La CNEA Ensayos No Destructivos
La CNEA Ensayos No Destructivos
La CNEA Ensayos No Destructivos
Estas herramientas permiten inspeccionar estructuras y componentes sin alterar sus propiedades.
La División Asistencia Tecnológica en Ensayos No Destructivos de la CNEA presta estos servicios a
través de sus laboratorios de métodos superficiales, ultrasonido, corrientes inducidas y radiografía
industrial.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) tiene una larga experiencia en métodos
de ensayos no destructivos. Los comenzó a aplicar a partir de la década del 70 para cubrir las
necesidades del sector nuclear y otras industrias. Estos métodos permiten inspeccionar
estructuras y componentes sin alterar sus propiedades, con el fin de verificar que estén libres de
defectos y roturas y prevenir fallas y accidentes. Toda esta experiencia también está a disposición
de instituciones públicas y todo tipo de industrias privadas que necesitan evaluar desde turbinas,
tuberías y gasoductos hasta tensores de puentes y rieles de ferrocarril.
“Hacemos desarrollos y prestamos servicios a terceros, como destilerías y empresas
petroquímicas, energéticas y metalúrgicas, con métodos de ultrasonido, partículas magnetizables,
líquidos penetrantes, corrientes inducidas y radiografía industrial, ya sean rayos X o gammagrafía”,
explica el Ingeniero Metalúrgico y Magister en Materiales Claudio Ziobrowski, jefe de la División
Asistencia Tecnológica en Ensayos No Destructivos, que depende del departamento de Ensayos no
Destructivos y Estructurales de la Gerencia Desarrollos, Ensayos y Gestión de Vida de la CNEA.
Como ejemplo, menciona que desde 1998 su equipo realiza las inspecciones de las turbinas de
la Represa Hidroeléctrica Yacyretá durante las paradas programadas para mantenimiento.
“Evaluamos los álabes, que son las paletas curvas de las turbinas. Es muy importante detectar las
fisuras en forma temprana, porque si se profundizan se puede deteriorar el componente y causar
un daño mayor en la turbina”, dice Ziobrowski.
Su división también evalúa grandes puentes, como Zárate-Brazo Largo, donde desde 2000
inspecciona los obenques o tensores. “Cada obenque está conformado por entre 120 y 300 cables
y nosotros inspeccionamos cada uno de esos cables con ultrasonido, para detectar defectos o
posibles cortes de alambres y en base a ello determinar si es necesario reemplazarlos”, detalla el
especialista.
Las empresas que fabricaban componentes para las centrales necesitaban que el personal
estuviera calificado de acuerdo a una norma de calificación y certificación de personas, que al
principio era para quienes trabajaban en la industria nuclear, pero después fue adoptada por toda
la industria. “Hubo que desarrollar laboratorios con equipamiento, probetas calificadas y bancos
de pruebas”, cuenta Scopelliti.
Los aparatos de ultrasonido emiten ondas elásticas por encima de la frecuencia audible, las cuales
se generan en un transductor piezoeléctrico, el cual convierte un pulso eléctrico en una onda
mecánica que viaja a través del material. Cuando las ondas se mueven a través de un medio, como
una pieza de acero, y se encuentran con otro medio, como aire, rebotan y vuelven hacia la fuente
de emisión. El análisis de esos rebotes permite medir el espesor de un material o detectar si tiene
desperfectos como fisuras, grietas o desprendimientos internos. De acuerdo a la pieza a ensayar
se utilizan diferentes transductores, los cuales pueden trabajar en forma perpendicular a la
superficie o bien en forma angular para detectar defectos en soldaduras.
En otro de los laboratorios se trabaja con el método de inspección por corrientes inducidas, un
ensayo no destructivo que permite verificar el estado de materiales que puedan ser conductores
eléctricos. Este método se usa mucho para inspeccionar tubos de intercambiadores y generadores
de vapor, generalmente en las centrales nucleares, como así también en centrales termoeléctricas.
También se la emplea para el estudio de superficies.
El método consiste en recorrer las piezas con una sonda por la cual circula una corriente alterna.
Esta sonda tiene dos bobinas: una genera un campo magnético que le induce corrientes al
material o la pared del tubo. Si hay discontinuidades o disminuciones de espesor, se produce una
distorsión entre las señales que envía cada una de esas dos bobinas. Se trata de un método
comparativo, por lo que antes de aplicarlo hace falta fabricar tubos o piezas de referencia con
características similares a los que se van a inspeccionar, y con discontinuidades de diferentes
profundidades. De esta manera, después se puede decodificar lo que indican las señales durante
las inspecciones.
“Lo más importante para nosotros es la capacitación permanente, tanto de nuestros operadores
de ensayos no destructivos, como de las personas que vienen a los cursos como también a
calificarse en el Organismo de Calificación autorizado por IRAM que funciona en el Departamento
de Ensayos no Destructivos y Estructurales. Creo que al igual que otros laboratorios de la CNEA, lo
principal es la calidad de nuestros recursos humanos”, concluye Claudio Ziobrowski.
🏭 Estos trabajos pueden ser requeridos por todo tipo de industrias para evaluar desde
turbinas, tuberías y gasoductos hasta tensores de puentes y rieles de ferrocarril, entre otros
componentes.