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Sensores de La Piel: Hoja Informativa

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Hoja informativa

Sensores de la piel
En general, la piel se puede subdividir en
tres capas:
 La epidermis
 La dermis
 La tela subcutánea

Las terminaciones nerviosas y los corpúscu-


los que dan la sensación de dolor, presión o
temperatura se encuentran siempre en de-
terminadas capas de la piel.

① Receptor de dolor (terminaciones nerviosas


libres)
② Corpúsculo táctil de Meissner
③ Receptor de calor
④ Receptor de frío
⑤ Receptor de vibración (corpúsculo de Vater-
Pacini)
⑥ Fibras nerviosas conductoras de excitación

Terminaciones nerviosas libres


Responden a estímulos generados por el dolor, picor y cosquilleo. Dado que la sensación de dolor
es vital para la supervivencia, estas terminaciones nerviosas llegan hasta la epidermis, a fin de
que el ser humano sienta lo más posible cada sensación de dolor. En un centímetro cuadrado hay
hasta 170 de esas terminaciones nerviosas. Esto explica la razón de que aparte de las zonas en
las que hay callosidades gruesas no haya zonas de la piel que no sientan el dolor en la superficie.
En cambio, en las zonas insensibles al dolor a nivel superficial hay receptores situados a mayor
profundidad que dan la sensación de sustancias que se liberan al dañarse los tejidos.

Corpúsculos táctiles de Meissner


Responden a los cambios de presión y, por lo tanto, al contacto y a las fuerzas de corte. Están
presentes especialmente en las yemas de los dedos y en la mucosa bucal, es decir, en lugares en
los que se produce la primera comprobación de objetos y sustancias del entorno. Por otro lado,
presentan menor densidad en la zona de la espalda. Los corpúsculos de Meissner proporcionan
información sobre las propiedades superficiales de los objetos. Existen otros corpúsculos táctiles.

© Siemens Stiftung 2019. Contenido licenciado bajo CC BY-SA 4.0 internacional Página 1 de 2
Hoja informativa

Receptores de calor
Están presentes en la dermis. Reaccionan a los aumentos de temperatura y, por lo tanto, tiene
parte en la percepción del calor. En el dorso de la mano existen en promedio menos de una vez
por centímetro cuadrado. En general, son mucho más escasos que los receptores de frío.

Receptores de frío
También están presentes en la parte superior de la dermis y son responsables de la sensación de
frío. A diferencia de un termómetro, no miden la temperatura en términos absolutos sino las dife-
rencias de temperatura. Reaccionan con temperaturas descendentes y desencadenan la sensa-
ción de frío. Alcanzan la máxima sensibilidad a una temperatura exterior de aprox. 25 °C. Están
presentes hasta 8 veces por centímetro cuadrado en el dorso de la mano y hasta 20 veces por
cm2 en la lengua.

Receptores de vibración (corpúsculos de Vater-Pacini)


Intervienen en la percepción de las vibraciones rápidas y reaccionan a los cambios en la forma de
la piel. Están presentes, en general, en la capa que se encuentra entre la dermis y la tela subcu-
tánea.

Codificación de la frecuencia de las señales nerviosas


Los dos receptores de temperatura envían constantemente impulsos al cerebro. Para ello, los re-
ceptores correspondientes envían un impulso a las dendritas (“prolongaciones protoplásmicas de
la neurona”) de la siguiente neurona. A través del cuerpo celular, el impulso se traslada al axón
que lo transmite a los bulbos terminales de la neurona. De allí una sustancia portadora transmite
el impulso a la neurona vecina. De esta forma se lleva la información al cerebro.
La frecuencia de los impulsos depende de la temperatura. Mediante los estímulos de frío y calor,
los receptores de calor y de frío modifican la frecuencia de los impulsos: Los receptores de frío
liberan más potencial de acción por unidad de tiempo a medida que la temperatura disminuye. Los
receptores de calor lo hacen a la inversa, es decir, dan más potenciales de acción cuando aumen-
ta la temperatura. Después de un cierto tiempo las frecuencias de los potenciales de acción de los
receptores de frío y calor se adaptan a la temperatura exterior. Se vuelve a notar un cambio de
temperatura sólo si la misma vuelve a cambiar. Se dan nuevamente más potenciales de acción y
los receptores de la “mano caliente” dan la sensación de agua más fría, los de la “mano fría” dan
la sensación de agua más caliente.

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