De Regreso Al Cielo

COLEGIO NACIONAL SIMÓN BOLÍVAR NOMBRE: Benjamín Choque Béjar
PROFESORA: Nancy Valero M. CURSO: “2 “D” secundaria
DE REGRESO
AL CIELO De
AUTOR: MARIA VICTORIA DEL CARPIO BURGOS (ORUREÑA)

Mi madre siempre decía la frase ¡QUE JESUS TE CUIDE!
Me llamo Pedro y tengo 6 años, bueno los tuve, ¡QUE JESUS TE CUIDE! esa era la frase que mi mamá decía
cada vez que me dejaba en la escuela o en la casa para irse a trabajar como toda mamá lo hace.
Todos los días mi mamá me dejaba en casa solo y se preguntaran ¿Dónde está mi papá? bueno no lo
conocí le pregunto a mi mamá, pero ella no habla de él, todas tardes me quedo solo en casa.
Un día no hubo clases y mi mamá me dejo solo todo el día con comida, porque ella tenía reunión en la
mañana y en la tarde, me aburrí en casa y salí al parque que estaba unas cuadras de distancia de mi casa.
Como todas las tardes, fui a jugar con los niños y niñas de mi barrio, aunque tuvimos que despedirnos
antes de lo acostumbrado. Se aproximaba una negra tormenta.
Yo regresaba a mi hogar tranquilamente, pensando en los programas televisivos que podía disfrutar, de
pronto alguien me tapo la boca, me sujeto con mucha fuerza y me cubrió el rostro con una prenda.
Empecé a temblar de miedo, sin entender lo que estaba sucediendo; recordé entonces las palabras de
mama: - “Que Jesusito te cuidé”.
- ¡Jesusito me cuida, Jesusito me cuida, Jesusito me cuida ¡-repetí mentalmente la frase, mientras mi
cuerpo era arrastrado a un desconocido lugar.
- ¡No tengas miedo, estoy contigo! -me dijo una voz.
- ¿Quién habla? -Pensé.
- ¡Soy yo, Jesús!, ¡No tengas miedo, estoy aquí contigo!
- Pero, no puedo verte -le dije.
- Yo te veo a ti.
- ¿A dónde me llevan Jesús? – le pregunte.

-Donde te llevan no importa, porque yo estoy contigo.
- ¡Tengo mucho miedo! -exclame.
- Cierra los ojos, dejaras de sentir miedo y podrás verme.
Obedecí de inmediato, cerré los ojos y vi aparecer una luz que se fue aclarando poco a poco, hasta que
pude ver el rostro de Jesús justo frente a mí, sonriéndome y mirándome con cariño.
-Dame tus manitos y avísame cuando sientas miedo.
- ¡Ahora estoy sintiendo miedo y mucho frio! – le dije.
-Aprieta mis manos con todas tus fuerzas.
- ¡Me duele mucho¡, ¡Jesús que esta sucediendo! -grite, su rostro comenzó a desaparecer.
- ¡No abras los ojos, si lo haces dejaras de verme y te iras de mi lado!, mírame y dime ¿de que color es mi
vestimenta?
- Blanca -respondí.
- ¿Y mis ojos, de que color son mis ojos?
Me quede mirándole fijamente, la imagen de su rostro se hizo nítida otra vez.
- ¡Azules, verdes y ahora son negros!¡tus ojos cambian de color! – conteste.
- ¡Muy bien!, ahora dime, ¿de que color es el viento?
- El viento no tiene color -le dije.
- ¡Claro que tiene color, todo lo que existe tiene color, como el cielo, la lluvia o la alegría!
- ¿El dolor es de color rojo? -pregunte.
- ¿Por qué?
- ¡Porque veo unas manchas rojas sobre mi cuerpo y tanto!... -exclame.
- Observa el color que brilla delante de ti y esas manchas desaparecerán.
- ¡Jesús, no puedo respirar…! -le dije con mucha dificultad.
- ¡El aire es de color azul!, busca el color azul y podrá respirar.
Busque rápidamente, hasta descubrir el color indicado, me quede mirándolo fijamente y volví a respirar.
- ¿Por qué esta temblando mi cuerpo? -señale.
- ¡Porque falta poco!
- ¿Falta poco, para qué? -pregunte.
- ¡Para emprender el viaje que nos llevara de regreso al Cielo ¡
En ese instante todo desapareció, el rostro de Jesús, sus ojos, su sonrisa y aquellos colores brillantes.
- ¡Abre los ojos! -su dulce voz llego hasta mis oídos.
- ¿Dónde estoy? -pregunte, mirando al rededor.
- Estas en tu primer hogar, el Cielo.
- ¡En el cielo! -exclame- pero, ¿ya no voy a ver a mi mamá?
- Vas a verla desde aquí todos los días, podrás acompañarla siempre y hablar con ella en sus sueños.
- ¡Mi familia debe estar muy triste! -murmure.
- ¿Si, están sufriendo mucho y van a extrañarte hasta el día que vuelvan a reunirse contigo!
- ¿Volveremos a estar juntos!, y ¿Cuándo será ese día? -pregunte.
- Aun no lo sé…
- ¿Por qué lloras Jesús? -le dije.
- ¡Porque estoy feliz de tenerte contigo!
Tome su mano y comenzamos a caminar por aquel maravilloso lugar, a lo lejos podía ver a miles de niños y
niñas jugando entre risas de contento. El sol brillaba como nunca, el aire se sentía delicioso, los árboles
movían sus ramas saludándome, las flores me sonreían y una bandada de pájaros trinaba solo para mí.
Mensaje
“Cuidar a los niños, no dejarlos solos siempre estar pendiente

de ellos”

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COLEGIO NACIONAL SIMÓN BOLÍVAR NOMBRE: Benjamín Choque Béjar

PROFESORA: Nancy Valero M. CURSO: “2 “D” secundaria

AUTOR: MARIA VICTORIA DEL CARPIO BURGOS (ORUREÑA)

- ¡No tengas miedo, estoy contigo! -me dijo una voz.

- ¿Quién habla? -Pensé.

- ¡Soy yo, Jesús!, ¡No tengas miedo, estoy aquí contigo!

- Pero, no puedo verte -le dije.

- ¿A dónde me llevan Jesús? – le pregunte.

- ¡Tengo mucho miedo! -exclame.

- Cierra los ojos, dejaras de sentir miedo y podrás verme.

-Dame tus manitos y avísame cuando sientas miedo.

- ¡Ahora estoy sintiendo miedo y mucho frio! – le dije.

-Aprieta mis manos con todas tus fuerzas.

- ¿Y mis ojos, de que color son mis ojos?

Me quede mirándole fijamente, la imagen de su rostro se hizo nítida otra vez.

- ¡Azules, verdes y ahora son negros!¡tus ojos cambian de color! – conteste.

- ¡Muy bien!, ahora dime, ¿de que color es el viento?

- El viento no tiene color -le dije.

- ¿El dolor es de color rojo? -pregunte.

- ¡Porque veo unas manchas rojas sobre mi cuerpo y tanto!... -exclame.

- Observa el color que brilla delante de ti y esas manchas desaparecerán.

- ¡Jesús, no puedo respirar…! -le dije con mucha dificultad.

- ¡El aire es de color azul!, busca el color azul y podrá respirar.

- ¿Por qué esta temblando mi cuerpo? -señale.

- ¡Porque falta poco!

- ¿Falta poco, para qué? -pregunte.

- ¡Para emprender el viaje que nos llevara de regreso al Cielo ¡

- ¿Dónde estoy? -pregunte, mirando al rededor.

- Estas en tu primer hogar, el Cielo.

- ¡En el cielo! -exclame- pero, ¿ya no voy a ver a mi mamá?

- ¡Mi familia debe estar muy triste! -murmure.

- ¿Volveremos a estar juntos!, y ¿Cuándo será ese día? -pregunte.

- ¿Por qué lloras Jesús? -le dije.

- ¡Porque estoy feliz de tenerte contigo!

“Cuidar a los niños, no dejarlos solos siempre estar pendiente

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