Actividad 8.1. Miguel Angel Miranda Ramírez
Actividad 8.1. Miguel Angel Miranda Ramírez
Actividad 8.1. Miguel Angel Miranda Ramírez
Ensayo
Alumno
Profesora
Desarrollo
Sin duda alguna todas las corrientes, modelos pedagógicos y teorías del
aprendizaje proponen formas muy interesantes en las que se puede aprender, pero
por la naturaleza de los propósitos de investigación y de intervención en la práctica
educativa, el investigador o profesional de la educación debe adscribirse a una de
ellas, una con la que comulgue y que a su vez le proporcione los recursos
necesarios para explicar sus intervenciones y analizar los datos producidos por
estas a la luz de la teoría elegida.
Por una parte la corriente conductista propone al aprendizaje como una serie de
estímulos del medio ambiente al sujeto que provocan una respuesta observable, se
dice que el aprendizaje se ha producido cuando el estímulo ha generado un cambio
de conducta en el individuo, de esta forma mediante refuerzos el comportamiento
del sujeto se fortalece y aumenta la probabilidad de que se repita en el futuro (Rios,
2023).
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Entre los representantes de esta corriente podemos encontrar a grandes
personalidades como Ivan Pavlov, quien en sus experimentos con perros descubrió
que los podía condicionar a que salivar ante estímulos que no estaban directamente
relacionados, tal como la comida y el sonido de una campana, esto a lo que le
denominó condicionamiento clásico, lo cual en síntesis, el condicionamiento clásico
“se refiere a la asociación que se forma entre dos estímulos” (Coria, 2011).
Otros personajes icónicos del conductismo que se pueden mencionar son John B.
Watson y Burrhus F. Skinner. Por su parte Watson quién bajo la teoría de que la
compleja gama de emociones que encontramos en un adulto parte de solo tres
emociones primarias, la ira, el amor y el miedo, realizó experimentos con el infante
Albert, quien era considerado un niño sano de 11 meses, al cual con base en la
identificación de que sufría sobresalto y lloraba al escuchar un ruido fuerte, se le
condiciono a sentir miedo al presentarse una rata blanca con la cual antes había
convivido y no había mostrado una emoción o conducta de miedo hacia esta. Por lo
que se concluyó que el infante había desarrollado una respuesta emocional
condicionada entre la aparición de la rata y el sonido estruendoso (Pautassi y
Godoy, 2003, p. 6).
Skinner, sin duda uno de los más importantes exponentes del conductismo postuló
que “La conducta humana es un dato que sigue leyes, que es insensible a actos
caprichosos de cualquier agente libre; en otras palabras, qué está totalmente
determinada” (Skinner, 1956 citado en Pautassi y Godoy, 2003, p. 12). Por lo que
reconoce que la conducta del organismo puede dividirse en respondiente y
operante. La conducta respondiente es aquella que se generada automáticamente
ante estímulos específicos, mientras que la conducta operante no depende del
control de eventos previos sino que es voluntaria del organismo y se mantiene por
sus consecuencias (Pautassi y Godoy, 2003). En palabras de Skinner (1953, citado
en Pautassi y Godoy, 2003, p. 12) “La conducta humana es un dato que sigue leyes,
que es insensible a actos caprichosos de cualquier agente libre: en otras palabras
está totalmente determinada”
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A pesar de lo interesante que pueda resultar la forma en que el conductismo ve al
aprendizaje, considero que por la naturaleza de mi objeto de estudio esta teoría del
aprendizaje no logra explicar con suficiente detalle la realidad que pretendo
observar y describir.
Por otra parte la corriente constructivista o cognitivista ven al aprendizaje como una
internalización de interacciones del sujeto con el ambiente, afirmando que el sujeto
no es un ente pasivo que recibe y reacciona a estímulos ambientales sin que
suceda nada en el interior de este, por lo que descarta los postulados del
conductismo enfocándose en los procesos cognitivos del sujeto y no en su conducta
observable. Tal es el caso de Jean Piaget, quien considera que “El organismo
cognoscente no es empujado desde fuera por estímulos externos que, a la manera
de un emplasto, provocan o suscitan reacciones en él” (Flavell, 1995, p. 99).
A pesar de las grandes aportaciones de este último, considero que si bien el tema
del aprendizaje de las operaciones aritméticas, tiene más afinidad con la teoría
piagetiana que con la sociocultural de Vigotsky.
Por su parte Piaget, hace una descripción del desarrollo intelectual del infante desde
su nacimiento hasta aproximadamente los doce años de edad, definiendo una serie
de etapas en forma de escala ordinal pero no de intervalos, así mismo hace
mención que biológicamente se está dotado de estructuras innatas que hacen
posible el progreso intelectual, de esta manera a través del funcionamiento se
forman las estructuras cognoscitivas. A las propiedades fundamentales del
funcionamiento son llamadas invariantes funcionales y permanecen esencialmente
constantes durante toda la vida. Es decir hace mención de la organización y la
adaptación, esta última a su vez está compuesta por el proceso de asimilación y el
proceso de adaptación (Flavell, 1995).
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De esta forma la teoría de desarrollo intelectual de Jean Piaget resulta relevante
para mi trabajo de investigación desde distintos puntos. El primero es que el
aprendizaje lo propone como una construcción del conocimiento, no como una
acumulación de este. Por lo que para que un alumno aprenda, en este caso las
operaciones aritméticas de forma no mecanizada, es necesario que el educando se
encuentre en el nivel de desarrollo intelectual indispensable para poder lograrlo, así
contar con los conocimientos previos necesarios para poder asimilar y adaptarse a
los nuevos conocimientos.
Ampliando más algunos de los aspectos de esta teoría que resultan relevantes para
mi trabajo de investigación, se puede encontrar la etapa de operaciones concretas,
la cual se presenta en el infante de entre los siete y los once años de edad
aproximadamente, por lo que está directamente relacionado con mi sujetos de
estudios los cuales son alumnos de nivel primaria que cursan el quinto grado, los
cuales oscilan entre los nueve y once años de edad.
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seguirá teniendo la misma cantidad en los dos casos o presentaciones (Flavell,
1995).
Conclusión
A pesar de que adscribirse a una teoría del aprendizaje para un estudiante como yo
resulta complicado debido a mi ingenuidad y el conocimiento profundo de todas las
teorías, considero que la elegida hasta este momento me proporciona las
herramientas necesarias para explicar lo que pretendo investigar, ya que sin duda al
buscar esta explicación en teorías de la corriente conductista puedo encontrar
muchas cosas útiles, el constructivismo, pero en particular el cognitivismo de la
teoría Piagetiana, describe con gran utilidad el desarrollo y el aparecimiento del
pensamiento lógico-matemático en el infante de edad escolar, es específico en la
etapa de operaciones concretas, etapa en la que sin ser exacto, la mayor cantidad
de mis sujetos de estudio se encuentran. Con base en lo último, si bien se
considera, que esta teoría sirve como base para mis propósitos, también es
necesario auxiliarme de una que describa de forma especializada la didáctica de las
operaciones aritméticas para alumnos en la edad que se encuentran mis sujetos de
estudio.
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Referencias