07 Persona
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07 Persona
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11/03/13
GS 11: La fe orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas. La misión de la iglesia es religiosa y,
por lo mismo, plenamente humana.
GS 12: Todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del ser humano, centro y cima de todos
ellos.
GS 13: El ser humano experimenta, por el pecado, una división íntima.
GS 14: El ser humano es una síntesis del universo material. Esta alcanza en aquél su cima. El ser humano
no debe despreciar la vida corporal.
GS 16: Dignidad de la conciencia moral. Por ella seremos juzgados. En ella comulgamos con los demás
seres humanos en la búsqueda de la verdad.
GS 17: Hoy se exalta la libertad con entusiasmo. Y con toda razón.
GS 18: La muerte, el máximo enigma de la vida humana. La iglesia afirma que el ser humano ha sido
creado para un destino feliz posmortal.
GS 19: Los creyentes también tienen su parte de responsabilidad en la génesis del ateísmo; han velado
más que revelado el genuino rostro de Dios.
GS 21: La iglesia ha de ser “fiel a Dios y a los seres humanos”. El reconocimiento de Dios no se opone en
modo alguno a la dignidad humana. La iglesia sabe que su mensaje está de acuerdo con los deseos más
profundos del corazón humano.
GS 22: Jesús, el Ser humano Nuevo. La salvación por el misterio pascual alcanza a todos los seres
humanos aunque sea en forma sólo de Dios conocida.
GS 26: Crece la conciencia de la excelsa dignidad de la persona humana, de sus derechos y deberes
universales e inviolables. El fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del ser humano
esta irrefrenable exigencia de dignidad.
GS 41: No hay ley humana que pueda garantizar la dignidad personal y la libertad del ser humano con la
seguridad que comunica el Evangelio.
AG 12: Los cristianos han de vivir preocupados por el ser humano mismo.
NA 1: Los seres humanos esperan de las diversas religiones la respuesta a los enigmas recónditos de la
condición humana que hoy como ayer conmueven íntimamente su corazón.
Palabra de Dios
- Gén 1,26-27: Hagamos al ser humano a nuestra
imagen semejanza.
- 1 Jn 4,7-8: El que ama conoce a Dios.
- Mt 25,31-46: Cada vez que lo hicisteis a uno de mis
hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis.
Reflexión a partir de los textos sobre la visión religiosa de la persona
1. El Concilio tiene una visión antropocéntrica. Pone al ser humano como centro y cima de todos los bienes
de la tierra (GS 12). En eso -dice- están generalmente de acuerdo creyentes y no creyentes. Hace una
declaración solemne de la dignidad de la persona humana, de su conciencia y de su libertad. Reconoce
también su fragilidad y su división íntima a causa del pecado. También la economía debe estar al servicio del
ser humano (GS 64) y bajo su control (GS 65). Los cristianos deben vivir preocupados por servir al ser
humano mismo (AG 12). Y se trata del ser humano entero, de todo el ser humano, incluida su vida corporal,
en la que también debe glorificar a Dios (GS 14). Quedan, pues, muy lejos todas aquellas viejas actitudes
antihumanistas, inadecuadamente teocéntricas, que desprecian el mundo y el cuerpo.
2. El Concilio declara la convergencia entre las aspiraciones del ser humano y las ofertas de Dios. “Su
mensaje está de acuerdo con los deseos más profundos del corazón humano» (GS 21). “El Señor es el punto
de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad,
gozo del corazón humano y plenitud total de sus aspiraciones” (GS 45). Esta conciencia nueva, conciliar, nos
sitúa a los creyentes en la mejor postura imaginable a lo largo de la historia para entablar un diálogo con el
mundo, para evangelizar sin avasallar, para no ver de forma pesimista el mundo de hoy, para unirse y
colaborar con todos los seres humanos de buena voluntad.
3. Lo religioso queda situado en la profundidad del ser humano. El Concilio presenta una visión humanista de
lo religioso. Lo religioso no consiste en unas prácticas externas, ni en la simple aceptación de unas
afirmaciones teóricas teológicas... sino en el planteamiento fundamental de la vida de cara a la verdad y al
amor, un planteamiento que se decide en la zona profunda del ser humano, en su conciencia moral más
íntima, allí donde todo ser humano puede encontrar a Dios incluso creyendo no encontrarlo. Por eso, todo
ser humano que lo sea verdaderamente y en profundidad tiene un sentido religioso, incluso en el ateísmo
explícito. Y por eso, la salvación mediada por Jesucristo alcanza a todo ser humano más allá de las fronteras
de la iglesia, aunque no podamos explicar ni conocer el modo -«sólo de Dios conocido» (GS 22)- en que esto
se produce.
4. El ateísmo es visto ahora con una nueva perspectiva. Ya no se adopta una postura condenatoria y negativa
a priori. Se admite que muchos seres humanos pueden estar honestamente en el ateísmo por rechazar
precisamente una imagen de Dios que debe ser rechazada, que también nosotros rechazamos. En la génesis
del ateísmo, en efecto, los creyentes podemos haber tenido no pequeña culpa, «en cuanto que, con el
descuido de la educación religiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos
de nuestra vida religiosa, moral y social, hemos velado más que revelado el genuino rostro de Dios y de la
iglesia» (GS 19).
- ¿Sentimos que convergen las aspiraciones del mundo con las nuestras, con las de los cristianos? ¿O
tenemos una visión negativa del mundo de hoy?
- ¿Bajamos con suficiente frecuencia, en nuestra oración, al núcleo mismo de nuestra profundidad
personal para encontrarnos allí con Dios y con nosotros mismos?
- ¿He tenido alguna vez un diálogo profundo con una persona no creyente?
- ¿Qué cosas de las que han apartado tradicionalmente a mucha gente de la iglesia, siguen estando
vigentes en ella? ¿Qué nuevas cosas, en la actualidad, pueden estar siendo nuevas piedras de escándalo
que aparten a la gente de la fe en Cristo?
- ¿Qué idea tengo acerca de la mortificación corporal? ¿Tengo acaso en la práctica la idea de que Dios se
alegra con el sufrimiento humano?
- ¿Tengo a la persona humana y su dignidad verdaderamente en el centro de mi mundo mental y de mis
opciones vitales?
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Textos conciliares acerca de la comprensión del ser humano como esencialmente comunitario
GS 12: Dios no creó al ser humano en solitario. El ser humano es, en efecto, por su misma naturaleza, un
ser social, y no puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás.
GS 23: La revelación cristiana presta gran ayuda para fomentar la comunión interpersonal.
GS 24: Índole comunitaria de la vocación humana. El ser humano no puede encontrar su propia plenitud
si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.
GS 25: La persona tiene absoluta necesidad de la vida social. Esta engrandece al ser humano. Hoy se da el
fenómeno llamado «socialización»: multiplicación creciente de las conexiones mutuas y las
interdependencias.
GS 26: La creciente interdependencia hace que el bien común se universalice cada día más, implicando
derechos y obligaciones que miran a todo el género humano. Todo grupo social debe tener hoy en cuenta
el bien común de toda la familia humana. Son necesarias una renovación de espíritus y profundas
reformas en la sociedad.
GS 27: La conculcación de los derechos humanos fundamentales degrada a la civilización humana,
deshonra más a sus autores que a sus víctimas, y es totalmente contraria al honor debido al Creador.
GS 28: Respeto debido a los adversarios. Lo cual no significa indiferencia ante la verdad y el bien. Hay que
distinguir entre el error y el ser humano que yerra.
GS 29: La igualdad fundamental entre todos los seres humanos exige un reconocimiento cada vez mayor.
Es lamentable que los derechos de la persona humana no estén todavía protegidos en la forma debida en
todas partes. Hay que luchar con energía contra cualquier esclavitud social o política.
GS 30: Es urgente que no haya nadie que se conforme con una ética puramente individualista. Hay
quienes tienen generosas opiniones, pero viven luego de espaldas a sus obligaciones sociales. La
aceptación de las exigencias sociales y su observancia deben ser consideradas por todos como uno de los
principales deberes del ser humano contemporáneo. Cuanto más se unifica el mundo, tanto más los
deberes del ser humano rebasan los límites de los grupos particulares y se extienden poco a poco al
universo entero.
GS 31: El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras
razones para vivir y para esperar.
GS 32: Dios creó al ser humano para vivir en sociedad. Y lo ha elegido no sólo en cuanto individuo, sino
también en cuanto miembro de una determinada comunidad. Para que la humanidad se convierta en la
familia de Dios.
Palabra de Dios
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Reflexión a partir de los textos sobre la comprensión del ser humano como esencialmente
comunitario
1. El ser humano es un ser social. Es una afirmación capital del Concilio. Justifica la afirmación desde la
misma naturaleza del ser humano y desde una argumentación teológica. El ser humano se desarrolla en
sociedad, necesita la sociedad para desarrollarse y para cultivar enteramente su vocación humana. No
puede encontrar su propia plenitud sino en la entrega a los demás. Dios mismo lo creó así, no en solitario,
en cuanto miembro de una comunidad, y para la comunión. Esto dista mucho de los planteamientos
clásicos que llegaron hasta nuestros días embebidos en el individualismo de las «verdades eternas» de la
propia salvación individual, en los que fuimos educados, y en los que quizá cuajó nuestra propia
estructura espiritual. Es preciso reeducarse cristianamente para ser fieles al espíritu conciliar.
2. Tener esta conciencia se hace hoy mucho más necesario y urgente por las circunstancias actuales que
atraviesa el mundo. El Concilio se refiere explícitamente a un fenómeno que denomina «socialización»,
que consiste en la multiplicación de lazos e interdependencias entre los seres humanos y los grupos
sociales. Habla también -muchas veces a lo largo de los diferentes textos- de la unificación mundial. Y
subraya la conclusión de que el bien común hoy ha de ser entendido como extendido a las fronteras
mismas de la humanidad. Ya somos todos una misma familia y vivimos una misma historia, no
diversificada como antaño (GS 5). Toda ética meramente individualista ha de quedar superada (GS 30).
3. Esto conlleva muchas exigencias. El orden social ha de ponerse al servicio del orden personal (GS 26). Los
derechos humanos han de ser respetados (GS 27). Se ha de buscar un reconocimiento cada vez mayor y
con urgencia de la igualdad fundamental de todos los seres humanos, y por ello habrá que superar
cuanto antes las diferencias económicas tan escandalosas (GS 29), etc. Nos acechará siempre el peligro
de tener generosas opiniones sin que a ellas corresponda un compromiso social adecuado (GS 30).
4. Considerarse ciudadanos del mundo. Sería ésta la consecuencia que habría que extraer de esta visión
conciliar del ser humano como ser comunitario. El bien común se hace tan ancho como el mundo. La
solidaridad debe ser considerada por todos como uno de los principales deberes del ser humano
contemporáneo (GS 30). «Los deberes del ser humano rebasan los límites de los grupos particulares y se
extienden poco a poco al universo entero» (GS 30). Es decir, estamos, decididamente, ante una nueva
visión, que exige una «renovación de los espíritus y profundas reformas en la sociedad» (GS 26). ¿No es
valiosa y radical esta aportación del pensamiento conciliar?