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Comentari Comparació El Beso-2

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Comparación El Beso de Rodin / El Beso de Brancusi.

Tanto el El Beso de Rodin como El beso de Brancusi representan a dos personajes besándose, y
ambos artistas supusieron una ruptura con lo que era considerado como arte tradicional y académico.

Rodin rompe con el realismo escultórico, desviándose hacia técnicas como non-finito, que le daban un
toque inacabado. Además, intentaba capturar la máxima expresividad en sus esculturas, aprovechando
técnicas que hasta el momento eran ignoradas: modelos en movimiento que permitían una mejor
captación del instante, el papel de la luz y como afecta y se refleja en la escultura, y la propia
perspectiva. Por el otro lado, también, gracias a las vanguardias artísticas Brancusi logra dirigir su
obra hacia la abstracción escultórica, separándose del realismo y dotando sus esculturas con una
simplicidad geométrica.

La obra de Brancusi se inspira en el arte escultórico prehistórico y africano, intentó mostrar la


naturaleza subyacente al desnudo mediante una simplificación extrema de la forma. Esta influencia
del arte primitivo sobre los artistas occidentales se conoce como primitivismo.

En esta obra solo simples líneas dividen sus cuerpos. La unión entre las dos es completa, al que
contribuye el hecho de ser una estatua bloque como las que se hacían en el antiguo Egipto o en la
Grecia arcaica. No hay elementos anecdóticos o narrativos, ni tampoco hay sentimiento, son dos
personas que se besan y nada más, por el simple placer de hacerlo, no hay amor, ni pasión, ni
romanticismo, no son dos personas enamoradas. Mientras que en la obra de Rodin, contrariamente, la
fuerza de la escultura reside en su lenguaje universal y expresivo. El mensaje a transmitir es el gesto
pasional, los amantes besándose, pero va más allá que la esencia o el mero gesto. Es la pasión sentida
por estos. Además, el tema no es tratado de manera tradicional; el artista decide capturar ese instante
tan fugaz como efímero, como lo es un beso. La expresividad de sus gestos es meramente suficiente
como para que una simple parte del cuerpo humano sea capaz de transmitir el placer que quiso reflejar
con ellos. Los dos aparecen desnudos, tocándose. Sin atributos habituales, la mujer fuera la que inicia
la pasión y no el hombre; cosa controvertida y muy poco común.
Contrariamente a sus contemporáneos, Rodin no presentó una visión frontal de la obra.

De acuerdo con su concepción del arte, él siempre afirmó que la obra tenía que poder ser
apreciada desde diferentes puntos de vista. Al rodear la pieza, se puede ver como cada
ángulo describe un instante diferente. Esto contrasta con la escultura de Brancusi, que es
prácticamente un bloque.

De la misma manera que Rodin dejaba de lado el realismo escultórico presentado por las
academias del siglo XIX, Brancusi presentaba un camino hacia la abstracción escultórica
basada en el primitivismo. Sin embargo, el mensaje que se intenta transmitir mediante la
obra es plenamente distinto: Brancusi se enfoca en la simplificación extrema de la forma
para dar paso a la esencia de la acción, del beso. Los personajes y la ornamentación son
irrelevantes. Mientras que Rodin se basaba en la expresividad y la pasión transmitida por el gesto del
beso.

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