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Influencias de La Reforma en El Movimien

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Influencias de la Reforma en el movimiento metodista del siglo XVIII

Por Samuel Murillo Torres


(BTh., MTh.)

“Han pasado cerca de siete años desde que comenzamos a predicar la salvación interna, presente,
como accesible por la fe solamente. Por predicar esta doctrina nos prohibieron predicar en las iglesias.
Entonces predicamos en casas privadas, según se ofrecía la ocasión; y cuando la gente ya no cabía
en las casas, al aire libre. Por esto como muchos de los clérigos predicaron o publicaron en contra de
nosotros, haciéndonos aparecer como herejes y cismáticos. Personas convencidas de sus pecados
nos rogaban les aconsejáramos, mas específicamente, como huir de la furia que se avecinaba.
Nosotros contestamos que si todas vinieran al mismo tiempo, puesto que eran numerosas, las
atenderíamos. Por esto fuimos acusados desde el púlpito y por la prensa de introducir el papismo,
promover rebeliones, ejercer en contra de la iglesia y el estado; y nos adjudicaron a nosotros y a todos
los que se reunían con nosotros toda clase de malevolencias.”1

Introducción

Resulta todo un reto cumplir con la promesa del título asignado a esta porción del compendio
que el metodismo mexicano se ha propuesto elaborar, ya que, seria una falacia denominar los
movimientos del cristianismo europeo de hace aproximadamente 500 años como una sola Reforma,
y además, otra falacia sería decir que Juan Wesley y los primeros metodistas fueron influenciados
solo por una porción (protestante) de los movimientos de Reforma. No podemos olvidar, que los
movimientos de reforma no pueden ser catalogados únicamente como postulados de fe que se
delimitan en el ámbito religioso, sino que también tuvieron fuertes implicaciones políticas y
económicas mediante intereses personales de los gobernantes y poderosos de la época que
buscaban usar a la iglesia para sus propios intereses.
Ejemplo de ello es la forma en la que los príncipes alemanes protegieron a Lutero de la
inquisición y el Papado, buscando enriquecer y afirmar su poder político por encima del de Roma. La
misma Reforma inglesa o Iglesia de Inglaterra surge de la disputa entre Enrique VIII y el obispo de
Roma, monarca británico que usó como excusa la negación del Papa a concederle el divorcio, pero
al mismo tiempo, esto implicó afirmarse como líder absoluto, no solo de la economía y política de su
país, sino expulsar toda influencia y poderío extranjero que buscara inmiscuirse, aunque esto fuera
por medio de la iglesia, convirtiendo al monarca desde entonces y hasta hoy en la máxima autoridad
de la Iglesia inglesa. Hasta nuestros días, parte del proceso de ordenación, consagración o licencia
de trabajo de cualquier funcionario de la Iglesia de Inglaterra, es jurar obediencia absoluta al
monarca y a la corona.
Han sido pocos los movimientos de Reforma en la Fe cristiana que no se involucraron en
movimientos armados, manipulaciones económicas o políticas, uno de ellos es el de las sociedades
metodistas en Inglaterra durante el siglo XVIII, ya que, a pesar de las dificultades y lo poco
comprendidos que fueron en ese entonces, hasta el día de hoy mantenemos un espíritu de apertura,
dialogo, comprensión y sobre todas las cosas, lleno de amor a Dios y al Evangelio. Wesley describe
al metodista de tal forma:
“Las marcas distintivas de un metodista no son sus opiniones sobre cualquier asunto. Su aprobación
de tal o cual esquema de religión, su aceptación de cualquier conjunto de nociones, su adhesión a un
juicio sobre otros seres humanos, son todos elementos muy alejados del tema... Creemos,
ciertamente, que toda Escritura es producida por inspiración de Dios, y en esto nos distinguimos de los
judíos, de los turcos y de los infieles. Asimismo, creemos que esta Palabra de Dios escrita es la única y
suficiente norma para la fe y la práctica cristianas, y es en esto que nos distinguimos
fundamentalmente de la Iglesia de Roma. Creemos que Cristo es el Eterno y Supremo Dios, lo que

1 Wesley, J. (1745). “Cartas I” (Obras de Wesley, Tomo XIII), EUA: Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers.
también nos diferencia de los socinianos y los arrianos. Pero, en cuanto a las opiniones que no atacan
los fundamentos del cristianismo, «pensamos y dejamos pensar». De manera que, sean lo que sean,
ciertas o equivocadas, no constituyen «marcas distintivas» de un metodista.”2

Juan Wesley y el movimiento metodista del siglo XVIII ciertamente fueron influenciados, no por
una Reforma, sino por diversos movimientos de Reforma entre los cuales destacan los siguientes: el
movimiento de Reforma inglés que derivó en el establecimiento de la Iglesia de Inglaterra de la cual
Wesley fue clérigo hasta su muerte, movimientos puritanos, movimiento Moravo, movimiento
Presbiteriano y por último y menos conocido entre los metodistas de hoy, movimientos de reforma
políticos y religiosos dentro de la Iglesia de inglesa, como lo fueron los “Non-Jurors”3 , quienes
influenciaron en gran manera el pensamiento de Wesley con respecto al calendario cristiano y la
importancia de la Tradición, por ultimo, también fue un esfuerzo de renovación y reforma en la Iglesia
del Este, específicamente teniendo mas contacto con Ortodoxos griegos, por ello, se podría concluir
que el pensamiento y la teología de Wesley era mucho más griego que latino. Antes de entrar de
lleno a Juan Wesley y los primeros metodistas, es importante expresar contenido relevante de la
herencia religiosa del pueblo inglés y el tiempo de Wesley: La Iglesia de Inglaterra.
La vida litúrgica y espiritualidad que la Iglesia de Inglaterra mantuvo después de su desprendimiento
del Catolicismo Romano, esta basado principalmente en el “Libro de la Oración Común”, el cual, fue
redactado por Cranmer, Arzobispo de Canterbury, y basa las “Oficinas diarias” en el ritmo de vida y
oraciones acorde con la ‘Regla de Vida’ monacal benedictina; la oración continua de los Salmos
dentro de una vida devocional diaria, oración matutina, Eucaristía u oración de medio día, oración
vespertina y oración por la noche. Dicho ritmo litúrgico, permite mantener un énfasis constante en la
Celebración litúrgica de la Palabra y la Liturgia Eucarística, en conjunto con los credos históricos,
haciendo énfasis de la Tradición de la iglesia cristiana, es decir, una expresión litúrgica y devocional
de la Catolicidad de la Iglesia.
Es importante explicar que, por Tradición se entiende (así con “T” mayúscula) como el
evangelio mismo, así como ha sido transmitido de generación en generación en manos de la iglesia,
por otra parte tradiciones, son las muchas formas y maneras diferentes en las que se ha entendido la
Tradición a lo largo de su herencia y transmisión en las diferentes confesiones cristianas y culturas.4
Y el sentido que se le da al termino Católico en éste escrito, es el que se observa durante la
Tradición desde las primeras confesiones de Fe y Credos de la Fe cristiana. Cuando se haga
referencia a Roma, se ha se señalar explícitamente.
Lo anterior es importante, sobretodo en la realidad del metodismo actual en muchos países de
herencia Estadounidense, al hacer un énfasis sobre una herencia evangélica pero se olvida de la
herencia Católica, la cual se enraíza en la riqueza de la tradición Anglicana y la historia o Tradición
milenaria de la fe cristiana. A lo largo de este capítulo entonces, se buscará hacer un seguimiento de
la vida y formación de Juan Wesley y el como fue influenciado por grupos internos y externos a la
Iglesia de Inglaterra, todo ello mediante la apertura, dialogo y tensiones que fueron siempre
analizados bajo el alta estima que Wesley siempre sostuvo en el desarrollo y entendimiento de la
Unicidad del Cuerpo de Cristo, basado primordialmente en el estudio e importancia de la Tradición
(en la cosmovisión Católica), sobretodo en los Padres de la Iglesia, La Divina Liturgia y toda la

2 Wesley, J. (1745). “Cartas I” (Obras de Wesley, Tomo V), EUA: Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers.
Traducción y Edición por Justo González (1998), 16 – 17.
3 El uso de la Tradición, calendario cristiano; ayuno, liturgia, credos, oraciones de los primeros metodistas (El Club Santo)

fueron influenciados por académicos que pertenecían a los “Non‐Jurors”. Movimiento de “no‐juristas” que tenia reservas a
reconocer la autoridad del trono de Inglaterra y por consiguiente la autenticidad de la Iglesia de Inglaterra. Consultar: Mitchel,
A. (s.f.). “The Non – Jurors 1688 – 1805". Recuperado el 28 de marzo del 2017 de
http://churchsociety.org/docs/churchman/051/Cman_051_4_Mitchell.pdf. Non ‐ Jurors buscaron comunión con la ortodoxia
griega mediante Constantinopla, esto en: Lathbury, T. (1845). “History of the Non – Jurors.” London: William Pickering.
4 VanElderen, M. y Conway, M. (2001). Introducing the World Council of Churches. Geneva, Switzerland: WCC Publications.
riqueza de la práctica comunitaria de los primeros siglos, previo al cisma del Este (Iglesia Latina -
Roma) – Oeste (Iglesia Griega – Constantinopla) en 1054. De cualquier forma, es importante
enfatizar que aunque Wesley nunca dejo de ser clérigo de la Iglesia de Inglaterra, por lo que en su
entendimiento teológico no formuló nuevos postulados dogmáticos ni mucho menos permaneció
estático en formulaciones intelectuales, sino que se basó siempre en el desarrollo de una vida
devocional y comunitaria bastante práctica para con aquellos que se encontraban en su entorno.5

Influencias teológicas en los primeros años de vida de Juan Wesley

“Querida Madre… Me han recomendado leer el libro de Thomas de Kempis. Lo he visto varias veces pero
no lo he leído con detenimiento. Tiene que haber sido una persona muy devota pero no estoy de acuerdo
con él en algunas de sus ideas principales… Espero que cuando tengas tiempo me dejes saber lo que
piensas sobre este asunto y me corrijas si estoy equivocado… Tu respetuoso hijo, Juan Wesley.” 6

Es vital comprender la educación familiar que los Wesley recibieron desde su niñez para poder
entender el desarrollo de su vida cotidiana en sus formas tan metódicas y disciplinadas, lo cual años
después llevo a diversos apodos de burla, concluyendo con el sobrenombre de “Metodistas” que
hasta hoy conservamos con mucho orgullo pero con poco conocimiento en la práctica cotidiana.
Susana Wesley, se mantuvo cerca de la formación de sus hijos, no sólo durante su niñez, sino que
hay evidencia escrita de su cercanía incluso durante los días universitarios de Wesley en Oxford, lo
cual expresa sabiduría, confianza y además profundo conocimiento o interés de estar en dialogo
como resultado de una formación analítica, abierta al diálogo teológico, espiritual e intelectual en la
búsqueda de un aprendizaje mutuo.
Al parecer desde su niñez, Wesley disfrutó las delicias de una disciplina de enriquecimiento
espiritual bajo la influencia pietista de su madre; aprendió a leer con la biblia, orar el Padre Nuestro
por lo menos dos veces al día, oraciones (matutina y vespertina conforme al “Libro de la Oración
Común”), lectura de Las Escrituras, y pasaba un tiempo semanal con su madre en donde podía
compartir, externar y cuestionar sobre lo que pasaba por su mente y experiencias diarias.7 Todo lo
anterior en la búsqueda de examinar su corazón y madurar su juicio desde una perspectiva cristiana
ante las adversidades o necesidades diarias.
Durante varias décadas previas al tiempo de Wesley, la Iglesia de Inglaterra había pasado por
tiempos complejos en la definición de su teología, doctrina y dogmática, específicamente con
respecto al Catolicismo Romano y en diferencia con los demás movimientos de Reforma de la
época. Fueron definidos los 39 artículos de religión, expuestos por medio de 33 homilías, sin
embargo, “dichos documentos y confesiones de fe estuvieron siempre sujetos a interpretación
privada de los clérigos”, lo cual en ocasiones llevaba a ambigüedades, dudas o tensiones. La
pregunta que se mantenía sobre la mesa de forma constante: ¿En dónde reside la autoridad en el
descubrimiento de la ley de Dios para con los hombres? Diversas autoridades eclesiásticas de la
época marcaron la línea teológica que hasta hoy sigue siendo parte del genio y espíritu del
Anglicanismo, sobretodo cuando es puesto en práctica con paciencia y buena voluntad de
aprendizaje mutuo, esto es: el uso de la razón, Las Escrituras y la Tradición como las fuentes de
donde emana la luz, el poder y la guía de Dios por medio del Espíritu para con la Iglesia.8

5 Para un entendimiento mucho más profundo del desarrollo ministerial y teológico de Juan Wesley como clérigo Anglicano,
consultar: Baker, F. (1970). John Wesley and the Church of England. London: Epworth Press, 1.
6 Porción de la Carta del 24 de Mayo de 1725 a Susana Wesley: Wesley, J. (1725). Cartas I (Obras de Wesley, Tomo XIII), EUA:

Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers. Traducción y Edición por Justo González (1998), 17‐19.
7 Toda esta experiencia fue la base y antecedente histórico de lo que después fue su disciplina diaria en sus días de estudiante

y desarrollo ministerial. Buscando tener en todo tiempo un director espiritual y practicar de forma cotidiana los medios de
gracia: Baker, F. (1970). John Wesley and the Church of England. London: Epworth Press, 7 – 10.
8 Paget, F. (1899). An Introduction to the Fifth Book of Hooker’s Treatise of the Laws of Ecclesiastical Polity. England: Oxford

Press, 266. Y McAdoo, H.R. (1965). The Spirit of Anglicanism. London: Black, 6.
En dicho contexto religioso es en el que Wesley comenzó su preparación teológica y ministerial.
Su llegada a Oxford fue un tiempo trascendente de un joven lleno de energía y pasión por
comprender, cimentar y desarrollar su fe conforme a su experiencia y cosmovisión religiosa. En
cuanto a las primeras lecturas teológicas y devocionales, se destaca la influencia de Thomas de
Kempis en “Imitatio Christi” y Jeremy Taylor en “Holy Living” y “Holy Dying”. Específicamente Taylor
se convirtió en lo que podría ser un Padre espiritual con respecto a su desarrollo teológico y en
referencia a sus posiciones doctrinales con respecto a doctrina y ministerio, reproduciendo años
después en su biblioteca personal porciones parciales de Taylor:

“El Espíritu Santo es ciertamente el mejor predicador del mundo, y las Palabras en Las Escrituras el mejor
sermón… Dios esta especialmente presente en los corazones de su pueblo por el Espíritu Santo, en las
conciencias de todas las personas, buenas y malas, como testimonio y juicio… No afirmo nada, sino lo
que este basado en Las Escrituras, en la Tradición Universal, o un correcto discernimiento racional por un
individuo desinteresado”9

Al comenzar a residir en Lincoln College, Oxford, Wesley comenzó a enfatizar el uso de su


tiempo de una forma metódica, así como un ascetismo10 mucho más pronunciado acompañado de
obras de piedad ‘ad intra’ y ‘ad extra’. Al respecto Wesley relata decidir no prolongar más el tiempo y
responder en obediencia a Dios de una forma en la que jamás se ha comprometido previamente,
Baker lo relata como una nueva experiencia de convicción en Cristo, más aún, porque a partir de
dicho compromiso en disciplina personal y momentos de contemplación y reflexión espiritual, fue que
asumió órdenes ministeriales, y comenzó el trayecto que hasta después de varios experimentos,
alrededor de 1730 se convirtió en la decisión de despertar a orar el resto de su vida a las 4:00 de la
mañana.11
A partir de la metodología y disciplina, Wesley comienza a tener ciertos seguidores y colegas
que comparten los mismos intereses de una radical experiencia comunitaria, es así como surge lo
que comúnmente conocemos como el “Club Santo”. Algunos de los que comienzan a tener cercanía
a Wesley eran parte del movimiento “Non – Jurors”, los cuales enfatizaban rasgos muy cercanos y
similares al de las comunidades previas a Nicea (325), es decir, una experiencia de comunidad
mucho más piadosa bajo lineamientos litúrgicos de la fe cristiana mucho más primitivos. Wesley en
dicha época se refiere a su motivación y desenvolvimiento ministerial de la siguiente forma:

“Fui creado para ser feliz; para ser feliz tengo que amar a Dios; y mi felicidad tiene que aumentar en
proporción a mi amor. Para amar a Dios tengo que ser como él, ‘santo como él es santo’; lo que
implica dos cosas: haber sido purificado de las pasiones viciosas y tontas, y haber sido confirmado en
aquellas virtudes y afectos racionales que Dios incluye en la palabra «amor». Para desarraigar las
pasiones de mi alma y establecer las virtudes en lugar de las pasiones tengo que usar, (I) los medios
que Dios establece, (II) los que la experiencia y la razón recomiendan.”12

Al parecer Wesley estaba dispuesto a usar todos los medios posibles para permitir un
crecimiento interno y externo que lo llevara a una entera santificación, sin importar cuan poco
ortodoxo pareciere. Baker expresa que en dicho tiempo Wesley fue influenciado por cierto

9 Para mayor consulta: Wesley, J. (1752). Christian Library, 50 Vol., Bristol (1749 – 1755). Y Taylor, J. (1671). Works. Ed. R.
Heber y C.P. Eden, 10 Vols., Londres (1862). Las copias de Taylor que pertenecieron a Wesley de Ductor Dubitantium (1671) y
The Great Exemplar (1653) se encuentran en Kingswood School, Bath.
10 Definición de Google: Ejercicio y práctica de un estilo de vida austero y de renuncia a placeres materiales con el fin de

adquirir unos hábitos que conduzcan a la perfección moral y espiritual. Recuperado el 15 de abril del 2017 de:
https://www.google.co.uk/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-8#q=definicion+acetismo.
11 Baker, F. (1970)., Ibid., 19 – 20. Al parecer en las cartas a su madre del 24 de enero y 19 de Marzo de 1727 expresa los inicios

de su nueva metodología y disciplina de estudio y devoción diaria. Donde inicialmente despertaba 8:00 am y gradualmente fue
experimentando hasta decidirse por 4:00 am en 1730: Wesley, J. (1725). Cartas I (Obras de Wesley, Tomo XIII), EUA: Wesley
Heritage Foundation & Providence House Publishers. Traducción y Edición por Justo González (1998), 31 – 36.
12 Carta de Wesley a “Aspasia” (Mary Pedarves) del 19 de julio de 1731: ibid., 48 – 51.
“Platonismo piadoso” por medio de Norris of Bermenton13. Los escritos de John Gambold fueron
también atracción para los Wesley por sus “extravagancias piadosas”, es decir, la búsqueda de una
penitencia constante, haciéndose el menor en todo y buscando padecer y disfrutar el gozo del
martirio o el desprecio. Esto llevó a que muchos alrededor de los hermanos Wesley difamaran sus
procedimientos e intenciones, a lo que Wesley respondió: “dame la censura de los muchos y las
alabanzas de los pocos”, incluso el Dr. Hayward’s, quien lo examinaba para su ordenación le expresó
que quien asumiera el ministerio sacerdotal podía esperar que la mano de todo hombre estuviera
contra él. En correspondencia con su padre se puede apreciar la tensión y diferencia de opinión, le
expresa que al vivir en tal desprecio y austeridad podría hacer muy poco en Oxford, a lo que Wesley
respondió:

“Debo mantenerme cerca del Juicio de mi Salvador, y mantener esa alegría que es parte de esa cruz
que cada hombre debe llevar si decide seguirle; ese es el estandarte de un discípulo, la estampa de su
profesión, el sello constante de su llamado; de tal manera que aunque un hombre puede ser
despreciado sin ser salvo, no puede ser salvo sin ser despreciado”14

Los apodos para quienes formaban parte de dicho movimiento de extrema penitencia y radical
práctica del evangelio no tardaron en surgir: “Los Sacramentales, El Club Santo, Los Metodistas, El
Club Reformador, El Club de Dios, Los Entusiastas, Los Hombres de Supererogación, Polillas de la
Biblia y Fanáticos de la Biblia”, al parecer el mismo Wesley se refería a algunos de los apodos como
gloriosos en sí mismos. Cada uno de dichos apodos, casi siempre hacia referencia a alguna de sus
prácticas, la búsqueda de recobrar y participar constantemente en la Eucaristía (al menos una vez
por semana), la obediencia escritural en el cuidado de los desamparados en la sociedad; enfermos,
viudas, huérfanos y presos, quienes comúnmente eran personas en extrema pobreza económica.

Wesley insistió a sus discípulos a no caer en la tentación del “orgullo espiritual”, de pretender
ser el centro de su filantropía convirtiéndose en antropocéntrica, sino por el contrario, por medio de la
humildad, oración y penitencia, encontrar paz en la misericordia de Dios al buscar la salvación de
sus almas. De ahí el apodo de ‘Entusiastas’, al combinar un ascetismo riguroso con una vigorosa
filantropía, la influencia de Kempis en la búsqueda de una santificación personal y de Taylor en el
escrutinio del alma en la búsqueda de pureza de intenciones, añadiendo una fuerte influencia de
William Laud en la búsqueda de encontrar la unión del alma con Dios.15

Wesley comenzó entonces a estudiar las Escrituras, no únicamente de forma devocional sino
como la fuente de autoridad para todos los aspectos de nuestra vida, personal y social, en el
entendimiento de que no hay una santidad completa u holística sino tiene implicaciones sociales de
santificación. Los miembros del denominado “Club Santo” definieron entonces ser homo unius libri,
simplemente ser cristianos bíblicos en sus oraciones, confesiones, pensamientos y acciones. Lo
anterior fue siempre acompañado de el estudio constante de escritos clásicos en griego y latín,
lecturas devocionales (generalmente los domingos por la tarde), no dejando a un lado que
seguramente la lectura y estudio del griego hacia un principal énfasis en la fuente de inspiración que
era el estudio de ‘Ipsissima Verba’ en el Nuevo Testamento.

En dicha época, por la influencia de escritos de William Morgan, Robert Nelson, John Clayton,
Wesley comenzó a hacer un interés mucho más pronunciado en la Tradición milenaria o católica de
la fe cristiana, esto implicó observar de cerca diversas prácticas de la iglesia primitiva; ayunos
semanales y anuales acorde con el calendario litúrgico, para los primeros metodistas fue el

13 John Norris de Bemerton autor de “Treatise on Christian Prudence”, influye en Wesley a partir de su lectura en 1730 y apoya

su publicación en 1734: Baker, F. (1970). “John Wesley and the Church of England”. London: Epworth Press. 25.
14 Las referencias de dicha cita y la anterior, son de porciones de cartas y diarios al parecer no publicados en español por lo

que en inglés solo se refiere a ‘Letters’ y ‘Journal’, sin embargo, dicha recopilación puede encontrarse en: Baker, F. (1970). ibid.,
25.
15 Ibid., 26 ‐ 28.
comenzar a ayunar los miércoles y viernes (actividad contemplativa que se relaciona con el día en el
que nuestro Señor fue traicionado y crucificado, lo que implica una consciencia de la Celebración de
la Resurrección el Domingo como lo fue la continua celebración eucarística durante los primeros 3
siglos de la iglesia)16 al no probar ningún alimento hasta después de las 3:00 de la tarde, dicha
práctica constante del ayuno era valorado por los Padres de la Iglesia como una forma de
mantenernos velando por la salvación de nuestra alma, permanecer en guardia como Cuerpo de
Cristo.17 Wesley practicaba todo lo anterior buscando una unión espiritual o hipostática que fuera
visible con la iglesia apostólica, un énfasis en la comunión de todos los Santos como se confiesa a
través de los credos.

Como contribución al enriquecimiento religioso, histórico y clerical de Wesley con respecto al


tema, tuvo encuentros con académicos de la época, algunos de ellos eran parte de los “Non –
Jurors”. Parece ser que John Clayton convenció al “Club Santo” de la importancia de estar comunión
a través de los siglos en sus prácticas con la iglesia apostólica. Fue Clayton quien en un viaje a la
ciudad de Manchester, presentó a Wesley con Dr. John Byrom y Thomas Deacon. Al volver, Wesley
estaba inspirado en mantener un sello y comunión constante con la iglesia primitiva mediante la
observación y meditación constante de las estaciones en el calendario cristiano. 18 Una de las
riquezas dogmáticas que Wesley comprendió en la práctica y consciencia histórica de unidad en la
Fe de parte de este grupo disidente de la Iglesia inglesa, fue un punto de partida en la interpretación
de las Escrituras conocido como “Vicentian Canon”, el cual influenció y permaneció en la formulación
teológica de Wesley a lo largo de su vida: “Consensus veterum: quod ab omnibus, quod ubique,
quod semper creditum”19. El mismo Wesley en su “Essay upon the Stationary Fasts” hace referencia
y defiende dicho dogma; “La regla de oro en el canon ‘Viventius Lirinensis’ define que es apostólico
‘aquellos que ha sido observado o practicado en la fe por todos los hombres, en todos los lugares, en todos
los tiempos’. La razón es simple: lo que sea que ha sido recibido en todas partes por la iglesia Católica o
Universal debió ser instituido ya sea por alguno de los Concilios ecuménicos o por los mismos apóstoles”.20

La insistencia de los Non – Jurors en recuperar una práctica apostólica de la Fe cristiana,


pudo haber llevado a Wesley a una concepción de unidad que fructificó en su apertura y relaciones
en los años posteriores con clérigos de otras tradiciones cristianas, ya que, durante esa época, los
“Non – Jurors” habían explorado la posibilidad de unión eclesiástica con otros grupos de Reforma e
incluso habían tenido un dialogo sobre el mismo tema con el patriarcado ortodoxo de Constantinopla
y la Iglesia en Grecia. Deacon en su publicación “Devotions” hace referencia a dos principios que
influyeron en gran manera en Wesley:

“Primero: Es el mejor método para todas las iglesias y cristianos dentro de ellas, hacer a un lado toda
hipótesis, costumbre y opinión privada, para someterlo todo a las doctrinas, practicas, liturgia y
disciplina no de uno en particular, sino de la primitiva y universal iglesia de Cristo desde el inicio hasta
el cuarto siglo; ya que, las doctrinas, practicas, litúrgica y disciplina fue universal y recibida de forma
constante, no viniendo de nadie más que de la autoridad apostólica. Segundo: la liturgia en la
Constitución Apostólica es la más antigua liturgia cristiana existente; es perfectamente pura y libre de

16 Consultar tesis no publicada, Murillo, S. (2016). “La Tradición Litúrgica Histórica para el Testimonio Litúrgico de la Fe en
cristo en la Iglesia Metodista de México.” Monterrey, Nuevo León. 46 – 65.
17 Para una mayor contextualización de los materiales y escritores que influenciaron a Wesley con respecto al calendario

cristiano y el ayuno, consultar: Nelson, R. (1712). “A Companion for the Festivals and Fasts of the Church of England.” London: 7
ed, 436 – 37. Y Tyerman, L. (1873). “The Oxford Methodists.” London: Harper and Brothers, 24 – 34.
18 Dichas fuentes son recopiladas por Baker, F. (1970). John Wesley and the Church of England. London: Epworth Press, 31. Para

consulta de los escritos de quienes inspiraron a Wesley en este tiempo: Deacon, A. (1734). “A Complete Collection of Devotions.”
London: Printed for S. Newton., Broxap, H. (1911) “A Biography of Thomas Deacon.” Manchester, 176 – 7. Y Green, V.H.H.
(1961). “The Young Mr. Wesley.” Oxford: Martin’s Press, 80.
19 “The consensus of the ancients: what has been believed by everyone, everywhere, always”/ “El consenso de los antiguos o

primitivos: lo que ha sido creído por todos, en todas partes, siempre”, para mayor consulta respecto a dicho dogma, consultar:
Outler, A. C. (1964). “John Wesley.” New York, 46.
20 Baker, F. (1970), ibid., 32 – 3.
toda interpolación; y el libro mismo llamado Constituciones Apostólicas contiene de forma extensa las
doctrinas, leyes, y bases en las que durante los primeros tres siglos del evangelio puro fueron
practicados en una misma fe, obediencia, y sumisión, ya que todo ello derivo a ellos de los apóstoles”21

Wesley permaneció leal al primer principio y añadió entonces a su biblioteca personal Padres
Pre – Nicenos, reconociendo su autoridad apostólica, sin embargo, nunca perdiendo la
subordinación de dicha inspiración por medio de la Tradición al canon bíblico buscando una relación
estrecha con una plena libertad de consciencia en todo ejercicio y práctica individual o comunitaria.
Como respuesta a su relación con los Non – Jurors, al parecer Wesley comenzó a agregar a su firma
en parte de su biblioteca personal con las siglas “E.A.P.J.”22, lo cual reafirmaba su posición con
respecto a su lealtad como clérigo anglicano inglés: Ecclesiae Anglicanae Presbyter (la ultima sigla
podría significar Juramento, Juratus, Jure, Jurejurando), cualquiera de ellas expresa jurar fidelidad al
ejercicio sacerdotal del cual el monarca inglés es el máximo jerarca eclesiástico, por ello, tiene
implicaciones no sólo religiosas sino políticas y nacionalistas. A partir de lo anterior, Wesley fue
apodado por algunos como el “Sr. Cristianismo Primitivo”.23

El llamado Club Santo, siguió nutriendo su vida devocional, teológica y cultural. La publicación
“The Country Parson’s Advice to his Parishioners” (1 ed. 1680, 2 ed. 1701)24 influyó en Wesley en su
responsabilidad pastoral en el grupo, específicamente en su labor como director espiritual,
convenciéndose aún más de que la formación de comunidades o sociedades religiosas es el método
de mayor efectividad en la restauración de los individuos como respuesta al decadente cristianismo
comunitario. Fue dicha publicación la que llevó a Wesley a reflexionar sobre la importancia de fondo
con respecto a la confesión de pecados, aunque algunos eran escépticos al respecto y diversos
movimientos de Reforma decidieron desechar por completo dicha práctica por complejidades
teológicas, Wesley decidió implementar y mantener no una práctica de confesión entre creyente y
clérigo, sino una práctica comunitaria por medio de “las bandas” (grupos pequeños), es decir, dentro
de la reunión de la sociedad (como después se denominaron los grupos que surgen del Club Santo),
unos a otros pudieran experimentar tal transparencia, confianza y vida comunitaria para sostenerse
en oración y devoción a Dios no sólo en luz de sus dones, talentos, virtudes y ministerios, sino
también reconociendo sus debilidades, necesidades, pecados y concupiscencia, dicha vulnerabilidad
es vital en el entendimiento del servicio y ministerio en nuestros días, en donde nuestra función no es
jerárquica o de poder eclesiástico, sino de fieles servidores restaurados en Cristo, esto ultimo,
Wesley estaba por comprenderlo en los años porvenir.

Influencias teológicas en el Club de los Santos a partir del viaje misionero a Savannah.

“Al mediodía, nuestra tercera tormenta empezó. A las cuatro de la tarde se tornó más violenta que
nunca antes. Verdaderamente, ahora podíamos decir que ‘el estruendo de las muchas aguas y las
recias ondas del mar’ rugían horriblemente. Las olas del mar ‘subían a los cielos, descendían a los
abismos.’ Los vientos rugían alrededor nuestro y (lo que no había escuchado antes) silbaban tan
claramente como una voz humana… A las siete fui a ver a los alemanes. Hacía tiempo que había
observado la seriedad de su comportamiento. De su humildad habían dado constante prueba,
realizando trabajos serviles para otros pasajeros que ninguno de los ingleses hubiera hecho. Por ese
trabajo no deseaban ni recibían pago, diciendo que era bueno para sus corazones orgullosos y que su
amante Salvador había hecho mucho más por ellos… Si eran empujados, golpeados o derribados, se
levantaban y se retiraban sin proferir queja alguna. Había ahora la oportunidad de probar si estaban
libres del espíritu de temor, así como de orgullo, cólera y venganza. En medio de la lectura del Salmo
con el que iniciaban su servicio, las aguas embravecidas entraron al barco, rasgaron la vela principal,
cubrieron al barco, y se metieron entre cubiertas como si el mar nos hubiera tragado. Un terrible grito

21 Deacon, A. (1734). “A Complete Collection of Devotions.” London: Printed for S. Newton, 3 – 4.


22 Baker, F. (1970), ibid., 31 ‐ 2.
23 Baker, F. (1970)., Ibid., 34.
24 Baker, F. (1970)., Ibid., 34.
se oyó entre los ingleses. Los alemanes, calmadamente, continuaron cantando. Más tarde le pregunté
a uno de ellos: «¿No tenías miedo?» Respondió, «Gracias a Dios, no.» Pregunté luego, «¿Y sus
mujeres y niños no tenían miedo?» Respondió con toda calma, «No, nuestras mujeres y niños no
temen morir.» De allí me dirigí a sus vecinos los ingleses que lloraban y temblaban. Les hice ver la
diferencia en la hora de prueba entre quienes temen a Dios y quienes no le temen. A las doce el viento
se calmó. Este fue el día más glorioso que hasta ahora había visto.”25

A pesar del gran esfuerzo piadoso como parte de un proceso de santificación que los Wesley
tenían, parecía que aún seguían buscando respuestas; ¿Cómo puedo estar seguro de la salvación
de mi alma?. A partir del viaje misionero a Savannah, Wesley fue influenciado por los frutos de
diversas relaciones ecuménicas que hizo con clérigos de otros movimientos de Reforma,
principalmente Moravos alemanes y presbiterianos de la época. A partir de la impactante experiencia
mientras se dirigían a Georgia; observarlos sin temor ante la tormenta debido a tener la certeza de
salvación en Cristo Jesús. Pocos días después Wesley comenzó a aprender alemán para la
búsqueda de un aprendizaje e intercambio de ideas.

Aunque dicho viaje duró tan sólo pocos meses, fue suficiente para impactar a Wesley el resto
de su vida y guiarlo en los próximos meses al volver a Londres. Wesley mismo escribe en su diario,
con fecha del 24 de mayo de 1738, reconociendo que hasta entonces había sido ignorante de la ley
y del evangelio, simplemente había esperado encontrar certeza de salvación al no ser tan malo como
otros que conocía, al ser un hombre bondadoso a partir de su práctica religiosa y al leer la biblia,
asistir a la iglesia y orar.26 Los moravos no tardaron en introducirlo en la profundidad de sus recursos
espirituales basados en la simpleza y humildad de la piedad, además de la alegría con la que
alababan a Dios por medio de sus himnos. Algunos de los miembros del Club Santo le acompañaron
en la travesía, su hermano Carlos, y Benjamin Ingham quienes, en parte para ejercer
ministerialmente en el viaje (al menos Carlos había sido ordenado diacono previo al viaje) y durante
la travesía el joven laico Charles Delamotte decidió formar parte del grupo. Tyerman describe a este
último como “quien tenía la mente para dejar el mundo y entregarse a sí mismo por completo a
Dios”.27 Baker describe la travesía y compromiso del cuarteto como quienes decidieron formar una
celda monacal, acordando un pacto para preservar una ‘completa comunión’ entre ellos mismos, no
decidiendo nada importante sin consultar entre ellos mediante un voto y decisión conciliar cuando
cualquier tipo de desacuerdo llegara, además, resolvieron también mantener un ritmo de vida y
disciplina al despertar temprano por la mañana para pasar una hora en oración, la segunda hora
parra estudio de Las Escrituras, y la tercer hora para leer con respecto a la iglesia primitiva.28

Fue un tiempo de gran aprendizaje para el cuarteto y para Juan Wesley en particular, al ser el
líder de los cuatro. Durante el viaje tuvieron grandes lecciones como individuos y como clérigos en la
práctica pastoral. Al llegar, Wesley elaboro y leyó públicamente una declaración de fe y praxis a la
congregación, enfatizando por medio de ella los descubrimientos y convicciones que había adquirido
durante los meses previos, con respecto a la vida sacramental de la iglesia, las practicas de la iglesia
primitiva; bautizar por inmersión, mezclar agua y vino durante la Eucaristía, orar por las almas de los
fieles que han partido, orar de pie durante los domingos y pentecostés, conmemorar litúrgicamente
sábados, domingos y pentecostés como parte de un rígido calendario litúrgico, abstenerse de comer
sangre o cualquier animal estrangulado, participar de las estaciones del año cristiano, cuaresma,
Semana Santa y volverse hacia el Este durante la confesión del Credo.29

25 Wesley, J. (1738). Diarios I (Obras de Wesley, Tomo XI), EUA: Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers.
Traducción y Edición por Justo González (1998), 17 – 19.
26 Wesley, J. (1738)., Ibid., 58 – 9.

27 Tyerman, L. (1873). “The Oxford Methodists.” London: Harper and Brothers, 67 – 8.


28 Tyerman, L. (1873)., Ibid., 69 – 70.
29 Baker, F. (1970)., Tyerman, L. (1873)., Ibid., 40 – 41.
Además, parte de lo que declaró públicamente a la congregación tenía que ver con su rigidez
como sacerdote del rebaño y las exigencias que hasta entonces había practicado; sentía el deber de
amonestar a cada individuo, tanto en público como en privado casa por casa, no debía impartir la
Santa Cena a ningún miembro sin previa notificación, la liturgia de los domingos la dividiría conforme
a la iglesia primitiva (oración matutina y liturgia eucarística), debía bautizar a todos los niños por
inmersión a menos que alguno no pudiera soportarlo, además de enfatizar tener toda la autoridad
eclesiástica como cualquier clérigo de aquella provincia, reconociéndose a sí mismo no como juez,
sino como servidor de la Iglesia de Inglaterra, por lo tanto obligado a cumplir sus reglamentos en
todas las cosas.30 En esta época Wesley tuvo una ideología bastante estricta que lo llevó a diversas
crisis internas y externas.

Baker menciona que en esta época hubiera sido más fácil imaginar su deserción de
Canterbury a Roma que a Ginebra. Al parecer Wesley fue acusado de dar la espalda a la Iglesia de
Inglaterra desde dos flancos; algunos de sus fieles en Savannah relacionaban sus prácticas
influenciadas con el Catolicismo Romano mientras otros lo relacionaban con un puritano cismático o
separatista, sin embargo, en raíz e intenciones ninguna de las dos aproximaciones fue correcta,
simplemente era el resultado de buscar volver al espíritu y prácticas de la iglesia primitiva. Su diario
paso de ser un relato general del día a una descripción hora por hora de sus compromisos
devocionales y ministeriales. Todo lo anterior mezclado con un buen corazón, buenas intenciones
pero al mismo tiempo una especie de disciplina autoritaria para con los que le rodeaban. Además,
aprovechó el tiempo para añadir español e italiano a sus idiomas (ya dominaba el alemán, francés,
latín, griego, hebreo e inglés). Oraciones públicas, privadas, catecismos y clases semanales para
niños y adultos, además de mantener metódicamente estadísticas de cada actividad, sin embargo, a
pesar del monumental esfuerzo, había constante frustración por su rebaño, ya fuera de origen
europeo o las dificultades naturales de idioma y cultura en el ejercicio de la misión para con los
nativos americanos.31

“En esta manera refinada de confiar en mis propias obras y mi propia justicia, me arrastré lentamente,
sin encontrar ninguna satisfacción o ayuda en ellas hasta que salí de Inglaterra. A bordo, sin embargo,
estuve nuevamente activo en las obras exteriores; donde por el favor de Dios y de su libre misericordia
me dio veintiséis hermanos moravos por compañeros, quienes se esforzaron en mostrarme un camino
más excelente. Pero al principio no lo comprendí. Sabía mucho y era demasiado inteligente. Así que
me pareció una tontería. Continué predicando y confiando en esa justicia por la que ninguna carne
puede ser justificada… Todo el tiempo que estuve en Savannah estaba entonces golpeando el aire,
ignorante de la justicia de Cristo, la que trae salvación por medio de una fe viviente en él a todo aquel
que cree. Buscaba cómo establecer mi propia justicia y trabajaba en el fuego todos mis días. Estaba
ahora propiamente bajo la ley, Sabía que la ley de Dios era espiritual. Apruebo que la ley es buena.
Más aún, según el hombre interior me deleito en la ley de Dios. Mas yo soy carnal, vendido al
pecado.”32

Influencia de los Moravos en Wesley y las primeras Sociedades Metodistas establecidas


al volver a Inglaterra.

Aunque el énfasis eclesiástico estricto nunca desapareció de las primeras sociedades


metodistas, el patrón y razón de ser de las cosas si cambiaron en fondo. Dicho cambio, fue en parte,
mediante la influencia del espíritu pietista de los Moravos, al continuar buscando en la iglesia

30 Baker, F. (1970)., Ibid., 41.


31 Ibid., 44 – 6.
32 Fragmento del 24 de mayo de 1738 en donde Wesley cita parcialmente Romanos 6 y 7: Wesley, J. (1735). Diarios I (Obras de

Wesley, Tomo XI), EUA: Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers. Traducción y Edición por Justo González
(1998), 62 ‐ 3.
primitiva un énfasis pragmático en la naturaleza misma de la religión, que consistía o se basaba sólo
en la búsqueda de una relación personal y real con Dios. A los pocos meses Wesley tuvo que volver
a Inglaterra, principalmente debido a haberse negado a impartir la Eucaristía a Sophia Williamson,
quien era su potencial prometida pero al mismo tiempo decidió casarse con otro. Aunque sin duda
debieron ser tiempos difíciles, prepararon a Wesley para continuar cimentando y madurando su
ministerio y llamado. Al llegar a Inglaterra conoció a un joven predicador Moravo, llamado Peter
Böhler, Wesley escribe sobre su regreso:

“A mi regreso a Inglaterra, en enero de 1738, habiendo estado en eminente peligro de muerte y muy
inseguro por esa causa, estaba fuertemente convencido que la causa de esa inseguridad era la
incredulidad y que obtener una fe viva y verdadera era cosa necesaria para mí. Pero todavía no fijaba
esta fe en el objeto correcto: quiero decir, sólo fe en Dios, no fe en o a través de Cristo. No sabía que
estaba completamente desprovisto de esta fe, y sólo pensaba que no tenía suficiente. Así que cuando
Peter Böhler, quien Dios me había preparado tan pronto llegué a Londres, afirmó que la verdadera fe
en Cristo (que es una sola) tenía dos frutos apoyo inseparables de ella, «el dominio sobre el pecado y
la paz constante que viene del sentido de perdón» quedé bastante sorprendido y lo entendí como un
nuevo evangelio. Si era así, estaba claro que yo no tenía fe. Pero yo no deseaba estar convencido. Por
lo tanto, discutí con toda mi fuerza y trabajé para probar que la fe podría estar donde estos dos frutos
no se diesen, especialmente cuando no había sentido de perdón. Porque se me había enseñado a
interpretar de otro modo todas las Escrituras relacionadas al tema, y a llamar «presbiteriano» a
cualquiera que hablase de otra forma. Además, vi bien que nadie podía (en la naturaleza de las cosas)
tener tal seguridad de perdón y no sentirla. Yo no la sentía. Si entonces no había fe sin esto, todas mis
pretensiones de fe se iban al suelo de un solo golpe.”33

Al volver Wesley comenzó a tener contacto con ciertos grupos a los cuales él reconoce que
fue instruído para llamarlos “Presbiterianos”, sin embargo, algunos de ellos generaron grandes
cambios y fueron de gran influencia para él. En enero de 1737 visitó un asentamiento Escoceses
presbiterianos y le mostraron los primeros pasos que lo llevaron a prácticas poco comunes en la
época; las oraciones extemporáneas o no escritas, la predicación extemporánea, predicación al aire
libre, las comidas ágape, y el servicio ministerial itinerante, es decir, servir como predicador en un
circuito de comunidades o sociedades. Además del encuentro con Moravos o presbiterianos, fue
mediante la influencia de Johann Martin Bolzius, pastor Luterano a quien Wesley había negado la
comunión por no reconocer su bautizo y ministerio debido a la histórica discusión de sucesión
apostólica34, que Wesley comprendió que no únicamente mediante la imposición de manos en la
ordenación es que se pueden observar las marcas de una iglesia verdadera y primitiva, sino que
mediante la práctica apostólica es que se confirma la comunión de los santos en una común fe.35

Además, Wesley introdujo el canto de himnos (fuera de lo común, que era el canto de los
salmos con una métrica musical delimitada) en la liturgia común, de ahí fue su primer publicación,
“Colección de Salmos e Himnos”, pasando a ser el primer himnario publicado en Estados Unidos de
Norteamérica. Además, desde su estancia en Savannah reconoció en ellos la importancia de la
participación de líderes laicos y predicadores en las comunidades, reconociendo incluso a algunas
de las líderes como diaconisas; Margaret Bovey, Mary Vanderplank y Robert Gilbert.3637 Gran parte
de su experiencia y actividades inusuales que adquirió en Savannah fueron por necesidades
prácticas en el ejercicio de la pastoral, un ejemplo de ello puede ser el de Mark Hird, joven Quakero
que Wesley bautizó a bordo de la embarcación Simmonds. Sin embargo, estando de vuelta en

33 Ibid., 64.
34 Baker, F. (1970). Ibid., 42 – 3 & 50 – 1.
35 Schmidt, M. (1962). Wesley. USA: Epworth Press, 185.
36 Coulter Merton, E. (1967). A List of the Early Settlers of Georgia. E.U.A.: Genealogical Publishing Com. 75.
37 Baker, F. (1970)., Ibid., 50 – 1.
Inglaterra, muchas de estas actividades inusuales, eran consideradas como cismáticas.

Mediante todo lo anterior, Wesley había ya adquirido experiencia y añadido a las prácticas
comunes de lo que originalmente era el Club Santo, pero ahora sociedades organizadas en distintos
puntos de reunión que ponían en práctica la búsqueda de un crecimiento y fortalecimiento mutuo en
la fe, todo esto inició principalmente durante su ministerio en Savannah. Los miembros comúnmente
pasaban una hora en oración, cantos y en exhortación mutua conforme las necesidades de los
miembros así lo expresaran y todo era bajo la cercana supervisión de un director espiritual. Algunos
se refieren a dicho resurgimiento de las sociedades como “el segundo surgimiento de los
metodistas”.38 Fue a partir de estas primeras sociedades que Wesley comienza a experimentar a
partir del modelo de reunión de los moravos, con grupos pequeños de reunión que fortalecían lazos
de mayor confianza, intimidad y comunión, facilitando la confesión comunitaria de pecados y
penitencia: bandas.

En las Sociedades, Juan Wesley junto con Peter Böhler decidieron establecer la siguiente
práctica cotidiana como bandas o grupos pequeños:

“(1) Que nos reuniríamos una vez a la semana para «confesarnos nuestras faltas y orar unos por otros para poder
ser sanados». (2) Que los participantes fueran divididos en pequeñas «bandas,» o compañías, ninguna de ellas con
menos de cinco o más de diez personas. (3) Que cada persona hablara libre, franca y concisamente como quiera
hacerlo, sobre la verdadera condición de su corazón, con sus muchas tentaciones y justificaciones, desde la última
reunión. (4) Que todas las bandas se reúnan a las ocho de la noche cada miércoles, para hablar y compartir,
empezando y finalizando con cantos y oración. (5) Que a toda persona que desee ser admitida en esta sociedad se
le pregunte, ¿Cuáles son sus razones para querer ser admitido? ¿Será usted completamente sincero y sin reserva
alguna? ¿Tiene usted alguna objeción a cualquiera de nuestras reglas? (Que entonces pueden ser leídas). (6) Que
cuando un nuevo miembro sea propuesto todos l o s presentes hablarán clara y libremente de cualquier objeción
que tenga contra él. (7) Que aquellos contra quienes no haya objeción razonable sean organizados, a modo de
prueba, en una o más bandas separadas, y que alguien se comprometa a ayudarles. (8) Que después de un período
de prueba de dos meses, si no aparece objeción alguna, sean admitidos en la sociedad. (9) Que cada cuarto sábado
sea celebrado como un día de intercesión general. (10) Que la noche del próximo séptimo domingo haya un ágape
o fiesta de amor, desde las siete hasta las l0 de la noche. (11) Que a ningún miembro en particular se le permita
actuar en contra de las ordenanzas de la sociedad y que si alguna persona, después de haber sido amonestada tres
veces, no cumple lo que se le ha manifestado, no será más considerada como miembro.”39

Como antecedente a toda esta nueva experiencia adquirida en Savannah, Wesley escribe:
“Estando en compañía del Sr. Fox (en Oxford), mi corazón estaba tan rebosante que no podía limitarme a los
modelos de oración que estábamos acostumbrados a usar allí. Tampoco tenía el propósito de estar limitado a
esas oraciones nunca más, sino orar indistintamente, con o sin modelos, según encontrara conveniente para
cada ocasión.”40 En escritos del diario de Carlos, podemos ver que tuvo la misma apertura refiriéndose
a este tipo de oración como “orando delante de Dios”41. No fue mucho tiempo después, ya estando
en Inglaterra con fecha de 16 de abril de 1739, que el hermano mayor de los Wesley, Samuel,
escribe a sus hermanos por petición de su madre: “Mi madre me dice que teme un cisma formal que sin
duda ya ha comenzado entre ustedes, sin embargo, hasta ahora tu y Carlos parecen ignorarlo. Por el amor de
42
Dios pongan atención en ello, y dejen de predicar extemporáneamente y de orar extemporáneamente”.
Samuel mismo en una carta a Martha Hall se refiere a dichos métodos como: “la exposición

38 Ibid., 51., Tyerman, L. (1873). The Oxford Methodists. London: Harper and Brothers, 79. Y Church L. F. (1932). Oglethorpe.
London, 193.
39 Wesley, J. (1735). Diarios I (Obras de Wesley, Tomo XI), EUA: Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers.
Traducción y Edición por Justo González (1998), 55 ‐ 6.
40 Wesley, J. (1735). Diarios I (Obras de Wesley, Tomo XI), EUA: Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers.

Traducción y Edición por Justo González (1998), 53.


41 Baker menciona esta expresión de los diarios de Carlos Wesley en inglés: Baker F. (1970), 53.
42 Baker, F. (1970)., Ibid., 53. Priestley, J. (1791) Original Letters by the Rev. John Wesley. Birmingham: Printed by Thomas

Pearson. 96.
extemporánea de Las Escrituras es una falsa doctrina, herejía y cismática.”43 Al volver a Inglaterra, se
puede encontrar evidencia de distintas fuentes sobre cuanto valoraba Wesley dicha práctica y cuan
común comenzaba a ser a lo largo de su ministerio. Benjamin Ingham escribe en su diario con fecha
del 19 de Octubre de 1735: “Sr. Juan Wesley comenzó a predicar sin notas, exponiendo una porción de Las
Escrituras de forma extemporánea, acorde con las formas de la iglesia primitiva”.44 Carlos Wesley reportó a
quienes los financiaban en Georgia que su hermano predicaba “by heart”45.

Seria erróneo concluir que la predicación extemporánea de Wesley era similar a la predicación
improvisada que hoy vemos en diversas vertientes evangélicas, ya que, la preparación y estudio
constante de teología, filosofía, Padres de la Iglesia y lenguas (griego y hebreo), además de la
estricta vida devocional y de oración, era el fundamento no de inventar o especular sobre lo que
predicaba, sino que por el contrario, compartía lo que ya había memorizado y experimentado de
corazón en lo profundo de su ser. Por ello, sin duda, dichas prácticas poco comunes fueron parte de
la formación que Wesley tuvo para convertirse en un gran predicador, pero no quiere decir que fuera
un justificante para la ignorancia, falta de estudio o preparación, ya que, nunca dejo de preparar los
manuscritos y bosquejos de sus sermones, los cuales pueden ser estudiados hasta el día de hoy,
siendo abundantes en fuentes, estudio, justificación, textos bíblicos, etc.

Esto me hace recordar que en conversación con el Obispo Emérito Federico Pagura, me
comentó que una de las lecciones de homilética que recordaba de su director académico en
ISEDET, fue cuando le pidió que la próxima vez que predicara en el devocional de capilla lo hiciera
sin notas, esto no como una invitación a improvisar o a un conformismo irresponsable durante la
predicación, sino como fruto de un conocimiento y estudio profundo del texto bíblico y tema a
exponer, ya que, si no somos capaces de recordar durante 10 – 15 minutos lo que hemos estudiado
en fondo para lograr compartirlo, ¿Cómo es que se pretende que al día siguiente la congregación
recuerda la reflexión y exhortación bíblica expuesta desde el púlpito?

Desde esta época, podemos ver el espíritu ecuménico del origen del metodismo, en donde
Wesley no buscaba encontrar justificaciones para permanecer divididos entre distintas comuniones
cristianas, sino que por el contrario, buscó explorar en profundidad hasta reconocer y experimentar
una común fe, bautismo y Señor. Quakeros, Moravos, Anglicanos, Presbiterianos y las primeras
sociedades que serian después metodistas intercambiando recursos teológicos, eclesiológicos y
pastorales. Sin embargo, lo anterior, comenzaría a tener un costo al volver a Inglaterra.

Por años había Wesley hecho todo su esfuerzo por vivir en santidad, pero no había sido
suficiente, por otra parte, se maravillaba cada vez más por la forma de vida y fe de los moravos, el
histórico ‘Lex Credendi’ y ‘Lex Orandi’ en tensión constante como práctica litúrgica holística dentro y
fuera del templo, es decir, lo que se cree es lo que se ora o confiesa y lo que se ora o confiesa es lo
que se práctica. Tenían certeza de salvación y lo reflejaban en su devoción a Dios y su radiante vida
de gozo, amor y servicio. Fue por medio de Peter Böhler, predicador moravo, que Wesley comenzó a
cuestionarse de forma directa sobre su convicción cristiana de Salvación sólo por fe. La amistad y
compañerismo pastoral de Böhler para con Wesley fue de gran trascendencia. Desde sus primeras
conversaciones Wesley se veía confrontado por la simplicidad y profundidad con la que Böhler
expresaba y vivía su fe. Ante la confusión de Wesley y cuestionar a Böhler sobre que podía hacer al
reconocer su incredulidad, la respuesta fue seguir ejerciendo y predicando sobre la fe hasta que así
Dios le diera la completa convicción de tenerla.

“Cuando encontré otra vez a Peter Böhler, él de inmediato consintió en poner a discusión el asunto que yo

43 Baker, F. (1970)., Ibid., 53. Priestley, J. (1791)., Ibid., 114.


44 Tyerman, L. (1873). The Oxford Methodists. London: Harper and Brothers, 68.
45 Egmont, Diary, II, 313. Expresión en inglés que comúnmente se traduce como “de memoria”, sin embargo, infiere no solo una

repetición intelectual sino vivencial, coherente y cotidiana.


deseaba, a saber, Escritura y experiencia. Primero consulté la Escritura. Pero cuando aparté los
comentarios humanos y simplemente consideré las palabras de Dios, comparándolas y tratando de aclarar
lo oscuro a través de los pasajes más sencillos, encontré que todos ellos estaban en mi contra y fui
obligado a retirarme a mi último refugio, que la experiencia nunca concordaría con la interpretación literal
de esas Escrituras. Me negué, por lo tanto, a admitir que fuera verdad hasta que encontrara algunos
testigos vivientes. El me respondió que podía mostrármelos en cualquier momento; al día siguiente, si lo
deseaba. En conformidad, regresó al día siguiente con otras tres personas, todas testificando de su propia
experiencia personal de que una verdadera fe viviente en Cristo es inseparable del sentido de perdón por
todo lo pasado y la libertad de todos los pecados presentes. Añadieron a una que esta fe era don gratuito
de Dios, y que él seguramente la impondría en cada alma que ansiosa y perseverantemente la buscara.
Ahora estaba completamente convencido. Por la gracia de Dios decidí buscar esa fe hasta el final: 1)
renunciando absolutamente a toda dependencia, completa o en parte, de mis propias obras o justicia
sobre las cuales había realmente afianzado mi esperanza y salvación, aunque no lo sabía, desde mi
juventud; 2) agregando al constante uso de todos los otros medios de gracia, la oración continua por esto
mismo, pidiendo justificación, la fe que salva, una completa confianza en la sangre de Cristo derramada
por mí, una confianza en él como mi Cristo, mi sola justificación, santificación y redención.”46

Por medio de los moravos comprendió que la certeza de salvación no venía mediante la
insistencia en penitencia, confesiones, mortificaciones y oraciones constantes en la madrugada o
muy tarde antes de dormir, sino que ahora el énfasis era la proclamación de las buenas nuevas por
medio de Cristo y sólo de Cristo, para con todos los que le escucharan en todo tiempo y lugar. La
mayoría de los lectores sabemos lo que fue y surge a partir de lo que hoy conocemos como la
experiencia del corazón ardiente, en donde Wesley comprendió el obrar de Dios para con nosotros,
al justificarnos únicamente por gracia y en su infinito amor, sin embargo, seria erróneo concluir que a
partir de ello el esfuerzo en obras de Wesley disminuyó, sino que por el contrario, comprendió que
todas las obras eran fruto de la fe misma y que bien la fe sin obras es muerta. Su llamado, vocación
ministerial y compromiso itinerante para con las sociedades fue reafirmado y al mismo tiempo implicó
una tensión entre obediencia y consciencia. Que fue siempre regida a través de la autoridad
Escritural en congruencia con el alto conocimiento que había adquirido desde años previos mediante
los Padres de la Iglesia, los concilios y credos (Tradición) y confirmado por una viva experiencia y
certeza de Salvación como fruto de la fe y don gratuito de Dios.

Pocos meses después, 20 de octubre de 1739, el hermano mayor de los Wesley, Samuel, escribe
a su madre sobre el gran temor y la realidad que Carlos y Juan comenzaron a experimentar, por una
parte el fortalecimiento y crecimiento de las sociedades y por otra parte la falta de comprensión de la
Iglesia de Inglaterra, Samuel escribe:

“Ellos están diseñando separación… ya les han prohibido predicar en todos los pulpitos de Londres, así
que, continuar predicando en la diócesis, de hecho, es ya un cisma. Y la misma decisión vendrá sobre
toda Inglaterra si los obispos tienen el suficiente coraje… comidas ágape están siendo introducidas,
oraciones extemporáneas y exposición extemporánea de Las Escrituras, lo cual es suficiente para traer
demasiada confusión.”47

A pesar de diversos esfuerzos que Carlos y Juan hicieron para explicar los beneficios de las
sociedades y las prácticas dentro de las mismas, así como le predicación itinerante, las reacciones
de los ministros locales no fueron siempre las mejores. Uno de los esfuerzos de mayor
trascendencia, fue que en febrero de 1739, Juan y Carlos visitaron al arzobispo de Canterbury, Dr.
John Potter (quien había ordenado a Juan como diacono y sacerdote) en su residencia oficial,
Lambeth Palace.48 Dicha visita era con el fin de mostrar los frutos de las Sociedades y las bandas

46 Wesley, J. (1735). Diarios I (Obras de Wesley, Tomo XI), EUA: Wesley Heritage Foundation & Providence House Publishers.
Traducción y Edición por Justo González (1998), 65 – 6.
47 Priestley, J. (1791) Original Letters by the Rev. John Wesley. Birmingham: Printed by Thomas Pearson. 110 ‐11.
48 Baker, F. (1970)., Ibid., 61 – 2.
que crecían en gran número, ahora no sólo en Londres sino también en Bristol y diversas ciudades el
Reino Unido, a pesar de que en ese momento la visita pareció ser un éxito debido al aprecio
personal que había de parte del Dr. Potter para con los Wesley. Juan cita en su diario cerca de 50
años después que el mismo Dr. Potter le aconsejó: “Si desean ser ampliamente útiles, no gasten su
tiempo y su fuerza en luchar por o contra cosas que son de naturaleza discutible, sino en testificar contra el
vicio notorio y abierto y en promover la santidad esencial.”49 No pasó mucho tiempo para que diversos
clerigos locales en tension con los líderes laicos de diversas parroquias comenzaran a negarles la
predicación itinerante, con la justificación de que no contaban con los permisos episcopales
estipulados, a los pocos meses el mismo obispo de Londres y el Arzobispo de Canterbury se
desentendieron del movimiento metodista, a lo que Wesley proclamó: El mundo es mi parroquia.

Ciertamente no hay nada nuevo debajo del cielo, resulta bastante irónico que éste capítulo ha
sido escrito desde el Palacio de Lambeth, donde hace 278 los Wesley hacían apología de las
Sociedades Religiosas que dirigían, sin embargo, en esta ocasión parece que los papeles se han
invertido, es el actual Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, quien hace apología sobre la
importancia de las sociedades religiosas y las bandas o grupos pequeños, dado el contexto de
individualismo y marginalización económica de las mayorías mediante el enriquecimiento de
minorías alrededor del mundo, y ahora parece que los líderes metodistas parecemos ser los
escépticos de dicha metodología, es decir, hemos perdido de cierta forma la riqueza de nuestra
herencia histórica. A Dios gracias son varios metodistas los que participan de esta experiencia de
comunidad en el corazón de la Comunión Anglicana y la Iglesia de Inglaterra.50 Durante un año
buscamos de forma radical vivir en comunidad, tenerlo todo en común anhelando volver a nuestros
países e iglesias nacionales para concientizar sobre la importancia y trascendencia milenaria de lo
que significa construir comunidad de forma intencional, lo que significa el Ágape constante del
Cuerpo de Cristo que permanece en comunión de oraciones con la Iglesia Universal que trasciende
el tiempo, y espacio geográfico: La Comunión de todos los Santos.

A lo largo de los siguientes años las sociedades crecieron a lo largo de todo Inglaterra, algunas
de ellas existían desde tiempo previo y fueron fortalecidas por la metodología y estructura que los
Wesley y Peter Böhler proponían u otras surgieron dado el contexto y las necesidades sociales. Lo
que se ha mencionado hasta ahora han sido las fuertes influencias literarias y teológicas que fueron
parte vital de las bases prácticas y religiosas de los Wesley, sin embargo, seria erróneo concluir que
con el paso de los años no fue influido por ningún otro movimiento o individuo de otra tradición
cristiana; el intercambio por correspondencia con Calvinistas o Romanistas fue constante, con la
finalidad de un intercambio teológico y racional, haciendo apología de las bases que Wesley había
enriquecido a lo largo de su vida. Sin embargo, pienso sería erróneo que Wesley haya desechado o
marginalizado a otros grupos cristianos, como sucede hoy de forma muy frecuente entre diversas
filas evangélicas, que expresan condenación para con otros grupos o expresiones cristianas sin
siquiera tomarse el tiempo de tener un encuentro personal, como Wesley siempre lo buscó y creyó
mientras llamaba a otros disidentes de su tiempo a ser pacientes y no dejar la Iglesia de Inglaterra;
“Si crees en Jesucristo como Salvador, dame la mano y mi hermano serás”.51

Juan Wesley y el Obispo Ortodoxo Griego

Me parece importante como parte final de este capítulo, recopilar el contacto de la ortodoxia
griega con los primeros metodistas, ya que es muy poco conocido en el ámbito metodista global.
Esto es, el encuentro de Juan Wesley con ‘Γεράσιµος Αυλωνίτης’ (Gerasimos Avlonites) o en latín;

49 Wesley, J. (1788). Arminian Magazine. Sermón con fecha de octubre 7, 1787: Bristol.
50 La Comunidad religiosa de San Anselmo fue fundada en el 2014, de la cual el Arzobispo de Canterbury es el Abad, y esta
compuesta por jóvenes cristianos de todo el mundo y de una pluralidad de tradiciones cristianas, para mayor información,
consultar: http://stanselm.org.uk/.
51 Baker, F. (1970)., ibid., 122.
Erasmo de Arcadia, quien era Obispo Griego Ortodoxo de Creta y al parecer recorrió el oeste de
Europa entre los años 1760 – 65, lo cual incluyó Inglaterra, Holanda, Suecia, Alemania y Suiza.
Dicha estancia fuera de su Sede Episcopal y Diócesis se debía al fuerte contexto de persecución que
la Iglesia Griega padecía en manos del Imperio Otomano, no hay fuentes claras que especifiquen las
razones de su salida o si en algún momento retorno a Creta, sin embargo, si hay fuentes muy claras
del encuentro, fuerte influencia y reconocimiento ministerial en el intercambio y cercanía con Juan
Wesley y las Sociedades Metodistas.

El primer encuentro con Wesley fue en 1762, por una parte los metodistas experimentaban un
tiempo de gran crisis en relación con recursos humanos, específicamente tenían muy pocos
ministros ordenados que pudieran acompañar ministerialmente a las distintas sociedades que
seguían reuniéndose ya fuere en edificios educacionales o en casas. Wesley había explorado todos
los medios posibles para presentar a los predicadores laicos de mayor capacidad y experiencia con
el Obispo de Londres como candidatos a ordenación, sin embargo, la respuesta fue constantemente
negativa por la falta de preparación filosófica, teológica y de idiomas (griego, latín y hebreo) de
dichos candidatos. Por lo anterior, habiendo examinado su carácter espiritual, al parecer admiraba su
simplicidad, humildad y extrema pobreza, ya que todos los obispos ortodoxos son monjes, y por ello
los obispos de Inglaterra parecían no creer que en verdad fuera un obispo, dado que el ambiente
episcopal inglés se encontraba en condiciones de sobreabundancia económica.

Wesley entonces, con una consciencia católica de la Iglesia de Cristo, pidió a su asistente
personal y predicador laico, John Jones que escribiera a Creta esperando confirmar su episcopado.
Al parecer, la respuesta fue afirmativa por parte del Patriarca de Esmirna y el mismo Wesley
reconoce haber examinado sus credenciales, después de haber conversado con el en fluido griego y
latín (al parecer Gerasimos no hablaba inglés), y estar completamente satisfecho.52 Wesley entonces
le pidió que ordenara ministerialmente a John Jones para que le fuese posible presidir los
Sacramentos en las diversas sociedades que estaban desatendidas por falta de ministros
ordenados, a lo que Gerasimos accedió y mediante la imposición de manos con el ritual ortodoxo
griego procedió a realizar tal ordenación. Se sabe muy poco sobre el por que dicho obispo ortodoxo
realizaría ordenaciones fuera del canon de la Iglesia del Griega Ortodoxa del Este, sin embargo,
Campbell infiere que coincidió con Wesley en el fuerte entendimiento pietista de servicio y
simplicidad en la comunión de todos los Santos como parte de una sola Iglesia de Cristo, como se
confiesa en el Credo Niceno.53

Al parecer, después de haber ordenado a Jones, ordenó a otro buen número de predicadores, a
cambio de dinero, lo cual, en el contexto griego ortodoxo era algo común en la época, debido a que
las autoridades civiles del Imperio Otomano, cobraban un impuesto civil por la práctica religiosa de
los cristianos, además de que parte de dichas aportaciones por cada ordenación ministerial, iban a
parar en la diócesis y patriarcado al que pertenecían para el sostenimiento económico bajo opresión
y persecución en el que se encontraban.54 Para diversos críticos cercanos de los Wesley, esto
pareció llevar a diversos conflictos internos entre las sociedades, incluso, refiriéndose a dichas
ordenaciones como inválidas debido a; las dudas que algunos tenían de la veracidad del episcopado
de Gerasimos, debido a que dichas ordenaciones se habían celebrado en una lengua desconocida
para los ordenantes, debido a que se había recibido dinero a cambio y a que estaban fuera de la ley
civil y eclesial de la iglesia establecida en Inglaterra, lo anterior debido a la ley Præmunire Act, que

52 Sackett, A.B. (diciembre 1971 – y mayo 1972). “John Wesley and the Greek Orthodox Bishop”. En revista Proceedings of the
Wesley Historical Society, publicado en dos partes, vol. 38 (81 – 87 y 97 – 102), 82.
53 Campbell, Ted A. (2015). “The Transgressions of Gerasimos Avlonites”. EUA: Perkins Faculty Research and Special Events.
Paper 3. 2 – 3.
54 Runciman, S. (1968). “The Great Church in Captivity.” U.K.: Cambridge University Press. 18 – 37.
daba supremacía a la Iglesia establecida de forma oficial.55

Lo anterior llevó al fuerte rumor de que Wesley había explorado la ordenación episcopal bajo el
rito griego Ortodoxo mediante la imposición de manos de Gerasimos en secreto, lo cual no ha podido
ser confirmado hasta hoy, pero tampoco existe una negativa contundente de parte de Wesley o sus
contemporáneos. Acorde con el canon ortodoxo griego, la consagración episcopal se ejerce
mediante la imposición de manos de 2 o más obispos, sin embargo, Gerasimos ya había realizado
ordenaciones extracurriculares a los cánones establecidos de su tradición.56

Existe incluso una sátira dramática que personifica al obispo griego como impostor y expone a
Wesley como autoritario y quien no sólo se conforma con ser el padre moral del metodismo sino que
al buscar la ordenación episcopal pretende ser el “Papa” de los metodistas.57 En dicho drama se
denuncia a Gerasimos como impostor, al haber publicado ‘Petra Tou Skandalou’ o ‘Lapis Offendiculi’,
escrito doctrinal de la iglesia griega que explicaba el Cisma del Este (ortodoxos) – Oeste (católicos),
originalmente compuesto por el obispo Elias Meniatis (1669 – 1714) y publicado al parecer por
primera vez después de 1718. En la edición británica de 1762 sólo aparece el nombre de Gerasimos
Avlonites, obispo de Arcadia en el prefacio58, sin embargo, aunque los antagonistas del metodismo
pretendían llamar esto un plagio, al parecer los derechos de autor como hoy los concebimos no se
entendían de tal forma, el mismo Wesley había publicado bajo su nombre ideas de otros autores,
además de que, Gerasimos pudo haber sido enviado y encomendado a hacer tal publicación y al ser
el jerarca episcopal de la región tener la autoridad de adoptar la publicación como propia. El tema del
prefacio escrito por Gerasimos posiblemente fue de gran interés para Wesley, ya que hablaba de la
unidad de los cristianos mediante el amor y el entendimiento mutuo entre los cristianos divididos
desde entonces.59

Como contraparte, se tiene como evidencia una carta del Rev. Samuel A. Peters, de la Iglesia
Protestante Episcopal y quien había sido electo recientemente obispo en Vermont. Dicha carta es
dirigida al Rev. Samuel Coate, quien era el Obispo Primado del ‘Lower Canada District’ y expresa
una profunda confianza en la ordenación de Wesley como obispo:

“Tomo como certeza de que la negación (de la ordenación episcopal) fue hecha para no exponer a los
obispos metodistas a la severidad del Acta Prœmunire de Enrique VIII si es que los metodistas prueban
que Juan Wesley fue consagrado obispo en la iglesia Cristiana por Erasmo, obispo griego, siendo
entonces obispo sucesor de Tito, quien fue el primer obispo de Creta… no pretendo haber estado
presente en la consagración secreta de Juan Wesley por Erasmo, pero esto tan convencido del hecho que
pronto seré consagrado obispo en la iglesia cristiana, ya sea por el obispo Asbury, Obispo Coke (primeros
obispo metodistas ordenados por Wesley) o bien por el Dr. Sutton, Arzobispo de Canterbury o el Dr.
Porteus, Obispo de Londres… La pregunta permanece, ¿Fue el Sr. Juan Wesley hecho obispo por
Erasmo, ahora obispo de Creta? La respuesta valida es: Juan Wesley nunca hubiera actuado como obispo

55 El Acta Præmunire fue aprobada por el parlamento inglés en 1393, y era una ley que otorgaba la supremacía al Rey como
jerarca eclesial, buscando delimitar la autoridad romanista del papa o cualquier otra expresión religiosa dentro de Reino
Unido. Consultar: Waugh, W. T. (1922). “The Great Statute of Præmunire”. English Historical Review, 37. 173 – 205.
56 La actual pagina de Wikipedia y Conservapedia de Gerasimos Avlonites señala como un hecho que los metodistas tenemos

sucesión apostólica debido a la consagración episcopal de Juan Wesley por Gerasimos Avlonites. Consultar:
http://www.conservapedia.com/Gerasimos_Avlonites#cite_note‐Wesleyan‐Methodist_magazine_‐
_Consecration_of_Rev._John_Wesley‐8, recuperado el 15 de abril del 2017.
57 Campbell, Ted A. (2015). “The Transgressions of Gerasimos Avlonites”. EUA: Perkins Faculty Research and Special Events.
Paper 3. 18. Y (Anonimo). (1765). “Diotrephes and Stentor: A New Farce, acted Near Moorfields.” Londres.
58 Sackett, A.B. (diciembre 1971 – mayo 1972). “John Wesley and the Greek Orthodox Bishop”. En revista Proceedings of the
Wesley Historical Society, publicado en dos partes, vol. 38 (81 – 87 y 97 – 102), 98 ‐ 9.
59 Campbell, Ted A. (2015). “The Transgressions of Gerasimos Avlonites”. EUA: Perkins Faculty Research and Special Events.

Paper 3. 8 – 9.
si el no hubiera sido consagrado obispo por Erasmo, ni hubiera consagrado al Dr. Coke o al Sr. Asbury.” 60

El Obispo Cooke continua relatando que el mismo Dr. Peters influyó en otros que no habían sido
admitidos a la ordenación episcopal por la iglesia de Inglaterra, como el Dr. Seabury, para que
buscaran el visto bueno de Juan Wesley para tal efecto. Al parecer hubieron algunos que
cuestionaron de forma directa a Wesley sobre su ordenación episcopal, a lo que Wesley se limitó a
responder: “Ha leído usted sobre el Acta Prœmunire?” pero nunca negó categóricamente y de forma
directa haber sido consagrado obispo por Erasmo, obispo de Arcadia.61

Por una parte, en diálogo con el Dr. Campbell, catedrático de Perkins e historiador metodista,
expresa que para Wesley no hubiera sido necesario ser obispo ya que, al ordenar al Dr. Coke y
Asbury para E.U.A., expresó comprender una capacidad universal para la ordenación sacerdotal sin
necesidad de una consagración episcopal, además de que si algo caracterizó a Wesley fue su
carácter de honestidad y transparencia a lo largo de su ministerio, por otra parte, podemos recordar
al Wesley fundamentado en la Tradición milenaria de la iglesia, como quien hacia apología a las
prácticas y estructuras de los primeros siglos, las cuales mantiene hasta hoy la ortodoxia griega y
seguro pudo ver en Erasmo de Arcadia. El obispo Cooke expresa que aunque el termino ‘obispo’
pareciera no parecer importante para los primeros metodistas debido al énfasis de la autoridad de
Dios mismo sobre todos los hombres como iguales (como influencia de los Moravos), sin embargo,
Wesley firma la consagración del Dr. Coke como ‘superintendente’, lo cual significó de forma
automática lo que hubiera sido firmar en griego como ‘episkopos’, ya que, estaba claro ejercer bajo la
autoridad Escritural de obispo y no sólo ser llamado obispo de nombre bajo una idea o institución.62

Una vez que nos adentramos en el estudio, no únicamente de la vida e influencia griega en
Wesley por medio de los Padres de la Iglesia Pre y Pos Nicea sino en el entendimiento y propuesta
sobre la Perfección Cristiana, se encuentran diversos puntos de convergencia con el concepto griego
Ortodoxo de ‘Theosis’ como el entendimiento histórico de Perfección Cristiana que parte de una
experiencia intima de Fe y encamina al creyente a una devoción constante como individuo que ha de
fructificar de manera colectiva; en comunidad.63

Lo anterior, es sólo un ejemplo, de los muchos encuentros personales y cercanos que Wesley
tuvo con creyentes de otras expresiones, formas y culturas cristianas. La ortodoxia, así como otras
tradiciones cristianas, para el metodismo Latinoamericano siguen siendo bastante desconocidas y
llenas de prejuicios, miedos e inseguridades teológicas que en palabras del profesor Albert Outler en
el prefacio del libro “El Patriarca Protestante”, con respecto al desconocimiento de la Ortodoxia del
Este en el ámbito protestante, es necesario reconocer nuestra ignorancia histórica, teológica y
doctrinal mediante encuentros no prejuiciosos o sin fundamento sino relaciones cercanas y
sinceras.64

Conclusiones

Haciendo una recapitulación, se podría concluir que fue mediante la influencia de Reforma
internas y externas al anglicanismo inglés, que Wesley logró adoptar como práctica de las primeras
sociedades metodistas y por medio de una interacción responsable y constante de lo que hoy

60 Cooke R. J. (1896). “The Historic Episcopate: A Study of Anglican Claims and Methodist Orders.” New York: Eaton & Mains. 142
– 144.
61 Ibid., 145.
62 Ibid., 149 – 150.
63 Para mayor consulta con respecto al dialogo de Perfección Cristiana y Theosis, ver: Hwa Lee Y. (2004). Gregory of Nyssa and

John Wesley’s Theological Dialogue on Christian Perfection. Montreal: Thesis for Master Degree on Arts, Concordia University. Y
Roberts Walls, D. (2015). The Influence of the Greek Fathers Doctrine of Theosis on John Wesley’s Doctrine on Perfection.
Toronto: Thesis for Doctor in Philosophy in Theology, Trinity College – Toronto School of Theology.
64 Hadjiantoniou, G. (1961). “Protestant Patriarch”. Richmond, Virginia: John Knox Press. 5‐ 6.
conocemos como quehacer teológico, logro retener lo bueno y desechar aquello que no resultara
positivo para las necesidades contextuales de su tiempo. Dado el contexto del metodismo mexicano,
es necesario revalorar los excesos en prácticas que podríamos haber convertido en dogmas pero
resultan negativas a nuestra herencia histórica y muchas veces parecieran ser dioses ajenos al
Evangelio mismo. Geoffrey Wainwright recapitula muy bien que para nosotros los metodistas, la
verdad cristiana es revelada “centralmente a través de las Escrituras, iluminada a través de la
Tradición, vivificada personalmente mediante la experiencia y confirmada a través de la razón.”65 Por
ende, es necesario recobrar uno de los principios vitales de la Reforma, lo cual, significa vitalizar y
comprender que “Ecclesia reformata sempre reformanda” (Iglesia Reformada siempre
Reformandose).

Para el metodismo latinoamericano y mexicano, es necesario que así como Wesley y aquellos
primeros metodistas, mediante un análisis en profundidad sobre nuestra praxis a partir de nuestro
quehacer teológico, salgamos del conformismo institucional y nos atrevamos a tener encuentros
íntimos mediante la creación y fortalecimiento de comunidades intencionalmente y radicalmente
cristianas como aquellas primeras sociedades metodistas y bandas o grupos pequeños. Dichos
esfuerzos, mediante el ejemplo de Wesley y las primeras sociedades, deben ser de apertura y bajo
el entendimiento de un cristianismo universal, en donde nos atrevamos a reconocer nuestra común
humanidad, pero, más importante aún, nuestra común ‘Imago Dei’. Atrevernos a ver a Cristo en
nuestro prójimo sin importar cuan diferente sea en formas, costumbres o superficialidades,
atreviéndonos a dejar a un lado nuestros miedos y tener nuestra seguridad en Cristo y sólo en Cristo.
En donde las barreras litúrgicas, teológicas o peor aún, nuestra vanagloria, orgullo y autoritarismo,
son desvanecidos por el Poder de Dios en la guía constante de Dios Padre, mediante la
reconciliación de Cristo y el soplar del Espíritu entre nosotros. Lo más sencillo en esta
conmemoración de 500 años de la Reforma es partir y concluir en nuestra propia experiencia
mediante un conformismo dañino en todos los niveles eclesiales institucionales, sin embargo, el
Espíritu histórico del metodismo, nos invita a conocer, analizar y ser transformados mediante
comunidades religiosas que por la gracia de Dios generen una transformación radical en sus
miembros como individuos, familias y sociedad en general, recordando que no hay santidad, sin
santidad social y que, lo mejor de todo siempre ha sido, es y será que Dios es con nosotros.

“Gloria sea al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,

como era al principio, es hoy y habrá de ser,

eternamente y para siempre. Amen.”

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