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Doctrinas de Juan

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Introducción

Desde que inició la iglesia allá en el Pentecostés hasta


nuestros días es importante el estudio de las doctrinas
ya que ellas son las que nos guían al conocimiento
claro y verdadero de lo que Dios a través de
Jesucristo quiso enseñarnos cabe mencionar que es
importante que cada uno de nosotros entendamos
conozcamos y sepamos interpretar correctamente
cada una de estas doctrinas de no ser así podemos
caer a errores muy profundos y terminar confundidos
y confundiendo a otros por ello es importante el
estudio de las doctrinas y el evangelio de Juan nos
presenta muchas de ellas las cuales en este trabajo
estaremos analizando algunas intentando la manera
de interpretarlas de una forma correcta y Clara

Doctrinas en el evangelio de Juan


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era en el principio
con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las
tinieblas no prevalecieron contra ella. JUAN 1: 1-5

El cuarto de los Evangelios canónicos, y el último en escribirse. Como el «evangelio


espiritual» (Clemente de Alejandría), fue el libro más influyente en la elaboración del
dogma cristiano.
Según Jn 20.30s, este Evangelio intenta evangelizar por medio de la presentación de
las obras y palabras de Jesús, permitiendo que el lector perciba la naturaleza de su
persona.
ESTRUCTURA DEL LIBRO
El cuarto Evangelio pudiera bien dividirse en dos partes: un libro de «señales» y un
libro de «gloria». Las señales revelan la persona de Jesús (caps. 1–12), y la gloria
resulta de la pasión del Señor (13–20). Un prólogo (1.1–18) y un epílogo (cap. 21)
sirven como introducción y conclusión. Dentro de esta estructura de dos partes, el
Evangelio sigue el patrón que se presenta en el prólogo: revelación (1.1–5), rechazo
(1.6–11) y recepción (1.12–18). Las correspondientes divisiones del libro son:
revelación (1.19–6.71), rechazo (caps. 7–12) y recepción (caps. 13–21).
AUTOR Y FECHA
El Evangelio de Juan existió en Egipto ca. 135 d.C. (cf. el descubrimiento del Papiro
Rylands 457) y se aceptó como autoritativo al lado de los Sinópticos (cf. Papiro
Egerton 2, ca.140 d.C.; Diatessaron; CANON DEL NUEVO TESTAMENTO). Sin
embargo, permaneció relativamente desconocido (entre cristianos ortodoxos, pues los
gnósticos sí lo usaban) hasta fines del siglo II. Las tradiciones que atribuyeron este
Evangelio anónimo a JUAN EL APÓSTOL se repiten en Ireneo (ca. 190), el Canón
Muratoriano (ca. 195) y Clemente de
Alejandría (ca. 200). Lo sitúan en Éfeso. Pero el silencio de Papías y Policarpo al
respecto (un «asociado de Juan» que sí cita las Epístolas de Juan) es difícil de
explicar.
Papías parece distinguir entre el apóstol y un tal «Juan el Anciano». A este último
muchos exégetas quieren atribuir el Evangelio; otros abogan por Lázaro de Betania.
Es digna de todo crédito la tradición predominante (hasta el siglo XIX) que tiene por
autor del Evangelio de Juan al hijo de Zebedeo. Como fuente originaria de la
tradición, Juan pudo:
(1) haber dictado el Evangelio a un amanuense para luego retocarlo, quizá repetidas
veces, o:
(2) haber dejado memorias a las que un discípulo suyo diera forma definitiva.
Las hipótesis de múltiples redactores, no obstante, no son convincentes. La
identificación del autor con «el discípulo amado» parece segura (19.35; 21.24; 18.15).
La fecha más probable de este Evangelio cae a finales del siglo I d.C.
Es difícil determinar a quién el autor dirigió este Evangelio, pero es bien fácil saber
por qué lo escribió: «Estas cosas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo,
el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre» (20.31). De todos
modos, para Juan, Jesucristo va más allá del judaísmo: es para el mundo entero. Por
eso es que el Evangelio de Juan ha tocado profundamente la vida de todos los
cristianos de todas las edades y en todas partes del mundo.
En cuanto al lugar donde se escribió, Éfeso es el más probable, aunque hay quienes
abogan por Alejandría y Antioquía. Hubo un largo período en que el Evangelio de
Juan se interpretaba como un libro helenístico, cuyos paralelos más instructivos se
hallaban en el judaísmo helenizado, las religiones de misterio y aun en la filosofía
griega. Actualmente, sin embargo, se redescubre el fondo esencialmente judaico del
Evangelio. No solo es semítico el estilo (ARAMEO; HEBREO), sino también lo es el
pensamiento mismo.
Aunque cita el Antiguo Testamento solo diecisiete veces, las alusiones a él son un
sinnúmero, y las más de las palabras clave (por ejemplo, Verbo, vida, luz, pastor,
Espíritu, pan, viña, amor, testigo) proceden de allí. Juan se muestra conocedor de
muchos conceptos rabínicos y otras tradiciones palestinenses (QUMRÁN). Si bien
utiliza un vocabulario parecido al del GNOSTICISMO, no es menos cierto que
combate muchas de sus ideas.

APORTE A LA TEOLOGÍA
Está claro que, sin desentenderse por completo de la historia, Juan escribe con un
interés más teológico que histórico. Los demás Evangelios se esfuerzan en presentar a
Cristo como el cumplimiento de las promesas de salvación veterotestamentarias. Juan
comienza con la preexistencia de Jesucristo (1.1). Jesús es divino (1.1), pero también
es humano, porque «aquel Verbo fue hecho carne (1.14). Solo así podía ser el que nos
revelara al Padre.
En el mismo comienzo, Juan nos presenta a Jesucristo con siete títulos clave: Verbo,
Cordero de Dios, Rabí, Mesías, Rey de Israel, Hijo de Dios e Hijo del Hombre. Solo
en Juan encontramos el «Yo soy» que afirma ser el pan de vida (6.35), la luz del
mundo (8.12), predecesor de Abraham (8.58), la puerta de las ovejas (10.7), etc.
También lo hallamos diciendo: «Yo y el Padre uno somos» (10.30) y «Yo soy el
camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (14.6). En cada una de
estas afirmaciones, el «Yo» es enfático. Nos recuerda el nombre de Dios: «YO SOY»
(Éx 3.14).
En el Antiguo Testamento las palabras de Dios había que aceptarlas reverentemente.
Lo mismo con Jesús. En Juan Él comienza sus mensajes diciendo: «De cierto, de
cierto te digo», Así como en el Antiguo Testamento a Dios es al único al que se debe
adorar, Jesús es el único en quien se debe creer. Para Juan, la fe que salva es un verbo
que expresa acción: la acción de creer en Jesús.
En Juan Jesús no entra en cuestiones de orar, ayunar, matrimonio, riquezas, como lo
hace en otros Evangelios. En vez de eso, las relaciones de uno con Dios, los demás y
el mundo se resumen en la palabra amor. El amor que Dios siente por su Hijo (3.35;
15.9) pasa a través de su Hijo a los que son suyos (13.1). Como recipientes del amor
de Dios, los cristianos deben amar a Dios amándose unos a otros (13.34). Este amor
que une a los creyentes es también un testimonio al mundo. Juan 3.16 expresa la
verdad teológica básica del evangelio: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna».

OTROS PUNTOS IMPORTANTES


La mayoría de los eruditos opinan que el Evangelio de Juan contiene un relato que
probablemente Juan no escribió: el relato de la mujer sorprendida en adulterio (7.53–
8.11). Este relato tiene un estilo diferente al del resto de Juan, y no aparece en los más
antiguos y mejores manuscritos. Probablemente alguien lo añadió por inspiración
divina para expresar una verdad importante sobre Jesús y su actitud hacia el que peca.

El Evangelio de Juan contiene varias doctrinas importantes,


incluyendo:

1. La Deidad de Jesucristo: Juan enfatiza la divinidad de Jesús, presentándolo como el


Hijo de Dios y afirmando que él es uno con el Padre.

2. La Salvación por Fe en Jesucristo: Juan resalta la importancia de creer en Jesús


como el medio para obtener la vida eterna y la salvación.

3. El Nuevo Nacimiento: Jesús habla sobre la necesidad de nacer de nuevo


espiritualmente para entrar en el reino de Dios.

4. El Espíritu Santo: Juan presenta el papel del Espíritu Santo como el Consolador y el
que guía a los creyentes en la verdad.

5. El Amor de Dios: Juan destaca el amor de Dios por la humanidad al enviar a su


Hijo Jesucristo para salvarnos.

6. La Encarnación: Juan enfatiza que Jesús, el Verbo, se hizo carne y habitó entre
nosotros.

7. La Fe en Jesucristo: Juan destaca la importancia de creer en Jesús como el Mesías


enviado por Dios para la salvación de la humanidad.

8. La Vida Eterna: Juan habla sobre la vida eterna como un regalo para aquellos que
creen en Jesús.

9. La Luz del Mundo: Jesús es descrito como la luz que ilumina a toda la humanidad,
llevando la verdad y la salvación.
10. El Espíritu Santo: Juan presenta al Espíritu Santo como el Consolador prometido
por Jesús y como el que guía a los creyentes en la verdad.

11. La Unidad de los Creyentes: Jesús ora por la unidad de sus seguidores, para que el
mundo crea en él a través del testimonio de la iglesia.

12. La Resurrección y la Vida: Jesús proclama que él es la resurrección y la vida, y


promete vida eterna a aquellos que creen en él.

Doctrinas por capitulos


Juan 1 Juan testifica de la divinidad preterrenal de Jesucristo y de Su misión de
ofrecer la salvación a todos los hombres. Juan registra el bautismo de Jesús y el
llamamiento de algunos de Sus discípulos.

Juan 2–4 Jesús convierte el agua en vino. Le enseña a Nicodemo sobre volver a nacer
de nuevo espiritualmente y testifica a la mujer del pozo que Él es el Cristo. Sana al
hijo de un oficial del rey.

Juan 5–7 El Salvador sana a un paralítico en el estanque de Betesda y proclama Su


poder y autoridad divinos. Alimenta a los 5.000 en preparación para Su discurso del
Pan de Vida, proclama que Él es el Mesías y declara en la fiesta de los Tabernáculos
que solo quienes lo reciben a Él pueden recibir la vida eterna.

Juan 8–10 Mediante la experiencia de la mujer sorprendida en adulterio, Jesús enseña


acerca de la compasión y del arrepentimiento. Se declara a Sí mismo Jehová, el Gran
YO SOY. Sana a un hombre ciego de nacimiento y se describe a Sí mismo como el
Buen Pastor, que ama y da Su vida por Sus ovejas.

Juan 11–13 Jesucristo levanta a Lázaro de entre los muertos, demostrando así Su
poder sobre la muerte. Entra triunfante en Jerusalén. Durante la Última Cena, Jesús
lava los pies de Sus discípulos y les enseña a amarse los unos a los otros.

Juan 14–16 Jesús instruye a Sus discípulos sobre la relación entre el amor y la
obediencia. Promete enviar al Consolador (el Espíritu Santo) y ministrar
personalmente a Sus discípulos. Declara que Él es la Vid Verdadera y que ha vencido
al mundo.

Juan 17–19 Jesús ofrece la oración intercesora en favor de Sus discípulos y de los que
han de creer en la predicación de ellos. Es traicionado, arrestado, juzgado y
condenado. Después de sufrir en la cruz, Él muere y es sepultado.

Juan 20–21 El Jesucristo resucitado se aparece a María Magdalena en el Sepulcro del


Huerto y luego a algunos de Sus discípulos en Jerusalén. Se aparece a siete de los
discípulos en el Mar de Galilea y le encarga a Pedro que dirija a los discípulos para
ministrar a los demás.

Conclusión

Al analizar las doctrinas que el evangelio de Juan nos enseñan se abre para nosotros
un mundo sorprendente el mundo espiritual como nicodemos muchas veces no
entendemos lo que Dios nos dejó enseñado cada una de sus palabras cada uno de sus
actos y cada una de las cosas que Jesús enseñó durante su ministerio sientan una base
un cimiento una doctrina en la cual todo el cristianismo se sostiene o se derrumba
haciendo este trabajo hemos descubierto muchas de las doctrinas importantes para
conocer y reconocer los errores que muchas veces hemos cometido por no leer de
manera profunda y sistemática La Biblia gracias a este trabajo he podido descubrir los
tesoros escondidos que guarda el evangelio de Juan pero principalmente he podido
descubrir el porqué de muchas cosas que dijo vivió y sufrió nuestro señor Jesucristo.

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