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Musica y Musicos en Queretaro Siglos XIX
Musica y Musicos en Queretaro Siglos XIX
Musica y Musicos en Queretaro Siglos XIX
(siglos XIX-XXI)
Universidad Autónoma
de Querétaro
Universidad Autónoma de Querétaro
Directorio institucional
Presentación 7
La música, como un producto del hombre, puede ser historiada y, desde la mirada
de la Nueva Historia, a través de ella se puede dar cuenta no sólo de los autores y las
obras, sino sobre todo del espíritu –por utilizar un término voltaireano– de una época.
El trabajo que ahora presentamos a los lectores surgió de una inquietud que pasó
de ser personal a grupal. Tal inquietud apareció con la revisión del periódico oficial
La Sombra de Arteaga, fuente documental importantísima para dar cuenta no sólo de
la vida política de la entidad, sino también para recuperar la historia de una sociedad
en el tiempo, de sus gustos y disgustos, de sus pasatiempos y preocupaciones, de sus
conflictos y las maneras de resolverlos y presentarse ante los otros. Revisando esta
fuente, aparecían constantemente los eventos de carácter social en donde la música
ocupaba un lugar importante. A partir de esta observación fue que comenzamos a
trabajar en un intento por recuperar a los músicos y la música que se ejecutaba e
incluso que se producía. En este proceso, surgieron una serie de preguntas que si
bien nos planteamos para el trabajo de Música y músicos en Querétaro en el Porfi-
riato (1870-1910), podían aplicarse a otras temporalidades e incluso a otros espacios.
Tales preguntas guías fueron: ¿quiénes eran los músicos que estuvieron activos en
Querétaro en este tiempo?, ¿cómo fue su formación musical?, ¿qué música era la que
se escuchaba?, ¿qué sentido se otorgaba a la música en la vida cotidiana? Responder
estas preguntas nos llevó al análisis de la fuente y a la búsqueda de otras fuentes en
las que pudiéramos encontrar mayor información.
Después, consideramos que valdría la pena ampliar la investigación a otros es-
pacios y a otros tiempos pues, si bien es cierto que existen ya publicados algunos
artículos que hacen referencia a músicos, instituciones educativas, instrumentos,
constructores de instrumentos, etc., estos trabajos aparecen aislados y siguen siendo
más de carácter anecdótico.
Con esta idea en mente, hicimos la invitación a algunos investigadores que han
trabajado el tema de la música para que contribuyeran a esta obra. A la invitación
respondieron algunos compañeros, tal es el caso de Sergio Rivera Magos y Jesús
Galindo Cáceres, quienes, desde la Comunicación, plantearon nuevas miradas para
estudiar la música. Sergio Rivera propuso para este primer acercamiento un trabajo
sobre la escena de la trova en Querétaro. Su trabajo, pionero en muchos sentidos,
aborda desde tres dimensiones la escena de la trova: lo local, lo translocal y lo virtual.
Rivera nos muestra, de forma muy clara y amena, la forma en que lo local, lo trans-
local y lo virtual su superponen para poder entender cómo los autores, intérpretes y
públicos construyen redes e interactúan en torno a la música que los aglutina. Por su
parte, Jesús Galindo Cáceres, desde la perspectiva de la Ingeniería en Comunicación
Social, brinda una serie de apuntes sobre el jazz en Querétaro, llevándonos desde un
pasado ubicado en la tradición en donde el jazz no existe a un presente moderno en
donde dicho género está insertándose en la vida cotidiana como una alternativa más
de la oferta musical. Otro investigador que respondió, y que merece la pena destacar-
se pues cuando escribió su colaboración aún era estudiante de la Licenciatura en So-
Presentación • 9
La historia de Querétaro aún está por construirse. Si bien es cierto que en los últimos
años la producción académica en el área se ha incrementado sustancialmente, tam-
bién es cierto que aún queda mucho por hacer, pues existen temáticas prácticamente
inexploradas. Este es el caso de la música y los músicos. Al respecto, existen algunas
referencias a músicos queretanos notables (como Guadalupe Velázquez, Cirilo Cone-
jo Roldán y Agustín González) en las notas biográficas escritas por Díaz (1977). Sin
embargo, aún hay cosas que no se han estudiado, tales como su formación, su produc-
ción y su legado. Eduardo Núñez elaboró como tesis de maestría un estudio acerca de
la música sacra en el Querétaro colonial (Núñez, 2009); por otro lado, en la obra El
Teatro de la República (Ramírez, 1975) el autor presenta, en relación con el edificio,
algunas actividades relacionadas con música y músicos. En El Heraldo de Navidad
también han aparecido algunos artículos relacionados con el tema, destacándose entre
ellos el de Vega (2009) sobre las cajas de órganos tubulares en Querétaro, en donde
hace una descripción de los órganos existentes en los principales templos quereta-
nos. Por su parte, Olvera (2002) hace una breve reseña de la historia de la Banda de
Música del Estado de Querétaro; sin embargo, no incluye la época que abordamos en
este estudio. Loarca (1991) da cuenta del primer centenario de la Escuela de Música
Sacra, haciendo un breve recorrido sobre las causas de su fundación y sus primeros
directores y alumnos. El mismo autor (1981) presenta una síntesis de 450 años de
* Una primera versión de este trabajo fue presentada en el Seminario Permanente de Historia de la Mú-
sica en México en 2011. Después, se siguió trabajando y una parte sobre las mujeres músicas se publicó en
2016. Esto que hoy se presenta es el resultado de este acercamiento a la Historia de la Música en Querétaro.
12 • Oliva Solís Hernández
música en Querétaro. Dado que es una síntesis, pasa casi de largo por el periodo en
estudio, mencionando solamente a los músicos consagrados al canto litúrgico. Servín
(1991), por su parte, reseña de forma breve la manera en que se formó la Estudiantina
de la Universidad Autónoma de Querétaro y su primera presentación. Perea (1996) da
cuenta, también de manera muy breve, de cómo se formó la comisión de música litúr-
gica para el cincuenta aniversario de la coronación de la Virgen del Pueblito. Nombra
también la música seleccionada y los coros que participaron, pero, de nueva cuenta, la
temporalidad del suceso cae fuera de la de nuestro trabajo. García (1993) rescata la fi-
gura de Ángela Peralta, haciendo algunas anotaciones biográficas sobre su formación
y trayectoria artística. Hernández Chavela (1993) presenta algunas reflexiones sobre
el papel del “maestro de capilla” en el siglo xviii y plantea que estas obligaciones si-
guen vigentes, no abunda en datos específicos sobre maestros de capilla en particular.
Más recientemente, Núñez (2015) publicó un libro sobre los maestros de capilla en
Querétaro, aportando algunos datos biográficos sobre maestros queretanos que han
fungido como “maestros de capilla”.
Para esta investigación, abordaremos el estudio de la música y los músicos en Que-
rétaro durante el Porfiriato (1870-1910).1 Haremos el estudio desde la perspectiva de
la historia social (Burke, 2003) y, más específicamente, de la historia de la vida coti-
diana (Gonzalbo, 2005). Tal perspectiva nos interesa porque nos permite acercarnos
al pasado desde otra perspectiva, con otra mirada, la cual hace visibles a los hombres
comunes y no sólo a los grandes músicos o a los grandes intérpretes. Las fuentes para
realizar este trabajo son el periódico oficial La Sombra de Arteaga y otros textos que
dan cuenta del acontecer cotidiano, tales como las Efemérides Queretanas,2 de José
Rodríguez, y las notas biográficas de Valentín Frías.
El trabajo está estructurado en tres partes: en la primera hacemos una breve descrip-
ción tanto de la ciudad de Querétaro, principal centro urbano del estado de Querétaro,
como de su población, para construir un contexto social que nos permita dimensionar
el fenómeno de estudio; en el segundo apartado exploramos el papel de la música
en la vida cotidiana de los queretanos, lo que nos la muestra como instrumento de
diferenciación social; la tercera parte habla de la música y los músicos, haciendo refe-
rencia al tipo de obras que se escuchaban, los autores, los géneros, los intérpretes, las
compañías; finalmente, presentamos algunas reflexiones a manera de conclusiones.
1 Si bien el Porfiriato se inicia en 1876, para los fines de este trabajo, dado que contamos con las fuentes
Sombra de Arteaga, en un periodo que va de 1870 a 1883, el cual corresponde al primer volumen. Dice el
autor que este periodo corresponde a una etapa “romántica”, pues sus redactores (Vieytez, Frías y Carrillo)
presentan un Querétaro y una sociedad muy exaltados.
Música y músicos durante el Porfiriato... • 13
Para algunos queretanos, el arribo de Porfirio Díaz al poder representó una época de
estabilidad, paz social y crecimiento económico, sobre todo si se contrastaba con lo
turbulento del periodo que le antecedió. Durante el gobierno de Díaz, en Querétaro
ejercieron el poder Antonio Gayón, Rafael Olvera y, fundamentalmente Francisco
González de Cosío. Los tres gobernantes tenían en común el interés no sólo por con-
solidar el crecimiento del estado, sino, sobre todo, garantizar un statu quo en el que
la propiedad privada fuera protegida y respetada. Con esta consigna, los hacendados
y los industriales recuperaron su antiguo lustre pues pudieron desempeñar sus activi-
dades sin contratiempos.
A lo largo del periodo porfirista, la fisonomía de la ciudad se transformó, pasando
de la visión lastimera de una ciudad devastada tras el sitio de 1867 a la de una ciu-
dad activa, vibrante. Esta imagen, consignada en La Guía del Viajero (Díaz, 1998),
sirve para mostrar a propios y extraños el progreso que vivía la entidad, el cual se
hizo patente con la llegada del ferrocarril y la Primera Exposición Industrial (1882),
organizada para celebrar tal hecho. Según esta descripción, la ciudad se destacaba
por su fábrica material, ponderándose sobre todo templos y conventos (cuyo número
le había permitido a Guillermo Prieto “Fidel” llamarla la levítica ciudad de tierra
adentro), casas civiles y modernas fábricas como las del señor Rubio. Nótase tam-
bién una intensa actividad comercial llevada a cabo en tiendas de ropa (nacional y
extranjera), mercerías, tiendas de abarrotes, vinaterías, dulcerías, pulquerías, ferrete-
rías, carnicerías, tiendas de sebo y todas aquellas necesarias para cubrir las necesida-
des de una población que, gracias al crecimiento económico, demandaba más y mejores
productos.
Durante el porfiriato, la economía local creció al expandirse la actividad industrial,
sobre todo la textilera, seguida de la minería (sobre todo en la Sierra Gorda) y otras
pequeñas industrias, como la eléctrica, los molinos y pequeñas fábricas entre las que
estaban las de jabón, velas de cera, cerillos, chocolaterías, cervecerías, fábricas de
aguardiente y demás. También creció la economía al generarse nuevos empleos, sobre
todo en la industria de la construcción, tanto de nuevos edificios (como el proyectado
para albergar a la Legislatura) como las mejoras materiales que se emprendieron
(incluyendo la construcción de mercados, la remodelación de escuelas y el hermo-
seamiento de plazas) o en la construcción de las vías del ferrocarril, el cual, a partir
de este momento, se convirtió en la palanca que detonó el progreso (Gutiérrez, 2008).
La educación se incrementó al crecer el número de escuelas (aunque siguió con-
centrándose fundamentalmente en San Juan del Río y Querétaro, las dos zonas ur-
banas del estado) y tratar de cambiar los métodos de enseñanza para modernizar la
educación y ponerla a la altura de las naciones más civilizadas. Sin embargo, pese al
14 • Oliva Solís Hernández
Los conflictos obreros, por su parte, también estuvieron presentes, aunque minimi-
zados. Las quejas en contra de las condiciones laborales en las fábricas de Rubio (El
Hércules, La Purísima y San Antonio) eran constantes, pues los salarios eran bajos;
los castigos, terribles, y las condiciones laborales, muy precarias.
De todas las quejas recibidas, pocos fueron los casos resueltos. Las autoridades
alegaban que se hacía lo que se podía para resolver las necesidades del pueblo, que
eran muchas, pero pocas veces tuvieron eco. En este contexto de desigualdad social,
económica y política, pero con un discurso oficial hegemónico que hacía aparecer
al estado de Querétaro como un espacio de orden y progreso, es que ubicaremos la
música, los músicos y las músicas que hemos podido recuperar para la historia.
El trabajo está estructurado en tres partes. En la primera mostramos cómo, desde
el discurso, la música se constituye en instrumento de diferenciación social. Lue-
go, damos cuenta de los músicos(as) que estuvieron activos en Querétaro en este
tiempo, las agrupaciones musicales que constituyeron y la música que se ejecutaba
y escuchaba en los distintos espacios y ocasiones y los lugares en Querétaro donde
podían proveerse de música. Finalmente, presentamos algunas reflexiones a modo de
conclusión.
La música es considerada como una de las Bellas Artes más universales, pues no se
requiere de mucha educación para caer cautivados por sus armonías. Para los quere-
tanos, la música ocupó un lugar muy importante, sobre todo para los pertenecientes a
la clase media y alta, pues la cultura fue un instrumento de diferenciación social. Las
diferencias podían verse de muchas formas: el espacio en el que se ejecutaba, el tipo
de música que se escuchaba, los usos que se le daban, etc. Durante el Porfiriato, en
Querétaro existieron dos teatros y varias plazas en donde se podía escuchar música: el
primero era el Gran Teatro Iturbide, escenario considerado de primera categoría para
albergar a los mejores artistas y, por supuesto, al mejor público. El otro teatro era el
de La Media Luna, el cual, según dice Frías (2005) estaba acondicionado para recibir
espectáculos como peleas de gallos, circo, representaciones teatrales y musicales.
Según Díaz, este teatro tenía capacidad para cerca de 500 personas. Estaba totalmente
hecho de madera y no muy bien acondicionado; era incómodo, pero “eso pasa con los
teatros que no son de primer orden” (1998: 101). A este teatro, por supuesto, acudía
un público de menores recursos, tanto económicos como culturales. De ello dan cuen-
ta tanto el periódico oficial como Díaz, al señalar que mientras el Gran Teatro Iturbide
lucía casi vacío en sus espectáculos, el de La Media Luna corría el riesgo de venirse
abajo por la cantidad de personas que acudían cada día a presenciar los espectáculos
que ahí se daban (Díaz, 1998: 101), los cuales, muchas veces, no eran edificantes.
Música y músicos durante el Porfiriato... • 17
Dado que la música era una forma de distinguirse, los queretanos consideran que
escuchar música de calidad (entendiendo por tal aquella que exige dominio técnico,
que eleva el espíritu y que se aleja de lo banal) puede hacer la diferencia entre los
hombres superiores y los inferiores. La superioridad, igualmente, se verá a través
del atuendo, los gustos, el refinamiento y las costumbres. En las notas consignadas
en el periódico oficial se afirma que la obra Don Juan Tenorio, presentada el día 18
de febrero 1877 por la Compañía de Dramas Escobar, fue considerada fuera de tem-
porada y el final “inmoral” por “la marcha muelle y amorosamente recostada en la
que se dirigen los amantes a la eternidad”. Sin embargo, el público de galería y pal-
cos segundos acudió en gran cantidad. Esta afirmación permite ver el criterio con el
que se juzga la calidad de una obra y cómo el aspecto moral es tan importante. Esto
mismo se puede ver en la nota que consignan sobre un baile. Dicen los cronistas: “Bo-
rrascoso resultó el baile de máscaras que se dio en La Media Luna [el día 26 de febre-
ro de 1877]. Hubo una riña terrible entre oficiales y uno terminó herido de gravedad”
(Rodríguez, 1970: 34). El tipo de baile, el lugar y los asistentes parecían presagiar
el desenlace. Por supuesto, acudir a este sitio no era recomendable para las buenas
familias queretanas. Una evidencia más nos la da otra nota del 15 de febrero de 1879:
“La Sra. Peralta y la señora Natali de Testa han contratado el Gran Teatro de Iturbide
para comenzar sus trabajos […] Las galerías estaban llenas, lo que prueba que el pue-
blo se ilustra al preferir el espectáculo de la Sra. Peralta al de la compañía Shumann
que se presentaba en el teatro de La Media Luna”. Con estos ejemplos podemos ver
cómo se juzga a los otros, a los diferentes, desde una posición de clase.
Las plazas donde se podía escuchar música eran, principalmente, el Jardín Zenea
y la Alameda, pero también se podían dar en la Plaza de la Fábrica o en el Portal de
Carmelitas, frente al Jardín Zenea.
En las plazas, lo más común eran las serenatas, para cuyo efecto se adornaban e
iluminaban prolíficamente los andadores. Las serenatas eran ofrecidas, algunas ve-
ces, por la música militar del Batallón de Querétaro y, otras, por las orquestas de la
ciudad, como la dirigida por los señores Landaverde y Encarnación Payén o la del
señor Gaytán o la de Valdovinos y Hernández, o las de la familia Aguilar, entre otras.
Cuando algún grupo estaba de visita, solía obsequiar a las señoritas de la ciudad con
una serenata. Tal fue el caso de la música que se tocó el 18 de enero de 1880 por el
4º de caballería del Ejército Federal, mismo que no tuvo mucho éxito debido al clima
(Rodríguez, 1973: 85).
Las serenatas eran tan bien acogidas por la población, que cualquier oportunidad
era buena para llevarlas a cabo. El 10 de septiembre de 1878 se anunció que habría
competencia de serenatas, pues dos buenas músicas de cuerda, las que dirigían los
señores Valdovinos y Hernández y Gaytán y Hernández, se propusieron competir
tocando “escogidas piezas de música” en el Jardín Zenea. Dado que el evento resultó
tan ameno, el redactor del periódico no dice quién fue el ganador, postergando su
veredicto para la siguiente ocasión. Para 1880 se anunciaba que se efectuarían dos
18 • Oliva Solís Hernández
serenatas por semana: en una tocaría la música del señor Gaytán y en la otra la del
Batallón de Querétaro (La Sombra de Arteaga, 26 de abril de 1880).
Para que las veladas resultaran más agradables, el 8 octubre de 1876 se dijo que la
prefectura había dispuesto que en las noches de serenata en el Jardín Zenea se susti-
tuyera “el sucio alumbrado de manteca por el de petróleo” (Rodríguez, 1973: 29). El
alumbrado de manteca, además de producir humo, emanaba un aroma muy fétido que
incomodaba a los presentes.
Las serenatas formaban también parte de las fiestas públicas. Éstas se organizaban
para conmemorar alguna fiesta cívica, destacándose la del 5 de febrero (fecha del
aniversario de la promulgación de la Constitución de 1857), la del 5 de mayo (día
de gloria para los ejércitos nacionales que lucharon contra el invasor francés y en las
que se llenó de gloria la figura del entonces presidente de México, don Porfirio Díaz)
y el 15 y 16 de septiembre (cumpleaños del presidente y aniversario del inicio del
movimiento de Independencia nacional).
En estas fechas, tanto el gobierno del Estado como los particulares participaban
en las solemnidades que incluían repique de campanas, alocuciones, poesías, fuegos
de artificio, jamaicas y música. La música estaba en el acto cívico (música militar)
y luego en las serenatas y los paseos. Estaba también en conciertos organizados ad
hoc y en celebraciones particulares. Así, para la fiesta del 15 septiembre de 1877,
se anunció un programa en el que se incluían las marchas “Juárez y Zaragoza”,5
“La Marsellesa”,6 el “Himno de Riego”7 y “Dios salve al rey”,8 concluyendo con
el Himno Nacional. Para el 16 también hubo serenata en el Jardín Zanea, y ya muy
entrada la noche se seguían escuchando las músicas que deambulaban por las calles
(Rodríguez, 1973: 66). En el programa de 1879 se anunció a María Jaime cantando un
aria de la ópera Lucrecia (“Come bello qual’incanto”), a Natalia Domínguez tocando
al piano unas variaciones de la ópera Lucía, a Paz Gómez Llata cantando un aria de
El trovador, a Cecilia Orozco un aria de Macbeth y un ensamble vocal ejecutando
piezas de Nabucodonosor.
Las serenatas podían ser también obsequiadas por particulares, como la que ofre-
cieron los señores Valdovinos y Rico en el Portal de Carmelitas el día 22 de mayo
de 1879.
Para la fiesta del 5 de mayo de 1903 se ejecutó en la serenata del Jardín Zenea un
programa compuesto por pasos dobles, valses, marchas y otras obras; por ejemplo,
el paso doble Patriotismo, de A. de la Teja; el vals Rosa María, de G. Varela; piezas
5
No encontré información respecto de esta marcha.
6
Es una marcha considerada como el Himno nacional de Francia. <http://es.wikipedia.org/wiki/La_
Marsellesa>, consultado el 21 de octubre de 2011.
7 Se conoce como Himno de Riego una marcha militar con acepto al pasodoble que se usó como himno
de Rigoletto (Verdi), Fausto (Gounod), La hija del tambor mayor (Offenbach), Ca-
vallería Rusticana (Mascagni), las danzas Enriqueta y María, de L.G. Araujo, y, por
supuesto, el Himno Nacional (Rodríguez, 1973c: 19).
Así pues, la presencia de la música es constante. La encontramos en todo tipo de
eventos: bodas, celebraciones varias (cumpleaños, onomásticos, aniversarios, recibi-
mientos, conmemoraciones) fiestas públicas y privadas o incluso en la muerte.
Por ejemplo, para el cumpleaños del gobernador del Estado, se estilaba darle se-
renatas u ofrecerle conciertos. Cuando el gobernador salía de viaje, al regreso, los
miembros de su gabinete y los caballeros más renombrados de la sociedad queretana
acudían a recibirlo a la garita (fuera de México o de Celaya). Ahí lo saludaban y luego
lo acompañaban hasta su domicilio, en donde ya los esperaba otro grupo de distingui-
das personas acompañados por la música. En junio de 1879 vino la música de Celaya,
dirigida por el profesor Francisco Navarro, a ofrecer una serenata en la que alternó
con el Batallón del Estado (Rodríguez, 1970: 69). El 14 de marzo de 1880 se ofreció
una serenata en el Jardín Zenea dedicada al gobernador por su regreso de la capital.
En fechas posteriores sucedió lo mismo.
Tales recepciones sólo eran prodigadas a personalidades muy reconocidas, como
fue el caso de “El Ruiseñor Mexicano”. En las ocasiones que la cantante estuvo en
Querétaro fue objeto de magníficos recibimientos. En enero de 1872 arribó por pri-
mera vez y fue muy aclamada. El 23 de mayo llegó por segunda vez la compañía de
20 • Oliva Solís Hernández
ópera de la señora Ángela Peralta. “Una multitud entusiasta le expresó sus afectos
con vivísimas manifestaciones, con alegres aires de música, acompañándola desde
la garita de Celaya hasta el Hotel del Águila Roja” (Rodríguez, 1970: 17). En 1879,
para recibirla, también acudieron sus admiradores a la garita. De ahí la acompañaron
hasta su hotel con gran pompa. La música del Batallón del Estado se colocó en el
patio del Hotel Hidalgo, que fue el de su hospedaje (La Sombra de Arteaga, 21 de
febrero de 1879).
Parecidas distinciones recibía el señor Esquivel, secretario de gobierno. El día de
su cumpleaños (28 de marzo) sus amigos le ofrecieron una tertulia. En ella cantaron
la señorita Jaime y los señores Pérez, Ballesteros y Chávez. Los acompañó la señorita
Sofía Rodríguez, Refugio González de Villaseñor y el señor Mosqueda (Rodríguez,
1970: 64).
Dentro de las fiestas que celebraban los particulares resaltan las de las familias
más “granadas” de la sociedad. El día 2 de febrero de 1878, el gobernador del Esta-
do, general Antonio Gayón, organizó, junto con otros caballeros, una gran tertulia a
la cual fue convidada la más selecta sociedad. La música no podía faltar. El baile se
inició con la formación de unas cuadrillas y después siguieron bailando otras piezas.
Dos excelentes orquestas se alternaron en la ejecución de la música, la de Celaya
y la de don Andrés Aguilar. Todavía a las cuatro de la mañana el baile continuaba con
la misma animación (a las doce hubo un intermedio para la cena). La fiesta terminó
a las cinco de la mañana con los acordes del Himno Nacional. Destacaban también,
según dejan consignado los cronistas, las fiestas de la familia Aguilar y las de la fa-
milia Bandera.
Otras fiestas eran las que se celebraban para conmemorar algo importante, como
fue el caso de la que se ofreció en honor de la niña Lolita Romano por haber termi-
nado el silabario. Se le coronó con azahares y se tocaron músicas, culminando con el
Himno Nacional (La Sombra de Arteaga, 21 de junio de 1878).
Para las celebraciones de carácter religioso también preparaban conciertos en va-
rias casas de la ciudad. Así, el día 30 de marzo de 1879 se anunció que, para el Viernes
de Dolores y la Semana Mayor, se estarían ensayando el Stabat Mater de Rossini9
y Las Siete Palabras de Mercadante,10 “cuya severa y clásica armonía es reputada
por los inteligentes como una de las mejores composiciones de música religiosa”
(Rodríguez, 1973: 64).
En las bodas la música tampoco faltaba. La consabida Marcha Nupcial de Men-
delssohn era de rigor y luego se podían incluir otras obras. En la boda de la señorita
Angelina de Vicente y Escoto con el señor licenciado don Luis González de Cosío
y Centeno (enero de 1903), el cuarteto de cuerda formado por los profesores José
Nieves Luna, Silverio L. Martínez, Julio Viderique y Cruz García de León, acompa-
9 <http://es.wikipedia.org/wiki/Gioachino_Rossini>.
10 <http://es.wikipedia.org/wiki/Saverio_Mercadante>.
Música y músicos durante el Porfiriato... • 21
ñados en el órgano por el profesor Agustín González, tocaron la Visión Op. 156 no. 5
de Rheinenberg, la Oración Op. 59 no. 3 de Cyrill Kistler y A la Chapelle Priérs de
Alfred Le Beau (Rodríguez, 1973c: 11).
En el caso de la muerte, la música era un complemento que daba el toque. Cuan-
do murió la esposa del gobernador, la señora Soledad Maldonado, la música que la
acompañó (tambores y clarines) iban a la sordina. Luego, se celebraron algunas vigi-
lias en Santa Clara “a toda orquesta, con lúgubres y tristes notas de Españoleto”. El
día 28 se celebró una misa en su memoria, presidida por el señor obispo. La orquesta
del señor Aguilar tocó de nueva cuenta las vigilias del Españoleto (Marín, 2010), las
cuales fueron cantadas por hábiles filarmónicos (La Sombra de Arteaga, 17 de marzo
de 1878). La misma obra fue ejecutada el día de la muerte de Fray José de la Soledad
(Rodríguez, 1970: 71).
Dado que las serenatas en el Jardín Zenea eran recurrentes, con motivo de la muer-
te del doctor León Covarrubias, ocurrida el 13 de octubre de 1878, el gobernador del
estado mandó suspenderlas temporalmente, ello en señal de duelo y como un acto de
respeto a la familia, pues su domicilio estaba frente al citado jardín.
De música y músicos
A partir de las fuentes consultadas, podemos dividir en dos categorías a los músicos
que estuvieron activos en Querétaro durante el periodo de estudio: los profesionales
y los aficionados. Los profesionales serían aquellos que viven de la música, los afi-
cionados son los que hacen de la música un pasatiempo. Los profesionales forman
agrupaciones más o menos sólidas, los aficionados se congregan conforme a las ne-
cesidades o intereses del momento. Los profesionales reciben una paga por sus servi-
cios, los aficionados se ofrecen como voluntarios para causas nobles.
Los profesionales
Entre los músicos profesionales podemos encontrar tanto orquestas como compañías
y bandas. Entre ellas destacan la banda dirigida por Jesús Murillo, la banda del Ba-
tallón de Tiradores de Querétaro, que aparece también como la banda del Batallón
de Querétaro, y la Banda de Rurales. Hacia finales del Porfiriato aparecen también la
Banda de Hércules (formada en 1903 por los hijos del señor Mariano Garibay, dirigi-
dos por el profesor Arnulfo García [Rodríguez, 1973c: 26]), la banda de El Pueblito
(dirigida por el profesor Lorenzo González, músico de la localidad y auspiciada por el
señor Reséndiz, propietario de la tienda La Concordia), la banda de Jalpan y la Banda
del Hospicio Vergara. Entre las orquestas encontramos la del Conservatorio, dirigida
por el señor Landaverde, la orquesta del señor Andrés Aguilar, la orquesta de Celaya,
la orquesta de cuerdas de Valdovinos y Hernández, la orquesta de cuerdas de Gaytán
22 • Oliva Solís Hernández
11 Fernández Caballero fue un notable impulsor de la zarzuela, teniendo el mérito de que una de sus
obras fue cantada por Farinelli. Viajó por América, donde obtuvo notables éxitos. Murió a principios
del siglo xx. <http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Fern%C3%A1ndez_Caballero>, consultado el 21 de
octubre de 2011.
12 Gatzambide fue uno de los grandes impulsores de la zarzuela y dirigió numerosas agrupaciones,
dando conciertos por toda España, Francia e incluso América Latina, pues en 1869 viajó a México, donde
dio una serie de conciertos. <http://es.wikipedia.org/wiki/Joaqu%C3%ADn_Gaztambide>, consultado el
21 de octubre de 2011.
13 <http://en.wikipedia.org/wiki/Francisco_Asenjo_Barbieri>.
Música y músicos durante el Porfiriato... • 23
en que figuran los artistas Labrada, Cabrera, las señoritas Meza y la señorita Carrión.
En agosto de 1877 se estrenó, en el Teatro de la Media Luna, una zarzuela con el
nombre de Las fiestas de La Cañada. Los principales acontecimientos de las fiestas
estuvieron “felizmente ridiculizados”. El título de la obra hace alusión a un paseo
típico de los queretanos de la época, pero no se menciona a los autores ni del libreto
ni de la música (Rodríguez, 1973).
Entre los músicos profesionales que actuaban de forma individual encontramos
al señor Ignacio Alarcón, quien se presentó el 31 de mayo de 1878, mostrando por
qué gozaba de merecida fama, pues se destacó su habilidad para tocar la guitarra y el
violín, ejecutando también algunas piezas con tres guitarras, “siendo verdaderamente
notable en estos ejercicios” (Rodríguez, 1970: 51).
Otras compañías, de menor envergadura, actuaban también por cortas tempora-
das en el Teatro de la Media Luna, montando, según dicen los cronistas, “pequeñas
operetas”.
Los aficionados
Para el caso de los músicos aficionados, sus actuaciones eran con fines benéficos. Ello
podría explicar por qué los relatos de sus presentaciones eran siempre tan halagüeños,
pues la sociedad queretana consideraba que la caridad era una virtud que debía ser
premiada y reconocida. Esto lo podemos ver en el caso de la velada que tuvo lugar el
día 20 de octubre de 1870 a beneficio del Hospital. En ella se presentaron acróbatas
voluntarios y la señorita Ana Dueñas, quien cantó, acompañada del señor Pérez, una
parte de La Traviata. Los cronistas señalaron que su ejecución había sido “con maes-
tría e inteligencia”. Lo mismo ocurrió en la velada del 17 de enero de 1879 en la casa
ubicada en el número 17 de la calle de Miraflores, convocada con objeto de obsequiar
una medalla dorada a los filarmónicos que cantaron en la distribución de premios del
Colegio de San Luis Gonzaga (Rodríguez, 1973).
En otras ocasiones, los músicos aficionados se reunían sólo para su solaz. El 11 de
noviembre de 1877 se representó en el teatro Iturbide la zarzuela Jugar con fuego por
un grupo de aficionados queretanos bajo la dirección del señor Jesús López, de quien
se afirma que ha formado escuela, distinguiéndose la señora Paz Gómez Llata de
Guevara como principal actriz, Clotilde Aguilar como pianista, Emilia B. de García
como “cantatriz de género selecto”, figurando en el elenco como cantantes los señores
Trinidad Escoto, Germán González, Vicente González, Vidal Escoto, Ernesto Castro,
Francisco Oñate, Andrés Hernández y otros más como violinistas. El 22 del mismo
mes, tras el éxito obtenido, se repitió la zarzuela. Se anunció luego otra para el domin-
go siguiente con la compañía de Jesús Guevara presentando Don Julián o Quiero ser
diputado. Para esta representación se anunciaron en el elenco los siguientes cantores:
tenor, Ignacio Guevara; bajo, el señor José Luna, y barítono, el señor Santoyo. Como
cantante estaba la señora Juana Arteaga (Rodríguez, 1970: 39).
24 • Oliva Solís Hernández
Las obras
Entre las obras que se presentaban en la ciudad destacan cuatro géneros: ópera, zar-
zuela, marchas y música sacra. Las obras pueden verse en el siguiente cuadro.
Cuadro 1
Obras ejecutadas en Querétaro durante el Porfiriato
Género Obra Autor Nacionalidad
El diablo en el poder Barbieri Español
Marina
Las hijas de Eva Gatzambide Español
El juicio final
Las fiestas de la Cañada desconocido
Jugar con fuego Barbieri Español
Zarzuela
Don Julián
Quiero ser diputado
Las nueve de la noche M. F. Caballero Español
El Juramento Gatzambide Español
Mis dos mujeres Barbieri Español
La Gallina Ciega Barbieri Español
Continúa...
Música y músicos durante el Porfiriato... • 25
14 Respecto de las estudiantinas para la época puede verse el trabajo de José Alfredo Silva Acosta en
Arlequín, de C. Chamide, la romanza Carmen, de Bizet, y el aria “Il Fier che avevi a
me tu dato”, cantada por el tenor Julio Viderique. Luego vino un quinteto de cuerda
que tocó En sourdine, de Telleman, y A la Húngara, de Schubert. Más tarde se inter-
pretó la Barcarola de Godard y el Quatour de clarinetes de Fr. Kuhlau, terminando
con el Himno Nacional. Todo el programa fue ejecutado con maestría y buen gusto,
“digno de escucharse por cualquier público culto” (Rodríguez, 1973c: 8).
En la fiesta ofrecida al senador Bernabé Loyola con motivo de su onomástico
se tocó un “selecto programa”: Sontine (F. Splinder), ejecutada a cuatro manos por
las niñas Herlinda y Lola Loyola y Fernández de Jaúregui; una Mazurca (Godard),
tocada por la niña Lola Loyola; luego el Moraima Capricho (C. de los Monteros),
con mandolina y guitarra, ejecutada por la señorita Albertina Terán y el profesor Cruz
García de León. Luego vino la “Primavera” de Hándel (sic), tocada con violoncello
y piano por los señores José y Alfonso Aguilar y Fuentes, luego el Viajero solitario
(Grieg), tocado por el señor Federico Loyola, más tarde la Rapsodia Húngara no. 2
(F. Listz), tocada con mandolina y guitarra de nueva cuenta por Albertina y el profesor
Cruz, el Vals Moskowaky, tocado al piano por el señor Fernando Loyola, luego Les
Puritains (Bellini), por un cuarteto de arco y piano. Se cantó también un aria de la
ópera La Bohemia, por el profesor Julio Viderique; para concluir, se montó una cha-
rada y un sainete. Como vemos, buena parte del programa fue ejecutado por la propia
familia, encontrando que entre ellos tocaban el piano u otros instrumentos, recitaban,
cantaban y hacían teatro. Otros miembros de la familia cantaron arias de otras óperas
fuera del programa, todos ellos con magistral ejecución (Rodríguez, 1973c: 89).
En otros eventos se tocaba otro tipo de música. El programa del paseo en La Ala-
meda del día 16 de septiembre de 1903 incluyó el Himno de la segunda reserva de
Luis G. Jordá, el paso doble El 23 de Mayo, de Manuel de la Presa (quien reciente-
mente se había presentado en el Teatro Iturbide), la mazurka Teresa, de J. Martínez,
la Polonesa, de Chopin, y otras piezas de óperas. Por la noche, en el Jardín Zenea se
tocó un himno patriótico de S. Robles, el paso doble Viva Zacatecas, de J. V. Cárde-
nas, el vals No puedo ir al baile, de la señorita J. Rodríguez Borja, la obertura Patria,
de Isaac Calderón, la marcha Tannhaüsser, de R. Wagner, y otras obras de Gounoud,
Espinosa, Meyerbeer y Sellenick (Rodríguez, 1973c: 33).
Como podemos ver, las obras que se ejecutan en las serenatas son más “populares”
e incluyen oberturas de diversas óperas, marchas, polkas, mazurkas, danzas españo-
las, pasos dobles, schottiesch,16 valses y fantasías.
Ahora bien, la música que se tocaba debía comprarse en algún lugar. En algunas
ocasiones, las partituras venían de la Ciudad de México; en otras, se podían comprar
en las sucursales establecidas por las casas distribuidoras en la propia localidad. Así,
para 1882 encontramos que la casa J. Rivera, Hijo y Cía., distribuía sus partituras
en la tienda que tenía el señor Celestino Díaz, asegurando que los precios eran los
mismos que en México. Más tarde, a comienzos del siglo xx, podían comprarse en la
Sucursal de Otto y Arzoz de México, la cual se estableció en la Calle de San Agustín
número 9, atendida por el señor Agustín Aguilar, uno de los músicos más reconocidos
de Querétaro (Rodríguez, 1973c: 77).
A manera de conclusiones
Referencias
Hemeroteca
La Sombra de Arteaga, periódico oficial del Gobierno del Estado de Querétaro (1876-
1910), Archivo Histórico de Querétaro.
Frías, V. Apuntes autobiográficos. Fondo Fernando Díaz Ramírez/Capilla Alfonsina/
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Internet
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Estadísticas Históricas de México, disponibles en <http://biblioteca.itam.mx/recur
sos/ehm.html#>.
MÚSICA Y MÚSICOS EN COLÓN, QUERÉTARO, 1800-1950
Dar cuenta de la música y los músicos colonenses a lo largo de la historia es una tarea
ardua. En este trabajo, nos proponemos presentar a los músicos y la música que se
produjo en este lugar enfatizando sólo en el siglo xix y la primera mitad del xx, ello
tanto por el avance mismo de la investigación, sustentada en fuentes documentales
y orales,1 como por el espacio que nos impone el ser capítulo de un libro. Para co-
menzar, haremos una brevísima relación de los antecedentes de la música en México,
Querétaro y la propia localidad. Luego, mostramos la música, músicos e instrumentos
que estuvieron vigentes durante el siglo xix y, en un tercer apartado, damos cuenta
de cómo se fue transformando y diversificando el musicanto en la primera mitad del
siglo que recién ha concluido.
Antecedentes
1 Agradezco a todas aquellas personas que con sus comunicaciones personales me han permitido re-
construir la historia de las diversas agrupaciones a las que hacemos mención en este trabajo.
34 • J. Jesús Solís de la Torre
con los recursos que la naturaleza les proporcionaba como madera, piedra, hueso,
semillas o cañutos de carrizo.
En los tres siglos durante los cuales gobernaron los españoles en Anáhuac y el
creciente territorio de la Nueva España, el gobierno procuró la cristianización de sus
vasallos indígenas con el costoso sistema de presidios militares y misiones religiosas.
Tal sistema favoreció el intercambio social y cultural que se manifestó en casi todos
los aspectos de la vida cotidiana. En cada presidio, misión y villa, el misionero forma-
ba la escuela en que los alumnos se enseñaban a leer, escribir, dibujar, solfear, cantar,
tañer y tocar diversos instrumentos, más otras expresiones de arte.
Los religiosos europeos de aquel siglo trajeron un adecuado repertorio musical
de la Iglesia romana y del popular o nacional de sus respectivas regiones. La música
enseñada a los naturales giró en torno a la liturgia sagrada, quedando integrada fun-
damentalmente por el canto de salmos y otras obras propias para la celebración de la
misa, procesiones, defunciones o fiestas solemnes.
En 1524, el flamenco fray Pedro de Gante, fundó en Texcoco su escuela de música.
Ahí formó músicos para la Iglesia. En el principio no avanzaron por diferencia de
lenguaje y falta de intérprete; no obstante, en poco tiempo entendieron e interpretaron
canto llano y órgano; pronto hubo cantores y compositores indios, españoles y mes-
tizos, quienes cantaron villancicos con cuatro voces en lengua náhuatl, en castellano
y en latín. En poco tiempo los niños de 12 años leían y escribían música, cantaban en
dos o más voces, tocando órgano o diversas flautas de palo concertadas como órgano
en Tlaxcala y en México. Por petición de frailes y de obispos, los reyes Carlos V y
Felipe II enviaron a tañer vihuela, sacabuche, chirimía y órgano.
Desde 1527, en la escuela fundada por fray Pedro de Gante construyeron guita-
rras, laúdes, arpas, rabeles, vihuelas, dulzainas, orlos, salterios, clavicordios, flautas,
bajos y timbales. En el mismo tiempo desarrollaron la música vocal polifónica con
partituras de P. L. Palestrina, T. L. de Vitoria, Antonio de Cabezón, Guerrero, Lasus
y otros maestros europeos.
En Nueva España fueron los frailes misioneros franciscanos, dominicos, agustinos
y jesuitas quienes difundieron la música europea hasta los pueblos y caseríos más
lejanos; donde estaba en ameno uso el canto llano y la polifonía que iba de la catedral
primada de México, Puebla, Oaxaca, Valladolid, Guadalajara, Durango y los grandes
monasterios de frailes.
Sin embargo, no toda la música que se oía en Nueva España era europea. Los
religiosos misioneros y doctrineros compusieron “autos sacramentales, misterios y
pastorelas” como recurso didáctico para la enseñanza del dogma y la moral cristiana.
Pese al estrecho vínculo que existe entre la música y la liturgia sagrada, hubo
también una notable producción, tanto extranjera como nacional, dedicada a temas
profanos.
Música y músicos en Colón, Querétaro... • 35
En la época media del siglo xix, las ciudades mexicanas oyeron, aplaudieron y
auspiciaron a los músicos y cantores románticos, quienes difundieron no sólo una
nueva sensibilidad, sino también el uso de nuevos instrumentos.
Durante la última cuarta parte del siglo xix y en la primera del xx, los músicos
mexicanos componían e interpretaban inspirados por franceses e italianos, pero se
ocuparon también en componer y ejecutar estilo nacionalista. En este último grupo
destaca el pianista Felipe Villanueva, con mazurcas, nocturnos, óperas y ecclesiae.
El pianista Ricardo Castro compuso conciertos de piano y orquesta, dos sinfonías y
algunas óperas hasta 1905. El violinista Juventino Rosas compuso valses, polkas,
mazurcas, chotis y danzones; Manuel María Ponce fue un pianista y compositor ins-
pirado en la música popular tradicional urbana, suburbana y rural de diversas regiones
mexicanas con el son zapateado en fandango, huapango, jarabe, balada y bolero.
En la ciudad de Querétaro, la piedad y misticismo de la religiosidad cristiana roma-
na auspiciaron la expresión musical en la voz humana e instrumental durante los tres
siglos del gobierno español y con el primero y medio de gobiernos mexicanos. Así se
expresó también en los pueblos de su jurisdicción, aunque sin el pulimiento urbano.
En la segunda mitad del siglo xix y primer cuarto del xx, el queretano don Valentín
Frías Frías escribió su serie de Tradiciones y Leyendas de Querétaro, en 66 artículos,
en los que hace algunas referencias a músicos y música en tal ciudad y sus regiones
comarcanas. Reseña que en algunos eventos había músicos tocando sus instrumentos
como parte de bandas militares, orquestas, como solistas en el ámbito doméstico,
en recintos religiosos o en protocolos oficiales. Había también coros de frailes, de
monjas, de niños o mixtos;2 nos dice que, en Querétaro, don Ignacio Mariano de las
Casas, en 1753, construyó el maravilloso órgano del templo de la Congregación; don
José María Suárez construyó el magnífico órgano del templo de San Felipe Neri en
1830 y su discípulo Vicente Cenil construyó uno para el coro de El Carmen;3 nombra
también maestros directores de coro, banda y orquesta, entre los que destacan Sierra,
Aguilar, Fuentes, Landaverde, Martínez, Sánchez, González y Velázquez. Menciona
también a la profesora Micaela Hernández. Dice asimismo que, entre el 14 de mayo
y el 20 de agosto de 1882, ocurrieron 16 conjuntos de músicos de todo el estado y
ofrecieron 20 conciertos. En su obra, Frías saca del olvido a los populares animadores
de fiestas como “el arpero” Pancho Francisco Silva y “el payaso” Miguel Segura.
Frías da cuenta de la fiesta popular con música de rústicos prácticos durante las
procesiones, velaciones y libaciones en suburbios y aldeas rurales.
Por contraste, relata la dedicación del obispo Rafael Sabás Camacho García en
Roma a ejercitarse en el canto gregoriano, y cuando, una vez nombrado Obispo de la
Diócesis de Querétaro, envió al Presbítero José Guadalupe Velázquez con el profesor
Agustín González a Ratisbona (Alemania) y a Roma (Italia) a estudiar y ejercitarse en
2 En la narración XCIII, serie II, refiere que en el coro de San Francisco, ante los frailes, un rayo mató
al fraile organista.
3 Narración LXVL, p. 225 y narración LXXXIV, p. 274.
36 • J. Jesús Solís de la Torre
En el centro occidental del territorio del actual estado de Querétaro, se ubica el pue-
blo de Colón, capital del municipio de idéntico nombre. Colón goza de excelente
atmósfera, temperatura y clima, suficiente agua y tierra que produce abundantes fru-
tos. Sus 60,000 habitantes son herederos de una historia mayor de cinco siglos. En
este espacio se han forjado y educado sus habitantes siendo artesanos, horticultores,
comerciantes, trajineros, y empleados rurales en el tetrasecular sistema de haciendas
particulares.
38 • J. Jesús Solís de la Torre
Mapa 1
Municipio de Colón, Querétaro
Querétaro N
W E
Municipios S
Colón Cadereyta
Querétaro de Montes
Corregidora Ezequiel
Montes
Pedro Tequisquiapan
Escobedo
Huimilpan San Juan del Río
Amealco
de Bonfil
En 1850, el alcalde Eleuterio Landaverde dijo que seis ciudadanos de este pueblo
eran músicos de oficio. Para el 28 de febrero de 1853, los músicos del entonces pue-
blo de Tolimanejo (antiguo nombre de Colón), firmaron ante el juez Pedro Ugalde
un convenio con el párroco bachiller José María Ordaz y León. Convinieron en que
los instrumentos de música que tocaban eran propiedad del Santísimo Sacramento y
ellos eran nada más ejecutantes; que en las “misas de renovación” tocarían sin cobrar
pago; que aportarían dos reales por cada peso que ganaran afuera del pueblo, para
fondo de reserva de la Compañía; que tocarían gratis en los regocijos y paseos de este
pueblo, en las fiestas nacionales, en retretas y revistas cuando la tropa de este lugar
estuviese en armas; que en el principio de cada año verían cuenta de logro y exis-
tencia del fondo. Nombraron también como su depositario al párroco o a persona de
confianza de él, pero obligado con sus bienes a garantizar seguridad; que el párroco
Música y músicos en Colón, Querétaro... • 39
sea el interventor “para que con su influencia se conserve esta música” y después sus
sucesores; ellos se obligaron a cumplir lo convenido y a someterse en caso de llegar
a ser compelidos por su interventor. Pidieron que el señor alcalde y el señor cura los
eximiese de contribuciones a la escuela, que el párroco actual y sucesores se obliguen
a no cobrar derechos por sepultar a difuntos miembros de la compañía; que el origi-
nal del presente convenio quedase en archivo del juzgado constitucional, una copia
en el del curato5 y otra copia para el de la propia compañía; en seguida nombraron
director de tal Compañía de Música de Tolimanejo a don Julián De León; músicos
que firman: Julián De León, Lorenzo Elías, Benito Mejía, Vicente Montoya, Cristóbal
Ontiveros, Vicente Mota, Magdaleno Aguillón, Juan Morales, Donaciano De León,
Anselmo Pérez, Serapio Pérez, Cruz Landaverde, José Montoya y Ladislao Álvarez.
El director Julián De León presentó firmado el siguiente inventario: oberturas:
Los Fígaros, una en Fa, una en Do, El Barbero, Margarita; duos: Semíramis, Lucre-
cia, Maumet, Los Caletos, Imalia y Desconsuelo; arias: La Sonámbula, Los Caletos,
Lucrecia, una en Sol, Pompeya; batallas: Jurauta, 15 de julio, Molinos del Rey; val-
ses: Flor de María, Rurania, Caricias de amor, Reo de muerte, Habanero, Deseo, La
Oriental, Defensores de las leyes, La Floresta, La China, El Destino, Recuerdo de
amistad, Bello sexo de Jalapa, Solitario, Cerro Gordo, Lucero; polkas: Página, Ma-
linche, Trirora, Dalia, Doña Blanca de Navarra, La Primera y La Segunda, La Baladir,
Las Criollas, Manzan, Bolas de Nieve; marchas: Desgraciada, Nacional primera y
segunda, y colección de doce pasos dobles: La Cracoviana, y uno en Sol; misas: De
Gómez y la de Chavarría, y presentó los instrumentos de música: dos trombones, dos
trompas marinas, tres bugles, dos clarines, siete clarinetes, un requinto, un octavino,
una tambora, un par de platillos y un redoblante.6
Un año después, el tesorero reportó once tocadas con que lograron $139.04, pero
que egresó igual cantidad entre mayo de 1853 y marzo 1854; tocadas que ejecutaron
en pueblos y lugares de la región comarcana hasta Santo Tomás, Tierra Blanca (Gua-
najuato) en la vertiente norte de la montaña de Zamorano.
En 1867, Cayetano Gutiérrez y Jesús Pájaro eran corneta de órdenes en la tercera
compañía del Segundo Batallón de Sierra Gorda, División de Mejía.
Otro asomo a músicos y música en 24 años en Colón y pueblos codistritenses lo
tenemos en el informe del prefecto Antonio María De la Llata, realizado los días del
19 de febrero al 9 de junio de 1881.
En cada pueblo encontró músicos entusiastas y estudiosos; 40 en Tolimán, 23 en
Peñamiller y 25 en Colón de música bélica “encaminados a la perfección”.
Otro dato lo tenemos como resultado de la primera exposición queretana agrícola,
tecnológica, industrial y mercantil en la ciudad de Querétaro en los días del 30 de abril
al 20 de agosto de 1882, de esto escribió el testigo Valentín Frías, quien señala que a
las 17:00 horas del día de la inauguración, tocaban 16 músicas que concurrieron de
todo el estado a esta fiesta y que, desde el 14 de mayo hasta la clausura de la expo,
tocaron la serie de 20 conciertos.7
Al respecto, la “Gacetilla” del semanario oficial del Estado de Querétaro La Som-
bra de Arteaga (año XV, número 15 del 25 de mayo de 1882) publica:
Tal semanario del mismo año en su número 17, del 23 de junio, publica que “Colón
y Tolimán, progresistas laboriosas localidades, demuestran regocijo público con mú-
sica”; en su página 199 señala que en la velada del 18 de junio las señoritas Trinidad
Mancilla con diez filarmónicas ejecutaron perfectamente sus piezas de programa, y
las damas María Jayme, Luisa Riquelme y Gómez Llata de Guevara cantaron per-
fectamente; en la página 200 publica que el honrado obrero queretano Don Manuel
Arcos8 es autor y constructor de hermosísimo, excelente y portátil instrumento musi-
cal nombrado “concertina”, construido con fondos ministrados por la asociación mu-
tualista “Esperanza”. La concertina en la exposición ha sido examinada y oída, tiene
voces de buen piano, luce en el salón de Industria, honra a su autor el señor Arcos, a
la culta sociedad “Esperanza” que ministró su construcción, y a Querétaro, porque es
instrumento muy superior a los del extranjero.
Así como el eximio maestro Braulio Rodríguez Granada, surgieron también en la
última referida década Federico Pérez y José Moreno “Chanito”; Jesús Hernández
Nieves, Jesús Cabrera Molina, Narciso Pérez y otros, quienes se iniciaron en estudio
teórico práctico de música con el maestro Miguel De la Torre Almaráz, quien formó
un coro mixto con adultos, adolescentes y niños. El maestro De la Torre los preparó
7
Narración LXII, serie I.
8
Don Manuel Arcos es autor constructor del órgano tubular que está en el coro del templo parroquial
de San Pedro Tolimán. Ahora le faltan trompetas horizontales y el mecanismo de registros original que le
cambiaron aproximadamente en 1910, cuando el curato del presbítero Alemán, pero funcionó hasta 1964,
durante el curato del presbítero Domingo Solís; el sucesor inmediato lo abandonó, pero allí está, esperando
restauración y mantenimiento. Es el órgano nuevo que vio el prefecto Antonio María De la Llata en 1881,
quien dice en su referida información: “el teclado y registro original estuvo atrás del armazón, allí está
el nuevo y la nomenclatura española, ejemplo: clarín claro, faviolete en octava, trecena nasarda, trecena
clara”; en los años cincuenta y los cuatro primeros de los sesenta del siglo xx sus organistas fueron: Juan
Ángeles y Hesiquio Hernández, quienes lograban bellos acordes y armoniosas ejecuciones auxiliados por
los fuellistas Priscilinao Bocanegra y Narciso De la Cruz. A mediados de 1964, también ejecutaron allí
los organistas coloneses: Rafael Moreno Pérez y Marciano De León Granados, porque don Hesiquio se
ausentó y don Juan se enfermó, y la intensidad del culto matinal y vesperal requería música en la iglesia.
En Colón, desde la última década del siglo xix, se formaron los músicos que tocaron en la primera mitad
del xx en este lugar y en la región comarcana.
Música y músicos en Colón, Querétaro... • 41
para ejecuciones en festejos cívicos y religiosos durante el último año del siglo xix y
en el primero del xx. El coro cantó motetes, recitativos, misas, ministerios y zarzue-
las como la de “El Rey que rabió” y “El zapatero dentista”. La del Rey empezaba:
“Al monarca esperaremos, que ya pronto llegará, el cañón y las campañas su regreso
anuncian ya; dispongamos alegres a mostrarle adhesión, gran respeto y homenaje
verdadera sumisión”. Y algunas de las primeras frases de “El zapatero” decían: “Al
glorioso San Roque, vamos cantando que es el santo patrono de nuestro pueblo, den-
tro de pocos días será la fiesta, que es la más afamada en nuestra tierra; una limosna
para el patrón, que sin cuarticos no habrá función […] pero en este pueblo estamos tan
mal que cuando enfermamos no hay como sanar; necesitamos tener médico”.
El maestro De la Torre aplicó a sus alumnos al solfeo con escalas, tonalidades, in-
tervalos, compás, ritmo y movimiento, léxico y símbolos, y claves y alteraciones. Les
conoció la clase de su voz y de acuerdo con ello los ubicó en el coro. Destacaron como
soprano lírica Conchita González Velázquez; como soprano dramática María Cabrera
Molina; como alto Gudelia Pacheco y Cos y María Guadalupe Vázquez Martínez;
como contralto María Pachecho y Cos; como tenores Clemente Ugalde Basaldúa,
José Moreno y Narciso Pérez; como barítonos Vicente Ugalde y José Pacheco y Cos.
Tal coro mixto conoció los instrumentos musicales, los alientos de maderas y me-
tales, los de cuerdas frotadas, punteadas y percutidas, y los de percusión de altura
determinada y los de altura indeterminada, más los de teclado de acústica natural. El
maestro Gumersindo “Chindo” también colaboró con el maestro De la Torre, pero,
por accidente con fuego, perdió ambos pies y le quedó mucha piel achicharrada.
Al maestro Gumersindo se le atribuye en Colón la autoría del conocido vals “Viva
mi desgracia”, en cuyo primer verso dice: “Viva mi desgracia, pues ya que no me
quieres tú”, atribuido a una supuesta decepción amorosa después de haber sufrido el
accidente.
En las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo xx, vivían muchas personas
colonenses que conocieron a los referidos maestros; de ellas algunos canturreaban o
cantaban el repertorio aprendido en su niñez cuando el festejo de despedida y recep-
ción del nuevo siglo. Recordaban que Narciso Pérez salió del Eterno Padre, Jesús y
Cirita Cabrera Molina salieron de ángeles, Gudelia Pacheco y María, su hermana, de
mujeres del Antiguo Testamento, José Pérez “Cosijoso” de Moisés, Lupita Vázquez,
de Virgen María, etcétera.
Por el entusiasmo en sus tertulias se conjeturaba que vivieron una infancia feliz
cuando gobernaban a su gusto en México el general Porfirio Díaz Mori, y en Queré-
taro el C. Francisco González de Cosío. Fueron los tiempos del episcopado del Señor
Rafael Sabás Camacho, de los prefectos Cipriano Obregón y Domingo Cabrera Gu-
42 • J. Jesús Solís de la Torre
tiérrez, y los párrocos José María García, Franciso Alday, Tomás Maciel, Francisco
Torres y Nazario Guerrero.
La idílica época diazgonzalista terminó y no ha vuelto otra que se le parezca. La
guerra de revolución, de anticlericales y de agraristas desde 1910 hasta 1950, y la po-
lítica gobernante en esas cuatro décadas de turbulencia impidieron el cultivo integral
y en armonía de las bellas artes en los pueblos de la región central queretana y sus
comarcas; pero aun en este ambiente belicoso, los adultos, cuando niños cultivados
en el gobierno porfirista, transmitieron su cultura a sus hijos nacidos en alguna de las
primeras tres décadas del siglo xx; así los colonenses Federico Pérez, José Moreno
y Jesús Hernández Nieves asistieron a la Escuela de Música Sacra en Querétaro,
fundada por el señor obispo Rafael Sabás Camacho en febrero 1892. Ambos fueron
maestros de los referidos muchachos de Colón, quienes a su vez fueron maestros en
este mismo pueblo.
Por el fervor de párrocos y feligresía colonenses fue comprado el órgano E.F.
Walker Ludwigsburg de Alemania, el cual costó $8,500.00, dinero que empezó a
colectar el párroco Francisco Alday en 1898. El órgano está numerado: Opus 1727;
tiene los registros 1; Trémolo; 2; Tuti; 3; Piano; 4; Octavas en el manual; 5; Octavas
cuartas; 6; Salicional ocho; 9; Principal ocho; 10; Subbajo dieciséis; 11; Pedal; 12; oc-
tavas en el pedal; 13; Bass melodie Roppel.9 El 19 de septiembre 1920 fue bendecido
por el canónigo don Pedro Vera Zuría (quien poco después fue arzobispo de Puebla).
Lo estrenó el maestro Agustín González con el correspondiente solemne concierto en
que participaron sus discípulos Federico y José, quienes en adelante siguieron tocan-
do con este excelente instrumento que ahora tiene 97 años sirviendo.
Pese a los años de turbulencia revolucionaria, el clero siguió cultivando la fe en
su feligresía, por eso los mayores y los jóvenes parroquianos continuaron sus ensa-
yos y sus funciones de teatro, canto y música. Su maestro fue “Chindo”, de modo
que en 1922 estaba conocida y afamada la banda de alientos y percusión; algunos
de sus integrantes fueron: 1) Jesús Hernández Nieves, clarinete, trompeta y otros;
2) Lasdislao Jiménez, 3) Abundio Hernández Sánchez, cornetín y tuba; 4) Antonio
Camacho, clarinete; 5) Heliodoro Pérez, 6) José Moreno Nieves, pistón; 7) Juan Ru-
bio Granados, platillos; 9) José Jiménez, tambora; 10) Juan Elías Granados, trompeta;
14) Filiberto Carrillo, trombón; 15) Sotero Rubio, saxofón y clarinete; 16) Refugio
Aguilar “Chibuqs”, originario de Los Quiotes, alto; 17) Porfirio Contreras, 18) José
Miranda, 19) Narciso Pérez Mendoza, barítono; 20) Mucio Martínez, bajo, y Atilano
Ferruzca, bajo.
9 Su fachada tiene dos huecos laterales menores, cada uno tiene a la vista cinco tubos flautones, el hueco
mayor ancho y alto, en el centro, tiene siete flautones mayores; su coronamiento es cruz latina encima de
hemiciclo superior que en su centro tiene un rosto infantil (querubín). Toda la caja armazón es de madera;
este órgano fue armado, allí donde está, en el coro de la basílica de Soriano en 1920, la importó por pedido
la Casa Wagner de México; de Europa a Tampico en barco, de allí a Querétaro en ferrocarril; de allí a la
hacienda El Lobo en tranvía y de allí a Soriano en carro de tracción equina.
Música y músicos en Colón, Querétaro... • 43
Referencias
Archivos
Hemerografía
La Sombra de Arteaga, periódico oficial del gobierno del Estado de Querétaro, aheq.
Música y músicos en Colón, Querétaro... • 47
Bibliografía
1 Jorge E. Aceves Lozano, “Introducción”, en Historia Oral, Jorge Aceves Lozano (coord.), Universi-
miento preciso de una determinada realidad, la historia oral nos permite modificar la
concepción de la práctica científica en sí misma, la cual tradicionalmente había estado
desligada de su entorno y de los sujetos sociales con los que interactuaba.2
Bajo esta perspectiva, la recopilación de las experiencias de vida de una persona
nos proporciona un retrato cultural a partir del cual podemos conocer como las perso-
nas “perciben, reaccionan y contribuyen”3 a generar cambios que afectan de manera
determinada un entorno, a la vez que se vuelven reflejo de la diversidad que permea
dentro de una comunidad, por lo que la aproximación hecha al entendimiento de una
realidad concreta se define en función de lo que el informante considera adecuado
decir sobre el tema de investigación y de esa manera contribuir a que el investigador
logre la comprensión de la experiencia que está tratando de documentar.4
Así, la historia oral encuentra una unión indisoluble con el trabajo de campo. El
contacto directo con la gente del entorno cuya experiencia se está documentando es
una de las bases sobre las que se sustenta este tipo de labor, y en esa medida consti-
tuye un instrumento eficaz para obtener información de primera mano,5 por lo que
de esta manera se diluyen las barreras metodológicas que tradicionalmente habían
marcado la diferencia entre distintas ramas del saber dentro de las ciencias sociales
y humanidades, pues “la recopilación de narraciones de vida no es una técnica. Es
mucho más. Es un nuevo enfoque sociológico”,6 que permite al informante hablar por
sí mismo y dar fe de su propia realidad, ya que este tipo de propuesta “parece ofrecer
información que, por su misma naturaleza, es coherente, arraigada en la verdadera
experiencia social”.7
Esta manera de concebir el método es importante, ya que así podremos acercarnos
a la construcción de una ciencia general de carácter comprensivo que tome como
punto de partida los intereses, habilidades y conocimientos del otro, y los integre a
través de diferentes técnicas e instrumentos que permitan a su vez consignar el lega-
do social que el individuo recibe a través de su entorno y viceversa,8 mientras que,
en lo que respecta al aspecto de la música, el enfoque que se presenta nos permitirá
descubrir algunas de las bases sobre las que se construyen determinadas manifesta-
ciones artísticas, algunas de sus influencias y el papel que juegan en la configuración
y el mantenimiento de determinadas ideas, valores, costumbres y maneras de ver el
mundo sobre las cuales se sustenta el ejercicio de la tradición.
2 Jorge E. Aceves Lozano, “Sobre los problemas y métodos de la historia oral”, en La historia con mi-
crófono. Textos introductorios a la historia oral, Graciela de Garay (coord.), Instituto Mora, México, 2006.
3 Conrad Phillip Kottak, Antropología. Una exploración de la diversidad humana con temas de la
9 Guillermo Orta Velázquez, Elementos de cultura musical, Textos Universitarios, México, 1969.
10 ArturoManzanos, Apuntes de historia de la música I, SepSetentas, México, 1975.
11 Roland de Candé, Historia universal de la música, Tomo I, Aguilar, España, 1981.
12 Joseph Machlis, Introducción a la música contemporánea, Marymar, Argentina, 1975, p. 3.
13 Idem.
14 Jacinto Torres et al., Música y sociedad, Real Musical, España, 1980.
15 Ernesto de la Guardia, Compendio de historia de la música, desde la antigua Grecia hasta fines del
siglo xviii con preliminares sobre formas y géneros, Manuales Musicales Ricordi, Argentina, 1954.
La música de las estudiantinas como legado cultural... • 53
caballete móvil que se desplaza a lo largo de una escala graduada, permite medir la longitud de una cuerda
que corresponde a los diferentes sonidos para una misma tensión”. Armando Silvestre Raigoitia Luna, “La
historia de la música en el arte, época: Edad Media”, tesina para obtener el título de Lic. en Educación
Musical, Universidad Autónoma de Querétaro, México, 2002, p. 15.
20 Guillermo Orta Velázquez, Breve historia de la música en México, Porrúa, México, 1970, p. 166.
54 • José Alfredo Silva A.
hayan vuelto de escucha común los conjuntos de arpas, laúd y guitarras acompaña-
das de una o dos voces.21 Así, las manifestaciones musicales adquirieron tal impacto
cultural en el entorno que incluso “las gentes acudían a los oficios religiosos más por
gustar de la música que por devoción. […] El gusto por los sonidos bien concertados
y el desarrollo admirable de las formas musicales cultas, junto con otras populares,
atrajo siempre la atención”.22
A nivel local, algunas de las primeras referencias que encontramos sobre las estu-
diantinas se remontan a la época del Porfiriato, cuando la música llegó a ser considera-
da como uno de los baluartes representativos de las clases media y alta. Fuentes tales
como el periódico oficial La Sombra de Arteaga presentan algunas notas haciendo
referencia a acontecimientos musicales, fiestas, galas, conciertos y bailes en los que
se presentaban estilos y géneros bien definidos como valses, polkas, óperas, zarzue-
las, serenatas, etc. Dentro de los diferentes tipos de agrupaciones musicales a los que
se hace alusión durante esta temporalidad, destacan principalmente las orquestas de
los batallones militares, las compañías, los solistas y, por supuesto, las estudiantinas.
En el rubro al que hacemos referencia, nos encontramos, por ejemplo, con agrupa-
ciones como la Estudiantina Española, una organización proveniente de Europa que,
como parte de su gira por el país, dio cuatro presentaciones en el Teatro Iturbide de
Querétaro. Aunque para la época los precios de acceso a las funciones fueron conside-
rados como demasiado elevados (1.50 pesos por luneta o platea),23 se consideraba que
las presentaciones eran de muy buena calidad y los músicos contaban con la mejor
formación, por lo que, sin duda, valía la pena pagar la cantidad señalada.
También nos encontramos con una Estudiantina Queretana, la cual en su mayoría
estaba conformada por “apreciables caballeros”24 que sin afán de lucro también se
presentaron en el mismo Teatro Iturbide, y al final de su repertorio decidieron donar
el importe de las entradas para la recaudación de fondos de las fiestas de Navidad que
próximamente habrían de realizarse en la ciudad. Los integrantes de este grupo eran
considerados distinguidos miembros de la “ilustre sociedad de Querétaro”,25 y sus
presentaciones gustaron tanto que pronto alcanzaron renombre regional y comenza-
ron a hacer algunas presentaciones fuera de la ciudad.
Tabla 1
Características de la agrupación musical Estudiantina Queretana según nombre,
número de integrantes y tipo de instrumento orquestado, Querétaro, 1885
Director Violines Bando- Bando- Salterio Guita- Bajos Violon- Contra- Arpa
lones lones rras celo bajo
prime- segun-
ros dos
Sr. José Manuel José José M. Ezequiel Jesús Agustín Arnulfo Jesús Diego
Aguilar Aguilar Medina Muñoz Medina Medina Llaca Ruiz Martí- Alma-
Ledo nez raz y
Guillén
Manuel Carlos Felipe Policar- Rafael
Muñoz Esquivel Arvizu po S. Barbosa
Santoyo
Antonio Genaro
Pérez Licastro
José Manuel
Maldo- V.
nado Mellado
Trinidad
Almaraz
Ignacio
Esquivel
Fuente: Elaboración con base en La Sombra de Arteaga, 23 de noviembre de 1885.
Los integrantes que daban forma a esta agrupación eran conocidos como los “jóve-
nes filarmónicos”, sus instrumentos estaban fabricados en la misma ciudad de donde
eran originarios26 y entre las principales aportaciones que hicieron al desarrollo de la
música destacaron sus presentaciones en Celaya, donde dieron función en el Teatro
Cortázar,27 en la Ciudad de México, donde participaron de la fiesta que la colonia
americana organizó como parte de las celebraciones de la independencia de Estados
Unidos,28 en León, donde fueron recibidos con honores, y en San Juan del Río, lugar
en donde hicieron gala de su repertorio para conmemorar el tercer centenario de la
fundación de la ciudad.29 Aquí, al parecer, fueron muy bien recibidos, ya que poste-
riormente también amenizaron una jamaica organizada para celebrar una recepción
al señor Gobernador, además de que en esa misma celebración la gente del pueblo les
dedicó un carro alegórico.30
Otro grupo que también destacó en el entorno fue la Estudiantina Zacatecana, la
cual, a diferencia de la anterior, estaba conformada exclusivamente por señoritas,
quienes destacaban por su habilidad para tocar el bandolón, el piano y el xilófono.31
A partir de esta época, los datos existentes nos llevan a considerar que este tipo
de agrupaciones pudieron haber visto disminuida su presencia en el entorno; no sería
sino hasta años más tarde que nos encontramos con la fundación de otra estudiantina:
la de la Universidad Autónoma de Querétaro, obra de la iniciativa del licenciado
Fernando Díaz Ramírez; a decir del ex rector de la uaq, la idea le vino a la mente
después de una comida en donde se reunieron todos los rectores de las universidades
públicas del país junto con el licenciado Alfonso Ortega Martínez, secretario de la
anuies, y el entonces Presidente de la República, licenciado Adolfo López Mateos.
Esta reunión fue amenizada por la Estudiantina de la Universidad de Guanajuato,32
y su presentación:
le hizo recordar al rector Díaz Ramírez que Querétaro había contado desde el siglo
pasado y principios del actual (siglo xx) con estudiantinas y quiso revivir esa tradición
formando una en la Universidad queretana. La convocatoria lanzada por el rector reunió
a veinte jóvenes universitarios que fueron dotados de instrumentos y capas. Nombró
director de la Estudiantina al joven maestro Aurelio Olvera Montaño. Desde entonces,
ese conjunto empezó a ganar concursos y a grabar discos.33
30
La Sombra de Arteaga, 4 de julio de 1891.
31
La Sombra de Arteaga, 30 de abril de 1893.
32 Gabriel Rincón Frías, “La configuración (1959-1971)”, en Historia de la Universidad Autónoma
de Querétaro, Tomo II, Alejandro E. Obregón Álvarez et al., eds., Universidad Autónoma de Querétaro,
México, 1993, pp. 74-108.
33 Ibid., p. 88.
34 <http://www.uaq.mx/servicios/cultural/estudiantina/historia.html> (consultado el 03 de enero de
2012).
35 <http://www.uaq.mx/servicios/cultural/estudiantina/cronicas.html> (consultado el 03 de enero de
2012).
La música de las estudiantinas como legado cultural... • 57
La estudiantina a la que se hace mención forma parte de una amplia labor cultural
desarrollada por la Universidad Autónoma de Querétaro “por llevar la cultura a la
fuente de su nacimiento; a toda nuestra sociedad”,36 y, al igual que el resto de las agru-
paciones a las que se ha dado cabida a lo largo de este apartado, ha logrado captar la
atención y el gusto de un sector del público no sólo en el medio local, sino también en
otros contextos, lo que le valió un amplio reconocimiento por la labor desempeñada.
Los ejemplos que hemos presentado nos hablan del papel que estas agrupaciones
han jugado en cultivar el arte de la música, y cómo a través de su labor contribuyeron
a la preservación y la difusión de la cultura en el medio local. A partir de esto, la
tradición ha logrado mantenerse con el paso de los años, aun frente a la aparición de
nuevos géneros y estilos musicales; veremos ahora, a través de un estudio de caso,
de qué manera la Estudiantina Real Santiago de Querétaro intenta difundir y preser-
var de cara al futuro este tipo de manifestación.
Actualmente, la estudiantina cuenta con 28 alumnos con edades que fluctúan entre
los 9 y los 14 años, cuyo periodo promedio de permanencia en el grupo es de cinco
años. De los miembros con los que se cuenta actualmente, 12 tocan instrumentos y el
resto actúan como voces, además de que se dispone de tres maestros encargados de
su preparación; el grupo participa en eventos tanto públicos como privados, especial-
mente en misas y en las callejoneadas que se hacen los fines de semana en el centro
de la ciudad de Querétaro.
Para ejecutar las piezas que forman parte de su repertorio, los miembros del gru-
po tocan diversos instrumentos como percusiones (batería, bombo latinoamericano
y congas), cuerdas (guitarra y mandolina), instrumentos de viento (flauta, teclados y
acordeones), y panderos, siendo obras como Alabanzas al señor, Dios está aquí,
Nadie te ama como yo y Ave María algunas de las que más comúnmente se tocan.
A decir de su director, la estudiantina tiene un carácter social, pues “a través de la
música buscamos promover la alegría con la gente, no es un fin de lucro, no es con
el afán de decir que el dinero que entra es para ganancia de los que estamos al frente
del grupo”.37 Según el mismo Guillermo, la estudiantina tiene una orientación reli-
giosa, sobre todo por los espacios donde mayormente se presenta el grupo; por ello,
aun cuando no se imponen requisitos específicos para el ingreso a la agrupación, se
solicita que los miembros por lo menos tengan una afinidad hacia la práctica de las
celebraciones y festividades católicas, puesto que esto contribuye a aumentar el grado
de identificación que los integrantes puedan llegar a sentir respecto del grupo mismo.
Los miembros de la estudiantina se integran al grupo de manera voluntaria, y
generalmente lo hacen a partir del interés que muestran sus padres respecto a las
características de organización y el ambiente de desarrollo que se guarda dentro de
la agrupación. Para Guillermo, la estudiantina es como una familia, y es por eso que
los padres de los niños que mayormente la integran muestran interés en que sus hijos
formen parte de la misma:
les gusta mucho el sentido [a los padres] de que intentamos ser una familia sana […]
intentamos hacer que los chavos a través de las mismas familias vean que el ejemplo se
puede tomar con responsabilidad […] y yo creo que es lo que les ha gustado, y lo que les
ha interesado a la mayoría de los integrantes. Yo creo que en este tiempo en la sociedad
los papás se preocupan, pues los chavos se interesan por otro tipo de cosas, entonces
realmente es un grupo sano y eso es lo que yo creo que les llama la atención.38
Y es que, en la actualidad, sobre todo los más jóvenes, se enfrentan a diferentes ries-
gos derivados de los nuevos modelos de conducta, creencias y valores que se difun-
den en los diferentes entornos de los que se puede llegar a formar parte. Este impacto
Una forma de expresión de distintas maneras; dependiendo el tipo de música que estés
interpretando y la manera en como tú tanto oral como explícitamente lo estés haciendo,
es la manera como lo vas a transmitir a la gente, y la manera de demostrar a la gente si
estás triste, si estás alegre, si tienes ganas de que la gente se contagie de eso, eso es la mú-
sica, realmente es una forma de expresión con lo cual la gente le puedes transmitir lo que
tú quieras. […] Me gusta transmitir la alegría, es eso, es raro porque hay canciones
que son muy románticas y hay canciones que son melancólicas y lo que he notado a tra-
vés del tiempo que he estado en este grupo, es que es algo extraño porque hay canciones
que tú las cantas con todo el sentimiento y le transmites a la gente. Hay gente que está
muy alegre de escuchar una canción y hay gente que la ves llorando […] y la misma
gente te contagia de ese sentimiento, entonces es algo muy bonito para mí.39
Por otra parte, entre sus principales influencias musicales Guillermo reconoce las
producciones de artistas como Diego Torres, “por el hecho de que su música transmite
alegría […] es algo de lo que retomo mucho”,40 lo mismo que grupos como Maná, y
algunas canciones de Bryan Adams, Celine Dion y Shara McLearen.
Entre las experiencias más significativas del grupo se encuentran sus presentacio-
nes en el extranjero, de las cuales una se hizo en Orlando, Florida, en Estados Unidos,
y dos de ellas en El Vaticano, Italia, donde tuvieron la oportunidad de estar en la
primera audiencia del papa Benedicto XVI. En el primer caso, la estudiantina se pre-
sentó en el Parque Disney World en 1998, mientras que en la segunda y tercera oca-
sión, durante 2005 y 2006, viajaron a Europa; primeramente, a través de la labor de
su hermano Pepe se logró un acercamiento con algunas congregaciones locales que
tenían contacto con la Santa Sede para tratar de conseguir alojamiento económico;
como parte de esta experiencia se visitaron las ciudades de Santiago de Compostela,
Toledo y Madrid, en España, después se visitó la ciudad de Roma, donde los integran-
tes de la estudiantina tuvieron la oportunidad de alojarse en el hospicio del Recoletto.
Precisamente durante la Semana Santa de 2005, el grupo viajó por primera vez.
El objetivo de la actividad fue conocer algunas catedrales en España y asistir a una
audiencia papal en el Vaticano. La visita coincidió con la muerte de Juan Pablo II
y la toma del cargo por parte de Benedicto XVI, y aunque no fueron atendidos de
manera directa por éste, Guillermo afirma que el recibimiento que se les dio en este
lugar fue de lo mejor ya que tuvieron la oportunidad de convivir con personas de
diferentes nacionalidades, quienes en su mayoría se sintieron atraídas por la música
de la estudiantina: “es impresionante ver cómo el Cielito Lindo atrae a la gente de
otros países, les gusta”.41
En la segunda ocasión visitaron algunas otras ciudades de España, y en Roma se
tuvo la oportunidad de presentar un disco con una canción dedicada exclusivamente
al papa. Los aprendizajes obtenidos a partir de esta experiencia se resumen en una
mayor perspectiva respecto a la manera de ver las cosas, y una nueva mentalidad
y mayor responsabilidad a la hora de cumplir con su labor. Además, a manera de
reflexión, Guillermo refiere que, si bien en Europa las cosas pueden llegar a ser dife-
rentes respecto a la situación económica que se guarda en nuestro país, en México le
agrada el gusto que sienten las personas, sobre todo las de mayor edad, por la preser-
vación de este tipo de tradiciones musicales.
Como resultado de una de estas visitas al Vaticano, Pepe, el hermano de Guillermo,
compuso la letra de la siguiente canción dirigida a Benedicto XVI, la cual fue deno-
minada Un solo corazón y da comienzo con unas palabras de reflexión por parte del
papa a los miembros de la estudiantina durante la audiencia en que fueron recibidos:42
40 Idem.
41 Idem.
42 Ibid., 26 de diciembre de 2011.
La música de las estudiantinas como legado cultural... • 61
Un solo corazón
Al reanudar las audiencias de los miércoles quiero referirme al nombre elegido como
el Obispo de Roma y pastor de la iglesia universal. He tomado el nombre de Benedicto
XVI en relación con el Papa Benedicto XV, un valiente, auténtico profeta de paz. Cómo
él, deseo ponerme al servicio de la reconciliación y el amor entre los hombres y los
pueblos, porque el bien de la paz es sobre todo un don de Dios que hemos de defender
y construir entre todos.
Un solo corazón
unido a mi Señor,
que seamos como hermanos
en un solo corazón.
Un solo corazón
que crea de verdad
que somos testimonio
de paz y de verdad.
Esta composición, a decir del propio Guillermo, busca transmitir un mensaje de unión:
Un solo corazón es un mensaje de unión de muchas personas en una sola sinergia, enfo-
cados con un objetivo, con cada una de las características de las personas, con virtudes
y defectos ya que todos tenemos ambas partes, pero que cuando se puede hacer la unión
yo creo que en la misma canción se escucha: es la unión de varias voces y forman algo
muy bonito, entonces es lo mismo, en la vida yo creo que hay que caminar con el mismo
sentido. A lo mejor suena un poco idealista [...] pero realmente así es como se ha vivido,
así es como se ha querido y se ha transformando; no te digo que dentro del mismo grupo
no ha habido diferencias, como te digo cada uno, cada persona es un mundo, pero a pesar
de eso hemos podido sobrellevarlo y hemos podido llevar una convivencia muy bonita.43
43 Idem.
62 • José Alfredo Silva A.
el mayor arraigo de que se hizo este viaje, vieron que se podían hacer cosas iguales o
mucho mejores y los papás impulsaron al grupo”.44
En este sentido, los padres de familia han jugado un papel fundamental en el man-
tenimiento del grupo puesto que son quienes se encargan de motivar en mayor medida
la labor que desempeñan sus hijos; a decir del director, las actividades del grupo refle-
jan que “esto es una actividad recreativa y sana para cualquier persona, entonces por
parte de ellos [los padres de familia] no he sentido ningún rechazo, sino al contrario,
he sentido el apoyo […] creo que ellos hacen lo mejor para su familia”.45
Por otro lado, una de las labores de la estudiantina se centra en la realización de
diferentes obras de carácter social, por medio de las cuales se brinda apoyo a institu-
ciones sin fines de lucro. Aunque no tienen una agenda definida al respecto, el grupo
tiene como meta realizar una de estas obras cada mes, se trata de acudir a una casa
hogar, visitar alguna comunidad marginada, realizar una presentación sin costo, pasar
tiempo en un asilo de ancianos o regalar juguetes a los niños de escasos recursos en
las celebraciones de Día de Reyes:
ese es uno de los objetivos primordiales: hacer conciencia en cada uno de los niños,
de dejar un granito de arena. [A los niños] les encanta. Yo recuerdo el año pasado que
hicimos una obra de acción social con el asilo de ancianos San Sebastián y los chavos
salieron encantados, es algo que les motiva, les conmueve mucho ver a gente con otro
tipo de necesidades y crear conciencia en ellos.46
Fue precisamente con motivo de la celebración del 6 de enero que Guillermo decidió
organizar una colecta de juguetes junto con los miembros del grupo, los cuales fueron
entregados en la casa hogar “Una esperanza para ti”. Ubicada en la localidad de El
Romeral, municipio de Corregidora, Querétaro. La institución da albergue a 23 niños
huérfanos entre los 11 meses y los 12 años de edad, quienes dependen casi en su tota-
lidad de las aportaciones hechas por la iniciativa privada para mantenerse.
Como parte de la primera acción social de la agrupación durante el año, los in-
tegrantes, además de hacer entrega de juguetes, ropa y dulces a los niños de la casa
hogar, también realizaron una presentación, en la cual tocaron diferentes piezas de su
repertorio, entre las que se destacaron: Viva México, El ropero, Negrita Cucurumbé,
La abeja, Vivo por ella, Bésala, La canción de los niños, Vete ya, Te di mi amor, Es-
tamos juntos y Te quiero yo.
El grupo dio paso a su música de la siguiente manera: “Déjame que te cuente una
historia de leyenda y tradición: es la historia de mi pueblo orgulloso de su nación, es
mi patria linda de alegres fandangos, con sus soles, sus fandangos, su mariachi y su
huapango. Es mi patria linda, es mi México mi hermano”.47
Después de las primeras piezas, el director del grupo hace una pausa para presen-
tarse ante los asistentes; después de dar el nombre de la agrupación, les dirige las
siguientes palabras:
Nosotros somos un grupo de niños, y venimos con todo el corazón y con todas las ganas
para compartir un ratito el día de hoy con ustedes. Esperamos que podamos compartir
un poquito de la alegría de estos días. […] Queremos decirle a los niños que no hay nada
imposible en esta vida, que todo se puede lograr, que cuando más dificultades tienes y
cuando más negro parece el panorama, es cuando está cerca, a punto de amanecer, y que
la única cosa de quien depende cambiar el mundo y de quien depende cambiar las cosas,
es de ustedes y de nadie más. Puede haber mucha gente buena y mucha gente mala, pero
dicen que hace más daño el silencio de la gente buena que las malas acciones de la gente
mala, entonces con todo cariño, gracias.48
es más el hecho de lo que nosotros hacemos, por medio de lo que la gente nos ve, el
hecho de cómo nosotros podemos cambiar una pequeña parte de una persona, no cam-
biarla por completo pero en la conciencia decir: —Ah!, sí se puede hacer!— cosas que
se pueden lograr que se pueden llevar a cabo, pero es empezar primero por nosotros,
empezar a creer en nosotros, que nosotros podemos hacer y nosotros podemos cambiar,
y nosotros podemos lograr varias cosas y transmitirlo a la gente.49
Después de hacer un recuento, Guillermo afirma que, a lo largo de los últimos años,
por la estudiantina han pasado un promedio de 120 personas, de las cuales alrededor
de 40 fueron las que mostraron una mayor constancia en su participación. Si bien mu-
chos ya no forman parte del grupo debido a que siguieron con sus proyectos de vida,
en algunos casos el contacto no se ha perdido, y cuando recuerdan a la estudiantina, lo
hacen en muy buenos términos, “llenos de emoción, y que es una etapa muy bonita en
su vida”,50 por lo que siempre se traen recuerdos a la mente respecto de las diferentes
experiencias que se pasaron juntos.
Al cuestionársele si creía que actualmente en los diferentes ámbitos de gobierno e
instituciones encargadas se daba el apoyo suficiente para la promoción y/o la difusión
de la cultura en general y la música en particular, el entrevistado respondió que las
gestiones realizadas hasta ahora a favor del grupo se han dado más con la iniciativa
privada que con instancias públicas; si bien se ha contado con mayor apoyo desde ese
rubro, también en los últimos meses se ha logrado que el Ejecutivo le dé un impulso
al grupo a través de los contratos que se le han otorgado para participar en los dife-
rentes actos que se organizan en las calles del centro de la ciudad: “es un apoyo fuerte
porque se pagan las callejoneadas, entonces de ahí salen los recursos para pagarles a
los maestros, o para pagar los costos fijos”.51
Ya consolidado el grupo, los retos que les quedan a futuro son trascender y alcanzar
un avance mayor del que ya han logrado. Guillermo define como una misión del gru-
po “transmitir alegría por medio de la música”,52 y mantener la unidad interna dentro
de la agrupación. También buscan aumentar su presencia en el medio a través de una
mayor participación en obras de carácter social y de ayuda a casas hogar por medio
de las cuales puedan incidir de manera más marcada en el medio, pero por encima de
todo, mantenerse en el gusto de la gente, ya que, a decir del entrevistado, en la actuali-
dad es difícil que los jóvenes sientan atracción por este tipo de manifestación artística.
Aún así, quienes se integran al grupo pueden encontrar en él una serie de factores
que les sirven como motivación para seguir adelante con la actividad; más allá de
aprender a tocar un instrumento, el poder encontrar un espacio de convivencia donde
olvidarse de otros problemas es uno de los referentes claves por los que muchos jó-
venes deciden integrarse a la estudiantina:
50 Idem.
51 Ibid., 23 de diciembre de 2011.
52 Ibid., 22 de diciembre de 2011.
53 Ibid., 23 de diciembre de 2011.
La música de las estudiantinas como legado cultural... • 65
54 Idem.
55 Ibid., 21 de diciembre de 2011.
56 Ibid., 23 de diciembre de 2011.
57 Idem.
58 Ibid., 26 de diciembre de 2011.
59 Idem.
66 • José Alfredo Silva A.
Como cierre, se le preguntó a Guillermo qué mensaje le podría dar a otras personas
que, al igual que él y la agrupación que dirige, buscan dedicarse a la música; nuestro
entrevistado respondió que si la música es algo que les gusta, pues entonces sigan
adelante y que no sientan temor ante la creencia difundida de que quienes se dedican
a esta actividad no logran una buena remuneración económica, pues ése se vuelve un
aspecto secundario ante la serie de satisfactores que uno puede llegar a obtener rea-
lizando este tipo de labor. La otra recomendación que hizo a quienes estén buscando
dedicarse a hacer música fue que nunca se dieran por vencidos y que trabajaran de
manera ardua para lograr sus objetivos.
Referencias
Aceves Lozano, Jorge E., “Sobre los problemas y métodos de la historia oral”, en
La historia con micrófono. Textos introductorios a la historia oral, Graciela de
Garay (coord.), Instituto Mora, México, 2006.
__________, “Introducción”, en Historia Oral, Jorge Aceves Lozano (coord.), Universi-
Raigoitia Luna, Armando Silvestre, “La historia de la música en el arte, época: Edad
Media”, Tesina para obtener el título de Lic. en Educación Musical, Universidad
Autónoma de Querétaro, México, 2002.
La música de las estudiantinas como legado cultural... • 67
Hemerografía
La Sombra de Arteaga, Periódico Oficial del Poder Ejecutivo del Estado de Queré-
taro, 1883-1991.
Internet
<http://www.uaq.mx/servicios/cultural/estudiantina/historia.html> (consultado el 03
de enero de 2012).
<http://www.uaq.mx/servicios/cultural/estudiantina/cronicas.html> (consultado el 03
de enero de 2012).
<http://www.wordreference.com/definicion/estudiantina> (consultado el 03 de enero
de 2012).
Otras fuentes
La historia puede ser muy corta, el relato se reduce a la descripción de una ausencia.
El jazz no es música queretana, es ajena, es lejana, durante el siglo xx la vida del jazz
evolucionó y se desarrolló sin tocar a la vida de esta ciudad en casi ningún sentido.
Un relato literario podría narrar la historia de un hombre que llegó a una población
alejada del mundo, desde ahí veía pasar a los habitantes con genealogías largas en el
lugar. Convivía con ellos, los saludaba, era cortés. ¿Cómo llegó? ¿Por qué ahí? Eso
nunca se supo. Ellos, por su parte, se fueron acostumbrando a su presencia, era un
hombre solitario y excéntrico a las costumbres y redes sociales de la región. Pasaron
los años, muchos años. El hombre murió un día, alguien se encargó de sepultarlo, y
podría haber desaparecido para siempre de la percepción y de la memoria de todos.
No fue así, aquel hombre escuchaba jazz, algunos niños se acercaron por curiosi-
dad, crecieron, fueron adolescentes que se aficionaron a la música que aquel hombre
escuchaba en solitario. Se construyeron versiones y chismes sobre su personalidad
a partir de aquella peculiaridad. Alguno de aquellos adolescentes creció interesado
en la música y en aquella forma de música en particular. Armó con el tiempo una
pequeña banda, tocaban en fiestas y celebraciones. Algunas generaciones después
aquella población fue conocida por sus fiestas y su música. Hoy día muchos jóvenes
tocan jazz como si fuera música propia y ancestral. Este es un relato ficticio, que ha
sido real en algunas ocasiones, muestra en síntesis lo que pasa cuando algo ajeno se
vuelve propio. Un accidente, un acomodo único e irrepetible de situaciones y cir-
cunstancias. Es posible, sucede, ha sucedido. ¿Podría ser esta la historia del jazz en
la ciudad de Querétaro? Quizás, tal vez, por qué no. Aquí presentaremos los esbozos
70 • Jesús Galindo Cáceres
de ese escenario posible, lo demás es asunto del tiempo, de las acciones humanas, de
lo emergente y lo sorpresivo.
El presente texto es producto de varias fuentes. Por una parte, el proyecto de Cul-
tura Mexicana en los ochenta, realizado por diversas instituciones a partir de la Uni-
versidad de Colima hace 30 años, en donde la ciudad de Querétaro fue una de las más
estudiadas durante dos o tres años de la segunda parte de los años ochenta. Por otra
parte, el Proyecto de Ingeniería en Comunicación Social de Jazz, realizado desde
diversas instituciones a partir del colectivo de trabajo gicom, Grupo Ingeniería en
Comunicación Social, a lo largo de toda la segunda década del siglo xxi. Y, por últi-
mo, el momento de investigación del proyecto gicom Música Jazz en la Universidad
Autónoma de Querétaro durante 2017. El trabajo en Querétaro de 2017 se realizó
a partir de entrevistas y lecturas especializadas en el tema, el jazz y la música en la
ciudad.
4) Ciudad de vida tranquila, puerta del Bajío, la zona más poblada y el sistema de
ciudades mejor distribuido del país.
5) Lugar de lucha entre una cultura tradicional y varias culturas emergentes. La cul-
tura tradicional conservadora es local; las culturas emergentes vienen de fuera,
vía la migración, sobre todo de la Ciudad de México, y de los medios de difusión
masiva.
6) Asentamiento colonial de profunda tradición católica conservadora.
7) Ciudad media de medio millón de habitantes, paso obligado del norte a la Ciudad
de México, con la cual se conecta con una autopista a tres horas de distancia.
8) Ciudad en proceso de industrialización.
9) Emergencia demográfica intensa por la migración.
10 Contrastes físicos en la comercialización y la forma de vida, entre el comercio
barrial y el gran centro comercial de reciente aparición.
11) Sin vida nocturna, forma de vida pública más parecida a un pueblo pequeño que
a una gran ciudad. El movimiento público decae poco después del atardecer y
desaparece a partir de las nueve de la noche.
12) Cambios lentos en la vida pública; no hay interacción ni cortejo, el comporta-
miento es plano y de tránsito silencioso.
13) Algunas modificaciones en la estética y el comportamiento juvenil por el con-
tacto con los medios de difusión. Estas nuevas generaciones portan el gen del
cambio; en principio, son asimiladas por la cultura dominante, pero van haciendo
públicos nuevos tipos de consumo y comportamiento social emergentes.
14) Las mujeres, como en otras ciudades mexicanas, son las grandes portadoras del
cambio sociocultural, lo cual sucede en forma lenta; ellas también son las porta-
doras de la reproducción, de la tradición, de la cultura conservadora.
15) Los cafés son una extensión de la vida privada y doméstica, no promueven la vida
pública ni la comunicación entre distintos y diferentes.
16) La vida doméstica es el centro de la totalidad de la vida social, apenas alterada
por las tensiones de la vida laboral. Es la primera ciudad media del país en apagar
la televisión por la noche. El movimiento dentro de las casas durante el día es
mayor que en el espacio público o laboral. Ciudad doméstica.
17) La hegemonía moral general es de la clase dominante tradicional y conservadora.
La vida familiar es el corazón de la reproducción social.
18) La vida familiar es el instrumento básico de la reproducción social. Un padre
patriarcal, una madre sumisa y conservadora. Los hijos dependen de la autoridad
moral de los padres durante toda su vida. La casa familiar es el referente básico
del mundo privado y público, de la totalidad de la vida social.
19) El trabajo, en principio, depende de las relaciones familiares, de las redes fami-
liares. La familia está en todas partes, la vida social se estructura a partir de ella.
20) Las conversaciones son familiares y domésticas, no hay vida pública en casi
ningún sentido, incluyendo a la universidad, que es catedrática y escolar.
74 • Jesús Galindo Cáceres
21) El espacio público está compuesto básicamente por chismes y una presión muy
alta por el qué dirán. La gente se fija, hace juicios, la reputación puede caer o
reforzarse en un comentario aparentemente casual.
22) Las redes sociales son de conocidos. La vida comunitaria ha ido mutando poco
a poco entre los años sesenta y setenta, por la migración regional popular y la
migración de clases medias desde la Ciudad de México. Los nuevos actores no
son asimilados en las redes tradicionales; una aparente vida comunitaria separada
por clases sociales se complejiza con la asociación de grupos nuevos que tienen
que buscar sus propios nichos de socialización e interacción.
23) Las élites políticas han mutado con la presencia del sector universitario como
palanca de movilidad social. El cambio se percibe, sobre todo, de los sesenta
hacia los ochenta.
24) Las élites económicas también han cambiado, nuevos capitales buscan alianzas y
legitimidad frente a las clases tradicionales, que poco a poco son desplazadas en
su inmovilidad.
Es peculiar que el movimiento que conmueve a Querétaro durante el siglo xxi tie-
ne una característica muy peculiar. El viejo Querétaro no es desplazado por uno nue-
vo, como parecía que sucedía en la parte final del siglo xx. Lo que va sucediendo en
estas primeras décadas del siglo actual es que lo viejo y lo nuevo se están fusionando
en formas inéditas e imprevistas. La imagen es de una tensión que expresa una lucha
en la cual no hay ganador; en cierto sentido, las dos figuras de lo viejo y lo nuevo
pierden, y por otra parte ganan. El nuevo Querétaro no es nuevo en el sentido de ser
por completo distinto al viejo, sino que está integrado por formas de la tradición y
formas de la innovación. Las generaciones mayores han negociado, se han aliado, se
han permeado; los nuevos ciudadanos han tenido un proceso similar, los jóvenes van
aprendiendo a ser herederos de las dos configuraciones, que en algunos puntos ya no
se distinguen. Son una nueva forma de vida sociocultural. Esto es muy interesante
como configuración emergente pensando en el futuro.
En este mapa situacional general se ubica el sistema de comunicación social par-
ticular de la música, del jazz en particular. La ciudad queretana tradicional nunca
hubiera aceptado al jazz y así fue como sucedió. El jazz empieza a tener espacio en la
ciudad hasta la última parte del siglo xx, pero sólo hasta el siglo xxi vive el principio
de lo que podrá ser su nicho de reproducción y desarrollo. La sociedad queretana tra-
dicional no tenía ninguna condición para recibir y promover al jazz, en el sentido que
esa sociedad continúa vigente la censura y la impermeabilidad también continúan. El
punto interesante es la aparición de lo nuevo, de las nuevas dimensiones constructi-
vas de la cultura queretana contemporánea. Ahí si hay alguna opción para el jazz en
la ciudad. El punto es que el jazz es por completo ajeno a todo lo que pasa en forma
tradicional en la ciudad, y es también ajeno a todo lo que pasa en forma innovadora.
La pregunta es en qué punto el jazz puede ser el soundtrack del cambio queretano,
de qué manera podría tener la oportunidad de acompañar el proceso de emergencia
del nuevo Querétaro. Veamos la situación un poco para hacer una primera hipótesis.
Aquí se ensaya una hipótesis de trayectoria histórica del jazz en la ciudad de Que-
rétaro, considerando el marco general apuntado antes. El punto de partida son las
cuatro etapas básicas de la historia contemporánea de la ciudad, que en el caso del
jazz quedan reducidas a dos, con lo cual se puede proponer el perfil del sistema de
comunicación social del jazz en dos momentos básicos.
Durante el siglo xx, en la ciudad no tiene ninguna presencia el jazz en forma articu-
lada, de configuración de vida social. Sólo iniciativas individuales por trayectorias
76 • Jesús Galindo Cáceres
personales que quedan registradas como acontecimientos aislados sin mayor efecto.
Y, en otro sentido, se requiere una investigación especial para indagar hasta dónde
tuvieron algún impacto además de lo percibido en una primera visión general. En este
contexto aparecen dos configuraciones que se presentan como antecedentes macro
sobre la situación del jazz actual en la ciudad.
Durante los setenta y los ochenta hay algunos conciertos con proyectos mexicanos
y extranjeros, siempre gestionados desde el ámbito cultural oficial, con la intermedia-
ción de los pocos agentes interesados en este tipo de música en el estado. La prensa
no tiene ninguna respuesta positiva a estos espectáculos, sólo registra los hechos y
El jazz en la ciudad de Querétaro... • 77
tar en cualquier parte del mundo, en cualquier gran ciudad del primer mundo, y
tendría éxito. El lugar, la ubicación, la estética, la oferta gastronómica, el servicio,
todo conlleva una connotación que aleja al lugar de la tradición queretana del siglo
xix y del xx. El lugar se ha mantenido, sus anfitriones y dueños, una mexicana de
la Ciudad de México, Silvia Kuri, y un suizo, Philippe Moser, que le da el nombre
al lugar, imaginaron desde Suiza el lugar, lo han construido con buen gusto, pasión
y paciencia. Este club de jazz que sólo opera como tal los miércoles, y el resto de
la semana sólo como restorán y panadería, marca con toda intensidad el antes y
después del jazz en la ciudad. Su programación combina proyectos internaciona-
les, nacionales y locales. Tienen propuesta, plan de desarrollo, tienen futuro, y van
conformando a su público, colaborando en forma sustantiva en la construcción de
la cultura del jazz en la ciudad.
A continuación, una lista sintética de las situaciones fundamentales en que los ciuda-
danos están en contacto con la música en vivo.
El jazz en la ciudad de Querétaro... • 79
Aquí la industria cultural de la música lleva la mano. Es importante en este caso iden-
tificar tanto a la gran industria trasnacional como a la industria nacional. Las situacio-
nes a las cuales está asociada este tipo de música son prácticamente todas las posibles.
80 • Jesús Galindo Cáceres
Querétaro, como otras ciudades del país, vive un movimiento emergente de mo-
dernización. La migración, los medios de difusión, la internet, el turismo, todo esto
colabora para modificar la matriz tradicional. En el caso de la música es evidente que
la música grabada ha venido a transformar por completo a la vida social del mundo
previo queretano. En este ámbito, como en el de la experiencia de la música viva el
jazz, no tiene un espacio tiempo representativo de algo significativo. De ahí la im-
portancia de los programas de radio, del festival internacional y del Moser, estos tres
elementos de configuración negocian tiempo y espacio con el resto de la vida social
El jazz en la ciudad de Querétaro... • 81
1) El jazz como forma musical. La genealogía de Estados Unidos. Los músicos y los
demás agentes del jazz en Querétaro reproducen las formas, sistemas, arreglos,
genealogías, de la música jazz en Estados Unidos. Variando las influencias, la
forma básica es el jazz de los años cincuenta y sesenta. Genealogía del pasado al
presente.
2) Perfil profesional y emocional del músico de jazz. Formas de vida, de formación,
de interpretación, de estudio, de ensamble, de mercado. Hay un estilo de vida y
de cultura típica y estereotipada. Se sienten distintos a la población en general,
se configuran como profesionales en el contexto de la figura del mercado. Se
forman imitando a lo exterior, no tienen figuras propias claras a las cuales acudir,
los músicos de San Miguel de Allende y de la Ciudad de México son el referente
más cercano fuera de las grabaciones de jazz extranjero. La imitación es la forma
básica de la vida musical, personal y profesional, con pocos elementos cercanos
que imitar.
3) Generación básica y proyecto. La generación más importante es la que ha pasado
de los veinte a los treinta años en los últimos diez años, la generación del milenio.
Poseen cualidades similares a sus pares nacionales, pero sufren de aislamiento;
su contexto inmediato no motiva ni promueve su desarrollo.
4) Cultura de género. El jazz es masculino, las mujeres con acompañantes, seguido-
ras, novias. Alguna cantante.
5) Cultura musical queretana. Referencias al jazz como música elitista, marginal,
fuera de lo popular y del Mercado Musical, con mayúsculas. El punto de parti-
da es que el jazz no es una forma estable ni garantía de desarrollo profesional
laboral.
6) Cultura del entretenimiento queretana. La música jazz como un segmento ínfimo
de la música cotidiana del entretenimiento. No forma parte de la vida de la ciudad
en forma cotidiana.
El jazz en la ciudad de Querétaro... • 83
7) Cultura del jazz en vivo. No existe esta forma de vida en ningún sentido; el jazz
es un elemento extraño y externo a la cultura queretana. Se escucha en ciertos cír-
culos universitarios, intelectuales, en forma mediada por grabaciones, en ciertos
momentos, algunos momentos.
8) Cultura de la vida nocturna queretana. La cultura nocturna sólo existe en el cen-
tro, asociada a la música grabada y a la forma de pequeño bar. El jazz no aparece
ni como ingrediente de música ambiental nocturna, salvo en ciertos momentos,
no en forma cotidiana.
9) Empresarios queretanos privados. El Moser como único lugar actual para escu-
char en vivo al jazz, sólo los miércoles, y básicamente proyectos que vienen de
fuera de la ciudad de Querétaro. Los dueños no son originarios de la ciudad de
Querétaro.
10) Empresa pública, gobierno del estado. El Festival Internacional de Jazz. Única
ocasión en que el público queretano tiene la oportunidad de escuchar en vivo, en
espacios públicos y en forma gratuita a bandas locales, nacionales e internacio-
nales. Fuera de eso, que en este sentido es mucho, no hay más actividad pública
evidente.
11) Los medios de difusión. No se ocupan del jazz. Algún programa de radio, alguna
nota ocasional en la prensa.
1) Llegan músicos de otras partes del país y del extranjero, con lo cual inicia la for-
mación de un gremio y la posibilidad de construir una escena jazzística, mínima
pero presente.
2) Estos músicos tienen diversas formaciones e intereses musicales, lo que permite
abrir la posibilidad a la articulación musical con otros músicos, tanto locales como
de fuera de la ciudad.
3) Aparece el interés por parte de los jóvenes en estudiar las armonías del jazz para
imaginar o emprender proyectos que no necesariamente son de jazz, pero deriva-
dos de su matriz gramatical.
4) Aparece en la ciudad un público potencial de jóvenes que buscan alternativas a
lo poco que sucede, el movimiento es emergente y parece tener condiciones para
84 • Jesús Galindo Cáceres
apoyar algunos espacios, responder en forma positiva a las escasas iniciativas em-
presariales privadas y públicas.
5) Los pequeños lugares del centro de la ciudad van incrementando su oferta de mú-
sica viva, empiezan a aparecer otros lugares en zonas distintas al centro. Esto abre
una ventana de oportunidad a proyectos locales.
1) Hay pocos músicos y proyectos, lo más sobresaliente son los ensambles de Filulas
Jus y Mantis Antea, que se han mantenido como propuestas y ya han producido
discos con música original.
2) Los empresarios privados no tienen presencia para el jazz, salvo los dueños del
Moser, que han mantenido su proyecto ya por seis años, y tienen prospectiva para
continuarlo.
3) El gobierno del estado y el municipal han promovido el jazz en ciertos momentos
dependiendo de las administraciones y los proyectos políticos y culturales, cuando
los hay. Lo más destacado la gestión y mantenimiento del Festival Internacional
de Jazz durante toda esta década.
4) La universidad es parte importante de la historia contemporánea del jazz en la ciu-
dad, ha apoyado al programa Jazzmanía durante ya 30 años. En este sentido puede
calificarse como la principal promotora del jazz en la ciudad.
5) El público de jazz no existe, sólo un puñado de interesados que siguen los even-
tos como oportunidades únicas. El resto del público es eventual, dependiendo de
agendas culturales y de entretenimiento.
El comentario final se ordena en una imagen que implica todo lo dicho. Hasta
inicios del siglo xxi no había prácticamente ningún referente del jazz estable en la
ciudad de Querétaro, durante la última década ha sucedido casi todo y es poco. El
contraste es mayúsculo entre nada y lo que hoy existe. El pronóstico puede perfilarse
como sigue.
1) Lo que hoy sucede seguirá un curso de incremento marginal, que puede llevar a la
consolidación de por lo menos un lugar de jazz en la ciudad, que forme parte del
circuito nacional y regional.
2) Que el jazz se consolide como un elemento de la agenda oficial, dando espacio
permanente para su audición por lo menos una vez al año dentro del Festival
Internacional.
3) Que la universidad se interese por abrir talleres para la formación de músicos de
jazz dentro de sus aulas.
4) Que la radio presente por lo menos algunos programas a la semana, quizás unos
tres, que continúen la promoción del jazz por este medio.
El jazz en la ciudad de Querétaro... • 85
5) Que alguna pluma emerja como la voz especializada sobre el jazz en la región y se
convierta en el promotor desde la prensa escrita y en general sobre este tema.
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El jazz en la ciudad de Querétaro... • 87
de trova se realizó del 18 al 20 de noviembre en las sedes del Trovafest 2017 (Plaza
Fundadores y Alameda Hidalgo), en diferentes horarios. La etnografía durante el
festival incluyó la elaboración de un diario de campo y el registro visual de aspectos
significativos para la investigación.
La descripción que hacemos de la escena de la trova en Querétaro se estructura
partiendo de un necesario marco histórico que nos permite comprender las influen-
cias de la trova local y sus referentes, para luego continuar con la descripción de las
dimensiones: local, translocal y virtual, presentando su fundamento teórico y sus
manifestaciones en nuestro caso de estudio. Comenzaremos por hacer un recorrido
histórico de la evolución del género.
La nueva trova cubana surge bajo el aliento del triunfo de la Revolución Cubana.1
Contrario al resto de la nueva canción latinoamericana ocupada en la denuncia y
protesta, la nueva trova celebra los logros de la revolución y manifiesta su beneplácito
por el nuevo régimen (Benmayor, 1981; Sanz, 1992). El nombre en sí mismo repre-
senta tanto un intento por diferenciarse de la trova tradicional como un deslinde de los
estilos que seguían pronunciándose contra el sistema. Este género pretende enunciar
parentesco y solidaridad con la nueva canción latinoamericana, pero sin manifestar
una actitud de resistencia (Benmayor, 1981).
La nueva trova cubana sentó sus bases, por un lado, en la canción de protesta pre-
sente en Cuba desde finales del siglo xix, pero identificada como tal hasta los años
cuarenta, y en la canción de autor, representada por un grupo de cantautores que, al
igual que lo sucedido en España, recuperaron en una primera etapa del movimiento
musical a poetas latinoamericanos como José Martí, Nicolás Guillén y Pablo Neruda
(Othón, 2016). Al igual que la nueva canción española, el uso de la poesía local reve-
laba el intento por dotar de identidad nacional o latinoamericana al género.
Para que la nueva trova surgiera como expresión musical existieron antecedentes
que permitieron la transición del lenguaje bolerístico del “filin”, a búsquedas reno-
vadas en cuanto a géneros y estilos. Juan Formell (1942-1914), creador de Los Van
Van (1969); Teresita Fernández (1930-2013), cantautora y pedagoga, y Martha Valdés
contribuyeron con sus aportes a preparar el terreno para la nueva trova (Fernández,
2005).
Se reconoce como el evento fundacional de la nueva trova cubana al Primer En-
cuentro de la Canción de Protesta, en la Casa de las Américas de La Habana en 1967,
donde participaron Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Pablo Milanés, Vicente Feliú y
Sara González como representantes cubanos. Dichos músicos, reconocidos como los
trovadores de la tercera generación, se aglutinaron a través del Grupo de Experimen-
tación Sonora del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, icaic, bajo
la dirección de Leo Brouwer, donde se integran como un colectivo que daría lugar a
una nueva forma de hacer trova. La etiqueta de nueva trova cubana, aunque comien-
za como movimiento, surge hasta 1972, internacionalizándose ya bajo ese nombre
(Rojas, 2018).
Este movimiento compuesto por jóvenes cantautores tiene como característica el
planteamiento de la realidad social a través de una estética volcada a la poesía y a la
autenticidad (Keightley, 2006). La búsqueda de la profundidad y del distanciamiento
con el discurso de la música comercial son sus signos distintivos. Bajo estas caracte-
rísticas surge una discografía variopinta en cuanto a ritmos y estilos, pero conservado
el empeño por el uso poético del lenguaje y la búsqueda de trascender más allá de la
canción para el consumo masivo.
1 Carlos Puebla (1917-1989) fue uno de los cantautores más representativos del triunfo de la Revolu-
ción Cubana. Su canción Hasta siempre, dedicada al Che Guevara, es la pieza más conocida de su obra.
94 • Sergio Rivera Magos
La nueva trova, de acuerdo con Otero Garbís (2000), conciliaba el discurso po-
pulista con el arte de vanguardia y el compromiso ideológico con la estética. Uno
de los más fieles representantes de ello fue Silvio Rodríguez,2 quien se convirtió en
el principal estandarte de la nueva propuesta musical. Entre su diversa obra figura
un grupo de canciones que exaltan la ética revolucionaria y el compromiso con las
transformaciones sociales que se suscitaron.
En los ochenta, un nuevo grupo de cantautores decididos a distanciarse musical-
mente de su generación predecesora dio lugar a una renovada etapa de la nueva trova
cubana. A este grupo se le llamó la generación de los topos (Díaz y Zamora, 2012),
por su origen subterráneo y su falta de apoyos y espacios para dar a conocer su
material. Este grupo estuvo integrado por cantautores nacidos alrededor de 1960,
como Frank Delgado, Santiago Feliú, Carlos Varela y Gerardo Alonso; todos ellos
buscando su propia voz a través de fusiones con el rock, el blues y una variedad de
ritmos cubanos.
La trova en México fue resultado, por una parte, de la influencia de la nueva can-
ción latinoamericana y, por otra, de la nueva trova cubana que desde finales de los
setenta marcó poderosamente a cantautores como Marcial Alejandro, David Haro,
Mendoza y Macondo; posteriormente, Rafael Mendoza como solista, Guadalupe Pi-
neda, Eugenia León, Fernando Delgadillo, Alejandro Hernández, Mexicanto y Ale-
jandro Filio, quienes relevaban a una generación anterior, más vinculada al folklor
latinoamericano.3 En el presente siglo pueden asociarse a la trova cantautores como
Edgar Oceransky, Raúl Ornelas, Leonel Soto, David Aguilar, Mauricio Díaz “El Hue-
so”, Alejandro Santiago, Gerardo Peña, Luis Odriozola, Miguel Inzunza, Gustavo
Lastra y Rafael Malo, por mencionar sólo algunos.
Este movimiento se expresó de diferentes maneras, siendo la Ciudad de México
la que concentró más esfuerzos y artistas involucrados; sin embargo, ciudades como
Guadalajara, Monterrey, Puebla, Morelia y Querétaro generaron expresiones y for-
mas de articulación locales que apuntaban a convertirse en escenas musicales con
vida propia, siendo el caso queretano del que se ocupa este trabajo.
2 Silvio Rodríguez fue elegido, a finales del siglo pasado, junto con Ernesto Lecuona, como el mejor
compositor cubano del siglo. Entre sus discos más importantes están Días y flores (1975), Al final de este
viaje (1978), Mujeres (1978), Rabo de nube (1980), Unicornio (1982).
3 Óscar Chávez, Los Folkloristas, Amparo Ochoa, Gabino Palomares, La Nopalera, Sanampay, Tehua,
Negro Ojeda, Julio Solórzano, Carlos Díaz Caito, León Chávez Teixeiro, Guadalupe y Viola Trigo, Inka
Taki, Grupo Víctor Jara, Anthar y Margarita, Grupo Alpasinche.
La escena de la trova en Querétaro • 9
5
ría. Dichos autores afirman que hay una diferencia substancial entre los privilegios y
recursos de los que gozan las escenas británicas o estadounidenses, en contraste con
las carencias que suelen definir a escenas latinoamericanas, sobre todo de música
folklórica. En este sentido, el uso que hacemos de escena toma en cuenta las carencias
que plantea la trova como un género no comercial, con actores que cuentan con dife-
rente capital económico y nivel de apropiación de las Tecnologías de la Información
y Comunicación (tic), y con las problemáticas propias de la clase media provincial
en México.
Consideramos que el presentismo, otro señalamiento del cual se acusa a los estu-
dios anglosajones, queda solventado en este análisis. La trova queretana no se puede
comprender si no se conoce el relato histórico de sus actores. Recogemos en este
sentido la propuesta de escena y memoria de Bennett y Rogers (2016), con lo que
se incorpora un espejo retrovisor que nos permite mantener un referente histórico al
analizar espacio, actores y evolución del género.
En este estudio también evitamos definir a la escena como algo meramente local,
preferimos pensar en una escena musical que tiene diferentes niveles de movilidad e
interacción. Más aún, se opta por concebir a la escena musical como un entramado
de redes analógicas y digitales con un referente espacial, pero no acotado por él, con
relaciones de colaboración que aprovechan el intercambio de contenidos y presen-
cias musicales mediadas por las tic, y sostenidas por intereses de negocio, afinidad,
camaradería y sentido de comunidad; por ello, resulta adecuado analizar la escena
desde sus tres tipos: local, translocal y virtual (Bennett y Peterson, 2004), mismos que
explicaremos detenidamente a partir del caso de la trova queretana.
Los estudios sobre escena local en Estados Unidos se fortalecieron durante los
noventa gracias al interés continuado de los investigadores sobre géneros musicales
emergentes como el grunge de Seattle o el indie-rock de Illinois (Kruse, 1993), así
como la escena hardcore de New York y San Francisco (Gaines, 1994; Tsitsos, 1999);
movimientos musicales que no pueden entenderse sin los referentes geográficos que
les dieron origen.
En el inicio de este siglo, el estudio de las escenas locales se diversificó para incluir
géneros más allá del rock, como los trabajos sobre el rave en Estados Unidos (St.
John, 2004), el movimiento de salsa en Londres (Urquía, 2006) y el blues de Chicago.
Otros lugares específicos como clubes o discotecas también fueron señalados por los
investigadores como espacios culturales conformadores y referentes de las escenas
locales. Los pub rock de Sidney (Homan, 2000, 2008); los clubes nocturnos serbios
(Todorovic y Bakir, 2005), y los sitios de house y música industrial de Philadelphia,
son ejemplo de ello. Estos estudios estaban interesados no sólo por el referente ci-
tadino, sino por sus espacios concretos donde el performance y el encuentro con las
audiencias tiene lugar.
Bennett (2004) señala las aportaciones de la música a las ciudades. El turismo,
por ejemplo, es uno de los beneficios más visibles (Cohen, 1997); en este sentido se
puede relacionar Liverpool con los Beatles, Elvis con Memphis, la música country
con Nashville, el blues con Chicago, y el jazz con Montreal; las escenas musicales
promueven el intercambio cultural y la visibilización de las ciudades a través de su
infraestructura musical y sus festivales.
El análisis de la escena desde su dimensión local permite revisar las relaciones so-
ciales, estructuras económicas y los elementos identitarios que conforman y mantie-
nen a la música en un espacio geográfico, y cómo el contexto local determina no sólo
los estilos musicales, sino también las formas de organización e interacción en torno
a ellos. Espacios y lugares específicos cumplieron un papel importante en la identidad
local de la escena de la trova en Querétaro, como explicamos a continuación.
Por ejemplo, Chava Alcocer hizo canciones con David Aro, es interesante el dato porque
hubo una complicidad poética. Vicente Osorio que también es cantautor y Héctor Martí-
nez, y mucho antes que yo y grabaron discos, pero no había foro para darle continuidad,
no concretaron el rollo de ir a vivir de eso (Juan Carreón, cantautor y escritor, 2017).
Quadros inició así: una noche tranquila llega un grupo de trovadores a la galería y me
piden permiso de pasar a hacer su noche bohemia porque les cerraron el Jardín del Arte
y tenían ya un público en espera, fueron más de 50 músicos con guitarra en mano los
que amenizaron el lugar esa noche (Miguel Ruíz Ojeda, fundador de Quadros, 2017).
4 Otros espacios tanto de efímero paso como de reciente creación fueron referidos por los entrevistados
como lugares donde se presentaba o se presenta trova: La Tramoya, Mi Delirio, El Rincón de la Trova (en
la Vieja Estación de Tren), Centro Cultural el Árbol, Reto Rock y Amares.
La escena de la trova en Querétaro • 9
9
Ese lugar tenía un espíritu de búsqueda de talentos, lo que hacían otros lugares que co-
menzaron a abrir, se dedicaban a reproducir lo que había en Quadros, invitaban a la gente
que le iba bien en Quadros a presentarse en esos lugares, pero no se dedicaban a buscar
talentos (Edgar Oceransky, cantautor, 2017).
5 El primer disco en vivo fue un concierto del grupo Cuerdas y Madera, integrado por Miguel Inzunza,
aury Pérez, Virulo y Santiago Feliú; de México como Gabino Palomares, David Filio, Mexicanto, Nicho
Hinojosa, Real de Catorce, Leda Moreno, entre otros. Bajo la marca Quadros actuaron en otros recintos
Facundo Cabral, de Argentina, y Eugenia León, de México.
7 Como una política para favorecer a los artistas queretanos, los cantautores foráneos se presentaban
8 Durante la vida activa de Quadros se presentaron espectáculos de folklor latinoamericano, blues, rock,
Roxy Theatre, referente del rock en vivo en Los Ángeles, California; Bluebird Café, parte fundamental
de la escena country de Nashville; el Teatro Apollo, como referente de la música afroamericana en Nueva
York, el mítico Blue Note para la escucha de Jazz en la misma ciudad y, por su parte, Baked Potato, en
Los Ángeles California.
La escena de la trova en Querétaro • 101
10 Estos estudios sobre música queer hacen énfasis en los planos de interacción, pero también en la
Las fronteras entre lo local y lo translocal son muy tenues; más que pretender
identificarlas la tarea debería ser encontrar las superposiciones y los elementos que
actúan articulándolas. En este sentido, encontramos aspectos de la trova queretana
que muestran lógicas de lo translocal: el primero de ellos es el uso de las plazas
públicas como punto de confluencia de artistas y públicos locales y foráneos; el
segundo es la convivencia de las etiquetas trova y canción de autor como signo de
conexión con prácticas y nociones translocales.
Tradicionalmente, la trova no ha sido un género vinculado con los grandes espa-
cios, festivales o concentraciones masivas, sino que ha sido asociado con pequeños
recintos, peñas11 o lugares de limitado aforo. En el imaginario social, el trovador
aparece con su guitarra y voz sin grandes elementos de producción o despliegue
escénico; esta imagen fue cambiando a partir de diferentes acciones de política cul-
tural, las cuales han llevado a trovadores a recintos de mayores dimensiones. Mexi-
canto recuerda sus actuaciones en los ochenta en teatros en Querétaro, entre ellos el
de la República, conciertos auspiciados por dependencias culturales.12 La política
cultural también permitió los ciclos de conciertos de trova en el Teatro Rosalío So-
lano13 y la presentación en plazas públicas de artistas del género, tanto locales como
internacionales.
La presencia de la trova en el espacio público se potencia en Querétaro a partir de
la llegada del Trovafest, en 2014. El primer festival dedicado a la trova fue resultado
de una iniciativa del cantautor Edgar Oceransky, a través de una combinación de fon-
dos federales y locales para la promoción de la cultura.14 El festival, desde sus inicios,
se ha llevado a cabo en plazas públicas del Centro Histórico de la ciudad como el
Jardín Guerrero, la Plaza Fundadores y la Alameda Hidalgo. En su primera edición
asistieron 60,000 personas a escuchar a más de cuarenta artistas.
De acuerdo con Lefebvre (1991), la relación entre espacio físico y discursivo ge-
nera el espacio de representación, o lo que llama Soja (1996), el tercer espacio.
La representación de la trova en su modalidad de espectáculo en jardines y plazas
permite pensar en una escena que ha incrementado sus espacios de performance y
mente las peñas. En Ciudad de México espacios como El Sapo Cancionero, El Mesón de la Guitarra, Peña
Gallos, El Breve Espacio, El Gran Galeón y La Bodega han sobrevivido programando trova y folklor
latinoamericano.
12 Diferentes cantautores mencionan a productores y funcionarios de la cultura como Jesús Malo, quien
desde los años ochenta promovió la trova y la canción de autor en Querétaro, lo mismo a José Antonio Mac
Gregor, quien a través de programas culturales produjo discografía de artistas queretanos y promovió la
oferta de trova en escenarios gubernamentales.
13 Manuel Alcocer recuerda que Vicente Osorio, director del Teatro Rosalío Solano, implementó un
programa para cantautores de 2006 a 2009, presentando conciertos cada mes; algunos de los artistas que
ahí se presentaron fueron Luis Castañeda, Claudio Herrera, Samuel Barrios y Marco Castro.
14 Los fondos para el primer Trovafest surgieron de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
La escena de la trova en Querétaro • 103
Este tipo de música relaja; si te fijas, está de moda la música de banda y a mí se me hace
música muy agresiva para las mujeres, y los jóvenes lo reproducen en su vida diaria;
entonces, si te fijas, de alguna manera es bueno este evento porque empiezan a abrir la
cultura y a mostrarle a los jóvenes que hay otro tipo de música (Karla 1,15 originaria de
Querétaro, Trovafest 2017).
15 Debido a que se entrevistó a varias personas que coincidían en su primer nombre, se decidió asig-
cas a propósito del Trovafest y las interacciones entre públicos y artistas que de él se
derivan. La escena queretana deja de ser una expresión local para convertirse en un
asunto de influencia e interés para la comunidad trovera global. Bajo esta dinámica,
el trabajo artístico de los trovadores queretanos se reconfigura de acuerdo con las
tendencias y líneas de evolución presentes en la trova a nivel internacional.
Cuando llegamos a la trova ni siquiera sabíamos que hacíamos trova, entonces empe-
zamos a ser muy criticados por hacer ese tipo de música y porque usábamos la escala
de blues. Hacíamos otro tipo de música a lo que se venía haciendo y tuvimos muchas
críticas porque las canciones de entonces eran más de protesta, y nosotros trajimos más
música de propuesta (Mexicanto, cantautores, 2017).
El estudio de la escena virtual pretende comprender, entre otras cosas, cómo los recur-
sos digitales promueven interacciones y potencian a las escenas hacia lo translocal.
Estudios como el de Williams (2006) revisan la dinámica de interacciones virtuales
en la escena punk y cómo sus discursos pueden reflejar la identidad o los puntos de
tensión derivados de la autenticidad de la música (Williams y Copes, 2005).
Lo virtual permite trascender las barreras de tiempo y espacio y aproximarse a los
géneros musicales desde otras dinámicas. Los consumos personalizados y el uso de
herramientas digitales para apropiarse de la música configuran el cotidiano del oyente
y su pertenencia a comunidades o redes de colaboración o de afinidad. Es importante
decir que desde lo virtual puede estudiarse cómo las viejas prácticas relacionadas con
la escena musical se han renovado o transformado a partir del uso de herramientas
digitales.
El estudio de lo virtual dentro del ámbito de la escena musical está en desarro-
llo, son escasos los trabajos que deciden analizar concretamente el fenómeno de lo
virtual, la mayor parte de aproximaciones lo revisan como una categoría más del
análisis de escenas musicales complejas que no podrían comprenderse sin conocer
sus dinámicas en línea.
El avance vertiginoso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(tic) dificulta el estudio de la dimensión virtual en una escena, porque las prácticas
cambian tan velozmente como la aparición de nuevas tecnologías y recursos digitales.
Aún existe un largo camino por recorrer en el estudio de la escena virtual, pues a partir
de ella se pueden entender lo mismo esquemas de cultura participativa que estrategias
comunicativas y promocionales de la música y sus protagonistas.
Actualmente es impensable entender las escenas musicales sin su dimensión vir-
tual. La digitalización de la música se ha hecho presente no sólo en las nuevas formas
de producción y distribución, sino también en la promoción de la música. Las tic
dan lugar al registro de la escena musical y las prácticas y discursos en torno a ella,
también contribuyen a construir memoria y contenidos útiles para la autodescripción.
Los trovadores en Querétaro han ido incorporando la comunicación digital a su
quehacer, superando así no sólo limitaciones de espacio y tiempo, también de alcance
La escena de la trova en Querétaro • 107
16 Se identificaron las siguientes categorías: Audiencia: cualquier perfil civil, personas. 2. Medio infor-
mativo: portales digitales, periodistas, medios de comunicación, portales de música. 3. Músico: cantau-
tores, bateristas, compositores, guitarristas, etc. 4. Club de fans: club de fans de los músicos o del Trovafest.
5. Institucional: publicaciones de la cuenta del Trovafest. 6. Industria: productoras, festivales, promotores.
7. Turismo: hoteles, restaurantes, perfiles de turismo.
108 • Sergio Rivera Magos
Tabla 1
Tipo de perfil de las publicaciones sobre el Trovafest
Tipo de perfil Cantidad de tuits Total
Audiencia 168 35%
Medio informativo 155 33%
Músico 76 16%
Club de fans 37 8%
Institucional 20 4%
Industria 12 3%
Turismo 6 1%
Otro 2 0%
476
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 2
Temática de las publicaciones en Twitter sobre Trovafest 2017
Tipo de publicación Cantidad Porcentaje
Artista 49 30%
Asistencia 35 21%
Festival 29 18%
Situación personal 24 15%
Informativo 8 5%
Sugerencia 6 4%
Pregunta 5 3%
Letra o canción 4 2%
Trova 2 1%
Otro perfil 1 1%
Fuente: Elaboración propia.
La escena de la trova en Querétaro • 109
Tabla 3
Temáticas de la publicación de la fan page Trovafest 2017
Tipo de publicación Cantidad Porcentaje
Artista 449 27%
Letra 292 17%
Perfil otro 248 15%
Otros 248 15%
Festival 144 9%
Situación personal 78 5%
Pregunta 76 5%
Asistencia 66 4%
Sugerencia 61 4%
Informativo 15 1%
Trova 2 0%
Comparación con otro género 1 0%
1680
Fuente: Elaboración propia.
En cuanto a las publicaciones que mencionan artistas, a los que hacen más referen-
cia son: Alejandro Filio, 14%; Ismael Serrano, 10%; Edgar Oceransky, 9%; Alejandro
Lerner, 6%; Óscar Chávez, 5%; y con 4% los siguientes artistas: Fabby Olano, Ar-
mando Manzanero, Omar Márquez, Fran Fernández, Pedro Guerra y Solé Giménez.
Podemos observar que en ambas redes la temática central se refiere a cantautores
y canciones, así como a las letras de las mismas. Este hecho se comprueba con la
nube de palabras que resulta de los datos conjuntos de Twitter y Facebook, que nos
muestra a la canción como el elemento más significativo de la comunicación digital
en el contexto del Trovafest 2017.
110 • Sergio Rivera Magos
Tabla 4
Nube de palabras de publicaciones en Twitter y Facebook del Trovafest 2017
Fuente: nubedepalabras.es.
El Trovafest 2017 nos permitió verificar la utilización de las redes digitales para
información y consulta por parte de los medios y para la interacción global entre mú-
sicos. Las transmisiones en vivo permitieron seguir, recrear y comentar la actuación
de los artistas, articulando lo online con lo offline en tiempo real y permitiendo la
participación de la comunidad de seguidores, quien se manifestó en torno al interés
común por la canción de autor. Cabe señalar que las redes digitales se convirtieron en
un espacio para dar cuenta del agradecimiento de los internautas por la existencia del
festival, las nubes de palabras lo constatan: en ellas dominan las expresiones de carga
positiva respecto al evento y los artistas participantes.
Como Bennett y Peterson (2004) recomiendan, no hay que separar la escena musi-
cal virtual de la física, ambas forman parte de una misma realidad y dinámica; en este
sentido, la escena de la trova en Querétaro se ha apropiado del teléfono móvil como
un articulador de la comunicación entre músicos y medios, como testigo del perfor-
mance y herramienta multiuso para informarse sobre eventos y novedades. Internet es
para esta escena una plataforma de consulta y espacio para la construcción de proyec-
tos y complicidades. Las redes sociodigitales representan un medio de información y
de expresión para fans e interesados en la trova.
La escena de la trova en Querétaro • 111
Consideraciones finales
Referencias
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La escena de la trova en Querétaro • 113