La Creación Del Estado Franquista
La Creación Del Estado Franquista
La Creación Del Estado Franquista
Sin constitución, sin partidos políticos ni libertades civiles. Esta falta de legalidad democrática se cubrió con
Leyes Fundamentales:
★ Ley Constitutiva de las Cortes (1942) dotaba a los españoles de una institución de carácter
<<representativo>>.
★ Fuero de los Españoles (1942) recogía los derechos de los españoles, limitados a la obediencia de
los principios del régimen, y establecía la confesionalidad católica del Estado.
★ Ley del Referéndum Nacional (1945) permitía someter a consulta popular las decisiones del
Gobierno o de las Cortes.
★ Ley de Sucesión (1947) definía a España como un reino, sujeto a los principios del <<Movimiento
Nacional del 18 de julio>>. Franco elige al heredero de la Corona.
★ Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) establecía que las ideas falangistas eran
asumidas por el Movimiento, y Falange perdía cotas en el poder.
En 1967 la Ley Orgánica del Estado introdujo algunas novedades como la separación de los cargos del jefe
del estado y del Presidente del Gobierno, aunque esto no se cubriría hasta 1973.
En 1942 se crearon las Cortes para dotar al régimen de apariencia representativa. No eran unas Cortes
soberanas, sino un órgano consultivo sin poder, al servicio de Franco. Este sistema fue denominado
democracia orgánica para distinguirla de los sistemas democráticos basados en los partidos políticos y en
los derechos individuales.
La legislación laboral
Se aprobó el Fuero del Trabajo, fundamentado del sindicalismo vertical y del nacional sindicalismo,
inspirados en la Italia fascista.
En 1940 se promulgaba la Ley sobre la Unidad Sindical y en diciembre la Ley de Constitución de Sindicatos.
Estas leyes dieron forma a la Organización Sindical Española (OSE).
1.3. BASES IDEOLÓGICAS DEL RÉGIMEN
Franco contó con el apoyo del ejército, la Iglesia y la falange, que constituyeron los pilares del régimen.
Franco tuvo la habilidad de controlarlas en beneficio propio y del sistema.
★ El ejército es la columna vertebral y base del régimen. Fue siempre fiel a Franco, quien se sirvió de
él para garantizar el orden; además, los tribunales militares tuvieron jurisdicción sobre delitos políticos.
★ La Iglesia bendijo y legitimó moral y espiritualmente el <<Alzamiento>>, se identificó con el régimen y
puso las bases del nacional catolicismo. El triunfo de Franco fue también el de la jerarquía católica
que impuso sus normas de conducta religiosas y morales. La religión, con sus símbolos, se hizo
omnipresente.
Tras la Segunda Guerra Mundial el régimen se apoyó en su carácter católico para negar su relación con los
fascismos europeos y contar con el apoyo del Vaticano. Algunos obispos denunciaron los abusos e injusticias
del régimen, y organizaciones ligadas a la Acción Católica defendieron muy pronto los problemas de los
trabajadores. El Concilio Vaticano II (1962-1965) marcó el inicio de la separación entre la Iglesia y el
régimen.
★ La Falange fue esencial para el régimen por su carácter político e ideológico. Franco la utilizó como
instrumento para mantener vivo el espíritu y los ideales de 1936, para controlar la opinión
pública. Su gran poder inicial fue disminuyendo tras 1945 y poco a poco quedó reducido a la esfera
de la organización sindical y del Consejo Nacional del Movimiento.
La dictadura de Franco también fue respaldada por la burguesía, los terratenientes y los hombres de
negocios, así como por gran parte de las clases medias y católicos.
Los monárquicos, divididos entre carlistas y donjuanistas, actuaron de forma diferente. Los primeros no
plantearon problemas serios, pero los segundos defendieron el restablecimiento de la monarquía que
representaba don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII. Las tensas relaciones de don Juan y Franco se
agravaron con el Manifiesto de Lausana (1945) en el que el heredero exigía la restauración de la monarquía
constitucional.
La Ley de Sucesión de la Jefatura del Estado (1947) fue denunciada por dos Juan como ilegal, porque
abría la puerta a una futura sucesión de Don Juan Carlos, el hijo de Juan, convenientemente educado en
España bajo los principios del Movimiento Nacional.
La censura de los libros, periódicos, actividades lúdicas y culturales, viajes y cine empobreció el desarrollo
cultural e intelectual del país.
El proceso de fascistización social fue general, alcanzando a todos los ámbitos sociales. En la escuela se
cantaba el Cara al Sol; el yugo y las flechas adornaban pueblos y edificios; los nombres de los caídos <<por
Dios y por España>> cubrían las fachadas de las iglesias; el retrato de Franco aparecía por doquier con
obligación de saludarlo con el brazo en alto y la camisa azul era el recuerdo permanente de los vencedores.
La Iglesia controló la moral social. Se sirvió de la autoridad civil para obligar a los españoles a cumplir con
las prácticas y devociones religiosas. Emprendió la tarea de recatolizar España, lanzando oleadas de
misiones populares.
Tras la guerra y el exilio la cultura española se empobreció y se aisló de todo contagio liberal para
mantener mejor sus esencias conservadoras.
Los que pudieron se embarcaron rumbo a Chile, Argentina, Cuba, Santo Domingo y México.
El número de presos fue muy alto. Se habilitaron cárceles especiales: campos de concentración, plazas de
toros, escuelas, cines y conventos, para acoger a tanto preso en condiciones míseras. La tortura, los
apaleamientos y las muertes eran frecuentes. De entre los prisioneros, más de 30.000 fueron ejecutados.
Cualquiera que hubiera tenido relación con la república era peligroso y se le apartaba de toda responsabilidad
pública. El profesorado universitario, de institutos de enseñanza media y magisterio fue depurado.
Se premió a los fieles, se persiguió a los disidentes y se prohibieron las peculiaridades regionales como la
lengua o el folclore.
Se extendió desde el Valle de Arán hasta el Levante, en las sierras del sur de Tarragona, Teruel, Castellón,
Valencia y Cuenca, al igual que en Asturias, Galicia o Sierra Morena. Las acciones aisladas se desarrollaron
en zonas rurales y montañosas y fueron magnificadas por Radio Pirenaica.
Fueron reprimidas por la Guardia Civil y el ejército. Hasta 1951-1952 la guerrilla desapareció.
La clandestinidad
Los partidos políticos en el exilio asumieron la imposibilidad de derrocar a Franco mediante acciones
guerrilleras y crearon redes de actuación interna.
A pesar del estricto control político, se llevaron a cabo algunos actos de protesta contra las condiciones
económicas desde 1945. Las huelgas fueron la forma más efectiva de protestar, mezclando a veces objetivos
políticos y económicos.
La política exterior del régimen de Franco apostaba por integrarse en el bloque de las potencias
fascistas, del que España quería formar parte activa. Consideraban que, de esta manera, España se situaría
junto a las potencias que iban a dominar el panorama internacional. A cambio de su apoyo, Franco esperaba
recibir parte del imperio colonial francés en África.
Franco mantuvo la posibilidad de entrar en la guerra si Alemania satisfacía las necesidades españolas de
armas, alimentos, materias primas y las aspiraciones coloniales, Hitler consideró excesivas estas exigencias,
por lo que, Franco no participó en la contienda.
En 1940 Hitler y Franco se reunieron en Hendaya para discutir el papel de España en la guerra. El
encuentro fue un fracaso. Se firmó un protocolo secreto por el que España se comprometía a entrar en la
guerra sin precisar fecha concreta.
Pocos meses después, se reunieron Franco y Mussolini en Bordighera (Italia) para sondear de nuevo la
entrada de España en la guerra sin contrapartidas. Franco insistió en sus pretensiones coloniales y no hubo
acuerdo.
En 1941, por presiones de Mussolini, España cambió su estatus de neutral al de no beligerante (situación en
la que un estado sin participar activamente en una guerra entre otros Estados si muestra su apoyo a uno de
los dos bandos enfrentados).
La invasión de la URSS en 1941 fue celebrada en España como el fin del bolchevismo. Entonces el Gobierno
decidió enviar una división de voluntarios a luchar contra el comunismo. Fue la División Azul, de voluntarios
en su mayoría falangistas.
La victoria de los aliados obligó al caudillo a cambiar su discurso y a disimular los rasgos fascistas de su
política. El régimen, por medio de la prensa y la diplomacia, celebró como un mérito personal de Franco su
habilidad para resistir las presiones del Eje.
Todas estas acusaciones se concretaron en la Asamblea General de la ONU en 1946 que excluía a España
de las Naciones Unidas y recomendaba la salida de Madrid de todos los embajadores. Las relaciones
comerciales quedaron reducidas al mínimo. Franco había cerrado sus fronteras en 1946.
Fueron los años más difíciles del régimen, que reaccionó despreciando la condena internacional con una
conspiración judeo-masónica-marxista. El 9 de diciembre tenía lugar una masiva concentración de apoyo a
Franco en la Plaza de Oriente.
España estaba aislada, sin amigos, excepto el Portugal de Salazar y la Argentina de Perón. Argentina realizó
cuantiosos envíos de alimentos para mitigar la penuria.
Al mismo tiempo que se condenaba al régimen, la situación mundial empezó a cambiar y las potencias
aliadas percibieron el peligro que representaba la URSS. La guerra fría y la división de bloques constituyeron
la mejor ayuda para Franco, pues los Estados Unidos vieron en españa un firme aliado anticomunista. Contra
todo pronóstico el franquismo sobrevivía a la Segunda Guerra Mundial.
Las medidas tomadas por el gobierno, inspiradas en el modelo fascista italiano, agravaron la situación. A
partir de 1951 la situación mejoró, aunque la estructura económica se mantuvo hasta el plan de estabilización
de 1959.
El régimen impuso su política económica tras la guerra. España debía contar con sus propios recursos y ser
autosuficiente para emprender el camino de la reconstrucción y del desarrollo. Se abría así un largo periodo
intervencionista, autárquico, dirigista y corrupto.
La economía quedaba subordinada a los intereses políticos de corte fascista y antiliberal, bajo la dirección
de hombres escasamente preparados. Surgieron empresas como IBERIA, SEAT…Se nacionalizaron la
telefónica (CTNE) y los ferrocarriles (RENFE).
La gran perjudicada fue la agricultura, que recibió pocas ayudas y no hubo ningún proyecto de reforma
agraria. Las tierras colectivizadas durante la República se devolvieron a sus dueños. El atraso técnico, la falta
de abonos, el paro encubierto y las medidas autárquicas y una grave sequía provocaron una disminución de
la producción.
La disminución de la producción agrícola provocó una creciente escasez de alimentos y el alza continuada de
los precios. Hubo una economía de subsistencia y de trueque de carácter precapitalista.
El Estado intentó solucionar los problemas de abastecimiento controlando la producción agrícola. Los
agricultores estaban obligados a entregar la mayor parte de sus cosechas al Servicio a un precio regulado.
Las relaciones diplomáticas se reanudaron y España ingresó en los primeros organismos internacionales y en
la ONU en 1955. En 1951 regresaba a Madrid el embajador estadounidense. Se había roto el aislamiento.
★ En agosto de 1953 España firmaba el Concordato con la Santa Sede, que legitimaba al régimen y
reconocía el papel de la jerarquía eclesiástica. Franco se reservaba el derecho de presentación de
obispos, la Iglesia conseguía importantes privilegios económicos, jurídicos y educativos, y se defendía
la unidad religiosa de España.
★ En 1953 hubo el Pacto de Madrid con Estados Unidos, fueron tres pactos, el de asistencia
económica, el de la ayuda para la defensa mutua y el de suministros de material de guerra. España
cedía cuatro bases militares y la soberanía incluida.
Estados Unidos no pudo conseguir que España fuera admitida en la OTAN y Franco no contó con la ayuda en
la crisis de Marruecos; la apertura internacional garantizaba la continuidad del régimen en mejores
condiciones y una mayor estabilidad política,
5.2. LA APERTURA POSIBLE DEL RÉGIMEN
Remodeló su gobierno en 1951. Franco simulaba cambios pero todo continuaba igual.
Las ayudas exteriores resultaron insuficientes para superar los graves problemas económicos y sociales de
España. Aumentaron las huelgas de obreros y las manifestaciones de estudiantes en la Universidad. La
represión policial no parecía suficiente para contener el descontento.
Este cambio de gabinete sería decisivo para la continuidad del régimen y para el futuro desarrollo económico.
Se puso fin a la política autárquica y desde 1957 se establecían medidas liberalizadoras, que dieron un
fuerte impulso a la economía.
La Ley de Principios del Movimiento establecía un partido con tres pilares: la familia, el municipio y el
sindicato. La ley afianzaba la monarquía y relegaba el papel de la Falange.