lo anterior significa por supuesto una organizacin distinta para el cambio social. El capitalismo est acorralado como un animal herido, y como tal todava puede soltar buenos zarpazos intentado escapar, destruyendo lo que encuentre a su paso.
Nota: (1) La NBER hizo el anunci el 1 de diciembre de 2008, ver http://wwwdev.nber.org/cycles/main.html
J. Rivera de a Rosa es economista mexicano. Coordinador del Centro de Estudios del Desarrollo Econmico y Social (CEDES), Facultad de Economa, Benemrita Universidad Autnoma de Puebla, Mxico.
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nmica, con un pragmatismo que poco tiene que ver con los principios del libre mercado que desde hace ya varias dcadas se vienen pregonando no slo desde los mbitos gubernamentales sino tambin por parte de las corrientes dominantes del pensamiento econmico. Como bien nos consta a los que desde hace ms de veinte aos hemos venido soportando la cantaleta de que no hay opciones, acompaada de los diez mandamientos del Consenso de Washington, sobre todo en el capitalismo perifrico donde la mayora de los gobiernos han sido sus ms entusiastas impulsores, esas corrientes dominantes lograron imponerse en la definicin de polticas pblicas nacionales y a nivel multilateral, en la delimitacin de los marcos dentro de los cuales se mueve el pensamiento econmico oficial y en los contenidos principales de la formacin de los economistas, reivindicando en todos esos niveles que
el estricto cumplimiento de sus preceptos era un pasaporte hacia el bienestar de las personas y hacia la salida del subdesarrollo de los pases atrasados. Ms all del intervencionismo estatal dirigido a la proteccin prioritaria a las ganancias que hoy se est aplicando, y del keynesianismo de derecha que l expresa, lo cierto es que la actual crisis implica un cuestionamiento profundo de la propia realidad hacia esas corrientes del pensamiento econmico, ya no slo en trminos de su aporte al bienestar y al desarrollo que nunca aparecieron para los pases pobres y para los pobres de todos los pases sino incluso respecto de su contribucin a las condiciones mnimas de reproduccin del funcionamiento sistmico de la economa mundial, la cual hoy atraviesa por una ruptura casi sin precedentes, la cual no puede ser ni explicada ni enfrentada recurriendo a los preceptos de esas corrientes. Desde esa perspectiva, la crisis que hoy vivimos ya se est ampliando desde la realidad hacia el pensamiento que supuestamente la explica, si bien la magnitud de este ltimo mbito de crisis, depender no slo del grado de deterioro del escenario econmico mundial y de las distintas regiones y pases, sino tambin de la fuerza con que en esos espacios logren abrirse paso, o consolidarse, proyectos alternativos al neoliberalismo con sus correspondientes formulaciones en el plano del pensamiento econmico y social. Por consiguiente, ms que suponer la aparicin de alguna formulacin medianamente homognea para esos espacios, lo que se avizora es un abanico de interpretaciones que en
muy distinto grado tomarn distancia o ya han venido tomndola respecto del pensamiento econmico dominante, y por tanto una confrontacin de interpretaciones y propuestas sobre la realidad econmica, confrontacin que si bien ha estado ya presente se recrudecer como resultado de la propia crisis. Al respecto, y a pesar de la gravedad de la crisis y de la manifiesta inutilidad de los paradigmas econmicos previamente dominantes, no conviene sin embargo ser optimista. Las polticas de intervencin estatal que hoy estn en marcha, bien pueden continuar siendo un ejercicio de cambiar todo para que todo siga igual, un gatopardismo que no afecte lo sustancial de los parmetros del funcionamiento econmico, aunque ello implique dejar en el camino algunos de los componentes ms disfuncionales del patrn neoliberal, y renegar de los postulados ms claramente rebasados de la ciencia econmica oficial, reemplazndolos por otros que incorporen, por ejemplo, un mayor reconocimiento de la necesidad de regulaciones y lmites definidos desde el Estado hacia el libre funcionamiento de los mercados y hacia las canonjas de que hoy disfrutan los grandes capitales, pero todo ello sin afectar a esos grandes capitales, sino ms bien cuidando procesar los desequilibrios que ellos provocan con su actuacin. Pero tambin hay otros componentes posibles en ese abanico de interpretaciones. En un libro de Sarah Babb publicado a comienzos de esta dcada (Proyecto: Mxico. Los economistas del nacionalismo al neoliberalismo, Fondo de Cultura Econmica, 2003), en el cual se haca
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una revisin de los cambios ocurridos en la disciplina econmica en Mxico, la autora formulaba la siguiente reflexin: Han llegado las polticas econmicas del mundo en desarrollo al fin de su historia, para no desviarse nunca ms de su forma tecnocrtica y de su contenido liberal? Si el pasado sirve de gua, tendra que haber un desastre econmico de la magnitud de la Gran Depresin para que sobreviniera un cambio importante, aunque algunos observadores esperan que un movimiento social global producira un resultado similar con costos menos drsticos. De cualquier manera, sera necesaria una fuerza poderosa para desafiar realmente la autoridad de los expertos que presiden la nueva economa global.
Teniendo presente esa reflexin, y en el marco de la actual crisis mundial, estaremos hoy ante esa fuerza poderosa que pudiera empujar a una redefinicin del pensamiento econmico en direcciones por completo distintas a los paradigmas neoliberales, en particular en Amrica Latina, donde la crisis econmica mundial se sobrepone a un escenario previo de gobiernos progresistas y movimientos sociales en ascenso?
J. Estay es economista, docente en la Universidad de Puebla (Mxico); coordina la Red de Estudios de la Economa Mundial (REDEM), y el grupo de trabajo en esos temas en CLACSO (Consejo Latino Americano de Ciencias Sociales).
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representa la crisis respecto del funcionamiento del sistema mundial, no puede escindirse de la reflexin acerca la reconfiguracin de las condiciones de acumulacin capitalista en este contexto.
fenmenos tales como la burbuja burstil de los ltimos aos slo pospona los efectos de la crisis, que ha estallado diez aos despus. Sobre este diagnstico general, Harvey incorpora una importante reflexin sobre el destino del capital excedente, sealando la existencia de circuitos secundarios y terciarios de circulacin que resultan clave para evitar o minimizar las crisis de sobreacumulacin en los circuitos principales de produccin y consumo. A travs de ellos el capital excedente desemboca en la expansin del crdito y la especulacin inmobiliaria, generando nuevas oportunidades para la reproduccin del capital. Pero si estas soluciones provisorias fallan es necesario garantizar la acumulacin por otros medios. En este sentido Harvey introduce la cuestin de la acumulacin por desposesin, donde las nuevas soluciones espacio temporales toman la forma de grandes inversiones destinadas a financiar proyectos de infraestructura o de explotacin de recursos naturales a gran escala, reconfigurando las relaciones sociales sobre aquellos territorios donde tienen lugar. La geografa histrica del capitalismo ha sido configurada tanto por la reproduccin ampliada de capital como por la acumulacin por desposesin pero en la ltima fase de la historia del capitalismo la segunda prevalece como forma dominante sobre la primera. Los mecanismos que Marx haba caracterizado como propios de la etapa de acumulacin originaria continuaron proliferando durante el desarrollo del capitalismo y en la actualidad consisten en la privatizacin de la tierra
y la expulsin forzada de los campesinos e indgenas, la mercantilizacin de la naturaleza, la supresin de formas alternativas de produccin (indgenas, por ejemplo), la privatizacin del agua, etc. Esto permite hablar de un nuevo imperialismo y la acumulacin por desposesin como los mecanismos centrales del capitalismo actual para resolver su crisis, transfiriendo riqueza desde los pases menos desarrollados a los pases ricos y del conjunto de la poblacin a las clases altas. Harvey subrayaba que a partir de las crisis financieras de finales de los aos noventa se impusieron devaluaciones regionales localizadas para que el capital excedente se apodere de los capitales devaluados a precios de saldo y aporte nueva vida a la acumulacin. Ahora, con la actual crisis en el centro econmico mundial, podemos esperar una agudizacin de los mecanismos de acumulacin por desposesin, lo que implica una intensificacin de la explotacin de los recursos naturales y de la fuerza de trabajo, ante la necesidad de reponer las tasas de ganancias deprimidas por la crisis. En tanto las determinantes la expansin del capital son las condiciones de rentabilidad, es tambin esperable que el capital privado refuerce su presin sobre los gobiernos para asegurar el mantenimiento de dichas condiciones, an a costa de los derechos laborales, sociales y ambientales. Lo que queremos sealar es que no se trata de una crisis del ltimo ao ni de la burbuja inmobiliaria, sino que el resultado de un desarrollo de la economa mundial
caracterizada desde los aos ochenta por la hegemona de las finanzas y del capital financiero.
Amparados en estos cambios, los sectores rurales encuentran una oportunidad poltica para reforzar su presin sobre los poderes ejecutivos y legislativos a todo nivel, buscando eliminar las regulaciones estatales de su actividad, tanto en trminos fiscales como ambientales. Es as que instrumentos como la ley para porter los bosques nativos, aunque fue sancionada hace ms de un ao, an no fue reglamentada. Tambin ha recrudecido la ofensiva meditica para la eliminacin de los impuestos a las exportaciones de granos desde un reclamo totalizador amparado en la crisis. Las grandes organizaciones de productores rurales amenazan con volver a suspender la comercializacin de sus productos, como lo hicieron a inicios de 2008. As, esta crisis permite aumentar la presin para eliminar las medidas de regulacin en tanto stas son criticadas por obstaculizar el desempeo productivo en un mercado libre. La crisis se ha transformado paradjicamente en una aliada en la defensa de los intereses del sector ms concentrado del capital agrario, a travs del uso retrico de lo que denominamos la imposicin de la imposibilidad. De all que cualquier iniciativa y/o normativa que suponga ampliar el poder de la sociedad para controlar y regular la dinmica de este sector, es interpretada como la imposicin de restricciones a la produccin de la que vive todo el pas. Esto implica la construccin de una falsa dicotoma entre el interior productivo y
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un gobierno central expoliador que inhibe el desarrollo de un verdadero y profundo debate acerca del modelo de desarrollo que lleva la Argentina actualmente. En tal sentido, queremos advertir que la actual crisis no solo representa una amenaza en trminos de sus efectos sobre las economas de los sectores mayoritarios de la poblacin argentina (desempleo, caresta); sino que adems esta siendo utilizada para socavar derechos socio-ambientales bsicos que deben garantizar el acceso a una vida justa y digna.
Bibliografa
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P. Mguez es economista, y S. Carenzo es antroplogo. Los autores son docentes en la Universidad de Buenos Aires e investigadores en el CONICET.
en el Estado de la sede principal o en los pases de las filiales). Esto es especialmente relevante en Europa Oriental, donde casi todo el sector bancario es de propiedad extranjera. Frente a la escalada de la crisis, la presidencia francesa de la UE organiz el 4 de octubre una cumbre de los pases europeos miembros del G-8 (Alemania, Francia, Gran Bretaa e Italia). El presidente francs, Nicols Sarkozy, propuso para la UE un paquete de rescate parecido al modelo de los EE.UU., lo que fue rechazado por Alemania y Gran Bretaa. Enseguida se intentaron soluciones nacionales, con medidas como garantas para los depsitos bancarios en varios pases y apoyos de distinto tipo a los bancos. El 12 de octubre, la UE hizo una segunda tentativa para una solucin comn. Participaron los pases miembros de la zona del euro, lo que implica una exclusin de casi toda Europa Oriental. El plan anticrisis se inspir fuertemente en el enfoque britnico: El capital propio de los bancos puede ser aumentado con participaciones estatales. En algunos pases esa participacin considerar las condiciones en los negocios, los salarios de los gerentes y la poltica de dividendos. Se acord que ningn banco esencial del sistema financiero poda quebrar, y para ello se les asegur ayuda financiera estatal. Los prstamos entre bancos y similares gozarn de las garantas estatales para recomponer el mercado financiero (previsto hasta diciembre de 2009, mientras que los prstamos garantizados pueden tener hasta 5 aos de vencimiento).
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El compromiso financiero es enorme: por ejemplo en Alemania 70 mil millones de euros para la capitalizacin de los bancos y 400 mil millones para garantas de los prstamos; en Francia 40 mil millones de euros como de asistencia de capital propio para los bancos y 320 mil millones de euros en garantas. Las nacionalizaciones parciales no tienen un carcter estratgico y de largo plazo, sino son concebidas como medidas de emergencia. Este tipo de respuesta no es nueva, ya que fueron aplicadas por los pases pioneros del neoliberalismo en Amrica Latina (las ex dictaduras derechistas de Chile, Argentina y Uruguay), a comienzos del decenio de 1980. En los pases de Europa Oriental, sin embargo, la elevada dependencia de las corrientes de capital extranjero es el problema principal, y no se lo ha percibido de manera adecuada. Debido a que las iniciativas anti-crisis se han focalizado en la zona del euro y Gran Bretaa, la mayora de los pases de Europa Oriental fueron marginados y caen bajo un papel protagnico del FMI. Por lo tanto, las respuestas europeas son bastante improvisadas y han apuntado al objetivo de restablecer el trfico de crdito entre los bancos nacionales, enfocados en la zona euro y Gran Bretaa. Pero hay grietas dentro del bloque regional, criticndose por ejemplo algunas medidas nacionales (como los cuestionamientos desde Francia a las acciones alemanas), aunque la distribucin de las cargas de la crisis entre los pases miembros y los
parte ( 170 mil millones) estara a cargo de los gobiernos nacionales mientras que las iniciativas propiamente europeas se limitaran a dar un impulso suplementar ( 30 mil millone). Por lo tanto, la Comisin Europea quiere contar por lo menos con un marco de accin de los gobiernos nacionales. Pero stos siguen divididos sobre las polticas anti-cclicas (Francia las promueve, aunque ms en el discurso que en hechos, pero Alemania sigue festejando el protagonismo exportador de sus empresas). En Europa del Este se esbozan polticas pro-cclicas impulsadas por el FMI. Por lo tanto, el panorama es bastante contradictorio. Aunque se adoptan parcialmente polticas de corte keynesiano, se evita nombrarlas como tales. Adems, las medidas anti-cciclas son presentados como excepciones que se aplicarn por un periodo muy corto (quizs dos aos). Las fuerzas dominantes pretenden volver ms tarde a las polticas fiscales restrictivas propias de las pautas neoliberales de los ltimos aos. Incluso en algunas reas se intenta radicalizar la perspectiva neoliberal llamando a flexibilizar las relaciones de trabajo. Se sigue apostando por la industria de automviles, muy importante en trminos de valor agregado y de empleo, aunque el transporte individual es un factor muy importante de la crisis ecolgica, de donde un viraje hacia el transporte pblico parece una necesidad ecolgica.
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la prctica de la poltica econmica las causas de la crisis financiera. No se cuestionan los modelos financiarizados o neomercantilistas. Hay muchas vacilaciones de afrontar la dbil regulacin del sector financiero. Los bancos quieren subsidios y la adquisicin de las prdidas por parte de los estados, pero rechazan una reestructuracin fundamental del sistema financiero. En consecuencia, al menos por ahora las propuestas para cambiar la regulacin de los mercados financieros son modestas. Segn la propuesta del Ministro de Finanzas alemn Peer Steinbrueck (que por los menos es concreta), los bancos no podran vender la totalidad de los crditos riesgosos, deberan ampliar los fondos de liquidez, y en el balance debern dejar ver todos los instrumentos financieros innovadores. Son correcciones necesarias, pero no significan una ruptura con la regulacin neoliberal de los ltimos aos. En cambio, el presidente francs, Sarkozy, centr su crtica en los Hedge Funds, que han sido un elemento muy desestabilizante del sistema financiero, y en los parasos fiscales, pero sin concretar un diseo alternativo. Pero no han sido aceptadas. El gobierno britnico, que est muy ligado a los intereses financieros londineses, rechaza incluso propuestas modestas como una regulacin ms restrictiva de los Hedge Funds. Esto muestra los lmites del debate actual. Hasta ahora, la iniciativa ha estado en las manos de los gobiernos. Los parlamentos y los partidos polticos han sido marginados. Algunos partidos de izquierda, movimientos sociales o intelectuales, ofrecen
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tariamente las instituciones financieras internacionales. El esfuerzo, por ms complicado que aparezca, debera darse desde las Naciones Unidas, la nica capaz de representar una soberana internacional colectiva. Por eso es indispensable contar con instituciones internacionales democrticas y comprometidas con el bienestar de todos los pueblos. Los pases poderosos, lo demuestra la historia, intentarn velar por sus intereses a costa de los ms dbiles. Por lo tanto la solucin no pasa por hacer lo mismo que antes, aunque fuera con un comportamiento tico mejorado. Hay que pensar y hacer algo distinto. El sistema econmico internacional debe estar dotado de redes de seguridad e informacin regionales para no tener que disfrutar
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de las crisis recurrentes. Para lograrlo se precisa un sistema de prevencin de crisis y de minimizacin de los riesgos que stas implican. Pero estas redes tienen que crearlas los pases desde el mbito regional, al menos mientras no existan las condiciones democrticas para impulsar una reinstitucionalizacin del mundo desde espacios globales. Incluso sin el concurso de los actuales organismos internacionales, hay que trabajar en la construccin de organismos regionales, a partir de pases vecinos que tienen mayores afinidades entre s con el fin de que, asocindose entre ellos, puedan conseguir sus propsitos y regular sus relaciones financieras, comerciales, laborales, migratorias, ambientales, tecnolgicas y por cierto polticas. A nivel internacional cada uno de estos espacios regionales tendr que interrelacionarse en un sistema de nodos, procurando minimizar el peso de una instancia nica mundial. El resultado sera provocar una fragmentacin del poder mundial concentrado. Hay que crear las condiciones para que los gobiernos de todos los pases, con el concurso de su propia sociedad civil, sean sujetos en la construccin de un nuevo sistema financiero internacional. No debe quedar ningn actor fuera del proceso. Los organismos multilaterales,
repensados ntegramente, debern cumplir la tarea que les asigne la comunidad internacional, pero a partir de estructuras de organizacin regional. La lgica poltica debe primar sobre las demandas del mercado.
corresponden a la territorialidad de los acreedores por el tema de la ejecucin de garantas, por ejemplo. Esta neutralidad del cdigo debe asegurar la proteccin de todos los actores.
Es necesario un Banco Central Mundial para normar la emisin de una moneda o monedas globales
blecera un Fondo para la redistribucin y transferencias, pero tambin para prevenir cualquier tipo de ataque especulativo en los pases ms vulnerables. Desde otra vertiente, es cada vez ms urgente la desaparicin de todos los parasos fiscales, en donde se concentran muchas veces los capitales golondrina y los recursos mal habidos. Y en la misma senda habr que resolver los retos del narcotrfico, reconocida fuente de acumulacin de capitales especulativos. Un corolario de esto es que el derecho penal internacional debe de incorporar clusulas de penalizacin a la corrupcin de carcter internacional con castigos severos para todas las partes involucradas. Estableciendo, adems, mecanismos de compensacin para aquellos actores que han sido dolosamente perjudicados o estafados.
un sistema monetario y financiero regional, con su propio cdigo. En Asia, una iniciativa japonesa -Chiang Mai- propuso acuerdos bilaterales para asegurar la cooperacin financiera en apoyo a las balanzas de pagos de los pases miembros; tambin plante crear un fondo monetario asitico, que incluira una unidad monetaria regional para viabilizar el comercio intraregional y una cmara de compensacin que asegurara el intercambio de las monedas de los Estados asociados. La experiencia de la Unin Europea tambin ofrece una multiplicidad de lecciones para la construccin de espacios regionales sobre los que debera sustentarse el nuevo sistema financiero mundial. La pretensin de sobreproteger a las inversiones extranjeras resulta tambin inadmisible en la medida que frena las posibilidades de desarrollo autnomo de los pases empobrecidos por las propias relaciones financieras internacionales. En el marco de este Cdigo tambin hay que desarrollar mecanismos de control de los flujos de capital a nivel internacional, como podran ser la introduccin largamente esperada del Impuesto Tobin. El impuesto Daly a la extraccin de petrleo crudo merece ser considerado por igual. Con los recursos que se obtengan se esta32
zadas de Naciones Unidas. Dicha transformacin es urgente. El FMI y el Banco Mundial han fracasado en tanto han funcionado como simples mandatarios de las grandes potencias y del gran capital. Parte del problema radica en la ausencia de controles democrticos sobre los organismos multilaterales. Estos organismos internacionales, con nuevos y precisos marcos de accin, deben rendirle cuentas a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Espacios de control regional tambin debern ser adecuadamente estructurados. Incluso deben crearse mecanismos internacionales e instancias de sancin a los organismos internacionales y sus funcionarios.
En complemento a los cambios que requiere el sistema financiero, habr tambin que normar el mercado laboral as como las disparidades comerciales (repensando ntegramente la Organizacin Mundial de Comercio). Por igual hace cada vez ms falta una suerte de superintendencia ambiental mundial y el fortalecimiento de la Corte Penal Internacional, para perseguir y sancionar todo tipo de delitos internacionales, incluyendo los econmicos. Finalmente, recordemos que el objeto de la economa es el bienestar de la poblacin y el de la justicia, asegurar que esto ocurra.
A. Acosta es economista ecuatoriano; docente e investigador de FLACSO-Ecuador. Ha sido presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador y ministro de Energa y Minas.
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Entre el ya no y el todava no
Jos Mara Tortosa
The reports of my death are greatly exaggerated, Mark Twain Una economa sobreendeudada y mal acostumbrada como la estadounidense est en el origen de una crisis que ha goteado hacia su sociedad en trminos de desempleo, reduccin del consumo, aumento de la inseguridad alimentaria y sanitaria y de la desigualdad. No eran cuestiones nuevas, pero las ha agravado una crisis que primero fue bancaria y despus financiera. El sistema financiero internacional estaba relativamente interconectado y los productos txicos haban recorrido parte del Planeta. Eso produjo la crisis de liquidez y de desconfianza que ha afectado a muchas instituciones financieras en otros pases. El papel que juega la economa de los Estados Unidos en el mundo impact primero en los pases centrales, despus en los emergentes y finalmente en casi todo el Planeta. En el caso latinoamericano hay efectos: cada en los fondos de pensiones, desinversin, efectos de la penetracin de bancos extranjeros y posibles cierres de multinacionales. Adems, es probable que disminuyan
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las exportaciones a los pases centrales, pueden menguar las remesas de emigrantes, y, en las repblicas petroleras, la cada del precio del petrleo puede suponer un golpe para las arcas del Estado. A eso se aade que las medidas proteccionistas de los gobiernos del Norte a favor de los bancos, ms que a favor de los consumidores, se han convertido en una serie de medidas contra los bancos del Sur y sus economas. La crisis haba sido prevista. Nouriel Roubini lo anticip, y en febrero de 2008 anunciaba un colapso sistmico y una depresin global que, como cisne negro, tambin haba sido pronosticada por Nassim Taleb. El sombro panorama de una recesin/depresin transnacional ha producido algunas reacciones tal vez exageradas: Joseph Stiglitz ha dicho que la cada del Wall Street poda ser al fundamentalismo del mercado lo que la cada del Muro de Berln fue para el comunismo. Ms moderada era la afirmacin sobre la enfermedad del mercado por la que ste peda
disculpas por los males causados, segn la personalizacin de Frei Betto. Otras afirmaciones eran sintomticas: Alan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal, reconoci ante un Comit del Congreso de los Estados Unidos haberse equivocado al confiar en la capacidad autorreguladora de los mercados. Tiene sentido, entonces, plantearse qu es lo que, efectivamente, ha fenecido en esta crisis. Hay cosas que s parecen haberse ido: la pretensin de que las nuevas tecnologas significaban el fin de los ciclos econmicos. Se vio con la crisis del punto.com. Ahora se vuelve a hablar de ciclos y no precisamente para generar optimismo, habiendo una corriente que subraya las peculiaridades de esta crisis: la Historia podra repetirse no en comedia sino en otra tragedia, pero, en todo caso, repitiendo lo sucedido entre 1929 y 1939 sobre todo en los Estados Unidos. Una lectura, a ms de 50 aos, de la historia del New Deal, tal y como la describe Arthur M. Schlesinger Jr., es muy instructiva pues hace ver la notable miopa de las lites contemporneas. Gustavo Esteva hizo una lista de las posibles bajas producidas en esta crisis. Aada sus dudas para cada una de ellas, que aqu se amplan aportando los motivos para relativizarlas. La razn bsica
para dudar de estas bajas apresuradas es la falta de perspectiva temporal, que es lo que aporta Immanuel Wallerstein y Schlesinger. Vemoslas. Se ha hablado del fin de la hegemona estadounidense. Arno J. Mayer no lo tiene tan claro y dice, literalmente, que las predicciones sobre esa cada son exageradas. Cierto que su poder se ha erosionado, pero sigue siendo viable su control del mundo mediante su podero militar y las agencias de espionaje y desinformacin operativas en el mundo. Podr caer como hegemn, como cay Espaa o Inglaterra, pero puede hacerse realidad el sueo neoconservador de un New American Century: un siglo XXI tan americano (o sea, estadounidense) como lo fue el XX. No es la nica hiptesis: podra emerger una nueva potencia hegemnica o podramos entrar en un mundo regionalizado, heptapolar como lo llama Alfredo JalifeRahme. En este ltimo caso, y si Amrica Latina fuese capaz de desconectarse, sera interesante analizar el papel de potencia regional que podra jugar el Brasil. Pero el mantenimiento de la hegemona de los Estados Unidos es una hiptesis a no descartar y menos por un simple wishful thinking. En cambio, s parecera que termina el fundamentalismo del mercado, que es como tambin George Soros ha llamado a esa mana de adjudicar, contra toda evidencia, unos poderes taumatrgicos al mercado sin la mano invisible de los sentimientos morales, es decir, sin un mnimo de regulacin. Si ya estaba herido de muerte desde haca aos, las sucesivas intervenciones gubernamentales lo han llevado
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a la tumba. Hasta el presidente Sarkozy levanta acta de dicho final en su discurso de Toulon. Sin embargo, el mercantilismo y el proteccionismo intervencionista son dos caras de la misma moneda, slo que unas veces se ve una y otras otra y no se les permite practicar una u otra a los pases situados en niveles diferentes de la jerarqua mundial. Despus de una etapa librecambista, los aos 50 y 60 fueron proteccionistas, seguidos por esta etapa fundamentalista que termina, pero que no necesariamente desaparece para siempre. Cuando ces en los aos 40 nadie pens que pudiera volver. Digamos, entonces, que est en coma, pero que puede despertar y que, en todo caso, no se ha aplicado de la misma manera en el Norte y en el Sur. Otra cosa sera el grupo dominante en los gobiernos de George W Bush, los neoconservadores, y la ideologa que ha tenido adeptos en el resto del mundo. Cierto que ya han sufrido otras derrotas con anterioridad, pero esas mismas derrotas muestran que pueden volver ya que mantendrn su capital econmico, social, cultural y simblico. Por ello, a pesar de la victoria de Barack Obama, esta herencia va a ser muy difcil de desmontar y no parece que est en la agenda del nuevo presidente ni est en las posibilidades de accin que permite el sistema. El Consenso de Washington, aquella serie de recetas de flexibilizacin, desregulacin y privatizaciones que emergieron de Washington DC y se propagaron por el mundo, parece muerto. Esteva se refiere a los pocos que an lo siguen, Caldern en Mxico y a Uribe en Colombia, pero
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ble, ahora es cuando. Falta saber cul (y supongo que en el resto de este libro hay referencias a ello) y cmo (y aqu supongo que estamos ms faltos de sugerencias).
Petras, James, Latin Americans New Left In Crises As the Free Market Collapses, Information Clearing House, 28 de octubre 2008, http://www.informationclearinghouse.info/article21104.htm Sarkozy, Nicolas, Discours de Toulon, 25 de septiembre 2008, http://www.sarkozynicolas.com/nicolas-sarkozy-discours-detoulon-texte-integral/ Schlesinger, Arthur M. Jr., The Coming of the New Deal, Cambridge, Mass., The Riverside Press, 1958. Ugarteche, scar, Un repaso de la crisis estadounidense y lo que viene, ALAI, Amrica Latina en Movimiento, 29 de octubre 2008, http://alainet.org/publica/alai437w.pdf Wallerstein, Immanuel, The Depression: A Long-Term View Commentary No. 243, 15 de octubre 2008, http://fbc.binghamton.edu/commentr.htm, en castellano en EconomaSur http://www.economiasur. com/crisisglobal2008/WallersteinDepresionLargoPlazo08.htm
J. M. Tortosa es integrante de IUDESP (Instituto Universitario Desarrollo Social y Paz) de la Universidad de Alicante (Espaa). El autor agradece a Alberto Acosta y a Antonio Alaminos las observaciones que hicieron a un primer borrador sin que, por ello, sean responsables de los errores que todava contiene.
Referencias
Betto, Frei, Pido disculpas, ALAI, Amrica Latina en Movimiento, 24 de octubre 2008, http://alainet.org/active/27073 Esteva, Gustavo, Punto final?, La Jornada, 6 de octubre 2008, http://www.jornada. unam.mx/2008/10/06/index.php?section= opinion&article=020a2pol Gudynas, Eduardo, Despus de la globalizacin canibalizada, Peripecias n 119, 22 de octubre 2008, http://www.peripecias.com/ desarrollo/639GudynasGlbzCanibalizada. html Jalife-Rahme, Alfredo, Hacia la desglobalizacin. Mxico, Ed. Jorale, 2007. Mayer, Arno J, US empire will survive Bush, Le Monde diplomatique (edicin en ingls) octubre 2008, http://mondediplo.com/ 2008/10/05usempire, accesible en CounterPunch, 29 octubre 2008 http://www. counterpunch.org/mayer10292008.html
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Economa y Globalizacin
El programa sobre globalizacin y sociedad civil de CLAES / D3E aborda temas como la marcha de los procesos globales, las respuestas de la sociedad civil, el flujo de capitales, el papel de las calificadoras de riesgo, etc. El programa desarrolla sus actividades en Amrica Latina, y conjuntamente con el Instituto de Economa Poltica (Austria) acta en Europa del Este y Central. El programa realiza talleres de apoyo y capacitacin en todo el continente, sostiene investigaciones en diversos temas, adems ofrece los portales en internet www.globalizacion.org y www.economiasur.com, as como boletnes electrnicos de noticias, y un intenso programa de publicaciones. Nuevos libros El golpe del capital. Las crisis financieras en el Cono Sur y sus salidas. Un libro colectivo, compilado por J. Becker, que analiza las crisis financieras y sus consecuencias econmicas, sociales y polticas en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Publicado por Editorial Coscoroba, Montevideo, 2007. Dolarizacin, eurizacin e inestabilidad financiera. Europa Central y del Este entre el estancamiento y la crisis financiera. Editado por CLAES/D3E y el Instituto de Economa Poltica de Viena. Revisiones y estudios de caso para Hungra, Polonia, la Rep. Checa y Eslovaquia. Editado por J. Becker y R. Weissenbacher, con aportes de autores destacados 280 pp. Publicado por Metropolis Verlag, Marbur, 2007. Diccionario en integracin y comercio. El nuevo diccionario sobre trminos y conceptos en integracin y comercio para Amrica Latina. Ms de 350 trminos claves. Un texto de Eduardo Gudynas y Mariela Buonomo, con prlogo de Alberto Acosta (Ecuador). Editorial Coscoroba, Montevideo, 2007.
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CLAES es un centro de investigacin, anlisis y promocin del desarrollo sostenible en Amrica Latina. D3E es el nombre de las actividades de CLAES en temas de economa, globalizacin y desarrollo. El centro edita series de documentos como el Observatorio de la Globalizacin y Carta Latinoamericana, adems publica libros y revistas. Impreso por D3E CLAES en Montevideo (Uruguay), en enero de 2009, como parte del programa de globalizacin mantenido con apoyo de la Fundacin Ford.
Desarrollo, Economa, Ecologa, Equidad Amrica Latina Es una iniciativa para promover y apoyar los temas de desarrollo en Amrica Latina, atendiendo especialmente a los fenmenos globales y la sociedad civil. D3E promueve talleres, cursos y realiza anlisis de informacin; edita el boletn electrnico sobre globalizacin en Amrica Latina y publica regularmente reportes y anlisis. D3E es una iniciativa de CLAES. www.globalizacion.org Centro Latino Americano de Ecologa Social Organizacin no gubernamental independiente dedicada a promover el desarrollo sustentable.
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