Lenguaje Verbal79 NB1
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La serpiente blanca
Hermanos Grimm
5. Ordena la secuencia de las lminas del cuento. Colcales nmero para saber cmo fueron ocurriendo los hechos.
Nombre:
Observa las imgenes, qu personajes aparecen, qu crees que pas, cmo se habr comportado la rana con el resto de sus compaeros. Dibuja la escena final y escribe tu cuento guindote por los dibujos.
Curso:
Al da siguiente
Entonces los
Al final
La serpiente blanca
ace mucho, muchsimo tiempo, gobernaba en un hermoso pas un rey cuya sabidura era famosa. Nada le era desconocido. Pareca que la luz le trasmita las cosas ms ocultas y misteriosas. Este rey, sin embargo, tena una extraa costumbre: todos los das, a medioda, cuando acababa su regio almuerzo y la mesa quedaba limpia, despeda a todos los comensales y apareca un criado de confianza con una sopera de porcelana hermticamente tapada, la que dejaba en la mesa y se retiraba. Ni el criado ni nadie conoca el contenido de la misteriosa sopera, de la cual el rey coma cundo nadie estaba presente. "Qu ser lo que come el rey?", se preguntaba el criado al recoger la sopera. Un da no pudo vencer la curiosidad y se la llev a su habitacin. Cerr con cuidado la puerta y, temblando, la destap. No poda creer lo que vea: una serpiente blanca se enroscaba dentro, esparciendo un apetitoso olor. El deseo de probarla se le hizo irresistible; cort un pedacito y se la llev a la boca. Pero apenas lo roz con la lengua, empez a or que desde la ventana vena un extrao murmullo de voces nunca escuchadas antes. Se acerc a la ventana, oy y se dio cuenta de que unos graciosos gorriones se estaban contando miles de cosas que haban visto en el bosque y en los prados. El criado se percat entonces del misterioso poder que le haba otorgado la serpiente blanca que acababa de probar. Poda entender el lenguaje de los pjaros. Aquel mismo da se haba extraviado el anillo ms precioso de la reina y empezaron a sospechar que el fiel criado lo haba robado. De nada le sirvi a ste jurar que era inocente. El rey le hizo comparecer ante l y despus de amenazarle con insultos le dijo: Si maana no me das el nombre del culpable, quiere decir que eres t y sers ejecutado. Adems, ests despedido desde ahora mismo. En medio de su miedo y angustia, el criado sali al jardn a reflexionar cmo encontrar una solucin. Sentado junto a un estanque donde se baaban y descansaban unos patos, se dio cuenta de que, mientras se aseaban, mantenan una conversacin confidencial. El criado escuch dnde haban estado esa maana y la rica comida que haban encontrado. Luego, uno de ellos dijo con disgusto: Tengo pesado el estmago. Con el apuro me tragu un anillo que haba cado desde la ventana de la reina. Al or esto, el criado lo tom por el cuello y corri con l a la cocina. Mira qu gordo est este pato le dijo al cocinero. al criado para que se lo llevara a la soberana. El criado pudo as demostrar su inocencia ante el rey, quien reconoci su injusticia y quiso repararla. Elige una gracia; la que t quieras le dijo al fiel criado. Yo te dar el puesto de mayor honor en mi corte. El criado rechaz todas las ofertas y slo pidi que le proporcionaran un caballo y el dinero que mereca por sus servicios. Quiero recorrer el mundo y ver libremente todo lo que haya en l. El rey hizo que se cumpliera su deseo. El hombre se puso en camino, feliz por gozar de la libertad y de todo lo hermoso que encontraba a su paso.
Un da pas cerca de una laguna de aguas transparentes, en cuyo fondo vio a tres peces que haban cado en una trampa y se debatan intilmente para librarse de ella. Aunque dicen que los peces son mudos, l pudo escuchar sus lamentos: Qu desgracia! deca uno Tener que morir ahora que apenas somos unos jvenes pescaditos! Y de esta forma tan miserable deca. El tercero lloraba en silencio. El corazn bondadoso del hombre se conmovi. Baj de su caballo, se arroj al agua, abri la trampa y dej en libertad a los peces, que salieron coleteando de alegra. Cuando se dispona a montar en su caballo y partir, vio que los tres peces asomaron la cabeza por encima del agua y le dijeron: Algn da te agradeceremos y recompensaremos el habernos salvado la vida. El hombre continu su camino cabalgando feliz. Al poco rato le pareci or una vocecita a sus pies. Puso el odo atento y escuch cmo una hormiga reina se lamentaba: Si los hombres con sus pesados animales se alejasen de nosotras, no padeceramos tanto! Este estpido caballo est aplastando con sus herraduras a mis hijitas! Perdn, no me haba dado cuenta! dijo muy apenado el ex servidor real, y se apart con su caballo por un camino lateral. La reina de las hormigas le dijo: Gracias! Algn da te recompensaremos por tu bondad. Cabalgando lleg ms tarde al bosque y, por aquel don que le dio la serpiente blanca, escuch a unos cuervos. stos se hallaban en su nido y estaban arrojando fuera a sus hijitos, gritndoles con graznidos desagradables: Fuera de aqu, comilones, flojos! gritaban el padre y la madre. Ya son grandes y pueden buscar el alimento por s mismos. Los pobres cuervitos haban cado al suelo y aleteaban sin poder volar. Cmo podremos comer gritaban si todava no sabemos volar? Tendremos que morirnos de hambre! De nuevo el bondadoso corazn del hombre se conmovi. Baj de su caballo y, aunque lo apreciaba mucho, lo mat con su daga para dejarlo de alimento a los pobres cuervos. stos se acercaron a brincos y comieron hasta hartarse. Luego, le dijeron: Algn da te recompensaremos por tu bondad. Ahora slo le quedaban al buen hombre sus piernas para caminar. Andando, andando, lleg a una gran ciudad. En sus calles haba gran multitud y bullicio. La causa era que un hombre a caballo pasaba anunciando que la hija del rey buscaba esposo; pero que quien quisiera que le concedieran su mano tendra que realizar antes una difcil prueba, y si no poda realizarla sera ejecutado. Detrs de l iba la princesa en su carroza tirada por cuatro blancos caballos, mostrando ser muy hermosa y amable. Cuando nuestro joven vio a la princesa qued tan deslumbrado por su belleza que se enamor de ella y olvid todos los peligros. Presentndose ante el rey se anunci como pretendiente. Los hombres del rey le condujeron a la orilla del mar y all, ante sus ojos, arrojaron a las olas un anillo de oro. Entonces el rey le dijo: Arrjate al mar y saca del fondo ese anillo. -Y aadi: Cada vez que salgas a la superficie sin el anillo te lanzaremos de nuevo al agua, hasta que perezcas bajo las olas. Todo el mundo se compadeci del amable joven y lo dejaron solo junto al mar. El ex criado pensaba en qu podra hacer, cuando de repente vio a tres peces que se acercaban nadando. El que vena en medio llevaba una concha en la boca, la que deposit en la playa a los pies del joven dicindole: Somos los peces que liberaste salvndonos la vida. Ahora te recompensamos y sin ms se internaron en el mar, nadando alegremente. El joven abri la concha y en su interior encontr el anillo de oro que resplandeca hermoso.