Hojitas de Fe nº 4 –4– FIESTAS DE LA VIRGEN

bitualmente por el rezo diario del Santo Rosario; 4º para los que no saben leer,
observar ayuno y abstinencia todos los miércoles, viernes y sábados del año.

3º Espíritu de la devoción a Nuestra Señora del Carmen. Ahí tienes a tu Madre 4. Fiestas de la Virgen

Pero hay más.

El Escapulario ha de conducir al fiel a una tierna devoción a la Santísima
Virgen, asimilándose el espíritu de la Cofradía del Carmen, que es unirse a los
religiosos y religiosas del Carmen, en la profesión particular que hacen de honrar
a la Madre de Dios, esto es, a la más pura de las Vírgenes, a la más gloriosa de
todas las Madres; en una palabra, a lo que hay de más grande después de Dios,
según la frase de San Bernardo: «Sobre ti, sólo Dios; por debajo de ti, todo lo El día 16 de julio es la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, advocación muy
que no sea Dios». popular de la Virgen, por ser la Patrona de una de las más insignes Ordenes
Los cofrades, en señal de su devoción a esta gloriosa Virgen, se revisten de religiosas, y por habernos dado el Santo Escapulario, que es una de las devocio-
su hábito, para profesar por medio de él el culto que quieren dar a Nuestra Se- nes marianas más queridas del pueblo fiel.
ñora. De este modo enarbolan las señales de su dependencia, la librea de su So-
berana; anuncian públicamente que pertenecen a María, y que no sólo quieren 1º Historia de la Orden del Carmen.
honrarla y respetarla, sino ser protegidos por ella, y vivir bajo su manto.
La Orden del Carmen y la advocación de Nuestra Señora del Carmen, según
Conclusión. antiguas tradiciones, se remonta al profeta Elías, que vivió en el siglo IX a.C. Este
profeta vivía en el monte Carmelo, situado en Palestina, en un promontorio que
La devoción a la Santísima Virgen ha sido siempre considerada en la Iglesia entra en el mar Mediterráneo, y es famoso por dos acontecimientos de la vida
como señal infalible de predestinación: «Un siervo de María no perecerá jamás». del profeta Elías:
Y la fiesta de Nuestra Señora del Carmen confirma este sentir. En efecto, Nues- • La victoria contra los sacerdotes idólatras de Baal, en tiempo del impío rey
tra Señora promete a sus devotos, en este caso a través del porte devoto del Santo Acab (860-852 a.C.), a los que el profeta hizo matar después de castigar a Israel
Escapulario, la gracia de la perseverancia final. Lo mismo sucede con otras con una sequía de tres años y medio.
prácticas marianas, tales como el rezo diario del Santo Rosario, y la comunión • La visión de la nubecilla misteriosa que trajo la lluvia: después de matar a
reparadora de los primeros sábados de mes: los sacerdotes de Baal, Elías volvió a abrir el cielo que antes había cerrado; y
«Prometo asistir en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la fue entonces cuando vio venir del mar una nube misteriosa, muy pequeña al
salvación de su alma, a todos los que el primer sábado, durante cinco meses, se principio, pero que fue creciendo progresivamente, hasta traer una lluvia abun-
confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía du- dantísima; y por revelación divina supo Elías que esta nube era una figura de la
rante quince minutos, meditando sobre los misterios del Rosario, con espíritu de futura Madre del Mesías.
reparación».
San Antonio María Claret enseña que más tarde, por divina inspiración, Elías
Al aferrarnos, pues, al Santo Escapulario, no nos aferramos a una simple tela se retiró al monte Carmelo con sus discípulos para venerar allí a la futura Madre
de lana, a modo de amuleto, sino a la promesa de Nuestra Señora del Carmen, de Dios. Su sucesor Eliseo siguió morando allí, recogiendo a toda una compañía
que ha prometido salvar a los que lo lleven devotamente; esto es, a quienes lo de santos personajes, llamados «hijos de los profetas», a los que prescribió cier-
lleven como señal externa de su devoción interior hacia la Santísima Virgen, de tas reglas de abstinencia, ayunos, oraciones y otros ejercicios de piedad, que los
la confianza depositada en su protección, y de una vida santa, como conviene distinguían del común de los judíos. Ellos formaron lo que podríamos llamar la
a un devoto hijo de María Inmaculada.1 «Orden del Carmelo», que se perpetuó hasta la venida del Señor, tanto como lo
permitió la dominación de los reyes de Babilonia, Siria, Persia y Egipto.
© Seminario Internacional Nuestra Señora Corredentora «Cuando el día de Pentecostés los Apóstoles, inspirados por el Espíritu Santo, habla-
C. C. 308 – 1744 Moreno, Pcia. de Buenos Aires ban diversas lenguas y hacían multitud de prodigios por la sola invocación del nom-
FOTOCÓPIAME – DIFÚNDEME – PÍDEME a: hojitasdefe@gmail.com bre de Jesús, muchos hombres que, según la tradición, habían seguido los ejemplos
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de los santos profetas Elías y Eliseo, y que habían sido preparados a la venida del nales, refirió la aparición de la Santísima Virgen y sus deseos, y aprobó la Orden de
Mesías por la predicación de San Juan Bautista, convencidos de la verdad de la doc- Nuestra Señora del Monte Carmelo, dándole una Regla por medio de una Bula es-
trina apostólica, abrazaron la fe evangélica y empezaron a honrar con ternura filial pecial (30 de enero de 1226).
a la Santísima Virgen, de cuya presencia y conversación pudieron gozar mientras
Ella estuvo en vida; y fueron los primeros que elevaron una capilla a la Madre de 2º Historia del Santo Escapulario.
Dios, en el mismo lugar del Monte Carmelo donde el profeta Elías había visto elevar-
se en otro tiempo una brillante nube en el cielo, figura de esta augusta Virgen. Reu- Como a pesar de todo no cesó la persecución contra la Orden Carmelita, de-
níanse varias veces al día en la nueva capilla, y allí honraban con toda suerte de ora-
ciones, cánticos y piadosos ejercicios a la Santísima Virgen como a la soberana pro- cidió la Santísima Virgen conceder un nuevo privilegio a sus queridos Herma-
tectora de su Orden, por lo que empezaron a llamarse “hermanos de Nuestra Señora nos, con que la Orden quedara de nuevo enaltecida: fue el Santo Escapulario. El
del Monte Carmelo”; y los Sumos Pontífices no sólo confirmaron dicho título, sino 16 de julio de 1251 se apareció a San Simón Stock, carmelita inglés y General
que concedieron particulares indulgencias a los que honrasen con este nombre a la de los Carmelitas de Occidente, para entregarle la insignia del Santo Escapulario
Orden o a sus miembros» (Breviario Romano, lecciones de la fiesta del 16 de julio). con las siguientes palabras:
Así, pues, los religiosos provenientes de Elías se convirtieron a la fe a partir «Recibe, hijo mío amadísimo, este escapulario de tu orden, como el signo distintivo
de Pentecostés, conocieron a la Madre de Dios, a quien ya antes habían consa- de mi Cofradía y la señal del privilegio que he obtenido para ti y para todos los
grado su vida, y empezaron a llevar una vida religiosa totalmente consagrada a carmelitas: quien muera revestido de él no padecerá el fuego eterno. He aquí el
la Santísima Virgen. signo de salvación, salvaguardia en los peligros, y la prenda de una paz y de una
protección especial hasta el fin de los siglos».
Esta Orden no tardó en ser muy floreciente, pues ya a fines del siglo I el Monte
Carmelo se encuentra poblado de monjes y llama la atención de los mismos paga- San Simón envió al punto una circular a todos los conventos de la Orden, en
nos; y en el año 400 el número de religiosos aumentó considerablemente, por ha- que les notificaba la buena nueva. Cuando el pueblo fiel conoció el privilegio
berse retirado multitud de monjes a Palestina, al Monte Carmelo, donde abrazaron concedido por la Virgen a esta su Orden, el nombre de sus devotos se multiplicó
fervorosamente los ejercicios de la vida religiosa, unos en comunidad, otros en lu- considerablemente, desapareció de repente la feroz persecución que se le hacía,
gares solitarios. Los fieles que acudían al Monte Carmelo visitaban asiduamente la y la Orden del Carmen pudo prosperar en Occidente, en todos los países.
capilla en honor de la Virgen, asistían a los ejercicios de los religiosos y rendían en
común sus cultos a la Reina del Cielo; de ahí nació la Cofradía de Nuestra Señora Sesenta años más tarde, en 1314, la Santísima Virgen se apareció de nuevo
del Monte Carmelo, que debió ya existir a principios del siglo IX, puesto que el Papa al Papa Juan XXII diciéndole estas consoladoras palabras:
León IV le concedió indulgencias en el año 847. Esta Cofradía fue, por lo tanto, la «Quiero que anuncies que a todos los que por devoción entraren en mi Cofradía del
más antigua y la más favorecida de Dios, de la Virgen María y de la Santa Sede. Carmen y llevaren puesto mi Escapulario..., Yo, como Madre de misericordia, por
Los religiosos del Carmen, célebres desde hacía siglos en Palestina, vinieron medio de mis oraciones, méritos y protección especial, les concederé que sean libres
de sus penas en el Purgatorio el sábado inmediato a su muerte, trasladándolos de
al Occidente antes de las Cruzadas, para escapar a la persecución sarracena, y se allí a la eterna bienaventuranza».
establecieron en Italia, Francia e Inglaterra, pero no fueron bastante conocidos en
Europa hasta que San Luis, que había visto en Palestina su vida angelical, los trajo Juan XXII promulgó este favor en la Bula llamada «sabatina»; y desde en-
a Francia al volver de su primera Cruzada. tonces los Papas que le sucedieron, como Alejandro V, Clemente VII, Pablo III,
San Pío V y Gregorio XIII no dejaron de añadir nuevas indulgencias al Escapu-
Los buenos religiosos gozaban en paz del glorioso título de Hermanos de Nuestra
Señora del Monte Carmelo, que los Sumos Pontífices habían confirmado, y se exten- lario del Carmen.
día su Orden en Europa, cuando arreció una dura persecución contra ella por parte Dos son, pues, los principales privilegios que la Virgen nos obtiene por el
de algunos hombres influyentes que quisieron suprimirla; tan furiosa fue la perse- porte devoto del Santo Escapulario: el primero es la salvación eterna; el se-
cución, que el Papa Honorio III (1216-1227), vacilando, decidió suprimirla. Enton- gundo es la liberación del Purgatorio el sábado siguiente a la muerte. Para
ces se le apareció en sueños la Santísima Virgen y le manifestó que tenía a dicha ganar dichos privilegios, la Santísima Virgen pidió varias condiciones, que po-
Orden bajo su especial protección, y que de ningún modo cediese a las instancias de demos resumir a cuatro: 1º recibir la imposición del Escapulario de un sacerdote
sus adversarios, antes bien la honrara y favoreciera, y confirmara su regla, su título
y sus privilegios. Y para mostrarle la verdad de sus mandatos, dijo a Honorio III que con poder para imponerlo, y llevarlo siempre puesto devotamente, esto es, como
esa misma noche dos de sus íntimos consejeros, los mayores adversarios de su Or- expresión de la devoción a Nuestra Señora (esta primer condición es la única
den, encargados de preparar el Breve de disolución, morirían durante el sueño de requerida para ganar el primer privilegio; para ganar el segundo se requieren
manera imprevista. Efectivamente, cuando el Papa despertó, le notificaron la muerte otras tres): 2º guardar castidad según el propio estado de vida; 3º rezar diaria-
de sus dos consejeros. El Papa mandó entonces reunir el Sacro Colegio de Carde- mente el Oficio Parvo, para los que saben leer, el cual suele conmutarse ya ha-