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Cómo Recibir Un Rompimiento Financiero

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Cómo Recibir un Rompimiento Financiero

La mayoría de conflictos son causados principalmente por las finanzas. Por eso tenemos que
aprender a pelear y hacer guerra espiritual en el ámbito de nuestras finanzas.

“Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de
confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día”. – Deuteronomio 8:18

La Palabra dice que Dios nos dará poder sobrenatural para pelear por nuestras finanzas y por
nuestra riqueza.

¿Cómo lidiamos con la deuda?


El momento en que nacimos en esta tierra, ya estábamos en deuda.

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro”. – Romanos 6:23
Sin embargo, cuando recibimos a Jesús, Él nos da el poder para romper la maldición. Por la
gracia de Dios, por Su provisión, y por medio de la buena mayordomía, podemos lidiar con
cualquier deuda que haya en nuestras vidas.

El enemigo nunca va a querer que demos y sembremos en el reino de Dios porque eso también
rompe la maldición de la deuda y trae prosperidad. Es por esto que tenemos que invertir
siempre en cosas que tengan valor eterno. Tomar almas del reino de las tinieblas al reino de
Dios es algo que tiene valor eterno. Invertir en el reino de Dios es algo que tiene valor eterno.

Hay ciertos aspectos clave en esta guerra en las finanzas:


● Tenemos que identificar en dónde es la guerra.
● Tenemos que saber contra quién estamos peleando.

Hay una guerra económica ocurriendo ahora entre países y entre la gente. Si aprendemos a
analizar lo que estamos haciendo y lo que está pasando en el ámbito de la economía,
descubriremos qué espíritu está operando y qué guerra estamos peleando. Sin embargo, si no
somos espirituales, no podremos discernir contra quién estamos peleando.

El plan del enemigo es contenernos con la deuda y los problemas del mundo.
El enemigo quiere detener a los hijos de Dios y no quiere que nadie siembre en otra economía, la
economía del reino de Dios. No podemos dejarnos influenciar por las mentiras del enemigo sino
darnos cuenta que nuestra confianza y seguridad no están en nuestros ahorros. Están en lo que
damos y en nuestro Dios.

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este
siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. – Romanos 12:1-2

¿Cuál es el propósito de esta guerra en la economía?


“El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta” –
Proverbios 22:7
● Quien posee el dinero y las riquezas pone las reglas. Por esto el enemigo quiere tener
todo el dinero, incluyendo el nuestro, para poder gobernar nuestras vidas.

Todas las guerras en la historia han sido por tres cosas:


● Territorios
● Territorios
● Riquezas
● Recursos

Una guerra que las personas tienen todos los días es la guerra en las finanzas. Hay una persona
sin cuerpo detrás de la guerra por nuestras finanzas y nuestra economía. Un demonio es una
persona sin cuerpo. El enemigo empieza estableciendo una fortaleza en una persona, negocio, o
país en el ámbito espiritual. Una fortaleza en territorios, recursos, y en las riquezas. Una
fortaleza es un lugar desde el cual algo opera.

“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. – Lucas 16:13

Cuando el espíritu de Mamón le dice qué hacer, hace que usted haga las cosas para su propio
beneficio o ganancia. Cuando alguien está bajo la influencia del espíritu de Mamón, sus
intenciones nunca son puras. Estas cosas son señales de que hay una fortaleza que el enemigo
ha puesto en su mente.
A veces es más fácil encontrar sanidad física que alcanzar un rompimiento financiero porque la
guerra espiritual y la fortaleza en las finanzas es muy fuerte.

Hay tres espíritus contra los que estamos peleando en esta guerra:
● El espíritu de deuda. El espíritu del anticristo.
● El espíritu de religión.
● El espíritu de pobreza.

El espíritu del anticristo es uno que se opone, niega, y busca reemplazar a Jesús y lo que Él hizo
en la cruz. Reemplaza el derecho de aquellos que son justos, de prosperar. Es un espíritu, una
mentalidad, un gobierno, y una persona. Se opone a que la iglesia tenga riquezas y crea
fortalezas en nuestras mentes.

“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han
surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo” – 1 Juan 2:18

Este espíritu quiere que nos endeudemos. El espíritu del anticristo se esconde bajo mentiras y
engaños y viene con los espíritus de deuda, recesión, y pobreza. Hasta que el pueblo de Dios no
vea con claridad que hay un demonio detrás de la deuda y la pobreza, lo que haremos es
cooperar con ese espíritu.

¿Cuáles son las mentiras detrás del espíritu del anticristo?


● Que el exceso y la abundancia no son de Dios
● Que el exceso y la abundancia no son de Dios
● Que la mediocridad es de Dios.
○ La mediocridad trabaja con la ley del promedio de tener apenas lo suficiente.
Quienes trabajan con mediocridad no piensan en la dimensión de la abundancia. La
mediocridad es la enemiga de la excelencia.

● Los líderes y sacerdotes no pueden tener riqueza y no pueden prosperar.


○ El máximo ataque del enemigo es contra el sacerdocio. Él miente y dice que la
iglesia es una obra de caridad y por eso no puede ser próspera. Él está en contra de
la iglesia y en contra los sacerdotes. Él usa la anti-prosperidad para apoyar el
pecado y robarle la fe a la gente para que no dén para el reino de Dios. Sin embargo,
para vencer este espíritu, usted necesita dar por encima y más allá.
La Biblia dice que el hombre natural no puede entender las cosas espirituales. Tenemos que
estar en el espíritu y conocer las cosas espirituales para entender que nuestro acceso a otra
economía está en otro reino. El plan original de Dios es que vivamos independientemente del
sistema del mundo. La economía del reino de Dios es sobrenatural. Es una economía en la que
podemos hacer más con menos. Nuestro acceso a esto viene al sembrar en el reino de Dios.

Dios empodera a Su pueblo para prosperar, y usa a Su iglesia y Sus líderes para empoderar al
pueblo de Dios. Así que lo que está en la cabeza baja al cuerpo. Si hay prosperidad en la cabeza,
bajará al cuerpo esa misma prosperidad.

El segundo espíritu contra el que batallamos en esta guerra es el espíritu de


religión.
El espíritu religioso es el más maligno de todos porque critica a quienes viven en abundancia.
Este espíritu es la firma de Satanás para que la gente se conforme con la pobreza. Pero tenemos
que darnos cuenta que Satanás no es dueño de nada. Él es el príncipe de los aires, y no es
dueño de nada más que el aire. Por eso usa los medios y las ondas de difusión sonora para
contaminar las mentes de las personas. El diablo gana territorio a través de la de desobediencia
de la gente. Sólo es dueño de lo que nosotros le damos.
Pero recuerde que la tierra entera le pertenece al Señor.

“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”. – Salmos 24:1

¿De dónde viene el espíritu de religión y cuáles son las mentiras detrás de él?
El propósito final del espíritu de religiosidad es subyugar y hacer a las personas esclavas de la
pobreza. No asocia a Dios con la prosperidad, e influencia a las personas a creer que en Dios no
la hay. Este espíritu le hace creer a la gente que la riqueza no es de Dios.
la hay. Este espíritu le hace creer a la gente que la riqueza no es de Dios.
Sin embargo, eso es una mentira. Dios creó las riquezas.

“‘Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” – Hageo 2:8

Nunca atraeremos riquezas o abundancia si las rechazamos. Atraemos lo que celebramos. Si


tenemos prejuicios contra la prosperidad, nunca la atraeremos.

El tercer espíritu que peleamos es el espíritu de pobreza:


El origen de la maldición fue la caída del hombre. La pobreza es un hábito, una mentalidad, una
cultura, y una fortaleza. La pobreza es la máxima expresión de la maldición.
● La Falta – es señal de mala mayordomía.
● La Pobreza – es señal de una maldición.
● La Deuda – es una señal de esclavitud.

La verdadera riqueza se compone de favor, recursos, y dinero. Jesús se ganó nuestro derecho a
la prosperidad y las riquezas en la cruz. Dios es nuestra fuente. Su reino es un reino de
prosperidad y abundancia sobrenatural. Por esta razón, tenemos que declarar y decretar la
guerra contra la deuda. Tenemos que echar fuera cualquier espíritu de deuda y declarar guerra
en contra de él. La deuda no es nuestra herencia. Jesús rompió el espíritu de deuda en la cruz y
pagó por nuestra prosperidad.

Dios es El Shaddai y eso significa que ¡Él es más que suficiente!

Dios está por encima y más allá de todas las cosas. Por encima y más allá de la enfermedad y la
pobreza, por encima y más allá de los problemas de este mundo. Cuando vemos las estrellas,
vemos que Dios es infinito y sin límites.

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