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Dios pide el nivel más alto.

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Dios pide el más alto nivel.

“¿O ignoráis ... que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio.
Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” 1° Corintios 6:19 y 20
.
I ¿QUÉ SIGNIFICA CONSAGRACIÓN?
Consagración es apartar algo para un uso específico. Una mujer dueña de casa decide
apartar un recipiente especial para las comidas, por lo tanto, este ha sido consagrado
para un uso y si ella usara ese recipiente para botar la basura, estaría pasando por alto
su consagración y profanando la comida, quitándole valor.

Consagración a Dios implica:


 Fuimos hechos con un propósito
 Somos apartados para Dios
 Nos creó para Amarle y Servirle
 Nuestro uso es la Obediencia a Dios

Por lo tanto consagración es ser apartado para obedecer a Dios y rechazar las cosas
que le desagradan, para vivir una vida de rectitud conforme a su voluntad. Cuando
recibimos a Cristo como salvador, tomamos la decisión de servirle y ser apartados del
mundo para sólo pertenecer a Dios y cumplir su propósito.

II. LA REDENCIÓN EN EL PUNTO DE INICIO DE LA CONSAGRACIÓN.


La muerte de Cristo en la cruz nos abrió el camino al Padre, estábamos destituidos de
la gloria de Dios y ahora hemos sido reconciliados. Su redención es el punto de inicio
de nuestra consagración, puesto que Dios la exige porque nos rescató, somos suyos
nos compró a precio de sangre y no cualquier sangre. La Consagración es exigencia de
Dios y a su vez, nuestro acto demostrativo de amor y dedicación a Cristo.

Para comprender mejor la exigencia de Dios de vivir apartados para Él, debemos
comprender primero lo que significó la REDENCIÓN.

La más grande ilustración Bíblica sobre la redención, es la historia de Oseas. Oseas fue
un profeta cuyos escritos se basan en la historia de su matrimonio. Desde el punto de
vista humano, su matrimonio fue desgraciado, porque su esposa le fue infiel. Pero
desde el punto de vista de Dios fue un matrimonio especial. Dios le dijo a Oseas que
eso iba a pasar en su matrimonio pero que sin embargo tenía que seguir a delante
porque Dios quería proveer una ilustración de su amor. Dios amaba al pueblo que había
tomado para sí mismo aunque este pueblo le fuera infiel y cometiera adulterio espiritual
con el mundo y sus valores. El matrimonio debía ser como un espectáculo de un teatro.
Oseas estaba desempeñando el papel de Dios, su esposa estaba haciendo el papel de
Israel que era infiel. Ella sería infiel, pero cuanto más infiel fuera, mas la amaría Oseas.
Esta es la manera como Dios nos ama aun cuando hemos huido de él y lo
deshonramos.

Oseas describe su comisión diciendo: “El principio de la palabra de Jehová por medio
de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Vé, tómate una mujer fornicaría, e hijos de fornicación.
Porque la tierra fornica apartándose de Jehová. Fue pues y tomo a Gomer hija de
Dibaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo” (Oseas 1:2 y 3).

Gomer es hecha esclava, posiblemente por causa de las deudas. Oseas debe liberarla,
como una demostración de la manera en que el Dios fiel ama y salva a su pueblo.

Los esclavos eran vendidos desnudos en la antigüedad y esto debe haber sido también
cierto en el caso de Gomer cuando estuvo parada en la subasta en la ciudad capital.
Aparentemente había sido una mujer hermosa. Todavía era hermosa a pesar de su
estado caído. Las ofertas eran altas, los hombres de la ciudad ofrecían comprar el
cuerpo de la esclava:
“Doce piezas de plata” Dijo uno.
“Trece” dijo Oseas.
“Catorce”.
“Quince” dijo Oseas.
Los postores que ofrecían menos se habían retirado, pero alguien agregó: “Quince
piezas de plata y un homer de cebada”
“Quince piezas de plata y un homer y medio de cebada”, dijo Oseas.
El rematador debe haber recorrido con su mirada el publico y no recibiendo otra oferta
dijo:”Vendida a Oseas por quince piezas de plata y un homer y medio de cebada.

Ahora Oseas era dueño de su esposa. Podría haberla matado si hubiera querido. La
podría haber humillado delante de todos de la manera que él hubiera elegido. Pero en
lugar de hacer eso, la vistió, y la condujo dentro de la multitud anónima, y le demandó
su amor prometiéndole al mismo tiempo que él la amaría.

Así es como lo narra:”Me dijo otra vez Jehová: Vé , ama a una mujer amada de su
compañero aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los
cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas. La compré entonces para mí por
quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. Le dije: Tú serás mía durante
muchos días, no fornicarás, ni tomarás otro varón, lo mismo haré yo contigo” (Oseas
3:1al 3). Oseas estaba en todo su derecho de demandarle lo que antes ella no le había
dado, pero junto con las demanda él promete amarla.

Esto es lo que significa la redención compara la libertad de la esclavitud. Si entendemos


la historia de Oseas. Entendemos que nosotros somos los esclavos en la subasta
publica del pecado. fuimos creados para tener comunión íntima con Dios y para la
libertad, pero nuestra infidelidad nos ha deshonrado. Primero, hemos codiciado y luego
hemos cometido adulterio con el mundo pecador y sus valores. El mundo también ha
ofertado por nuestra alma, ofreciendo sexo, dinero, fama, poder y tantas otras cosas en
las que trafica. Pero Jesús nuestro esposo fiel y amante, participó de la subasta y nos
compró. Ofreció su propia sangre. No hay oferta mayor que esa. Y fuimos hechos
suyos. Nos volvió a vestir, no con harapos sucios de nuestra vieja injusticia, sino con
vestidos nuevos de justicia. Nos dijo: “Me perteneceréis... no tomareis otro..., lo mismo
haré yo”

La redención tiene dos consecuencias:

1. Somos libres: libres de la culpa y la tiranía de la ley y el poder del pecado. No


significa que podemos hacer cuanto nos plazca, pecar con impunidad o
nuevamente quedar sujetos a rebeldía y la infidelidad. Hemos sido liberados para
servir a Dios. Hemos sido hechos libres para desear el bien. Hemos sido
liberados para que podamos obedecer y amar a Jesús. Como escribe Pablo: “¿O
ignoráis ... que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio.
Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” (1° Co. 6:19 y 20). La redención es
algo glorioso. Cuando pensamos en ella, nuestros corazones se deberían derretir
y brotar alabanzas hacia aquel que se dio a sí mismo para que pudiésemos se
libres.

2. Nos está llamando al nivel más alto de entrega: Nos rescató e hizo juramento
de sernos fieles, pero exige lo mismo, el más alto nivel de entrega que sólo
seamos suyos. Ya no quiere compartirnos. Jesús se entregó a si mismo por
nosotros, así deberíamos entregarnos nosotros a él. Debemos tener la voluntad
de servirle y estar prontos y dispuestos. Él murió por nosotros por su gran amor.
Ese amor tan asombroso, “requiere mi alma, mi vida, mi todo”

Gomer fue redimida por quince siclos de plata y homer y medio de cebada, ese fue el
precio que Oseas pagó. Cristo nos redimió con su vida, se entregó a sí mismo por
rescate, ese fue el alto precio que pagó. Estábamos sucios, nuestro alejamiento de Dios
nos llevó a la esclavitud del pecado, Cristo pagó nuestra deuda ante la Santidad de
Dios, ante las exigencias por nuestra culpa. Dios tomó la iniciativa de pagar nuestra
deuda, mostró su amor por el puro afecto de su corazón: “Yo sanaré su rebelión, los
amaré de pura gracia, porque mi ira se aparto de ellos” (Oseas 14: 4) Aunque
hubiésemos trabajado por la eternidad, nunca habríamos alcanzado a pagar la
demanda por nuestro pecado, era impagable. Hoy la deuda está pagada, el amor de
Dios la canceló.

Por lo tanto, Dios quiere lo mejor de nosotros, quiere nuestra completa obediencia, no
se conforma con menos. ¿cómo estás actuando? ¿Eres un vaso consagrado a Dios?
¿Estás respondiendo al amor con que Cristo canceló tu deuda?

III. RESISTIENDO LA PRESIÓN


¿Cómo actúas cuando tus amigos te presionan, para hacer algo indebido?
 Resisto la tentación
 Me cuesta resistir la presión
 A veces caigo
 Caigo fácilmente

Muchas veces nos enfrentamos a argumentaciones que nos incitan a desobedecer


 Es sólo una probadita, no te va hacer daño.
 Es divertido, anímate!!
 Tranquilo, total nadie te está mirando

El mundo ha decidido vivir sin Dios y se han apartado de sus exigencias, ven el pecado,
como diversión, como placer, se sienten con poder. Pero no podemos sacar a Dios de
nuestra vida, porque el nos creó, le debemos la vida. El mundo cree que con la muerte
se termina todo, ven lo inmediato del placer, no piensan en la eternidad, por eso actúan
en desobediencia a Dios.

En otro tiempo vivíamos así, hoy somos hijos de Dios, rescatados por la sangre de
Cristo, sabemos que la muerte no es el final del camino y que Dios va exigir cuentas de
nuestra vida, por lo tanto somos llamados para llevar la vida como a Dios le agrada,
somos suyos, por lo tanto debemos revisar nuestras prioridades y convicciones para
que en los momentos difíciles podamos soportar las pruebas. Diariamente somos
tentados para cometer actos que sin lugar a dudas van en contra de la voluntad de
Dios.

IV. ESCAPANDO DE LA TENTACIÓN


Actualmente, estamos viviendo en una sociedad donde el sexo es omnipresente, es
decir lo encontramos en todas partes. En todos los ámbitos de la vida cotidiana, en los
medios de comunicación y en el lenguaje de todas las personas. La publicidad, el cine y
la televisión abusan con la sexualidad para alcanzar sus fines.

Hasta hace unos años las músicas románticas exaltaban el amor, hoy en día sin
embargo encontramos músicas que alaban al Sexo como la cosa más placentera para
todas las personas. Decir que eres virgen, que te estás reservando para el matrimonio,
solo sirve para que se burlen.

¿Estás viviendo una vida consagrada a Dios? ¿Estás resistiendo y huyendo del
pecado? O simplemente dices como excusas: “A la verdad el Espíritu está dispuesto,
pero la carne es débil”. Dios te llama para vivir una vida consagrada, te miró sobre la
tarima de la subasta, te vio desnudo, sin esperanza, esclavo del pecado, tu destino era
la muerte, la condenación eterna, pero Él alzó su mano y dio la más grande oferta por ti,
precio que nadie puede ni podrá igualar, ofreció su sangre, a pesar de todo te amó.

Dios lo quiere todo, nada a medias, su llamado es a apartarnos del mundo y


consagrarnos para Él, no desea compartirte con nadie, el precio por tu rescate fue
demasiado alto, te quiere solo para Él. Santificaos, pues, y sed santos, porque yo
Jehová soy vuestro Dios. Levíticos 20:7

A Solas con Dios.


Señor, ayúdame a ser sólo para ti, a entenderlo en lo más profundo del corazón y dejar
de mirar al mundo y mirarte sólo a ti. Deseo ser santo, apartado de todo pecado y vivir
consagrado para ti. Amén.

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