Religious Belief And Doctrine">
1 El Creyente y El Mundo
1 El Creyente y El Mundo
1 El Creyente y El Mundo
Para el cristiano la salvación no es la meta, es más bien el punto de partida de una vida entregada a Cristo.
Lamentablemente algunos se quedan solo en el primer peldaño, la salvación, mientras otros avanzan afirmando sus pasos a una
consagración total a Cristo.
La diferencia entre uno y otro está en que unos aprendieron y aplicaron lo básico para poder permanecer en Cristo y los otros
por ignorancia o desobediencia no se mantuvieron firmes.
¿Que es el mundo?
El mundo representa todo aquello que desagrada a Dios, se opone a sus enseñanzas y está bajo el dominio de Satanás ( 1 Juan
5:19).
El apóstol Juan señala tres aspectos que manifiestan el amor al mundo: Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la
vanagloria de la vida.
A. - Deseos de la carne:
Son todos los deseos que nos lleva a tener una vida independiente de Dios.
Estan por naturaleza en nosotros y nos impulsan a hacer lo malo. Se pueden describir como la satisfacción,
pasión o goce que se siente por las cosas incorrectas y con las cuales le damos lugar al pecado en nuestras
vidas.
Gálatas 5:19-21 da una larga lista de los pecados de la carne, ésta incluye los pecados sexuales, los
relacionados con religiones paganas como la hechicería e idolatría y los relacionados con el temperamento o
carácter.
Nuestro propósito debe ser entonces enriquecer nuestra alma para que los deseos carnales sean reprimidos y para que los
deseos espírituales venzan en la lucha. El hombre carnal debe ser sacrificado para dar paso al hombre espirtual.
Los deseos de los ojos incluyen no sólo la vista, tambien la mente y la imaginación y buscan satisfacerse por medio de la
pornografia, literatura o películas que no edifican, creando una adicción que sólo puede ser saciada cediendo a los placeres de la
carne.
Generalmente, los deseos son alimentados a través de pensamientos que inducen a ver el pecado con agrado, placer y codicia,
levantando argumentos para justificarlo, haciéndole parecer insignificante y diciéndole que como no lo ha llevado a cabo no es
pecado. Además les impide ver las consecuencias que su comportamiento puede traer a sus propias vidas, a la de su familia y lo
que es más grave, olvidando lo que Jesucristo hizo en la cruz por ellos.
Cuando entregamos nuestra vida a Cristo nuestro valor está medido en función no de lo que tenemos
sino de lo que somos: santos, hijos de Dios. Nuestro valor nos lo da Dios y no sus benefícios, si le
buscamos primero lo demás nos será añadido, ganaremos el respeto y la autoridad dada por el Señor y
no por el dinero.
Jesús no quiere aislarnos del mundo, El quiere que brillemos y seamos luz en el lugar donde estamos. ( Juan 17:15)
Decida de antemano a qué cosas no va a ceder. Por ejemplo: Salir con gru - po de amigos no cristianos, fiestas o reuniones
sociales donde hay licor y otros vicios. Cuando yo hago esta parte, Dios hace la suya: traerá su luz para indicarnos que debemos
decir y/o hacer.
Comparta con aquellas personas que lo desafien a hacer más fuerte en su relación con Dios.
Comparta diariamente con El a través de la oración y mantenga una forma de vida que no lo aleje de su lado. Para esto, le
ayudará hacerse la siguien - te pregunta cuando enfrente situaciones que le produzcan duda o incerti-dumbre: ¿Qué haría Jesús
si estuviera en mi lugar? (Juan 14:30)