Castillo S-Ntesis
Castillo S-Ntesis
Castillo S-Ntesis
El rango normal de gestación inicia desde el último ciclo menstrual y comprende entre
37 y 41 semanas. Durante este proceso se pueden identificar tres etapas: germinal
(desde la fertilización hasta las dos semanas), embrionario (de la semana dos hasta
las ocho semanas) y fetal (ocho semanas hasta el nacimiento). En la primera etapa el
cigoto se divide (mitosis), gana complejidad y se implanta en la pared del útero, en la
segunda etapa se forman los principales aparatos y sistemas orgánicos (sistema
respiratorio, digestivo y circulatorio), y en la tercera etapa hace su aparición las
primeras células óseas, incrementando rápidamente su crecimiento hasta 20 veces
de su tamaño inicial.
Con todos estos cuidados se ha logrado disminuir los riesgos y dificultades del parto.
El trabajo de parto refiere al proceso de nacimiento, que por su naturaleza es
complicado tanto para la madre como para el bebé; este proceso consiste en una
consecución de cambios uterinos, cervicales entre otros, que reciben el nombre de
parición, tiene un inicio dos semanas ante del parto caracterizado por niveles elevados
de estrógeno lo cual estimula las contracciones del útero y que el cuello de la matriz
sea más flexible. Las contracciones comienzan a partir del día 266 luego de la
concepción, aunque sucede en ocasiones que la madre puede sentir contracciones
falsas denominadas de Braxton-Hicks.
El proceso del parto o trabajo de parto se da en tres etapas. La primera (la más larga)
dura de 12 a 14 horas, las contracciones uterinas son constantes y cada vez más
frecuentes, provocan que el cuello uterino se ensanche (dilatación) predisponiéndose
para dejar pasar al bebé. Durante la segunda etapa las contracciones se efectúan con
mayor fuerza y más frecuencia todavía, por lapso de una a dos horas, coincide con
que la cabeza del bebé comienza a pasar por el cuello del útero y por el canal vaginal,
finaliza cuando sale completamente de la madre. Cuando el bebé ya ha nacido aún
se encuentra unido a la placenta a través del cordón umbilical, en la tercera etapa la
madre expulsa la placenta y el resto del cordón umbilical.
La manera usual de nacimiento es el parto vaginal, sin embargo, existe otro método
alternativo que consiste en sacar al bebé del útero mediante una incisión en el
abdomen de la madre, llamado cesárea. Es recomendada cuando el trabajo de parto
es lento, cuando el feto se encuentra en problemas o cuando la madre tiene una
hemorragia vaginal. Se lleva a cabo cuando la posición del feto es de nalgas,
atravesado, o si la cabeza es demasiado grande para pasar por la pelvis de la madre.
Las causas comunes para llevarla a cabo, consiste en que la madre es mayor, ha
presentado partos múltiples o por causa de que el bebé es prematuro.
El periodo neonatal del ser humano “es considerado de máxima fragilidad biológica y
social” (Domínguez-Márquez, 2022, pág. 97), es la etapa de mayor vulnerabilidad,
indefensión y dependencia luego del etapas embrionarias y fetales. Así, la muerte
neonatal es la más ocurrida durante la infancia. Los indicadores para el pronóstico de
crecimiento y desarrollo normal son de gran importancia pues la detección temprana
y oportuna de alteraciones y desarmonías en el patrón de crecimiento da paso a una
pronta intervención y así disminuir las secuelas perniciosas que pueda traer consigo.
Los recién nacidos presentan características físicas peculiares, entre ellas la cabeza
grande (al principio deforme por haber pasado por la pelvis), la barbilla hundida, los
huesos cefálicos no unidos, la piel rosada, vello abundante y lanugo, vérnix caseosa
(barniz con aspecto de queso), grasa protectora contra infecciones, en ocasiones una
secreción que fluye de los pechos inflamados (leche de bruja) y si es prematuro puede
presentar hinchazón en los genitales.
Además, los sistemas y aparatos orgánicos del bebé comienzan a funcionar por su
cuenta las primeras cuatro o seis horas luego de nacer. La sangre del neonato circula
completamente en su propio cuerpo, notándose que el pulso es acelerado e inestable,
logrando equilibrarse hasta los diez días de nacido. En cuanto el bebé es expuesto al
aire, comienza automáticamente a respirar, si esto no ocurre en cinco minutos puede
sufrir daños permanentes por falta de oxígeno (anoxia) o por una reducción del
suministro del oxígeno (hipoxia). Este trauma del nacimiento puede provocar daño
cerebral permanente con retraso mental, problemas de conducta e incluso la muerte.
El recién nacido de manera instintiva succiona para tomar leche y su propio estómago
la digiere. Durante los primeros días el bebé expulsa meconio (materia de desecho
viscosa, negraverdusca). En el momento que la vejiga y los intestinos se llenan, los
esfínteres se abren automáticamente, no podrá controlar dichos músculos durante
muchos meses. Se desarrollarán unas capaz de grasa con el objetivo de mantener su
temperatura estable. Tres o cuatro días luego de nacer, la mitad de bebés presentan
ictericia neonatal (pies y ojos teñidos de amarillo) causada por la inmadurez del
hígado.
Es recomendable conocer si el bebé presenta algún problema que necesite cuidados
especiales para atenderlo. Entre las evaluaciones médicas que detectan anomalías
se encuentra la Escala de Apgar (evalua apariencia, pulso, gestos, actividad y
respiración), la Escala de valoración del comportamiento neonatal de Brazelton
(organización motriz, reflejo y cambios de estado, atención y capacidad interactivas e
inestabilidad del sistema nervioso central) y la Exploración neonatal de condiciones
médicas (exploración de rutina en busca de condiciones como fenilcetonuria,
hipotiroidismo congénito, galactosemia entre otros).
Entre las complicaciones que ocurren al nacer se encuentra el bajo peso (peso menor
a 2500 gramos), el nacimiento prematuro (nacidos antes de la semana 37) y la talla
pequeña de los bebés. Los factores que provocan las complicaciones de salud pueden
ser el estatus demográfico y socioeconómico de la madre, los factores médicos, los
factores conductuales o ambientales prenatales, las condiciones médicas asociadas
con el embarazo, los hábitos de salud, la susceptibilidad y el estrés de la madre, el
racismo, entre otros.
Existe una posibilidad muy grande que los bebés que nacen muy pequeños o
prematuros puedan morir, pues su sistema inmune no está completamente
desarrollado y son más propensos a contraer infecciones, aunado a esto, el sistema
nervioso no cumple con las funciones básicas de supervivencia, no poseen suficiente
grasa para protegerse y generar calor y puede existir insuficiencia respiratoria. Ante
esto existen formas para su cuidado entre ellos la incubadora y el cuidado de canguro.
Aun cuando los bebés prematuros o pequeños pueden sobrevivir corren el riesgo de
desarrollar diabetes siendo adultos, de padecer enfermedades cardiovasculares,
menor taza de reproducción, parálisis cerebral, discapacidad intelectual, trastorno
autista, niveles bajos de educación, así como de rendimiento en el trabajo, bajo CI,
problemas neurológicos, sensoriales, cognoscitivos, conductuales. Por otro lado, los
factores de protección que reducen el estrés temprano, pueden ser clasificados como
los atributos individuales (energía, sociabilidad e inteligencia), los lazos afectivos (al
menos un familiar brinda apoyo), y las recompensas en el entorno social próximo
(sentido y dirección de la propia vida).
Los principios que gobiernan el desarrollo físico, son el principio cefalocaudal y el
principio proximodistal. El primero afirma que el crecimiento del bebé ocurre de arriba
hacia abajo, es decir la cabeza del recién nacido es más grande que el cuerpo porque
crece más rápido y de forma desproporcional. El segundo principio afirma que el
crecimiento, así como el desarrollo motriz ocurre de adentro hacia afuera, asimismo
los niños desarrollan la habilidad de usar las partes próximas al eje corporal que las
partes distantes.
Bellman, M., Byme, O., & Sege, R. (25 de septiembre de 2015). Desarrollo normal y alteraciones
asociadas. Evaluación de desarrollo del niño. Recuperado el 28 de julio de 2022, de IntraMed:
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