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Primeros auxilios psicologicos

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Universidad de Costa Rica

Facultad de Educación

Escuela de Orientación y Educación Especial

Sección de Orientación

Memoria del Seminario de Graduación para optar por el grado de Licenciatura en Ciencias de la

Educación con énfasis en Orientación

Los Primeros Auxilios Psicológicos aplicados por profesionales en Orientación a personas

adolescentes en una crisis emocional

Directora: M.Sc. Grettel Valenciano Canet

Natalia María Ávila Araya

Juan Josué Chaves Abarca

Malory Gutiérrez Porras

Elisa Meza Villalobos

Armando Rojas Morales

Ciudad Universitaria Rodrigo Facio

San José, Costa Rica - 2021

I
TRIBUNAL EXAMINADOR

______________________________________________
M.Sc Grettel Valenciano Canet
Directora

______________________________________________
Licda.Viria Ureña Salazar
Lectora

______________________________________________
M.Sc Maritza Veitch Forbes
Lectora

______________________________________________
Dra. Katia Alvarado Calderón
Representante de la Directora de la Escuela de Orientación y Educación Especial

______________________________________________
Dra. Viviana Carazo Vargas
Representante de la Escuela de Orientación y Educación Especial

II
AGRADECIMIENTO

A lo largo de esta trayectoria, nos consideramos incapaces de mencionar a tantas personas,


e instituciones que con pequeños y grandes detalles colaboraron de distintas formas para
poder culminar este proceso. Sin embargo, queremos extender nuestro mayor agradecimiento a
algunas figuras que fueron claves e imprescindibles para nuestro desarrollo profesional.

Como grupo investigador, en primera instancia agradecemos a la Universidad de Costa


Rica, que nos brindó la oportunidad de cumplir uno de nuestros sueños, que con mucho esfuerzo
y dedicación hoy logramos alcanzar. A la Escuela de Orientación y Educación Especial por
brindarnos un espacio de profundo aprendizaje y la confianza de prepararnos con todos los recursos
con que cuenta para formarnos como profesionales excepcionales en Orientación.

Agradecemos a nuestra directora de seminario de graduación, la profesora M.Sc Grettel


Valenciano Canet, quien con mucha paciencia y apoyo supo guiarnos por este camino extenso
hacia la culminación de una gran meta en nuestras vidas, ella que con su habilidad de escucha nos
brindó mucha confianza, fortaleza y motivación para no dar ni un paso atrás, para tener la seguridad
y la esperanza de que con esta investigación realizamos un gran aporte a nuestra disciplina. Junto
a ella, también agradecemos a las profesoras lectoras de este seminario la Licda. Viria Ureña
Salazar y la M.Sc Maritza Veitch Forbes, debido a que con la dedicación de su tiempo en múltiples
correcciones y recomendaciones, pudimos ampliar nuestro conocimiento y plasmarlo en esta
investigación para provecho nuestro y de la disciplina.

Por último, queremos agradecer a los centros educativos y personas que conforman los
departamentos de Orientación que nos abrieron las puertas para realizar este trabajo, por toda la
confianza y la ayuda que nos brindaron participando y aportando sus grandes conocimientos para
esta investigación.

Por cada una de sus contribuciones y aportes para ayudarnos a ser mejores personas y
profesionales, gracias.

III
DEDICATORIAS

Quisiera dedicar este trabajo a las personas de mi familia y amistades que me han apoyado
durante la carrera, además de las profesoras que han sido un soporte importante, fuente de reflexión
y aprendizaje. Les agradezco por ayudarme a mejorar mi potencial y descubrir de lo que soy capaz.
Ha sido un largo camino para mí, y no lo hubiera podido lograr sin su acompañamiento, guía y
apoyo. Por último, deseo dedicarlo a mi abuelita Marielos, que, aunque ya no está con nosotros,
siempre fue una motivación para mí.

Natalia María Ávila Araya

El llegar a este punto de mi vida y de mi carrera pareció siempre lejano. Al llegar a aquí
solo tengo gratitud por las personas que directa o indirectamente han dejado una huella en mi
camino, impulsándome en este trayecto de autoconocimiento, crecimiento, retos y sueños. A
ustedes les dedico este trabajo, el cual espero sea el primero de muchos. Entre estas personas
quisiera destacar a mi mamá, quien con tanto esfuerzo me ha sostenido en este camino y me dio el
privilegio de formarme en aquello que encendiera una llama en mí, además de darme las
condiciones para aprender continuamente, desde que tengo memoria, impulsado por mi curiosidad.
A Jk, por mostrarme que era posible y necesario otro camino, siempre tomando mi mano al saltar
a lo desconocido en un intento de volver a mi esencia. A mi hermano, a quien espero ver desplegar
sus alas como hoy me toca a mí. Y a mi grupo de amigas y amigos, quienes me dieron un segundo
aire cuando creía que empezaba a marchitar.
Return to self.

Juan Josué Chaves Abarca

IV
A Dios y a su hermosísima Madre, la Virgen María, por estar siempre presentes,
acompañándome e iluminándome, sosteniéndome y guiándome en cada paso.

Quisiera dedicar y agradecer con todo mi corazón a mi familia, en especial a mi abuela, mi


madre y mis hermanas, por ser personas que con mucha paciencia y apoyo han estado para mí a lo
largo de mi carrera, a todas gracias por estar presentes en esta una de las etapas más importantes
de mi vida, buscando lo mejor para mí; también a mis mascotas, perritos que sin dudar me
acompañaron en muchos momentos de crisis y desvelo. Quisiera aprovechar para agradecer a
quien ha estado junto a mí acompañándome incondicionalmente a lo largo de la carrera, a las
personas más cercanas y a mis amistades, aquellos que son mi ejemplo, gracias por brindarme su
amor, oración, apoyo y compañía, por escucharme y aconsejarme, por motivarme cada vez que lo
necesité, y sobre todo por revelarme su secreto, siempre hacerlo todo con y por amor.

Mucho de este nuevo logro es gracias a todos ustedes, que estuvieron para mí en cada
momento, que, con sus palabras, regaños y abrazos, hicieron de mí una persona más fuerte, sabia,
resiliente, humilde y agradecida.

También quiero agradecer de forma muy personal a la Universidad de Costa Rica porque
sin sus múltiples beneficios probablemente yo no hubiera podido estudiar; agradezco a las
profesoras y profesores que en distintos momentos fueron una voz fraterna llena de conocimiento,
forjando en mí una profesional no sólo en el título sino en el corazón, me hicieron saber que
siempre debo ver frente a mí a una persona, más allá de la puntita de un iceberg, que mi labor es
siempre brindar herramientas para el desarrollo, dar el ejemplo de mi disciplina, y abrir puertas. A
las personas que trabajaron junto a mí en este TFG, por dar mucho de sí.

Gracias a cada uno de ustedes hoy puedo sentirme satisfecha, he logrado concluir este
proyecto que en un inicio parecía interminable. Sin embargo, esto también se convierte en una
responsabilidad enorme, por lo que en este momento y a partir de hoy, con mucha esperanza deseo
hacer lo que San francisco de Asís decía, “comienza haciendo lo necesario, después lo que es
posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.

Malory Gutiérrez Porras

V
En primera instancia quiero darle gracias a Dios, porque él ha sido una parte fundamental
en este proceso, gracias por permitirme llegar a una carrera que me encanta, donde puedo ser un
instrumento tuyo para ayudar a muchas personas y gracias por permitirme alcanzar tantas metas y
sueños. Seguidamente, quiero darles las gracias a mis papás Tobías y Patricia, porque sin ellos
nada de esto sería posible; gracias por creer en mí, por impulsarme a cumplir mis sueños y
enseñarme a luchar por ser mejor cada día, los amo.

También gracias a mis hermanos Andrés y Tobías, por ser todo un ejemplo a seguir, por
amarme, por confiar en mí y por apoyarme desde chiquitita para llegar a donde estoy, estoy
sumamente orgullosa de los dos.

Gracias a mis compañeros de grupo, sin ustedes no hubiera sido lo mismo, fueron un gran
apoyo y aprendí mucho de ustedes, a pesar de los momentos difíciles salimos adelante y eso es lo
más importante. Les deseo todo el éxito del mundo en sus proyectos personales y profesionales, a
pesar de una pandemia, ¡lo logramos!

Y a mis profesoras de tesis, les agradezco por tanta paciencia, dedicación y apoyo en este
proceso, gracias por querer formar profesionales de calidad y transmitirnos sus conocimientos.

Finalmente, quiero agradecer al profe Osvaldo, porque, aunque no pudo estar directamente
en este proceso, estuvo incondicionalmente brindándome todo su apoyo y motivándome a
continuar, gracias por creer en mí, “esto también pasará”.

Gracias a cada uno de ustedes, por ser parte fundamental de mi proceso y ayudarme a crecer
en cada ámbito de mi vida, gracias por motivarme a ser mejor todos los días y a querer contribuir
en el mundo, ayudando y guiando a los demás.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo” -Gandhi

Elisa Meza Villalobos

VI
Inicialmente, quiero dedicarle este logro a mi mamá, Elieth, y a mi papá, Armando. No
solo por el acompañamiento y la ayuda en los últimos dos años que ha conllevado el presente
Trabajo Final de Graduación, sino por más de veinticinco años al momento de finalizarlo que han
estado presentes y han confiado en mis capacidades y esfuerzo.

Sé muy bien, que han derramado más lágrimas que sonrisas por mí, pero sé aún mejor que estos
logros son más importantes para ustedes que ello. Por lo tanto, este se los dedico plenamente, que
es de lo menos que puedo hacer para recompensarlos por tanto que han hecho y dado por mí.
Cuando aprenda a amar así, se los voy a hacer saber. A ambos, los amo incondicionalmente.

Agradezco y dedico este logro a algunas amistades, amantes y familiares que han estado
para mí en los últimos años de mi vida, independientemente de si forman parte activa de ella en la
actualidad o no. A quienes "están", les agradezco por ello y espero contar con ustedes por mucho
tiempo más, retribuyendo todo lo bueno, y aprendiendo y superando lo malo. A quienes "no están",
les deseo lo mejor en sus vidas, como que puedan comprenderme; yo aún continúo intentándolo.
Para todas las personas que puedan sentirse aludidas por estas palabras, sepan que pude, que puedo
y que voy a poder. Es justo y necesario.

A “Naty”, “Juan Ji”, “Malo” y “Eli” les agradezco encarecidamente su esfuerzo,


compromiso y dedicación para con la investigación, así como su comprensión y flexibilidad hacia
el problema de salud que me acompañó durante algunos meses del trayecto. Sin ello, no podría
concebirse y palparse de esta forma el trabajo realizado.

A Grettel Valenciano Canet, Silvia Alvarado Cordero e Irma Arguedas Negrini, les dedico
este logro también, porque más que profesoras de la carrera de Bachillerato y Licenciatura en
Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación , son grandes profesionales de la disciplina
a las cuales admiro y les agradezco creer en mí; a través de los últimos años de mi formación
profesional pude percibir la confianza y el apoyo que tienen hacia mí como persona y orientador,
y eso lo atesoro profundamente.

VII
A la música no le dedico este logro, pero le agradezco su constante compañía y soporte,
porque en ella me he refugiado en incontables ocasiones, y de una u otra forma me mantiene vivo
con la identificación y proyección que me permite, como las inefables sensaciones y pasiones que
me logra transmitir. Le debo demasiado a la música, y espero que cuán pronto me sea posible,
pueda pagarle un poco siquiera.

Por último, pero no menos importante, me agradezco y dedico este logro a mí. A través de
los últimos dos años que este proceso de investigación requirió, sobreviví a este, pero también a la
ansiedad y depresión que por momentos me consumen y me hacen dudar de lo capaz e increíble
que soy; sobreviví a una pandemia que ha cambiado inmensurablemente la realidad en que
vivimos; sobreviví a aflicciones que siquiera yo conozco; y sobreviví a un cáncer que me demostró
cuán vivo quiero estar y disfrutar de estarlo. Sobreviví, para vivir sobre mis motivos y la
motivación de ellos, lo más fuerte, valiente y esperanzado que pueda seguir siendo.

Turn that pain into art.

Armando Rojas Morales

VIII
RESUMEN

Ávila, N; Chaves, J; Gutiérrez, M; Meza, E y Rojas, A. (2021). Los Primeros Auxilios


Psicológicos aplicados por profesionales en Orientación a personas adolescentes en una crisis
emocional. Memoria de Seminario de Graduación para optar por el grado de Licenciatura
en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación. Universidad de Costa Rica, San
José.

Directora: M.Sc. Grettel Valenciano Canet.

Palabras clave: crisis, intervención en crisis, Primeros Auxilios Psicológicos (PAP),


perfil profesional, aporte de Orientación, autocuidado.

Resumen

El presente trabajo de investigación tuvo como principal interés el analizar el


procedimiento que realizan profesionales de la Orientación para ofrecer los Primeros Auxilios
Psicológicos a personas adolescentes en situaciones de crisis emocionales dentro de las
instituciones educativas públicas de Costa Rica.

Para esto, se procuró identificar el procedimiento que realiza la persona profesional en


Orientación con adolescentes para atender situaciones de crisis emocionales, y destacar su aporte
en la intervención de los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP). Además, reconocer las estrategias
y técnicas que emplean las personas profesionales en Orientación para el autocuidado ante la
intervención de crisis emocionales. Para esto, se realizaron entrevistas individuales a profundidad
y grupos focales con profesionales de la Orientación de 5 instituciones educativas públicas
pertenecientes a la G.A.M., con el fin responder a dichas interrogantes de investigación.

De este ejercicio se concluye que la formación inicial adquirida en la Carrera de


Orientación y los protocolos de intervención del MEP han sido un gran aporte para las personas
profesionales a la hora de brindar los PAP, aunque no todos los departamentos de Orientación de
las instituciones consultadas siguen un mismo protocolo de intervención e incluso varía entre cada
profesional.

IX
A pesar de esto, sí se identifican las fases básicas recomendadas dentro del modelo de
Slaikeu para la intervención de estas situaciones, pero no se incluyen de manera formal, rutinas,
prácticas y recursos que velen por el bienestar y el autocuidado de las personas profesionales de
la Orientación, por lo cual se deja como una práctica meramente voluntaria e individual.

Además, se hace patente la necesidad de brindar una capacitación que vaya más allá de los
aspectos teóricos y técnicos para brindar los PAP, ya que se advierte la necesidad de hacer un
trabajo personal e interno que lleve a la persona profesional a reconocer sus limitaciones, sus
sesgos culturales para lograr una sintonía empática, el manejo de la contratransferencia y para
asumir el compromiso ético de la atención de la población que se encuentra experimentando o
viviendo una crisis emocional.

X
TABLA DE CONTENIDOS
TRIBUNAL EXAMINADOR ....................................................................................................................................II
AGRADECIMIENTO .............................................................................................................................................. III
DEDICATORIAS ..................................................................................................................................................... IV
RESUMEN ................................................................................................................................................................ IX
TABLA DE CONTENIDOS ..................................................................................................................................... 11
CAPÍTULO I ............................................................................................................................................................. 14
1.1. INTRODUCCIÓN.......................................................................................................................................... 14
1.2. ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN ............................................................................................................ 15
1.3. JUSTIFICACIÓN .......................................................................................................................................... 16
1.4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ............................................................................ 22
1.5. OBJETIVOS................................................................................................................................................. 22
1.6. ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN ......................................................................................................... 23
CAPÍTULO II ........................................................................................................................................................... 54
2. MARCO TEÓRICO / REFERENTES CONCEPTUALES .......................................................................... 54
2.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA INTERVENCIÓN EN CRISIS EN APLICACIÓN DE LOS PAP. ..................... 54
2.1.1. Antecedentes históricos de la intervención en situaciones de crisis y PAP en el mundo. ..................... 55
2.1.2. Antecedentes históricos de la intervención en situaciones de crisis en Costa Rica. .............................. 58
2.2. TEORÍA DE LA CRISIS. ...................................................................................................................................... 59
2.2.1. Concepto de crisis..................................................................................................................................... 60
2.2.2. Tipos de crisis. .......................................................................................................................................... 62
2.2.3. Factores que inciden en la aparición y resolución de una crisis. ........................................................... 63
2.2.4. Fases de una crisis ................................................................................................................................... 78
2.3. QUÉ SON LOS PAP: MODELOS, ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS PARA APLICARLOS. ............................................ 80
2.3.1. Modelo de Slaikeu y los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP). ........................................................... 80
2.3.2. Otras estrategias de intervención y técnicas para aplicar los PAP......................................................... 98
2.3.3. Otros modelos de PAP............................................................................................................................ 105
2.3.4. Protocolos del Ministerio de Educación Pública para la intervención en crisis. ................................ 114
2.4. PERFIL PROFESIONAL DE LA PERSONA ORIENTADORA PARA LA INTERVENCIÓN EN CRISIS EMOCIONALES
MEDIANTE LOS PAP. ............................................................................................................................................. 116
2.4.1. Competencias de la persona profesional en Orientación para la intervención de crisis emocionales
mediante los PAP. ............................................................................................................................................ 120
2.4.2. Fortalezas y virtudes de la persona profesional en Orientación para la intervención en crisis
emocionales mediante los PAP. ....................................................................................................................... 126
2.5. PAPEL Y APORTE DESDE LA DISCIPLINA DE LA ORIENTACIÓN EN LOS PAP................................................ 130
2.5.1. Conceptualización de la Orientación. ................................................................................................... 131
2.5.2. Principios de la Orientación. ................................................................................................................. 137
2.5.3. Prevención del daño emocional desde la disciplina de la Orientación. ............................................... 141
2.6. AUTOCUIDADO DE LAS PERSONAS PROFESIONALES EN ORIENTACIÓN QUE INTERVIENEN EN SITUACIÓN
DE_CRISIS_EMOCIONALES……………………………………………………………………………………… .145
2.6.1. Salud integral. ........................................................................................................................................ 146
2.6.2. Autocuidado de la persona profesional en Orientación que aplica los PAP. ...................................... 148
2.6.3. Riesgo emocional ante los PAP. ............................................................................................................ 156
2.6.4. Estrés y síndrome de Burnout o desgaste profesional. ......................................................................... 159
2.6.5. Técnicas de autocuidado y cuidado en el equipo de trabajo. ................................................................ 162
2.7. SÍNTESIS DEL APARTADO. .............................................................................................................................. 171

11
CAPÍTULO III ........................................................................................................................................................ 174
3. MARCO METODOLÓGICO ....................................................................................................................... 174
3.1. PARADIGMA DE INVESTIGACIÓN. .................................................................................................................. 174
3.2. ENFOQUE DE INVESTIGACIÓN. ...................................................................................................................... 176
3.3. MÉTODO DE INVESTIGACIÓN ........................................................................................................................ 179
3.4. TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN. .......................................................................................... 181
3.4.1. Entrevista en profundidad. .................................................................................................................... 181
3.4.2. Grupo focal............................................................................................................................................. 197
3.4.3. Documentos utilizados. .......................................................................................................................... 199
3.4.4. Dispositivos para el registro de los datos. .............................................................................................. 200
3.4.5. Triangulación. ........................................................................................................................................ 201
3.4.6. Validez y credibilidad. ............................................................................................................................ 202
3.5. POBLACIÓN PARTICIPANTE. .......................................................................................................................... 203
3.5.1. Criterios de inclusión. ............................................................................................................................ 204
3.5.2. Criterios de exclusión............................................................................................................................. 204
3.5.3. Criterios de protección. .......................................................................................................................... 205
3.6. ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN. .................................................................................................................... 206
3.6.1. Etapa preparatoria. ................................................................................................................................ 207
3.6.2. Etapa de trabajo de campo. .................................................................................................................... 207
3.6.3. Etapa de análisis de los datos. ............................................................................................................... 211
3.6.4. Etapa informativa. ................................................................................................................................. 220
3.7. LIMITACIONES DE LA INVESTIGACIÓN.......................................................................................................... 220
CAPÍTULO IV ......................................................................................................................................................... 221
4. HALLAZGOS Y DISCUSIÓN ...................................................................................................................... 221
4.1. CONCEPTUALIZACIÓN DE CRISIS Y FACTORES QUE INCIDEN EN SU APARICIÓN Y RESOLUCIÓN. ................ 221
4.1.1. Conceptualización e identificación de la crisis emocional en la adolescencia. ................................... 222
4.1.2. Significado del suceso y manifestaciones clave para detectar crisis emocionales. .............................. 226
4.1.3. Estilos de afrontamiento de las crisis emocionales en la adolescencia ................................................ 230
4.1.4. Recursos personales para enfrentar la crisis emocional. ..................................................................... 238
4.1.5. Recursos sociales y contextuales. .......................................................................................................... 239
4.1.5.1. Redes de apoyo al aplicar los PAP. ............................................................................................ 240
4.2. ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN EN CRISIS DE PRIMERA INSTANCIA: METAS, COMPONENTES DE LOS PAP Y
PERFIL CASIC. ..................................................................................................................................................... 256
4.2.1. Procedimiento para aplicar los PAP: Componentes del modelo de Slaikeu. ....................................... 256
4.2.2. Técnicas de intervención al aplicar los PAP, señaladas como las más relevantes. ............................. 270
4.2.3. Protocolos del MEP como guía principal para aplicar los PAP en el contexto educativo .................. 274
4.3. PERFIL PROFESIONAL DE LA PERSONA ORIENTADORA PARA LA INTERVENCIÓN EN CRISIS EMOCIONALES
............................................................................................................................................................................... 280
4.4. ROL Y APORTE DESDE LA DISCIPLINA DE LA ORIENTACIÓN EN LOS PAP. .................................................. 284
4.4.1. Rol y aporte de la persona profesional en Orientación, en relación con la prevención primaria. ...... 285
4.4.2. Rol y aporte de la persona profesional en Orientación, en relación con la prevención secundaria. .. 291
4.4.3. Retos en la atención de las situaciones de crisis (desde la disciplina de Orientación). ....................... 298
4.4.4. Aportes para la intervención en crisis y PAP desde la perspectiva y experiencia de las personas
entrevistadas ..................................................................................................................................................... 304
4.5. AUTOCUIDADO DE LA PERSONA INTERVINIENTE EN CRISIS........................................................................ 312
4.5.1. Conceptualización de autocuidado, estrategias y técnicas. .................................................................. 312
4.5.2. Autocuidado de la persona profesional………....………………………………………….………….316

4.5.2.1. El autocuidado y cuidado como equipo de trabajo. ................................................................... 320

12
4.5.3. Recursos personales y redes de apoyo para el autocuidado de la persona profesional en Orientación.
.......................................................................................................................................................................... 325
4.5.3.1. Desafíos para el autocuidado de las personas profesionales en Orientación. .......................... 329
4.5.4. Experiencias de las personas entrevistadas para el autocuidado en la intervención de crisis
emocionales……………………………………………………………………………………………………….…339
CAPÍTULO V .......................................................................................................................................................... 343
5.1. CONCLUSIONES. ............................................................................................................................................. 343
5.2.RECOMENDACIONES………………..………………………………………………………………………...353
CAPÍTULO VI ......................................................................................................................................................... 359
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .......................................................................................................... 359
CAPÍTULO VII ....................................................................................................................................................... 372
7. ANEXOS .......................................................................................................................................................... 372

TABLAS

TABLA # 1 ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO 72


TABLA # 2 NIVELES DE PREVENCIÓN 81
TABLA # 3 CARACTERÍSTICAS DE LOS PAP 87
TABLA # 4 COMPONENTES DE LOS PAP 92
TABLA # 5 CLASIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DE LAS VIRTUDES Y FORTALEZAS 126
TABLA # 6 ENTREVISTAS REALIZADAS. 185
TABLA # 7 CONSTRUCCIÓN DE GUÍA DE PREGUNTAS 188
TABLA # 8 GRUPOS FOCALES REALIZADOS. 198
TABLA # 9 INFORMACIÓN PARA REGISTRO DE INFORMACIÓN 213
TABLA # 10 CATEGORÍAS Y SUBCATEGORÍAS DE ANÁLISIS 215

13
CAPÍTULO I

1.1. Introducción

En esta investigación se lleva a cabo un análisis desde la disciplina de la Orientación acerca


del procedimiento que realizan profesionales de la Orientación para ofrecer los Primeros Auxilios
Psicológicos (PAP), a personas adolescentes en situaciones de crisis emocionales. Este estudio
está conformado por seis capítulos, distribuidos de la siguiente manera:

El capítulo I se compone de los aspectos introductorios, la justificación, el planteamiento


del problema, los objetivos, los alcances de la investigación y los antecedentes referentes al
fenómeno de estudio.

El capítulo II corresponde a los supuestos teóricos que fundamentan esta investigación,


donde se encuentran los antecedentes históricos de la intervención en crisis, la teoría respectiva
propiamente expuesta por Slaikeu (2000), los tipos de crisis, los factores que inciden en la
aparición y resolución de estas, sus fases, el modelo propuesto por Slaikeu como estrategia de
intervención, las técnicas para la aplicación de los PAP, el papel y aporte de la Orientación como
disciplina, el perfil de la persona orientadora que interviene en situaciones de crisis y el
autocuidado.

En el capítulo III se encuentra el marco metodológico, el cual hace referencia al paradigma,


enfoque y método utilizado en la investigación, mostrando los procedimientos realizados de
acuerdo con la secuencia de las etapas respectivas. También se encuentran en este apartado la
caracterización del contexto, escenario y perfil de las personas participantes, así como las técnicas
utilizadas para la recolección y procesamiento de la información, las limitaciones del mismo y el
proceso de análisis de los resultados.

En el capítulo IV se muestran los resultados del estudio, la interpretación de los datos y el


análisis de la información, la cual se presenta organizada en una serie de categorías que dan
respuesta al planteamiento de los objetivos de la investigación.

En el capítulo V se describen y proponen a partir de los resultados obtenidos, las

14
conclusiones que se encuentran organizadas según los objetivos de la investigación y las
recomendaciones dirigidas a la Escuela de Orientación y Educación Especial, a las personas
profesionales en Orientación, al Ministerio de Educación Pública, a los centros educativos y
departamentos de profesionales en Orientación que participaron en el estudio, y para las personas
que se encuentren en formación para ser futuras personas profesionales en Orientación.

En el capítulo VI se presenta la bibliografía que se utilizó en el presente estudio. De esta


manera se determina la organización de cada apartado de esta investigación, procurando una
comprensión clara de ella.

1.2. Alcances de la investigación

En primera instancia se destaca que el equipo investigador trabajó en distintas zonas de la


provincia de San José y un área aledaña en la provincia de Cartago, lo que permitió conocer
diferentes realidades de trabajo en el caso de las personas profesionales en Orientación y realidades
de vida y contexto de la población estudiantil. Se alcanzaron a identificar las formas de aplicación
de los PAP, por parte de las personas profesionales en Orientación entrevistadas y que laboran en
las instituciones educativas que se visitaron. Además, se logró el reconocimiento de los factores
que intervienen en la aparición y resolución de la crisis.

Otro de los alcances obtenidos, fue el reconocimiento de aspectos de mejora dentro del
ámbito laboral en relación con el autocuidado de las personas profesionales en Orientación y sobre
todo a lo referente a la importancia del autocuidado en equipos de trabajo. Asimismo, se
identificaron varios elementos de mejora en relación con la formación de la disciplina, en función
de fortalecer lo referente a la intervención en crisis y el autocuidado.

Por medio del uso de insumos digitales se pudo dar continuidad a la investigación en
aspectos como la verificación de datos en la recolección de información, reuniones como grupo
de trabajo, coordinación y comunicación entre las personas que lo conforman, entre otros
elementos.

En sí la misma investigación se considera como un importante aporte a la disciplina de la


Orientación, debido a que mediante esta se da a conocer el procedimiento de intervención en crisis

15
y aplicación de los PAP desde la Orientación en algunos centros educativos públicos de educación
secundaria, y la forma en la que las personas participantes del presente estudio emplean el
autocuidado a escala individual y de equipo de trabajo. Lo anterior permitió cumplir con los
objetivos de la investigación, al identificar el procedimiento que realizan personas profesionales
en Orientación para atender situaciones de crisis emocionales; determinar el aporte de estas
personas profesionales en la intervención de los PAP; y reconocer las técnicas que emplean para
su autocuidado.

1.3. Justificación

En la disciplina de la Orientación tanto la prevención como la intervención inmediata a la


hora de atender una crisis emocional juegan un papel preponderante, ya que según Sanz (citado en
Jiménez, 2015), dependiendo de la calidad del servicio que se brinde, se podrán reducir las
repercusiones de las crisis en las personas a las cuales se dirige la atención y estas estarán en una
mejor posición para afrontar la situación y para integrarla en su entramado vital al alcanzar la
resolución de estas (p.117). En este estudio, se enfocará la atención en el aporte que se hace desde
el rol orientador en las instituciones educativas al acompañar y atender las crisis emocionales por
medio de los PAP.

Cada vez más profesionales de Orientación se encuentran con personas en situaciones de


crisis, derivadas de una creciente complejidad de los entornos sociales. Por ende, su quehacer
demanda una constante formación para enfrentar este reto, debido a que se requiere de una
intervención inmediata óptima, frente a una situación que detone una crisis emocional.

La intervención inmediata frente a una crisis puede prevenir secuelas emocionales en un


futuro, evitando así, que la situación se vuelva más compleja y afecte a la persona e incluso resulte
más difícil de manejar para la persona profesional en Orientación que está atendiendo a la persona
en crisis, como menciona Arguedas (2015):

Las personas, grupos y comunidades, tienen cambios y desafíos, la prevención en

la Orientación consiste en evitar aquellas adversidades a las que sea posible

anticiparse y disminuir el impacto de las que predecible o inesperadamente se

16
presentan; se trata, pues, de eliminar o disminuir aquellas condiciones que

obstaculicen el desarrollo holístico de las personas, reducir la incidencia de

problemas, mejorar la competencia social y la salud. (p.51)

De esta forma, al atender una situación de crisis de manera diligente y con altos estándares
de calidad y consistencia, la persona que atraviesa la situación de crisis podrá salir fortalecida del
proceso, activando recursos personales para atravesar la situación y desarrollando habilidades que
le permitan afrontar situaciones críticas futuras de una mejor forma, previniendo crisis
emocionales futuras. Cabe aclarar que para efectos de la presente investigación se va a entender
que cuando se habla de crisis, todos sus tipos van a conllevar una afectación emocional. Por lo
tanto, al referirse a las crisis, todas estas se entienden como crisis emocionales.

Es por ello, que se considera necesario realizar una investigación que permita conocer
cómo se está manejando la intervención en crisis desde la disciplina de la Orientación con las
personas adolescentes, debido a que si bien es cierto, es una de las etapas del desarrollo donde más
crisis se experimentan debido al cambio constante y a la formación de la identidad con los factores
que influyen en esta, según Cruz (2018, diapositiva, 3), como el grupo de pares, la familia, el
contexto, entre otros, lo cual influye directamente en el área emocional, al tiempo que se está en
una etapa formativa en la cual se van vislumbrando y desarrollando los recursos necesarios para
afrontar los desafíos vitales.

Y es que, tomando en cuenta lo que plantea Slaikeu (2000) refiriéndose a la crisis, como
“un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la
incapacidad de la persona para abordar situaciones particulares, utilizando métodos no
acostumbrados para la solución de problemas, y obteniendo un resultado radicalmente positivo o
negativo” (p.16). De lo anterior, se puede determinar que la Orientación desde su enfoque
preventivo, juega un papel muy importante, pues de esta disciplina en gran medida depende, que
las personas estudiantes en etapa de la adolescencia puedan sobrellevar las situaciones de crisis de
manera positiva, enseñándoles a ir adquiriendo herramientas para poder salir adelante, desde sus
propias experiencias de aprendizaje.

17
Es por tanto que la capacidad de aplicar de forma oportuna, correcta y consistente los PAP
se considera indispensable en los centros educativos para hacerles frente a las crisis propias del
desarrollo y circunstanciales que podrían poner a prueba las capacidades de resiliencia de la
persona y al propio servicio de Orientación de manera inesperada.

Murillo (2015) considera que no importa qué tipo de crisis sea, se parte del hecho de que
el evento es emocionalmente significativo, e implica un cambio radical para la existencia de la
persona y es importante adaptarse a ese cambio (p. 280). De esta manera, alguien que pasa por una
situación de crisis, puede encontrarse en un momento que puede ser determinante para su vida.
Frente a una situación de estas, los PAP se pueden presentar como un medio para proteger a las
personas en situaciones de riesgo y contener el daño emocional experimentado en el momento en
que se enfrenta la crisis.

Al respecto, Monge (2016, p.81) afirma que los PAP son “un conjunto de estrategias y
técnicas útiles para enfrentar la crisis”. Por lo que estas, utilizadas por la persona profesional en
Orientación, en este primer momento, son de vital importancia para un mejor desenlace de la
situación crítica. En este punto es de importancia destacar el principio de prevención de la
Orientación, mediante el cual se procura facilitar la adquisición de competencias y destrezas que
preparen a las personas para enfrentar situaciones difíciles y posibles crisis emocionales futuras
aunado a una visión de desarrollo ante las crisis mismas.

Es fundamental señalar que la intervención en crisis de primer orden, según Slaikeu (2000),
es una primera ayuda psicológica, la cual implica una asistencia inmediata que busca evitar que la
situación que se está viviendo produzca más secuelas emocionales de las previstas, tal y como se
mencionó anteriormente y marcan una serie de pasos que se deben seguir para intervenir ante estas
situaciones de la mejor manera.

Se puede afirmar que el procedimiento para ofrecer dicha intervención en crisis en primera
instancia se engloba en los PAP, los cuales para Monge (2016, p. 81)” deben ser dirigidos a toda
situación que conlleve desequilibrio y desorganización a la persona o personas. Esto significa que
los PAP, procuran fomentar un ambiente seguro y sereno para ofrecer información y contener
emocionalmente a las personas afectadas, presentándose como un primer recurso para la
canalización emocional con miras al proceso de resolución de la crisis.

18
Por lo que se debe promover que para la intervención exista la formación adecuada y
entrenamiento en atención de crisis, para una óptima aplicación de las estrategias y las técnicas
más acordes a esta primera atención de las situaciones críticas que pueda afrontar una persona a lo
largo de su ciclo vital. Esto se da con el propósito de disminuir las posibilidades de que las personas
que experimentan situaciones de crisis emocionales desarrollen una sintomatología física y
psicológica más grave posteriormente y que la misma situación de crisis se presente como una
oportunidad de crecimiento para la persona afectada, pero esta posibilidad estará en función de la
calidad del servicio y acompañamiento recibido durante los primeros momentos de la crisis, en los
cuales la persona se encuentra más susceptible ante un daño emocional (Rendón y Agudelo, 2011,
p.229).

Las secuelas emocionales, a modo de cicatrices psicológicas, se refieren a la presencia del


daño psíquico, es decir, a una discapacidad permanente que no mejora con el paso del tiempo, ni
siquiera con un tratamiento adecuado. Se trata, por tanto, de una alteración irreversible en el
funcionamiento psicológico habitual o, dicho en términos legales más imprecisos conceptualmente
hablando, de un menoscabo de la salud mental (Echeburúa y De Corral, 2007, p.62).

A su vez, para dichos autores, estos cambios en la personalidad pueden evolucionar de un


estado crónico o de estrés agudo a una secuela irreversible de un trastorno de estrés postraumático
que puede surgir como consecuencia de haber sufrido un suceso violento. Este es un trastorno de
ansiedad que puede surgir después de que una persona, experimente un evento traumático que le
causó pavor, impotencia u horror extremo, entre otras reacciones. El trastorno de estrés
postraumático:

Puede producirse a raíz de traumas personales (por ejemplo, una violación, la

violencia doméstica, guerra, desastres naturales, abuso sexual, un grave accidente

o por haber presenciado o saber de un acto violento o trágico). Aunque es común

pasar por un breve estado de ansiedad o depresión después de dichos eventos, las

personas que sufren de trastorno de estrés postraumático siguen "volviendo a vivir"

el trauma; evitan a las personas, los pensamientos o situaciones relacionadas con el

19
evento y tienen síntomas de emociones excesivas (Echeburúa y De Corral, 2007, p.

63).

Ante esto, se hace necesario recalcar la importancia de las buenas prácticas en la atención
de crisis emocionales, entendiendo el alto grado de susceptibilidad de las personas atendidas y el
alto riesgo ante un daño psicológico al afrontar una situación crítica. En este punto, se presentan
los PAP como un medio privilegiado para contener las secuelas de las crisis emocionales y como
un punto de partida para la resolución de crisis mediante el desarrollo de habilidades y destrezas
para hacerle frente a la situación y a futuros escenarios desafiantes.

Caso contrario, se ha demostrado que las secuelas psicológicas de una crisis emocional se
exacerban cuando no se cuenta con una atención basada en los PAP, lo cual vuelve a demostrar la
importancia de esta materia, ya que las personas que no son atendidas de manera pronta y con un
servicio de calidad pueden terminar con un trastorno mental o de personalidad que requiera de
otro tipo de intervención más allá de la ofrecida por la disciplina de Orientación y de secuelas
mucho más profundas (Rendón y Agudelo, 2011, pp. 231-232). Por lo cual la calidad del servicio,
así como su consistencia, toman una relevancia capital al hacer referencia a la atención de crisis
emocionales.

Asimismo, se toma en cuenta la ventaja que brinda que la persona profesional en


Orientación, a diferencia de otras personas profesionales que puedan ofrecer los PAP, trabaje desde
la prevención, lo cual permite gestionar la situación crítica de una mejor forma al contemplar el
perfil profesional de este gremio, lo cual le brinda más y mejores herramientas para potenciar y
activar los propios recursos de la persona que sufre la situación de crisis para salir adelante de
estos sucesos y poder disminuir el impacto que estos puedan tener. Es por ello, que surge en gran
medida la necesidad de analizar el procedimiento que siguen las personas profesionales en
Orientación, referente a los PAP, para identificar el aporte desde la disciplina, así como su correcta
aplicación.

Finalmente, no se puede dejar de lado que para brindar un servicio óptimo e intervenir de
la mejor manera, la persona profesional en Orientación también debe contemplar una buena salud
mental para sí misma, debido a que su trabajo es arduo y constantemente enfrenta situaciones muy

20
demandantes; algunas más fuertes que otras, las cuales pueden llegar a afectarlas de diversas
formas, dependiendo de cómo se encuentre la persona a nivel mental y emocional. Entonces
cuando se brinda contención en situaciones de crisis, la preparación de la persona profesional debe
ser adecuada y eficaz mental y emocionalmente, para intervenir de la mejor forma y evitar así que
se vea perjudicada por la situación o problema al que se enfrenta.

Esto va de la mano con lo que Escobar, Franco y Duque (2011, p. 136) advierten al hacer
referencia al autocuidado como una competencia profesional, ya que este daría pie a la integralidad
de la persona profesional. Siendo así, se concebiría el autocuidado como un compromiso con el
propio bienestar y que sirve de base para una consistencia y buenos nexos con en el rol profesional,
lo cual en el caso específico de la atención a las situaciones de crisis se vuelve particularmente
relevante, al retomar lo que se ha venido señalando en cuanto a la necesidad de ofrecer un servicio
de calidad que sea consistente y oportuno en escenarios críticos debido a la susceptibilidad de las
personas afectadas.

Es por ello, que se considera de gran importancia identificar si las personas profesionales
en Orientación están promoviendo espacios de autocuidado y cómo lo están haciendo, debido a
que al atender situaciones de crisis, la persona profesional que hace frente a estas emergencias se
encuentra en una posición también de vulnerabilidad, similar a la de la persona quien sufre la crisis,
ya que tal y como lo plantean Álvarez, Cruz y Porcar (2018), quien atiende una situación crítica
se expone a altos niveles de vulnerabilidad ante el sufrimiento humano al utilizar como principal
herramienta de trabajo la empatía para hacerle frente a estas situaciones, lo cual puede generar
niveles de estrés incluso superiores a los presentes en el síndrome de burnout o de desgaste
profesional (p. 3).

Ante tal escenario se hace perentorio generar una reflexión crítica ante la presencia de
conductas, actividades o protocolos de actuación para ofrecer los PAP que incluyan el autocuidado
como un componente esencial de la atención de crisis, no solo como un medio para el cuidado de
personal a cargo de la atención profesional de las crisis emocionales, sino como una condición
necesaria para el aseguramiento de un servicio y atención de calidad de las personas que sufren
una crisis. Siendo así, se presenta el siguiente problema de investigación para este trabajo.

21
1.4. Planteamiento del problema de investigación

Desde la disciplina de la Orientación es esencial el principio de prevención y desarrollo,


así como la intervención en todas las etapas del ciclo vital. La aplicación de los PAP puede ser un
factor protector para prevenir una serie de secuelas emocionales en las personas que enfrentan
diversas crisis. Por lo tanto, es de vital importancia que quienes se forman como profesionales en
esta disciplina, se capaciten para intervenir y enfrentar de manera óptima las crisis emocionales
que enfrentan las personas con las cuales se desempeñan.

Desde esta perspectiva surge la necesidad de indagar acerca del procedimiento que están
aplicando actualmente profesionales en Orientación para brindar los PAP a personas en situaciones
de crisis emocionales, y dar respuesta a la siguiente interrogante:

¿Cuál es el procedimiento realizado por profesionales en Orientación para ofrecer los


Primeros Auxilios Psicológicos con estudiantes en la etapa de la adolescencia en crisis
emocionales?

1.5. Objetivos

Objetivo general.

Analizar el procedimiento que realizan profesionales de la Orientación para ofrecer los


Primeros Auxilios Psicológicos a personas adolescentes en situaciones de crisis emocionales.

Objetivos específicos.

Identificar el procedimiento que realiza la persona profesional de la Orientación con


estudiantes adolescentes para atender situaciones de crisis emocional.

Determinar el aporte de la persona profesional en Orientación en la intervención de los


Primeros Auxilios Psicológicos.

Reconocer las estrategias y técnicas que emplean las personas profesionales en


Orientación para el autocuidado, en la intervención de crisis emocionales

22
1.6. Antecedentes de investigación

Ante el fenómeno en estudio acerca de los Primeros Auxilios Psicológicos aplicados por
profesionales en Orientación a personas adolescentes en una crisis emocional y su análisis, se
encuentra la necesidad de identificar investigaciones tanto a nivel internacional como nacional,
que permitan comprender y analizar las aproximaciones que se han llevado a cabo, referentes a
este tema. Esto, con el propósito de identificar algunas necesidades y carencias en la generación
de conocimiento en torno a esta temática.

Se cuenta con una serie de estudios y publicaciones que se relacionan con elementos
propios del tema investigado y que también permiten contrastar los diferentes conocimientos que
se adquieren en el proceso de la presente investigación con los ya existentes. A partir de un
minucioso proceso de revisión documental en el cual el interés se situó en identificar y contrastar
exploraciones investigativas acerca del fenómeno en estudio, con poblaciones, temáticas y
metodologías relacionadas con las del presente trabajo, se lograron recopilar los siguientes
antecedentes. A continuación, se describen los estudios e investigaciones encontradas y su relación
con el tema de investigación desarrollado, agrupándolos entre antecedentes internacionales y
nacionales.

1.6.1. Antecedentes nacionales.

En primera instancia, Barahona (2001) al optar por su título de especialista en Psicología


Clínica en la Universidad de Costa Rica con la investigación “Aplicación de un modelo de
intervención psicológica en crisis”, lleva a cabo la aplicación de un modelo de intervención
psicológica en crisis con las personas que asisten al Servicio de Urgencias y Admisión del Hospital
Nacional Psiquiátrico. Para lo anterior, se elige el modelo de intervención en crisis de Slaikeu con
las personas mayores de dieciocho años internadas por primera vez en el hospital.

Los objetivos de dicha investigación consisten en aplicar el modelo de intervención en


crisis de Slaikeu, por lo cual es necesario realizar la intervención en crisis de primera instancia o
PAP de acuerdo con los lineamientos planteados, llevar a cabo posteriormente la intervención en
segunda instancia y utilizar instrumentos para cada etapa de intervención en crisis.

23
La metodología utilizada en esta investigación es de tipo exploratorio y clínico terapéutico,
con el fin de indagar sobre los hechos que han llevado a las personas a tener las crisis y asimismo,
que puedan afrontarlas mediante el modelo de intervención en crisis de Slaikeu.

Los resultados obtenidos corresponden a la información conductual, afectiva, somática,


interpersonal y cognoscitiva de las tres personas participantes en el estudio, siguiendo el modelo
de intervención utilizado. Se concluye que las situaciones de crisis son parte de la vida humana,
debido a que alguna situación se convierte en una dificultad intolerable a la que la persona no es
capaz de hacer frente con sus mecanismos de afrontamiento habituales.

El estudio profundiza precisa y únicamente en la descripción de estos casos clínicos y


concluye que el modelo de intervención de Slaikeu trae consigo efectos positivos para las personas
atendidas. Sin embargo, surge un gran vacío en el análisis de los datos, imposibilitando obtener
información valiosa sobre el modelo de intervención en crisis, sus efectos y los cambios obtenidos
por las personas participantes, lo cual se convierte en la principal limitación de dicha investigación.

A pesar de lo anteriormente descrito, la investigación sienta un precedente de la


aplicabilidad de los PAP y la atención consiguiente en segunda instancia, así como el uso de
instrumentos en dichas atenciones, lo cual se transforma en un recurso de suma importancia para
el presente estudio debido a su caracterización de casos y las variables que en cada atención
fluctúan.

Continuando con los antecedentes nacionales, Araya (2004) para optar por el grado de
licenciatura en Psicología en la Universidad de Costa Rica, desarrolla su práctica dirigida
mediante un proceso de formación y capacitación en intervención en crisis psicológicas dirigidas
a equipos de salud en la Dirección Regional de Servicios Médicos de la región Huetar Norte.

En este estudio se visualiza que existe una gran presencia de crisis psicológicas y
emocionales que no están siendo abordadas de forma satisfactoria, ya que los equipos de salud
encargados de proporcionar la atención de primer orden no cuentan con la capacitación adecuada.
Es por eso que se plantea desarrollar un proceso que permita abordar dicha necesidad donde las
personas profesionales de salud en la Dirección Regional de Servicios Médicos de la región Huetar
Norte, puedan dar una atención más eficaz que promueva la salud integral.

24
Para lograr lo anterior, se propuso un programa de capacitación general para la
intervención ante situaciones de crisis emocional dirigido a todas las personas profesionales del
primer nivel de atención en salud y para aquellas encargadas de su posterior seguimiento. Este
proceso se realizó mediante de tres etapas, las cuales consistieron en la exploración, motivación y
negociación, en la ejecución de las acciones de capacitación y formación, y por último en la
evaluación y monitoreo, esto mediante talleres realizados por el investigador.

Entre los resultados más destacables de dicha práctica dirigida, se presenta que al atender
la salud de las personas se hace un énfasis en los factores fisiológicos. Sin embargo, hay una gran
desatención de los factores psicosociales y emocionales de la promoción y atención de la salud
mental. Es por ello, que dicha práctica buscó dar respuesta a lo planteado, facilitando la
conformación de equipos de salud capacitados y aptos para intervenir en crisis psicológicas con
una propuesta de protocolo de referencia y contra referencia para el servicio de Psicología y la
sistematización descriptiva de la experiencia como fuente de información científica para futuras
intervenciones.

Para propósitos del presente estudio, cabe destacar que un esfuerzo investigativo como este
y su justificación, apuntan a la necesidad de formar a profesionales de diversas disciplinas y
ámbitos en la correcta intervención ante situaciones de crisis como una forma de prevenir daños
emocionales y para la promoción del bienestar integral de la promoción atendida.

En la investigación titulada el “Conocimiento y prácticas del personal docente con relación


al abordaje del proceso de duelo en adolescentes” de Leiva, López y Torres (2011), las autoras
dirigen su atención al conocimiento y prácticas del personal docente del Instituto Superior Julio
Acosta García, en San Ramón de Alajuela; con respecto al proceso de duelo en adolescentes.

En el estudio se destaca el surgimiento de un interés por la creación de un programa


educativo de Enfermería, que promueva la capacitación a personal docente acerca del abordaje del
proceso de duelo en personas adolescentes, posibilitando así que, desde su rol educativo y
formativo, puedan detectar en un tiempo prudencial escenarios críticos de duelo, para poder así
identificar, ayudar o de ser necesario, referir los casos que lo ameriten.

La investigación realizada se desarrolló mediante un enfoque cuantitativo descriptivo

25
transversal. La población participante fue de sesenta y siete docentes, quienes formaban parte del
profesorado de la institución educativa anteriormente mencionada.

Para la recolección de información, se diseñó y empleó un cuestionario con el cual se


procuró caracterizar a las personas participantes e identificar las prácticas y conocimientos de
dicha muestra poblacional en torno al abordaje del proceso de duelo en personas adolescentes.
Este cuestionario se organizó en cuatro secciones (datos sociodemográficos, conocimientos sobre
el proceso de duelo, proceso de duelo en adolescentes y abordaje de crisis ante pérdidas); el
instrumento constaba de setenta y cinco preguntas, cerradas, abiertas y semiabiertas. El análisis de
la información se llevó a cabo con las variables de las categorías preestablecidas en el cuestionario.

Entre los hallazgos más importantes que se derivan de ese estudio, se encuentra que el
personal docente de dicha institución contaba con bajo conocimiento acerca de los procesos de
duelo en el período de la adolescencia, así como con escasos recursos personales para intervenir
de forma temprana y oportuna en casos de duelo.

Se concluyó también, que es importante que el personal docente conozca cuales son los
cambios que suelen presentarse durante la etapa de desarrollo de la adolescencia a nivel físico,
psicológico y social, debido a que pueden desencadenar procesos de duelo o crisis a raíz del
proceso mismo de desarrollo, que requieran de una adecuada y oportuna atención.

Asimismo, se consideró importante que contaran con la capacitación necesaria para saber
cómo realizar una intervención de primer orden, conocer y llevar a cabo pautas que conduzcan a
una resolución satisfactoria del duelo. Esto se torna relevante para la presente investigación, ya
que al pretender indagar sobre el procedimiento que se realiza para atender una crisis con personas
adolescentes, se hace fundamental profundizar también sobre la necesidad de la capacitación
requerida para ello.

Por otra parte, Román (2011) al optar por su maestría en Trabajo Social con énfasis en
intervención terapéutica de la Universidad de Costa Rica, desarrolla la investigación que le permite
indagar sobre las perspectivas o las crisis familiares que experimentan algunas personas que tienen
parientes internados en el Hospital Nacional Psiquiátrico con esquizofrenia. Lo anterior, debido a

26
que el impacto de una emergencia psiquiátrica dentro de una familia puede provocar un
desequilibrio entre las partes, lo que puede llevar a la crisis. Es entonces necesario que exista un
abordaje ante la situación de crisis con la familia, debido a que es un gran recurso para la
recuperación clínica y terapéutica de la persona que presenta un trastorno mental.

A partir de lo anterior, surgen varias interrogantes para la investigación en torno a la


familia, el trastorno mental y la emergencia psiquiátrica, se considera necesario tomar en cuenta
la organización familiar ante una crisis psiquiátrica, por ejemplo, indagar sobre cuál es la
concepción de las familias frente a una emergencia psiquiátrica, cómo enfrentan estos grupos
dichas emergencias y cuáles son las experiencias que viven las familias participantes en el estudio.

De manera que el objetivo de dicha investigación es analizar el fenómeno de la emergencia


psiquiátrica desde la percepción de las familias usuarias del servicio de emergencias del Hospital
Nacional Psiquiátrico, que han experimentado una emergencia psiquiátrica, con la finalidad de
diseñar una propuesta de intervención terapéutica para Trabajo Social, a partir del análisis de las
concepciones sobre la salud mental construidas por las familias participantes, explorar la
influencia de las condiciones socio familiares y ambientales en el contexto de una emergencia
psiquiátrica, reconstruir las vivencias que experimentan las familias cuando uno de sus integrantes
presenta una emergencia psiquiátrica, y por último revisar, desde la visión de las familias, la
respuesta a la emergencia psiquiátrica.

Esta investigación práctica fue desarrollada bajo el método cualitativo interpretativo,


aspecto que permitió buscar el significado de las experiencias vividas por el grupo de personas
con las que se trabajó, así como comprender la vida social de las familias que tienen un integrante
que padece un trastorno mental.

Según Román (2011) dicha investigación dio como resultado una propuesta de
intervención en crisis que puede ser desarrollada con las familias de las personas hospitalizadas
en el servicio de emergencias del Hospital Nacional Psiquiátrico, debido a que la salud mental
debe constituirse como una prioridad para el Estado costarricense, por lo que para desarrollar
estrategias y acciones que logren el cambio, en el abordaje extra e interhospitalario, se debe incluir
a un conjunto de actores gubernamentales y no gubernamentales en estas.

27
Asimismo, el recurso familiar contribuye a la recuperación clínica psicológica y social de
quienes presentan trastornos mentales. Las personas profesionales, en este caso de Trabajo Social,
deben ser parte de un equipo interdisciplinario que promueva los servicios de intervención en crisis
con una perspectiva de fomentar el cumplimiento de los derechos de estas personas.

Se concluye que los resultados obtenidos pueden dar cabida a otros temas de interés, no
sólo del abordaje del trastorno mental y emergencias psiquiátricas, sino que también a la creación
de diferentes lineamientos de intervención en crisis con familias e individualmente. Esto, debido
a que es necesario sensibilizar al personal del Hospital Nacional Psiquiátrico y a las personas
profesionales que laboren en esta institución, para que puedan brindar la mayor atención tanto a
quienes enfrentan una emergencia psiquiátrica como a sus familiares.

De esta forma, apunta a la importancia de intervenir el contexto social de una persona que
pasa por una crisis, resaltando el impacto que puede tener en los subsistemas en lo que se involucra
esta, incluyendo a su familia. Esta perspectiva puede servir de insumo para plantearse el rol
orientador en la intervención de crisis a escala familiar y en otros contextos, como el educativo o
comunitario, y conocer su proceder en dichos escenarios, reconociendo las experiencias de éxito
y los aspectos de mejora, tal y como se desarrolla en el presente estudio.

Por su parte, el estudio de Picado (2012) titulado “Conocimiento que poseen los y las
docentes de Educación General Básicas sobre los problemas emocionales, de conducta y sus
formas de intervención, en la Escuela Jucó de Orosí, del circuito Escolar 08, de la Dirección
Regional de Cartago, durante el año 2012”, se plantea como objetivo general de investigación
analizar el conocimiento del personal docente sobre problemas emocionales y de conducta, y sus
formas de intervención, en la Escuela Jucó de Orosi.

Esta investigación se desarrolló desde un enfoque cualitativo, uno de los principales


instrumentos utilizados fue una guía de entrevista de diez preguntas abiertas, dirigida al personal
docente de la institución, para determinar el conocimiento que posee acerca de los problemas
emocionales y de conducta del estudiantado, además de las estrategias que utilizan para su
abordaje.

28
Otras técnicas de recolección de información utilizadas, fueron la de documentación y
observación. Se trabajó con la totalidad del cuerpo docente y dirección de la institución. Los
resultados de esta investigación demuestran que la totalidad de participantes posee una definición
clara acerca del concepto de problemas emocionales y conoce sobre algunos de ellos. Además,
coinciden en que los problemas emocionales que manifiestan sus estudiantes son similares, tienen
conocimiento sobre dichos asuntos y reconocen los que están presentes en su alumnado.

La mayoría conoce factores externos e internos que desencadenan problemas emocionales


en el estudiantado, y utilizan estrategias efectivas para el abordaje de un problema emocional;
puesto que proponen diferentes técnicas y estrategias que permiten un acercamiento en estas
situaciones. Muchas de las personas participantes en esta investigación, también reconocen qué es
un problema de conducta, y saben sobre factores externos e internos que pueden causarlos. Por
último, se determina que solamente una persona de la totalidad del cuerpo docente conoce
estrategias para abordar problemas de conducta.

En las conclusiones de este estudio, se expresa que las personas docentes enlazan
correctamente la relación de un problema emocional con el de conducta, tienen conocimientos
acerca de los problemas de esta índole, brindan ejemplos de situaciones vividas con sus estudiantes
dentro y fuera de un salón de clases.

Esta investigación apunta a que a pesar de que en los resultados todas las personas docentes
parecían dominar el tema de los problemas emocionales y de conducta en sus estudiantes, fueron
muy pocas las que mencionaron estrategias adecuadas para el manejo de estas situaciones. Por lo
tanto, se concluye que no todas las personas participantes del estudio conocen del tema de
problemas emocionales o de conducta de forma pertinente, adecuada o con el criterio necesario.

El aporte que brinda este estudio a la presente investigación reside en que es fundamental
la capacitación relacionada con este tipo de situaciones. Si bien es cierto que un problema
emocional o de conducta no necesariamente está relacionado con una crisis, estos son elementos
que se deben tomar en cuenta al realizar la intervención de primer orden o PAP en un momento de
crisis, ya que es probable que estudiantes con algún problema emocional o de conducta no tengan
las mismas herramientas para el afrontamiento de una crisis que otras personas de su grupo de
pares.

29
Aunado a lo anterior, debe considerarse que por más que se domine un tema a nivel teórico,
llevarlo a la práctica en realidades y contextos distintos, con una población estudiantil que tiene
sus propias características, se vuelve todo un reto para cualquier profesional, y en relación con la
investigación también puede ser un reto para las personas profesionales en Orientación. Por
consiguiente, es esencial tener presentes las características particulares de cada estudiante, conocer
estrategias que puedan ayudar a aplicar los PAP y realizar una intervención en crisis adecuada.

En otra investigación realizada por Chavarría (2014), denominada “Análisis del abordaje
que brinda el equipo disciplinario y el profesorado que imparten las materias básicas al
estudiantado del nivel de séptimo y octavo año del Instituto de Guanacaste de la ciudad de Liberia
que han sido víctimas del bullying durante el periodo lectivo 2014”, se plantea principalmente
analizar la forma de intervenir por parte del personal docente de la institución a cargo de los dos
primeros grados académicos con el estudiantado bajo su tutela que ha sufrido casos de bullying y
conductas relacionadas.

El paradigma utilizado fue el naturalista humanista, dentro del enfoque cualitativo, y el


estudio seleccionado fue de tipo fenomenológico. La muestra se constituyó por diez estudiantes
(seis de sétimo año y cuatro de octavo año; cuatro hombres y seis mujeres), con edades entre los
trece y dieciséis años, quienes habían sido víctimas de bullying y habían sufrido escenarios de
crisis.

Se aplicaron entrevistas a la población estudiantil de la muestra y a seis docentes. Además,


se entrevistó a dos de las orientadoras de la institución, que son parte del grupo interdisciplinario
y a una de las psicólogas de la Dirección Regional de Educación de Liberia. Asimismo, se utilizó
la técnica del grupo focal con el estudiantado que había sido víctima de bullying.

En los resultados obtenidos, se encontró que en la institución predominan tres modalidades


de bullying, entre los cuales está el verbal y físico, por parte de los varones, y el psicológico en las
mujeres. En este ciclo de victimización el estudiantado indicó que conoce a otras víctimas, pero
que no se atreven a denunciar por miedo a las represalias de quienes las abusan.

Se mencionó por parte del estudiantado, que el abordaje que brindó el equipo
interdisciplinario cuando denunciaron ser víctimas de bullying fue muy eficaz, ya que se tomó muy

30
en serio la situación que estaban pasando y además no se volvieron a repetir las agresiones contra
las personas denunciantes. Sin embargo, recalcan que fue muy difícil superar el temor que sentían,
incluso después de que se detuvieron las agresiones.

Es señalado que como una de las secuelas del bullying, las personas que han sido víctimas
viven traumatizadas, debido a que muchas han sufrido los ataques por mucho tiempo. Otro aspecto
importante, es que, en términos generales, es muy difícil para el estudiantado denunciar lo que les
está pasando, y cuando se recurre al cuerpo docente, este debe saber cómo proceder. Para finalizar,
los procedimientos mencionados por la orientadora fueron los más precisos para la atención del
estudiantado, lo cual demuestra un mayor manejo y conocimiento adecuado de estos ante las
situaciones que lo requirieron.

Con respecto a las conclusiones, los principales aportes son los siguientes: según la
percepción del equipo docente, se necesita una mayor capacitación por parte del Ministerio de
Educación Pública; el profesorado cuenta usualmente con el apoyo de las personas profesionales
en Orientación para abordar la situación; algunas personas integrantes del cuerpo docente se
encuentran mejor capacitadas que otras; y falta un mayor interés por parte de algunas de estas
últimas para conocer los procedimientos de abordaje.

El procedimiento de atención ante los casos de bullying es efectivo. Sin embargo, el


estudiantado opinó que se deben mejorar varios aspectos, tales como la prevención y el proceso
de intervención, ya que este resulta difícil de conllevar para las víctimas. Es decir, en ocasiones el
plan de intervención no es el más adecuado para las víctimas, y sumado a esto, falta mayor
comunicación entre la comunidad educativa sobre los procedimientos de abordaje.

Esta investigación fomenta la toma de conciencia acerca de la relevancia de las crisis


emocionales que pueden ser generadas por la problemática del bullying, así como de la
trascendencia de los PAP ante dichos escenarios y la ayuda que pueden generar en su
afrontamiento en estudiantes adolescentes, donde la disciplina de la Orientación debe hacerse
presente.

En los resultados se muestra que la Orientadora de la institución era quien parecía tener
mayor conocimiento sobre el abordaje de dicha problemática. Sin embargo, faltaba todavía

31
mejorar muchos aspectos a la hora de llevarlo a cabo de acuerdo con los resultados y las
conclusiones del estudio. Por lo tanto, se evidencia la necesidad y la importancia de tener más
capacitación de profesionales en Orientación, para trabajar estos procesos y poder brindar los PAP
de una forma eficaz.

Siguiendo con la investigación realizada por Veitch (2015) para optar por el grado de
Maestría en Psicopedagogía, “El abordaje de la manifestación de las crisis evolutivas en el
contexto del aula, de algunas carreras de Educación de una universidad pública costarricense en
el año 2014”, se propuso analizar la forma en que el personal docente del área de Educación de la
institución universitaria interviene ante las manifestaciones de las crisis evolutivas por parte del
estudiantado a su cargo.

La investigación fue de tipo cualitativa con un diseño de estudio de caso. La muestra


realizada a docentes contó con doce personas participantes; en su mayoría educadoras
profesionales de áreas como Orientación, Educación Especial, Matemática, entre otras, con
experiencia profesional de entre 15 y 32 años. Con dicha población, se realizaron entrevistas
individuales a profundidad.

En los resultados se encontró que para las doce personas entrevistadas las crisis evolutivas
son situaciones esperables que le pueden ocurrir a cualquier persona en las diferentes etapas de su
desarrollo, y que pueden ocurrir en el proceso de transición de una etapa a otra. Se evidenció que
las crisis del desarrollo influyen directamente sobre el proceso de formación profesional.

De acuerdo con las entrevistas realizadas, las estrategias para atender las crisis evolutivas
se relacionan con que la persona docente universitaria utilice lecturas en el desarrollo del curso
referentes al tema, y que se modele el abordaje de las crisis. Advierten que el trabajo grupal, la
observación, la empatía, la entrevista y el trabajo colaborativo posibilitan la atención pedagógica.
Además, es necesaria la comunicación cercana y emplear los PAP en el momento que se requiera.

Por otra parte, aseguran que la atención pedagógica de las crisis evolutivas está relacionada
con aportar recursos al estudiantado para que enfrenten su situación de la mejor manera y que ello
implica la visualización, evaluar necesidades, realizar referencias de manera oportuna, asumir un
rol de acompañamiento, mostrar interés, adoptar una posición mediadora, tener la capacidad de

32
escucha, así como dar un seguimiento al caso. Se espera que la persona docente tenga un rol
activo, donde pueda brindar ayuda de forma inmediata, en el momento que se requiera.

Otras estrategias que se mencionaron, se enfocan en orientar para la vida, visualizar las
crisis como parte del desarrollo humano, trabajar con grupos y en forma individual, mantener la
calma, aplicar los PAP, hacer un balance entre la atención individual y la grupal, contar con mayor
conocimiento de la Psicología en relación con la atención de escenarios críticos e informar a la
población estudiantil sobre dicho tema para que comprendan que las crisis evolutivas o del
desarrollo no son extrañas, sino que son comunes en todas las personas. Una docente planteó que
ella no conocía técnicas que pudiera emplear el personal docente.

Se consideraron importantes las capacitaciones sobre el tema de crisis, conocimientos


sobre la etapa del desarrollo de sus estudiantes y la necesidad de contar con espacios para charlas,
talleres y cursos que ofrece la universidad. Por último, en los resultados se puntualizaron algunas
situaciones críticas que requieren de intervención que se mencionaron en las entrevistas, tales
como dificultades de adaptación, problemas de salud, conflictos familiares, dificultades
económicas y académicas, muerte de familiares y otras personas cercanas al estudiantado,
embarazos, relaciones de pareja y violencia.

Las principales conclusiones se sintetizan en lo siguiente: en algunas carreras de la


Facultad de Educación el abordaje de las crisis evolutivas corre por cuenta del personal docente,
pero no existen condiciones establecidas de antemano para abordarlas; hay una relación estrecha
entre las crisis vitales, el ciclo vital y la formación profesional.

Por lo general, la persona en ese estado que no está gravemente afectada no se visualiza
como sujeto de atención, lo cual ha provocado una ausencia de recursos destinados a la población
docente para el abordaje de estos eventos; además, no se ha considerado la prevención con miras
a disminuir los índices de casos por eventos críticos, ya que la persona que los atraviesa se visualiza
como alguien que es completamente responsable de solucionar por sí misma su condición. Es por
ello que se considera importante retomar, que las personas profesionales en Orientación
actualmente atienden crisis emocionales. Sin embargo, la mayoría lo realiza con la formación que
adquirieron mientras cursaban la carrera, por lo que es necesario enriquecerse con más estudios;
de ahí la importancia del procedimiento adecuado para la intervención y aplicación de los PAP.
33
También se concluye que la metodología que se ha venido aplicando en el contexto
educativo para atender situaciones de crisis evolutivas, se caracteriza por utilizar diversas acciones
que giran en torno a una diversidad de perspectivas, lo cual no ha hecho posible contar con una
sola línea de acción para una metodología de intervención concreta; es evidente la falta de estudios
sobre esta temática y la falta de conocimiento al respecto.

Esta denominación de crisis y sus efectos impactan el rendimiento académico y las


relaciones interpersonales, así como otros ámbitos de desarrollo, por lo que se requiere de un
manejo adecuado en la búsqueda de soluciones, renovar y actualizar conocimientos y estrategias
para el abordaje de eventos críticos, tomar decisiones y favorecer un clima positivo para el
desarrollo personal y profesional.

Este estudio evidencia la necesidad del abordaje de situaciones de crisis y aplicación de


PAP cuando son requeridos en el ámbito educativo; específicamente con las crisis de tipo
evolutivas. Como se mencionó anteriormente, estos eventos y lo que puedan desencadenar van a
tener un impacto en el rendimiento académico en el caso del estudiantado. Pero no solamente se
debe enfocar la atención en esta área, sino también en cómo afectan la vida personal y el bienestar
integral de quien la experimenta y quienes están a su alrededor.

En relación con la investigación, en el estudio realizado por Vallejos y Araya (2015)


“Proyecto a nivel de perfil, para la creación del Programa en Primeros Auxilios Psicológicos para
el abordaje integral de niños y niñas escolares de la escuela Manuel María Gutiérrez en Coronado”
se propuso como objetivo general elaborar un estudio de Proyecto a nivel de perfil para evaluar la
posibilidad de implementar un programa de capacitación para el abordaje en Primeros Auxilios
Psicológicos en niños, niñas y adolescentes que se encuentran dentro de un proceso educativo
formal, mediante de un plan piloto en el Circuito de Coronado.

Este es un estudio de tipo cualitativo con un enfoque fenomenológico, en el cual se realizó


una prueba piloto, para determinar el tipo de PAP que requería la población estudiantil del centro
educativo Manuel María Gutiérrez. Se obtuvo información del personal docente, acerca de sus
conocimientos y experiencias sobre temas como el duelo, y de qué forma han afrontado estas
situaciones.

34
Además, se hizo una revisión bibliográfica, de estadísticas, páginas web, bibliotecas
virtuales y otras fuentes similares con el fin de recopilar la información más relevante y actualizada
sobre el tema de investigación. Se aplicaron instrumentos como cuestionarios y entrevistas
semiestructuradas a personas profesionales, entre estas, a la orientadora de la institución, para
obtener información acerca de la población estudiantil. No se trabajó con una muestra, sino con la
totalidad de la población del personal docente, para un total de 28 personas.

El trabajo realizado por Vallejos y Araya (2015) no cuenta con un apartado específico de
resultados, No obstante, dentro de las principales conclusiones se indica que la salud mental de la
población costarricense, requiere acciones multidisciplinarias para intervenir en los factores que
inciden en su deterioro, y así evitar el incremento en los trastornos mentales.

Por otro lado, precisan que al capacitar a las personas docentes acerca del impacto que
una crisis puede causar en la vida del estudiantado, se puede llegar a sensibilizar a esta población
sobre la importancia de acompañar en este proceso e intervenir en estas situaciones de manera
temprana, para coadyuvar en su intervención futura. Esto permitirá que el personal educativo
pueda brindar un adecuado contacto o PAP con sus estudiantes, en un espacio seguro, mientras se
evalúa la necesidad de una atención especializada.

También mencionan que facilitar la expresión de emociones, hará que el estudiantado


externe los sentimientos generados en torno a su crisis o situación particular, lo cual proporcionará
que en conjunto se visualicen alternativas de afrontamiento. Es importante que las personas
docentes se encuentren en la capacidad de valorar las reacciones de estrés postraumático que
puedan resultar de una crisis, para activar la red de apoyo necesaria y contactar a profesionales
especializados que aborden a quienes lo requieran.

Las conclusiones apuntan a que todas las causas y consecuencias del deterioro de la salud
mental en las personas menores de edad, generan un aumento desmedido de problemas y trastornos
mentales en la vida adulta. De ahí la gran necesidad de abordar de forma temprana las situaciones
difíciles que experimenta esta población, para evitar o disminuir las alteraciones en su salud mental
a futuro.

Agregan que la salud mental deteriorada, crea un impacto en la población nacional; esto

35
provoca que cada año se genere un aumento en la tasa de suicidios, violencia intrafamiliar,
drogadicción, entre otras problemáticas, a edades muy tempranas. Por lo tanto, se subraya la
relevancia en la implementación de proyectos que prevengan, fortalezcan y mejoren la salud
mental en esta población.

Como puede observarse, se generan conclusiones relevantes por tomar en cuenta en la


presente investigación. En primer lugar, se evidencia la importancia de que el equipo docente de
cualquier institución educativa, o en este caso, las personas profesionales en Orientación, conozcan
cómo se acompaña a la persona en crisis; en este caso, estudiantes que requieran de PAP. En
segundo lugar, se menciona el impacto positivo que puede tener esta primera intervención o
acercamiento de PAP, en la persona estudiante, para afrontar tanto la crisis que se está
experimentando en el momento como también para el manejo de otras situaciones futuras que
puedan enfrentar.

En tercer lugar, se hace énfasis en la relevancia de esta temática, no solamente por su


impacto en el bienestar psicológico, mental y emocional a nivel individual; sino que también se
presenta como una necesidad nacional, e incluso mundial. Una crisis puede desencadenar una serie
de consecuencias que afectan no solamente a quien la experimenta, sino que todo su entorno se ve
afectado por las repercusiones que esta genere. Por estas razones, este trabajo aporta aspectos que
pueden considerarse importantes para el fenómeno en estudio de la presente investigación, al situar
a grandes rasgos la trascendencia de las crisis y su intervención en experiencias futuras de las
personas.

Finalmente como antecedente nacional, se tiene el estudio de Calderón, Méndez, Mendieta,


Portilla y Villalobos (2019) denominado “La experiencia de la persona profesional en Orientación
en la intervención de situaciones de duelo por muerte repentina de integrantes de la comunidad
educativa, en centros públicos de educación secundaria”, que es la más reciente de las fuentes
consultadas.

En esta investigación, se buscó analizar la experiencia de las personas profesionales de la


Orientación ante la atención de situaciones de duelo por muertes repentinas en una comunidad
educativa. Para este fin, se estudiaron los procesos de intervención llevados a cabo por las personas
profesionales de la Orientación y se identificaron los aprendizajes adquiridos a raíz de esta función,

36
para finalmente proponer buenas prácticas y líneas de acción para el rol orientador en la atención
de situaciones similares.

Entre los principales hallazgos obtenidos en esta investigación, se presenta el rol


protagónico que puede tener la persona profesional de la Orientación en el acompañamiento de los
procesos de duelo y atención de crisis, ya que por su perfil profesional cuenta con las herramientas
para movilizar los recursos tanto personales del o la doliente y de toda la comunidad educativa
para facilitar la elaboración del duelo y dinamizar los equipos de trabajo que deben responder a
esta situación.

Además, se señala la importancia de contar con lineamientos definidos para la atención de


estas situaciones, ya que muchas de las personas participantes de la investigación apuntan a una
heterogeneidad de los procesos y a la falta de capacitación en esta temática.

Adicionalmente, se puntualiza la importancia del autocuidado como un factor


preponderante a la hora de atender situaciones de crisis, como una forma de proteger la integridad
de la persona profesional en Orientación y de brindar el mejor servicio posible a las personas
dolientes, lo cual sugiere una oportunidad de desarrollo investigativo. Además, se determina que
las personas profesionales en Orientación enfocan sus esfuerzos en la prevención de las secuelas
de la pérdida desde la prevención secundaria, pero no se expresa explícitamente el rol de la función
orientadora en el desarrollo de habilidades para hacerle frente a una situación crítica desde una
lógica de prevención primaria, lo cual es un recurso de suma importancia para la atención de
eventos críticos venideros y las experiencias que los acompañen, como para el desarrollo de
insumos de prevención primaria en las personas afectadas.

Se concluye que las situaciones de crisis representan una oportunidad de desarrollo y de


clarificación del sentido de vida, si se elaboran de forma constructiva. Por un lado, las personas
dolientes pueden desarrollar muchas habilidades que les permitirá ser resilientes ante otras
situaciones de pérdida futuras, reconociendo fortalezas personales y recursos provenientes de redes
de apoyo externas. Y, por otro lado, se vislumbran las situaciones de duelo y crisis como
oportunidades de replantear el proyecto vital y el sentido de la vida ante esa confrontación con la
muerte, tanto por parte de las personas dolientes como de la persona profesional en Orientación.
Por lo que esta investigación surge con el interés de ser un aporte al campo de la intervención en

37
crisis y aplicación de los Primeros Auxilios Psicológicos, procurando ser ese apoyo que le permite
a la persona crecer a través de la vivencia de las crisis emocionales que pueda experimentar.

Posterior a la valoración de investigaciones a escala nacional que se acercan al fenómeno


en estudio del presente proceso investigativo, es importante indagar de igual manera en el trabajo
realizado en el plano internacional, lo que suma una serie de antecedentes de valioso aporte y
revisión, y en lo cual se profundiza a continuación.

1.6.2. Antecedentes internacionales

En relación con los antecedentes internacionales, primeramente, se detalla a continuación


el “Manual de intervención en crisis en situaciones de desastre dirigido a grupos de niños/as,
adolescentes y adultos (nueva adaptación para el Departamento de Psicología de la Universidad
de El Salvador)” realizada por González, Reyes y Reyes (2010).

Para este manual las personas autoras se propusieron tanto diseñarlo como adaptarlo para
el Departamento de Psicología de la Universidad de El Salvador, debido a la problemática que se
sitúa por medio del estudio, como lo es la carencia de una guía directa y formal de intervención
desde dicha disciplina por parte de la instancia anteriormente mencionada.

Entre otros objetivos que llevaron a la creación del manual y acompañaron la


investigación, se encuentran el reconocimiento de antecedentes de desastres ocurridos en El
Salvador y el impacto que tuvo en su población, la indagación sobre los diferentes componentes
de las crisis en situaciones de desastre y cómo esta afectó a diversas poblaciones, la identificación
de los elementos más importantes de la intervención en crisis en situaciones de desastre, la
elaboración de un diagnóstico sobre la necesidad de poseer un manual de este tipo por parte del
Departamento de Psicología de la universidad, y la creación y entrega de este a las personas
profesionales a cargo.

El proyecto fue realizado mediante un enfoque cuantitativo, de tipo diagnóstico


descriptivo. La población participante consistió en personas con experiencia referente a
participación y abordaje de intervención en crisis de situaciones de desastre. Se trabajó con veinte
docentes del departamento de Psicología de la universidad, cuatro personas quienes laboraban en

38
instituciones donde se habían desarrollado planes o manuales de intervención, diez estudiantes del
departamento quienes han participado en intervención en crisis por situaciones de desastre, y ocho
profesionales de Psicología.

La muestra de la investigación fue no probabilística. El instrumento utilizado para la


recolección de información fue una entrevista mixta para cada una de las poblaciones, en la cual
se encontraban preguntas abiertas, cerradas y de opciones múltiples. A partir del análisis de
resultados y la validación de la propuesta del manual de intervención, los principales hallazgos y
conclusiones de la investigación que interesan para el presente estudio, se remiten a que la
obtención y utilización de una guía de intervención permite ofrecer un mejor servicio, para
proporcionar una atención de mayor calidad con el fin de prevenir afectaciones posteriores de
importante gravedad.

En relación con lo anterior, es necesario reconocer los primeros síntomas de las crisis para
facilitar la ayuda inmediata y así guiar de mejor forma la intervención, por lo que es preciso contar
con los recursos materiales y logísticos necesarios para intervenir desde instancias como el
Departamento de Psicología. Por otra parte, en cuanto a las recomendaciones, es importante
destacar las remitidas hacia la capacitación, prevención y organización del estudiantado, como
elementos de suma importancia para brindar desde la intervención de primera instancia una
atención satisfactoria en crisis desencadenadas por desastres.

De esta forma, esta investigación subraya la necesidad de tener diversos agentes


preparados para intervenir en situaciones de crisis. Esto para tener personal capacitado, ya sea en
las comunidades o en los sistemas educativos, que estén en posibilidad de intervenir de forma
temprana ante un desastre natural y así mitigar el impacto de una crisis en el bienestar integral del
estudiantado. Además, se apunta a la necesidad de tener un modelo de actuación uniforme, que es
lo que se busca indagar en esta investigación, donde se evidencie la capacidad de fomentar la
calidad de la intervención, procurando que sea basada en evidencia y en buenas prácticas, lo cual
es de significativo interés para esta investigación en búsqueda de contrastar los resultados
arrojados de las entrevistas con estos objetivos en pro de la calidad del servicio.

39
En Brasil, Da silva (2012), realizó su tesis para optar por el grado de Maestría en Psicología
Clínica denominada “Los primeros auxilios ante la tentativa de suicidio: estrategias y decisiones
de intervención en crisis”. En este acercamiento el autor intenta conocer las condiciones
contextuales donde hay un intento de suicidio y las estrategias utilizadas por el grupo de bomberos
del distrito federal de Brasilia para brindar primeros auxilios psicológicos cuando deben atender
estos casos, indagando sobre la eficacia de sus acciones y el desarrollo de recursos para la
formación de este grupo de profesionales de rescate, debido a que en ocasiones son las primeras
personas en responder ante una emergencia como esta.

La metodología de dicha investigación es cualitativa y de carácter exploratorio, con el


método de estudio de caso, el cual consiste en describir cómo se caracteriza la práctica de primeros
auxilios por parte de este grupo de rescatistas, así como las dificultades asociadas a una
intervención de primeros auxilios frente a una situación como el suicidio. Aunado a esto, la
investigación procura indagar sobre estrategias más adecuadas para el grupo de bomberos como
por otras personas profesionales al momento de abordar eventos de esta índole.

La investigación realizada concluye que hay necesidad de acciones más concretas que
minimicen el impacto en la salud mental, así como para el tratamiento y la prevención del intento
de suicidio. Las estrategias desarrolladas varían en función de la profesión y el nivel de pericia de
la persona que entra en contacto con quien desea suicidarse y el método de suicidio adoptado.

Debido a esto es que la misión de estas estrategias de intervención requiere de la


participación de profesionales y de equipos de rescate capacitados en PAP para aumentar la
eficacia de dichas acciones, como lo son personas profesionales en Orientación. Esta investigación
ayuda a identificar el papel trascendental que tiene el quehacer de Orientación ante la aparición de
crisis y sus efectos consecuentes, como su intervención desde la prevención primaria ante dichos
escenarios, diferenciándose de otras disciplinas y labores, lo que para la presente investigación es
de suma importancia.

Por otra parte, también en el contexto brasileño, se tiene el estudio de Vasconcelos (2015)
denominado “Atención psicológica en situaciones extremas: comprendiendo la experiencia de
psicólogos”, el cual tuvo como objetivo principal la sistematización de la experiencia de
profesionales en Psicología, quienes actuaron en situaciones extremas como desastres naturales,
40
conflictos armados, accidentes aéreos y epidemias. Para llevar esto a cabo, se realizó una revisión
bibliográfica de los documentos generados entre el año 2003 y 2013, disponibles en diversas bases
de datos en los idiomas inglés, portugués y español, incluyendo, Scopus (Elsevier), MEDLINE
OneFile, SciVerse Science Direct (Elsevier), Sage Publications, Wiley Online Library,
PsyARTICLES (American Psychological Association), entre otras.

Entre los resultados y conclusiones más importantes se encuentra que se necesita una
intervención temprana ante dichas situaciones para reducir el posible impacto psicológico que
estas situaciones extremas pueden causar. Sin embargo, se sugiere que el posible impacto o daño
psicológico depende de o se ve mediado por las características individuales y la intensidad del
contacto con la situación límite.

Dicha conclusión, aporta al estudio una perspectiva de intervención y trabajo sobre las
crisis y sus secuelas de forma personalizada y acorde con las necesidades de las personas afectadas
dentro de sus posibilidades y contexto inmediato; intervención en la cual la Orientación se centra
desde sus principios disciplinares y la incentivación de generar aprendizajes a partir de eventos
críticos en las personas.

Cabe apuntar, que según los resultados de este meta-análisis llevado a cabo por
Vasconcelos (2015), las investigaciones provenientes de Estados Unidos hacen énfasis en la
relevancia de la intervención inmediata ante situaciones de crisis y en los aspectos preventivos.
Por su lado, las asiáticas se enfocan en la utilización de sistemas de soporte y en la creación de
redes de apoyo de carácter comunitario para la atención de las situaciones límite, bajo el nombre
de Intervención Psicológica Inmediata (IPI).

Además, los estudios del contexto europeo apuntan a la existencia de muchos protocolos
de intervención que se enfatizan en la evaluación psicológica y en la proyección de planes de
atención de casos, pero no se les suele dar seguimiento, debido a que las personas profesionales
en Psicología no se limitan a simplemente diagnosticar, ya que intentan responder a las
necesidades de la población en crisis.

En relación con lo anterior, se señala la importancia de entender lo que realmente ocurre


cuando se atiende a la población durante y después de las crisis, lo cual es trascendental para esta

41
investigación en relación con las personas profesionales en Orientación a la hora de atender crisis
emocionales con adolescentes, pues recalca la importancia de crear lineamientos de intervención
que permitan ofrecer respuestas más inmediatas y eficaces para la atención de situaciones de crisis
basadas en estudios de casos y buenas prácticas.

En el caso de la investigación realizada por Espinoza y Jimbo (2014), titulada


“Conocimientos y aplicación de primeros auxilios psicológicos por parte de los docentes en los
colegios urbanos de Cuenca”, el objetivo consistió en determinar el conocimiento que tiene el
personal docente de los colegios urbanos de la zona de Cuenca, acerca de los PAP y cómo estos
son aplicados en situaciones de la vida real. Se realizó un estudio cuantitativo, para el cual se aplicó
un cuestionario al personal docente de los colegios urbanos, fiscales y fisco-misionales, con
modalidad presencial ubicados en la ciudad de Cuenca, Ecuador.

Este estudio, según las autoras, se sitúa en un tipo de investigación no experimental-


transversal, ya que el instrumento para recolectar la información se aplicó en un momento
determinado, sin realizar comparaciones de tiempo. Además, la investigación en relación con su
alcance es de tipo exploratoria, por la deficiencia de conocimiento en el tema, y, por último,
descriptiva, debido al tipo de información que se recolecta y los resultados que se proyectan.

La población de estudio estuvo conformada por 1746 docentes de 29 instituciones


educativas fiscales, fiscomisionales con modalidad presencial, en el área urbana de la ciudad de
Cuenca. La muestra fue de tipo probabilística aleatoria; y la integraron 358 docentes. El
cuestionario aplicado fue validado por medio de un pilotaje y la revisión de dos personas expertas
y dos personas jueces.

El estudio se estructuró en cuatro partes, en las cuales se abordan los datos informativos,
circunstancias contextuales y conocimientos básicos acerca del tema de crisis, conocimiento
relacionado con los PAP y la forma de aplicarlos por parte del personal docente. Dentro de los
resultados se encuentran los siguientes.

En primer lugar, el personal docente puntualizó aquellas situaciones de crisis más


comúnmente experimentadas por sus estudiantes, en las que se ha tenido que hacer algún tipo de
intervención. Se pudo observar que el fracaso académico es la crisis más frecuente con un resultado

42
de 79,30%, seguida por la migración con el 73,50%; embarazo de personas adolescentes con el
69,30% y el divorcio de progenitores con 69%.

Otras crisis a las que más del 50% de docentes han tenido que enfrentarse con sus
estudiantes fueron: económicas-familiares con 65,30%; cambios físicos propios de la etapa de
desarrollo adolescente 63.10%; conflictos en el noviazgo 62,20%; crisis por una discapacidad
física 60,50%; enfermedad crónica de familiares o amistades cercanas 67,40% y violencia
doméstica con un 55%.

Las dos crisis menores puntuadas son el suicidio con 23.20% y el aborto en la etapa
adolescente (situación menos frecuente), dada tal vez por otras variables de índole socio cultural.
Por otra parte, se indica que, de 358 docentes, más de 107 tuvieron que intervenir alguna vez en
situaciones de crisis. Y con respecto a la cantidad de crisis percibidas por el personal docente en
el último año, cerca del 81% observó en sus estudiantes algún tipo de crisis y solo el 9% restante
no lo hizo.

Otros resultados importantes son que la mayoría de docentes afirma conocer cómo actuar
en una situación de crisis y haber recibido algún tipo de capacitación, acerca de cómo brindar
ayuda a sus estudiantes en situaciones de crisis psicológicas.

La mayoría también respondió correctamente sobre las personas que pueden proporcionar
los PAP (cualquier persona puede aplicarlos), y afirma tener la necesidad de capacitarse en la
intervención de situaciones de crisis. Por otra parte, la minoría del personal docente conoce sobre
el concepto de PAP y logró definirlo correctamente; además la minoría conoce el momento
adecuado en el que se debería llevar a cabo los PAP y el proceso correcto por seguir, al momento
de aplicarlos.

Con respecto a lo anterior, en términos generales se concluyó que el personal docente se


ve enfrentado constantemente a situaciones de crisis experimentadas por sus estudiantes y es
mayor el porcentaje de docentes que no conoce sobre los conceptos, procedimientos, objetivos y
aspectos básicos de los PAP. Se concluye entonces que el personal docente aplica los PAP
basándose en su experiencia y no en un sustento teórico adecuado, por lo que existen insuficiencias
a la hora de intervenir en una situación de crisis.

43
En esta investigación en particular se pueden observar resultados estadísticos bastante
relevantes, lo cual brinda un aporte diferente a la presente investigación, ya que la mayoría de
antecedentes se basan en investigaciones de tipo cualitativo por la temática y área desarrollada.
Contar con datos cuantitativos puede enriquecer la investigación, al tener otra perspectiva de
análisis.

Además, en los resultados se puntualizan situaciones muy específicas que corresponden a


los tipos de crisis que se viven en las instituciones educativas y que son una realidad de las
poblaciones estudiantiles. Al tener una noción de estos posibles escenarios, las personas
profesionales en Orientación podrán actualizarse más en estas áreas y seguirse capacitando en los
PAP, para tener una guía y un punto de partida para hacerles frente a estas situaciones en el ámbito
educativo.

Es importante recalcar que en las conclusiones de este estudio, se indica que la mayoría del
personal docente no conoce los procesos adecuados de los PAP, por lo cual es una necesidad la
capacitación en esta área. En la disciplina de la Orientación esto es fundamental para las personas
profesionales, ya que esta preparación permite que su quehacer profesional se desarrolle de forma
más adecuada y respondiendo a las necesidades específicas que cada estudiante vaya presentando.
Cabe recalcar que la intervención en crisis es parte de la formación de las personas profesionales
en Orientación, sin embargo es posible que exista una necesidad de reforzar esta temática por lo
que es de gran interés conocer la perspectiva de las personas profesionales en Orientación acerca
de ese tema.

Como otro antecedente internacional, se tiene la obra de Dieltjens, Moonens, Van Praet,
De Buck y Vandekerckhove (2014) “Una búsqueda literaria sistemática sobre primeros auxilios
psicológicos: falta de evidencia para desarrollar guías”, quienes realizaron una revisión
sistemática de la literatura disponible en torno al tema de los PAP, con el fin de determinar la
efectividad de las guías de actuación, las revisiones sistemáticas y los estudios individuales
realizados sobre el tema, de cara a su utilización en el entrenamiento de las personas voluntarias
de la Red Cross-Flanders de Bélgica.

Para esto, revisaron la información disponible en cinco bases de datos, incluyendo


MEDLINE, PsycINFO, la Cochrane Library, PILOTS y G-I-N. Como resultado, encontraron que

44
se incluyeron cinco lineamientos en los cuales su calificación de rigurosidad, en cuanto a su
construcción estaba en un rango entre el 20% y 53% utilizando el Instrumento para la Evaluación
de Guías de Práctica Clínica (AGREE) y que ninguno de los lineamientos de acción ni los casos
individuales analizados presenta evidencia sobre su efectividad en el uso de los PAP.

Dentro de esta misma revisión, se encontraron otros dos análisis exhaustivos que se habían
realizado y que habían llegado a la misma conclusión de que no se tiene evidencia de la efectividad
de las acciones empleadas en la intervención de primera instancia de situaciones críticas o de
emergencia.

Debido a lo anterior, el equipo investigador llegó a la conclusión de que no es posible


instaurar un lineamiento de intervención con la información disponible en las bases de datos
consultadas al 2014, apuntando a la falta de rigurosidad en la construcción de las guías de acción
y a la necesidad de investigar más a fondo el tema para asegurar la calidad y la eficiencia máxima
del servicio, previo a proponer posibles acciones de intervención.

Esto último es de particular interés para esta investigación, ya que se busca determinar si
las intervenciones ante las situaciones de crisis por parte de las personas profesionales que laboran
en los departamentos de Orientación en los colegios cuentan con algún respaldo teórico, en el
sentido de identificar el procedimiento que realiza la persona profesional de la Orientación con
adolescentes para atender situaciones de crisis emocional. O si por el contrario, siguiendo los
resultados de esta investigación, tampoco se cuenta con un alto grado de rigurosidad y
homogeneización, como es el caso de estas personas profesionales y voluntarias en el contexto
belga. Por lo que el estudio anterior, aporta a esta investigación en el sentido de conocer si
realmente la aplicación de los PAP se está haciendo de forma correcta ypor tanto, brindando
resultados positivos para las personas adolescentes de los centros educativos que participen de la
investigación.

Por otra parte, en Medellín, Colombia, Correa, Herazo, Sepúlveda y Yepes (2018)
desarrollaron la investigación titulada “Primeros Auxilios Psicológicos – Intervención en crisis”
como parte de un diplomado en Psicología.

Las autoras tuvieron como objetivo documentar todos los elementos epistemológicos,

45
teóricos, metodológicos y prácticos de los PAP, redactando sus principales características y la
manera más efectiva en que este tipo de intervención se puede desarrollar. Esto, para tener mayor
claridad sobre cómo debe ser el proceder o quehacer psicológico ante situaciones o eventos en los
que sea necesario hacer uso de esta estrategia de intervención.

Con respecto a la metodología empleada, se implementó lo teórico/práctico, ya que la


investigación se realizó mediante capacitaciones donde se trataron temas especializados en
diferentes áreas, como lo fue el conflicto armado, la violencia de género, la psicología positiva y
arte terapia, las cuales permitieron identificar distintos métodos para el abordaje de los PAP.

Las autoras profundizan en tres distintas situaciones, el conflicto armado, el duelo y el


estrés post traumático, ya que buscan crear estrategias de intervención para abordarlas. Las
investigadoras crean una propuesta dirigida a adolescentes víctimas de conflicto armado y la
violencia en función de los PAP, la cual tiene como objetivo general el brindar a las personas
adolescentes víctimas del conflicto armado estrategias y recursos psicológicos que sean de utilidad
en la reducción de estrés y la transformación de conductas destructivas, procurando de esta manera
la adaptación a su nueva situación, la promoción de la salud y el bienestar psicosocial.

Como conclusiones principales, las autoras puntualizan que conocer los enfoques de
atención ante las diferentes necesidades de atención (el conflicto armado, el duelo y el estrés post
traumático) permite realizar una intervención integral, no solo desde la parte psicológica, sino
desde todos los recursos que pueda necesitar la persona afectada, brindándole información sobre
centros de asistencia y creando una red de apoyo. Asimismo, mencionan que para brindar los PAP
se debe contar con una guía establecida que ayude a actuar de la mejor manera, ofreciendo
protección, seguridad y esperanza.

De esta forma, se vuelve a apuntar a la necesidad de tener una intervención basada en


aportes teóricos que sean capaces de dar evidencia sobre su efectividad, la necesidad de
capacitación de los equipos de atención de las situaciones de crisis para llevar la teoría a la práctica
y la uniformidad del servicio, como una forma de respaldar su calidad. Lo anterior, es de gran
interés para esta investigación por la trascendencia que tiene la intervención de crisis emocionales
en la labor orientadora y la intencionalidad de esta investigación de identificar los procedimientos
realizados, lo cual remite al primer objetivo específico.
46
Por su parte, Lee, You, Choi, Youn y Shin (2017), en su investigación “Una evaluación
preliminar de los efectos de un entrenamiento didáctico y basado en simulaciones para los
Primeros Auxilios Psicológicos, dirigido a estudiantes y orientadores educativos en Corea del Sur”
investigaron los efectos del entrenamiento didáctico basado en simulaciones de PAP, basándose a
su vez en un modelo de competencias. Esta investigación buscó determinar si el entrenamiento en
PAP fomenta el desarrollo de habilidades, actitudes y conocimientos en torno al manejo de crisis.

Para esto se realizaron dos estudios, uno con estudiantes de bachillerato en Psicología y
otro con profesionales de la Orientación. En ambos, las personas participantes recibieron una
charla teórica de tres horas y un taller práctico de tres horas con simulaciones, y para la
investigación misma, se realizó un pre-test y un post-test con ambas poblaciones para definir si se
lograron cambios mediante del entrenamiento.

Como resultados, se obtuvo que la población de estudiantes de Psicología logró un mayor


conocimiento teórico y una mejor autovaloración en cuanto al manejo de los PAP. Por su parte,
la población de profesionales en Orientación Educativa, expresó autopercibirse con un mejor
conocimiento del tema y una mayor experticia, pero ambas poblaciones apuntaron a no sentir una
mayor seguridad posterior a recibir la capacitación ni a tener mayor disposición a actuar en
situaciones que necesiten de los PAP.

Estos resultados son de interés para la presente investigación, ya que podrían apuntar a lo
desafiantes que se perciben las situaciones de crisis debido a la carga emocional tanto de las
personas atendidas como el hecho de enfrentarse a esto por parte de los equipos de intervención,
y la necesidad de instaurar programas de capacitación y protocolos de actuación ante estas
situaciones. Lo anterior, buscando ir más allá del plano cognitivo y, un impacto a nivel conductual
y actitudinal en las personas profesionales que pueden hacerle frente a estas situaciones para su
abordaje, asegurando que las personas que lo necesiten, cuenten con apoyos. Para efectos de esta
investigación serían los departamentos de Orientación y las personas profesionales que los
conforman.

Por otra parte, Hagman (2017) en su estudio “Ayudando a Newtown: reabriendo una
escuela ante las secuelas de una tragedia”, comparte su experiencia como líder de un equipo
promotor de salud mental ante el tiroteo en la escuela primaria de Sandy Hook en
47
Connecticut. Para esto detalla el proceso llevado a cabo en la atención a estudiantes,
profesorado y personas encargadas legalmente del estudiantado, como madres, padres u otras
figuras. Dicha intervención tuvo como objetivo fomentar una red de apoyo dentro del sistema
educativo y comunitario, yendo más allá de solo retomar la función educativa dentro de la
institución.

Como parte de las experiencias adquiridas en la atención de esta situación, se encontró que
el personal docente presentaba ciertas demandas psicológicas particulares, lo cual marcó la
importancia de intervenir para el fomento de la resiliencia por medio de un enfoque comunitario.
Además, se refleja la importancia de utilizar un enfoque de respuesta empática para atender las
necesidades tanto de la comunidad como de las personas que la integran, buscando así que la carga
emocional de la tragedia pudiera ser compartida, facilitando que cada persona influya de manera
positiva en el proceso de duelo y sanación de las demás.

Asimismo, se apunta a la importancia de tener cierto conocimiento en salud ocupacional y


en prevención secundaria, intentando reducir el impacto de las situaciones de crisis en los sistemas
organizacionales. Además, se señala la importancia de la evaluación de la situación y su impacto
en el bienestar de las personas implicadas, para así brindar una atención adecuada a las necesidades
personales y psicológicas de cada quien, esto a pesar del reto que implica llevar a cabo esta tarea
durante una situación de crisis o poco después de su desarrollo.

Aunado a lo anterior, se advierte que a diferencia de la atención individual donde se


fomenta la expresión de sentimientos considerados negativos o dolorosos, al intervenir a nivel
comunitario esto se hace impráctico y hasta nocivo en medio de una crisis. En contraposición, lo
que se busca es promover un ambiente en el cual se restaure la confianza, la esperanza y se
movilicen recursos de la comunidad que permitan una recuperación más eficiente y eficaz, que
propicie un escenario en el cual, a futuro, cada persona pueda llevar otros procesos de duelo y
recuperación individual.

Esta obra es de utilidad para el presente estudio en aras de contrastar experiencias y


procedimientos de intervención, ya que aporta elementos desde una visión comunitaria y grupal,
algo que a pesar de que es posible no se suele contemplar en los modelos de PAP, ya que estos
centran su mirada y su intervención en la persona afectada.
48
Finalmente, en el trabajo realizado por Castro y Guarín (2018) en Colombia, titulado “Guía
para psicorientadores en embarazos a temprana edad en primeros auxilios psicológicos en
Villavicencio”, se plantea como objetivo el diseño de una guía para profesionales en
Psicorientación para la aplicación de PAP a adolescentes embarazadas. La población a la cual se
dirigió la guía, es a personas psico-orientadoras de las instituciones educativas de Villavicencio,
debido a que estos representan una red de apoyo importante para las personas adolescentes.

La propuesta de investigación es de tipo cualitativa. Para ello se realizó una revisión


bibliográfica con el fin de obtener la información para el posterior diseño de la guía desde las fases
de los PAP.

Si bien, este trabajo no tiene un apartado específico de resultados y conclusiones, realiza


un aporte importante, debido a que en el manual propuesto se desarrollan aspectos acerca de cómo
abordar una situación de crisis de adolescentes embarazadas al brindar los PAP. Guías como estas,
son de particular interés para la presente investigación, ya que funcionan como un insumo para
contrastar los diversos procedimientos de intervención ante crisis emocionales de acuerdo con las
situaciones precipitantes de estas y, reconocer aportes y aspectos de mejora de la Orientación ante
dichos escenarios.

Al finalizar esta revisión acerca de los antecedentes sobre la temática de la presente


investigación, se pueden reconocer algunas tendencias a tomar en cuenta para desarrollar en los
siguientes apartados, procurando hacer un aporte a las prácticas en torno a la aplicación de los
PAP por parte de personas profesionales en Orientación, particularmente en la atención de la
población adolescente en el ámbito educativo formal.

Por un lado, se busca, al igual que varios de estos estudios consultados, buscar criterios de
uniformidad de las intervenciones para determinar el procedimiento que se realiza al brindar los
PAP o atender situaciones relacionadas con crisis emocionales, además de la rigurosidad y calidad
de los servicios que se ofrecen desde los departamentos de Orientación. Por otro lado, se trata de
incluir la dimensión del autocuidado tanto en el plano individual como en equipos de trabajo, lo
cual no se reconoce plenamente en todos los antecedentes, investigaciones y modelos de
intervención ante las situaciones de crisis consultados, pero es una forma de promover el bienestar
de las personas profesionales en Orientación que tengan que hacerle frente a una intervención de
49
una situación crítica, para evitar el desgaste profesional u otras secuelas más severas a nivel
psicológico de estas y los departamentos que componen.

Cabe señalar que la mayoría de las investigaciones consultadas apuntan a la importancia


de actuar de manera inmediata ante una situación crítica, ya sea que esta se presente en la vida de
una persona o a nivel comunitario o institucional, aun cuando los PAP se suelen centrar en la
intervención individual y directa. Esto debido a que la intervención pronta permite reducir el
impacto emocional y las secuelas negativas que una crisis pueda causar, incluyendo el estrés
postraumático o alguna otra patología psicológica, lo cual es de gran interés para la disciplina de
la Orientación desde su naturaleza preventiva.

Por medio de estas intervenciones de los PAP, se favorece la salud mental e integral de las
personas afectadas, así como una mejor resolución de las crisis para que sirvan como una potencial
oportunidad para el desarrollo de las personas y no como un obstáculo, que pueda llevarse a otras
esferas o dimensiones vitales.

Además, se reitera a través de varias de las diferentes investigaciones consultadas, la


importancia de intervenir de manera sistémica, comunitaria y familiar, procurando que todos los
agentes del sistema educativo y familiar puedan articularse, colaborar y darse apoyo ante la
intervención de las situaciones de crisis. Esto supone que tanto el personal docente, la dirección,
el estudiantado, así como otros agentes de la comunidad educativa, tengan conciencia sobre la
actuación ante estos eventos críticos y que se encuentren en capacidad de brindar la atención de
primer orden, tomando en cuenta la formación y capacitación de las personas profesionales en
Orientación para llevar a cabo los PAP de la mejor manera posible al ser necesario.

Aunado a lo anterior, se comprende la importancia de que todos estos agentes reconozcan


las situaciones de crisis, los factores de riesgo, las señales de alerta, así como la disponibilidad de
recursos para hacerles frente. Esto lleva a la trascendencia de que, desde la visión preventiva, tanto
el personal de la institución educativa que cuente con la capacitación necesaria como el
estudiantado, esté informado sobre los protocolos de actuación, las redes de apoyo y los servicios
que se encuentran disponibles dentro y fuera de la institución.

Asimismo, es vital reconocer el impacto de las crisis a escala familiar y de la comunidad

50
educativa, para intervenir no solo de forma individual con una visión de desarrollo y prevención,
sino también a nivel sistémico, fomentando que el mismo sea capaz de servir como una red de
apoyo significativa ante la resolución de una situación de crisis o al brindar los PAP.

Siguiendo con lo anterior, es necesario señalar en este punto la importancia de contar con
protocolos de actuación validados, los cuales se encuentren basados en rigurosa y actualizada
información científica, ya que varias de las diferentes investigaciones consultadas apuntan a la
falta de estandarización a la hora de actuar ante las situaciones de crisis y de claridad ante los pasos
por seguir, así como a las falencias en aplicación de acciones de manera empírica y con sustento
teórico.

Esto perjudica la atención brindada a las personas que experimentan estados de crisis, y a
su vez, puede repercutir en daños psicológicos futuros y otras secuelas, debido a que la persona
puede no recibir una atención efectiva que le facilite la resolución e integración de la crisis a su
entramado vital.

Para esta investigación esto es sumamente importante, debido a que se busca contrastar el
procedimiento que realizan las personas profesionales en Orientación dentro del contexto
educativo con lo que se propone desde la teoría de intervención en PAP, como parte del análisis y
el objetivo general que se trata de alcanzar con la presente investigación, en torno a la atención de
crisis emocionales en personas adolescentes. Esto, porque según las investigaciones consultadas,
existen algunas carencias que parecen ser una constante a nivel nacional e internacional al
momento de atender a personas que se encuentran viviendo estas situaciones.

Cabe señalar que, a partir de la consulta de diversas investigaciones en el contexto


educativo, se encuentra que hacen énfasis en la relevancia de la figura de la persona docente en la
detección y atención de las situaciones de crisis que puedan vivir sus estudiantes. Esto debido a
que la figura docente se encuentra en una posición privilegiada para conocer de cerca a su
estudiantado y así hallar cambios en su conducta. Además, de que puede detectar señales
propiamente de alerta por el gran grado de contacto que tiene con la población.

Ante esto, también es señalada la necesidad de que el personal docente esté capacitado en
la aplicación de PAP y que cuente con los recursos y apoyos necesarios para que pueda ofrecerlos,

51
teniendo en cuenta que puede recurrir a otros agentes del sistema educativo. Por lo tanto, la persona
profesional en Orientación puede dentro de sus funciones, capacitar a las personas que integran la
comunidad educativa.

Esta capacitación, según las investigaciones consultadas, debe pasar por el reconocimiento
de señales de alerta y los procedimientos de actuación según los PAP para reconocer la vivencia
de las crisis dentro de un proceso de desarrollo en la vida de las personas adolescentes,
entendiéndolas como seres integrales y sujetos de derecho.

Entonces, a partir de la búsqueda de información en el contexto internacional y nacional,


se encuentra una necesidad manifiesta de indagar la forma de actuación de primera instancia por
parte de profesionales en Orientación ante crisis emocionales de personas adolescentes, debido a
la carencia de estudios que conciernen a dicha población específicamente, y al objetivo de generar
nueva información a partir del análisis de dichas acciones para su mejoramiento.

Se confirma a partir de los diferentes hallazgos de las investigaciones, que este estudio
resulta relevante para la disciplina de la Orientación debido a la importancia de que quienes se
forman como profesionales en esta disciplina, cuenten con una gama más amplia de herramientas,
además de los conocimientos básicos que se obtienen durante la carrera, para intervenir y enfrentar
de manera óptima las crisis emocionales que enfrentan las personas con las cuales trabajan.

Ante esta situación, surge la importancia de indagar acerca de las estrategias y técnicas que
están aplicando actualmente profesionales en Orientación, para brindar los PAP a personas
adolescentes en el contexto educativo en situaciones de crisis emocionales, lo cual permitirá
generar mayor y nueva información que asegure una atención y reflexión adecuada ante el
importante papel de estas interviniendo dichos escenarios.

En síntesis, se puede observar cómo estos antecedentes internacionales mencionados,


destacan a modo general la importancia de que existan diversos agentes preparados para intervenir
en situaciones de crisis. Además, se logra evidenciar la necesidad de actuar de manera inmediata
ante una situación crítica, esto para favorecer la salud mental e integral de las personas afectadas,
y así prevenir un mayor riesgo o daño emocional ante la situación crítica.

52
De manera que estos antecedentes se convierten en un aporte sumamente enriquecedor
para la presente investigación, al destacar la importancia de la intervención en situaciones de crisis,
y la forma en la que es indispensable prevenir daños emocionales favoreciendo el bienestar integral
de la persona.

Así como también, destaca la relevancia de esta investigación al evidenciar que existe poco
referente sobre la intervención en crisis con personas adolescentes desde la Orientación, y la
necesidad de generar más conocimientos teóricos y prácticos sobre el papel de la disciplina en este
tipo de intervenciones a partir del reconocimiento de estrategias y técnicas dentro de los
procedimientos aplicados, y el autocuidado que acompaña la labor.

Finalmente, una vez habiendo señalado los antecedentes nacionales e internacionales que
nutren la investigación en relación con los PAP y la intervención en crisis, se procede a presentar
el marco teórico que sustenta la investigación.

53
CAPÍTULO II

2. Marco teórico / Referentes conceptuales

A continuación, se presentan los apartados que constituyen la perspectiva teórica o de


referencia que sustenta este estudio como parte del proceso de investigación, los cuales están
construidos a partir de diferentes fuentes de información y autorías, quienes proponen una forma
de entender el fenómeno en cuestión. Es decir, la intervención ante crisis emocionales en
adolescentes desde los PAP por parte de personas profesionales en Orientación en el contexto de
las instituciones educativas.

2.1. Antecedentes históricos de la intervención en crisis en aplicación de los PAP.

En primera instancia, se considera necesario empezar con una reseña en torno a la parte
histórica de la teoría de los PAP, principalmente desarrollada en Costa Rica, así como los lugares
internacionales donde se utilizó.

Para iniciar, es necesario tener presente el concepto de crisis, el cual según Slaikeu (citado
en Monge, 2016, p.3), es un estado temporal de trastorno y desorganización que genera que sea
difícil el manejar ciertas situaciones particulares utilizando métodos ya aprendidos. Las crisis
emocionales pueden surgir a lo largo de la vida y pueden provocar ansiedad, angustia, frustración
o sufrimiento.

Tomando en cuenta lo anterior, el papel de la Orientación es indispensable en el trabajo de


esta temática, para que las personas orientadas puedan adquirir nuevas herramientas de
afrontamiento, sepan cómo expresar sus emociones y sean capaces de sobrellevar las crisis de una
mejor manera. Por lo tanto, la intervención en crisis, y específicamente en este caso los PAP,
requieren de una preparación teórica y práctica, así como la constante actualización de lo referente
a los PAP, desde la actuación profesional en Orientación.

Ahora bien, es importante mencionar que “tanto las instituciones gubernamentales como
las no gubernamentales han unido esfuerzos para consolidar una atención integral a nivel físico,
social y emocional de las personas afectadas en el antes, durante y después de las situaciones de
crisis” (Monge, 2016, p.3).

54
A partir de lo anterior, se considera relevante que las organizaciones de salud mental o
instituciones educativas brinden apoyo en función de los PAP, para dar contención a las personas
que estén atravesando por distintas crisis y lo requieran. Es por ello, que desde hace ya algún
tiempo existen distintas instituciones y organizaciones que han puesto en práctica la teoría de PAP
y ofrecen sus servicios a las distintas comunidades y personas.

Por otra parte, se considera importante profundizar en los antecedentes de la teoría de los
PAP a escala internacional y propiamente en Costa Rica, para conocer cómo se han manejado estas
situaciones de crisis.

2.1.1. Antecedentes históricos de la intervención en situaciones de crisis y PAP en el


mundo.

Según Monge (2016), existe un gran exponente para Centroamérica en cuestión de la teoría
de los PAP; el doctor Joseph O. Prewitt Díaz, quien dice que “el cual escribe, compila y traduce
información en relación a esta temática, buscando crear un modelo que brinde apoyo psicosocial
ante desastres, para la población guatemalteca desde el año 2001” (p.5).

Aunado a lo anterior, en una información divulgada por la Cruz Roja Internacional se


plantea que:

La Cruz Roja Americana ofrece asistencia en la intervención en crisis desde el año

1992, y en 1997 esta institución fue la agencia privada designada por el Congreso

de Estados Unidos para ofrecer apoyo psicológico a las víctimas y sobrevivientes

de accidentes aéreos, entre otros tipos de situaciones. (Prewitt, citado en Monge,

2016, p.6)

En la misma línea, también se menciona a la Organización Panamericana de la Salud (OPS)


y la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cuales han desarrollado manuales que contienen
información sobre el tema de salud mental y los PAP, donde se brinda tanto información teórica
como formas de abordaje.

55
Por lo tanto, se aprecia según lo mencionado, que a lo largo de los años el mundo ha
experimentado ciertas situaciones que han impactado la forma de vida de las personas y que han
requerido diversas formas de afrontarlas. Por ejemplo, de acuerdo con la Federación Internacional
de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (2008), los fenómenos naturales como
inundaciones, huracanes, terremotos, deslaves, entre otros, así como eventos bélicos, desastres
sociales y accidentes pueden significar o generar situaciones de crisis (pp.7-9).

Para Parada (2012), la muerte de personas cercanas, los diagnósticos médicos


desfavorables, situaciones de riesgo en que la vida está comprometida, delitos cometidos, factores
idiosincrásicos o de percepción individual al ser graves para una persona y no para otra, son
sucesos que afectan o hieren a las personas de alguna forma, que precipitan una crisis y que
requieren de apoyo emocional al respecto (pp.9-10).

Ante estos eventos los hábitos o la cotidianidad suelen modificarse y las personas no saben
cómo reaccionar a estos cambios, lo que genera que no se pueda lidiar con situaciones que antes
parecían sencillas o normales, y pueden generar desajustes en el estilo de vida de las personas y
los recursos que se tenían para afrontar situaciones difíciles, los cuales de repente parecen ya no
ser suficientes.

Es por ello, que para la presente investigación se procura entender cómo se han manejado
los distintos momentos de crisis en el mundo, para tener referencias sobre cómo las personas
profesionales en Orientación pueden acompañar a la población que así lo requiera, en los
momentos de crisis que vayan a afrontar.

La intervención en crisis según Parada (2012) comenzó con el trabajo de Erick Lindemann
en 1944, “al atender a personas afectadas en el incendio del centro nocturno “Coconut Grove” en
Boston” (p.9). En ese incendio murieron muchas personas, y Lindemann, doctor en Psiquiatría, les
dio seguimiento a las personas que perdieron a un ser querido. La autora menciona que muchas
personas lograron superar el proceso de duelo por su propia cuenta. Sin embargo, a las que no les
fue posible, desarrollaron síntomas psicopatológicos debido a que no experimentaron el ciclo
completo del proceso de duelo.

56
Cuando suceden situaciones que causan un desajuste a las personas, algunas las saben
sobrellevarlas por sí mismas. Sin embargo, a otras personas se les dificulta transitar por ese proceso
solas y necesitan entonces de un acompañamiento que les oriente sobre cómo seguir después del
evento que generó la crisis. Es en dicho escenario donde es importante que entre el papel de la
persona profesional en Orientación en la intervención en crisis y aplicación de los PAP.

Hay dos teorías según Figueroa (citado en Parada, 2012) que pueden sustentar teóricamente
la intervención en crisis. Una de ellas es la teoría de Erikson sobre el ciclo vital del desarrollo, y
otra la de Holmes, en la cual se expone sobre el estrés asociado a los sucesos de la vida, (p.10).

El ciclo vital del desarrollo según Erikson (citado en Parada, 2012), se compone de ocho
etapas y en cada una se experimentan cambios, pues son procesos de transiciones y retos nuevos
que se presentan, donde la persona aprende ciertas cosas y debe reajustar cada una de ellas
conforme a las etapas que viva. Por lo tanto, se puede considerar como que el paso de una etapa a
otra, puede generar crisis emocionales (p.10).

Ahora bien, desde lo que plantea Holmes (citado en Parada, 2012), el estrés, la enfermedad
y los cambios propios del desarrollo generan desajustes, cambios y por ende, crisis. A partir de
esto, se considera que las crisis han estado presentes desde siempre; donde se generan cambios, lo
más probable es que se va a generar una crisis (p.11).

Por otra parte, otro de los pioneros de la teoría de intervención en crisis es Caplan, (citado
en Gálvez, 2011). Fue el primero en concebir la trascendencia de las crisis vitales en la
psicopatología de las personas adultas, ya que fue integrante del Hospital General de
Massachusetts y de la Escuela de Harvard (p.2).

Por último, en 1960, se creó el Centro de Prevención de Suicidio y Atención en Crisis en


Los Ángeles y Búfalo, Estados Unidos. Este ofrecía durante 24 horas los 365 días del año líneas
telefónicas directas para la prevención del suicidio; posteriormente brindó atención en crisis de
otra índole. En 1963 se aprobó el Acta de los Centros Comunitarios de salud mental, donde también
se daría atención y no solo en hospitales (Gálvez, 2011, p.3).

Se observa que, a lo largo de los años las crisis han estado presentes por diversos sucesos
y en diferentes formas, por lo que se ha buscado darles la atención que éstas requieren. Debido a

57
esto, se buscaron teorías que respaldaran la intervención en crisis, lo que generó que se notara su
importancia habilitando espacios para poder acompañar a las personas en estos procesos y
procurando darles seguimiento.

Ahora bien, tomando en cuenta los hechos históricos en el contexto internacional, se


considera necesario profundizar en cómo se fue desarrollando la aplicación de la teoría de
intervención en crisis, en relación con los PAP a nivel nacional.

2.1.2. Antecedentes históricos de la intervención en situaciones de crisis en Costa Rica.

La intervención en crisis o aplicación de los PAP en Costa Rica inició como necesidad de
dar contención a comunidades que se vieron afectadas principalmente por desastres naturales.

Hay ciertas instituciones que se consideran pioneras en la atención de emergencias

con estrategias propias para la intervención en crisis como por ejemplo la

Universidad de Costa Rica (UCR) desde 1988, la Cruz Roja costarricense desde el

año 2000, el Colegio de profesionales en Psicología que inicia en el 2009 y

finalmente, entre lo que menciona la autora se encuentra la Comisión Nacional de

Emergencias que inicia en el 2010. (Monge, 2016, p.10)

Para efectos de los antecedentes históricos nacionales, todos comparten que la aplicación
de los PAP se ha generado en la atención de desastres naturales con las poblaciones de riesgo, en
relación con ello. Se profundiza seguidamente en la referencia de la UCR, ya que es la entidad que
más aporta a la investigación por su enfoque multidisciplinario y su trayectoria.

Ahora bien, en relación con la UCR existe la Brigada de Acompañamiento Psicosocial, la


cual es una instancia de la UCR, que apoya a las comunidades en función de diagnosticar, atender,
capacitar y darles seguimiento, cuando se han enfrentado a un desastre natural. De acuerdo con la
página web de la Universidad de Costa Rica (2016), la institución tiene treinta y dos años de
trabajar de una forma continua con las comunidades que se han visto afectadas por las emergencias
naturales.

58
A partir del apoyo recibido de las autoridades universitarias, dicha brigada ha logrado
conformar un equipo interdisciplinario, el cual recibe capacitación en los PAP y atención
psicosocial. Es importante hacer notar que las nuevas personas profesionales que se integran, así
como el estudiantado, son acompañados por profesionales en Psicología con mayor experiencia
durante una emergencia.

Actualmente, la brigada trabaja con la Maestría de Gestión del Riesgo, con el Trabajo
Comunal Universitario de Gestión del Riesgo en comunidades amenazadas y con dos programas
de la Vicerrectoría de Acción Social: Iniciativas Estudiantiles y Kioscos Socioambientales:

La Brigada surge a partir de una demanda social de atención en situaciones de

desastres naturales, específicamente cuando el país se vio afectado por el Huracán

Juana, el cual sucedió en 1988. Por lo tanto, esta organización ha laborado por más

de treinta años a nivel nacional, en las comunidades de Escazú, Santa Ana,

Turrubares, Cinchona, Atenas, Jucó, Sixaola, Portalón, Quepos, Parrita, Limón,

entre otras; y a nivel internacional en El Salvador, Nicaragua, Honduras y Chiapas,

México. (Umaña y Zárate, 2014, p.9).

Ahora bien, habiendo retomado los antecedentes históricos de la intervención en crisis


mediante los PAP en Costa Rica, se evidencia que la teoría de la crisis y de los PAP fueron
utilizadas en su momento principalmente para la atención de las crisis que suscitaron fenómenos
o emergencias naturales. Por lo tanto, seguidamente se procede a desarrollar de manera más
detallada la información y los referentes teóricos que le conciernen a la teoría de la crisis y a la
aplicación de los PAP, para comprender su desarrollo y el proceso de abordaje ante crisis
emocionales.

2.2. Teoría de la crisis.

La crisis, como estado, proceso y experiencia desde su momento de aparición hasta su


resolución máxima se desarrolla a partir de diversas características y funcionamientos, necesarios
de comprender para facilitar una intervención adecuada de ésta. Ante dicho escenario, se requiere

59
comprender diferentes conceptos y formas de desarrollarse de las situaciones de crisis, desde la
teoría que se ha planteado al respecto y en aras de actuar frente a estas.

2.2.1. Concepto de crisis.

La comprensión e intervención ante una crisis requiere de la definición de dicho estado y


una explicación de lo que es denominada “teoría de la crisis”. Es decir, desde una perspectiva
teórica, si el estado de crisis no es distinguido de otros corre el riesgo de perder su concepto íntegro.
Y desde un punto de vista más práctico, resalta la importancia de entender cuándo una persona se
encuentra en estado de crisis y cuándo no, con el fin de brindarle la ayuda y acompañamiento
necesario (Slaikeu, 2000, p.15). Para efectos de la presente investigación, se entiende que:

Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado

principalmente por una incapacidad del individuo para manejar situaciones

particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y

por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”.

(Slaikeu, 2000, p.16)

Todas las personas a través de sus vidas están expuestas de una u otra forma a experimentar
diversas crisis, las cuales pueden conllevar una significativa desorganización emocional,
importantes carencias en el sentido de vida y dificultad para utilizar estrategias de afrontamiento
previas. Estos estados de crisis emocionales, son de tiempo limitado, son manifestados por un
suceso precipitante y es esperable que sigan pautas sucesivas de desarrollo durante diferentes
etapas, con el potencial de llegar a una resolución de forma positiva o negativa según la experiencia
misma de las personas que los experimentan. Las crisis siempre van a existir y los cambios
dependen de ellas. Por ende, la importancia de abordarlas también (Vallejos y Araya, 2015, p.24).

Debido a la desorganización o desequilibrio emocional que una crisis puede generar en una
persona, en una temporalidad determinada y de carácter imprescindible ante un suceso precipitante
de esta, para efectos de la presente investigación toda crisis se considera emocional. Las crisis
están acompañadas indiscutiblemente de afectaciones en el manejo y expresión de emociones, las

60
cuales desembocan en conductas o acciones que pueden afectar el afrontamiento y la superación
de la crisis, y que necesitan de una atención integral.

La definición misma de crisis permite visualizarla como un estado con un principio y un


final, y un proceso particular que lo categoriza como tal y que lo diferencia de otros estados.
Existen ciertas e importantes diferencias entre lo que es considerada una situación de crisis y a lo
que se le puede denominar una situación de ansiedad, angustia, o estrés agudo solamente según lo
que plantean Viney y Westbrook (citados en Dzib, 2013, pp.94-95).

Entre estas diferencias se encuentra que las formas o patrones de afrontamiento son
distintos, ya que durante la crisis el abordaje suele ser más personal y menos social, sin obviar que
este último tiene un importante papel sobre la superación de la crisis. Además, en el proceso de
crisis, la persona tiende a ser menos defensiva y se abre a las sugerencias, consejos y apoyos, lo
cual no sucede a plenitud en casos de estrés o ansiedad.

Asimismo, el resultado de la crisis suele ser debilitación o crecimiento ante los diversos
problemas de la vida cotidiana, mientras que el estrés está relacionado con patologías, dando como
resultado una relativa adaptación a situaciones que puedan generar aflicción y desesperanza. Las
crisis están concatenadas con un suceso repentino y una incidencia de tiempo limitado y corto
usualmente, y el estrés suele ser proveniente de un proceso crónico que se ha desarrollado antes y
durante dicho estado.

Dentro de la teoría de la crisis se sitúa lo que se supone como la construcción de esta. Es


decir, las condiciones que asociadas entre sí pueden ocasionar un estado de crisis, de acuerdo con
Slaikeu (citado en Dzib, 2013, p.91): suceso precipitante, situación conflictiva, e incapacidad de
utilizar mecanismos acostumbrados.

Por suceso precipitante e importante, se entiende que es el acontecimiento que la persona


no espera; situaciones imprevistas hasta cierto punto que se encuentran fuera del control de quien
las enfrenta, y que pueden desencadenar una crisis.

Algunos sucesos son universalmente devastadores, mientras otros no son de una


proporción digna para generar una crisis, pero que deben ser considerados como tal en el contexto
del desarrollo total de la persona que la vive; “necesita observarse tanto el suceso externo como lo

61
que este significa para la persona en el entorno de la historia de su desarrollo” (Slaikeu, 2000,
p.17).

La situación conflictiva, hace referencia al estado que la persona en crisis experimenta, en


el cual no sabe qué hacer ni de qué forma reaccionar con exactitud ante una determinada situación
precipitante de crisis emocional. Dicho escenario de conflicto, lleva a la incapacidad de utilizar
mecanismos acostumbrados para afrontar problemas, debido a que a la persona no le son
suficientes ni eficaces las pautas o estrategias que usualmente utiliza para resolver situaciones de
esta índole; al tener respuestas que no son funcionales, la persona tiende a inclinarse hacia el
cambio, ya sea positivo como oportunidades de crecimiento personal o negativo como fracasos de
difícil resolución.

2.2.2. Tipos de crisis.

La definición anterior de un estado de crisis permite facilitar la comprensión y la


intervención necesaria ante este. Aun considerando que cada crisis es única, existe una
clasificación de esta a partir de su naturaleza y la tensión que ocasiona: crisis circunstanciales y de
desarrollo.

Las crisis circunstanciales, de acuerdo con Slaikeu (2000), “son accidentales o inesperadas
y su rasgo más sobresaliente se apoya en algún factor ambiental” (p.19). Este tipo de crisis tiene
poca o nula relación con la edad de la persona que la experimenta, o la etapa de la vida en que se
encuentra. Es decir, no se relacionan directamente con el proceso natural de maduración de las
personas.

Siguiendo al autor mencionado, y sumando a la definición anterior, las características


principales de las crisis circunstanciales son: a) tienen una aparición repentina, b) son imprevistas
y difícilmente se cuenta con preparación para afrontarlas, c) se consideran como urgencias de
acción inmediata, d) tienen impacto sobre comunidades enteras y, d) del peligro y la
desorganización generada, puede surgir una oportunidad de reorganizar las áreas afectadas
(Slaikeu, 2000, pp.67-68).

Las crisis del desarrollo hacen referencia a una serie de cambios en el organismo o en la
vida misma de una persona, las cuales se caracterizan por diversas tareas, situaciones o

62
preocupaciones que han de ser resueltas para obtener el mayor funcionamiento posible en la
persona que las experimenta; cuando este cambio es extremo, se convierte en una crisis (Dzib,
2013, p.97). Estas crisis están relacionadas con el desplazamiento entre etapas del desarrollo
humano, y la dificultad de la transición entre ellas y las tareas que conllevan. A lo anterior, es
importante añadir que:

Las crisis del desarrollo son desorganizaciones que preceden al crecimiento y de

hecho, lo hacen posible, es decir, están relacionadas con el traslado de una etapa de

la vida a otra. Muchas de estas crisis son predecibles puesto que sabemos con

anticipación que la gente tiene etapas decisivas que enfrentar en diversas ocasiones

de sus vidas. Razón por la cual, son naturales y sobrevienen desde la niñez hasta la

senectud (Zaz y Cowen, citados en Dzib, 2013, p.97).

Ahora bien, posterior a comprender lo que son las crisis circunstanciales y del desarrollo,
es de suma importancia tener en cuenta una serie de factores que inciden y se atañen al estado de
crisis desde su aparición hasta su resolución, como elementos vitales para una respectiva
intervención adecuada. Por lo tanto, se hace referencia a estos a continuación.

2.2.3. Factores que inciden en la aparición y resolución de una crisis.

Durante una crisis emocional, la persona que la vive se encuentra en una encrucijada entre
la aparición de esta y lo que desencadena en su vida, y lo que debe y puede hacer para encontrar
soluciones adecuadas ante las consecuencias dadas. En este proceso, se encuentra con una serie de
factores que tienen gran incidencia desde la aparición del suceso precipitante hasta la resolución
de la crisis misma, y que determinan el curso de su estado, por lo que a continuación son abordados.

Significado del suceso. Como se mencionó en apartados anteriores, cada crisis es única,
por lo que debe ser entendida desde la historia de vida y el contexto de la persona que la sufre, así
como su personalidad, debido a que esta trayectoria de vida y sus implicaciones permiten situar el
significado del suceso precipitante y el estado de la persona.

63
De acuerdo con Dzib (2013), la personalidad es un factor determinante de gran
significancia para comprender si ciertos eventos conducen o no a una crisis y su gravedad. Pero,
asimismo, existen circunstancias predisponentes en la vida de las personas para que una crisis se
suscite y permita a la personalidad individual entrar a colación. A partir del planteamiento de Zax
y Cowen (citados en Dzib, 2013) se presentan algunas de estas condiciones, entre las que se
encuentran la amenaza y pérdida de suministros básicos, mayores exigencias que enfrentar,
fracasos en proyectos personales y profesionales, desastres con implicaciones de violencia y
arbitrariedad, entre otras (p.96).

En el significado del suceso precipitante de una crisis para las personas, es posible palpar
que este depende también de sus características, principalmente cuando tiene consecuencias
traumáticas por su grave impacto; de la magnitud que puede alcanzar, debido a que existen
acontecimientos que pueden afectar a una sola persona, como a todo un grupo, una familia, una
institución o una comunidad; y la vulnerabilidad a estados de crisis debido a la repetición de
eventos difíciles de afrontar o procesos no abordados adecuadamente.

Aunado a lo anterior, Myer y Moore (citados en Rendón y Agudelo, 2011), plantean una
perspectiva ecológica para comprender la situación y el impacto de la crisis de forma global sin
dejar de lado a la persona que la experimenta. Esta noción propone que las crisis y sus efectos
suponen una interacción entre la persona, el sistema, la comunidad y participantes, y el asunto es
comprendido mediante tres premisas básicas (p.223).

La primera de ellas, es que el impacto de la crisis en las personas y en los sistemas


concatenados a estas, depende de la proximidad física y del significado que se le atribuye al suceso
precipitante. La segunda premisa se refiere a que la comprensión del impacto del suceso
precipitante debe tener en cuenta la reciprocidad en el efecto que se genera entre las personas y los
sistemas o contextos afectados, el cual conlleva una serie de interacciones entre las relaciones
primarias (directas) y secundarias (mediadas por algún elemento), y el grado de cambio
(interrupción en el funcionamiento a corto y largo plazo) que se disparó por lo acontecido. Si las
relaciones son de soporte, el impacto puede ser reducido; si obstruyen, aumenta.

64
La tercera premisa hace referencia a que el tiempo es un factor influyente y determinante
en el impacto y significado del suceso; se considera la cantidad de tiempo que ha transcurrido
desde el evento y otros momentos significativos. En relación con lo anterior:

Es importante saber qué pasó para que se desencadenara la crisis. Saber si existió

un incidente importante, tal como la muerte de un ser querido, o si el incidente

precipitante fue del tipo de “la gota que derramó el vaso”, un incidente menor que

ocurrió después de una acumulación de acontecimientos que provocaban tensión,

tales como mudarse a una nueva comunidad, un cambio importante en las

responsabilidades en el trabajo y otras semejantes. Se da particular atención a

cuándo ocurrió el incidente y quién estuvo implicado, como un trasfondo para saber

cómo interactúa aquel con la autoimagen del paciente y con su estructura y metas

vitales. ¿El paciente considera el incidente como una pérdida? ¿Una amenaza? ¿Un

reto? (Slaikeu, 2000, p.174)

De esta manera, es necesario comprender entonces que el significado de las crisis varía
totalmente de persona a persona, su historia de vida y su vivencia en el contexto inmediato donde
se desarrolla, lo que genera diversas formas de hacer frente a los sucesos precipitantes de crisis y
el desenlace de estas, lo cual se aborda a continuación.

Estilos y estrategias de afrontamiento. El afrontamiento de nuevas adversidades, retos y


pérdidas que generan crisis emocionales, entendido por Lazarus y Folkman (citados en Jaramillo,
2015) como “aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se
desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como
desbordantes de los recursos del individuo” (p.21), es usualmente generado mediante estilos de
afrontamiento ya desarrollados en la vivencia de experiencias que requieren ser enfrentadas, pero
que demandan nuevas formas de hacerlo.

65
Se puede comprender que el afrontamiento es un proceso cambiante con fines de
adaptación, donde la persona y el contexto se encuentran en una permanente interacción, la cual
depende del estilo y las estrategias que se utilicen como del tipo de evento que necesita ser
superado (González y López, 2013, pp.53-54).

Esta forma de conceptualizar el afrontamiento permite evidenciar que su proceso y por


consiguiente, la resolución de la crisis, está caracterizado por la interacción de la persona consigo
misma, teniendo en cuenta recursos internos, y con su contexto inmediato mediante recursos
externos, y genera así diferentes estilos de afrontamiento.

Aunado a esto, es importante comprender también de acuerdo con Vázquez, Crespo y Ring
(citados en Jaramilllo, 2015), que los estilos de afrontamiento son las predisposiciones personales
para afrontar los sucesos precipitantes de las crisis y de ellas se derivan las preferencias
individuales para el uso de estrategias de afrontamiento, así como de la estabilidad situacional y
temporal de la persona (p.21).

De acuerdo con la propuesta de Carver, Sheir y Wientraub (citados en Jaramillo, 2015),


existen tres estilos de afrontamiento: centrado en el problema, en la emoción y en la evitación. El
estilo de afrontamiento centrado en el problema, se caracteriza por un intento de modificar y
resolver la situación que genera estrés, o al menos, reducir el impacto que posee. Este estilo, es
“un tipo de afrontamiento utilizado para controlar la relación perturbada entre el individuo y su
entorno, mediante la solución de problemas, la toma de decisiones y/o la acción directa” (Jaramillo,
2015; p.22).

La elaboración y resolución de crisis emocionales mediante este estilo, posibilitan un


aumento de la capacidad de ajuste de las personas a una autoevaluación en torno a la eficacia y a
sentimientos claros de alegría y disfrute, lo que puede llegar a implicar un reforzamiento en el
papel de estas en su entorno a nivel social y personal, facilitando como plantea Casado (citado en
Jaramillo, 2015, p.23), una disposición anclada a valorar la autoeficacia ante futuros retos que se
le presenten.

El estilo de afrontamiento centrado en la emoción, hace referencia según Constanza y


Washington (citadas en Moreno y Esparza, 2014) a “los esfuerzos para disminuir la tensión, la

66
activación fisiológica y los sentimientos negativos causados por una situación estresante” (p.102).
Al respecto, se plantea que por este estilo de afrontamiento:

Se entiende aquellos procesos cognitivos encargados de minimizar el grado de

alteración emocional que genera una situación estresante. Los sujetos lo usan

cuando perciben que los estresores no pueden ser modificados y tienen que

interactuar con ellos. El propósito del sujeto es conservar la esperanza y el

optimismo, actuar como si no importaran las circunstancias. (Álvarez, citado en

Jaramillo, 2015, p.23)

De esta manera, en este estilo importa la disminución y el manejo del estrés emocional
generado por el acontecimiento, donde las personas se centran en respuestas emocionales, así como
en la preocupación y las reacciones supersticiosas y hasta fantásticas que se pueden suscitar.

Para Lazarus y Folkman (citados en Jaramillo, 2015), este estilo de afrontamiento puede
ser hasta cierto punto desadaptativo en situaciones de estrés, debido a que de forma incorrecta y
pasiva puede generar un aumento en la manera en que la respuesta de estrés percibida se
intensifica, y provocar consecuencias negativas en la parte emocional y el rendimiento de la
persona.

Asimismo, el estilo de evitación contempla diferentes estrategias cognitivas y


conductuales, que permiten a las personas evadir el afrontamiento de problemas o emociones
negativas que se deriven de estos. Este estilo es un intento de manejo no funcional ante las
demandas que la realidad hace a las personas, a partir de un alejamiento o manejo que no es real
de la situación y que puede ser ilusorio y manipulativo (Casado, citado en Jaramillo, 2015, p.23).

Inclusive, este estilo puede ser de negación y transferencia a otras personas de su


responsabilidad en lo sucedido. En torno a este estilo de afrontamiento:

Las estrategias de evitación permiten escapar del problema, reduciendo la ansiedad

y el estrés permitiendo un reconocimiento gradual de la amenaza, lo que en

67
ocasiones podría traer consecuencias positivas, sobre todo cuando trata de

situaciones incontrolables donde no hay posibilidad de conducta instrumental; sin

embargo, de acuerdo a la reducción en los niveles de estrés proporcionada por la

evitación puede no ser productiva si no permite la asimilación y resolución de la

situación estresante. (Rodríguez et al., citados en Jaramillo, 2015, p.24)

Se comprende que este estilo de afrontamiento implica que la persona que enfrenta una
crisis emocional evita el problema no pensando en él, esperando que se pueda resolver por sí
mismo, distrayéndose con diversas actividades para evadir pensamientos concurrentes sobre la
situación e incluso, atribuyendo responsabilidad o culpa a otras personas.

Luego de hacer referencia acerca de estos estilos de afrontamiento y tomando como base
lo planteado por Jaramillo (2015), quien a partir de diversos aportes teóricos caracteriza la
dinámica y la vivencia de estos estilos, de la siguiente manera se sintetizan aspectos relevantes
para comprender la vivencia de un estado de crisis y valorar sus fortalezas (pp.24-25).

Los estilos de afrontamiento evitativo y centrado en la emoción resultan ser más


adaptativos a corto plazo, mientras que el centrado en el problema lo hace a largo plazo. Las
estrategias centradas en el problema tienen mayor eficacia, debido a que confieren un sentido de
autoeficacia para futuros retos. Las estrategias centradas en la emoción tienen menor eficacia.

Si la persona considera que la situación estresante a la que se enfrenta está dentro de sus
capacidades de control personal, la predominancia será entonces de un estilo de afrontamiento
centrado en el problema, con el objetivo de modificar las demandas situacionales a partir del evento
y el estrés que se generó.

Además, si la situación que se enfrenta se valora como no controlable, la tendencia de la


persona será la de la mayor protección posible del bienestar emocional ante un posible impacto
negativo que el elemento estresante pueda generar; esto mediante estrategias centradas en la
emoción o evitativas.

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Las estrategias evitativas y centradas en la emoción se sustentan en importantes predictores
de un pobre ajuste físico y emocional, lo que posibilita la aparición de gran ansiedad y depresión,
conductas disruptivas, bajo afecto positivo y problemas en la salud física. Estos estilos pueden
alejarse de un afrontamiento realista y directo de la situación que se enfrenta, y llevar a un daño
en la salud de la persona.

Los estilos de afrontamiento dependen de diversos elementos o predisposiciones sociales,


cognitivas, emocionales y conductuales para ser puestos en práctica ante una crisis emocional por
la persona afectada. Aunado a esto, requieren de métodos o acciones específicas que permitan
cumplir el objetivo de afrontar la crisis de la mejor manera posible. Es decir, estrategias de acción
frente a la crisis suscitada por un evento precipitante de esta, que permitan su abordaje y
superación. Por consiguiente, es necesario plantear en qué consisten las estrategias de
afrontamiento.

Como parte de los estilos de afrontamiento anteriormente abordados, existen diversas


estrategias que se pueden llevar a cabo para hacerle frente a los sucesos adversos y precipitantes
de una crisis, a partir de los recursos internos y externos con los que las personas cuentan, así como
contemplando las experiencias previas, el contexto en que las situaciones se desarrollan y las
permanentes presiones y retos socioculturales que enfrentan.

Las estrategias de afrontamiento son “los procedimientos utilizados por la persona para
hacer frente a las adversidades, estas pueden cambiar de acuerdo con las condiciones
desencadenantes, y son aprendidas por el sujeto a través de las experiencias que internaliza
observando a otros” (Fernández-Abascal, citado en Jaramillo, 2015, p.25).

Por consiguiente, se entienden las estrategias de afrontamiento como métodos o técnicas


aprehendidas por la persona a través de la vida por medio de la interacción consigo misma y su
entorno inmediato, donde pone en práctica diversas acciones para afrontar situaciones apremiantes
de estas, y así considerar cuáles estrategias son apropiadas para los diferentes sucesos que enfrenta,
en un momento determinado de crisis actual y en un futuro próximo, de ser necesario.

Retomando a Carver et al. (citados en Jaramillo, 2015, pp. 25-28), se hace referencia a
quince estrategias de afrontamiento que se explicitan a continuación:

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● Crecimiento personal: consiste en buscar el desarrollo como persona y aprender algo de
lo que sucedió o sucede, en forma de experiencia y mediante métodos que la persona
considere aptos.

● Abandono de los esfuerzos de afrontamiento: hace alusión a la renuncia de cualquier


intención del alcance de los objetivos con los que la situación precipitante de crisis
interfiere; se pierde interés o ilusión para continuar;

● Planificación y afrontamiento activo: hace referencia a las acciones y los esfuerzos para
eliminar, evitar o aminorar los efectos de la situación adversa, mediante el pensamiento de
cómo hacerle frente a lo que sucede y la planificación de las medidas de afrontamiento
activo que se van a llevar a cabo;

● Aceptación: conlleva una aceptación de que el suceso ha ocurrido y es real; es una


respuesta adaptativa que permite enfrentarse con la situación real y aprender a vivir con
ella;

● Humor: esta estrategia está relacionada con el uso de bromas sobre lo que sucede, o de
reírse del acontecimiento. Las bromas son comprendidas como formas de distanciamiento
emocional, lo que lleva a una regularización de las ideas amenazadoras, ya que no se toma
en serio lo que sucede;

● Reinterpretación positiva: consiste en dilucidar lo mejor de la situación, al ver los


aspectos positivos y lo que se puede hacer para manejarla mejor;

● Refrenar el afrontamiento: se relaciona con el enfrentar la situación de una forma pasiva,


posponiendo esfuerzos concretos de afrontamiento hasta que se considere que pueden ser
útiles;

● Negación: se rechaza la realidad del acontecimiento, actuando como si no hubiese sucedido


o pensando que realmente no ha pasado;

● Perspectiva religiosa: se da un aumento en la participación en actividades religiosas y en


el apoyo de un dios. Se considera que puede ser una fuente de soporte emocional y una vía

70
para la reinterpretación positiva y el crecimiento personal, pero también puede ser un
mecanismo que evite el enfrentamiento de la situación;

● Conductas de evasión: implica una desconexión de la realidad que se está viviendo por
medio de ensoñaciones, sueños y formas de evitar los esfuerzos para resolver el problema;

● Centrarse en las emociones y desahogarse: la atención se dirige hacia el propio malestar


emocional, y en la tendencia a expresar y descargar dichos sentimientos y emociones;

● Búsqueda de apoyo social: hace referencia a que la persona busca ayuda o información
en otras personas sobre qué hacer, o bien, obtener simpatía y el apoyo emocional de alguien
más. Se considera un arma de doble filo, debido a que en algunos casos puede convertirse
en un comportamiento adaptativo y en otros no, donde hay desahogo emocional y nada
más, distrayendo a la persona de realizar un afrontamiento más activo.

● Actividades distractoras: abarca las actividades que no tienen que ver con la situación
precipitante para no pensar en ella. Permite distraerse del acontecimiento y puede ser una
respuesta adaptativa, pero usualmente impide un afrontamiento adecuado;

● Concentrarse en esfuerzos para resolver la situación: se refiere a centrar los esfuerzos


en solucionar lo que sucede, dejando otras cosas de lado, de ser necesario;

● Consumo de alcohol o drogas: se evita y huye del problema o situación causante de crisis,
mediante conductas de consumo de drogas con el objetivo de aminorar el estrés generado.

La siguiente tabla 1, sintetiza y ordena los aspectos anteriores con respecto a las estrategias
de afrontamiento de una crisis y los estilos a las que pertenecen.

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Tabla 1

Estrategias de afrontamiento

Estilos de Centrado en el Centrado en la Evitación del


afrontamiento problema emoción afrontamiento

Estrategias Estrategias Estrategias

● Crecimiento ● Centrarse en las ● Negación


Personal emociones y ● Humor
● Planificación y desahogarse ● Actividades
afrontamiento ● Búsqueda de distractoras
activo apoyo social de la
● Refrenar el ● Reinterpretación situación
afrontamiento positiva ● Consumo de
● Aceptación ● Perspectiva alcohol o
● Concentrar religiosa drogas
esfuerzos para ● Abandono de los ● Conductas de
solucionar la esfuerzos de evasión
situación afrontamiento

Adaptación de Carver et al. (citados en Jaramillo, 2015).

Desde la premisa de que cada crisis es única, se comprende que los estilos y estrategias de
afrontamiento que las personas utilizan para afrontar y superar las crisis emocionales dependen de
una serie de elementos de su historia, contexto e interacción intra e interpersonal, que se adecúan
de acuerdo con lo que se considere necesario para hacerle frente de una forma adecuada.

A partir de lo anterior se puede clarificar también la importancia del papel de la


Orientación en la identificación y facilitación de estilos como estrategias de afrontamiento de

72
situaciones conflictivas y generadoras de crisis en las personas que las viven, comprendiendo que
las crisis forman parte usual del transcurso de la vida y que el significado de estas puede variar
dependiendo de diversos factores, y que se debe trascender de estas para conformar cambios y
reajustes que permitan aprender y crecer de la experiencia.

Asimismo, es necesario comprender que existen otros elementos o recursos que influyen
en el desarrollo de una crisis emocional, en la persona que la experimenta. Incluso, estos recursos
que se abordan a continuación poseen relación directa con los estilos y estrategias de afrontamiento
que recientemente fueron explicados, y pueden ser tenidos en cuenta por la persona que interviene
para un adecuado abordaje y superación de la crisis.

Recursos personales para enfrentar las crisis emocionales. Retomando a Slaikeu (2000),
se afirma que la respuesta de la persona ante una crisis desde su aparición hasta su resolución, y la
translaboración de esta, depende de los recursos personales como sociales o contextuales
principalmente (p.29). Siguiendo a este autor, plantea los siguientes recursos personales como
parte de los principales determinantes de la intensidad y el curso que una crisis toma: “la fuerza
del yo, la historia previa de enfrentamiento a situaciones tensionantes, la existencia de cualquier
problema de la personalidad no resuelto y el bienestar físico, toman todos parte al determinar si un
suceso particular conducirá a una crisis” (Slaikeu, 2000, p.29).

A lo anterior se suma lo planteado por Seligman (2011) acerca del optimismo sobre el
futuro que tenga la persona afectada, quien afirma que esta mejora la resistencia ante la depresión
causada por las adversidades, favorece el rendimiento cuando un contratiempo se suscita y
beneficia la salud física (p.122). El optimismo constituye un eje trascendental para la
resignificación y aprendizaje de la experiencia de la crisis para la persona:

Los seres humanos estamos capacitados para convertir las crisis en oportunidades,

las dificultades en posibilidades; para afrontar de forma positiva, con optimismo

inteligente, las situaciones adversas, para dotarlas de sentido, para vivirlas más

como retos y desafíos que como amenazas o fracasos irreparables, para enfrentarlas

73
o esquivarlas, o para reducir su nivel de impacto psicológico. (Palomero, Teruel y

Fernández, 2009, p.19)

De esta manera, el optimismo inteligente se convierte en una posibilidad para emerger de


las consecuencias de la crisis, y que en conjunto con otros recursos como la pasión por lo que se
hace, la esperanza, la persistencia, la confianza en la persona misma y en otras a su alrededor,
facilita cambiar muchas situaciones y por ende, llegar a acciones que generan felicidad y plenitud,
tomando la experiencia vivida como un elemento de aprendizaje y crecimiento.

Asimismo, estos recursos personales se deben situar individual y particularmente de


acuerdo con la historia de vida de cada persona, así como el contexto donde se sitúa, ya que se
genera una interrelación entre estos donde se ponen a colación fortalezas, habilidades y
capacidades que permiten abordar la crisis emocional de forma adecuada. O, por el contrario, se
presentan carencias en estas áreas, y en otras como el bienestar físico o psicológico, que interfieren
con la intervención de la crisis.

Recursos sociales y contextuales. Los recursos sociales hacen referencia a aquellas redes
de personas que se encuentran presentes en el contexto social inmediato en el momento de
aparición de la crisis, como la familia, las amistades, compañeras y compañeros, entre otras.

Retomando los aportes de Slaikeu (2000), para considerar un grupo social como una red
de apoyo ante una crisis, debe ofrecer una de las siguientes formas de ayuda. La primera de estas,
hace referencia a un apoyo utilitario, ofreciendo insumos materiales o que puedan satisfacer
necesidades básicas para aminorar así las cargas que se puedan generar por la crisis (p.30).

El apoyo emocional es el segundo tipo de ayuda necesaria. Esta tarea, comprende


comunicar a la persona que se encuentra en estado de crisis que es amada, comprendida, protegida
y valorada. Y el tercer tipo de ayuda consiste en proporcionar información y formas de
acercamiento a otras entidades o recursos para recibir ayuda (Slaikeu, 2000, p.30).

Ante este escenario, tomando en cuenta las formas de enfrentar las crisis que las personas
puedan tener, así como los recursos tanto internos como externos con los que cuentan, es que el
papel de la Orientación y su importancia resurge en estos apartados desde su posibilidad de ser un

74
recurso externo de servicio y soporte facilitador de procesos de atención y enlace con redes de
apoyo.

Para las personas que transitan por un proceso de crisis emocional, es de suma importancia
el poder crear y contar con una relación estable y de ayuda con sus redes de apoyo, debido a la
trascendencia que dicha relación puede tener para mitigar las consecuencias de la crisis. Por otra
parte, en cuanto al contexto Monge (2016) menciona que:

Existe diversidad en las personas en crisis, cada servicio cuenta con su peculiaridad,

el individuo interventor debe tener conocimientos generales del lugar, la población

y de su realidad social. Hay una relación entre la cultura, las reacciones y las

expectativas de intervención. (p.74)

Con respecto a lo anterior, y de acuerdo con esta autora, la persona profesional en


Orientación cuando brinda los PAP, debe considerar y valorar aspectos del contexto sociocultural
tales como: lugar; género, grupo étnico; historia y origen de la persona en crisis, mitos, creencias
y religión, idioma; valores, economía, entre otros.

Por otra parte, en consideración con los aspectos socioculturales de los contextos en los
cuales se dan las crisis, Sandoval (citado en Sandoval, Scott y Padilla, 2009, p.250), advierte que
es importante reconocer estos elementos que median en la vivencia de un evento que pueda ser
interpretado típicamente como un desencadenante de una crisis, ya que dicha influencia
sociocultural y contextual influirá en el impacto que el evento tenga en diferentes poblaciones,
especialmente en aquellas que formen parte de subculturas dentro de un espacio habitado o
dominado por una cultura en particular.

Cohen (citado en Monge, 2016, p.74), apunta a que las condiciones contextuales de una
comunidad seguirán mediando durante y después de una crisis, y por ende, también en la atención
que se le brinde a cada persona. Debido a esto, se resalta la importancia de contar con una visión
empática de los referentes culturales que median en la vivencia de situaciones de crisis y su
significado dentro de una cultura particular.

75
Como ejemplo, se podría hacer referencia al afrontamiento de una muerte, ya que dicho
evento es manejado e interpretado de formas muy diferentes dependiendo de factores
socioculturales como el género, grupo etario, religioso o comunitario al que pertenezca la persona,
así como a factores más idiosincráticos y personales, como la biografía e identidad personal. Es
decir, por la intersección de estos factores socioculturales y personales. De esta forma, la vivencia
de un evento como la muerte de una persona querida estará enmarcada siempre por la diversidad
humana, como reflejo de su cultura e historia de vida.

Debido a esto, emerge la necesidad de conocer los referentes culturales que son
socialmente aceptados en cada comunidad en la que se trabaje en la atención de situaciones de
crisis, ya que puede haber conductas que se consideren alarmantes por parte de personas externas,
pero que sean esperadas o validadas en un contexto particular. Esto apunta al compromiso ético
con la atención a la diversidad como una condición necesaria para ofrecer los PAP, ya que este
mediará en el servicio que se provea a la población, sus necesidades y hasta en la visión
epistemológica por parte de la persona facilitadora.

Al respecto, Monge (2016, pp.74-78) advierte que siempre habrá una estrecha relación
entre los elementos socioculturales en torno a la situación de crisis, la comunidad o la persona
atendida, sus expectativas y sus referentes interpretativos utilizados para elaborar o reelaborar la
situación y sus expectativas ante el servicio de atención, lo cual no podrá ser ignorado por quienes
brinden los PAP, como las personas profesionales en Orientación , a la hora de atender estas
situaciones críticas y aplicarlos.

Por su parte, Klingman (citado en Sandoval, Scott y Padilla, 2009, p.250) puntualiza que
las conductas en ciertas culturas pueden llegar a extremos como la automutilación o amenazas de
suicidio, y estas pueden ser comunes en un proceso de duelo en ciertas sociedades o culturas
particulares. Esto no significa que estas conductas deban ser ignoradas, pero sí tienen que ser
analizadas, interpretadas, contextualizadas y atendidas según el marco referencial de cada
agrupación social particular.

Para esto, se recomienda trabajar con el asesoramiento de informantes culturales que sean
parte de la comunidad, (como líderes formales, informales, religiosas, activistas u otras figuras) o
personas profesionales expertas que estén inmersas en ese contexto. En este proceso de entrada al

76
campo, además de procurar ese acompañamiento de informantes culturales, se debe mantener una
actitud vigilante que permita el autoanálisis de los propios sesgos y limitaciones profesionales en
todo momento, con el fin de definir si se está en capacidad de atender a la población con la que se
trabaje, o si se tiene la experticia necesaria. En caso de no estar en condición de llevar a cabo este
autoanálisis o si no se cuenta con las habilidades necesarias para trabajar en un contexto o con una
población en particular, cabe la necesidad de definir si se deberá referir el caso a otra persona
profesional o buscar otros apoyos, para no perjudicar a la población ni afectar su proceso de
elaboración de las crisis de forma negativa.

Aunado a lo anterior, Monge (2016, pp.77-78) apunta a un choque cultural siempre


implícito en los servicios de intervención, debido a la visión divergente de las personas en crisis
pertenecientes a un contexto cultural particular y la de la persona que brinda los PAP, ya que ambas
partes pueden tener visiones que distan significativamente sobre la situación desencadenante de la
crisis, las posibles soluciones y recursos que se tengan disponibles para lidiar con alguna situación,
o incluso por la diferencia de recursos y experiencias personales para hacerle frente a la adversidad,
por lo cual las expectativas ante el proceso de ayuda pueden diferir enormemente.

Lo anterior marca la necesidad de que la persona profesional en Orientación para efectos


del presente estudio, esté siempre vigilante de sus propios sesgos ante la situación, las necesidades
de las personas y sus vivencias, para no desvalidarlas ni deslegitimizarlas a la luz de sus propias
interpretaciones.

Finalmente, es necesario que en los escenarios antes descritos relacionados con la atención
a la diversidad o con elementos socioculturales, se tomen en cuenta en todo momento aspectos
relacionados con la autoimagen y autovaloración de las personas afectadas, ya que pueden
encontrarse en situaciones de alta vulnerabilidad, lo cual eleva el riesgo de que una persona externa
(en este caso, la persona que interviene en la crisis) pueda causar algún daño al hacer su
intervención, si esta no toma en cuenta los elementos socioculturales referentes a la
autopercepción.

Por lo tanto, estos pueden diferir de manera significativa según la comunidad que se
atienda. Por ejemplo, en una comunidad se podría tener una autopercepción ante una crisis más
orientada hacia el victimismo, por lo cual se espera un servicio muy asistencial, en comparación

77
con otra comunidad en la que las personas se perciban más autónomas e implicadas ante las
situaciones de crisis.

Por esto, según lo antes desarrollado, se posiciona como una condición necesaria para el
ofrecimiento de los PAP el incluir el reconocimiento del contexto sociocultural en los
procedimientos para la intervención de las situaciones de crisis, ya que desde los referentes
socioculturales es donde gran parte de la subjetividad de las personas se moldea, y esto,
inevitablemente, mediará en la vivencia de las situaciones críticas. Por lo tanto, su reconocimiento
debería ser un referente para la persona profesional en Orientación de acuerdo con la presente
investigación, para poder interpretar las necesidades de la población atendida y las adecuaciones
que deberá hacer para su intervención.

El actuar sin tomar en cuenta esto, podría poner en mayor riesgo a las personas atendidas
al ignorar cómo se vivencia estas situaciones de crisis, le restaría eficacia a su intervención y le
haría actuar desde una visión sesgada autorreferencial sobre la situación y no desde las vivencias
de la comunidad o las personas que requieren de su intervención y acompañamiento.

A partir de lo anterior, es palpable que existen tanto factores protectores como de riesgo en
la aparición y resolución de las crisis emocionales, que median en la manera en que se vivencia el
incidente desencadenante de la crisis, tales como: los recursos personales con los que cuenta la
persona; la capacidad de afrontamiento; factores potenciadores de la personalidad y la resiliencia
de ser posible; redes sociales de apoyo; y otros elementos relacionados con la gestión del incidente
crítico tales como la aplicación de los PAP, y el buen trato y manejo por parte de la persona
interviniente. En este caso, la persona profesional en Orientación.

2.2.4. Fases de una crisis

Las crisis, aún con su carácter de ser únicas, y su impacto y significado dependientes de
diversos elementos internos y externos de las personas que las vivencian, atraviesan diferentes
estadios desde su aparición hasta su resolución y transformación en experiencias de aprendizaje y
crecimiento. Estos estadíos o etapas entre la aparición del suceso precipitante de la crisis emocional
hasta su resolución, son planteadas por Slaikeu (2000, pp.24-25) y reforzadas teóricamente por
Pineda y López (2010, p.157):

78
● Desorden: en esta etapa inicial, se presenta un conjunto de emociones, sensaciones y
conductas que se emiten brevemente después del suceso precipitante, como llanto, gritos,
desmayo, dolor de cabeza, mareos, entre otras.

● Negación: consiste en un intento de omitir la realidad latente del acontecimiento y lo


posterior a este, no aceptando lo ocurrido. Puede amortiguar o atenuar el impacto de la
situación, pero implica un entorpecimiento emocional y una distorsión de la realidad.

● Intrusión: en esta etapa, la persona puede sentir de forma plena el impacto de lo sucedido,
lo que genera un abarrotamiento de sentimientos e ideas dolorosas sobre el evento,
pesadillas e imágenes recurrentes de la situación. En algunos casos, las personas no
experimentan esta etapa, u oscilan entre esta etapa y la anterior.

● Translaboración: las personas en esta etapa, procuran identificar y expresar los


sentimientos, pensamientos e imágenes del suceso que mantenían guardadas con el fin de
brindarles un nuevo significado.

● Terminación: considerada como la fase final y denominada también como nuevo


comienzo, conlleva a la incorporación del suceso de crisis a la vida de la persona. Se
destaca como un aspecto de suma importancia el reconocimiento de resultados, con miras
a facilitar la reintegración y adaptación de la experiencia a la historia de vida.

A partir de lo anterior, es importante citar a Slaikeu (2000) nuevamente, debido a que


plantea la trascendencia que puede tener formar profesionales de ayuda para la intervención en las
crisis emocionales (p.111), esto al considerar todos los elementos que se han venido describiendo
y explicando anteriormente acerca del proceso y desarrollo de una crisis emocional, vislumbrando
que existen ciertas características y pautas que marcan momentos o formas definidas de cómo estas
crisis se suscitan, y requieren entonces de un abordaje externo para su superación e integración al
entramado vital.

Por lo tanto, para efectos de esta investigación se resalta el papel que puede tener la
Orientación en la ayuda y el acompañamiento que pueden brindar las personas profesionales de la
disciplina para la superación de las crisis en las personas afectadas, así como la expresión de
sentimientos y emociones desde un dominio cognoscitivo de cómo actuar en dicho proceso y el

79
transitar por sus diferentes etapas, esto mediante la aplicación del PAP. Dicha ayuda de primer
orden, es abordada enseguida.

2.3. Qué son los PAP: modelos, estrategias y técnicas para aplicarlos.

A continuación, se desarrollan los aspectos más relevantes, relacionados con los PAP y sus
componentes, modelos, estrategias, técnicas y recomendaciones, tomando en cuenta el modelo de
Slaikeu como base y continuando con otras propuestas de modelos y formas de integrarlos.
Además, se hará referencia a las principales acciones que se deben llevar a cabo al realizar la
intervención, y los factores que deben tomarse en cuenta al brindar apoyo a una persona en crisis
emocional. A pesar de que en la literatura se ha encontrado que se sugiere que cualquier persona
con entrenamiento puede realizar los PAP, es de vital importancia el conocimiento básico en los
siguientes puntos, debido a que dicha intervención conlleva un proceso complejo, tanto para quien
brinda el apoyo como para quien lo recibe.

De lo anterior, yace la importancia de la formación que la persona profesional en


Orientación recibe en la intervención en crisis emocionales, para poder desarrollar las estrategias,
técnicas y habilidades necesarias que se requieren al brindar los PAP, integrando sus
conocimientos disciplinares y profesionales.

2.3.1. Modelo de Slaikeu y los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP).

El modelo más amplio y utilizado por diferentes exponentes para los PAP, es precisamente
el de Slaikeu. Es bien sabido que muchas personas autoras han partido de este modelo para
modificarlo, implementarlo y eliminar o añadir nuevos elementos con el fin de realizar una
intervención más contextualizada e integral en la intervención de crisis.

Ahora bien, es importante aclarar que el modelo de intervención en situaciones de crisis


propuesto por Slaikeu (2000) se divide en dos partes: la intervención de primer orden o PAP y la
de segundo orden (p.108). No obstante, esta investigación se concentra exclusivamente en la
primera. Podrá evidenciarse en los apartados siguientes que este autor hace una propuesta que
unifica los aspectos más importantes que deben considerarse al aplicar los PAP. Quizá por esta
razón, hasta el día de hoy se utilizan estos planteamientos como los cimientos fundamentales para
la intervención en crisis.

80
Este modelo, constituye toda una estrategia de intervención ante crisis emocionales, la cual,
si se aplica eficazmente, se convierte en una medida de prevención de las secuelas emocionales
después de un evento traumático. Esto es fundamental, debido a que desde Orientación se trabaja
desde el principio de prevención y desarrollo, el cual se explicará más adelante.

Primeramente, cabe aclarar en qué consiste la prevención primaria, secundaria y terciaria


de acuerdo con Slaikeu (2000). Esto con el fin de diferenciar cada uno de los niveles de
intervención para ubicar los PAP en la prevención secundaria, donde corresponde. Por
consiguiente, a continuación, se presenta la tabla 2 que detalla y sintetiza las características de
cada uno de estos niveles.

Tabla 2

Niveles de prevención

Niveles de Prevención primaria Prevención Prevención terciaria


prevención secundaria

Momento Antes del suceso de Inmediatamente Años después del


crisis. después del suceso de suceso de crisis.
crisis.

Objetivos Reducir los trastornos Reducir los efectos de Ayudar a reducir el


mentales. la crisis. daño causado por
crisis no resueltas.
Promover el Facilitar el crecimiento
crecimiento y durante la experiencia
desarrollo humano a de crisis.
través del ciclo vital.

81
Educación, cambios en Intervención en crisis, Psicoterapia a largo
relación con los PAP y terapia de plazo, medicación y
Estrategias y
tensores ambientales, crisis. rehabilitación.
técnicas
enseñar habilidades
para resolver
problemas, entre otras.

Población Todas las personas, Víctimas de Pacientes – casos


principalmente grupos experiencias de crisis psiquiátricos.
de alto riesgo. y sus familias.

Apoyos y Gobierno, escuelas, Varios tipos de Profesionales de


sistemas colegios, iglesias, profesionales, salud, salud mental,
comunitarios medios de especialistas y familias clínicas, entre otros.
comunicación, entre de las personas
otros. afectadas.

Adaptación a partir de Slaikeu (2000).

Para la presente investigación, el enfoque se dirige hacia la prevención secundaria dando


particular relevancia a los PAP, los cuales constituyen la base del estudio. No obstante, se
considera importante abordar el concepto de prevención primaria, ya que forma parte fundamental
de la labor de las personas profesionales en Orientación. Y la prevención terciaria no se incluye en
este apartado, debido a que corresponde a otras disciplinas que atienden patologías, a diferencia
de la Orientación.

La prevención primaria se refiere a las estrategias de mejoría previas a que se den los
sucesos críticos de la vida. Por ello, este tipo de prevención tiene lugar mucho antes de que se dé
una crisis. Slaikeu (2000) indica que la verdadera prevención está en evitar que sucedan algunos

82
acontecimientos en primera instancia. Sin embargo, al no poder alterar factores externos o influir
sobre ciertas circunstancias, las estrategias se dirigen a la capacitación (p.12).

Esta capacitación incluye brindar a las personas herramientas para la solución de problemas
y el manejo de sus habilidades, con el fin de que se encuentren más preparadas para sobrevivir a
los sucesos críticos de la vida. Con respecto a lo anterior, al ser la Orientación parte de la educación
en habilidades para la vida, el papel que juega esta disciplina en la prevención primaria es de vital
importancia, puesto que Slaikeu (2000) menciona la “Orientación anticipatoria” refiriéndose al
ámbito educativo, la cual se lleva a cabo “instruyendo acerca de las habilidades de enfrentamiento
o resolución de problemas, para dificultades que todavía no han surgido” (p.370).

Entonces, dentro de este contexto se entiende la prevención primaria como la educación y


capacitación en habilidades y desarrollo de recursos personales, que pueden ayudar en el manejo
de futuras crisis, con el fin de que las repercusiones tanto a nivel psicológico como emocional sean
más leves, y se cuente con cierta autonomía para enfrentar estas situaciones difíciles. En el caso
de las personas profesionales en Orientación, se procura que las personas estudiantes reciban dicha
formación mediante las lecciones colectivas de Orientación u otras modalidades y acciones, para
que puedan contar con estas herramientas personales a manera de prevención.

Ahora bien, como puede observarse en la tabla 2, la prevención secundaria incluye tanto la
intervención en terapia de crisis como PAP. El foco de la presente investigación está en los PAP,
sin embargo, debe aclararse que desde la disciplina de Orientación se puede brindar también la
intervención de segundo orden al brindar una atención complementaria a los PAP después del
suceso de crisis. Se hace hincapié en la importancia de esta intervención para con las personas
estudiantes al afirmar que:

Al poner énfasis en el importante aprendizaje que tiene lugar durante una crisis,

con implicaciones dramáticas para el futuro crecimiento y desarrollo para los

estudiantes, la intervención en crisis se vuelve no una obligación o responsabilidad

extra, sino más bien un importante aspecto de la planeación amplia de los

programas de estudio. (Slaikeu, 2000, pp.377-378)

83
Se entiende entonces que los PAP se ubican dentro de la prevención secundaria según
Slaikeu (2000), al momento del suceso de crisis. A continuación, se define el concepto de PAP de
acuerdo con este autor, y posteriormente se explican los cinco componentes propios del modelo
para aplicarlos, los cuales constituyen la base para quienes realizan dicha intervención, incluyendo
a las personas profesionales en Orientación.

¿Qué son los PAP? De acuerdo con Monge (2016), “son los Primeros Auxilios
Psicológicos, los cuales deben ser dirigidos [...] a toda situación que conlleve desequilibrio y
desorganización a la persona” (p.81). Entonces, se puede afirmar que el procedimiento para ofrecer
intervención en crisis de primer orden o mediante PAP debe responder a este tipo de situaciones.
Slaikeu describe los PAP de la siguiente manera:

Podemos comenzar por describir los primeros auxilios psicológicos, o de

intervención en crisis de primera instancia, que abarca la asistencia inmediata y de

modo usual lleva sólo una sesión. Los primeros auxilios psicológicos pretenden de

manera primordial proporcionar apoyo, reducir el peligro de muerte y enlazar a la

persona en crisis con los recursos de ayuda. Aún más, esto puede y debería

ejecutarse por parte de las personas que perciban la necesidad primero, en el

momento y lugar en que aquella surge. (Slaikeu, 2000, p.115)

Este autor define la intervención en crisis de primer orden como una primera ayuda
psicológica, que implica la asistencia inmediata, la cual por lo general requiere de solamente una
sesión. La pueden y deben brindar quienes observen la necesidad, en el momento inmediato y en
el lugar que se origina la situación. Esta intervención puede tomar desde algunos minutos hasta
horas, dependiendo de la gravedad de la persona en crisis y la capacidad de quien brinda el apoyo.

Para ello, el objetivo principal o meta de la primera ayuda psicológica, es restablecer el


enfrentamiento inmediato, ya que la persona en crisis se encuentra incapaz de afrontar o asumir
las circunstancias que experimenta. Se busca ayudar a la persona a tomar acciones concretas,

84
incluyendo el manejo de emociones, para comenzar el proceso de solución de la crisis (Slaikeu,
2000, p.114).

De acuerdo con este autor, la intervención en crisis trata de ayudar a la persona a que
recupere el nivel de funcionamiento que tenía antes del suceso de crisis. Puede decirse, que es una
restauración del equilibrio, en la cual se obtiene o se recupera la capacidad para enfrentar la
situación. Sin embargo, se reconoce que muchas veces la persona nunca regresa al nivel anterior
de funcionamiento, debido a que forma un nuevo concepto de la vida, posterior a la crisis. Por lo
tanto, se espera que esta aprenda otras formas de enfrentamiento, que le ayuden en la crisis presente
y en las futuras ocasiones.

Además, el autor mencionado señala tres sub-objetivos o sub-metas de la primera ayuda


psicológica, que orientan a quien realiza la intervención. El primer sub-objetivo es proporcionar
apoyo, ya que hay que tener en cuenta que, para una persona en crisis, no es recomendable estar
sola, por lo que se hace necesario este primer aspecto. Conviene permitir a la persona en crisis que
hable y se desahogue, además mostrar interés y preocupación, tratando de proporcionar un
ambiente de confianza (Slaikeu, 2000, p.114).

El segundo sub-objetivo es reducir la posibilidad de muerte, lo cual se dirige a salvar vidas


y prevenir lesiones físicas durante la crisis. Durante circunstancias extremas, es muy probable que
se pueda llegar a presentar conductas violentas o autodestructivas, principalmente porque la
violencia ya forma parte de la cotidianidad en la sociedad. Por lo tanto, es importante tratar de
controlar la situación y tomar medidas para reducir estas posibles conductas. Para lograr este sub-
objetivo se recomienda: confiscar armas, hablar y tranquilizar a la persona o recurrir a la
hospitalización, en caso de ser necesario (Slaikeu, 2000, p.114).

El tercer sub-objetivo es proporcionar enlace con posibles recursos de ayuda dentro del
contexto, en caso de que se hayan agotado los recursos personales, o bien, para ayudar a resolver
la crisis complementando el proceso con otros factores de apoyo. Se trata de identificar las
necesidades críticas e inmediatas, para referir a quien sufre la crisis, a alguna otra persona o
institución, con el fin de facilitar el enlace adecuado para el enfrentamiento de la crisis de forma
que se cuente con la ayuda requerida. (Slaikeu, 2000, p.114).

85
Según Álvarez, Cruz y Porcar (2018), los PAP deben facilitar que la persona pueda hablar
de lo ocurrido, pero sin presionarla. No se debe someter a las personas afectadas a interrogatorios,
sino simplemente acercarse a ellas y preguntarles si necesitan algo. Muchas veces, ellas son las
que saben cuál es la primera necesidad que tienen en un momento determinado. De acuerdo con
este autor, los PAP están indicados y deben ser aplicados inmediatamente después del impacto de
lo que ha ocurrido, sea una crisis cotidiana o una emergencia masiva, y hasta aproximadamente
unas 72 horas después. Sin embargo, esto no significa que transcurridas 72 horas las personas
afectadas que han vivido una situación muy dura o incluso traumática, no necesiten ayuda
posterior. Por lo tanto, luego si hace falta, se utilizan otros procedimientos o la intervención de
segundo orden.

Cabe aclarar que los PAP, no son una terapia o una forma de diagnóstico, y ni siquiera son
una técnica de desactivación. Los PAP no deben ser jamás una forma de abordar con profundidad
o con muchas verbalizaciones lo que ha ocurrido, ya que esto que a su vez es muy útil y necesario,
quedará pendiente para etapas posteriores a las primeras 72 horas después de un impacto.

Por lo tanto, personas expertas en atención en crisis y emergencias están de acuerdo con
que habría que aplicarlos en la primera de las fases de una crisis. Es decir, es la estrategia para ser
utilizada en la fase de shock y adaptación, justo tras el momento del impacto. Es así, que los PAP
según Monge (2016) son “un conjunto de estrategias y técnicas útiles para enfrentar la crisis”
(p.81). Recibir ayuda durante las primeras horas posteriores al evento es prioritario para la autora,
momento en el cual es necesario reducir la aparición de síntomas, en casos de crisis emocionales.

En la tabla 3 se detallan las características de los PAP en cuanto al tiempo de duración,


posibles personas y profesionales que podrían aplicarlos, espacios para la intervención, metas y
procedimiento a seguir.

86
Tabla 3

Características de los PAP

Características Primeros auxilios psicológicos (PAP)

¿Por cuánto tiempo? De minutos a horas.

¿Por parte de quién? Padres y madres de familia, policía, comunidad religiosa,


profesionales en Derecho, Medicina, salud, Trabajo Social,
Orientación, Educación, entre otras disciplinas. Además,
estudiantes, personas líderes y supervisoras capacitadas, de ser
posible.

¿Dónde? Ambientes comunitarios y de trabajo, hospitales, iglesias,


hogares, escuelas, colegios, líneas telefónicas de urgencia, entre
otras instancias.

¿Cuáles son las Restablecer el enfrentamiento inmediato: dar apoyo de


metas? contención, reducir la posibilidad de muerte y enlazar con
recursos profesionales de ayuda.

¿Cuál es el Los cinco componentes de los PAP.


procedimiento?

Adaptación a partir de Slaikeu (2000).

Dado que, en la mayoría de los casos, las personas profesionales en Orientación se


enfrentan a personas que sufren crisis emocionales, es fundamental tener conciencia de la

87
importancia de contar con la formación y el entrenamiento para una óptima aplicación de las
estrategias y las técnicas propias del procedimiento de los PAP. Aunado a esto, se hace necesario
asegurarse de que quienes se forman como profesionales en Orientación, estén aplicando los
conocimientos adquiridos para intervenir y manejar de forma adecuada, las situaciones de crisis
emocionales que se presentan en su entorno laboral.

Componentes de los PAP según Slaikeu. El procedimiento propuesto por Slaikeu (2000),
consiste en cinco pasos para brindar los PAP; “lo que surge aquí es un enfoque de cinco
componentes fundamentales al aplicar los PAP” (p.115). Estos se detallan a continuación:

● Hacer contacto psicológico: en este primer contacto se requiere de la habilidad de escucha


y empatía, que significa tratar de entender la situación desde el punto de vista de la otra
persona. Se escuchan los hechos y sentimientos de quien experimenta la crisis, y se hacen
devoluciones reflexivas para que la persona perciba que está siendo escuchada. La
desorganización de la crisis que experimenta la persona y la novedad de la situación suelen
ser lo que más causa temor, por lo que la primera tarea de quien realiza la intervención es
poner atención a cómo la persona visualiza la situación. Algunas técnicas que se pueden
emplear son invitar a la persona a conversar, poner atención, demostrar interés,
proporcionar control de calma a una situación intensa, escuchar, observar las conductas y
reacciones.

Además, reconocer los sentimientos y saber cómo responder de manera controlada,


resistiendo la tentación de dejarse llevar por el acontecimiento. El contacto psicológico no
siempre se realiza exclusivamente por medio de la comunicación verbal, en algunas
ocasiones el contacto físico es necesario y más eficaz, como abrazar a la persona. En
muchas ocasiones, este tipo de contacto produce un efecto tranquilizante. Los objetivos en
esta etapa consisten en que la persona en crisis se sienta escuchada, aceptada, comprendida
y apoyada para reducir la intensidad de las emociones; reconocer y legitimar sentimientos
para reducir la intensidad emocional, y que la energía dentro de la persona pueda
reorientarse a tomar acciones.

● Examinar las dimensiones del problema: este componente implica estimar las
dimensiones del problema, y enfocarse en el pasado, presente y futuro inmediatos. Es

88
esencial determinar el funcionamiento conductual, afectivo, somático, interpersonal y
cognitivo (CASIC) de la persona. Se profundiza en ello en el próximo apartado, debido a
su importancia.

Se debe indagar sobre la situación de crisis, lo cual se puede realizar por medio de
una conversación, invitando a la persona a contar los sucesos ocurridos. Se evalúan las
fortalezas y debilidades, si hay cualquier indicio de daño físico, se realiza una estimación
de la posibilidad de que la persona muera y se da atención a la disposición para mantener
contacto con otras personas.

El papel de la persona que ofrece la ayuda, básicamente consiste en identificar el


evento que origina la crisis o suceso precipitante. El objetivo principal de esta etapa es
priorizar las necesidades de la persona, jerarquizándolas en las que se deben atender de
inmediato y las que se pueden posponer. Por ejemplo, encontrar un lugar para pasar la
noche, evitar un posible suicidio o “ganar tiempo” en una disputa familiar o de otra índole,
entre otras acciones.

Las necesidades a esperar, pueden comprender asistencia legal, consejo


matrimonial, terapia de crisis a nivel individual, rehabilitación, entre otras. La persona que
aplica los PAP de manera eficaz, debe tener una estructura previa en mente, al interactuar
con la persona en crisis, y escucharla, teniendo en cuenta las posibles necesidades tanto
inmediatas como posteriores.

● Explorar las posibles soluciones: implica identificar un rango de posibles soluciones, que
respondan a las necesidades, identificadas previamente. Primeramente, se indaga sobre lo
que ya se ha intentado, y luego se busca proponer alternativas en conjunto. Se pueden
explorar los pros y contras de cada una de las ideas que surjan, y se categorizan para tomar
las más adecuadas, en función de las necesidades detectadas.

Siempre se debe fomentar que la persona haga todo lo que pueda por sí misma, para
ayudarle a operar desde una posición fuerte, y no una débil. Es importante reflexionar sobre
los obstáculos que se pueden presentar al llevar a la acción un plan en particular, ya que se

89
debe tratar de que sea lo más adecuado y eficaz que se pueda para la situación que se
presenta.

Es importante preguntar a la persona afectada lo que ha intentado hacer hasta ahora,


y de esta forma, explorar soluciones alternativas. El objetivo es identificar una o más
soluciones para responder a las necesidades presentadas. En la mayoría de los casos se
puede lograr un acuerdo entre quien sufre la crisis y quien brinda la ayuda, acerca de las
soluciones que se contemplan, lo que puede llevar a explorar más sobre otras opciones,
obstáculos y planes de acción.

● Ayudar a tomar una acción concreta: esta fase consiste en ayudar a la persona a tomar
alguna acción concreta, con el objetivo de lograr implementar lo convenido en la fase
anterior.

Cabe recordar que quien brinda la ayuda debe intentar que la persona que está
experimentando la crisis pueda tomar acciones por sí misma, y solamente en casos
extremos se debería adoptar un papel más directivo, en los que la persona en crisis se
encuentre incapacitada física, emocional o psicológicamente para dar el paso (por ejemplo,
al requerir hospitalización de urgencia).

Debe recordarse que existe la intervención directiva, y facilitadora o indirecta por


parte de quien brinda la atención, dependiendo del evento de crisis. Se toma un papel
directivo sólo cuando es necesario. Cuando no hay peligro de muerte, violencia, lesiones
físicas u otros, aunque la persona se encuentre perturbada y desorganizada, puede ser capaz
de hacer cosas como conducir hasta su casa, llamar a algún familiar, amistad o pareja; por
lo tanto, el papel de quien realiza la intervención, es más de acompañamiento y facilitación
que directivo.

En cuanto a la actividad directiva en las acciones que se realizan, dentro de las


consideraciones éticas y legales existentes, se comprenden los siguientes ejemplos:
transferir a una persona menor de edad maltratada del hogar a algún otro lugar seguro,
recurrir a la hospitalización si hay víctimas de violencia, intento de suicidio o sobredosis

90
de alguna sustancia, referir inmediatamente para la ayuda profesional pertinente, entre
otros.

Para que lo anterior sea llevado a cabo de la forma correcta, es fundamental una
consciencia de las leyes y los protocolos de intervención que rigen y se relacionan
directamente con el tema de crisis. Se actúa de forma directiva, solamente cuando ya han
sido agotadas todas las opciones anteriores.

Por otra parte, la confidencialidad debe adaptarse a las circunstancias específicas,


respetando los parámetros legales, y procurando el bienestar de la persona en crisis de
forma ética. Por último, al conceptualizar los planes de acción como parte de un contrato
entre las partes involucradas, debe mantenerse la fidelidad y compromiso al proceso; al
brindar la primera ayuda psicológica y fomentar este concepto de contrato verbal entre
ambas partes, pues se pretende asegurar un proceso adecuado, cuya estructura conduzca a
la realimentación y facilite un seguimiento posterior.

● Registrar el progreso de seguimiento: el último paso incluye establecer un


procedimiento que permita un registro para verificar el progreso de la persona que
experimentó la crisis.

El seguimiento puede ocurrir mediante un encuentro personal, por teléfono, correo,


entre otros; para lo cual se debe acordar tanto quién llamará a quién, o quién visitará a
quién, como también el momento y el lugar del contacto. La primera ayuda psicológica no
está completa, hasta que se haya realizado cada uno de los procedimientos, incluyendo el
seguimiento (Slaikeu, 2000, pp.115-127).

El objetivo de esta etapa es la realimentación para determinar si se han cumplido


las metas de los PAP. Este seguimiento permite poner en práctica las soluciones acordadas
previamente en las fases anteriores, y es de vital importancia, para verificar si se logró
responder a las necesidades inmediatas y posteriores con las acciones tomadas.

En la tabla 4 se describen los aspectos más importantes en relación con los cinco
componentes anteriores, en torno a lo que se debe y no se debe hacer en cada uno de estos.

91
Tabla 4

Componentes de los PAP

5 Componentes ¿Qué hacer? ¿Qué no hacer?

1.Contacto Escuchar, reflejar sentimientos y Contar su propia historia.


psicológico hechos, comunicar interés y
Ignorar sentimientos o hechos.
aceptación.

Juzgar, regañar o tomar partido.

2.Analizar las Hacer preguntas abiertas. Llevar Hacer preguntas de sí o no.


dimensiones del a la persona a una mayor
Ignorar las señales de peligro.
problema claridad sobre la situación.

Evaluar la posibilidad de
muerte.

3.Explorar Fomentar la lluvia de ideas. Dejar obstáculos sin examinar.


posibles
Establecer prioridades. Permitir una mezcla de
soluciones
necesidades.

4.Tomar una Dar un paso a la vez. Intentar resolverlo todo en el


acción concreta momento.
Establecer metas específicas a
corto plazo. Tomar decisiones que
comprometan por largo tiempo.
Confrontar cuando sea
necesario. Prometer cosas.

92
Adoptar un papel directivo sólo Retraerse de tomar decisiones
si es necesario. cuando parezca necesario.

5.Seguimiento Hacer un convenio para Dejar detalles en el aire o asumir


coordinar un segundo encuentro. que la persona continuará el plan
de acción por sí misma.
Evaluar los pasos de acción.
Dejar la evaluación a alguien más.

Adaptación a partir de Slaikeu (2000).

Una vez que ha concluido todo el proceso, de manera que la persona que sufrió la crisis
haya logrado recuperarse, entonces el procedimiento estará completo y la responsabilidad de quien
brinda la ayuda finaliza. Si, por el contrario, no se alcanzaron las metas del proceso, entonces se
regresa a la fase dos para explorar nuevamente las dimensiones del problema y se reexamina la
situación.

Estos cinco componentes constituyen la base del procedimiento para aplicar los PAP. Por
lo tanto, es esencial que sean conocidos en profundidad por parte de las personas profesionales en
Orientación, y también por quienes podrían brindar este tipo de atención por la labor que realizan
desde sus diferentes campos, ya sea en el contexto educativo u otros.

Asimismo, deben ser siempre parte fundamental en los procesos de formación en


disciplinas como la Orientación en la temática de intervención en crisis, principalmente porque
según Slaikeu (2000, p.114), cualquier persona que detecte la crisis puede aplicar los PAP. Sin
embargo, desde la Orientación se cuenta con importantes conocimientos y herramientas propias

93
de la disciplina para encontrarse en capacidad de realizar los PAP, al atender casos de crisis
emocionales en personas estudiantes.

En el siguiente apartado se profundiza en el funcionamiento CASIC, puesto que aparte de


los cinco componentes para aplicar los PAP, esta valoración es de vital importancia, ya que incluye
todas las áreas de la persona que se deben atender al brindar los PAP; esto inclusive, abarcando
todo el proceso y trascendiendo de la fase de examinación de las dimensiones del problema.

Funcionamiento y perfil CASIC. Slaikeu (2000), basado principalmente en el enfoque


multimodal de Lazarus y otras personas autoras, propone la valoración del perfil CASIC (p.177).
De acuerdo con el autor, se debe evaluar el funcionamiento previo a la crisis (inmediatamente
antes del suceso), y se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos: métodos anteriores para
enfrentar y resolver problemas, recursos personales y sociales utilizados, fortalezas y debilidades,
conflictos no resueltos, satisfacción o no en relación con la vida, etapa del desarrollo, déficits en
las distintas áreas CASIC, metas y estructuras o estrategias para lograrlas, ajuste del estilo de vida
en relación con los sistemas familiares, sociales y comunitarios y, por último, otras tensiones
previas a la situación de crisis.

Además, se evalúa también durante y después de la crisis, de acuerdo con el autor. El


objetivo consiste en determinar el funcionamiento de la persona previo a la crisis, pero también en
el momento en que sucede y posteriormente, para determinar el impacto del suceso en las cinco
áreas del funcionamiento CASIC de la persona afectada. En este sentido, se brinda particular
atención a dimensiones clave en cada una de las siguientes áreas (Slaikeu, 2000, pp.174-177).

● Conductual: se indaga sobre las actividades cotidianas, tales como comer o dormir, que
se han visto más afectadas por el incidente de crisis; así como también las que no han sido
afectadas, y las que se han incrementado o fortalecido a raíz de la situación vivida. Además,
se toman en cuenta las estrategias de enfrentamiento que se han intentado y su eficacia,
éxito o fracaso, y se indaga si más bien podrían estar manteniendo el nivel de angustia.

Cabe mencionar que la persona que realiza la intervención debe saber plantear y
seleccionar las preguntas apropiadas y ajustadas al antes, durante o después de la situación

94
de crisis y su impacto. A continuación, se señalan algunos ejemplos de preguntas que se
pueden adecuar a cada situación específica, para indagar sobre los siguientes aspectos:

¿Cuáles actividades han sido las más afectadas por el incidente de crisis? (Trabajar,
estudiar, dormir, comer, hacer ejercicio, actividades en el tiempo libre, adicciones, etc.).

¿Cuáles aspectos no han sido afectados por la crisis?

¿Cuáles conductas se han incrementado, fortalecido o dañado por la crisis? (Conducta


autodestructiva, agresividad, etc.).

¿Cuáles estrategias para afrontar la crisis se han intentado? ¿Existen hábitos o conductas
que desee cambiar o dejar de hacer?

¿Desea aprender conductas nuevas? ¿Cuáles?

¿Cuáles son sus tres actividades favoritas? ¿Cuánto tiempo dedicaba antes de la crisis a
realizarlas, y cuánto tiempo les dedica ahora?

● Afectiva: se evalúa cómo se siente la persona con respecto al incidente de crisis; si se


expresan las emociones o si se tratan de ocultar. Es importante que la persona logre
identificar las emociones que experimenta. Ejemplos de posibles preguntas que se puede
hacer la persona que brinda la ayuda, son los siguientes:

¿Se expresan libremente los sentimientos o se mantienen ocultos?

¿La expresión de sentimientos se ha llevado a cabo de forma adecuada?

¿El estado emocional le ha ayudado a enfrentar la crisis?

¿Cómo influyen sus sentimientos en su bienestar emocional?

● Somática: se procura identificar si la persona que ha sufrido la crisis presenta síntomas


físicos asociados al incidente de crisis, si se trata de una reactivación de problemas
anteriores o si es algo nuevo, entre otros aspectos. En caso de que la crisis se genere por
motivo de una pérdida física (extremidad del cuerpo, cirugía o enfermedad), se debe

95
investigar sobre la causa de esta pérdida y sus efectos en el funcionamiento integral del
organismo. Lo siguiente, son ejemplos de posibles preguntas a manera de guía, para
obtener información en torno a esta área:

¿Existen molestias físicas asociadas con el incidente? ¿Cuáles? (calambres, dolores de


cabeza, taquicardia, etc.).

¿Esas molestias son una reactivación de problemas anteriores o es algo “totalmente


nuevo”?

¿Cuáles son los efectos del incidente sobre otros funcionamientos del organismo?

¿Existen antecedentes de drogas o sustancias que participan en el estado de crisis?

¿Requiere de alguna medicación?

¿Cuáles son sus cuidados físicos? (Nutrición, ejercicio, sueño, etc.).

● Interpersonal: se trata de valorar el impacto de la crisis sobre el círculo social inmediato


de la persona (familia, pareja, amistades y grupo de pares). Además, se busca estimar la
red de apoyo que se está utilizando y verificar si en realidad está siendo de ayuda o está
brindando algún aporte valioso para afrontar la crisis. Por último, se observa la actitud que
adopta la persona con respecto a quienes le rodean, por ejemplo, de aislamiento o
dependencia. Ejemplos de posibles preguntas guía, son los siguientes:

¿Qué cambios ha experimentado en sus relaciones interpersonales luego del suceso de


crisis? (Familia, amistades, relación de pareja).

¿El impacto de la crisis sobre la familia y las amistades resulta adaptativo o se encuentra
en desadaptación?

¿Es posible hacer uso de las redes sociales de ayuda?

¿Cuál es la ayuda disponible por parte de la familia o amistades?

96
¿Cuál es la actitud interpersonal que se adopta durante el tiempo de la crisis? (Aislamiento,
dependencia, agresividad, autonomía, etc.).

● Cognoscitiva: se pretende obtener información sobre las expectativas, situaciones o metas


afectadas por la crisis, los pensamientos introspectivos de la persona, el significado que se
le da a la situación precipitante, imposiciones, culpabilidad, presencia de los “debería”,
patrones ilógicos o pensamientos irracionales acerca de resultados inevitables; los sueños
o pesadillas, imágenes mentales de fatalidades, fantasías destructivas, y el uso del humor
como un mecanismo de defensa o enfrentamiento de la crisis también son abordados. Por
ejemplo, con respecto a esta área, se puede preguntar:

¿Cuáles son las metas o expectativas perturbadas por el suceso de crisis?

En este momento, ¿cuál es la auto-percepción en cuanto a potencialidades y limitaciones?

¿Cuáles son los pensamientos o reflexiones introspectivos más frecuentes?

¿Qué significado tiene este suceso en su vida?

¿Experimenta los “debería”? (Por ejemplo: “yo debería haber sido capaz de manejar esto”).

¿Existen patrones ilógicos de pensamiento acerca de los resultados inevitables?

¿Cuáles son los patrones usuales en las conversaciones internas?

¿Tiene imágenes sobre fatalidad o fantasías destructivas? ¿Cuáles?

¿Cuáles son sus expectativas, sueños o metas actualmente?

Según lo menciona el autor, la dimensión cognoscitiva es la que permite una mayor


comprensión de la experiencia de crisis, ya que facilita información sobre el significado que la
persona le da al suceso que origina la crisis, y todo lo que esto conlleva. Al entender su perspectiva,
se puede descubrir cómo el funcionamiento cognoscitivo influye de forma recíproca en la situación
de crisis, ya que esta también está afectando los pensamientos de la persona (Slaikeu, 2000,
pp.174-177).

97
Por último, es importante no solamente poner atención al desequilibrio en cada dimensión
del funcionamiento CASIC, sino también a las áreas que no han sido afectadas, fortalezas y
recursos personales; o bien, las áreas que pueden haber sido fortalecidas como resultado de la
situación de crisis.

El aporte de Slaikeu (2000) en relación con la intervención en crisis y PAP, es uno de los
más importantes a lo largo de los últimos años. Esto debido a que integra las áreas del ser humano
para tomarlas en cuenta a la hora de hacer la intervención. Además, se establece un proceso para
cada etapa de los PAP, lo cual permite un abordaje más adecuado al realizar un seguimiento, para
prevenir situaciones más graves a futuro.

Cabe recalcar que a pesar de que este modelo lo puede aplicar cualquier persona, este
conlleva un aporte esencial a la disciplina de Orientación. Por medio de los PAP, la Orientación
tiene una oportunidad de promover la autonomía de las personas afectadas, para que puedan
recuperarse, volver a tomar decisiones y de esta manera, tratar de recobrar el control de su vida a
partir del impacto de la crisis emocional. Por lo tanto, los PAP no deben ser nunca una forma de
sobreprotección, sino una ayuda puntual y adecuada a las personas que atraviesan este tipo de
situaciones.

A continuación, se desarrollan otras estrategias de intervención y técnicas para aplicar los


PAP, puesto que a pesar de que los apartados anteriores contienen algunas que son fundamentales,
conviene ampliar el referente teórico a otros modelos y estrategias propuestas por otras personas
autoras. Para ello, se detallan los planteamientos de Hernández y Gutiérrez (2014), quienes señalan
componentes similares a los de Slaikeu (2000), pero con algunas técnicas más detalladas.

2.3.2. Otras estrategias de intervención y técnicas para aplicar los PAP.

Otras personas autoras, quienes trabajan sobre los PAP, proponen estrategias y técnicas
para la intervención, las cuales conviene desarrollar a continuación.

Según lo planteado por Hernández y Gutiérrez (2014), se deben considerar los principios
básicos de los PAP antes de realizar la intervención: escucha responsable, transmitir aceptación,
proporcionar información, generar una atmósfera de confianza y empatía, y permitir la libre
expresión. Para ello, estas autoras proponen lo siguiente (pp.11-24):

98
● Contacto y acercamiento: en este primer contacto es importante presentarse y describir
el rol que se tiene, pedir permiso para acercarse o hablar con la persona y aclarar que se
está ahí para ofrecer ayuda e invitar a la persona a sentarse. Es fundamental garantizar
cierto grado de privacidad y moderar el tono de voz para transmitir tranquilidad.

● Seguridad y alivio: se pretende proporcionar la seguridad inmediata y posterior, y brindar


alivio tanto a nivel físico, como emocional. Para ello, se trata de obtener información
precisa y establecer conexiones con otras personas que hayan experimentado situaciones
similares.

Las consideraciones primordiales consisten en garantizar la seguridad física


inmediata (es probable que haya que modificar el entorno, por ejemplo, para remover
vidrios u objetos peligrosos; o bien, buscar oficiales de seguridad en situaciones
amenazantes o fuera de control. Se deben tomar en cuenta las enfermedades, lesiones y
capacidad cognitiva), brindar información ante algún desastre (posibles acciones, la
información con la que se cuenta, servicios disponibles, entre otras acciones.

Para ello, se deben conocer las reacciones comunes ante el estrés y estrategias de
autocuidado y manejo de situaciones adversas; además de utilizar el sentido común para
discriminar la información que debe darse y la que debería omitirse). Además, se debe
promover la interacción social, tanto para ayudar a quién experimenta la crisis, como
también a otras personas afectadas.

● Estabilización: consiste en tratar de calmar o guiar a la persona en crisis. Es probable que


la mayoría de personas no necesite este proceso de estabilización. Sin embargo, deben
poderse distinguir las características que presentan quienes sí la requieran. Para ello, es
importante observar señales de desorientación o agobio como la mirada ausente, ojos
llorosos, ausencia de respuestas o reacciones, comportamiento inusual no intencionado,
respuestas emocionales intensas como llanto desconsolado, conductas agresivas o
autodestructivas, hiperventilación, movimiento mecedor, reacciones físicas incontrolables,
búsqueda desesperada, sentimiento de incapacidad y participación en actividades de alto
riesgo.

99
Las sugerencias generales en cuanto a la estabilización, son las siguientes: respetar
la privacidad de la persona en crisis, ofrecerle un tiempo prudencial antes de realizar la
intervención, mantenerse a su disposición, ofrecerle apoyo y tratar de ayudarle a enfocarse
en sentimientos, pensamientos y metas manejables; mantener el contacto visual y solicitar
la escucha por parte de quien experimenta la crisis, indagar acerca de si la persona sabe
quién es, dónde está y qué está sucediendo.

Si nada de esto funciona, se puede utilizar la técnica llamada “enraizado”


(grounding), que consiste en solicitar a la persona sentarse en una posición cómoda,
respirar lenta y profundamente, mirar alrededor y mencionar cinco objetos que no le causan
angustia; se solicita respirar nuevamente, y luego mencionar cinco sonidos que esté
escuchando y que no le causen angustia. Se solicita respirar nuevamente, y mencionar cinco
cosas que puede sentir y que tampoco le causan malestar. Se le solicita respirar profundo
una última vez y se concluye el ejercicio.

Si ninguna de estas intervenciones funciona para lograr que la persona se estabilice,


se debe proceder con la consulta profesional correspondiente (psicología, psiquiatría,
medicina, entre otras). En el caso de personas con alguna discapacidad visual, auditiva, de
lenguaje u otra, se puede modificar la técnica.

● Recopilación de información: se trata de identificar las necesidades y preocupaciones


inmediatas, y de compilar información adicional relevante. Para ello, se sugiere recopilar
suficiente información de manera que se pueda establecer una jerarquización de prioridades
para responder a las necesidades más urgentes. Este proceso comienza inmediatamente
después del contacto y continúa durante todo el período que se administran los PAP.

Algunas frases y preguntas exploratorias que se pueden realizar para obtener


información son: “Usted ha pasado por muchas cosas difíciles, ¿puedo hacerle algunas
preguntas acerca de las situaciones por las que ha pasado?”; “¿Dónde estaba usted durante
el suceso ocurrido?”; “¿Alguna persona resultó herida?”; “¿Usted presenció que alguien se
hiriera?”; “¿Tuvo sentimientos de temor o ansiedad?”; entre otras.

100
Se debe evitar solicitar descripciones detalladas que puedan provocar angustia
adicional o presionar para que dé detalles del trauma o pérdida. Se debe permitir que la
persona decida la forma en que desea hablar de lo que pasó, y si acaba de experimentar la
muerte de alguien más, se debe intentar brindar consuelo emocional, y facilitar información
de cómo obtener apoyo social. Además, se puede programar una reunión de seguimiento.
En otros casos en los que hay angustia por alguien más, se puede preguntar lo siguiente:
“¿Siente preocupación por alguien más en estos momentos?”; “¿Sabe dónde está?”.

Si se requiere indagar si hay condiciones de salud que necesiten atención, se pueden


hacer preguntas tales como: “¿Tiene alguna condición médica o de salud mental que
necesite atención inmediata?”; “¿Necesita algún medicamento que no tiene en este
momento?”. Por último, al indagar sobre el apoyo social, el cual puede mejorar
considerablemente el manejo de la angustia, se puede preguntar: “¿Hay familiares o
amistades con quienes puede contar para ayudarle con los problemas que está
enfrentando?”. Y a quienes no cuenten con un apoyo social adecuado, se les debe ayudar a
encontrar los recursos y servicios disponibles en la comunidad.

● Asistencia práctica: se sugieren cuatro pasos para ofrecer ayuda práctica con el fin de
atender las necesidades e inquietudes inmediatas. El primer paso, es identificar las
necesidades más urgentes, para lo cual se priorizan si son varias, ya que para algunas habrá
soluciones inmediatas, pero para otras no. Sin embargo, se pueden seguir ciertos pasos para
atender la situación, y enfocarse en cada una de estas.

El segundo paso es clarificar la necesidad, para lo cual se habla con la persona para
identificar la situación. Esto facilitará determinar los pasos a seguir, y que den respuesta a
la necesidad. El tercero es desarrollar un plan de acción, lo que conlleva analizar qué se
puede hacer para atender las necesidades encontradas. Y el cuarto paso, implica actuar para
atender la necesidad, ya que se ayuda a la persona a tomar alguna acción para resolverla.

● Conexión con apoyos sociales: se trata de ayudar a establecer contactos breves o a largo
plazo con profesionales de ayuda u otras fuentes, incluyendo la familia, amistades y
recursos comunitarios. Consiste en conectar a la persona con los servicios disponibles para
atender la crisis. Para esto, se deben identificar las necesidades que requieren información

101
o servicios adicionales, y se debe hacer lo necesario para que la conexión sea eficaz, lo cual
implica inclusive acompañar a la persona hasta el lugar del servicio, si así lo requiere.

El soporte social puede proveerse de muchas maneras tales como: acompañamiento


emocional (abrazos, disposición para escuchar, comprensión), conexión social (compartir
actividades con otras personas y sentir que le necesitan), fortalecer la autoestima, apoyo
fiable (contar con otras personas de forma incondicional), consejo e información (contar
con gente que le ayude a entender sus reacciones y le enseñe cómo manejar la situación de
forma positiva), asistencia física (personas que le ayuden a cargar cosas, arreglar la casa o
el cuarto, papeleo, etc.), y asistencia material (proveer comida, ropa, techo, medicina,
materiales de construcción o dinero); todo esto, según la situación.

Si la persona se encuentra desconectada de su red de apoyo social, se le puede


alentar a hacer uso de los recursos inmediatos disponibles. Por otra parte, muchas personas
pueden negarse a buscar ayuda por diferentes razones tales como no saber que la necesitan,
vergüenza de que se les considere débiles, pensar que nadie puede entender por lo que están
pasando o simplemente falta de información. Para ello, se puede brindar apoyo en
ayudarles a pensar qué tipo de asistencia sería más útil y a quién acudir.

● Información sobre el manejo de adversidades: se procura facilitar información sobre


reacciones del estrés, para reducir la angustia y promover el funcionamiento adaptativo. Es
importante no garantizar a la persona en crisis que la reacción va a desaparecer, ya que se
pueden generar expectativas poco realistas.

Es posible brindar información sobre los tres tipos de reacciones de estrés post
traumático que existen: reacciones intrusivas, que son formas en las que la experiencia
traumática vuelve a la memoria, por ejemplo en imágenes mentales o sueños; reacciones
de evitación y retraimiento, que son estrategias que se utilizan para mantener la distancia
de la angustia, por ejemplo evitar hablar, pensar y tener sentimientos sobre el evento
traumático; y reacciones de excitación física, que corresponden a cambios físicos que hacen
que el cuerpo reaccione como si todavía hubiera peligro.

102
Por otra parte, se puede facilitar información sobre acciones de afrontamiento
adaptativo, que son las que ayudan a reducir la ansiedad. Para ello, se recomienda hablar
con otra persona para recibir apoyo, buscar la información que se requiere, lograr el
descanso, nutrición y ejercicio adecuados, ejecutar actividades positivas que sirvan como
distractores, mantener un horario normal, participar en grupos de apoyo y pasar tiempo con
otras personas, aplicar técnicas de relajación, llevar un diario, y emplear métodos de
afrontamiento que han sido exitosos en el pasado.

Adicional a lo anterior, es recomendable proporcionar técnicas sencillas como


ejercicios de relajación muscular y de respiración, los cuales pueden ser útiles para reducir
la tensión y la ansiedad. También se puede incluir la meditación, practicar algún deporte,
ejercicios de estiramiento, yoga, oración (tomando en cuenta las creencias religiosas de
cada quién), escuchar música y tener contacto con la naturaleza.

Por último, cabe mencionar que es probable que algunas situaciones generen cierto
grado de ira en las personas al enfrentar una crisis. Por lo tanto, es necesario también
conocer estrategias sobre el manejo de la ira para informar sobre las mismas. Algunas
pueden ser hablar acerca de los sentimientos que se están experimentando con alguna
persona cercana, tomarse un descanso o unas vacaciones, hacer ejercicio físico, la música
o actividades artísticas, llevar un diario, utilizar distractores como leer un libro, mirarse
desde afuera para identificar emociones negativas, entre otras. Si la persona enojada se
encuentra fuera de control o se muestra violenta, se debe buscar atención profesional.

Hernández y Gutiérrez (2014, pp.34-35), también proporcionan las siguientes técnicas para
la atención a personas en estado de crisis emocional: enfocarse en el problema, lo cual implica
mantener la atención en la catarsis emocional; valorar las áreas CASIC más afectadas; Identificar
la pérdida y comprender el significado que esta tiene para la persona, no confrontar o interpretar
para no rechazar lo que la persona diga hasta que se establezca un vínculo de confianza, y tampoco
forzarla a cambiar su estado emocional.

Continuando con las recomendaciones que dan las autoras, se sugiere motivar a la persona
a tomar acción y reforzar cada logro que obtiene, sujetar al deseo de vida para intentar crear o
mantener las ganas de vivir, planteando acciones que se podrían realizar a futuro; no debatir o

103
discutir con la persona afectada, y en su lugar, sugerir posibles opciones para ayudarle a proponerse
metas y objetivos realistas.

Asimismo, se recomienda no dar consejos directos, ya que lo que se busca es guiar a la


persona, para que ella misma busque opciones; ser paciente para lograr establecer un vínculo de
confianza, realizar preguntas básicas sobre las ideas que se tienen acerca del problema, qué se ha
hecho para mejorar, qué se lo ha impedido, y si se conoce a alguien que le pueda ayudar; y dejar
que la persona establezca su propio ritmo sin apresurarla.

También se puede hablar de diferentes temas para mantener la conversación, pero enfocada
en la situación; no prometer lo que no se puede cumplir, promover la esperanza sobre aspectos
futuros, corroborar los datos obtenidos y fomentar la búsqueda de ayuda posterior, que puede darse
por medio de líneas telefónicas o servicios psicológicos profesionales (Hernández y Gutiérrez,
2014, pp.34-35).

Otras recomendaciones que plantean Hernández y Gutiérrez (2014), sobre qué hacer
durante una crisis son escuchar atentamente, ser cortés pero realista, mostrar honestidad y empatía,
pero también respeto por las creencias, tener objetividad, estar alerta en relación con las
oportunidades, hacer énfasis en las cualidades y fortalezas de la persona, y aceptar el derecho de
quien experimenta la crisis de sentirse como se siente en ese momento (p.37).

Por otra parte, para tomar en cuenta algunas sugerencias adicionales, aparte de las
propuestas por estas autoras, Álvarez, Cruz y Porcar (2018, diapositiva 6) expresan que las
condiciones mínimas con respecto al espacio en el que se deben aplicar los PAP, son las siguientes:
un lugar seguro, grande, con subdivisiones, buena temperatura y posibilidad de garantizar la
privacidad de las familias, ofreciendo espacios pequeños (por ejemplo: cubículos o biombos),
protegido de los medios de comunicación. Además, el lugar debe contar con disponibilidad de
alimentos, bebida y ayuda para las personas menores de edad.

Con respecto a las estrategias y técnicas anteriores, puede notarse que para aplicar los PAP
se requiere de ciertas habilidades personales que permitan aplicarlas de forma adecuada, además
de conocimientos previos sobre ejercicios de relajación, respiración u otros, que ayuden a
tranquilizar a la persona que experimenta la crisis. Por ello, aunque cualquier persona que posea

104
estas habilidades pueda ser capaz de aplicar los PAP, se recalca el papel de la persona profesional
en Orientación, ya que por su formación cuenta con más recursos, herramientas y capacidades para
llevar a cabo estrategias que permitan realizar el proceso de forma más ajustada a las necesidades
de la persona.

Luego de la revisión de estrategias y técnicas para la aplicación de los PAP, en el siguiente


apartado se retomarán otros modelos que se han desarrollado para brindar los PAP en situaciones
de crisis. No todos estos modelos se refieren a las crisis emocionales propiamente. Sin embargo,
como se ha expresado anteriormente, se parte del concepto de que cualquier tipo de crisis conlleva
implicaciones emocionales, debido a que independientemente del tipo de crisis suscitada, siempre
va a existir alguna afectación emocional en la persona que la experimenta.

2.3.3. Otros modelos de PAP.

Para el presente estudio se consideró importante la revisión teórica de otros modelos, a


pesar de que la mayoría de intervenciones en crisis emocionales se basan en el modelo de Slaikeu,
con algunas modificaciones de acuerdo con las contextualizaciones que requieran, pero
manteniéndose como el pilar de otras formas de intervenir. Esta revisión, permite tener una
perspectiva más amplia de otras personas autoras que puedan hacer aportes relevantes para la labor
de quienes realizan la intervención al aplicar los PAP. Estos otros modelos pueden ser de particular
importancia para las personas profesionales en Orientación, ya que pueden enriquecer la práctica
de diferentes estrategias de intervención, al atender estudiantes con crisis emocionales y brindar
los PAP.

Se reconoce absolutamente la trascendencia del modelo de (2000), tal y cómo se ha venido


haciendo en los apartados anteriores. No obstante, conviene hacer una revisión y contraste de otras
propuestas. De acuerdo con la revisión realizada por Jacobs y Meyer (citados en Martín y Muñoz,
2009, p.152), los principales modelos de PAP que se han diseñado son los siguientes.

Singer (citado en Martín y Muñoz, 2009, pp.152-153), en su modelo sugiere principal y


resumidamente adoptar una actitud sensible ante las reacciones de las personas afectadas;
asegurarse de que no se queden solas; realizar gestos que comuniquen psicológicamente que están
siendo atendidas; fomentar la expresión verbal de sentimientos asociados con la experiencia;

105
ofrecer tranquilidad y transmitir información precisa de forma responsable; referir a profesionales
de salud mental a aquellas personas que muestren un comportamiento inusual, violento o
autodestructivo; y animar a estas personas a que participen lo antes posible en tareas sencillas y
útiles.

Raphael (citado en Martín y Muñoz, 2009, p.153), en su modelo indica que se debe
confrontar y consolar; proteger de futuras amenazas; satisfacer las necesidades físicas inmediatas;
ayudar a que las personas afectadas se involucren en el proceso de recuperación dirigiendo su
comportamiento hacia un objetivo; promover que si personas queridas se separaron durante el
suceso se reúnan de nuevo; fomentar el desahogo emocional; estructurar una rutina a las personas
afectadas; promover redes de apoyo; y referir a profesionales de salud mental y asegurarse de que
se esté recibiendo la atención necesaria.

También se menciona que Walker (citado en Martín y Muñoz, 2009, p.154), desde su
modelo propuso comprender el suceso; evaluar la respuesta de las personas afectadas; formarlas
sobre las reacciones de su estrés y dolor; facilitar habilidades realistas de afrontamiento; desarrollar
un plan de respuesta; fomentar un buen auto-cuidado físico; reforzar el uso de las redes de apoyo;
y realizar las referencias pertinentes y dar el seguimiento correspondiente. Everly y Mitchel
(citados en Martín y Muñoz, 2009, p.154), con su modelo afirman que se debe dar una
estabilización, evaluación y conocimiento de la crisis, para facilitar su comprensión y favorecer el
afrontamiento adaptativo. O bien, referir a otro servicio o persona profesional de ser necesario.

Por otro lado, Wiger y Harowski (citados en Martín y Muñoz, 2009, p.154), señalan en
relación con los PAP: establecer “rapport” con la persona; realizar una evaluación; favorecer la
toma de decisiones y la acción; y mencionan la referencia a otros servicios disponibles. Y por
último, Ritchie (citado en Martín y Muñoz, 2009, p.154) establece que se debe proteger a las
personas afectadas de algún peligro o daño a futuro; intentar reducir la sobre-activación
psicológica; movilizar el apoyo hacia quienes muestran mayor malestar; y brindar información y
aplicar técnicas eficaces de comunicación de riesgos.

Desde los modelos mencionados anteriormente, puede notarse que muchos comparten una
serie de elementos, lo cual permite identificar aspectos que siempre van a ser parte fundamental

106
de la aplicación de los PAP. Algunos modelos pueden modificarse o renovarse, para contextualizar
la intervención, de manera que responda a las necesidades actuales.

Por su parte, Martín y Muñoz (2009, p.155) proponen un modelo de protocolo de aplicación
de los PAP denominado “ACERCARSE”, para lograr en la medida de lo posible, una autonomía
en la persona afectada, y que así pueda manejar la situación y ponerse en control. Este protocolo
surge ante la necesidad de un abordaje más eficaz y contextualizado. Está diseñado para aplicarse
a la población adulta, por profesionales en psicología u otras personas profesionales de ayuda y
salud mental.

Sin embargo, de ser necesario se puede realizar una adaptación para aplicarse con otras
poblaciones y por personas no profesionales en estos campos. Este modelo consta de ocho fases
secuenciales, y los objetivos que persigue se relacionan con el restablecimiento del equilibrio en
todas las áreas de la persona, tales como la física, psicológica, social y emocional. Las fases del
protocolo ACERCARSE de Martín y Muñoz (2009, p.157), son:

● Ambiente: “¿En qué situación tiene lugar la crisis?”.

● Contacto: “¿Cómo establecer la alianza terapéutica?”.

● Evaluación: “¿Qué información es necesaria?”.

● Restablecimiento emocional: “¿Qué hacer para recuperar el equilibrio?”.

● Comprensión de la crisis: “¿Qué necesita saber la persona sobre la crisis?”.

● Activar: “¿Qué hacer para recuperar la normalidad?”.

● Recuperación del funcionamiento: “¿Cómo mantener esa normalidad?”.

● Seguimiento: “¿Cómo dar continuidad a la intervención?”.

Por último, se concluye con el modelo “ABCDE” de Cortés y Figueroa (2015), quienes
proponen primeramente una etapa de preparación y posteriormente la aplicación del protocolo
ABCDE. En la etapa de preparación se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos (pp.10-11):

107
● Entrenamiento: se debe contar con un entrenamiento adecuado en PAP.

● Coordinación: se recomienda formar un equipo de trabajo, especialmente si se participa en


actividades laborales o voluntarias, en las que puede haber experiencias traumáticas.

● Auto-evaluación: es necesario preguntarse si se está en condiciones de aplicar los PAP. Si


hay algún impedimento emocional o físico, es mejor no realizar la intervención.

● Informarse sobre la situación: Es fundamental que se recabe información previamente


sobre las situaciones de crisis, mediante fuentes confiables. Esto permitirá un mayor
conocimiento acerca de los recursos disponibles, ayudará a tomar mejores decisiones y se
podrá brindar una mejor intervención a la persona afectada.

● Evaluar la aplicabilidad: No todas las personas que experimentan una crisis van a necesitar
PAP. Por lo tanto, es esencial respetar las decisiones y recursos personales de la persona
afectada, para lo cual se puede limitar el contacto a comunicar que se estará disponible para
ofrecer ayuda, si se llegara a necesitar más adelante.

● Identificarse: Es importante brindar datos como el nombre, institución, función y razones


por las que se está en el lugar; para así crear un ambiente de confianza y facilitar la
aplicación de los PAP. Además, es fundamental indagar sobre los datos de la persona
afectada.

A continuación, se detalla el protocolo “ABCDE” propuesto por Cortés y Figueroa (2015),


el cual se compone de las siguientes etapas (pp.12-23):

● A - Escucha activa

Este paso puede tener una duración aproximada de diez a veinte minutos. Es
esencial saber cómo comunicarse con una persona angustiada, ansiosa o alterada, ya que,
al encontrarse en ese estado, es de gran ayuda permitir que se exprese, proporcionar ese
espacio para que pueda hacerlo y escucharla; sin embargo, no se le debe presionar, ya que
muchas personas prefieren guardar silencio. Lo principal en la escucha activa es poder
transmitir que hay otro ser humano al lado comprendiendo lo que está experimentando.

108
No obstante, no debe caerse en el impulso de “hacer algo” por quien sufre la crisis,
puesto que se podría decir o realizar acciones que perjudiquen a la persona afectada, aunque
no sea la intención. El lenguaje corporal es una herramienta muy importante para transmitir
comprensión y empatía, al utilizar las posturas y gestos adecuados, además de mantener el
contacto visual.

● B - Reentrenamiento de la (B)entilación

La forma en que se respira influye en las emociones, por lo cual en prácticas como
el yoga y la meditación se trabaja con la respiración. Es por esta razón que al momento de
aplicar los PAP, se pueden tomar unos minutos para practicar el reentrenamiento de la (B)
ventilación, y ayudar a la persona afectada a tranquilizarse, ya que muchas veces se pueden
presentar síntomas como crisis de ansiedad, dificultades para respirar, taquicardia,
temblores, entre otros. Este paso puede tomar aproximadamente diez minutos.

Para aplicar algunas técnicas de respiración, se pueden llevar a cabo los siguientes
pasos: en primer lugar, se le dice a la persona lo siguiente: “Ahora ensayaremos el re-
entrenamiento de la respiración: consiste en inspirar, exhalar y luego esperar un momento
con los pulmones vacíos hasta volver a inspirar [...] lo importante es la pausa luego de
vaciar los pulmones”. Dentro de esta técnica, se le puede solicitar a la persona que practique
el ejercicio en conjunto con quien brinda los PAP; es decir, que ambas personas lo realicen.

Seguidamente, se le solicita que adopte una postura cómoda y relajada, y se le


indica lo siguiente: “Si lo desea, puede cerrar los ojos o mirar un punto fijo con la mirada
baja. Ahora vamos a intentarlo”. A continuación, se realiza la inspiración cuatro veces,
exhalación por la nariz o por la boca cuatro tiempos, y la retención en los pulmones (vacíos)
cuatro veces.

Los cuatro tiempos no se dan necesariamente en tiempo real (en segundos), ya que
su duración es variable dependiendo del estado de agitación de la persona afectada; por lo
cual esta técnica debe adaptarse a las condiciones que presente y de forma que se sienta
comodidad al aplicarla. Una vez que se ha comprendido lo que se debe hacer, se le puede

109
dejar a la persona que continúe por sí sola durante unos minutos, reforzando cuando lo hace
de forma correcta, con frases como: “muy bien [...] está haciéndolo excelente”.

Por último, se le dice a la persona que repita el ejercicio diariamente por diez
minutos, tres veces al día (en la mañana, en la tarde y en la noche), y cada vez que tenga
sentimientos de angustia.

● C - Categorización de necesidades

Es posible que quien experimenta la crisis necesite ayuda para jerarquizar


necesidades, puesto que al vivir un suceso traumático, es común que haya confusión
mental, por lo cual se hace difícil ordenarse en los pasos a seguir. Por lo tanto, se puede
brindar acompañamiento para priorizar las acciones inmediatas pertinentes tales como:
contactar servicios de salud y seguridad social, llamar a familiares, buscar pertenencias o
personas extraviadas, trámites legales o denuncias, entre otras.

Debe recordarse que esta es una intervención muy breve, ya que se limita solamente
a ayudar a identificar necesidades y a jerarquizarlas. Esto, porque es importante que en la
medida de lo posible la persona utilice sus propios recursos, o bien, los de sus redes de
apoyo más cercanas.

● D - Derivación a redes de apoyo

Una vez identificadas las necesidades inmediatas, se procede a brindar ayuda con
el contacto de personas o servicios de apoyo que podrán responder a dichas necesidades
(se debe recordar que la primera red de apoyo, usualmente es la familia y las amistades o
personas cercanas). Para ello, es indispensable conocer previamente la oferta de servicios
y recursos de apoyo disponibles en el contexto inmediato de la persona.

● E - Psico-Educación

Finalmente, se deben promover las estrategias de respuestas positivas ante el estrés.


Para ello se deben conocer y explicar las reacciones comunes frente al estrés o experiencias
traumáticas. Al brindar los PAP, se deben normalizar conductas y sentimientos como

110
angustia, llanto, confusión, insomnio, hiperventilación, entre otros., para que la persona
afectada no sienta que está presentando un comportamiento anormal.

Por lo tanto, se le debe enfatizar a la persona en crisis en que probablemente los


síntomas van a ir desapareciendo paulatinamente, a medida que pase el tiempo, e incluso,
sin necesidad de ayuda en algunas semanas. Por último, se le debe mostrar cómo ayudarse
y ayudar a las personas cercanas, cuáles son las señales de alarma y qué hacer en caso de
que se presenten.

Por otra parte, desde el modelo ABCDE encontrado en Cortés y Figueroa (2015), se hacen
las siguientes recomendaciones al aplicar los PAP, con el fin de que la intervención sea más
adecuada (pp.13-22):

● Comunicar a la persona afectada que está siendo escuchada, para lo cual la técnica del
parafraseo puede ser una herramienta útil.

● Ser paciente con lo que la persona relata, con los espacios de silencio o llanto, y no
preguntar por detalles a los cuales no se ha referido aún; para lo cual no hay que precipitarse
a decir algo inapropiado por tratar de responder rápidamente para “hacer algo”.

● Mantenerse cerca de la persona, y solamente recurrir al contacto físico si se siente la


confianza de que será bien recibido por la persona afectada, e interpretado como una actitud
de apoyo. En todo caso, se le puede preguntar si esto le incomoda.

● Se puede utilizar la técnica de reflejo, adoptando una postura similar a la de la persona


afectada, que le comunique que se está en “sintonía afectiva”. Con ello, se le hace saber
que se comprende su sufrimiento.

● Si la persona se encuentra muy alterada, se le puede ayudar a calmarse ofreciendo un vaso


de agua.

● Escuchar a quien sufre la crisis e identificarse con sus preocupaciones.

● Ayudar a la persona a priorizar sus necesidades, para lo que se le puede solicitar tratar de
distinguir entre lo que requiere solución inmediata y lo que puede esperar. Se pueden

111
utilizar frases como: “[…] me doy cuenta de que son muchas las cosas que le preocupan.
¿Le parece si vamos paso a paso y nos enfocamos primero en lo más urgente?”

● Facilitar el contacto con familiares, amistades o trabajo; y llamarles si es necesario. Se


sugiere identificar teléfonos públicos disponibles o gestionar un teléfono móvil, y hacer
sugerencias prácticas sobre cómo recibir la ayuda.

De acuerdo con este modelo, se deben evitar los siguientes aspectos, para una mejor
intervención al aplicar los PAP (pp.13-22):

● Distraerse, estar pendiente del reloj o mirar insistentemente hacia otra parte.

● Precipitarse en querer dar una solución, si la persona lo que necesita es simplemente ser
escuchada.

● Juzgar o criticar los sentimientos y acciones de la persona que está experimentando la


crisis. Tampoco se debe minimizar lo que dice ni darle falsas esperanzas.

● Relatar la propia historia o la de otra persona, en afán de mostrar empatía.

● Tocar a la persona si no se sabe si el contacto físico será bien recibido.

● Decidir las necesidades de la persona afectada, sin poner atención a lo que está diciendo,
con frases como: “antes de que me diga nada, yo creo que lo más importante que usted
debe hacer en este momento es [...]”

● Tratar de ir resolviendo las necesidades a medida que se van mencionando, sin


jerarquizarlas.

● Tomar la iniciativa de ayudar a la persona con asuntos que pueda resolver por sí misma,
con acciones o frases como: “Páseme el celular, yo llamaré a su hijo para contarle lo que
pasó”.

Se enfatiza en la preparación previa, ya que a pesar de que se afirma que cualquier persona
puede realizar PAP, es esencial un conocimiento básico de aspectos como manejo del estrés;
conocimiento de instituciones y redes de apoyo que pueden facilitar atención especializada;

112
reacciones comunes ante experiencias traumáticas y cómo abordarlas; técnicas de respiración y
relajación; entre otros. De ahí la importancia de la capacitación en estos temas, ya que en cualquier
momento puede surgir algún evento que requiera de la aplicación de PAP.

Como se observa, el modelo “ABCDE” propuesto por Cortés y Figueroa (2015), desarrolla
los pasos básicos que se deben aplicar al brindar los PAP, y sugiere técnicas bastante útiles que
pueden marcar la diferencia cuando una persona se encuentra experimentando una crisis emocional
y requiere ayuda. Este modelo, permite contrastar sus planteamientos con el modelo de Slaikeu
(2000), reconociendo así similitudes y diferencias importantes en torno a la aplicación de los PAP
en la intervención de crisis emocionales; razón por la cual, ha conllevado mayor profundidad
teórica.

Cualquier persona que desee aplicar los PAP, debe poseer ciertas habilidades y
conocimientos básicos que le permitan un abordaje satisfactorio con resultados positivos. Además,
el abordaje debe llevarse a cabo tomando en cuenta ciertas variables como por ejemplo la edad o
etapa de desarrollo, ya que no se utiliza el mismo modelo de intervención ni las mismas técnicas
y estrategias en la etapa de la niñez, adolescencia o adultez. Incluso, pueden considerarse
diferencias en el proceso; por ejemplo, con personas que tengan alguna discapacidad o debido a
distinciones socioculturales.

Mediante lo desarrollado anteriormente, se ha podido comprender que pueden surgir


consecuencias negativas al realizar la intervención de forma incorrecta, por lo que cualquier
profesional de ayuda o persona que vaya a llevar a cabo los PAP debe entrenarse en la teoría y
práctica referente a esta temática. Desde la disciplina de Orientación, esta capacitación es esencial,
ya que dentro del contexto educativo u otros pueden surgir situaciones de crisis emocionales que
requieran de la aplicación de PAP.

Por lo tanto, el manejo de los diferentes modelos, estrategias y técnicas pertinentes,


oportunas y actualizadas, es un elemento básico y fundamental del proceso para brindar la atención
de forma que la persona logre estabilizarse y recuperarse de la crisis. Las acciones que se tomen
deben ajustarse a las necesidades y características individuales de cada persona, por lo que el
referente teórico constituye una guía para ello. No obstante, al llevar a la práctica estos

113
componentes, considerándolo meramente necesario, se debe contar con la capacidad de adaptarlos
a la situación y la persona que se atiende.

En el siguiente apartado se desarrollan los aspectos más relevantes de los protocolos del
Ministerio de Educación Pública (MEP), ya que constituyen una herramienta importante para
brindar los PAP; no solamente desde la Orientación, sino también como guía dentro del contexto
educativo en Costa Rica. Por lo tanto, se incluyen en el referente teórico utilizado para la presente
investigación.

2.3.4. Protocolos del Ministerio de Educación Pública para la intervención en crisis.

En este apartado, se realiza una síntesis de los principios rectores que orientan los
protocolos de atención de diversas situaciones de riesgo y violencia, que se dan en los centros
educativos del Ministerio de Educación Pública. Con esto, se procura entender su aplicación
general, sus alcances y la visión epistemológica que contienen en relación con el fenómeno en
estudio de la presente investigación. Sin embargo, cada protocolo para situaciones específicas no
se detallará en forma individual, por cuestiones de extensión y de utilidad para esta investigación.

Para iniciar este apartado, se debe entender qué es un protocolo, o cómo se posiciona a
nivel del MEP. Este organismo, lo define como un instrumento de aplicación o uso obligatorio en
todas las modalidades de centros educativos públicos y en todos los niveles. Su fin es el desarrollar
un proceso de mediación pedagógica, dando insumos teóricos, prácticos, administrativos y legales
a fin de tener pautas generales para la atención de las situaciones de violencia y riesgo que se
presenten en los centros educativos públicos (MEP, 2015).

Para lograr esta meta, los protocolos presentan una serie de pautas generales, las cuales dan
una visión epistemológica de la situación de riesgo y de las personas involucradas, desde un marco
de inclusión, derechos humanos, género sensible, y con una visión de desarrollo de las partes
involucradas. Adicionalmente, presenta una definición de sus alcances, tanto administrativos como
legales, sentando las obligaciones de los agentes que tienen que ejecutar los protocolos, y
finalmente, brinda los insumos documentales que se necesitan para las gestiones que se deben
realizar para llevar a cabo todo el ciclo del protocolo. Esto para cada situación particular, las cuales
incluyen hasta el momento las siguientes publicaciones del MEP (2015):

114
● Protocolo de actuación en situaciones de bullying.

● Protocolo de atención del bullying contra la población LGTBI inserta en los centros
educativos.

● Protocolo de actuación en situaciones de hallazgo, tenencia y uso de armas.

● Protocolo de actuación en situaciones de hallazgo, tenencia, consumo y tráfico de drogas.

● Protocolo de actuación en situaciones de violencia física, psicológica, sexual, acoso y


hostigamiento sexual.

● Protocolo de atención a la población estudiantil que presenta lesiones auto-infligidas o en


riesgo por tentativa de suicidio.

● Protocolo de actuación institucional para la restitución de derechos y acceso al sistema


educativo costarricense de las personas víctimas de sobrevivientes del delito de trata de
personas y sus dependientes.

● Protocolo de actuación en situaciones de discriminación racial y xenofobia.

Además, se incluye también el documento “Manual de atención del embarazo y maternidad


en personas menores de edad insertas en el sistema educativo”. Siguiendo con este apartado, se
hará una breve síntesis de los principios, enfoques rectores y características de dichos protocolos
de actuación, los cuales serán desarrollados a continuación de acuerdo con las publicaciones del
MEP (2015):

● Alcance: son de carácter obligatorio para todos los centros educativos públicos y aplican
para todos los niveles, procurando una intervención institucional y no solo de la persona
que activa el protocolo. Además, velan por la prevención de las situaciones de riesgo y
violencia, así como por la atención durante la situación y posterior a esta, buscando el
seguimiento de las personas involucradas y de la situación en sí.

● Enfoque de derechos y responsabilidades de la niñez y la adolescencia: desde esta


perspectiva, deberá imperar siempre el interés superior de la persona menor de edad,

115
buscando respetar, proteger y hacer valer sus derechos humanos. Además, se les dará una
protección especial a las personas menores de edad, asumiendo su derecho a educarse en
un entorno libre de peligros y violencia, así como su potestad para defender su integridad
y la de otras personas que se encuentren en peligro.

Asimismo, se debe velar por su confidencialidad, dignidad y por su derecho a la


participación y a la información, resguardando la confidencialidad ante la situación,
velando por su derecho a estar informado o informada de todo el proceso, así como su
participación activa y velando por la protección de su imagen. Todo esto a pesar de que
medie una medida correctiva o sanción, velando por una actuación responsable por parte
de las autoridades y autoridades educativas en todo el proceso, sin poder alegar falta de
apoyo ni conocimiento de los principios de actuación.

Se sientan responsabilidades legales y administrativas sobre diferentes agentes del


sistema educativo, incluyendo la Dirección, el profesorado y otras instancias, así como a
nivel de la familia de las personas involucradas y de las autoridades interinstitucionales
fuera del centro educativo. Además, se dan otras orientaciones jurídicas relacionadas con
la presunción de inocencia, la obligatoriedad de denunciar y acoger las denuncias, la
seguridad jurídica y el principio de sospecha razonable, la atención interdisciplinaria de la
situación, el derecho al debido proceso, el derecho a la justicia y la finalidad pedagógica
de la intervención, entre otras.

● Enfoque de inclusión: implica que el proceso y las acciones que deriven de esta deberán
hacerse con una visión género sensible, generacional-contextual, según la etapa y nivel de
desarrollo de las personas involucradas, y con una visión intercultural, procurando atender
y entender las características socioculturales de las partes involucradas y su identidad
(MEP, 2018).

2.4. Perfil profesional de la persona orientadora para la intervención en crisis


emocionales mediante los PAP.

Como parte del quehacer de la disciplina, la persona con profesión en Orientación necesita
ser poseedora de un perfil profesional, el cual está relacionado con los conocimientos, las

116
habilidades, destrezas, competencias y actitudes que debe poseer y que le permiten desempeñarse
de manera ética, capacitada y dispuesta. Todos estos aspectos formativos deben caracterizar
también a la persona profesional en Orientación al poner en práctica los PAP, para garantizar una
intervención adecuada, eficiente y eficaz, para la prevención de daño emocional por situaciones
de crisis.

Bajo este supuesto, cabe señalar que el perfil según Monge (2016) “nace del estudio de las
competencias que se requieren para brindar la intervención en crisis” (p.129). Por lo tanto, y favor
del fenómeno en estudio de la presente investigación, se desarrollan a continuación algunas de
estas características, habilidades y destrezas de la persona profesional en Orientación interviniente,
que facilitan su quehacer ante la aplicación de PAP a personas en situaciones de crisis emocional.

En cuanto a los conocimientos, se requiere que la persona profesional en Orientación


adquiera la teoría y práctica necesaria de la intervención, para ayudar a las personas que transitan
por un evento de crisis. También, no se puede dejar de lado la actitud ética y profesional, la cual
está relacionada con la necesidad de responder con compromiso a la sociedad costarricense y la
actualización, así como el hecho de ejercer de manera eficiente, objetiva e imparcial la profesión.

Además, se requiere una serie de habilidades y destrezas de la persona profesional en


Orientación para llevar a cabo la atención de personas en situaciones de crisis. Se sabe que las
personas profesionales en Orientación deben considerar que el tiempo que disponen para la
aplicación de los PAP, en la mayoría de las veces no es extenso; de aquí la importancia de aplicar
las habilidades y destrezas necesarias de manera eficaz en el tiempo del cual se dispone. En
relación con lo anterior, acerca de estas características, se encuentra lo siguiente:

La habilidad es la capacidad para realizar una tarea, es un don innato, con

características físicas y emocionales para desarrollar ciertas ocupaciones; sin

embargo, quien no la posee de forma natural, puede desarrollarla a través del

entrenamiento como, por ejemplo: escucha activa, observar, hablar, búsqueda de

ayuda, catarsis como una forma de desahogo, ayudar y acompañar a una persona en

crisis. (Monge, 2016, p.98)

117
Asimismo,

Las destrezas se definen como las habilidades que se desarrollan a través del

entrenamiento, y entre, más práctica se tenga, mejores intervenciones se podrán

realizar, a saber: técnicas de afrontamiento; técnicas de entrevistas; técnicas de

comunicación a través del lenguaje verbal y no verbal; comunicación asertiva;

redactar informes; manejo del estrés; sintonía emocional; escucha empática; trabajo

en equipo, catarsis como técnica de desahogo emocional. (Monge, 2016, p.98)

Estas habilidades y destrezas son importantes debido a que permiten a la persona


profesional en Orientación intervenir con los PAP de forma hábil, fluida, centrada en las
necesidades de la persona que experimenta la crisis, y procurando el mayor bienestar para esta
persona y para sí misma.

Un ejemplo de lo anterior, es que al atender a las personas que experimentan situaciones


de crisis, es importante que la persona profesional en Orientación sea capaz de desarrollar una
sintonía emocional para que esta pueda llegar a desahogarse y expresar lo sucedido, poniendo en
práctica la habilidad o destreza para escuchar, ser una persona empática, observar, comunicar,
practicar la comunicación asertiva, entre otras. Asimismo, algunas de las habilidades que la
persona interviniente ante situaciones de crisis debe ser capaz de poner en práctica, Monge (2016,
pp. 99-105), las describe como:

● El acompañamiento: brindar permanencia y estar junto a la persona, tratando de generar


el sentimiento de apoyo y protección, con el fin de conducirla en medio de la situación que
está atravesando hacia el alivio, procurando el equilibrio entre sentirse sola y acompañada.
De esta manera disminuyendo los efectos de la crisis, procurando que sean menos
traumáticos o dolorosos.

● La sintonía emocional: consiste en el rapport. En este caso, consiste en generar la


confianza en la persona que experimenta la crisis para que pueda hablar y expresar sus
necesidades inmediatas.

118
● Favorecer la catarsis: facilita a la persona afectada que desahogue las emociones y
pensamientos generados por la crisis.

● La habilidad de escucha: se refiere a la escucha activa, no sólo a oír. Cabe aclarar, que la
escucha empática no consiste en estar de acuerdo con todo lo que la persona en crisis
manifiesta en medio de su dolor, sino estar atentos a lo que habla, para comprender lo que
trata de expresar, desde su realidad, que puede ser muy dolorosa, tanto emocional como
intelectual.

● La empatía: hacer una lectura del lenguaje verbal y no verbal de la persona afectada, tener
la capacidad de percibir o que está experimentando y sintiendo sin mezclar nuestras propias
emociones.

● La habilidad de observar: la persona interviniente debe utilizar la observación para


conocer la situación vivida, las reacciones físicas, emocionales y conductuales de quien
está en situación de crisis. Es examinar detenidamente el contexto y el entorno, para lograr
dar una contención oportuna.

● La comunicación: transmitir la información de forma clara, concreta, eficaz, con el fin de


ayudar a la persona en situación de crisis, en aspectos tales como saber realizar las
preguntas, reflejo de sentimientos, reflejo de contenidos, brindar información oportuna,
recopilar datos, entre otras.

● La comunicación asertiva: transmitir lo que, si dice de una forma amable, sincera, con
tacto, se espera que la persona que interviene ante la crisis, tenga claro que la asertividad
no es lo que se dice, sino cómo se dice.

Un ejemplo de que estas habilidades son importantes en la persona interviniente


corresponde a lo mencionado por Monge, donde destaca que las personas que sufren situaciones
de crisis se encuentran en condición de vulnerabilidad, y dependiendo de cómo se hable con ellas,
pueden llegar a sentirse lastimadas, amenazadas, victimizada, es por ello que es de suma
importancia la comunicación asertiva en la persona interviniente. (Monge, 2016, p.104).

119
Se comprende entonces que aspectos importantes como utilizar el tono de voz adecuado;
generar un ambiente tranquilo donde la persona orientada se pueda sentir segura, con calma y
apoyada; que la persona se sienta a gusto y con la confianza para poder expresar lo que experimenta
en una situación de crisis; entre otros aspectos, son debidos a las habilidades de la persona
interviniente y a cómo las pone en práctica. Estos, son aspectos que pueden generar la diferencia
en que la persona que experimenta la situación de crisis continúe sintiéndose vulnerable, o al
contrario, que se sienta mejor y le sea aún más fácil afrontar la situación de crisis.

El desarrollo y manejo de estas habilidades es de suma importancia, ya que como


mencionan Álvarez et al. (citados en Calderón et al., 2012), las personas a lo largo de su vida
enfrentan constantemente situaciones adversas, tanto consigo mismas como con otras personas,
las cuales si no se solucionan pueden llegar a desencadenar serios problemas (p.13). Para efectos
de este estudio, es posible comprender dicho escenario en la intervención de crisis emocionales
mediante los PAP por parte de la persona profesional en Orientación; esta forma de abordar los
sucesos críticos, requiere de una posición activa y consciente del perfil profesional que acompaña
el quehacer orientador, el cual debe favorecer el crecimiento personal y profesional de la persona
interviniente, como la satisfacción de las necesidades de quien recibe la ayuda.

En síntesis, en el perfil de la persona profesional en Orientación es de suma importancia


desarrollar y poner en práctica las habilidades y las destrezas, debido a que son vitales para una
adecuada intervención ante una situación de crisis. De aquí la importancia de que se adquieran
desde la formación inicial, es decir, en la carrera universitaria. Desde estas instancias, se debe
empezar a construir el perfil profesional, que esté acorde con la vocación percibida, los
conocimientos adquiridos, las habilidades y destrezas que deben componerlo, y la ayuda que pueda
y deba ser brindada a las personas que la requieran; un perfil, que caracterice y diferencie a una
persona profesional en Orientación de otras disciplinas, y que destaque en la aplicación de los
PAP.

2.4.1. Competencias de la persona profesional en Orientación para la intervención de


crisis emocionales mediante los PAP.

Para comprender algunas de las competencias que deben presentar las personas
profesionales en Orientación, es necesario definir qué se entiende por las mismas. Según Bisquerra

120
(citado en Calderón et al., 2012), una competencia corresponde a “la capacidad para adoptar
comportamientos apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos diarios
de la vida” (p.14), Por lo tanto, una competencia permite a la persona hacerles frente a las
circunstancias, pero de forma satisfactoria. Por otra parte, también una competencia corresponde
a lo siguiente:

Una competencia es la capacidad de aplicar los resultados del aprendizaje en un

determinado contexto (educación, trabajo, desarrollo personal o profesional). Una

competencia no está limitada a elementos cognitivos (uso de la teoría, conceptos o

conocimiento implícito), además abarca aspectos funcionales (habilidades

técnicas), atributos interpersonales (habilidades sociales u organizativas) y valores

éticos. (ITE, 2010, p.6)

Se comprende entonces, que una competencia se puede relacionar con las habilidades y las
destrezas que posee una persona, Sin embargo, esta se diferencia de ellas debido a que corresponde
a un concepto más amplio, el cual contiene actitudes, aptitudes, destrezas, conocimientos,
fortalezas y habilidades dentro de sí misma; aspecto que permite realizar una tarea de forma
satisfactoria con gran capacidad.

Esto es de suma importancia ante la intervención de una crisis, debido a que evidencia que
la persona interviniente necesita competencias para poder llevar a cabo su labor de la manera más
eficaz, facilitando a la persona en estado de crisis emocional un acompañamiento acorde con las
necesidades que esta posee, fomentando su desarrollo y previniendo consecuencias más
perjudiciales a raíz de la situación que se encuentra viviendo.

Sobre esto, la Fundación Omar Dengo (2014), de ahora en adelante FOD (2014), clasifica
a las competencias en cuatro tipos distintos, los cuales corresponden a: maneras de pensar, maneras
de vivir el mundo, manejar de trabajar y herramientas para trabajar. Estas competencias permiten
a la persona desempeñarse de manera óptima, y se abordan a continuación:

121
● Maneras de pensar: corresponde a aquellas competencias relacionadas con las formas de
pensar individuales que también toman en cuenta el contexto donde la persona se
desenvuelve.

○ Creatividad e innovación: capacidad para generar ideas originales que tengan


valor en la actualidad, interpretar de distintas formas las situaciones y visualizar
una variedad de respuestas ante un problema o circunstancia.

○ Pensamiento crítico: capacidad de interpretar, analizar, evaluar, hacer inferencias,


explicar y clarificar significados.

○ Resolución de problemas: capacidad de plantear y analizar problemas para


generar posibles soluciones eficaces y viables.

○ Aprender a aprender: capacidad de conocer, organizar y autorregular el propio


proceso de aprendizaje. (FOD, 2014, p.13)

Por lo que la manera de pensar permite a la persona interviniente poder expresar


sus ideas de forma clara, concisa, buscando el bienestar de la persona en condición de
crisis, además de procurar siempre adquirir nuevos conocimientos con el fin de mejorar la
atención que pueda brindar al atender a personas en situaciones de crisis.

● Maneras de vivir el mundo: esta competencia corresponde a las distintas maneras en las
que las personas le pueden hacer frente a la realidad que se encuentran viviendo.

○ Vida y carrera: abarca, por ejemplo, capacidades de planeamiento y fijación de


metas; capacidades para persistir y sortear obstáculos en el camino, como la
resiliencia, la tolerancia a la frustración, el esfuerzo y el diálogo interno positivo.

○ Responsabilidad personal y social: capacidad de tomar decisiones y actuar


considerando aquello que favorece el bienestar propio, de otros y del planeta,
comprendiendo la profunda conexión que existe entre todas las partes.

○ Ciudadanía local y global: según la FOD (2014) es la “capacidad de asumir un rol


activo, reflexivo y constructivo en la comunidad local, nacional y global,

122
comprometiéndose con el cumplimiento de los derechos humanos y de los valores
éticos universales” (p.13).

Esta competencia, de la manera de vivir el mundo le va a permitir a la persona


interviniente tener esa actitud de hacer frente a las diversas circunstancias de la vida sin
importar su dificultad, además actuar a favor del bienestar propio, con responsabilidad y
esfuerzo, característica que va a fomentar que ésta promueva el esfuerzo, la resiliencia,
tolerancia, bienestar y demás aspectos en la persona que experimenta la situación de crisis.
Esta competencia favorece en la persona que aplica los PAP actuar de forma activa con
prontitud y eficacia, no buscando su propio protagonismo, sino tratando de lograr en todo
momento el bienestar de la persona que experimenta la crisis.

● Maneras de trabajar: como tercera competencia, se considera importante la forma en la


que las personas pueden enfrentar de mejor manera los ambientes en los que se desenvuelve
su quehacer o su trabajo, permitiendo tener un espacio más ameno y de mayor oportunidad
para el desarrollo.

○ Comunicación: capacidad que abarca el conocimiento de la lengua y la habilidad


para utilizarla en una amplia variedad de situaciones y mediante diversos medios.

○ Colaboración: capacidad de trabajar de forma eficaz con otras personas para


alcanzar un objetivo común, articulando los esfuerzos propios con los de los demás.
(FOD, 2014, p.13)

Las maneras de trabajar permiten a la persona interviniente brindar una atención


oportuna de los PAP mediante la comunicación eficaz y la colaboración, por ejemplo,
facilitando aspectos como la interacción con la persona en situación de crisis y con las
personas o instituciones a las que se debe realizar una referencia.

● Herramientas para trabajar: las herramientas para trabajar hacen referencia a aquellos
aspectos que permiten o facilitan las maneras de trabajar, en este caso estas herramientas
brindan oportunidades a las personas para poder cumplir con sus tareas de una forma más
actualizada y eficaz.

123
○ Apropiación de las tecnologías digitales: capacidad para explorar, crear,
comunicarse y producir utilizando las tecnologías como herramientas.

○ Manejo de la información: capacidad para acceder a la información de forma


eficiente, evaluarla de manera crítica y utilizarla de forma creativa y precisa (FOD,
2014, p.13).

Las herramientas para trabajar destacan que la persona profesional en Orientación


debe ser consciente del contexto o entorno en el que se encuentra, su interacción con el
mismo, y cómo su autoconocimiento puede facilitar la labor que desempeña al atender a
personas en situaciones de crisis y aplicar los PAP.

Por otra parte, se menciona que frente a la intervención en crisis no solo es necesario tener
competencias, sino que estas deben ser las adecuadas, para que permitan brindar una intervención
óptima reduciendo el peligro frente a una crisis. Según Monge (2016), las competencias necesarias
que debe poseer una persona que interviene frente a la crisis deben ser:

● Para evitar dependencias: brindar un apoyo emocional claro y con límites, favoreciendo
que la persona en crisis pueda salir adelante.

● Para ayudar de una manera concreta: ante los pensamientos desorganizados y las
diversas necesidades de la persona en crisis, quien interviene debe identificar la necesidad
a trabajar de forma rápida.

● De resistirse a prometer lo que no puede cumplir: la persona que interviene puede verse
comprometida a prometer solicitudes difíciles o imposibles de conseguir por parte de la
persona en crisis, por lo que debe ayudar en un tema en particular, comunicar de forma
clara que esas solicitudes no las puede cumplir e informar en qué consiste su ayuda.

● Empatía: conocer el entorno y la situación que experimenta la persona atendida sin caer
en mezclar las emociones propias con las de esta persona, es quien está experimentando la
crisis la persona que debe sentirse comprendida.

124
● De resolver conflictos: atender las necesidades de las personas afectadas y brindar
soluciones.

● De ser objetivo: hacer a un lado los juicios personales, actuar de forma respetuosa y sin
hacer juicios de valor.

● De ser asertivo: que la comunicación sea clara, honesta, pasiva, brindando las palabras
indicadas, con el tono indicado y lenguaje no verbal acorde con la situación.

● De ser proactivo: la actitud de tomar decisiones con iniciativas que cambien las
circunstancias a situaciones más favorables.

● De liderazgo: influenciar al equipo de trabajo guiándolo hacia un desempeño entusiasta


para el cumplimiento del objetivo.

● De autoconocimiento: esta persona debe conocer sus virtudes y áreas de mejora, y conocer
si posee la estabilidad emocional para atender adecuadamente la situación que se le
presenta. Monge (pp.68-74).

Al respecto, es de suma importancia comprender cómo las habilidades, fortalezas y


competencias de una persona profesional en Orientación pueden permitir que su
desempeño laboral sea mucho más novedoso, con una labor activa, eficiente, contextualizado y
actualizado.

Por lo que, en síntesis, estas características de la persona interviniente, en relación con los
objetivos del presente estudio, permiten dar a conocer que estas son necesarias para ofrecer un
procedimiento o una intervención atinada, coherente, atenta, inmediata y eficaz, promoviendo en
todo momento un bienestar integral. Además, la persona profesional en Orientación posee y
desarrolla en su formación estas características, por lo que su aporte ante la aplicación de los PAP
es o puede ser realmente significativo, siempre y cuando posea un perfil profesional adecuado y
sea capaz de ponerlo a colación al momento de aplicar los PAP interviniendo crisis emocionales.

125
2.4.2. Fortalezas y virtudes de la persona profesional en Orientación para la
intervención en crisis emocionales mediante los PAP.

Como parte del perfil profesional de la persona orientadora interviniente, algunas de las
características que debería presentar ante situaciones que requieren PAP, son sus fortalezas y
virtudes, ya que estas contribuyen a enfrentar las situaciones de una mejor manera y evitar riesgos
por daños emocionales. Además, favorecen el desarrollo y bienestar integral de la persona que
atiende y que es afectada por una crisis emocional, y de sí misma.

Al respecto, Park y Peterson (citados en García, 2017) destacan que las fortalezas y
virtudes personales, ayudan a la persona a enfrentar las distintas circunstancias y a alcanzar una
mayor integralidad en las áreas de su vida (p.23). Lo anterior se puede relacionar con poner en
práctica los PAP y el autocuidado, debido a que la persona que atiende las situaciones de crisis
puede asimilar mejor la situación y prevenir secuelas aún más graves.

Para Park y Peterson (citados en García, 2017, pp.45-47), estas fortalezas y virtudes
personales pueden ser clasificadas en sabiduría y conocimiento, coraje, humanidad, justicia,
moderación y trascendencia, las cuales se describen en la tabla 5.

Tabla 5

Clasificación y definición de las virtudes y fortalezas

SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO: relacionada con fortalezas de tipo cognitivo que


implica adquisición y uso del conocimiento.

● Creatividad (originalidad, ingenio): pensar en formas nuevas y productivas de hacer las


cosas.
● Curiosidad (interés por el mundo, búsqueda de novedades y experiencias): tener interés
sobre todas las experiencias que se nos presentan, mostrando actitud de fascinación
frente al descubrimiento.

126
● Apertura mental (juicio, pensamiento crítico): pensar en las cosas con profundidad y
desde todos los ángulos, sin precipitarse al sacar conclusiones.
● Amor por el aprendizaje: buscar el desarrollo de nuevas destrezas y temas de
conocimiento añadido a lo que ya sabemos.
● Perspectiva: capacidad de proporcionar consejos adecuados y sabios para los demás.

CORAJE: se relaciona con fortalezas de tipo emocional que implican el ejercicio de la


voluntad para la consecución de metas.

● Valentía (valor): capacidad para defender una determinada postura en la que creemos,
sin miedo ante la amenaza, el desafío, la dificultad o el dolor.
● Persistencia (tenacidad, diligencia, laboriosidad): finalizar las tareas que uno empieza a
pesar de los obstáculos.
● Integridad (autenticidad, honestidad): actuar de forma verdadera, presentándose a uno
mismo de una forma auténtica y genuina.
● Vitalidad (ánimo, entusiasmo, vigor, energía): afrontar la vida con entusiasmo y
energía.

HUMANIDAD: se relaciona con fortalezas interpersonales que implican cuidado y amor a los
demás.

● Amor (capacidad de amar y ser amado): valorar las relaciones cercanas con los demás.
● Amabilidad (bondad, generosidad, cuidado, compasión, amor altruista, simpatía): hacer
favores y ayudar a los demás.
● Inteligencia social (inteligencia emocional, inteligencia personal): ser consciente de los
motivos y sentimientos de uno mismo y de los demás.

127
JUSTICIA: está relacionada con fortalezas de tipo cívico para una vida en comunidad.

● Ciudadanía (responsabilidad social, lealtad, trabajo en equipo): tener conciencia social


y capacidad de trabajo en equipo, siendo fiel al mismo y respetando las tareas
respectivas asignadas.
● Sentido de la justicia: tratar a todas las personas bajo criterios de igualdad, justicia y
equidad.
● Capacidad para reforzar las relaciones entre los miembros de un grupo, animarlo y
organizar actividades que sean llevadas a buen término.

MODERACIÓN: se relaciona con fortalezas de protección frente a los excesos.

● Perdón: perdonar a aquellos que han hecho algún mal, aceptando sus defectos sin
guardar rencor ni necesidad de venganza.
● Modestia, humildad: dejar que sean los logros los que hablen por nosotros sin
pretensión de ser el centro de atención.
● Prudencia (discreción, cautela): ser cuidadoso con las propias decisiones y formas de
actuar, y no dar lugar a arrepentimientos por lo hecho o dicho.
● Autocontrol, autorregulación: ser capaz de regular adecuadamente los propios
sentimientos y acciones.

TRASCENDENCIA: se encuentra relacionada con fortalezas que dan significado a la vida.

● Apreciación de la belleza y la excelencia (admiración, asombro): percibir y apreciar la


belleza, la excelencia o la destreza en todos los ámbitos de la vida.
● Gratitud: ser consciente y agradecido por las cosas buenas que suceden.

128
● Esperanza (optimismo, proyección hacia el futuro): esperar que suceda lo mejor y
trabajar en ello para lograrlo.
● Humor: gusto por la risa, la broma, sonreír y hacer sonreír a los demás.
● Espiritualidad: ser reflexivo ante la existencia y el significado de la vida.

Adaptación de García (2017, pp.45-47)

Al respecto, para Park y Peterson (citados en García, 2017, p.45) las virtudes corresponden
al conjunto de rasgos positivos deseables, aceptados universalmente relacionado con un carácter
deseable. Mientras tanto, Arguís, Bolsas, Hernández y Salvador (citados en García 2017, p.45)
consideran que las fortalezas corresponden a estilos de pensar, sentir y actuar, que contribuyen a
alcanzar una vida en plenitud.

Se entiende a partir de lo anterior, que estas características de la persona interviniente


evidencian el bienestar integral propio, pero además favorecen que esta pueda presentar rasgos
deseables, como pensamientos, sentimientos y actitudes favorables para la intervención en crisis.
Esto, debido a que, al comportarse como una persona sabia, con coraje, con cuidado y amor por
las demás personas, así como con justicia, moderación y trascendencia, esta persona interviniente,
en este caso profesional en Orientación, puede ser capaz de poner en práctica más fácilmente la
empatía, comunicación, establecer un ambiente de confianza, y otras habilidades que se
mencionaron anteriormente. Por ejemplo, en la aplicación de los PAP.

Aunado a esto, la sabiduría y conocimiento permiten a la persona interviniente usar sus


conocimientos para atender de forma prudente a la persona en crisis, con creatividad para
responder a lo que esta le plantea, buscando una adecuada solución a la situación, y con apertura
y perspectiva para enfrentar lo que esté pasando, y brindando una intervención oportuna.

Además, el coraje permite hacer frente a esa situación de crisis emocional, facilitando a la
persona interviniente tener la energía para abordar la atención de la persona afectada, y luchar con
valentía e integridad para que ésta pueda afrontar dicha situación con la mayor cantidad de recursos

129
posibles. Lo mismo que la justicia, promoviendo la equidad e igualdad con fidelidad a las leyes y
lo que sea requerido y necesario de acuerdo con las necesidades de la intervención.

Asimismo, se suma lo que García (2017) llama humanidad, la cual es una característica de
la persona profesional en Orientación de suma importancia al intervenir y aplicar los PAP, debido
a que le permite velar por que la persona en estado de crisis emocional perciba de su parte bondad,
respeto, amabilidad e interés por su bienestar en la relación de ayuda (p.46).

Por último, la moderación y la trascendencia permiten a la persona interviniente actuar de


forma cautelosa, humilde, y con control propio ante la situación. Esto, teniendo una visión
protectora de la persona en crisis, y promoviendo que la intervención también genere una
perspectiva optimista en esta.

Por lo tanto, las fortalezas y virtudes en la persona que interviene ante situaciones de crisis
permiten que esta adopte una actitud más optimista ante la situación de crisis y realice una
intervención más adecuada, velando por el bienestar de ambas partes. Estas fortalezas y virtudes
se acoplan a las habilidades y destrezas anteriormente caracterizadas del perfil profesional de la
persona orientadora; para efectos del presente estudio, al aplicar los PAP.

2.5. Papel y aporte desde la disciplina de la Orientación en los PAP.

En este apartado se hace referencia al papel (la función que desempeña) y el aporte (la
contribución o apoyo) que brinda con el procedimiento que realiza, una persona profesional en
Orientación frente a las situaciones que requieren su intervención en una crisis emocional mediante
la aplicación de los PAP. Además, se incluyen aspectos acerca de la Orientación como su
conceptualización; función y contribución que ofrece como disciplina ante la intervención en
situaciones crisis emocionales; sus principios de intervención; y su papel en la prevención del daño
emocional.

Antes de referirse al papel de la persona profesional en Orientación en la intervención en


crisis emocionales y aplicación de los PAP, se considera necesario iniciar este tema definiendo y
clarificando qué se entiende por Orientación.

130
2.5.1. Conceptualización de la Orientación.

Para la carrera Bachillerato y Licenciatura en Ciencias de la Educación con énfasis en


Orientación de la Universidad de Costa Rica, la Orientación se conceptualiza como:

Una disciplina que se sitúa en el marco específico de las Ciencias de la Educación

y dentro del marco más amplio en las Ciencias Sociales. Facilita en contextos

educativos, organizacionales, familiares y comunales, el desarrollo y bienestar de

las personas, las familias y de diferentes grupos, a lo largo de todo el ciclo vital,

para alcanzar sus metas y enfrentar desafíos personales, sociales, educativos,

vocacionales, y clarificar su sentido de vida. (Plan de estudios del bachillerato de

la carrera de Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación, Universidad de

Costa Rica, 2000, p.34)

Por lo tanto, es función de esta disciplina velar por el bienestar de las personas; aún más,
cuando sufren crisis emocionales y requieren de ayuda. En cuanto a la Orientación, se destaca que
existen algunas similitudes contextuales de la disciplina en otras partes del mundo, en cuanto a
fundamentos filosóficos, teorías y métodos que se observan en la práctica orientadora, en la visión
de la persona e incluso en la investigación realizada; aspectos que apoyan el hecho de que la
Orientación es necesaria en el país y, sobre todo, en los centros educativos para tener un mayor
acceso a la población (Frías, 2015, p.21).

Por otra parte, al inicio del desarrollo de la Orientación en el país, esta fue considerada
como un servicio dentro de las instituciones de educación formal; aspecto que implicó que la
Orientación se ejecutara acompañando al estudiantado hacia la definición de metas específicas,
promoviendo el desarrollo vocacional, la resolución de conflictos dentro de la institución, atención
en crisis, que se conozcan y se comprendan, entre otros aspectos. Por lo tanto, la Orientación ha
sido desde sus inicios en el país, y continúa siendo de suma relevancia dentro del sistema educativo
nacional. Al respecto:

131
En la formación académica se visualiza la Orientación como facilitadora de la

construcción y clarificación del sentido de vida, que se logra mediante los procesos

del desarrollo anteriormente citados: el autoconocimiento e identidad, el

conocimiento del contexto natural y sociocultural, la toma de decisiones y el

planeamiento de la vida. (Frías, 2015, p.17)

Estos y otros aspectos, se mantienen en la actualidad. Aunado a esto, es necesario reconocer


el papel de la Universidad de Costa Rica en la formación de las personas profesionales en
Orientación, desde 1964. En distintas ocasiones este organismo educativo y formador ha ampliado,
renovado y mejorado el currículum de la carrera. En la actualidad otras universidades, tanto a nivel
público como privado, imparten la carrera y forman profesionales de la disciplina, lo que permite
que la profesión continúe en constante desarrollo y apertura hacia las necesidades contextuales e
individuales. Según lo anterior, la Orientación también se puede concebir como una profesión en
constante cambio, procurando siempre mejorar, adaptarse y ayudar a las personas.

Además, Frías (2015) hace mención a que la Orientación desde hace algunos años, en
especial en la última década, ha sido considerada como una disciplina de las Ciencias Sociales,
comprendiendo disciplina según Morin (citado en Frías 2015) “una categoría organizacional en el
seno del conocimiento científico; ella instituye allí la división y la especialización del trabajo y
ella responde a la diversidad de los dominios que recubren las ciencias” (p.16).

Lo anterior permite a la Orientación como disciplina investigar y analizar a la persona, su


entorno y contexto, y que a partir de ahí la persona profesional en Orientación pueda potenciar el
desarrollo de la persona y su entorno. Según Frías (2015), la Orientación “busca promover cambios
significativos en las personas y en los contextos donde interactúan” (p.17).

Aunado a esto, Bolaños, Vargas y Velázquez (citados en Frías, 2015) agregan que la
persona como el objeto de estudio de esta disciplina tiene dos dimensiones las cuales corresponden
a: el campo de acción de los fenómenos específicos y lo correspondiente a estos, por ejemplo, los
aspectos que se desean conocer, analizar, comprender, investigar, transformar y demás; y la
comprensión teórica que aporte lo necesario para entender el campo de acción (p.17). Es decir,

132
estas dos dimensiones de la disciplina de Orientación procuran abarcar los fenómenos que
experimentan las personas orientadas, como aspectos que permitan su desarrollo integral a lo largo
de la vida.

La Orientación, como se ha mencionado ya, constantemente adquiere y reevalúa sus


conocimientos y se encuentra en intercambio fortaleciéndose en conocimientos teóricos con otras
disciplinas las cuales tienen en común a la persona como sujeto de estudio, como por ejemplo
Educación, Filosofía, Antropología, Sociología, Economía y Psicología, ya que según Frías (2015)
estas disciplinas constituyen aspectos fundamentales que permiten la comprensión y definición
de la persona para un adecuado abordaje profesional. Al respecto, Guevara (citado en Frías 2015)
se refiere diciendo “una determinada profesión no es una disciplina aislada, ni desvinculada de
otras áreas del conocimiento” (p.19).

Por otra parte, Sandoval (2018) hace mención a tres características de la profesión de
Orientación en Costa Rica. La primera de ellas consiste en que esta se encuentra relacionada con
un trabajo de ayuda, donde se les da asistencia a las personas; la segunda característica plantea que
a la Orientación se le considera como un servicio que brindan estas personas profesionales; y por
último, la tercera característica propone que dicha labor consiste en un acompañamiento constante,
respetuoso y sistemático que se les brinda a personas y a grupos que requieren una guía en sus
vidas (p.17). Este aspecto, se encuentra en relación directa con el tema de estudio de la presente
investigación, ya que las personas profesionales en Orientación al intervenir ante las situaciones
de crisis, buscan promover el desarrollo de la persona a partir de la experiencia vivida.

Siguiendo lo planteado anteriormente, se comprende que la Orientación es una disciplina


que abarca tanto lo social como lo educativo, a la cual le es posible trabajar con todas las
poblaciones, en sus distintas etapas del desarrollo, ya que se integra de conocimientos de varias
disciplinas que en común tratan de fomentar el desarrollo integral de la persona.

En cualquiera de los contextos, la Orientación debe procurar siempre brindar el servicio


adecuado que permita a la persona atendida evitar riesgos y enfrentar las distintas circunstancias
de su vida, ser resiliente ante estas y desarrollarse en todas las áreas posibles, sobre todo ante las
situaciones de crisis emocionales; aspecto de particular interés en esta investigación. Ahora bien,
en cuanto al sujeto y objeto de estudio de esta disciplina, se menciona que:

133
La Orientación es una disciplina científica por cuanto es singular, posee un

conocimiento científico que conforma el marco teórico y práctico para realizar las

intervenciones, tiene límites que pueden ser definidos y además tiene un objeto y

sujeto de estudio. (Frías, 2015, p.21)

La persona corresponde a dicho objeto y sujeto de estudio, aspecto que permite que la
Orientación tenga límites definidos e intervenciones claras, estudia e interviene a la persona y su
contexto, con el sentido de generar conocimiento científico y aportar un bien a la experiencia
social. Al respecto de la persona como sujeto de estudio de la Orientación, se propone que:

La Orientación considera a la persona como un ser con capacidad para aprender y

desarrollarse; independiente, irrepetible, que se encuentra en un proceso de

desarrollo individual y en relación con los grupos: familiar, comunal y nacional y

que tiene capacidades para realizar su proyecto de vida en el aquí y ahora; para

tomar decisiones, capacidad que está íntimamente relacionada con la naturaleza de

las personas. (Plan de estudios del bachillerato de la carrera de Ciencias de la

Educación con énfasis en Orientación, Universidad de Costa Rica, 2000, p.19)

Cada persona corresponde a un ser único, en constante cambio y en contacto con su


entorno, con capacidad de desarrollo. En este sentido, la Orientación es:

una disciplina de la Ciencias Sociales, dado que su objeto y sujeto de estudio es la

persona y es aplicada porque se trata de una ciencia fáctica, debido a que recurre a

evidencias empíricas mediante la observación y la experimentación, para

comprobar o explicar los fenómenos. (Frías, 2015, p.16)

La misma autora destaca que esta disciplina posee conocimiento científico bajo el cual
actúa, y construye elementos para realizar las intervenciones de forma propicia, centrándose en su

134
objeto y sujeto de estudio, y marcando límites de acción. Por lo tanto, el objeto de estudio de esta
disciplina interesa para dar respuesta a la investigación científica, como busca establecer formas
de contacto con la persona, sus experiencias y los fenómenos alrededor de ella. Según la comisión
plan de estudios de la carrera de Ciencias de la Educación con Énfasis en Orientación de la
Universidad de Costa Rica, el objeto de estudio corresponde al:

Desarrollo y el bienestar de las personas en las áreas personal, familiar, social,

educativa, vocacional y comunal; mediante el empleo de los conocimientos teóricos

que permiten facilitar procesos de Orientación que favorecen el aprendizaje para el

crecimiento armónico de su ser y del entorno. (Plan de estudios del bachillerato de

la carrera de Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación, Universidad de

Costa Rica, 2019, p.34)

Lo anterior, corresponde a aspectos esenciales que se deben procurar al establecer un


acompañamiento de la persona profesional en Orientación en relación con las personas que actúan
o adquieren el papel de sujeto de estudio. En el caso de la presente investigación, aplica para las
personas profesionales en Orientación que atienden a personas adolescentes que experimentan
situaciones de crisis, debido a que al intervenir y mediante la aplicación de los PAP, la Orientación
debe procurar en todo momento ese acompañamiento para velar por el bienestar integral de la
persona que experimenta dicha situación

Además, es importante destacar que la Orientación también cumple una función, que
atribuye un valor social a las personas y la sociedad; según Frías (2015), puede relacionarse al
objeto y sujeto de estudio con su referente epistemológico y teórico. Al respecto, la Orientación
desde esta atribución, procura:

El más completo, el óptimo, el pleno y equilibrado desarrollo de la persona; la auto-

Orientación; la independencia; la autonomía; la eficiencia social; aprender a vivir.

Estos fines superiores deben comprenderse no sólo como un logro individual, sino

135
que se deben considerar los contextos en que se desenvuelve la persona. (Beck,

citado en Frías, 2015, p.24)

De manera que, la Orientación debe buscar siempre brindar mediante sus intervenciones,
el acompañamiento que permita a la persona alcanzar comodidad en cada una de las áreas en las
que se desenvuelve y el desarrollo de sí y su entorno siendo un ser integral. Para efectos de esta
investigación, esto permite añadir mayor conocimiento a favor de la persona como objeto y estudio
de la disciplina.

Por otra parte, en cuanto al rol profesional, se sabe que nuestro país enfrenta diversas
situaciones que son generadoras de crisis emocionales y las personas profesionales en Orientación
que laboran en instituciones y centros educativos, deben atender a la población a su cargo que se
encuentre en dichos escenarios, en conjunto con las modernas y complejas realidades y contextos
que influencian estos espacios. Es por esto, que también se les forma desde la universidad para
desempeñar esta importante tarea de la manera más actualizada y acorde con las demandas que se
presenten.

En cuanto al aporte que brinda la persona profesional en Orientación ante las situaciones
de crisis emocionales, como ya se ha expuesto antes, consiste en la intervención que realiza
mediante el procedimiento de los PAP; estos permiten ser utilizados como primera ayuda
emocional y, por lo tanto, pueden enfocarse desde la prevención. Para las personas profesionales
en Orientación, lo anterior consigue visualizarse con un carácter proactivo. Es decir, favorece
actuar de forma anticipada a la aparición de todo aquello que suponga un obstáculo al desarrollo
de la persona, así como los eventos circunstanciales que le impiden superar situaciones de crisis
que inciden o afectan la parte emocional.

De este modo, se comprende de antemano que la Orientación tiene la oportunidad de


intervenir de forma adecuada y eficaz ante las crisis emocionales; para efectos del presente estudio,
suscitadas en estudiantes adolescentes de centros educativos públicos de secundaria. Esta
población, al no recibir la atención necesaria ante el estado de crisis, puede llegar a experimentar
el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Por lo tanto, se reconoce que la Orientación como
disciplina y profesión puede situarse como un servicio a las personas en necesidad de ayuda y

136
satisfacción de necesidades, donde la aplicación de los PAP permite brindarlos, como
simultáneamente trata de prevenir y evitar que la persona sufra más daño emocional, minimizando
consecuencias; aspectos que se desarrollarán posteriormente.

2.5.2. Principios de la Orientación.

En relación con el apartado anterior, la Orientación como parte de su interés por velar por
el bienestar integral de la persona, debe actuar con base en tres principios, los cuales como
menciona Sebastián (citado en Frías, 2015, pp.25-27) corresponden a: prevención, desarrollo e
intervención social.

Principio de prevención. Este principio hace referencia a una acción que promueve el
desarrollo integral de las personas anticipándose a eventos que puedan causar daños o
repercusiones negativas en su vida.

Este principio tiene sus orígenes en el campo de la salud [...]. De esta manera la

Orientación interviene para favorecer el desarrollo personal y el fortalecimiento de

las personas; una condición muy importante de este principio es que demanda que

la acción profesional involucre otros agentes sociales. (Frías, 2015, p.25)

Al respecto, Sanchiz (2009, p.34) puntualiza los tres posibles niveles de prevención que se
pueden llevar a cabo mediante una intervención de Orientación , los cuales son: el nivel primario,
antes de que suceda un acontecimiento o problemática; el nivel secundario, cuando se actúa ante
la presencia de una problemática o fenómeno indeseado en la vida de la persona orientada,
buscando disminuir su impacto y las posibles repercusiones; y el nivel terciario, cuando se da
tratamiento o rehabilitación antes las consecuencias de una situación crítica, subrayando la
importancia de dirigir los esfuerzos hacia la prevención primaria.

Es importante destacar que, este principio es una de las fortalezas con las que cuenta la
Orientación y es el ámbito donde adquiere más dinamismo su intervención, debido a que es aquí
donde se promueve su carácter formativo, procurando actuar para anticipar situaciones de crisis y
promover siempre el bienestar integral. Con este principio de intervención las personas

137
profesionales en Orientación facilitan la prevención del estrés postraumático, el cual es frecuente
cuando no se dan los PAP, también trata de prevenir múltiples problemáticas sociales y patologías
psicológicas, debido a la vulnerabilidad que les genera la exposición a una situación conflictiva y
de crisis.

Lo anterior, a partir de la anticipación a toda aquella situación que pueda suponer un


obstáculo al desarrollo de la persona, y al enfrentamiento de circunstancias que impliquen
situaciones límite que puedan generar crisis emocionales. Desde la prevención, lo que se busca es
actuar antes de que las personas puedan sufrir algún daño emocional, por lo que PAP brindan un
contacto con las personas que se encuentran experimentando situaciones de crisis, ayudando a
facilitar su contención y, a su vez, tratando de prevenir un mayor daño emocional por la crisis.

Además, desde el principio de intervención de prevención, lo que se busca desde la


Orientación en relación con el tema de estudio, es generar en las personas una mejor condición
para sobrellevar una crisis, desarrollando en ella herramientas personales que le faculten para
enfrentar la situación de crisis y prevenir daños emocionales severos.

Principio de desarrollo. Como su nombre lo indica, este principio lo que busca es fomentar
el desarrollo integral en todas las personas, y que se pueda brindar un acompañamiento adecuado
a través de procesos o intervenciones desde la Orientación, con el fin no sólo de conocer cómo se
puede dar este desarrollo, sino también de facilitarlo.

Como lo menciona Frías (2015), “este principio de actuación centra su atención en el


desarrollo de la persona en todas sus dimensiones para lograr precisamente el desarrollo de todo
su potencial” (p.26), siendo este principio un factor clave en la vida de la persona, para el desarrollo
de todas sus dimensiones.

El principio de desarrollo para Martínez (citado en Sanchiz, 2009, p.29), lleva a las
personas profesionales en Orientación a concebir el desarrollo humano como un proceso evolutivo
continuo, que se da a través de todo el ciclo vital. De manera que, dicha evolución se fundamenta
en diversos cambios cualitativos y cuantitativos, basados en las experiencias vitales a las cuales
está expuesta la persona y en cómo estas se integran y amplían, de forma dialéctica, impactando
de esta forma su desarrollo integral.

138
Es importante resaltar el carácter formativo que tiene la Orientación, que se centra en
potenciar las capacidades y habilidades de las personas con el fin de buscar su desarrollo integral.
Jiménez (2015, p.123) señala que las ciencias interesadas en el desarrollo humano son algunos de
los principales insumos que posee la Orientación en su quehacer. La misma autora resalta cómo
esta visión de desarrollo infiere una ruptura con el modelo médico de otras disciplinas, el cual
supone la presencia de una patología o enfermedad mental en aquellas personas que buscan ayuda
ante una crisis existencial o ante algún problema personal o social presente en la vida de la
persona.

De manera que, el principio de desarrollo por su parte, no presupone necesariamente una


condición patológica en una persona que enfrenta una dificultad o un episodio difícil en su vida,
sino que procura indagar si solamente se trata de una crisis del desarrollo o alguna dificultad
puntual que la persona debe afrontar para lograr el bienestar y recuperar el equilibrio en su vida,
lo cual es hasta esperable en el desarrollo del ciclo vital de cualquier persona, y que puede
solamente ser un indicador de que la persona necesita fortalecer algún aspecto de su personalidad.

Debido a esta visión, Sanchiz (2009, p.53) propone entender a cualquier ser humano como
un sujeto capaz de desarrollarse sin límites, entendiendo el desarrollo como algo no lineal. Al
comprender esto, se visualiza como cualquier persona puede mejorar lo que ya es o encontrar
nuevas áreas en las cuales desarrollarse, y esto lo puede alcanzar mediante la función
transformadora de la Orientación, la cual puede mejorar a la persona y, por ende, a la sociedad de
forma paralela. Por lo tanto, las personas profesionales en Orientación al aplicar los PAP, lo que
buscan es fortalecer aquellas áreas que en ese momento las personas en crisis se encuentran menos
fuertes, y fomentar el desarrollo general para favorecer su bienestar integral.

De esta forma, se podría afirmar que el principio de desarrollo está más interesado en
fortalecer las habilidades y potencialidades de las personas con las que se trabaja, de forma que
estas sean capaces de hacerles frente a las diversas situaciones de su cotidianidad. Desde este
principio, la Orientación sustenta su carácter pedagógico y formativo, ya que procura que la
persona alcance el mayor desarrollo posible. Bisquerra (citado en Jiménez, 2015), señala que el
desarrollo es un proceso que implica cambios permanentes que no están estrictamente relacionados
con la madurez (p.120).

139
Por lo que, al referirse al desarrollo como un proceso, es importante señalar que este se da
a lo largo de la vida, la perspectiva del trabajo desde este principio es con una visión evolutiva y
de largo plazo, más que solo centrada en el presente, lo cual a su vez implica proactividad con
miras al futuro y las posibles tareas o desafíos del desarrollo que enfrenta la persona según su
contexto y con una visión integral del ser humano, incluyendo sus aspectos físicos, sociales,
emocionales, vocacionales y personales, entre otros.

El principio de desarrollo es una de las fuentes principales de conocimiento de carácter


educativo-formativo de la disciplina. Es decir, la Orientación se encuentra centrada hacia el
desarrollo de la persona por sí misma, y este principio lo confirma.

Principio de intervención social. Este principio de intervención se encarga de facilitar


procesos que favorezcan en la persona un desarrollo de forma integral, ya que esta se encuentra
inmersa dentro de un contexto que influye sobre sí, aspecto que la persona profesional en
Orientación debe tomar en cuenta con el fin de generar cambios, tomando en cuenta el contexto
de las personas.

Como se ha mencionado, la Orientación es una disciplina que toma en cuenta las


interacciones de las personas con el contexto que las rodea, ya sea en la familia, comunidad, o
distintas áreas, por lo que es importante conocer el entorno que dificulta su desarrollo, para
intervenir y brindar el acompañamiento adecuado.

El trabajo de Orientación desde este principio supone la modificación de las

condiciones del entorno que dificultan el pleno desarrollo; la persona debe ser

consciente que debe actuar sobre esas condiciones lo que supone una persona

profesional en Orientación que actúa como agente de cambio. (Frías, 2015, p.27)

Es así como las personas profesionales en Orientación pueden aportar un cambio


significativo en la realidad que experimentan las personas, en especial cuando son situaciones que
las llevan a enfrentar crisis emocionales. De manera que los PAP dan la posibilidad a la persona
profesional en Orientación para intervenir socialmente, y cambiar la manera en que la persona esté
experimentando un evento crítico.

140
Como lo menciona Murillo (2015) estos tres principios no pueden ser visualizados de
manera independiente ya que entre los tres existe una interdependencia, donde la acción
orientadora debe nutrirse entre sí (p.247). Esto, buscando no solo prever situaciones, sino que
también al mismo tiempo potenciando al máximo las competencias y recursos de cada una de las
personas en favor de su desarrollo óptimo; recurriendo no sólo a la persona misma, sino también
a su contexto inmediato.

2.5.3. Prevención del daño emocional desde la disciplina de la Orientación.

Para la presente investigación es necesario profundizar en la prevención, en este caso del


daño emocional, el cual puede encontrarse presente al experimentar una situación de crisis, y que
también lo pueden sufrir las personas profesionales en Orientación, al exponerse en la atención de
este tipo de situaciones, y donde se encuentran vulnerables a sufrir daño emocional.

Al respecto, es necesario mencionar que, según Piqueras, Ramos, Martínez, y Oblitas


(2009) las emociones consisten en “reacciones psicofisiológicas de las personas ante situaciones
relevantes desde un punto de vista adaptativo [...] estas reacciones tienen una función preparatoria
para que las personas puedan dar una respuesta adecuada a las demandas del ambiente” (p.86).

Es decir, estas reacciones son las respuestas que cada persona realiza frente a momentos o
situaciones específicas como una manera de adaptarse a las mismas. Dichas reacciones son únicas,
es decir, propias de cada persona y a pesar de que las emociones se consideran universales, depende
de cada persona lo que llegue a experimentar.

Las emociones son diversas y como se menciona anteriormente, estas dependen de lo que
la persona pueda llegar a experimentar en un momento determinado. Al respecto existen distintas
clasificaciones que se les pueden dar, separándolas en dos grandes grupos; según su carácter
agradable o desagradable, tales como aquellas que implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito,
novedad, entre otras.

Para Piqueras et al. (2009), una emoción es una experiencia que se ve mediada por
múltiples dimensiones de la persona, incluyendo su respuesta cognitiva, fisiológica y adaptativa,
lo cual en su conjunto es denominado sistemas de respuesta (p.87). Por tanto, la experiencia

141
emocional, lo que se siente y piensa durante una reacción emocional, es necesario para ayudar a
clasificar o identificar cada emoción.

Por su parte, Arguís, Bolsas, Hernández y Salvador (2012) mencionan que el conocimiento
respecto a las propias respuestas emocionales y su regulación, puede dar pie al reconocimiento de
fortalezas personales, o por el contrario, pueden dejar en evidencia áreas que deberán ser
fortalecidas para alcanzar una vida en plenitud y armonía con el medio social y natural (p.284).

Por lo tanto, la persona profesional en Orientación además de fomentar en las personas


orientadas el conocimiento sobre sus fortalezas personales, a modo de prevención también puede
propiciar el reconocimiento de todos aquellos aspectos que necesitan mejorar y fortalecer, para
hacer frente y adaptarse de la mejor manera a las distintas circunstancias que se enfrentan a diario.

La regulación emocional es señalada a su vez por Piqueras et al. (2009) como un medio
para: la adaptación, el desenvolvimiento en el medio social y para la motivación en diversas esferas
vitales (pp.88-89). La primera de estas, la adaptación, consiste en la función de preparar al
organismo para que pueda ejecutar de manera eficaz alguna conducta de acuerdo con las
exigencias del contexto, permitiendo utilizar la energía necesaria para cumplir dicha exigencia y
dirigir la conducta hacia el cumplimiento de este objetivo.

En cuanto al desenvolvimiento en el medio social, se advierte que las emociones facilitan


la interacción con las otras personas y el medio social en general, permitiendo influir en la conducta
de las demás personas y la comunicación de los estados afectivos, así como promover la conducta
prosocial.

Por último, la motivación de las emociones, señalada por Piqueras et al. (2009) es la de
promover conductas motivadas, caracterizadas por la dirección e intensidad, propiciando una
conducta más vigorosa y eficaz (p.90). A su vez estas conductas motivadas fomentan la alegría, la
atracción interpersonal, la sorpresa, la atención ante estímulos novedosos, y la adaptación ante
amenazas del entorno, entre otras reacciones.

Aunado a esto, para Prada (citado en García, 2017, p.44) las emociones caracterizadas por
una sensación agradable o positiva, permiten que las personas puedan ampliar las maneras
habituales de pensar y, de esta manera, puedan construir recursos personales de afrontamiento para

142
situaciones cotidianas, incluyendo las situaciones adversas, lo cual debe ser puesto en práctica para
alcanzar el bienestar integral. Para Avia y Vázquez (citado en García, 2017) citando las emociones
de carácter positivo tales como la alegría, la esperanza, la ilusión y además, expresa que potencian
el desarrollo de diversas habilidades, como la capacidad de resolución de problemas o el aumento
de la creatividad (p.43).

Por lo que como se ha mencionado, la persona profesional en Orientación puede prevenir


riesgos emocionales a partir de generar experiencias, que permitan una regulación emocional
adecuada, además de conductas que propicien la vivencia de emociones con sensación agradable
o positiva.

Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, siempre hay una probabilidad de que
las personas experimenten situaciones que les hagan experimentar emociones de desagrado o de
carácter negativo, aspecto que puede repercutir en la vida personal y emocional o en otras áreas
vitales. Por lo que es necesario, como se ha mencionado, ya que en medida de lo posible se pueda
actuar desde una perspectiva preventiva y formativa ante la vivencia de estas emociones, además
de propiciar emociones de agrado o carácter positivo.

Continuando con lo anteriormente expresado, las emociones pueden ser entendidas como
respuestas que permiten a las personas enfrentar su cotidianidad y manifestar conductas
adaptativas, sociales o motivacionales afines a las experiencias vividas en momentos
determinados. Esto permite que las personas perciban sensaciones que favorecen o no su
estabilidad psicofisiológica, relacionándose esto con la salud mental y emocional de la persona,
puesto que según la frecuencia, intensidad o duración de cada una de las emociones que
experimente, esto va a repercutir en cómo la persona se sienta, piense y actúe.

Es de suma importancia evitar que las personas experimenten algún daño emocional por
encontrarse en constante contacto con sensaciones o emociones de desagrado, ya que esta
exposición constante puede afectar a la persona de manera cognitiva, conductual-expresiva o a
nivel fisiológico-adaptativo. Asimismo, además se puede generar un descenso en el estado de
ánimo, afectaciones psicosomáticas, un estado de malestar generalizado e incluso, finalmente,
resultar en una patología, agravando considerablemente la salud de la persona.

143
Es debido a esto que se pretende que las personas profesionales en Orientación procuren
velar por la prevención de daños emocionales causados por este tipo de malestares emocionales,
en especial aquellos relacionados con situaciones de crisis, con el fin de promover el desarrollo y
el bienestar de las personas orientadas, actuando de manera proactiva y preventiva ante cualquier
situación que pueda poner en riesgo el bienestar integral de estas, y fomentando un ambiente de
seguridad y emociones agradables que propicien el desarrollo de las personas orientadas.

De igual forma sucede, cuando la persona profesional en Orientación lleva a cabo los PAP,
procurando que la persona en crisis mediante una regulación de sus emociones a causa de
experimentar una situación crítica consiga evitar experimentar una sensación profunda de
emociones negativas, que puedan desencadenar un daño emocional e incluso un trastorno mayor.

Según lo expuesto anteriormente, se hace necesario que las personas profesionales en


Orientación posean las características necesarias para poder ofrecer una intervención adecuada,
que vaya desde la prevención con un carácter proactivo y formativo anticipando las crisis, hasta el
fomento del desarrollo personal, para propiciar una vida y un bienestar integral. Y al aplicar los
PAP entonces, que su intervención encamine a la persona hacía una resolución adecuada de la
situación que afronta, evitando daños emocionales, fisiopatologías, y mayores daños.

Por lo tanto, a partir del conocimiento de las emociones y su regulación, una persona
profesional en Orientación puede prevenir consecuencias mayores en la persona que atiende, al
enfrentar una situación de crisis. Asimismo, también puede prevenir riesgos en sí misma, al
encontrarse vulnerable por la sobreexposición a situaciones de crisis emocionales. De ahí la
importancia de que esta persona profesional posea características pertinentes para la atención de
estas situaciones, con el fin de que exista una atención óptima para la persona que experimenta la
crisis, y un cuidado para sí misma, como persona que interviene y brinda los PAP.

La prevención del daño emocional desde la Orientación hasta este punto, ha sido destacada
a partir del conocimiento, manejo y expresión de emociones en la aparición, vivencia, intervención
y superación de una crisis, tanto para la persona afectada como para la persona profesional de la
disciplina, Sin embargo para esta última, dicha prevención se puede atender desde una variedad
de técnicas, estrategias y actividades que fomenten un mayor cuidado propio, como profesional y
como persona, en todas las áreas en las que se desenvuelve y se puedan ver afectadas por la labor

144
orientadora, principalmente al atender crisis emocionales y aplicar los PAP. A continuación, se
profundiza en ello.

2.6. Autocuidado de las personas profesionales en Orientación que intervienen en


situación de crisis emocionales.

Como se menciona en el apartado anterior sobre riesgo emocional, las personas


profesionales en Orientación que intervienen ante situaciones de crisis y ponen en práctica los
PAP, debido a la sobre exposición a situaciones críticas, escenas impactantes y emociones
negativas, pueden llegar a sentirse vulnerables y experimentar consecuencias negativas en sí
mismas, por lo que el autocuidado se convierte en un aspecto esencial ante la atención de este tipo
de situaciones.

Con respecto al autocuidado, Garita (2013) menciona que la persona profesional en


Orientación debe velar por su autocuidado fomentando así el desarrollo y fortalecimiento de
habilidades, fortalezas y competencias personales y laborales que guían hacia una toma de
decisiones saludables y el empoderamiento hacia una autogestión de la salud mental; aspecto de
suma importancia para la Orientación, sobre todo para las personas profesionales en Orientación
que intervienen ante situaciones de crisis (p.63).

Es de suma importancia que las personas profesionales en Orientación que aplican los PAP
con diversas poblaciones, en el momento y lugar que lo requieran, deban llevar a cabo la
intervención procurando el bienestar tanto de las personas atendidas como de sí mismas, para evitar
riesgos y afectaciones en la salud no solo mental, sino integral también. Pues como se ha señalado
anteriormente, las personas orientadoras por sus funciones, están expuestas a escenas impactantes,
de las cuales pueden verse afectadas física y psicológicamente.

Es por ello, que en el siguiente apartado se presentan aspectos importantes a tomar en


cuenta al hacer referencia al autocuidado de la persona profesional en Orientación que aplica los
PAP en la intervención de crisis emocionales.

145
2.6.1. Salud integral.

Al respecto, Garita (2013) advierte que es necesario comprender a la salud como “un
proceso multifactorial y estado de bienestar con atributos físicos, sociales, axiológicos, culturales
que están interrelacionados y que a su vez requiere la incursión de nuevos actores sociales” (p.12).
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (2014), se refiere al concepto de salud como no
solo la falta de afecciones de las áreas física, mental y social de la persona, sino que esta debe
encontrarse en estado de completo bienestar, propiciando el cuidado de cada una de estas áreas
(p.1). De manera que, como profesionales en Orientación, ante situaciones límites es importante
no solo velar por la salud de las otras personas, sino que también lo es estar vigilantes del propio
bienestar.

Por lo que, la salud en general y de forma integral, corresponde a un aspecto importante de


hacer referencia al hablar sobre la labor orientadora, tomando en cuenta aspectos en las áreas física,
mental, social y espiritual. Al respecto Monge (2016) menciona que “el equilibrio en estas áreas
logra que la persona potencie al máximo sus capacidades y mejore su desempeño en todos sus
roles de diario vivir” (p.17); se trata de aspectos esenciales para su bienestar y adecuado desarrollo
profesional.

Por otra parte, de igual forma Flórez y Marks (citados en Garita 2013) puntualizan los
elementos que interactúan en el proceso de salud de una persona, los cuales son (p.58):

● Las características biológicas refiriéndose a la genética, las enfermedades adquiridas,


cambios bioquímicos u orgánicos entre otros.

● Los factores conductuales como todas aquellas pautas individuales de comportamiento que
se encuentran relacionadas con el estilo de vida de la persona, sus metas o propósitos de
vida, los factores de riesgo ante la enfermedad, sus decisiones y demás.

● Las condiciones sociales como la cultura, las relaciones familiares y el apoyo social que la
persona puede experimentar.

● Los factores psicológicos como la autoestima, manejo del estrés, resolución de conflictos,
creencias y otros.

146
De acuerdo con lo anterior, las relaciones entre todos estos factores llevan a la persona
también a tener la percepción de bienestar y una vida de calidad, a partir de que comprender las
condiciones y recursos que posee a nivel personal, social y contextual permite que la persona sea
consciente de todos aquellos elementos que favorecen o limitan la salud integral, debido a que
estos componentes comprenden a la persona como una totalidad que se encuentra en interacción
con su contexto.

De manera que cuando una persona profesional en Orientación pone en práctica los PAP,
se encuentra expuesta a distintos riesgos y situaciones que atenten contra su salud, por lo que
siempre debe velar y procurar mantener un bienestar a nivel físico, emocional, psicológico, e
incluso a nivel social, de manera que se presente un equilibrio en cada uno de estos aspectos, y
así la labor que realice pueda ser llevada a cabo de manera más eficiente, de mejor calidad, y
procurando lo mejor para sí misma y para la persona que se encuentra atendiendo.

Al respecto, uno de los ámbitos de salud que más conviene cuidar y en ocasiones puede ser
dejado de lado al atender a personas en situaciones de crisis, puede llegar a ser la salud mental,
esencial para un óptimo bienestar integral. Siguiendo lo propuesto por Sartoriu (citado en Bhugra,
2013, p.3), la salud mental integral iría más allá de la mera ausencia de enfermedades, debido a
que comprende un estado de bienestar integral y equilibrio entre la persona y su entorno físico y
social aunado a la falta de enfermedades o trastornos.

Este estado de salud mental significa que la persona pueda mantener relaciones
interpersonales afectivas, asumir roles y demandas sociales, así como reconocer y comunicar
acciones y pensamientos positivos, y manejar y afrontar emociones negativas como la tristeza y
otras asociadas al manejo de la adversidad.

Asimismo, según Monge (2016) la salud mental es una condición que permite a la persona
disfrutar la vida a plenitud y disponer de sus recursos emocionales o cognitivos ante los diversos
retos de la vida, por lo que su entorno social como la familia, comunidad y el Estado debe
promover lo necesario para que esta lo alcance (p.182).

Por lo tanto, se comprende que contar con un óptimo estado de bienestar integral, se
convierte no solo en la ausencia de un malestar o de un riesgo para sí mismo, sino que también se

147
transforma en un estado propicio para que la persona pueda disponer y disfrutar de un equilibrio
positivo en cada una de sus áreas de vida. Lo anterior permitirá a la persona profesional en
Orientación que aplique los PAP, contar con recursos adecuados para una óptima atención y
afrontamiento de la situación de crisis.

2.6.2. Autocuidado de la persona profesional en Orientación que aplica los PAP.

Como se mencionó al inicio de este apartado, este es un tema de vital importancia en el


quehacer profesional de cualquier persona, como una forma de hacerles frente a la rutina diaria y
a sus exigencias personales y profesionales. Además, cuando la persona profesional en Orientación
vela por su autocuidado y bienestar en general, asume la responsabilidad de desarrollar un estilo
de vida adecuado que incluye acciones, estrategias y pensamientos que le permiten mantener una
mejor calidad de vida y de esta forma no solo beneficiar su vida, salud y bienestar, sino que también
asegurar que sus habilidades profesionales correspondan a los requerimientos necesarios para
realizar sus tareas.

Entre estas tareas, se encuentra la aplicación de los PAP, la cual se caracteriza por ser una
atención inmediata de personas que enfrentan situaciones de crisis, aspecto que puede provocar un
desgaste emocional, e incluso puede llegar a ser tan perjudicial que provoque a la persona
profesional en Orientación caer en situaciones de riesgo o un síndrome mayor de desgaste, de ahí
lo importante de referirse al autocuidado. Según Monge (2016),” en ocasiones quien brinda la
intervención en crisis emocional puede presentar un desgaste en su salud [...] y su rol está expuesto
a imprevistos, olvidando con frecuencia las técnicas de autocuidado” (p.179).

Aunado a esto, según Uribe (1999) el autocuidado se concibe como una actitud responsable
de la persona ante el cuidado de su salud integral (p.110). Por su parte, Escobar, Franco y Duque
(2011) se refieren al autocuidado como la responsabilidad de apropiar un estilo de vida saludable
mediante la formación profesional y su desarrollo en el trayecto vital. Estos autores señalan tres
características del autocuidado (pp.134-135):

● Es de carácter voluntario.

● Es un estilo de vida que debe perpetuarse día a día y se sostiene en las redes de
apoyo de la persona, como lo son su familia y comunidad.

148
● Necesita de una base de conocimientos para ejercerlo.

Asimismo, estos autores proponen que en la educación superior y en la educación y


formación en general, se debe contemplar el autocuidado como una competencia profesional de
cualquier persona que ejerza una profesión y no como algo aparte de esta, ya que le permitirían
ejercer de la mejor manera su profesión mientras se responsabiliza de su bienestar personal como
parte de su ética. Por lo tanto, el manejo de emociones de una manera positiva podría ser visto
como un deber de cada persona, y como una condición necesaria para brindar un servicio
profesional.

Se recomiendan entonces, algunas de las prácticas que favorecen el autocuidado según


Monge (2016), las cuales corresponden a acciones como el descanso, la alimentación sana, salud
física incluyendo el ejercicio y otras que llevan a la persona a lograr su propio bienestar (pp.184-
185).

Lo anterior, no solamente implica estar vigilante por su salud física, sino que también que
esta persona cuide sus dimensiones social, espiritual y mental, lo que conlleva a que también
sobrelleve de la manera más adecuada sus propios procesos de duelo, el manejo adecuado de sus
propias crisis, del estrés, de la resiliencia y de su sentido de vida.

Se pretende que el autocuidado ayude a la persona orientadora a que, además de tener un


adecuado estado de bienestar físico, mental, social y otras áreas, pueda tener manejo de sus
sentimientos, emociones y sus respuestas a cambios o circunstancias adversas en su vida personal,
familiar, laboral y otros. Al aplicar los PAP, tema de mayor interés en la presente investigación,
se busca que ayude a prever el riesgo de generar un debilitamiento o agotamiento en cada una de
sus áreas vitales, lo cual puede interferir directamente con la calidad de la atención que está
brindando a la persona orientada.

En síntesis, lo que se pretende es que las personas profesionales en Orientación se


concienticen de la importancia del autocuidado, para que se obtengan resultados favorables,
procurando proteger el bienestar de la persona que se atiende, el bienestar propio y que también
por medio de este autocuidado se puedan cumplir con éxito las tareas y roles de su profesión, entre
ellos la aplicación de los PAP en la intervención de crisis emocionales.

149
El autocuidado también es una forma preventiva de evitar desgastes emocionales o secuelas
aún más perjudiciales, ya que según Arguedas (2015) “Orientación para la prevención, puede
afirmarse que esta consiste en evitar adversidades o disminuir su efecto, lo cual se consigue
mediante un proceso de interacción dinámica entre los factores de riesgo y los factores de
protección” (p.78).

Para lo anterior, a continuación, se hace referencia a algunos factores protectores, que


pueden incidir de manera positiva para fomentar el autocuidado, y factores de riesgo que pueden
ser perjudiciales para su propio bienestar.

Factores protectores del autocuidado. Como parte de su autocuidado, la persona


profesional en Orientación debe procurar estar en contacto o promover en sí misma algunos
factores o acciones que le permitan seguir velando por su propio bienestar y salud integral,
evitando sobrecargas físicas y emocionales, como mayores complicaciones en las áreas vitales en
las que se desenvuelve. Es por ello que a continuación se presentan algunos factores que actúan
como protectores o promotores del bienestar integral.

Velando por sí mismas, las personas intervinientes también deben promover la ayuda
mutua, donde las personas cercanas puedan ayudarse de distintas maneras las unas a otras, esto a
través del apoyo emocional, compartir ideas e información o experiencias que permitan no sólo la
expresión de ideas, sentimientos o emociones, sino que también permitan desarrollar la empatía y
el vínculo entre sí en equipos de trabajo, relaciones interpersonales significativas, grupos
comunales, entre otras acciones o elementos protectores.

De manera que dichas prácticas permitan construir condiciones adecuadas para el


favorecimiento de la salud integral, en el bienestar social, personal, espiritual y físico. Garita
(2013) se refiere a esto mencionando que tanto el autocuidado, como la ayuda mutua y los entornos
sanos favorecen la promoción de la salud de la persona profesional en Orientación, ya que esta
fortalece sus capacidades y permite una mejor toma de decisiones enfocadas hacia la salud (p.61).

Es importante tomar en cuenta que como factores protectores se pueden mencionar


factores personales, sociales, económicos, políticos, religiosos, entre otros, los cuales caracterizan
el estilo de vida e intervienen en la salud mental. Al respecto Tobón (citado en Garita, 2013. p.63)

150
menciona que existen aspectos a estimar de carácter interno y externo, que pueden ser considerados
como factores protectores que promueven la salud, los cuales consisten en:

● Conocimientos: información, toma de decisiones hacia prácticas saludables y llevarlas a


cabo según la información que la persona tiene para cuidar de sí misma.

● Voluntad: relación con los valores, creencias, motivaciones que le permiten a la persona
a hacerles frente a las prácticas y decisiones saludables versus las conductas de riesgo que
pueda enfrentar.

● Actitudes: principios, valores, creencias con las que la persona puede asumir una posición
personal saludable frente a alguna situación demandante.

● Hábitos: rutinas de acuerdo con el estilo de vida que beneficie la salud.

● Cultura: tradiciones, creencias, representaciones sociales respecto a hábitos que resulten


saludables.

● Género: reflexionar sobre el impacto de estereotipos de género, y prácticas saludables


relacionadas.

● Ciencia y tecnología: avances científicos y tecnológicos que aumentan la posibilidad de


cuidar la salud.

● Físico, económico, político y social: que implica aspectos de infraestructura sanitaria,


políticas de la salud pública, y demás aspectos que comprenden generación de contextos
saludables para la población.

Además, otros aspectos que pueden ser considerados como factores que brindan protección
a las personas profesionales en Orientación frente al contexto en el que se desenvuelven son: la
autoestima y la motivación.

La autoestima corresponde a un aspecto individual, de cada persona; la manera en la que


esta logra percibirse y la persona pueda sentirse consigo misma va a influir en la forma en que se
pueda llegar a comportar o a sentirse frente a una determinada situación. Por lo tanto, poseer una

151
autoestima positiva influye como un factor protector que puede proteger ante la vulnerabilidad a
la persona profesional en Orientación en su bienestar, y la forma en la que esta pueda prevenir
riesgos emocionales severos en sí misma al brindar la atención ante situaciones de crisis
emocionales y la aplicación de los PAP.

Al respecto, y sumándose a lo anterior, en la autoestima existe una serie de aspectos


importantes para el desarrollo integral de las personas, los cuales se relacionan con el sentido de
identidad; una necesidad humana básica, y uno de los elementos sobre los que se encuentra
construida una personalidad madura, según De Mézerville (2004, p.22). Para McKay y Fanning
(citados en De Mézerville, 2004, p.22) la capacidad de establecer una identidad y darle valor a esta
es de suma importancia. Esta representación de la identidad desde una personalidad madura,
mediante una autoestima positiva, sustenta a esta última como un factor protector del autocuidado

Además, esta autoestima no solo se presenta como un proceso interno de la persona, sino
que también se relaciona con el éxito o fracaso que se obtiene en la conducta. Al respecto Maslow
y Goble (citados en De Mezerville, 2004), describen que la autoestima posee dos tipos de
necesidades, las cuales son la propia y aquella que proviene de las personas que le rodean; la
autoestima también se encuentra conformada por un deseo de confianza, competencia, maestría,
adecuación personal, logro, independencia, libertad, el prestigio, reconocimiento, aceptación,
atención, estatus, reputación y aprecio (p.25). Estos componentes, permiten situar la autoestima
como un factor protector de suma importancia para el desarrollo profesional y personal.

Por lo que la autoestima positiva no solamente es una sensación de bienestar que puedan
sentir las personas, sino que esta se encuentra conformada por cómo se percibe la persona a sí
misma pero también cómo se percibe en relación con todos aquellos aspectos contextuales que las
demás personas esperan sobre ella e influyen sobre ella., lo cual se profundiza en el párrafo
anterior.

Por otra parte, es importante reconocer que existen dimensiones de la autoestima, las cuales
corresponden a lo actitudinal y a lo conductual, donde cada una de estas se integra por tres
componentes que le resultan esenciales. De Mézerville (2004) los menciona como: actitudinales
(autoimagen, autovaloración y autoconfianza), y conductuales (autocontrol, autoafirmación y
autorrealización) (p.40).

152
Por ende, al sumar cada uno de estos componentes y propiciar el aumento e integración de
ellos, se favorece un adecuado desarrollo de la autoestima y una adecuada identidad, la cual
fomenta la seguridad, la independencia, el sentido del logro, la confianza, aceptación y demás
aspectos. Esta identidad, repercute fomentando la sensación de bienestar integral, por lo que afecta
de manera positiva tanto lo personal como lo profesional.

La autoestima, considerada como un factor positivo, permite a la persona profesional en


Orientación tener una buena percepción de sí misma, lo que repercute en la forma que pueda llegar
a comportarse y a sentirse en su vida cotidiana, y en su profesión, especialmente al atender a
personas en situaciones de crisis que necesitan la ayuda de una persona segura de sí, que brinde la
sensación de confianza y seguridad.

De manera que la autoestima positiva puede ser un factor que ayude a la persona
profesional en Orientación a fomentar y cuidar su salud de forma más integral, pero sobre todo le
ayuda ante la aplicación de los PAP. Esto, debido a que quien intervenga ante las situaciones de
crisis, al conocer sobre sí, su imagen, la confianza que proyecta, su propio control, y que pueda
afirmar que se encuentra bien, como aceptar y manejar las situaciones, utiliza estos elementos para
permitirse como persona interviniente actuar de manera segura y positiva, velando por enfrentarse
a las experiencias críticas sin sentirse tan vulnerable; una persona profesional que se cuide a sí
misma, como cuida a las otras personas.

La motivación por su parte, según Naranjo (2009), corresponde a “un aspecto de enorme
relevancia en las diversas áreas de la vida, entre ellas la educativa y la laboral, por cuanto orienta
las acciones y se conforma así en un elemento central que conduce lo que la persona realiza y hacia
qué objetivos se dirige” (p.1). Santrock y Ajello (citados en Naranjo, 2009, p.153), hacen
referencia a la motivación como el conjunto de razones por las que las personas se comportan de
la manera en que lo hacen, y permite el desarrollo de diversas actividades valiosas.

Por otra parte, Herrera, Ramírez, Roa y Herrera (2004) indican que:

La motivación es una de las claves explicativas más importantes de la conducta

humana con respecto al porqué del comportamiento. Es decir, la motivación

representa lo que originariamente determina que la persona inicie una acción

153
(activación), se dirija hacia un objetivo (dirección) y persista en alcanzarlo

(mantenimiento). (p.2)

Es decir, la motivación ayuda a la persona a orientarse hacia los objetivos que se ha


propuesto, y le agrega la disposición para realizarlo; esto le añade un valor positivo a dicho
objetivo y puede hacerlo también para la acción de llevarlo a cabo.

Es de suma importancia que la persona profesional en Orientación encuentre un nivel


adecuado de motivación que le permita tomar impulso para realizar determinadas acciones pero
que también le permita dar un sentido positivo a ellas.

La motivación se convierte en un factor protector que puede influir en el bienestar de una


persona y en cómo se desenvuelve en sus diferentes contextos. Si las personas profesionales en
Orientación llevan a cabo acciones como atender a personas en situaciones de crisis emocionales
y poner en práctica los PAP sintiendo motivación por ello, esto puede repercutir positivamente en
la calidad de atención que brinde, y en la reducción de posibles consecuencias para sí misma.

Factores de riesgo para el autocuidado. Por otra parte, existe otro tipo de factores que al
contrario de ser aspectos que favorecen el autocuidado de la persona profesional en Orientación,
se convierten en aspectos que pueden repercutir negativamente en su salud y bienestar integral, su
autocuidado y de manera directa o indirecta en su desempeño; por ejemplo, cuando atiende a
personas en situaciones de crisis, con los PAP.

Al respecto, la Política Nacional de Salud Mental 2012-2021, dictada por el Ministerio de


Salud (2012), advierte que se pueden encontrar factores de riesgo para la salud y bienestar en la
dimensión física y mental de la persona, que se pueden ver afectados y directamente provocados
por factores ambientales, como el estrés y la nutrición. Otros aspectos externos corresponden a
ciertos factores socioeconómicos y culturales como la violencia, bajos ingresos económicos,
prácticas sexuales de riesgo, entre otras. Por último, se encuentra el bajo acceso a servicios y
sistemas de salud, que atienden las necesidades ante los fenómenos biológicos que puedan afectar
a una persona.

154
Aunado a lo anterior, también deben situarse la baja autoestima y la no motivación como
factores de riesgo para el autocuidado de las personas profesionales en Orientación. Al existir una
baja y no adecuada valoración de sí mismas por parte de estas personas, así como baja o nula
motivación por brindar el servicio de ayuda, para efectos de esta investigación en torno a la
aplicación de los PAP en la intervención de crisis emocionales, se pone en riesgo no solamente la
atención y el bienestar de la persona orientada, sino la propia salud integral de la persona
profesional; su desempeño alcanza una decaída paralela a su salud en todas sus áreas involucradas.

En relación con estos factores de riesgo, en ocasiones la persona profesional en Orientación


puede llegar a experimentar un desgaste en su salud, por lo que es necesario que, en la búsqueda
de su bienestar, ésta procure cuidar su salud física, manteniendo una dieta sana y equilibrada, como
parte de la adopción de estilos de vida saludable. Asimismo, es recomendable contar con una
persona de su confianza para poder hablar sobre sus sentimientos o situaciones específicas,
buscando ser parte de una red social de apoyo para que esto sirva como un medio para la liberación
de tensiones y la regulación emocional.

Además, de forma general se recomienda manejar de forma adecuada y proactiva el estrés,


el tiempo de ocio y el tiempo libre, para así tener periodos de descanso que le permitan mantener
un equilibrio entre su rol de trabajo y otras esferas vitales (Monge, 2016, p.182).

Para Garita (2013) las actitudes, hábitos, la cultura, el género, la ciencia y tecnología, y lo
físico, económico, político y social, corresponden a elementos determinantes del proceso salud-
enfermedad que pueden favorecer o dificultar la intervención orientadora (p.62).

Dicha autora señala que los hábitos que tenga una persona, en especial aquellos que hagan
referencia a su rutina diaria, impactarán de manera directa en su salud y bienestar integral, por lo
que estos deben ser gestionados por las personas profesionales, para dar su mejor rendimiento en
el lugar de trabajo y en otros espacios vitales, como la familia, la comunidad, entre otros. Además,
como agentes sociales activos, deben ser vigilantes del medio social, político y cultural en el que
se desenvuelvan, para intentar incidir en un cambio o avances hacia una sociedad que promueva
el bienestar y la salud integral de todas las personas desde una visión ecológica. Estos hábitos,
positiva o negativamente, tienen relación directa con el autocuidado y la salud integral.

155
Como se mencionó anteriormente en este apartado, al haber una relación directa entre la
salud integral de las personas profesionales, incluyendo a aquellas de la disciplina de la
Orientación, y la calidad del servicio que ofrecen, es de suma importancia promover factores
protectores para el fomento del bienestar y la salud integral, mediado por un componente ético-
profesional de autocuidado. Esto, para asegurar la mayor calidad posible de las acciones
desarrolladas por los departamentos de Orientación y como una forma de evitar el desgaste
profesional.

Los factores de riesgo anteriormente abordados, son elementos que deben visualizarse,
tratarse y reestructurarse con miras a favorecer el desempeño profesional y el desarrollo de la
persona encargada de brindar servicios de ayuda en todas sus áreas vitales; esto puede lograrse
atendiendo las falencias y problemas que se tengan al respecto de manera consciente y directa.
Inclusive, se puede llevar a cabo poniendo mayor atención a los factores protectores del
autocuidado que se tienen a favor. Sin embargo, cuando estos factores de riesgo no son observados
y tratados adecuadamente, dan mayor apertura a otros problemas o dificultades en la atención de
situaciones de crisis emocionales y la aplicación de los PAP, como lo es el riesgo emocional
inmerso en la intervención y que se aborda a continuación.

2.6.3. Riesgo emocional ante los PAP.

Como se mencionó anteriormente, cuando la persona profesional en Orientación no pone


en práctica el autocuidado, se encuentra vulnerable ante el posible desgaste emocional y en otras
áreas al poner en práctica los PAP, ya que se encuentra expuesta a distintos factores de riesgo. Es
por ello, que a continuación se presentan algunos de esos factores.

Se reitera que, debido a que la persona profesional en Orientación comúnmente dentro del
quehacer orientador debe enfrentarse a situaciones adversas que pueden llegar a resultar un factor
influyente en las emociones que experimente, haciéndola vulnerable en caso de que predomine o
perdure una serie de emociones con características desagradables o negativas, está expuesta a un
mayor riesgo de afectar su autocuidado problemáticamente. Esto es de importancia en el contexto
de intervención de situaciones de crisis, ya que estos suelen ser escenarios de alto desgaste
profesional y de alta exigencia emocional para las personas profesionales a cargo, aspecto que

156
podría llegar a reducir las competencias para desempeñar óptimamente las funciones (Monge,
2016, p.129).

Siguiendo con lo antes mencionado, Álvarez-García (2015, p.2) señala que al intervenir en
situaciones de crisis que devienen de una situación traumática o algún incidente crítico, la persona
profesional se ve expuesta a una serie de factores de riesgo para su propia salud mental. Estos
factores, pueden sobrepasar los niveles de estrés asociados al síndrome del desgaste profesional o
burnout, llegando a niveles similares al de las víctimas de la situación. Por lo cual, los protocolos
de actuación, tanto individuales como grupales que incluyan componentes de autocuidado y
gestión de este riesgo serán necesarios para salvaguardar el bienestar integral de la persona
interviniente y para asegurar, en la medida de lo posible, la disponibilidad del servicio, la calidad
de este y su uniformidad.

De acuerdo con esta idea, algunos de estos factores de riesgo son consecuencia del contacto
continuo con el dolor profundo de las personas que se atienden, el confrontar la incertidumbre y
la pérdida de control a causa de una situación crítica y el confrontar situaciones de violencia o
muerte (lo cual también pone en cuestionamiento el proyecto vital de la persona profesional).

Estos factores que están particularmente presentes en la atención de situaciones críticas,


pueden llegar a afectar a la persona interviniente en niveles profundos, mediando en su visión ante
la vida, lo cual al combinarse con el desgaste profesional propio de la intervención puede devenir
en lo que esta autora llama síndrome de desgaste por empatía. Es necesario reconocer la empatía
como una condición necesaria en la atención de situaciones críticas, pero ésta también pone en una
posición vulnerable a la persona interviniente ante el dolor humano y ante crisis propias de la
persona profesional que no se hayan resuelto. Todos estos factores pueden llevar a la persona a
experimentar periodos muy prolongados de emociones con impactos negativos en la salud mental
y física del o la profesional.

Para Piqueras, Ramos, Martínez, y Oblitas (2009), al encontrarse continuamente con


emociones desagradables ante la intervención que realiza o en sí misma, la persona vulnerable
puede evolucionar hacia condiciones clínicas, donde se pierde el carácter adaptativo a estas y se
convierte en un problema que interfiere y genera malestar significativo; aspecto que puede llegar

157
a afectar el funcionamiento del sistema inmunológico, endocrino-metabólico y, en general de todas
las funciones fisiológicas, así como a nivel físico, social, personal y laboral (p.101).

Al respecto, Cano y Miguel (citados en Piqueras et al., 2009) se refieren a lo anterior


planteando que:

Las emociones influyen sobre la salud-enfermedad a través de su relación con

diversos sistemas fisiológicos que forman el proceso “salud-enfermedad”, en

especial cuando se convierten en trastornos clínicos, así como por medio de sus

propiedades motivacionales para modificar las conductas “saludables” (ejercicio

físico moderado, dieta equilibrada, descanso, ocio, etc.) y “no saludables” (abuso

de alcohol, tabaco, sedentarismo). (p.95).

De manera que, para la persona profesional en Orientación se puede considerar un factor


de riesgo para la salud integral poseer emociones negativas por periodos prolongados, ya que estas
pueden desencadenar acciones que van en contra de su autocuidado, consideradas como no
saludables, afectando así su salud integral, su estado emocional, y la manera en la que piensa y
actúa.

Un riesgo emocional no solo es perjudicial para la persona profesional en Orientación en


su dimensión personal, sino que también esto puede repercutir en el área laboral, sobre todo cuando
se atienden a personas en situaciones de crisis las cuales se encuentran experimentando dificultades
emocionales. Al llevar a cabo los PAP, para la persona orientadora puede ser difícil contener sus
propias emociones, incluso negativas, al escuchar las de la otra persona; esto puede afectar así la
aplicación de los PAP. O por otra parte, si la persona orientadora reprime sus emociones, estas
pueden agravar o incluso desencadenar trastornos emocionales o psicológicos a futuro.

De manera que, la persona profesional en Orientación al encontrarse expuesta a la atención


de situaciones de crisis y tener que aplicar los PAP, se arriesga a experimentar un desgaste
emocional, por lo que el autocuidado es imprescindible para prevenir este tipo de riesgos al
bienestar y evadir, por ejemplo, mayor estrés o el Síndrome de Burnout.

158
2.6.4. Estrés y síndrome de Burnout o desgaste profesional.

En relación al autocuidado y a la aplicación de PAP, el estrés y el síndrome de Burnout (o


desgaste profesional) como consecuencia del desgaste emocional, se convierten en temas de vital
importancia, ya que la posibilidad de experimentar estrés se presenta como factor de riesgo en el
quehacer profesional de cualquier persona, al afrontar su rutina diaria y sus exigencias personales
y profesionales, y el Síndrome de Burnout en la culminación del desgaste.

Debido a esto, surge la importancia de trabajar la promoción de factores protectores ante


las situaciones de tensión y el desgaste profesional, tanto desde los lugares de trabajo como desde
una perspectiva de autocuidado con cualquier persona profesional; especialmente con aquellas que
tengan una labor tan demandante como se da en el sistema educativo o en la atención directa de
personas pasando por situaciones muy cargadas emocionalmente, o en situaciones de crisis
circunstanciales o del desarrollo, como es el caso de las personas profesionales de la Orientación.

Al respecto, el estrés tal y como lo señala Mondy (2010), es una reacción no definida ante
una exigencia o ante una situación o estímulo tensionante (p.354). Dicho autor advierte que las
causas del estrés, así como las consecuencias de este, son vividas de forma particular por cada
persona, ya que los motivos del estrés y el impacto que tendrán sobre el bienestar de cada persona
y su desempeño profesional varían según cada quien. Algunas causas mencionadas son los
problemas económicos, las exigencias del trabajo, un clima organizacional nocivo o las largas
jornadas de trabajo, lo cual dificulta mantener un equilibrio entre la vida personal y profesional.

A su vez, Mondy (2010, p.354) puntualiza que todas las personas enfrentan alguna cantidad
de estrés en sus vidas, en menor o mayor medida. Además, el estrés puede ser visto como una
respuesta natural ante diversos estímulos tensionantes, pero el problema se da cuando hay una
exposición prolongada ante el estrés o “picos” significativos causados por situaciones críticas.

Este caso es de interés para el presente estudio, por la atención de situaciones de crisis de
la población que se atiende desde el rol orientador, lo cual repercute en la salud física, psicológica
y emocional de cada persona. Esto puede derivar a otras problemáticas por una mala gestión del
estrés, tales como el consumo y abuso de diferentes drogas legales o ilegales, problemáticas
familiares, decaimiento y una insatisfacción general ante su vida y su trabajo. Lo anterior, recalca

159
la importancia del autocuidado para la promoción de la salud y el bienestar al atender este tipo de
situaciones y aplicar los PAP.

Ante este panorama, Escobar, Franco y Duque (2011, p.136) y Sáinz, Ferrando, Hernández,
Fernández, Fernándiz, Bermejo y Prieto (2012, p.138), concuerdan en que el manejo del estrés se
podría considerar como una competencia emocional necesaria para el desarrollo personal y
profesional, al concebirla como una habilidad para la vida en sí misma y que fomenta el éxito y el
desarrollo profesional de las personas, promoviendo la excelencia y el estado de bienestar de estas.

Aunado a esto, Muñoz y Correa (2012, p.237) afirman que la población docente y la
dedicada a servicios es una de las más expuestas a situaciones estresantes, por ello vulnerables al
desgaste profesional, a lo cual se puede incluir la población dedicada a la Orientación y otros
servicios de atención directa en las comunidades escolares. Dicho fenómeno acarrea grandes
costos a nivel económico, social e individual, ya que socava el bienestar de las personas que lo
sufren y disminuye la calidad de los servicios que se brindan, incluyendo el servicio de
Orientación, además de que repercute en múltiples incapacidades que acarrean altos costes y
presión en los servicios de salud.

Por su parte y abarcando ahora el punto culminante del desgaste profesional, Maslach
(citado en Muñoz y Correa, 2012, p.227), señala que el Burnout lleva a la despersonalización en
el trabajo, el agotamiento emocional y a la baja realización personal, lo cual es particularmente
sensible cuando se trabaja con personas y se atienden sus situaciones más emocionalmente
vulnerables o en las que está en juego su seguridad. Esto en la persona interviniente, es
especialmente crítico cuando se habla de situaciones en las que las capacidades personales de
afrontamiento ante una situación son mermadas o la persona se encuentra totalmente abrumada,
como en el contexto de una situación de crisis.

Al respecto, es necesario mencionar el desgaste por empatía o fatiga por compasión, el cual
según Álvarez, Cruz y Porcar (2018) “se da en algunos intervinientes y sería el síndrome análogo
al trastorno de estrés postraumático secundario” (p.9). Menciona que este desgaste genera que la
persona interviniente experimente síntomas similares a los que experimentó la persona en crisis,
además puede generar sentimientos desgastantes como la impotencia, desamparo, melancolía,
frustración, entre otros (p.9)

160
Ante esto, Muñoz y Correa (2012, p.228) apuntan a la necesidad de que las personas que
brindan servicios de ayuda, en este caso de Orientación, desarrollen y se apropien de mecanismos
para hacerles frente a las posibles causas del desgaste profesional, tanto de forma preventiva al
adoptar estilos de vida saludables, hasta al técnicas o estrategias que les permitan enfrentar
situaciones tensionantes de la vida profesional y personal. Más adelante se propondrán algunas
técnicas que se pueden utilizar y promover para la prevención del desgaste profesional y se
desarrollará en mayor medida en otros apartados.

Continuando con la necesidad de adoptar estrategias de afrontamiento del estrés como


factor protector ante el desgaste profesional y la prevención de diversos males somáticos
asociados, surge la necesidad de divulgar la información respecto a esta temática con las personas
profesionales de la Orientación y con el resto de la comunidad educativa, para que sean capaces
de cuidarse a sí mismas del estrés, evitando así caer en el desgaste profesional, promoviendo así
que mejore su desempeño profesional, su bienestar personal y el servicio que brindan desde los
departamentos de Orientación .

Parte de lo propuesto por Mondy (2010, p.355) para el manejo del estrés de manera
individual es lo siguiente:

● Hacer ejercicio y mantener hábitos saludables de alimentación, lo cual ayuda a que la


persona mantenga niveles altos de energía y sea capaz de regresar a niveles normales de
tensión, después de la jornada laboral o de algún episodio específico tensionante.

● Hacer pausas cuando sea necesario: esto es esencial para disminuir el estrés durante la
jornada diaria y lograr permanecer estable en el día a día.

● Cambiar la actitud ante las situaciones tensionantes: muchas veces las personas sufren de
estrés por las interpretaciones que hacen de esas condiciones y no por la situación en sí, ya
sea porque lo vuelven una catástrofe o porque perciben una magnitud más grande de lo que
realmente es.

● Buscar a alguien dispuesto a escuchar: puede ser de gran ayuda encontrar a alguien con
quien compartir lo que se está enfrentando o ayuda profesional, cuando sea necesario.

161
● Establecer una estructura en la propia vida: muchas veces el estrés se debe a que la persona
siente que ha perdido el control de la situación, por lo cual la planeación a futuro puede
ayudar a que la persona evite situaciones estresantes. Esto también debe contemplar el
tiempo durante la rutina diaria para el esparcimiento y el descanso lejos del trabajo, como
una forma de mantener el balance en la vida.

● Reconocer las limitaciones personales.

● Ser tolerante: esto incluye cambiar una perspectiva ante la vida de manera rígida y ser
capaz de aceptar a las personas como son y las situaciones que no se pueden cambiar,
dejando de lado las expectativas poco realistas.

● Buscar diversiones externas: es necesario encontrar un equilibrio realista y responsable


entre las diferentes esferas de la vida, como lo son el trabajo, la familia y el tiempo de ocio
y esparcimiento.

2.6.5. Técnicas de autocuidado y cuidado en el equipo de trabajo.

Como lo plantea Monge (2016), debido al rol tan expuesto y demandante que tienen las
personas profesionales en Orientación en la aplicación de los PAP ante situaciones de crisis
emocionales, en ocasiones se pasa por alto el autocuidado y el cuidado en los equipos de trabajo,
así como también las técnicas necesarias para mantenerlo y favorecerlo. Por lo tanto, es de suma
importancia que las personas profesionales intervinientes tengan presente su autocuidado y el
cuidado en los equipos de trabajo, poniendo en práctica acciones, estrategias, pensamientos y
ejercicios que velen y favorezcan una mejor calidad de vida, procurando siempre alcanzar el
bienestar integral y que, de esta forma, se puedan prevenir riesgos o afectaciones en la salud
(Monge, 2016, p.184).

Además, el autocuidado y el cuidado en los equipos de trabajo pueden realizarse en


distintos momentos y de distintas formas, como lo son las técnicas que permiten la canalización
de las emociones, pensamientos y conductas experimentadas al momento de vivir una crisis o
atender a una persona en esta situación. Pero también la persona profesional en Orientación y el
equipo de trabajo pueden prepararse para ello, o cuidar de su tiempo y salud integral después de

162
atender a la persona en situación de crisis, siempre procurando su bienestar y disminuir o evitar
las secuelas negativas.

Es debido a lo anterior, que en este apartado se presentan algunas técnicas sencillas que
permiten a las personas profesionales en Orientación cuidarse a nivel emocional y psicológico
frente a la atención de personas en situación de crisis y como parte de un equipo de trabajo.

Role-play. Esta técnica, puede denominarse también como un juego de roles, el cual según
Solís (citado en Fernández, González, Anadón y Arias, 2017), corresponde a:

Una situación en la que dos o más participantes interpretan el papel de un personaje,

integrando un componente de improvisación para dar respuesta a distintas

situaciones, de manera que adapten su interpretación a las demandas del contexto.

De este modo, los participantes son al mismo tiempo actores y espectadores. (p.668)

El role-play o juego de roles, puede ser llevado a cabo de manera individual o grupal.
Según menciona García (2015), la diferencia radica en que de forma individual es solo una persona
quien lleva a cabo todo, mientras que las demás personas pueden ser observadoras y en el role
playing, son varios grupos o personas quienes desarrollan una situación (p.8).

Esta técnica funciona como parte del autocuidado, debido a que las personas profesionales
en Orientación pueden visualizar cómo es ponerse en el lugar de la otra persona y observar distintas
situaciones que pueden suceder mientras atiende a personas en situaciones de crisis, de manera
que se anticipa la sorpresa y se equipa con herramientas para poder hacerles
frente, evitando todas aquellas sensaciones perjudiciales que puedan sentir al atender a alguien
en esta situación.

Para Domene y Romero (citados en García (2015), de forma individual, “ofrece la ventaja
de que los observadores pueden prestar una mayor atención a la representación, evaluando con
detenimiento todo lo que se dice y hace” (p.8); mientras que, si se efectúa de forma grupal, “hace
posible la ulterior comparación del proceso seguido por cada grupo, así como el resultado
obtenido” (p.8).

163
De manera que, aunque se puede hacer de forma individual, efectuarlo de forma grupal
proporciona una comparación entre la actuación que hace cada una de las personas lo cual
proporciona un mayor aprendizaje para la resolución de la situación que estas personas están
planteando al ver distintas perspectivas. Según De la Herrán, (citado en García, 2015) al llevar a
cabo esta técnica, los escenarios y juegos de roles pueden clasificarse en:

● Estructuradas, si el discurso y la escena están muy definidas.

● Semiestructuradas, si se asigna un guión breve sobre la escena y se reparten unos papeles


breves.

● No estructuradas, si únicamente se asignan los papeles.

● Mixtas, si se mezclan dos de dichas variedades (p.8)

Asimismo, estas variedades poseen distintas etapas que deben cumplirse, las cuales según,
De la Herrán, Jordán y Peñas, y Alonso (citados en García, 2015), son:

● Entrenamiento y motivación.

● Preparación de la dramatización.

● Dramatización o representación o realización de la simulación en tiempo real.

● Reflexión, comentario, debate o elaboración de conclusiones (p.8)

Es así que, el role playing consiste en la dramatización e improvisación, tomando en cuenta


los personajes y el contexto donde se efectúa cierta situación. Por lo que en síntesis y como parte
del autocuidado, el role playing según García (2015) es una dramatización sobre casos o
situaciones vividas, que permite que las personas puedan sentir empatía y ponerse en el lugar de
las otras, comprender las perspectivas, opiniones y características de las demás personas. A su vez
también favorece el autoconocimiento y el desarrollo de habilidades sociales y emocionales;
asimismo potenciar la creatividad, imaginación, elocuencia y capacidad argumentativa (p.8).
Además, según la misma autora, se desarrolla el pensamiento crítico, aprendizaje significativo,
cooperativo y dialógico.

164
Por tanto, si se utiliza esta técnica de dramatización pensando en el autocuidado de las
personas profesionales en Orientación que aplican los PAP, se puede observar que son múltiples
las herramientas que brinda para adquirir habilidades, y conocer cómo actuar de forma anticipada
frente a una determinada situación. Y también, para poder desarrollar situaciones reales y encontrar
soluciones alternativas, aspectos que pueden prever el daño o desgaste emocional y psicológico.

Debriefing. Esta técnica es definida por Díaz y Cimadevilla (2019) como “un proceso
social de reflexión a través de la conversación, cuya intención es construir mejores aprendizajes
[...] hacer conscientes y reestructurar los modelos mentales desde la reflexión profunda favorece
la mejoría en el desempeño” (p.95). Esta, se utiliza como apoyo con el fin de prevenir
consecuencias mayores a nivel emocional o psicológico.

El debriefing ha sido utilizado desde muchos años atrás en el ámbito militar, de aviación,
y marina, el cual a partir de la Segunda Guerra Mundial fue utilizado como una conversación
posterior a los eventos; en este las personas podían comentar sobre lo que vivieron, reflexionar
sobre sus misiones y, a la vez, reconocer sus logros y dificultades en las mismas, ideando planes
con posibles estrategias para en un futuro poder obtener mejores resultados.

Según exponen Díaz y Cimadevilla (2019), existen distintos modelos o formas de hacer
debriefing. Entre ellas, se encuentra el modelo con juicio severo, con juicio oculto y con buen
juicio; aunque los tres procuran construir un aprendizaje a partir de los hechos, es este último, el
modelo con buen juicio, el que busca de una manera respetuosa las causas de los problemas o
dificultades para llevar a cabo una tranquila conversación que genere aprendizaje (p.96).

Sin embargo, según distintos autores todos estos pueden poseer distintas fases que permiten
la meta de generar aprendizaje a partir de las distintas situaciones. A continuación, se presentan
las etapas que Díaz y Cimadevilla (2019, p.97) mencionan como necesarias.

● Primera etapa: explicar a las personas que participan de la técnica que es lo que se hará,
cómo se hará y por qué se hará, invitar a que expresen las emociones que sintieron durante
la simulación y las generadas después de esta.

● Segunda etapa: a partir de lo que recuerden las personas que vivieron la situación
determinada, debe hacerse su reconstrucción, tratando de que sea lo más real posible.

165
● Tercera etapa: es importante que quien se encuentra recordando la situación y haciendo
la simulación no se pierda en lo que está haciendo, por eso la persona que se encuentra a
cargo de la experiencia debe estar atenta y si es necesario hacer recuento de lo que la
persona ha contado desde su perspectiva, para luego contrastar esto con lo que
experimentaron sus pares.

● Cuarta etapa: esto corresponde a una fase de exploración donde es importante buscar las
causas detrás de las acciones, lo que las personas pensaban y las llevaron a actuar de
determinada manera con el fin de identificar estos pensamientos o acciones, para dar una
solución y posibles alternativas.

● Quinta etapa: la persona encargada debe hacer un cierre o una síntesis de lo que se
experimentó, hacer vigilancia epistémica, y asegurarse de que cada persona identifique el
aprendizaje de esta situación (p.97).

Es importante destacar que, en esta técnica, cada una de las personas va a narrar, explicar
o simular una determinada situación, pero cada quien lo hará desde su perspectiva. Es por ello que
luego se hará un contraste entre lo que cada persona dijo conforme vivió esa determinada situación,
para llegar a un acuerdo de lo que pasó. Por ende, según manifiestan Díaz y Cimadevilla (2019)
“la realidad sería entonces la suma de las realidades individuales, sería una construcción social”
(p.97).

Por lo que con las personas profesionales en Orientación que aplican los PAP, esta técnica
le permite a la persona que la lleve a cabo cuidar de sí misma en dos momentos: antes de atender
a la persona en situación de crisis y después de que lo ha hecho. Al participar del debriefing,
antes de atender a la persona en situación de crisis esta puede visualizar los distintos escenarios,
cómo sucede y cómo se atiende a una persona en ese instante, permite facilitar en un futuro el
dominio de la situación, mantener la calma, y conocer más opciones de cómo atender la situación
a partir de las experiencias de otras personas que han tenido experiencias similares al atender estas
situaciones.

Mientras que al colaborar en el debriefing después de atender a una persona en situación


de crisis, la persona profesional en Orientación puede expresar lo que vivió en ese momento, cómo

166
se sintió, qué pensó, pude reflexionar sobre la intervención que llevó a cabo y pensar cómo
realizarla mejor en un futuro, aspecto que le permite analizar cómo cuidar de sí misma, y cómo
brindar una atención mejor en el futuro.

Al respecto, Díaz y Cimadevilla (2019) mencionan que “los modelos mentales son
representaciones internas de la realidad externa, que nos permite ser funcionales en el mundo [...]
al ser constructos cognitivos complejos, tienen estructura interna, son dinámicos y modificables a
lo largo del ciclo vital del individuo” (p.97).

De manera que cuando se realizan las representaciones de la situación específica que las
personas experimentaron, detrás de cada una de estas narraciones se pueden llegar a reconocer los
modelos mentales que las personas utilizaron para actuar de una forma determinada, y al contrastar
lo que todas las partes experimentaron se puede llegar a encontrar coincidencias en esos modelos
mentales identificar qué cambios se pueden realizar en esos modelos mentales para conseguir
otras acciones determinadas.

Díaz y Cimadevilla (2019) reconocen la existencia de al menos cuatro dimensiones de estos


modelos mentales, que corresponden a la ontológica, epistemológica, motivacional y cognitivo-
lingüística (p.97).

Por ende, al realizar la técnica del debriefing, se pueden inspeccionar distintas dimensiones
que llevan a las personas a actuar de determinada manera, y no sólo reconocer las causas. También
partiendo de ahí, se pueden reconocer distintas soluciones para cada una de estas dimensiones,
aspecto que puede ayudar muchísimo a la persona profesional en Orientación, al conocerse mejor
y saber cómo actuar mejor frente a una persona en situación de crisis, previniendo así daños
emocionales, y psicológicos en sí misma.

La finalidad de la técnica del debriefing, es procurar que las personas puedan no solo
reconocer de qué forma actuaron, sino que también puedan aprender de esa situación. Díaz y
Cimadevilla (2019) mencionan que “estos modelos mentales, además de ayudarnos a interpretar
el mundo, pueden aportar en la construcción de aprendizajes” (p.97).

Esta técnica al ser aplicada con personas profesionales en Orientación que trabajan con
personas que experimentan situaciones de crisis, permite expresar en forma de desahogo la forma

167
en la que atendieron o vivenciaron esas determinadas situaciones de crisis. También permite
identificar los sentimientos o emociones que experimentan, mediante la narración o representación
del caso conocer de qué forma actuaron y cómo lo podrían haber hecho mejor, y generar
aprendizajes significativos de esta experiencia.

Lo anterior permite el autocuidado, ya que posiblemente se dará la disminución de la


angustia, la persona misma y quienes le rodean o participaron de la estrategia comprenderán sus
motivos de estrés y las acciones que realizan al atender a personas en situación de crisis, además
generar empatía, comprensión de los pares o incluso reforzar la seguridad propia o del equipo al
momento de volver atender una situación de crisis, todo esto ayuda al bienestar personal y
profesional.

Según Díaz y Cimadevilla (2019) mediante el debriefing se busca “favorecer la


construcción del aprendizaje, el cual de manera necesaria implica un cambio de un modelo mental
inicial a un nuevo modelo mental” (p.97).

Aunque no siempre generar cambios en los modelos mentales es fácil, al enfrentar algunas
situaciones esto se vuelve algo indispensable, sobre todo las situaciones que implican atender a
personas en crisis. Díaz y Cimadevilla (2019) mencionan que hacer un cambio de modelos
mentales aparte de no ser sencillo, tampoco es algo rápido ni espontáneo, pues es necesario que
exista la intención de generar ese cambio, la reflexión sobre lo que sucedió y cómo se puede
mejorar, poner en práctica las nuevas acciones, y procurar mantener esa mejora.

Por lo que, en síntesis, esta es una técnica donde se socializan algunas de las experiencias
de crisis o atención de crisis vividas, y las personas pueden reflexionar sobre los aciertos y
desaciertos que tuvieron al enfrentar esas situaciones, por lo que ayuda a la persona interviniente
a: expresar sus emociones; encontrar contención, catarsis y empatía con las realimentaciones o
escucha; y aprender de la situación y demás.

Defusing. Esta es una técnica que permite intervenir de forma rápida, inmediatamente
después de una situación crítica, tanto a la persona que experimenta dicha crisis como en este caso
a las personas profesionales en Orientación que atienden en ese primer llamado.

168
Bessoles (2006) menciona que, sin importar las metodologías o los fundamentos teóricos
utilizados, el objetivo de una intervención frente a este tipo de situaciones críticas o momentos
post-traumáticos son:

● Hacer menos dramática y “normalizar” las respuestas iniciales a las reacciones inmediatas
post-traumáticas.

● Prevenir y reducir la aparición de problemas post-traumáticos posteriores, explicando su


frecuencia y su “normalidad” de aparición.

● Ofrecer la posibilidad de tratamiento terapéutico y apoyo social legal, si es necesario


(p.58).

Cómo se ha mencionado, este tipo de técnicas o estrategias permite dar una respuesta rápida
a todas aquellas situaciones críticas o de riesgo que las personas puedan estar experimentando. En
el caso de las personas profesionales en Orientación, es una técnica que favorece el autocuidado,
ya que puede ser utilizada para prevenir y disminuir los riesgos a nivel emocional y psicológico
que se pueden generar al atender situaciones de crisis.

Como afirma Bessoles (2006), se utiliza desde las primeras horas luego de que ha ocurrido
la situación crítica, con el fin de atender a las personas en el momento de shock, pánico o crisis;
se busca que las personas logren verbalizar lo que sucedió y están sintiendo, para que se les brinde
apoyo en lo que necesiten en ese momento (p.54).

Esta técnica de defusing aunque es muy similar a la de debriefing, se diferencia en que


procura atender a las personas en ese primer instante que están experimentando la crisis, que esta
tensión sea lo más temprano posible, y que la persona pueda verbalizar lo que sucede y liberar un
poco de esa angustia que experimenta. Por su parte, el debriefing trata de que las personas que
experimentaron esa situación crítica puedan representar o narrar la situación, cómo se sintieron,
y a partir de ahí, generar un aprendizaje para actuar mejor en una futura situación.

El defusing también posee una serie de principios a seguir para poner en práctica de forma
correcta la técnica. Según Bessoles (2006), estos corresponden a:

169
● Primer principio: la estructura, con el fin de implementar un plan que permita a la persona
tener la sensación de seguridad, este la puede incluir servicio médico, de seguridad, y lo
que genera el control sobre los acontecimientos.

● Segundo principio: la escucha, aspecto que permite que la persona verbalice lo que
sucedió y valide sus reacciones (pp.57-58).

A su vez este principio se compone de siete pasos a seguir, descritos por Mitchell (citado
en Bessoles, 2006), y son los siguientes:

o De introducción: tiempo que utiliza la persona que atiende para contactar con
quien lo requiere.

o De descripción: a quienes pudieron vivir la situación se les invita a describir el


acontecimiento y de qué forma lo experimentaron.

o De reflexión: se invita a reflexionar sobre las emociones inmediatas debido a la


situación crítica.

o De respuesta: cuando cada persona expresa lo que vivió se invita a generar un


ambiente de empatía donde exista sensibilidad por cada una de las personas y de
forma colectiva.

o De los síntomas: cada una de las personas describe no solo lo que sintió sino cuáles
fueron las acciones o qué fue lo que hizo cuando eso estaba sucediendo.

o De enseñanza: este paso procura aceptar lo que sucedió y poder reconocerlo, para
evitar reacciones traumáticas en un futuro.

o De conclusión: Se trata de establecer más preguntas sobre lo que sucedió y en caso


de que alguien lo necesite Entonces se propone un seguimiento individual (p.59).

● Tercer principio: busca que la persona sea capaz de retomar su rutina cotidiana y sus
actividades vitales comunes, tratando de promover la resiliencia y una preparación
psicológica adecuada para que existan menos riesgos a futuro.

170
Esta técnica propone la prevención de mayores daños emocionales y, a la vez, funciona de
forma terapéutica como una herramienta, para que las personas experimenten menos desequilibrio
psicológico y emocional, al tiempo que fomenta una inserción más natural al contexto cotidiano
después de una crisis.

El defusing puede fomentar el autocuidado de las personas profesionales en Orientación,


ya que es común que después de la atención de personas que se encuentran en crisis la persona
profesional experimente una gran carga emocional y mental, por lo que expresar lo vivido y valorar
otras formas de actuación para el futuro ante una situación similar puede generar un alivio, mayor
aprendizaje, y disminución de secuelas a largo plazo.

Por lo que, en resumen, esta técnica consiste en una ayuda para la persona interviniente en
las primeras horas posteriores a la situación de crisis, donde esta puede expresar lo que vivió
atendiendo esa situación, qué hizo, cómo se sintió y demás, para que así pueda aprender de esa
situación específica, desahogarse, evitar su propio riesgo emocional y en el futuro actuar de una
mejor manera.

2.7. Síntesis del apartado.

En la presentación del marco teórico anterior, se pudo hacer una aproximación a la teoría
sobre el tema de investigación, logrando un mejor entendimiento del estado de la cuestión y de los
constructos teóricos necesarios para el entendimiento de la temática por estudiar.

Para esto, se hizo un breve recorrido histórico sobre el desarrollo teórico de los PAP,
logrando reconocer las fuentes de su génesis dentro de la intervención ante situaciones de
emergencia y gestión del riesgo hasta la actualidad, que ha devenido en una diversificación de
ámbitos de intervención, incluyendo el sistema educativo, el cual es el de principal interés para
este esfuerzo investigativo.

A pesar de esta diversificación, se ha mantenido constante su naturaleza preventiva ante


las situaciones críticas que puedan experimentar o vivir las personas, ya sea a causa de una
situación circunstancial o por crisis propias del desarrollo. Dicha naturaleza preventiva de mayores
riesgos se mantiene como constante de los PAP y es abordada principalmente por la Orientación
en el contexto nacional dentro del sistema educativo público.

171
Lo anterior, debido al perfil profesional de las personas orientadoras y sus competencias,
que les hacen idóneas para la atención de situaciones críticas; en especial al tomar en cuenta que
muchas veces son la única figura de ayuda presente en las instituciones educativas de secundaria
costarricenses por la falta de equipos interdisciplinarios.

Debido a esto, es que se debe insistir en dar a conocer y mejorar el servicio de PAP e
involucrar a otros agentes del sistema, como una forma de dinamizar las posibles redes de apoyo
que estén disponibles para atender las situaciones de crisis y para procurar un servicio de atención
de calidad, que fomente la recuperación emocional, la prevención del daño psicológico y físico y
la resolución de la situación de crisis con miras al desarrollo de la persona afectada por una
situación de esta naturaleza, buscando que la persona sea capaz de recuperar su estado de
funcionamiento ante los desafíos que se le presenten y que, idílicamente, esté en posibilidad de
incorporar el evento a su entramado vital, como una oportunidad de desarrollo.

Aunado a lo anterior, se hace necesaria la adopción de modelos probados de manera


sistemática que sean capaces de asegurar o al menos procurar altas tasas de éxito, definidas por su
prevención de repercusiones psicológicas y emocionales, así como por la recuperación de los
niveles de funcionamiento ante los desafíos propios de la crisis y de la rutina diaria, ya que como
afirman varias de las personas entrevistadas participantes de este estudio, muchos de sus
conocimientos han sido desarrollados en la práctica diaria y los pasos a seguir para atender las
crisis emocionales varían entre departamentos de Orientación e incluso entre profesionales dentro
de una misma institución, lo cual será expuesto en el apartado de análisis.

Esto es de interés significativo para la presente investigación, ya que se procura contrastar


o analizar las prácticas que han sido llevadas a cabo por las personas profesionales en Orientación
a la hora de proporcionar los PAP con los modelos teóricos al respecto propuestos en diversas
obras.

Asimismo, se visualizan puntos de convergencia entre las obras consultadas que apuntan a
la necesidad de contar con profesionales que tengan disponibles habilidades que les permitan
afrontar la atención en situaciones y contextos de crisis, dentro de las que resalta la empatía, la
cual es una herramienta básica para una persona profesional de la Orientación y esencial para un
contexto de incertidumbre con el presente en un evento crítico.

172
De igual manera, se rescatan aquellas características necesarias para la facilitación de
procesos psicoeducativos que potencien o permitan el desarrollo de las personas atendidas, ya que
mediante los procesos de Orientación se encuentra un espacio privilegiado para una atención más
individualizada y especializada que cualquier otra que se pueda hallar en los sistemas educativos
actuales (Sanz, citado en Frías, 2015, p.33).

En este punto de la investigación, muchas de las fuentes consultadas referentes a los


modelos de PAP señalan la importancia de contar con figuras que desplieguen un rol de mediación
y dinamización, al atender situaciones de crisis y brindar los PAP, por lo cual en la etapa de análisis
se intentará definir si este rol es asumido por la figura orientadora, ya sea por mecanismos formales
o informales.

Además, se puede reconocer la importancia del autocuidado como un compromiso ético-


profesional de quien proporciona los PAP, tanto para procurar su propio bienestar integral y
motivación ante su rol profesional, como para proporcionar un servicio de calidad a las personas
que atiende que sea consistente en el tiempo y ante las diferentes etapas de un crisis emocional; de
no haber un adecuado autocuidado, la calidad de la intervención puede deteriorarse a niveles
críticos, llevando incluso a niveles de tensión superiores a los que se reconocen en el síndrome de
desgaste profesional o burnout, arriesgando el bienestar y la seguridad de la persona atendida y de
la persona profesional (Álvarez-García, Cruz y Porcar, 2018, p.3).

De esta forma, el autocuidado se ve como un compromiso que va en ambas direcciones:


por un lado, ante la población que se atiende, y por otro, ante el propio bienestar integral y el
compromiso profesional. Por lo tanto, se puede entender al autocuidado como una condición
necesaria para la atención de situaciones de crisis y que muchas veces se deja de lado en los
modelos de intervención, a pesar de la emocionalidad implícita de estas situaciones y contextos
críticos y de la alta vulnerabilidad ante el dolor humano que presentan las personas profesionales
al lograr una sintonía emocional mediante la empatía (Álvarez-García, Cruz y Porcar, 2018, p.2).

Es por esto que se le ha querido dar un énfasis especial a esta temática, para poder así
posicionar su relevancia dentro del fenómeno en estudio de la presente investigación, con miras al
mejoramiento de los servicios de PAP y de las condiciones en las que se dan.

173
CAPÍTULO III

3. Marco metodológico

En este capítulo se sitúa el paradigma, el enfoque y el método empleado en este estudio,


fundamentados teóricamente y vinculados con el objeto de estudio. Este proceso metodológico se
ordenó por etapas o momentos de la investigación. Además, se describieron las técnicas empleadas
para la recopilación de los datos y se planteó cuál es su utilidad.

3.1. Paradigma de investigación.

La noción de paradigma, de acuerdo con Khun (citado en Gurdián, 2007), permite


comprender una imagen básica del objeto de una ciencia, definiendo lo que debe ser estudiado, las
preguntas que se necesitan responder y las reglas que se han de seguir para la interpretación de las
respuestas que se obtienen (p.56). Posteriormente, el mismo Khun (citado en Gurdián, 2007)
denomina a los paradigmas como “realizaciones científicas universalmente reconocidas que,
durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica” (p.60).

Un paradigma entonces, de acuerdo con lo planteado por Gurdián (2007), es una


cosmovisión del mundo, la cual es compartida por una comunidad científica; se transforma en un
modelo para situarse ante la realidad, interpretarla y darle solución a diversos fenómenos y
problemas que en ella se presenten (p.60). Comprendiendo entonces en qué consiste un paradigma,
es importante vislumbrarlo, pues en ese basa la presente investigación, es decir, el paradigma
naturalista.

El paradigma naturalista, o como se le conoce también humanista o interpretativo, centra


su interés en el estudio de los significados de las acciones humanas y de la vida social, en lugar de
la cuantificación. (Barrantes, 2017, p.71). Por lo tanto, se procura comprender e interpretar la
realidad, captar los significados de las personas, las percepciones, las interacciones y las acciones
generadas. Esta perspectiva naturalista, entonces, se centra en interpretar y construir la realidad
que investiga, teniendo en cuenta los significados que las personas poseen sobre los eventos que
viven.

174
Comprendiendo la intencionalidad del paradigma naturalista en torno a estudiar las
realidades, la subjetividad y significados de las personas hacia estas, es que destaca la postura
interpretativa del presente estudio mediante el objetivo de analizar el quehacer de la persona
profesional en Orientación en cuanto a las estrategias y técnicas que emplea para ofrecer los PAP
en situaciones de crisis emocionales.

Para facilitar un mayor entendimiento del aporte de este paradigma y su carácter


interpretativo, se retoma el aporte de Gurdián (2007, pp.159-160), quien propone una serie de
características propias, las cuales son aplicadas en el estudio del tema de investigación:

● Aborda los fenómenos como algo natural, sin la menor influencia de categorías teóricas.

● Permite que las interpretaciones surjan de los eventos.

● Posee un énfasis ecológico manifiesto.

● De forma explícita, no parte de un problema inicial.

● Pone énfasis en la descripción y la comprensión.

● Requiere de una actitud exploratoria básica.

● En esencia, su enfoque es holístico y sin un diseño acabado.

● La complejidad natural que se estudia es respetada.

● Contempla a la realidad como una realidad múltiple, que puede variar y que está en
continuo cambio.

● Quien investiga bajo este paradigma, reconoce la presencia e influencia de sus propios
valores en la investigación.

● La comprensión del contexto es fundamental.

Desde este paradigma, las personas investigadoras, así como la población o el fenómeno
investigado están interrelacionados, influyendo de forma recíproca el uno en el otro, a partir de la
comprensión de que la parte investigadora naturalista hace un esfuerzo para mantener una distancia
adecuada con el fenómeno en estudio.

175
De tal manera que, las personas investigadoras reconocen la presencia e influencia de sus
propios valores en la investigación, de sus vivencias anteriores y conocimientos, y de su formación
como profesionales en Orientación. Sin embargo, las interpretaciones que se realizan, surgen de la
misma dinámica del evento estudiado.

Es así entonces, que se pretendió que, por medio de la información brindada y recolectada
de las personas participantes, se llevará a cabo una interpretación de significados, los cuales
mostrarán todos los aspectos relacionados con el quehacer de la persona profesional en Orientación
en torno a los PAP y las estrategias y técnicas que utiliza al ofrecerlos en situaciones de crisis
emocionales en población adolescente y estudiantil.

Estas representaciones en conjunto con la cosmovisión social, cultural y política, hacen


evidente la relación dialéctica de mutua construcción y transformación entre el sujeto y el entorno,
que está incluida en la dinámica de cualquier fenómeno en estudio y la cual se apropió mediante
la recolección de información sobre el fenómeno en estudio. Del paradigma naturalista, se
desprende el enfoque cualitativo, el cual da una guía y es eje del presente estudio, por lo que
seguidamente se hace referencia a este desde diversos aportes teóricos y científicos.

3.2. Enfoque de investigación.

Como se planteó en el párrafo anterior, para efectos de esta investigación se utilizó un


enfoque cualitativo, el cual de acuerdo con Gurdián (2007), busca descubrir y construir una teoría
que haga posible la justificación de datos por medio del análisis de diversos fenómenos,
desenlazando una teoría valorativa, explicativa e interpretativa (p.57). Este enfoque, permite un
proceso de abstracción de resultados que se revelan mediante las técnicas e instrumentos de
recolección de la información y del análisis respectivo que calzan en su perspectiva, y comprende
elementos teóricos y científicos adyacentes.

Sumándose a lo planteado anteriormente, Hernández, Fernández y Baptista (2010)


proponen lo siguiente acerca del enfoque cualitativo:

Se selecciona cuando se busca comprender la perspectiva de los participantes

(individuos o grupos pequeños de personas a los que se investigará) acerca de los

176
fenómenos que los rodean, profundizar en sus experiencias, perspectivas, opiniones

y significados, es decir, la forma en que los participantes perciben subjetivamente

su realidad. También es recomendable seleccionar el enfoque cualitativo cuando el

tema del estudio ha sido poco explorado, o no se ha hecho investigación al respecto

en algún grupo social específico. El proceso cualitativo inicia con la idea de

investigación (p.364).

La conceptualización de estos autores, aplica para la presente investigación, donde el tema


estudiado se presenta como un fenómeno que, a pesar de haber sido tratado desde otras disciplinas,
desde la Orientación posee mínimas indagaciones científicas tanto a escala nacional como
internacional. A esto se puede sumar, que desde el presente estudio se generó una importante
incidencia de investigación acerca del aporte de la persona orientadora y su autocuidado al atender
situaciones de crisis e interviniendo ante estas mediante los PAP, por lo cual presenta matices de
innovación y abre espacios de conocimiento previo para futuros estudios.

Aunado a lo que hasta el momento se ha explicitado acerca del enfoque cualitativo, Taylor
y Bogdan (citados en Álvarez-Gayou, 2003), plantean diez características de la investigación
cualitativa (pp.23-28):

• La investigación cualitativa es inductiva: se desarrollan conceptos e intelecciones a partir


de los datos, los cuales no se recogen para evaluar modelos, hipótesis o teorías
preconcebidas.
• Se comprende el escenario y a las personas en una perspectiva holística: las personas, los
grupos que forman y los escenarios no son reducidos a variables, sino que se consideran
como un todo, en el contexto del pasado y de las situaciones en las que se encuentran en el
presente.
• Efectos recíprocos entre las personas investigadoras y el objeto de estudio: quienes
investigan cualitativamente, poseen una importante sensibilidad a los efectos que causan
sobre las personas que son objeto de su estudio.

177
• Quienes investigan cualitativamente, tratan de comprender a las personas dentro del marco
de referencia de ellas mismas: para la investigación cualitativa y el método
fenomenológico, es esencial experimentar la realidad tal y como las personas la
experimentan.
• Quienes investigan mediante este enfoque suspenden o apartan sus propias creencias,
perspectivas y predisposiciones: se deben ver las cosas como si estuvieran ocurriendo por
primera vez, sin dar nada por sobreentendido, pues todo es asunto de investigación.
• Para la investigación cualitativa todas las perspectivas son valiosas: no se busca la verdad
ni la moralidad, sino una comprensión detallada de las perspectivas de las personas.
• Los métodos cualitativos son humanistas: los métodos por los cuales se estudian a las
personas, influyen necesariamente en el modo en que se les ve.
• La investigación cualitativa pone en relieve la validez de su estudio: los métodos
cualitativos permiten una importante proximidad al mundo empírico, subrayando la validez
interna y la coherencia de lo que se realiza.
• En la investigación cualitativa, todos los escenarios y personas son dignas y merecedoras
de estudio: ningún aspecto de la vida social se considera demasiado trivial como para no
ser estudiado, por lo que se comprende a todos los escenarios y personas como similares y
únicos a la vez.
• La investigación cualitativa es un arte: se siguen directrices para orientarse, pero no reglas.
Los métodos sirven a la persona investigadora; no es un procedimiento ni técnica.

Bajo los lineamientos anteriores, se comprende también que la producción y análisis de


conocimientos desde la perspectiva que este enfoque implica, depende de que la subjetividad sea
considerada como un espacio de construcción; que se entienda a la vida diaria como el escenario
básico e inicial de comprensión de la realidad de las personas, histórica y socioculturalmente; y
que se pueda acceder a estos conocimientos tomando en cuenta el consenso y las subjetividades
múltiples.

Como ha quedado expuesto, se consideró el enfoque cualitativo como el adecuado según


el problema propuesto para la investigación, debido a que posibilita el análisis del procedimiento
que profesionales en Orientación usan para aplicar los PAP a personas adolescentes en crisis
emocional desde su contexto natural, a fin de interpretar y comprender los datos recolectados desde

178
la realidad de las personas participantes. A partir de la utilización de este enfoque, se toma de
referencia un método que delimita aún más el proceso investigativo que se presenta, el cual se
contempla a continuación.

3.3. Método de investigación.

El tipo de método, de este estudio se define “como la forma característica de investigar,


determinada por la intención sustantiva y el enfoque que la orienta” (Rodríguez, Gil y García,
1999, p.40). Es decir, el método marca la forma en que se desarrolla la investigación en función
de lo que se quiere obtener y de su enfoque. Para este estudio, se emplea el método
fenomenológico, el cual según Barrantes (2017):

Enfatiza lo individual y la experiencia subjetiva. Las tareas son: estudiar la

experiencia vital del mundo, de la vida, de la cotidianidad; estudiar la esencia

(develar las estructuras significativas e internas del mundo); describir los

significados vividos; estudiar, desde el punto de vista científico-humano, los

fenómenos; explorar el significado del ser humano; y pensar sobre la experiencia

originaria (p.215).

Lo fenomenológico procura situarse desde cómo se ven las cosas y cómo se interpretan.
Como parte de este aspecto se puntualiza “como diferencia fundamental de la investigación
fenomenológica frente a otras corrientes de investigación cualitativas, el énfasis sobre lo individual
y sobre la experiencia subjetiva”, (Rodríguez, Gil y García, 1999, p.40). Es decir, acerca de la
propia vivencia de cada persona, sobre cómo la interpreta, la vive y se expresa sobre el tema
investigado.

Para Gurdián (2007, p.151), no es la creación de una teoría sino el análisis de un mundo
conocido a partir de compartir experiencias lo que destaca en este método. Por lo tanto, el fin no
es únicamente describir un fenómeno, sino también descifrar en él la esencia válida universal y
científicamente útil, así como el significado que las personas le confieren.

179
De esta forma el método fenomenológico permite identificar las experiencias de las
personas profesionales en Orientación y el significado que estas le otorgan a la situación vivida,
proporcionando así la información necesaria para destacar el papel y aporte de la disciplina en la
aplicación de los PAP en crisis emocionales con personas adolescentes, describiendo y
reflexionando sobre las experiencias vividas y la afectación de las personas intervinientes en este
rol, dilucidando sus esfuerzos de autocuidado ante dichas intervenciones.

En resumen, para esta investigación las bases metodológicas se trabajaron desde un


paradigma naturalista, en el cual existen múltiples realidades que se relacionan entre sí. Este se
centra en la particularidad y tiene como finalidad explicar e interpretar en este caso, la práctica
profesional en Orientación frente a casos de crisis emocionales en adolescentes, contemplando las
diferencias y contrastes que se evidencian entre las diversas historias profesionales y personales
de la población consultada.

Por otro lado, se utilizó el enfoque cualitativo, el cual trata de identificar la naturaleza
profunda de las realidades, parte de la relación sujeto y objeto, y estudia la realidad en su contexto
natural. En cuanto al método fenomenológico, se trata del estudio acerca de la experiencia y sus
significados, con el análisis de un mundo conocido a partir de compartir subjetividades, con énfasis
sobre lo individual y acerca de la experiencia única de cada persona en su contexto natural.

Asimismo, esto es coherente con la casuística, la cual, según Josen y Tulmin (1988) citados
por Hall (2016, p. 37) apela a un entendimiento de la naturaleza de los fenómenos en su contexto,
haciendo que sea imposible la generalización de resultados extrapolándolos a otros escenarios o
realidades socioculturales. De esta forma, la presente investigación se ve limitada al estudio de los
casos particulares que son aprehendidos por medio del acercamiento a la población participante,
quienes representan una visión subjetiva única de un objetivo de estudio, lo cual se alinea a una
lógica inductiva particularizante, la cual no busca imponer reglas universales a todo la realidad y
se invita al lector o lectora a atender esta característica de la presente investigación, entendiendo
los resultados como una muestra de una realidad concreta en un espacio-tiempo definido, en
especial al tomar en cuenta el tamaño de la muestra de estudio.

180
3.4. Técnicas de recolección de información.

Para el desarrollo de la investigación se utilizaron la entrevista a profundidad y el grupo


focal como técnicas de recolección de información, ambas se llevaron a cabo con profesionales en
Orientación en cinco centros educativos de educación secundaria del Área Metropolitana, los
cuales se mencionan posteriormente. Tanto la entrevista como el grupo focal se describen a
continuación.

3.4.1. Entrevista en profundidad.

La entrevista consiste en una técnica que se destaca por ser un instrumento de recopilación
de datos que se da en una relación entre sujeto - sujeto, de manera que propicia la conversación
entre la persona investigadora y las personas participantes para obtener los datos necesarios para
la investigación (Gurdián, 2007, p.198).

Al respecto, Sierra y Galindo (citados en Gurdián, 2007), quienes plantean que esta
entrevista no es directiva, sino que es abierta o no estructurada, ni estandarizada, y que sigue un
modelo de conversación. Esto, debido a que es un intercambio de preguntas y respuestas que
procura formular un diálogo que parezca entre iguales (p.198).

Hernández, Fernández y Baptista (2010) definen esta técnica cualitativa como “una reunión
para intercambiar información entre una persona (entrevistadora) y otra (entrevistada) u otras
(entrevistadas)” (p.479). Además, se basa en ser íntima, flexible y abierta. La finalidad de esta
técnica dentro del proceso de investigación es la de profundizar la información recolectada, tomar
en cuenta aspectos de interés e indagar con hondura sobre ellos, tratando de no dejar de lado
información relevante.

Asimismo, se puede comprender que esta técnica es una herramienta que facilita el diálogo
entre dos personas como mínimo, permitiendo que una de estas realice preguntas para obtener la
información deseada y la otra persona responda sin sentir presión alguna; debe ser un diálogo
fluido entre la persona que entrevista y quien es entrevistada. De igual forma, Sierra, Galindo y
Ander-Egg (citados en Gurdián, 2007) contextualizan que:

181
La entrevista cualitativa consiste en una conversación entre dos personas por lo

menos, en la cual uno es el entrevistador y otro u otros son los entrevistados. Estas

personas dialogan con arreglo a ciertos esquemas o pautas acerca de un problema

o cuestión determinada teniendo un propósito profesional. Presupone pues la

existencia de personas y la posibilidad de interacción verbal dentro de un proceso

de acción recíproca. (p.198)

Por otra parte, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia


y la Cultura, IBERTIC (s.f) menciona que “en una entrevista en profundidad, el entrevistador es
el responsable de recopilar la información en forma veraz, fidedigna y oportuna” (p.1).

Al momento de realizar la entrevista en profundidad, se pueden realizar las modificaciones


necesarias en función de profundizar en algunos aspectos y recabar más información sobre ellos,
aunque posteriormente se continúe utilizando la misma guía de preguntas y pautas en la entrevista.

Siguiendo lo anterior, la OEI, IBERTIC (s.f) plantea que “el entrevistador es la persona
encargada de llevar a cabo la entrevista; es decir, de aplicar las guías de pautas: plantear las
preguntas, escuchar y registrar las respuestas de las personas entrevistadas” (p.1). Lo anterior,
debido a que es la persona que entrevista quien debe recabar la información necesaria del tema por
investigar y sabe cuáles son los aspectos de mayor interés para la investigación. Así mismo, debe
facilitar a la persona entrevistada la comprensión de las preguntas para que la información que
recopile sea oportuna, veraz e importante.

De manera que estas entrevistas deben caracterizarse por las experiencias, ideas, valores y
vivencias de las personas participantes. Aunado a lo anterior, Galindo (citado en Gurdián, 2007)
la describe como una técnica útil en la investigación de normas y valores, además permite la
captación de imágenes y de representaciones colectivas y contextuales, fomenta el análisis de las
creencias de las personas entrevistadas, las formas de expresión y sus ideas al respecto.

Por otra parte, la OEI, IBERTIC (s.f) menciona que “el desarrollo de una entrevista
requiere de mucha habilidad por parte del entrevistador, puesto que el objetivo es lograr recopilar

182
la información requerida en forma completa y objetiva, en un ambiente de mucho respeto,
prudencia y cordialidad” (p.1). Es decir, para la realización de una entrevista a profundidad la
persona entrevistadora debe promover que la entrevista se realice en un ambiente óptimo y cómodo
para la persona entrevistada, así dicha entrevista podrá fluir como una conversación, y se
posibilitará que la persona entrevistada se encuentra anuente a profundizar en las respuestas y los
temas de dicha investigación.

La entrevista en la investigación cualitativa según Díaz, Torruco, Martínez, y Varela,


(2013), independientemente del modelo que se decida emplear, posee las siguientes características:

● Tiene como propósito obtener información en relación con un tema determinado; se


procura que la información recabada sea lo más precisa posible.

● Se pretende conseguir los significados que los informantes atribuyen a los temas en
cuestión.

● La persona entrevistadora debe mantener una actitud activa durante el desarrollo de la


entrevista, en la que la interpretación sea continua con la finalidad de obtener una
comprensión profunda del discurso de la persona entrevistada.

Asimismo, de acuerdo con Rojas Crotte y Sierra (citados en Gurdián, 2007) la entrevista
es un listado reducido de temas acerca de los cuales se conversa con la o las personas participantes
durante un tiempo de treinta a cincuenta minutos. Preferiblemente, en ella debe existir coherencia
teórica; una conversación fiel a los objetivos perseguidos por la investigación de manera que se
pueda obtener información suficiente para que se pueda avalar dicho estudio. Es importante
recalcar que, en la presente investigación, se tomaron estas recomendaciones para realizar las
entrevistas.

Por otra parte, y siguiendo a Rojas, Crotte y Sierra (citados en Gurdián, 2007), dicha técnica
cuenta con un importante instrumento llamado “guía de tópicos”, el cual es un listado reducido de
temas sobre los cuales se conversará con la persona entrevistada. En este caso, para la presente
investigación el objetivo de utilizar esta técnica es indagar acerca de los procedimientos que realiza
la persona profesional de la Orientación con adolescentes para atender situaciones de crisis
emocionales, el aporte de la persona profesional en Orientación en la intervención de los Primeros

183
Auxilios Psicológicos y las técnicas que emplean las personas profesionales en Orientación para
el autocuidado, de manera que la Guía de tópicos corresponde a estos temas.

La guía de tópicos o temas de la investigación, en la entrevista a profundidad se utiliza


procurando ahondar en cada detalle para que la información sea la suficiente, verídica y basada en
las experiencias de las personas entrevistadas. Por lo que esta técnica, como ya se mencionó, es de
gran utilidad en la investigación cualitativa ya que permite recabar datos, y esta se define como
una conversación que se propone un fin determinado al contrario del simple hecho de conversar.
En la presente investigación como parte de la entrevista en profundidad, se desarrolló una guía de
entrevista semiestructurada.

Al respecto, Díaz et al. (2013) destacan que las entrevistas con guía de preguntas
semiestructuradas son las que ofrecen un grado de flexibilidad más aceptable, ya que, aunque es
flexible tiene la capacidad de mantener la suficiente uniformidad para alcanzar la información
deseada dentro del estudio que se desea realizar (p.163)

Asimismo, la entrevista a profundidad con una guía de preguntas semi estructurada se


convirtió en el tipo de entrevista de mayor interés para las personas investigadoras, al respecto
Flick (citado en Díaz et al., 2013) se refiere a esto destacando que “se asocia con la expectativa de
que es más probable que los sujetos entrevistados expresen sus puntos de vista [...] de manera
relativamente abierta, que en una entrevista estandarizada o un cuestionario” (p.163).

Al realizar una entrevista a profundidad, la persona entrevistadora es quien debe guiar la


entrevista de manera que pueda obtener la suficiente información deseada tomando las decisiones
que implican un alto grado de sensibilidad hacia el curso de la entrevista y la persona entrevistada,
considerando los diversos factores que pueden influir en la entrevista.

Es importante conocer que, en la entrevista, pero sobre todo en la entrevista a profundidad,


es de suma importancia que el diálogo entre quien la realiza y la persona entrevistada, consista en
una conversación amena, fluida y productiva, que además permita a ambas partes sentirse a gusto
en el transcurso de la misma. Para ello es de suma importancia que quién realiza la entrevista
escuche y preste mucha atención a las respuestas, convirtiéndose en oyente, y que no imponga

184
interpretaciones ni respuestas. Además, debe guiar el curso de la entrevista hacia los temas de
interés.

Como se mencionó anteriormente, en la presente investigación, se realizó la entrevista en


profundidad, utilizando una guía semiestructurada de preguntas, realizada previamente por el
equipo de investigación tomando en cuenta todos los objetivos e indicadores de la misma (tabla 7,
ver Anexo 1).

Una vez realizada dicha guía, fue revisada por cinco personas profesionales expertas en
Orientación y validada con cinco profesionales que laboran en esta disciplina, posteriormente una
vez realizadas las correcciones y dado el visto bueno de la directora y lectoras del presente estudio,
se procedió a realizar las entrevistas con la población seleccionada.

A continuación, se presenta la tabla informativa con las fechas en que se procedió a realizar
las entrevistas y la duración respectiva.

Tabla 6

Entrevistas realizadas

Persona profesional Fecha de aplicación de Duración de entrevista


entrevistada entrevista

Orx1 15 noviembre, 2019 90 min

Orx2 20 noviembre, 2019 60 min

Orx3 29 noviembre, 2019 60 min

Orx4 29 noviembre,2019 100 min

Orx5 10 de diciembre, 2019 80 min

Elaboración propia.

185
Al inicio de la entrevista, se solicitó permiso para grabarlas con audio. Luego se procedió
a dar paso a que la persona entrevistada respondiera de forma abierta y detallada acerca de las
temáticas, a su vez ampliando temas e incluyendo preguntas que no se encontraban ya planteadas.
Posteriormente se procedió a la verificación de dichas entrevistas.

Algunos de los retos que presenta la persona entrevistadora al realizar este tipo de
entrevista, pueden consistir en el manejo del tiempo, estar alerta de su comportamiento no verbal
y sus reacciones ante las respuestas, para no intimidar o coaccionar las respuestas de la persona
entrevistada, asimismo mantener el interés de las personas entrevistadas en las preguntas que se le
están realizando, y demás aspectos.

Además, Martínez (citado en Díaz et al., 2013, p.163) presentan las siguientes
recomendaciones, las cuales se siguieron para llevar a cabo entrevistas en profundidad en los 5
centros educativos:

● Contar con una guía de entrevista, con preguntas agrupadas por temas o categorías, con
base en los objetivos del estudio y la literatura del tema. (tabla 7, ver Anexo 1)

● Validar la guía de preguntas para la entrevista, con cinco profesionales en Orientación que
cumplen con características muy similares a las del grupo de profesionales en Orientación
que se entrevistarían posteriormente.

● Realizar el contacto con las personas profesionales en Orientación en los distintos centros
educativos para realizar las entrevistas y grupos focales.

● Elegir un lugar agradable que favorezca un diálogo profundo con las personas
entrevistadas, sin ruidos que entorpezcan la entrevista y la grabación.

● Explicar a la persona entrevistada los propósitos de la entrevista y solicitar autorización


para grabar en el audio.

● Tomar los datos personales que se consideren apropiados para los fines de la investigación.

● La actitud general de la persona entrevistadora debió ser receptiva y sensible, no mostrando


desaprobación en las respuestas que se brindaron.

186
● Seguir la guía de preguntas de manera que la persona entrevistada hable de manera libre y
espontánea, si fue necesario se modificó el orden y contenido de las preguntas acorde con
el proceso de la entrevista.

● Se evitó el curso del pensamiento de la persona entrevistada y se dio libertad de tratar otros
temas que la persona entrevistadora perciba relacionados con las preguntas.

● Con prudencia y sin presión invitar a la persona entrevistada a explicar, profundizar o


aclarar aspectos relevantes para el propósito del estudio.

Es importante recalcar que una vez concluidas las entrevistas, se llevó a cabo la revisión
de la información recopilada, acordando un encuentro con las personas profesionales en
Orientación que fueron entrevistadas para la verificación de los datos. Cabe destacar que este
último aspecto se dio de manera virtual, por medios como el correo electrónico, Zoom y
WhatsApp, esto debido a que no era posible reunirse físicamente de nuevo con las personas
entrevistadas debido a la realidad nacional e internacional de la pandemia por COVID-19.

Por otra parte, es de suma importancia destacar que la entrevista en profundidad se realizó
de forma abierta en donde no se preguntaron aspectos de forma cerrada que llevaran a la persona
a responder solamente sí o no, sino que se hicieron preguntas facilitando el diálogo de la persona,
para que expresara la manera en la que ha experimentado el fenómeno de estudio. Es por ello, que
para el presente estudio se utilizó la entrevista a profundidad, con el fin de conocer con hondura la
perspectiva de las personas entrevistadas.

La guía de preguntas semiestructurada, se construyó con base en los objetivos de la


investigación, tomando en cuenta las temáticas respectivas y formulando preguntas en relación
con ellas, lo que se evidencia en el siguiente cuadro.

187
Tabla 7

Construcción de guía de preguntas

Indicadores

Objetivos Indicador Definición conceptual Definición operacional Preguntas


específicos

Identificar el Procedimiento Slaikeu (2000), define la Se entiende como 1. ¿Reconoce usted el


procedimiento que PAP intervención en crisis de “Primeros Auxilios concepto de los Primeros
realiza la persona primer orden o “Primeros Psicológicos” (PAP) la Auxilios Psicológicos?, ¿qué
profesional de la Auxilios Psicológicos” intervención que se entiende por este concepto?
Orientación con (PAP), como una realiza en el momento
2. ¿De qué forma reconoce
adolescentes para primera ayuda en que se da la crisis,
usted la necesidad de
atender situaciones psicológica, que implica con el objetivo de que
intervenir en una crisis
de crisis emocional la intervención la persona se pueda
emocional con sus
inmediata, la cual por lo reincorporar y recupere
estudiantes?, ¿cuáles son las
general requiere de su capacidad de
señales que usted identifica
solamente una sesión. La autonomía.
para determinar si se trata de
pueden y deben brindar
Es el procedimiento y una crisis emocional?
quienes observen la
acciones manifestadas
necesidad, en el 3. ¿Qué aspectos evalúa al
por la persona
momento inmediato y en atender inicialmente una
profesional en

188
el lugar que se origina la Orientación, que lleva a crisis emocional? (Por
situación. El período de cabo al realizar la ejemplo: conductas,
duración de esta atención inmediata de pensamientos, emociones,
intervención puede una crisis síntomas físicos,
variar, dependiendo de la (aproximadamente en interacciones sociales, etc.).
gravedad. De acuerdo las siguientes setenta y
4. ¿Cuáles son los pasos y
con este autor, el dos horas).
acciones que lleva a cabo,
objetivo principal de la
para intervenir en una crisis
intervención en crisis es
emocional con sus
ayudar a la persona a que
estudiantes?
recupere el nivel de
funcionamiento que tenía 5. ¿Utiliza algún modelo o
antes del suceso de crisis. guía de intervención para
aplicar los Primeros Auxilios
Psicológicos al atender una
crisis?, ¿cuál o cuáles?

6. ¿Cuál ha sido su
experiencia al referir a una
persona en crisis a algún otro
servicio profesional?

189
7. ¿Con cuáles redes de
apoyo (internas y externas)
cuenta para abordar las crisis
emocionales de sus
estudiantes?

8. ¿De qué forma lleva a cabo


el seguimiento de una
situación de crisis emocional
con sus estudiantes?

9. De acuerdo con su
experiencia profesional,
¿cuáles factores considera
importantes de tomar en
cuenta en las intervenciones
de crisis emocionales? (Por
ejemplo: factores sociales,
culturales; socioeconómicos,
género, entre otros).

10. ¿Cuáles han sido los


principales retos que ha

190
enfrentado al atender una
crisis emocional?

11. ¿Cuáles han sido los


principales aciertos y
desaciertos que ha tenido en
la intervención de crisis
emocionales?

12. Desde su experiencia


profesional, ¿qué recomienda
o considera necesario realizar
cuando se brinda la atención
de una crisis emocional?,
¿cuáles elementos deben
evitarse?

Determinar el aporte Aporte de la Según Frías (2015) la Abordaje de las 13. ¿Cuál considera que ha
de la persona persona Orientación “busca funciones y aportes sido su aporte profesional en
profesional en Profesional en la promover cambios desarrollados [MGP6] la intervención de crisis
Orientación en la intervención en significativos en las desde el perfil emocionales con sus
intervención de los crisis emocional. personas y en los profesional de la estudiantes?
Orientación (principios

191
Primeros Auxilios contextos donde de prevención, 14. ¿Qué considera usted que
Psicológicos. interactúan” (p.17). desarrollo e se podría mejorar desde el
intervención social, aporte de la Orientación, al
Frías (2015) “[...] la
procesos de Orientación intervenir en situaciones de
Orientación interviene
). crisis, según su experiencia
para favorecer el
profesional?
desarrollo personal y el
fortalecimiento de las
personas[...]”. Además,
el aporte tiene que ver
con las tareas que realiza
tales como la prevención
(previene la enfermedad
mental, el trastorno de
estrés postraumático; el
promover la crisis sea
una oportunidad, que la
persona salga fortalecida.
Según Frías (2015) “[...]
la Orientación interviene
para favorecer el
desarrollo personal y el

192
fortalecimiento de las
personas[...]”.

Reconocer las Estrategias que Monge (2016), advierte Para los fines de la 15. ¿Qué significa para usted
técnicas que utilizan para el que el autocuidado son presente investigación, el autocuidado?
emplean las autocuidado. aquellas acciones como se entenderá como
16. ¿Suele experimentar
personas el descanso, la autocuidado a aquellas
momentos de estrés en su
profesionales en alimentación sana, la acciones
vida diaria o laboral? Si su
Orientación para el actividad física autogestionadas y
respuesta es afirmativa, ¿qué
autocuidado en la (incluyendo el ejercicio) predominantemente
situaciones o sucesos le
intervención de y el manejo del estrés, preventivas, a escala
provocan estrés?
crisis emocionales. entre otras, que propician individual o colectivo,
la salud mental y el que propicien la salud 17. ¿Ha tenido alguna
bienestar, de forma integral y el bienestar afectación personal o
automotivada, con miras de los individuos ante profesional a partir de su
a la salud integral. las tareas y desafíos que intervención en crisis
asuman en sus emocionales?, ¿Cuáles?
Escobar, Franco y Duque
diferentes dimensiones
(2011) advierten al 18. ¿Qué acciones lleva a
vitales en del trayecto
autocuidado como la cabo para su autocuidado?
de vida.
responsabilidad de
apropiar un estilo de vida Acciones 19. ¿Con qué recursos cuenta

saludable mediante la implementadas por la para facilitar su autocuidado?

193
formación profesional y persona profesional en 20. ¿Qué importancia
su desarrollo en el Orientación en torno al considera que tiene el
trayecto vital. autocuidado en la autocuidado, al atender una
intervención de crisis situación de crisis?
Garita (2013) puntualiza
emocionales.
que el autocuidado Grupal
favorece la promoción de Prácticas grupales,
la salud de la persona como departamento de 1. ¿Qué entienden ustedes

profesional en Orientación, para el por autocuidado?

Orientación, fomentando autocuidado en la


2. ¿Tienen ustedes, como
una mejor toma de intervención de crisis
equipo, prácticas para
decisiones enfocadas emocionales.
fomentar el autocuidado?
hacia la salud, así como
¿Cuáles?
la posibilidad de
gestionar un entorno 3. ¿Se impulsan a escala
colaborativo y promotor institucional actividades o
de la salud integral del proyectos que fomenten el
equipo de trabajo. autocuidado?, ¿cuáles?

Garita (2013) de acuerdo 4. ¿Qué situaciones laborales


con Tobón (2003) identifican ustedes, que les
menciona que existen dificultan poner en práctica
aspectos a considerar de su autocuidado?

194
carácter interno y 5. ¿Cuáles estrategias o
externo, que promueven técnicas suelen utilizar para
la salud integral, y por el manejo del estrés, de
ende, pueden ser situaciones laborales difíciles
tomados en cuenta en la y para su autocuidado?
promoción del
autocuidado, como por 6. Después de que se presenta

ejemplo: los una situación de crisis con

conocimientos, la sus estudiantes, ¿cómo se

voluntad, la relación con fomenta el autocuidado en el

los valores, creencias, y equipo?

motivaciones, las
7. ¿Cuáles recomendaciones
actitudes, los hábitos, la
podrían brindar para el
cultura, el género, la
fomento del autocuidado
ciencia y tecnología,
como equipo y a escala
además de los aspectos
personal?
físico, económico,
político y social. Estos 8. ¿Con cuáles recursos y
factores, aunados al redes de apoyo cuenta el
manejo del estrés y la equipo de trabajo, para la
prevención o presencia atención de situaciones de
del síndrome de burnout, crisis con sus estudiantes?

195
así como la motivación y 9. Como equipo de trabajo,
la autoestima de la ¿qué prácticas y estrategias
persona profesional, van consideran necesarias de
a presentarse como implementar para la
factores de riesgo o intervención en crisis con sus
protectores según el nivel estudiantes?
de presencia o desarrollo
de estos factores en la 10. ¿Cuáles últimas

vida o personalidad del o recomendaciones podrían

la orientadora. brindar para la aplicación de


los Primeros Auxilios
Psicológicos en situaciones
de crisis con sus estudiantes?

Elaboración propia.

196
De manera que, la entrevista es una técnica de suma relevancia en la recaudación de
información en una investigación, aspecto que permite enriquecer enormemente la temática de una
forma más contextualizada y actualizada según los objetivos que persiga la investigación.

Como se mencionó, estas entrevistas fueron realizadas presencialmente en coordinación con


los Departamentos de Orientación, de las instituciones seleccionadas para programar la entrevista
con solamente una de las personas del Departamento respectivo. Al momento de efectuar la
entrevista, se les solicitó el permiso para grabar con audio y así se realizó, para posteriormente
transcribir lo que cada persona entrevistada brindó.

De manera que finalmente, al revisar las respuestas de las personas participantes, se realizó
una verificación de datos en línea, esto debido a la modalidad “Aprendo en casa” del MEP instaurada
a partir de la pandemia por COVID-19. Lo anterior, con el fin de profundizar en cada detalle que el
grupo de personas investigadoras consideró necesario de indagar según la guía de preguntas
previamente realizada y los objetivos del estudio, para posteriormente realizar la etapa de análisis
de los datos según Taylor y Bogdan (2010), la cual se describe posteriormente en la investigación.

3.4.2. Grupo focal.

El grupo focal es una herramienta de la investigación cualitativa, que ha demostrado ser una
fuente de información de enorme riqueza. Esta técnica, para Hamui-Sutton y Varela (2012), “es un
espacio de opinión para captar el sentir, pensar y vivir de los individuos, provocando
autoexplicaciones para obtener datos cualitativos” (p.56). Se define como una forma de entrevista
grupal que utiliza la comunicación entre las personas participantes y las investigadoras, con el
propósito de obtener la información requerida para el estudio.

Para esta investigación, se realizaron dos grupos focales con dos departamentos de
Orientación de forma presencial, correspondientes a dos centros educativos de secundaria; estos con
el fin de que cada persona profesional expusiera su punto de vista en relación con lo que interesaba
investigar. En este caso, el objetivo fue indagar acerca de las técnicas individuales y del equipo de
trabajo que emplean las personas profesionales de la Orientación para su autocuidado y también
como prevención del agotamiento laboral.

197
A continuación, se presenta la tabla informativa con las fechas y duración en las que se
procedió a realizar los grupos focales.

Tabla 8

Grupos focales realizados

Equipo de trabajo Fecha de aplicación Duración de grupo Focal

Orx1-EGF1

Orx6-EGF1 22 noviembre, 2019 90 min

Orx7-EGF1

Orx8-EGF1

Orx9-EGF 2

Orx10-EGF 2

Orx11-EGF 2 18 noviembre, 2019 90 min

Orx12-EGF 2

Orx13-EGF 2

Elaboración propia.

Al respecto, para Martínez y Miguelez (citados en Hamui-Sutton y Valera, 2012), el grupo


focal es un método de investigación colectivista, más que individualista, y se centra en la pluralidad
y variedad de las actitudes, experiencias y creencias de las personas participantes, haciéndolo en un
espacio de tiempo relativamente corto (p.56).

Esta técnica es particularmente útil para explorar los conocimientos y experiencias de las
personas en un ambiente de interacción, debido a que permite examinar lo que la persona piensa,
cómo piensa y por qué piensa de esa manera. El trabajar en grupo facilita la discusión y activa a

198
quienes participan a comentar y opinar aún en aquellos temas que se consideran como tabú, lo que
permite generar una gran riqueza de testimonios.

Barbour (citado en Hernández, Fernández y Baptista, 2010) destaca que en un grupo focal:

Lo que se busca es analizar la interacción entre los participantes y cómo se construyen

significados grupalmente, a diferencia de las entrevistas cualitativas, donde se busca

explorar a detalle las narrativas individuales. Los grupos de enfoque no sólo tienen

potencial descriptivo, sino sobre todo tienen un gran potencial comparativo que es

necesario aprovechar. (p.426)

Lo anterior, es posible siempre y cuando se propicie una participación equitativa entre todos
los miembros del grupo. Estos grupos focales, fueron realizados en coordinación con los
departamentos de Orientación; se les solicitó el permiso para grabar con audio y así se realizó, para
posteriormente transcribir lo que cada participante aportó.

De manera que finalmente, al revisar las respuestas de las personas participantes, mediante
una verificación en línea se profundizó en cada detalle que el grupo de personas investigadoras
consideró necesario para completar la información necesaria según la guía de preguntas previamente
realizada y los objetivos del estudio. Para de esta forma, simplificar la etapa de análisis de los datos
según Taylor y Bogdan (2010), que se describe posteriormente en la investigación.

Al respecto, se resalta que la verificación de los datos de los Grupos Focales como se
mencionó, se dio en línea, esto por medios como el correo electrónico, Zoom y WhatsApp, debido
a que no era posible reunirse físicamente de nuevo con las personas de los Departamentos de
Orientación debido a la pandemia por COVID-19.

3.4.3. Documentos utilizados.

Para iniciar este trabajo de investigación, los documentos consultados para la elaboración de
los antecedentes investigativos fueron sumamente relevantes para el entendimiento del estado de la

199
cuestión del tema a tratado, y permitió conocer los estudios ya realizados acerca de la temática de
interés y el enfoque de estos a escala nacional e internacional.

De esta manera, se pudieron vislumbrar posibles aportes que se podían hacer desde este
esfuerzo investigativo. Por otro lado, los referentes teóricos de la investigación son los que
permitieron relativizar los datos obtenidos, triangularlos y analizarlos a luz de las obras de otras
personas autoras que han desarrollado líneas investigativas similares.

Dentro de estos documentos, sobresale la obra de Monge (2016), debido a que esta autora
desarrolló una guía comprensiva acerca de la intervención en crisis para el contexto nacional, lo cual
es de importancia capital para el análisis de la información obtenida de este trabajo de investigación,
con la intención de aplicarla desde la disciplina de la Orientación.

Además, se contó con una matriz que sirvió como guía de preguntas para las entrevistas a
profundidad. Esto facilitó que el equipo investigador pudiera visualizar, de forma sencilla, los
objetivos específicos y sus indicadores para clarificar su definición conceptual y su definición
operacional. Habiendo clarificado esto, se construyeron las preguntas que responderían a estos
indicadores, procurando así la coherencia interna de la investigación. Asimismo, se incluyó un
protocolo de entrevista para uniformar la forma de llevar a cabo la entrevista a profundidad con las
personas participantes del estudio y para los grupos focales. Esto, con el fin de promover la
relevancia y fiabilidad de las respuestas.

3.4.4. Dispositivos para el registro de los datos.

Para el registro de los datos, se utilizaron teléfonos celulares y una grabadora, dispositivos
que permitieron registrar toda la información suministrada. Asimismo, se tomaron apuntes para
reforzar los datos con las ideas más importantes, lo cual se utilizó posteriormente para su
transcripción y verificación.

Seguidamente, se subió la información recolectada a un almacenamiento de datos en línea,


para que todas las personas integrantes del grupo investigador tuviesen acceso a la información y
escucharan las distintas entrevistas y grupos focales, con el fin de manejar los mismos datos en
equidad de condiciones y acceso. Finalmente, se llevaron a cabo las respectivas transcripciones de

200
las entrevistas y la información administrada en estas, así como su verificación, lo que permitió
determinar los temas emergentes y las posibles categorías de análisis.

Dichas entrevistas de verificación se llevaron a cabo de manera virtual, haciendo uso de


herramientas y aplicaciones tecnológicas como el correo electrónico, llamada telefónica y grabación
de audios mediante la aplicación de mensajería WhatsApp.

3.4.5. Triangulación.

Partiendo de los planteamientos de Gurdián (2007), la triangulación es “un procedimiento


imprescindible y su uso requiere habilidad por parte de la persona, que investiga para garantizar que
el contraste de las diferentes percepciones conduce a interpretaciones consistentes y válidas, esta es
una herramienta heurística muy eficiente” (p.242).

La triangulación es una técnica de control, que en esta investigación permitió retomar la


información recopilada, con la teoría y el análisis por parte del equipo investigador, desde un área
específica; en este caso desde la Orientación. Por tanto, en este estudio al contar con diferentes
fuentes informativas de un mismo fenómeno, la triangulación es preponderante para la realización
del análisis de la información y para la generación de las interpretaciones respectivas. Esto, con el
fin de dar mayor amplitud a lo mencionado. Gurdián (2007), advierte que en una investigación se
pueden realizar “varias triangulaciones” para mejorar los resultados, algunas de las señaladas son:

● Triangulación de métodos y técnicas: consiste en el uso de diversos métodos o técnicas para


estudiar un problema determinado; por ejemplo, hacer un estudio indagatorio y global,
mediante observación y luego realizar entrevistas.

● Triangulación de datos: Se utiliza una amplia variedad de datos para realizar el estudio que
provienen de diversas fuentes de información.

● Triangulación de investigadores: En esta participan diferentes personas investigadoras con


igual o diferente formación y experiencia.

● Triangulación de teorías: Consiste en utilizar varias perspectivas para estructurar, analizar e


interpretar un mismo conjunto de datos (p.242).

201
En esta investigación se utilizó la triangulación de las personas investigadoras, de los datos, y
de las técnicas empleadas. De esta manera, se puede reconocer la necesidad de integrar diferentes
tipos de triangulación que presenta la persona autora en esta investigación, los cuales permiten
recabar y contrastar importante información en aras de concretar un análisis de esta a partir de los
objetivos planteados y, para retomarla posteriormente en un apartado de conclusiones y
recomendaciones en torno a la intervención de personas profesionales en Orientación ante crisis
emocionales en sus estudiantes.

3.4.6. Validez y credibilidad.

Un aspecto importante de la investigación cualitativa es que los resultados que se arrojen de


esta, no pueden ser ni generalizables ni repetibles, pero sirven como base para futuras
investigaciones. Por otra parte, la calidad del estudio estará determinada en gran medida, por el rigor
metodológico con que se realice la investigación. Los criterios de calidad para los estudios
cualitativos son: la credibilidad, la conformabilidad y la transferibilidad o aplicabilidad. Para
Gurdián (2007, p.222) la credibilidad:

● Se logra cuando los hallazgos del estudio son reconocidos como reales o verdaderos por las
personas que participaron en el estudio y por aquellas que han experimentado o estado en
contacto con el fenómeno investigado.

● Por su parte, la conformabilidad se refiere a la neutralidad de la interpretación o análisis de


la información, es decir la certeza de la existencia de datos para cada interpretación.

● Por último, la transferibilidad, la cual consiste en la posibilidad de transferir los resultados a


otros contextos o grupos.

Para la persona autora mencionada, es a partir del cumplimiento de estos requerimientos en


la investigación cualitativa, el análisis de datos, las transcripciones de entrevistas y notas de
observaciones acerca del trabajo de campo, que se puede detectar similitudes en las diversas
versiones, así como rumbos, patrones y tendencias. Los datos se pueden clasificar por temas
emergentes, categorías y aspectos recurrentes que parecen pertinentes para responder las preguntas
de investigación.

202
Asimismo, con respecto a la validez de este estudio, con el fin de cumplir con todos los
requerimientos que subyacen a una investigación formal, se validaron los instrumentos aplicados a
una población que cumpliera con los requerimientos necesarios de inclusión y exclusión.

3.5. Población participante.

Para la selección de la población participante de la presente investigación, se tomaron en


cuenta criterios específicos que se van a desarrollar en este apartado. Según Arias, et al. (2016), los
criterios de selección son los que van a definir la elegibilidad de la población de estudio en relación
con las características que debe cumplir, los cuales incluyen los criterios de inclusión y de exclusión
(p.204).

Este estudio se llevó a cabo con cinco centros educativos de enseñanza secundaria, ubicados
en la Gran Área Metropolitana (GAM). Los instrumentos de recolección de información aplicados
consisten en cinco entrevistas individuales realizadas a profesionales en Orientación, y dos grupos
focales llevados a cabo con dos departamentos de Orientación de secundaria, de dos de las cinco
instituciones consultadas. A continuación, se citan las instituciones en las cuales se realizaron las
cinco entrevistas individuales:

● Liceo de Moravia.

● Liceo de Escazú.

● Liceo José María Castro Madriz (San José).

● Liceo Edgar Cervantes Villalta (Hatillo).

● Liceo Nuevo de San Diego (Cartago).

De estas instituciones, Liceo de Moravia y Liceo de Escazú, se seleccionaron los


departamentos de Orientación para realizar los grupos focales; uno conformado por cuatro, y el otro
por cinco personas profesionales en Orientación respectivamente. Por otra parte, todas las personas
entrevistadas individualmente y las que participaron de los grupos focales realizaron sus estudios en
las siguientes universidades:

203
● Universidad de Costa Rica.
● Universidad Nacional.
● Universidad Católica.
● Universidad Latina de Costa Rica.

3.5.1. Criterios de inclusión.

En Arias et al (2016, p.204) se definen los criterios de inclusión como las características
específicas con las que debe contar un sujeto para una investigación en particular; las cuales pueden
incluir: edad, sexo, nivel académico o socioeconómico, estado civil, etc. En la selección de la
población participante del presente estudio, tanto para la aplicación de las entrevistas individuales
como para la ejecución de los grupos focales, se eligieron personas con las siguientes características:

● Ser profesional en la disciplina de Orientación.

● Trabajar con personas adolescentes de educación secundaria pública.

● Laborar en una institución educativa en el área metropolitana (GAM).

● Laborar en una institución educativa con horario diurno.

● Contar con experiencia en atención de crisis con adolescentes.

● Se incluyen profesionales en Orientación de ambos sexos.

● Se priorizaron profesionales con quienes ya se había tenido algún contacto anterior, ya fuese
por alguna experiencia de intervención práctica en las instituciones en las que laboran o por
haber compartido alguna otra experiencia profesionalizante durante la formación inicial del
equipo investigador, debido a que esto sirvió para agilizar el ingreso al campo en algunas de
las instituciones.

3.5.2. Criterios de exclusión.

Para Arias et al. (2016, p.204), los criterios de exclusión determinan las características
particulares que podrían alterar o distorsionar los resultados, por lo cual se califican como no
elegibles para la investigación. En la selección de la población participante del presente estudio,

204
tanto para la aplicación de las entrevistas individuales como para la ejecución de los grupos focales,
se excluyeron personas con las siguientes características:

● Personas no profesionales en Orientación.

● Profesionales que no han trabajado con personas adolescentes.

● Profesionales que no hubieran brindado atención a población adolescente en el manejo de


crisis.

● Profesionales que no laboran en una institución educativa con estudiantes de secundaria a


nivel público.

● Profesionales que laboran en instituciones en zonas rurales o ubicadas fuera de la GAM.

3.5.3. Criterios de protección.

Los criterios de protección se entienden como los aspectos que van a permitir la
confidencialidad y protección de privacidad de las personas participantes de la investigación. Vélez
(2015) expresa que la privacidad consiste en la potestad de decidir con respecto al acceso de la
información personal. Y la confidencialidad se refiere a un previo acuerdo, en el que se espera que
los datos brindados para la investigación no sean divulgados, para no revelar la identidad ni la
información personal de la población participante (p.10).

Por otra parte, Vélez (2015, p.11) también menciona las siguientes consideraciones: no
divulgar información sensible (nombre, teléfono, e-mail ni dirección); utilizar datos codificados
(asignar un código o seudónimo a cada persona participante para proteger su anonimato dentro de
la investigación); mantener confidencial y en un lugar seguro el material de recolección
(grabaciones, videos, fotos o archivos); durante la interacción al aplicar las técnicas o instrumentos,
procurar que sea en un lugar privado, mantener la distancia y confirmar que la información obtenida
se mantendrá confidencial, siempre y cuando no conlleve ningún peligro para quienes participan u
otras personas.

Por ejemplo, en el caso de grupos focales, es importante destacar que no se puede garantizar
que la información no se filtre por parte de las otras personas presentes, además de quienes realizan

205
la investigación. Y al realizar grabaciones, se recomienda borrarlas inmediatamente después de la
transcripción.

Tomando en cuenta los elementos anteriores mencionados por Vélez (2015), tanto para la
aplicación de las entrevistas individuales como para la ejecución de los grupos focales, se tomaron
las siguientes medidas de protección:

● Se solicitó el permiso para la grabación de audio de las entrevistas y grupos focales, de forma
verbal a todas las personas participantes, antes de comenzar a ejecutar las técnicas de
recolección de información.

● Se indicó de forma verbal a todas las personas participantes, que la información brindada se
utilizará solamente con el fin de aportar datos valiosos a la presente investigación, así como
también las grabaciones de audio realizadas.

● Se especificó de forma verbal a todas las personas participantes, que sus nombres
permanecerán anónimos dentro de la presente investigación, para lo cual se asignará un
código a cada persona participante. Esto con el fin de fomentar la expresión de ideas de
forma más libre en un ambiente de confianza y proteger los datos personales de quienes
participaron.

● Se eliminaron permanentemente las grabaciones de audio de las entrevistas y grupos focales,


luego de llevar a cabo su transcripción

Al realizar la verificación de datos, se debió utilizar el correo electrónico y la plataforma de


mensajería Whatsapp, a raíz de la situación actual del COVID-19, para lo cual se solicitó un permiso
especial a la Comisión de Trabajos Finales de Graduación. Por lo tanto, dichos correos electrónicos
y mensajes se mantuvieron confidenciales, solamente con el fin de tomar los datos relevantes como
la fecha de realización y el contenido para el análisis de la información.

3.6. Etapas de la investigación.

Como parte del proceso metodológico, el presente estudio se llevó a cabo siguiendo las
etapas del modelo de investigación de Rodríguez, Gil y García (1999), las cuales se explicitan a
continuación.
206
3.6.1. Etapa preparatoria.

Se realizó una revisión bibliográfica acerca del tema en estudio, desde la disciplina de la
Orientación. Se buscaron los antecedentes y se explicó el problema de investigación. Posteriormente
se construyó el marco referencial, y se seleccionó la población participante, la cual fue conformada
por personas profesionales en Orientación que laboran en instituciones de secundaria en el sector
público.

De esta etapa preparatoria, surgió la creación de la guía de preguntas para las entrevistas
semi-estructuradas, con el fin de operacionalizar los objetivos de investigación en indicadores que
respondieran a una definición conceptual y operacional de los tópicos de interés para la
investigación. Como resultado final de este ejercicio, se crean las preguntas guía para las entrevistas
y para los grupos focales, logrando así una coherencia interna a lo largo de la investigación y una
consistencia significativa entre los diversos encuentros de investigación con la población
participante.

3.6.2. Etapa de trabajo de campo.

Inicialmente se realizó la negociación de la entrada. La recolección de la información se hizo


en un tiempo aproximado de tres a cuatro meses desde noviembre del 2019 a abril del 2020, dejando
un espacio en enero y febrero del 2020 por el tiempo de vacaciones de las personas participantes,
con la aplicación de las siguientes técnicas: entrevistas en profundidad y grupos focales con personas
profesionales en Orientación que estuvieran ejerciendo en un departamento de Orientación. Se
seleccionaron colegios académicos diurnos que se encontraran en la GAM. En el siguiente apartado,
se detalla más a fondo cómo es el contexto y escenario de investigación de los colegios con los que
se trabajó.

Acceso al campo. En un principio, se contactó a cinco instituciones de educación secundaria


pública, las cuales contarán con departamentos de Orientación establecidos. Estas instituciones
debían cumplir con el criterio de inclusión de estar localizadas dentro de la Gran Área Metropolitana.
Además, se priorizaron profesionales con quienes ya se haya tenido algún contacto o existiera alguna
afinidad, ya sea por experiencias prácticas dentro de las instituciones como parte de los procesos
formativos de la carrera o por algún otro contacto de índole profesional.

207
A partir del contacto inicial y concretando la aprobación necesaria de las instituciones
educativas, a mediados del año 2019 se acordó a nivel del grupo investigador, llevar a cabo el estudio
con diversas personas profesionales en Orientación de las siguientes instituciones: Liceo José María
Castro Madriz, en Barrio Córdoba, Zapote; Liceo de Moravia, ubicado en San Vicente, Moravia;
Liceo Nuevo de San Diego, en San Diego, Tres Ríos; Liceo Edgar Cervantes Villalta, en Hatillo
Centro; y Liceo de Escazú, ubicado en San Antonio, Escazú.

Se ingresó nuevamente a las instituciones a finales del año 2019, específicamente en el mes
de noviembre, para coordinar previamente fechas y espacios para aplicar los instrumentos
necesarios, y posteriormente para que cada persona integrante del grupo investigador, se hiciera
cargo de realizar las entrevistas individuales y los grupos focales respectivos.

Para las entrevistas en profundidad individuales, cada miembro del grupo investigador visitó
una de las instituciones educativas para realizar la recolección de información. Para los grupos
focales, llevados a cabo en el Liceo de Moravia y Liceo de Escazú específicamente, el grupo se
dividió en dos equipos; dos personas se encargaron de realizar uno de los grupos focales en una de
las instituciones, y las restantes tres en el otro centro educativo.

Con respecto a las entrevistas de verificación, cada miembro del grupo investigador se
encargó de realizar la entrevista respectiva a la persona profesional en Orientación con quien
desarrolló la entrevista inicial.

Contexto. Las instituciones educativas consultadas, forman parte de distintos sectores del
Gran Área Metropolitana, aspecto de inclusión inicial al comienzo de la presente investigación, ya
que se quería garantizar que el trabajo de campo pudiera realizarse en zonas de fácil acceso para el
equipo investigador, donde el transporte y el tiempo para este no fueran impedimentos en su
desarrollo.

Asimismo, durante la formación profesional de la carrera de Bachillerato y Licenciatura en


Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación, y en instancia de estudiantes, el equipo
investigador realizó diversos acercamientos académicos y prácticos en las instituciones visitadas y
donde las personas profesionales en Orientación entrevistadas fungen sus funciones actualmente.
Debido a estos antecedentes, el acceso a los distintos centros educativos, a los departamentos de

208
Orientación y las personas profesionales que los conforman fue satisfactorio y colaborador a las
intenciones y objetivos del presente estudio.

Al seleccionar las instituciones educativas, se tomaron en cuenta también dos criterios de


suma importancia y que se encuentran correlacionados en torno al fenómeno de estudio investigado.
El primero de estos, fue el tamaño de los departamentos de Orientación de cada uno de los centros
educativos y las instituciones de educación superior de las cuales egresaron y se graduaron las
respectivas personas profesionales.

A través de los cinco liceos a los que se accedió, el equipo investigador se encontró con
departamentos de Orientación conformados por entre tres a cinco profesionales en la disciplina. Este
aspecto tuvo gran relevancia, ya que para la conformación y desarrollo de los dos grupos focales
realizados se requería un mínimo de tres personas Orientadoras que los conformaran. De igual
manera, para las entrevistas individuales se contó con cinco profesionales acordes con los criterios
de inclusión contemplados para la aplicación de dicha técnica; cabe resaltar que solamente una de
estas personas formó parte de uno de los grupos focales llevados a cabo.

Aunado a lo anterior, la población consultada durante el trabajo de campo estuvo compuesta


por personas profesionales egresadas y graduadas de la Universidad de Costa Rica, Universidad
Nacional de Costa Rica, Universidad Latina de Costa Rica y Universidad Católica de Costa Rica.
Esta heterogeneidad en las instituciones de educación superior donde cursaron diferentes grados de
la carrera de Orientación permitió enriquecer la investigación a partir de las diversas formaciones
que han tenido para con sus profesiones, y por ende diversos conocimientos y herramientas al
servicio de la disciplina.

El segundo aspecto que se tomó en cuenta estuvo relacionado con los escenarios
socioculturales, económicos y demográficos en que la población estudiantil de cada institución se
desarrolla. A pesar de que las instituciones se encuentran en diferentes cantones e inclusive
provincias, preponderando cuatro instituciones en la provincia de San José y solamente una en
Cartago, estas se hallan dentro y alrededor de comunidades que presentan situaciones y
problemáticas precipitantes de crisis emocionales para los diversos actores de las respectivas
comunidades educativas a nivel social, económico, cultural, psicológico, entre otros.

209
Bajo la misma línea, importó reconocer que a nivel demográfico los diversos centros
educativos de educación secundaria pública consultados atienden alrededor de ochocientos a mil
estudiantes de zonas aledañas a las instituciones cada uno. Esta población estudiantil se divide por
años lectivos y secciones, teniendo las personas profesionales en Orientación a su cargo al menos
una cantidad similar de grupos. Existen casos donde tienen a su cargo una generación de estudiantes
completa.

Dichas cantidades de estudiantes están conformadas por personas nacionales y extranjeras


que oscilan entre los 12 a los 17 o 18 años principalmente; rango de edad en la adolescencia que
resulta trascendental para la presente investigación, debido al énfasis que se da a la intervención de
crisis emocionales en personas adolescentes por parte de profesionales en Orientación.

Debido a los anteriores elementos, el Liceo de Moravia, Liceo de Escazú, Liceo Castro
Madriz, Liceo Edgar Cervantes Villalta y Liceo Nuevo de San Diego, fueron los centros educativos
elegidos para desarrollar el trabajo de campo de la presente investigación.

Escenario. Con respecto a los distintos colegios, con los cuales se trabajó para la aplicación
de los instrumentos, se puede hacer referencia en este apartado al escenario para la recolección de
la información, el cual en todos los casos fue la oficina de las diversas personas profesionales en
Orientación consultadas y el espacio en conjunto de los dos departamentos de Orientación
participantes de los grupos focales. Para esto, previamente se coordinaron los espacios, y se solicitó
que solamente estuvieran presentes las personas orientadoras y quiénes aplicaban la entrevista.

Estos espacios eran bastante pequeños, donde la ocupación de personas era limitada a dos o
tres personas como máximo. Lo anterior con respecto a las entrevistas individuales, ya que para los
grupos focales se utilizaron espacios ligeramente más grandes, donde la ocupación aumentaba en
unas cuantas personas más. Estas dificultades de espacio se debieron al tamaño limitado de los
habitáculos determinados para llevar a cabo las técnicas de recolección de la información, en
conjunto con la ocupación de escritorios, sillas, material didáctico, documentos y otros recursos a lo
interno del espacio. En la mayoría de los casos, el espacio se prestaba para mantener el acuerdo de
confidencialidad, pero de forma muy reducida.

210
En uno de los colegios consultados específicamente, se determinó que el acuerdo de
confidencialidad era un poco difícil de cumplir, pues el espacio no estaba totalmente cerrado debido
a que la pared que lo delimitaba dejaba un espacio donde personas cercanas a la oficina podían
escuchar lo tratado si se desarrollaba en un tono alto de voz

Ahora bien, con respecto a los grupos focales y como fue expuesto anteriormente, se llevaron
a cabo en espacios ligeramente más grandes que las oficinas donde se realizaron las entrevistas
individuales a profundidad; en el aula de Orientación de una de las instituciones, y en la oficina del
Departamento de Orientación en la otra. Ambos recintos contaban con un espacio acorde con lo
necesario para desarrollar los grupos focales, y tenían dentro insumos como mesas y sillas para
sentarse de forma circular, como gradas espaciosas donde las personas que formarán parte de la
interacción se sintieran cómodas; ambos espacios favorecieron la fluidez de la comunicación dada.

En conclusión, tomando en cuenta el contexto y el escenario donde se aplicaron los


instrumentos, se puede proceder a la parte del análisis de la información recopilada.

3.6.3. Etapa de análisis de los datos.

Para el procesamiento y análisis de la información se utiliza el modelo de Taylor y Bogdan


(2010), el cual guía el análisis de los datos desde su recolección hasta su implementación y
triangulación. Por ello, el procedimiento para el análisis de la información estará basado en las tres
etapas propuestas por dichos autores, las cuales buscan el desarrollo de una compresión en
profundidad de los escenarios o personas que se estudian (p.159). A continuación, se detallan dichas
etapas en los siguientes apartados.

Fase de descubrimiento en progreso. De acuerdo con Taylor y Bogdan (2010, p.160), esta
fase se caracteriza precisamente, por un descubrimiento en los datos recolectados para extraer los
temas generales. Se buscan los temas, examinando la información recopilada de todos los modos
posibles. Para lograr esto, se leen repetidamente los datos, se sigue la pista de temas e ideas, se
buscan temas emergentes, se elaboran tipologías, se identifican conceptos teóricos y se lee el
material bibliográfico.

Para el presente estudio, se realizó la revisión del referente teórico para incluir la información
más relevante dentro del análisis, en conjunto con los datos obtenidos de las entrevistas y grupos

211
focales. Esto, con el fin de responder a los objetivos de investigación y desarrollar los aspectos
relacionados con ellos.

Para esto, se desarrolló una guía para reconocer las tendencias emergentes en los datos y se
realizó un matriz para tabular la información recolectada en las entrevistas. Además, se leyeron de
forma repetitiva dichos datos al transcribir las frases etnográficas más significativas en varios
instrumentos de trabajo, incluyendo un documento en la nube mediante la aplicación Google Docs,
para que estos estuvieran disponibles en tiempo real para todo el equipo investigador para las etapas
posteriores de codificación y análisis.

Una vez cargados dichos datos en esta matriz, se llevaron a cabo reuniones de trabajo para
realizar comparaciones e integraciones de los datos para evitar la redundancia de la información y
para la definición de posibles categorías de análisis que agruparan los temas emergentes que se
reiteraran entre las respuestas brindadas por más de una persona participante del estudio.

Fase de codificación. Durante esta fase, se asume que los datos ya fueron recolectados y se
espera codificar los que vayan a permitir comprenderlos e interpretarlos en relación con el tema de
estudio. Es decir, que el proceso más relevante en esta segunda fase es el de la codificación, la cual es
para Taylor y Bogdan un “modo sistemático de desarrollar y refinar las interpretaciones de los datos
[…]” (p.167). Se reúnen todos los datos que se refieren a temas, ideas o conceptos, se desarrollan
las categorías de codificación, se codifican los datos y se separan los datos pertenecientes a cada
categoría de análisis.

Para la presente investigación, se realizaron las categorías de análisis con base en los
objetivos propuestos; tanto a nivel general, como los objetivos específicos. Más adelante en la fase
para la relativización de los datos, se presenta el cuadro con las categorías y subcategorías de análisis
por objetivos, las cuales se logran definir por medio de un archivo de texto común “en la nube” por
medio de la plataforma Google Docs, compartido por todo el equipo investigador.

Mediante este, cada persona del equipo se encargó de agrupar los datos obtenidos en las
entrevistas individuales que le correspondió llevar a cabo y en los grupos focales de los cuales
participó en temáticas emergentes comunes, priorizando la identificación de tendencias en los datos
surgidas de las respuestas obtenidas de las personas participantes. Dichos aportes, a modo de frases

212
etnográficas codificadas por participantes y encuentro de investigación, quedaron disponibles para
el uso discrecional de todo el equipo de investigación una vez ya agrupadas por tendencia, por lo
cual dicho archivo sirvió de base para que se tuvieran todos los datos compartidos y agrupados para
la etapa de análisis y relativización de los datos.

A continuación, se muestra la tabla de códigos que se emplearon como forma de registrar las
distintas frases expresadas por las personas orientadoras entrevistadas, las cuales son la base para la
interpretación de los resultados:

Tabla 9

Información para registro de información

Persona investigadora Persona profesional en Orientación Herramientas de


recolección

Investigadora 1: (Elisa) Orientador 1:Orx1 Entrevista

Investigador 2: (Juan Josué) Orientadora 2: Orx2 Entrevista

Investigadora 3: (Natalia) Orientador 3:Orx3 Entrevista

Investigadora 4: (Malory) Orientador 4:Orx4 Entrevista

Investigador 5: (Armando) Orientadora 5: Orx5 Entrevista

Investigadores 1 y 2: Equipo de grupo focal 1: EGF1 Grupo focal

213
Profesionales en Orientador 1: Orx1- EGF1
Orientación participantes
Orientadora 6: Orx6 - EGF1
del grupo focal 1

Orientadora 7:Orx7 - EGF1

Orientadora 8:Orx8 - EGF1

Investigadores 2, 3 y 5: Equipo de grupo focal 2: EGF2 Grupo Focal

Profesionales en Orientador 9: Orx9 - EGF2


Orientación participantes
Orientador 10:Orx10 - EGF2
del grupo focal 2

Orientador 11:Orx11 - EGF2

Orientador 12:Orx12 - EGF2

Orientador 13:Orx13 - EGF2

Elaboración propia.

Fase para la relativización de los datos. Esta es la fase final, la cual incluye la dinámica del
análisis de los datos y la triangulación mediante diversas fuentes, tales como el referente teórico y
las frases expresadas por la población participante del presente estudio. Se tomaron en cuenta los
datos directos e indirectos, así como los supuestos propios para la interpretación, reflexión y análisis,
en contraste con la información bibliográfica recolectada. Esto, con el fin de darle al estudio la
credibilidad y validez necesarias.

Taylor y Bogdan (2010, p.171), aseguran que es aquí donde las personas investigadoras
interpretan y comprenden los datos en el contexto que fueron recogidos. Es decir, desde la realidad
de las personas participantes. De este modo, la comprensión de la última fase se aprecia en el
apartado denominado como el análisis de los datos o hallazgos y discusión; se toman en cuenta,

214
aspectos como la influencia de la persona observadora acerca del escenario en el que se llevó a cabo
la técnica de recolección de información, personas presentes, entre otros. Para esto, se realizó una
verificación de los datos obtenidos y una realimentación con las personas entrevistadas con el fin de
asegurarse de que los hallazgos obtenidos en la discusión de la información correspondieran con el
contexto y el escenario en los cuales se hizo este estudio. Además, estos se contrastaron con la teoría
y se facilitó por ende la comprensión del fenómeno en estudio.

Como se mencionó anteriormente, las categorías y subcategorías que se presentan en la tabla


10, se formularon tomando en consideración los propósitos que orientaron el desarrollo del presente
estudio, los objetivos, el tipo de estudio y el problema de investigación, así como también las áreas
conceptuales que la sustentaron; dichas categorías se construyeron con el fin de analizar los
resultados obtenidos de manera que se responda al problema de investigación y se organice la
información más relevante de acuerdo con las metas propuestas y la revisión teórica llevada a cabo.
A continuación, se muestra la tabla de categorías y subcategorías de análisis, con los elementos más
relevantes que se pretenden desarrollar, de acuerdo con los objetivos de la presente investigación.

Tabla 10

Categorías y subcategorías de análisis

Objetivo general: analizar el procedimiento que realiza la persona profesional de la Orientación


con estudiantes adolescentes para atender situaciones de crisis emocional.

Método de los Primeros Auxilios Psicológicos implementados en Orientación para la


atención de la crisis de personas adolescentes

Objetivos específicos Categorías Subcategorías

● Conceptualización de
Identificar el procedimiento 1.Conceptualización de crisis y factores que
que realiza la persona crisis y factores que inciden en su aparición y
resolución
profesional de la Orientación

215
con adolescentes para atender inciden en su aparición ● Conceptualización de la
crisis emocional en la
situaciones de crisis y resolución
adolescencia y su
emocional. identificación
● Significado del suceso y
manifestaciones clave
para detectar crisis
emocionales
● Estilos de afrontamiento
de las crisis emocionales
en la adolescencia
● Recursos personales para
enfrentar la crisis
emocional
● Recursos sociales y
contextuales
● Redes de apoyo al aplicar
los PAP
● Influencia del contexto en
las crisis emocionales.

2.Estrategia de ● Procedimiento para aplicar


los PAP: Componentes del
intervención en crisis de
modelo de Slaikeu
primera instancia: metas,
● Técnicas de intervención
componentes de los PAP
al aplicar los PAP,
y perfil CASIC señaladas como las más
relevantes

● Protocolos del MEP como


guía principal para aplicar
los PAP en el contexto
educativo

216
Procedimiento empleado por las personas Orientadoras para la atención de la crisis
emocional de estudiantes adolescentes

3. Perfil profesional de la ● Perfil profesional de la


persona orientadora para la persona orientadora para la
Determinar el aporte de la intervención en crisis
intervención en crisis
persona profesional en emocionales
emocionales
Orientación en la intervención
de los Primeros Auxilios
Psicológicos. 4. Rol y aporte desde la ● Rol y aporte de la persona
disciplina de la Orientación profesional en Orientación,
en relación con la prevención
en los Primeros Auxilios
primaria
Psicológicos
● Rol y aporte de la persona
profesional en Orientación,
en relación con la prevención
secundaria

● Retos en la atención de las


situaciones de crisis (desde la
disciplina de Orientación).

● Aportes para la intervención


en crisis y PAP desde la
perspectiva y experiencia de
las personas entrevistadas

Estrategias y técnicas que emplean las personas profesionales en Orientación para el


autocuidado, en la intervención de crisis emocionales

Reconocer las estrategias y 5. Autocuidado de la persona ● Conceptualización de


técnicas que emplean las interviniente en Crisis autocuidado, estrategias y
personas profesionales en
Orientación para el técnicas.
autocuidado, en la ● Autocuidado de la
persona profesional

217
intervención de crisis ● El cuidado como equipo
emocionales de trabajo
● Recursos personales y
redes de apoyo para el
autocuidado de la persona
profesional en Orientación
● Desafíos para el
autocuidado de las personas
profesionales en Orientación
● Consecuencias de no
poner en práctica el
autocuidado
● Experiencias de las
personas entrevistadas para el
autocuidado en la intervención
de crisis emocionales

Elaboración propia.

A continuación, se desarrolla la descripción de cada una de estas categorías para una mejor
comprensión de su contenido, y relación con cada uno de los objetivos a los cuales se pretendió dar
respuesta por medio de ellas.

La primera categoría de análisis llamada” Conceptualización de crisis y factores que inciden


en su aparición y resolución”, se desarrolló procurando responder al primer objetivo que consiste en
identificar el procedimiento que realiza la persona profesional de la Orientación con adolescentes
para atender situaciones de crisis emocional. Esta categoría se refiere a la concepción de la crisis
que tienen las personas entrevistadas, así como a los factores que poseen su propia incidencia desde
la aparición del suceso precipitante hasta la resolución de la crisis misma, pues determinan el curso
de su estado; entre estos se encuentran: el significado del suceso, estilos y estrategias de
afrontamiento, recursos personales para enfrentar la crisis, y recursos sociales y contextuales.

La segunda categoría es correspondiente a las “Estrategia de intervención en crisis de


primera instancia: metas, componentes de los PAP y perfil CASIC”, la cual pretendió dar respuesta
al primer objetivo específico del presente estudio, puesto que consiste propiamente en el
procedimiento que se realiza por parte de las personas profesionales en Orientación participantes de
la presente investigación con el estudiantado al brindar los PAP en situaciones de crisis emocionales.
Dentro de esta categoría se describieron y analizaron los cinco componentes del modelo de Slaikeu

218
(2000) para aplicar los PAP, los cuales se entienden como las estrategias básicas para la
intervención, tomando en cuenta la evaluación del perfil CASIC de la persona en crisis.

Además, se agregaron otras técnicas para los PAP, propuestas por Hernández y Gutiérrez
(2014), para complementar el referente teórico con otras personas autoras, que si bien parten del
modelo de Slaikeu (2000), realizan aportes valiosos en esta temática. Por lo tanto, se combinaron
ambas propuestas de estrategias y técnicas de intervención para sustentar el análisis del
procedimiento que se lleva a cabo para brindar los PAP.

La tercera categoría llamada “Perfil profesional de la persona orientadora para la


intervención en crisis emocionales” se desarrolla en función del objetivo número tres, el cual
responde a “determinar el aporte de la persona profesional en Orientación en la intervención de los
Primeros Auxilios Psicológicos”. Esta categoría busca reconocer cómo debe ser el perfil de las
personas profesionales en Orientación; principalmente a la hora de aplicar los PAP, debido a que los
casos que los requieren tienen características diferentes. Como el perfil profesional de la persona
orientadora para la intervención en crisis emocionales, se entenderán los conocimientos, las
habilidades, destrezas, fortalezas, competencias y actitudes. Es decir, son todos esos aspectos
formativos, que caracterizan también a quien pone en práctica los PAP, garantizando una
intervención competente.

La cuarta categoría, denominada “Rol y aporte desde la disciplina de la Orientación en los


PAP”, buscó responder al segundo objetivo específico propuesto, que consiste precisamente en
determinar el aporte de la persona profesional en Orientación en la intervención de los PAP. Esta
categoría se centró en la función y contribución que desempeñan las personas profesionales en
Orientación, participantes del presente estudio, ante la intervención en situaciones de crisis
emocionales, con personas adolescentes. Se abordó tanto la prevención primaria como secundaria,
ya que ambas son fundamentales en la labor que realiza la persona profesional en Orientación. Se
incluyeron también los retos que se encuentran en la intervención en crisis emocionales desde la
disciplina de Orientación, y algunos aportes para la aplicación de los PAP, mencionados por parte
de las personas entrevistadas dentro del contexto del MEP.

La última categoría, “Autocuidado de la persona interviniente en crisis”, hace referencia al


autocuidado de la persona orientadora al intervenir en crisis emocionales, respondiendo al tercer

219
objetivo que pretendía reconocer las estrategias y técnicas que emplean las personas profesionales
en Orientación para el autocuidado al llevar a cabo este tipo de intervenciones, siendo de interés
para el presente trabajo las prácticas individuales así como las grupales por parte de los
departamentos de Orientación en las instituciones educativas, además del reconocimiento de
recursos personales y redes de apoyo para el autocuidado del personal de Orientación. Asimismo,
se buscaba el reconocimiento de los desafíos para el autocuidado que se presentan a nivel personal
y en el sitio de trabajo, al tiempo que se hace referencia a las consecuencias de no poner en práctica
el autocuidado y se presentan las experiencias de las personas entrevistadas referentes a su
autocuidado ante la intervención de crisis emocionales.

3.6.4. Etapa informativa.

Una vez concluida la investigación, se elaboró el informe final, en el cual las personas
investigadoras llegaron a tener una mayor comprensión del objeto de estudio. Se dieron a conocer
sus resultados, primeramente al tribunal examinador, respondiendo a los objetivos originalmente
planteados para este proyecto. Además, se procura que la persona lectora sea capaz de comprender
el proceso llevado a cabo y la metodología utilizada para el desarrollo de esta investigación y la
obtención de sus resultados. Adicionalmente, se pretendió la publicación de un artículo científico
posterior a la presentación de los resultados de investigación, que integra los principales hallazgos
de este esfuerzo investigativo para su divulgación a la comunidad científica.

3.7. Limitaciones de la investigación.

Al inicio de la presente investigación fue difícil encontrar información acerca de la


intervención en crisis y aplicación de los primeros auxilios psicológicos desde Orientación, por lo
que se tuvo que recurrir a información en otras disciplinas y áreas afines.

Las últimas etapas de la presente investigación se realizaron bajo las condiciones de la


virtualidad, debido a la crisis socioeconómica y sanitaria del país a causa de la pandemia por
COVID-19 y la cuarentena respectiva. Dicha situación limitó la verificación presencial de la
información obtenida de las entrevistas y grupos focales anteriormente realizados. No obstante, cabe
aclarar que se logró obtener la información requerida para continuar con el estudio de manera
exitosa.

220
CAPÍTULO IV

4. Hallazgos y discusión

En este capítulo se exponen los hallazgos y discusión de los resultados obtenidos a partir de la
información recopilada al realizar cinco entrevistas individuales a personas profesionales en
Orientación y dos grupos focales con departamentos de Orientación, con el fin de dar a conocer las
experiencias del procedimiento que realizan estas personas al ofrecer los Primeros Auxilios
Psicológicos a personas adolescentes en situaciones de crisis emocionales. Asimismo, determinar el
aporte que brindan desde la disciplina de la Orientación en la intervención de los PAP y las
estrategias y técnicas que emplean para el autocuidado.

Lo anterior se presenta en cinco categorías de análisis, con sus respectivas subcategorías. En


la primera se presenta la conceptualización de crisis y factores que inciden en su aparición y
resolución. En la segunda, se hace referencia a la estrategia de intervención en crisis de primera
instancia: metas, componentes de los PAP y perfil CASIC. Posteriormente, en la tercera categoría
se presenta el perfil profesional de la persona orientadora para la intervención en crisis emocionales.
En la cuarta, se encuentra el rol y aporte desde la disciplina de la Orientación en los PAP. Y por
último, en la quinta categoría, se presenta lo referente al autocuidado de la persona interviniente en
crisis. Es importante rescatar, que cada subcategoría se compone de distintos temas que enriquecen
el análisis.

Las categorías anteriormente descritas, responden a los objetivos específicos de la


investigación. Asimismo, las subcategorías que se derivan de estas se identificaron mediante el
descubrimiento en progreso, por lo que en los siguientes apartados se detalla la relativización de los
datos recolectados contrastando lo mencionado por las personas participantes con la teoría o marco
teórico al respecto.

4.1. Conceptualización de crisis y factores que inciden en su aparición y resolución.

Esta categoría se refiere a la concepción de la crisis que tienen las personas entrevistadas, así
como al reconocimiento de los factores que tienen su propia incidencia desde la aparición del suceso

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precipitante hasta la resolución de la crisis misma. Entre los factores que determinan el curso de su
estado y que son analizados a continuación, se encuentran el significado del suceso, los estilos y
estrategias de afrontamiento, los recursos personales para enfrentar la crisis, y los recursos sociales
y contextuales.

Ahora bien, antes de iniciar con los factores que inciden en la aparición y resolución de una
crisis, se considera pertinente mencionar la conceptualización que tienen algunas de las personas
entrevistadas en este estudio acerca de lo que entienden por una crisis emocional.

4.1.1. Conceptualización e identificación de la crisis emocional en la adolescencia.

La presente subcategoría procura dar a conocer cómo conciben las personas profesionales en
Orientación que participaron en la investigación las crisis emocionales y cómo se pueden identificar
cuando una persona adolescente está atravesando por una. Las crisis:

Son entendidas como un “estado temporal de trastorno y desorganización,

caracterizado principalmente por una incapacidad del individuo para manejar

situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de

problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o

negativo. (Slaikeu, 2000, p.16)

Es por ello que se considera de gran importancia, además de tener claro que es una crisis, el
hecho de poder identificar los factores más comunes que desencadenan las crisis emocionales, así
como los que ayudan a resolverlas en las personas adolescentes. Es necesario aprender a diferenciar
las crisis emocionales de otras situaciones, para poder determinar cuál es el procedimiento para
intervenir de manera óptima.

Ante esto las personas profesionales en Orientación que participaron en esta investigación
manifestaron lo siguiente con respecto a qué entienden por una crisis:

“Crisis yo lo veo como un desequilibrio emocional, [...] donde la persona tal vez no está
en sus cinco sentidos para tomar una mejor decisión, esa crisis lo hace desestabilizarse un

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poco en ese sentido verdad, emocionalmente hablando, físicamente, como seres integrales
en todo aspecto” (Orx1).

Asimismo, otras personas participantes mencionan que:

“Generalmente a la crisis se le ve como algo negativo, como un estado en el que la gente


se “paniquea”, sin embargo, yo lo veo más como ese punto de cambio, ese tocar fondo de
una situación en el que la persona necesita revalorar, replantear su proyecto de vida, sus
objetivos, etc. y eso le va a ayudar a generar cambios positivos o negativos, pero de qué
va a haber un cambio, va a haber un cambio” (Orx4).

Y se concibe también, según otra persona entrevistada como un “evento extraordinario que
le pasa a uno, pero le provoca algún tipo de ansiedad o angustia, o desequilibrio” (Orx5).

Se logra asociar mediante lo indicado anteriormente, que una crisis emocional se presenta
cuando el estudiantado adolescente reacciona con un desequilibrio emocional (Orx1), ante un evento
extraordinario (Orx5) que le está ocurriendo y que no sabe cómo afrontarlo; “ese tocar fondo” se
puede interpretar como la incapacidad de la persona adolescente en ese momento para enfrentar la
situación, con los métodos que estaba acostumbrada a usar para solucionar los problemas.

“Pero eso le va a ayudar a generar cambios positivos o negativos, pero de qué va a haber
un cambio, va a haber un cambio” (Orx4).

Lo señalado por Orx4, se relaciona con el potencial para obtener un resultado posiblemente
positivo o negativo. Asimismo, Orx5 expresa lo siguiente:

“[…] pero le provoca algún tipo de ansiedad o angustia, o desequilibrio” (Orx5).

En relación con lo expuesto anteriormente, hay que tener claridad de que cuando se trata de
una situación de crisis o cuando se refiere a una situación de ansiedad o angustia según Viney y
Westbrook (citados en Dzib, 2013), existen ciertas diferencias con las crisis. Por ejemplo, que
las formas o patrones de afrontamiento son distintos, ya que durante las crisis el abordaje es más
personal y menos familiar (p.94).

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Además, en el proceso de crisis la persona tiende a ser menos defensiva y se abre a los
consejos, sugerencias y apoyos, lo cual no sucede a plenitud en casos de estrés o ansiedad. Y por
último, el resultado de la crisis suele ser debilitación o crecimiento ante los diversos problemas de
la cotidianidad, mientras que el estrés suele estar relacionado con una patología, dando como
resultado una relativa adaptación a situaciones que puedan generar afligir a la persona y causarle
desesperanza (Viney y Westbrook citados en Dzib, 2013, pp.94-95).

Como se puede observar, según los autores citados anteriormente, en algunos casos se
relacionan los ataques de ansiedad con las crisis, y efectivamente estos pueden desencadenar crisis
emocionales. En este punto, es importante comprender y aclarar que los ataques de ansiedad, así
como, los períodos de estrés pueden ser detonantes de crisis emocionales en el estudiantado, debido
a las diferentes presiones, expectativas y obstáculos que se presentan en el desarrollo y la vida
cotidiana de esta población. A pesar de sus diferencias, estas situaciones por lo general van de la
mano, pero las crisis se suscitan solamente cuando una situación de alto estrés o ansiedad se sale del
control de la persona.

En relación con esta subcategoría se entiende según lo manifestado por las personas
entrevistadas y en contraste con la teoría, que sí poseen conocimiento claro acerca de qué es una
crisis emocional. Ahora bien, con respecto a cómo se pueden identificar las crisis a partir de lo que
expresan las personas entrevistadas, se mencionan conductas y emociones manifestadas en lo
siguiente:

“[…] muchas veces se muestra en violencia, en enojo, depende de las personalidades. Yo


creo que es muy importante también que uno conozca al estudiante, que, si de repente vos
ves que es un chico tranquilo, lo ves enojado, lo ves golpeando algo o a la defensiva,
entonces uno dice di algo está pasando; o al revés, [...] yo creo que ahí la pregunta directa
es “¿qué pasa?, ¿qué tenés?, ¿qué es lo que está sucediendo?” (Orx2).

“[…] para nosotros crisis es cuando a un muchacho le dio un ataque de llanto, de ira,
ahora que está tan de moda los ataques de ansiedad, y de todo lo que hace [...]” (Orx7 -
EGF1).

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Con respecto a lo anterior, Slaikeu (citado en Dzib, 2013) plantea que existen situaciones
conflictivas donde la persona en crisis, y en este caso en particular, estudiantes adolescentes,
ingresan en un estado emocional en el cual no saben qué hacer ni de qué forma reaccionar con
exactitud ante la situación determinada, lo cual es generado por esa incapacidad de utilizar
mecanismos acostumbrados para afrontar problemas (p. 91).

Es en este escenario, donde se encuentran estudiantes que se expresan con ira o llanto y con
una alteración necesaria de atención, debido a que todo aquello que conocían cambió de repente y
sus reacciones tratan de comunicarlo. Es así como, el impacto de los eventos generadores de crisis
produce reacciones de diferente tipo de intensidad, dependiendo de los factores de vulnerabilidad de
las personas, sus comunidades y de la magnitud del evento. Lo anterior permite entrever lo
planteado por Monge (2016), al expresar que una crisis es una respuesta psicoemocional normal a
una situación anormal, frente a la cual no se puede responder con los mecanismos habituales de
resolución de problemas (p.42).

Se identifica entonces en contraste con la teoría, que existe conocimiento acerca de las crisis
emocionales por parte de las personas profesionales participantes, lo cual también les permite
entender cómo afecta al estudiantado y por tanto, cómo se puede observar e identificar los síntomas
y las reacciones psicológicas, conductuales y físicas como una señal de que algo pasa.

Es así que, según la información brindada por las personas entrevistadas, se comprende
también que los departamentos de Orientación tienen gran potencial y posibilidades de apoyar al
estudiantado cuando tienen crisis emocionales, por lo que las personas adolescentes cuentan con un
mayor acompañamiento para atravesar las situaciones de crisis y aprender de ellas. De la misma
forma, poco a poco la persona que enfrenta una crisis puede entender que esta no tiene por qué verse
como algo negativo, sino que los cambios suscitados conllevan desajustes que la persona necesita
para adquirir nuevos mecanismos de defensa y afrontar situaciones venideras.

Además, el modo con que se enfrenta, aporta al crecimiento personal, y gracias a la guía de
las personas profesionales en Orientación es más sencillo trabajar esto. Cabe mencionar también que
cada estudiante cuenta con sus recursos internos para hacer frente a las crisis; algunas personas
adolescentes no ocuparán ayuda externa, en cambio otras, con una óptima intervención lograrán salir
adelante.

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Por lo tanto, en consonancia con las definiciones de crisis, se evidencia que las personas
profesionales entrevistadas están conscientes de que una crisis es un estado temporal de trastorno,
desorganización y de necesidad de ayuda. Dicho estado está caracterizado básicamente por un
desequilibrio emocional que aparece ante un obstáculo en la vida. Por lo tanto, se pierde
temporalmente la capacidad de dar una respuesta efectiva a la situación vivida, debido a que fallan
los mecanismos habituales de afrontamiento para gestionar las situaciones y resolver los problemas.

Ahora bien, para continuar con el análisis, se profundiza en lo que es el significado que tienen
las personas del suceso de crisis y cómo se puede detectar por medio de las manifestaciones de las
personas adolescentes.

4.1.2. Significado del suceso y manifestaciones clave para detectar crisis emocionales.

Es importante comprender cómo se manifiesta (signos y síntomas) una crisis emocional, así
como tener claro qué significado tiene el evento para la persona que la está viviendo y los recursos
que posee para enfrentarla. Ante esto, se debe tomar en cuenta que al conocer y observar a una
persona adolescente, cómo suele comportarse, cómo acostumbra reaccionar ante situaciones
difíciles, entre otras conductas, se puede facilitar además de identificar la crisis, entender cómo se
puede sentir ante el evento que la generó. De acuerdo con Dzib (2013), la personalidad es un factor
determinante de gran significancia para comprender si determinados eventos conducen o no a una
crisis y su gravedad, aunque también existen circunstancias predisponentes para esta (p.96).

De acuerdo con lo anterior, el significado del suceso precipitante de una crisis depende de
las características de este, de la personalidad de quien lo enfrenta, de las experiencias de vida, el
entorno sociocultural y el tipo de situación que precipitó la crisis, principalmente cuando tiene
consecuencias traumáticas por el impacto que posee. Por lo tanto, los recursos personales con los
que cuenta la persona influyen trascendentalmente en cómo se van a vivir las crisis emocionales que
experimenta a lo largo de su vida.

Ante dicho escenario, y tomando en cuenta que las crisis se generan tanto en transiciones del
desarrollo humano como en momentos inesperados, y que afectan la estabilidad de la persona, es
necesario comprender cómo es la visión desde las personas profesionales en Orientación que
participaron en la investigación a la hora de identificar posibles manifestaciones de las crisis

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emocionales en las personas adolescentes. Para ello se toma en cuenta lo que estas personas
mencionan cuando han detectado estas crisis:

“cambios de conducta o cambios de ánimo [...]. También puede ser cambios de conducta
con los compañeros, miedo, ansiedad porque generalmente lleva situaciones que son
desconocidas para la persona o le hacen enfrentarse a algo que no conocían” (Orx4).

Otra forma de detección se evidencia con lo indicado por Orx1:

“[…] con los adolescentes es curioso, por ejemplo, algo que hemos detectado de hace
mucho tiempo son, incluso los sweaters. Muchas de las crisis de los estudiantes, su forma
de canalizarlo es por medio de autolesiones, verdad. Tal vez es un estudiante calmado y a
veces está un poco ansioso, quiere salir del colegio o lo nota uno disperso, en otro mundo
verdad, son como algunas señales que uno nota [...]“ (Orx1).

De las frases anteriores, se logra identificar que las manifestaciones empiezan por cambios
en la conducta o en la personalidad de la persona orientada, lo que empieza a ser un llamado de
atención; para las personas profesionales en Orientación, es una alerta. Ante ello, también
mencionan que dentro de las expresiones hay que tomar en cuenta:

“el estado de ánimo verdad, cómo le está afectando esas crisis en su vida diaria, ...si no
está durmiendo, si emocionalmente está muy mal, si no está comiendo, si está faltando al
cole verdad. Hay chiquillos a veces están muy, muy deprimidos después de que les pasa algo;
verdad esos son como síntomas básicos” (Orx5).

“[...] pero se nota mucho el cambio de conducta, cambios sociales, cambios en la


alimentación, digamos físicamente se ve un poco más descuidada, tiende a ser un poco más
trágico o trágica, depresivos, suele digamos como maltratarse la persona misma verdad,
ella misma se desvaloriza, en algunas ocasiones tienden a llorar o ocultarse, cosillas así.”
(Orx4).

En relación con las frases y lo expuesto por Dzib (2013) anteriormente, en un principio la
personalidad es un factor influyente, pues al conocer a la persona, cómo es o cómo se comporta, y
verla actuar diferente, son indicios de que algo está sucediendo. Incluso, podría ser algo crítico donde

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se deban aplicar los PAP en un proceso que no necesariamente va a ser fácil para la persona o
adolescente.

El afrontamiento es un proceso que implica diversos cambios mientras se busca adaptación,


en el cual la persona interactúa de forma constante con su contexto mediante una serie de estrategias
y patrones para afrontar lo necesario según lo que deba ser superado (González y López. 2013 p.53-
54).

Aunado a lo anterior, además del estado de ánimo y las afectaciones que pueda tener en
relación con las funciones básicas como comer o dormir, se logra identificar que la crisis también
influye directamente en el comportamiento o conducta de las personas adolescentes, lo cual se
respalda con la siguiente respuesta:

“Muchas veces se muestra en violencia, en enojo, depende de las personalidades. Yo creo


que es muy importante también que uno conozca al estudiante, que, si de repente vos ves
que es un chico tranquilo, lo ves enojado, lo ves golpeando algo o a la defensiva, entonces
uno dice di algo está pasando [...]” (Orx2).

Ante la interacción de la persona con su entorno y con lo que está viviendo específicamente,
se identifica además que surgen emociones que a veces la persona estudiante no sabe cómo manejar,
lo que por ejemplo genera que presente enojo y tristeza en su interacción con otras personas y su
contexto inmediato, o que no pueda contener el llanto ante la sensación de no controlar lo que le está
pasando. En dichos casos, es más fácil detectar que la persona necesita contención y apoyo.

Por lo tanto, se puede entrever la ventaja que tienen las lecciones de Orientación o el papel
de la persona profesional en Orientación con sus estudiantes, para conocer al estudiantado, dando
apertura a un espacio seguro que les permita mostrarse cómo son realmente, sabiendo que no se les
va a juzgar. Este espacio o acercamiento permite entender al estudiantado, es decir, su forma de ser,
de pensar y de actuar, y gracias a ello se facilita el identificar cuando hay una forma diferente de
comportamiento o cuando hay patrones distintos en su conducta, lo que puede ser resultado de crisis
emocionales.

Lo anterior se sustenta en lo planteado por Slaikeu (2000, p.29), quien propone que la fuerza
del yo, la historia previa de enfrentamiento a situaciones que generan tensión, cualquier problema

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de la personalidad que no haya sido resuelto antes y el bienestar físico, forman parte de la
determinación de si un suceso particular puede llevar a una crisis o no.

Es aquí donde se toma en cuenta, además, la importancia de trabajar desde la prevención,


favoreciendo en el estudiantado herramientas que les permitan atravesar las experiencias de vida de
la forma más segura posible. Esto se ejemplifica al considerar que la persona adolescente está
atravesando por cambios que inciden en el área emocional, propios de la etapa del desarrollo; si no
cuenta con el acompañamiento apropiado, es posible que estos cambios causen un impacto mayor.
Dicho escenario, puede provocar como lo mencionan las personas profesionales en Orientación
consultadas, manifestaciones de la crisis que inciden de forma negativa en la persona misma y en
quienes tiene alrededor, mediante la violencia, la depresión, las autolesiones, entre otras.

Como se hizo mención anteriormente a partir del contraste teórico y de lo planteado por las
personas entrevistadas, las crisis son parte de la vida, las cuales permiten que la persona cambie y
crezca. En el caso de las crisis del desarrollo, estas son inevitables, debido a que todas las personas
pasan por ellas, y aunque son parte del desarrollo, no suelen ser fáciles de afrontar. Sin embargo, la
persona profesional en Orientación se puede valer de esa etapa de vida para identificar patrones
distintos que llegan a ser las manifestaciones de una crisis.

Se observa, que las principales manifestaciones de las crisis se dan por cambios de conducta
en el estudiantado, también a nivel afectivo o físico, y por cambios en las relaciones interpersonales;
de un momento a otro, su personalidad cambia y empieza a implementar conductas que no son
propias de su comportamiento regular, como por ejemplo dejar de comer, el enojo, la violencia, las
autolesiones, entre otras. Es ante dicho panorama, donde las personas profesionales en Orientación
detectan que algo está sucediendo e intervienen con la persona estudiante afectada, para conocer qué
pasa y analizar cómo le puede apoyar en su situación.

La población consultada permite evidenciar que se presta mucha atención a lo conductual,


afectivo e interpersonal. De igual manera, logran identificar la crisis emocional también como una
reacción conductual, emocional, cognitiva y fisiológica de la persona adolescente ante un evento
desencadenante.

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A lo anterior, se suma que aunque los cambios en la conducta y los estados anímicos son los
principales y los que con mayor facilidad se identifican, las crisis emocionales poseen distintas
manifestaciones que dependen de cada persona y que se pueden suscitar tanto fisiológicamente, en
sus relaciones interpersonales y contacto social, como en la expresión y manejo de emociones. Los
cambios dados en estas áreas se pueden observar mediante la conducta y comportamientos
identificados, pero se dan plenamente en distintas dimensiones de la persona.

Además, se considera de gran relevancia conocer el contexto en el que se desenvuelve el


estudiantado y principalmente, la persona adolescente que afronta una crisis emocional, pues así la
persona profesional en Orientación tiene más oportunidades de entender qué puede estar pasando o
cómo este puede influir de forma positiva o negativa en el proceso.

Por otro lado, y comprendiendo lo desarrollado anteriormente, es necesario determinar si hay


redes de apoyo con los que la persona estudiante puede contar, y cuáles opciones se pueden tomar
en cuenta de acuerdo con lo único y particular de lo acontecido, así como formas de afrontar las
crisis. Walker (1990, p. 154), propuso comprender el suceso, evaluar la respuesta de las personas
afectadas, formarlas acerca de las reacciones de estrés y de dolor, facilitar habilidades realistas de
afrontamiento, desarrollar un plan de respuesta, fomentar un buen auto-cuidado físico, reforzar el
uso de las redes de apoyo, realizar las referencias pertinentes y dar el seguimiento
correspondiente. En la misma línea, Everly y Mitchel (citados en Martín y Muñoz, 2009, p.154) con
base en su modelo, afirman que se debe dar una estabilización, evaluación y conocimiento de la
crisis, para facilitar su comprensión y favorecer el afrontamiento adaptativo, o bien, referir a otro
servicio o persona profesional.

Siguiendo lo planteado anteriormente, se procede a analizar y contrastar lo que las personas


entrevistadas mencionan en relación con los estilos de afrontamiento ante las crisis emocionales en
adolescentes, con respecto a lo que plantea la teoría para tener más claro cuál es su incidencia en
ellas.

4.1.3. Estilos de afrontamiento de las crisis emocionales en la adolescencia.

Por estilos de afrontamiento se entienden las predisposiciones a nivel personal para afrontar
los acontecimientos precipitantes de la crisis, las cuales se derivan en las tendencias individuales

230
para el uso de estrategias de afrontamiento, así como de su estabilidad tanto situacional como
temporalmente (Vázquez, Crespo y Ring, citados por Jaramillo, 2015, p.21).

Todas las personas en las distintas etapas de la vida, están expuestas de una u otra forma a
experimentar diversas crisis, lo que puede generar una desestabilidad emocional, importantes
carencias en el sentido de vida y dificultad para utilizar estrategias previas de afrontamiento. Zax y
Cowen (citados en Dzib, 2013) presentan algunas de estas condiciones, entre las que se encuentran
la amenaza y pérdida de suministros básicos, mayores exigencias que enfrentar, fracasos en
proyectos personales y profesionales, desastres con implicaciones de violencia y arbitrariedad, entre
otras (p.96).

Es por ello que resulta de gran interés, después de conocer cómo se suelen manifestar las
crisis emocionales según lo que compartieron las personas profesionales en Orientación consultadas
para la investigación, identificar cuáles son los efectos de las crisis en el estudiantado, y las formas
de afrontamiento que tienen las personas adolescentes, en función de poder entender cómo se debe
intervenir ante cada circunstancia y en qué momento aplicar los PAP.

Hay que tomar en cuenta que la forma de contención no va a ser igual en cada caso, pero sí
se debe tener claro que hay ciertas pautas por seguir en cada intervención, pues los efectos de las
crisis emocionales que hoy en día viven las personas adolescentes no son los mismos que algunos
años atrás. Por lo tanto, se considera necesario identificar cómo están afectando las
crisis emocionales actualmente, para también tener claro cómo se están afrontando.

Con respecto a lo anterior, se retoma lo expuesto por Vázquez, Crespo y Ring (citados por
Jaramillo, 2015, p.21), cuando mencionan que los estilos de afrontamiento se suscitan a nivel
personal mediante estrategias que procuran hacer frente a los sucesos precipitantes de crisis
emocionales situacionalmente, y de manera temporal también. Ante esto, las personas profesionales
en Orientación que participaron en la investigación mencionan lo siguiente acerca de lo que puede
desencadenar una crisis, como de sus respectivas manifestaciones:

“Muchas veces se muestra en violencia, en enojo, depende de las personalidades. Yo creo


que es muy importante también que uno conozca al estudiante, que, si de repente vos ves

231
que es un chico tranquilo, lo ves enojado, lo ves golpeando algo o a la defensiva, entonces
uno dice di algo está pasando [...]” (Orx 2).

También mencionan que se pueden ver los efectos a través de cambios, lo que se respalda
cuando mencionan que:

“[...] pero se nota mucho el cambio de conducta, cambios sociales, cambios en la


alimentación, digamos físicamente se ve un poco más descuidada, tiende a ser un poco más
trágico o trágica, depresivos, suele digamos como maltratarse la persona misma verdad,
ella misma se desvaloriza, en algunas ocasiones tienden a llorar o ocultarse, cosillas así”
(Orx 4).

Aunado a lo anterior, las personas profesionales consultadas mencionan que hay estilos de
afrontamiento que no necesariamente resultan en buscar ayuda, sino que pueden dañar incluso la
salud integral del estudiante. Por ejemplo:

“Sí, a veces son pleitos entre los chiquillos. Hemos tenido oleadas de ideación suicida.
[...] A veces no responden a nada, simplemente es verdad… y también depende del nivel en
el que estén los chiquillos, porque también eso va responder a cuestiones propias del
desarrollo, a veces cuestiones de noviazgo, de autoestima, de consumo de sustancias,
fiestas, etc. Y todo eso responde muchas veces a ciertas etapas y al contexto en el que nos
desarrollamos aquí” (Orx13 - EGF2).

Lo destacado anteriormente por las personas profesionales en Orientación participantes de


la investigación, refleja que aunque las crisis son únicas en cada persona, existen diversos elementos
o sucesos desencadenantes que pueden generar que estas se desarrollen, y que se comparten entre
individuos de la misma etapa del desarrollo. Lo anterior, se puede ejemplificar listando y
entendiendo la trascendencia de las presiones familiares y sociales en la etapa de la adolescencia
con respecto a los estudios académicos, su relación con grupos de pares y otros sectores de
importancia en la construcción de la identidad y las preferencias individuales en diversos ámbitos
de la persona adolescente. Asimismo, más adelante, se atenderá el contexto y sus mediaciones como
desencadenantes importantes de crisis emocionales.

232
Mediante la información recabada de las personas profesionales entrevistadas, se detecta que
situaciones problemáticas como violencia y abusos sexuales en diferentes y simultáneos ámbitos del
estudiantado como la familia y el centro educativo, la incidencia de las drogas en las interacciones
sociales con otras personas adolescentes y las dificultades en el proceso educativo, pueden también
desencadenar crisis emocionales en el estudiantado.

Dentro de los estilos de afrontamiento, según lo expresado por las personas profesionales
consultadas en la investigación, se identifica que las personas adolescentes recurren a ciertas
acciones evasivas o a las autolesiones para afrontar la crisis; acciones que terminan perjudicando su
salud física o mental, o inclusive llevando al suicidio, lo cual se evidencia con lo siguiente:

“Con los adolescentes es curioso, por ejemplo, algo que hemos detectado de hace mucho
tiempo son, incluso los sweaters. Muchas de las crisis de los estudiantes, su forma de
canalizarlo es por medio de autolesiones, verdad [...] Estamos creando una generación
carente emocionalmente, los hemos acostumbrado solo al éxito y nunca al fracaso, y eso
hace que venga esta parte del suicidio, porque son tan carentes emocionalmente [...]”
(Orx1).

Asimismo, se menciona que:

“en cuanto a lo que es cutting, que ellos se estén cortando por A o por B, y esto es en
cuestión de violencia, que se estén gritando o se estén golpeando mucho, lo del bullying,
[...] En cuanto a hostigamiento, en cuanto a consumo y tenencia de drogas y lo que es…
igual tenencia de armas, este ya es el de convivir en general” (Orx3).

Con lo reflejado según las personas profesionales entrevistadas, se identifica que el


estudiantado señalado en estos casos, no cuenta con las herramientas necesarias que le permitan
sobrellevar las crisis de una forma adecuada. Por lo tanto, se evidencian carencias al trabajar la parte
emocional, el sentido de vida, la resiliencia, entre otros elementos, debido a que esta población busca
métodos que atentan contra su integridad física, considerándolos como la salida más cercana para
terminar con los sentimientos, pensamientos y frustraciones generadas por la crisis que están
atravesando.

233
Es por ello, que según los casos del estudiantado señalados en la presente investigación, se
puede entrever que hay una importante carencia de sentido de vida o falta de fortalecimiento en el
área emocional de estas personas adolescentes en particular, pues ante las situaciones difíciles se
inclinan por buscar medidas de afrontamiento evasivas o de daño a sí mismas; no consideran tener
la suficiente preparación para afrontar retos ni nada que los haga dejar su zona de confort. Lo
anterior, se debe a que cuando hay una gran inestabilidad que no pueden controlar y sus recursos
personales reflejan no contar con la suficiente fortaleza interna, no logran utilizar estrategias de
afrontamiento positivas, buscando entonces medios para evadir las emociones que les desagradan.
Refiriéndose a lo anterior:

Las emociones influyen sobre la salud-enfermedad a través de su relación con diversos

sistemas fisiológicos que forman el proceso “salud-enfermedad”, en especial cuando se

convierten en trastornos clínicos, así como por medio de sus propiedades motivacionales

para modificar las conductas “saludables” (ejercicio físico moderado, dieta equilibrada,

descanso, ocio, etc.) y “no saludables” (abuso de alcohol, tabaco, sedentarismo). (Piqueras,

Ramos, Martínez, y Oblitas, 2009, citados por Cano y Miguel, 2001, p.95)

Por lo tanto, es evidente que, si no se trabaja lo que están atravesando, las personas
adolescentes no van a lograr conformar cambios y reajustes que les permitan aprender y crecer de
la experiencia, ni saber cómo actuar ante situaciones difíciles que surjan en el futuro, lo que puede
llevar a que las secuelas de la crisis vivida no sean funcionales ni saludables, y generen patrones o
formas inadecuadas de afrontar sucesos posteriores.

Cómo se evidencia en los aportes anteriores, algunas de las manifestaciones de las crisis en
la etapa de la adolescencia influenciadas por los contextos de la investigación, y que también pueden
ser conductas o experiencias desencadenantes de estas, son el cortarse, ideaciones suicidas, la
violencia, el bullying, el consumo de drogas y la tenencia de armas. Estas conductas, pueden
encontrarse dentro de estilos fijados de afrontamiento, los cuales abordan a continuación.

Es aquí donde se comprueba que las situaciones de conflicto llevan a la última condición de
la incapacidad, de utilizar mecanismos acostumbrados para afrontar problemas, debido a que a la

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persona no le son suficientes y efectivas las pautas o estrategias que usualmente utilizaba para
resolver situaciones problemáticas. Por lo tanto, al tener respuestas que no son funcionales, la
persona tiende a inclinarse hacia el cambio aunque este no siempre sea positivo, lo que puede traer
consecuencias perjudiciales a su salud mental y física.

Por lo tanto, se evidencia el estilo principal de afrontamiento que se está utilizando, el cual
según Sheir y Wientraub (citados en Jaramillo, 2015), es el de evitación del afrontamiento. Dicho
estilo contempla estrategias cognitivas y conductuales que les permite a las personas evitar el
afrontamiento de problemas o emociones que puedan considerarse negativas, las cuales son
derivadas de las situaciones problemáticas que afrontan (p.22).

Este estilo es un intento de manejo no funcional ante lo demandante de la realidad para las
personas, a partir de un alejamiento o un manejo irreal de la situación, pudiendo llegar a ser
manipulativo o hasta ilusorio. Respecto a este estilo de afrontamiento, Casado (citado en Jaramillo,
2015, p.23) plantea que “las estrategias de evitación permiten escapar del problema, reduciendo la
ansiedad y el estrés, permitiendo un reconocimiento gradual de la amenaza” (p.24).

Al evidenciar que el estudiantado recurre al estilo de afrontamiento de evitación, es posible


deducir por medio de dicha información que una de las posibles causas de esta tendencia es la
carencia o poca posesión de herramientas en dicha población, para afrontar sus crisis emocionales.
A esto se le suma lo anteriormente desarrollado, acerca de la dificultad para establecer e identificar
redes de apoyo y otros recursos en los contextos inmediatos de las personas adolescentes, y las
manifestaciones contraproducentes de las crisis emocionales.

Por lo tanto, según lo que expresan las personas entrevistadas en relación con la teoría, se
considera que las estrategias evitativas y las cuales donde predomina la emoción, se erigen en
importantes predictores de un ajuste físico y emocional pobre; esto posibilita la aparición de gran
ansiedad, depresión, conductas disruptivas, bajo afecto positivo y problemas en la salud física. Estas
estrategias pueden alejarse de un afrontamiento realista y directo de un problema, y llevar a un daño
en la salud de la persona adolescente.

Fernández-Abascal (citado en Jaramillo, 2015), manifiesta que las estrategias son “los
procedimientos utilizados por la persona para hacer frente a las adversidades, estas pueden cambiar

235
de acuerdo con las condiciones desencadenantes, y son aprendidas por el sujeto a través de las
experiencias que internaliza observando a otros” (p.25).

Por consiguiente, se entienden las estrategias de afrontamiento como técnicas o


procedimientos aprehendidos por la persona a través de su vida, mediante la interacción consigo
misma y su contexto inmediato, donde pone en práctica diversas acciones para hacer frente a
situaciones con carácter de urgencia y valorar así cuáles estrategias le funcionan apropiadamente
ante los eventos que enfrenta, tanto en su actualidad como en un futuro próximo.

De acuerdo con la información recopilada, es posible clarificar que las estrategias de


afrontamiento de la población adolescente actualmente son la negación, las conductas de evasión, el
centrarse en las emociones y desahogarse y con una ligera y menor incidencia, el incurrir en
actividades distractoras y el consumo de alcohol y drogas.

Ante dicho panorama, se evidencia la importancia del acompañamiento a la población


adolescente en su etapa del desarrollo y en sus crisis emocionales, comprendiendo que forman parte
usual del transcurso de la vida y que el significado de estas puede variar dependiendo de diversos
factores. Trascender de estas entonces, es indispensable para conformar cambios y reajustes que le
permita crecer y aprender de la experiencia.

Por otra parte, dentro de lo mencionado por las personas profesionales consultadas, se
encuentra lo siguiente:

“depende del nivel en el que estén los chiquillos, porque también eso va responder a
cuestiones propias del desarrollo” (Orx13 - EGF2).

En lo mencionado anteriormente, se evidencia que hay crisis que son propias de la etapa de
vida en la que se encuentra el estudiantado, donde experimenta situaciones esperadas dentro de la
misma, pero que le generan crisis emocionales que no sabe cómo sobrellevar. Ante esto, tomando
en cuenta las crisis propias del desarrollo y en esta investigación la etapa de la adolescencia
propiamente, Slaikeu (citado en Dzib, 2013) menciona que

Las crisis del desarrollo hacen referencia a una serie de cambios en el organismo o en la

vida misma de una persona, la cual está caracterizada por diversas tareas, situaciones o

236
preocupaciones que deben ser resueltas para alcanzar un funcionamiento completo; cuando

este cambio es extremo, se convierte en una crisis; esta se relaciona con el desplazamiento

entre las etapas del crecimiento y la dificultad de la transición y de las tareas de cada una

(p.97).

Por lo tanto, las transiciones propias de la etapa del desarrollo de la adolescencia, pueden
generar cambios y estos últimos inclusive, crisis emocionales. Estas transiciones son esperadas en
dicha etapa, por ejemplo las crisis relacionadas con la experimentación o iniciación sexual, los
noviazgos, la búsqueda de identidad y la influencia del grupo de pares, entre otras. Sin embargo, las
formas de actuar o las estrategias que están utilizando las personas adolescentes de los centros
educativos consultados para la investigación y según lo que plantean las personas profesionales en
Orientación entrevistadas, ponen en riesgo la vida propia y la de terceros. Aunado a lo anterior, Zaz
y Cowen (citados en Dzib, 2013) plantean que:

[…] muchas de estas crisis son predecibles, puesto que se sabe con anticipación que

la gente tiene etapas decisivas que enfrentar en diversas ocasiones de sus vidas, razón

por la cual, son naturales y sobrevienen desde la niñez hasta la senectud. (p.97)

Es por ello, que considerando que hay situaciones predecibles que desencadenan crisis
emocionales, se torna de gran importancia trabajar con el estudiantado procesos de Orientación que
le ayude a sobrellevar las crisis emocionales en la adolescencia; las cuales aporten en su crecimiento
y le permitan adquirir estrategias necesarias para afrontar los sucesos difíciles que se aproximen,
como por ejemplo sobre el desarrollo de habilidades de afrontamiento efectivo y positivo,
autoestima, asertividad y solución de conflictos. De este modo, se pueden prevenir eventos que
ponen en riesgo su salud física y mental.

Asimismo, comprendiendo de qué forma la población adolescente a cargo de las personas


profesionales en Orientación entrevistada suele afrontar las crisis suscitadas y mediante cuáles
estrategias y conductas lo hace, es necesario también comprender con cuáles recursos cuenta para
esto, tanto a nivel externo como interno o personales, lo cual se aborda enseguida.

237
4.1.4. Recursos personales para enfrentar la crisis emocional.

Se entiende por recursos personales, las fortalezas internas del yo, la capacidad de resistir el
estrés, el grado de realidad al enfrentar la crisis y de resolver los problemas. Es lo que plantea
Slaikeu (2000) cuando se refiere a:

La fuerza del yo, la historia previa de enfrentamiento a situaciones tensionantes, la

existencia de cualquier problema de la personalidad no resuelto y el bienestar físico,

toman todos parte al determinar si un suceso particular conducirá a una crisis (p.29).

Es por ello que surge el interés de conocer cuáles son los recursos personales, según los
ejemplos concretos proporcionados por las personas orientadoras, que utilizan las personas
adolescentes para afrontar crisis emocionales. Al respecto Orx1 señala lo siguiente:

“[...] hay que alentar a esa persona positivamente, a que puede afrontar esa situación
y visualizar a como nosotros estamos acostumbrados, a ver qué herramientas tanto
internas como externas tiene la persona para afrontar esa crisis. Tal vez hay
estudiantes que no tienen herramientas emocionales para poder afrontarla o
herramientas externas, redes de apoyo que tal vez carecen, entonces es bueno
visualizar qué herramientas tiene la persona para afrontar esa crisis. Ver la situación
y con qué cuenta la persona, para ver cómo puede afrontarla (Orx1).

Se visualiza en lo expresado por Orx1, el hecho de que la persona profesional en Orientación


resalta la identificación de herramientas externas e internas con las que puede contar la persona en
crisis, o que incluso se le pueden facilitar en la atención, y que puedan utilizarse para el
afrontamiento de la crisis y posibles soluciones.

Por su parte, es importante tener presente que no todas las personas adolescentes van a
reaccionar del mismo modo, así como que no necesariamente las crisis se manifiestan al mismo
tiempo, debido a que está relacionado con los recursos personales con los que cuenta, en el momento
de esta. En relación con esto, existen indicadores previos que pueden influir en las reacciones de las
personas en crisis, los cuales deben tomarse en consideración, tales como los rasgos de la

238
personalidad, las habilidades para afrontar los problemas, las experiencias previas, la salud física y
emocional, entre otros (Monge, 2016, p. 45).

Al respecto Orx2 señala lo siguiente:

“Muchas veces se muestra en violencia, en enojo, depende de las personalidades [...] que,
si de repente vos ves que es un chico tranquilo, lo ves enojado, lo ves golpeando algo o a
la defensiva, entonces uno dice di algo está pasando [...]” (Orx 2).

Se observa en el ejemplo anterior, que la persona profesional en Orientación describe el


modo de reaccionar del estudiantado adolescente, lo cual, se relaciona con la capacidad de resistir
el estrés, y el grado de realidad al enfrentar la crisis y de resolver los problemas que posee.

Como se observa, las personas entrevistadas no se remiten concretamente a la existencia de


recursos personales de manera específica en la población adolescente que afronta una crisis
emocional. Sin embargo, generan importantes aportes en torno a que esta etapa no se trata de que
quien brinda la atención, le solucione el problema o la crisis a quien la experimenta, sino más bien
de empoderar a la persona para que pueda hacerle frente a la situación por sí misma en la medida de
lo posible, y en este caso, mediante el fortalecimiento de sus recursos internos.

Entonces, en dicho momento la labor de la persona profesional en Orientación consiste


precisamente en facilitar esas herramientas o fomentar que la misma persona reconozca en ese
instante los recursos tanto personales, como sociales y contextuales con los que cuenta, por lo cual
se profundiza a continuación en esto último.

4.1.5. Recursos sociales y contextuales.

Esta subcategoría se refiere a las redes de apoyo que se deben considerar al aplicar los
Primeros Auxilios Psicológicos y por ende, a la consideración de la influencia del contexto en las
crisis emocionales y su afrontamiento por parte de las personas adolescentes. En este caso, el
contexto busca describir la conducta humana y su inserción en la sociedad, es decir, el accionar
individual analizado desde los aspectos sociales. En otras palabras, se refiere al comportamiento de
la persona adolescente en un contexto social y la influencia que este último tiene, ante situaciones
de crisis emocionales.

239
4.1.5.1. Redes de apoyo al aplicar los PAP.

A continuación, se desarrollan las principales redes de apoyo con las que se puede contar al
aplicar los PAP, para dar soporte a la persona estudiante en crisis emocional. Para ello, se toma en
cuenta el contexto educativo, comunitario y familiar. En primer lugar, se hace referencia a los apoyos
que existen dentro de la institución educativa. En segunda instancia, se mencionan las
organizaciones e instituciones externas que más aportan al proceso de atención de crisis, según la
información recolectada. Y por último, en tercer lugar, se indaga sobre la familia como red de apoyo.

Una de las principales redes de apoyo con las que cuenta la persona estudiante es la
institución educativa en la que se encuentra inmersa, ya que tanto su grupo de pares dentro de esta,
como el personal docente y otros agentes pueden ser un soporte importante a la hora de experimentar
una crisis. Refiriéndose al ámbito educativo:

El hecho de que los niños pasen muchísimo tiempo de sus horas de vigilia en la

escuela coloca a los maestros, administradores escolares, orientadores y personal

escolar de apoyo en un papel determinante en la ayuda a los niños para superar las

principales transiciones de la vida (Slaikeu, 2000, p. 387).

En las siguientes respuestas tomadas de las entrevistas individuales, se pueden observar


distintos aspectos que constituyen un apoyo para las personas estudiantes al experimentar alguna
crisis:

“Redes de apoyo encontramos aquí muchas, por ejemplo, hay estudiantes que no hacen
afinidad con uno, pero hacen afinidad con un profesor. [...] y ese profesor y ese vínculo
puede ayudarle en ese momento” (Orx1).

“Redes de apoyo, sus compañeros, aquí en la institución. Definitivamente los compañeros


tienen un papel fuerte. Nos podemos aliar, depende de los casos, nos podemos aliar a los
compañeros y, di los profesores también. Cuando hay un estudiante en crisis, de inmediato
podemos hacer una reunión para que todos hablemos en un mismo idioma, que eso es muy
importante” (Orx2).

240
“Además, tenemos 100% apoyo de parte de la Dirección. Ella, con ojos cerrados, nos
apoya y nos avala en lo que vayamos a hacer [...] entonces es una gran red de apoyo, y a
raíz de eso, obviamente está todo el personal, todo, los papás, todo, los mismos chiquillos,
estudiantes y todo” (Orx2).

“[...] no descuidar la parte académica, porque la idea es que ese muchacho apruebe, vaya
ahí, el éxito escolar siempre tiene que estar ahí, porque no está aquí sólo para recibir
atención psicológica [...] Ese vínculo también se trata de que no deserte, que es lo número
uno. Que lo que está pasando en la casa, aunque sea un infierno, se puede entender, pero
que no deserte, y brindarle y bombardearlo con la parte extrínseca de motivaciones [...]”
(Orx3).

“Hacemos un trabajo interdisciplinario, entre docentes, equiparando, departamento de


Orientación, Educación Especial y Dirección, incluso también lo que son auxiliares. [...]
nos reunimos un momentito, valoramos el caso y vemos qué acciones se pueden tomar, y si
aun así no sabemos entonces ya acudimos al comité de apoyo, al comité de evaluación o a
la dirección” (Orx4).

“Compañeras de Departamento, la Red de niñez y Adolescencia (PANI), que es el grupo


que incluye profesionales de varios ámbitos para hacer un trabajo interdisciplinario [...]”
(Orx5).

Se mencionan entonces en las entrevistas individuales realizadas, apoyos como el grupo de


pares, todo el personal de la institución, principalmente el equipo docente, el trabajo
interdisciplinario con el Departamento de Orientación, Educación Especial y Dirección, y los
comités de apoyo o evaluación. También se da apoyo con la motivación extrínseca para no descuidar
la parte académica y la toma de medidas a nivel educativo, como ciertos permisos si la persona lo
requiere.

Cabe recalcar que el grupo de pares puede ser un apoyo importante en momentos de crisis,
ya que al encontrarse en la misma etapa de desarrollo y dentro de un mismo contexto a nivel de la
institución educativa, puede existir cierta empatía hacia algunas situaciones similares que se pueden
estar viviendo, y se puede fortalecer ese apoyo mutuo entre la misma población estudiante. No

241
siempre va a ser el caso, puesto que más bien algunas veces el grupo de pares puede ser el causante
de la crisis, por ejemplo, con el bullying. Sin embargo, desde la Orientación se pueden implementar
estrategias para prevenir estas conductas.

Por ejemplo, en el protocolo de actuación del MEP (2016) sobre el bullying, se menciona la
toma de acciones para fomentar la convivencia entre el grupo de pares, donde se precisa que en el
centro educativo se deben aplicar estrategias y acciones concretas para fomentar “una convivencia
de calidad y respeto, fortaleciendo la autoestima y aprendiendo a resolver conflictos de forma
constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando” (p. 7).

Como puede observarse, el personal de la institución es un apoyo; no solamente la persona


profesional en Orientación o Psicología, sino también docentes, personas auxiliares, integrantes del
Departamento de Educación Especial y otros. Al respecto, y acerca de capacitar a los diferentes
agentes dentro de la institución educativa sobre la aparición y tratamiento de crisis, Slaikeu (2000)
expone que:

El reto del entrenamiento entonces se convierte en el de preparar a todos los

empleados escolares para su contribución a facilitar la resolución de la crisis a cada

niño o grupo de niños en cuanto surja la necesidad de ello (p.378).

Por lo tanto, se procura que la persona estudiante pueda contar con diversas personas tanto
adultas como adolescentes dentro de la institución educativa, desde su grupo de pares hasta personal
docente, administrativo y de mantenimiento, para pedir ayuda o como un apoyo en situaciones
difíciles que puedan generar una crisis. De acuerdo con Slaikeu (2000), lo que se espera no es que
el personal se atribuya la responsabilidad del departamento de Orientación, sino que al tener
constante contacto o comunicación con la persona estudiante, los componentes de PAP puedan servir
de estructura para ayudarles a desarrollarse, con el fin de ayudar a su alumnado con las crisis que
pueda experimentar (p.378).

Se sabe que la persona estudiante pasa mucho tiempo en la institución educativa, la cual
constituye parte del contexto en el cual se desarrolla, y como lo han mencionado las personas
profesionales en Orientación entrevistadas, en algunas ocasiones se crean conexiones con alguna

242
persona docente, o incluso cualquier persona inmersa dentro de dicho contexto. Por ende, se pueden
aprovechar esos lazos de confianza para lograr atender una situación de crisis en la persona
adolescente y brindarle el apoyo que necesita.

Dentro de los protocolos del MEP (2018), también se hace hincapié en la importancia de los
apoyos dentro de la institución educativa en situaciones de crisis con personas estudiantes. Por
ejemplo, en el protocolo de atención a la población estudiantil que presenta lesiones autoinfligidas
y/o en riesgo por tentativa de suicidio donde se indica que:

Es necesario el apoyo institucional desde Orientación, Equipos Interdisciplinarios,

Psicología, Servicio de Apoyo en Problemas Emocionales y de Conducta u otras

personas sensibilizadas en la temática, y los apoyos interinstitucionales. Se puede

brindar acompañamiento mediante procesos de ayuda y apoyo a través del trabajo en

grupos grandes (atención colectiva), personal social (grupos pequeños) o atención

individual. (p.27)

Por supuesto, la persona profesional en Orientación es una figura de apoyo que va a constituir
uno de los principales soportes para la persona estudiante. Sin embargo, todo el personal de la
institución puede contribuir a conformar una red de apoyo más amplia para las personas estudiantes,
e incluso el grupo de pares como ya se advirtió anteriormente.

Se interpreta entonces que la totalidad del contexto educativo es de vital importancia en la


atención de crisis y al aplicar los PAP, debido a que dependiendo del ambiente que se haya
construido paulatinamente, puede existir una red de apoyo; un factor protector para la persona
estudiante. Aspectos como una buena relación entre todas las personas de la comunidad educativa,
el sentido de pertenencia y el apoyo entre sí, son elementos que ayudan a dar un mejor soporte en
casos de crisis.

Un hallazgo importante, según lo manifestado por las personas profesionales en Orientación


entrevistadas, es que estas pueden contar con personal de apoyo en casos de crisis en estudiantes,

243
como por ejemplo las personas docentes y auxiliares, la dirección, y otras personas profesionales de
ayuda, principalmente del Departamento de Educación Especial o Psicología.

Ahora bien, Slaikeu (2000) plantea tres sub-objetivos de la primera ayuda psicológica o PAP,
que son proporcionar apoyo, reducir la mortalidad y proporcionar enlace con recursos de ayuda. Este
último se da en caso de que se hayan agotado los recursos personales u otros para ayudar a resolver
la crisis dada, complementando entonces el proceso con otras redes de apoyo; se trata de identificar
las necesidades críticas e inmediatas para referir a quien sufre la crisis, a alguna otra persona
profesional o institución que pueda atenderle de mejor manera (p.114).

Además, por su parte Hernández y Gutiérrez (2014) mencionan la conexión con apoyos
sociales, en la cual se ayuda a establecer contactos breves o a largo plazo con personas de ayuda
primaria o de otras fuentes, donde los recursos comunitarios de ayuda son incluidos (p.19). Para
ello, se indaga sobre algunos de los principales agentes, organizaciones e instituciones de referencia
que se utilizan por parte de la población participante del presente estudio, para identificar algunas a
las cuales se puede recurrir en caso de una crisis emocional en una persona estudiante.

A continuación, se citan algunos ejemplos de lo indicado por parte de las personas


profesionales en Orientación entrevistadas:

“Entonces a veces, incluso con la Latina, hacemos convenio, hay estudiantes de psicología
que ayudan o lo hacen gratis. Por ejemplo, la parroquia de Tibás tiene a disposición una
psicóloga totalmente gratis, tratamos de generar algo rápido, una acción rápida, porque
si me espero a la caja muy probablemente puede pasar algo que podamos lamentar”
(Orx1).

“También, a veces uno duda a quién referir: refiero a la CCSS, refiero al Patronato, refiero
al OIJ, refiero al Juzgado, ¿a quién se refiere? Y hasta ellos mismos a veces le dicen “no,
no es aquí, es allá” y de repente te devuelven para acá y para allá; entonces a veces es un
poquito complicado eso. [...]Defensoría de los Habitantes, que buscar el bienestar del
estudiante desde el MEP, qué sé yo, para poder ser atendidos” (Orx2).

“[...] Aquí hay algo que se llama Proyecto Abraham, entonces aprovechamos, está el
Juzgado si queremos presentar una denuncia por violencia o el Tribunal Juvenil, lo

244
aprovechamos; que, bueno el OIJ ya nos conoce, ya que ellos vienen a cada rato; entonces
es un enlace muy bonito para trabajar” (Orx2).

“[...] igual se remite. No es que aquí se le va a dar toda la atención. [...] se decide
dependiendo de la valoración inicial que se dé, si se manda al Ebais, a la clínica o al
hospital” (Orx3).

“Si la situación es un poquito más seria y esa crisis lleva a atentar contra la vida o la
integridad o la vida de los demás, tratamos de contactar con la Caja, el IAFA en caso de
que sea necesario, o el PANI o las instancias judiciales si fuera necesario, o algunas
instituciones públicas o privadas como la UCR, la Católica, la UNIBE, etc., que dan
ese tipo de servicio, el Colegio de Psicólogos” (Orx4).

“Hay psicólogos que atienden desde su parte social entonces tienen cierta cantidad de
atenciones gratis, entonces uno busca esa, hay ciertas asociaciones verdad también que
trabajan ciertos temas entonces uno busca como más cosas privadas porque a veces… di
pero los protocolos dicen hay que mandarlos al Ebais y al PANI. [...] con las asociaciones
o con fundaciones, pero igual siempre se manda al Ebais y las…Pero no son muy eficientes.
El INAMU también a veces las ayuda. [...] Llamar a otras instituciones si es necesario
como por ejemplo la policía, el 911, el Pani, etc.” (Orx5).

Puede inferirse entonces que las anteriores son las instituciones de referencia más comunes
que se utilizan por parte de las personas profesionales en Orientación entrevistadas, para atender
los diferentes tipos de crisis de ser necesario mediante sus recursos: Caja Costarricense de Seguro
Social (CCSS), el Ebais, 911 (línea de emergencias), Instituto sobre Alcoholismo y
Fármacodependencia (IAFA), Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Organismo de
Investigación Judicial (OIJ), Instituto Nacional de la Mujer (INAMU), Defensoría de los Habitantes,
Tribunal Juvenil, Juzgado, Colegio de Profesionales en Psicología, Policía Municipal, asociaciones,
fundaciones y universidades que dan atención psicológica (Universidad Latina (ULATINA),
Universidad de Costa Rica (UCR), Universidad de Iberoamérica (UNIBE) y Universidad Católica).

Por supuesto, cada institución o departamento de Orientación va a contar con diferentes


instancias para poder proporcionar apoyo en situaciones de crisis de acuerdo con lo único y

245
particular de cada crisis, el contexto en el que se encuentra la institución, la persona estudiante por
referir y la facilidad de acceso a la instancia y atención necesaria. Sin embargo, las anteriores
entidades constituyen las más importantes a nivel general, en relación con las instituciones que se
tomaron en cuenta para la presente investigación. Es crucial por lo tanto, que cada persona
profesional en Orientación vaya construyendo su propio directorio de instituciones y entidades de
referencia, para tenerlo a mano en caso de que se necesite de forma inmediata cuando tenga que
hacer uso de estos recursos como parte de los PAP.

En los protocolos de actuación del MEP para la atención de crisis, se recalca la importancia
de contar con estas instituciones de referencia, y en cada protocolo se pueden observar las
instituciones a las cuales se puede recurrir en cada caso. Algunos ejemplos de estas, se encuentran
en el protocolo de atención del bullying contra población LGTB (2018), donde se puntualizan las
siguientes: Centro de Investigación y Promoción para América Central en Derechos Humanos
(CIPAC), Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Defensoría de los Habitantes Instituto
Costarricense para la acción, educación e investigación de la masculinidad, pareja y sexualidad
(Instituto WEM), Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Ministerio de Educación Pública de
Costa Rica (MEP), 911, e Instituto sobre Alcoholismo y Fármacodependencia (IAFA).

Por otra parte, en el protocolo de atención a la población estudiantil que presenta lesiones
autoinfligidas o en riesgo por tentativa de suicidio (2018), se recomienda la referencia del centro
educativo a psicología de la clínica o EBAIS más cercano. Además, la Caja Costarricense de Seguro
Social (CCSS), 911, Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Ministerio de Educación Pública de
Costa Rica (MEP), Fundación Rescatando Vidas (FUNDAREVI) y la Asociación Costarricense de
Estudio y Prevención del Suicidio (ACEPS).

Puede observarse que muchas de estas instituciones fueron mencionadas por las personas
entrevistadas, por lo cual se infiere que son de los principales recursos de ayuda con los cuales se
cuenta para brindar los PAP, y son parte esencial del procedimiento que se realiza para la atención
de crisis. Los anteriores protocolos, en conjunto con los otros seis que ofrece el MEP para intervenir
en situaciones de crisis, constituyen una herramienta importante, no solamente como guía sobre los
pasos por seguir en casos de crisis con personas estudiantes, sino también como un pequeño

246
directorio ya construido por el MEP para facilitar el enlace con estas instituciones de referencia
como parte del proceso de PAP.

Un hallazgo relevante, es que según lo expresado por las personas profesionales en


Orientación entrevistadas, se pueden incluir dentro de su red de apoyo, otras personas profesionales,
por ejemplo en Trabajo Social, Psicología, Medicina, Psiquiatría, entre otras, que colaboren durante
y después del evento que generó la crisis.

Esta información es sumamente valiosa, ya que por ejemplo en una emergencia médica o
como se planteó anteriormente, una situación crítica donde los recursos a lo interno de la institución
educativa y de quienes la componen no sean suficientes, dichas instancias externas están a
disposición de los apoyos y servicios requeridos.

Aun así, es necesario comprender que en muchas ocasiones estas instituciones no cuentan
con la disponibilidad o facilidad de atención a la referencia hecha debido a trámites burocráticos o
saturación de servicios como lo mencionaron algunas de las personas profesionales en Orientación
entrevistadas, por lo que cobra gran importancia nuevamente la capacitación y la actualización
profesional, así como el aprovechamiento de herramientas y habilidades como la resolución de
problemas para no empeorar la situación y en su lugar, encontrar alternativas que faciliten la atención
de la crisis emocional en la persona estudiante y otras complicaciones que se puedan derivar de esta:

“[...] a veces uno duda a quién referir: refiero a la CCSS, refiero al Patronato, refiero al
OIJ, refiero al Juzgado, ¿a quién se refiere? Y hasta ellos mismos a veces le dicen “no, no
es aquí, es allá” y de repente te devuelven para acá y para allá; entonces a veces es un
poquito complicado eso [...]” (Orx2).

“Es difícil porque por ejemplo, uno quisiera que la atención fuera inmediata pero nosotros
hemos referido casos de chiquillos que me dicen “me quiero matar” y le dan… en el Ebais
le dan la cita al mes [...] (Orx5).

Por lo tanto, queda evidenciado que la coordinación con otras instituciones de la comunidad
como recursos de apoyo, es una función importante que corresponde a las personas profesionales en
Orientación en el contexto educativo, como parte de la atención en PAP a las personas estudiantes.

247
Por último, con respecto a la familia como red de apoyo, retomando a Slaikeu (2000), para
considerar un grupo social como una red de apoyo, en caso de que una persona se encuentre en un
estado de crisis, este debe brindar una de las siguientes formas de ayuda: apoyo utilitario (insumos
para satisfacer las necesidades básicas), apoyo emocional, y brindar información y formas de
acercamiento a otras instancias para recibir la ayuda necesaria (p.114).

En las entrevistas y grupos focales llevados a cabo, la red de apoyo que más se menciona en
este sentido es la familia, pero cabe aclarar que aunque se hace referencia a esta, no precisamente
significa que sea una red de apoyo en la mayoría de los casos, porque de acuerdo con las personas
participantes del presente estudio, la familia no siempre constituye una red de apoyo; más bien se
hace énfasis en que muchas veces no se cuenta con el soporte familiar necesario.

En algunas ocasiones la familia sí se hace presente y se encuentra comprometida en la


educación y desarrollo de la persona estudiante, por lo cual sí se considera una red de apoyo, como
lo mencionan Orx2 y Orx4:

“Hay familias súper comprometidas, hay otras que no. Podríamos decir que un 80-85%
siempre responden, agradecen y se preocupan un poquito, en ese sentido. Hay otro
porcentaje que no, que hay a veces que coaccionarlos; que, si no, van al Patronato o
ponemos la denuncia, eso sí hace que respondan de inmediato. [...]Es que es raro, que
llamemos a una familia y que no venga o a un padre de familia y que no venga” (Orx2).

“Obviamente se invita a la familia porque creemos que la familia es como la principal red
de apoyo que va a tener la persona estudiante” (Orx4).

Sin embargo, en otros casos, la familia no se hace presente en la vida de la persona estudiante.
O más bien, en lugar de ser un factor de protección, se torna en un factor de riesgo, como se menciona
en los siguientes comentarios:

“Porque puede ser que esté bien emocionalmente pero académicamente van mal, o
académicamente están bien, pero en la familia están mal, o con la familia están bien pero
físicamente no, entonces sí se hace esa parte de seguimiento. Y, generalmente, en esa parte
de Orientación es esto, el conversar, el desahogarse verdad, muchos de ellos no se lo
cuentan al papá, no tienen esa red de apoyo en quién confiar” (Orx1).

248
“Influyen en las crisis emocionales que presentan los estudiantes, en la intervención no
tanto ya que uno le da seguimiento en el colegio. El problema se da cuando se refieren a
otras instituciones y no van ya que ese apoyo de la familia no se hace presente” (Orx5).

“Los papás lejos de convertirse, perdón, en un factor protector, son un factor de riesgo.
Entonces todos lo que ellos acaban de decir; ausentes, no vienen, o vienen el 0.0001 de los
papás, y sobre-permisivos con los estudiantes; no saben dónde están, a qué hora salen,
ellos no son los que tienen los límites dentro de la casa, es una cosa. Y es muy desgastante”
(Orx10 - EGF2).

“El problema es que los padres tienen poco manejo de límites verdad, entonces también
están esperando que aquí les vengamos a resolver lo que no pueden hacer en casa.
[...]Muchas veces negligencia y ausencia en el hogar verdad, porque muchos muchachos
que inclusive están casi que, en abandono, muchas veces haciéndose cargo de sus
hermanos más pequeños verdad, la mamá o el papá andan de un lado para otro, no los
quieren tener, entonces eso también forma parte de las complicaciones de los papás. Son
en realidad poquitos los que más bien ayudan en los procesos” (Orx13 - EGF2).

Con respecto a lo anterior, incluso en casos extremos, algunas de las personas participantes
de este estudio expresan que hasta que no haya una amenaza de contactar con el PANI, la familia o
personas encargadas no se involucran, como en los siguientes ejemplos:

“Hay familias súper comprometidas, hay otras que no. Podríamos decir que un 80-85%
siempre responden, agradecen y se preocupan un poquito, en ese sentido. Hay otro
porcentaje que no, que hay a veces que coaccionarlos; que, si no, van al Patronato o
ponemos la denuncia, eso sí hace que respondan de inmediato” (Orx2).

“Es que yo siento que los papas... bueno, para mí no hay apoyo, cuesta mucho. Es más, hay
madres que hacen el rol de papá y mamá, y trabajan todo el día, de sol a sol, entonces si se
citan tienen que solicitar el permiso con anticipación porque no pueden venir de inmediato.
Otros hay que decirles…tengo que llamar al Patronato para que puedan venir porque no
vienen hasta que uno los asusta. Y este… diay, pues acercarlos. Es más, tenemos una Escuela
para Padres cada mes y no asisten…” (Orx12 - EGF2).

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Queda evidenciado entonces que la familia algunas veces es una red de apoyo, pero otras
veces no se involucra en las crisis que puedan presentar las personas estudiantes, por diversas
razones. Por ello es importante que la persona profesional en Orientación y la institución en general
fomenten la participación de las familias en la medida de lo posible, en actividades que les generen
ese sentido de pertenencia a la comunidad educativa, para que así tengan un mayor compromiso en
el proceso educativo y desarrollo psicosocial, emocional y cognitivo de las personas estudiantes.

Este es un hallazgo importante, ya que al conocer que muchas veces la familia no se


compromete tanto en situaciones de crisis de las personas estudiantes o más bien son parte del
desencadenante de la crisis, el trabajo con las familias por parte de las personas profesionales en
Orientación es fundamental. Esto, para complementar el proceso de intervención en crisis, puesto
que cabe recordar que no solamente se da la atención a personas estudiantes y no solo al momento
de crisis se interviene por medio de los PAP, sino que también son esenciales las medidas
preventivas, correspondientes a la prevención primaria; dichas medidas se pueden ir desarrollando
paulatinamente en conjunto con las familias de las personas estudiantes, por medio de citas,
reuniones, capacitaciones, talleres, charlas, entre otros medios.

De igual forma, al momento de un suceso de crisis, el trabajo con la familia de la persona


estudiante es esencial, ya que al trabajar con menores de edad se necesita de la presencia de padres
y madres de familia o personas encargadas para la toma de ciertas acciones y decisiones. Siempre,
en la medida de lo posible, se debe buscar ese apoyo familiar para que la persona pueda hacerle
frente a la situación de crisis no solamente en el momento que se da, sino también en los días y
semanas posteriores. Por ende, una función importante de la persona profesional en Orientación es
la constante comunicación con la familia de las personas estudiantes, tratando de que sea lo más
eficaz y asertiva posible.

La familia puede jugar un rol crucial en el progreso de la persona que sufre la crisis y puede
ser la principal fuente de información para la persona profesional en Orientación en relación con
dicho progreso. Por medio de la familia se podrían notar y registrar los cambios y mejoras en el
seguimiento; por lo que es importante el trabajo en conjunto con el Departamento de Orientación.

Además, la familia puede llegar a ser una fuente importante de apoyo, lo cual en muchos
casos sí sucede, debido a que el soporte familiar viene a brindar un acompañamiento que puede

250
ayudar a promover el bienestar emocional de la persona que sufre la crisis por medio de la escucha,
palabras de ánimo, muestra de interés, entre otras formas. Además, puede proporcionar recursos
materiales y económicos en caso de ser necesario.

Cabe aclarar que además de la familia, puede haber otras redes de apoyo como grupos de
pares o amistades fuera de la institución educativa, en cursos, deportes u otras actividades recreativas
(por ejemplo grupos de scouts), otras personas adultas que se encuentren fuera del grupo familiar o
del centro educativo, integrantes de la comunidad, u otras. Sin embargo, se le da énfasis a la familia,
debido a que fue la red de apoyo que más se mencionó en las entrevistas y grupos focales, además
de los apoyos institucionales que se desarrollaron anteriormente, y en los cuales se incluye el grupo
de pares, entendiéndose como las otras personas estudiantes integrantes de la comunidad educativa.

Por último, es indispensable tener claro que para las personas que atraviesan por un proceso
de crisis, es de suma importancia el poder crear vínculos positivos con sus redes de apoyo, debido a
la trascendencia que dicha relación puede tener para mitigar el impacto de lo sucedido con la crisis.
Lo cual, resulta en todos los desencadenantes que el contexto puede traer a colación, por lo que se
analizará seguidamente.

Influencia del contexto en las crisis emocionales. Al hacer referencia a la influencia del
contexto en el que se desenvuelve cada estudiante, es necesario comprender que la experiencia de
las crisis varía totalmente de persona a persona, su historia de vida y su vivencia en el medio
inmediato donde se desarrolla, lo que genera diversas formas de hacer frente a las experiencias o
situaciones de crisis emocionales. En otras palabras, se refiere al comportamiento de la persona
adolescente en un contexto social y la influencia de este último, ante situaciones de crisis
emocionales.

Ante esto, se puede hacer énfasis en la Teoría de la Crisis en Contexto (TCC) Myer y Moore
(citados en Rendón y Agudelo, 2011, p.223), quienes plantean dicha propuesta como una perspectiva
ecológica para comprender la situación y el impacto de la crisis de forma global sin dejar de lado a
la persona. Esta perspectiva, propone que las crisis y sus efectos suponen una interacción entre la
persona, el sistema, la comunidad y participantes.

251
Debido a lo propuesto en la premisa anterior, se toma en cuenta que la comprensión del
impacto del suceso precipitante de una crisis debe tomar en cuenta la reciprocidad en el efecto que
se genera entre las personas y los contextos afectados. Este efecto conlleva una serie de interacciones
entre las relaciones primarias (directas) y secundarias (mediadas por algún elemento), y el grado de
cambio (interrupción en el funcionamiento) que se disparó por lo sucedido.

Entonces, si la relación entre las personas y su contexto son de soporte, el impacto puede ser
reducido; comprendiendo que los recursos sociales hacen referencia a las personas presentes en el
contexto social inmediato, en el momento precipitante de la crisis, como la familia, las amistades,
compañeras y compañeros, entre otras. Si esa relación más bien es obstruyente, el impacto aumenta.

De acuerdo con lo planteado anteriormente, surge la necesidad y la importancia de


comprender cómo influye el contexto inmediato en la persona afectada, desde la perspectiva de las
personas profesionales en Orientación consultadas en la investigación. Ante esto, se encuentra un
punto en común, que es el contexto familiar. Si bien es cierto, es importante y puede proteger y
reducir el impacto de las crisis, pero también puede ser el que las desencadena, lo cual se ve reflejado
en lo expresado por Orx4:

“por lo menos aquí en Hatillo, en este contexto, el familiar es como el más importante, pero
si la mayoría de crisis vienen desencadenadas por la familia, obviamente también lo social,
la comunidad es muy difícil [...]” (Orx4).

También mencionan que:

“[...] Pero las crisis sí se han diversificado y yo al menos lo atribuyo mucho a esto, que está
totalmente sin fronteras, 24/7 no hay censura, no hay acompañamiento, responsabilidad
parental, chiquillos que conocen un domingo en la madrugada a alguien de 50 años que ya
ni tiene que disfrazar que es de 50 años, de una vez manda una foto que aquí que allá”
(Orx3).

Y por último mencionan que dentro de la población: “también tenemos como le digo, mucho
abuso, mucho abandono, tenemos mucha violencia familiar también [...]” (Orx1).

252
A partir de lo anterior, se logra identificar de acuerdo con lo señalado por las personas que
participaron del estudio que el contexto sí tiene una gran influencia en el desarrollo de las crisis
emocionales en las personas adolescentes y que muchos de los factores que se consideran
normalmente de protección, pueden terminar también siendo factores de riesgo, que impactan
directamente a la persona estudiante.

Para ello, retomando los aportes de Slaikeu (2000), dentro de las formas de ayuda que debe
brindar un grupo social para ser considerado como una red de apoyo está el apoyo emocional, lo que
implica comunicar a la persona que se encuentra en estado de crisis que es amada, comprendida,
protegida y valorada (p.114).

Por lo tanto, se puede identificar en esta investigación que a partir de lo expresado por las
personas profesionales en Orientación consultadas, la familia no es considerada como una red de
apoyo, pues en lugar de transmitirle a la persona adolescente serenidad, acompañamiento,
comprensión y validación, más bien genera sentimientos de culpa y decepción al ver que la persona
no está alcanzando las expectativas de éxito deseadas por parte de su familia o por los patrones que
observan en casa que no necesariamente son positivos, como por ejemplo la violencia. Sin embargo,
es de su contexto inmediato donde ha aprehendido, y por lo tanto es lo que reproduce en otros
contextos.

Aunado a lo anterior, para efectos de la presente investigación es necesario comprender que


muchas de estas familias donde se pueden encontrar adolescentes que han transitado o se enfrentan
a una crisis emocional, residen en contextos comunales de riesgo psicosocial y socioeconómico
aledaños a las instituciones educativas consultadas, tales como Hatillo, La Unión, Barrio Córdoba,
Los Sitios y La Isla de Moravia, entre otros.

En estos sectores, factores como la pobreza, la violencia, la delincuencia, la drogadicción,


los abusos sexuales, entre otros, influyen en el desarrollo de esta población de forma directa e
indirecta negativamente de acuerdo con lo mencionado por las personas profesionales en
Orientación entrevistadas. Asimismo, afectan la intervención y el papel de estas últimas ante la
aparición de crisis emocionales en sus estudiantes, ya que obstruyen la construcción y la interacción
de redes de apoyo dentro de la comunidad educativa y el contexto donde se desarrolla.

253
En relación con lo anterior, hay varias respuestas por parte de la población consultada que
respaldan lo mencionado. Por ejemplo:

“[...] generalmente las crisis se dan por situaciones ajenas a la institución, por ejemplo,
mucho pasa por la parte familiar, como le digo separaciones, ese sentimiento de culpa,
también mucho va en el sentido de que el padre de familia tiene muchas expectativas del
estudiante verdad y a veces el estudiante no la cumple y caen tal vez en negación” (Orx1).

También se menciona:

“La cultura de aquí del entorno sí tiene mucho que ver... hay drogas alrededor, hay cierta
violencia, hay la costumbre por lo menos de las chicas de “me siento resguardada por un
hombre”, por alguien que de repente puede matonear un poquito o lo que sea, entonces hay
ciertas situaciones. [...]” (Orx2).

Y por último: “[...] una crisis personal que puede ser familiar, académico, identidad, sentido
de vida, hay miles de cosas personales; y una crisis para resolver las cosas es porque la
cultura está acostumbrada a resolverlo con golpes, a pesar de que en la institución no se da
tanto [...]” (Orx2).

Se observa según lo expuesto, que las personas adolescentes de los centros educativos
consultados están expuestas a un contexto que incluye violencia, drogas, abandono familiar, entre
otras problemáticas, ya que las zonas son urbano marginales y se exponen a muchos factores de
riesgo. En la Política Nacional de Salud Mental 2012-2021, dictada por el Ministerio de Salud
(2012), se pueden encontrar en la dimensión física y mental de la persona, los cuales se pueden ver
afectados por factores ambientales o aspectos externos, que corresponden a los factores sociales,
económicos y culturales, como la violencia, los ingresos económicos bajos, las prácticas sexuales
de riesgo, entre otras.

Tomando en consideración lo que se manifiesta en la Política Nacional de Salud Mental, y


lo que expresan además las personas profesionales en Orientación consultadas, que el contexto sí
influye en cómo la crisis incide en la persona. Además, se considera que el impacto puede ser
negativo, al menos con esta población, pues hay mayor inclinación hacia los factores de riesgo, como

254
lo son las drogas, la violencia, las comunidades de riesgo, la falta de acompañamiento y la
responsabilidad parental.

Es así, que al conocer la realidad del contexto del estudiantado con el que se trabaja, se torna
necesario visualizar y tener claras las redes de apoyo con las que se puede contar. Ante dicho
escenario, se puede hacer referencia a otra de las premisas del TCC sostenida por Myer y Moore
(citados en Rendón y Agudelo, 2011, p. 223) donde se menciona que el impacto de la crisis en las
personas y en los sistemas concatenados depende de la proximidad física y del significado que se le
atribuye al suceso precipitante.

Entonces se debe tener en cuenta, que la familia es el primer contacto directo de la persona.
Al sentir que no se están alcanzando ni cumpliendo las expectativas la persona adolescente entra en
crisis, porque en lugar de sentir apoyo o que puede lograrlo, más bien siente frustración, e incluso
puede sentir que no es suficiente, como lo menciona Orx1 cuando dice que:

“[...] también mucho va en el sentido de que el padre de familia tiene muchas expectativas
del estudiante verdad y a veces el estudiante no la cumple y caen tal vez en negación (Orx1).

Por lo tanto, es donde interviene la persona profesional en Orientación en la aplicación de


los PAP, para mitigar el impacto de la crisis que pueda sufrir por esa presión familiar.

Se plantea que algunos sucesos son universalmente devastadores, mientras otros no son de
una proporción digna para generar una crisis, pero que deben ser considerados como tal en el
contexto del desarrollo total de la persona que la vive; “[…] necesita observarse tanto el suceso
externo como lo que este significa para la persona en el entorno de la historia de su desarrollo”
(Slaikeu, 2000, p.17).

Por esas razones, es de gran importancia conocer no sólo a la persona y su contexto inmediato
sino también el significado que tiene ese entorno para la persona en crisis y cómo puede influir, lo
que apoyaría mucho más en la aplicación de los PAP y en la contención en el momento de crisis.

Ante este escenario, y tomando en cuenta las formas de enfrentar las crisis, como la
influencia del contexto en el que se desarrollan, surge la importancia de que las personas tengan
claridad de los recursos tanto internos como externos con los que cuentan. Siendo posible inferir,

255
ante lo que se menciona en las frases de las personas entrevistadas, el papel de la Orientación y su
importancia desde su posibilidad de ser un servicio de prevención y promoción de procesos de
atención y enlace con redes de apoyo.

4.2. Estrategia de intervención en crisis de primera instancia: metas, componentes de


los PAP y perfil CASIC.

En la intervención ante una crisis, se plantean tres niveles de prevención para atenderla;
primaria, secundaria y terciaria; y según el objetivo que se persigue, así será el procedimiento o la
estrategia a utilizar (Slaikeu, 2000, p.12). La presente investigación se basa esencialmente en la
prevención secundaria, que incluye los PAP y la intervención posterior de segunda instancia
(Slaikeu, 2000, p.110). Sin embargo, esta intervención de segundo orden, a pesar de su importancia,
no forma parte de este estudio en particular, por lo que no se profundiza en ella dentro de la presente
investigación.

Por otra parte, los PAP se toman como el foco de este estudio, los cuales se entienden como
una intervención de primer orden, es decir, una primera ayuda psicológica inmediata, la cual al
momento de darse la crisis puede tomar desde algunos minutos hasta horas, dependiendo de la
gravedad de la situación (Slaikeu, 2000, p.110). Según Álvarez (2018) los PAP están recomendados
desde inmediatamente después del impacto, hasta aproximadamente setenta y dos horas después.

Para aplicar los PAP, se entiende como estrategia de intervención en crisis, los cinco pasos
o componentes del modelo de Slaikeu (2000). Cada uno tiene un objetivo y señala cuál debe ser el
comportamiento de la persona que interviene. Se establecen tres metas y una evaluación del perfil
CASIC de la persona en situación de crisis emocional. Para ello, se genera esta categoría, en la cual
se analiza lo referente al procedimiento para aplicar los PAP, de acuerdo con las acciones que se
llevan a cabo por parte de las personas profesionales en Orientación participantes de la presente
investigación.

4.2.1. Procedimiento para aplicar los PAP: Componentes del modelo de Slaikeu.

Dentro de las estrategias contamos con la intervención en crisis de primera instancia (Monge,
2016, p.84). Según el modelo de Slaikeu (2000, p.115), existen cinco componentes para aplicar los
PAP. Estos, constituyen una guía para realizar todo el proceso e incluyen diversas estrategias y

256
técnicas que se pueden utilizar en una situación de crisis. Por lo tanto, a continuación, se analiza este
proceso tanto desde el referente teórico como desde la práctica, por parte de las personas
profesionales en Orientación participantes de este estudio, con el fin de explorar el procedimiento
que realizan para atender crisis y brindar los PAP.

El primer componente es hacer contacto psicológico, el cual consiste en el primer encuentro


con la persona en crisis (Slaikeu, 2000, p.115). El objetivo es que la persona se sienta escuchada,
aceptada, comprendida y apoyada, para así procurar que la energía pueda reorientarse a tomar acción
sobre lo acontecido.

Este es un componente indispensable para que se lleven a cabo los PAP, ya que es el que
permite identificar la crisis y tomar acción inmediata. Con respecto a este primer contacto
psicológico, se mencionan los siguientes comentarios de las personas profesionales en Orientación
entrevistadas:

“[…] Primero se trata de dar esos primeros auxilios verdad, a nivel emocional […]”
(Orx1).

“Ahora bien, está el otro tipo de situaciones donde más bien se lo traen a uno. Y ahí uno
tiene que manejarlo un poco diferente, ya no es tan transparente el asunto, ya uno tiene
que utilizar otro tipo de preguntas reflejo y un montón de técnicas ahí, porque sí ya hay
como que sacárselo con cuchara. Pero cuando es el estudiante que viene a uno, es mucho
más fácil porque ya hay más fluidez” (Orx3).

“Hay tres formas, una es cuando ellos o ellas mismas llegan, y generalmente vienen por
una situación X por ejemplo […] La segunda es, cuando uno los ve ahí afuera que están
llorando, se ven ansiosos, nerviosos […] La tercera es cuando hay una tercera persona
que la refiere” (Orx4).

“Hay chiquillos que vienen en crisis muy evidente, que son los que vienen y lloran “profe
ocupo hablar con usted” o llegan al aula y lloran y lloran y lloran” (Orx5).

A partir de lo expresado por las personas profesionales en Orientación, se destaca que esta
primera intervención se dirige hacia una apertura de la persona adolescente para expresarse acerca
de lo sucedido. La persona profesional trata de lograr la empatía, describe y brinda información

257
referente a pensamientos, emociones y sentimientos de la persona afectada por la crisis en el
momento de lo sucedido, ya sea por referencia de una tercera persona, el acercamiento de la persona
profesional en Orientación al detectar algún cambio en su comportamiento, o por iniciativa propia
de la persona estudiante para solicitar ayuda.

Asimismo, la contención emocional cobra gran significado en esta etapa, ya que cuando la
crisis se suscita y la persona adolescente acude o es intervenida por la persona profesional en
Orientación, en muchas ocasiones el manejo y expresión de emociones se ve nublado u
obstaculizado por el impacto del suceso. Por lo tanto, quien le atiende debe ser capaz de facilitar
esta interacción para comprender con la mayor plenitud posible el acontecimiento que llevó al estado
de crisis y cómo se expresa la persona adolescente.

Para poder ejecutar este primer contacto psicológico de forma eficaz, se necesitan ciertas
habilidades como la escucha activa, invitar a la persona a hablar, demostrar interés, poner atención
en cómo la persona visualiza la situación, empatía (tratar de entender la situación desde el punto de
vista de la otra persona), hacer devoluciones reflexivas para que la persona sepa que está siendo
escuchada (reflejar hechos y sentimientos), observar las conductas y reacciones, proporcionar
control de calma, entre otras (Slaikeu, 2000, p.115).

De acuerdo con las personas orientadoras entrevistadas, podría decirse que estas habilidades
se aplican de forma constante, ya que son parte de la formación inicial o universitaria y, de las
características que por lo general tiene una persona profesional en Orientación. Parte de su labor es
precisamente la escucha activa y empatía para poder brindar la atención. Según Monge (2016, p.82)
“de no lograrse la empatía, se pierde toda posibilidad de efectuar una adecuada atención si la persona
interventora no se siente confiada en lo que se hace”. Entonces la persona adolescente no se
encuentra cómoda con la expresión de emociones y sentimientos. A continuación, se citan algunos
ejemplos de ello, tomados de las entrevistas individuales:

“Los PAP vienen siendo esa intervención psicológica en una situación de crisis, en la cual
acompañamos y guiamos a la persona para afrontar esa crisis en ese momento específico
desde la parte emocional, para poder estabilizar a la persona en esa situación de crisis en
el momento que está pasando. El primer paso como profesionales es transmitir esa
tranquilidad, esa seguridad, que la persona vea en nosotros un acompañamiento, alguien

258
seguro en quien puede confiar. Me parece importante que, en ese momento de auxilio
psicológico, la persona pueda tranquilizarse estabilizarse para que posteriormente pueda
expresarse de la situación que le generó esa crisis. Más que todo nosotros, tener una
actitud de escucha, de empatía y no dejar sola a la persona, sino que ella sienta que somos
ese acompañamiento que nosotros nos estamos interesando y que nosotros queremos
ayudarle” (Orx1).

“La idea es primero tranquilizar a la persona, para que después pues le explique qué es lo
que está sucediendo y uno desde esa empatía tratar de ver cómo se le interviene y tratar
de darle seguimiento” (Orx2).

“Lo primero es eso, generar rapport, escuchar a la persona, y ya después uno si va


aplicando el protocolo que se debe […]” (Orx4).

“Hablar con la persona para intervenir la situación y tratar de calmar lo que sucede, y a
los involucrados […]” (Orx5).

Un hallazgo importante en relación con lo manifestado por las personas profesionales en


Orientación entrevistadas, es que logran invitar a la persona adolescente que está presentando una
crisis emocional a hablar, escuchan, resumen los hechos y sentimientos reflejándole a la persona,
demuestran empatía, logran proporcionar control calmante a una situación urgente e intensa. Y,
además, el primer contacto psicológico sirve para reducir el dolor de sentir soledad en una crisis
emocional.

Según la información recolectada, la empatía, la escucha y la necesidad de tranquilizar a la


persona son la base para comenzar la aplicación de los PAP con una persona con algún tipo de crisis
emocional, y deben darse en toda ocasión en la que surjan este tipo de situaciones como prioridad,
al hacer el primer contacto psicológico. Cabe recalcar que cualquier persona con un entrenamiento
adecuado, puede tomar acción en este tipo de intervención, pero se hace énfasis en el papel tan
importante que juega la persona profesional en Orientación, debido a que cuenta con las
herramientas necesarias para ello y se encuentra en capacidad profesional de brindar dicha atención.

259
Se deduce que la primera tarea llevada a cabo por las personas orientadoras, consiste en
escuchar como la persona adolescente que se encuentra en crisis emocional, visualiza la situación,
se comunica, entre otros. Se busca de esta manera, que se sienta comprendida, aceptada y apoyada.

El segundo componente, según Slaikeu (2000, p.118), consiste en examinar las dimensiones
del problema. Para ello, se debe identificar primeramente el evento de crisis o suceso precipitante;
y seguidamente, determinar el funcionamiento o perfil CASIC (conductual, afectivo, somático,
interpersonal y cognitivo) que presenta la persona. Se evalúan las fortalezas y debilidades. Y si hay
cualquier indicio de daño físico, se realiza una estimación de la mortalidad. El objetivo es priorizar
las necesidades de la persona, jerarquizándolas en las que deben tratarse de inmediato y las que se
pueden posponer. En relación con este segundo componente, las personas profesionales en
Orientación entrevistadas expresan lo siguiente.

Primeramente, se evidencia la detección del suceso que generó la crisis en el comentario de


Orx5:

“Primero uno habla con ellos, verdad, para identificar, para ver qué es lo que le está
pasando, qué es lo que les está provocando esa angustia. […] por qué es una crisis
emocional porque en algo le está afectando verdad, en su vida cotidiana […]” (Orx5).

Luego se menciona la valoración de los componentes CASIC, en los comentarios de Orx1,


Orx4 y Orx5. Orx1 y Orx5 hacen referencia a las ideas irracionales, Orx1 además agrega el
desequilibrio que se da a nivel cognitivo y emocional, y Orx4 señala los pensamientos y conductas
que se trabajan a nivel individual:

“[…] algunas personas se dan cuenta que están solas, no tienen ningún acompañamiento,
alguien con quien hablar, etc., y es donde viene una crisis donde hay un desequilibrio total
de la parte cognitiva, emocional y demás, entonces varía mucho” (Orx1).

“[…] mucho pasa por ideas irracionales que tienen verdad, entonces cómo enfrentar eso
con un enfoque cognitivo” (Orx1).

“No es que el CASIC no lo utilizamos del todo porque hay elementos que uno toma, verdad,
generalmente cuando se trabaja individual es lo que más se trabaja, los pensamientos, las

260
conductas, que ellos mismos se evalúen, siempre al final de las sesiones hacemos que ellos
mismos se evalúen” (Orx4).

“También puede ser cambios de conducta con los compañeros, miedo, ansiedad porque
generalmente lleva situaciones que son desconocidas para la persona o le hacen enfrentarse
a algo que no conocían” (Orx4).

“[…] uno va… trabajando verdad, proyecto de vida, “por qué te querés matar”, “veamos
todo lo positivo que vos tenés, cosas tenés a proyecto de futuro”, “qué vas a hacer para
conseguir esto”, y uno empieza todas las cosas positivas “y les va quitando como esas ideas
irracionales de manera preventiva, ¿verdad?” (Orx5).

Se evidencia en la frase etnográfica anterior, una evaluación de la mortalidad, se observa que


el comportamiento de la persona profesional en Orientación, es evaluar si el riesgo la mortalidad es
bajo y la persona adolescente es capaz de actuar en su bienestar. Por otra parte, también se debe
evaluar según Monge (2016, p.110) “si el riesgo de la mortalidad es alto o la persona no es capaz de
actuar en su propio beneficio, entonces, los rangos de acción de la movilización activa de los
recursos hasta el control de la situación”.

Por lo tanto, se puede señalar que la función de las personas profesionales en Orientación es
la de investigar si el riesgo de la mortalidad es bajo y si la persona es capaz de actuar en su propio
beneficio, o si por el contrario, es alto y la persona puede atentar contra su vida.

Por otra parte, Orx4 hace referencia a los cambios de conducta o en la relación con el grupo
de pares que puede presentar la persona estudiante, lo cual permite explorar el área de relaciones
interpersonales, que constituye un elemento fundamental de la valoración CASIC dentro de este
componente del modelo de Slaikeu (2000, p.34).

Además, se evidencia en lo manifestado por las personas orientadoras, el planteamiento de


preguntas abiertas, el hecho de querer llevar a la persona adolescente a una mayor claridad. También,
examinan las dimensiones del problema, debido a que esto permite una perspectiva integral al
incorporar todas las áreas de la persona: conductual, afectiva, somática, interpersonal y cognitiva.
Sin embargo, las mencionadas en las entrevistas son la conductual, la afectiva, la interpersonal y la
cognitiva.

261
Se considera conveniente que las personas profesionales en Orientación presten también
atención al área somática, puesto que los síntomas físicos son esenciales de observar para
determinar, por ejemplo, si la persona necesita algún tipo de atención médica o algún ejercicio de
respiración para tranquilizarse.

Un hallazgo importante es que las personas profesionales consultadas logran de manera


rápida, hacer una valoración de las diferentes áreas de la vida de la persona adolescente con el fin
de examinar las dimensiones de la situación vivida. Este proceso es fundamental debido a que
analizan los obstáculos para la ejecución de un plan en particular. También conjuntamente con la
persona adolescente, se proponen estrategias y procedimientos de acción, los cuales se ejecutan
enmarcados en la realidad y contexto de la persona adolescente.

Examinar las dimensiones del problema es indispensable en el procedimiento de PAP, puesto


que es lo que le va a permitir a la persona que brinda la atención la jerarquización de necesidades y
priorización de acciones, lo cual va a determinar la eficacia de la intervención. Según Monge (2016),
“cuando se analizan las dimensiones del problema, es importante evitar que la persona mezcle
necesidades y traiga dificultades del pasado a su realidad presente inmediata” (p.111).

Por lo que el hecho de saber detectar una necesidad inmediata puede hacer la diferencia al
aplicar los PAP, ya que dependiendo del estado CASIC de la persona, es fundamental responder
primeramente a lo que conlleve un carácter de urgencia como, por ejemplo, ciertos síntomas físicos
o un desequilibrio emocional muy severo.

El tercer componente consiste en explorar las posibles soluciones, lo que implica identificar
un rango de éstas, que respondan a las necesidades inmediatas y posteriores, identificadas
previamente. Se indaga sobre lo que ya se ha intentado, y luego se procura proponer alternativas en
conjunto.

En la mayoría de los casos, se puede lograr un acuerdo entre quien sufre la crisis y quien
brinda la ayuda. Se pueden explorar los pros y contras, categorizando las necesidades para tomar las
decisiones más adecuadas. Y siempre se debe fomentar que la persona haga todo lo que pueda por
sí misma (Slaikeu, 2000, p.120). En relación con este componente, se citan las siguientes frases
etnográficas:

262
“por ejemplo y uno hace el razonamiento socrático” (Orx4).

“[…] uno va… trabajando verdad, proyecto de vida, “por qué te querés matar”, “veamos
todo lo positivo que vos tenés, cosas tenés a proyecto de futuro”, “qué vas a hacer para
conseguir esto”, y uno empieza todas las cosas positivas y les va quitando como esas ideas
irracionales de manera preventiva, ¿verdad?” (Orx5).

Se evidencia en estas frases etnográficas que la persona orientadora utiliza el razonamiento


socrático, el cual le puede facilitar a la persona adolescente el hecho de poder analizar los obstáculos
y reconocer una o más soluciones para las necesidades inmediatas y posteriores. Además, se debe
reforzar la autoestima y la confianza en medio de la adversidad.

Durante el proceso de buscar posibles soluciones es importante analizar los

obstáculos para la ejecución de un plan en particular, se deben diseñar estrategias y

procedimientos de acción, los cuales se efectúen enmarcadas en la realidad de la

persona que se está interviniendo. (Monge, 2016, p.111)

Esto se torna relevante, puesto que esta etapa no se trata de que quien brinda la atención le
solucione el problema o la crisis a quien la experimenta, sino más bien, se trata de alentar la lluvia
de ideas en la persona para que le pueda hacer frente a la situación por sí misma en la medida de lo
posible. En este momento, la labor de la persona profesional en Orientación, consiste precisamente
en reconocer una o más soluciones para las necesidades inmediatas y posteriores para continuar con
el siguiente paso. Es decir, la toma de acciones concretas.

El cuarto componente, es ayudar a tomar una acción concreta, en el cual se conceptualizan


los planes de acción como parte de un contrato verbal entre las partes involucradas, y al fomentar
este concepto, se pretende asegurar un proceso adecuado, que conduzca a la realimentación y
seguimiento. Cuando no hay peligro de mortalidad o violencia u otros, aunque la persona se
encuentre perturbada, puede ser capaz de hacer ciertas cosas por sí misma, por lo que el papel de
quien realiza la intervención, es más de acompañamiento que directivo. El objetivo es implementar
lo convenido en la fase anterior (Slaikeu, 2000, p.122).

263
Al respecto, retomando lo expresado por Orx5 expresa lo siguiente:

“[…] por qué te querés matar”, “veamos todo lo positivo que vos tenés, cosas tenés a
proyecto de futuro”, “qué vas a hacer para conseguir esto”, y uno empieza todas las cosas
positivas y les va quitando como esas ideas irracionales de manera preventiva, ¿verdad?”
(Orx5).

Se rescata este comentario, puesto que al decir: “qué vas a hacer para conseguir esto”, se
plantea una pregunta para tomar acción, es decir, dar un paso a la vez. Este tipo de cuestionamientos
son técnicas esenciales al aplicar los PAP, debido a que se trata de que la persona se enfoque no en
la situación de crisis, sino en acciones específicas que le pueden ayudar a sobreponerse a esta. Por
lo tanto, un hallazgo reflejado en esta respuesta, es que la persona profesional en Orientación se
preocupa por ayudar a ejecutar alguna acción concreta para satisfacer la necesidad urgente y manejar
la crisis.

Desde la disciplina de Orientación, al contar con la capacitación necesaria, la persona


profesional tiene más herramientas para ayudar a tomar decisiones y acciones concretas, por lo tanto,
este componente requiere de especial atención, ya que no se trata solamente de brindar contención
en los PAP, sino también de tomar acciones para atender la crisis. Ahora bien, dependiendo del caso,
ya la citación de familiares o la referencia a alguna otra instancia podría considerarse como una
acción concreta, pero el rol de la persona profesional en Orientación es más proactivo, al ir más allá
de la referencia o el seguimiento, ya que consiste en guiar, proporcionar apoyo y acompañamiento
a la persona que sufre la crisis a lo largo de todo el proceso.

De esta manera, se interpreta que los elementos de acción van a darse desde la escucha activa
en el primer contacto psicológico hasta la exploración de las dimensiones de la situación y toma de
acciones específicas en conjunto con la persona afectada por el suceso de crisis.

El quinto y último componente es registrar el progreso de seguimiento, el cual puede ocurrir


por medio de un encuentro personal, por teléfono, correo, entre otros; para lo cual se debe acordar
tanto quién llamará a quién, o quién visitará a quién, así como también el momento y el lugar para
contacto (Slaikeu, 2000, p.127).

264
Cabe recalcar la diferencia entre seguimiento y la referencia a alguna institución o
profesional. Cuando se refiere el caso intervenido, puede que el proceso de PAP finalice allí, ya que
se deja a la persona en crisis en manos de otros apoyos especializados. Esto puede suceder cuando
la persona que aplicó los PAP no tiene ninguna experiencia en esta área y simplemente dio la
contingencia inmediata. Sin embargo, el seguimiento es mucho más complejo, ya que implica un
mayor involucramiento en el proceso para asegurarse de que se le está atendiendo de forma adecuada
a la persona que experimentó la crisis, y de que hay un progreso (o incluso verificar si no lo hay,
para tomar otras acciones).

Es aquí, donde adquiere mayor relevancia la labor de la persona profesional en Orientación,


debido a que le corresponde hacerse cargo de este seguimiento. Hasta que se corrobora que todo el
proceso se realizó exitosamente, entonces el procedimiento estará completo y la responsabilidad de
quien brinda la ayuda finaliza. Si, por el contrario, estas condiciones no se han encontrado, entonces
se regresa a la fase dos para explorar nuevamente las dimensiones del problema y se reexamina la
situación (Slaikeu, 2000, p.127).

Este componente se enfoca precisamente en ese seguimiento, en el cual la persona


profesional en Orientación juega un papel importante al brindar ese acompañamiento a la persona
afectada por la crisis. Parte de este seguimiento, consiste también en evaluar las redes de apoyo con
las que cuenta la persona estudiante, refiriéndose propiamente al contexto educativo, para lo cual
más adelante, se examinan los apoyos con los que puede contar dentro de la institución educativa,
se analiza el grupo familiar como red de apoyo, y además se abordan las instituciones de referencia
a las cuales se podría recurrir en casos de crisis.

A continuación, se presentan algunos ejemplos del seguimiento que se hace en los diferentes
departamentos de Orientación, según las entrevistas individuales realizadas:

“[…] Seguimiento en el sentido de que haya ido a psicología, se le dan sesiones aparte a
ver cómo sigue él […]” (Orx1).

“Después se le hace una referencia a psicología, se hace también la referencia a la Caja de


lo que pasó y nosotros acá le damos seguimiento. Seguimiento en el sentido de que haya ido
a psicología, se le dan sesiones aparte a ver cómo sigue él […] Generalmente el seguimiento

265
se hace por citas de Orientación, dependiendo de la situación […] ¿Qué es lo que se busca
con el seguimiento? como le decía que el padre de familia tenga sus responsabilidades, con
la familia se trabaja esa parte con sesiones aparte, al estudiante se le da seguimiento
emocional y se evalúa también su integralidad” (Orx1).

“Bueno, fundamental la familia, para poder dar un seguimiento del estudiante desde ya una
visión externa. Los docentes también tienen un papel importante en todo este proceso,
porque al final uno está observando también mucho al estudiante” (Orx2).

“Igual, en la intervención en crisis en ese momento, tiene que haber un seguimiento (…)
porque si no es contención, una cosa es diferente contención y otra cosa ya es el proceso.
[…] Ahora, también yo decido a criterio del caso que le pego una llamadita al psicólogo del
Ebais, o al doctor o mando un correo pidiendo información a ver si me lo envían a mí, un
correito, se imprime y lo anexo al caso. Y para ese caso se abre un expediente […]” (Orx3).

“[…] igual si al muchacho o la muchacha uno le ve por ahí uno le pregunta ¿cómo te has
sentido?, ¿cómo has estado?, a veces se le saca cita, incluso a los papás a ver si ha tenido
cambios positivos, si sigue con la misma actitud […]” (Orx4).

“Entonces yo le digo “ok nos vimos hoy, está pasando esto, yo te voy a mandar a tal y tal
lado, pero vamos a vernos los miércoles que tiene libre” y entonces ahí hablamos. […] A
veces nos traen los comprobantes que les dan en el IAFA o en los lugares donde los ven, o
también ellos me dicen “profe, es que el psicólogo del Ebais me dijo tal y tal cosa”, entonces
como lo podemos hacer aquí en el cole o “en el IAFA me dijeron esto y esto y esto”, entonces
uno les da como citas digamos” (Orx5).

Puede observarse entonces, que en esta etapa de seguimiento lo que se busca por parte de las
personas entrevistadas, es que la persona que ha experimentado la crisis reciba atención posterior al
suceso precipitante, se verifique su progreso, las acciones que se han tomado, la eficacia de los
servicios que ha recibido por parte de otras instancias o especialistas. Incluso se toman en cuenta
otros elementos fundamentales en los comentarios anteriores como la familia, relaciones sociales,
conductas, actitudes y comportamientos, indagar sobre los sentimientos emergentes, entre otros.

266
Orx1, Orx2 y Orx4 incluso enfatizan en que el seguimiento no se trabaja solamente con la
persona estudiante, sino también con la familia o personas encargadas, ya que constituyen una fuente
valiosa de información sobre el progreso que se ha logrado hasta el momento.

Gran parte de este seguimiento, también consiste en mantener el contacto con otras
instituciones y profesionales para corroborar la atención que se le está dando a la persona estudiante,
como lo mencionan Orx1, Orx3 y Orx5. Sin embargo, por ejemplo, Orx2, Orx4 y Orx5 también
indican en los siguientes comentarios, que muchas veces la referencia no es tan eficaz, ya que no
existe una disponibilidad inmediata para atender la crisis en el momento que sucede.

“Mirá, cuando existe una crisis uno deseara que todos los entes que están alrededor a los
que uno tiene que, según el protocolo, trabajar, guiar o referir, no es lo que… Regularmente
te dicen en un asesoramiento que vos tenés que referir ya y que la atención tiene que ser
ya… En la mayoría de ocasiones que hemos referido, definitivamente… Días, meses pueden
pasar para una atención. Claro, ellos también están saturados, no es que es porque no
quieren, pero uno deseara que fuera una atención más pronta porque entre más rápido se
logre trabajar la situación que se está dando, más rápido puede seguir y hasta no agravar.
Sin embargo, no ha sido tan bueno, por el momento, lo de las referencias” (Orx2).

“[…] la gente cuando entra en crisis y uno lo refiere, a veces dependiendo del profesional,
hay profesionales que los atienden bien y les dan un buen seguimiento y otros pues no tanto”
(Orx4).

“Es difícil porque, por ejemplo, uno quisiera que la atención fuera inmediata, pero nosotros
hemos referido casos de chiquillos que me dicen “me quiero matar” y le dan… en el Ebais
le dan la cita al mes. Entonces le manda Clonazepam mientras tanto para que esté calmado
y uno “o sea, ¿qué? En un mes se mata” verdad, por ejemplo” (Orx5).

En estas ocasiones, la persona profesional en Orientación puede hacerse cargo de un proceso


de intervención y seguimiento para que la persona reciba atención. Como se ha observado, no se
trata solamente de detectar la crisis, dar contención, referir y desentenderse de la situación; sino que
se pretende brindar un acompañamiento a la persona, incluso después del momento de la crisis.

267
El seguimiento al ser parte de los componentes de PAP, lo puede realizar cualquier persona
entrenada, puesto que según Slaikeu (2000, p.127), cualquier persona puede aplicar los PAP, ya que
la intervención en crisis de primer orden la pueden y deben brindar quienes observen la necesidad,
en el momento inmediato y en el lugar que se origina la situación. Sin embargo, se hace énfasis en
que este seguimiento es parte importante de la labor de la persona profesional en Orientación, ya
que por la naturaleza de su formación y funciones correspondientes propias de la disciplina, es su
deber proporcionar ese acompañamiento.

Por otra parte, cabe mencionar que la diferencia entre la disciplina de Orientación y cualquier
otra persona que pueda brindar los PAP, está en que se puede dar la atención durante todo el proceso;
la Orientación puede desarrollarse a manera de prevención, contención, intervención y seguimiento.
Como se aclaró anteriormente, tan solo la prevención terciaria le corresponde a otro tipo de
profesionales, de acuerdo con lo planteado por Slaikeu (2000, p.12).

De todo lo anterior, en relación con los componentes de los PAP, según el modelo de Slaikeu
(2000), se interpreta que las personas profesionales en Orientación entrevistadas, logran extraer
información y establecer un procedimiento que permite ir verificando el progreso de la persona
adolescente. Esto con el objetivo de determinar si se lograron o no las metas de los PAP, que serían
el apoyo, la reducción de la mortalidad y el enlace con las redes de apoyo.

Como ha quedado reflejado, se puede decir, que las acciones por parte de las personas
profesionales en Orientación consisten en identificar la situación, obtener información, examinar las
posibles soluciones para la atención de la crisis, tomar acciones específicas y coordinar el debido
seguimiento.

Puede observarse, en cuanto a la aplicación de los componentes según el modelo de Slaikeu


(2000), que no en todos los casos se mencionan en las entrevistas realizadas, los cinco componentes
de los PAP. Los que menos se señalaron de manera explícita, por parte de las personas participantes
del presente estudio, son las referentes a explorar las posibles soluciones y ayudar a tomar una acción
concreta, las cuales son fundamentales en el proceso.

Esto puede deberse a la urgencia de atender la crisis de la forma más inmediata. No obstante,
a pesar de no haber sido mencionados por tres de las personas orientadoras, pareciera estar de manera

268
implícita en el procedimiento utilizado. Es posible, que se tienda a realizar un proceso más rápido o
corto, sin tanta exploración, pasando directamente a tomar acciones concretas, las cuales sí se llevan
a cabo, según lo expresado por quienes participaron en la presente investigación.

En relación con lo anterior, el modelo de Slaikeu (2000), según las personas entrevistadas,
no se sigue al pie de la letra, ya que como lo asegura, por ejemplo, Orx2, no se realiza de forma tan
estructurada:

“Desde la experiencia. Es que en la U te hablan todo muy bonito desde la parte teórica,
pero la realidad de acá... son completamente diferentes la realidad laboral a todo lo que te
hablan en la U, al menos así ha sido mi experiencia. O sea, como que yo te diga yo sigo tal
modelo, no” (Orx2).

También, cabe aclarar, que, según la situación o caso, la persona profesional en Orientación
asumirá un papel más facilitador o directivo. Este último, solamente en caso de ser necesario. “Los
PAP no son una forma de intervención estructural, pero sí es imprescindible que se lleven a cabo
con calidad y esmero” (Martínez y Muñoz, 2009, pp.13-14).

De lo anterior, se interpreta que en algunas ocasiones las personas profesionales en


Orientación no aplican todos los pasos de la intervención en primera instancia según el modelo de
Slaikeu (2000), lo cual podría estar relacionado con el tiempo destinado para la intervención, lo que
a veces les obliga a reducir el modelo o emplear otro modelo similar, pero más breve, ya sea
propuesto por el MEP u otra instancia. Cabe recalcar que el modelo propuesto por Slaikeu es
utilizado como base por otras personas autoras, debido a que de éste se desprenden otros modelos
más reducidos.

La persona que brinda intervención en crisis debe elaborar estrategias prácticas y

útiles para el abordaje adecuado durante una situación difícil de una persona o

comunidad […]. Durante la intervención, se detectan los problemas y se determina

la mejor estrategia de abordaje, acorde con las necesidades emocionales. (Monge,

2016, p.84)

269
Sin embargo, no puede negarse que los aspectos expresados por las personas participantes
de este estudio, al referirse a las acciones que se toman para brindar los PAP, coinciden de forma
significativa con el modelo de Slaikeu (2000). Por lo tanto, el procedimiento que se realiza para
aplicar los PAP en situaciones de crisis, por parte de las personas profesionales en Orientación
entrevistadas, está íntimamente relacionado con lo propuesto por este autor.

Por último, otro hallazgo importante de este proceso de análisis, es que se puede evidenciar
que las personas orientadoras entrevistadas, logran cumplir con las metas de los PAP, que son:
proporcionar apoyo emocional, reducir la mortalidad y enlazar con fuentes de asistencia.

Puede observarse en todo lo anterior, que se toman acciones y se implementan estrategias y


técnicas que permiten brindar ese acompañamiento emocional y, en caso de que la situación lo
amerite, reducir la posibilidad de muerte de las personas estudiantes, brindando una atención
inmediata, valorando las dimensiones de la situación de crisis, y proporcionando el enlace con
recursos de ayuda, en los casos que se requiera.

4.2.2. Técnicas de intervención al aplicar los PAP, señaladas como las más relevantes.

En este apartado se retoman y analizan las técnicas de intervención más relevantes, aplicadas
al momento de brindar los PAP por las personas profesionales en Orientación entrevistadas. Para
ello, se toma a Slaikeu (2000) y, lo planteado por Hernández y Gutiérrez (2014), quienes dividen las
etapas de los PAP de forma muy similar al modelo de Slaikeu, y también proponen algunas técnicas
en cada una de ellas, para brindar la intervención en situaciones de crisis emocionales.

En términos generales, se encontró que las personas orientadoras afirman que emplean
técnicas tales como las preguntas exploratorias, preguntas reflejo, escucha activa, generación de
rapport, recurrir a las redes de apoyo como personal docente, familiares y grupos de pares, manejo
de lenguaje no verbal como los gestos que se hacen, tratar de no juzgar, fomentar la calma y
tranquilizar a la persona en crisis, permitir la expresión, el llanto y el desahogo, facilitar el
empoderamiento y la gestión de emociones. Estos son algunos de los ejemplos citados por las
personas orientadoras:

270
“En primera instancia es ver qué pasó, abrirle el espacio, que no sienta que hay una presión
verdad, sino más bien hacer ese insight, ¿qué te pasó? contame… estamos para ayudarte,
ganarse como la confianza verdad del estudiante” (Orx1).

“[…] Regularmente trabajamos más abierto, al menos yo sí lo trabajo más abierto, con
preguntas espontáneas para poder ir entendiendo la situación y para ir bajando; una vez
que el estudiante está en crisis lo principal acá es que baje la situación para poder entender
cómo puedo trabajar a partir de la situación que tengo” (Orx2).

“Creo que algo también que se ha hecho y yo sé que la otra compañera también lo hace
mucho es la alianza con los profesores. Para nosotros es súper importante, son los que más
los ven y algunos tienen mucha confianza, entonces es un apoyo […]” (Orx2).

“Ahora bien, está el otro tipo de situaciones donde más bien se lo traen a uno. Y ahí uno
tiene que manejarlo un poco diferente, ya no es tan transparente el asunto, ya uno tiene que
utilizar otro tipo de preguntas reflejo y un montón de técnicas ahí, porque sí ya hay como
que sacárselo con cuchara […]” (Orx3).

“Apoyarme con sus grupos de pares para evitar un choque de primera entrada, sobre todo
en casos donde no hay una confianza manifiesta Orientador – estudiante. Empoderar al
estudiante con el objetivo de una óptima gestión de sus emociones, aplicando la inteligencia
emocional y la proactividad. La idea es que el joven se acerque al punto que él es el dueño
de sus emociones y no viceversa. Si la crisis emocional involucra a un familiar cercano, soy
asertivo y desde un inicio indico que por la naturaleza del tema hay que notificar a la familia
[…]” (Orx3).

“Uno empieza por cosillas más personales […] como para que la persona baje la tensión y
ya después una ahí va con otras preguntas como para que la persona vaya soltando
información, no es entrar de golpe porque diay uno se puede sentir atacado incluso, hay que
ir de poquito como tratando de que baje el estrés y la tensión de la persona, […] hay que ir
de a poquito, con mucha paciencia” (Orx4).

271
“[…] Lo más importante para mí es, la escucha activa, el no juzgar y generar ese rapport
con la persona en ese primer instante, y después uno le va enseñando herramientas a la
persona para que vaya sobrellevando la crisis” (Orx4).

“Mucho autocontrol, un mal gesto, un mal comentario, un mal movimiento puede hacer que
la persona se sienta mal, […] no solamente la escucha activa, sino todo el manejo no verbal
que uno tiene que hacer […] tener mucho autocontrol y conocerse uno” (Orx4).

Hernández y Gutiérrez (2014) proponen estrategias muy relacionadas con lo anterior, ya que
señalan la técnica de las preguntas exploratorias, a las cuales se refieren Orx1, Orx2, Orx3 y Orx4;
también advierten que se debe tratar de calmar o guiar a la persona en crisis, como lo dicen Orx2 y
Orx4; promover la interacción y conexión social, como lo indican Orx2 y Orx3 cuando mencionan
las redes de apoyo del personal docente y grupos de pares. Además, hay que mantener el contacto
visual, lo cual tiene que ver con el manejo del lenguaje no verbal que señala Orx4.

Otras técnicas que plantean las autoras, son la escucha y el acompañamiento emocional, las
cuales están implícitas en la mayoría de comentarios; ser paciente para lograr establecer un vínculo
de confianza (no juzgar para establecer el rapport), lo cual sugieren Orx1, Orx2, Orx3 y Orx4. Por
último, fortalecer la autoestima, y como lo dice Orx3; “empoderar al estudiante”, permitir la
catarsis emocional y mirarse desde afuera para identificar emociones negativas, lo cual implica la
inteligencia y gestión emocional de lo expresado.

Se evidencia, que se están aplicando diferentes técnicas propias de los PAP y estrategias de
intervención, de acuerdo con la información recolectada y a lo que el mismo referente teórico
plantea. Sin embargo, existen muchas otras que, aunque no son mencionadas, debido al proceso de
intervención ante crisis emocionales, se emplean con el estudiantado, por parte de las personas
profesionales en Orientación, y se sobreentiende que podrían ser llevadas a cabo de forma
intercalada entre las etapas de los PAP.

De igual forma, como parte de una intencionalidad de mejora y adecuación en la intervención


ante crisis emocionales con el estudiantado, por parte de las personas profesionales en Orientación
de las instituciones educativas consultadas, la capacitación y la actualización en técnicas y
estrategias para aplicar los PAP, se contempla como un aporte valioso y necesario, facilitando la

272
adquisición de mayores herramientas y capacidades para la atención de las necesidades inmediatas
de la población que así lo requiera.

Un hallazgo relevante en relación con la revisión teórica que se llevó a cabo y las entrevistas
individuales realizadas a las personas profesionales en Orientación, es que se encuentra que las
estrategias y técnicas que se aplican al brindar los PAP son la base para que el proceso se realice de
forma que la persona en crisis pueda sobreponerse a las dificultades personales y emocionales que
esta conlleva. Por ende, las acciones que se toman al momento de la crisis, pueden marcar la
diferencia entre la superación de la misma, o por el contrario, causar daño emocional mayor e incluso
la mortalidad de quien sufre la crisis.

Por lo tanto, las técnicas que manifiestan utilizar las personas profesionales en Orientación
entrevistadas, pueden contribuir con la estabilización emocional en primer lugar, para luego
proceder con los otros pasos que completan el proceso, y de este modo, asegurarse de que quien
sufre la crisis reciba toda la atención que requiere en relación con los componentes ya analizados.

No obstante, hay que considerar que cada situación es particular, por lo tanto, se deben tomar
en cuenta las características personales y el contexto dentro del cual se encuentra inmersa la persona
afectada por la crisis. No todas las personas reaccionan igual ante una misma crisis, por lo tanto, se
deben implementar ciertos ajustes al aplicar ciertas técnicas para adaptarlas, con el fin de responder
a las necesidades de cada persona.

Otro hallazgo importante, según lo expresado por las personas profesionales en Orientación
entrevistadas, en cuanto a las técnicas que dicen emplear para brindar los PAP, es que demuestran
con sus ejemplos concretos, que en la mayoría de los casos saben qué hacer y qué no hacer ante una
situación de crisis emocional. Por ejemplo, consideran importante el sentido de la escucha
responsable, comunican aceptación, plantean preguntas abiertas, generación de rapport, recurren a
las redes de apoyo, tales como, personal docente, familias y grupos de pares, manejo apropiado del
lenguaje no verbal como los gestos que se hacen, tratar de no juzgar, fomentar la calma y tranquilizar
a la persona en crisis, permitir la expresión de sentimientos, el llanto y el desahogo, facilitar el
empoderamiento y la gestión de emociones. Las técnicas mencionadas logran facilitar el proceso de
intervención en crisis.

273
Es posible inferir, que las personas profesionales en Orientación entrevistadas pueden
aplicar estas técnicas, debido a que adquirieron el conocimiento en su formación profesional inicial.
En este caso en particular, son herramientas que ayudan a brindar la intervención en crisis de primer
orden, por lo que se evidencia en los comentarios anteriores, que cuentan con las habilidades y
capacitación necesarias para brindar los PAP.

4.2.3. Protocolos del MEP como guía principal para aplicar los PAP en el contexto
educativo

Los protocolos del Ministerio de Educación Pública, son un instrumento de uso obligatorio
en todos los grados o niveles de los centros educativos públicos, con el fin de desarrollar un proceso
de mediación pedagógica, dando insumos teóricos, prácticos, administrativos y legales para tener
pautas generales a seguir en la atención de las situaciones de violencia y riesgo que se presenten,
(MEP, 2015).

Estos protocolos están diseñados para la intervención en crisis de diferentes situaciones y


para brindar los PAP. De acuerdo con las publicaciones del MEP (2017). Son 8 protocolos en total:
Protocolo de actuación en situaciones de 1) bullying; 2) bullying contra la población LGTBI en los
centros educativos; 3) hallazgo, tenencia y uso de armas; 4) hallazgo, tenencia, consumo y tráfico
de drogas; 5) violencia física, psicológica, sexual, acoso y hostigamiento sexual; 6) lesiones auto-
infligidas o en riesgo por tentativa de suicidio; 7) restitución de derechos y acceso al sistema
educativo costarricense de las personas víctimas de trata de personas; y 8) discriminación racial y
xenofobia.

Los que se consideran más relevantes para la presente investigación, son los relacionados
con el bullying, tenencia y consumo de drogas, violencia y hostigamiento sexual y riesgo de suicidio,
debido a que son las situaciones que más se mencionaron por parte de las personas profesionales en
Orientación entrevistadas, y además constituyen situaciones comunes que suelen generar crisis
emocionales en las personas estudiantes.

Según las entrevistas realizadas y grupos focales, estos protocolos sí se están utilizando e
incluso algunas de las personas participantes los tenían a la mano y los mostraron a la hora de las

274
entrevistas. En las instituciones donde se recolectó la información, las personas profesionales en
Orientación mencionan lo siguiente:

“Sí trabajamos entonces con el protocolo del MEP, que hasta viene una serie de preguntas
que, si uno quisiera encuadrarse en esas, podría seguirlas para entender un poco más al
estudiante” (Orx2).

“[…] Sirven mucho los protocolos, vienen a servir mucho para los docentes. Porque, ¿qué
hacían antes los profesores? “ay, es que tal estudiante me expresó esto”, salgo corriendo
para Orientación. Entonces esto le da una herramienta muy guiada al docente para que sepa
qué tiene que hacer” (Orx2).

“[…] Es como muy básico. Pero sí, los protocolos podrían ser una guía para…, de hecho,
es una guía para momentos críticos” (Orx5).

“Es responsabilidad de ellos saber el protocolo, sin embargo, hay elementos ya muy propios
de Orientación que un docente no maneja, que es en donde uno tiene que intervenir.
Entonces si bien es cierto, el protocolo se convierte en una guía, para atender una situación
inmediata, emergente, pero el que tiene las competencias teóricas y emocionales, es el
profesional en Orientación […]” (Orx10 - EGF2).

De acuerdo con los comentarios anteriores, se interpreta que estos protocolos conforman una
guía, no solamente para la persona profesional en Orientación, sino también para el cuerpo docente
y todo el personal del centro educativo en general, ya que como lo mencionan Orx3 y Orx10 - EGF2,
los protocolos los debe activar quien detecta la situación de crisis:

“El MEP le pide a uno como patrono que esto lo maneje no sólo el Orientador. Si un conserje
o una secretaria se dan cuenta de que un muchacho se está cortando, él es el encargado de
activar el protocolo y por ley tienen que conocer esto […]” (Orx3).

“El problema es cuando no los aplican. Es que a veces se tiende a creer que es
responsabilidad de Orientación, y no. El protocolo lo activa quién lo detecta, y hay que estar
lidiando con eso […]” (Orx10 - EGF2).

275
Esto coincide con el modelo de Slaikeu (2000) al expresar que cualquier persona que
identifique una situación de crisis puede brindar los PAP. Sin embargo, como lo advierte Orx10 -
EGF2, la persona profesional en Orientación tiene competencias y habilidades por la naturaleza de
su trabajo y su formación, que pueden ayudar a que los PAP se realicen de forma más profesional.

Sin embargo, estos protocolos están diseñados para que cualquier persona pueda utilizarlos
para aplicar los PAP, puesto que contienen preguntas y conceptos básicos, una serie de pasos a
seguir, consideraciones legales e instituciones de referencia para cada caso específico, entre otros
elementos. Por ejemplo, como lo menciona Orx3, hay un ordenamiento dependiendo de la situación
de crisis:

“Dependiendo de la naturaleza de la crisis, en eso sí me gustan los protocolos que hay un


ordenamiento, porque se utiliza una escala. Si es una situación de que no quiero volver a mi
casa, y que inclusive me quiero suicidar porque mi vida no tiene sentido, entonces uno tiene
que identificar el grado de pensamiento que tiene, porque puede ser que quiere suicidarse,
pero no ha planeado cómo, entonces no ha llegado a la etapa de planeamiento, sólo de
ideación y por ahí anda” (Orx3).

Con respecto a lo anterior, el protocolo de atención a la población estudiantil que presenta


lesiones autoinfligidas o en riesgo por tentativa de suicidio (2018), utiliza el modelo CASA (cambios
repentinos – amenazas verbales y no verbales – sentimientos – acciones o conductas) para valorar
riesgos. Se toman acciones como identificación de la situación, citar a la familia, abordaje en el
centro educativo con el estudiantado y referencia a alguna otra institución. Y se utiliza la escala
P.A.L.I. (pensamiento de muerte y plan, aislamiento, letalidad e intentos previos) igualmente para
la valoración de la situación.

Se indagó también sobre algunas desventajas que podrían presentar estos protocolos, pero
solamente Orx5 comenta sobre ello:

“Sí. Digamos que eso es como lo único que le da el MEP, los protocolos verdad. Pero
también los protocolos son como, no es nada preventivo ni nada de atención emocional
verdad, porque usted los ha visto por supuesto; es como llame al 911, eh, llame a los papás,
llame al PANI y refiera” (Orx5).

276
En relación con lo anterior, se infiere que se puede enriquecer el material informativo de
dichos protocolos; sin embargo, se encontró que, por ejemplo, en el protocolo de atención del
bullying contra población LGTB (2018), sí se dan algunas recomendaciones para promover la
convivencia entre el grupo de pares, que se podrían tomar como acciones de prevención, tales como:

Se vuelve indispensable que el o la estudiante se reconozca y se acepte a sí mismo y

a sí misma y asuma el ejercicio de su sexualidad libremente, sin violencia ni

coerción, sin etiquetas ni estigmas”, “se debe promover y utilizar un lenguaje

inclusivo”, “es sumamente importante introducir y trabajar el tema en el espacio de

aula a principio de año, aun cuando no existe un emergente, a efectos de habilitar

desde el inicio la posibilidad de que los/as eventuales afectados/ as puedan comunicar

y pedir ayuda ante el problema. (MEP, 2018, p.28)

Se interpreta, que a pesar de que estos protocolos podrían complementarse con más
información, sí están muy completos y no se puede negar que son una guía fundamental para aplicar
los PAP, por lo que cabe destacar su utilidad tanto para los departamentos de Orientación, como
para todo el personal del centro educativo, ya que como se mencionó anteriormente, contienen
lineamientos específicos para atender casos muy particulares de crisis en las personas estudiantes al
momento de brindar los PAP.

Cabe agregar que, de igual manera, le corresponde a la persona profesional en Orientación


complementar la atención con la prevención primaria y secundaria, refiriéndose ya propiamente al
procedimiento de intervención en crisis, y el acompañamiento durante todo el transcurso del
proceso, que implica ese apoyo emocional que la persona estudiante en crisis requiere, dependiendo
de cada situación.

Con respecto, a la utilización de los protocolos del MEP en relación con el modelo de Slaikeu
(2000), se retoma lo dicho anteriormente, debido a que, según las personas entrevistadas, no se sigue
el modelo al pie de la letra, ya que como lo indica, por ejemplo, Orx2, no se realiza de forma tan
estructurada:

277
“Desde la experiencia. Es que en la U te hablan todo muy bonito desde la parte teórica,
pero la realidad de acá... son completamente diferentes la realidad laboral a todo lo que te
hablan en la U, al menos así ha sido mi experiencia. O sea, como que yo te diga yo sigo tal
modelo, no. Al principio los protocolos de actuación le ayudan a uno a seguir una guía
entonces es un aporte importante” (Orx2).

Esto podría obedecer a que como se señaló anteriormente, se procura tomar acciones más
inmediatas para atender la urgencia de la situación de crisis en la persona estudiante, por lo que se
requiere acortar el proceso. No obstante, en cada protocolo del MEP hay una serie de pasos a seguir,
muy relacionados con el modelo de Slaikeu (2000), para aplicar los PAP.

Por ejemplo, en los protocolos de actuación en situaciones de bullying (2016), bullying


contra la población LGTB (2018), situaciones de violencia física, psicológica, sexual, acoso y
hostigamiento sexual (2016), y hallazgo, tenencia, consumo y tráfico de drogas. (s.f.), se plantean
pasos a seguir muy similares entre sí, que básicamente consisten en los siguientes: paso 1) detección
de la situación, paso 2) comunicación a la Dirección, paso 3) atención de la situación, paso 4)
comunicación con las familias, paso 5) entrevista con todas las partes, paso 6) definir las medidas a
seguir con las diferentes partes, paso 7) seguimiento a la implementación de las medidas, paso 8)
medidas/acciones para restaurar la convivencia.

Por lo tanto, en relación con el modelo de Slaikeu (2000), en el paso 1, al detectar la situación
se está haciendo el primer contacto psicológico; en el paso 3 al atender la situación se examinan las
dimensiones del problema, ya que en los mismos protocolos vienen guías para detectar qué tan grave
es la situación, en el paso 4 y 5 al contactar a las familias y todas las partes se exploran las posibles
soluciones, en el paso 6 se definen medidas a seguir, lo cual conlleva a ayudar a tomar acciones
concretas, y en el paso 7 se realiza el seguimiento.

Como puede observarse, no es el modelo de Slaikeu (2000) propiamente, pero al fin y al


cabo el procedimiento que se realiza por parte de las personas profesionales en Orientación para
brindar los PAP desde los protocolos del MEP es muy similar a lo planteado por este autor.

El protocolo de atención a la población estudiantil que presenta lesiones autoinfligidas o en


riesgo por tentativa de suicidio (2018), sí tiene una estructura un poco diferente, ya que es mucho

278
más extenso, se utiliza el modelo CASA en lugar del CASIC, y la escala P.A.L.I. como se mencionó
anteriormente. En este protocolo en particular, se proponen los siguientes pasos: 1) contención
emocional, 2) Comunicar a la dirección, 3) Referencia, 4) apoyo institucional, y 5) seguimiento.
Aunque los pasos son más breves, probablemente por la gravedad de este tipo de casos, igualmente
se relacionan estrechamente con los componentes del modelo de Slaikeu (2000).

En definitiva, se refleja que no se sigue con rigurosidad el modelo de Slaikeu (2000) por
parte de las personas profesionales en Orientación participantes de la presente investigación, pero sí
se toman acciones para atender las crisis durante y después del suceso, y se aplica un procedimiento
congruente con el modelo al brindar los PAP.

Por otro lado, en todas las instituciones se dice que se utilizan los protocolos del MEP, que
también tienen relación con el modelo de Slaikeu (2000) al partir de que, cualquier persona que
detecte la crisis puede aplicar los PAP y activar el protocolo, contienen diferentes pasos a seguir
muy similares a los componentes de Slaikeu (2000), y se incluye el proceso de seguimiento y
referencias.

Se puede interpretar entonces, que el procedimiento y las técnicas que aplican las personas
profesionales en Orientación para brindar los PAP en situaciones de crisis emocionales, con
personas estudiantes adolescentes dentro del contexto educativo, según las entrevistas y grupos
focales llevados a cabo para la presente investigación, consiste en tomar acciones tales como:
contención y estabilización emocional, invitar a la persona a hablar, hacer preguntas exploratorias y
reflejo de contenido y sentimientos, permitir el desahogo y la expresión de sentimientos, poner en
práctica la escucha activa, no juzgar a la persona, brindar guía y acompañamiento.

Además, el manejo adecuado del lenguaje no verbal, establecer rapport y confianza,


demostrar interés y empatía, analizar las dimensiones de la situación, valorar las áreas emocional,
conductual, cognitiva y afectiva; debatir ideas irracionales, ayudar a identificar herramientas
externas e internas para afrontar la crisis, referencia a instituciones como recursos de apoyo,
comunicación con la familia, grupo de pares y departamentos del centro educativo, trabajo
interdisciplinario, seguimiento, tomar en cuenta a la comunidad educativa para la intervención
(incluyendo a la familia), aplicación de los protocolos del MEP, entre otros. Lo cual, como ya se
mencionó, viene siendo muy similar al modelo planteado por Slaikeu (2000).

279
Todos estos procedimientos que se realizan en las instituciones educativas incluidas en el
presente estudio, desde los diferentes departamentos de Orientación para brindar los PAP, responden
a pautas generales que se aplican para atender la crisis. Por supuesto, cada institución y cada persona
profesional tiene su manera de hacerlo, pero todo sigue una misma línea con pasos, técnicas y
estrategias similares. Además, se mantiene una guía en común, que son los protocolos del MEP.

Cabe rescatar, que se están llevando a la práctica múltiples acciones propias del referente
teórico investigado sobre los PAP; sin embargo, se considera importante la constante capacitación
para refrescar pasos importantes a seguir y estrategias más actualizadas para la intervención; no
solamente dirigidas a profesionales en Orientación, sino también a docentes, personal
administrativo, familias, e incluso estudiantes.

Lo anterior, porque si bien los protocolos del MEP son una herramienta de vital importancia,
se puede complementar el proceso para la aplicación de los PAP, además del trabajo desde la
prevención primaria y la atención de la crisis, posterior al suceso precipitante. Por lo tanto, el rol de
la persona profesional en Orientación se torna especialmente importante para ejecutar un
procedimiento más integral, que responda a las necesidades de la persona estudiante que sufre la
crisis durante todo el transcurso de la situación.

4.3. Perfil profesional de la persona orientadora para la intervención en crisis


emocionales
La presente categoría tiene como objetivo conocer cómo debe ser el perfil de las personas
profesionales en Orientación; principalmente a la hora de aplicar los PAP, ya que los casos que los
requieren tienen características diferentes como el perfil profesional de la persona orientadora para
la intervención en crisis emocionales, se entenderán los conocimientos, las habilidades, destrezas,
fortalezas, competencias y actitudes. Es decir, son todos esos aspectos formativos, que caracterizan
también a la persona que pone en práctica los PAP, garantizando una intervención competente.

Bajo esta reflexión, cabe advertir que, el perfil según Monge (2016) “nace del estudio de las
competencias que se requieren para brindar la intervención en crisis” (p.129). En este caso de las
personas profesionales en Orientación. Por lo que a continuación se analizan algunas de estas

280
capacidades, las cuales facilitan a las personas profesionales en Orientación su quehacer profesional,
ante la atención de PAP a personas en situaciones de crisis.

En cuanto a los conocimientos, se requiere que las personas profesionales en Orientación


entrevistadas, conozcan acerca de la teoría y práctica de la intervención en crisis necesaria para
ayudar a las personas que pasan por un evento de crisis. Se sabe que estos conocimientos, están
integrados, tanto al Plan de estudios de la Universidad de Costa Rica, como el de la Nacional.
También, no se puede dejar de lado la actitud ética y profesional, la cual está relacionada con la
necesidad de responder con compromiso a la sociedad costarricense, la actualización, así como el
hecho de ejercer de manera eficiente, objetiva e imparcial la profesión.

Ahora bien, resulta relevante referirse a las principales habilidades y destrezas que poseen y
ponen en práctica las personas profesionales en Orientación de este estudio, al momento de
intervenir con personas adolescentes que se encuentran en situaciones de crisis emocionales.

Si se hace referencia a lo planteado por Sandoval (2018, p.17), se toma en cuenta que la
Orientación como profesión en Costa Rica, tiene tres características principales, lo cual es de gran
importancia con respecto al perfil, que deben tener las personas profesionales en Orientación a la
hora de atender crisis emocionales. La primera de ellas consiste en que esta se encuentra relacionada
con un trabajo de ayuda, donde se da asistencia a las personas. La segunda característica hace
referencia a que se considera como un servicio que brindan estas personas profesionales; y la tercera
característica, plantea que dicha labor consiste en un acompañamiento constante, respetuoso y
sistemático, que se les brinda a personas y a grupos que requieren una guía en medio de sus vidas.

Es por ello, que se puede considerar que la Orientación, como profesión, busca ser un medio
de ayuda para las personas en todas sus etapas del desarrollo humano, debido a que es un
acompañamiento constante, como lo propone el autor. Ante esto, es esencial que en ese
acompañamiento estén presentes las características del perfil de la persona profesional en
Orientación, así como también, que se promuevan estrategias que permitan la aplicación de los PAP
de una forma adecuada.

De manera que entran al análisis otros aspectos, como las destrezas y habilidades que se
ponen en práctica al momento de intervenir, y las cuales juegan un papel fundamental en el rapport

281
que se logra con la persona adolescente, pues van a permitir que se genere la confianza suficiente
para alcanzar la catarsis y que, a raíz de ello, la persona profesional en Orientación, pueda darle la
contención necesaria de acuerdo con el caso.

Para Monge (2016) las destrezas son definidas como:

Habilidades que se desarrollan a través del entrenamiento, y entre, más práctica se

tenga, mejores intervenciones se podrán realizar, a saber: técnicas de afrontamiento;

técnicas de entrevistas; técnicas de comunicación a través del lenguaje verbal y no

verbal; comunicación asertiva; redactar informes; manejo del estrés; sintonía

emocional; escucha empática; trabajo en equipo, catarsis como técnica de desahogo

emocional. (p.98)

Considerando lo anterior, las personas profesionales en Orientación consultadas en esta


investigación se refieren a lo siguiente,

“[...] tal vez no todo el mundo tiene la objetividad que se tiene, que debe tener el ideal de un
orientador y el saber cómo hacia dónde canalizar o llevar, buscar ayuda, porque a veces en
el momento de la crisis, a falta de resolver, se toman malas decisiones. Tal vez esa es la
particularidad de nosotros que nos dice “suave, suave un toque, esto es mejor por aquí, [...]”
(Orx6-EGF1).

Además, se mencionan características que debe tener una persona profesional en Orientación
a la hora de aplicar los PAP e intervenir en crisis, por ejemplo, se habla de ciertas características de
las personas profesionales en esta área, y al respecto se menciona lo siguiente

“Es que hay una sensibilidad y una empatía sumamente fuerte, definitivamente, que uno
asumiría que cada persona la debe tener, pero no es así” (Orx2).

Por lo tanto, es necesario que la persona profesional en Orientación se conozca, sepa cuáles
son sus habilidades o destrezas, hasta dónde puede llegar y qué debe poner en práctica a la hora de
intervenir.

282
Además, desde esta profesión existe esa preocupación por la persona que se tiene en frente,
ante esto mencionan

“[...] está ese factor humano de que cómo no le voy a preguntar si usted está en mi clase por
qué está llorando [...]” (Orx7- EGF1).

Por lo tanto, no se puede dejar de lado lo que plantean Park y Peterson (2009) en García
(2017), cuando hacen referencia a las fortalezas y virtudes personales en función de ayudar a la
persona a enfrentar las circunstancias y a alcanzar una mayor integralidad en las áreas de su vida,
específicamente, lo que se refiere a la virtud de la humanidad.

La virtud anterior, se relaciona con fortalezas interpersonales que implican cuidado y amor
hacia otras personas, teniendo en cuenta que al frente se tiene a una persona y que se requiere apoyar
en su totalidad como ser integral que es. En ocasiones, solamente escucharla, preguntarle cómo se
siente y acompañarla en el proceso, genera cambios positivos y significativos en la vivencia de la
crisis.

Entonces, se observa que la virtud de la humanidad, el preocuparse por lo que está sintiendo
la persona que se tiene al frente, ese sentido en querer ayudar a las demás personas y enseñar cómo
canalizar la situación o buscar ayuda, son características importantes del perfil de la persona
orientadora, aunado a esto, se encuentra el siguiente párrafo que refuerza lo dicho, en función al
perfil y destrezas de la persona profesional en Orientación, en la aplicación de los PAP;

“Escuchando, poniendo atención, validando los sentimientos de la persona, [...] la tolerancia


es muy importante, tampoco puedo emitir juicios de valor personales [...] apoyarla dentro de
lo que se pueda” (Orx4).

En relación con lo expuesto anteriormente, Monge (2016, pp.99-105) propone ciertas


habilidades y destrezas que, en este caso, las personas profesionales en Orientación consultadas,
ponen en práctica al momento de aplicar los PAP, como lo son:

● Acompañamiento: brindar permanencia y estar junto a la persona, tratando de generar el


sentimiento de apoyo y protección, con el fin de conducirla en medio de la situación que está
atravesando hacia el alivio, procurando el equilibrio entre sentirse sola y acompañada;

283
● Catarsis: es permitir que la persona afectada por el evento desahogue las emociones y
pensamientos generados por la crisis;

● Escuchar: se refiere a la escucha activa, no sólo a oír. Cabe aclarar, que la escucha empática
no consiste en estar de acuerdo con todo lo que la persona en crisis manifiesta en medio de
su dolor, sino estar atentos a lo que habla, para comprender lo que trata de expresar, desde
su realidad, que puede ser muy dolorosa, tanto emocional como intelectual.

Siguiendo lo anterior, se destaca la importancia de que las personas profesionales en


Orientación desarrollen habilidades en las situaciones cotidianas a las que se enfrentan, las cuales
permitan intervenir de una forma correcta y eficaz, y que la persona orientada se sienta validada y
apoyada. Ante esto, se retoma la frase

“[...]está ese factor humano de que cómo no le voy a preguntar si usted está en mi clase por
qué está llorando [...]” (Orx7- EGF1).

En función de lo anterior, se torna necesario tomar en cuenta que el factor humano es


indispensable, pues la persona que recibe la intervención está exponiendo una situación que la está
afectando, que le remueve sentimientos y emociones, y que, para ella en ese momento, es lo más
importante.

Por lo tanto, es posible advertir dentro de lo expresado por las personas profesionales en
Orientación consultadas para la investigación, que se necesita que tengan una virtud de humanidad,
teniendo siempre en cuenta que se está trabajando con seres humanos, que necesitan de tiempo,
comprensión y apoyo, en muchas áreas de su vida ya que son seres integrales.

En relación con lo anterior, es que surge la siguiente categoría, la cual procura profundizar
en conocer el rol y aporte de la persona profesional en Orientación, tomando en cuenta su perfil,
ante la intervención en crisis y la aplicación de los PAP, para también poder determinar cómo se
diferencia la Orientación de otras disciplinas, incluyendo su carácter preventivo.

4.4. Rol y aporte desde la disciplina de la Orientación en los PAP.

Esta categoría hace referencia al rol de la persona profesional en Orientación, es decir, la


función que desempeña y su aporte, que se entiende como la contribución o apoyo que brinda, ante
284
la intervención en situaciones de crisis emocionales. Por lo tanto, se analiza dicho rol y aporte desde
la perspectiva de las personas profesionales en Orientación participantes del presente estudio, en
relación con los PAP.

De manera que a continuación se profundiza no solamente en el rol de la persona profesional


en Orientación en la atención de situaciones de crisis, sino que además se indaga sobre los retos que
se encuentran en dicha intervención desde la disciplina de Orientación, y por último, sobre algunos
aportes para la aplicación de los PAP, por parte de las personas entrevistadas en el contexto del
MEP.

El rol de la persona profesional en Orientación constituye una labor y acompañamiento


durante todo el proceso de crisis tanto a nivel de prevención primaria como secundaria. Con respecto
a la prevención primaria, esta obedece al principio de prevención de la Orientación, que consiste en
tomar acciones para el desarrollo integral de las personas, anticipándose a ciertos eventos, antes de
que puedan causar repercusiones negativas. Frías (2015, p.25), sostiene que este principio de
prevención se origina en el campo de la salud y que la intervención en Orientación se da para
fomentar el desarrollo personal y el fortalecimiento de las personas.

4.4.1. Rol y aporte de la persona profesional en Orientación, en relación con la


prevención primaria.

La prevención primaria se refiere a las estrategias de mejoría previas a que se den los sucesos
críticos de la vida. Por ello, este tipo de prevención tiene lugar mucho antes de que se dé una crisis.
La prevención verdadera consiste en evitar que sucedan algunos acontecimientos en primera
instancia. Tiene como objetivos, reducir la incidencia de los trastornos mentales y fortalecer el
crecimiento y desarrollo humano a través del ciclo vital (Slaikeu, 2000, p.12). Sin embargo, al no
poder cambiar factores externos o influir sobre ciertas circunstancias, las estrategias se dirigen a la
capacitación.

Esta capacitación incluye brindar a las personas herramientas para la solución de problemas
que puedan surgir en la vida cotidiana y el desarrollo de sus habilidades personales y sociales con el
fin de que se encuentren más preparadas para enfrentarse a los sucesos críticos de la vida.

285
Slaikeu (2000) se refiere a la “Orientación anticipatoria” para enseñar sobre habilidades de
enfrentamiento y solución de problemas, con el fin de resolver situaciones que aún no suceden
(p.370). Por lo tanto, la disciplina de Orientación juega un papel de vital importancia en el tema de
prevención, ya que busca el crecimiento y desarrollo de la persona en todas sus áreas de vida a lo
largo de todo el ciclo vital. Esto permite fortalecer habilidades, aptitudes, aprendizajes, manejo de
emociones, y otros elementos primordiales en el enfrentamiento de presentes y futuras situaciones
de crisis.

El papel que juega la disciplina de la Orientación en la prevención primaria es crucial, ya


que se encarga de facilitar herramientas a las personas estudiantes por medio de sesiones
individuales, grupales y colectivas, que les permitan desarrollar sus habilidades personales para
hacer frente a posibles crisis futuras.

En las entrevistas individuales, se enfatizó en la importancia del aporte de la persona


profesional en Orientación, en relación con la prevención primaria, la cual es muy propia de dicha
disciplina. A continuación, se exponen algunos ejemplos de temáticas, acciones y formas de aplicar
la prevención primaria, mencionadas en las entrevistas individuales por parte de las personas
profesionales en Orientación participantes del presente estudio:

“Yo creo que puede marcar una pauta en tomar decisiones. La labor oportuna y preventiva
va a ayudar mucho para que el adolescente retome o piense en otras decisiones. [...]
Entonces la labor de nosotros es muy grande, grande en el sentido de que somos esa
barrera preventiva y eso nos marca con los demás profesionales [...]” (Orx1).

“[...] también algo muy importante es la prevención, aunque estemos interviniendo ya una
crisis que se ha dado, podemos seguir previniendo y eso es muy importante. La idea es no
llegar a estos protocolos, la idea es no llegar a la intervención en crisis como tal, sino
prevenir una. [...]” (Orx2).

“Que ese estudiante desde que entra a sétimo sepa hacerse responsable de lo que hace
[...] tomar decisiones adecuadas. [...] Pero al amarrarlo con temas de drogas, de abuso y
de todo, ese autoconocimiento lo amarramos a que esas decisiones sean proyectadas a

286
cosas más… a saber decir que no a la presión de los amigos, a ir a un puesto, saber decir
no, y que esos no son sus amigos, o sea, saber discernir” (Orx3).

“[...] por más insignificante que ellos consideran que sea para mí no va a ser
insignificante, si tienen una situación ahí vemos cómo la resolvemos, [...] para uno puede
ser una tontería, pero para ellos no, entonces ese tipo de cosas creo que ayudan mucho a
la prevención, y creo que gracias a eso también he logrado que una crisis que pudo haber
sido más grande se pueda resolver, incluso antes de que se diera” (Orx4).

En las frases anteriores se puntualiza aportes importantes que realizan las personas
profesionales en Orientación entrevistadas, en relación con la prevención primaria con el
estudiantado, tales como el desarrollo de procesos basados en temáticas de toma de decisiones,
autoconocimiento, aprender a decir que no a la presión social del grupo de pares, saber discernir y
hacerse responsables. Al trabajar estas áreas de forma preventiva, aumentan las posibilidades de que
las personas estudiantes puedan contar con más recursos personales para manejar una crisis de forma
más autónoma y asertiva en el futuro.

De igual forma, como lo menciona Orx4, poner atención a ciertos detalles también puede
ayudar a prevenir algunas crisis, ya que con atención a situaciones que pueden parecer
insignificantes se puede lograr que una crisis que pudo haber sido mayor se pueda resolver, o se
pueda prevenir antes de que se dé.

Slaikeu (2000, p.12), enfatiza en utilizar la educación como una herramienta para este tipo
de prevención, al enseñar habilidades para enfrentar eventos que puedan llevar a una crisis. Por lo
tanto, la persona profesional en Orientación cumple un rol fundamental en este tipo de prevención,
ya que como lo indica Orx1, esto es lo que marca la diferencia con otras personas profesionales. Por
medio de modalidades como las lecciones colectivas, se puede trabajar en la prevención primaria
desarrollando temas que vayan empoderando cada vez más a las personas estudiantes, para adquirir
habilidades personales que les ayuden a afrontar situaciones adversas y posibles crisis futuras.

Las personas profesionales en Orientación entrevistadas, advierten la importancia de las


lecciones colectivas cuando mencionan lo siguiente:

287
“Yo siempre rescato las lecciones de Orientación, porque no siempre llega un estudiante a
decirte “estoy mal” […] Entonces a nivel de prevención diría que la lección de Orientación
y talleres. También se busca traer charlas que sean complemento para ellos, trabajamos sus
habilidades con el fin de alejarlos de las drogas, aumentamos su autoestima y eso nos va a
ayudar a que haya menos crisis y tratar de amortiguar el impacto, pero siempre de forma
preventiva” (Orx1).

“Es muy importante, uno como orientador, la lección colectiva […] uno consejos como tal
no va a dar porque uno es facilitador de procesos de apoyo y el problema es suyo […] yo le
puedo brindar qué herramientas tiene usted dentro de su autoconocimiento para solventarlo
[…]” (Orx3).

“Yo pienso que la parte preventiva más importante que uno tiene son las colectivas, porque
usted ahí empieza como a meterle información para que ellos digan “ah sí, mirá lo que
hablamos en la lección de esto y esto, y puede ser que si yo lo estoy haciendo” o cuando
están en un asunto como que tiene que tomar una decisión “ay, nosotros hablamos eso en
la lección de Orientación y la profe nos enseñó que nosotros podemos decir que no digamos”
(Orx5).

En las entrevistas individuales se abordaron temáticas, acciones y modalidades de


prevención primaria, las cuales se abordan principalmente en la Orientación colectiva como lo
mencionan Orx1, Orx3 y Orx5. Al respecto, Sanz (citado por Frías, 2015) en el libro “El desarrollo
teórico de la Orientación”, sostiene que la Orientación colectiva “permite responder a los principios
de prevención –primaria y secundaria–, desarrollo e intervención social” (p.34). Por lo tanto, las
lecciones colectivas son fundamentales tanto para la prevención primaria como secundaria. Muchas
veces con los temas que se abordan en las lecciones colectivas de Orientación, salen a relucir
situaciones que están atravesando las personas estudiantes, y de ahí se parte para realizar una
intervención, lo que por ende puede prevenir una crisis.

En relación con lo anterior, es donde se ha traído a colación la importancia de los espacios,


como las lecciones de Orientación que se tienen con el estudiantado, como lo mencionan las
personas profesionales en Orientación consultadas, los cuales permiten trabajar procesos de
fortalecimiento personal.

288
Orx1 también hace referencia a los talleres y charlas, dentro de las frases anteriores, y dice
que los pasillos son un lugar importante para poder detectar situaciones que requieran atención de
forma preventiva:

“También el detectarlo a tiempo, y eso solo se logra no quedándose en la oficina. A mí me


gustan mucho los pasillos. Ya que ves gente sola o gente llorando, o aquel no andaba con
sus amigos […]” (Orx1).

Y Orx3 recalca la importancia de trabajar también con el personal docente y las familias,
por ejemplo, con la “escuela para padres”:

“Hablando del tema, y no sólo con los estudiantes. Personal docente, estudiantes y padres.
Nosotros hacemos escuela para padres una vez al mes en la noche. Y los mismos temas que
hablamos con los chicos los trabajamos con los papás. […] Pero es que, si solo hablamos
del tema con los estudiantes a nivel preventivo, estamos descuidando las otras partes”
(Orx3).

Por lo tanto, se puede trabajar desde distintas modalidades y con toda la población que forma
parte de la comunidad educativa, para abordar diversas temáticas que ayuden en este tipo de
prevención, para abarcarla de forma más integral. Esto se considera un hallazgo fundamental, debido
a que se evidencia la importancia de incluir a las personas inmersas en el mismo contexto educativo,
en el proceso de prevención para que sea más eficaz desde un mismo lenguaje y la coherencia en el
discurso de todas las partes, en la medida de lo posible.

A nivel general, algunos de los temas que las personas entrevistadas dicen que se trabajan
son: habilidades, autoestima, autoconocimiento, seguridad personal, búsqueda de identidad, toma
de decisiones, resolución de conflictos y expresión de sentimientos de forma asertiva. Estos son
fundamentales, ya que constituyen herramientas personales que pueden fortalecer el área emocional
o cognitiva, para enfrentarse a futuras crisis de manera más autónoma y empoderada. A
continuación, se presentan algunos ejemplos de ello:

“Desde la parte de prevención sería mucho trabajar la parte de autoconocimiento,


autoestima; en el momento en que yo en esas áreas estoy fuerte, no es que no me vaya a

289
afectar, pero vas a tener una línea más fuerte desde tus habilidades, desde el conocimiento
de lo que vos podés hacer, para al final, poder afrontarla de una mejor manera […]” (Orx2).

“Además, la seguridad personal, la búsqueda de identidad, toma de decisiones y la


resolución de conflictos, cómo puedo expresar yo esos sentimientos de una forma que sea
asertiva, pero que también se pueda resolver saludablemente […]” (Orx2).

En relación con lo anterior, la prevención primaria sostiene que:

Las intervenciones pueden consistir en facilitar la construcción de conocimientos,

capacitar para enfrentar situaciones de riesgo, desarrollar destrezas específicas para

la resistencia ante comportamientos como la violencia o el uso de drogas, favorecer

una auto-imagen positiva en las personas, establecer relaciones interpersonales

provechosas, edificar una escala de valores reflexiva, realizar proyectos que surjan

de necesidades detectadas, propiciar procesos que permitan a las personas conocer

sus características personales y sociales, incluyendo la aplicación de pruebas,

favorecer el bienestar emocional, la toma de decisiones y las habilidades para la vida

(Arguedas, 2015, p.53).

Puede notarse entonces que estas temáticas que señalan las personas profesionales en
Orientación entrevistadas, vienen a formar parte de esas habilidades para la vida que menciona esta
autora, fundamentales para la prevención primaria, con el objetivo de contar con herramientas
personales que ayuden con el afrontamiento de situaciones difíciles, y de presentes y futuras crisis
emocionales.

Al respecto se advierte lo siguiente:

En primer lugar, la prevención primaria se dirige hacia la población en general para

evitar condiciones que perjudican el bienestar. Son todas aquellas actuaciones sobre

las condiciones generales de vida, actitudes y comportamientos de las personas que

290
pretenden impedir o retrasar la aparición de problemas, así como aminorar su

frecuencia. La prevención primaria puede dirigirse a personas, familias y otras

agrupaciones, docentes, estudiantes y comunidades enteras. (Arguedas, 2015, p.52)

En relación con lo anterior, cabe recalcar que, como ya se mencionó, la prevención primaria
no solamente se puede trabajar con las personas estudiantes, sino con todas las personas que integran
la comunidad educativa (incluyendo la familia). Por lo tanto, el rol de la persona profesional en
Orientación viene a cobrar particular importancia en este proceso de prevención de situaciones de
crisis, tomando en cuenta el contexto en el que se encuentran inmersas las personas adolescentes y
el personal del centro educativo, y fomentar las habilidades para la vida que van ayudar en el
afrontamiento de presentes y futuras situaciones de crisis.

Por otra parte, Orx2 y Orx3 mencionan un aporte importante de la disciplina de Orientación
al recalcar que lo que le diferencia de otras disciplinas es la Orientación Vocacional:

“[...] Esa parte es muy, muy importante, nosotros tenemos el plus educativo, tenemos el
plus vocacional, entonces por ahí podemos desarrollar muchas habilidades que de repente
los chiquillos [...]” (Orx2).

“La razón de ser del Orientador en las escuelas y colegios es la parte vocacional. Lo que
pasa es que, al no haber otro tipo de profesional, a nosotros nos toca manejar todo, desde
lo psicológico [...] Pero nosotros es la parte vocacional, el autoconocimiento [...]” (Orx3).

Como lo mencionan Orx2 y Orx3, la Orientación vocacional es un componente muy propio


de la disciplina que la distingue de todas las demás. Sin embargo, no excluye otras áreas como lo
son la Orientación familiar, laboral-ocupacional, etc., Además de que la Orientación vocacional
implica trabajar los elementos mencionados como el autoconocimiento, la toma de decisiones, el
saber discernir, entre otros; que vienen a fortalecer otras áreas y se convierten en recursos personales
importantes. Éstos, por supuesto, van a ayudar a enfrentar las diferentes situaciones de la vida, y por
ende prevenir futuras crisis. Por lo tanto, al abordar estas áreas, se está trabajando indirectamente
también desde la prevención.

291
Se enfatiza entonces en el rol de la persona profesional en Orientación como uno de los
principales agentes en esta prevención primaria, al trabajar previamente con las personas estudiantes
temas de gran relevancia en el ámbito personal y social, que les ayuden a hacerles frente a diferentes
situaciones que puedan desencadenar en una crisis. Y además, ayudar a reducir trastornos mentales
y fortalecer el desarrollo humano a través del ciclo vital.

Si bien es cierto que la prevención primaria no corresponde al procedimiento de PAP, se


determinó como un elemento importante en todo el proceso de intervención en crisis, muy propio
de la labor que se realiza dentro de la disciplina de la Orientación, de acuerdo con quienes
participaron en esta investigación, para la prevención de crisis a futuro, lo cual podría facilitar los
PAP, al momento de un suceso precipitante que pueda generar una crisis. Esto, porque puede
fomentar el desarrollo de diversas herramientas personales, desde las diferentes modalidades,
abarcando las áreas de vida de la persona estudiante, lo cual se considera un aporte significativo.

4.4.2. Rol y aporte de la persona profesional en Orientación, en relación con la


prevención secundaria.

Es indispensable tener claro cómo intervenir cuando ya se ha generado una crisis y es donde
entra el nivel de prevención secundaria, el cual se aplica cuando se actúa ante la presencia de una
problemática o fenómeno indeseado, y se procura minimizar su impacto y las posibles repercusiones.
Es decir, cuando se suscita la crisis emocional.

Para Slaikeu (2000), este tipo de prevención pretende reducir los efectos de la crisis y
promover el crecimiento por medio de dicha experiencia. Además, la prevención secundaria viene
a responder al “principio de intervención” de la Orientación que según Frías se refiere a lo siguiente:

El trabajo de Orientación desde este principio supone la modificación de las

condiciones del entorno que dificultan el pleno desarrollo; la persona debe ser

consciente que debe actuar sobre esas condiciones lo que supone una persona

profesional en Orientación que actúa como agente de cambio. (Frías, 2015, p.27)

292
Con respecto al rol y aporte de la persona profesional en Orientación desde la prevención
secundaria, Orx1, Orx2 y Orx5 hacen los siguientes comentarios:

“Mientras que en Orientación el enfoque es más preventivo, pero eso no quiere decir que
no tengamos un enfoque de intervención con las personas, si bien nos enfocamos más en
la parte preventiva, también tenemos casos donde hay que intervenir [...]” (Orx1).

“Los PAP vienen siendo esa intervención psicológica en una situación de crisis, en la cual
acompañamos y guiamos a la persona para afrontar esa crisis en ese momento específico
desde la parte emocional, para poder estabilizar a la persona en esa situación de crisis en
el momento que está pasando. El primer paso como profesionales es transmitir esa
tranquilidad, esa seguridad, que la persona vea en nosotros un acompañamiento, alguien
seguro en quien puede confiar” (Orx1).

“[...] entonces eso les da mucha fortaleza: emocional, personal, valor hacia sí mismos; yo
creo que sí es muy, muy importante. Volvemos a lo mismo, protocolos de actuación, cómo
actuar en el momento, pero lo que se ha hecho previo y lo que se hace después es netamente
de Orientación, o sea el profesor activa un protocolo en ese momento, pero después el
papel de Orientación sigue, el profesor simplemente cerró un protocolo y ya, pero nosotros
seguimos con ese trabajo” (Orx2).

“Nosotros por nuestra formación verdad, no nos centramos en la crisis que es importante
verdad, porque a veces otros profesionales son como “ok, yo lo voy a curar eso que a usted
le pasó, o eso que a usted lo trauma o eso que usted tiene ahí reprimido”, pero nosotros
no. Nosotros de la crisis buscamos las habilidades y las potencialidades que tiene la
persona para que salga adelante” (Orx5).

Entonces, al realizar la intervención, “la persona profesional en Orientación se encarga de


acompañar y guiar en el enfrentamiento de la crisis desde la parte emocional para lograr estabilizar
a la persona” como lo menciona Orx1. Además, Orx2 hace hincapié en “abordar elementos que le
brinden fortaleza en lo emocional y personal, y en su propio valor”. Y por último, Orx5 dice que
“se buscan las habilidades y potencialidades que tiene la persona”. Entonces, mucho se trata de ir
trabajando estas diferentes áreas personales en conjunto con quien se encuentra en el proceso de

293
enfrentamiento de la crisis, para restaurar su estado inicial antes del suceso, pero ya con más
herramientas y recursos personales.

Los comentarios de las personas participantes evidencian cómo a la disciplina de Orientación


también le corresponde la prevención secundaria, la cual, en estos casos, se da al momento de la
crisis, en el que corresponde aplicar los PAP y en la intervención posterior a manera de seguimiento.
Por lo tanto, se menciona la intervención, por medio del acompañamiento, guía y estabilización,
exploración de potencialidades con las que cuenta la persona estudiante, y por supuesto, el
seguimiento correspondiente.

Como lo plantea Slaikeu (2000), “el enfoque para un orientador es tener contacto con el
niño y su familia; encauzando la actividad de Orientación a ayudar al paciente en crisis a superar las
cuatro tareas de resolución de la crisis: supervivencia física, expresión de sentimientos, dominio
cognoscitivo y adaptaciones conductuales/interpersonales” (p.380). Esto se puede lograr por medio
de la intervención de la crisis durante las sesiones individuales con la persona estudiante para ir
trabajando en estas cuatro tareas, hasta completar el proceso.

Parte del rol y los aportes de la labor orientadora consisten en ayudar a la persona
adolescente a visualizar la crisis como una oportunidad de crecimiento, ya que se pretende que salga
fortalecida de todo el proceso al realizar la intervención en crisis. Al respecto, Orx1 asegura lo
siguiente:

“Vemos siempre las crisis como algo negativo, pero puede que esas crisis salgan a flote y
ayuden a crecer a la persona. Yo siempre digo que las crisis son necesarias porque nos
retan, pero en ese reto algunas personas se dan cuenta que están solas, no tienen ningún
acompañamiento, alguien con quien hablar, etc., y es donde viene una crisis donde hay un
desequilibrio total de la parte cognitiva, emocional y demás, entonces varía mucho”
(Orx1).

En relación con lo anterior, se sostiene que:

Los seres humanos estamos capacitados para convertir las crisis en


oportunidades, las dificultades en posibilidades; para afrontar de forma positiva,
con optimismo inteligente, las situaciones adversas, para dotarlas de sentido,

294
para vivirlas más como retos y desafíos que como amenazas o fracasos
irreparables, para enfrentarlas o esquivarlas, o para reducir su nivel de impacto
psicológico (Palomero, Teruel y Fernández, 2009, p.19).

Entonces, como lo menciona Orx1, “las crisis son necesarias porque ayudan a crecer a la
persona”. Por lo tanto, la persona profesional en Orientación tiene un rol facilitador de vital
importancia en este proceso de intervención, ya que es el agente que va a procurar esta interpretación
de la crisis como algo que va a permitir adoptar actitudes, pensamientos, acciones y conductas que
desemboquen en la resiliencia.

Se trata de ayudar a la persona estudiante a dotar de sentido la experiencia que está


atravesando para que una vez concluido el proceso, logre continuar con su vida cotidiana, pero
llevándose el aprendizaje de lo vivido. Las personas por lo general no son las mismas luego de
experimentar un suceso de crisis, ya que, al superar ese desequilibrio, con la ayuda profesional
adecuada, hay un crecimiento, por más mínimo que sea, manifestándose en una madurez emocional.

Sin embargo, el rol y aporte de la persona profesional en Orientación no termina allí, ya que
no se limita solamente a la persona que sufre la crisis, sino que también es un agente de apoyo
importante para toda la comunidad educativa, incluyendo la familia de la persona estudiante. Esto
se ejemplifica en los siguientes comentarios emergentes de los grupos focales:

“Y otra cosa, usando este mismo ejemplo, también uno tiene esa consciencia de que esa
mamá que yo voy a llamar para decirle la situación de su hijo, también me va a entrar en
crisis, es lo esperable, que me entre en crisis; otra sería que no le importe, pero
naturalmente suele pasar que esa persona se vea afectada [...]” (Orx6 - EGF1).

“[...] por nuestro rol dentro de la institución educativa. No solamente se trata de la


atención para con el estudiante, sino de la comunidad educativa completa. Es común que
llegue un profesor llorando a la oficina porque pasó x situación o x cosa, entonces ahí uno
cumple un rol orientador [...]” (Orx10 - EGF2).

Como lo menciona Frías, haciendo referencia al plan de estudios del bachillerato de la carrera
de Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación (Universidad de Costa Rica, 2000):

295
La Orientación considera a la persona como un ser con capacidad para aprender

y desarrollarse; independiente, irrepetible, que se encuentra en un proceso de

desarrollo individual y en relación con los grupos: familiar, comunal y nacional

y que tiene capacidades para realizar su proyecto de vida en el aquí y ahora;

para tomar decisiones, capacidad que está íntimamente relacionada con la

naturaleza de las personas. (Frías, 2015, p.19)

Se puede observar entonces que la persona profesional en Orientación no solamente puede


jugar un papel crucial en todo el proceso que enfrentan quienes experimentan la crisis, sino que su
labor va más allá; porque dentro de su contexto se van a encontrar otras personas que están alrededor
de la persona estudiante como su familia o incluso agentes del centro educativo como el personal
docente, que podrían verse afectadas por crisis de alguna persona estudiante.

Como lo menciona Frías (2015), al referirse al rol asesor que cumple la persona profesional
en Orientación: “con frecuencia este rol se cumple con padres y madres de familia, con personal
docente o bien con personas que ocupan puestos directivos en una organización. Como parte de este
rol se desarrollan tareas como informar y formar” (p.36).

Por lo tanto, se aprecia cómo la disciplina de Orientación viene a posicionar un enfoque


integral de la intervención en crisis al delimitar roles y aportes específicos en los niveles de la
prevención primaria y secundaria, incluyendo los PAP e intervención en crisis, y además la atención
a todas las personas que se vean afectadas por el suceso de crisis, ya sea la persona estudiante, su
familia, grupo de pares, docentes u otras personas pertenecientes a la comunidad educativa.

Asimismo, como lo expresa Orx5, los diferentes departamentos de Orientación disponen de


recursos para la población, brindando información y haciendo saber que pueden contar con éstos
ante una situación de crisis, por ejemplo, “con los encargados, la escuela de padres, brochures con
información, un número de teléfono para apoyo a padres también”.

Además, se destaca que la lección de Orientación permite al estudiantado conocer que la


persona profesional en Orientación es un apoyo, y permite entablar relación de confianza entre

296
profesional y estudiante, así como se menciona en los siguientes comentarios por parte de las
personas profesionales entrevistadas:

“No se espere a que le explote la bomba. Trate de ir metiendo los temas a nivel de
prevención. Algún día hablarles de sexualidad. Recuerde que ahora ciencias y Orientación
trabajan muy juntos con eso. Sobre qué efectivamente es bullying y qué no es, entonces ya
usted sin querer puso un filtro. Le van a llegar casos realmente de bullying, no una tontera
que acaba de pasar, que el mismo chiquillo supo defenderse, porque usted le dijo “ante
tal cosa es así”. Anticípese a ese tipo de cosas” (Orx3).

“Lo importante es que ellos se sientan escuchados. Si utilizar la lección de Orientación, si


fuera en el MEP, para que ellos te conozcan porque si no das Orientación ellos no van a
saber quién sos y no te van a buscar" (Orx4).

De acuerdo con lo anterior, se destaca la importancia del aporte de la persona profesional en


Orientación, relacionado con las distintas modalidades: individuales y grupales, pero también las
lecciones colectivas, que son las que más se han mencionado por parte de las personas participantes.
Frías (2015) se refiere al rol orientador de la siguiente manera “particularmente en su rol de
orientador requiere el contacto directo con una o más personas; se da cuando se implementan
procesos de Orientación en las modalidades colectiva, personal grupal e individual. Implica tareas
como enseñar, explicar, comprender” (p.36).

Por lo que, actuar desde la prevención y las diferentes modalidades, permite a la población
estudiantil, así como otras personas que pueden requerir del servicio de Orientación, que tengan
acceso a la información, que conozcan el servicio, que conozcan a la persona profesional que les
puede ayudar en un futuro, generar confianza, empatía, y también de trabajar temas esenciales para
la vida que pueden ayudar a hacerle frente a una crisis.

Sin embargo, aunque se tomen acciones preventivas, esto no necesariamente va a evitar que
suceda una crisis, por lo que se recomienda tener la conciencia de que una crisis puede presentarse
en cualquier momento y será necesaria la intervención propiamente de la crisis a nivel de prevención
secundaria, por lo que Orx4 menciona que se recomienda, “no entrar en alerta pero sí estar

297
preparado porque en cualquier momento va a llegar alguien en crisis, [...] estar siempre ahí como
digamos como pendiente”.

Por lo que, como se ha mencionado en otra ocasión, parte de las funciones de la persona
profesional en Orientación es dar a conocer cuáles son los alcances de dicha disciplina, informar a
la población meta que el departamento de Orientación es un recurso que se encuentra a disposición
y facilitar herramientas o recursos que permitan enfrentar de una mejor manera las situaciones de
crisis.

Como menciona Frías (2015) la Orientación “busca promover cambios significativos en las
personas y en los contextos donde interactúan” (p.17). Por lo que proporcionar estrategias de
información a la población meta, dar una lección de Orientación y algunos otros recursos ya
mencionados, pueden generar estos cambios significativos en las personas, y forman parte del rol y
aporte tan importante de la persona profesional en Orientación al atender situaciones de crisis.

En definitiva, Bisquerra y Sebastián, (citados por Frías, 2015) recalcan la importancia de esa
función formativa e informativa de la persona profesional en Orientación al advertir que “la
información que proporciona la persona profesional se relaciona con las personas mismas y del
medio que les rodea y que contribuye a la toma de decisiones” (p.38). Además, en relación con la
función principal, que es la de Orientación, advierten que “esta función constituye la esencia de la
profesión y representa todas las acciones realizadas con el propósito de acompañar a las personas,
en su desarrollo y las situaciones de vida que se le presentan” Bisquerra y Sebastián (citados por
Frías, 2015, p.38).

Por lo tanto, todo este proceso de guía y acompañamiento que se ha venido desarrollando
forma parte esencial tanto del rol de la persona profesional en Orientación en materia de intervención
en crisis, así como también el aporte tanto en la prevención primaria como secundaria.

4.4.3. Retos en la atención de las situaciones de crisis (desde la disciplina de


Orientación).

Dentro de esta subcategoría se procura integrar todos aquellos aportes de las personas
participantes relacionados con los principales desafíos que se presentan al brindar los PAP y en la
atención de crisis. Dentro de estos, sobresalen la necesidad de la regulación emocional al atender

298
estas situaciones, el manejo de la contratransferencia por medio de la propia resolución de crisis y
el trabajo personal de retos personales y, finalmente, la autoconciencia ante los propios sesgos desde
una mirada intercultural para atender a las personas que atraviesan procesos de crisis.

Iniciando con el punto referente a la regulación emocional, se hace necesario definir este
concepto para luego entender su importancia dentro de la atención de situaciones de crisis. López-
Pérez, Fernández-Pinto y Márquez-González (2008, p. 505), siguiendo lo propuesto por Eisenberg,
Fabes, Guthrie y Reiser (2000), señalan que la regulación emocional es la capacidad de modificar la
ocurrencia de un estado emocional, así como su intensidad o duración, ya sea modificando algún
factor que anteceda la emoción o las respuestas emergentes posteriores a esta.

Relacionado con este punto, muchas de las personas participantes puntualizan que este es
uno los principales retos con los que se enfrentan al abordar situaciones de crisis, ya que se
identifican dichas situaciones como detonantes de muchas emociones de gran intensidad, no solo de
la persona atendida, sino también del o la profesional:

"Otra cosa sería mantener la calma, porque probablemente en una crisis nadie esté
calmado entonces uno tiene que controlar eso. Recalco, desde el autocuidado ya vos vas a
saber cómo controlarte, cómo vas a reaccionar. La gente espera de vos eso, la gente espera
que vos controles ese ambiente” (Orx2).

"No entrar en crisis yo... mucho autocontrol de la situación, y diay, el principal es que a
veces uno no sabe qué preguntar más o cómo hacer sentir mejor a la persona [...]” (Orx4).

"Si uno aprende, digamos a enfrentarlas porque antes era uno como no, no puedo con
esto. Ahora, uno sabe que se te puede salir una lagrimita, verdad, pero en otro lado y uno
no tiene problema con eso. A mí, por ejemplo, la violencia es algo que me toca mucha
verdad, no me pongo a llorar, lo atiendo, lo enfrento y lo abordo, pero a mí la violencia si
es algo que particularmente me toca mucho" (Orx8 - EGF1).

Todos estos aportes son evidencias de la importancia de la regulación emocional en la


atención de crisis por parte de la persona profesional, ya que como se mencionó anteriormente, son
una condición necesaria para la atención de estas situaciones por la gran carga emocional que
implican para las personas profesionales que las atienden. López-Pérez, Fernández-Pinto y

299
Márquez-González (2008, p.505) advierten un aspecto de interés de la regulación emocional, el cual
es su modo adaptativo, ya que permite que la persona sea capaz de regular sus emociones para
hacerle frente a los desafíos que se presenten en sus diversas esferas vitales, incluyendo la
profesional. En este caso, se hace aún más apremiante dicha regulación y autocontrol debido al
desafío que implica la atención de las situaciones de crisis por la emocionalidad implícita en estas
(Monge, 2016, p. 69).

De lo anterior, surge la necesidad de procurar el desarrollo emocional de la persona


profesional de la Orientación, como una competencia necesaria para su función dentro del sistema
educativo, como un factor protector que le permitiría procurar su autocuidado y bienestar integral
(Gómez, 2017, p.506), y como un medio para la sintonía emocional de las personas atendidas
(Monge, 2016, p. 69).

En segundo lugar, guardando una estrecha relación con el punto anterior, se encuentra la
necesidad y el desafío de poder manejar la contratransferencia al atender personas en situaciones en
crisis. Esto debido a la importancia de saber gestionar situaciones que refieran a eventos que la
misma persona profesional esté enfrentando en su vida personal o haya enfrentado con anterioridad,
por lo cual enfrentarse a situaciones ajenas similares pueden movilizar emocionalmente a la persona.
Para analizar y entender esto, se propone utilizar el concepto de contratransferencia como base.

Campo (2008, p.77) advierte que existen varias posiciones o interpretaciones ante este
concepto, pero en general refiere a las reacciones emocionales, sentimientos, pensamientos o
fantasías que experimenta la persona profesional en Orientación al establecer una interacción con
las personas atendidas. Esta puede ser utilizada para comprender el mundo psicológico ajeno de
forma empática.

Esta misma autora señala que la contratransferencia refiere a un proceso intersubjetivo, en


el cual la persona profesional se puede ver afectada por la interacción con la o el atendido, en una
dinámica dialéctica que realimenta el vínculo. Debido a esto, se debe entender que ambas partes
llegan a este encuentro, en la cual se entabla una relación de ayuda, con su propia historia de vida,
referentes e interpretaciones del mundo, por lo cual el reto reside en la posibilidad de la persona
profesional de mantener a raya sus propias interpretaciones y sesgos (los cuales serán abordados

300
posteriormente), para poder dar cabida a un entendimiento cuasi-objetivo y empático del campo
fenomenológico de la persona atendida.

De esta forma, se propone que la persona profesional, siguiendo su propio proceso de


autoanálisis, autoconciencia y autoconocimiento, sea capaz de trabajar sus propias crisis y otros
eventos vitales desafiantes, con el fin de estar en una posición para favorecer el desarrollo de las
personas atendidas y no en una que entorpezca su interpretación y criterio profesional por
encontrarse apenas transitando esos procesos de sanación o desarrollo (Campo, 2008, p.78) o por
encontrarse aún sin resolución dichas situaciones.

Como ejemplo de esto, se tienen los siguientes aportes de las personas participantes de este
estudio:

"Yo creo que también hay que ser transparentes, sinceros y es que no del todo sabemos todo,
ni podemos con todo; entonces a veces hay que pedir ayuda o a veces hay que inclusive al
mismo estudiante decirle vamos a referirte a otra persona porque no se puede o vamos a
trabajarlo en conjunto. A veces se le remueven a uno cosas y, ¿cómo hace uno para poder
atender una situación sin meter las situaciones de uno personales?" (Orx2).

"Sólo en casos muy excepcionales pasamos un caso…donde ya le toca una fibra que yo digo
“no este caso no puedo”, o “no debo porque lo voy a terminar regañando”, entonces lo
pasamos. Bueno, eso es lo que yo siempre he esperado de parte de mis compañeros, pero
desde que llega a tocar una parte personal, me imagino que en su momento sí (se debe
hacer)” (Orx3).

“Por ello es importante, este, trabajarse uno, porque si no usted termina llorando y el
estudiante es el que le dice “profe, todo va a salir bien” verdad, porque si uno no está
emocionalmente estable, si la persona está pasando cosas que usted pasó o que por algún
asunto le tocan el corazón, usted no puede atender bien a esa criatura” (Orx5).

“Y aquí lo importante es... no necesariamente que yo tenga un título… saber que yo en ese
momento estoy capacitado y reconocer si en realidad yo puedo o no puedo abordar el tema.
Para mí eso es esencial. Yo como profesional… si yo en ese momento sé que no lo puedo
abordar, pedir ayuda a mi equipo de trabajo” (Orx 11 - EGF 2).

301
De esta forma, queda en evidencia la importancia de poder integrar las situaciones y crisis
personales, para que estas no interfieran u obstaculicen el rol profesional. Muchos de estos aportes
antes citados refieren al reconocimiento de las propias limitaciones y la importancia de identificarlas
para no poner en peligro a la persona ni afectar el servicio que se brinda, sobre todo en la atención
de situaciones tan delicadas como las crisis. Todo esto, de forma general, refiere a un proceso de
autoconciencia, el cual no solo implica el reconocimiento de los temas personales pendientes a tratar
y resolver, sino también al reconocimiento de los sesgos que se tengan ante diversas temáticas.

Esto último, es el tercer tema en común identificado como un reto por tener en cuenta a la
hora de brindar atención ante las situaciones de crisis: la autoconciencia (o awareness en inglés)
ante los propios sesgos. Malik (2003, p.17) advierte que esta es una competencia enmarcada en la
interculturalidad, la cual refiere a la apertura y voluntad para relativizar los propios valores,
creencias, comportamientos y visiones ante el mundo y sus fenómenos desde una posición empática,
dejando de lado la creencia de que las propias son las únicas posibles o correctas. Esto permite que
la persona sea capaz de comprender las interpretaciones propias de la persona atendida, sus
necesidades y sus vivencias y desde estas brindar los servicios de apoyo. Ante esto, algunas personas
participantes afirman lo siguiente:

"Yo tengo mis prejuicios, tengo mis creencias, yo tengo mi personalidad; entonces de
repente puede ser que algo me sorprenda o no concuerde con lo que la persona esté
diciendo. Yo tengo que saber que yo no puedo cambiar esa persona, que yo no soy quién
para decirle que eso está malo o está bueno, entonces esa parte es como yo irme
"terapeando" mientras trato de escuchar para poder que esa persona exprese, pero también
poderle hacer ciertas preguntas para que ella misma se responda y poder ir trabajando
desde su perspectiva, desde lo que ella quiere o lo que él quiere" (Orx2).

“Aquí hay compañeras que sí tienen resistencia con el tema de la homosexualidad. Lo más
ético es pasar el caso de compañero. Eso es lo que hay que hacer por el bien del caso [...]”
(Orx3).

“Uno cree que las cosas no pasan porque en la casa de uno no pasan [...] Cuando uno
atiende, uno tiene que tener mucho cuidado cómo les pregunta o cómo les dice porque lo
que usted les dice de manera “juzgándolos” o usando mis prejuicios, ellos lo pueden ver

302
como “yo no le voy a contar nada a ella” verdad, “porque ella cree, por ejemplo,
prostituirme es malo o ella cree que lo que yo estoy haciendo es malo”, entonces hay que
tener como mucho cuidado cuando uno les pregunta. Uno tiene que ser muy abierto verdad,
de mente” (Orx5).

De esta forma, las personas participantes de la investigación apuntan a lo que advierten


Lee, You, Choi, Youn y Shin (2017, p.9), cuya investigación sobre la formación en la atención
de crisis y PAP concluye que la formación en esta materia debe ir más allá de un aspecto
meramente técnico y académico, pues se debe primar la necesidad de una formación y
capacitación en aspectos éticos, actitudinales y prácticos.

Evidencia de esto, es lo antes señalado correspondiente a la atención de la diversidad


en el entendido de reconocer y trabajar desde los referentes culturales de las personas
atendidas, lo cual requiere un compromiso con miras a la autoconciencia de la persona
profesional, tal y como lo señala Malik (2003, p.17) y lo que propone específicamente Monge
(2016, p.74) a la hora de brindar los PAP.

Esta última autora hace hincapié en la necesidad de entender la influencia de estos


elementos socioculturales a la hora de brindar los PAP, ya que estos van a mediar en las
expectativas ante la atención recibida, los referentes interpretativos para elaborar la situación
de crisis y el desarrollo del proceso. Así, se estaría visualizando la necesidad de que la persona
profesional entienda sus propios referentes y sesgos y también lo de la persona atendida,
apuntando a lo antes desarrollado en torno a los procesos transferenciales y
contratransferenciales de todo proceso de atención (Campo, 2008, p.78).

De esta forma, se puede visualizar con este último punto y los anteriores tratados en esta
subcategoría de análisis, que los mayores retos identificados por las personas participantes refieren
a un trabajo personal que debe hacer la o el profesional en Orientación, no sólo como un medio para
el desarrollo personal, sino también como un compromiso con la calidad del servicio brindado, lo
cual excede una capacitación meramente técnica en la atención de crisis y el ofrecimiento de los
PAP.

303
De esta forma se ve la atención de situaciones de crisis como algo transversalizado por un
componente humano referente a la regulación emocional, el control de la contratransferencia en el
servicio y el trabajo de los propios sesgos ante las personas atendidas, sus condiciones y su manera
de ver el mundo. Estos factores se presentan como condiciones necesarias para brindar un adecuado
apoyo ante la vivencia de situaciones de crisis, lo cual refiere a un reto más allá de la aprehensión
de conocimientos técnicos y teóricos.

4.4.4. Aportes para la intervención en crisis y PAP desde la perspectiva y experiencia de


las personas entrevistadas

Esta última subcategoría refiere a los aportes que dan las personas profesionales
entrevistadas para intervenir en crisis y en relación con los PAP, específicamente en lo que tiene que
ver con una serie de estrategias que utilizan y sugieren estas para favorecer su desarrollo profesional
y personal, además de facilitar y hacer frente a las exigencias y retos de la intervención en crisis y
aplicación PAP.

Cómo se ha mencionado con anterioridad, la acción orientadora da suma importancia a la


prevención primaria y secundaria, las cuales permiten anticipar consecuencias negativas, en la
población que se encuentra atendiendo. Es por ello que las personas profesionales en Orientación
entrevistas, hacen referencia a que estas acciones de prevención van de la mano con el conocimiento
de estrategias y técnicas que permitan en un momento futuro hacerle frente a la persona en situación
de crisis. Técnicas que proporcionen lo necesario para enfrentar la situación, y fomentar el adecuado
desarrollo en cada una de las partes involucradas, que a su vez fomenta el buen funcionamiento del
Departamento de Orientación.

Al respecto, Valenciano (2014, p.3) hace mención a que, al velar por la calidad del servicio
que se brinda, se requiere un constante valorar, evaluar y actualizar para hacer frente al contexto y
a la sociedad, es decir, “la gestión de la educación como responsable de velar por la calidad de los
distintos servicios educativos que tiene a cargo, requiere apoyarse de acertados procesos de
detección de necesidades de formación continua” (p.10).

304
Por lo que, algunas de las personas entrevistadas mencionaron que, con el paso del tiempo
al ejercer su profesión han ido recopilando o sugieren recopilar estrategias y técnicas pertinentes
para atender a la población en situaciones en crisis, por ejemplo:

“Vaya haciendo su banco personal de datos, de instrumentos, fotocopias [...] ahora ustedes
son una era muy diferente a la mía que tiene internet, links, videos, vaya descargando
videos para ir manejando” (Orx3).

“Tratar de no dejar que se acumule el trabajo [...], hacer los planeamientos de las
lecciones de Orientación al día, hacer los informes apenas los piden, dejar materiales
preparados, tener un banco de estrategia o actividades que uno pueda desarrollar, [...]
tener como una bitácora de actividades” (Orx4).

Sin embargo, estos aspectos deben encontrarse en constante nutrición, ya que es necesario
hacer frente a las demandas del contexto y la sociedad, por lo que se sugiere, que la persona
profesional en Orientación además de tener un banco de estrategias, es necesario que este se
encuentre en constante mantenimiento y actualización. Todas estas estrategias y técnicas se sugiere
recopilarlas a modo de prevención, sin embargo, también son de gran utilidad al momento de atender
a una persona en situación de crisis.

Además, es importante destacar que en todo momento, aunque sean técnicas recopiladas con
anterioridad o en el instante preciso, las estrategias que se empleen ante el momento de crisis deben
corresponder a una primera ayuda psicológica que cumpla con los tres sub-objetivos propuestos por
Slaikeu (2000, p.114) para la intervención en crisis que corresponden a, proporcionar apoyo,
acompañar a la persona, permitirle hablar y desahogarse, hay que demostrar interés y preocupación,
tratando de proporcionar un ambiente de confianza, reducir la mortalidad y prevenir lesiones físicas
durante la crisis, y por último, proporcionar enlace de la persona con recursos de ayuda.

Lo anterior, puede observarse como una recomendación para poner en práctica los PAP
según manifiestan las personas entrevistadas, por ejemplo:

“[...] irse innovando. Eso es lo que yo le recomiendo y saber escuchar. Uno puede saber
mucho, pero también el estudiante algo tiene que contar” (Orx3).

305
“Tener mucha paciencia y no pensar que todo te va a salir a la primer sesión o el primer
contacto, creo que el primer contacto uno trata de que la crisis baje un poco, que la persona
se sienta escuchada, se sienta comprendida, que no se sienta juzgada, ya después ahí uno
va viendo como qué estrategias se pueden ir implementando, también poner mucho en
práctica la habilidad de escucha, [...] a veces hay que leer más entre líneas que otra cosa,
porque la persona te puede estar diciendo algo que si vos le agarrás ahí es la palabra clave”
(Orx4).

Además, la persona profesional en Orientación (Orx1), toma en cuenta:

“Saber que lo que usted diga o haga, va a marcar la vida del estudiante [...] tener claro
cuándo hay que referir [...] validar los sentimientos de la persona, tener claro que al frente
hay un ser humano [...] formación, irse actualizando [...] nos falta mucha formación en
intervención en crisis, uno llega a una zona de confort y no explora más. Qué pasa a nivel
cognitivo, nos falta formarnos más [...] en auxilios psicológicos yo creo que nadie nos gana,
porque atendemos la situación y contenemos emocionalmente, ¿pero después qué? yo lo
puedo controlar y que él se equilibre, ¿pero luego qué? ¿qué técnica uso? [...] cómo
profesionales tener salud mental [...] nuestra labor es importante, y para hacerla de la mejor
manera uno tiene que estar bien [...] uno tiene que estar bien, en lo personal, familiar,
emocional, en todo [...] confidencialidad, siempre [...] tener mucha empatía, trabajar con
jóvenes es difícil y más con padres de familia [...] si activa protocolo, hacerlo bien para
evitar problemas judiciales y demás” (Orx1).

Lo anterior refleja las distintas acciones y actitudes que como personas profesionales en
Orientación se deben poner en práctica para proporcionar un servicio de calidad que vele por el
bienestar integral propio y de la persona que está siendo atendida. Es fundamental ser conscientes
de la importancia que tiene cada una de ellas, desde el más mínimo gesto y palabra en la vida de una
persona, sobre todo cuando ésta se encuentra ante una situación de crisis.

Estas sugerencias por parte de las personas entrevistadas sobre las acciones por seguir,
también se hacen acompañar por unas cuantas actitudes o acciones que se deben prevenir o evitar,

306
para no generar consecuencias negativas con la persona atendida, para la misma persona profesional,
el Departamento de Orientación o demás instancias.

Por otra parte, haciendo mención al lugar con las condiciones mínimas en las que se deben
aplicar los PAP según Porcar (2018, diapositiva, 6), y los cinco componentes de la primera ayuda
psicológica según Slaikeu (2000, p.115), algunos de los aspectos que se sugieren tiene que ser
evitados según las personas entrevistadas corresponden a:

“No dejar los casos tirados y llevar un seguimiento. Pedir feedback” (Orx1).

“Yo tengo mis prejuicios, tengo mis creencias, yo tengo mi personalidad; entonces de
repente puede ser que algo me sorprenda o no concuerde con lo que la persona esté
diciendo. Yo tengo que saber que yo no puedo cambiar esa persona, que yo no soy quién
para decirle que eso está malo o está bueno, entonces esa parte es como yo irme terapeando
mientras trato de escuchar para poder que esa persona exprese, pero también poderle
hacer ciertas preguntas para que ella misma se responda y poder ir trabajando desde su
perspectiva, desde lo que ella quiere o lo que él quiere” (Orx2).

“Evitar también digamos romper la confidencialidad” (Orx4).


“[...] evitar entrar en debate con la persona, [...] si hay algo que va a chocar contra tus
principios o crees que puede afectar la el apoyo que uno está brindando, el servicio que
uno está brindando, si decirle a algún compañero o compañera que asuma ese caso”
(Orx4).

Es importante que, las actividades o estrategias que se pongan en práctica en un primer


momento a forma de prevención, como todas aquellas técnicas y estrategias para hacerle frente a las
personas en situación de crisis y poder aplicar los PAP, que todo esto sea aplicado dentro de un
ambiente adecuado, según Porcar (2018), un lugar que contenga las condiciones mínimas con
respecto al lugar en el que se deben aplicar los PAP (diapositiva, 6). Eso para poder velar por la
seguridad de la persona en crisis y la confidencialidad, permitiendo que los PAP efectivamente se
conviertan en una estrategia de ayuda segura.

Por lo que, en síntesis sobre la intervención en crisis y aplicación de los PAP, desde la
perspectiva de las personas profesionales en Orientación que fueron entrevistadas, existen

307
sugerencias que facilitan la labor orientadora, promueven el desarrollo personal y profesional
mejorando el desempeño de las personas profesionales en Orientación y también del Departamento
de Orientación , además de mejorar la atención, corresponde a acciones como, actuar desde la
prevención facilitando información y recursos, estar en contacto constante con la población, contar
un banco de datos con estrategias y técnicas que faciliten los PAP, proporcionar esta intervención
en crisis en las mejores condiciones, y por último evitar situaciones que comprometan la atención
que se esté brindando y el bienestar de todas las partes.

Sin embargo, todo lo anterior es posible de trabajar desde Orientación siempre y cuando la
persona profesional vele siempre por encontrarse al máximo de sus capacidades y conocimientos.

Para lo anterior es necesario que desde que se adquirieron los conocimientos sobre
intervención en crisis cuando se encontraban en formación cursando la carrera universitaria hasta la
actualidad, las personas constantemente procuren su actualización profesional, esto corresponde al
último aspecto que sugieren las personas entrevistadas.

Para las personas entrevistadas que son profesionales en Orientación laborando para centros
educativos de secundaria que pertenecen al Ministerio de Educación Pública, es importante que
además de tener una formación continua y constante actualización, no sólo esperen a que el mismo
MEP sea quién les facilite dicha capacitación, sino que también es indispensable buscar estos
espacios de crecimiento de otras instituciones que también la brinden. Un ejemplo de lo que se
menciona es el siguiente:

“El MEP, al menos en la asesoría de Orientación cada regional se maneja muy diferente.
No hay herramientas, no hay tests de autoexploración estandarizados a nivel nacional,
porque usted sabe que los derechos de autor, lo que es una batería de tests, no es cualquiera
sacarlo. Entonces ¿qué es lo que queda?, que cada Orientador se autocapacite, si tiene los
medios que pague un test, lo descargue y lo aplique con la licencia. Pero realmente eso es
un tema que se las trae, porque sinceramente no todos navegamos al mismo ritmo en las
regionales [...] yo soy uno que cuando tengo chance paso leyendo, me ha dado por leer
filosofía [...] Eso le toca a cada profesional, ver cómo se autocapacita para no quedarse
atrás” (Orx3).

308
“No puedo decir que me apego a lo que dice el MEP o me apego a lo que dice este otro,
sino que hay que leer, y las capacitaciones que uno lleva en el MEP, CPO, Colypro que a
veces vienen organizaciones u ONG pues uno va agarrando cosillas de lo que más sirve
verdad, pues realmente siempre he pensado que las personas son diferentes, no podemos
encasillar a una persona solamente con lo del CASIC o este autor del MEP o lo que dice
el CPO porque realmente no sabemos si va a servir o no, entonces realmente trato de
agarrar un poquito de todo y ahí lo que vaya funcionando con este estudiante o este otro
pues ahí se va aplicando” (Orx4).

Es decir, la formación continua en el ámbito de la intervención en crisis, PAP y cualquier


otro, se convierte en una herramienta que permite a la persona profesional en Orientación alcanzar
competencias que procuran su desarrollo personal y profesional, además de que permite velar un
poco por el autocuidado. Sin embargo, es de suma importancia conocer que esto permite a la persona
profesional en Orientación encontrarse actualizada ante los requerimientos de la sociedad, los retos
y las necesidades del contexto y la población, los cuales se encuentran en un constante cambio.

Como lo menciona Orx5 esta formación también puede ponerse en práctica constante con el
personal docente para no olvidar o dejar pasar la formación,

“Con el personal docente las capacitaciones sobre protocolos del MEP, y el seguimiento
y trabajo en equipo con los profesores guías” (Orx5).

El aspecto anterior resalta que el MEP presenta dificultades en relación con la posibilidad de
brindar esas herramientas a dichos profesionales con la frecuencia que se desearía, además de que,
para la intervención en crisis, como mencionó Orx4:

“Es necesario conocer de todo un poco, no solo la teoría que se aprendió en la formación
en la universidad, por lo que se observa como necesario, la constante búsqueda de
formación continua en diversas instituciones, e incluso en ocasiones también aplica la
autocapacitación” (Orx4).

309
Al respecto, se recalca que:

“Se debe considerar como parte de la formación que debe promover la Orientación,

la capacidad de aprender a aprender, la cual se mantiene a lo largo de la vida, de

forma permanente. De acuerdo con Sánchez (2012) esta capacidad implica la

apertura a los cambios, la habilidad para identificarlos y adaptarse a estos; demanda

de una actitud activa y protagónica de la persona en la construcción de su recorrido

de aprendizaje permanente, independientemente de que se trate de que sea formal o

no formal” (Frías, 2015, p.39).

Sin embargo, a pesar de que el centro educativo proporcione o no todas las herramientas
necesarias para la capacitación, debe existir en la persona profesional en Orientación el deseo de
aprender, de adquirir conocimientos nuevos que permitan ejercer mejor la disciplina, sobre ante un
tema tan presente e importante como la intervención en crisis y aplicación de los PAP.

Como menciona, Valenciano (2014, p.5) esta actualización debe hacer frente a las
necesidades sociales y contextuales, la autora menciona que “las funciones desempeñadas y las áreas
de intervención propias de la Orientación en Costa Rica, así como las nuevas funciones y contextos
en los que deben ejercerse, hacen necesario en las personas profesionales de esta disciplina, un
desarrollo profesional que dé respuesta a las nuevas expectativas (p.9).

La atención de personas en situaciones de crisis y aplicación de los PAP, requiere una


constante actualización también de los temas y las situaciones que pueden generar crisis en las
personas, además de que esta atención debe ser basada en las necesidades de la persona que
experimenta la crisis, sus recursos, el tipo de crisis y su contexto.

Al respecto, Orx4 menciona

“actualizarse, me parece que es un tema que requiere mucha actualización porque es un


fuerte que se trabaja mucho en Orientación, atendemos muchas crisis de muchos tipos,
entonces, sí es importante estar actualizado, estar en todas” (Orx4).

310
Por lo que se evidencia que la educación continua, la constante actualización, el aprender a
aprender son esenciales para atender una crisis, aplicar los PAP, y además velar por el propio
bienestar integral y desarrollo personal y profesional de la persona profesional en Orientación que
atienda a esas personas en crisis.

Por último, una de las sugerencias que menciona una de las personas entrevistadas,
corresponde a las demandas de la actualización y formación continua, y el uso de la tecnología,
aspecto esencial sobre todo en la actualidad, al respecto la tecnología proporciona un mayor acceso
o facilidad para acceder a la información, y la formación. Por ejemplo:

“La tecnología, hay que irla implementando cosa que diay esas bases teóricas que uno
desarrolla en la U, muchas veces no la incluyen, [...] entonces son cosas que uno mismo
puede ir desarrollando y no estarse tal vez esperando a que alguien venga del MEP, del
INA, o la institución que uno vaya a trabajar que me vaya a capacitar sino que uno mismo
[...] ir relacionando la práctica con la teoría porque no necesariamente la teoría se va a
aplicar a la práctica y contextualizar mucho el lugar en el que uno está” (Orx4).

En relación con esto, como menciona Valenciano (2014, p.5), la formación continua debe
promover el desarrollo profesional de las personas Orientadoras para cumplir con las exigencias del
puesto que se encuentra desempeñando y las necesidades sociales que este implica. Aspecto que
también exige velar por la propia salud integral la cual no se puede olvidar ni dejar de lado.

Por lo que en síntesis, a partir de las experiencias de estas personas profesionales en


Orientación que fueron entrevistadas, para intervenir ante una situación en crisis y la aplicación de
los PAP, se sugiere actuar con estrategias que aporten a las personas conocimientos para enfrentar
las situaciones de crisis mucho antes de que estas se presenten; sin embargo cuando estas ya se
encuentran presentes es necesario tener a la mano múltiples herramientas que permitan brindar esa
primera ayuda psicológica. Además, se sugiere que la persona profesional en Orientación vele
porque el servicio que se encuentra brindando sea el más óptimo para las personas que está
atendiendo, esto procurando constantemente su desarrollo personal y profesional, aspecto que
requiere de la formación continua y constante actualización.

311
4.5. Autocuidado de la persona interviniente en crisis.

En la presente categoría de análisis, se comprenderá el autocuidado como una serie de


prácticas y decisiones cotidianas que velan por el bienestar propio de las personas, ante situaciones
que atenten contra el propio bien de manera integral. El autocuidado consiste en:

Una serie de prácticas que se desarrollan a través de las acciones, estrategias,

pensamientos y ejercicios para su propio beneficio y que contribuyan a preservar una

mejor calidad de vida. Son aplicables a toda persona que esté vinculada con las

emergencias y la asistencia de los que las sufren. (Monge, 2016, p.184)

Además, para esta autora, el autocuidado le facilita a la persona informarse acerca del estrés,
sus reacciones, el manejo de las emociones, las técnicas de relajación, y las estrategias físicas y
psicológicas que se deben utilizar para poder llevarlo a cabo de manera eficaz.

Por lo tanto, esta categoría de análisis pretende dar a conocer y comprender la manera en la
que se vive y entiende el autocuidado dentro de la labor orientadora, refiriéndose a las prácticas
saludables de actividades que realizan las personas profesionales en Orientación consultadas para
el mantenimiento de su salud mental y bienestar, los retos para ponerlo en práctica y las
consecuencias de su carencia; estos corresponden a aspectos de interés a desarrollar en las siguientes
subcategorías de análisis.

Asimismo, se abordan también las redes de apoyo y los recursos con los que cuentan las
personas profesionales en Orientación para poner en práctica el autocuidado al intervenir ante crisis
emocionales en estudiantes adolescentes.

4.5.1. Conceptualización de autocuidado, estrategias y técnicas.

Al respecto, cómo se ha mencionado anteriormente, el autocuidado en todas las personas


corresponde a un factor de suma importancia para el propio bienestar. Sin embargo, en las personas
profesionales en Orientación que atienden a personas en situaciones de crisis el autocuidado es
esencial para prevenir y remediar consecuencias causadas por el desgaste provocado al asistir este
tipo de situaciones.

312
La Universidad Autónoma de Barcelona (2015), señala que la atención de las situaciones de
crisis sobrepasa los umbrales comunes de estrés, llegando a niveles aún más críticos que el del
síndrome de desgaste profesional o “Burnout”, debido a que al ser situaciones que requieren de una
alta empatía, estas vuelven vulnerable a la persona profesional ante el dolor emocional y el
sufrimiento; exacerbados por situaciones traumáticas no resueltas y por situaciones catastróficas que
se pueden vivir a la hora de atender la situación (p.9).

De aquí, nace la necesidad imperiosa de que la persona profesional procure su autocuidado,


como principal gestor o gestora de su bienestar personal, por medio de rutinas y prácticas
individuales, protocolos de intervención formalmente establecidos y prácticas grupales en los
equipos de trabajo en que se encuentra. Lo anterior, también con el fin de evitar la fatiga por
compasión o desgaste por empatía, pues estos aspectos se derivan de la relación de ayuda o atención
cercana y prolongada a una víctima en la cual se desarrolla un compromiso y desgaste emocional.

Es importante recordar que en una relación de ayuda como la que proporcionan las personas
profesionales en Orientación, la empatía es un recurso fundamental e inevitable que si bien permite
la comprensión del sufrimiento de la persona afectada, puede generar un efecto adverso al punto de
disminuir la capacidad de respuesta y bienestar emocional llamado fatiga por compasión.

Entonces, se puede afirmar que el desgaste por empatía es una respuesta biopsicosocial por
la exposición continua y recurrente a un trauma, tensión o estrés de otras personas como resultado
de una interacción empática y sensible. Así mismo, Care (citado en González, Sánchez y Peña, 2018,
p. 488), afirma que la fatiga por compasión es un subtipo del estrés laboral o también conocido como
Burnout, debido a que la persona profesional de ayuda experimenta gran estrés al dar consuelo a una
persona afectada emocionalmente por diversas circunstancias.

Ahora bien, como menciona Garita (2013), a la persona profesional en Orientación le


corresponde velar por su propio autocuidado, tomando en cuenta aspectos que favorezcan su salud
integral, como el desarrollo y fortalecimiento de habilidades, fortalezas y, competencias personales
y laborales (p.63).

El autocuidado y la salud integral propia, deben procurar ayudar a la persona orientadora a


velar por un óptimo estado de bienestar físico, mental y social, por lo que de esta forma se puede

313
alcanzar el desarrollo humano. Para Garita (2013), “este hecho implica dar respuestas oportunas,
para que las personas logren enfrentar adecuadamente sus circunstancias vitales y favorecer el poder
de acción sobre su bienestar personal” (p.56).

De manera que, el autocuidado se visualiza como un acto de cada persona por ser responsable
ante el cuidado de su propia salud integral. Al respecto, las personas profesionales en Orientación
entrevistadas, manifiestan que el autocuidado corresponde a aspectos como:

“sería la parte de buscar cosas [...] para poder manejar el estrés” (Orx11 - EGF2), y
también se menciona que corresponde a:

“esa forma en la que uno mismo se chinea por decirlo así y saliéndome de toda la teoría,
creo que es la forma en la que uno mismo busca cómo sentirse bien verdad, cómo sentirse
pleno, y cómo alcanzar o ir escalando en la pirámide de Maslow por ejemplo, verdad,
cómo uno va desarrollando una cosa y lo lleva a otra y a otra y a otra” (Orx4).

Se aprecia como el autocuidado se entiende para las personas entrevistadas, como cada una
de las acciones que permiten alcanzar un estado de bienestar y satisfacción en las distintas áreas de
la vida, así como también facilita sobrellevar aspectos difíciles sin tanta repercusión. Es decir,
previene secuelas negativas en su salud integral.

En relación con lo anterior, Escobar, Franco y Duque (2011), destacan que el autocuidado
corresponde a la responsabilidad de llevar un estilo de vida saludable a manera personal y
profesional, a través de tres características (pp.134-135):

● Es de carácter voluntario.
● Es un estilo de vida que debe perdurar día a día y se sostiene en las redes de apoyo de la
persona, como lo son su familia y comunidad.
● Necesita de una base de conocimientos para llevarlo a cabo.

Acorde a lo anterior, la persona entrevistada (Orx9 - EGF2), se refiere al autocuidado


diciendo que:

314
“[...] tiene que ver con la responsabilidad, responsabilizarme de mis necesidades básicas
durante mi jornada de trabajo. Tomar el tiempo de desayuno, de merienda, de ir al baño,
de tomar líquido, porque si no cuando me doy cuenta en un trimestre uno se ve afectado
por ese constante trajín” (Orx9 – EGF2).

A partir de las características señaladas por Escobar, Franco y Duque (2011) y las personas
entrevistadas, y haciendo énfasis en la responsabilidad que cada persona posee sobre velar por sí
misma, se destaca que el autocuidado corresponde a acciones diarias y constantes; decisiones a favor
de la salud integral propia.

Algunas de estas acciones corresponden a pequeños actos cotidianos, pero que favorecen el
bienestar; aspectos acordes a un estilo de vida que incluye conductas, estrategias y pensamientos
adecuados que le permiten a la persona mantener una mejor calidad de vida en general.

Como se ha descrito anteriormente, al poner en práctica el autocuidado la persona logra


beneficiar su vida de forma integral, de manera que estas acciones no solo involucran lo personal,
sino que también corresponden a lo profesional. Al respecto, la persona profesional en Orientación
en ocasiones se encuentra expuesta a situaciones en las que debe velar por el bienestar de las demás
personas. De acuerdo con lo que señala (Orx5):

“es cuidarme verdad [...] yo pienso que es una de las cosas que más nos hace falta a
nosotros, porque nosotros cuidamos de todo el mundo [...]” (Orx5).

Es evidenciable de acuerdo con (Orx5), que aún al ser conscientes de la importancia del
cuidado y bienestar en general, también en ocasiones como profesionales buscan velar por el
bienestar de las demás personas, aunque en ocasiones esto implique dejar un poco de lado el
autocuidado. No obstante, se reconoce la necesidad de que la persona profesional en Orientación
vele por su cuidado con responsabilidad, procurando evitar afectaciones personales y anteponer la
salud ajena por encima de la propia.

Es así que, las personas entrevistadas en este estudio, destacan que es importante cuidar de
sí mismas para poder encontrarse en óptimas condiciones para atender a las personas orientadas.

Sin embargo, se denota que, al definir el autocuidado, solamente dos de las personas

315
entrevistadas (Orx4) y (Orx9 - EGF2) brindan una definición del concepto, mientras que algunas
otras como (Orx5) y (Orx11 - EGF2) al preguntarles acerca del mismo, mencionan prácticas que
permiten cuidar de sí mismos, no una definición del mismo. A pesar de esto, estas prácticas son un
aspecto importante para la presente investigación.

Por otro lado, como se ha mencionado, poner en práctica el autocuidado favorece en gran
medida el bienestar de la persona en cada una de las áreas en las que se desenvuelve. A su vez, este
se conforma de decisiones sobre pequeñas y grandes acciones, estrategias o técnicas a favor del bien
propio, y en el caso de las personas profesionales en Orientación, a favor del bienestar del equipo
con el que se trabaje dentro de la institución también.

Según Garita (2013), lo anterior indica que tanto el autocuidado como la ayuda mutua y los
entornos sanos, favorecen la promoción de la salud de la persona profesional en Orientación, lo cual
les permite fortalecer las capacidades, habilidades, destrezas y virtudes (p, 61).

Por otra parte, la toma de decisiones de asumir la responsabilidad por el cuidado propio y el
cuidado del equipo de personas profesionales en Orientación que laboran juntas, permiten favorecer
el bienestar y la salud integral de cada una de las partes. Por lo que, a continuación, se describen las
formas en las que las personas entrevistadas ponen en práctica el autocuidado.

4.5.2. Autocuidado de la persona profesional.

El autocuidado implica procurar un bienestar integral en cada una de las áreas que conforman
la vida de una persona, y aunque las personas son seres sociales que se encuentran en constante
contacto con el entorno, este cuidado puede ser llevado a cabo de forma independiente.

En relación con esto y, aunque en este apartado se menciona que se presentan hábitos
individuales de autocuidado, es necesario comentar que en las decisiones que tome la persona sobre
su bienestar, siempre existirá la influencia de su contexto en aspectos como la alimentación, el
acceso a lugares recreativos, y la motivación al ejercicio, entre otros.

Es decir, no se afirma con lo anterior que estas correspondan a prácticas absolutamente


individuales, ya que se encuentran enmarcadas en el contexto de las personas entrevistadas, pero se
presentan las acciones que realizan estas personas sin la necesidad de su equipo de trabajo.

316
Algunas de las prácticas que favorecen el autocuidado corresponden a acciones tales como
el descanso, la alimentación sana, la salud física incluyendo el ejercicio, la salud mental y otras
acciones, que llevan a la persona a comprometerse con su propio bienestar (Monge, 2016, p.185).

Estas prácticas pueden evidenciarse en comentarios realizados por las personas


entrevistadas, tales como:

“también siento que es necesario la actividad física, para botar un poco el estrés, en mi
caso me gusta mucho la caminata, el correr, las pesas, me encanta hacer ejercicio. Es una
manera muy importante de cómo canalizo el estrés, también son muy importantes las horas
de sueño, la alimentación, el leer es una de las cosas que me ha ayudado para la salud
mental. El viajar, respirar salir de la cotidianeidad [...]” (Orx1).

“escucho música, a veces que se yo qué pierdo la dieta me compro algo y me pongo a ver
una serie en Netflix, verdad, entonces éste diay ahí trato como de relajarme, me gusta
escuchar música, jugar Play, también me metí al gimnasio para bajar también los niveles
de estrés, me gusta pasear cada vez que puedo” (Orx4).

Se observa a partir de lo anterior, como realizar acciones que propicien la salud física y
mental son consideradas como parte del autocuidado. La mayoría de los hábitos anteriores, pudieron
ser realizados por decisión personal, en actos tan cotidianos como cuidar de la propia alimentación,
hacer ejercicio, el entretenimiento y la recreación.

Aunado a esto, algunas otras acciones por decisión individual para cuidar del bienestar
propio según las personas entrevistadas, corresponden a:

“salir, conversar, tomar un café [...] también la cocina, me gusta cocinar, me distrae, el
escuchar música, alimentarse bien” (Orx1); “Yo en lo personal, ejercicio” (Orx10 -
EGF2); “aquí en el trabajo a veces lo que hago es que pongo música cómo instrumental o
cosas así para trabajar más en calma” (Orx4).

De manera que, se visualiza que las personas profesionales en Orientación entrevistadas


consideran ponen práctica el autocuidado, mediante estas pequeñas acciones cotidianas, que ayudan
a nivel personal y físico, pero también favorecen para cumplir con mayor posibilidad de éxito las

317
tareas y roles de su profesión.

Asimismo, el autocuidado también puede encontrarse en el cuido de la parte espiritual, sin


necesidad de pertenecer a alguna religión o creer en algún dios necesariamente. Las personas
entrevistadas se refieren al respecto diciendo que:

“yo creo que la parte espiritual debe uno tener, no hablo de una parte religiosa, hablo de
una parte más espiritual, verdad, yo creo que es importante, como usted lo quiera decir,
Dios, Buda, no sé, pero esa parte” (Orx1 - EGF1).

“[...] entonces todos los que trabajamos con personas es indispensable la salud mental, en
mi caso creo que el primer punto sería la parte espiritual. Parte de mi salud mental va por
esa cercanía con Dios, tener esa visión de fe y esperanza, que en situaciones complicadas
hay un ser supremo en este caso para mí Dios, que lo alienta que lo ayuda y que sale uno
adelante a través de la fe. Yo en lo personal cuando comienzo el día me encomiendo mucho
a Dios, al espíritu santo, siempre tengo una oración que es de San Juan Pablo ll, y eso es
lo que me ayuda en parte de mi salud mental a afrontar el día” (Orx1).

De manera que, la parte espiritual además de en este caso asociarse a una experiencia
religiosa, también contempla tener fe y esperanza, y se convierte en una motivación para que las
acciones que se realicen en la labor orientadora y sobre todo al atender personas en situaciones de
crisis, puedan salir de la mejor manera para todas las partes.

En relación con lo anterior, según Santrock y Ajello (citados por Naranjo, 2009) la
motivación se visibiliza como el conjunto de razones por las que las personas se comportan de la
manera en que lo hacen, de modo que se realizan diversas actividades que se convierten en valiosas
(p.154). Por lo tanto, en este caso específico el autocuidado en la parte espiritual también se convierte
en una motivación para llevar a cabo la labor como personas profesionales en Orientación.

Por otra parte, estos cuidados pueden hacer la diferencia en la manera en la que se pueda
desempeñar la persona profesional en Orientación, cómo se pueda sentir profesionalmente, y cómo
esto va a repercutir en sus labores.

318
En las siguientes frases se denota cómo algunas de las personas profesionales en Orientación
que se entrevistaron, procuran velar por su bienestar separando la parte laboral de la parte personal,
y cómo esto favorece enormemente su quehacer dentro de la institución:

“yo salgo a las 3:00 p.m., o sea, yo soy orientadora de 7:00 a.m. a 3:00 p.m., pero yo para
mi casa no me llevo nada. Si yo tengo que hacer una denuncia o un acta, yo lo hago aquí
y salgo tarde verdad, y no salgo a las 3:30 pm., salgo a las 4:00 p.m., pero yo a mi casa,
yo no hago nada del colegio” (Orx5)

“busco contención en colegas del departamento. Me desligo de la situación durante los


períodos no laborales y me enfoco en mi vida personal. Saco de mi tiempo libre para
realizar alguna actividad de autocuidado como una clase especial de ejercicio, pintarme
las uñas, comprarme un libro o cocinar algo rico” (Orx9 - EGF2).

“trato de desconectarme de lo laboral. Es difícil, porque a veces hay muchas situaciones


consecuentes que se llevan para la casa. Usted se sueña con lo que tiene que hacer, con
algún estudiante, con la presión, entre otras, pero a pesar de que cuesta hay que hacer el
espacio” (Orx10 - EGF2).

Se aprecia de lo anterior, que en ocasiones las personas profesionales en Orientación pueden


llegar a experimentar una carga emocional que deben aprender a desligar de su parte personal, por
lo que al hacerlo este aspecto se convierte en autocuidado y, requiere de atención.

Por otra parte, hay quienes creen que debido a la poca cantidad de espacios formales que
existen dentro de la institución dedicados al autocuidado, este corresponde más a una acción
individual. Una de las personas entrevistadas comentó:

“yo creo que el autocuidado es demasiado personal, vos decidís si trabajás en autocuidado,
pero bueno al menos este año fue la primera capacitación que tuvimos sobre autocuidado,
al menos que la tuve yo, pero eso no es lo habitual. Eso te lo digo porque esta asesora
regional es fenomenal, pero no, esto, la parte de autocuidado no se da. Vos sos un
funcionario público y tienes que rendir, no te ven como persona sino como un funcionario
que no puede cometer errores” (Orx2).

319
De manera que se evidencia cómo el autocuidado realmente son todas aquellas acciones
donde la persona decide y puede velar por su propia salud y bienestar integral, donde sus creencias,
su vida personal, sus condiciones sociales, sus características biológicas, espirituales y psicológicas,
y su trabajo se encuentren en armonía.

Por lo tanto, a pesar de que el personal de Orientación entrevistado está consciente de que
el autocuidado implica asumir la responsabilidad de escoger estilos de vida y trabajo saludables, se
evidencia también que este aspecto a veces es descuidado, por lo cual debería prestársele mayor
atención.

4.5.2.1 El autocuidado y cuidado como equipo de trabajo.

El autocuidado, puede también facilitarse en equipos de trabajo. En el caso de las personas


entrevistadas, con el fin de promover que también exista apoyo entre estos, con resultados positivos
para el Departamento de Orientación y cada una de las personas que lo integran.

Al respecto, Garita (2013) menciona que la Orientación como disciplina, cuenta con
referentes teóricos, metodológicos e instrumentales que permiten a las personas pertenecientes a
dicha disciplina conocer acerca de su desarrollo socioemocional; aspecto de importancia cuando se
trata de velar por el bienestar y las capacidades personales y colectivas que faciliten el mejoramiento
y la conservación de la salud integral (p.55).

Es así que, como profesionales que pertenecen a un equipo de trabajo, es necesario que
también exista un autocuidado en conjunto, para procurar el fortalecimiento de sus capacidades, así
como el bienestar común.

Estas prácticas pueden ser acciones cotidianas que realice el Departamento de Orientación,
tales como:

“nos reunimos en el almuerzo y tratamos de no hablar de trabajo, odiamos hablar de


trabajo en el almuerzo, entonces buscamos cualquier tontera para reírnos, entonces eso
nos ayuda a bajar mucho el estrés” (Orx4).

320
“espacios para conversar, para tomar café, abrazos, apoyo digamos Hasta a veces en lo
personal, conversamos, nosotros hablamos mucho, yo creo que tenemos esa gran
ventaja” (Orx8).

“entonces eso para mí es esencial, el ambiente o sea el cafecito, el momento del vacilón,
el que hay que reírse, y administrativamente también que aquí la verdad lo tenemos es
que nadie nos controla como tanto” (Orx6 - EGF1).

Es decir, las personas entrevistadas que conforman el Departamento de Orientación de estos


centros educativos, perciben como parte de su salud mental y autocuidado espacios grupales para la
alimentación, el disfrute, el desahogo, y además, esa autonomía por parte de la institución.

Al respecto, sobre estas actividades que se incluyen en la salud física, mental y espiritual,
Monge (2016) menciona que “el equilibrio en estas áreas logra que la persona potencie al máximo
sus capacidades y mejore su desempeño en todos sus roles de diario vivir” (p.179). Por lo tanto, es
oportuno para el bienestar de cada una de las personas que pertenecen al Departamento de
Orientación, velar por tener dentro de sus rutinas diarias acciones saludables que también favorezcan
el equilibrio entre lo personal, laboral, y el resto de las áreas de su vida.

Algo importante que se visualiza como parte del bienestar que estas personas encuentran
dentro del mismo Departamento de Orientación, es el apoyo, la contención y la escucha entre
quienes lo conforman; aspectos que para la salud mental son de suma importancia. Un ejemplo de
ello es al mencionar, lo siguiente:

“más que un departamento laboralmente hablando, también uno llega a formar vínculos
de amistad importantes” (Orx1 - EGF1).

“algo muy importante también que yo creo que es el corazón de todo, qué es confiar en
nosotros cuatro como profesionales, y también uno de los elementos que a mí no se me
olvida nunca, en la universidad que nos decían que habían cinco aspectos dentro de los
cuales hay uno que es muy importante que es la confidencialidad, entonces, el saber qué
podemos confiar entre nosotros y las cosas quedan ahí, eso es muy importante, eso permite
que las relaciones afectivas en tu departamento se consoliden más [...] eso va a permitir
una buena labor de equipo” (Orx7 - EFG1).

321
“lo hablamos en grupo, generamos contención en equipo y procuramos acompañar a
nuestros compañeros haciéndonos cargo de otras labores administrativas para alivianar
la carga momentánea de trabajo del compañero. Almorzamos juntos, intentando
despejarnos mentalmente en ese periodo de descanso” (Orx9 - EGF2).

De manera que se observa cómo las personas entrevistadas destacan que el cuidado de la
parte emocional y afectiva dentro del equipo de trabajo, favorece el bienestar integral y la
potencialización de las capacidades de las personas que lo integran.

Hasta el momento se ha comentado como parte del autocuidado, prácticas informales,


cotidianas y saludables que como departamento favorecen el autocuidado. Sin embargo, es necesario
hacer mención de las acciones que como Departamento de Orientación han decidido incluir dentro
de su planificación para mejorar las capacidades del equipo. Estas acciones corresponden a:

“una reunión para evaluar los aciertos y desaciertos, eso se sistematiza y además hacemos
un compartir entre el equipo para reírse un rato. Los demás tienen buen sentido del humor,
eso ayuda bastante para relajarse después de situaciones tensas” (Orx10 - EGF 2).

“[...] nosotros semanalmente nos reunimos, y dentro de las reuniones, no son totalmente
rígidas, que hay que seguir una agenda, si hay que molestar, vacilar, sacar algo en el
momento de la agenda y contarnos algo de alguna situación que nos pasa, yo creo que eso
es un punto importante como equipo de trabajo que nosotros tenemos. La confianza que
existe entre nosotros [...] en esa parte que hasta el momento yo nunca he visto que salimos
enojados de una reunión, más bien salimos riéndonos, salimos ese día que tal vez van a
comprar algo, que van a comer algo, muchas situaciones que nos dan la oportunidad
dentro de la semana de iniciar con esa parte” (Orx11 - EGF2).

Por lo que, hacer reuniones no siempre corresponde a un quehacer administrativo aburrido o


tedioso. En los casos anteriores, se presentan como una oportunidad a favor del desarrollo del
departamento de Orientación, se visualizan como espacios para el compartir y crecer en conjunto

Además, es necesario destacar que estar en reuniones de manera formal como de modo
informal, funciona como herramienta para que como equipo exista la retroalimentación, el

322
aprendizaje, y el apoyo cómo profesionales. Así como lo menciona Garita (2013), la promoción de
la salud se logra, con los entornos sanos, la ayuda mutua y de esta forma el autocuidado (p.61).

Algunas de las personas entrevistadas al respecto sobre esta ayuda mutua mencionan lo
siguiente:

“se comparte la situación y se escuchan sugerencias para poder mejorar” (Orx11 - EGF2).

“algo que nos ayuda hoy creo yo como departamento es lo que dice [...] porque a veces
uno tiene que quitarse, vamos a ver la palabra, ese egocentrismo de que yo lo sé todo”
(Orx7 - EGF1).

“cuando llegamos a la hora del café y tal vez alguien anda con algo en la cabeza
¿chiquillos ustedes qué harían?, resulta que pasó tal y tal cosa, diay yo haría tal y tal otra,
a veces la respuesta está ahí” (Orx6 - EGF1).

“escuchando criterios, aprendiendo de ellos y compartiendo experiencias” (Orx12 - EGF


2).

De forma que se evidencia cómo trabajar en equipo dentro de un entorno sano donde exista
ayuda mutua, y esos espacios que como profesionales han decidido compartir ya sea para pedir
ayuda sobre algún caso o expresar los sentimientos que se experimentaron al atender alguna otra
situación, han dado como resultado el autocuidado como Departamento de Orientación. Además, se
destaca que:

En su función como promotora de salud mental, la persona Orientadora requiere

poner en práctica algunos elementos que le permitan ampliar su práctica para atender

satisfactoriamente las demandas de este campo de actuación y, a la vez, aportar

nuevos conocimientos a la disciplina. (Garita, 2013, p.64).

De esta manera se visualiza que como a nivel de equipo de trabajo en los Departamentos de
Orientación existen espacios comunes para compartir, para que haya diálogo, para el intercambio de

323
ideas, el aprendizaje a partir de las experiencias, y la sensación de apoyo, lo que permite a estas
personas sobrellevar la labor como profesionales en Orientación dentro de una institución.

Además, también las personas entrevistadas comentan que hay acciones que aportan al
autocuidado que son realizadas junto a la presencia de otras personas, aunque estas no
necesariamente corresponden al equipo de profesionales en Orientación de la institución. Estas
personas pueden ser amistades, familiares o incluso colegas de otros espacios. Lo anterior, se puede
encontrar en comentarios como:

“desconectar el teléfono cuando no estamos en horario lectivo, una buena cena familiar,
una salida de pareja para relajar, nadar” (Orx10 - EGF2).

“estar en familia, desconectarme mentalmente de lo laboral con lo personal, escuchar


música instrumental, tratar de no contestar mensajes laborales a no ser una emergencia,
disfrutar de una película en Netflix, tomar un buen café con una buena compañía, ir de
compras después del trabajo, comerme un buen chocolate blanco, y ver los viernes La
Pensión” (Orx12 - EGF2)

“desconectarme totalmente del trabajo cuando estoy en mi casa, conversar o “sacar”


sentimientos de la labor diaria, llorar si es necesario (en mi casa). El descanso es muy
importante para mí, dormir y comer bien. Realizo clases de danza, es una práctica muy
liberadora dos veces por semana que me desconecta totalmente del mundo laboral”
(Orx13 - EGF2).

Al respecto, es importante destacar que la salud integral corresponde a un bienestar


mental, social, físico y espiritual, por lo que al tener un adecuado equilibrio en cada una de
estas áreas se alcanza un mejor desempeño en los distintos roles de vida, en las áreas familiar,
espiritual, intelectual y laboral (Monge, 2016, p.179). Respecto a las frases seleccionadas
anteriormente de las personas entrevistadas, se resalta que lo social como la familia, las
relaciones de pareja, de amistades y compañerismo, son de suma importancia para la salud
integral.

En síntesis, no se encontró que a nivel institucional haya programas que promuevan el


autocuidado en las personas que conforman los departamentos de Orientación, sino que solamente

324
existen momentos en los que estas personas se reúnen o coinciden para hablar de temas que no sean
de trabajo, liberar estrés, encontrar contención, comentar sobre diversas situaciones y otras acciones;
momentos que son considerados por las personas entrevistadas como autocuidado.

Un hallazgo importante, es que, como Departamento de Orientación o equipo de trabajo, y,


específicamente a lo que se refiere al autocuidado en función de la intervención en crisis
emocionales y la aplicación de PAP, destaca que las personas entrevistadas utilizan reuniones,
momentos de alimentación o espacios informales únicamente, para hablar de los casos de crisis que
atienden y encontrar contención sobre la situación.

Además, no se abren espacios formales dentro de su planificación para poner en práctica


estrategias o técnicas diseñadas para su autocuidado en el equipo de trabajo. Como, por ejemplo,
realizar una reunión con el equipo de trabajo o Departamento de Orientación con el fin de evaluar
la atención en situaciones de crisis. O bien, el uso de técnicas para el autocuidado, como por ejemplo
el defusing, que es poco estructurada y se usa en equipo cuando las personas intervinientes vivieron
un incidente crítico, un evento doloroso, o muy estresante.

4.5.3. Recursos personales y redes de apoyo para el autocuidado de la persona profesional


en Orientación.

A continuación, se hace referencia a los resultados arrojados sobre los recursos personales
que tienen las personas profesionales en Orientación entrevistadas para procurar su autocuidado, así
como sus redes de apoyo para este fin. Se considera necesario dentro de la presente subcategoría de
análisis, definir este último concepto, de redes de apoyo. Zuccardi (citado en Artavia y Cubillo,
2014) señala que estas son un conjunto estructurado de personas, servicios e instituciones que
brindan apoyo y sostenimiento a las personas en sus procesos de desarrollo (p.303).

De acuerdo con la Fundación para el Bienestar del Adulto Mayor (citada en Artavia y
Cubillo, 2014), existen las redes primarias, referentes a las figuras más cercanas a la persona,
incluyendo a su familia, amistades, vecinos y vecinas. También existen las redes secundarias o extra
familiares, que son compuestas por grupos sociales y organizaciones civiles o religiosas, así como
por contactos laborales o de estudio con los cuales la persona tiene algún vínculo.

325
Finalmente, se consideran también las redes institucionales o formales, las cuales integran
aquellas organizaciones públicas o privadas de distintos niveles y alcances (municipales, comunales,
nacionales, entre otras), cuya función es brindar servicios de apoyo para fines específicos (p.303).

Dichas redes son consolidadas por medio de las relaciones interpersonales que cada persona
mantiene con su contexto social. Estas tienen una importancia significativa, ya que como lo destaca
Garita (2013), es necesario entender la salud integral como un estado de bienestar mediado por
múltiples factores, incluyendo las relaciones sociales y vínculos afectivos con los que cuente cada
persona, así como otros factores culturales, contextuales y familiares; esto, más allá de la visión que
se acostumbra de la salud, enfocada solo en los aspectos biológicos, ambientales o genéticos (p.56).

De esta forma, las personas que forman parte de una red de apoyo alrededor de otras, pueden
facilitar o promover su salud integral y su autocuidado. Al respecto, algunas personas participantes
del estudio afirmaron lo siguiente:

“[...] hay situaciones que uno sí se lleva y que lo habla con la pareja, como para que te dé
una visión de la situación que vos estás viviendo, en el sentido de que uno a veces necesita
otra perspectiva [...]” (Orx2).

“[...] pasar con la familia, estar con los amigos y algo importante que me ha ayudado es a
nunca poner mi trabajo como prioridad, sonará complicado, pero bueno para mí mi
prioridad es mi familia y mi vida” (Orx1).

Además de estos apoyos que se encuentran en la familia y en las redes de apoyo primarias,
se puntualizan otros apoyos en los propios departamentos de Orientación dentro de las instituciones
educativas visitadas, que apuntan a redes instauradas en los lugares de trabajo:

"Nosotros aplicamos mucho espacio de realimentación en el departamento, o sea, cuando


hay una situación bien crítica verla, analizarla, comentarla porque muchas veces uno no
ve tal vez la salida para la situación y está ahí a la vuelta de la esquina y uno no la vé,
pero ya comentando, analiza y busca, que aquí los pros y los contras y todo lo demás y tal
vez aquello que era tan pesado ya se alivianó y puede irse uno más tranquilo" (Orx7,
EGF1).

326
"Mientras estamos trabajando o después del almuerzo, incluso en el carro. Es que a veces
ni siquiera nos da chance de sentarnos a conversar porque sí hay mucho trabajo, eso
también lo hemos hablado. Aprovechamos que viajamos la mayoría de las veces juntas
entonces nos desahogamos un poco, en ese sentido. Ya cuando es una crisis de nosotras
para atender una crisis, inmediatamente yo creo que nos buscamos y en ese sentido, por
lo menos de mi parte, nos acoplamos y ahí tratamos que la otra persona vea la otra
perspectiva o no sé, tratamos de no entrar en crisis las dos" (Orx2).

“Una de mis compañeras sabía que a mí me iba a afectar y entonces ya vino y me atajó, y
me dijo “lo que le pasó fue esto, esto y esto”, entonces yo fui al baño, tomé agua, respiré"
(Orx5).

De esta forma, se hace evidente el rol que juegan los apoyos en el sitio de trabajo, más allá
de contar solo con una red de apoyo primaria paralela al desempeño de la profesión. Posiblemente
las personas compañeras de trabajo, especialmente aquellas que ejercen la misma profesión, están
en una mejor posición de entender los retos que acarrea el rol profesional dentro de las instituciones
educativas y de prestar apoyos para sobrellevar la carga laboral y sus desafíos, por lo cual es más
fácil empatizar con colegas.

De esta forma, el autocuidado trasciende el ámbito individual y se convierte en algo


colectivo, ya que cada persona del sistema, equipo o departamento puede convertirse en un recurso
y un apoyo para sus pares en su función y en su lugar de trabajo, lo cual presenta la oportunidad de
proponer acciones en pro del autocuidado de manera formal y colectiva dentro de los departamentos
de Orientación y en las instituciones educativas.

Sin embargo, lo anterior todavía se presenta como un asunto pendiente en el sistema


educativo costarricense, tal y como se analizó en la subcategoría referente al autocuidado grupal
como equipo y cómo se desarrolla más adelante en los desafíos presentes en el espacio de trabajo
para el autocuidado de las personas profesionales de la Orientación.

Finalmente, en cuanto al tema de las redes de apoyo que fomentan el autocuidado, cabe hacer
énfasis en el rol destacado que tienen las relaciones interpersonales, tanto en el ámbito laboral como
fuera de este, en el bienestar integral de las personas profesionales de la Orientación.

327
Lo anterior se sustenta en lo planteado por Garita (2013), quien advierte que los entornos de
colaboración y los ambientes sanos de trabajo, así como las relaciones interpersonales que la persona
profesional establezca en su vida, la pueden poner en una mejor posición y brindarle más y mejores
recursos para hacerles frente a sus retos profesionales, procurando su salud integral por medio del
autocuidado (p59) tal y cómo quedó ejemplificado con los aportes de las personas participantes de
esta investigación.

En cuanto a los recursos personales con los que cuentan las personas profesionales en
Orientación para facilitar su autocuidado, es importante hacer referencia a ciertas habilidades como
competencias personales y profesionales que le pueden auxiliar en esta área. Muchas de estas son
consideradas como condiciones necesarias para poder aprovechar y participar de manera activa en
las redes de apoyo antes mencionadas, por lo cual se sigue apuntando a la importancia de la mirada
contextual-social de cada quien para procurar, y fomentar el autocuidado como parte de la salud y
el bienestar integral.

Al respecto, Gómez (2017) destaca que las habilidades sociales se relacionan con las
habilidades de autocuidado personal, ya que la persona puede tener así más recursos psicológicos y
personales para regular sus impulsos, para monitorear su bienestar y su salud, para mejorar su
autoestima como factor protector y aumentar su asertividad para afrontar los conflictos y otros retos
presentes en la jornada laboral, y en su vida personal que sean fuentes significativas de tensión o
estrés (p.107).

Todas estas conductas y habilidades le permitirán a la persona activar más recursos para el
autocuidado y le llevarán a evitar conductas de riesgo, además de que le facilitarán tener una mejor
disposición actitudinal ante las tareas diarias, por lo cual podrían ser entendidas como un factor de
prevención del desgaste profesional. Un ejemplo de esto, lo constituyen los siguientes aportes:

"El convivir en el colegio con los compañeros, tener una actitud positiva te va a ayudar en
el trabajo. Fortalecer nuestra salud mental, es importante, porque cuando uno trabaja en
esto, no sabe qué se va a topar en el día y los imprevistos" (Orx 1).

“Busco contención en colegas del departamento. Me desligo de la situación durante los


periodos no laborales y me enfoco en mi vida personal" (Orx 9 - EGF 2).

328
Estos aportes apuntan a cómo, más allá de simplemente contar con redes de apoyo y recursos
externos para el autocuidado, se torna necesario contar con habilidades sociales, cognitivas y
actitudinales para hacer frente a los desafíos de la jornada diaria, en especial cuando se atienden
situaciones de crisis:

“A mí me parece súper importante reconocer que, de esa crisis, me puede generar crisis a
mí. Porque no estamos […] o sea, no estamos exentos de que nos dé crisis" (Orx 9 - EGF
2).

“En impotencia, me desestabiliza un poco verdad… uno lo atiende y todo y sigue adelante,
pero solo yo sé que cuando voy en el carro y digo uy por qué estoy pensando en esto, ya
salí, o a veces en mi casa ya verdad, suave estoy en mi casa, entonces ya mañana veo a ver
qué resuelvo porque hay casos que se te pegan y te los llevas, no hay manera” (Orx 6 -
EGF 1).

Por lo tanto, tal y como advierten Londoño, Velazco, Alejo, Botero y Vanegas (citados en
Gómez, 2017), el desarrollo de competencias para el afrontamiento de situaciones estresantes
(especialmente aquellas relativas a situaciones de crisis), el sentido de autoeficacia y las
competencias sociales y prosociales sirven de base para una buena salud mental y bienestar, al
mismo tiempo que posibilita que la persona esté en mejor posición de hacerles frente a las demandas
de sus diversos roles vitales y procure así su autocuidado, (p.107).

Bajo esta misma línea, se evidencia entonces que hay una dialéctica propia de la naturaleza
biopsicosocial de cada persona que no es ajena al rol profesional, y que incide directamente en la
adopción o no de estilos de vida y conductas que promuevan su bienestar integral. Por consiguiente,
se debe ver a cada persona como un individuo y como parte de un entramado social.

4.5.3.1. Desafíos para el autocuidado de las personas profesionales en Orientación.

En contraposición a lo desarrollado en la subcategoría anterior, en esta se exponen los


desafíos con los cuales las personas profesionales entrevistadas suelen encontrarse en su rol
profesional de Orientación, ya sea por falta de apoyos o recursos, exceso de carga laboral, por
afrontar situaciones muy exigentes, entre otras posibles causas o retos.

329
Como se verá a continuación, se pueden identificar falencias en el sistema educativo que
conllevan a los desafíos u obstáculos antes mencionados, apuntando a la necesidad de generar
cambios a nivel sistémico para poder atender o apalear estas fallas que van más allá del control de
la persona profesional en Orientación, pero que tienen un impacto real en su bienestar.

Al respecto, Gómez (2017) indica que para tener un nivel suficiente de bienestar y salud
mental se debe contar con ciertas habilidades y competencias para hacerles frente a los desafíos de
la vida diaria y el rol profesional, lo cual ya fue expuesto en el apartado anterior. Adicionalmente a
esto, se hace énfasis en el componente social del bienestar, manifiesto en las redes de apoyo en las
cuales la persona está inmersa, pero hay un componente que va más allá de estos componentes
psicosociales, el cual es el factor cultural y como extensión de este, la cultura organizacional en el
lugar de trabajo, (p104).

Para la autora señalada, este último factor cultural tiene un gran peso en cómo la persona
procure su salud integral y su autocuidado, ya que este mediará en la percepción que tenga la persona
ante los hábitos de vida saludable, la educación y capacitación que reciba al respecto, y sobre la
cantidad de recursos que se destinen de manera formal a la promoción de la salud y el bienestar
integral en los espacios de trabajo y en las comunidades (p.108). Al respecto, las personas
participantes afirman lo siguiente sobre la carga laboral en el rol orientador en el sistema educativo
público nacional:

"Sí hay un nivel de sobrecarga. Unas más intensas que otras, entonces sí hay una
sobrecarga donde se junta todo, todos los males, todos los procesos se juntan, entonces
eso implica mucho estrés y mucho desgaste emocional también” (Orx 13 - EGF 2).

“A veces por tener ese peso dentro de la institución, se da una sobrecarga, entonces una
necesidad profesional que a veces no es necesario, porque el mismo docente lo puede
realizar, pero como que necesito que esté ahí, como ese acompañamiento, entonces ya lo
veo como que le da más credibilidad tal vez no, pero más […] al departamento” (Orx 11
- EGF 2).

De esta forma, se hace manifiesto como la sobrecarga laboral del Departamento de


Orientación incide de forma negativa en la posibilidad de que las personas profesionales velen por

330
su salud mental, y cómo esta tensión derivada puede ser nociva para el bienestar físico y mental de
las personas orientadoras. Al hacer referencia propiamente a la cultura organizacional derivada de
la gestión del MEP y el aspecto social del clima organizacional, se expresó lo siguiente:

"Esto, la parte de autocuidado no se da. Vos sos un funcionario público y tienes que rendir,
no te ven como persona sino como un funcionario que no puede cometer errores" (Orx 2).

“Nosotros el año pasado nos fuimos a "Paraíso de los volcanes" y nos llevamos al grupo
de profesores que querían ir con nosotros y no muchos se apuntaron. ¿Por qué?, Porque
aquí cuando nos dan un día para nosotros, no hay clases, pero muchos profesores se van
para la casa, porque prefieren compartir con la familia y tal vez no hay una identidad con
el colegio. ¿Por qué? diay ahí es otro tema, porque pueda ser que esa semana se agarró
con el compañero de departamento y “no quiero ni verlo, qué voy a estar yo dándome la
mano ahí en media montaña con fulano”, que no está de acuerdo con la administración,
“yo no voy a ir a ser hipócrita” […] El gremio de educación sí está muy tóxico a nivel
nacional, eso sí se lo doy así en sentencia. Y lo triste es que trabajamos con adolescentes.
¿Si yo estoy intoxicado qué le estoy pasando a mis estudiantes?” (Orx3).

Aquí es importante, que se retomen las frases anteriores antes de continuar con otro tema, ya
que estas dan apertura a reflexionar en cómo la falta de una cultura que promueva el autocuidado
puede tener relación con las actitudes tóxicas que advierten las personas participantes.

Siguiendo lo anterior, se puntualiza la falta de recursos a nivel institucional y a nivel del


Ministerio de Educación Pública para fomentar la salud mental e integral del personal. Por lo cual,
se puede llegar a concebir al departamento de Orientación como un recurso para el resto de agentes
del sistema educativo inclusive, como se aprecia en el siguiente ejemplo:

"Yo creo que el autocuidado es demasiado personal, vos decidís si trabajás en


autocuidado, pero bueno al menos este año fue la primera capacitación que tuvimos sobre
autocuidado, al menos que la tuve yo, pero eso no es lo habitual" (Orx 2).

“Yo a título personal, atender situaciones con los chicos no (me afecta) porque eso es lo
que nosotros hacemos y lo esperamos, y para eso estamos aquí, para dar un soporte en
una situación. Más bien a veces cuando nos cambia y nos hace un vuelco, es cuando

331
tenemos que atender alguna situación de un mismo compañero o un papá cuando no sabe
manejar sus cosas dentro del hogar" (Orx 11 - EGF 2).

Lo preocupante de estas situaciones se relaciona con lo que plantea Gómez (2017), quien
propone que los sistemas que no sean capaces de dar sostenimiento y soporte a las personas para
que procuren su autocuidado con miras a la salud integral, exponen a su capital humano a la
negligencia ante su propio bienestar; la somatización al afrontar situaciones tensionantes, dentro de
las cuales cabe destacar la atención de crisis; y se promueven estilos de afrontamiento reactivos
basados en la emocionalidad desbordada y la negación del malestar, (p.106).

La salud integral, mediando principalmente para efectos de este estudio a partir del
autocuidado, se considera como un eje del adecuado desempeño profesional de las personas que
laboran en una institución y quienes interactúan constantemente con una comunidad educativa, lo
que genera un intercambio de influencias entre estas y afectaciones tanto positivas como negativas
en el autocuidado al desenvolverse en las respectivas áreas profesionales y personales. No obstante,
se denota que existen importantes carencias y necesidades en la atención del cuidado que las
personas profesionales en Orientación tienen sobre sí mismas al intervenir diversas situaciones de
crisis emocionales por parte de estas, y de otros entes inmersos en los procesos educativos.

Como se ha hecho mención en párrafos anteriores, esto debería de preocupar a las personas
profesionales, a las direcciones y demás personal del MEP, ya que como expresan Escobar, Franco
y Duque (2011, p.140) y Monge (2016, p.184), el autocuidado y el bienestar integral son condiciones
necesarias para velar por la calidad de los servicios que se ofrecen a la población meta, bajo la lógica
de que la persona profesional sea capaz de velar por la propia salud para así estar en condición de
velar por el bienestar de las personas que atiende. Esto se evidencia a partir de lo que destaca la
siguiente participante:

“Yo me acuerdo una vez de un compañero que me dijo “¿quién orienta a los
orientadores?” verdad, me dijo él, y yo “tenés razón, no sé” porque usted les soluciona a
los profesores, escucha los problemas de todos los chiquillos, le busca solución y, ¿quién
lo cuida a uno? Estamos en problemas [...]” (Orx 5).

332
De esta forma, queda explícito el aspecto pendiente que se tiene en cuanto a la promoción
del autocuidado de la persona profesional en Orientación en el MEP, principalmente cuando existe
gran exposición ante situaciones de crisis, que como se indicó al inicio de este apartado, son
situaciones de alto nivel de vulnerabilidad ante las situaciones traumáticas, de dolor y de sufrimiento,
y que pueden hacer mella en el bienestar de la persona profesional y así afectar la calidad de la
atención que brinda.

Por otra parte, se hace necesario analizar el rol del MEP en la promoción de la salud de las
personas profesionales de la Orientación y la facilitación de los recursos necesarios para este
autocuidado del personal de Orientación. Para esto, se hace necesario hacer referencia a las
manifestaciones hechas por las personas participantes relacionadas con este tema.

Como se ha mencionado anteriormente, estos esfuerzos son escasos, esporádicos y no están


plenamente sistematizados a nivel del sistema educativo general. Sin embargo, se pueden identificar
algunos esfuerzos para fomentar el bienestar del capital humano:

“No, yo veo que este año no ha habido tanto, pero también esa parte de… una vez al mes
se reúnen a nivel regional, todos los orientadores de la región, igual se comparte algún
tipo de información, de igual manera vas a ver algunas amistades que comparten almuerzo
y esos momentos que pueden ser también para uno distraerse. Ahorita el MEP está
proponiendo un comité de salud ocupacional que tiene que programar actividades para
todo el personal, que algunas situaciones por el tipo de institución no se pueden dar
muchas salidas de esas (recreativas)” (Orx 11 - EGF 2).

“Pero yo creo que hay que rescatar un poquito la Dirección que de repente si necesitás ir
a alguna cita, un mandado o algo, por lo menos te chinean por ese lado, y a todos, no solo
a nosotros; que de repente el Comité de Sociales celebró los cumpleaños y se hizo una
actividad social bonita, se disfrutó; de repente hay algún paseo, no sé, desde los sindicatos
o ahora que vino el Día del Maestro y todo eso; entonces son pinceladitas que se viven en
el año, pero obviamente uno quisiera estar de vacaciones todo el año” (Orx 2).

“Yo creo que también cada uno a ver cómo hace, o sea, porque el tema de la salud
ocupacional aquí sí está mal el MEP. El MEP dice que queda a criterio del director abrir

333
los espacios. Nosotros como siempre tal vez esperan que el Orientador en un consejo haga
algo diferente, pero ¿quién lo hace por nosotros?” (Orx 3).

De este modo, se evidencia el faltante que hay en cuanto a apoyos y recursos para fomentar
el autocuidado de las personas que integran los departamentos de Orientación, dentro del sistema
educativo costarricense. Dicho faltante, es un gran asunto pendiente que se presenta a su vez como
una valiosa oportunidad de mejora, debido su relación directa con el clima organizacional, las cargas
de trabajo, la proporción del personal nombrado por estudiantes que se asigna y, la promoción de
hábitos de vida saludables, entre otras acciones formales dentro del MEP (Gómez, 2017, p 106).

En relación con lo anterior, se puede dar cabida a un cambio que influya de manera positiva
en el bienestar del personal y, por ende, en el servicio que se le brinda a la población. Cabe aquí
hacer énfasis en la atención de situaciones de crisis, las cuales son aún más demandantes para la
persona profesional en Orientación, que cualquier otra tarea. Esto debido, a que cuando se
intervienen crisis emocionales, se pueden presentar una serie de reacciones durante y después de la
participación en la asistencia durante los incidentes críticos o emergencias. Estas manifestaciones
son consideradas habituales por el estrés vivido durante la situación crítica, y por lo cual en estos
escenarios el personal está en mayor riesgo de mayores consecuencias.

Consecuencias de no poner en práctica el autocuidado. Una vez conociendo que existen


acciones que se pueden poner en práctica a manera individual y en equipo de trabajo para llevar a
cabo el autocuidado, también se evidencia que existen desafíos para implementar este cuidado
propio. Por ende, existen consecuencias de no poner en práctica el autocuidado, o de solamente
cuidar algunas de las áreas de la vida y no mantener un equilibrio entre todas ellas y procurar un
bienestar integral.

Para Garita (2013) existen elementos que son determinantes dentro del proceso de salud-
enfermedad que tenga la persona, los cuales pueden favorecer o dificultar el quehacer de las personas
profesionales en Orientación, ya que estos elementos pueden impactar de manera directa o indirecta
la salud y el bienestar integral. Debido a esto, es recomendable que la persona mantenga hábitos
dentro de su rutina diaria y dentro de los espacios en los que se desenvuelve para mejorar su
rendimiento y la promoción de sus capacidades. Sin embargo, cuando no mantienen estos hábitos
favorables se presentan las consecuencias negativas (p.64).

334
Algunos de los factores ambientales a los que se encuentran expuestas las personas
profesionales en Orientación, pueden repercutir en su bienestar integral y ser los causantes de varias
consecuencias negativas debido a la carencia del autocuidado en algunas áreas. Un ejemplo de esto,
ocurre en la alimentación, donde al respecto la Política Nacional de Salud Mental 2012-2021, dictada
por el Ministerio de Salud (2012), destaca que se pueden encontrar factores de riesgo para la salud
en la dimensión física y mental de la persona, los cuales se pueden ver afectados por factores
ambientales, como el estrés y la nutrición (p.20). Lo anterior, se evidencia en el caso de la siguiente
persona profesional en Orientación:

“hay días en los que yo no almuerzo ni desayuno, paso las 8 horas y medias aquí trabaje
y trabaje, aspecto sumamente nocivo para su salud” (Orx4).

La misma persona posteriormente hace referencia a las repercusiones de la mala


alimentación o la ausencia de ella, comentando que:

“yo soy de los que no comen a veces y que no me importa que yo esté ocupado en algo,
prefiero seguir, y todo mundo “diay ya almorzó” y yo “no” y la gente “bien vaya
almuerce” pero por dentro yo me digo no voy a terminar esto, pero digo yo sé que al final
uno lo recibe, pero con la salud” (Orx4).

Además, como menciona el Ministerio de Salud (2012), estos factores de riesgo también
repercuten en el estrés que pueda llegar a experimentar la persona (p.26). Al respecto, Mondy
(2010), resalta que todas las personas enfrentan alguna cantidad de estrés en sus vidas, en menor o
mayor medida (p.354).

Como es evidenciado en estas frases de la persona profesional en Orientación participante,


es posible que dentro del rol profesional y en el ambiente de trabajo no se cuente con espacios para
llevar a cabo pausas activas que generen mayores niveles de bienestar en el área profesional, y que
además esto se exacerbe al haber una carga laboral excesiva, por la alta proporción de estudiantes a
atender por dichas personas profesionales y la falta de apoyos de otras disciplinas.

Esto deriva en niveles excesivos o largos periodos de estrés y poca conciencia de aquellas
consecuencias que se encuentran apareciendo a raíz de esta falta de cuidado, lo que repercute

335
negativamente en la salud de la persona. Una de las personas participantes destaca al respecto lo
siguiente:

“el estrés creo que es muy psicosomático [...] mucho insomnio no puedo dormir [...] el
carácter, si estoy muy estresado y me buscan a veces creo que sí se me nota mucho en la
cara” (Orx 4).

Todos estos factores antes indicados, para Mondy (2010) pueden devenir en factores de
riesgo ante el síndrome de burnout o de desgaste profesional, el cual surge como consecuencia de la
exposición prolongada a factores de estrés que pueden ser laborales o no (dentro de este, se ubica,
la fatiga po señala, lleva a la despersonalización en el trabajo, el agotamiento emocional y a la baja
realización personal; aspecto aún más presente cuando se atiende a personas en situaciones de crisis,
o se abordan situaciones difíciles (p.354). Algunos ejemplos de esto se encuentran en las siguientes
expresiones:

“Yo les contaba a ustedes, yo en ese primer año lloraba en la oficina porque yo decía, esto
no es lo mío, o es mucha carga, mucho problema, ya uno tiene sus problemas como para
cargar con los de los demás. Y terminé enfermándome, de ahí le tomé más importancia a
autocuidarse uno en ese aspecto” (Orx1, EGF1).

“Digamos el año pasado del estrés de la bendita huelga, diay yo salí enfermo y tuve que
ir al hospital” (Orx4).

“(ante el trabajo se puede sentir) impotencia, me desestabiliza un poco verdad… uno lo


atiende y todo y sigue adelante, pero solo yo sé que cuando voy en el carro y digo: “uy por
qué estoy pensando en esto, ya salí”, o a veces en mi casa ya verdad, suave estoy en mi
casa, entonces ya mañana veo a ver qué resuelvo porque hay casos que se te pegan y te los
llevas, no hay manera” (Orx6, EGF1).

En el caso, de no atender estas situaciones de alta carga emocional, Piqueras, Ramos,


Martínez y Oblitas (2009), señalan que se pueden experimentar emociones desagradables y vivir de
forma continua con ellas, lo cual puede generar condiciones clínicas, convirtiéndose en un problema
que interfiere con la salud y genera malestar significativo, afectando el sistema inmune, el sistema

336
endocrino-metabólico, y en general, de todas las funciones fisiológicas. Por ende, también a nivel
físico, además de repercusiones a nivel social, personal y laboral. (pp.99-100).

De esta forma, se puede visualizar cómo el atender situaciones de crisis emocionales, puede
tener repercusiones más allá del rol profesional de la persona orientadora, ya que su impacto es
capaz de extenderse más allá de este ámbito, lo que resulta en una afectación a nivel, interpersonal,
intrapersonal y psicofísica, motora y cognitiva.

Lo anterior, también puede tener incidencia en la autoestima personal o profesional que


experimenta la persona, De Mézerville (2004), advierte que esta puede percibirse en varias
dimensiones de la autoestima, las cuales corresponden a lo actitudinal compuesto por la autoimagen,
autovaloración y autoconfianza y lo conductual, que corresponde al autocontrol, autoafirmación y
autorrealización (p. 40).

En las personas entrevistadas se evidencia cómo puede llegar a ser común que, como
profesionales en Orientación, consideren que deben tener todos los conocimientos y las capacidades
para resolver cada caso que se presenta. Sin embargo, esa aparente autoestima que tiene la persona
puede llegar a ser también nociva para su salud, debido a que en ocasiones se puede pensar que la
autoconfianza y el autocontrol que se posee, son superiores al atender múltiples situaciones de crisis.

Esto corresponde a una consecuencia, que dificulta que la persona profesional en Orientación
pueda sentirse tranquila con la labor que está haciendo, debido a la exigencia de atender y solucionar
las crisis de las personas orientadas; esto perjudica su salud mental, e incluso en ocasiones, el
ambiente laboral. No obstante, la autovaloración, autoafirmación y autorrealización pueden
significar los límites para poder mantener la salud mental y el autocuidado, lo cual se evidencia en
aspectos como:

“[...]si bien es cierto, en ese afán de sentirnos “Superman” verdad, también perdemos
nuestro autocuidado que es lo que estábamos hablando al principio, de que a veces nos
desgastamos y nos ponemos en riesgo, ni a nuestro entorno, ni yo a los demás” (Orx10 -
EGF 2).

“el Orientador no tiene porqué saberlo todo, no tiene que ser el soila verdad, y no es
omnisciente, ni omniflorecieste, ni omnipotente, o sea hay más gente alrededor también

337
tenés que tener tus redes de apoyo y contactos de todo, y no está mal Llamar a alguien, y
no está mal decir que no sé esto voy a ver a quién le pregunto, voy a investigarlo, voy a
averiguarlo, voy a pedir ayuda, voy a llamar gente, voy a decirle a mi compañera o
compañero y ya” (Orx7 - EFG1).

“algo que nos ayuda hoy creo yo como departamento es lo que dice (nombre de
compañera), porque a veces uno tiene que quitarse, vamos a ver la palabra, ese
egocentrismo de que yo lo sé todo” (Orx7 - EGF1).

“no jugar a ser la Madre Teresa de Calcuta, y no está bien y tampoco es sano pensar que
uno va a resolverle la vida a todo el mundo, hay cosas y casos que le duelen mucho a uno
y que lamentablemente esas crisis no la lograron superar y más bien los llevó aún más
abajo, pero si uno hizo todo lo posible verdad por ayudar a esa persona y aun así no salió,
pues, diay, no sentirse culpa y pensar que uno hizo todo lo posible por esa persona y creo
que eso sería” (Orx4).

Es evidente que a partir de la carencia o dificultad que existe para el autocuidado, la salud
mental y el bienestar integral que la persona pueda experimentar tanto en su vida personal como en
el área laboral, puede llegar a tener consecuencias negativas pequeñas o aún más significativas que
repercutan en su vida cotidiana. Estas consecuencias pueden comprender la mala nutrición, el estrés,
afectaciones emocionales, baja autoestima y dificultades a nivel personal y laboral.

De este hallazgo, también llama la atención la dificultad que se tiene para visualizar los
propios límites ante la atención que se brinda en las situaciones de crisis, llevando a las personas
profesionales a extralimitarse en su rol, ignorando su afectación personal, su agotamiento, o
asumiendo más compromisos de la cuenta en la atención.

Tal y como resalta la Universidad Autónoma de Barcelona (2015), esto es algo común en las
personas que intervienen situaciones de crisis, ya que la misma carga emocional de atenderlas, lleva
a que no sean capaces de identificar cuándo solicitar un relevo para la atención o hasta dónde debe
llegar su intervención (p.9).

Asimismo, esto puede explicar la “fatiga por compasión”, la cual fue explicada
anteriormente, y donde la persona profesional llega a tal nivel de simpatía con la víctima, que no es

338
capaz de permitirse detenerse en su rol y de evaluar su desgaste emocional y físico, lo cual se
alinearía a ese rol “salvador” que precisan las personas participantes.

Partiendo de esta idea, los nuevos tiempos retan al MEP y, otras instituciones, debido a que
se vuelve a poner de manifiesto la necesidad de contar con protocolos de atención debidamente
instaurados y validados, que sean capaces de asegurar una buena calidad y consistencia de la
atención brindada a la hora de brindar los PAP, y que procure el bienestar y el autocuidado de las
personas intervinientes.

4.5.4. Experiencias de las personas entrevistadas para el autocuidado en la intervención


de crisis emocionales.

En esta subcategoría de análisis se procura integrar las experiencias de las personas


participantes que hacen referencia a las buenas prácticas que han logrado identificar en su quehacer
profesional, así como en su rutina diaria, dentro y fuera de las instituciones educativas. Dichas
prácticas fueron obtenidas al consultarlas a manera de consejos o sugerencias para profesionales
primerizos o con poca trayectoria, por lo cual responden más a un saber-hacer adquirido por la
experiencia que a un saber teórico o técnico.

Por un lado, muchas de las respuestas y aportaciones recibidas apuntan a la importancia de


integrar los saberes que se quieren trabajar con las poblaciones que se atienden. Esto, para tener
incorporadas las temáticas por tratar y los conocimientos relacionados, como una forma de contar
con más y mejores herramientas para el abordaje de las situaciones; especialmente, aquellas en
contextos de crisis. A continuación, se manifiesta que:

"Hay que hacer lo que nosotros predicamos, [...] a veces ni siquiera sabemos qué
nos gusta hacer como manera de lograr Salud Mental, por ejemplo, algo que a
mí me encanta es caminar, me encanta y hasta pienso mejor, será ahí una cuestión
de cerebro, [...] hay que predicar, dar el ejemplo de lo que uno predica, o sea hay
que descubrirse" (Orx1).

“[...] usted no puede dar lo que no tiene. Entonces usted no puede ayudar a
alguien si usted no se ha ayudado a sí mismo en ciertas situaciones; entonces

339
cerrar ciclos o duelos que uno tenga ahí rezagados antes de, que van a haber
muchas cosas que en el camino le puedan remover” (Orx13 - EGF 2).

Este último comentario apunta asimismo a la necesidad de trabajar las situaciones personales
que ha enfrentado la persona profesional en Orientación. También surge por el hecho de que, si no
se tienen incorporadas en el entramado vital estas situaciones y se no han translaborado y terminado,
tal como plantea Slaikeu (2000), estas pueden aflorar en el momento de atender a una persona
atravesando una situación similar o en un contexto semejante al que la persona profesional tuvo que
afrontar (p.130).

Cuando la persona es capaz de translaborar sus crisis y vivencias, esta es capaz de expresar
los sentimientos relacionados con el evento y darle un sentido con miras al desarrollo, la cual es una
condición necesaria para su terminación. Esta consiste en que la situación es incorporada al
entramado vital y a la biografía de la persona, lo cual podría verse a su vez, como una condición
necesaria para poder abordar dichas situaciones desde un rol profesional (Slaikeu, 2000, p. 130).

De esta forma, la persona profesional es capaz de procurar su salud integral en el rol


profesional, la cual surge de su bienestar emocional:

“si usted está bien emocionalmente, usted va a poder atender bien a sus estudiantes… a
sus estudiantes o la persona con la que trabaje, [...] porque nosotros no solo trabajamos
en el cole. Pero yo sí pienso que usted emocionalmente tiene que estar bien” (Orx5).

Dentro de este contexto, debe aclararse que al integrar las crisis del desarrollo o
circunstanciales al entramado vital, la persona profesional será capaz de afrontar situaciones
similares de mejor manera, e incluso ofrecer ayuda cuando se trate de acompañar a otra persona que
esté atravesando una situación similar. Caso contrario, la persona será confrontada constantemente
con un escenario que superará su capacidad de respuesta y le imposibilitará brindar el
acompañamiento necesario ante situaciones ajenas, ya que verá afectado su criterio profesional, su
capacidad empática y objetividad (Monge, 2016, p.98)

Por otro lado, se suele señalar la importancia de que cada persona sea capaz de velar por su
bienestar y salud integral, tal y como lo expresan Escobar, Franco y Duque (2011), al plantear el
autocuidado de la salud como una responsabilidad y un compromiso ético-profesional con el propio

340
rol que se desempeñe. Esto se hace especialmente significativo al contar con pocos recursos a nivel
ministerial y en los propios centros educativos (p.134). Al respecto, se puntualiza lo siguiente:

“Yo creo que también cada uno a ver cómo hace, o sea, porque el tema de la salud
ocupacional aquí sí está mal el MEP. El MEP dice que queda a criterio del director abrir
los espacios. Nosotros como siempre tal vez esperan que el Orientador en un consejo haga
algo diferente, pero ¿quién lo hace por nosotros?” “[…]todos somos personas. Y sí, ese
es un punto que sí varios estamos intoxicados. Es que es mucha mucha cosa” (Orx 3).

“Yo creo que el autocuidado es demasiado personal, vos decidís si trabajás en


autocuidado, pero bueno al menos este año fue la primera capacitación que tuvimos sobre
autocuidado, al menos que la tuve yo, pero eso no es lo habitual. Eso te lo digo porque
esta asesora regional es fenomenal, pero no, esto, la parte de autocuidado no se da. Vos
sos un funcionario público y tienes que rendir, no te ven como persona sino como un
funcionario que no puede cometer errores” (Orx 2).

Ante este panorama, cabe recordar lo descrito por Uribe (1999), quien define el autocuidado
como una actitud responsable de cada persona ante el cuidado de su salud integral (p.116). Por su
parte, Escobar, Franco y Duque (2011, p.134) plantean que el autocuidado es un deber de apropiar
un estilo de vida saludable mediante la formación profesional y su desarrollo en el trayecto vital,
partiendo de un carácter voluntario, un carácter continuo durante todo el ciclo vital y en todos los
roles vitales, y la necesidad de partir de conocimiento científico actualizado para ejercerlo. Todas
estas características apuntan a un rol activo por parte de la persona para velar por su bienestar
integral.

Finalmente, se puntualiza la importancia de contar con redes de apoyo, tanto dentro como
fuera de la institución educativa, debido a que el componente social, es uno de los principales
precursores del bienestar y autocuidado (Gómez, 2017, p. 103). No obstante, lo anterior ya fue
desarrollado en la subcategoría referente a los recursos y redes de apoyo para el autocuidado, por lo
cual, no se volverá a hacer referencia al tema en este apartado, para no redundar en lo mismo.

En cuanto a otros elementos relacionados con el autocuidado, es necesario que la persona


profesional identifique sus habilidades y vulnerabilidades. Lo anterior, debido a que su bienestar se

341
logra mediante el reconocimiento de sus necesidades y supliéndolas en la medida de lo posible,
logrando como resultado un buen vivir. (Monge, 2016, p. 184).

Por último, cabe destacar que la formación también, es una estrategia o pauta para el
autocuidado de la persona interviniente en situaciones de crisis emocionales.

342
CAPÍTULO V

5.1. Conclusiones.

La presente investigación tuvo como propósito analizar el procedimiento que realizan


profesionales de la Orientación para ofrecer los Primeros Auxilios Psicológicos a personas
adolescentes en situaciones de crisis emocionales. Una vez llevada a cabo la indagación acerca del
tema de estudio y su análisis, a continuación, se presentan las conclusiones que surgen a partir de
los objetivos planteados.

El primero de los objetivos específicos consistió en:

5.1.1. Identificar el procedimiento que realiza la persona profesional de la Orientación


con personas adolescentes para atender situaciones de crisis emocional, con respecto a lo que se
concluye lo siguiente:

● En primera instancia, se concluye que las personas profesionales en Orientación de los


centros educativos consultados, sí tienen conocimiento suficiente acerca de qué son los
PAP, es decir, la primera atención que reciben las personas afectadas por un incidente
crítico y que se aplican en las primeras horas tras el impacto. Asimismo, acerca de lo es
y lo que se entiende por una crisis. También se logra identificarla como una reacción
conductual, emocional, cognitiva y fisiológica de la persona adolescente, ante un evento
desencadenante.

● Desde la perspectiva de las personas profesionales en Orientación entrevistadas, se


visualiza que tienen la suficiente claridad de que los momentos de crisis, a los que pueden
verse enfrentadas las personas adolescentes, también es posible que se estructuren en un
momento de reorganización y posible desarrollo de las potencialidades humanas. Y,
además, pueden convertirse de manera general, en la puerta de entrada a grados más altos
de la conciencia, el crecimiento y el desarrollo.

● En cuanto a los factores que inciden en la aparición y desaparición de la crisis, son


reconocidos por las personas orientadoras entrevistadas, tales como el significado del
suceso, estilos de afrontamiento, los recursos personales, sociales y contextuales con los

343
que se cuenta para enfrentarlas. No obstante, coinciden en que la formación en esta área
debe reforzarse, por ejemplo, con el conocimiento de otros modelos de intervención en
crisis y capacitaciones por parte del Ministerio de Educación Pública, o bien, coordinadas
por la misma institución educativa en la cual se labora.

● En relación con el procedimiento, se evidenció que las personas participantes del


presente estudio no en todos los casos trabajan específicamente, siguiendo los cinco
componentes de los PAP del modelo de Slaikeu. Los pasos que más se practican son el
contacto psicológico, examinar las dimensiones del problema y el seguimiento; y los
menos mencionados fueron explorar las posibles soluciones y ayudar a tomar una acción
concreta. Existe, por ende, una tendencia a realizar un proceso más rápido o corto, sin
tanta exploración y, pasando directamente a tomar acciones concretas.

● En cuanto a otros elementos relacionados con el procedimiento, se puede evidenciar que


las personas orientadoras entrevistadas, alcanzan cumplir con las metas de los PAP, que
son: proporcionar apoyo emocional, reducir la mortalidad y enlazar con fuentes de
asistencia. También, logran de manera rápida, hacer una valoración CASIC de las
diferentes áreas de la vida de la persona adolescente con el fin de examinar las
dimensiones de la situación vivida.

● En cuanto a las técnicas, que dicen emplear las personas profesionales en Orientación
entrevistadas para brindar los PAP, demuestran con ejemplos concretos, que en la
mayoría de los casos saben qué hacer y qué no hacer, y cuáles técnicas utilizar ante una
situación de crisis emocional. Por ejemplo, consideran importante emplear técnicas tales
como la escucha activa, comunicar aceptación, plantear preguntas abiertas, generar
rapport, manejo apropiado del lenguaje no verbal como los gestos que se hacen, no
juzgar, fomentar la calma y tranquilizar a la persona en crisis, permitir la expresión de
sentimientos, el llanto y el desahogo, facilitar el empoderamiento y la gestión de
emociones, y recurrir a las redes de apoyo. Las técnicas mencionadas logran facilitar el
proceso de intervención en crisis. Por lo tanto, se concluye que las estrategias y técnicas
que emplee la persona profesional de la Orientación en el momento del incidente crítico,
son de vital importancia.

344
● En todas las instituciones que se tomaron en cuenta para el presente estudio, se aplican
los protocolos del MEP, que a su vez están muy relacionados con el modelo de
intervención de Slaikeu. No obstante, estos están diseñados para los PAP, es decir,
propiamente en el momento de crisis para la ayuda inmediata. Sin embargo, no toman en
cuenta la intervención posterior a la crisis, la cual es parte fundamental del proceso
completo, o mejor dicho, la intervención de segundo orden. Por lo tanto, le corresponde
a la persona profesional en Orientación complementar el proceso con la prevención
primaria y secundaria, y el acompañamiento durante todo el proceso de intervención.

● Es importante destacar la utilidad de los protocolos del MEP, debido a que constituyen
una guía para la persona profesional en Orientación al brindar los PAP, en casos muy
específicos de diferentes tipos de crisis emocionales, y además implican a toda la
comunidad educativa, en caso de que una persona estudiante se vea en una situación de
crisis, ya que quien detecta la crisis debe activar el protocolo correspondiente.

● En cuanto a las referencias de estudiantes en crisis por parte de los departamentos de


Orientación consultados a otra instancia o especialista, se deja claro en las entrevistas
realizadas que no siempre hay disponibilidad para la atención inmediata. Por lo cual, se
torna relevante el seguimiento por parte de la persona profesional en Orientación, hasta
que la persona orientada que sufre la crisis emocional reciba la atención necesaria.

● En relación con las redes de apoyo de las personas estudiantes del presente estudio, la
familia no siempre constituye una red de apoyo, debido a que no todas las familias se
relacionan proactivamente con las situaciones de crisis emocionales, y en muchos casos
la misma es el detonante o la causa de la crisis. Por lo tanto, se concluye que el sistema
familiar puede llegar a ser tanto un factor protector como de riesgo, dependiendo de la
situación de crisis que la persona adolescente esté experimentando. Incluso, puede
determinarse como un elemento ausente en el proceso hasta que se debe recurrir a otras
medidas al relacionarse con otras instancias, como por ejemplo el Patronato Nacional de
la Infancia (PANI), por parte de la persona profesional en Orientación.

345
● En cuanto al perfil profesional requerido para la intervención en crisis emocionales, y
específicamente los PAP, se puede decir que las personas entrevistadas, cuentan con los
conocimientos, las habilidades, las competencias y actitudes suficientes para brindarlos.

5.1.2. El segundo objetivo específico se planteó determinar el aporte de la persona


profesional en Orientación, en la intervención de los Primeros Auxilios Psicológicos, sobre lo
cual se concluye:

● A partir de este objetivo, se concluye que la persona profesional en Orientación tiene un rol
de vital importancia en la atención de crisis emocionales en centros educativos; debido a que
se encarga de brindar los PAP, mediante la contención y el acompañamiento durante todo el
proceso. Esto, tomando en cuenta tanto la prevención primaria, como la secundaria, la cual
incluye la aplicación de los PAP y el proceso óptimo para la intervención de crisis.

● La persona profesional en Orientación brinda un aporte preventivo, debido a que se encarga


de la prevención primaria, por medio de la Orientación colectiva u otras modalidades, en las
que se trabajan temas para empoderar a las personas estudiantes y desarrollar habilidades
para la vida, que ayuden en el enfrentamiento de presentes y futuras crisis. Igualmente, los
PAP tienen el propósito de disminuir las posibilidades de que las personas desarrollen una
sintomatología física y psicológica más grave, después de haber experimentado una crisis
emocional. También se ofrece la prevención secundaria, desde el momento en que se brindan
los PAP. Entonces estos últimos, pueden ser un factor protector para prevenir una serie de
secuelas emocionales en las personas que enfrentan diversas crisis.

● Los primeros momentos en los que una persona se enfrenta a un hecho traumático son
fundamentales y a veces decisivos. En la intervención de los PAP, se procura prevenir y
evitar que las personas sufran más daño emocional. Por lo tanto, con el aporte que brindan
las personas profesionales en Orientación, es mediante la intervención de los PAP, y
específicamente con este tipo de prevención secundaria, que se pretende reducir los efectos
de la crisis y promover el crecimiento y desarrollo de la persona adolescente, a partir de dicha
experiencia o evento crítico. De manera tal, que pueda enfrentar las situaciones de crisis y
lograr evitar secuelas negativas posteriores, debido a que, sino hay una buena intervención,

346
es probable que la persona pueda experimentar el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT),
entre otros.

● Se puede agregar que el aporte de la persona profesional en Orientación , en este caso, es


brindar los PAP, para atender el sufrimiento, las necesidades básicas, contribuir al
restablecimiento físico, poner en contacto a la persona adolescente con crisis emocionales
con la red de apoyo social, facilitar la reanudación de la vida cotidiana, y detectar a las
personas que tienen factores de riesgo para referir a las instituciones apropiadas, hasta que
estas sean atendidas por profesionales o especialistas, en caso de que así lo requieran. Desde
esta perspectiva, es importante advertir que no es tarea de las personas profesionales de la
Orientación, atender psicopatologías, trastornos mentales o de personalidad; sino que, esta
disciplina enfatiza en el desarrollo personal y social. Es decir, su fuerte consiste en trabajar
más desde un enfoque de prevención y desarrollo humano.

● La disciplina de Orientación , desde un enfoque de prevención y desarrollo, no solamente


juega un papel fundamental en todo el proceso de atención de la situación de crisis
emocionales, sino también, en todos los sistemas que la rodean; puesto que dentro del
contexto de la crisis, existen otras personas como la familia u otros agentes en la institución,
tales como, el personal docente, que pueden también entrar en crisis, a raíz de la situación
emocional que esté atravesando una persona estudiante. Por lo tanto, la persona profesional
en Orientación, se posiciona desde un enfoque de intervención que toma en cuenta todo el
contexto, al brindar apoyo a todas las personas afectadas por la situación en la comunidad
educativa.

● La persona profesional en Orientación, desde su rol, consigue visualizarse con un carácter


proactivo, debido a que uno de sus aportes es la anticipación a la aparición de todo aquello
que suponga un obstáculo al desarrollo de la persona adolescente, así como también a los
eventos circunstanciales que podrían impedir superar estados de crisis emocionales.

● Se destaca que uno de los aspectos más valiosos de la disciplina corresponde al


acompañamiento que realiza la persona profesional en Orientación, el cual aporta beneficios
para la persona orientada desde la prevención e incluso posteriormente al momento de aplicar
los PAP, ya que permite prevenir futuras crisis y facilitar la adquisición de competencias y

347
destrezas que preparen a las personas adolescentes, a enfrentar situaciones difíciles presentes
y venideras.

5.1.3. Haciendo referencia al tercer y último objetivo específico, que buscó el


reconocimiento de las estrategias y técnicas que emplean las personas profesionales en
Orientación para el autocuidado, en la intervención de crisis emocionales, se concluye lo
siguiente:

● En primera instancia, las personas entrevistadas reconocen la importancia de mantener y


poner en práctica el autocuidado, y no sólo a nivel profesional, sino que destacan que debe
haber un equilibrio entre todas las áreas de vida de la persona, es decir, se tiene que procurar
el bienestar integral.

● Asimismo, a pesar de que se reconoce su importancia, estas personas profesionales en


Orientación mencionan como parte de su autocuidado pequeñas prácticas cotidianas que
pretenden hacer mantenimiento de su salud, como, por ejemplo, alimentarse, hacer ejercicio
y bailar. No obstante, estas prácticas no corresponden a técnicas predeterminadas para su
autocuidado; sino que, solamente procuran llevar un estilo de vida a favor de su bienestar
integral, fuera del espacio de trabajo, y no bajo la lógica de un esfuerzo formal por procurar
su bienestar integral.

● En cuanto al autocuidado como equipo de trabajo o Departamento de Orientación, en los


centros consultados, se observa que estas personas únicamente toman en cuenta como
autocuidado algunas reuniones o momentos colectivos y sociales, tales como el almuerzo o
el momento de la merienda, que son utilizados para hablar de otros temas que no sean del
ambiente laboral. Sin embargo, no cuentan con espacios formales, estrategias y técnicas
específicas para el trabajo en equipo, o esfuerzos sistematizados para el autocuidado a nivel
de departamentos.

● A pesar de lo anterior, se identifica a las otras personas integrantes del Departamento de


Orientación como parte de la red de apoyo de cada profesional, ya que estas pueden dar
soporte cuando se enfrenta una situación que desborda emocionalmente a las personas
orientadoras o sobrepasa su capacidad, debido al conocimiento o experticia. De esta forma,

348
se perciben no sólo como un apoyo profesional al resto de integrantes de los departamentos,
sino también, como un apoyo personal para procurar el bienestar integral en el lugar de
trabajo.

● Se identificaron las habilidades sociales como unas de las más importantes para procurar el
autocuidado y el bienestar integral de las personas profesionales, debido a que estas les
permiten establecer vínculos significativos y nutricios, que se presentan como redes de apoyo
tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.

● Como principales desafíos o amenazas para el autocuidado en los centros educativos


consultados, se reconocieron el clima organizacional dentro de los centros educativos,
señalando principalmente la falta de recursos y espacios que fomenten el autocuidado dentro
del lugar y rutina de trabajo como principal falencia dentro el MEP. Además, una sobrecarga
laboral por la baja proporción de personas profesionales en Orientación, quienes deben
atender una gran cantidad de casos diarios y responder a la demanda de trabajo
administrativo del puesto. Estas son situaciones que pueden generar estrés acumulativo,
debido a las exigencias asociadas a las actividades a desarrollar durante la intervención en
crisis. Por ejemplo, largas jornadas de trabajo, gran esfuerzo físico, mental y emocional,
limitados recursos, entre otras; lo que resulta en detrimento de la salud mental y física.

● Por otra parte, se evidencia que no poner en práctica técnicas apropiadas para el autocuidado,
ya sea de manera individual o en el equipo de trabajo, trae repercusiones negativas desde la
mala nutrición, el estrés, afectaciones emocionales, autoestima, enfermedad mental y
repercusiones a escala personal, familiar y laboral.

● A pesar de que las personas entrevistadas, aseguran que ponen en práctica el autocuidado en
su cotidianidad, se concluye que hay una necesidad significativa de poner en práctica
técnicas a escala individual y, sobre todo en el equipo de trabajo, para propiciar el
autocuidado, si se desea disminuir las repercusiones negativas a escala personal y
profesional. Al tiempo que se procura una buena calidad de los servicios brindados desde la
disciplina de la Orientación, en especial al atender situaciones de crisis.

349
● Por último, se identifica la necesidad de trabajar las crisis personales y otras situaciones
inconclusas o no resueltas, que puedan haber afectado el desarrollo de la persona profesional
en Orientación. Esto, como una condición necesaria para poder brindar un servicio de
calidad, debido a que si la persona profesional no es capaz de afrontar situaciones ajenas
similares a las que ya vivió en un pasado o se encuentra transitando, no estará en posición
de ayudar a otras personas a integrar dichas situaciones en su entramado vital. Por el
contrario, podría significar un riesgo tanto para la persona profesional como para quien
recibe la atención, al tiempo que podría afectar de forma negativa su criterio profesional.

● Las crisis emocionales representan una vivencia personal única. Sin embargo, el contexto
tiene una gran influencia en cómo se desarrollan las situaciones de crisis y cómo se
experimentan por la persona que las sufre. Esto es puntualizado por varias de las personas
profesionales participantes de este estudio, lo cual se alinea a los distintos referentes teóricos
consultados sobre el tema de la vivencia intercultural de las situaciones de crisis, los cuales
apuntan a la necesidad, por parte de las personas profesionales en Orientación, de desarrollar
una autoconciencia ante los propios sesgos, prejuicios o estereotipos desde una visión
intercultural. Esto, para poder estar en una posición que permita el entendimiento empático
de las vivencias e interpretaciones de las personas atendidas, así como para lograr una
sintonía emocional más allá de las propias interpretaciones, y referentes culturales y sociales
de la propia persona profesional. Esto se hace aún más significativo al atender situaciones
tan delicadas como las crisis emocionales; ya que se permite comprender lo que se espera
desde una comunidad en particular, al afrontar una situación crítica, entendiendo los
elementos idiosincráticos de cada contexto sociocultural.

Además, también se presentan algunas conclusiones generales:

● Se coincide en que, en la actualidad, la principal forma de identificar crisis emocionales en


los centros educativos consultados, en las personas adolescentes es por medio de los cambios
de conducta en el estudiantado, por lo cual, para poder determinar que algo pasa, es
indispensable conocer a las personas estudiantes. Además, se destacan casos concretos en el
estudiantado, tales como el cutting, ideaciones suicidas o el consumo de drogas, lo cual es

350
una señal de alerta para las personas profesionales en Orientación para trabajar desde la
prevención.

● La familia tiene un papel protagónico en las crisis emocionales, ya sea positivo o negativo.
Para efectos de esta investigación, la familia se puede considerar un factor de riesgo en las
crisis emocionales, pues estas se desarrollan muchas veces por el grado de presión que las
familias ejercen sobre el estudiantado, por las expectativas tan altas que no logran cumplir o
porque las conductas que ven en casa les ponen en riesgo, tales como violencia intrafamiliar
o incluso abandono.

● Las principales estrategias de afrontamiento de la población adolescente de los colegios


consultados, actualmente son la negación, conductas de evasión, el centrarse en las
emociones y desahogarse en algunos casos, en actividades distractoras y en el consumo de
alcohol y drogas. Por lo que, realmente se evidencia el papel fundamental de la Orientación
en el acompañamiento de procesos de la población adolescente en su etapa del desarrollo y
en sus crisis emocionales, comprendiendo que forman parte usual del transcurso de la vida
y que el significado de estas puede variar dependiendo de diversos factores.

● Es necesario enfatizar en la importancia de los servicios de Orientación desde una visión


preventiva y de desarrollo, con el fin de dotar y formar a la población atendida, para que esté
en una mejor posición para afrontar aquellas situaciones vitales que lleguen a presentarse
como desafíos para su bienestar y desarrollo. Lo anterior, con miras a la gestión del riesgo,
la prevención del daño emocional y la mitigación de las repercusiones de las situaciones de
crisis que se presenten en la biografía de cada persona.

● A pesar de lo anterior, cabe destacar que algunas crisis emocionales, como por ejemplo, las
circunstanciales, son totalmente impredecibles e inesperadas, puesto que pueden ocurrir en
cualquier momento, por lo que contar con la formación, información, estrategias y técnicas
oportunas para la intervención en crisis y aplicación de los PAP, genera una gran
diferencia en la calidad de atención que se brinda, y en el bienestar integral tanto de la
persona que se atiende como de la persona profesional que está brindando el servicio.

351
● Según lo expresado por las personas profesionales en Orientación entrevistadas, se concluye
que solamente mantienen los conocimientos y la experiencia para atender a personas en
situaciones de crisis, basándose en su formación inicial universitaria. Esto, porque a pesar de
que recomiendan la constante formación y actualización acerca del tema de crisis, no se suele
llevar a cabo. Por lo tanto, se destaca la importancia de la formación permanente, la cual
termina con la jubilación.

● Con respecto a lo anterior, aunque la formación continua por parte del Ministerio de
Educación Pública es poco accesible a las personas profesionales en Orientación
entrevistadas, o no se da con la frecuencia y actualización que estas requieren, siempre va a
ser necesario que la persona a cargo de atender situaciones de crisis y aplicar los PAP,
procure su constante capacitación. Para ello, se pueden buscar otras instituciones que
impartan cursos de formación continua, o que utilicen otras herramientas como la tecnología
para la constante actualización, con el fin de mantenerse vigentes en su rol.

● Finalmente, se tiene que reconocer la importancia de contar con espacios formales y recursos
para el autocuidado desde el MEP, no sólo pensando en el bienestar integral del capital
humano de esta instancia, sino también en la calidad de los servicios que el personal brinda
al estudiantado. De esta forma, se puede concebir el bienestar integral de las personas
profesionales como una condición necesaria para procurar un servicio de calidad a lo interno
del Ministerio de Educación Pública.

● Las personas profesionales en Orientación entrevistadas brindaron una serie aportes de suma
importancia, tales como la constante actualización profesional, espacios para el autocuidado
del Departamento de Orientación y el personal del profesional, entre otros, para el quehacer
de la disciplina que resultan convenientes para promover el desarrollo personal y profesional,
sin embargo, en algunas ocasiones se hace mención a que dichas sugerencias no siempre son
posibles de lograr por distintas razones como el tiempo, la falta de recursos, o la sobrecarga
laboral.

352
5.2. Recomendaciones.

A partir de lo anterior, también se presentan una serie de recomendaciones que realiza el


equipo de investigación a distintas entidades y personas, con el fin de enriquecer el procedimiento
que realizan las personas profesionales de la Orientación, para ofrecer los PAP a personas
adolescentes en situaciones de crisis emocionales.

5.2.1. Recomendaciones para la Escuela de Orientación y Educación Especial.

En primera instancia se le ofrecen unas recomendaciones a la Escuela de Orientación y


Educación Especial, que imparte la carrera de Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación:

● Al respecto de la intervención en crisis y aplicación de los PAP, se recomienda en los


contenidos del curso para este propósito, además de estudiar el modelo de Slaikeu, dar a
conocer otros modelos de otras personas autoras para la intervención en crisis, con el objetivo
de ampliar y profundizar más acerca del tema. Esto, debido a que las personas entrevistadas
hacen referencia a un único autor: Slaikeu (2000). Y aunque resulte adecuado, debido a que
se conoce que es el más utilizado, y que de este modelo se desprenden otros modelos de la
intervención en crisis, se considera necesario estudiar otros con el fin de seguir actualizando
y contextualizando el conocimiento disponible sobre esta temática.

● Además, se recomienda que en el curso de Orientación en situaciones de crisis y otros cursos


relacionados, se haga aún más énfasis en el uso de estrategias tales como el estudio de casos
y las simulaciones. Para ello, se considera que se puede recurrir a instituciones que, además
del MEP, también atienden situaciones de crisis, como el INA, IAFA, el Sistema
Penitenciario, algunas ONG, entre otras. Esto con el fin de propiciar un dominio no solo
teórico de la temática, sino también práctico.

● Por otra parte, se recomienda profundizar más la formación de personas profesionales en


Orientación en cuanto a los conocimientos teóricos y prácticos, relacionados con cómo llevar
a cabo el trabajo administrativo que se debe asumir dentro de un centro educativo. Por
ejemplo, cómo realizar un expediente de caso de personas estudiantes, una denuncia, un
protocolo, información acerca del debido proceso, entre otros aspectos. Debido a que es parte

353
de los procesos de intervención en situaciones de crisis, y no siempre se cuenta con la
capacitación necesaria por parte del Ministerio de Educación Pública.

● Se recomienda también, como parte de la formación profesional, incorporar al programa de


estudios de la carrera, la temática del autocuidado de la persona profesional en Orientación,
como un eje transversal, y a lo largo de la carrera. Esto, porque se ha evidenciado la
importancia del autocuidado para brindar la atención desde una posición compatible con la
salud mental, y como parte esencial de la labor que se realiza.

5.2.2. Recomendaciones al Ministerio de Educación Pública.

● Tomar en cuenta a futuro en sus protocolos, con respecto a la aplicación de los PAP, algunas
recomendaciones para la intervención en crisis emocionales propiamente, dirigidas a los
departamentos de Orientación, debido a que se concluyó, de acuerdo con lo expresado por
las personas orientadoras entrevistadas, que podrían ampliarse en cuanto a la intervención
en crisis y a las acciones preventivas, y no solamente a los PAP.

● Se recomienda ofrecer espacios de capacitación acerca de los protocolos de intervención,


brindados por personas con una óptima formación profesional en el tema, o bien, de otras
áreas de la salud, por ejemplo, la psicología o la psiquiatría, lo cual permite enriquecer el
conocimiento, y trabajar de forma más interdisciplinaria. Lo anterior, con el fin de
proporcionar una mejor intervención y seguimiento en los distintos casos, con los que
trabajan las personas profesionales en Orientación.

● En relación con los protocolos de intervención, se recomienda entablar comunicación con


otras instituciones, como por ejemplo el INAMU, IAFA, PANI, EBAIS, CCSS, entre otras;
y realizarles las modificaciones necesarias. Lo anterior, con el objetivo de que, cuando se
deban realizar referencias a otras personas profesionales que laboran en alguna otra
institución del Gobierno, los protocolos de intervención concuerden con la información que
dichas entidades requieren. Esto, ya que algunas personas en las entrevistas manifestaron
que, al momento de realizar alguna referencia, la forma en la que se realiza en el MEP y la
manera en que la admiten otras instituciones es distinta, dificultando y multiplicando el
trabajo para la persona Orientadora, y además, afectando el servicio brindado a la persona
estudiante.

354
● Se hace perentorio incorporar en la gestión del capital humano del MEP, espacios y recursos
para la promoción de la salud, el autocuidado y el bienestar integral del personal que labora
para éste. Lo anterior, para procurar su autocuidado, su satisfacción en su rol de trabajo y la
motivación como una condición necesaria para procurar la calidad del servicio que se brinda
al estudiantado y al resto de la comunidad educativa.

● Se recomienda, crear dentro de los protocolos de intervención, un apartado para el


autocuidado de las personas que integran los Departamentos de Orientación, como
profesionales de ayuda que atienden a personas en situaciones de crisis y se encuentran
expuestas a la vulnerabilidad que esto conlleva.

5.2.3. Recomendaciones a los centros educativos.

● Propiciar espacios de constante actualización profesional y velar, para que las personas
profesionales de ayuda, puedan promover su autocuidado, dentro de la rutina de trabajo y
fuera de esta. Además, se considera muy importante, el apoyo que puedan brindar las
personas profesionales a cargo de la gestión educativa de estas organizaciones.

● Al personal docente y administrativo, se les exhorta acerca de la importancia de desarrollar


habilidades como la empatía y la escucha activa, para apoyar de una mejor manera al
estudiantado que ha sido afectado por una situación de crisis, en lugar de solo referir al
Departamento de Orientación, forjando así una red de apoyo más amplia.

● De la misma manera que se le recomendó al MEP, realizar modificaciones en los protocolos


de intervención y establecer contacto con otras instituciones para que los protocolos de
actuación sean más uniformes entre sí, se le recomienda a cada centro educativo establecer
una serie de protocolos para intervenir, en caso de que la referencia que se realizó por parte
del Departamento de Orientación, sea rechazada. Y de esta forma, guiar y brindar apoyo a
dicho Departamento.

5.2.4. Recomendaciones a los departamentos de profesionales en Orientación.

• Se recomienda solicitar a la dirección de los centros educativos, brindar formación continua


o mayor capacitación a personas profesionales en Orientación, en cuanto a los PAP, para

355
fortalecer más los conocimientos acerca del tema y las estrategias que se pueden llevar a
cabo. Esto porque, aunque ya se cuenta con una formación previa, al ampliar y actualizar la
gama de estrategias de intervención y técnicas para la atención de crisis, se tienen más
opciones para aplicar las que mejor respondan a las necesidades de la persona, según el tipo
de crisis que está experimentando.

• Se propone idear estrategias y ejecutar actividades, por parte de los departamentos de


Orientación, que fomenten el sentido de pertenencia de las familias en la comunidad
educativa, con el fin de lograr un mayor acercamiento, tanto en la institución como en el
desarrollo de las personas estudiantes. Pueden ser escuelas, talleres o charlas para padres y
madres de familia, creación de comités para actividades recreativas o alguna otra, etc. Por
supuesto, se deben ajustar a las condiciones, infraestructura y presupuesto de cada centro
educativo. Esto, porque se determinó que las familias son un sistema importante a la hora de
atender situaciones de crisis y no siempre se involucran en estos casos. Al trabajar con
personas menores de edad, se necesita de la presencia de sus familias para tomar ciertas
acciones y decisiones, y cuanto más se mantenga esa comunicación y relación estrecha entre
el centro educativo y las familias del estudiantado, más se favorecerá el proceso tomando en
cuenta el contexto para un mejor seguimiento del caso.

• Capacitar al personal docente, administrativo y personas estudiantes en la aplicación de los


PAP, ya que según el referente teórico y los protocolos del MEP, cualquier persona con
formación, puede brindar contención y una primera ayuda psicológica. Esto se considera útil,
por ejemplo, en caso de que la persona profesional en Orientación se encuentre ausente, o
incluso si una situación de crisis le ocurre a la persona estudiante estando en su casa u otros
ambientes, para que cuente con algunas herramientas personales que la ayuden a
estabilizarse, o bien, se pueda apoyar en su grupo de pares a distancia.

• Se recomienda al Departamento de Orientación, generar espacios para difundir y clarificar


cuáles son las labores en cuanto a la atención en crisis. Para ello, se pueden dar a conocer
posibles formas de actuar ante una persona estudiante que experimenta una crisis emocional,
para que exista un apoyo interinstitucional, y se facilite la aplicación de los PAP,
garantizando una adecuada atención para todas las partes involucradas.

356
• En cuanto al autocuidado como equipo de trabajo o departamento de Orientación, es muy
importante contar con espacios formales, estrategias y técnicas específicas, tales como la
actualización de la formación como personas intervinientes en situaciones de crisis. Esto se
constituye en una de las más valiosas herramientas protectoras, además del
autoconocimiento, puesto que es necesario identificar las habilidades y las vulnerabilidades.
También las redes de apoyo, que son todas aquellas personas a las que consideren
importantes en su vida y con las que se podría contar en caso de necesitarlas.

• Asimismo, mantener contacto y apoyo de su familia, amistades, otras personas integrantes


del equipo de trabajo o en el contexto del estudio, pareja, organismos de protección (policía,
bomberos, etc.), grupos de afiliación, entre otros. Además de hacer ejercicio, relajarse, cuidar
la alimentación y el descanso, también es importante conocer en profundidad los protocolos
de actuación y utilizar ciertas técnicas en equipo, como por ejemplo el Defusing, que es poco
estructurado, pero que se utiliza cuando las personas intervinientes vivieron un incidente
crítico, un evento doloroso, o muy estresante, entre otros.

• Establecer espacios formales como un recurso dentro de la rutina diaria, para fortalecer el
vínculo entre las personas integrantes del departamento, entendiendo este componente social
como un factor protector del bienestar integral.

• Es de suma importancia que se pongan en práctica no sólo acciones cotidianas y reuniones


esporádicas que permitan disminuir los niveles de estrés, y que esto se tome como el único
autocuidado que existe para las personas profesionales en Orientación dentro de un centro
educativo, sino que deben poner en práctica técnicas apropiadas y diseñadas para el
autocuidado a nivel individual, grupal e institucional.

• Además, como parte del autocuidado, se recomienda que las personas profesionales en
Orientación procuren obtener apoyo del resto de integrantes del departamento de Orientación
o del equipo interdisciplinario, que busquen redes de apoyo dentro y fuera de la institución,
y procurar un ambiente óptimo para que también haya contención para la persona profesional
si ésta la necesita.

357
• Finalmente, una constante en esta investigación fue la necesidad de que las personas
profesionales en Orientación y en otras carreras de ayuda y servicio trabajen sus propias
situaciones personales e integren sus crisis, debido a que, en caso contrario, no se estará en
una posición existencial y emocional para brindar ayuda a otra persona que se encuentre
enfrentando una situación similar a la vivida o a la que se afrontó en un pasado, pero que
todavía está pendiente de elaborar. No se trata solo del bienestar personal, sino que está en
juego también la seguridad y el proceso de la persona atendida.

358
CAPÍTULO VI

6. Referencias bibliográficas

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371
CAPÍTULO VII

7. Anexos

7.1 Guías de recolección de información.

● Guía de Entrevista Individual para Profesionales en Orientación

1. ¿Reconoce usted el concepto de los Primeros Auxilios Psicológicos?, ¿qué entiende por este
concepto?

2. ¿De qué forma reconoce usted la necesidad de intervenir en una crisis emocional con sus
estudiantes?, ¿cuáles son las señales que usted identifica para determinar si se trata de una crisis
emocional?

3. ¿Qué aspectos evalúa al atender inicialmente una crisis emocional? (Por ejemplo: conductas,
pensamientos, emociones, síntomas físicos, interacciones sociales, etc.).

4. ¿Cuáles son los pasos y acciones que lleva a cabo, para intervenir en una crisis emocional con sus
estudiantes?

5. ¿Utiliza algún modelo o guía de intervención para aplicar los Primeros Auxilios Psicológicos al
atender una crisis?, ¿cuál o cuáles?

6. ¿Cuál ha sido su experiencia al referir a una persona en crisis a algún otro servicio profesional?

7. ¿Con cuáles redes de apoyo (internas y externas) cuenta para abordar las crisis emocionales de
sus estudiantes?

8. ¿De qué forma lleva a cabo el seguimiento de una situación de crisis emocional con sus
estudiantes?

9. De acuerdo con su experiencia profesional, ¿cuáles factores considera importantes de tomar en


cuenta en las intervenciones de crisis emocionales? (Por ejemplo: factores sociales, culturales;
socioeconómicos, género, entre otros).

10. ¿Cuáles han sido los principales retos que ha enfrentado al atender una crisis emocional?
372
11. ¿Cuáles han sido los principales aciertos y desaciertos que ha tenido en la intervención de crisis
emocionales?

12. Desde su experiencia profesional, ¿qué recomienda o considera necesario realizar cuando se
brinda la atención de una crisis emocional?, ¿cuáles elementos deben evitarse?

13. ¿Cuál considera que ha sido su aporte profesional en la intervención de crisis emocionales con
sus estudiantes?

14. ¿Qué considera usted que se podría mejorar desde el aporte de la Orientación , al intervenir en
situaciones de crisis, según su experiencia profesional?

15. ¿Qué significa para usted el autocuidado?

16. ¿Suele experimentar momentos de estrés en su vida diaria o laboral? Si su respuesta es


afirmativa, ¿qué situaciones o sucesos le provocan estrés?

17. ¿Ha tenido alguna afectación personal o profesional a partir de su intervención en crisis
emocionales?, ¿Cuáles?

18. ¿Qué acciones lleva a cabo para su autocuidado?

19. ¿Con qué recursos cuenta para facilitar su autocuidado?

20. ¿Qué importancia considera que tiene el autocuidado, al atender una situación de crisis?

● Guía de Entrevista Grupal para Profesionales en Orientación

1. ¿Qué entienden ustedes por autocuidado?

2. ¿Tienen ustedes, como equipo, prácticas para fomentar el autocuidado?, ¿cuáles?

3. ¿Se impulsan a nivel institucional actividades o proyectos que fomenten el autocuidado?, ¿cuáles?

4. ¿Qué situaciones laborales identifican ustedes, que les dificultan poner en práctica su
autocuidado?

5. ¿Cuáles estrategias o técnicas suelen utilizar para el manejo del estrés, de situaciones laborales
difíciles y para su autocuidado?

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6. Después de que se presenta una situación de crisis con sus estudiantes, ¿cómo se fomenta el
autocuidado en el equipo?

7. ¿Cuáles recomendaciones podrían brindar para el fomento del autocuidado como equipo y a nivel
personal?

8. ¿Con cuáles recursos y redes de apoyo cuenta el equipo de trabajo, para la atención de situaciones
de crisis con sus estudiantes?

9. Como equipo de trabajo, ¿qué prácticas y estrategias consideran necesarias de implementar para
la intervención en crisis con sus estudiantes?

10. ¿Cuáles últimas recomendaciones podrían brindar para la aplicación de los Primeros Auxilios
Psicológicos en situaciones de crisis con sus estudiantes?

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