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FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN
Responsabilidad y Desarrollo Sustentable
D. en C. María del Pilar Carmona Lara.
REPORTE DE CLASE DE LA PELÍCULA UNA VIDA EN NUESTRO PLANETA
Angélica Montserrat Aladro Torres
Matrícula: 2043232
Domingo 18 de febrero del 2024
“La verdadera tragedia de nuestra época se está produciendo en todo el mundo, apenas perceptible cada día. Hablo de la pérdida de nuestras zonas silvestres, de su biodiversidad”. Menciona David. El maravilloso documental de David Attenborough, me cautivó, cada segundo que pasaba me parecía extraordinario, podía ver claramente el amor y la pasión que el tanto le tiene a la naturaleza y su lucha por la conservación de esta. Con su característica serenidad y claridad, expone la trágica realidad de la extinción de especies y la degradación de ecosistemas a lo largo de su vida. Al principio de la cinta se nos presenta, un pueblo cercano a una planta de Chernobyl, lleno de niños felices, familias paseando en los parques, pero de pronto, un 26 de abril de 1986, la planta cercana explotó, dejando inhabitable el lugar, la causa, errores humanos, equivocaciones, pero este no es el problema principal, es la pérdida de biodiversidad, y la causa es la forma en la que el ser humano ha vivido. David abrió una capsula del tiempo que tenía guardada consigo, llena de recuerdos, eventos, empieza narrando desde cuando él era joven y veía los fósiles en las montañas, un amor por la naturaleza indescriptible. En 1937, habían 2.3 billones de humanos habitando el planeta, y había un 66% de vida silvestre, con el pasar de los años este número se fue reduciendo, 1954 bajó al 64%, después de que terminara la segunda guerra mundial, la gente empezó a creer que la vida sería más fácil, nada limitaba el progreso hacia el futuro, otro evento que marcó a la sociedad fue la llegada del hombre a la luna, fue a partir de ahí que el mundo demandaba cada vez más, para el año de 1960 ya quedaba un 62%, 1978 y bajó a 55%, como un dato, en 1971 David visitó una tribu en Nueva Guinea, donde habitaba poca gente, subsistían de recursos naturales y tenían una manera muy sustentable de vivir, al igual que tampoco consumían carne, algo que le abrió los ojos y pensó, ¿Por qué no podemos nosotros intentar adquirir un modo de vida similar?. Para el año de 1997 ya era tarde, mas de la mitad de la vida silvestre se había desvanecido de la faz de la tierra, solo quedaba el 55% y para 1997, quedaba el 46%, mientras mas pasaba el tiempo, más crecía la población, y más se agotaban los recursos, claro, a mayor demanda, mayor producción, y esta necesitaba de recursos naturales que no se renovaban tan rápido como crecían sus consumidores, por ejemplo en 1950, David visitó la isla de Borneo, un lugar maravilloso lleno de árboles, pero para el final del siglo, ya se había reducido a la mitad la cantidad de estos, alrededor de 3 trillones de árboles fueron talados, y este no es el único caso, la mitad de nuestras selvas han sido eliminadas, esto no solo sucede con los recursos naturales, sino también con nuestras especies, en los años 70’s comenzó la matanza de ballenas, la pesca incesante de peces, que por más que uno quiera ocultarse, no encuentra escondite. Todo es un equilibrio, un balance, y si no se respeta, puede haber estragos, los cuales ya existen. Nos muestran un mar hermoso pero este está muriendo, mas del 90% de los peces del mar han sido retirados de este, dejando un desbalance imperfecto en el ecosistema mas grande que existe en el planeta, los corales se tornan blancos, que son la señal de muerte, esqueletos, este mar se está calentando, ya que este absorbe todo el calor de la atmosfera, también nos muestran los icebergs, que por cierto, el planeta está un grado más caliente que en años atrás, en 40 años hemos perdido el 40% del hielo, nuestra huella ha quedado muy marcada, con solo mencionar que se talan 15 billones de árboles al año, y en 2020 solo quedaba el 35% de la naturaleza en el planeta. ¿Qué pasará cuando llegue ese dichoso 2030?, los bosques se habrán convertido en desiertos, y para el 2050 habremos elevado la temperatura promedio al menos 4 grados más. Pero este ya es un panorama catastrófico, ya existen lugares del mundo que empiezan a darle esperanza a la población por ejemplo en Japón, la natalidad de vida ha bajado, antes en promedio eran 3 hijos por familia y ese número ya se redujo a 2, lo cual es algo de gran ayuda, como ya hemos visto en la película, la reducción de la población puede mitigar la presión ejercida sobre los recursos naturales, con una población en constante crecimiento, la demanda de alimentos, agua, energía y otros recursos esenciales también aumenta exponencialmente. Esta demanda desmedida conduce a la sobreexplotación de los recursos naturales y a la degradación del medio ambiente. Al reducir la tasa de crecimiento poblacional a través de medidas como la educación, el acceso a la planificación familiar y el empoderamiento de las mujeres, podemos aliviar esta presión sobre los recursos naturales y promover un uso más sostenible de los mismos. David propone soluciones a los problemas, como sacar a la gente de la pobreza, darle a todos acceso a la salud, hacer que las niñas se queden en la escuela, porque ayudando a los demás, ayuda al mundo, también subir el estándar de vida sin aumentar el impacto, Una de las estrategias fundamentales para lograr este equilibrio es invertir en tecnologías y prácticas que mejoren la eficiencia energética y reduzcan el impacto ambiental de nuestras actividades. Esto incluye el desarrollo y la adopción de energías renovables, la promoción de la eficiencia en el uso de recursos naturales, y la implementación de procesos industriales y agrícolas más sostenibles. Al aprovechar el poder de la innovación y la tecnología, podemos mejorar el estándar de vida de las personas sin aumentar la presión sobre los ecosistemas del planeta. La planificación urbana sostenible también desempeña un papel crucial en este proceso. El diseño de ciudades más compactas y eficientes en términos de recursos, con acceso mejorado al transporte público, espacios verdes y servicios básicos, puede mejorar la calidad de vida de los habitantes urbanos mientras se reduce su huella ambiental. Al promover un desarrollo urbano inteligente y sostenible, podemos crear entornos que respalden el bienestar humano y la salud del planeta. Sin embargo, mejorar el estándar de vida también implica abordar las desigualdades sociales y económicas que existen en el mundo. La pobreza extrema y la falta de oportunidades económicas no solo son injustas, sino que también pueden impulsar la degradación ambiental al forzar a las personas a depender de prácticas insostenibles para sobrevivir. Por lo tanto, es fundamental invertir en educación, salud y desarrollo económico para empoderar a las comunidades y reducir su vulnerabilidad a los impactos ambientales. Además, el fomento del consumo responsable y la conciencia ambiental es esencial para asegurar un futuro sostenible. Educar a las personas sobre la importancia de reducir, reutilizar y reciclar, así como promover el consumo de productos locales y sostenibles, puede ayudar a reducir la huella ambiental asociada con nuestro estilo de vida. Al tomar decisiones informadas y responsables en nuestra vida diaria, podemos contribuir a la protección y preservación del medio ambiente. David ha sido parte de proyectos de las Naciones Unidas, por ejemplo, las “No Fish Zones” las cuales reconoce el derecho soberano de los estados para establecer medidas de conservación y gestión en sus aguas territoriales y zonas económicas exclusivas. Los beneficios de las "no fish zones" son numerosos. Al prohibir la pesca, estas áreas permiten que los ecosistemas marinos se recuperen y regeneren, lo que aumenta la biomasa y la diversidad de especies dentro de la reserva. Esto puede tener efectos positivos en las poblaciones de peces fuera de la zona protegida, ya que los individuos migran hacia áreas de pesca abiertas y contribuyen a la recuperación de las poblaciones agotadas. Una alternativa que plantea David, es la de dejar de consumir carne, ya que somos mas los consumidores que presas, aunque las granjas y cultivos contaminan, en los Países Bajos han optado por algo mas sostenible, las técnicas de agricultura vertical y de invernadero se utilizan ampliamente para cultivar una variedad de productos, desde hortalizas hasta flores, en un espacio verticalmente eficiente. Esto permite a los agricultores producir más alimentos en menos tierra, reduciendo la presión sobre los recursos naturales y minimizando el impacto ambiental. En mi opinión, fue una película maravillosa, fue emotivo, no creí que el final me fuera a hacer derramar unas cuantas lágrimas, y es que David tiene muchísima razón, nuestro planeta puede restaurarse por sí mismo, sin nuestra ayuda, entonces si queremos sobrevivir, tenemos que cambiar por nosotros, por la especie humana, o si no seremos aquella impresión sobre una roca en la montaña que asemeja a un fósil, un rastro de nuestra existencia, una especie mas extinta, que se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos, admiro mucho a David, ya que ha dedicado toda su vida a la preservación de la naturaleza, y hoy en día a sus 97 años de edad, sigue haciendo lo posible por este mundo que alguna vez estuvo en una sola pieza, porque es hora de ser parte de la naturaleza de nuevo, revertir el equilibrio, si nosotros cuidamos la naturaleza, ella nos cuidara a nosotros, y si buscamos alternativas sustentables para poder seguir sosteniendo nuestra vida, el planeta nos lo agradecerá. Tristemente tenemos esta tendencia humana, a solo responder a un estímulo negativo, advertencias, ver que nuestro mundo esta literalmente en llamas para poder levantarnos y hacer algo, porque no es suficiente con ver un oso polar en la deriva buscando el único iceberg disponible en el naufragio del océano, necesitamos ver que nos afecta directamente, y ese momento es ahora, es hora de poner manos en acción y empezar a cambiar, no importa si es desde nuestro hogar, pero cada cambio hace la diferencia. Por último, me quedo con los paisajes hermosos de la película y el mensaje tan significativo detrás de ella, porque yo planeo cambiar el planeta.