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El Silencio Negro

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"Cuentos que acaban Mal" por Geza Csath EL SILENCIO NEGRO Le voy a escribir aqu, seor doctor, de qu se trata.

De mi hermanito. Del niito rubio de mofletes rojizos cuyos ojos oscuros miran siempre a la lejana. Yde otra cosa ms. Del silencio negro. De pronto ha crecido. Ayer por la noche todava era una criatura pequeita, afable, balbuciente. Por la maana era ya un robusto adolescente. Con enorme musculatura, pelo hirsuto y ojos viles, ardientes, temibles. Oh! Cmo me dola el corazn aquella maana! Senta, saba... que el silencio negro se acercaba. En colosales alas de murcilago. Nuestro pequeo y limpio patio de rosales se llen de malas hierbas nauseabundas, pestilentes. Se cayeron las tejas del tejado, de las paredes se desprendi el revoque. Y llegaron las noches espantosas. Mis hermanitas se despertaban de su sueo llorando. Mi padre y mi madre encendan la vela y se miraban con caras vacas sin poder conciliar el sueo. Nadie saba qu pasaba ni lo que iba a pasar. Slo yo. Slo yo. Yo senta que el silencio negro se acercaba. Richard, ese repugnante y bestial adolescente, el viernes arranc los retoos del patio y chamusc a fuergo lento el gatito blanco de Anik. El pobre animalito se retorci angustiado hasta que su fina piel rosa se volvi marrn. Cmo lloramos todos! Y Richard se march carcajendose. Por la noche entr a robar a la tienda del judo y se llev el dinero del cajn. Ech a correr y lo esparci por la calle. Por la maana, mientras dorma en su cama, vimos que una bala haba atravesado la palma de su mano. Fue el guardia. Mi madre se puso de rodillas junto a su cama y suavemente le limpi la sangre. Richard dorma plcidamente. Oh!, qu repugnante era! Nos pusimos a su alrededor y lloramos por Richard, el niito rubio de mofletes rojizos. Y todos esperamos con angustia el silencio negro. Mi padre, en una ocasin, le grito desesperado: <<Richard! Ruin bestia abominable! Aljate de nuestras vidas para siempre!>> Richard no dijo nada. Termin de comer toda la carne que haba en la fuente. Mis hermanas miraban con avidez cmo l solo se lo coma todo. Mi padre mir a mi madre. Tenan los ojos llenos de lgrimas. Observ cmo mi padre temblaba, blanco como la cera. Tena miedo de Richard. Me levant de un salto y le propin una bofetada. Me empuj contra la pared y precipitadamente abandon la habitacin.

Me encontraba con fiebre en la cama. Mi cuero cabelludo an sangraba, cuando Richard se mof de mi. Haba llegado en ese momento. Por la noche. Rompi la ventana y apareci en la habitacin. Sonri burlonamente frente a mis ojos y gritando me dijo: <<He prendido fuego a la casa del gobernador. Su hija est all durmiendo en la habitacin, en su cama blanca como la nieve.Vi cmo sus pechos se mecan lentamente, arriba y abajo. Despus el fuego devorar su cama. Mi fuego. Se despertar en una cama en llamas. Y el fuego rojo besar sus piernas blancas hasta convertirlas en marrn tostado. Se quedar calva, porque se le quemar el pelo. Calva! Me escuchas? Calva! La preciosa hija rubia del gobernador ser calva! Llevamos a Richard al mdico. Dijo que Richard estaba loco. Por qu loco? Por qu justamente loco? No, oh!, no. Todo eso pas por el silencio negro. Lo s bien. Le llevamos al manicomio. Cuando se percat de que los cuidadores iban a inmovilizarlo se abalanz sobre ellos. Golpe a todos hasta que sangraron. Le ataron y le pegaron con una barra de hierro mientras proferan insultos. Richard escupa sangre y vociferaba. Oh!, cmo grit! Tremenda voz aullante! Voz que impregn el aire a millas de distancia. De regreso a casa desde el manicomio, me di cuenta de que los rincones de los vagones estaban envueltos de esa horrible voz. Si tocaba algo con el dedo, enseguida apareca ese recndito aullido aterrador. Richard se escap y voldi a casa esa misma noche. Arranc las rejas de hierro de su ventana y se puso en camino. Se descalabr, pero volvi a casa. Corriendo. ...Y en sus huellas, el silencio negro. Eran las tres de la madrugada. Yo estaba despierto cuando Richard lleg. Lo o todo, cmo trepaba por el portaln. Y el silencio negro cubri con sus alas hmedas y repugnantes nuestra pequea casa. En el jardn las flores se marchitaron. A los durmientes les sorprendi un sueo pesado, agotador. Las camas chirriaban y se oan gemidos y sollozos desgarradores. Slo yo estaba despierto y prest atencin. En silencio, Richard cruz raudo el patio. Entr a nuestra habtitacin, donde antes dormamos juntos. Ni me atrev a moverme, ni Richard se interes por m. Jadeante, cay sobre su cama y se durmi. Y despus, todo ocurri como el silencio negro lo deseaba. Oprimi mi pecho y se introdujo en cada gota de mi sangre. Era detestable. Quera huir de l, pero se asentaba en mi cama y susurraba a mis odos horrores espeluznantes. Me levant. Busqu una cuerda. Hice un nudo fuerte y avanc sigilosamente hacia la cama de Richard.

Senta como si toneladas de piedras estuvieran oprimiendo mis hombros y mi cerebro. Mis rodillas, a punto de desplomarse. Introduje la cuerda bajo su enorme cabeza ensangrentada y met su extremo por el nudo. Esper un poco. Richard dorma profundamente, respirando con dificultad. Saba que si se despertaba nos matara a todos, asestara un puetazo sobre la apenada cara de mi padre y a mis hermanitas las arrastrara por el patio agarradas por el pelo. No vacil un instante. Con todas mis fuerzas tir de la cuerda. Richard jadeaba, pero no se despert. Lanz un gemido mostruoso. De una patada hizo aicos los pies de la cama. Durante un breve instante, entre mis manos, su cuerpo bestial se contrajo convulsivamente. De repente o cmo el silencio negro comenzaba a rerse burlonamente. Alocadamente, en silencio. Me inund un terror fro. El glido cuerpo de Richard se encogi entre mis manos. Encend una vela. En la cama yaca una pequea y frgil criatura. De azules mofletes rojizos amoratados. Era mi pequeo y risueo Richard, mi hermanito rubio balbuciente de mofletes rojizos. Y sus ojos miraban a la lejana. Y el silencio negro, -lo perciba claramente-, se rea. Lo que deseo es no escuchar ms esas risas, porque me producen dolores de espalda y de cabeza. Ni quiero ver los ojos oscuros de Richard mirando fijamente a la lejana, porque se me hace un nudo en la garganta que me impide dormir. En general, seor doctor, no puedo dormir bien.

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