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Doce Cuentos Musicales
Doce Cuentos Musicales
Doce Cuentos Musicales
RUTH FRIDMAN
SUSANA F. DE ALEMANY
ESTHER S. DE SCHNEIDER
De tarde juego; a la noche estoy muy cansada y me acuesto. Pero hay veces que el sueño
no quiere venir. Entonces cierro los ojos y escucho todos los ruidos. Oigo el ruido de los autos
que pasan: zzzzzum,.. ; oigo el ruido de las puertas que se abren y cierran: clic; y de pronto
escucho: rrrin, rrrin, rrrin, rrrin. Cesa el ruido y al ratito comienza de nuevo. Abro los ojos
y, buscando .un poco, encuentro que quien hace el ruido es un bichito que está sentado en la
ventana. (1)
El bichito canta así:
Rrrin, rrrin, rrrin, rrrin, rrrin,
Yo soy el grillito que toca violín. (2)
hasta que me duermo. Así el grillo y yo nos hicimos muy amigos; todas las noches él me
visita y conversamos de muchas cosas.
Ayer el grillo vino muy contento, y cuando le pregunté por qué, con la cara muy alegre
me dijo: —¿Sabes que mañana cumplo años? ¡Tendré fiesta y tal vez regalos!
—Grillito, le dije, "¿cuál es el regalo que más te gustaría?"
Al momento contestó:
—Quisiera tener una guitarra.
—Sabes, dicen que mi canto suena siempre igual, muy monótono, y me gustaría tanto
mostrarles que sé cantar de verdad.
Al día siguiente visité las casas de música buscando una guitarra para
mi amigo el grillo. Claro que tenía que ser una guitarra muy chiquita. ¡ Hay tantos instrumentos
en las casas de música: tambores, bombos, trompetas, pianos...! Pero los vendedores me
decían: "Una guitarra tan chiquita no tengo. ¿No quiere llevar alguna otra cosa?" Al fin de
la tarde encontré un negocio donde había una guitarra justo como para mi amigo. La compré
y a la noche se la regalé envuelta en papel de seda atada con una
cintita. (4)
¡ Se imaginan qué contento se puso el grillo! Abrazó su guitarra y se despidió muy
emocionado diciendo que estudiaría toda la noche para aprender alguna canción.
Unos días después, mi amigo me dijo que ya sabía cantar una canción acompañándose
con la guitarra. "Claro —me dijo— es una canción bastante fácil"; y me cantó así:
Esa noche, mi amigo y yo nos despedimos con el corazón hecho pedazos, como suele
decirse. Al día siguiente hubo una gran tormenta con relámpagos, truenos y lluvia, mucha
lluvia. A la noche esperé al grillo, pero no vino.
Ahora es invierno; cuando me acuesto, oigo el viento en los árboles y siento frío.
Entonces me hundo bien debajo de las cobijas, y pienso: ¡Cuándo vendrá de nuevo el
verano para ver a mi amigo el grillito!
EJECUCIÓN
Algunos elementos de este cuento pueden servir de material para las clases de música.
Hay material para varias clases.
Las tres canciones folklóricas son sencillas, de manera que pueden ser tocadas y
cantadas por niños que estudian guitarra. He aquí algunas sugerencias sobre la forma de usar
el material:
(1) Se presta para "Juegos de silencio". Jugamos que es de noche; nos tapamos los ojos para ver todo oscuro, y
escuchamos qué ruidos hay alrededor nuestro, como hace la nenita del cuento.
¿Qué escuchan?..., etc.
(2) Para un recitado rítmico: puede acompañarse con palmadas o con instrumentos Orff. Para hacerlo algo más
complicado: como canon entrando un grupo en la segunda frase.
(3) ¡Qué fácil es este arrorró! ¿Quién lo sabe repetir?
(4) ¡Cuántos instrumentos hay en las casas de música! ¿Quién sabe nombrar alguno y explicar cómo es?...,
etc.
(5) Siendo la baguala una canción sobre tres notas (do, mi, sol) se presta para hacer un dictado fácil. Al
cantarla hay que tratar de mostrar el carácter o ambiente de la canción.
Las notas son largas y tendidas, y la voz tiene una inflexión particular asemejándose a veces a un grito. De la
misma manera se mostrará luego el carácter más movido y festivo del carnavalito y el nostálgico de la zamba (ya el
cuento procura crear el ambiente).
(6) Se presta para acompañarlo rítmicamente, palmeando. Lo mismo puede hacerse en las otras dos canciones
folklóricas. Así los niños, los que todavía no saben entonar la canción, la oyen para aprenderla; pero palmeando
escuchan menos pasivamente.
II
EL PICAFLOR *
Entonces el pajarito se ponía contento, saludaba a los chicos con su. largo pico y
comenzaba a volar. Daba varias vueltas por la plaza y luego descansaba sobre la rama de algún
árbol. Miraba cómo jugaban los chicos, y, ¡plum!, otra vez se quedaba dormido. Claro, que los
sueños de Picaflor eran muy cortos. Cuando despertaba se preguntaba asustado:
—¿ Qué soy yo? —y después de pensar un momento se ponía contento y decía:— ¡Ah!,.
¡ ya me acuerdo! ¡ Soy un gato!
Pero cuando quería maullar, en vez de decir "¡miau» miau!", decía: "¡piau! ¡piau!";
entonces se preguntaba con mucha tristeza: —Pero, ¿qué soy entonces ?
Los chicos dejando el tobogán y las hamacas llegaban corriendo al lugar donde estaba
el pajarito y cantaban:
* Este cuento está destinado a una de las primeras clases de infantes; por eso contiene elementos muy simples
y una anécdota que recorre juegos, cantos y lugares familiares a los niños.
El empleo de situaciones y elementos familiares proporciona a los niños seguridad y alegría; aun los más
tímidos se muestran deseosos de hablar, cantar y moverse en relación. a esos elementos de "su" mundo.
1
Cuando el picaflor cree que es un perro, los niños, a requerimiento de la maestra-imitan el ladrido de los
perros, etc.
2 La canción alemana "Picaflor" tiene una estructura rítmica y melódica muy simple.
Los niños la recuerdan y cantan con facilidad a lo largo del relato.
3 La canción "¡Que llueva!" del repertorio tradicional infantil, es muy conocida por los
niños, quienes, al cantarla, realizan un aporte, en común.
4 Al terminar el cuento y después que los niños hayan tenido una clara y concreta
captación de los sonidos "altos" y "bajos", la maestra puede seleccionar dos objetos, que al
golpearse o sacudirse tengan sonoridades de distinta altura, que los niños deben reconocer. Se
realiza así un juego que promueve el desarrollo de la sensorialidad auditiva.
Luego, otra vez, algo se movió por arriba; miraron hacia el techo y distinguieron a
Picaflor. El pájaro cantó una melodía muy cortita:
Después
Los chicos querían reírse, pero tenían miedo de que la tortuga los echara.
Le hicieron señas con la mano al pajarito para saludarlo y Picaflor los saludó con el
pico y cantó una canción larga, larga, para que la tortuga no pudiera hacerle burla: 6
5 La conversación del pájaro y la tortuga permite, por su dosis de humor, una repetición insistente que promueve
en los niños el interés de cantar alto y bajo.
8 La canción "alta" del pájaro, repetida una octava más baja por la tortuga, debe ser cantada por la maestra.
Ha sido realizada para que los niños escuchen una misma melodis en distinta tesitura. La extensión sonora que
abarca esta canción (más de una octava) es inapro piada para que la canten los infantes.
Pero la tortuga le contestó:
Yo canto bajo, bajo, bajo, mi musiquita no se ve,
si todos cierran los ojitos bajo muy bajo irán también.
Los chicos se rieron fuerte y comenzaron ellos a hacerles burla, cantando alto y bajo.
Picaflor y la tortuga también se rieron, y como había terminado de llover, todos
salieron de la cueva y cantaron:
Picaflor dio unas vueltas volando sobre los chicos, y luego se sent ó en una rama
y se quedó dormido.
Los chicos jugaron cerca del pajarito, y cuando Picaflor despert ó, dijo:
—¡Ay!, ¡qué contento estoy!, ¡al fin me acuerdo que soy un elefante!
Y quiso hacer "¡Tuuuüu!" con la trompa y dijo "¡Piuuuuu!", entonces los chicos le
cantaron:
Picaflor, picaflor vuelas tú, quedo yo.
El pajarito agradecido los saludó y los chicos se fueron a sus casas porque muy
pronto iba a llegar la noche.
III
EL GALLO PINTO
Era una ciudad que no tenía relojes. Ni las torres ni las personas usaban reloj,
porque tenían un gallo cantor que todas las mañanas, a la misma hora, se trepaba al palo
más alto del gallinero y comenzaba a cantar. Entonces toda la Agente de esta ciudad se
despertaba.
Si la mañana era linda, el Gallo Pinto cantaba canciones para bailar. 1
1 Reconocimiento de cualidades rítmicas. Al terminar el cuento se cantan o tocan melodías en dos
y tres tiempos para que los niños hagan un reconocimiento de los diferentes caracteres :rítmicos a través
del movimiento corporal.
Pero si el día era feo, el Gallo Pinto se ponía serio como .un soldado y cantaba
canciones para marchar.
Canto Pandero
Los primeros en levantarse eran los gallos de otros gallineros. Enseguida se ponían
a conversar con el Gallo Pinto. 2
Pero una vez el Gallo Pinto no cantó y todos los habitantes de la ciudad se quedaron
dormidos. El sol, cuando salió, pensó que se había equivocado de hora y que era muy
temprano. Nadie caminaba por las calles y todo estaba silencioso. Le preguntó a una
estrella:
—¿Qué hora es? —Y la estrella le dijo:
2 Eco rítmico: comenzar con esquemas rítmicos simples, articulados lenta y claramente. Se pregunta luego
a los niños quién quiere ser Gallo Pinto. Los que se ofrecen van inventando otros ritmos que repetirán sus compañeros.
Puede remplazarse luego con eco de palmadas.
—Yo no tengo reloj, pero hace ya mucho tiempo que la luna se fue
llevándose la noche.
Entonces, el sol se acercó cada vez más a la ciudad y comenzó el día.
Por supuesto, esa mañana toda la gente despertó muy tarde y los chicos tuvieron que
apurarse para llegar a la escuela. La maestra estaba enojada con el Gallo Pinto, y cuando
llegaron los chicos, cantaron todos la canción del gallo Pinto:
El gallo Pinto se durmió.
Y esta mañana no cantó.
Todo el mundo espera su coco-rico.
El sol no salió porque aún no lo oyó.
Cuando los chicos regresaron a sus casas, se enteraron que el Gallo Pinto estaba
enfermo. Había ido el doctor a verlo porque tenía enfermo el pulso.
3 Puede aprovecharse el recorrido del sol, tocando o cantando frases que terminen en Tónica o Dominante.
Los niños indican si el sol llegó hasta la ciudad o quedó en el camino conversando con alguna estrella (para no
interrumpir el relato puede hacerse al término del mismo). Cada niño es un sol que camina, y al término de cada
frase se expresa, con un movimiento corporal,
la llegada de la Tónica con su sentido de descanso o la interrupción transitoria, tensa, de la Dominante.
EL SEÑOR INVIERNO
Finalmente, el señor Invierno llamó al viento. Lo primero que hizo éste cuando
llegó fue hacer volar los globos de la plaza.
El señor Invierno estaba distraído mirando cómo se alejaban los globos y el viento le
hizo volar el sombrero. (3) Corrió detrás de él sin alcanzarlo y llamó al viento para que
dejara de soplar, pero como era pelado comenzó a estornudar:
El viento estaba muy ocupado volando paraguas y ropas de las azoteas y no oía al
señor Invierno que lo llamaba cada vez más enojado.
Los chicos se habían ido. El señor Invierno se sentó muy cansado en un banco*
y pensó que el viento era muy juguetón, y como él lo había llamado a gritos, tendría
vergüenza y miedo de volver.
Claro, al viento le gusta jugar, le gusta silbar y cantar; por eso, el señor Invierno
le cantó esta canción, para que se animara a regresar:
El viento y mi sombrero se fueron
a, 'pasear, volando como globos los
veo desde acá.
Sombrero sombrerito no vayas a
escapar que el viento sopliplero de
vuelta te traerá.
Cuando el señor Invierno terminó de cantar, la plaza estaba tranquila. Oscurecía y todos dormían.
El señor Invierno vio su sombrero que se acercaba rodando suavemente. Estaba bastante sucio. Lo
limpió y se lo puso. (3)
Entonces, caminando muy despacito, para no despertar a los árboles, bichos y gatos de la plaza, se
fue a dormir él también. (4)
Al día siguiente, los chicos fueron a la plaza bien abrigados. Recogieron en sus baldes las semillitas,
hojas y bellotas que se habían caído de los árboles la tarde anterior. Escucharon los sonidos que hacían
y jugaron largo rato buscando otras semillas y piedritas. (5)
Después hicieron una ronda y cantaron la canción del Invierno:
Y salió el sol. La plaza se calentó un poquito y los chicos jugaron muy contentos todo el día.
(1) Pregones. Los niños pueden cantar los pregones mientras caminan y se mueven de
acuerdo con los diferentes ritmos.
(2) Palabras ritmizadas. Después de la primera llamada del señor Invierno.
La maestra puede preguntar a los niños qué hay en invierno. Los niños aportan otras palabras: viento, nieve, niebla, etc.; y llaman
entre todos rítmicamente acompañándose de palmeo o golpes en el suelo o la mesa, haciendo luego sucesivas combinaciones. Todos
golpean o palmean y dicen:
La repetición continuada de las palabras permite una mayor valoración de su contenido rítmico. Cada ejercicio debe tener la
duración de una frase de cuatro u ocho compases.
(3) Los elementos globo y sombrero, que vuelan, son útiles para la descripción del ascenso
y descenso del sonido. Se pueden hacer glisandos, con la voz o con algún instrumento que los
permita: piano, violín, etc. Al escuchar ese sonido que asciende o desciende ininterrumpida
mente, los niños dibujan en el espacio el-movimiento correspondiente a la "nota viajera", que
incluso ellos pueden cantar.
(4) Las palabras ritmizadas que constituyen el elemento didáctico importante de este
cuento, implican una actividad muy intensa para los niños.
La canción "Mi sombrero" es el puente entre la tensi ón que provoca esta última actividad y la relajación y clima tranquilo
que requieren los juegos para el desarrollo de la sensorialidad auditiva.
Los niños "dormirán" como los árboles y bichos de la plaza después de escuchar la canción.
(5) La maestra debe seleccionar varios elementos de distinto timbre sonoro. Los niños,
después de escucharlos y verlos, deben identificar los objetos por su sonoridad, sin mirarlos.
V
EL FARO
(CUENTO MUSICAL para niños de 4 a 5 años de edad)
Había una vez un marinerito (1) que vivía en un faro muy alto, muy alto. Para subir a este faro
había que trepar trabajosamente por una larga escalera, (2) pero se podía bajar corriendo. (3) El
marinerito tenía un pato amigo y un barquito, y salía a remar, (4) cuando había grandes olas (5) que
subían y bajaban. Pero un día eran tan altas, que el barquito naufragó y el marinerito cayó al agua. Para
colmo de males aún no sabía flotar; pero el pato, que lo acompañaba, lo sacó del apuro, enseñándole a
nadar(6).
Este cuento puede ser presentado a los niños, después de cantar la canción del folklore argentino "Desde
chiquito, caramba, marinero fui. . . ", que figura en la obra Viva la Música, de FRANCÉS WOLP , edit. Ricordi.
Para el pasaje del cuento en que el marinerito trepa trabajosamente por la escalera, debe elegirse el
fondo del aula como comienzo de aquélla, y explicar a los niños, que al avanzar hacia el frente, acompañados
por la música, irán ascendiendo. Cuando hayan llegado a la cima, conviene esperar algunos segundos antes
de que comiencen a bajar, intervalo en que los marineritos mirarán a lo lejos tratando de divisar un barco
en el horizonte. El descenso se representa regresando a la carrera hacia el fondo. Una vez que han llegado
de nuevo al primer peldaño, descansarán con un ejercicio de relajamiento, que consiste en dejarse caer al
piso o, manteniéndose de pie, inclinar el tronco hacia adelante aflojando los brazos y la cabeza.
Es conveniente que los niños representen varias veces esta parte del cuento.
VI
EL GATO Y EL PAJARITO
(CUENTO
MUSICAL)
Había una vez, en un jardín, un sauce llorón cuyas ramas se balanceaban suavemente, movidas por el
viento. (1) A su sombra, en la mecedora del abuelito, dormía la siesta un gran gato negro con largos bigotes,
(2) mientras en las ramas más altas cantaba un pajarito. (3)
De pronto, el gato despierta y lo oye. Tiene mucha hambre; trepa al árbol, (4) se acurruca (5) y espera
el momento favorable para cazarlo, mientras el pajarito continúa cantando despreocupadamente. El gato
salta, entonces, de una rama a la otra, (6) pero no logra alcanzarlo porque su presa, asustada, revolotea
sin descanso. (7) Por fin, como nuestro gato es muy pesado, cae al suelo (8) y decide, por lo tanto, seguir
durmiendo.
El pajarito canta nuevamente, (3) mientras el viento mece las ramas del árbol. (1)
Este cuento es adecuado para niños entre los 4 y 5 años de edad, quienes representarán con
movimientos al gato que duerme en la mecedora (balanceándose de pie), que trepa (en cuclillas,
incorporándose a medida que la música va del grave al agudo) y salta; a las ramas del árbol mecidas por el
viento (movimiento con los brazos y aun con todo el cuerpo); al pajarito que revolotea y canta. Esto puede
hacerse, asimismo, por grupos: unos representarán al árbol; otros, al gato, y un tercer grupo al pajarito.
VII
EL CABALLITO
(CUENTO MUSICAL)
POR SUSANA DOURGE DE HOKOVITZ
Había una vez, en una calesita, un caballito de madera que se sentía cansado de tanto dar vueltas. Un
día decidió escaparse y salió al galope, galope, galope. (1)
En las calles debía detenerse para dar paso a los automóviles que cruzaban; después, continuaba
galopando. A veces, cansado, marchaba con más lentitud, pero enseguida retomaba su rápido galope. A veces
iba por caminos de tierra y galopaba despacito. A veces iba por caminos de piedra y galopaba fuerte.
Por fin, llegó a un circo y pensó que sé gustaría quedarse a trabajar allí. El domador le enseñó a trotar,
(2) a marcar el paso, (3) a subir y bajar escaleras, (4) y la bailarina le enseñó a bailar. (5)
Un buen día, como echara mucho de menos su antigua casa, dijo adiós a todo el mundo y regresó
al galope, galope, galope a la alegre calesita.
En este cuento, también para niños de 4 a 5 años, realizarán los movimientos imitando al caballito
de madera. Cuando galopa cansado, se tocara el tema del galope, pero rallentando, luego a tempo, y
acellerando si el caballito está apurado, por ejemplo, porque llega la noche. Cuando tiene que subir y
bajar escaleras, se fijará en el aula un lugar, al fondo por ejemplo, que represente la parte alta de
aquéllas.
VIII
PETI-PETI-NELA
Había una vez una nena llamada Peti-Peti-Nela. Siempre, al regresar del colegio, se ponía a
estudiar; pero esa noche estaba tan cansada que se acostó a dormir temprano. (1)
Soñó entonces que la casa donde vivía se había cansado de estar en el mismo sitio, y sin decir
nada a nadie se había ido a buscar un lugar en el campo. (2)
Quería vivir al lado de los árboles, de las flores ,y escuchar el canto de los pájaros. ¡Por fin
respiraba aire fresco y no esa atmósfera sucia, colmada de feos olores! ¡Por fin sentía que el sol
la bañaba con sus rayos!(3)
La casa estaba tan ansiosa por irse que se olvidó que ese día todos sus amigos habían salido al
patio. La mamá de Peti-Peti-Nela, por la mañana temprano, había sacado las sillas, los retratos, los roperos,
las cacerolas, la licuadora y muchas otras cosas para que se ventilaran. Todos habían decidido cantar y jugar
para divertirse un poco. (4)
Ya era muy tarde cuando se cansaron de jugar, y quisieron entrar en la casa, pero entonces
vieron que la casa había desaparecido. Decidieron ir a buscar a Peti-Peti-Xela. No se pueden imaginar cómo
corrieron. Corrieron hasta cansarse. (5)
Al llegar, la encontraron durmiendo y decidieron despertarla con un canto que decía. . . (6)
EJECUCIÓN DE PETI-PETI-NELA
Si la maestra dispone de muchos niños, puede dividir el grupo de la siguiente manera: un grupo será la casa y el otro
serán los artefactos.
Si son pocos los niños, actuarán todos siguiendo el proceso del cuento. Una niña será Peti-Peti-Nela. Puede hacerse un
sorteo para ver a quién le toca ser este personaje.
(1) Una niña es Peti-Peti-Nela.
(2) El grupo que es la casa saldrá al ritmo de la música o al ritmo del sonido del pandero. Dependerá de los elementos con que
cuenta la maestra.
Con el pandero lo tocaremos así:
(3) Respiración. Inspirarán lentamente, abriendo los brazos. Echarán al aire suavemente tratando de relajarse.
(4) Los artefactos girarán o palmearán en círculo. El que es licuadora puede ir al centro con un pandero o, simplemente,
moverse de acuerdo con lo que representa. Para mayor disciplina, puede cada niño elegir lo que quiere ser y en el momento del
canto la maestra señalará a quién le toca ir al centro. La ronda podrá girar en un sentido y luego a la inversa.
(5) Corren en ritmo de corcheas. La maestra toca el pandero o caja.
(6) Sugerencias para cantar Peti-Peti-Nela.
Se unen los dos grupos. Los niños comienzan el canto llamando a Peti-Peti-Nela. Lo harán suavemente, arrodillados, tratando de
despertarla con ese llamado. Se podrá cantar las palabras Peti - Peti - Nela usando las notas sol y mi, dramatizando, de este modo, la
acción del canto.
IX
LA NUBE Y EL VIENTO
(CUENTO MUSICAL)
POR RUTH FRIDMAN
Un buen día, el viento paseaba por el cielo. ¡ Estaba tan contento! El día era muy lindo.
El cielo estaba muy azul, y las nubes, muy blancas y coquetas. Al pasar cerca de ellas, una le
dijo: —¡Tú no sirves para^na-da!(l) Sus hermanas muy intranquilas le dijeron: —¡No hables
así, el viento tiene mal carácter y por nada se enoja! —Pero... como esta nube era muy
traviesa lo volvió a repetir: —¡ Tú no sirves para nada! Nosotras hacemos crecer las plantas,
los árboles; en cambio a ti..., ¡ a ti te tienen miedo!(2) El viento se fue muy triste. Pensaba
cómo podría hacer para demostrarle a ,1a nube que él también era útil, y bajó a la tierra. (3)
Escuchó la voz de un burrito que decía: —Si soplara un^poco de viento, llevaría de paseo
a mis amiguitos con más alegría—. Rápidamente el viento empezó a soplar. (4)
¡ Qué contento se puso el burro! Escuchen lo que cantaron los niños: (5)
Entonces el viento, al ver a todos contentos, se fue. Muy cerca de allí había un campo. Se acercó a un
molino. Lo vio tieso, con los brazos caídos. Le preguntó por qué no trabajaba. El molino dijo: —Estoy
esperando que me ayudes, así podré moler el trigo, juntar mucha harina para hacer muchos panes—.
El viento empezó a soplar y el molino movió sus brazos(6) ¡Qué alegría le dio! ¡ Cuánta harina molió!
El viento, feliz de haber sido tan útil, se fue al cielo. Buscó a la picara nube y le contó todo lo que
había hecho. La nube se puso muy colorada. Le pidió disculpas. Comprendió que el viento también era
necesario. Tampoco ellas se podían mover sin su ayuda.
Desde ese día resolvieron ser muy amigos y para festejarlo hicieron una ronda y fueron muy felices.
(7)
EJECUCIÓN
LAS CARTAS
Cuando se levantaron, respiraron. ¡ Qué lindo era el aire! (3) De pronto oyeron una voz que decía:
¡ Chorro morro, caliente socorro, clavel de olor, a volar me voy! (4)
Las cartas abrieron sus bracitos y volaron por todas partes. (5) De nuevo la voz dijo:
(Chorro morro, caliente socorro, clavel de olor, galopando estoy.) Las cartas galoparon, fueron sobre
caminos de piedra y caminos de tierra. (6)
El tren primero hizo ¡chuf-chuf, chuf-chuf! y luego más rápido. (8) El tren anduvo y anduvo.
Cuando llegaron a la estación, la voz dijo:
¡Chorro morro, caliente-socorro, clavel de olor, a casita voy!
Las cartas contentas se fueron lento, lento, lento. Estaban cansadas. Querían volver a sus casas.
Cuando llegaron no se escuchaba nada, se acostaron a dormir y la voz, muy despacito, cantó:
EJECUCIÓN
Cuando cesa el pandero los niños se acuestan. Mientras aparentan dormir, la maestra les cantará la cancioncilla final.
Durante cada ejecución de los instrumentos de percusión, los niños deben pararse cuando cesa el sonido.
XI
(CUENTO MUSICAL)
En una casita junto a un bosque, vivían varios hermanitos, cuyo único pariente era un tío muy viejecito
llamado Don Simón. Éste residía en un pueblo muy lejano, de manera que muy pocas veces se visitaban.
Una mañana estaban los niños tomando el desayuno cuando escucharon unos golpecitos en la
ventana.
Se entabló entonces el siguiente diálogo:
Tampoco hicieron mucho caso de la lluvia, porque estaban cansad-: s escucharla. Por fin se oyeron
golpes muy fuertes:
Esta vez se dieron mucha prisa para abrir la puerta, pues muy pocas veces llegaba el cartero hasta
esos lugares. Ansiosos y con gran curiosidad, abrieron el sobre que les entregó y vieron que se trataba de
una invitación que les hacía el tío para celebrar juntos su 80 9 cumpleaños con una gran fiesta.
Con entusiasmo iniciaron los preparativos. (4)
Al día siguiente, muy temprano, ensillaron sus caballos y partieron a todo galope a través del
bosque. (5)
Después de un largo trecho, llegaron a las orillas de un río. Había allí un viejo molino que movía
las aspas perezosamente. (6)
Para cruzar a la otra orilla tenían que atravesar un puente, pero estaba tan derruido que era peligroso
pasar por él. Sin embargo, como tenían mucha prisa, pensaron que si lo hacían con cuidado, el puente
aguantaría el peso. Comenzaron a cruzar lentamente, más, a mitad de camino, el puente se derrumbó, pero
no se lastimaron porque el río era poco profundo en ese lugar. (7) Prosiguieron entonces la marcha saltando
entre las piedras con sus caballos. (8)
Cuando por fin llegaron a la orilla opuesta escucharon el reloj del pueblo que daba la hora: (9)
Temerosos de llegar tarde apresuraron el galope y llegaron a la casa del anciano tío, justo en el
momento en que cortaba la torta de cumpleaños. (Parten cantando la canción) :
Los elementos que entran en juego en este cuento son los siguientes:
19 Preguntas y respuestas con distintos intervalos e intensidad. Diálogos (1), (2) y (3). El toe, toe,
toe, puede hacerlo un niño o la maestra.
39 Ejercicios de relajamiento:
a) (6)El viejo molino. Girar los brazos alternativamente; luego caer relajados.
b) (7) El puente roto. Van caminando con los brazos muy extendidos hacia los costados del cuerpo.
A una señal del maestro (golpe en el pandero o acorde en el piano) dejan caer los brazos relajados.
c) (9) El reloj del pueblo. Movimiento rotatorio de la cabeza. Al decir: din, don, giran la cabeza
hacia ambos costados imitando el péndulo de un reloj.
XII
EN EL JARDÍN
(CUENTO MUSICAL)
Era un frío día de invierno. Los árboles mostraban sus ramas desnudas; el jardín estaba triste y sin
color. Las semillitas hundidas en la tierra dormían profundamente esperando la llegada de la primavera.
También los jardineros ociosos y ateridos dormitaban en un rincón del jardín. (1)
Música: "A Winter Morn". (Mañana de invierno), op. 39 n<? 2, del Álbum de la Juventud de P. I.
Tchaicovsky. (2)
De pronto, una mañana, los pájaros comenzaron a cantar alegremente.
Motivos de "Song of the lark". (Canto de la alondra), op. 29, nº 22 (ídem).
El sol calentó la tierra y las semillitas; con un gran bostezo despertaron de su sueño invernal. (3)
Los jardineros, que habían esperado este momento con impaciencia, pues estaban cansados del frío
del invierno y tenían muchos deseos de trabajar, tomaron sus herramientas y con paso alegre se dirigieron
al jardín.(4)
Llenos de brío se dedicaron a preparar la tierra para la llegada de la primavera. Con sus palas,
rastrillos, regaderas, etc., trabajaron activamente y cuando terminaron se retiraron a descansar. ("Marcha
de los soldados", op. 39, n"? 5.)
Liberadas las semillitas de la fria corteza invernal, comenzaron a crecer y crecer:(5)
hasta transformarse en hermosas plantas que se mecían acunadas por el viento. Cantan y se
balancean siguiendo el ritmo de la:
Cuando todas las plantas estuvieron en flor, decidieron dar un gran baile para celebrar el
acontecimiento, e invitaron también a los jardineros.
Engalanadas con sus más bellos colores se reunieron en un claro del jardín y danzaron hasta bien
entrada la madrugada. ("Vals" op. 39, ir? 8. (ídem). (6)
REALIZACIÓN DEL CUENTO
Este cuento tiene como finalidad principal llevar al niño, a través del movimiento, hacia la apreciación
musical. Aprende así a distinguir diferencias de carácter: triste o alegre; tiempo de marcha o vals y forma
musical a-b-a.
Se han utilizado, para ilustrar el cuento, las pequeñas piezas del "Álbum de la Juventud" de Pedro I.
Tchaicovsky, tomando motivos, temas o la pieza entera, acomodándolas a las necesidades del relato.
(1) Los niños se dividen en dos grupos: las semillitas, recostadas en el
suelo simulando dormir, y los jardineros, en el otro extremo del aula, sentados muy relajados.
(2) Creamos el clima invernal con "A Winter morn".
(3) Ejercicios de respiración y relajamiento. Bostezar, desperezarse y relajar.
(4) "Marcha de los soldados". En la parte "a" marchan alegremente, en la parte "b" realizan las tareas
del jardín y en la parte "a" final vuelven a su lugar.
(5) Se levantan siguiendo la música.
(6) Vals final. Parte "a", danzan en parejas; parte "b", cambian de figura y en "a" final, como al
principio.