Suplemento Aniversario 150 Mar Del Plata

Suplemento
especial
10 de febrero
de 2024
Mar del Plata
Aniversario
2 | LA CAPITAL | Mar del Plata, sábado 10 de febrero de 2024 Suplemento Especial 150 Aniversario de Mar del Plata
Suplemento Especial 150 Aniversario de Mar del Plata Mar del Plata, sábado 10 de febrero de 2024 | LA CAPITAL | 3
¡Feliz cumpleaños,
Ciudad Feliz!
La historia está escrita por quienes afrontan el comprender la

desafío de hacer, queden o no sus nombres evolución de la
registrados en la memoria. Infinitos sueños y ciudad desde sus
esfuerzos, con éxitos y fracasos, cimentan esa tiempos originales y
construcción, que necesita de todos ellos para los motivos que la
erguirse. impulsaron.
Mar del Plata, en sus vertiginosos 150 años, El turismo acompañando los cambios sociales
respondió a esa constante. Así evolucionó, desde del país, la modificación del paisaje urbano al
el adobe de sus ranchos fundacionales hasta la ritmo de la construcción, la edificación de Casino
gran ciudad de la actualidad. Central y su particular contexto histórico
Los hombres que afrontaron el desafío de hacer forman parte de este abordaje. Prestigiosos Ofrecemos esta edición especial con la alegría de
son los autores de esa historia, desde los grandes historiadores marplatenses, cuyo aporte festejar tan significativa fecha y con el orgullo de
emprendedores que desarrollaron proyectos agradecemos, nos ayudaron en ese cometido. que LA CAPITAL venga acompañando a la
impensados hasta quienes los edificaron con sus Una selección de fotografías históricas nos ciudad durante casi 119 de sus 150 años.
saberes y oficios. transportarán al estado original de sitios por Brindamos no solo por este aniversario, sino
A la hora de sumarnos con esta edición especial a todos conocidos, evidenciando el constante también por los venturosos años que, sin duda,
los festejos del 150º aniversario de Mar del Plata, crecimiento de esta ciudad. aguardan en el futuro a nuestra amada
no fue tarea sencilla resumir los múltiples No podemos olvidar que, junto a su proyección y Mar del Plata.
aspectos de nuestra rica historia, poblada de desarrollo y más allá de los frutos tangibles de esa
protagonistas. Hemos procurado, en tal sentido, evolución, Mar del Plata consiguió posicionarse Florencio Aldrey
no atenernos a una simple mirada evocativa, en un lugar de privilegio: el de la ciudad de todos
sino ofrecer un enfoque que nos ayude a los argentinos. Director de Editorial LA CAPITAL
El enclave fundacional de la ciudad
Aquí empezó la historia marplatense

En la actual diagonal Alberdi,
cerca del mar, comenzó la
historia de la ciudad. Fue en
1857 cuando un consorcio luso
brasileño montó un saladero a
orillas del arroyo Las Chacras,
hoy entubado. El posterior
dueño de las tierras, Patricio
Peralta Ramos, parceló parte
de ellas como lotes urbanos e
impulsó la creación del pueblo
de Mar del Plata, que fue
autorizada por decreto el 10 de
febrero de 1874. Antiguos
registros fotográficos guardan
recuerdos del enclave
fundacional de la ciudad.
A fines del siglo XIX el

carpintero piamontés Carlos
Sesia obtuvo autorización
para montar un aserradero
sobre el arroyo Las Chacras y
aprovechó el curso de agua
para accionar sus
maquinarias mediante una
rueda hidráulica. A lo lejos se
observa el techo de la catedral.
La vivienda blanca de la
izquierda aún está en pie. Se
encuentra en diagonal Alberdi
casi San Luis. Hace años
funcionó allí
“El Lanero del Sud”.
En 1895 el francés Fernando Bonnet y su esposa Juana Fabbre instalaron “La Fonda del Huevo” en la actual diagonal Alberdi Norte y Santiago del Estero, a orillas del arroyo Las Chacras, frente al saladero de Cohello de Meyrelles.
Al finalizar el siglo XIX se le anexó un edificio de dos pisos donde funcionó el hotel “El Globo” (foto). En 1905, ampliaciones mediante, abriría allí sus puertas el histórico “Royal Hotel”.
En el predio delimitado por Alberdi, Santa Fe y 9 de Julio, frente al arroyo Las Chacras, fue levantado en 1887 uno Así era el paisaje de la Loma de Santa Cecilia cuando empezaba el siglo XX. A lo lejos, la histórica capilla Santa
de los primeros chalets de la ciudad. Perteneció a José Luro, quien al año siguiente fundaría el Bristol Hotel, Cecilia que se encuentra en Córdoba entre 9 de Julio y 3 de Febrero. El hombre estaría, aproximadamente, en la
piedra basal del turismo en la ciudad. En el ángulo inferior derecho, una de las lavanderas que cumplían sus zona de San Luis y 9 de Julio. Se trata del botánico francés Fernando Mauduit, uno de los hacedores del Parque
tareas en el arroyo. Tres de Febrero (Bosques de Palermo). Radicado en Mar del Plata, llevó adelante notables emprendimientos.
La Bristol, cuando todo era casi nada
Playa Bristol vista desde su extremo sur a fines del siglo XIX. En el centro de la escena, a la derecha de un molino de viento, puede verse el Bristol
Hotel. Sobre la arena se perfilan las inarmónicas construcciones de madera que conformaron la primera rambla. Se suma una serie de
casillas. Algunas eran “de baño” y, otras, modestas viviendas de los pescadores que operaron en esa playa hasta que fueron desalojados. Foto:
Colección Gotta.
El turismo y el ascenso de la ciudad como destino nacional
Mar del Plata, el balneario que

acompañó la historia social argentina
Desde el nacimiento de la
estación balnearia de la elite
hasta su democratización, Mar
del Plata permite seguir la
historia social de la Argentina,
que impactó en la constante
transformación de la ciudad a
lo largo de su evolución.
Por Elisa Pastoriza

(Profesora Emérita de la UNMdP)
S
i bien las historias de las ciudades
son seductoras e interesantes, tie-
nen el defecto de ofrecer una ima-
gen muy acotada y parcial del país don-
de se hallan. No resulta así el caso de
Mar del Plata como balneario nacional,
cuya trayectoria en el tiempo permite
seguir la historia social de la Argentina.
En efecto, como hemos sostenido con
Juan Carlos Torre, Mar del Plata con-
densa el espíritu igualitarista y demo-
cratizador que caracterizó a la sociedad
nacional.
Todo comenzó en un enclave aprecia-
do por el avance de las sierras sobre el
mar, quebrando la monotonía de la cos-
ta bonaerense. Atractivo que segura-
mente ayudó a madurar el proyecto de
instalación de una estación balnearia -
semejante a las europeas- a los descen-
dientes de Patricio Peralta Ramos y Pe-
dro Luro. La iniciativa, cuyo resultado
constituyó la denominada “Villa Balne-
aria”, coincidió con el nuevo interés por
el ocio y el tiempo libre, una práctica en-
tonces exclusiva de un sector social: las
élites. Con la llegada del ferrocarril en La Rambla Lasalle, última de madera, fue uno de los emblemas de una época caracterizada por la ostentación. Caras y Caretas definió la atmósfera del joven balneario
1886 y la apertura del Bristol Hotel dos como una “feria de vanidades”.
años después, comenzaron las ‘tempo-
radas’, tornando aquel refugio rural en ya-, se trazaron los ámbitos de la socia- siones. Las viejas ramblas de madera - tivo, lo que la revista Caras y Caretas
el espacio propicio para el despliegue de bilidad estival. que sucumbieron ante temporales e in- caratuló como “la feria de las vanida-
estilos de vida más urbanos. Los vera- Las sucesivas comisiones de fomento cendios- fueron suplantadas por la bella des”. El derroche de lujo fue moneda co-
neantes arribaron en gran número y al- y el Club Mar del Plata organizaron y Rambla Bristol de estilo francés, inau- rriente: se despertaron las emulacio-
gunos promovieron la costumbre de ad- canalizaron propuestas de la colectivi- gurada en enero de 1913. nes, la necesidad de figurar, como la en-
quirir lotes para construir elegantes dad veraneante en aras del progreso y Aquella confluencia de iniciativas vidia desenfrenada entre las damas por
mansiones, lo que dio un gran impulso del engrandecimiento del reducto pri- particulares y estatales completaron el la competencia en los vestuarios, por po-
al negocio inmobiliario y la instalación mitivo. El municipio, gobernado mayo- espacio público para estas novedosas seer una suntuosa villa en la Loma y por
de los ‘servicios’. Con las primeras ins- ritariamente por los ´Comisionados´ - prácticas vacacionales. El rasgo ascéti- exhibirse en las pasarelas, las fiestas y
talaciones balnearias, los grandes hote- 11 entre 1903 y 1913, en su mayoría ha- co de vacacionar, los valores curativos y los paseos por la Rambla.
les y las ramblas -las plataformas de cendados-, contaron con el apoyo del po- saludables del mar y el aire marino se Sin embargo, aquella temprana villa
madera alineadas en forma paralela al der provincial, sumando esfuerzos para combinaron con gustos hedonistas. Una aristocrática duró poco y pronto comen-
mar, que posibilitaban el acceso a la pla- dar forma al nuevo escenario mediante sociabilidad que armonizaba los silves- zó su ocaso. Así, desde fines de la segun-
el trazado de plazas, paseos, explana- tres paseos con los juegos de ruleta, bi- da década y al compás de las transfor-
das, pavimentaciones y espigones, ade- llares, paseos y bailes, haciendo preva- maciones económicas y sociales nacio-
más de la edificación de las villas y man- lecer el significado frívolo sobre el cura- nales, se fue dando paso a nuevos visi-
tantes y con ellos, nuevos ritos y cos-
tumbres estivales.
De la mano de la consigna “Democra-
tizar el balneario”, el paisaje urbano fue
el primero en registrar los cambios. Las
Las viejas ramblas de madera -que sucumbieron ante temporales e incendios- fueron suplantadas por la Rambla
Bristol de estilo francés, inaugurada en enero de 1913.
iniciativas conjuntas de la gestión con- El peronismo irrumpió en Mar del

servadora y las asociaciones de la socie- Plata, profundizando la democratiza-
dad civil en los treinta -liderados por ción de los años previos. En su primera
una entidad vecinal, la Asociación de visita oficial al balneario en ocasión del
Propaganda y Fomento de Mar del Pla- primer Festival Internacional de Cine
ta- emplazaron el diseño de una ciudad en 1954, el presidente Perón se apresu-
turística, el escenario del proceso de raba a afirmar que el noventa por ciento
apertura social. de los que veraneaban en la “maravillo-
Así, la remodelación de la franja cos- sa síntesis de toda nuestra patria” eran
tera alteró sensiblemente el retrato tra- obreros y empleados argentinos. Su dis-
dicional. El corazón de la primera “Villa curso aseguraba que las mayorías podí-
Balnearia”, centro de la sociabilidad ve- an finalmente pisar estas playas de la
raniega y símbolo al que anhelaban mano del justicialismo, enarbolando las
arribar los nuevos protagonistas de la banderas del Turismo Social y Obrero,
Argentina contemporánea, fue audaz- el aguinaldo, las vacaciones pagas y las
mente modificado por las gestiones con- jubilaciones. En 1945, el Estado había
servadoras, colocando en su lugar el mo- comenzado a montar el engranaje de la
numental edificio del Casino-Hotel Pro- recreación obrera continuado desde
vincial diseñado por Alejandro Bustillo. 1950 por la Fundación Eva Perón. Con
También se convalidó la cesión de la estos instrumentos se intentó hacer re-
playa Bristol a los flamantes turistas, a alidad un eslogan todavía hoy recorda-
la par que los antiguos se refugiaron en do, “Usted se paga el viaje; el gobierno,
Playa Grande. El traslado hacia las pla- el hospedaje”, mediante la edificación y
yas del sur se inició años antes, cuando mejora de los complejos recreacionales
las aristocracias abandonaron la Bris- de Chapadmalal y Río Tercero (Córdo-
tol ante la invasión de ‘les nouveaux ri- ba), símbolos del turismo social peronis-
ches’ sobre la “gente de apellido”, como ta. Detrás de los turistas, la antigua rambla en proceso de demolición y el Casino Central casi terminado. El final de
señalaban las revistas de época. Los go- El número de hoteles se elevó. Surgie- la década del 30 trajo cambios radicales a la ciudad.
biernos conservadores consolidaron es- ron primero los más modestos mientras
ta marcha. la construcción de edificios de altura
Había nacido un nuevo dibujo y postal crecía como resultado de la Ley de Pro-
de Mar del Plata. Fue entonces cuando piedad Horizontal. Asimismo, se modi-
tuvo lugar el salto más importante del ficó el transporte urbano e interurbano,
siglo en las cifras de entrada de turistas. que registró adelantos en los servicios y
Las estadísticas hablan por sí mismas: tarifas. El ex Ferrocarril del Sud, ahora
en el curso de la década la tasa de creci- nacionalizado General Roca, además de
miento alcanzó a un 254 (por mil) -se congelar las tarifas, ensanchó la oferta
salta de 60 a 380 mil turistas- y los que de prestaciones, comenzando a correr el
llegaban lo hacían por medios alternati- rápido de cuatro horas, El Marplatense.
vos a los tradicionales, como el automó- Por otro lado, la empresa de ómnibus
vil, que comienza a competir con el fe- El Cóndor, ante una mayor demanda,
rrocarril, facilitado por la pavimenta- debió aumentar el número de coches y
ción de la totalidad de la ruta 2 en 1938. viajes. El ingreso total de turistas du-
Desde fines de la segunda década del siglo XX y al compás de las transformaciones

económicas y sociales nacionales, llegaron nuevos visitantes y con ellos, nuevos ritos y
costumbres estivales.
rante 1955 alcanzó 1.418.654: 37.26,7%

en automóvil, 38.81% en micros,
26.41% en tren y el 0,49% en avión.
Entre los numerosos argentinos que
visitaban el balneario al despuntar los
sesenta, se hallaban en una alta propor-
ción las clases medias argentinas y, con
los mencionados programas de turismo
social y luego por el hospedaje sindical,
los trabajadores comenzaron a disfru-
tar de las playas y el mar. Con este apor-
te, se sumaban a las clases medias y al- La pavimentación de la ruta
tas, configurando ese curioso experi- 2 en 1938 impactó en el
mento social que atravesó a la ciudad, turismo. En 1955 el
caratulado la Mar del Plata de todos. 37.26,7% de los veraneantes
Las décadas siguientes formarán parte llegó en autos, el 38.81% en
de una nueva etapa histórica del balne- micros, el 26.41% en tren y el
ario popular l 0,49% en avión.
La revolución de los “baños de ola”
Sin saberlo, Mar del Plata algo le

debe a un antiguo médico inglés
Un tratado de curas marinas
que se extendió en Europa en el
siglo XVII fomentó el
nacimiento de los primeros
balnearios en Inglaterra,
España y Francia. La realeza
impuso en ellos su modelo de
ocio, lujo, juego y
representación social. El
patriciado criollo intentó
replicarlo en Mar del Plata.
E
n el siglo XVII el médico británico Ri-
chard Russell publicó un tratado de
curas marinas que tuvo gran acepta-
ción en Europa. No imaginaba que ello fo-
mentaría la creación de importantes bal-
nearios, algunos muy lejanos e impensa-
dos como Mar del Plata.
Russell, quien vivió entre 1687 y 1759,
consideró que las aguas marinas más pro-
picias para sus tratamientos eran las de
Brighton, un pequeño pueblo pesquero si-
tuado en la costa sur de Inglaterra. De he-
cho, levantó allí una residencia donde deri-
vaba a sus pacientes, con lo cual el poblado
empezó a cambiar su fisonomía y a mutar
en “estación de baño”. III, hizo construir un palacio que hoy fun- Tal como ocurriría en Mar del Plata, las naciente Mar del Plata. Ya sabemos que
En 1783 el príncipe de Gales, Jorge IV, vi- ciona como hotel. incipientes ciudades balnearias europeas fue él quien improvisó el primer hotel en
sitó Brighton por recomendación de sus se convirtieron en un “boom inmobiliario” Luro y Entre Ríos en la temporada 1886-
médicos que, fieles a las enseñanzas de La de los tristes destinos que derivó en el desarrollo de imponentes 1887. Y que su hijo José fundó una socie-
Russell, pensaban que el agua de mar po- residencias. El historiador español Ramón dad que al año siguiente inauguró el Bris-
día aliviar la hinchazón en las glándulas de En Santander celebran a mediados de Barea, al describir la belle époque en San tol Hotel, piedra basal del turismo aristo-
su cuello. El príncipe se enamoró de la pe- julio “la fiesta de los baños de ola”, en home- Sebastián, parece hablar también de la crático. El resto de la historia es amplia-
queña villa pesquera y ordenó la construc- naje a la terapia que les permitió desarro- marplatense: “La playa era un punto de mente conocido. El balneario La Perla, en
ción de un palacio, convirtiéndolo en epi- llarse como ciudad balnearia a orillas del reunión: si una persona quería gozar de San Sebastián, se promocio-
centro de la realeza. Cantábrico. En 1861, en busca de un palia- cierta influencia y obtener contratos, tenía na hoy como el principal
Brighton, considerado el primer balnea- tivo a sus problemas cutáneos, se zambulló que dejarse ver allí”. centro de talasoterapia de
rio de Europa, tuvo su espaldarazo definiti- en sus aguas la reina Isabel II, “La de los Mar del Plata no evolucionó del “baño de Europa. Y ofrece lujosos
vo en 1840 con la llegada del ferrocarril, Tristes Destinos”. Tan tristes, que siete ola” a la villa turística, sino que incorporó el spas para sanar, tonificar
historia que se repetiría en Mar del Plata. años después una revolución la puso en fu- “paquete completo” que se imponía en Eu- o despertar el bienestar,
ga de España a Francia en un tren que par- ropa, se replicaba en Uruguay y que ya era utilizando el agua de los
Baños y ocio tió desde su lugar de veraneo, San Sebas- conocido por la aristocracia vernácula: océanos. Es la proyec-
tián, destino donostiano que venía prospe- ocio, lujo, juego, representación social y ba- ción de aquellas tera-
Los “baños de ola” -así los llamaban- se rando desde 1845. Quizás nos resulte fami- ños terapéuticos. pias del doctor Rus-
aplicaron contra el asma, el reuma, proble- liar el nombre de sus primeras instalacio- La historia, con justicia, le adjudica la sell a quien, sin
mas circulatorios y depresión, entre otras nes balnearias de madera: La Perla del “importación del modelo” al vascofrancés saberlo, algo
dolencias. Las normas eran estrictas y una Océano. Y el del palacio real estrenado allí Pedro Luro, que bien lo conocía y que, le debe-
de ellas (dejar pasar un tiempo prolongado en 1893: Miramar. además, había comprado gran parte de la mos l Doctor Richard Russell.
entre una comida y la inmersión) llega has-
ta nuestros días a manera de creencia.
En España y Francia adoptaron la tera-
pia marina y pronto verificaron que era
compatible con una forma de ocio veranie-
go para las clases privilegiadas. De tal ma-
nera, en las playas elegidas para sus “ba-
ños de ola” florecieron lujosos hoteles, ram-
blas, casinos y hasta palacios donde se alo-
jaban las familias reales.
Biarritz, un antiguo puerto ballenero,
creció merced a los “baños de ola”. Y tuvo su
proyección definitiva en 1854 cuando la
emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón
Jean Baptiste Durrosier
El francés olvidado de Jean Baptiste

Durrosier, uno de
Playa de los Ingleses

los emprendedores
que se aventuraron
en la inhóspita
playa del
Saint James.
El genovés Luis Varese es el

pionero indiscutido del polo
turístico que prosperó en torno
a la playa que lleva su apellido.
Pero hay un personaje
olvidado, el francés Jean
Baptiste Durrosier, que
escribió un capítulo de esta
historia.
J
ean Baptiste Durrosier llegó de
Francia en el siglo XIX y se radicó
en la zona rural de Maipú. Allí des-
posó a Marcelina Peñegui, con quien tu-
vo seis hijos: Enrique, Juan, Alberto,
Clementina, Marcelina y Alfredo.
El arribo del grupo familiar a Mar del
Plata se produjo en fecha imprecisa, a fi-
nes de ese siglo. En un paraje inhóspito,
frente a la actual playa Varese, estaba
en plena construcción el monumental
Hotel Saint James, que a la postre que-
dó inconcluso y abandonado.
Durrosier se contactó en Mar del Pla-
ta con un paisano de apellido Dugued,
que prosperaba con su panadería en el
antiguo barrio de la estación de trenes.
Ambos, en sociedad, montaron una
suerte de fonda en la actual Playa Vare-
se para darle de comer a la multitud de
obreros que trabajaba en la construc-
ción del Saint James.
La paralización y abandono de la
obra tras la quiebra de los financistas
no significó la muerte del emprendi-
miento. Aquel sector -conocido enton-
ces como “la playa del Saint James”-
nacía lentamente al turismo de la ma-
no del genovés Luis Varese, que a prin-
cipios de siglo inauguró en aquel deso-
lado paraje su histórico hotel Cente-
nario.
Ya sin Dugued como socio, Durrosier y
sus hijos reconvirtieron la fonda en un res-
taurante y luego en un hotel, que heredó el La actual Playa Varese cerca del 1900. Sobre la barranca, el monumental hotel Saint James, inconcluso y abandonado. Sobre la arena, las primeras construcciones de
nombre “Saint James”. Se trataba de sim- madera donde se ofrecieron servicios de gastronomía y hotelería. El camino costero aún no había sido trazado.
ples construcciones de madera montadas
sobre pilotes que las ponían a salvo, o eso la actual playa Varese -una media luna que funcionaron con permisos preca- ra y otra ubicación, como el Hurlingham
creemos, de las crecientes del mar. de arena aprisionada entre el mar y la rios. Así nacieron establecimientos que y el Bella Vista, entre otros.
El camino costero todavía no existía y barranca- se pobló de hoteles de madera luego prosperaron con otra arquitectu- El paraje cautivó a integrantes de la
colonia británica, muchos de ellos vin-
culados al ferrocarril, que lo convirtie-
ron en su lugar de veraneo. Tal circuns-
tancia habría dado origen al nombre de
Playa de los Ingleses, que fue cambiado
por el de Varese durante la guerra de
Malvinas.
Hacia fines de la década del 30, con la
construcción del camino costero, los ho-
teles tuvieron que abandonar la playa y
pasaron a la pendiente de la barranca.
El “Saint James” siguió ese camino y
continuó en manos de la familia Durro-
sier hasta mediados de los 40. En 1978
fue demolido junto al resto de los edifi-
cios, la mayoría de los cuales habían si-
do expropiados por el gobierno peronis-
ta en la década del 70 y se hallaban en
estado calamitoso.
Jean Baptiste no presenció los últi-
mos capítulos. Murió en 1941. Pocos lo
recuerdan, pero es parte de nuestra his-
toria l
La Perla, el balneario que creció

desafiando los embates del mar
La actual playa La Perla, a fines del siglo XIX con sus primeras instalaciones de madera levantadas contra la barranca. Ya en 1886 el sector registraba actividad balnearia.
L
os antecedentes de La Perla son La actual playa La Perla comenzó a registrar actividad balnearia solo 12 años después de la fundación de
tan antiguos como los de Playa la ciudad. Sus hacedores fueron inmigrantes que vivieron luchando contra los embates del mar.
Bristol, que con su arquitectura y
su ‘charme’ aristocrático logró mejores
espacios en la memoria colectiva. de abril de 1934 cuando un incendio nueva rambla, esta vez de mamposte- la demolieron. Luego, el sector conservó
Hacia 1886, a 12 años de la fundación convirtió en cenizas la rambla y todas ría, reemplazó a la anterior y se mantu- un paisaje despoblado hasta 1985,
de Mar del Plata, en La Perla -que aún sus instalaciones comerciales. Una vo en pie hasta la década del 40, cuando cuando levantaron el actual complejo l
no se llamaba así y que en los planos
fundacionales figuraba como Playa de
las Barrancas- funcionaba el balneario
La Estrella Argentina. Dos años des-
pués, se le sumaría el San Sebastián Ar-
gentino, nombre inspirado en el famoso
balneario vasco.
Prosperó así, contra los barrancos,
una pasarela de madera donde se aline-
aban diversos emprendimientos comer-
ciales. Su nombre oficial fue Rambla
Norte hasta que en 1892 Alfredo Martí-
nez Vivot -un veraneante de ideas pro-
gresistas- hizo construir un estableci-
miento que le daría su identidad defini-
tiva a la playa y al barrio: el hotel La
Perla, en alusión a una renombrada
playa de San Sebastián.
Inmigrantes emprendedores -mu-
chos de cuyos apellidos conforman hoy
el plano identitario marplatense- fue-
ron los gestores de ese polo turístico que
creció desafiando los embates del mar,
sin los acaudalados sponsors que tuvo
la aristocrática playa Bristol. De hecho,
el hotel La Perla -ampliado, mejorado y
con 100 habitaciones- fue arrasado por
un temporal en 1916.
Una nueva tragedia sobrevino el 11
Adolfo Primavesi,
el alma que vive en las plazas marplatenses
Legendario director de Plazas y
Paseos Públicos, diseñó y
embelleció las plazas
marplatenses durante 20 años,
fue el gestor de paseos públicos
que hoy recorremos y creó un
jardín botánico. Mar del Plata
conserva aún hoy las piezas
escultóricas más antiguas en
sus espacios públicos gracias a
su conocimiento y
compromiso.
Por Costanza Addiechi

Directora de Restauración de Monumentos
Escultóricos de la Municipalidad de General
Pueyrredon
H
oy es un día de celebración en la
ciudad. Mar del Plata cumple sus
primeros 150 años. Cada uno,
desde su lugar, nos hemos propuesto
exaltar un párrafo de la historia y es un
privilegio ser convocada para hablar de
Adolfo Primavesi, una de las personas
que, a mi entender, han contribuido más
significativamente al espacio público.
Quizás por la tarea que llevo adelante co-
mo restauradora del patrimonio escultó-
rico, no puedo dejar de admirar profun-
damente su compromiso frente a la labor
que desempeñó como director de Plazas y
Paseos del municipio y protector de
nuestras tan preciadas piezas escultóri-
cas.
Formado y apasionado
Nació en Milán el 26 de agosto de 1870
y desde muy joven manifestó su inten-
ción de formarse en Ciencias Botánicas y
Paisajismo. Estudió en Italia y se perfec-
cionó en Alemania, Inglaterra y Francia.
En 1909, tras una breve estadía en Lon- Iris, nombre de su única hija. A fines de la San Martín y Entre Ríos. Reconociendo cate, emplazamiento y cuidado de las
dres, llegó a Argentina con su esposa Gio- década del 20, fue contratado por Fran- el estado “de abandono en que se encon- piezas escultóricas.
vanna para trabajar en el diseño de par- cois Vestraeten Dunois, casado con Ma- traban las plazas públicas y lo anticuado Adolfo Primavesi llevó adelante sus
ques y jardines, comenzando en la estan- tilde de Anchorena Castellanos, para del trazado de otras”, le ofreció la Direc- funciones hasta su fallecimiento el 24 de
cia Los Mirasoles de San Fernando, pro- parquizar las 16 hectáreas ubicadas en ción de Plazas y Paseos, responsabilidad agosto de 1952, dos días antes de cumplir
piedad de Samuel Pearson Hale, quien lo que hoy conocemos como barrio Pinos que aceptó para ser designado el 25 de ju- 82 años, fecha en la que se declaró asueto
fue director de ferrocarriles y del Banco de Anchorena. Es allí cuando decidió ins- lio de 1931. laboral para poder acompañar los restos.
de la Nación Argentina, con gran prota- talarse en la ciudad y abrir la Semillería Fue reconocido en el país por su trabajo El 15 de septiembre del mismo año, el
gonismo en la aristocracia de las prime- a la que llamó “Mar del Plata”. de arbolado en la ciudad, no solo en el intendente municipal Olegario Olazar
ras décadas del siglo pasado. centro urbano y la zona residencial, sino elevó al Concejo Deliberante la propues-
En 1920 decidió volver a Italia junto a Director de Plazas y Paseos también en los barrios y sectores en ex- ta de homenajearlo, imponiendo su nom-
su familia pero la situación de posguerra pansión del momento. bre al Parque circundado por las calles
le impidió desarrollarse en la que fue su En junio de 1931, el comisionado muni- Entre todas las acciones que realizó en General Rivas, Juan José Paso, General
pasión y al poco tiempo regresaron a Ar- cipal le encargó trabajos en la plaza Mez- pos del crecimiento de los espacios ver- Paz y Almafuerte, donde a los pocos días
gentina para radicarse definitivamente. quita, que se hallaba en la manzana deli- des de la ciudad, podemos destacar la fueron esparcidas sus cenizas.
Fundó en Buenos Aires la Semillería mitada por Luro, Boulevard Marítimo, creación del Jardín Botánico en la actual
plaza Pueyrredon, la parquización del Primavesi y las piezas escultóricas
Paseo Dávila, del Cementerio de La Lo-
ma y del predio donde hoy se encuentra el Si Mar del Plata conserva aún hoy las
Campo Municipal de Deportes, la crea- piezas escultóricas más antiguas en sus
ción del Parque San Martín y del tradi- espacios públicos, es gracias al conoci-
cional almanaque, originalmente floral, miento y compromiso de Adolfo Prima-
ubicado frente a la Catedral. vesi.
Rediseñó también las plazas fundacio- Cuando en 1938 se aprobó el proyecto
nales, aquellas que forman parte del tra- de la Bahía Bristol del arquitecto Alejan-
zado original de la ciudad desde 1874. dro Bustillo que proponía ser construida
¿Cuáles son estas siete plazas? Inicial- sobre el primer paseo costero de la ciu-
mente, algunas tenían otros nombres y dad -es decir, el Paseo General Paz que se
hoy las conocemos como Colón, España, extendía desde Luro y la costa hasta el
Pueyrredon, Rocha, Peralta Ramos, San Torreón-, fue el gobernador Fresco quien
Martín y Mitre. Además, se dedicó al res- ofreció una donación de todas aquellas
Adolfo Primavesi ofreciéndole flores a su esposa Giovanna ante la mirada de su hija, Iris, en el jardín botánico
que había creado en la actual Plaza Pueyrredon.
esculturas y mobiliario urbano que orna- rea, asumiendo el compromiso de su pre-

mentaban el sector. servación, al entenderlas como docu-
Piezas italianas en mármol de Carrara mentos preciados, en un constante tra-
junto a las francesas en hierro fundido bajo de restauración y difusión.
que se encontraban en la Explanada Hoy están identificadas dentro de un
Sud, a continuación del Torreón, fueron registro y protegidas por la normativa
retiradas. Un período donde se proponía correspondiente, más allá de la planifi-
un nuevo paisaje urbano alineado a un cación adecuada de intervención técnica
cambio en la idiosincrasia de la ciudad. y comunicación a través de un programa
Adolfo Primavesi sugirió la aceptación educativo que alcanza a miles de niños al
de dichas obras y decidió su ubicación mi- año, en charlas y visitas guiadas perma-
nuciosamente, tal como lo indican sus nentes.
manuscritos, en las plazas históricas Actualmente, estas esculturas, en su
asumiendo la responsabilidad de su con- mayoría, conservan el emplazamiento
servación y cuidado. indicado por Primavesi en sus apuntes y
Inició también una fuerte campaña pa- es un inmenso privilegio poder trabajar
ra que familias que poseían piezas de gran sobre las líneas por él establecidas. Les Cololación de panes de césped en el sector costero en 1937, durante la gestión de Adolfo Primavesi como director
valor artístico, que permanecían en sus confieso que en mi escritorio, donde in- de Plazas y Paseos Públicos.
residencias en desuso, fueran donadas al vestigo y documento la historia de Mar
municipio para ser incorporadas al espa- del Plata, tengo un portarretrato con su miento de querer generar un aporte a la do trazados que indican la dirección co-
cio público, como lo hicieron la familia An- imagen y su amplia sonrisa me interpela ciudad, junto al profundo deseo de contri- rrecta a seguir. No solo formó parte de la
chorena, De Bary y Luro, entre otras. e inspira, así como me transmite su com- buir a sentar las bases de la conservación historia, sino que -estoy convencida-
Desde su fallecimiento en 1952 y du- promiso y determinación frente a los obs- del patrimonio escultórico marplatense. marcará los pasos de la historia que aún
rante largas décadas, el desconocimien- táculos permanentes que propone la ta- Primavesi vivió en Mar del Plata y su se está por escribir l
to cubrió a estas obras con un manto de rea en el espacio público. legado trascendió su existencia. Hablar
olvido, lo que promovió el descuido. Hace Comparto con él la pasión que desafía de él es mantener viva su memoria y nos Aportes históricos: Boletines municipales, HCD; Lic.
unos años decidimos continuar con la ta- los límites, motivados por el convenci- recuerda que hay caminos que ya han si- Marta Lamas, Arq. Claudio Erviti, Diana Callejas.
El ferrocarril y su impacto en el crecimiento de la ciudad
Cuando el progreso
llegó en tren
Estación Norte de Luro e Italia. Su construcción comenzó en 1885 y es un olvidado tesoro patrimonial marplatense. Tenía tejas originarias de Marsella que desaparecieron a lo largo de la historia, al igual que el ladrillo visto de su
fachada y chimeneas, que fueron revocados y pintados. A ello se sumaron diversas intervenciones que la distanciaron del primigenio estilo cottage inglés que los ingenieros británicos imponían a sus estaciones intermedias en
diversas partes del mundo.
El 26 de septiembre de 1886 el
ferrocarril llegó a Mar del
Plata, marcando un hito en su
incipiente industria turística y
en su desarrollo integral. En la
primera temporada el
Ferrocarril del Sud, de
capitales británicos, trajo
1.400 pasajeros. La población
estable era de
aproximadamente 8.200
personas. Dos años después los
viajeros fueron 4.000. Y en
1900 la cifra llegó a 10.000,
sobre una población que se
acercaba a los 30 mil
moradores.
Hall de la Estación Sud del ferrocarril, con su magnífica e imperturbable estructura de hierro. Fue inaugurada el 1 de diciembre de 1910 y sólo funcionaba en verano para
recibir al turismo aristocrático que comenzaba a levantar sus chalets en las inmediaciones. Sus cuatro manzanas (Alberti, Alvarado, Sarmiento y Las Heras) se redujeron a
dos cuando en 1950 fue convertida en estación Terminal de Ómnibus. Restaurada y refuncionalizada, alberga hoy el Centro Cultural Estación Sur y al Paseo Aldrey.
Construcción de los lobos de Fioravanti en la cantera Sud Atlántica de Estación Chapadmalal. A la izquierda, el dueño del establecimiento, Herman Wachnitz.
Los lobos de Fioravanti
Dos emblemas de la ciudad

tallados en piedra Mar del Plata
blicas, la Casa Central del Banco Na-
Fueron construidos en una ción y el Monumento a la Bandera en
cantera de la zona y los Rosario. En las dos últimas obras inter-
trasladaron pieza por pieza vino el arquitecto Alejandro Bustillo,
realizador del monumental complejo
hasta la Rambla. Entre el que incluye el Casino, el Hotel Provin-
emplazamiento de uno y otro cial y la Rambla con sus tradicionales
transcurrieron tres años. lobos.
En 2020, Alberto Castillo, hijo del ac-
tual propietario de la cantera, halló en
L
os emblemáticos “lobos de la Ram- el armario de una antigua oficina una
bla” fueron esculpidos hacia 1940 serie de fotos tomadas durante el proce-
en la cantera Sud Atlántica de Es- so de realización de los lobos. Ese mate-
tación Chapadmalal, un establecimien- rial, que durmió en el olvido durante ca-
to modelo que en esa época pertenecía al si 80 años, ofrece detalles de las técnicas
alemán Herman Wachnitz. constructivas y la mecánica de traslado
Las estatuas fueron ideadas y proyec- de las esculturas, pieza por pieza, para
tadas por el destacado escultor José su emplazamiento en la Rambla.
Fioravanti. Pero desde hace años se El complejo Bustillo fue inaugurado
procura el reconocimiento de quien fue oficialmente en diciembre de 1941 al pie
su realizador técnico, el escultor eslove- de un pedestal que iba a soportar un al-
no Janez Anton Gruden, quien estuvo a to obelisco que no llegó a construirse.
cargo de la construcción junto a un gru- Dicha base fue removida a principios de
po de expertos picapedreros cuyos nom- los 70 cuando emplazaron en el mismo
bres se perdieron en la historia. sitio el monumento al almirante Gui-
Gruden nació en 1897 en Nebrezina, llermo Brown. El Casino funcionaba
nombre esloveno de la actual localidad desde 1939, la Rambla estaba casi ter-
de Aurisina, cerca del Golfo de Trieste. minada y faltaban nueve años para la
Su padre, Tomás Gruden, fue maestro inauguración del hotel Provincial.
picapedrero y propietario de una cante- La historia de los lobos también fue
ra de mármol. Janez se graduó en dibu- paulatina. El primero fue instalado ha-
jo y escultura, ejerció la docencia y en cia 1941 (es la pieza ubicada hacia el
1927 se radicó en Argentina, donde mu- norte) mientras que el emplazamiento
rió en 1974, dejando una huella maes- del restante demoró tres años. Ideadas
tra pero olvidada en obras de importan- como complementos de un proyecto mo-
cia como el Monumento a España, los numental, la historia los convertiría en
ministerios de Economía y de Obras Pú- un símbolo de Mar del Plata l
Una obra que, junto a la del Gran Hotel Provincial, redefinió a Mar del Plata
La apuesta monumental del Casino,

un hito refundacional de la ciudad
Avance de la construcción del Casino Central que se completó entre 1938 y finales de 1939, en tiempo récord. Participaron 700 obreros. Detrás se observa la antigua Rambla Bristol.
Por Gonzalo Gobbi Fue una de las obras e inversiones más ambiciosas que tuvo la ciudad balnearia. Detrás de la clásica
postal, la puja por el dominio del juego, una huelga de obreros, el turismo como motor de cambio y
L
a construcción del Casino Central, apuestas prohibidas para marplatenses.
iniciada y finalizada a fines de los
‘30, representa un hito refunda- transformar la infraestructura provin- tigador Marcelo Pedetta, cuya tesis es- ria. El más sólido, impulsado por el se-
cional en la historia de la ciudad. En- cial. tudia la historia del Casino, el impulso nador conservador Nicanor Salas Chá-
marcada en la década infame, con el re- En este contexto, el Casino se levanta de Fresco se centró en “anticipar la ma- vez, proponía construirlo en el Parque
greso de los conservadores al poder, la como un ícono que contribuyó a redefi- sificación del turismo”. Propuso una Camet, con la intención de mantenerlo
gestión del gobernador Manuel Fresco nir el enfoque turístico de Mar del Plata. transformación de la costa, que incluyó “alejado del pueblo”. ¿Por qué? El juego
se centró en impulsar obras públicas y Según el historiador, profesor e inves- la construcción del Casino y el traslado estaba asociado a una moralidad cues-
de las élites hacia Playa Grande. La pa- tionable. Un vicio que, junto al alcohol y
vimentación de la ruta 2 entre Mar del la prostitución, conformaba una suerte
Plata y Buenos Aires, inaugurada en de trinidad invertida.
1938, jugó un papel clave al permitir el Fresco encargó el proyecto a Alejan-
acceso masivo de vehículos. dro Bustillo, arquitecto reconocido por
La idea de dotar a la ciudad con un ca- obras como el Llao Llao y el Banco Na-
sino ya rondaba desde 1920. La Comi- ción. Sin embargo, había una conexión
sión Pro Mar del Plata y la Asociación de política: Bustillo era hermano del mi-
Propaganda y Fomento, entidades con- nistro de Obras Públicas, José María
trapuestas que aglutinaban a radicales Bustillo, y del director de Parques Na-
y socialistas respectivamente, habían cionales, Ezequiel Bustillo.
propuesto su construcción. Bustillo evaluó terrenos para com-
Aunque existían tres o cuatro proyec- prar y construir el casino. Observó que
tos, ninguno contemplaba la ubicación la vieja Rambla francesa estaba erosio-
actual en el corazón de la villa balnea- nada. Detrás se encontraba el Paseo Ge-
La construcción del Casino, por el estilo monumental, la ubicación y la demolición de la vieja rambla, generó
fuertes críticas. Victoria Ocampo llegó a expresar que el edificio tenía un corte soviético.
neral Paz, a su entender, sin uso apa- dos de casinos pagaban 70.000 pesos
rente. Se le ocurrió aprovechar esos jar- anuales, mientras que un hotel de má-
dines para construir la obra, ampliar la xima categoría pagaba 1.000 pesos
playa, solucionar problemas de cimien- mensuales a la Municipalidad por man-
tos y ubicar allí el edificio del Casino, zana o fracción.
ahorrando en la compra de terreno. “Fue una inversión enorme. Pero era
En el diseño, Bustillo creó dos edifi- obra pública diseñada por el Estado,
cios gemelos monumentales, uno para que además decidía cómo iba a ser el Ca-
el Casino Central y otro para el Hotel sino, dónde iba a estar y quién iba a ser
Provincial, con una plaza seca en el me- el arquitecto”, remarcó el historiador.
dio. La superficie abarcaba 150.000 me- La obra se licitó, con la intención de Marcelo Pedetta,
tros cuadrados, con el Casino cubriendo que una empresa se hiciera cargo. La historiador abocado
unos 50.000. En ese entonces, imponen- adjudicataria fue Unión Kursaal Ar- a la investigación de
te, desproporcionado; hoy, la postal. gentina (UKA), de los hermanos Machi- la historia del Casino
Pero, ¿era necesario un Casino tan nandiarena y Félix Solá, quienes no ca- de Mar del Plata.
grande, con capacidad para 30.000 per- sualmente ya explotaban otras salas de
sonas cuando Mar del Plata tenía me- juego. El Estado aportó más de 13 millo-
nos de 60.000 pobladores? En realidad, nes y UKA hizo lo propio con el resto.
Fresco era un admirador del fascismo y En Mar del Plata ya existían otras sa-
compartía la fascinación por lo monu- las de juego. Desde los inicios del balne-
mental del nacional socialismo, que ex- ario, cuando Luro proyectó la construc-
hibía su poderío con grandes obras y ción de un hotel para atraer a sectores
una fuerte presencia del Estado. de élite, se planteó la combinación del
hotel y el juego.
Mega inversión Desde finales de 1919, los hermanos
Lasalle -cuyo apellido dio lugar a la
La inversión total fue de 29 millones Rambla Lasalle-, junto a Inocencio
de pesos de la época. A modo de referen- Echeverría, explotaban las salas. En la
cia, en 1927, los concesionarios priva- década del 20, en medio de debates so-
Obreros que trabajaron en la construcción del Hotel Provincial, que en la foto aparece en el tramo final de edificación. Por razones financieras fue inaugurado 12 años más tarde que el Casino Central.
bre la moralidad del juego, los casinos Ejemplo del interés por concluirlo y temporada. Luego, comenzó a abrir los Así, los hombres se relajaban y gasta-
cerraron, y los hermanos Lasalle se des- por el dominio del juego es que el edificio fines de semana y más adelante todo el ban más dinero.
vincularon del negocio. Traspasaron las gemelo, el Hotel Provincial, se terminó año. Inicialmente trabajaba poca gente. Por otro lado, había una nube perma-
operaciones a Machinandiarena y Solá. recién 12 años después, en 1950. El personal permanente, cuando el casi- nente de humo de tabaco en el casino, lo
Las salas reabrieron en 1931, abo- No obstante, hubo una feroz resisten- no estaba cerrado, trabajaba en los ta- que se volvió un gran problema. Los em-
nando un pequeño canon a la Municipa- cia a la construcción, por el estilo y la lleres de mantenimiento del estableci- pleados experimentaron graves proble-
lidad. Sin embargo, en 1936, Fresco to- ubicación del Casino. La monumentali- miento. mas de salud. Se suscitó una disputa so-
mó la decisión de cerrarlas para mejo- dad desató fuertes críticas. Victoria Los primeros trabajadores fueron en- bre la ubicación de las ventanas, ya que
rar su posición en futuras negociacio- Ocampo llegó a expresar que el edificio viados desde Buenos Aires y algunos in- muchos querían trabajar cerca de ellas.
nes. Planteó que los ingresos generados tenía un corte soviético. Además, hubo cluso desde Europa. Luego, se le comen- Sin embargo, aquellos que estaban muy
por las salas de juego debían contribuir quejas porque obstruía la vista al mar zó a enseñar el oficio a la gente de Mar cerca y frente al mar terminaban enfer-
a las arcas provinciales y, en definitiva, de los chalets ubicados en la zona. Lue- del Plata. mándose por la brisa fresca. La presen-
provincializarse. go, el intendente Camusso creó un códi- La gran mayoría de los empleados cia del humo ameritó reformas edilicias
go urbanístico para que todos los edifi- provenía de oficios manuales (carpinte- para mejorar la extracción.
Construcción y huelga cios de la zona se asemejaran al Casino. ros, albañiles, yeseros, plomeros y elec-
Si se observa, esto perdura. tricistas) y muchos mantenían su doble El Provincial y su sala VIP
La construcción del Casino Central se oficio, por los bajos salarios.
completó en apenas un año y medio, en- La “limpieza” del juego Cuenta Pedetta que algunos albañi- Con el Casino en marcha, la construc-
tre 1938 y finales de 1939, en tiempo ré- les salían de la obra y se lavaban las ma- ción del Hotel Provincial quedó parali-
cord. De la construcción participaron Al ser inaugurado, el Casino Central nos con jugo de limón para quitarse la zada y se inauguró 12 años después.
700 obreros. Los cargos jerárquicos pro- era uno de los más grandes del mundo. cal y tener las manos limpias al ir a tra- En 1943, un golpe de Estado marcó el
venían de Buenos Aires, mientras que Porteños y extranjeros quedaban maravi- bajar al Casino. fin del ciclo de los conservadores. De
muchos peones y albañiles eran locales. llados. El 80% de lo que se jugaba en toda aquel golpe surgió la figura de Juan Do-
Hubo 101 carpinteros (65 de Buenos Ai- la Argentina, provenía de Mar del Plata. Carnet, corbatas y una nube mingo Perón. En 1944, se expropió el
res), 67 armadores (41), 297 peones (so- Contaba con numerosas zonas de des- edificio del Casino, la concesión a UKA
lo 9 de Buenos Aires), 56 albañiles (3) y canso y sillones, una bodega y gran can- Hasta los años 50, para ingresar al se dio de baja y el Casino fue nacionali-
15 capataces y mecánicos. tidad de mesas de ruleta con paño doble, Casino se exigía tener un carnet de jue- zado.
A principios de 1939 hubo una huelga para permitir más juego con menos per- go. La gente local no podía entrar, lo te- Esto generó un largo litigio judicial,
de los obreros debido al incumplimiento sonal. A su vez, había juegos de cartas y nía prohibido. La idea era limitar el ac- pero finalmente, en 1950, la Provincia y
de los bajísimos pagos acordados. La dados. Las tragamonedas llegaron re- ceso solo a personas solventes. Después la Nación llegaron a un acuerdo, una
obra estuvo paralizada temporalmente. cién a fines del siglo XX. El edificio fue de 1952, con la ampliación del Casino, suerte de “compensación”, con la aper-
La inversión total fue de 29.794.002,69 concebido con tres partes: las salas de se eliminó ese carnet y se implementó el tura del majestuoso Hotel Provincial.
pesos. Pero los oficiales escaleristas ga- juego, el piso destinado a actividades pago de entrada. En su interior, se incluyó una sala de
naban apenas un jornal de 10,50 pesos; deportivas (Palacio de los Deportes), y Para ingresar se exigía traje y corba- juegos “exclusiva para los apostadores
los oficiales de primera 9,20, los de se- el salón de baile o “dancing”, que hoy ta, vestimenta excluyente. Fuera del más fuertes”.
gunda 7,70 y los peones 6,66 pesos. funciona como el Complejo Auditorium. casino, se vendían y alquilaban corba- Los pasajeros del hotel tenían un alto
La obra se terminó rápidamente debi- El concepto era moral: si el juego tenía tas, un rebusque local. Esta práctica ce- poder adquisitivo, y la atracción princi-
do a que los fondos del Estado dependían una connotación inmoral, esta imagen só cuando un hombre ingenioso se sacó pal era la posibilidad de jugar en esta
de lo recaudado en las salas de juego. se contrarrestaba con espacios dedica- los cordones del zapato, los usó como sala exclusiva, evitando la sensación de
UKA operaba estas salas, y una parte de dos al deporte y la cultura. El Casino, corbata y logró entrar al argumentar “invasión” por parte de apostadores de
las ganancias debía ser entregada al Es- además, era un medio para “limpiar” di- que era su corbata, rompiendo así el có- menor categoría.
tado. A su vez, el Estado devolvía fondos nero de origen cuestionable. digo de vestimenta. Mucho más adelante, durante el me-
a UKA para continuar financiando la Los hombres eran los únicos que juga- nemismo, en medio de la ola de privati-
construcción. Así, el financiamiento de la Casineros ban, mientras que las mujeres controla- zaciones, se intentó privatizar el casino.
obra provenía directamente de las ga- ban las apuestas de sus esposos. Luego, Los empleados resistieron la medida y
nancias generadas por las salas de juego. Hasta 1948, el casino solo abría en se creó una sala exclusiva para mujeres. lograron que el casino volviera a ser de
administración provincial, situación
que prevalece en la actualidad l
Fue una de las primeras ciudades del país donde se jugó
El golf llegó con el ferrocarril

y se quedó para siempre
En 1896 se trazaron en Playa Grande los primeros

nueve hoyos y el 17 de enero de 1900 quedó
constituido el Mar del Plata Golf Club. El primer Club
House fue un pabellón de madera. Foto de
aproximadamente 1909. Catálogo Bullrich, Gaona y
Wernicke.
Mar del Plata fue una de En 1926 fue inaugurado

las primeras ciudades el actual Club House de
estilo Tudor, que se
argentinas donde se jugó observa en plena
el golf. Sus precursores construcción en esta foto
fueron directivos del tomada durante un
torneo femenino
británico Ferrocarril del disputado en marzo de
Sud que empezaron a 1924. A la izquierda, las
practicarlo, primero en casillas de palos que aún
se conservan.
las lomas cercanas al
Torreón y luego en
inhóspitos declives de
Playa Grande.
La avenida Colón funciona como una máquina del tiempo para vislumbrar la historia edilicia de la ciudad con sus constantes cambios en 150 años de historia.
Muestrario de la historia edilicia de la ciudad
La loma de Colón a través del tiempo

Tradicional y moderna, armoniosa y ecléctica, aristocrática y Por Víctor Pegoraro de las manzanas, las plazas y las calles
popular, desierta y colmada, ajena y marplatense; la avenida Colón Dr. en Historia del pueblo, tomando como referencia la
capilla de Santa Cecilia.
A
ha sido testigo y protagonista de los 150 años de Mar del Plata. ctualmente la avenida Colón se ex- El nombre de Cristóbal Colón fue su-
tiende por más de 11 kilómetros, del gerido por el primero para honrar al
800 al 11500, desde la loma hasta el “descubridor” de América. De este mo-
hipódromo, en la llamada “Colón al fondo”. do, se dio nombre a la Plaza, diseñada
En su origen remata el paisaje y descubre por Carlos Thays en 1903, y a la avenida
el mar en la hermosa bahía Varese, bauti- homónima que resultaron ser un símbo-
zada inicialmente como Playa Saint Ja- lo con el paso de los años. Asimismo, en
mes y luego De los Ingleses. Es una de las octubre de 1892 se colocó la piedra fun-
arterias fundacionales del plano catastral damental del monumento al navegante
original, siendo referencia ineludible para genovés, inaugurándose en febrero de
el turista y el marplatense. 1900 en el centro de la plaza.
En 1873 Patricio Peralta Ramos, dueño
de las tierras y fundador de la localidad al Una máquina del tiempo
año siguiente, solicitó al agrimensor Car-
los de Chapearouge la mensura y la traza La avenida Colón funciona como una
La loma de Colón en la década del ‘30. Fotografía tomada desde lo alto del chalet de Casimiro Polledo, donde hoy se encuentra el Hermitage Hotel.
máquina del tiempo para vislumbrar la

historia edilicia de la ciudad porque
marca la identidad de la especulación
inmobiliaria en relación con el turismo.
A lo largo del tiempo se manifestaron
los estilos arquitectónicos en boga en di-
ferentes épocas: el pintoresquismo, la
modernidad y la posmodernidad. Toda-
vía subsisten de manera anárquica y
discontinua huellas del pasado que ha-
blan de otras formas de habitar y de vi-
vir, de otra Mar del Plata y de una Ar-
gentina diferente.
Desde fines del siglo XIX las familias
patricias del país decidieron instalar sus
villas veraniegas en la zona de la loma
Stella Maris. A lo largo de la avenida de
tierra (el empedrado data de la década
de 1920) se descubrían grandes chalets,
hermosas arboledas y fastuosos jardi-
nes que hacían aflorar el ocio de élite.
Los prominentes veraneantes de doble
apellido contrataban a los mejores profe-
sionales extranjeros para diseñar sus re-
sidencias de estilo rural europeo que poco
tenían que ver con el aire marítimo local.
Mar del Plata en ese entonces era una
villa balnearia o, como se decía en la
época, una estación de baño de aguas
templadas a semejanza de los balnea-
rios internacionales de moda como De-
auville, Trouville, Biarritz, Ostende o Fines de la década del ‘60. Coexistencia de edificios de la primera hora junto a una serie de chalets bajos y estructuras posteriores muy asimétricas.
San Sebastián. Las temporadas dura-
ban varios meses y las familias verane- nida Colón comenzó a transformarse Colón (Buenos Aires 2177) que seguían de propiedad horizontal (1948) trans-
antes arribaban en ferrocarril y perma- otra vez. El boulevard con sus esplendo- la estética del Casino con sus mansar- formó la avenida Colón para siempre.
necían en estas propiedades junto con rosos jardines, flores, arboledas y orna- das francesas y ladrillo visto. La primera escritura de propiedad co-
su personal doméstico. mentaciones dejaba lugar a una vía más lectiva que llevó el N° 1 fue en el año
Como emblemas de esta belle epoque sobria, ancha y de mayor tráfico. La transformación definitiva 1950 para el edificio de Colón 2393, es-
todavía subsisten la Villa Ortiz Basual- Se imponía una apertura social y una quina Santa Fe, de planta baja y 4 pisos.
do, en la intersección con la calle Alvear, democratización de la ciudad. La mo- La puesta en práctica de la ley 13.512 Es curioso que los departamentos de
y la Villa Normandie en la esquina de dernidad apareció como la vanguardia
Viamonte. Un puñado de residencias arquitectónica inspirando demolicio-
que se salvó de la piqueta en las décadas nes y construcciones como la sede del
posteriores, también permanece en pie Automóvil Club Argentino en 1939 (Co-
en las calles perpendiculares. lón entre Santa Fe y Santiago del Este-
ro) del ingeniero Antonio Vilar donde se
Un modelo en crisis encontraba emplazado el chalet “Bel
Retiro” de Pedro Olegario Luro.
Hacia 1930 el mundo experimentó También se levantaron obras de ma-
grandes cambios sociales y económicos. yor altura como los hoteles y las casas de
El modelo agroexportador entró en cri- renta, nombre con que se conocía a los
sis, lo que generó una sostenida deca- primeros edificios. Antes de la ley de
dencia de las clases altas tradicionales propiedad horizontal, frente a la Plaza
de la Argentina. La era del automóvil Colón se levantó el Edificio Tucumán
desplazó a la tracción a sangre y la ave- (Colón 1988), el Domo (Colón 1966) y el
serie de balizas para dividir la doble ma-

no a lo largo de Colón, desde Indepen-
dencia hasta la costa. Más que mejorar
el caos vehicular en el verano, conllevó a
numerosos accidentes de tránsito que se
reflejaron en los diarios de la época.
Cada verano los carnavales eran fu-
ror en la avenida y aun en los balcones
de los edificios desde donde se arrojaba
agua y cualquier elemento contunden-
te. Bajo gobierno militar, la situación
escalaba con incidentes y enfrenta-
mientos con la policía, quien disparaba
gases lacrimógenos a la multitud.
El Museo del Mar fue otro ícono de la
loma (Colón esq. Viamonte) entre los
años 2000 y 2012. Aquí se exponía la co-
lección de caracoles de Benjamín Sister-
na, otro de los socios fundadores de la
marca Havanna.
Más allá del centro, Colón sumó una vi-
da comercial importante hasta la aveni-
da Champagnat incorporando los ba-
rrios de la periferia. Sin embargo, el con-
traste en las construcciones es patente
en tanto cerca del mar se inauguraron
nuevos edificios en los últimos años en
una impronta posmoderna y se emplazó
el complejo Varese en una intervención
Así lucía hace un siglo la loma de Colón. Villa Ortiz Basualdo, hoy Museo Municipal Castagnino, es una de las pocas obras arquitectónicas de la época que se conserva. en la costa que armoniza con el paisaje de
los arquitectos Zak y Solla (2013). Final-
contrafrente se vendieran en ese enton- tes a la costa, estuvieron amparadas años dorados de Mar del Plata. Veamos mente, en 2023 se inauguró la sede del
ces con vistas al mar. por algunas reglamentaciones efíme- qué aconteció. En 1965 Curzio Benedet- Intema, instituto de doble dependencia
En las décadas de 1940, 1950, 1960 y ras, por lo que el crecimiento de esa zona ti junto a su esposa Franca compraron entre el Conicet y la Universidad Nacio-
1970 las extensas propiedades de los an- fue bastante desparejo. Así, en lo más un imponente chalet construido por nal de Mar del Plata, en Colón 10850.
tiguos visitantes fueron subdivididas y alto de la loma quedaron algunos edifi- Alula Baldassarini (1928) en la esquina Solitaria en invierno y promiscua en
removidas. En su lugar aparecieron par- cios de la primera hora, junto a una sede Bv. Marítimo frente al mar. Tío Cur- verano, la avenida Colón merece un lugar
celas urbanas y pequeñas unidades de rie de chalets bajos y estructuras poste- zio se convirtió en un emblema de la ciu- destacado en nuestra historia. Cobija la
vivienda apiladas unas sobre otras don- riores muy asimétricas. dad desde entonces. nostalgia e imagina proyectos a futuro.
de podían caber nuevos moradores. En la A fines de esa década, se colocaron una Su identidad es el cambio constante n
fiebre del recambio, era más preciado lo Los edificios torre
nuevo que lo viejo. La ciudad nueva, más
popular, y no la villa oligárquica, de De esa época datan los edificios torre
otros, demostraba el ascenso social y sig- de más de cien metros como el Palacio
nificaba trabajo para todos, argumenta- Cosmos (“Pepsi”) en la esquina de Colón
ban los intendentes. De hecho, la imagen y Sarmiento, desarrollado por la empre-
de cientos de bicicletas retornando a sus sa Delco de Demetrio Elíades -uno de los
casas en horas de la tarde por la avenida dueños de los famosos alfajores Havan-
Colón reclama un lugar predilecto en la na- y uno de los arquitectos que más tra-
memoria de los marplatenses. bajó en la época como Juan Dompé.
Desde entonces la avenida se convirtió Los reyes de la construcción de edifi-
en el símbolo del crecimiento, del negocio cios en la ciudad, Nicolás Dazeo y Ma-
y la especulación. En veinte cuadras se nuel Veramendi, fundaron el hotel “Dos
plasmó la Mar del Plata vertical: la co- Reyes” (Colón 2129) como un autohome-
lumna vertebral de la propiedad hori- naje de la intensa actividad desplegada
zontal. A ambos márgenes se levantó un en esos años. En el crecimiento vertical
corredor edilicio polícromo conformando de la avenida también contribuyeron
una imagen similar a la California Stre- otros empresarios como Domingo Fio-
et de San Francisco (Estados Unidos). rentini (edificios Eiffel), Scheggia Hnos.,
Hasta la calle Güemes se forjó una lí- Ing. Soprano Galea, arq. Natalio Shulz,
nea de continuidad en vertical. Mien- Ballerio Hnos. y Maral Inmobiliaria.
tras que las últimas cuadras, adyacen- Se dice que los años sesenta fueron los Década del ‘70. El boom edilicio ya se había adueñado de la avenida. En veinte cuadras se plasmó “la Mar del Plata vertical”.
El sur empezó a existir en Playa Grande
Playa Grande en la década del ‘30, con sus instalaciones de madera que fueron removidas en 1938 para ser reemplazadas por el actual complejo balneario.
P
laya Grande floreció en la década del Playa Grande se desarrolló como balneario al promediar la década
‘20 por múltiples causas, incluyendo
la migración hacia el sur que el patri- del ‘20. Fue el receptor del turismo pudiente que empezaba a
ciado porteño había iniciado a principios abandonar el enclave céntrico. El presidente Alvear fue uno de sus
del siglo con la construcción de sus residen- pioneros y precursores.
cias en las lomas de Colón y de Stella Maris.
En 1915, mientras la obra del puerto se
hallaba en su etapa inicial, llegó a Playa naba desde 1881, desmerecía esa proyec- gendario Alula Baldassarini.
Grande la “Explanada Sur”, un paseo que ción inmobiliaria, de modo que la necrópo- A Alvear, con su afición por la pesca y la
comenzaba en el Torreón y se extendía por lis fue cerrada en 1912 y trasladada a te- natación, se le adjudica ser un bañista pio-
la parte superior de la barranca, es decir, la rrenos inundables de Tres Arroyos y Alva- nero y convocante en Playa Grande. Hay El presidente Marcelo Torcuato de Alvear, uno de los
actual avenida Patricio Peralta Ramos. rado. fotos que lo muestran allí con malla enteri- precursores del balneario, junto a su ministro de
Fue, sin dudas, una obra de urbaniza- La inauguración en 1926 del edificio del za, bata y bucket hats (en jerga criolla, go- Guerra, Agustín P. Justo.
ción que favoreció al sector, donde despun- Golf Club fue otro espaldarazo para Playa rro Piluso).
taba un proyecto inmobiliario de Pedro Grande. Paralelamente, el presidente En el nuevo balneario florecieron res- cuando el arquitecto Alejandro Bustillo,
Olegario Luro -hijo del propulsor de la ciu- Marcelo Torcuato de Alvear estrenaba taurantes, clubes, hoteles y dependencias artífice de las monumentales obras impul-
dad- que había adquirido en 1909 una frente al golf -en Aristóbulo del Valle e In- de servicios -todas construidas en madera- sadas por el gobernador Manuel Fresco,
veintena de manzanas cuyo loteo promo- fanta Isabel (hoy Formosa)- una residen- con el Ocean y el Yatch Club identificando levantó allí el complejo de estilo funciona-
vió los primeros chalets de la zona. cia de veraneo ya demolida (Villa Regina, el perfil social de sus concurrentes. lista-náutico que forma parte de la actual
El Cementerio de la Loma, que funcio- en honor a su esposa), construida por el le- El sector cambió su fisonomía en 1938 postal de la ciudad l
Una obra monumental que cambió el perfil de la ciudad
El puerto, la mayor epopeya en

la historia de Mar del Plata
El puerto es la obra de mayor magnitud e impacto socioeconómico en la historia marplatense.
Su largo y trabajoso proceso comenzó en 1909 con la aprobación de la ley que posibilitó su
construcción y culminó en 1922 con la primera descarga de 3.000 kilos de mercadería en sus
muelles. Valiosas fotos históricas grafican aquella epopeya.
Comienzo de la construcción de la escollera sur y armado de la grúa Titán, que levantaba y ubicaba los grandes bloques de hormigón y piedra. A la derecha, los vagones que transportaban el material. La monumental obra fue
realizada por la Societé Nationale de Travaux Publics de París que venía de construir el puerto de Montevideo.
La piedra para la construcción de los bloques fue extraída por cientos de operarios de las canteras del puerto. La Construcción de la escollera sur. Dos hombres que lucen diminutos sobre los inmensos bloques grafican la
tarea demandó la instalación de un trazado de vías y el empleo de pequeñas locomotoras. magnitud de la obra. Esta foto documental fue tomada desde lo alto de una de las grúas Titán.
Antigua foto de la “Casa Francesa”, que subsiste en 12 de Octubre y Avenida de los Trabajadores, donde se alojaron los ingenieros que construyeron el puerto de Mar del Plata. Foto del álbum de Charles Marion, ingeniero francés
que se desempeñó en Mar del Plata. Remitida a LA CAPITAL por su bisnieto, Jan Olsen, desde Copenhague.
Una multitud reunida en torno a la magnífica obra. Sobre la escollera, una de las grúas Titán empleadas para la ubicación de los bloques y los vagones utilizados para trasladarlos desde la cercana planta donde los fabricaban.
Foto: familia Marion.
“Mar del Plata tiene de Constantinopla la heterogénea confusión de sus barrios adversos”, escribía Soiza Reilly en 1930, al describir el puerto, cuyas viviendas comparó con “escenografías del far west”.
Juan José de Soiza Reilly
El escritor olvidado y su mirada

distinta de la antigua Mar del Plata
Fue corresponsal en la Primera
Guerra. Entrevistó a grandes
figuras mundiales. Precursor
de la ciencia ficción en América
del Sur, gozó de gran
popularidad y cayó en el olvido.
Durante años cubrió las
temporadas marplatenses para
Caras y Caretas. Dejó una
mirada distinta de nuestros
barrios y describió la
disparidad social.
“M
ar del Plata se parece a
Constantinopla. No se pare-
ce en nada, ya lo sé, pero a mí
me parece que se le parece. La primera
vez que visité Constantinopla me dio la
impresión de una enorme ciudad cons-
truida por un artista, con retazos de
pueblos comprados en remate. Junto a

un barrio suntuoso de palacetes bizan-
tinos, se arrastra un pueblo sucio, sórdi-
do, de perros mendigos y de mendigos
perros…”. “Mar del Plata tiene de Cons-
tantinopla la heterogénea confusión de
sus barrios adversos”.
Estos fragmentos pertenecen a un ar-
tículo publicado por Caras y Caretas el
22 de febrero de 1930. Su autor fue el es-
critor, periodista y docente Juan José de
Soiza Reilly (1880-1959), quien gozó de
gran popularidad pero luego desapare-
ció del cosmos de las reediciones, las bi-
bliotecas y la transmisión cultural. Hay
quienes hablan de un silencio forzado
que recayó sobre él por haberse desem-
peñado como director provincial de Bi-
bliotecas Populares durante el gobierno
peronista de Domingo Mercante.
Los especialistas que intentan resca-
tar su obra -conformada por 42 libros,
en su mayoría, ediciones económicas
que se vendían en kioscos- lo consideran
un “escritor inclasificable” que introdu-
jo la ciencia ficción en América del Sur.
Aportó novedosas técnicas a la entre-
vista y el reportaje y fue precursor del
periodismo radial, acuñando frases co-
mo “se me pasó el cuarto de hora”, con la
que remataba un micro de quince minu-
tos que gozaba de gran popularidad.
Su descubridor fue José S. Álvarez
(“Fray Mocho”), quien lo llevó a trabajar
en la revista Caras y Caretas. Se desem-
peñó desde entonces en los principales
medios nacionales y fue corresponsal de
La Nación en la Primera Guerra Mun-
dial. Durmió en las trincheras, cubrió la
extensa y cruenta batalla de Verdún e
impuso a sus crónicas una mirada anti-
belicista: “Los soldados al morir no de-
claman frases de tragedia. Lloran y se
quejan. ¿Queréis que os diga más? Ni si-
quiera se acuerdan de la patria. Casi to-
dos, con el último suspiro exhalan el
nombre de la madre, de la mujer o de los Foto que ilustró el artículo de Soiza Reilly en el barrio
hijos…”. Puerto. “Vendedor de brillantes a cinco centavos”. La
Durante sus viajes por Europa, entre- inscripción sobre la imagen corresponde al trabajo de
vistó a Miguel de Unamuno, Anatole edición en Caras y Caretas.
France, Pablo Picasso, a los reyes de Ita-
lia y de Francia y al papa Pío X, entre
otros. Lo propio hizo con los más famo- Soiza Reilly en Europa entrevistando
sos criminales de su época: Mateo al gran Pablo Picasso.
Banks y Cayetano Santos Godino, “El
Petiso Orejudo”, en Ushuaia. cosmopolitas con su tráfico mixto de Pa-
Su temática y su estilo signaron la seo de Julio”, el centro “con sus edificios
obra de Roberto Arlt, quien en 1917 o de hoteles de lujo y con sus palacios de
1918, siendo “un adolescente mal vesti- bancos temibles”. Y finalmente, “el ba-
do” lo visitó por sorpresa en su casa para rrio trágico del puerto -’far west’ de pes-
entregarle un cuento lleno de palabras cadores- con su hacinamiento de chozas
raras. “Leo siempre lo suyo. Hay cuen- de madera y de lata, con su pobreza
tos que me los sé de memoria”, dijo Arlt, franciscana, con sus perros piscívoros,
que empezó a recitar uno de sus textos. con su melancolía de pueblo enlutado de
Soiza Reilly lo interrumpió, recibió el continuo por la tragedia de los pescado-
cuento y le dijo: “Si me gusta, lo publica- res que cayeron en el vientre del mar...”.
ré en Revista Popular”, una edición que Deplorado por el establishment cultu-
dirigía y que se fundió pocos meses des- ral de su época, la crítica lo acribilló has-
pués. ta por su profusión de puntos suspensi-
Arlt colgó la publicación con cuatro vos. Soiza Reilly, el escritor olvidado,
clavos en su cuarto y agradeció por les respondió con una premonición:
siempre a quien difundió su primera “Mis frases acaban en puntos suspensi-
obra: “Yo no me he olvidado nunca de vos. No son, como dijo algún crítico esté-
Soiza Reilly. Fue la primera mano gene- ril, caprichos de la tipografía. Terminan
rosa que me regaló la más extraordina- así, evaporándose, porque yo quiero ter-
ria alegría de mi adolescencia”, escribió minar así, como el humo…” l
en una de sus “Aguafuertes” en 1930.
En el verano de ese año, Soiza Reilly
cubrió la temporada marplatense para
Caras y Caretas y, yendo más lejos de
las convenciones periodísticas de la épo-
ca, descubrió realidades contrastantes,
por ejemplo: “El barrio sangre azul de la
Loma, con sus chalets fantásticos, hete-
róclitos, ideados por arquitectos de la
Luna, con sus jardines tipo ‘niño bien’,
peinados con gomina”. También “el ba-
rrio popular de La Perla, con sus casitas
en piyama, con sus hogares repletos de
niños que juegan a gritos y de madres
que dan la mamadera”, las “ramblas
Punta Mogotes, la playa que

nació en una antigua cantera
ta fueron hechos con piedras obteni- “Punta Mogotes”. Fue uno de los esta- ria fue explotado por sucesivos conce-
Los orígenes turísticos de Punta das allí. blecimientos precursores del sector y sionarios y estuvo en pie hasta la déca-
Mogotes nos remontan a una Aquellas tierras pertenecían a la fa- tuvo una escenografía singular en me- da del ’70. Ganado por el abandono, ad-
antigua cantera que funcionó milia Peralta Ramos que las cedió a la dio de un paisaje agreste, junto a la alta quirió una extraña atmósfera de pueblo
provincia para la explotación de una chimenea y las dependencias anexas de fantasma, hasta que la provincia deci-
en su extremo sur y se cantera, que quedó a cargo de Luis la calera. dió suspender las concesiones y borrar
reconvirtió en balneario Gamba. El nombre coincide con el de Ese olvidado bastión de nuestra histo- con una demolición todo su pasado l
mediante el empleo de sus uno de los constructores italianos que
trabajaron en la mencionada catedral.
antiguas instalaciones. “La Cantera de Gamba” albergó tam-
bién un horno para la producción de cal
mediante el calcinamiento del mineral
E
l paraje que hoy conocemos co- allí obtenido.
mo “Waikiki”, al sur del comple- ¿Cuándo y por qué dejó de operar el es-
jo balneario de Punta Mogotes, tablecimiento? Las fechas y los motivos
se llama en realidad “Punta Cantera”. son difusos, pero antiguas fotos nos per-
El origen del nombre es sencillo: des- miten saber que hacia la década del ’30,
de el siglo XIX se extrajo de esa zona quizás en forma paralela con las activi-
gran cantidad de piedra para la obra dades de la cantera en su etapa final, el
pública y privada no sólo de Mar del sector comenzó a ser explotado turísti-
Plata. Un ejemplo: los cimientos de la camente con un hotel y confitería que
catedral de La Plata al igual que las estaba ubicado sobre la playa y que se
columnas y revestimientos de su crip- llamó alternativamente “Gamba” y
Los restos de las antiguas construcciones que dieron origen al turismo en Punta Mogotes estuvieron en pie hasta
la década del 70.
Un suplemento Suplement
especi
o
10 de febreral
o
con el aporte
de 2024
Mar del Plata

fotográfico de
la comunidad
Las imagenes históricas que
ilustran este suplemento
forman parte del proyecto
Fotos de Familia del diario LA
CAPITAL, que reunió más de
12 mil documentos gráficos Aniversario
enviados por marplatenses y
turistas para conformar la
fototeca pública más
importante con que cuenta
la ciudad. Para esta edición,
empleamos material remitido por Enrique Mario Palacio,
Ignacio Iriarte, Carlos Alberto de Ada, José Alberto Lago,
Julián Mendozzi, Jorge Redondo, Zulema Blache, Horacio
De la Torre, Silvia Bonomi, Jan Olsen, César Nicolini,
Alberto Castillo y Raquel Facio.
Staff:
Realización y textos: Gustavo Visciarelli
Diseño gráfico y armado: Patricio Molina
Fotografías: Mauricio Arduin y Pablo Funes @dronmardelplata

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