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Revista - 1 Instituto de Historia de Nicaraga

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evista e istoria

JNSTITU10

DE HISTORIA

DE NCARAGUA

REVISTA DE HISTORIA PUBLICACION SEMESTRAL DEL INSTITUTO DE HISTORIA DE NICARAGUA Ano I. No.1 Enero-Junio 1990

Director: Marco A. Valle Martinez DiseAo de Portada: Leopoldo Jarquin M. Levantado de Texto: LuZ Marina Sequeira H. Gesti6n y Ventas: Carmen chamorro M. Portada: Iglesia de Telpaneca Archivo Nacional Direcci6n postal: P-..partado C-186 Managua, Nicaragua

El Instituto de Historia de Nicaragua (IHN), fue creado p~r Ley de la RepUblica, el 20 de octubre de 1988, como un organismo aut6nomo, adscrito al Ministerio de la Presidencia. El IHN tiene como principal funci6n la investigaci6n y difusion de la Historia de Nicaragua, as! como el rescate del patrimonio documental.

Se solici ta y aceptan canj es con revistas cualquier parte del mundo.

de His toria de

Se autoriza la reproduccion parcial 0 total de los articulos que contiene esta revista, siempre y cuando se mencione la fuente.

SUM

A RIO

APUNTES SOBRE LA VIEJA Y LA NUEVA HISTORIA DE NICARAGUA. Marco A. Valle Martinez ESTETlCA DE LOS PRIMITIVOS NICARAGUENSES. Ruben Dario EL ULTIMO DE LOS NIRos EN LA NAVEGACION DE INDIAS. carlos Molina ArgUello CENTROAMERICA A FINALES DE LA DOMINA CION HISPANICA. 1750-1821: TRANSFORHACION, DESARROLLO Y CRISIS DE LA SOCIEDAD COLONIAL. Juan carlos So16rzano F. CLETO ORDOREZ. BOCETO BIOGRAFICO DE UN CAUDILLO POPULAR INDEPENDENTISTA. Frances Kinloch Tijerino EL GOBIERNO DE JOSE SANTOS ZELAYA Y LA FASE INICIAL DEL PROCESO DE ACUHULACION ORIGINARIA EN NICARAGUA. Amaru Barahona ALGUNAS NOTAS SOBRE EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL NICARAGUENSE EN LA PRIMERA ETAPA DEL SIGLO XX. Marcia Tra~a Galeano LA DICTADURA SOMOCISTA. Marco A. Valle Martinez LA REINTEGRACION DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO. Miguel Angel Herrera

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PRESBNTACION

Entregamos a H1storia, la eual nicaragtienses y, orientada a todos

ustedes el pr1mer nume ro de la Rev1sta d. estA d1r1g1da -princ1palmente- a los j6venea sus profesores. L6g1eamente tamb1en est' los interesados en asuntos h1st6ricos.
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cuando perrs amos en pub11car la rev1sta, 10 primero que nOB prequntamos fue <-por que pub11carla? y la qu1en deberia ser diriqida? Para contestarnos dichas interroqantes, realizamos un proceso de consulta a estudiantes, profesores, 1nvest1qadores y, autoridades de educac1on, entre otros. Los resul tados nos ind1caron que carecemos de 11bros de textos -no de produccion h1stor1ca- que permitan estud1ar nuestra H1storia. Este es un fen6meno, casi general, tanto en la secundar1a como la un1versidad. Tamb1en encontramos consenso en dos aspectos interesantes, por una parte un fuerte deseo de conocer mas nuestro pasado y, por otro lado, la urqente neces1dad de una publicac16n que comenzara a llenar -no a resolver- ese vacio. La consul ta, entonces contest6 las prequntas que nos habiamos planteado. Habia que publ1carla, en funci6n del universo que 1a demandaba.
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La Rev1sta es de H1stor1a de N1caragua. En esa linea, sus paginas abriqaran articulos y ensayos sobre los d1ferentes periodos y temas de nuestra h1storia; discusiones sobre problemas te6r1cometodo16g1cos; documentos de diferentes epocas, y comentar10s bibliograf1cos. Dada la carencia de 11bros de H1stor1a para los estud1antes, la Revist a buscar-e, en un primer periodo, responder a esa neces1dad. En esa linea, la estructuraremos con mater1ales que sean de utilidad inmed1ata (y med1ata). Inv1tamos a los 1nvestigadores nac10na1es y extranjercs a pub1icar sus trabajos en la Revista, cuya per10dicidad sera semestra1. F1nalmente, esperamos -de sus 1ectores- comentarios y suqerencias que nos ayuden a mejorarla y, a 1mpr1mir1e una mayor ca1idad. Queda, pues, en sus manos la Revista de Historia.

~PUNTBS SOBRS LA VIIJA Y


LA NUEV~ HIS'1'ORIA DB HlCARAGUA1

Marco A. valle MartinezZ

1.

Advertencia

Estos "apuntes" que presentamos hoy son producto de nuestro primer aao de trabajo' en el Instituto de Historia de Nicaragua.' La experiencia que hemos tenido, antes y despu~s del triunfo de la Revoluci6n, nos indica la necesidad de comenzar a sistematizar algunos conoc1mientos alrededor de la historia, par~ impulsar el debate sobre estos temas y, de esa manera contribuir a la comprensi6n, explicaci6n y ensefian~a de la historia. Es decir, los escribimos en funci6n de coadyuvar al mejor accionar tanto en el presente como en el futuro. Los "apuntes", entonces, se inscriben en el marco de la candente lucha politica e ideo16gica que actualmente se desarrolla en nuestro pais. Fueron redactados pensando en los nicaragUenses y para que 10 leyeran los nicaragUenses. Hacemos esta advertencia para ubicar claramente al lector no nicaragtiense. Considerese, finalmente, reflexiones "en proceso". 2. estas primeras reflexiones como

Lo que Co.6nmente se Bot1ende par HistoriaJ

£1 concepto de historia, comunmente. se entiende de diferentes maneras. Si recorremos nuestro pais, tanto en el tiempo como en e1 espacio, nos encontraremos que los nicaragUenses utilizamos el termino en diferentes sentidos, segun el momento y la causa que origina su uSO. Adem's, no es raro su empleo. En la calle, la escuela, el bar, el peri6dico 0 las revistas, en el discurso politico, los libros, un entierro, en las celebraciones 0 en una conversaci6n intima se escucha e1 eco de la historia. Abusando.o no de ella, la expresamos 0 la recib1mos.

Exponqamos

a1qunas frases que contienen el termino historia: "eso ya pas6 a la historian "estoy estudiando historian "ese lugar tiene historian "dejate de historias" "voy para.clase de historia" "broder, contate una historia" "ese sabe historian "1a historia de antes es diferente a la de ahora"

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Veamos historia: a

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y asi podriamos seQuir enumerando otras.


continuaci6n, algunas maneras de entender la

"Bs 10 que se recibe de todo el proceso que se ha vivido". "Es un relato anteriormente". de los hechos que acontecieron viven los

"Son hechos reales y pueblos en su epoca".

verdaderos

que

"Son los hechos que sucedieron en el pasado y, que poco a poco se van narrando para asi saber 10 que sucedi6 en el pasado". "son los sucesos que han transcurrido en los tiempos, es decir, la vida de uno, los heroes, gente pobre y rica n . Podemos observar que tanto en las expresiones como en las "maneras" estAn implicitas diferentes formas de entenderla (y de usarla) . La historia, entonces, se entiende cotidianamente como el pasado que conocemos, as1 como libro de texto; asignatura en la escuela, universidad 0 el colegio; como mentira 0 medio-verdad, asi como "cuento" 0 1eyenda. Valoramos que en todas elIas hay historia y, que tienen dos caracteristicas generales: se concentran en el pasado y omiten o casi siempre omiten- el presente (y el futuro). Cuando utilizamos la palabra historia, inaediatamente pensamos en el pasado -y a ve ces como pasado bastante remoto- como algo 1ejano, que tuvo y, talvez no tuvo relaci6n con los que actualmente vivimos. Es decir, la historia nos Buena a muerto, a cuestiones que sucedieron. Esta es, creemos, la tendencia general.

Pero z acaso ese modo de entender la historia es natural? l.Acaso ese contenido de la historia siempre ha sido asi en todo tiempo Y lugar? 0 l.existen otros caminos que nos llevan a pensar la historia de otra manera? E1 hecho que se tenga -como tendencia- la idea de historia, fundamentalmente como a190 del pasado, y solo del pasado, no es casual, ni es natural ni eterno, ni siempre sera asi. Este es un fen6meno que tiene su explicaci6n hist6rica y social. En nuestro medio la ideo10gia de las clases dominantes ';'antes del triunfo de la Revol ucd orr- fue trabaj ando sobre la sociedad para que se tuviera esa noci6n de 1a historia. Les interesaba que no se pensara, y analizara, en su re1aci6n con el presente y el futuro, aunque e I Los si 10 hacian. Si en a,lgun momenta la relac10naban exp1icitamente con el presente era para impulsar su dominaci6n de clase y, borrar, deformar 0 adecuar la memoria colecti va a su proyecto econ6mico y politico. A mayor concentraci6n en el pas ado (deformado), neno'r peligro para sus intereses en el presente YI en e1 futuro.

3.

La Historia existe por el Presente y taab14n por el Pas ado


asi

NO hay historia -como discurso hist6rico- sin presente, como no hay presente sin historia, 10 pasado que conocemos.

El presente es e1 que Le da vida, movimiento, energia y dinamismo a la historia como discurso hist6rico, a favor 0 en contra de los inteI'eses de las mayorias, pero es el presente. Es el presente el que delinea las condiciones -y condicionantes- sociales que rodean y, a veces atropellan e1 "oficio del historiador"i. El quehacer hist6rico esti inmerso en la sociedad y, el presente es su motor. Por otro lado, si vemos 1a historia como pasado que conocemos -que fue presente- nos encontraremos que las luchas socia1es y po1iticas, independientemente, si son 0 fueron de corta, mediana o larga duraci6n respondieron a ese presente y, se desenvolvieron violenta 0 pacificamente porque existieron causas -presentes y pasadas- que las originaron. La lucha del pueblo nicaragtiense, vanquardizado por el Frente Sandinista de Liberaci6n Nacional (FSLN), contra la dictadura somocista tenia su origen en la explotaci6n, miseria y muerte en la que vivia sumido el pueblo. De igual manera, 1a luchs que hoy se libra contra la agresi6n mercenaria y los partidos identificados con dicha agresi6n, responde a la decisi6n de ese mismo pueblo por defender su futuro, libertad y autodeterminaci6n, en suma su felicidad. Estos conflictos sociales existen y se desarrol1an al margen de c6mo seran recogidos e interpretados posteriormente 0
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en el momento en que estan en explosion. Despues se escucharan 0 leeran diferentes versiones, segun la optica del que los recollstruye. Los acontecimientos y hechos -10 pasado- se materializaron en funcion de ese presente -y pasado- y se dieron de esa forma y solo de esa. Podran existir lamentos, alegrias, discusiones, replanteos o reconsideraciones para ~nderezar e1 curso de las cosas, pero 10 que sucedi6 -en 10 social- no se puede repetir, es pasado es historia. ' un pueblo sin pasado y sin presente, aunque 0 sepultar como es el caso de la costa Atlantica de nuestro pais. Todavia hoy, muchos nicaragtienses cuando pens amos en Nicaragua no terminamos de incorporar plenamente a esa rica region.

a veces se les quiso ocultar

Es inimaginable

4.

Historia e Intereses de Clases esta al servicio del

La historia -como discurso historicopresente y, existe por el presente.

Poli ticamente, a 10 1argo de su existencia, los hombres recurren y evocan 10 pasado ya sea para enaltecerlo, 0 condenarlo. Recuerdan y se 10 recuerdan a otros para que sirva de acicate 0 motor para seguir adelante y no desmayar, 0 por el contrario como critica de 10 establecido para cambiar el orden de cosas existentes, es decir el presente. La evocac~on del acontecimiento, los informes oficiales, cartas, las asignaturas, el discurso politico, los libros oficiales, asi como la concepcion integral del sistema educativo -antes del 19 de Julio de 1979- estaba, de una manera general, en funci6n de los intereses sociales de los grupos hegemonicos y las diferentes formas de gobierno que existieron, ya se apellidaran Martinez, Guzman, Moncada, Somoza, chamor ro , Zelaya, 0 fueran gobernadores colonialistas como Pedrarias de Avila 0 Rodrigo de Contreras. La afirmacion anterior no niega la contribucion que al conocimiento de la historia de Nicaragua hicieron hombres como Gamez, Ortega Arancibia, Perez, Coronel Urtecho, Salvatierra, cabrales y Paiz Castillo, entre otros, asi como los mismos cronistas de la conquista y colonizacion. Esto independientemente que estemos 0 no de acuerdo con su vision de la rea1idad y, que unos hayan sido mas 0 menos progresistas 0, hayan tratado de legitimar -sin peros- la situacion social de ese entonces. Hoy, las c Lase's en decadencia y sus partidos m,aniobran y experimentan cauces que les permita imponer esa histor~a -nos referimos a la historia oficial- que fue derrocada e1 19 de Julio. Mas aun, esos intereses de clases trataron de ocultar y

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deformar el pasado para evitar revitalizara en su historia.

que e1 pueblo

se reconoc1era

utilizaron -acad~micamentediferentes vias para ir conformando esa vis16n de la historia. La gran mayoria de las obras asi como la enseftanza tenian las sigu1entes constantes: Obviar u ocultar los acontecimientos, hechos 0 situaciones que 1nteresaban que no se conocieran; 1mpedir su conocimiento, via repres16n. Deformar los hechos y/o vidas de nicaragtienses que 1ucharon a favor de su pueblo. Descr1bir 10 pasado que conocemos como resultado de personajes, heroes, gobernantes y v1llanos. Es decir, producto de ind1vidua11dades y s610 eso. El pueblo era ignorado. Centrar la atenci6n en 10 anecd6tico, y muchas veces secundar10 y, tangenc1a1,

Leg1t1mar un modelo de "historiador" 0 alumno ejemplar de h1storia en base a la memor1zaci6n y, al saberse al "tubo" 7 la materia, ev1 tando hasta donde fuera pos1ble 1a reflex16n y el anal1sis. Actua1mente esas clases, en La Prensal -hoy 1dent1ficada con el somocismo- asi como en algunas radios, m1t1nes y mater1ales que publican, util1zan esas m1smas vias con e1 objetivo de sustentar su lucha por regresar al pasado que conocemos. Podemos constatar, entonces, que no existe h1storia "neutral" ni como d1scurso hist6r1co n1 como pasado que conocemos. Querramoslo 0 no los intereses en conflicto que luchan en 1a soc1edad cruzan la h1storia y su interpretaci6n. Los que aboqan por 1a como en un 1aboratorio de -y ellos mismos- estan innumerables intereses que social. "neutralidad" y, desean hacer historia fis1ca 0 quim1ca 01v1dan que 10 social cargados, y condic1onados, p~r los se entrecruzan y tejen en el organismo

Pretender ser "neutral" y af1rmar que el dato es neutral, asi como dec1r que las conclus1ones c1entif1cas cae ran por su peso en func16n de 10 que los datos nos indican, es olvidarse que el dato esta tamb16n cargado socialmente. Las estadisticas los arch1vos, los req1stros de cualqu1er indole no se hacen de la nada, los fabrican los hombres y con objet1vos def1nidos -0 1ndefin1dos- pero hombres al fin. Y la ut11izac16n que se hace de los m1smos, tampoco es neutral.'
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12 LO que deseamos subrayar en el parrafo anterior es que los "datos", independientemente de su procedencia, hay que someterlos a la critica hist6rica y, no aceptarlos como verdades dadas. La histo~ia no se puede interpretar, reconstruir -si es que querernos hacer ciencia hist6rica- desde afuera y por encima de 10 social. Sumergidos y azotados por tempestades y vientos que nos golpean, que nos estremecen y conmueven, es que hacemos ciencia hist6rica. 5. clases en Decadencia e Historia

Hoy en decadencia, ayer dominantes, estas clases -y sus partidos politicos, ide610gos, medios de comunicaci6n y discursos hist6ricos- han luchado, como hemos visto y experimentado por. forjar una Nicaragua a au medida. Actualmente luchan, en intima relaci6n con la administraci6n Bush, antes con Reagan, para restaurar ese pasado que qued6 en el pasado, que hoy 10 recordamos para el presente y que el pueblo ha decidido no respaldar en el futuro. lEs posible, en su caso, elaborar un discurso hist6rico que se a.cerque, 10 mas aproximado posible a la objetividad, es decir a la realidad? 0 les que algunos si se acercan mAs que otros? llogran contestarse -0 se plantean- el por que los acontecimientos y hechos se materializaron de esa manera y no de otra? Consideramos que les es bastante dificil por no decir imposible, acercarse y construir un discurso que persiga rescatar la realidad. Podran elaborar medio verdades, retazos de verdades, aparentar muy bien que transmiten la verdad pero no la pueden decir, entendida esta como algo que se va perfeccionando gradualmente 0 a saltos. Pero <-que les impide acercarse tienen voluntad de hacerlo? 0 ,qu~? a la verdad? l.sera que no

Su posici6n y practica en la sociedad nicaragUense les Jmpide acercarse a la objetividad. Con algunas excepciones, los trabajos de los historiadores del siglo XIX Y primeros aliosdel XX, .. son mas serios que los del resto del siglo actual. La ligaz6n casi umbilical de estos sectores sociales con la politica norteamericana desde 1909 hasta hoy, les hizo perder -practicamente- el minimo margen de autonomia, efectuando todos sus analisis e interpretaciones bajo el prisma de los intereses foraneos y, no los nicaragUenses. 10 Algunos grupos llamDdos socialistas Y coaum stas " han sido cautivados, tambien, por las ilusiones norteamericanas plegandose a los intereses extranjeros. Realmente, eaos jamas defendieron a

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las mayorias, sino que aparentaron que 10 hacian pero en el fondo querian ser como los de la clase que tlatacaban", aspiraban a ser de ellos, uno de ellos. Se convirtieron en unos de sus principales ideologos. La cuesti6n, entonces, no es de voluntades 0 de si quieren 0 no quieren. Es que no ,pueden. Acercarse 10 mas posible a 1a verdad les significaria suicidarse. 5i dicpn la verdad se suicidan. Y ciertamente no 10 van a hacer. lAcaso dicen que los gobiernos norteamericanos -y ellos mismos- son los culpables de la destrucc16n de las familias, los miles de lisiados y muertos? lPodrian afirmar que la guerra de Sandino era justa? 0 lque la "ausencia de problemas" en la costa Atlantica se debia al olvido y saqueo que realizaron de sus riquezas humanas y materiales? Dificilmente 10 pueden decir. La historia que se nos enseft6 y estudiamos escamoteaba las muestras de generosidad, madurez y rebeldia de Nicarao y Diriangen ante el invasor espadol; las resueltas luchas de los desposeidos por lograr una real independencia, entre los que se destac6 Cleto Ord6ftez, y las vigorosas denuncias de Fray Bartolome de las Casas en defensa de los indiqenas, entre otras. No enseftaban, ni explicaban los ultrajes que sufri6 patria debido a las intervenciones lIilitares de administraciones norteamericanas, asi como su venta gobiernos de los Chamorro, Diaz, Moncada y Somoza. trataron de ocultar a los asesinos de Sandino. nuestra algunas por los Tambien

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lCuando y en que momenta levantaron su voz y su pluma para explicar -y denunciar- los asesinatos que la dictadura somocista cometi6 contra el pueblo y sus mejores hijos, Carlos Fonseca, Ius dirigentes y militantes del FSLN, asi como otros revolucionarios? No pueden acercarse a la verdad. Oesde 1523 en que se produce la irrupci6n espaftola en estas tierras hasta el tr iunfo de la Revoluci6n, lucharon por estructurar un discurso cuya base eran medio verdades -0 mentiras- tratando de hacer creer al pueblo que las cosas sucedieron asi "porque s1". Producto de ello era el fen6meno ~todavia 10 es- que muchos ciudadanos consideraban que 10 que conocian en la escuela t los libros, medios de comunicaci6n u otra forma era asi y, no de otra manera. No interesaba que se Ie pusiera un signa de interrogaci6n a las vivencias 0 al discurso hist6rico. Leamos algunas afirmaciones que quisieron eternizar: "el destino de los pobres es ser siempre pobres"; "Sandino era un bandolero"; "que se haga 10 que Dios quiera"; "los conquistadores fueron buena gente porque convirtieron al catolicismo a los indios paganos"; It la salida de este pueblo, querramos 0 no, son los Estados Unidos".

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Con el objetivo de mantener su dominaci6n bloquearon s1empre la pregunta -y su respuesta- lpor que las cosas sucedieron asi y no de otra manera? 6. La Nueva Historia y los Historiadores

En las paginas anteriores hemos visto 10 que consideramos vieja historia. Tratemos de puntua11zarla. Vieja historia no es todo 10 que se escribi6 antes del 19 de Julio de 1979, sino toda aquella practica social y reflexi6n te6rica que estando a favor de los intereses de las minorias trataba de mantener un sistema que no beneficiaba a las mayorias' de los nicaraqtienses, ni al pais. Bs viej a entonces por que pretendia perpetuar ese estado de cosas; trataba de impedir que se dieran otras versiones sobre los mismos hechos hist6ricos y, l6gicamente por BU misma posici6n se veia imposibilitada de acercarse al maximo a una explicacion 10 mas objetiva posible sobre el pasado de Nicaragua. En el seno de la viej a histor ia -ta.nto como pasado que conocemos as1 como discurso hist6ricofue germinando y gradualmente creciendo la nueva historia. 5i analizamos los hechos sociales, militares, politicos, culturales y demas que se dieron en nuestro pais, por ejemplo desde 1523 basta hoy, observaremos que al11 estaba creciendo la nueva historia. En condiciones desventajosas porque el aparato del estado no estaba a su favor pero alIi estaba, luchando y combatiendo para vencer. documentos que nos dejaron, por ejectplo, los cronistas Gonzalo Fernandez y oviedo as! como Pedro Martir de Angleria -quienes no eran ni remotamente defensores de los indigenas- nos seftalan las posiciones y actitudes maduras, generosas y energicas de Nicarao y Diriangen ante los espaAoles. Ellos podriamos decir que inician -a partir de 1523- esa nueva historia en Nicaragua. Fueron la base y el ejemplo de defensa de la dignidad Y 1a soberania ante los intereses extranjeros. Mas aun, creemos que es de primordial importancia para el presente y para el futuro realizar investigaciones sobre este primer "encuentro" entre Gil Gonzalez de Avila y Nicarao y Diriangen. Nos parece que es un tema de investigacion en el que vale la pena invertir recursos para conseguir el maximo de documentaci6n pos1ble y, posteriormente proceder a describir y explicar lpor qu' las cosas sucedieron aSl y, no de otra manera?
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Asi como Nicarao y Diriangen, tenemos una serie de simbolos que forman parte de esa corriente de la nueva historia en nuestro pais, ya sea que hayan dejado 0 no escritos sobre su epoca u otra. Lo importante es que la documentaci6n existe dentro 0 fuera del pais (mucha esta afuera). De 10 que se tratar!a, entonces, es de impulsar -conforme nuestras posibilidades- todo un estilo y modo de investigaci6n en donde las fuentes primarias comiencen a

15 privilegiarse en las investigaciones, las podamos utilizar. siempre que las tengamos
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simbolos, entonces, de esa nueva historia son, entre otros, Tomas Ruiz Ayestas, Ruben Dario, Cleto Ord6i\ez s alomon de la Selva, Rafaela Herrera, Zeled6n, Andres Castro, Fray Bartolome de las Casas, Pedro J. Chamo~ro cardenal, Mariano Fiallos Gil, Azarias H. Pallais, Rigoberto, Bernardino Diaz Ochoa, Luis Alfonso vel,asquez, sandino y Fonseca. Repetimos, esto a manera de ejemplo. L6gicamente, hay innumerables mas.
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Sobre ellos habran quienes d1qan que fueron progresistas, otros dem6cratas, nacionalistas, revolucionarios. El caso es que independ1entemente si unos fueron mas 0 menos progresistas 0 revolucionarios, todos ellos -en su tiempo y sus circunstanciasimpulsaron el progreso social y, bus caron un cambio en beneficio de los nicaragilenses. Algunos escribieron, otros no, pero su vida y ejemplos estan alli en los documentos escritos, orales, visuales y en el presente que hoy vivimos en nuestro pais. En esa linea, sandino y Fonseca sistematizaron y t le dieron vida, alma y cuerpo a toda esa tradici6n de nueva historia que arranc6 con Nicarao y Diriangen. La nueva historia, entonces, tanto como practica social como discurso hist6rico plantea su posici6n a favor de los intereses de las mayorias y, como ciencia hist6rica busca comprender y explicar el pasado para contribuir a transformar I revolucionariamente, tanto el presente como el futuro. No podemos estar de acuerdo con aquellos que piensan que se puede hacer historia de los procesos sociales desde una posicion de "neutralidad". Nos parece que, en general, de una U otra forma el historiador toma una posicion. Explicita 0 no pero la toma. Logicamente que no se trata, tampoco de dividir a los actores sociales en buenos y malos, sino de investigar y explicar 'como y por que se dieron los hechos h1st6ricos. El facilismo de partir la historia en buenos y mal os es anticienti£ico de raiz.
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Tampoco estamos de acuerdo con los que consideran historia solo los tiempos lejanos, excluyendo tajantemente el estudio de los procesos cuyos actores todavia viven -,No sera que es menos problematico hablar de los muertos que de los vivos? Consideramos que tanto ayer como hoy, quienes defienden los intereses de las mayorias tienen la posibilidad -no digo la seguridad- de acercarse al maximo a la objetividad en el analisis de los hechos, re~onstruirlos y, ponerlos al. serv1cio de la sociedad. No existen obstaculos estructurales ni de otra indole que 1mpidan acercarse a la verdad, 0 que obliguen a decir medio verdades 0 a mentir.

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Somos de la op1ni6n que s1 en algun momento estamos mas cerca o mas retirados de la objet1vidad, sera porque nuestro arsenal de conocimientos t1ene un grado de desarrollo tal que s6lo nos permite llegar hasta cierto punto. Gradualmente 0 a saltos podremos aproximarnos, cada vez , a 10 obj etivo. Lo importante es que nuestra posici6n -y practica de clase- permite y nos exige ser objet1vos, r1gurosos y cDistalinos. Reconocer que la realidad es asi no significa, de ninguna manera, que el discurso hist6rico sea subjetivo, que no siga el sendero cientifico. Todo 10 contrario, compenetrandonos de los vaivenes del "quehacer" nos dirigiremos mejor armados al combate de la ciencia h1st6rica. Ahora bien, 10 que hemos expuesto arr1ba son solo posibilidades, no seguridades. Los hombres somos los que podriamos hacer realidad estos planteamientos 0 podriamos no hacerlos. Veamos un caso. Alguien intereses de las mayorias investigar -0 dar docenciaandar mas cerca de la vieja podria decir que esta a favor de los en Nicaragua, y a partir de alIi y de repente sus resultados pueden que de la nueva historia.

Las rutas del doqmat:Lsmo -de izquierda 0 de derecha, si queremos utilizar esos term1nos- y del marxismo mecanicista 10 que provocan es atraso, congelamiento y deformacion, menos nueva historia. El que pinte la h1stor1a -y a veces con buenas intenciones-en blanco y negro, y diga, por ejemplo, -forzando la documentaci6n y la evidencia empirica- que todo ha sido bueno en la Revoluci6n es un doqmatico. Ni los historiadores de hoy, ni los del futuro deberian caer en esos vicios. Mal haria tambi~n aquel que pinte de malos a todos los revolucionarios. Ambas posiciones extremas son anticientificas. Analizar los fen6menos, llegar a las profundidades de los hechos, y tratar de explicarlos -en su contexto- es la mision del historiador y, no tratar de forzar la documentaci6n y tergiversar las estadisticas 0 la evidencia para que los resultados calcen con una idea preconcebida de manera vulgar. En esa linea, estimamos que hay que combatir el marx1smo mecanicista que tiene sus adeptos en aquellos que se saben de memoria a los "clasicos", hablan con palabras enredadas para demostrar que saben -ademas de citarlos con n6mero de pAgina y todo- reclaman a los que no los repiten, y si escuchan 0 leen algo que no tenga la terminologia que se aprendieron, inmed1atamente 10 acusan de "no marxista". Estos siempre andan en el aire y, muchos posiblemente, todavia no han aterrizado en Nicaragua. Saben mas de teorias y teorias, pero les cuesta acercarse a Nicaragua. Es

17 hoy y, no terminan de entender la Revoluci6n y, las vias para hacer nueva historia. Apreciamos que conociendo bien 1a practica social y reflexi6n te6rica de Sandino y Fonseca nos permite ir desbrozando los caminos que llevan a la manera de hacer nueva historia. No estamos diciendo que no hay que conocer, estudiar y reestudiar las cuestiones te6ricas, sino que hay que partir de nuestro pais. En Barricadall del 23 de Junio de 1989, exponiendo algunos aportes de carlos a la Revoluci6n, deciamos -entre otras cuestiones- "el marxismo·le servir! para el anilisis como 'guia para la acci6n', pero partiendo y regresando al pais. En ese sentido la teoria revolucionaria la encuentra no fuera sino dentro de Nicaragua. Desde muy temprano comprendi6 que 1as doctrinas revolucionarias internacionales son inutiles si nO'se Ie combinan con el pensamiento y la prActica revolucionaria". Y ese es, creemos, el punto central del asunto. Para producir nueva historia hay que partir de Nicaragua para luego regresar y, (no por el en todo el trayecto iluminados por el marxismo mecanicismo). Alguien podria preguntar +con raz6n- lentonces, 8610 los trabajos que son iluminados por el ejempl0 de Carlos son nueva historia? lY los que no son y hacen historia, que? Todos aquellos que estan a favor de las mayorias y luchan con su practica social 0 su discurso hist6rico a favor de elIas, estin contribuyendo a la construcci6n de la nueva historia. Podemos iluminarnos con la luz que creamos conveniente, 10 que 51 importa -nos parece- es que veamos hacia adelante y, no hacia atras. Es preferible un buen trabajo descriptivo, bien documentado que un remedo de explicaci6n, pretendidamente, sustentada en posiciones revolucionarias. Ya 10 deciamos mas arriba, la prActica social y las reflexiones, por ejemplo, de Nicarao y Diriangen, 0 de Fray Bartolome de las Casas 0 Ruben Dario dificilmente podria decirse que tienen algo que ver con carlos Fonseca y, forman parte de la nueva historia. Lo que sucede es que, en las condiciones de hoy, hasta donde Ilegan nuestros conocimientos -que no son muchos- creemos que es a traves de los ejemplos de Sandino y de Carlos en donde podemos encontrar, repetim9s, el camino mas fluido y posible para acercarnos a elaborar nueva historia. En otras palabras, explicar de una mejor manera la historia de Nicaragua. Pero, repetimos, no excluimos otras maneras de abordar la cuesti6n.

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Permitasenos exponer -sobre el particular- otras ideas sobre 10 que hemos venido diciendo acerca de las vias para llegar al max1mo de objet1v1dad posible. Estamos convencidos que la manera 0 estilo (0 lmetodo?) ~le se utiliza en la Revoluci6n para conduc1rla es el que debemos emplear en nuestra practica invest1qativa. Tomemos como ejempl0 el triunfo del 19 de Julio y la defensa de la Revoluc16n en estos d1ez aftos. Ambos no se dieron por' un proceso en donde unos hombres crearon la morfoloqia de la victoria 0 de la defensa y, luego se la enchufaron a la realidad nicaraqtiense. No es que se cre6 -a priori- mentalmente, sin ningun referente ellpir1co el modelo y, . luego se aplic6. Todo 10 contrario. Ambas cuestiones se han 10grado en un continuo ir y ven1r, en un zigzaqueo, en una busqueda y un replanteo perDanente, en un no estar satisfechos con las cosas y p~r tanto en bus car su superac16n. Ha side una reflex16n diaria, en fin un proceso en donde teoria y pr act Lc a han estado en un mov1m1ento reciproco, alimentandose y enr Lquec Iendoae conjuntamente en donde ambas, simultaneamente, han side punto de llegada y de part1da. Ahora bien, alguien podria pensar que son preferibles otros caminos para exp11car 0 describir nuestra historia; cons1deramos, tambien, validos dichos planteamientos, siempre y cuando sea desde una pos1ci6n de d1qnidad y amor patrio. Tamb1~n as!, creemos, se contribuye a la construcc16n de la nueva historia. Lo importante es que todos 108 que amamos esta tierra y este c1elo, trabajemos p~r una nueva h1storia que contribuya a construir esta nueva Nicaragua en todos los 6rdenes de la vida. Reflex1onemos y analicemos como estamos, que podemos hacer hoy con nuestras fuerzas, y que senderos debemos trans1tar para prepararnos mejor para las futuras batallas de la ciencia hist6r1ca. Somos de la 1dea que no hay que precipitarse, n1 pretender correr. Hagamos -basados en la realidad- 10 que podamos hacer hoy y, preparemonos para el futuro. No nos proponqamos 10 opt1mo del futuro sino l~ optimo de hoy. Hay que cont1nuar con ese nuevo quehacer que no se contenta con 10 escrito, visto 0 escuchado, que se desarrolla con espiritu de rigurosidad y ser1edad y, que desconfia -c1ent!ficamente- de 10 dado Ie pone un signa de 1nterrogacion, 10 investiga, 10 chequea 'y recontrachequea buscando una reconstruccion de la realidad 10 mas objetiva pos1ble. Los niftos y las qeneraciones heroicas de j6venes combatientes, nos exiqen comprender ese pasado que conocemos, para contribu1r a fortalecer este presente revoluc10nario 10 mismo que ese futuro de prosperidad para todos los nicaraqUenses.

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NOT AS

1.

Este articulo fue publicado en el "Nuevo Amanecer CuI tural" el 29 de Julio de 1989. Posteriormente, en septiembre de ese afio, 10 presentamos en MOscu, en un coloquio sobre los "500 Atlos del Descubrimiento de American. En esa ocasi6n Ie introdujimos alqunas variantes de contenido. El que estamos publicando en esta Revista tiene mas variantes en relaci6n a los dos anteriores, principalmente, en el punto: La Nueva Historia y los Historiadores.

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2.
3.

creimos conveniente no cambiarle el titulo al articulo, que las tesis eentrales se mantienen.

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Sociologo y Administtador de Empresas. Director del Instituto de Historia de Nicaragua. De 1975-1976 a 1988, el autor estuvo realizando actividades no ligadas al ambito academico, sino a la lucha politicomilitar contra la dictadura somocista y, luego del triunfo de la Revoluci6n ha desempefiado puestos en las areas militar, politica y diplomatica. El Instituto de Historia de Nicaragua fue fundado en 1988 como un organismo autonomo, adscrito al Ministerio de la Presidencia de la RepUblica. Se fund6 sobre la base de 10 que fue el Instituto de Estudio del Sandinismo, el que habia sido creado en 1980.

4.

5.

A1gunas de las expresione~ y maneras de entender la historia que se exponen en esta parte del trabajo, fueron recogidas a traves de una ser1e de entrevistas que realizamos en Managua. Se entrevistaron, principalmente, a obreros, vendedoras del mercado y estudiantes. Los entrevistados fueron escogidos al azar en las paradas de buses, puestos de venta, transitando y, en los talleres. Seria interesante conocer si todos los historiadores -en muchos paises- piensan, escriben, investigan y ensenan conforme 10 que ellos cr-e n :y no 10 que otros les dicen, e sugieren (lo imponen subrepticianlente?) que hagan. Recitar al pie de 1a letra -sin pensar- la lecci6n.

6.

7.

20 8. Este diario fue opositor a SomoZa y, actualmente intimamente relacionado con 1a ex-guardia somocista administraci6n norteamericana. esta y la

9.

Basta un ejemplo. La administraci6n norteamericana y los partidos'politicos identificados con la agresion mercenaria asi como su vocero La Prensa, de cara a las e1ecciones presidenciales del 25 de febrero de 1990, han impulsado una serie de encuestas fabricadas de antemano. SU objetivo es influir en la ciudadania para que vote a favor del candidato del seftor Bush. Las encuestas tratan de reflejar el aumento de la supuesta popularidad de un sector de la opos Icfon versus la perdida de simpatia hacia el sandinismo, entre otras cosas. Este hecho -por ejemplo- debe ran tomarlo en cuenta los historiadores del futuro cuando realicen sus analisis sobre este periodo.

10.

Todo este periodo que incluye gobiernos conservadores mantenidos bajo la intervenci6n directa de los marines yankis, la dictadura somocista y su practica politica opositora despues del 19 de julio de 1979 nos ilustran esta situacion . Nos referimos a los llamados "Partido Socialista NicaragUense" y "partido Comunista de Nicaraqua". Diario del F.S.L.N.

11. 12.

ESTETlCA DB LOS PRIHITIVOS HlCARAGUBNSBS* Ruben Dario

Los antiquos americanos, como todos los pueblos primitivos, sentian de cerca el aliento de la naturaleza. Su espiritu tenia, desde el primer despertamiento, la visi6n de la selva y de la montafta. Las manifestaciones portentosas de las fuerzas naturales hicieron germinar en ellos la comprensi6n de 10 extrahumano, y de aqui el nacimiento de sus selvaticas y raras idolatrias. Lo sobrenatural les atrae. Las divinidades comunican con ellos en los bosques, en los rios, en la luz de las estrellas. Iluminados por una civilizacion oriental, 0 levantados por una civilizaci6n propia, sus bastos intelectos tienden a su desarrollo progresivo. Son supersticiosos Y visionarios. trn Numa barbaro y tatuado consultara a una Egeria terrible; la tribu aquardara la palabra de direcci6n 0 de consejo de la boca de los ancianos. Las canas, el tesoro de la experiencia, sera tenido per ellos como valioso. Los dioses invis1bles se acer-car-ana las viej as pi tonisas y a los patriarcas de las florestas, a revelar la suerte de los pueblos y a predecir el triunfo 0 la rota de las mazas y de las flechas. Poseian los indios lenguas armoniosas y ritmicas, lenguas misteriosas y onomatopeyicas. No desconocian el divino valor de la Poesia. Gustaban del simbolo y del verso. Entre los mexicanos un principe rima odas y plegarias; entre las tribus ecuatorianas una de elIas posee dos dialectos: uno suave y tranquilo que emplea en el tiempo de la paz; otro aspero y vibrante, que usa para la guerra. Los siervos del inca sinfonizan sus penas en las musicas enternecedoras del yaravi; y en la AJlu~ricacentral, el poeta ciclico del Popol-Vuh levanta el alma de su raza. Existe la familia, se alza la ciudad. Se perpetuara la idea con escrituras y relieves jeroglificos; se alzara el monumental palacio 0 el templo recamado de simb61ica florescencia petrea; surgira, en fin, como un sol, el arte. Amarese 10 brillante, 10 pomposo, el color, la linea, el brillo, el matiz. El oro se empleara desde los zarcillos de la india hasta en el trono del senor magnifico Honctezuma. En el tiempo en que Fidias, con el oro de Grecia, teje el traje de Minerva, el oro de America encarna a la faz de los idolos y los simulacros de las aguilas sagradas, se enrolla en toscos brazaletes en los brazos de las hembras de los caciques, y circunda la cabeza de los guerreros.
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La pluma, ligera, aerea, sutil vestimenta, maravillosa gala de los pajaros del aire, es elegida para la pompa ornamental. Se tejen con ella mantos regios, cubre los flancos de bronce de las princesas, tiembla en las diademas triunfales. Las plumas negras de los zanates se mezclan con las plumas blancas de las garzas. Las aves de las islas son proveedoras del bizarro lujo. El

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papagayo ofrece su policromia !uriosa, de fortisimos e incomparables colores. Las alas de purpura caen sobre el verde mas delicado que se puede imaginar; una pluma de aftil alterna con las del carmin mas encend Idc : oros, azules, verdes, armonizan al resplandor de los americanos cielos; y cuando aparece el quetzal libre pajaro montades, vanidoso que muere si su cola se estropea: badado de los mas lindos iris metalicos r eclipsa p~r su fino brillo, por su luminosa aristocracia ornitologica, a los mas orgullosos pavos reales y pintadas \ aves del Paraiso. Los aborigenes poseian el quetzal y el aguila, y la innumerable pedreria alada que puebla los bosques asombrosos de America. Las coronas de plumas tenian cierta augusta y flotante ligereza. lAcaso la testa coronada de una princesa mexicana, cerca del trona aureo del emperador aztecs, presentaria menor gracia hieratica que la de Salome la hebrea 0 Theodora la bizantina? Los hombres de la guerra hacian brillar los crueles ojos negros bajo los cascos de piel formados de la cabeza de los pumas y jaguares. El bomerico penacho de crin que asusta al tierno hijo del heroe helenico, es, sobre la cabellera enmaradada del guerrero americano, el corvo pico de una aguila, '0 las fauces de una fiera del monte. El pesado vasa del epico personaje de la Iliada, tiene su pareja en el vasa de dos azumbres, de trescientos castellanos de oro, en que bebia el quimbaya opulento amigo de Robles el conquistador. El inca garrulo ama las sortijas y los.palanquinesr y en su teogonia secular, como el persa, adora al sol. Los poetas 1ndigenas del continente expresan frases simbolicas y hablan palabras profundas 0 pintorescas. El PopDl-Vuh llama al grar.Dios "cor azon del Cielo". EI charrua nombra a la muerte "el sueno frioll. Las almas salvajes encontraban un algo de 10 divino en 1a pura mirada de los astros. Junto a los poetas aparecian los magos Los impalpables espiritus conversaban con las desnudas bruj as. Brotaba de la inmensa y fecunda matriz natural un rico y extrano simholismo, y el artista aut.o t ono , al influjo del sol y de la c tierra, labraba los esbozos de las creaciones imaginativas, las mascaras de las rudas divinidades. El primitivo arte de America se da la mano con el japones por el dragon y el sapo, por las quimericas bocas dentadas y los gestos monstruosos; con el eqipcia, por sus momias y sepu Lc ros : con el asirio, por las grandes, fantasticas bestias formadas en la piedra bruta; con el griego y el etrusco, por sus anforas esbeltas, sus ligeros vasos, las curvas y redondeces de su ceramica; con el galo, por sus hachas de cobre; con el indio oriental, p~r las multiples y aglomeradas florescencias de piedra de sus torres y monumentos. La serpiente toca el pristino s~ntido estetico con su escamosa, brillante y coloreada arm~dura y su irresistible influencia de animal magico. Es la eterna figura de la eterna poesia fatal. En el Genesis encarna al demonio y es maldecida par el Eterno Padre, simbolo del infinito Bien. En el cicIo poetico de Grecia se acerca a ~a cUna de Herakles y es despedazada ~~ e1 robusto dios, esto es, por la poderosa Fuerza. En el mist1c1smo

23 cristiano destroza su cabeza la reina Maria, la divina Virgen, esto es el Ideal. En la tradici6n americana, sobre el cactus espinoso, a ios ojos de una vigorosa casta, es destrozada por el aguila, 0 sea por la Libertad. El cocodrilo es tambien alimana ornamental, con su ferocidad callada, sus dientes agudos y las ferreas conchas de su caparaz6n; tiene de la serpiente, de la tortuga y de la roca, dulces ojos humedos y llanto. Asimismo la iguana, tan semejante en su forma a la fiera de las aguas, figura en las asas de los jar~ones 0 en las cubiertas 0 tapas de los cacharros. La zoolatria primero y la astrolatria despues, constituyen la religi6n. Hay para los dioses canticos y sacrificios. Las artes estan representadas por personajes sagrados como entre los griegos. Entre los americanos, la poesia se encarna en Ahkinxooc; Xocbitim es la musa del canto y Pizlimtec la de la musica. La marimba manifiesta el sentimiento de la armonia euf6nica en el indio. En ese rudo instrumento estan todos los tristes ecos de la montana, las canciones de la choza primitiva, lasuavidad del campo en el buen tiempo, 0 el grito del &mor ind6mito y el lamento de las mas hondas amarguras. La marimba parece ser inventada por algun formidable y salvaje Pan del mundo de Occidente, errante conocedor de las tristezas, ansias, duelos y victorias de las tribus, padre de la nativa americana poesia. El tepanahuaste de la America central -teponaxtli de los .mexicanos, tunduli de las tribus del Ecuador- es el timpano del bosque; al golpe de la mano.del indigena da nacimiento a la cadencia, al compas, acompafta las danzas. El pito de barro, con dulces voces de ocarina, daba vida al cantico, y el cantaro gemebundo de los peruanos atraia los siniestros genios de la muerte y del espanto. En tierra de Nicargua, despues del tiempo en que los hombres erraban, cazadores y pescadores, sin rumbo fijo ni civilizaci6n alguna, aparece el comienzo de una era de progreso. E s la influencia del indio del Norte, la cultura de los votanides que llega. Las tribus invasoras traen sus cultos, sus rituales, sus artes y su lengua. Antes los nicaraguas, 0 nicaragUenses, habian invadido las costas orientales y "habian barrido la vieja cultura de QUirigua, copam y Palemke". A su vez la civilizaci6n lIege y levante su templo en el pais de los mangues. La luz Tepanaguaste, de un cu Ito la llevaron los "el seftor del Arbol secon. vo t an i.de I s hij os de

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El chorotegano 0 mangue recibi6 la influencia meca y nahoa. Los nahoas introducen sus costumbres, 'sus ri tOB, ·su poesia sus jeroglificos, sus musicas, sus danzas, el libro de pergamino y la urna cineraria.
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Bovallius, el sabio sueco, en una reducci6n que presenta en la Exposici6n Hist6rico-Americana, ha reconstruido un templo nicaragua, en vista de los restos que de las antiguas construcciones Squier y el encontraron en las islas del gran lago

24 de Nicaragua. Es el templo eliptico, y su techo esta sostenido por rnisteriosas cariatides sedentes. ElIas son la representaci6n de sobrenaturales seres, esculpida toscamente en obscuros monolitos basalticos por la mano del fetichista. Los grandes idolos tienen el aire de los orientales dioses de piedra; en uno hallareis com~ una vaga reminiscencia del sonoro Memnon; en otro algo de 10 asirio o de 10 fenicio; en todos.el hieratismo de las esculturas rituales de los nahuas. Los viejos indios, como sus descendientes de hoy, amaban los pajaros, las resinas y plantas bien olientes que perfumaban sus incensarios, las flores de aquellas prodigas y lujosas campinas. Tenian la noci6n de la gracia. Y en cuanto a la fuerza, son de notar sus especiales gimnasticas, como aquellas de que habla el transparente Oviedo, con que celebrahan los Ldo lat.r s las a fiestas de su Ceres salvaje, el dios del cacao; 0 las maneras con que domaban las mas feroces alimaftas de sus montes y selvas, 0 las bregas cuerpo a cuerpo en que descollaba algun violento y forzudo tapaliui. Tinta roja y negra era la empleada por los nicaraguas para escribir en sus libros de piel con su pintoresco modo figurativo. Los mismos colores adornan su alfareria, en simbolos, jeroglificos y meandros. He dicho antes de la fiesta religiosa al dios del cacao. Los otros productos de la tierra tenian asimismo sus divinidades y a elIas se dedicaban, en los regocijos bulliciosos, locas saturnales, celebraciones semejantes a las clasicas y pomposas que en honor de Ceres y Dionisio celebraban los paganos en Grecia y Roma. En la ornamentacion personal empleaban los tatuajes de vivos matices, sobresaliendo el color negro del tiel, que dej aha su estigma imborrable donde el pedernal trazaba en las carnes del indio dibujos y sajaduras. Cada cacique tenia su senal especial. Y he aqui el blasen que aparece de modo peregrino en las tierras nativas de los habitantes de Nicaragua en tiempo de la llegada de Co16n. Hay un bosquejo de teatro. En los £estivales religiosos se representaban aquellos areytos 0 mi totes en los que "andaban un contrapas hasta sesenta personas, hombres tolos, y entrellos ciertos hechos mujeres 1 pintados todos e con muchos y fermosos penachos e calcas, e jubones muy bigarrados e diversas labores e colores, e yban desnudos, porque las calcas e ~ubones que digo eran pintados, e tan naturales, que ninguno los Juzgara sino por tan bien vestidos como quantos gentiles soldados alemanes 0 t~descos se pueden ataviar". Y entonces era cuando los farsantes barbaros flilevaban mascaras "de gestos de aves", danzando al son de sus resonantes fanfarrias. La mascara, como en los teatros griego y chino: el penacho de plumas, los rostros embijados, eran las notas de color del cuadro.

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25 De los personajes de aquellos mitotes desciende el parlanchin Gtiegtience, que tanto llama la atencian de Brinton. El Gtiegtience es aguel personaje de la farsa ingenua que el indio moderno tejio con palabras espanolas y frases del dialecto maternal, farsa en la cual suele verse como un vago reflejo lirico, asi cuando el Gtiegtience dice delante del senor Gobernador: "Alcen muchachos, miren cuanta hermosura.. En primer lugar cajoneria de oro, cajoneria de plata, gUipil de pecho, gUipil de pluma, medias de seda, zapatos de oro, sombrero de castor, estriberos de lazos de oro y de plata, muchirtes hermosuras, senor Gobernador Tastuanes, aseneganeme ese lucero de la manana que reIumbra del otro lado del mar ...". Las mascaras imitaban caras de fieras 0 mostruosas fases visionarias; y aun hoy son de ese modo las que en los bailes indigenas, como los mantudos, llevan los disfrazados danzarines. La representacion de algunos animales -que en la teogonia de los nicaraguas encarnaban dioses- constituia uno de los principales motivos de decoracion. Asi sobre la cabeza de las cariatides del templo esti la del lobo, la del bui tre rey-de-zopelote, la del cocodrilo 0 la de la tortuga. La figura de esos animales se ve tanto en los idolos como en la cacharreria, en las ansas de los jarros, 0 en los pies de los tripodes y perfumeros. El conocido chinografo Pale6logue, hace notar que es en el mundo animal donde desde luego encuentra el artista chino su inspiraci6n, sea en la copia directa de las formas 0 en la concepcion de una animalilad fantastica y aterrorizadora, la creacion de seres extranaturales y gigantescos, semejantes a las visiones de los suenos. Yafirma el frances que he citado que ello es una creac Lon original del genio de la China. En el arte americana se encuentra esa visi6n macabra de una fauna estupenda e imaginariai bestias semejantes al asiatico leon de Fo y a las mas horribles quimeras budhicas; el artista siente la obsesion del monstruo; la pesad1lla se petrifica. Los chinos reproducian pr incipalmen te sus cuatro animales s imbol icos: el dragon, el licornio, el fenix yla tortuga. El drag6n, emblema del Oriente y de la primavera; el licornio, de la perfeccion; el fenix. de las Emperatrices; la tortuga, de la Fuerza. En la cerAmica nicaragua la serpiente decora las urnas cinerarias. lQue idea representa la iguana, la tortuga, el loro, los animales que adornaban los templos y los utensilios de los antiguos nicaragtienses? La influencia azteca se advierte en los vestigios estudiados por Squier, Bovallius y otros arqueo Loqcs y especialistas. Al eminente americanista M. Desire Pector es deudora la araueologia americana, de importantisimos y curiosos estudios. Los objetos que la RepUblica de Nicaragua exhibe en la Exposicion Hist6rica Americana, apenas pueden dar una liqera idea de sus artes precolombinas. Ciertos peguenos idolos har an aI visitante imag1nar c6mo fueron los que en los templos se adorabani

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26 la cacharreria manque y nahua, con sus diversos motivos de ornamentaci6n y de dibujo, hara ver a los inteliqentes 1a diferencia de las dos razaSi el re1ativo atraso de 1a una y 1a invasion civi1izadora de la otra; en las copas, jarros y perfumeros tripodes encontrarase ligereza y graciai en 1a co1ecci6n del Gobierno nicaraoUense notirase una -cabeze de gran valor arqueo16qico, idolos 1\ cerallica; en 1a del 1aborioso e ilustradisimo seftor de Arellano, variedad de a1fareria, con finos adornos y pinturasi y en la colecci6n Gavinet, terracotas estimab1es, idolos, matlates labrados con arte .yque tienen cabezas de bestias y motivos de 1a fauna americana. Podra tambien hal1ar en los objetos expuestos, el observador, hue1las y reminiscencios de cu I tos fa11cosi illagenes de hombres y de mujeres con 1a figuraci6n del sexo, y un lingam 1abrado en fina y pesada piedra. En las urnas funerarias encontrara 1a especial de los nicaraguas, en forma de zueco. Squier encontr6 una urna de identica forma en Huehuetenango, Guatemala. Y yo observo que es tambien igua1 a las urnas antedichas un cacharro arcaico japones, de 1a co1ecci6n del conocido japonista M. S. Bing, de Paris. La antigua civi1izaci6n americana atrae 1a imaginacion de los poetas. Un Leconte de Lisle arrancar1a de 1a cantera poetica de 1a America vieja, poemas mono1iticos, hermosos cantos barbaros, reve1aciones de una belleza. desconocida. Y el arte entonces tendria "un estreDecimiento nuevo".

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Articulo pub11cado en 1a Revista Academica "El centenario", dirigida por D. Juan Valera, Madrid, 1893, No. 25, pp. 197202, Ediciones Libreria Fernando Fe.

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Entre los protagonistas de la hi.torie de la penetraci6n espanola en tierras de America central, aparte de Pedrarias Y de Pedro de Alvarado que se las repartieron en .su acci6n conquistadora, desde los principios aparecen en elIas tres notables: Gil Gonzalez Davila, Andres de Cereceda Y Andres Nino. Todos tres, inicialmente compatieros compro.etidos en una misma empresa cuyo resultado fue 10 de quedar finalmente corridas y reconocidas todas sus costas, y quienes tambi'n, separadamente, como ningun otro de sus contemporaneos, anduvieron 10 mas de la tierra, y los dos de ellos hasta el fin de sus vidas. Gil Gonzalez, sin que Le fal taran detractores, ejemplar capitan, procedia de Avila, y Cereceda, hombre agudo, generoso, hahil hasta 10 acomodadizo, blando gobernante, pero, por sobre todo, excelente narrador, habia nacido en Salamanca. De ellos, el marino, Andres Nino, como todos los naveqantes famosos de este apellido, era de Moguer. El vinculo de sangre de Andres Nido con los hermanos Juan y Peralonso Nino, no aparece bast ante claro. Alicia B. Gould, que tanto empefto puso en desenmaratiar los nexos en esta .parentela, llego a la conclusi6n de que "parece que todo 10 que toca a la familia Nitio estA enredado"·. El Padre Las Casas, al referir su coincidencia con Andres Nitio en Barcelona en 1519, cuanto este negociaba su viaje en la Corte, decia de el que se habia criado en la navegaci6n de las Indias "con su padre y otros deudos "". Pero esta afirmaci6n no va mas que para realzar su prosapia marinera. De abundante informaci6n sobre este parentesco s6lo se saca en claro que nuestro piloto era sobrino de Juan Nifto·. Y algo tambien muy verdadero, es que sus progenitores, vecinos de Moguer, fueron Gonzalo Nino y Catalina Garcia. Asi se expres6 en la licencia que se die a Andres Garcia Nitio en 1511 para embarcar a las Indias'. Porque si ciertamente se hacia llamar este piloto simplemente Andres Nino, como fue mas conocido y pas6 a la historia, tambien se Le nombr6, como en la licencia se dijo, en otros muchos documentos y aun en el DaS importante, en la Real C€dula de su nombramiento de Piloto; como tambien se Ie dijo sin mas Andres Garcia, que asi aparece en paqas de la Casa de la Contrataci6n', De su actividad marinera anterior a 1514 nada se sabe. Pero es de suponer que para su salida de ~511 ya llevase destino de mare ante y con alguna eXperiencia. Los que est&n con el en esa ocasi6n, todos coterraneos, son sin duda gente de mar, entre los que se encontraba el palefio Anton de Alaa1nos, cuyo nombre de

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piloto no tardaria en alcanzar la fama. Porque no es de pensar que en s6lo tres anos adquiriese Andres Nifto una categoria tal de marino para merecer el titulo de Piloto Real, que se Ie otorq6 en julio de 1514'. Por el se Ie incluia entre los pilotos que estaban al servicio del Rey y concretamente de la Casa de la contrataci6n de Sevilla. Piloto Real, Piloto de Su Majestad, 0 como tambien se dijo, "piloto de la Casa" era estar constituido en oficial de la Corona; disponible unicamente al mandado del Rey para hacerse a la mar y bien presto para la ocasi6n. Aparte del piloto Mayor, cargo que antes de entonces 10 habia tenido Americo Vespucio y para despues de 1512 Juan Dia~ de Solis, en el nombramiento de esta condici6n de·piloto que se daba a Andres Nino, desde 1508 que se cre6, solamente Le habian precedido once, de los que, para no hacer menci6n de todos, bastara con nombrar a Juan de la Cosa, Vicente YaneZ, el mismo Juan Diaz, Pedro de Ledesma, Andres de San Martin, Antonio Mariano, y de los que despues del suyo a pocos anos se dieron, como de nombres mas conocidos, Andres de Morales y Esteban G6mez.
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Para estos anos en que comienza como piloto de la casa, es cuando aparece como vecino de Triana, adonde estuvo casado con Isabel Garcia, con quien procre6 un hijo y dos hijas. A la fecha de su salida para el gran viaje a la Mar del Sur, una de sus hijas estaba casada, y su yerno, Fortuno de Aperribay, invirti6 dinero en esta empresa de su sue qr o". En estas condiciones familiares es de supone r a Andres Nifto en edad de aproximadamente cuarenta anos al tiempo de su salida de 1519. Como Piloto Real y maestre de la carabela de SU Alteza nombrada "Santa Haria de la Consolacien" partie a fines de 1514 para el Darien, a la Tierra Firme, la llamada castilla del Oro, con provisiones para la gobernaci6n de Pedrarias'. cerca de tres ai10s con su misma carabela, prest6 tambien alIi servicio en repetidos lD viajes que efectuaba entre el Darien y la Espanola • Fue en esta ocasi6n de su estancia en Tierra firme cuando se hizo de algun dinero y entr6 tambien en amistad con importantes oficiales de ella, principalmente conel tesorero Alonso de la puente y un ayudante de la tesoreria llamado Andres de Cereceda. Alonso de la Puente, Oficial de S.M., era hombre rico y poderoso en Tierra Firme, y, como continuo de la Real Casar de mucha influencia. en 1a Corte. Acaeci6 por entonces, que Vasco Nuftez de Balboa, que construia en el rio de la Balsa ciertos navios para descubrir p~r la Har del Sur I fue hecho pris ionero y sometido a proceso. Nino, viendole perdido, abrig6 la idea de aprovechar estos navios y tomar para s1 el proyectado viaj e por aquella mar; en 10 que anadia a su reputaci6n de piloto experimentado la buena vinculaci6n con el Tesorero. Gonzalo Fernandez de Oviedo, buen conocedor de esta gente y de las circunstancias, nos dej6 dicho que 10 de esta empresa de Nifto para ir por la Mar del Sur fue invenci6n del mismo De la Puentell• En efecto para esto envi6 a Espafta a su ayudante Cereceda en compafiia del piloto. Pero ya en la corte, Cereceda y Nino tuvieron que vale~se de personas de mayor privanza. Desde

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1515 se encontraba en Espafla el Contador de la isla Espanola, Gil Gonzalez Davila, personaje que procedia de la Casa del Principe Don Juan y de mucho valimiento ante don Juan Rodriguez de Fonseca, su protector y po r cuvas manos es bien sabido pasaban entonces todos los negocios de Indias. cereceda y Nifio en concierto con Gil Gonzalez y con la mediaci6n del Obispo Fonseca, ya en Zaragoza la Corte obtuvieron del Rey la licencia para el viaje. El asiento , 13 y capitulaci6n se tom6 alIi a 19 de octubre de 1518. E1 capitulante con su Alte~a fue Nino, que seria el piloto de la armada, pero se nombr6 a Gil Gonzalez p~r capitan general de ella. Irian a descubrir por la costa de la Mar del Sur de Tierra Firme hasta mil lequas a Poniente y buscar por ahi la contrataci6n ·de la Especieria. Se for~aceria en parte iguales entre el Rey y Nino, poniendo SU Alteza 4.000 castellanos de oro, a entregar por los Oficiales Reales de Tierra Firme. Se habia de ir p~r la Mar del Sur con tres navios y una fusta 0 bergantin para vela. A Gil Gonzalez se Ie entreg6 una t ns t ruccaon secreta sobre la China, algo que sin duda no se die a Fernando de Magallanes, con todo y ser armadas las suyas que se aprestaban a un tiempo y casi a un mismo fin. Estando ya la Corte en Barcelona, a 18 de junio de 1519, se expidi6 la Real cedula para que en Tierra Firme se entregasen a Gil Gonzalez los tales navios que habia quedado del adelantado Vasco Nudez de Balboa, de quien .alli mismo en Barcelona ya se tuvo noticia de su muerte en agosto siguienteiJ• La armada, compuesta por tres naos, "La Victoria", "Santa Maria de la Merced", y "Santa Maria de Consolaci6n", que se tomaron a Andres Nino a cuenta del armaz6n, parti6 de Sanliicar de Barrameda el 13 de septiembre de 1519u; ocho dias antes que desde el mismo puerto 10 hiciera Magallanes. Toc6 en la isla Espafiola para en ella fornecerse de 10 necesario, principalmente de yeguas, bueyes y dos carretas para el paso en Tierra Firme de una mar a otra de pertrechos y mantenimientos. Abandonaron la isla a principios de enero de 1520 y doce dias de spue s tomaron puerto en Acla. Nino fue a la ciudad del Darien al cobro de la parte del Rey, y Gil a la otra mar, tratando de abrir camino para el paso de gente y materiales y encontrar sitio para hacer los naviosu• En esos mismos dias, en la ciudad del Darien, se notifice al gobernador Pedrarias la Real Cedula para entregar los navios de Vasco Nunez. Respondi6 que los tales no habian pertenecido al Adelantado, sino que eran de compania de pobladores de l~ tierrau• Y el caso fue tambien que esos navios se ocupaban en el v1aje que a la sazen hacia el licenc1ado Gaspar de Espinosa por esa costa del Sur al poniente. No faltaron mas dificultadest estorbos y hasta calamidades para esta empresa de Gil y Nino en la gobernaci6n de Pedrarias. Pues como decia Fernandez de Oviedo al gobernador Ie parecia ser en vergUenza suya el que fuera otro a su gobernaci6n a armar con licencia del Rey. Hubo gente de la de Gil Gonzalez que se manifestaron desengaflados, y muchos, por nuevos en la

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tierra, enfermaron y murieron. En los primeros seis I\eses habian fallecido hasta veinte personas, entre elIas el tesorero de la armada Juan de Velandia, por 10 que el capitan Gil Gonzalez provey6 en su luqar a Andres de Cereceda17• 81 ofici0 de Contador 10 tuvo siempre Francisco de Salazar". Tambien se ocup6 Gil un tiempo en cuaplir la comisi6n que llevaba de tomar cuenta a los Oficiales Reales de Tierra Firme. Y asi, aunque para julio del mismo afto de 1520 tenia construidos en el rio de la Balsa y para echar a la mar, tres navios, fueron tantos los contrat1·empos que se pudrieron cOllidos de broma, y tuvo que hacer otros, esta vez no en la tierra firme, sino en 1a isla de las Perlasll• Ya dispuesto para e1 v1aje se hal16 Gil faito de gente y .uy quebrantada la poca que Ie quedaba. Fue por ello a la ciudad de Panama y pidi6 a Pedrarias que diera licencia para que fuesen al viaje los que de su gobernaci6n libremente quisiesen, mas nunca obtuvo respuesta. Con esto se vol vi6 Gil Gonzalez a la isla de las Perlas, y seguidamente, con cuatro navios, a 21 de enero de 1522, sa1i6 de ella para su descubrimiento: justamente dos a60s despues de su llegada a la gobernaci6n de Tierra Firme. Cincuenta leguas adelante pararon en la isla de Ceguaco 0 Cebaco. De este punto fueron sobre 10 qu.e el licenciado Espinosa y su gente habian comenzado a correr desde finales de 1519 en su jornada del poniente que habia durado afto y medio. Como licenciado, el se fueron sobre la costa; Gil por tierra, y Nido, qobernando los navios, en la misma marcha, bordeandola. an todo este camino fueron de cacique en cacique hasta el final, bautizandoles y sacandoles alqun oro. En Burica, extremo al que por tierra habian llegado el "licenciado Espinosa en persona, pues que gente suya p~r su mandado y con navios habian ido mas adelante, se encontraron los de la armada de Gil que la vasija del agua estaba perdida y los navios sin poder naveqar p~r estar tocados de broma. Hubo que bajar alIi toda la carqa para hacer los reparos necesarios, deapachandose a Panamaun berqantin por pez para la carena. De la obra se hizo carqo Andres Niiio, porque Gil no habia de parar su lIarcha por tierra. Se concertaron de que hechas las reparaciones, Nifto siguiese adelante para reunirse en el primer puerto a que lleqase. Con esta ocasi6n: del reparo de las naos, Nifio no dej6 de tener dificultades COil os l indios por forzarlos al trabajou. Como estuvo convenido, siguiendo Nifto adelante dio con un golfo llamado san Vicente, adonde 1ueqo se Ie uni6 Gil Gonzalez. De este qolfo se dijo que hasta alIi habia descubierto Juan de castaf\eda, piloto de los navios que habia despachado el 1icenciado Espinosa desde Buricau• Pero e1 nombre se 10 debi6 poner Andres Nifto, ya que sin duda, p~r e1 tiempo de su marcha, estaria en el a 22 de enero de 1523, festividad de San Vicente Martir. Porque Castadeda el nombre que dio fue el de qolfo de San Lucar I por 1a fecha en que 10 vio, el dia del santo Evangelista, que fue a 18 de octubre de 1520. El qolfo de San Lucar, que tambien despue s se dijo de GUetares, Orotii\a, Cho;-oteqa, Chira, tambien de Nicaragua Y lueqo, comoahora, de Nicoya, es una

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ancha entrada de mar con una parte interior que se estrecha y corre de sureste a noroeste, con varias islas, muy pobladas entonces. Esta singular conformaci6n se ha prestado a contradicciones sobre su descubrimiento. castaneda se tenia a si mismo como descubridor del golfo de San Lucar, y Fernandez de Oviedo, buen conocedor de vista de toda esta geografia y de los protagonistas del descubrimiento, fue rotundo y reiterativo en afirmar que Castai\eda solo 10 bautiz6 pero que no ent.r en til . Pero como Oviedo s t tua o n su embocamiento entre los promontorios de la Herradura Y Cabo Blanco, esto es dejar a castaneda contemplando el golfo desde la mar abierta. sin embargo. en la relacian de Cereceda, se pone al golfo de San Vicente, que es a donde dice llegaron los navios de Castai\eda, cerca del cacique Chorotega, y esto es en el interior del golfo de San Lucar. Lo que si parece cierto es que Juan de castafteda no 10 ca16 enteramente y que si 10 hizo Nino. En esta 6casi6n, el capitan Gil Gonzalez v t s t t o los caciques de estas islas y alrededores del golfo, hasta entonces el hallazgo mas importante en 10 andado. casi se habia reunido en el tanto oro como el que durante un a~o en su lento caminar por los caciques anteriores. Tras esta estancia en el golfo de san Lucar acordaron Gil y Nino nuevamente separarse, el primero seguiria como ante el camino de tierra, y Andres Nino, por mar, para naveqar hacia el poniente las mas leguas que pudiese. Ambos debian de reencontrarse en este mismo golfo de San Vicente. En esta marcha fue cuando Gil dio con e1 cacique de Nicaragua y ocasi6n que tuvo para descubrir 10 que el llama la Mar Dulce (el gran 1aqo de Nic aragua), cuya grandeza, por opiniones que tuvo de pilotos, Le hizo suponer que tenia salida a la otra marne Con dos de los cuatro navios con que contaba la armada sali6 Andres Nifto del golfo de San Vicente a su carrera del Poniente. Al primer punto que aportaron fue a1 que die ron el nombre de rio de la posesi6n, por la que en el tomaron e1 27 de febrero de 1523. Este rio y puerto de la Posesi6n con que se conoci6 mucho tiempo, vino a quedar en 10 que poco despues fue 1a gobernaci6n de Nicaragua, y que en el mismo sigl0 XVI ya tom6 el nombre del Realejo (donde se encuentra el actual puerto de Corinto). No corriendo mucho entraron adelante en una hermosa bahia 0 golfo al que dieron el nombre de Fonseca en memoria del protector de esta empresa, don Juan Rodriguez de Fonseca, y saltando alIi en tierra en una isla a la que nombraron Petronila por el nombre de llna sobrina del referido obispo Fonseca, tomaron posesi6n el dia 5 de marzo. Los nombres de este golfo e isla .Los califica de disparate el cronista Fernandez de oviedo y Ie val16 a Andres Nino que 10 llamara piloto adulador. El nom.brede Petroni1a se mantuvo algunos anos; el de Fonseca se conserva hasta hoy. El mismo cronista contrario e1 resultado de este viaje de Nifto y dijo que no habia pasado de este golfo, y no es verdad 10 que afirmo, pues la navegacion sigui6 adelante y hubo otra toma de posesion sobre la costa e1 30 de marzo, en 1a punta de un rio que llamaron Santo Tome, que no ha sido posible identificar. Pues hasta donde se dijo

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32 que llegaron no es ciertamente la costa abundante en ensenadas y puntas de consideraci6n, y el nombre de Santo Tome tampoco perdur6. De esta navegaci6n, sin 10 que se dijo habia corrido 350 leguas 10 c ierto esta en que se pusieron en -al tura de 17030 I • pues que n~ se pas6 adelante por defecto de los navios y aun por fal ta de agua. Se sena16 el haber estado frente a las sierras de Gil Gonzalez Davila, nombre que dieron los mismos y que se le situ6 sin duda por la informaci6n de este viaje, en la carta de la Casa de contrataci6n de Sevilla, en la costa Soconusco adelante, correspondiente a la Sierra Madre. Y como se afirm6 despues, se habia llegado hasta Tehuagtepec. Hasta entonces fue el viaje mas largo sobre las costas de la Mar del Sur. El tornaviaje 10 hizo Nifto aceleradamente y su llegada al golfo de San Vicente pudo ocurrir a primeros de mayo siguiente. Ocho 0 diez dias mas tarde le encontr6 alli Gil Gonzalez, que venia a marcha forzada despu~s de abandonar Nicaragua. Obligado a dejar esta tierra, sin embargo, con el prop6sito de rehacer sus fuerzas para volver En San Vicente uno de los navios se hundi6 porque no podia ya mantenerse a flote, y en los que quedaron y canoas de indios volvieron a Panama, adonde llegaron el 5 de junio de 1523.2t Las esperanzas de rehacerse en Panama para tornar a la conquista de Nicaragua y descubrir el secreto de la Mar Dulce se frustraron. Las buenas ~oticias que llevaba inci taron a Pedrarias a tomar para sf la empresa de Nicaragua y estorb6 a Gil con cuanto pudo. Este se vio obliqado a tomar el camino de la Espanola en busca del socorro de los Jueces de la isla. Incluso Pedrarias trat6 de impedirle que salier.a llevando cons Lqo el oro del Rey. por 10 que Gil tuvo que embarcarse furtivamente en un navio que compro; no le acompaftaban mas que Andres Nifto, los oficiales Cereceda y Salazar, un paje y dos mozos. Lo demas se qued6 y fueron a Nicaragua con Francisco Hernandez por mandado de Pedrariasu. De la Espafiola se despach6 a Cereceda para Espafta con el oro del Rey, con relaci6n y testimonios de 10 acontecido y la pintura de 10 recorrido. En los de la Audiencia hal16 todo el favor que buscaba e hizo la armada con que se proponia vol ver a Nicaragua y hallar la salida de la Har Dulce, entrando por el golfo de las Higtieras. Con Andres Nifto por piloto mayor, ~uatro navios y un bergantin, salio de Santo Domingo a fines de marzo de 1~24u Se sigui6 10 acostumhrado de este viaje, de Santo Domingo hasta doblar el cabo San Ant6n de la isla de Cuba y de alli a Yucatan baj ando sobre su costa oriental a las HigUeras. La costa toda habia sido descubierta en 1508 por Juan Diaz de Solis Y Vicente Yaftez, y el golfo otros pilotos despu~s 10 habian n~vega~o. Pero fueron estos de Gil los primeros que poblaron, en el ant errcr del golfo asentaron la villa de San Gil de Buena Vista, en el lugar de indios llamado Nito, junto al mar, en el lado oriental de la boca de un gran rio, del en que se formaba mas adentro el Golfo Dulce y que los de esta armada as! nombraron y descubrieron. porque cierto es lo"que afirmaba el Padre Las Casas, de que los
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33 descubridores de 1508 cuando por alIi pasaron no 10 vieron por estar oculto". Gil Gonzalez no se detuvo alIi y en la villa dej6 por su teniente a Gil Davila, su sobrino, y con la mas gente de su armada dispuso ir la tierra adentro encaminandose a Nicaragua. En demanda de esto fue con Nino por la costa al Levante, y es cuando dieron con una bahia que en honor del piloto nombraron San Andres, Y al puerto de ella, por haberseles muerto en el un caballo, Ie llamaron Puerto de Caballos. Gil deja a Nino con las naos y se adentr6 en la tierra por el valle da Naco, subiendo luego por el rio Pechi (luego Uloa), y 10 remonta para alcanzar las vertientes de la Mar del Sur, poniendose en 10 que luego se llama la provincia de San Miguel Aqui tuvo el reencuentro con la gente, de Nicaragua que venia con Hernando de Soto, del que Gil sali6 vencedor, aunque algunos de los suyos que alIi dej6 siguieron los pasos de soto hacia Nicaraguau. La situaci6n de la gente que qued6 en las HigUeras se complic6 con la llegada alIi de Crist6bal de olid, que ya venia alzado contra Cortes y tom6 asiento en la costa bast ante mas al oriente, a 10 que 'llam6 Triunfo de la Cruz (3 de mayo de 1524). Se inici6 entre la gente de ambas armadas una relaci6n amistosa, aunque no libre de recelos. Sabedor Olid de que Gil andaba la tierra adentro, fue en su busca; sin lograr el encuentro. Ante el temor de 10 que pudiese ocurrir, se dispuso que Andres Nifto pasase a reunirse con Gil y recibir de este, para llevarlo a Espana, el oro que tenia, y asi se fue Nifio a su busca con Gil Davila y una compania de sesenta y tantos 0 setenta hombresJ'. Ol~d trat6 de cortarles el paso, primero el en persona y despues por su maestre de campo Pedro de Briones. Bste dio alcance a la gente de Nido, pero como se alz6 en el camino contra Olid, la deja en libertadJO•
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En el campo de Olid la situaci6n se agrav6 con la presencia de Francisco de las Casas que venia a castigarle por mandado de Cortes, circunstancia en el que Las Casas acab6 siendo su prisionero. suerte que tambien sigui6 Gil Gonzalez cuando regres6 al valle de Naco sin haberse encontrado en el camino con Andres Nifto, de quien no supo mas. En Naco sucedi6 la historia bien conocida de la muerte de Olid a manos de sus prisioneros. ' Las Casas y Gil Gonzalez tomaron el camino de Mexico. De la suerte de Andres Nifto y su compadia no se tuvo noticia por entonces. Gil Gonzalez de Mexico pas6 a Espana, adonde lleg6 en abril de 1526 y estuvo en la Corte en Sevilla y deapuas en Granada hasta el fin de ese ado, y no dio noticias del final de su compadero. Entre los que quedaron a poblar en Honduras y gente de Guatemala se lleg6 a saber que Andres Nifio y sus acompadantes habian sido victimas de matanza que de todos ellos hicieron los indios de la provincia de Chaparrastique (Sa.nMiguel, £1 Salvador), en la misma adonde habia llegado Gil. £1 Buceso no se conoci6 hasta por abril de 1526, al pasar por alIi Pedro de Alvarado y libert6 a un muchacho espanol que los indios tenian en una jaula, que refiri6 ser el unico

34

superviviente de aquella masacre que d1jo hubo. La iiI tima vez se Ie vio a Nifio en Malutena (San Juan, Departamento de Intibuca, Honduras), ya en la vertiente de la Mar del Sur, donde los dej6 el alzado Pedro de Brionesu, En Sevilla, su mujer Isabel Garcia continu6 cobrando el salari0 de piloto de su marido. SU yerno fue a las Indias en su busca, y 10 mismo su hijo, que pereci6 al naufragar en el viaje. La Casa de la contrataci6n resisti6 siempre la referida pa9a a su mujer, la que obtuvo cedula del Rey a su favor todavia en 1527, pues alegaba que no se t~nia noticia cierta de la muerte de su marido. Todavia en 1534 se movia este asunto del salario de Nido. Y muy curioso es que la noticia de la tal matanza en que pereci6 Andres Nifto se habia dado por Rodrigo del Cast.illo, Tesorero de Honduras, en carta que escribi6 al Rey a mediados de 1527 desde Nicaragua, y la repi ti6 personalmente en Madrid, ante el Consejo, en enero de 1530n• Gil Gonzalez muri6 en su casa de Avila a finales de enero 0 primeros dias de febrero de 1527, adonde fatigado y enfermo se habia retirado.u. Andres de cereceda regres6 a las Indias en 1526 como Contador de la Real Hacienda de Honduras, oficio que tambien fue a servir a Nicaragua. Durante el ejercicio de este cargo sirvi6 en la misma Honduras mucho tiempo de interino en accidentado y, a veces, turbulento gobierno, y hasta haciendo de capitan de conqut at.a pero muri6 tranquilo en la ciudad de Gracias a Oios, en i la misma Honduras, en agosto de 15393t, gobernando la provincia Pedro de Al v arado , E 1 hombre. de la mar, Andres Niflo, su companero, acab6 sus dias la tierra adentro muy desventuradamen~e y en el olvido de los suyos.

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II

1.

Investiqador hist6r1co con especial aplicaei6n en el Archivo General de Indies habitualmente desde 1947. C6nsul General de Nicaragua y Decano del Cuerpo Consular de Sevilla. Alicia B. Gould. Nueva 11sta docu.entada de los tripulantes da co16n eD 1542. Bo~. de la R.A. de la Hi8toria, Tomo LXXXVI. p. 24 (1925). Bartolome de las Casas. Historia de las Indias. Bib. AA.EB. II, p. 545. AGI. Patronato 59, No.3, Ramo 1.

2.

3. 4.
5. 6.

AGI. Contrataci6n 5536, Lib. I, fol. 58. AGI. Contrataci6n 4675. AGI. Contrataci6n 1451.
5784 - I - fol. 25 v. Ibide. Contaduria

7.
8.

cat'loqo de los fondos americanos del Archivo de Protocolos de sevilla. 1932. Tomo II, p. 397. AGI. Justicia 1169. AGI. Contrataci6n 5536 AGI. contaduria 1451. Gonzalo Fernandez de Oviedo. Cap. XIV. Ibidem. AGI. Justicia 971. AGI. Indiferente 420 - e - fol. 65. oviedo, Ob. cit. Lib. XXIX, cap. XI. AGI. Patronato 20, No.3, Ramo 1. Gonzalo Fernandez de Historia General. Lib. XXIX,
y

9. 10. 11. 12. 13. 14. 15.

contaduria 1451.

Martinez Fernandez de Navarrete. colecci6n de viajes y descubrimientos. I-fs. Archivo de la Marina Espanola. Madrid. TOlloXV, Doc. 2. AGI. Patronato 26, Ramo 5.

16. 17. 19.

Martinez Fernandez de Navarrete. Ob. cit. ACI. patronato 26, Ramo 17.

36

19.
20. 21.

Ibidem. Ibidem. Gonzalo cap. XXI. AGI. Patronato Fernandez 150, No.6, de Oviedo. Ramo 3.
XX,

ab. cit. Lib. XXIX,

22 . 23. 24.

Gonzalo Fernandez de Oviedo. Ob. cit. Lib. XXIX, Cap. AGI. patronato, 20, No.3, Ramo 1. AGI. Patronato 26, iamo 17 y Patronato 20, No.3,

II.

Ramo 1.

Ii

Gonzalo Fernandez de Oviedo. Lib. XXIX, cap. XXI, II, AGI. Patronato 26, Ramo 17, AGI. Justicia 1170. £1 Acta de Posesi6n del rio de la Posesi6n es el mas antiquo escrito en lengua castellana hecho en tierra centroamericana hasta hoy conocido. AGI. Patronato, Ibidem. Gonzalo Fernandez de Oviedo. Ob. cit. Lib. XXIX, cap. XXI Bartolome de las Casas, Ob. cit. Lib. II, cap. XXXIX, AGI. patronato 20, No 3, Ramo 1. AGI Justicia 1170. Se ha dicho err6neamente que Hernan Cortes descubri6 el Golfo Dulce 0 que el fue quien as! 10 llam6 (Mariana Rodriguez del valle. £1 Castillo de San Felipe del Golfo Dulce. Anuario de EE .M; No. XVII. Sevilla 1960). De este Golfo Dulce y con este nombre se tom6 posesi6n en este viaje de Gil Gonzalez par Rodrigo de Hanzanas el 6 de junio de 1524. Es mas aUn, el propio Hernan cortes en su carta de Tenochtitlan de 3 de septiembre de 1520, en que se refiere au paso por ahi y el haberlo remontado, dice que 10 descubrieron estes de Gil Gonzalez.
0

25.

Ramo 17

26. 27.

c
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C

28. 29. 30. 31. 32. 33.


34.

Gonzalo Fernandez de Oviedo. Ob. cit. Ibidem. Hernan Cortes. Ibidem. AGI. Patronato 106, Ramo 1. Gonzalo Fernandez de oviado. Ob. cit. Lib. XXXI, cap. VI. 20, No.3, Ramo 1 y Patronato 59, No.3, 1170. AGI

AGI. Patronato Ramo 1.

AGI. Patronato 59, No.3, Patronato 106, Ramo 1.

Ramo 1. AGI Justicia

AGI. Indiferente 421 - 12 - fol. 215 v. AGI. Justicia 1169. AGIo Patronato 170, Ramo 30 y Patronato 26, Ramo 5. AGI. Justicia1170 AGIo Justicia Y patronato 106, Ramo 1.

321, fol. 129~ No.5., aue iva , Marzo 1989, pp. 47-53.

*•

Tornado de "R~bida",

CENTROAMERICA A FlNALBS DB LA DOMlHACION HISPANlCA. 1750-1821: TRANSFORHACION, DESARROLLO Y CRISIS DB LA 50CIBDAD COLONIAL

Juan Carlos Solorzano

F.l

Introducc16n
n

-En Hispanoamer1ca, como en Buropa, durante La sequnda mitad del s1glo XVIII ocurre un acelerado desarrollo econ6mico, basado en el crecimiento dem09rafico y est1mulado por la expansi6n del comercio. -Las comunicaciones entre las colonias amer1canas y la .peninsula iberica se 1ncrementaron notable.ente I as1 cono entre los distintos puntos del imperio h1sp'n1co en Am'rica. El s1glo XVIII se caracter1za tambien por el aumento de los conflictos colon1ales entre las potenc1as maritimas europeas: Francia, Holanda e Inglatera d1sputan a Bspa~a territorios en el Caribe y entre s1 en America del Norte y extreao Oriente. -Ya en 1a segunda m1tad del siglo la balanza se inclina a favor de Inglaterra cuyo poder descansa en su numerosa flota, que le asegura el dom1n10 de 108 mares y el coaercio de ultramar. -r.es camb10s econ6m1cos van aunados a transformaciones politicas. Los crecientes confl1ctos militares por la posesion de territor1os colon1ales ponen en evidencia el papel de primer orden que estos ocupan ahora en la politica de los estados. -La guerra al servicio del expansion1sllo colonial es 1a politica del primer min1stro ingles William Pitt, apoyado por los ricos comerc1antes de "la City" de Londres y de las ciudades portuarias. Bn Espaiia, el ascenso al trono de carlos III (1759-1788) marca el 1nicio de las Reformas Borb6nicas, destinadas a mejorar la efic1encia administrativa, los ingresos fiscales y el sistema militar de defensa en Hispanoamerica, todo orientado a frenar el expans1onismo iugl's. -Las transformac10nes econ6micas y polit1cas afectan la orientaci6n del comercio h1spanoamer1cano, que se mod1fica sustancialmente sobre todo a partir de la promulgaci6n del libre comercio entre los principales puertos americanos y los de la , peninsula iberica.

38

El decreto del"libre comercio", emitido primeramente en 1766 &brio los puertos americanos a regiones espanolas excluidas anteriormente del comercio con las colon1as. Nuevos inmigrantes del norte de Espana comienzan a lleqar a los terri torios americanos. Sus contactos con las ciudades comerciales espanolas les permite desempenarse como comerciantes en el Nuevo Mundo. En sintesis, durante la segunda mi tad del siglo XVIII ocurrieron cambios profuD90s, que transformaron el desarrollo de las colonias hispanoamericanas. Centroamerica consti tuye un ej emplo de esta transformaci6n. I. Poblaci6n y producc16n en centroa.er1ca la 8equnda .1tad del 81910 XVZZI La Poblac1on. Durante el siglo XVIII se produjo un extraordinario crecimiento demograf ico en Hispanoamerica. Qu1zas la poblaci6n en las colonias espanolas se incremento en cerca del 50%. Lo fundamental es que se logro revertir la tendencia demografica neqativa prevaleciente desde la Conquista. Es decir, no fue hasta el siglo XVIII cuando 1a poblacion de Hisp~noamerica entre en un c t c Lc tendencial de crecimiento. No obstante, el incremento demografico no fue uniforme entre todos los sectores sociales y etnicos. Asi la poblaci6n india se mantuvo mas bien estacionaria, en tanto los mestizos se incrementaron notablemente. A su vez, la poblaci6n "espai101a" {blanca en teoria} llege a const1 tuir cerca de una quinta parte. Es decir, unos 3 m1llones, para un total de 15 millones de hispanoamericanos al empezar el siglo XIX.J
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En Centroamerica se presentaba una situaci6n que, en sus trazos generales, coinc1dia con 10 que ocurria en el resto de Hispanoamerica. Pero en el fragmentado istmo centroamericano, las desigualdades de poblac16n mostraban peculiaridades regionales. Es basico, primeramente, precisar los distintos grupos etnico-sociales que conformaban las sociedades coloniales centroamericanas, para luego analizar la evoluci6n demografica de cada uno de ellos. El indio fue, en los origenes de estas sociedades, la clase social fundamental sobre la que se sustent6 la dominacien conquistadora y colon1zadora de los iberos. En los anos finales de la sociedad colonial, el indio ocupaba todavia un papel clave en las regiones mas populosas de centroamerica:. el area septentrional, englobando Chiapas (bajo administracion guatemalteca basta la independencia en 1821), Guatemala y El Salvador .. Hacia 1770 el 86% del total de la poblacien indigena tributaria de centroamerica (109.309 tributarios el ano de 1771)

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se concentraba en estas regiones. De ellos, Guatemala poseia el mas elevado porcentaje: el 56% respecto a un 14% para El Salvador y un 16% para Chiapas.l A finales del siglo XVIII, Guatemala, chiapas y secundariamente El Salvador conservaban, en un import ante ambito de la producci6n, unas formas de organizaci6n socioecon6micas sustentadas en la explotaci6n de la mano de obra indigena de los babitantes de los "pueblos de indios".* AS!, en plena segunda mitad del sig10 XVIII, la~organizaci6n socioecon6mica instaurada por los colonizadores hispanicos de spuas del devastador proceso de la Conquista, aun se mantenia. En efecto, Guatemala y Chiapas se caracterizaron por la fUerte continuidad indigena, con una ·tradici6n cultural y productiva que babia asegurado la supervivencia y la revitalizaci6n de las cul turas aut6ctonas en las tierras altas de estas provincias. En este sentido, ambas regiones en el siglo XVIII guardaban semej anza con las tierras serranas del altiplano andino y con las tierras del Sur de Mexico: Oaxaca, Yucatan. -Con excepci6n de E1 Salvador, durante la segunda mitad del siglo XVIII, el pueblo de indios constituy6, entonces, la celula basica de la producci6n en la Centroam~rica septentrional. Diversos productos agricolas y artesanales, fluian de las numerosas aldeas indigenas bacia los nuc Ieos urbanos donde habitaban los funcionarios· coloniales y las elites criollas locales. (520 pueblos de indios en las regiones de Guatemala, Chiapas y El Salvador en 1778). El flujo constante de productos as! como de hombres desde estos pueblos de indios, basta los centr~s de poblaci6n de la elite, estaba garantizada por la dominaci6n y la explotaci6n de los descendientes de los vencidos por parte de los descendientes de los conquistadores y del constante arribo de nuevos inmigrantes espafioles peninsulares. Los medios empleados para apropiarse y expoliar la riqueza de los pueblos aut6ctonos, eran los mismos que habian sido instaurados en los inicios de la Sociedad Colonial: el tributo, los "mandamientos forzosos It y los "r epar tos de mercancias". ** En eI ultimo tercio del siglo XVIII como consecuencia del desarrollo de las actividades mercantiles, asi como del acaparamiento de los puestos administrativos coloniales por parte de peninsulares av i dos de rap.i dc enriquecimiento, los "repartos de mercancias" tendieron a convertirse en un opresivo mecanismo, empleado por estos individuos para aumentar la explotaci6n de los indigenas. En este sentido, las tierras de alta densidad de poblaci6n indigena, se asemejaban a las regiones del altiplano peruano, donde el reforzamiento de los repartos mercantiles fue una de las causas de la rebeli6n indigena que estal16 en la decada de 1780.'
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Por otro 1ado, en El Salvador, un viejo mecanismo de explotaci6n vino a adicionarse a los repartos mercantiles. En la decada de 1780 fue revivido un reglamento que antiquamente era

40 emple~do en la,ciudad de Santiago de Guatemala para forzar al t r ahaj o a los 1ndigenas, en las explotaciones agricolas de los e spano Les . Aunque las Leyes Nuevas establecidas a partir de 1542 prohibian que se forzase a los indios al trabajo no remunerado l~ realidad fue otra. Asi como en el Peru, las necesidades d~ la producci6n minera llevaron a la implantacion del trabajo y desplazamiento forzado de la mano de obra indigena violando flagrantemente el espiritu y la letra de la reql'amentaci6n establecida con las Leyes Nuevas, tambien ocurri6 10 propio en Centroamerica. Para poner en marcha el proceso de producci6n triguera, de cria de ovejas y de cana de azucar, los espaaoles de Guatemala implantaron el regimen de mandamientos forzosos: de los pueblos de indios, cada semana se reclutaba la cuarta parte del total de la poblaci6n adulta masculina con el fin de repartirla entre los duei\os de explotaciones agropecuarias. Esta explotaci6n que se encontraba a principios del siglo XVIII circunscrita a las areas aledanas a la capital de la Audiencia, fue impuesta en la alcaldia de San salvador con el fin de suministrar mano de obra a los hacendados productores de aftil de esta provincia. Pero este sistema de explotaci6n de los pueblos de indios, a diferencia de los tributos 0 los repartos de mercancias, tendia a debilitar a los pueblos indigenas pues separaba a los indios de sus parcelas de autosubsistencia. En realidad, en El salvador de la segunda mitad del siglo XVIII empezaba a predominar numericallente la pob Lac Lon .,ladina" . ~ -De esta forma nos enfrentamos ahora al sector social predominante en la alcaldia.mayor de San Salvador a finales del siglo XVIII, asi como en el resto de Centroamerica de ~stos aftos: el ladino 0 mestizo. Los mestizos aparecen desde las primeras generaciones que siguen al arribo de los conquistadores. No obstante, durante el siglo XVI y buena parte del XVII, consti tuyeron una poblaci6n esencialmente marginal. Esta situaci6n se habia modificado radicalmente en diversas regiones de Hispanoamerica en el ultimo tercio del siglo XVIII. De poblaci6n marginal, los habi tantes mestizos se convirtieron en un sector cada vez mas importante demograficamente, al punto que ya representaban mas del sot del total poblac ional en vastas zonas de Centroamerica. lQuienes eran los mestizos? Preferimos una definicion social y no etnica del mismo. Por esta r-azon resul ta mas adecuado el ter·mino empleado por los centroamericanos del siglo XVIII para referirse al segmento de poblacion que se diferenciaba del indio de los pueblos indigenas as! como del paquefio nuc l eo espano l de la elite integrada por criollos y peninsulares: "ladino".
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Los "ladinos" constituian una inasible clasificaci6n etnica. Al principio de la sociedad Colonial Y aun en el siglo XVIII, toda una gama de te.rminos era empleada por la sutil burocrac,ia colonial para denominar al amplio espectro etnico surg1do de la misci genaci6n de tres muydistintos fenotipos (americano I africano, europeo) durante las generaciones sucesivas a 10 largo de doscientos ai\os de relaciones en un mismo espacio. Al final se

41 impuso el t ermfno ladino para designar al conjunto de todos ellos. Los ladinos en Centroamerica constituian entonce~: los mulatos, los mestizos, los negros libres, los blancos empobrecidos, los indios no sujetos a pueblos, asi como la combinaci6n etnica resultante de la interrelaci6n de todos estos conjuntos de poblaci6n. El habitante rural ladino, a primera vista, no se distinguia del indio: sus t ecn t cas de cut ti vo eran semej antes, el color de la piel identico e incluso en muchas ocasiones hablaba la misma lengua varnacut a . NO obstante, el ladino estaba exento del pago de los tributos que pesaban sobre los habitantes de los pueblos de indios. ~ es que el ladino se diferenc~aba esencialmente del indio porque al contrario de este~ no estaba adscripto a ningun pueblo de indios. Por 10 general los ladinos se encontraban esparcidos en irregulares asentamientos, alejados los ranchos familiares unos de otros, "de modo que no se ve figura 'de pueblos y por 10 que ocupan Jnucho terreno", afirmaba el obispo cortes y Larraz refiriendose a estos asentamientos en 1770.' -Los centros de poblaci6n ladina carecian de 6rganos de autogobierno, asi como del patr6n urbano de las comunidades indigenas (casas en cuadrante alrededor de la plaza, iglesia. 0 capilla y casa del cabildo). Los contemporaneos denominaban como uvalles" los nuc Leos de poblaci6n ladina para distinguirlos de los pueblos de indios. £1 ladino se acerca entonces mas a la clasica definicion del campesino: productor familiar, cuya actividad econ6mica se consagraba esencialmente a la autosubsistencia del grupo familiar y s6lo secundariamente (esto era variable en las diversas regiones y periodos de la h1storia de Centroamerica durante el siglo XVIII) a la producci6n de excedentes. El crecimiento de La poblaci6n ladina ocur'r te , por 10 general, asociado a la disminuci6n de la poblaci6n indigena y a la desintegraci6n de los pueblos de indios comoce Iu l a socio-econ6mica basica de la Sociedad Colonial. El debilitamiento del pueblo de indios fue simultaneo al desarrollo del latifundi0 agroganadero y en consecuencia, al desarrollo de un importante grupo de terratenientes proYinciales que dominaban por muy di versas formas a un considerable nume ro de campesinos ladinos. Esta era la situaci6n prevaleciente en la alcaldia mayor de, San Salvador durante la segunda mitad del siglo XVIII. El vertiginoso ascenso de la pr'oducc t on anilera tuvo lugar a expensas de las comunidades indigenas, que en gran numero quedaron absorbidas 0 integradas a . importantes haciendas de propietarios de las regiones de Santa Ana, San salvador y San Miguel. Al iniciarse el ultimo tercio del siglo XVIII, es probable que el 56% de La poblaci6n total de esa alcaldia mayor estuviese constituida de poblacion ladina.
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En Guatemala, eI mayor porcentaje de esta poblaci6n se concentr6 en el oriente del pais, en las areas administrativas de Escuintla, Guazacapjn y en Chiquimula de la Sierra (incluyendo . Zacapa) . En estas zonas, las comunidades indigenas habian desmedrado considerablemente, como consecuencia de las enormes

42 expoli~ciones en tributo. y comercio forzo.o, que obligaban a los indios a producir cacao, algod6n y otros productos. In la decada de 1730 cuando se hunde de manera definitiva la producci6n de cacao, ocurre simul tanea.ente el debili tuiento de .uchos pueblos indios. La poblaci6n local vi6 llegar a inmigrantes de otras regiones, que se instalaban en las antiquas tierras indigenas. En 1770 los ladinos representaban ya cerca del 30t del total de 1a poblaci6n de estos territorios.' -Honduras y Nicara~a parecen heber .eguide. un patr6n evolutivo semejante al de 11 Salvador. 11 desarrollo del latifundio en estas regiones fue resultado del incremento de la producci6n qanadera, destinada a su venta a los co.erciantes de la ciudad de Guatemala. ·La· poblaci6n ladin'a se incremento notable.ente durante el siglo XVIII.' -Los ladinos en costa Rica constituian ya aas del 50% del total de la poblaci6n en .1 pequefto eCUmene colonizado del Area central al iniciarse el s19lo XVIII. Una comunidad.de pequeAos campesinos 10qr6 desarrollarse, lenta pero firmemente en el valle central interllontano. A diferencia de la$ provincias vecinas, no hubo un gran nUDlero latifundistas, de ya que ningiin producto (salvo el tabaco, bajo Dlonopolioestatal desde 1766) 10gr6 convertirse en articulo de cOIRercializaci6n estable como.i fue el caso del aftil en 11 Salvador y la ganaderia en Nicaragua.' -Por ultimo, entre las clases fundaaentales debe.os caracterizar a la elite. Ella trazaba su directriz al conjunto de la soc1edad colonial.' La elite la coapon1an faccione8 estrechallente vinculadas ·por lazos familiares y de negocios: los criollos y los peninsulares. LOB priaeros estaban consti tuidos por hijos y descendientes e8paiioles. Por tanto no eran s6lo los vastagos de los viejos conquistadores ypriller08 encomenderos, sino igualmente los hi_jos de inmigrantes. Unageneraci6n bastaba para pasar de peninsular a criollo. -La elite, lila opulenta elite blal)ca, hombres con fortunas de mas de 20 mil pesos, que incl'uia espaftoles, criollos, Itercaderes, terratenientes, cOllerciantes al por menory funcionarios reale.s de toda CentroaDIerica" I'U constituia una infima fracci6n del conjunto poblacional centroaaericano.
-A f'inales del siglo XVIII, en las principales ci\ldades de Centroamerica, nueleos de comerciantes .antenian estrechas relaciones entre si, de intercubio de mercancias, de co.paft1as de comercio, e·tc. Diversos lIecanisllOSde credito privado aprovecnaD'ao. las instituciones del estado, tal el caso de la Real Renta de Tabacos, que funcionaba como verdadero banco merca~ti~ centroamerica, gracias a sus transferencias de plata y elll.sion 11 libranzas.

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-La elite blanca espanola, movida p~r intereses de indole mercantil y funcionando dentro de la estructura juridico-politica colonial espanola, impuso su racionalidad a la sociedad colonial. Las clases subal ternas de indios y ladinos, reaccionaron de diversas formas (especificas a regiones y periodos concretos) al modelo de sociedad mercantil impuesto por la elite .

Las Modificaciones

de la Estructura

Productiva

-Durante e1 111 tim~ tercio del siglo XVIII, como consecuencia del desarrollo econ6mic~ y de la generalizaci6n del regimen de comercio libre entre Espana Y sus colonias, una serie de regiones en Hispanoamerica, antes marginadas de los centr~s de actividad comercial, alcanzaron ahora una importancia extraordinaria. Tambien se expandi6 el area de colonizaci6n espanola. De acuerdo con Pierre Chaunu, de ladecada de 1740-50 a la de 1780-90, la America hispanica duplica su area de control alcanzando los 8 millones de ki16metros cu~drados en la epoca de Humboldt.u -En Espana, la ciudad de Barcelona expandi6 su industria textil gracias a la ampliaci6n de los mercados coloniales, creando una gran demanda de colorantes. De esta forma, la provincia de San Salvador increment6 notablemente su producci6n y envio de anil hacia Europa. -Por 10 general, el cultivo del adil fue esencialmente una producci6n (desde su cultivo hasta la elaboraci6n del producto terminado) control ada po r 1,05sectores espanoles y ladinos lpor que raz6n? En la mayor parte de Hispanoamerica, de spuas de la Conquista, ocurri6 una gigantesca reorganizaci6n de las actividades product1vas. Pasado el ciclo depredador el est ado colonial se dio a la tarea de la reorganizaci6n de las acti vidades econ6micas. El inicio de un cicIo productivo colonial se sustent6 en la poblaci6n indigena. No obstante, el colapso demografico fue tan elevado en ciertas zonas (hasta mas de un 80% en regiones antiguamente muy densamente pobladas) dando paso a que grandes extens iones de territorio, vacias de sus anteriores pobladores, se convirtieron en propiedad de conquistadores y encomenderos. De esta forma, muchas tierras fueron dedicadas al desarrollo de nuevos cultivos.
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-En Centroamerica ocurri6 una situaci6n s.hnilar. No obstante, existieron disparidades regionales. Aunque en las tierras altas de Chiapas y Guatemala surgieron algunas importantes haciendas de producci6n triguera, de azuc ar 0 de cria de ovej as, en real idad en la regi6n de las t.Le r'r s bajas del Pacifico de Centroamerica, este a proceso tuvo mayor importancia. II En Nicaragua, Honduras y partes de El Salvador, la poblaci6n indigena sufri6 severamente las consecuencias de la Conquista, ocurriendo un "colapso demoqr-afico" de gran magnitud.

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-En las provincias de las tierras baj as el terri torio abandonado por la despoblaci~n indigena era odupado tanto p~r terratenientes comopor campe anos mestizos, cultivadores de anil s y criadores de ganado. -sn Honduras y Nicaragua predomin6 la cria de ganado cuyo hato se incremento en gran numero desde su introducci6n en el siglo XVI. -En El Salvador, aunque al principio se practico finalmente las haciendas predominantes fueron especializaron en el cul~ivo del aftil. 1a ganaderia, las que se

-Tanto la producci6n aftilera como la ganadera tendieron a estancarse durante el siglo XVII y primera mitad del XVIII. Pero en el curso de la sequnda mitad del si9lo XVIII ambas actividades conocieron una expansi6n sin precedentes. Esto tuvo consecuencias en la organizaci6n de la producci6n y en las relaciones sociales. -Mientras en los ados anteriores a la segunda mitad del si910 XVIII, los pueblos de indios y su producci6n comunitaria consti tufan la cel ula basica de la economia colonial, la s i tuaci6n tendi6 a modificarse en los ados finales del siglo XVIII: la producci6n de las haciendas se increment6 en tanto la producci6n de los pueblos de indios se redujo en las areas donde se expandian las haciendas. Igualmente, al lado de las haciendas y dentro de elIas se desarro116 la producci6n campesina de los ladinos. -Los campesinos ladinos y las haciendas anileras evolucionaron interrelacionadas en muchos casos: el hacendado que necesitaba manode obra podia ofrecer una parcela para la aut.oaubsf s t.encLa del indio que deseaba hu1r del controlado pueblo de indios. As! el indio se convertfa en ladino, pasando a habi tar en los linderos de las tierras de un hacendado. Producia para su autoconsumo y de acuerdo a su particular relaci6n con el terrateniente, Le entregaba parte de su producci6n 0 bien Ie trabajaba gratuitamente en su hacienda. -Debido a las razones anteriores, existia una estrecha relaci6n entre el desarrollo de los cut tivos de aftil y cria ganadera, con e1 incremento de la poblaci6n ladina y la expansion de haciendas y campesinos ladinos. -En Honduras, 81 Salvador, Nicaragua y Costa Rica la producci6n originada en haciendas y en unidades de produccion de campesinos mestizos se habia convertido en la mas importante durante la segunda m'itad del siglo XVIII, en tanto la pr oducci.on procedente de las comunidades indigenas (los pueblos de indios) disminuia al igua1 que su poblaci6n. Resul ta evidente que d~rante estos aftos s6lo las regiones de Guatemala YChiapas consti t uaan la excepci6n en relaci6n al resto de centroamerica.u

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-En las tierras altas centrales de Chiapas y Guatemala la poblaci6n indigena supo ganarse un espacio en la~ estructuras coloniales. El pueblo de indios y sus instituciones actuaron con sus fuertes lazos solidarios, asegurando la continuidad de la identidad cultural indigena resistiendo la agresi6n externa representada por los espa~oles y los ladinos. En estas regiones la comunidad indigena se fortaleci6 e inclusive permiti6 una relativa acumulaci6n de riqueza entre algunos sectores de hahi tantes de los pueblos de indios. La producci6n de estos continu6 sin mayores modificaciones. No obstante, durante el ultimo tercio del siglo XVlII tendieron a aumentar las presiones fiscales y de otro tipo sobre la creciente poblaci6n indigena del occidente de Guatemala y Chiapas.u
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-En Costa Rica tuvo lugar el desarrollo de un campesinado libre, ya que el peso de las clases dominantes fue Mucha menor y diferente de las oligarquias agrarias del resto de Centroamerica. Por tanto, la producci6n campesina con sus unidades de pr-o c Lcn duc familiares fue predominante en esta provincia." -En sintesis, durante el ultimo tercio del siglo XVIII predominaban tres var1antes en la organizaci6n de las actividades productivas en Centroamerica: los pueblol de indios, que organizaban sus actividades a partir de las directrices de sus cabildos indigenas. Las "haciendas", entendiendo po r esta la explotacion agricola, ganadera 0 que combinaba ambas actividades. por 10 general propiedad de un espanol (criollo 0 peninsular) la iglesia 0 alguna de sus mul tiples comunidades de religiosos. Esta explotacion agroganadera disponia de diversos medios para asegurarse la mano de obra requerida para el desarrollo de sus actividades productivas. Muchas veces , se recurria a la compulsion directa para obligar a indios y ladinos a trabajar en las haciendas de los terratenJ.entes espanoles. otras, se trataba de arreglos entre campesinos y hacendados. Por iil timo, los campes ines 1ad1nos : organizados de forma independiente entre s i, cuya producc ion no era comunitaria, sino que constituia el resultado del trabajo de los miembros de la fam11 ia nuclear. Eventualmente algunas unidades de produccion campesina recurrian al empleo de mana de obra extrafamiliar.
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-Cada region centroamericana tenia una part1culdr @structuraci6n de estas tres distintas formas de organizar la actividad product1va. Pero no eran las un i cas . Existian pequenos cent.r de producci6n basados en la mano de obra esclava africana. os Este era el caso de la Hacienda San Jeronimo de Verapaz. En 1770 contaba con 700 esclavos destinados a la produccion de cana de
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Por otro lado, en los linderos de la Centroamerica colonial, en importantes areas de terri torio, no logro implantarse la ccIonfz acfon espanola. Dentro de estas zonas, divers as poblaciones indigenas guardaban celosamente su independencia. Algunos

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procedian de las reqiones colonizadas po r el conquistador. Conviene recordar que la Conquista provoco e1 traslado de poblaciones y la hu1da de qrupos indiqenas hacia regiones boscosas don de intentaron reconstruir BUS antiquos modos de vida: la reqion central de Honduras y Nicaraqua, las tierras del extremu septentrional de GUatemala, (tierra de Lacandones), como la Zona de Talamanca, en el sur de Costa Rica. Todas elIas zonas de refuqio para las poblaciones autoctonas. La Especializaci6n Productiva ~ Regional

La diversidad y particularidad de la estructura de producci6n en cada region de Centroamerica estuvo acompafiada de una tendencia hacia la especializaci6n productiva. Una determinada producci6n sobresalia de entre las otras, en cada provincia, durante el ultimo tercio del siglo XVIII. La reqion mas dinamica- fue la Alcaldia Mayor de San Salvador, que comprendia (junto con la Alcaldia Mayor de Sonsonate) el actual terri torio de la RepUblica de El Salvador. A partir de la sequnda mitad del siqlo XVIII, el cultivo del indigo se incremento con fuerza en esta provincia. Aumentaron considerablemente las areas dedicadas a la siembra de este arbusto, al tiempo que disminu1an los cultivos de otros productos. -En Honduras y Nicaragua predominaron las actividades ganaderas y mineras. En el siqlo XVIII, la mineria hondurefia tuvo un notable desarrollo. No obstante, fue la producci6n qanadera la actividad que se impuso en Nicaraqua y tierras bajas de Honduras. -Desde finales del siqlo XVI, Nicaragua, la Choluteca de Honduras y la regi6n de San Miquel en El Salvador, se habian caracterizado p~r el desarrollo de actividades qanaderas. Un proceso similar ocurr16 en Boconusco (Chiapas). -Choluteca, ya hacia el ultimo tercio del siqlo XVI, sobresalia como importante product ora de mulas destinadas a los cant ros mineros, pero tamb1en, con el fin de aprovisionar la enorme necesidad de mulas en el transporte de mercancias en el istmo panameno . No obstante, la decadencia y posterior hundimiento del istmo de Panama (en 1740) como centro para el intercambio de las producciones europeas y peruanas, trajo como consecuencia un descenso de la actividad de cr I a mu La r , Fue sobre todo la cria de qanado vacuno la que se convirti6 en La principal actividad productiva desde mediados del siqlo XVIII.lI
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-El desarrollo de la qanaderia estuvo estrechamente vinculado a la expansi6n de la producci6n a~ilera en El Salvador. En esta provincia, la qran especializacion en el cUltivo del anil redujo la cria ganadera, por 10 que fue necesario importar carne, cueros, y otros derivados. La carne salada era basica en la alimentaci6n de los trabajadores aqricolas de las haciendas, los cueros eran

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indispensables para el enfardaje del tinte anil. La grasa del ganado se empleaba en la fabricacion de velas, jabon, etc. Conforme aumentaron los cultivos de anil, crecieron las necesidades de los derivados de la ganaderia vacuna. De esta forma, la cria de ganado se expandi6 en Nicaragua Y Honduras, de acuerdo con las necesidades sa Lv adorefiasy guatemaltecas. La region de la alcaldia mayor de Nicoya (hoy dia territorio costarricense) se v i o integrada a este cicIo de desarrollo de la actividad ganadera, en func ion de las necesidades del norte de centroamerica." -un proceso menos conocido en la historia economica de Centroamerica fue el desarrollo de la actividad textil en Guatemala, durante la segunda mitad del siglo XVIII. Ya desde finales del siglo XVI los textiles aparecen como una importante produce Len en Chiapas y en el occidente de Guatemala. Las "mantas de algodon" constituian uno de los principales tributos de los indios de estas reQiones. Las telas de algod6n, asi como ropa mas elaborada era distribuida desde Santiago de Guatemala hacia toda centroamerica. -Desconocemos el funcionamiento y organizac16n de estas manufacturas, pero en 1795 el numero de telares en Antigua (la antigua capital de Santiago de los Caballeros) se contabilizaba en el ~illar y en 1820 en la nueva capital se calculaba existian 600 telares.
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-En determinados pueblos del occidente de Guatemala habia igualmente numerosos telares. Todos estos centros de producci6n textil abastecian no solo a Guatemala, sino especialmente otras regiones de Centroamerica, consti tuyendo "la ropa de La tierra" un importante medio de cambio empleado p~r los comerciantes guatemaltecos para obtener las distintas producciones locales centroamericanas. -En Subtiava de Nicaragua existi6 tambien una producci6n textilera, pero en menor grado que en Guatemala. No obstante, las telas de algodon nicaragilenses eran comerc ial izadas en Cos ta Rica. Jl -En Costa Rica, dUrante la segunda mitad del siglo XVLII ocurri6 un desarrollo sin precedentes en el pequeno ecumene conquistado por los espai\oles. El occidente del valle central f ue objeto de un proceso colonizador realizado po r campesinos mestizos criollos que procedian mayormente del area oriental (valle del Guarco). El producto que indujo un mayor dinamismo mercantil en costa Rica fue el tabaco, aunque no el un i co , Tambien se incrementaron las actividades ganaderas orientadas al mercado centroamericano asi como la producci6n de azucar y otros articulos.u

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II.

Las Transfor.aciones
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Mercantiles

en centroamerica

-En centroamerica (a diferencia de los virreinatos peruano mexicano) antes de la segunda decada del siglo XVIII, la produccion de metales preciosos era escasa e irregular, 10 que llevo a que las distintas provincias centroamericanas buscaran la forma de integrarse a circuitos monetarios y comerciales externos. -Hasta mediados del~siglo XVIII predominaron dos redes de circulac10n mercantil. La mas importante tenia como centro a la capital de la Audiencia. A partir de aqui, divers as rutas de comunicaci6n y transporte, enlazaban el centro urbano con sus provincias y con los puertos que asequraban la comunicaci6n ~aritima con el resto del Imperio Hispanico. -La ciudad de Guatemala dominaba esencialmente el comercio del area septentrional de Centroamerica: Chi apas, Guatemala, Honduras, El Salvador. Aunque tambien mantenia ramificaciones hacia Nicaragua y Costa Rica. Externamente, Guatemala comerciaba can Espana (via Golfo de Honduras y a traves de Mexico mediante el puerto de veracruz), con Mexico y con Peru por medio del puerto de Acajutla. -El area meridional de Centroamerica giro principalmente en torno a las ciudades de Leon y Granada. Aqui, ricos comerciantes controlaban las exportacion~s de Nicaragua, Nicoya, Costa Rica y tambien parte de las exportaciones salvadorenas y hondurefias. -Leon era el puente de comunicaci6n hacia las regiones ganaderas, afiileras y de produccion de plata de las provincias de El salvador y Honduras. Ademas, era el centro de control de la produccion ganadera de Nicaragua. -Granada debia su importancia a su salida hacia el Mar Caribe, hacia los puertos de La Habana, Portobelo y Cartagena, puntos vitales en la comunicaci6n con Espana. A pesar de las dificultades, el rio San Juan fue empleado durante todo el siglo XVII para enlazar Granada con las posesiones espanolas en el Caribe, especialmente cartagena y Portobelo. En muchas ocasiones los productores de anil de El Salvador, de cueros y azucar de Honduras y Nicaragua, enviaban sus producciones hacia Europa empleando la ruta del rio San Juan. Granada adquiri6 entonces preeminencia como centro de operaciones crediticias y comerciales. Tambien ambas ciudades, comerciaban con Peru y Panama, p~r medio del puerto del.~ealejo. En sintesis, hasta mediados del siglo XVIII el comercio en Centroamerica tendi6 a separar los territorios. En tanto el area septentrional se vincu16 esencialmente con la red comercial de la Nueva Espana( en el 'area meridional se vinculo a la red mercantil

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del Virreinato Peruano, especialmente con eL istmo panamefio, punto neuralgico de las comunicaciones entre Espana y Peru. -El establecimiento del n regimen de navios suel tos n en Centroamerica (desde 1744), tUYO consecuencias en la antigua organizaci6n mercantil. Al tiempo que aumentaba la presencia de embarcaciones procedentes de diversos puertos ibericos en el Golfo de Honduras y en el puerto de Veracruz (Mexico), el viejo sistema de armadas, que comunicaba a Espana con Peru por medio del eje portobelo (en el Caribe) y Panama (en el Pacifico) fue eliminado, perdiendo asi el istmo panameno, el caracter de polo de atracci6n comercial que con anterioridad desempefiaba para el Sur de centroamerica. -En la segunda mitad del siglo XVIII Guatemala se convierte entonces en el principal centro distribuidor de mercancias en centroamerica. De esta forma, la unificaci6n mercantil se logra gracias a la posici6n estrategica de la piudad de Guatemala como punto de captaci6n de los flujos de mercancia extranjera. Dominando la exclusividad del comercio con Mexico, lograba monopolizar tanto la importaci6n de las mercancias asiaticas (de Acapulco), como las europeas llegadas al principal puerto de Mexico, Veracruz. Guatemala controlaba igualmente las importaciones que se hacian via Golfo de Honduras (las legales: barcos de procedencia espanola 0 bien de las colonias caribenas de Cuba y St~. Domingo, como embarcaciones de contrabando: principalmente de Belice y Jamaica) .:u -AI tiempo que crecfa el volumen de mercancias europeas en Santiago de Guatemala y la ciudad monopolizaba el dominio de los circuitos de comercio en Centroamerica, aumentaba la importancia de nuevos comerciantes per 10 general inmigrantes de la peninsula iberica. .
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-En Guatemala ocurri6 un proceso similar al de otras regiones de Hispanoamerica. El desarrollo del regimen de navios sueltos, asi como el establecimiento del comercio libre, llev6 a que embarcaciones procedentes de puertos espanoles antes excl uidos del comercio con America arribaran con frecuencia a diversos puertos del continente. Pronto se establecieron fuertes enlaces mercantiles entre los comerciantes que intercambiaban mercancias entre Espafia e Hispanoamerica. Lo comun era que ambos corresponsales a los dos lados del Atlantico, tuviesen lazos de parentesco. Asi se aseguraba una mayor confiabilidad en las operaciones comerciales.
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-Inmigrantes peninsulares se asentaban en los centros de poblaci6n hispanoamericanos, logrando controlar al cabo de cierto tiempo las principales actividades productivas y mercantiles. La vieja elite descend1ente de los conquistadores y encomenderos la

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"aristocracia criolla po r 10 general se ali6 -via matrimonio- can los pr6speros comerciantes de origen peninsular.
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-Segun aumentaban las exportaciones de anil centroamericano hacia Europa y de ganado nicaragtiense hacia GUatemala, mayor era el control que iba estableciendo el capital mercantil guatemal teco sobre los hacendados y productores provincianos. De esta forma, el dominio de los comerciantes capitalinos sobre los productores provincianos dio origen al desarrollo de tensiones, resentimientos, que habrian de estallar con gran fuerza durante el periodo de la post-independencia. . -Aunque los comerciantes capitalinos establecieron su control sobre los mas importantes flujos del comercio interno centroamericano, no p~r ello desaparecieron los enlaces directos ~ntre los puertos del Pacifico de Centroam~rica con los de Panama y Am~rica del Sur. Sobre todo, el comercio en el Pacifico tendi6 a incrementarse desde el establecimiento del comercio libre entre los virreinatos de M~xico y Peru en 1774. -Durante la segunda mitad del sigl0 XVIII se cre6 la ilusi6n de que con el extraordinario desarrollo del comercio legal entre Hispanoamer1ca y su metr6poli, ocurriria el declive defini tivo del contrabando de los hispanoamericanos con los sUbditos de potencias enemigas, Inglaterra especialmente. -Desde principios del siglo XVIII, los ingleses habian avanzado considerablemente en su esfuerzo po r dominar el comercio hispanoamericano. Con la caida de Jamaica en manos i~glesas, en 1655, qued6 abierta la posibilidad de emplear la isla como centro de operaciones para el contrabando con las colonias de Hispanoamerica. Dada su relativa cercania, las costas del Caribe centroamericano se convirtieron en foco de atracci6n para comerciantes y aventureros ingleses de la isla de Jamaica. Belice, algunas islas frente a Honduras y la costa Hosquitia, pasaron de temporales zonas de operaciones inglesas, a permanentes asentamientos hacia mediados del siglo XVIII. Fue asi como el comercio de contrabando se convirti6 en una importante actividad en las costas caribefias de Centroamerica. No obstante, este no 10gr6 convertirse en serio rival para el comercio legal. Las exportaciones de anil -via contrabando con los ingleses- no alcanzaron el 10% del total de las exportaciones legales. U Lo que no excluye que p.lcontrabando fuese vital para algunos productores provincianos. Este fue el caso de los cacaoteros de Matina, en el caribe de costa Rica.u -En el ado de 1787 los ingleses, segun 10 pactado en la convenci6n de t.ondre (1786), acordaron retirarse de la Mosquitia, s a cambio de concesiones en Belice. No obstante, el desalojo ingl~s de sus asentamientos en la Mosquitia fue s6lo temporal. Sus actividades continuaron y esta regi6n sigui6 desempedando un activo

51 papel en el contrabando con los colonos hispanoamericanos Honduras, Nicaragua y costa Rica. La crisis de

-z i ciclo expansivo de la producci6n y el comercio en Centroamerica, que se inici6 aproximadamente hacia 1750, desarrollando el comercio en el exterior, asi como los intercambios interregionales en centroamerica, se detuvo abruptamente en los anos finales del siglo XVIII . • -AI auge de la producci6n y exportaci6n de anil, que caracteriz6 a las primeras decadas de la segunda mitad del siglo XVIII sigui6 un perfodo de estancamiento y retroceso de las exportaciones y en consecuencia de la produccion.
I

-La alta calidad del anil centroamericano fue finalmente incapaz de competir con los precios mas bajos ofrecidos p~r los productores de anil de otras partes del mundo. Asi, el anil de cent roaner t ca entre en su etapa de decadencia. El golpe final vLno despues de 1797, cuando la destrucci6n de la flota espanola po r La inglesa y el bloqueo de Inglaterra al continente europeo provocaron 1a virtual paralizaci6n de las comunicaciones entre Espana e Hispanoamerica. Se desarticularon las redes merc anti Les y se estanc6 el comercio. En Centroamerica dism1nuyeron los intercambios interregionales a la vez que aumentaron las vinculaciones directas con el exterior.u III. Las modificaciones polftico-administrativas: las Reformas BorbOnicas -Desde su llegada al trono en Espana, la dinastia de los Borbones fue progresivamente cambiando los me t odo s de administrar sus dominios. Pero, no fue sino hasta el reinado de Carlos III (1759-1788), cuando se realizaron las principales modificaciones en la administraci6n colonial de Hispanoamerica. -Las Reformas Borb6nicas constituyeron un conjunto de disposiciones de carac t er politico-administrativo comerciales y fiscales, que se implantaron b as t camen t.e durante la segunda mit.ad del siglo XVIII.H
I

-Tradicionalmente, la historiografia ha debatido sobre el efecto provocado por el conjunto de reformas en las sociedades coloniales hispanoamericanas. Predomin6 la idea de que estas constituyeron un fracaso. Tal interpretac16n deriva de observar 10 cerca que se encontraban temporalmente, los movimi~ntos independentistas de las reformas. Entonces se af~rmaba que las Reformas Borb6nicas no tuvieron mayor trascendencia. -Has recientemente se ha hecho en f asis en 1as caracter is t icas generales de la economia occidental durante la segunda mitad del

52 siglo XVIII. La producci6n y el comercio se incrementa ron aceleradamente desde mediados del siglo. Esta situaci6n vino a combinarse con la "acumulaci6n del desarrollo interno hispanoamericano", el cual entra en estos anos en su fase expansi va. La tendencia de los investigadores en tonces, es considerar las Reformas Borb6nicas coao una adaptaci6n de la Corona, apoyada en los Ilustrados, a una nueva situaci6n de desarrollo econ6mico. -En terminos reales las Refor.as Borb6nicas promovieron la producci6n y los intercambios, pero bajo la atenta mirada de una burocracia mas eficiente, con el fin principal de obtener ingresos fiscales mas elevados de los que habia recibido la vieja administraci6n Habsburga. Al final, la necesidad de crecientes recursos fiscales con el fin de sostener las costosas guerras europe as , obligaron a las autoridades coloniales a desistir de muchas de las reformas. No obstante, los ados de 1778 a 1796 fueron de gran desarrollo comercial en la metr6poli espanola e Hispanoamerica y el intercaabio entre ambos lados del Atlantico conoci6 una prosperidad sin precedentes.z• -En Cen troamerica, las Reformas Borb6nicas empezaron a hacerse manifiestas desde la decada de 1720. Los primeros esfuerzos de La burocracia colonial se orientaron a incentivar la producci6n minera. La fiscalidad borb6nica tenia como meta sustentarse en los impuestos sobre el comercio, por 10 cual era necesario desarrollar la circulaci6n monetaria. -Centroamerica tuvo una escasez cr6nica de plata durante el siglo XVII y primeros afios del siglo XVIII. El gobierno tenia dificultades para convertir en plata los tributos en especie, pagados por los indios. Era igualmente dificil tasar adecuadamente un comercio que casi no empleaba el circulante monetario. -En 1724, con el fin de estimular la producci6n minera en Honduras se rebaj6 el impuesto del "Quinto Real", de un 20\ del metal extraido a un 10%, a la vez que se disminuy6 a la mitad el prec io del mercurio (necesario para el proceso de separaci6n de la plata del mineral bruto). -Se presion6 sobre la mano de obra indigena: nuevas reducciones de indios fueron ordenadas por el presidente de la Audiencia de Guatemala, con el fin de emplearlas en las minas de plata hondurefias. Tambien se eximi6 del tributo a los indios enviados a las minas. -Los estimulos a la producci6n, unidos al incremento de las necesidadesmonetariasencentroamerica(conformeseintensificaban los intercambios tanto con el exterior como internos) conllevaron a que la mineria hondurena tuviese un auge considerable desde el segundo tercio del siglo XVIII.2t

53

-Despues de las reformas de los anos finales de la primera mi tad del siglo XVIII, ya en la segunda mi tad del siglo, se implant6 todo un conjunto de medidas que obedecian a un programa politico-econ6mico, disenado p~r los bur6cratas ilustrados en la metr6poli. SU objetivo era "transformar la coloniall, es decir reestructurar totalmente a cent ro aaer Lca , Este programa consti tuy6 una ofens iva lanzada p~r el Estado colonial sobre la aletargada "aristocracia criolla" de Guatemala.Ja

-ns acuerdo con el historiador norteamericano Hiles L. wortman, en cent rcaaer i ca la estrategia borb6nica tuvo seis objetivos, todos de acuerdo a las ideas del ilustrado Campillo:l1
1. Estimular las comunicaciones y el comercio en un esfuerzo po r promover la intensificaci6n de los intercambios entre las ciudades espaiiolas y las colonias con el fin de acabar con el viejo monopolio de los comerciantes andaluces . .2. Limi tar el poder eclesiastico privilegios de la iolesia.
3.
I

atacando las propiedades y los en su

Apoyar a los productores del interior (provincianos) lucha contra el poder del eje mercantil Guatemala-Cadiz.

4. Reformar la estructura administrativa per' medio de la instauraci6n del regimen de Intendencias, con el fin de reemplazar a los "oficiales corruptos" del interior. 5. Reformar el sistema impositivo con el fin de obtener mas anqr-e sos fiscales para financiar la creciente as t ruc tura de poder de dominaci6n colonial. Incrementar la actividad mili tar dirigida contra la presencia econ6mica britanica (el contrabando) y fisica en Centroamerica (los asentamientos ingleses en Belice y Hosquitia) .
6.

-Segun este mismo autor, conviene distinguir dos etapas en la ofens iva borb6nica sobre Centroamerica: -Primeramente el estado actu6 en alianza con las familias de nuevos comerciantes, inmigrantes espaftoles. Combinando fuerzas lograron imponerse al poder tradicional, la iglesia y las viejas familias de los encomenderos cuya riqu~za y productividad habian decaido. -Luego, despu~s de haber debilitado el poder de los sectores tradicionales, el gobierno dirigi6 su ofens iva contra la nueva clase mercantil, aunque aqui sus exitos fueron muy limitados. -En 18 larqa lucha p~r tratar de imponer su politica, la administraci6n borb6nica alcanz6 el climax hacia fines de los anos

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de 1780, decada en la que el poder de la monarquia espaftola logro un nivel sin precedentes.32 IV. La Crisis del Do.in10 Espanol y sus consecuencias en Centroamerica 1800-1821

-En 1790, la monarquia espafiola habia alcanzado el pinaculo de su gloria, pero esta fue bien efimera. Dos decadas mas tarde, el cuidadoso aparato de dominaci6n erigido por los borbones se habia de rruabado
i "

-En realidad analizadas por el historiador de hoy dial las reformas borb6nicas aparecen como paliativos, incapaces de resolver -a largo plazo- las deficiencias inherentes a la estructura socioeconomicas de Espana y su imperio. -Con excepcion de Cataluna, casi toda la peninsula estuvo marcada por el estancamiento econcnu.co. A finales del siglo XVI!!, en Espana el atraso era total, si comparamos su situacion con la de !nglaterra. En este pais, las comunicaciones (especialmente vias fluviales antes de la generalizaci6n de los ferrocarriles en el siglo XIX) se habian desarrollado enormemente, facilitando el intercambio regional, coadyuvando a la formaci6n de un mercado nacional. Tambien en la agricul tura se aplicaban nuevas tecnicas de cu ltivo que incrementaron notablemente el rendimiento y productividad de las cosechas. Igualmente, crecia con rapidez la produccion mecanizada de los textiles. -Frente a la bonanza inglesa, la economia espanola era la antitesis de la britanica: el intercambio regional era minimo. Espana, fragmentada economicamente, mostraba una total mediocridad de las vias de comun Lcac Lon . A d1ferencia de !nglaterra, la tierra se encontraba poco aprovechada, en manos de grandes terratenientes integrantes de la Nobleza. Mientras tanto, la poblaci6n campesina, confinada en malas y escasas tierras, vivia en los estrechos margenes de una precaria autosubsistencia. 3. Aunque esta tendencia general estaba marcada por particularidades regionales. -Catalufta habia logrado un despegue econ6mico capitalista. La industria textil urbana se expandio grandemente gracias a las ventaj as del mercado abierto para los textiles catalanes en Hispanoamerica con la generalizaci6n del regimen de comercio libre entre Espafta y sus colonias. Tambien, Barcelona logro integrar a su hinterland todo un extenso territorio, aledafto al importante puerto internacional y centro de manufacturas en que se habia transformado la vieja ciudad.
I

-Ademas de Barcelona, algunas otras ciudades portuarias pasaron a ocupar un rol importante en el comercio con Hispanoamerica. En la costa cantabrica, Santander se conva r t.Lo en centro de envio, hacia las colonias, de las producciones manufact~reras y agricolas de las Vascongadas. En el Sur de la

55 6

peninsula, Malaga mantuvo relaciones directas con ciudades hispanoamericanas. No obstante, en Andalucia la ciudad de Cadiz siqui6 ocupando un papel de primer orden en el comercio con Hispanoamerica. Sus ricos comerciantes continuaban exportando la mayor parte de la producc16n comercializable de la Espana meridional, a la vez que fungian como agentes del comercio ex'" ranjero. Las Islas Canarias desempeiiaron tambien un rol crec-iente en las relaciones comerciales con las posesiones ha spenoamer Lcenas . su presencia sobresali6 en el come rcLc con la Capitania General de Caracas, durante el ultimo tercio del siglo XVIII -Gracias al desarrollo de las producciones manufactureras de las regiones cantabrica y mediterranea, Espana -a pesar de su atraso generalizado en Castilla, Andalucia y Galicia- 10gr6 incrementar los intercambios entre la peninsula y las colonias, aumentando las importaciones de plata y otros productos hispanoamericanos, obtenidos a cambio de las cr9cientes exportaciones de manufacturas catalanas, vascas y extranjeras -Despues del desarrollo comercial de finales del s1glo XVIII, en 1808 Espana se encontraba en una 51tuaci6n desastrosa y America al borde de una qrave crisis. lPor que se produjo tan rapido el ~olapso de la prosperidad comercial alcanzada con Carlos III? -El desarrollo se habia obtenido a fuerza de aumentar las presiones sobre el conjunto de la poblaci6n hispanoamericana. generando terribles desigualdades sociales. En 1803 Humboldt se asombr6 de las condiciones de barbarie. abyecci6n y miseria a que estaban reducidos los indios.JIl -AI principio, el abismo econ6mico, social y cultural entre los desposeidos y las ricas elites urbanas no lleg6 a poner en pel igro la dominaci6n colonial, mientras estas el ites mantuvieran su cohesion. As! pudo advertirse en Peru durante la rebeli6n indigena de Tupac-Amaru en la decada de 1780. -La prosperidad y la estabilidad politica lograda p~r los monarcas Borbones, reposaba entonces sobre un fragil entarimado. Criollos y peninsulares vivian en constante querella, aun cuando -frente a indios, mestizos, negros 0 mulatos- no vacilaban en mancomunar esfuerzos para mantener las clases subordinadas en su tradicional rol subalterno. -Finalmente, la chispa que encendi6 la hoguera de las largas centelle6 al otro lade del Atlantico.
y cruentas guerras de Independencia.

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-En febrero de 1797, la monarquia espanola, atada a la politica francesa desde tiempo atras y envuelta en el enfrentamiento entre Francia e Inglaterra, vio su flota destruida totalmente p~r la Armada inglesa Fue esta una critica perdida

56 para el comercio espai'iol (a finales del siglo XVIII Espaiia habia logrado levantar una flota casi tan numerosa como la inglesa, aunque inferior tecno16gicamente). La metr6poli qued6 sin medios de transporte para comunicarse con sus colonias y esta situaci6n se via agravada con el bloqueo impuesto al continente de Europa p~r Inglaterra. -En noviembre de 1797, Carlos IV toma la dec fs Lon de autorizar el comercio con los paises neutrales al conflicto. Al final, fueron Estados Unidos (comerciando leqalmente en su calidad neutral) e Inglaterra (por medio del contrabando) los que aprovecbaron mejor la situaci6n .. Imposibilitada Hispanoamerica de mantener los vinculos con la metropoli, sus bahi tantes trataron de colocar sus exportaciones en los mercados que ofrecian los, anglosajones. No obstante, 108 bispanoamer icanos no lograron crear agiles redes de comercio adaptadas a los cambios. Asi, el sUbito rompimiento de las cOhlunicaciones entre Espafta y sus posesiones americanas se tradujo en una contracci6n comercial y productiva en Hispanoamerica. I. -En Centroamerica, el principal producto de exportaci6n -el anil- era enviado a la metr6poli empleando las redes de comercio que dominaban los comerciantes de la capital de la Audiencia, la ciudad de Guatemala. Quizas el 90%del total de la exportaci6n de adil se realizaba p~r medio de los canales legales de comercio con la metropoli. Esto nos puede dar una idea del impacto para centroamerica de la interrupci6n de las coaun Lcac fone s con Espana. -La criSis econ6mica en Centroamerica no hizo otra cosa que aumentar las tensiones sociales. El conflicto entre comer-c i.arrtes capitalinos (los mas importantes de reciente inmigracion) y productores provincianos vino a confundirse con el resentimiento entre "gachupinesll (espaftoles peninsulares) y criollos provincianos. Esta situaci6n se vi6 agravada por los acontecimientos en Espana. -Cuando Napoleon impone a su hermano Jose en el trono espano l , al tiempo que envia tropas francesas a la peninsula iberica, provoca una terrible crisis politica en Espana e Hispanoamerica. -En Espana, una tras otra, las ciudades espai'iolas se rebelan contra el rey usurpador. Al final, una Junta Superior Gubernati va, en Sevilla, asume el gobierno en nombre del rey Fernando VII, cautivo de los franceses. -Mientras la guerra entre espaiioles y tropas francesas desangra la peninsula, en Hispanoamerica -frente al vac Lo de poder en Espana- el conflicto entre peninsulares y criollos se agudiza. Los primeros aducen que debe obedecerse a la Junta Superior Gubernativa en Espafta, los segundos apoyan 1a creaci6n de Juntas de Gobierno locales. Sus opuestos intereses se vue1ven evidentes: los peninsulares deben su preeminencia gracias a los privilegios

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que Ie asegura el "pacta colonial It, mientras que los criollos ahora desean la libertad comercial completa, con el f in de liberarse del s monopolio espanol. nn
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-En Centroamerica la divisi6n entre criollos y peninsulares se veia agravada por los conflictos de las provincias con la capital, asi como diferendos entre los comerciantes de Guatemala . -En la capital, dos antag6nicas posiciones se constituyeron al tipo de relaciones comerciales que Guatemala debia tener con el exterior. ~

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-Aquellos comerciantes que recibian sus ganancias del comercio deseaban conservar los vinculos privilegiados con la r metr6poli. Con ellos coincidian los artesanos y duedos de o manufacturas locales, quienes se beneficiaban con el escaso :s abastecimiento de mercancias espai\olas que les aseguraba la venta In de su propia producci 6 n.

~s con cadiz,

-Frente a ellos, un nuevo orupo de comerci'antes habia establecido vinculos con los ingleses de Belice y presionaban por ~o la liberaci6n completa del eomercio eon los extranjeros. la ae -Por otro lado, cosierc Lant.es y productores provincianos I ~n trataban de emanciparse del control de los comerciantes de r1l Guatemala (independientemente que estos obtuv ieran sus mercanc ias i. de Cadiz 0 Belice) presionando por una autonomia politica que les permi tiera actuar con independeneia en sus relaciones eon el le exterior. su lucha se orientaba entonces esencialmente a liberarse I !S de la tutela guatemalteca. A principios del siglo XIX hubo 11 rebeliones de importancia en El Salvador y Nicaragua, asi como ~o . en Tegucigalpa y cartago (Costa Rica). hs . disturbios

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-sn 1812, el presidente de la Audiencia de Guatemala, Jose de Bustamante, lanz6 una of ens iva contra los provincianos, enfrentandose tanto a las autoridades liberales en Espana como a " ~ los criollos provincianos. Apoyandose en un sector de los a, comerciantes de la capital, persigui6 el contrabando con los t· :.'. ingleses. Hacia 1817 hab1a logrado reinstaurar el dominio colonial I y el poder centralizado de Guatemala sobre las pr'ov m c Las . ·Pero esta situaci6n se mantuvo poco tiempo. ~, '. -En Guatemala, un pequeilo grupo conspira.ba contra el monopolio del comercio con cadiz. Este grupo era liderado por la familia ! .a.ycinena, interesada en vincular a Guatemala con los comerciantes ~s; ingleses de Belice. En este sentido, sus intenciones politicas f' eran lndependentlstas. Nq obstante, frente a los provincianos a 'mantenian el mismo criterio centralista de las autoridades or, coloniales: el dominl0 de la ciudad de Guatemala sobre los as i productores de las provincias. Este grupo, desde 1817, incrementa s: i su influencia politica y consique que se establezca el comercio ps: directo con los ingleses. A pesar del inleial desarrollo que se

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I

58 logra de las exportaciones centroamericanas, fue este un fen6meno temporal. La demanda inqlesa de afiil era nula esos anos y limitados los recursos de los comerciantes en centroamerica. -La corta bonanza loqrada en el comercio con Belice dren6 la plata de Centroamerica, destruyendo igualmente el artesanado local. Por ello el tema del comercio libre fue un tema crucial de spue s de la Independencia, sentando las bases de los partidos politicos: los "Cacos" defensores dellibre comercio, destacando los Aycinena, quienes mas se beneficiilron en el comercio con Belice y los "qazistas", comerciantes monopolistas con relaciones en Espafia. Apoyaban esta facci6n los bur6cratas coloniales y los artesanos.:n -Frente a los intentos locales en las provincias, autonomia regional. heqem6nicos de Guatemala los cabildos buscaron el establecimiento de la

-En 1820, el General Rafael Riego dirigi6 una revuel ta liberal en Espana y en marzo de ese ano, Fernando VII fue obliqado a restablecer la Constituci6n de 1812. De nuevo 5e instauraron las Diputaciones Provinciales. En la ciudad de Guatemala -al iqual a como sucedi6 en Mexico- frente al liberalismo espanol, la elite temi6 los cambios que el regimen constitucional pretendia introducir. Pensando que Espafta ya no seria capaz de mantener el orden social, en 1821, los ricos productores provincianos coincidieron con la elite de la capital en proclamar la Independencia "para prevenir las consecuencias que serian terribles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo"." -La Independencia no solucion6 los problemas, al contrario, el debate en torno al tipo de gobierno que debia instaurarse continu6. A los ya tradicionales enfrentamientos entre capi talinos centralistas y provincianos separatistas vino a sumarse la intromisi6n del nuevo Imperio Mexicano de Agustin de Iturbide, al que estuvo inteqrado centroamerica basta 1823. -Finalmente, en julio de 1823 Consti tuyente declar6 la Independencia provincias centroamericanas, confederadas del Centro de America, pero la uni6n Centroamerica en la anarquia y la guerra Conclusiones -Lo mas notable durante los ultimos 70 ados de dominaci6n espanola en centroamerica, es la transformaci6n profunda de la sociedad en relaci6n al siglo y medio precedente. -Las soc iedades coloniales se modifican respecto de sus caracteristicas iniciales, a la vez que se acarrtuan las diferencias regionales. una Asamblea Nacional absoluta de las cinco en las Provincias Unidas dur6 poco, hundiendose civil.

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-sobresale el cambio socioeconomico que conlleva el desarrollo extraordinario de la poblaci6n ladina campesina. Es en la ..egunda mitad del siglo XVIII cuando los habitantes s de Centroamerica evolucionan de indios a campesinos. No obstante, las tierras altas de Chiapas y Guatemala mantienen un predorninio absoluto de las comunidades indigenas. -Los cambios en la poblacion centroamericana ocurren estrechamente asociados a las modificaciones en el comercio hispanoamericano. La creC'ientedemanda de anil en Europa, provoca la expansion de su cultivo en las tierras bajas de El Salvador. Asi, con las haciendas afiileras se incrementan los ladinos. Pero tambien ocurren otros cambios fundamentales. La produccion del anil la realizan terratenientes salvadorefiosque no pueden escapar a la comercializacion monop6lica del producto por parte de los comerciantes guatemaltecos. -El desarrollo del comercio con Espana, en la segunda mitad del siglo XVIII, provoc6 simul taneamente el monopolio 'de I comerc io interne centroamericano en manos de los comerc iantes de Guatemala. -Los cambios socioecon6micos de la segunda mitad del siglo XVIII incrementaron las tensiones sociales. Por un lado, entre guatemal tecos comerc iantes y provincianos productores. Por otro entre indios y ladinos y entre estos con los sectores de la elite criolla y peninsular. Esta ultima producto de un incremento de Inmigrantes peninsulares en'la segunda mitad del siglo XVIII.
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-El periodo de auge econ6mico y mercantil posterior a 1750 es sustituido hacia 1800 por anos de crisis. Con el cambio de siglo se bizo evidente que el elan habia llegado a su termino. Los conflictos europeos jugaron un papel de primer orden en el cambia de la situaci6n. Aislada Espana y en guerra interna, ocurrio un vacio de poder que condujo al estallido de conflictos politicos violentos en Hispanoamerica. -En Centroamerica, a pesar de las tensiones que inclusive dieron lugar a conatos armadas en las provincias, en realidad no se lleg6 a los niveles de violencia y destrucci6n corrient~s en casi toda Hispanoamerica durante las largas guerras de Independencia. -La ausencia de conflictos armados no significaba que las tensiones sociales hubiesen desaparecido. Al contrario, los enfrentamientos entre comerciantes capi talinos y productores provincianos continuaron despue s de la Independencia y finalmente provocaron la fragmentaci6n de la RepUblica Federal.

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II I

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62 28. 29.
30.

Ibidem, p. 365. Wortman, op. cit pp. 113 Y sgts.

Ibidem, pp. 111-128 Ibidem. pp. 129-156. Ibidem, pp. 154-111. Ibidem, p. 154. Fontana, Joseph, cambio econ6mico y actj,tudes politicas pail Espana del s1'110 XIX. Barcelona: Ed. Ariel, 1973, pp. 13-53. Kicza, John E., Empresarios colQnjales; faml1i~s y negcc1QS en 1a ciudad de Mexico durante los Borbones. Hexico: rondo de Cultura Econ6mica. 1986, pp. 63-66 Y LYNCH, John, ~ reyelue iones bispanoamericanas 1808-1826. Barcelona = Ariel, 1976, p. 333 Wortman, op. cit pp. 320-321. p. 199 y nota No.6, 200-220. capitulo 11,

31 32. 33. 34. 35.

36. 37
38.

Wortman, op. cit. pp

Lynch, op. cit., pp. 363-364.

Organizaci6n sociopolitica espacial implantada por los espanoles en la segunda mitad del siglo ~JI, basada en la orqan t zacron del hab1 tat poblac ional luego de 1a crisis provocada por la conquista.
t

Intercambio forzoso, en el que los indios reciblan mercancias repartidas por los espanoles. A cambio debian entregdr sus producciones: textiles, cacao, entre otros.

CLETO

ORDOREZ

BOCETO BIOGRAFlCO DE UN CAUDILLO POPULAR INDEPENDENTISTA

Frances Kinloch Tij er t no'

"Diose por aquellos dias de 14 Independencia un bando aboliendo los titulQs Y tratamientos nobiliarios del tiempo del Rey. Hand6 el Alcalde al corchete que solicitase a do~a Joaquina Arrechavala una carreta que se necesitaba para un trabajo pUblico. DoilaJoaquina era matrona respetable de infulas, y pretendia ser de sangre azul. El corchete lleg6 a la casa de la seftora, y sin saludo ni preambulo, dijo: -"Joaquina, te notifico que debas entregar una carreta que necesi ta la RepUblica para un trabajo.·' La senora ni contest6 una palabra, ni volvi6 aver al que Ie hablaba. Entonces el alguacil agreg6: -"Como que te enfadas porque no te di el Don. Saba que el Don se acab6: ahora el algod6n se llama algodin y el almid6n, almidin."J Un escritor granadino del siglo pasado citaba la anecdota anterior como un ejemplo de la ins61ita actitud que, desde enero de 1823, venian manifestando los indios y mestizos de Nicaragua frente a sus amos seculares: .la aristocracia criolla, heredera de conquistadores y encomenderos. Viejas palabras que simbolizaban el antiguo yugo habian sido expulsadas del lexico popular -liel Don se acebo"> y un nuevo vocablo -IiRepUblica"- se enarbolaba como sinonimo de libertad e igualdad ciudadana. ~Que habia provocado tal trastocamiento de las jerarquias sociales, cuidadosamente edificadas y santificadas durante los tres 5iglos del dominio colonial? Precisamente para resguardar el orden social de los peligros de una revoluci6n independentista popular los grandes terratenientes y comerciantes de la Capitania General de Guatemala habian asumido el poder politico el 15 de septiembre de 1821, tras un acuerdo pacifico con las autoridades coloniales.
I

Justamente para prevenir esa temible posibilidad, la aristocracia criolla habia renunc iado a su autonomia tres meses mas tarde, co Iocandoae baj 0 la sombra protectora del Imperio mexicano, cuyo trono Ie habia sido ofrecido a un miembro de la familia real espanola. ~No era esto suficiente garantia para sus privilegios?

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El tiempo habia demostrado 10 contrario. La crisis del poder colonial que precedi6 la ruptura formal de los vinculos con Espat\a habia desembocado en una encrucijada h Ls t or Lca en la que afloraban las contradicciones sociales latentes. La perspectiva de incidir en la definici6n de un nuevo sistema que viniera a sustituir las opresivas estructuras heredadas, habia liberado las aspiraciones y la energia transformadora de las mas as. El pueblo se sacudia de la tutela ideo16gica del clero y de los Dones, intuyendo que la lucha debia enfilarse hacia la destruccion del Viejo orden En periodos de intenpa dinamica social los pueblos forjan a sus propios dirigentes: es en este contexto que emerge la figura de cleto Ord6ftez. El 16 de enero de 1823 dirigi6 la toma del Cuartel de Granada, depuso a las autoridades nonarqu i.casy proclamo . la formaci6n de un gobierno republicano, basado en la igualdad absoluta de todos los ciudadanos. Su ejemplo audaz se desarrol16 en una poderosa insurgencia clasista cuyas reinvindicaciones democraticas se plasmaron en el espiritu de la primera Carta Magna de nuestra historia La lucha encabezada por Cleto Ord6f\ez se enmarca en la primera etapa del proceso de transiGi6n del orden colonial a la conf ormac i.ondel estado nacional en Nicaragua. Periodo escasamente estudiado por la historiografia nacional y cuya interpretacion global exige un nivel de profundidad que rebasa los alcances de este articulo. Nuestro objetivo se limita a presentar un boceto .biografico de Cleto Ordonez: figura vilipendiada en muchos de los textos tradicionales, escritos desde la optica de los herederos ideo16gicos de la aristocracia criolla a la que se atrev tc a desafiar; no obstante, su lectura nos permi te valorar el car act.ar popular de la gesta que protagonizo. Las obras de los historiadores liberales del siglo pasado -destacando entre ellos ~ Francisco Ortega Arancibia- constituyen un importante punto de partida para la reconstrucci6n de los hechos relacionados con el caudillo independentista. Las fuentes documentales -aunque escasas por la conocida destrucci6n de nuestros archivos nacionales como resultado de catastrofes naturales y conmociones politicas- nos han comenzado a dar la clave para conocer la ideologia de Ordonez y la trascendencia del movimiento social que encabez6. Nos referimos de manera especial a los documentos del Pr6cer independentista Dr. Pedro Molina, asi como a la correspondencia entre el primer Jete de Estado de Nicaragua, Manuel A. de la Cerda y sus representantes ante el Congreso Federal, que se conservan en el·Archivo General de Guatemala. pretendemos, sobre todo, contribuir a la tarea de rescatar para nuestra memoria'colectiva, la fiqura de uno de los heroes de

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nuestro pueblo cuyo nombre trat6 de ocul tar oficial de antes del 19 de Julio de 1979.
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denigrar la historia

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Forastero en el Suelo Natal

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Jos' eleto Ordoftez naci6 en Granada alrededor de 1785, hijo natural del Capitan espanol Diego de Irigoyen y de una mujer del pueblo, cuyo nombre no recogi6 la historia. Antes de cumplir los diez alios de edad, fue colocado como domes t Lco de la familia Aguilar, ricos terratenlentes de esa ciudad, para quienes desempenaba divers as labores a cambio de su sustento. Al llegar a la adolescencia, ya habia tomado la decisi6n de bus car nuevos horizontes: la servidumbre era insoportable para un espiritu inquieto, dotado de una inteligencia natural y de un gran deseo de superaci6n. Pero en aquella epoca l.queoportunidades se Ie podian presentar a un mestizo, que ademas tenia el estigma de ser hijo ilegitimo?
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En la sociedad colonial, rigidamente estratificada en base a criterios raciales, las castas de sangre mezcla'da no ten ian acceso a la educaci6n y el ejercicio de las funciones civiles 0 religiosas les estaba vedado. El joven Ordonez conocia bien las condiciones en que subsistia la gente de " color quebrado" en las ciudades -carreteros, talabarteros, herreros, cargadores, sirvientes- que trabajaban de sol a sol po r una infima remuneracion para el pe quefio nuc leo de poblaci6n blanca. 'Ese era su origen ... y el destino del cual debia escapar.' Pero las alternativas en el campo no eran mejores que en la ciudad. La tierra estaba concentrada en grandes latifundios que pertenecian, p~r supuesto, a la m1noria criolla. Los mestizos formaban grupos transhumantes que se desplazaban p~r las areas rurales, ofreciendo su fuerza de trabajo a cambio de un misero j ornal. otros obtenian de los la tifundistas el derecho a cu ltivar pequenas parcelas a cambio del compromiso de entregarles la mitad de la cosecha. A.veces, el terrateniente accedia a arrendarles una porcion de tierra, cobrando hasta un 15% del valor supuesto de la misma. Permanentemente endeudados, los mestizos y sus fam11ias quedaban adscritos a las haciendas, constituyendo una reserva de mane de obra semi-gratuita. Ni siquiera aquellos que lograban convertirse en pequenos 0 medianos propietarios agricolas se libraban de la explotaci6n de los grandes latifundistas 0 comerciantes criollos, de quienes dependian para la ob t enc Ion de los recursos para hacer producir la tierra; mediante el sistema de "habilitaciones" el prestamista extraia hasta un 30% de rentabi11dad sobre el dinero invertido, puesto que el agricultor debia entreqar en pago su cosecha a un precio muy inferior.al del mercado.·

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Todas las puertas parecian cerrarse para Cleto ordonez: no en balde un documento de la epoca descr1bia a los mestizos como "s6bditos sin derecho, extraaos a los bienes comunes y forasteros en el suelo natal".5 2. Recluta en la Frontera Imperial

El sistema Ie ofrecia al joven granadino practicjroente s6lo una alternativa: incorporarse al ejercito colonial, cuyo s so Ldedcs eran reclutados entre lo~mulatos y mestizos. En la Costa de la Mosquitia, rodeado de una selva tropical impenetrable, se encontraba el puerto espanol de Trujillo; frente a este, a unas cuantas leguas mar adentro, los ingleses habian establecido un enclave en la isla de Roatan: esta frontera entre los imperios que se disputaban el control del Caribe fue el nuevo destino del joven Ord6fiez, al cual arrib6 entre los afios 1BOO y 1805.' Aqui, ai s1ado s6lo en apariencia, probablemente asimilaria con avidez noticias que -aun disp@rsas y contradictorias~ anunciaban el advenimiento de una nueva epoca. Los relatos de marinos y viajeros sobre la Guerra de Independencia de las trece colonias britanicas en Norteam~rica, el asalto de las masas parisinas a la fortaleza de la Bastilla 0 el arrollador avance de los ejercitos de la Francia revolucionaria sobre las monarquias absoluttstas europeas, se repetian de boca en boca entre los soldados y la plebe de Puerto Trujillo. Hacia finales de la primera decada del siglo XIX, las noticias eran a6n mas inquietantes: el Rey de Espafta Fernando VII habia caldo prisionero de Napoleon, quien sent6 en el trono de la metr6po1i a su hermano Jose Bonaparte. Un Consejo de Regencia pretendia sequir gobernando en nombre del monarca cautivo, pero la dispersion del poder imperial habia creado ya las condiciones politicas para que afloraran las contradicciones internas del sistema cOlonial. Desde Mexico basta Buenos Aires, los grandes terratenientes y comerciantes criollos desafiaron la autoridad de los representantes de la Corona, logrando crear en algunos lugares, Juntas de Gobierno que establecieron 1a libertad de comercio y la abolici6n de los estancos: eliminando con ello los dos principales obst'culos para la vinculacion de sus intereses econ6micos al mercado mundial. Los sectores popu1ares tambien irrumpieron en el escenario politico: en septiembre de 1810 estal16 en Mexico un poderoso movimiento conducido por los curas revolucionarios Miguel Hidalgo y Jose Morelos -un ejercito de indigenas, peones agricolas y mineros luchaba no s6lo por la emancipaci6n politica sino tambien por la redistribuci¢n de la tierra, la abolici6n de los tributos y de la esclavitud. lC6mo afectar!an estos aoontecimientos la suerte de la provincia de Nicaragua? lOu~ deparaba e1 futuro a los habium~

67 de aquella tierra? lQue estaria ocurriendo en su lejana Granada? Estas preguntas, sin duda, daban vueltas en la cabeza del joven artillero. 3.
o

La Bscuela decisiva: Primeros coabates populares contra el Orden colonial

No conocemos con certeza la fecha 0 las circunstancias del regreso de Cleto Ord6ftez a la ciudad natal: las fuentes documentales disponibles no brindan informacion al respecto y los historiadores nacionales cfrecen versiones contradictorias. Sin embargo, hay una coincidencia general en seAalar que entre 1810 Y 1812 Ord6fiez se estableci6 defini tivamente en Granada y paso a la vida civil.l Gracias a su disciplina e inteligencia Datural habia llegado a alcanzar el grado de Sargento de Artilleria -rango raramente concedido a un mestizo. lQue le hizo tomar la decision de abandonar el ejercito colonial? ~Que pudo haber impactado su conciencia al extremo de hacerle cambiar el curso de su vida?

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Creemos encontrar la respuesta al reconstruir los acontecimientos que estremecieron la provincia de Nicaragua en esos afios. En diciembre de 1811 estallaron levantamientos armados en Le6n, Masaya, Granada y Rivas, como parte de una conspiraci6n en contra de las autoridades coloniales que abarcaba a toda la Capi tania General de Guatemala.· Estos fueron sofocados con relativa prontitud -a 10 que contribuy6 significativamente el I oportunismo de La aristocracia criolla, que abandon6 el movimiento y se acogi6 a un indulto ofrecido por el Capitan General Bustamant~ y Guerra. Sin elllbargo, el pueblo de Granada -organizado espontaneamente por dirigentes propios- dej6 sent ado un precedente heroico al resistir a las tropas espafiolas el 21 de abril de 1812.' Las experiencias de 1811-1812, sin duda, calaron en la conciencia de Cleto Ordoftez. Las gestas libertarias sobre las que habia escuchado en Puerto Trujillo dejaban de ser referencias lejanas para cobrar vida en el ejemplo combativ~ de su propio pueblo. Asimi16 el sentir popular hacia las autoridades espaftola~ y aprendi6 a desconfiar de los discursos de la ar Lst cc r.ac t a criolla. Todos estos elementos fueron forjando su personalidad, t preparandolo para el papel que la bistoria le deparaba. El periodo entre 1812 y 1821 fue una etapa en la vida de Cleto Drd6f\.ez en la que se vincu16 estrechamente a su pueblo. su sensibilidad y disposici6n de servir a los demas le ganaron rapidamente el aprecio de todos. Durante su estadia en la Hosquitia habia adquirido nociones sobre las propiedades curativas de las plantas y los necesitados recurrian a ~l con sus enfer~os. Era, ademas, un poeta natural: con gran facilidad 1mprovisaba coplas y versos que apelaban a los sentimientos populares. Pronto

68

lleg6 a convertirse en una figura querida, para quien se abrian todas las puertas de Granada. Por esos aft s contrajo matrimonio con una joven granadina y o emprendio la lucha por la subsistencia econ6mica. Convencido de que el monopolio impuesto por Espana y la oligarquia mercanti1 guatemalteca era injustot ordofiez estableci6 relaciones con comerciantes ingleses y jamaiquinos para introducir mercancias desde Bluefields y Belice. aprovechando sus conocimientos sobre la geograf1a de la regi6n Esto Ie perm1tia, ademas, estar informado sobre el curso de los acontecimientos en la metr6poli, as1 como de las grandes batallas que en la America del Sur estaba protagonizando el Ejercito Libertador encabezado por Simon Bolivar. Noticias que' seguramente despertaban en el grandes expectati vas y que compartia con su pueblo, avido de seftales que indicaban e1 pr6ximo fin del regimen colonial. 4 Ruptura con Bspa~a y Anexi6n 81 Imperio Mexicano

..

A diferencia de 10 que ocurria en las colonias del sur. el quinquenio entre 1815 y 1820 se caracteriz6 en Nicaragua -yen toda la America septentrional- por un reflujo de la lucha emancipadora. la aristocracia criolla habia retrocedido ante la beligerancia de los sectores populares y sus vacilaciones facilitaron la feroz represi6n desatada por las autoridades coloniales a raiz del restablecimiento de 1a monarquia absolutista de Fernando VII, tras 1a derrota de Napole6n en 1814. Fueron, mas bien, factores externos los que trajeron nuevamente el tema sobre e1 tapete: el 1 de enero de 1820 se produjo en Espafia un movilliento liberal encabezado por el Coronel Rafael del Riego y Nufiez, quien obligo al Rey a restablecer la Constituci6n de 1812. Bsta minaba el poder material de la Iglesia al abolir 1a Inquisici6n y desamortizar 108 bienes del clero, afectaba tambien a la nobleza feudal, puesto que suprimia las jurisdicciones de seiiorio y otros privilegios que disfrutaba esta clase social bajo el absolutismo. . Ante el temor de verse afectados por el viraje liberal en la metr6poli, las autoridades civiles y mi1itares, el alto clero y la ar1strocracia criolla de M~xico se unieron alrededor del plan de Iguala -concebido por el militar criollo Agustin de Iturbide- y proc1amaron la constituci6n de un imperio independiente de Espana, pero guardando fidelidad al monarca en apuros, a quien Le ofrec1eron el nuevo trono americano.to Poco despues, los sectores que controlaban la vida politica y econ6mica en la Capitania General de Guatemala siguieron aquel ejemplo, justificando su decisi6n en la necesidad de prevenir las consecuencias -"que'serian temibles"- en caso de que el pueblo

69 tomara la iniciativa.l1 81 15 de septiembre de 1821 declararon rotos los vinculos con Kspafia, pero a 10 interno dejaron intactas las estructuras econ6micas, juridicas y sociales, limitandose a modificar el titulo del Capitan General, quien continu6 gobernando como Jefe Politico superior. El 2 de enero de 1822, tras una consulta con los Ayuntamientos de las provincias, acordaron la anexi6n de Centroamerica al Imperio mexicano -presidido ya p~r Iturbide en vista de la negativa de los Borbones a ocupar el trono.
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5.

Caudillo

de la Lucba

popular

por 1a Independencia

Real

• En Nicaragua, las autoridades provinciales y la aristocracia criolla acogieron mayori tariamente el proyecto anexionista, viendo en el sistema monarquico la garantia para la preservaci6n de las jerarquias sociales. Esta opci6n contaba con el respaldo ideo16gico del Obispo Nicolas Garcia Jerez, quien adelantandose incluso a la decisi6n oficial tomada en Guatemala, orden6 a su feligresia, el 13 de octubre de 1821, renovar el juramento de obediencia a Fernando VII, argumentando erradamente que este pronto aceptaria el trono imperial mexicano.
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81 mandato episcopal provoco la indiqnaci6n de los profesionales criollos y del pueblo. Basandose en los postulados de la Ilustraci6n francesa, hicieron circular proclamas en las que sostenian que el reconocimiento de un gobernante debia ser precedido po r un pacta social voluntario, a la vez que denunciaban el "espiri tu maquiavelico" de quienes manipulaban los sentimientos religiosos del pueblo para ~antenerlo oprimido: III..Con para salvarse es necesario ser esclavo? que lCon que para ser cristiano es menester ser bestia del Establo de Borb6n? I..conque la verdad de nuestra religion consiste en sostener a un Tirano en el Trono de sus vicios?l1, preguntaban en sus proclamas.ll En las principales ciudades de Nicaragua el pueblo resistio tenazmente las pretensiones reaccionarias de prolongar el orden colonial bajo el disfraz de una monarquia americana. Durante todo el ano de 1822, protagoniz6 una serie de levantamientos en contra de las autoridades anexionistas: el 30 de abril despunt6 Granada; el 4 de junio y el 27 de agosto se produjeron en Leon dos movimientos insurgentes integrados p~r indigenas, estudiantes, militares yun cura revolucionario -quienes se encontraban, segun el Gobernador: "indigestados con los principios de libertad y soberania del Pueblo"." El 9 de octubre, Granada tom6 nuevamente la iniciativa. Esta vez, ya emerge la figura de Cleto ord6nez como lider popular, logrando apoderarse del Cuartel de Armas; sin embargo, aun no se contaba con el grado de organizaci6n necesaria para retener el control de la ciudad, y fueron desalojados al dia siguiente. A partir de ese momento, ord6ftez pas6 a desempe6ar un activo papel

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de agitador: aunque habia ~na orden de captura en su contra, se rnantuvo en Granada, disfrazandose por las noch- o para eludir a los agentes del enemigo, mientras se desplazaba por los barrios y pueblos vecinos, organizando a los pobladores. El 16 de enero de 1823, condujo nuevamente a las fuerzas populares al asalto del cuartel de"Granada; esta vez, el movimiento alcanz6 sus objetivos: las autoridades pro-imperia1es fueron depuestas, y se proclamo la formaci6n de un gobierno republicano, basado en la igualdad absoluta de todos los ciudadanos . Al igual que la mayoria de las familias aristocraticas, el depuesto Comandante de Armas, Coronel Crisanto Sacasa huy6 la misma noche del 16 de enero a Masaya t llevandose consigo a treinta soldados que Ie eran adictos, a los que dej6 integrados a las tropas imperiales que se encontraban en aquella ciudad." Paralelamente, se producia un movimiento inverso: los sectores populares de las regiones vecinas, y en especial de los pueblos indigenas de Monimb6 y Diriega, se sumaron a las fuerzas ordoftistas. El 13 de febrero de 1923, las tropas pro-imperiales atacaron Granada, jefeadas p~r el Brigadier Antonio Gonzalez Saravia, exGobernador de Nicaragua bajo el yugo espanol y ahora convertido en representante del imperio mexicano. El heroismo popular y 1a destreza de su caudillo en el manejo de la artilleria se impusieron a la superioridad en armamentos y efectivos de los atacantes, obligandolos a replegarse al caer la tarde. Esa noche fue decisiva para las fuerzas populares. Portando un gorro frigio en La cabeza, como simbolo de la libertad, Ord6fiez contagiaba a todos con su valor revolucionario, mientras organizaba febrilmente la defensa de la ciudad. Los animos eran insuperables, pero los intensos combates habian consumido pr ac t Lcement.etodas las municiones con que contaban. Lejos de desmoralizarse, Ordonez demostr6 su talla como dirigente recurriendo al ingenio para hacer frente al reto que la situaci6n imponia. Mand6 enterrar en la plaza un buen numero de cajas vacias e hizo divulgar el rumor que contenian p6lvora: si el ejercito imperial volvia a acometer, haria volar la ciudad sobre ellos.
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Al ser informado sobre las trampas explosivas que supuestamente habian sido colocadas en Granada, Gonzalez Saravia decidi6 solicitar refuerzos al ej~rcito mexicano, que jefeado por el General Vicente Filisola acababa de aplastar otro foco de resistencia anti-anexionista en San Salvador; pero un hacho imprevisto disip6 sus esperanzas: presionado p~r los sectores l1berales en H~xico, Itubide abdic6 el 19 de marzo y Filiso1a regreso apresuradamente a Guatemala. Desprestigiado por su fracaso, y rechazado inc1uso por sus antiguos aliados, el Brigadier ebandono Nicaragua.·

71 Ordonez se consolid6 como el indiscutible caudillo del pueblo de Nicaragua. Respaldado por una Junta Patri6tica integrada por elementos progresistas de las capas medias y algunos criollos liberales, profundizo las reformas emprendidas al orden colonial: abolio el derecho estamentario, as! como los titulos, tratamientos u y privilegios de la aristocracia criolla • El pueblo se encargo de hacer cumplir los decretos revolucionarios: al grito de "iSe acabaroD los donesl", recorria las calles de Granada, arrancando de las fachadas de las cas,pnas s efior Le Les los escudos nobiliarios que simbolizaban el viejo orden. Las medidas que impuls6 el caudillo pronto se generalizarian, no s610 en Nicaragua, sino tambien en la misma capital centroamericana. El derrumbe del imperio mexicano habia significado un golpe politico para la 011garquia guatemalteca; los sectores liberales de las capas medias criollas, respaldados por el pueblo, lograron hegemonizar el vacio de poder, y el 1 de julio de 1823 proclamaron la creaci6n de la Republica Federal del Centro de America y la independencia absoluta de sus pueblos.\7 6. A defender 108 Derecbos populares: La Guerra Ant1-0l1garquica de 1824

El 22 de julio de 1823, de spues de haber sido nombrado presidente del Supremo Poder Ejecutivo de la RepUblica Federal, el pr6cer independentista Dr. ~edro Molina escribi6 a Cleto Ordonez en los siguientes terminos: "Mis ardientes deseos por el bien de la patria me inspiraron siempre el de corresponderme con los hombres benemeritos que, como usted, han trabajado por libertarla. El Gobierno necesita ideas puras y francas, suministradas por los que ven y palpan de cerca las necesidades de los pueblosll•lI En la misma carta Le solicitaba trabajar por la reconciliaci6n con los sectores desafectos al sistema republicano ... pero no era 10 mismo ver los toros de lejos -segun dice el refran popu l a.r+ que tener que lidiar con ellos.
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El desarrollo de los acontecimientos desde la ruptura de los vinculos coloniales y la fracasada anexi6n al imperio mexicano habia desembocado en una encrucij ada h Ls.t.o r Lca en la que afloraban las contradicciones sociales: la situaci6n politica en toda la provincia se polarizaba aceleradarnente. Hacia mediados de 1824 las fuerzas populares controlaban las dos principales c i udade s : Granada y Leon. 11 La aristocracia criolla yantiguos funcionarios peninsulares se encontraban concentrados fundamentalmente en Managua y en la Villa de El Viejo. Contaban con dos jefes militares

72 experimentados: el ex-Comandante de Armas de Granada, Coronel Crisanto Sacasa y el mercenario peruano, Coronel Juan Jose Salas. Con el respaldo del Obispo Nicolas Garcia Jerez y del Pbro. Policarpo Irigoyen -hermano paterno de cleto Ord6fiez- habian logrado levantar una fuerza mili tar considerable presentando a los revolucionarios como enemigos de Dios y del orden.
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Ir6nicamente la misma superstici6n que los curas reaccionarios explotaban para reclutar a su ejerci to, se revirti6 contra ellos. Las rotundas victorias alcanzadas por las fuerzas populares de Granada, rodeaban ya la f1gura de su caudillo de una connotaci6n legendaria: los soldados del ejercito servil estaban convencidos de que Ord6~ez poseia poderes sobrenaturales, 10 creian capaz de hacerse invisible, montar emboscadas imposibles de de t.et.ar y c adivinar los movimientos y tacticas de sus jefes. DoS veces intent6 el Coronel Sacasa apoderarse de Granada en el mes de aqosto de 1824, pero la baja moral combativa de su tropa 10 llev6 al fracaso; de manera que decidi6 unificar sus fuerzas con Salas, y ambos se concentraron sobre Leon, apoderandose de sus barrios perifericos el 13 de septiembre, y sometiendo a sus habitantes a un cruel y prolongado sitio. preocupados por el desarrollo de los acontecimientos en Nicaragua, el gobierno de El Salvador dispuso el envio de una fuerza militar de pacificaci6n, al mando del General Manuel Arce, quien lleg6 a Leon el 9 de enero de 1825. Para entonces, el Coronel Sacasa habia muerto en comb ate el mercenario Salas desertado y 10 que quedaba del ejercito de los serviles se habia replegado a Managua, donde pos t er Lorme nt.eentregaron las armas, 10 que Ie permiti6 a Arce afirmar, aftosmas tarde, haber pacificado el pais sin disparar un fusil.zD
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7.

Aree Mediatiza

las conquistas Populares

La c apa cu Lac Lcn del ejercito oligarquico fortaleci6 la confianza de los sectores populares en sus propias fuerzas asi como su lealtad hacia Cleto ordonez : bajo su conducci6n habian logrado irrumpir en la vida politica de Nicaragua, esfera que la elite cOllsideraba su patrimonio exclusivo. Esta presencia inquietaba a una importante fracci6n de los liberales, cuyo proyecto se limitabaa la instauraci6n de una democracia formal y a modernizar el sistema de explotaci6n. Su manera de pensar se reflejaba en juicios como el que vertio el historiador guatemal teco Alej andre Marure, con t empor aneo del caudillo nicaragtiense: "0rdonez ha peleado siempre del lado de los liberales; combati6 con ventajas a los arist6cratas de su provincia, pero asociOndose siempre de las beces del populacho y d6ndQles una fuoesta influencia en los destinos de aguel pais."ll

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I.

Estas eran, seguramente, las m1smas consideraciones que se hacia el General Manuel Arce: no podia ignorar la popularidad y el prestigio del caudillo, pero a la vez, debia actuar en concordancia con los "moderados" de su propio partido, y sobre todo, ganarse la confianza de la poderosa oligarquia guaternalteca, cuyos votos aspiraba obtener en las elecciones federales que estaban por celebrarse. Por 10 tanto, impuso una soluci6n que, aparentemente, Ie permitio halagar a todos. Design6 a Cleto Ord6tiez Inspector General de Armas de la RepUblica Federal, cargo honroso pero que implicaba el traslado del caudillo a Guatemal a.:n Ademas auspici6 la conformaci6n de una especie de gobierno de transacci6n en Nicaragua: la Jefatura del Estado recay6 en el rico hacendado granadino Manuel Antonio de la Cerda, mientras que el poder legislativo y los gobiernos municipales -fruto de los votos populares- quedaron integrados mayoritariamente por liberales ordonistas.
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81 Sello del Caudillo popular en la primera Carta Magna de Nicaragua.

Antes de trasladarse a Guatemala para asumir el cargo que se Ie habia designado en el gobierno federal, Cleto Ord6nez procur6 la insti tucional izac i6n de las reinvindicaciones fundamentales por las que el pueblo habia luchado: la igualdad de oportunidades economicas, politicas y sociales. Por su parte De la Cerda se propuso -apenas asumi6 la Jefatura el 22 de abril de 1825- depurar el aparato estatal de los elementos populares. Solicit6 la autorizaci6n del gobierno federal para convoc ar a nuevas elecciones, argumentando de que la mayoria ordotiista en el poder legislativo Le impedia consolidar su gobierno, y setialando ademas, que los Cabildos deberian estar integrados por personas que pudieran proyectarse socialmente "por su prosperidad".u Como si esto fuera poco, el 25 de mayo, De la Cerda emiti6 un Bando de Gobierno destinado a combatir el Iflibertinaje" en que supuestamente se habia caido a raiz de la Independencia, restableciendo pricticas caracteristicas de la Inquisici6n. Ademas impuso nuevamente el sistema de trabaj 0 forzoso existente durante la colonia, ratif1cando 18 autoridad de los jueces para "aux1liar a los hacendados y artesanos con la gente que necesiten para sus trabajos". El Bando no hacia menci6n de un salario minimo, pero si prescribia el tope maximo que el trabaj ador podia recib1r como jornal: "solamente tres pesos, bajo la pen a de no ser atendidos en el exceso que demanden".u Consecuente con su politica de acomodamiento, el gobierno federal, presidido ya desde abril por el General Arce, echo una de cal y otra de arena ~n la situacion de Nicaragua: por una parte,

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rechaz6 la elecci6n de nuevos diputados y rnunicipes -previendo la reacci6n popular ante esta medida- pero a la vez procur6 cornplacer al Jefe de Estado, acelerando el traslado de Cleto Ord6~ez a Guatemala.
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El alejamiento fisico del caudillo indudablemente sign1ficaria un reflujo del movimiento popular, pero la Asamblea Legislativa -hegemonizada por sus partidarios- se encarg6 de continuar su obra: en noviembre de 1825 destituy6 a De La Cerda por abusos de poder, y el 22 de abril de 1826 promulg6 la primera Carta Magna de:nuestra historia independiente, en la que quedaron plasrnadas las principales reinvindicaciones enarboladas p~r el movimiento ordofiista.'" La Constituci6n defini6 el nuevo gobierno como "republicano, popular y representativo"; la libertad de palabra, de escritura y de imprenta se consign6 como uno d~ los primeros derechos de los nicaragtienses, 10 mismo que el sostener reuniones para discutir sobre politica 0 examinar la conducta pUblica de los fUncionarios. Los representantes gubernamentales serian electos en forma directa por el pueblo, en ejercicio de su soberania; los cargos publicos ya no podrian ser comprados 0 heredados como en la epoca colonial. En contraste con el derecho estamentario antes vigente, la Constituci6n prescribi6 que todos los habitantes del estado quedaran igualmente sujetos a las mismas leyes. Reflejaba este documento las ideas mas avanzadas de aquel periodo hist6rico y ratificaba las disposiciones adoptadas por el caudillo popular desde enero de 1823. La Carta Magna signific6 un importante punto de referencia~ un horizonte hacia el cual se orientaron los mejores esfuerzos en la dificil construcci6n del nuevo orden social. Sin embargo, su aplicaci6n efectiva tropezaria con obs t acu Ios poderosos la dispersion econ6mica -caracteristica de las estructuras pre-capitalistas heredadasse entrelazaba con sentimientos localistas incubados per la administraci6n colonial, a 10 que se sumaban las pugnas entre fracciones de comerciantes y hacendados, afiliaciones ideo16gicas y ambiciones personales. Parad6jicamente, la aristocracia terrateniente y el alto clero, que acusaban al caudillo popular de impedir la estabilidad politica, constituian -ellos mismos- la principal causa de la "anarquia", al aferrarse a estructuras econ6micas y sociales sobre las cuales era imposible construir una organizaci6n estatal acorde con los principios de avanzada contenidos en la Carta Ma~na. 9. Defensor del Proyecto Federal y combatiente Centroamericanista

A mediados del ai\o 1825, Cleto Ord6nez se estableci6 en Guatemala, incorporado ya como Inspector General de Armas y

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75 miembro de la Junta consultiva de Guerra. Pronto se daria cuenta de que las dificultades encontradas en Nicaragua se repetian -multiplicadas por cinco- en la organizacion del gobierno regional. Detras del proyecto federal se encontraban -como sefialamos anteriormentelos sectores medios criollos, apoyados po r la intelectualidad ilustrada Ypor los continqentes mas avanzados del pueblo. Pretendian transformar La realidad heredada de la colonia impulsando un programa de reformas econ6micas y sociales que afectaban directamente los intereses de la aristocracia criolla y de la Iglesia -instituci6n que en aquella ~poca poseia los mayores latifundios de Centroamerica. Repuestos del golpe que les habia significado la abdicaci6n de su protector, el Emperador Iturbide, estos sectores pasaron a la ofensi va, disfrazando sus prop6si tos reaceionarios de t r as de la bandera del "centralismo": proyecto que implicaba la cr e ac i on de un qobierno regional autocritico que subordinara; en vez de coordinar, las voluntades de los cinco estados. U El General Manuel Arce habia iniciado su carrera politica dentro de las filas del liberalismo, pero al ser electo Presidente de la RepUblica Federal cedi6 a los halagos y presiones de la oligarqu1a guatemalteca y pronto se convirti6 en uno de sus principales agentes. Entre septiembre y octubre de 1826 redujo a prisi6n al Jefe del Estado de -Guatemala, el liberal Juan Barrundia, y disolvio la Asamblea Leqislativa Federal, cuyos miembros se oponian a la consumaci6n de sus planes. La traici6n de Arce a los principios liberales Ie gan6 el desprecio de Cleto Ord6nez, quien desenmascar6 su servilismo pOlliendolo en ridiculo durante un banquete oficial que aquel ofreci6 exclusivamente para la gran aristocracia. Este incidente selle la enemistad entre ambos: poco despues el Presidente 10 acus6 de conspirar en su contra y 10 encarcel6 en Guatemala. A inicios de 1827, Cleto Ord6ftez logr6 fugarse de su prision y se uni6 a los dirigentes liberales que habian emigrado "a El Salvador. En el mes de marzo fue designado como uno de los jefes del ejercito federalista que se organiz6 en aquel pais para luchar por la restituci6n de las autoridades arbi trariamente depuestas per Arce. El 23 de ese mes se produjo el primer enfrentamiento en la local idad de Arrazola: en desventaj a numerica el ej erci to federalista fracas6en su objetivo de apoderarse de Guatemala, pero el temple heroico del caudillo nicaragUense qued6 demostrade una vez mas: Ord6fiez fue el unico jefe militar que resisti6 en su posici6n hasta que ~n desperfecto en la principal pieza de

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10 oblig6 a replegarse,
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despues de haber garantizado la

A raiz del combate de Arrazola el Marques de Aycinena -principal figura de la oligarquia mercantil guatemalteca quien habia susti tuido a Barrundia- emiti6 un decreto de proscripc ion en contra de destacados politicos y militares liberales t entre los que se encontraban el primer ejecutivo de la Republica Federal Dr. Pedro Molina y el caudillo nicara~Uense Cleto Ord6nez. Las fuerzas "centralistas" pasaron a la of ens iva en todos los estados de la Federaci6n, empefiados en derrocar a los gobiernos liberales constitucionales. Entre 1827 y 1829 Cleto Ord6nez se desplaz6 incansablemente entre El Salvador, Honduras y Nicaragua, combatiendo a los sectores retardatarios al Lade del insigne'; centroamericanista Francisco Morazan. El 12 de abril de 1829 vio ·culminados sus esfuerzos: El Ejerci to Aliado Protector de la Ley entr6 a GUatemalay restablecio al legitimo Congreso Federal y demtisautoridades depuestas por la aristocracia. Con este triunfo renacia la esperanza de construir una Centroam~rica fuerte y unida alrededor de un proyecto politico progresista que aspiraba a dejar atras el oscurantismo colonial. A la construccion de ese suefio entreg6 Cleto Ordonez los 61timos diez anos de su vida. Falleci6 en San Salvador entre 1839 y 1840, siendo inhumado en la Iglesia de San Esteban con honores oficiales, en reconocimiento. a sus des tacados servicios a la causa federal. El suetlo uni tario no Ie sobrevivi6 mucho tiempo. En 1840 el General Morazan fue expulsado de centroamerica p~r las fuerzas reaccionarias y en 1842 moria fusilado en costa Rica. En aquellas condiciones hist6ricas el proyecto federal no habia sido mas que una hermosa utopia: las fuerzas disgregantes -economicas, sociales y politicasterminaron imponiendose. Fraqmentadas y debiles las repUblicas centroamericanas cayeron en poder de la reacci6n y quedaron a merced de la injerencia extranjera.
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lSiqnifica esto que la lucha del caudillo nicaraguense fue en vano? lFueron inutiles las vidas sacrificadas en aras de la transformaci6n revolucionaria de las estructuras coloniales? lHabia sido una quimera absurda la unificaci6n de las voluntades centroamericanas? De ninguna manera. La historia nos demuestra que las luchas populares en cada epoca constituyen los peldafios sobre los que se levantan nuevos sueftos. Los pueblos se agigantan sobre los hombros de las qeneraciones precedentes: la sintesis de voluntade~t al final, se convierte'en una fuerza incontenible.

77

La gesta protagonizada por Cleto Ord6ftez, y por esa primera generacion de luchadores independentistas que 10 acompafto, signific6 en su momento hist6rico una fuerza profundamente democratizadora y, por ello, constituye un eslab6n importante en 1a marcha de nuestros pueblos hacia la justicia social y la soberania plena.

78 CITAS Y MOTAS

1. 2.

Investigadora

del

Instituto

de Historia

de Nicaragua.

PASOSARANA,Manuel. "Granada y sus arroyos". En: Reyista dae la Academia de Geoarofia e Historia de Nicaragua (RAGHN) Tomo VI, No.2, Managua: ~ La Prensa, 1944, p. 113. ROMEROARGAS, ermAn. Las estru.<;tY[AS soc iales de Nicaragua V G en el 51910 XVIII. Managua: Ed. Vanguardia, 1987, pp. 283 Y sigs. Nota: la situacion de marginaci6n de las casta~ de sangre mezclada se mantuvo durante todo el periodo colonial; aun despues del restablecimiento de la Constitucion liberal de Cadiz, en 1020, s610 veinte y ocho personas de Granada habian calificado pa~a obtener cartas de ciudadania, segun consta en las "Instrucciones que el Ayuntamiento de Guatemala confiri6 al Diputado de esta PrOVincia a las Cortes Espanolas y Americanas", reproducido en; ~Qlet~n del Archiyo !#eneral del Ggbierno, Ano IV, No.1, Guatemala: Tip. Nacional, Octubre 1938, p. 93. LANUZA MATAMOROS, Alberto. Estructuras socioecoo6micas. PQder y estado en Nicaragua. de 1821 a 1815. Tesis de Grado, Programa Centroamericano de Ciencias Sociales. s. f. s. p. i. pp. 59·Y sig. .
1 t

3.

4.

5. 6.

"Informe del Dean de la Catedral de Guatemala Garcia en: ROMERO VARGAS,ob. cit. p. 305.

Redondo!!,

En las proximidades de Puerto Trujillo se hallaban asentamientos de "Negros Caribes" , expulsados po r los ingleses de Roatani "Negrcs Franceses", remi t1dos de santo Domingu en 1896, y asentamientos ingleses en Wallis (Selice) y el Rio Tinto. El Gobernador Intendente de Honduras se quejaba del incontrolable contrabando en el que estaban involucrados hasta los funcionarios del puerto a la vez que senal abe los peligros de la divers1dad de ideas y de creencias religosas que debilitaban el dominic espaiiol en Ia region. En: Boletiu del archivo General del GobieroQ, TomoVI, NO.3, Guatemala 1942, pp. 152-155.
l

7.

Algunos textos de historia de Nicaragua retoman la versi6n de Alejandro Marure (Guatemala: 1806-1851) de que ordonez abandon6 la carrera militar para "servir de domestico" del Obispo de Leon, Nicolas Garcia Jerez, quien Ie recogie a su paso por Puerto Trujillo en 1810; otros autores como ZELAYA GOODMAN afirman de que lIege a Granada en 1812 como parte del Batallon de Olancho, bas endo se en un texto de car ac t er

79 literario. No ha side posible, hasta el momento, determinar cual de estas versiones es correcta.
8.

"Informe del capitan General de Guatemala al Consejo Regencia", en: Documentos relatiyos a los IDoyimientos independencia en el reino de Guatemala, recopilados por Lic. D. Le6n FERNANDEZ, El Salvador: Hinisterio Instrucci6n publica, 1929, p. 57.

de

de

el de

9.

Algunos miembros de la aristocracia terrateniente granadina que inicialmente lideraron el movimiento en contra de las autoridades peninsulares y criollos realistas, pactaron con el env1ado del Capitan General, Sargento Pedro Gutierrez, la entrega de las armas a cambio de altos cargos en el Ayuntamiento de la ciudad. El 30 de mayo, el Obispo Nicolas Garcia Jerez -quien habia asumido la Gobernac16n a raiz de los d1sturbios- y el propio Bustamante, desconocieron el acuerdo y ordenaron el castiqo de todos los participantes. Vease: DE LA CERDA, Manuel Antonio, "Sucinto relato de 10 ocurrido en Granada de Nicaragua, desde 29 de septiembre de 1811 hasta 18 de agosto de 1813", en: RAGHN, Tomo V, No.3, Managua: La Prensa, 1943, pp. 213-246. "oficio de Iturbide a Gabino Ga1nza. 19 de Octubre de 1821", en: ~Qletin del Archivo General del GQbierno, Tomo IV, No.3, Guatemala, 1939, pp. 278-281. El Articulo 1° del Acta de Independencia dellS de septiembre de 1821 dice textualmente: "Que siendo la independencia del gobierno espanol, la voluntad gral. del pueblo de Guata., y sin perjuicio de 10 q. determine sobre ella el Congreso q. debe formarse, el Sor. gefe Politico la mande publicar pa. prevenir las consecuencias q. serian temibles en el caso q. la proclamase de hecho el mismo pueblo". En: Boletin del Archiyo General del Gobierno, Tomo IV, No.2, p. 127. La Diputaci6n Provincial de Leon acord6 la anexi6n a Mexico desde el 11 de octubre de 1811; el Ayuntamiento de Granada se pronunci6 en favor el 14 de diciembre del mismo ano. Una comunicacion del Ayuntamiento de Matagalpa al Jefe Politico superior Gavino Gainza resume las motivaciones de la aristocracia criolla, argumentando que la causa de las prolongadas guerras en la America Meridional obedecian a que se habia roto "con novedad escandalosa toda la jerarquia" mientras que el Plan de Iturbide prevenia tales consecuencl.as "evitando en todo en cuanto es posible la innovaci6n total, solo toma por objeto hacer a la America Septentrional el asiento de un GabineteO Soberano, y presinde absolutamente de todas las otras alteraciones que lisonjeando a primera vista con la superioridad de justicia y raz6n, dividen la masa general" . En:. Boletin d~l Archiyo General del Gobierno, Tomo I, No.1, Guatemala, 1935, pp. 57-58.

10.

11.

12.

80 13. "Una de las proclamas que circularon en Granada a principios de Noviembre de 1821", en: ZELAYA GOODMAN, Chester, Nicaragua en la Independen~ia, Apendice Documental, Centroamerica: EDUCA, 1971, p. 272. "Informe del Gobernador Imperio Mexicano", en: Gonzalez Saravia a la Regencia del ZELAYA GOODMAN, ob. cit. p. 146. en RAGHN,

14. 15. 16.

"Carta de Paula Parodi de Sacasa a Pedro Molina", Tomo XL, Managua: La Prensa, 1971. p. 90

La Junta Patriotica que se formo a raiz del triunfo ordoiiista estaba integrada por: 1. Juan Arguello, como Jefe Politico; Juan Jose Guzman, Alcalde primero; Miembros de la Junta Gubernativa: los presbiteros Jose Antonio Velazco y Bernabe Montiel, D.F. Venancio Fernandez, T.C. Nicolas de la Rocha. Fuente: Pedro Francisco DE LA ROCHA, Estudios sobre 1a histor10 de 18 reyoluc16n de Nicaragua, ci tado en Historia de Nicaragua por Jose Dolores GAMEZ,Managua: El Pais, 1889, p. 358. Sobre las consecuencias de la Anexion 01 Imperio Mexicano, ver: "Dictamen de la Cornisi6n de la Asamblea Nacional Constituyente de 1823 acerca del punto de independencia general y absoluta f'. Boletin del Archiyo General de Gobierno , Tomo IV, No.4, Guatemala, 1939. p. 609 "carta de Pedro Molina .al ciudadano General Cleto ordonez". 22 de julio de 1823. BAGHN,Tomo XL. Managua: La Prensa, 1971. p. 94. El 22 de julio de 1824 se produjo en Leon un levantamiento popular, quedando al mando de la ciudad Ignacio Diaz, como Jefe Politico, y Roman Balladares, Jose de Jesus Osejo y Ramon Pacheco como jefes militares. Arce afirma en sus Memorias (San salvador: Dpto. Ed. Hinisterio de cultura, 4ta. e., p. 25) que su actuaci6n en Nicaragua 10 reconcili6 con el partido moderado de Guatemala; por su parte, el General Francisco Morazan acuso al mediador de haber dejado fltodos los elementos de la discordia" al tratar interesadamente de "halagar" a los dos partidos: ver ..Francisco Morazan a los habi tantes de la RepUblica" en RAGHN, Tomo X, No.3. Managua, 1950. p. 253. HARURE, lejandro. A Bosqueio h1st6rico de las revoluciones de Centroomerica. Desde 1811 basta 1834. Guatemala: Ministerio de Educaci6n PUblica, Tomo I, p. 112. GAMEZ afirma que Arce envi6 al obispo Garcia Jerez y a Ordonez a Guatemala, por considerarlos a ambos figuras conflictivas. ORTEGA ARANCIBIAdice al respecto: "los hechos no estan de

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17.

18'.

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22.

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81 acuerdo con la opini6n del ilustrado escritor, porque e1 astuto Obispo salia espontaneamente de Managua por un camino a Honduras con direcci6n a Guatemala, cuando el ilustre pac1ficador se dirigia por otro a Leon; y el viaje de Ordonez fue el resul tado de la aceptac ion de este, de un al to y honroso puesto en el ejercito nacional con residencia en la metr6poli". (ob. cit. p. 113). Lo cierto es que el mencionado Obispo fallecio en Guatemala el 31 de julio de 1825, con motivo de 10 cual apareci6 publicado un "AvisOIl en el que se le calificaba de un "hijo de Espana, que sobre todo se ocupo de promover los inteEeses de su antigua patria, no del revaiio que gobern6 infelizmente". "No juzguemos a los muertoslt, concluia "pero sera remoto, que haya encontrado en la presencia de Dios los memoriales terribles de los muertos por el plomo y el cuchillo?". En ZELAYA ob. cit. G. p. 308.
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23.

En una de sus cartas, Manuel Antonio De la Cerda informaba: "de once individuos que componen por ahor a esta Asamblea Constituyente, seis son de ordoftez y rechazan con su numero mayor todas las medidas que tomo acerca de asegurar el orden y consolidacion del Gobierno Supremo constituido". vease: "correspondencia entre el Je£e del Bstado de Nicaragua y los Secretarios del Congreso Federal", en: BAGHN, TornoX, No.2. Managua, 1950. pp. 133-131. "Bando del C. Manuel Antonio de la Cerda, Jefe Supremo de Nicaragua". Le6n, 25 de mayo de 1825. En: Gobernantes de Nicaragua. Notas y Documento§. Recopi1ado por Andres VEGA BOLAROS. Hanagua: Ed. Rodriguez, 1944, pp. ·44-46. "Constituci6n del Estado de Nicaragua, emitida en 8 de abril de 1826". Bn: Leyes de Nicaragua de 1825 a 1840. Hanagua: Talleres Nacionales de Encuadernacion, s.f. p. 13. Guatemala habia sido durante el periodo colonial "la puerta de entrada y el centro de distribuci6n de las importaciones e igualmente, el dep6sitQ y el punto de partida hacia el exterior de las exportac Lone s . Un pequefto nuc Leo de comerciantes monopolistas -no mas de 35- controlaba a t r aves de una larga cadena de intermediarios, las actividades econ6micas de las provincias. El proyecto "centralista" obedecia, en primer lugar, al interes de la poderosa oligarquia mercantil guatemalteca por conservar esta posicion predominante, y encontr6 aliodos en las provincias de los sectores del alto clero y de la nobleza criolla, desplazados por la emergencia de los liberales. Ver: AC~A ORTEGA,Victor Hugo. "capital comer c I aI y comercio exterior en America Central durante el Siglo XVIII: una contribuci6n". En Estudlos Soc1ales CentroamericanQs , No. 26. Centroamerica: Mayo-Agosto, 1980, p. 72.
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HARURE, Alejandro,

ob. cit.

Tomo II,

p.

23.

BL GOBIERNO DB JOSE SANTOS ZELAYA Y LA FASB INICLAL DBL PROCBSO DE ACUMULACION ORIGINARIA EN NICARAGUA

Amaru Barahona'

81 inicio del proce.o originario de acu.u\aci6n

Al entrar el sistema capitalista mundial en su fase monopolista-imperialista, Nicaragua tenia una poblaci6n que qiraba alrededor de los 400 mil habitantesl y que se distribuia muy irregularmente en el mas vasto territorio de Centroamerica.' Comenzaba a inteqrarse de manera mas est able al mercado lI\undial traves de una mercancia, el cafe, despues de mantener una a vinculaci6n muy irreqular y debil con productos de oriqen colonial aftil. algod6n, metales preciosos (oro y plata)~ maderas. hule, cueros. azucar y tabaco • El ganado, los quesos y el cacao conservaban una gran importancia como productos destinados al me rcado regional latinoamericano (especialmente centroamericano) y nacional ~ Los granos y las frutas se cultivaban principalmente fines de autoconsumo 0 para'venderse en mercados locales. para

En la esfera de la industria, junto con las actividades agroindustriales dedicadas a la producci6n de azucar, alcohol, 0 adil, existian unas cuantas manufacturas que suplian a los mercados locales (especialmente urbanos) de mercancias que no se Lmpo.r t ab anr adellas,mill tiples artesanias que funcionaban, sobre todo, con fines de autoabastecimiento. El cafe fue introducido en el pais desde mediados del siglo XIX; sin embargo. su difusi6n fue bastante lenta, y es solamente en la decada de los afios70 de ese siglo que adquiere significaci6n como Ilercancia de exportaci6n. A la altura de 1871, ocupa el cuarto lugar entre los productos que se exportan despue s del ani 1; el hule y el oro;' y al final de la dec ada de los 80 y comienzos de los 90 se convierte en el primer producto exportable, puesto que se mantendra, con algunas leves intermi tencias, hasta 1a dec ada de los aftos SO del presente siglo. La producci6n cafetalera jug6 el papel de polo dinamizador del trafico de mercancias, en un cuerpo social de matriz fundamentalmente pre-capita11sta que venia evolucionando morosamente, basado en la prevalencia de una producci6n semiautarquica y, precisamente por ello, sujeto a una dominaci6n

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estatal fragil, cuya coherenoia organica se veia permanentemente afectada, desde la independencia, por las fuerzas centrifugas del poder local y regional. La expansi6n cafetalera necesit6 que el Estado asum1ese las tareas de crear unas condiciones econ6micas y supraestructurales minimas, indispensables para alcanzar su viabilidad; condiciones que, a su vez, permitieron a la economfa cafetalera cumplir su misi6n de eje activador de las relaciones mercantiles en la soc1edad. Este impulso estatal significo un enfrentamiento de las med1das adoptadas, con una ser1e de remOras insti tucionales supervivientes de la soci~dad colonial; y demand6 del aismo Estado un esfuerzo por constituirse en un poder mas integrador y estable, capaz tambien de lograr algun nivel de identidad colectiva, con vias a organizar esa forma solidaria de conciencia social, que se llama Naci6n. Las medidas las inician los ultimos qobiernos conservadores del periodo que en la historia nicaragUense se Conoce como "periodo de los 30 ados" (1862-1893), especialmente a partir del ascenso al poder de Pedro Joaquin Chamorro, en 1875; pero adquieren su mas clara manifestaci6n con la lleqada del gobierno liberal de Jose Santos Zelaya (1893-1909). Es esta la fase de la historia de Nicaragua en que la producci6n del excedente econ6mico comienza a adoptar las caracteristicas de un verdadero proceso originario de acumulaci6n, previo a la acumulaci6n especif 1camente capitalista; acumulaci6n originaria que avanzara con lentitud e irregular intensidad, hasta culminar en los ados poster1ores a la segunda Guerra Hundial. podemos enumerar las .medidas en que se materializ6 desencadenamiento del proceso originario de acumulaci6n: el

a.- Privatiz8ci6n de las tierras comunales ubicadas en las zonas de expansi6n cafetalera, que trajo como consecuencia la desintegraci6n por la via del despojo violento, de las comunidades 1ndigenas y de los ejidos (situados en las zonas) cuyos terrenos pasaron a manos de particulares." Uno de los episod10s mas dramaticos como reacci6n a este proceso fue la llamada guerra de las comunidades indigenas del ado 1881.I

b. - La eliminaci6n de las llamadas tierras de manos muertas en poder de la Iglesia (estipulada por la Const1tuci6n de 1893), y la desautorizaci6n por el c6digo Civil del regimen de Jose santos zelaya de transmitir por herencia bienes a instituciones eclesiilsticas.' c. - Una serie de leyes y procedimientos coerci tivos tendentes a lograr la fijaci6n de la fuerza de trabajo en las haciendas; entre ellos cabe destacar las famosas leyes de agricultura, con su funcionario ej ecutor clas ico, el jUez de agricultura, quien de sempenaba el . papel, en las nuevas condiciones, del antiquo corregidor en la sociedad colonial.la

85 d.Estimulo a la produccion cafetalera (y a la producci6n de exportacion en general) a traves de premios a los mejores productores i pagos a los que sembraban cafetos; difusi6n de almacigos y de publicaciones sobre como mejorar el cul tivo; otorgamiento de tierras baldias gratuitamente -0 casi gratuitamentea los cultivadores del grano; esfuerzos por atraer inmigrantes europeos que se dedicaran a la producci6n cafetalera. e. - Creaci6n de una infraestructura basica que hiciera factible una economia de exportaci6n mas dinamica. Asi, en 1876, durante la administracion de pedro Joaquin Chamorro se establece la primera linea telegrafi't!a, yen 1878, con este mismo presidente, se comienzan los trabajos para la construcci6n del ferrocarril que uniria las principales ciudades del Pacifico con el puerto de corinto; 11 esta obra s610 seria terminada durante el gobierno liberal de Jose santos Zelaya. En el periodo de Zel aya, igualmente, se rehabil itaron los puertos de corinto y El Castillo y se construy6 el de El Bluff, una vez incorporada la Costa Atlantica al territorio n~cional. Se estableci6 un servicio de vapores para el transporte en ambos lagos, el de Granada y el de Managua; se ampli6, sobre todo durante el regimen de Zelaya, la red de caminos y se comenz6 a utilizar el transporte fluvial en la zona del Atlantico. Se moderniz6 la organizaci6n postal del pais, f. - Instauraci6n de un sistema credi ticio de car ac t er bancario que, en alguna medida, permitiera a los productores la obtenci6n de prestamos a un interes mas bajo y a plazos mas largos que los que suministraban los prestamistas partieulares con sus tradicionales "habilitacion'es"; acompafiado de un esfuerzo por unificar el equivalente general de las mereancias, que acabase con la diversidad de monedaa que regia dentro de los limites estatales.u En 1878 el Estado aeuna sus propias monedas. En 1887 se estableci6, controlado p~r capital ingles, el primer banco comercial del pais con el nombre de "Banco de Nicaragua", el cual inici6 sus operaciones en febrero de 1888, con facultad -ademas- de emitir billetes segun el decreto del 23 de marzo de 1887 que decia: "El Banco emitira billetes pagaderos a la vista y al portador, debiendo mantener siempre en moneda de oro y plata en las cajas de sus oficinas, sucursales 0 agencias de la Republica por 10 menos un valor igual al 40 por ciento de los billetes en circulaci6n (encaje legal)".lJ Durante la gesti6n de Jose santos Zelaya, el gobierno decidi6 la emisi6n de billetes p~r la Tesoreria del Estado con poder liberatorio y de eompra dentro de la naci6n. sin embargo, esta facultad la comparti6 con la banca privada manejada per el capital ingles (el inicial Banco de Nicaragua se incorpor6 al Bank of Central America Limited, y'este, a su vez, se uni6 al London Bank of South America Limited, que siguio funcionando durante y despues del regimen de Zelaya,lI

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g.- La paulatina absorci6n por parte del estado de funciones que tradicionalmente habia venido ejerciendo la sociedad civil, sobre todo la Iglesia: servicios de instrucci6n publica, asistenciales, registro civil de nacimientos y defunciones, realizaci6n de matrimonios. Esto se hizo efectivo especialmente durante el gobierno de Zelaya. Es evidente que la propagaci6n de 1 cut tivo del cafe, con vias a su colocaci6n en el mercado mundial, genera algun desarrollo de las fuerzas productivas, especialmente en 10 relativo a una mayor concentraci6n, cuantit.ativa, de mana de obra que los cu.l t.Lvos anteriores no requerian; a una considerable transformaci6n de la red infraestructural existentej a la integraci6n a la producci6n de areas antiguamente no cultivadas; y a una mayor acuau Lac ron de .cap t tal que, en alguna proporci6n, influy6 en 'elensanchamiento del Area de los servicios y del comerc io, y de los recursos a disposici6n del Estado. Pero tampoco hay que exagerar el efecto progresivo que tuvo en es t a esfera, puesto que -en 10 fUndamentallas tecnicas de producci6n (tanto de cultivo como de beneficio) no fueron nada revolucionarias, y se conservaron -ha~ta aftos muy recientes- en estado bastante atrasado.u De la misma manera, en el orden de las relaciones de producci6n no hubo transformaciones sustanciales inmediatas. El llamado sistema de "habilitaciones" (otorgamiento anticipado de dinero al trabajador, mediante el cual perdia su liberdad); el reclutamiento forzoso de los pequefios productores especialmente indigenas de comunidades; la prohibici6n de determinados cu I tivos de subsistencia (como el banano, por ejemplo) en las parcelas de los pequeftos productores para obligarlos a asentarse como colonos en las propiedades de los latifundistasi el colonato (asentamiento del campesino en la hacienda con la obligaci6n de pago en trabajo y/o especie); la ejidataria (otorqamiento de parcelas a campesinos en las·tierras ejidales con la obligaci6n de pago en trabajo y/o especie a los terratenientes vecinos); todas estas f ormas de explotaci6n de mano de obra de claro contenido precapitalista que prevalecian antes del auge del cafe, continuaron dominando,u e incluso, es posible que se acentuaran -por 10 menos durante el inicio de la expansi6n- debido a que la escasez de mano de obra -que habia sido un fen6meno caracteristico durante todo el curso del siglo XIX-17 se mantuvo, y el cultivo comenz6 a requerir mayor cantidad que la que habian necesitado los productos anteriores. la fuerza de trabajo como una mercancia integrada al proceso produc t Lvo ya existia desde antes del inicio de la expansion cafetalera. Sin embargo, las relaciones capitalistas dentro del conjunto del orden social, avanzaron pausadamente, enmaraiiadas en una red de formps precapitalistas que, ante la ausencia de un vigoroso desarrollo de las fuerzas productivas, manifestaron una fuerte resistencia a su desintegraci6n. Solamente a la altura de la decada del 40 del siglo XX, el crecimiento de la poblaci6n y el aumento del pr~ceso de acaparamiento y -sobre todo- ut i i raacaen

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privada de la tierra, ya no hicieron tan necesar1a la fij~ci6n coercitiva de la mano de obra; entonces las relaciones salar1ales libres de c ar ac te r capitalistas se abrieron paso en forma predominante. El incremento cafetalero formo dentro de la clase de grandes propietarios oligarquicos duefios de la tierra y dedicados t ambi en al comercio y al cr ed Lto , a una fracci6n especializada en la producci6n del grano. La gestaci6n de la fraccion de grandes terratenientes cafetaleros se llev6 a cabo por tres vias:
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a.un sector de los antiguos latifundistas dedicados a la ganaderia y/o al cacao y/o anil (muchos de ellos tambien comerciantes y prestamistas) traslad6 sus capitales al area de la producci6n cafetalera.
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b. - Un nucLeo de propietarios pequefios y medios, U y seguramente t amb en miembros de la intelectualidad i urbana y de las funciones publicas, que se enriquecieron aprovechando los alicientes que se otorgaron para desarrollar el cultivo. c. - Un conjunto de inmigrantes especialmente alemanes, llegados varios de ellos con algun capital, que rec ibieron facilidades y que, r ap t dament.e, no s6lo se convirtieron en grandes productores de cafe, sino que llegaron a controlar su comercializaci6n y, en parte, su financiamiento.
I lO

Este nuevo grupo social aparece en la estructura econ6mica de la sociedad como una fraccion en el seno de la clase de grandes propietarios oligarquicos. Las relaciones de pr oducc Lon en las que es t a inmerso no 10 diferencian sustantivamente del resto de propietarios no cafetaleros, en cuanto en elIas dominan los rasgos precapitalistas. Sin embargo, las caracteristicas del mercado hacia el que destina su produccion, 10 convierten en un sector objetivamente interesado en la dinamizaci6n de las relaciones mercantiles y, en consecuencia, interesado tambien en eliminar buena parte de la herencia colonial que se opone a ella. SU proyecto pol i tico, que comienza a gestarse en los 61timos gobiernos de nlos 30 anos" y alcanza cohesion en el de Jose santos Zelaya, constituye el primer esfuerzo hist6rico por impulsar la acumulaci6n originaria de capital, y p~r lograr la consolidaci6n del Estado Nacional. Para categorizar el grupo, desde un punto de vista de clase, nos parece preciso denominarlo como una fracci6n oligarquica, en proceso de-aburguesamiento, cuyo perf i 1 bur ques no acab6 de definirse por este corte hist6rico par a Li zan t.e que represent6 para la sociedad nicaragliense la ocupaci6n estadounidense. Sera hasta en las condiciones de la pos t e-oc upac i.on y, espec1almente al abrigo de la expansion econ6mica de la segunda post-guerra, que logra conformarse, realmente una burgues ia llicaraguense.
I I

88 2. El Bstado oligarquico en la fase del proceso de acumulaci6n inicial

La forma de expresi6n mas representativa del Estado Oligarquico, en 1a fase inicial del proceso de acumulaci6n originaria, se dio con el gobierno de Jose Santos Zelaya (18931909), que establece la llamada Revoluci6n Liberal en Nicaragua. Durante el gobierno de Zelaya, u la fracci6n de grandes productores de cafe alcanz6 su primera -y iiltima- expresi6n politica coherente; 10gr6 tener un control hegem6nico sobre el poder del. Estado, aglutinando a su alrededor a representantes de otros sectores de exportaci6n vinculados al~mercado mundial (como los tabaca1eros, p~r ejemplo),~~ a miembros de la intelectualidad urbana, especialmente de r t vada de las profesiones liberales, U ya prop1etarios medios de diversa naturaleza. La oposici6n activa al gobierno de Zelaya la 11ev6 a cabo la fracci6n de grandes terratenientes dedicados, fundamenta1mente, a la producci6n destinada al Mercado nacional y centroamericano, o mas escasamente, latinoarnericano (ganaderia y su~ derivados, cacao, granos), vinculados tambien, la mayoria de ellos, al comercio de importaci6n. En adelante, la denominaremos como fracci6n oligarquica tradicional. Habia sido especialmente afectada por la fracci6n cafetalera al ser desplazada por esta de la financiaci6n de la producci6n de exportacion transoceanica, y de la comercializaci6n de la misrna, que antiguamente ejercla con grandes gananciasi U estas actividades estaban ahora desempenadas, cas1 siempre, por el grupo de inmigrantes integrados a la producci6n cafetalera, que dlsponian de mejores conexiones en el mercado internacional, y tambien -solo en 10 relativo al financiamientopor los capitalistas ingleses que controlaban el banco .11. Heredera directa, la fracci6n opositora, del poder econ6mico y social generado dUrante la colonia, se preocupaba por mantener en toda su pureza el leqado de tradiciones estamentales de la sociedad colonial (el linaj e, la "pureza" de sangre, etc.), y veia con repulsi6n el proceso que habia permi tido el gobierno de Zelaya, de movilidad ascendente de mestizos y componentes de los grupos intermedios de la sociedad. El Partido Conservador era s u organizaci6n politica mas caracterizada, y su centro regional nas importante, la ciudad de Granada. En contraste con la etapa c Las Lca del liberalismo europeo, que corresponde a un capitalismo consolidado, que camina sobre sus pies y de ahi que proclame el laissez fsirelt i el gobierno de Zelaya -gobierno modelo del inicio de la acumulaci6n originaria en Nicaragua-, se caracteriza por una determinante intervenci6n del Estado en la vida econ6mica, cuya significaci6n es necesario aclarar.
II

Prllllerl..' ant e rvenc r ... ell t.!!1 s e n r h1... \~t 1"r,' ..... ... 'n '" -:"'1 "'0 d i.n desar'_"~11c e~"~:1.I.".i~... \~.:-l.:-.t\d.:- l:.t\ ..~L.l t?: .~n:·~~1 .. al.a'htl." '" ' 111!\\'1 a $\1 . 18, c cu s o "'. '1:1.... ..~ft> l ~ "',.., ~ .. .~~"or av anc e ~ 1 l.aFulso:> e s tats ; para , 1..:! e c cri ...... c af e t s Le r a , a n t e n t c , .:',-'''~~Xl.t.:" aUj" r e du .. :aia "L.~~'" 1.. Cf')'~ 1 ....h'l dec t r-e-s prod uc t o s c o n de a and.,. e n e 1 • t' r c 4 J ~ • un d l a 1 c .:\1' 1 t a ~ • ~ t ~ az uc a r r tat-3C'C'~ score t~JI:" ~:;ti.~l .. 4.icnl~s , .ll~1..:n.ss C~ :as p r lit e r .t\ ~ .1n v e r s 1 en e s d 1 r e eta s nc r t e =- o t· 1 • an .\!~ .. ~1 e 1 •.' ~ lIS. .c S s 8,:0 CC:l~ la e s t ru c t ur a del 14S IlxJ.~.:'rts,,"lon"s pss:\;\ e s t a ,: ......"::·.in4.i.:tli t de Jt.'lnera def.lnltl\·a. pc r aet'"anC-l.AS ~lhl s e Aj~~'\t!\n.l 1..i cl~.n'.d~ de: mc?r.:.!d~ ~.lplt.l11st~ en su nu ev s f ... o .,:"In"... s . ,\:)llst~ 1 ·'_'t.:'t'lS· i:--t.s }\ La a I t.u r a d&l 190) ill ;: f ~_ 191 ,,"1"... i' 1 b-3n"'n ..~ ,. e1 hu l~ a "1, r epr e sen t aa ~l 90,4 per c a cnt o del t o t a I e xpo r t ad ...:' '

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infraest.l""llctura este .~desto ccnjuoto d~ Medics de clrcul&Cl~n .aterialr aunqud ccns t ru rdo r e c ur r Lendo con fr&cu~n~is :11 c ap I tal f rnanc i~I o l. n.;'l~:s. paso, en su mayor parte, a s c r ad21n18tra~:k' po r .;,1 Et:.r.\...i .. Y e s t o , ' ne\:essri~ente. ensanchi:l sus fUI)C1C"nes.
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Las expert B;C' i one s manl fest a r-cn nn aUQe du r ant t~ ta 1 i0'li;). De 1901 ~ lC09 crecieron a una t~s~ cedl~ d@ ~.1 p~~ ~lent~ ~1 pa s ar de 3.360910 do.l er e s , e n 1~C'1 a 3.9t'Q.4:S do Lsv e s . en l~(\"' • • ent en i endos e sie.mpt"e una b aLanz a C'om&rclal tdadenc1~1.ctnt~ posltiva. ya que las 1.~orta~lones cre~i~ront en el mism0 Idpso. a una t a sa media anus I de 1.1 po r ("l~lltO.I' l.a ball\n:a at-- P3QOS, iQual.ente, se ~ane)6 s~n seri~s pr~blemas en cuant0 que r~1~Y3 le>gr6 c anc e Le r todos Lo s e~pl ~~t.i to s ccrrt r e a.doa per 9i.1blflnh.\S anterlores; y si blen eG c1~rt0 que dU1"ant~ el ultl 0 6~0 d ~u gesti6n en 19J9, la d~uda estern4 aument6 ~n un ~J po~ cl~nt0. ~sto se debi~ a la negociaci6n del pr~stamo 5thclbur~ d~~tinad0 a flnanciar e I f e r r-cc e r r a I hacla e I Atl~nt 1('0, y qUI:! f ue ut llj,=~j,,,, para o t ro s flnes dur ant.e 180 ccupac a on e s t edouna de n s e
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E1 ~xi to d~ 1 a pr oacc ion (tC"onOlD 1c a r ~troa1111lf)n t o p ..~ ill \'l\"~n t ~ , elsistes:na f1nanciero del s s t e do . LoS r uq r e s os pub Lr co s " i e c l~l"'-'n ... ... a una t a s a In e d 1 a del:!. 4 po r C' i e n t c d nu a 1, alp ,'S!.' ., r d ~ ~.!l • 1 1 1 I) n t? S de pe so s , en 18 93 ~ a 14 . 6 • ill on e s de pes 0 S; en 1~h'9; a $ U ,,~z. f 1" ~ gastos puhlicos c r e c t e r-on a_ una t s s a I'ledia d~ l~. 3 po r ~-1~I\tO anue r , e s de c i r , con un c rec Im t en t c c e s t similar 4! d. los lnqresos.'· :~l&ya raciQn~1126 01 ,nticuado 51st.sa f15~al. ~n 1& e s f e r a .de los lJ1pu~.stos que afe('taban el coe e r c t o e xt e r i o r , 'J'h. r epr e sent.eb an mAs del 50 POl' c t e n t o de l~s l.~ent as rubllcas S\.,bl" 18 base de un €'ltbrlOnarlO derart~m('ntQ he r ed ado d e los 9~hH~nhH; ent e r t o r e s , crganiz6 la DireC'ci0I1 General U@ !St.\dl:.tic . , a Sin embarQo. una buena parte de 1a e s t ruct ur-e .i.pOSltl\·~ e s t uv o

90

funcionando conforme a contratos de arrendamiento concedidos a la iniciativa privadai tal es el caso de rubros de ingresos como los licores, el ferrocarril, el tabaco y e1 ganado, que componian, en conjunto y en promedio, un 36 po r ciento de las rent as pUblicas. so En 10 que concierne a1 sistema bancario, el gobierno de Zelaya, a pesar de sus prop6sitos, no fue capaz de utilizar de manera directa el credito..confines de pr omoc Lon economa ca, puesto que los bancos siempre estuvieron en manos privadas. I.gualmente, la unificaci6n monetaria fue todavia fragmentaria, pues junto con la emisi6n de moneda estatel, 1a banca privada estaba aqtorizada para hacer10 paralelamente. La segunda direcci6n que tom6 la intervenci6n estatel del' regimen de Zelaya, apunta a la ejecuci6n de la coercion extraecon6mica que garantizara el despojo y la fijaci6n compulsiva de la fuerza de trabajo en los principales centr~s de producci6n; ya sedalamos que los mecanismos preva1ecientes (legalizados los mas, pero no necesariamente todos) para ejercer 1a violencia de c1ase, en las condiciones de la acumulaci6n originaria, no solo no desaparecieron sino que, con base en la informaci6n' de' que disponemos, pareciera que se acentuararon. Paralelamente, Zelaya llevo adelante el fortalecimiento y centralizaci6n del poder ·del Estado, con mires a darle la consistencia integradora de un Estado-Naci6n. Bsta empresa la impuls6 con tenacidad en unas circunstancias en que la fracci6n oligarquica tradicional se resistia, constante y violentamente, a concertar una dominaci6n de clase centrada en la hegemonia de la fracci6n oligarquica aburguesada, representada en el gobierno de Zelaya. La historiografia nicaragUense recoge p~r 10 menos unos 16 levantamientos armados en contra del gobierno de Zelaya, organizados por conservadores 0 liberales disidentes. Estas condf cLone s y el hecho de que el nuevo poder hegem6nico necesi tara afirmarse, como poder de La clase dominante, ejerciendo la violencia sobre las clases subordinadas, explican p~r que Zelaya afront6 las tareas de consolidaci6n del Estado, fundamentalmente a t raves del reforzamiento -y del uso- de las instancias de coerc10n, re1egando a un segundo plano los procedimientos consensuales. El ejerci to aparece, en tonces , como un or qano central en el movimiento modernizador del Estado, y se convierte en el verdadero eje de la dominaci6n politica. Zelaya desarrollo el primer esfuerzo significativo, en 1a historia nicaragtiense, por darle a la fuerza publica, el car act.e de un cuerpo profesiona1 y r tecnicificado. Cre6 una academia militar, dirigida con el apoyo de oficiales chi1enos y de un oficial aleman; estructur6 internamente el ejercito, de acuerdo con las tecnicas militares de organizacion mas avanzadas de su tiempo; introdujo, por primera vez en Centroamerica, una unidad especializada en ametralladorasi organize una modesta marina de guerra con vapores en los dos oc eano s y el lago de Granada; es t abLec i.o el servicio militar obligatorio. J1 Sin embargo, a pesar de todos estos avances en

91

equipo y orqanizaci6n, la eficacia del ejercito, en mucho, sigui6 dependj.endo del arraiqo caudillesco de sus oficiales en las diferentes localidades del pais; y de su capacidad para reclutar partidarios en los momentos de conflictos armados; que fue, en la realidad, la forma de aplicaci6n de la ley que establecia el servicio m1litar obligatorio. De esta manera, a pesar de que el regimen estaba provisto de un escrupuloso cuerpo constitucional (la "Liberrima", constituci6n de 1893), que 10 definia como una de las mas avanzadas repUblicas democraticas y representlltivas de su tiempo; en la pr ae t Lca , funcion6 como un gobierno aut.oc Lco y personalizado. Zelaya fue rat uno de los tantos dictadores oligarcas que entonces florecieron, a 10 larqo y a 10 ancho de America Latina; con la salvedad de que el dictador era un hombre ilustrado y dotado de dignidad patri6tica. SU mayor exi to, en la empresa de fortalecer el Estado, fue la incorporaci6n al territorio nicaragUense, en 1894, de la regi6n atlantica ocupada por' los ingleses; verdadera hazana hist6rica en donde supo combiner la audacia de un acto de fuerza, con el habil manejo de las contradicciones interimperialistas entre Inglaterra y Estados Unidos. La acotaci6n del espacio oriental del territorio del estado, 1a acompano con acciones tendentes a precisar los limites en el sur y en el norte; estableci6 un convenio de amojonamiento de la frontera con costa Rica, y un tratado de arbitraje con Honduras, para poner fin a las disputas territoriales con este pais. Si bien es a traves del enfasis coactivo que se define la fisonomia del regimen po Lf t Lco de Zelaya, no es posible, sin embargo, subestimar el empuje que dio a insti tuciones estales, con funciones de integraci6n ideo16gica de la sociedad. En este campo, las medidas para alcanzar la secularizaci6n de .la vida nicaragtiense, jugaron un papel import ante ; pero se destaca, sobre todo, ~l desenvolvimiento que obtuvo la instrucci6n publica. Un funcionario de su gobierno resume asi los alcances en la esfera educativa hasta el a1\o de 1904: ItEl aumento de 187 escuelas publicasi la creaci6n de Escuelas Superiores Graduadas, de las Inspecciones Departamenta1es, de la Policia Escolar; el sostenimiento de los Institutos de Varones de Le6n, Managua y Granada y de los colegios de Masaya Y Bluefields; del Instituto Central de senoritas; de las Escuelas de Artesanos de Chinandega, Leon, Managua y Masayai de la Facultades de Derecho de Leoni Managua y Granada; de la Facultad de Medicina de Leon; las suhvenciones a diversas escuelas y colegios privados, y el sostenimiento de muchos jovenes que se educan p~r cuenta del Estado, en Norte America, Europa y Chile".ll Tambien cabe hacer rnencion de la creaci6n del Archivo Nacional (destruido, en gran parte, p~r el terremoto de .1931) y la del Museo Nacional; ademas de la ampliac ion de la Biblioteca Nacional que habia sido fundada durante IIlos 30 anos".

: j,

92

La estructura formal que conf1r16 al ejecutivo del Estado la gesti6n de Zelaya, se mantuvo, con modificaciones poco relevantes hasta practicamente el inicio de la decada de los 60 del siglo El reglamento del Poder Ejecutivo del 20 de diciembre de 1900 establecio las siguientes Secretarias de Estado 0 Hinister1os; Gobernaci6ni Po11cia, Gracia y Justiciai Relaciones Exteriores' Hacienda y Credito Publico, Guerra y Marina; Fomento y Obra~ publicasi Instrucci6n PUblica.

xx:

En el ambito internacional, el gobierno de Zelaya coincidi6 con el proceso de agudiz~ci6n de la lucha entre las potencias imperialistas por el repartimiento del mundoen zonas de dominacion que, segUn los casos, adquirieron forma colonial 0 neocolonial; y, consecuencia de 10 anterior, con los fen6menos de desplazamientos de unas potencias por otras en determinadas regiones. En el area de centroamerica y el caribe ocurrio, en este periodo hist6rico, el desplazamiento de Inglaterra por parte de los Estados unidos, que se 1nstauraron como potencia hegem6nica. zelaya imbuido por la concepcion in genua de la D\Qyoria de los liberales de su tiempo sobre el papel "civilizador" de la inversion extranjera, permiti6 -como ya senalamos- varias de las primeras inversiones directas norteamer1canas en el pais, en el campo de la mine ria , de explotaci6n de bananos y maderas, y en algunas actividades del transporte.·u Sin embargo, celoso de jugar un papel de gobernante no sometido a los designios econ6micos y politicos de ninguna potencia, pronto se percat6 de que el capital norteamericano conllevaba "imposiciones adornadas con palabras de ci vilizaci6n y de progreso" ,J't' Ycomenz6 a oponer fuerte resistencia a la penetraci6n econ6mica estadounidense y a sus pretensiones de control politico, especialmente palpable en las siguientes acciones:
I

a. - La cancelaci6n, compaftias norteamericanas b.La norteamericano

en 1907 I de los contratos con las que explotaban el hu l.e en el Atlantico. de los bienes del capitalista

nacionalizaci6n Emery.

c.El rechazo de determinados prestamos onerosos que. los banqueros norteamericanos, a traves de su gobierno, Ie quisieron imponer; y su preferencia por la banca inglesa que, con el credi to Ethelburg, Ie ofrecia mejores ventajas al pais. d.El 85 por ciento de las plantaciones de banano pertenecian a pequei\os propietarios nacionales, y solamente el 15 por ciento a la United Fruit company. En 1909, la United se pr opuso monopolizar toda. la producci6n y, para ello, bajo considerablemente los precios de compra a los pequedos pr oduct ores . Estos respondieron ne qando se a venderle a la compaftia y or qenaz aron un movimiento en su contra. Zelaya apoy6 en el conflicto a los pequenos productores-nacionales, Ytom6 iniciativas para organizar

93 una linea nacional de barcos, entre Bluefields y Nueva orleans, para colocar en este mercado la producci6n de bananos.~5 e. - Y, sobre todo, su negativa a firmar un tratado, en ("'ondiciones onerosas, que otorgaria a Estados Unidos los derechos exclusivos para la construcci6n de un canal interoceanico. Una vez obtenido el control sobre el canal de Panama, los Estados Unidos necesi taban para preservar su monopolio, los derechos de privilegio un Lco para la construcci6n de un canal sobre la otra ruta alternstiva posible la de Nicaragua. Zelaya, sin embargo no s6lo se neg6 a'conceder esto, sino que hacia gestiones er' Jap6n y Alemania para tratar de construir un canal que quedara ba)o tutela nicaragtiense
I

Esta actitud del presidente en 10 relativo al tratado sobre el canal, sum ada al giro nacionalista que habia adoptado, determin6 que el gobierno norteamericano decidiera derribarlo del poder Realiz6 un primer intento.apoyando, financiando y armando a la fracci6n oligarquica tradicional, sglutinada funda~entalmente, alrededor del Partido Conservador.. Esta fracci6n incluso con este soporte fue incapaz como 10 habfa side en sus intentos anteriores de derrocar a Zelaya. Al fracasar este procedimiento, los Estados Unidcs se decidieron por Is intervenci6n directa. La marina norteamericana rode6 las costas de Nicaragua y el Secretario de Estado, Knox, envi6 a Zelaya su tristemente celebre ultimatum, conocido como la Nota Knox. Zelaya renunci6 a la presidencia en diciembre de 1909, buscando con esta decision algo que result6 - inevitable: la Lnt.ervencfon militar directa del territorio nicarsgUense.
I

Con su derrocamiento se inicia la era de la ocupac i6n mil i tar de Nicaragua por los Estados Unidos. Esta alteraci6n traumatica en el curso evolutivo de la sociedad nicaragtiense, se explica p~r la r es Ls tenc f a que Zelaya estaba oponiendo a la doma nac i cn imperialista norteamericana en el pais; que, especialmente, afectaba los intereses geoestrategicos de los Estados Unidos en la region, al negarse a aceptar el gravoso tratado canalero. Pero la geoestrategia, en este case r hay que entenderla como la proyecci6n internacional de una polftica de Estado, cuyos intereses responden a La fase de acumulaci6n capi talista que, permanentemente, demanda la succi6n de excedentes producidos en el exterior. Por 10 tanto la nueva actitud de Zelaya de oponerse a1 tratado canalero (haciendo abstracci6n, incluso, de su resistencia a la penetraci6n del capital norteamericano), ponia en peligro el funcionamiento econ6mico del imperialismo estsdounidense, en el Caribe y en e1 mundo, incluyendo aquf, desde 1uego. a Nicaragua.
I

94
HOT AS

1.

Historiador. Investigaciones

Investigador Economicas

del Insti tuto Nicaragtiense y Socia1es (INIES).

de

2.

Gustavo Neiderling seiiala para los alios 90 del siglo XIX 423 mil 199 habitantes. (Gustavo Neiderling. The state of Nicaragua of the Greater Republic of central America. The Philadelphia Commero1al Museum, Philadelphia 1898, p. 61). En la actualidad Nicaragua cuenta con una extensi6n territorial de 130 mil kilometros cuadrados. Tradicionalmente, la poblaci6n se ha ubicado en la regi6n costera proxima al Pactf ico y en las tierras al tas centrales; la area de las tierras baj as pr6ximas al Mar caribe es hasta el presente ascaaeaent.e poblada. Esta ill tima zona se incorpor6 al pais hasta en 1894; antes se encontraba ocupada por Inglaterra. Vease al respecto el excelente trabajo de Alberto Lanuza, Estructuras Socioecon6micas, poder y Estado en Nicaragua (1821-1875). (obra mimeografiada). Idem. pablo Levi, "Notas geogr6ficas y economicas de la Rep~blica de Nicaragua". En Revista Conservadora del pensamiento centroamericano, Vol. XV, No. 62, noviembre de 1965, pp. 240,
241, 242, 244.

3.

4.

5. 6.

7•

Ver: Francisco Perez Estrada "Breve historia de 1a tenencia de la tierra en Nicaraguan, en Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano, No. 51, diciembre de 1964, Managua, p. 15. sin embargo, este proceso no alcanzo los niveles extremos de otros paises de Centroamerica -como El Salvador y Guatemala- debido a que el peso de las tierras comunales y ej 1dales era, en Nicaragua cOllparati vamente mucho menos significativo.
I

8.

Vease al respecto: Jaime Wheelock Roman, Raices indigenas de la 1ucha anticolonialista en Nicaragua. Siglo XXI, Mexico, 1975, pp. 105-114. Francisco Perez Estrada, OPe cit.; ver tambien: Adolfo Altamirano. Por Nicaragua, p~r el partido liberal, p~r el General Zelaya. Managua 1904, p. 36. La propiedad eclesiastica en Nicaragua fue relati vamente insignificante s ila comparamos con otro caso centroamericano, el de Guatemala.

9.

95
10.

Ver al respecto la. leyes de aoricultura: d&l 18 de f~brero de 1862; del 20 de febrero de 1863; del 22 de marzo de 1869; del 23 de febrero de 1815; del 10. de abril de 1879; y del 11 de marzo de 1881. Gustavo Neiderling,
OPe

11. 12. 13.

cit., p. 93.

ver al respecto de La variedad monetaria: Pablo Levi, op . cit. Jose santos Quant, "Notas sobre la Revoluci6n Liberal en 18 historia econ6mica de Nicaragua", en Bolet1n NicaragUense de Bibliografia y documentaci6n, No.6, Biblioteca Banco central de Nicaragua, julio-agosto de 1975, p. 26. Ver: Jose santos Quant, op , cit. Ver tambien: pedro J. Cuadra Chamorro. Lecciones de Economia Politica con Aplicaciones a Nicaragua, 1942. sobre las uhabilitacionesl1 anteriores al inicio del sistema bancario ver: Alberto Lanuza, OPe cit., p. 17. Ver al respecto, Blas A. Real Espinales y Marco A. Valle Martinez, Consideraciones sobre La producci6n del cafe y sus incidencias en la estructura agraria de Nicaragua, (1900-1945), San Jose, costa Rica, septieDibre de 1975, pp. 23 a 35. (Trabajo mimeografiado). Ver tambien: Jaime Wheelock Roman, Imperialismo y Dictadura, crisis de una formaci6n social. Ed. Siglo XXI, Mexico, 1975, Cap. II.
&

14.

15.

16.

La ley de agricultura vigente durante el periodo de Zelaya; las descripciones que hace Neiderling (OPe cit., p. 88) sobre la mano de obra en la epoca de ese mismo presidente; la ley de agricultura de Emiliano Chamorro; y la fuerte supervivenc1a, hasta los a~os 70 del s1glo xx, de varias de estas formas de explotaci6n (ver Nemesio Porras Mendieta, Tenencia de la tierra en Nicaragua. Managua, 1962, pp. 5, 6, 1,14,15,16,11. Tambien, Jaime Wheelock Roman, OPe cit., Cap. IV); nos hacen llegar a esa conclusi6n. Ver: Alberto Lanuza,
OPe

11. 18.

cit., p. 67.

Varias de las personas que presenta Lanuza (op. cit.) como cultivadoras de cafe en el departamento de Managua, en 1861, eran a la vez duet\as de haciendas de ganado; Neiderling (op. cit.) tambien menciona entre los principales cultivadores de cafe en los anos 90 a familias que antes aparecen en Lanuza (op. cit.), Levi (op. Cit.) yotrasfuentes, comocomerciantes y/o ganaderos y/o cacaoteros. Es posible que una parte de los primeros cuItivadores de cafe hayan side de este tipo, pues varios de los nombres que aparecen en la lista que Lanuza elabor6 (op. cit.) de los principale~ pr'oductior es en Managua para 1861, no aparecen, en

19.

96 ninquna fUente anterior, vinculados a los rubros de producci6n de la gran propiedad. 20. ver: Goetz Von Houwald, Los alemanes en Nicaragua, Ediciones Banco de America, Colecci6n Cultural, serie Hist6rica No.2 Managua, 1975; Gustavo Neiderling, OPe cit., pp. 50 Y 51; Blas A. Real Espinales y Marco A. Valle Martinez, OPe cit., pp. 36 Y 37. Hijo de uno de los pioneros regi6n de Managua. en el cultivo del grano en 1a

21. 22.
23.

La familia Abaunza, que cultivaba tabaco en el departamento de Masaya, puede ilustrar estos casos. Bntre el equipo politico presencia de este sector. Alberto Lanuza,
OPt

que

us6

zelaya

es evidente

la

24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31.

cit., pp. 77 Y 175.


OPe

Ver: BIas A. Real Espinales y Marco A. Valle Martinez, cit., pp. 36 y 37; y Neiderling, OPe cit. p. 60 •

Jose Santos Quant, Idem., pp. 28 Y 29. Idem.


I

OPe

cit. p. 28.

p. 26.

Idem., p. 25. Idem., p. 25. Ver: Richard Millet, Guardianes de la Dinastia, EDUCA, San Jose, costa Rica, 1979, pp. 34 Y 35. Ver tambien: Adolfo Altamirano, OPe cit., pp. 39 Y 40 Adolfo Altamirano,
OPe

32.
33.

cit., p. 37.

Macaulay seftalaque una compafiia norteamericana de navega'ci6n tenia el monopolio del transporte en los rios de la zona bananera, al oeste de Bluefields, y que otra "firma norteamericana poseia todas las facilidades portuarias de cor into"; tambien apunta la existencia de una fibrica de hielo en manos de capitalistas estadounidenses. (Neil Macaulay, sandino, EDUCA, Col. Seis, San Jose, costa Rica, 1970, pp. 22 Y 23). JoS' Santos zelaya "Refutaci6n a las afirmaciones del presidente Taft It en Revista casa de las Americas, No. 88, La Habana, 1975, p. 108.
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34.

35.

"Arehivo General de la Secretar!a de Relaciones Exteriores de M~xico", Libro empastado 1026~ fojas 13-14. (Tornado de: N.S. Leonov, Estud10s sabre la H~storia Moderna y contemporinea de los Pa!ses de Am~rieaCentral, Editorial MUIeLl, Hoseii, 1975, p. 1.46, Editado en ruso).

ALGUNAS NOTAS SOBRE RL MOVIMIENTO RSTUDIANTIL NICARAGUENSE EN LA PRIHERA MITAD DEL SIGLO XX Marcia Trafta Galeano' 1. Introducci6n

Los estudios, hasta ahora, realizados sobre historia del Hovimiento Estudiantil, son escasos debido fundamentalmente a la dispersion y a la poca informacion conocida. Existen varios ensayos sobre dlversos t6picos de la historia de Nicaragua que rescatan la experiencia estudiantil en ciertos .periodos. Un primer esfuerzo de sistematizaci6n de la Historia del Hovimiento Estudiantil desde 1939 a 1979, fue presentado p~r un colectivo de estudiantes de la Universidad Nacional Autonoma de Nicaragua, en la VI Jornada Universitaria de Desarrollo Cientifico (J .U.D.C.), en 1987, el cual obtuvo el primer l4gar a nivel nacional.
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Por nuestro lado, utilizando casi todas las fuentes dispon1bles, intentamos contribuir al conocimiento de la historia estudiantil nicaragtiense. Para ella nos hemos centrado en la primera mitad del siglo xx, tomando como antecedentes las primeras manifestac~ones que se conocen a partir de la Independencia. Estas notas, en modo alguno intentan ser un trabajo acabado sobre el tema, sino que buscamos sirva de punto de partida para la reflexi6n, discusi6n e investigaci6n al respectc. 2. Algunos Antecedentes hasta ahora Investiqados sobre el Hovimiento Rstudiantl1 en el Periodo Post-Independentista
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En Nicaragua, los primeroS g~rmenes de inquietud politica estudiantil surgen a inicios del siglo XVIII influenciados po r la corriente ideo16gica de la Ilustraci6n, la cual penetro en Centroamerica a t raves de destacadas figuras identif1cadas con la corriente liberal. En el caso de la Universidad nicaragiiense, estas corrientes fueron divulgadas principalmente p~r el Padre Tomas Ruiz:l, influyendo en los estudiantes de aquella epoca, qu1enes poco a poco fUeron asimilando las nuevas ideas. Ello explica -en parte- que cuando los sectores dominantes centroamericanos proclamaron la independencia y en enero de 1822 su anexi6n al Imperio de Agustin de Iturbide en Mexico, los estudiantes se manifestaron en contra de esa politica, que significaba la preservaci6n del dominio colonial. Asi, el 31 de mayo de 1822, las autoridades anexionistas de Leon, descubrieron la planificaci6n de un movimiento armado para

98 destituirlos, y el 2 de junio del mismo·afto son encarcelados Don JoSe de Jesus Osejo, el presbitero Tomas Muftozy SebastiAn Escobar, estudiante universitario de esa ciudad.' Aunque la conspiraci6n fue detectada, las autoridades no lograron abortar el plan y el 4 de junio de 1822, estudiantes e indigenas de subtiava, se tomaron el Cuartel de la Compaftia de Artilleria de Leon. Horas despues las tropas anexionistas lograron desaloj arlos, capturando al alcalde de Subtiava Juan Hernandez, al Cabo 1ro. de artilleria Leandro Fuentes y al estudiante Jose Lopez. El resto de los insurrec~os abandonaron la ciudad. Esta primera manifestaci6n estudiantil que buscaba la instauraci6n de un sistema de Gobierno Republicano y neaocr at tco , acorde con las ideas m&s progresistas de la 'poca, no tuvo una participaci6n masiva, sin embargo, vino creciendo en el seno de la Universidad esta generaci6n de estudiantes que asumiendo una posici6n politica avanzada, proyectaron sus ideales liberales a traves de la accion practica.
2.1. Forta1eciaiento

de las Concepciones Liberales e Intentos de Formar 1a Uni6n Bstudiantil Centroa.ericana

En 1823, se rompi6 la anexi6n a Mexico y se pas6 a formar la Federaci6n Centroamericana. Hasta 1858 no se conocen acciones estudiantiles de gran significaci6n, sin embargo se mantuvo la inf1uencia liberal en la Un!versidad con la afluencia de libros opuestos al dogma conservador y de catedraticos como Maximo Jerez que constantemente transmitieron estas ideas. De esta forma el pensamiento liberal fue permeando la mentalidad de una gran parte de estudiantes, que junto a ungrupo de int.electuales lucharon por impulsar el desrrollo cu Itural del pais, y siendo coherentes con sus ideales, en 1869 apoyaron el levantamiento de Maximo Jerez contra el gobierno conservador de Fernando Guzman, 10 que provoc6 la suspensi6n de la Universidad. Las aspir8ciones ideo16gicas estudiantiles se concretaron en 1893 con La toma del poder politico de la naciente burguesia liberal a traves de Jose santos Zelaya, quien a la par de elim1nar las secuelas de la enseftanza colonial, dio una mayor apertura a la educaci6n con el decreto de la ensenanza gratuita-obligatoria, creaci6n de nuevas escuelas y en 1895 la Facultad de Derecho y Medicina en Managua. Los estudiantes respaldados por el Gobierno liberal, proyectaron sus ideas mas alIa del espacio universitario nacional en funci6n de lograr la unidad estudiantil centroamericana. De esa manera, en 1903 los representantes estudiant11es de las repUblicas liberales de Centro America, se congregaron durante un Congreso de Estudiantes en Managua. A Nicaragua la representaron los

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