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Semana Evangelismo MM 2025

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SEMANA DE

EVANGELISMO
2025 MM
Apreciadas Líderes de Ministerio de la Mujer
División Interamericana

Es un gusto saludar a cada una de ustedes, mujeres incansables en el trabajo


misionero de la iglesia, mujeres comprometidas con cada actividad para bien
de los demás, que Dios siga siendo su faro al guiar sus acciones en todo lo
que realicen.

Estamos por iniciar una semana de evangelismo muy especial, sea que usted
vaya a predicar, o vaya a preparar todo el programa de esta semana, o vaya
a dar estudios bíblicos, o vaya a traer algún invitado, cualquiera sea su parte
en esta semana de evangelismo, le decimos ¡gracias!
Tiene en sus manos un material tremendamente bendecido, con el título
“Rescatada por Jesús”. Ésta será la temática, y ha sido escrita por hombres
de Dios; el Ptr. Adán Ramos, presidente de la Unión en Honduras, Ptr. Gunter
García, presidente de la Unión en Guatemala y Ptr. Jorge García, presidente
de la Unión Central de México.
Agradecemos profundamente su colaboración a esta semana, seguros de
que cada tema, cada palabra, Dios la usará para atraer a muchos a Él.
Jesús nos rescata, nos rescata por amor, nos rescata al perdonarnos, nos
ayuda a crecer en la fe, nos rescata para servir, para ser restauradas, nos
rescata para cumplir la misión y con ello transformar a nuestras familias, y
sobre todo, nos rescata para vivir para siempre con Él.

Que Dios utilice cada uno de sus dones en su servicio durante esta semana,
que Dios sea tu escudo al protegerte y sea tu fortaleza en cada día.
Gocemos al compartir la palabra de Dios y que nuestra vida sea la más
bendecida.
Con aprecio.

E. Edith Ruiz-Espinoza
Dir. Ministerio de la Mujer
División Interamericana
Bosquejo 3. Rescatada
Temático para crecer
2. Rescatada en la fe 6. Rescatada
por su para la
5. Rescatada misión
1. Rescatada perdón
para ser
por su
restaurada
amor
4. Rescatada
para servir
8. Rescatada
para vivir
7.Rescatada para
para siempre
transformar a
su familia

1
2
La mujer del manto

Base Bíblica: …Y mientras iba, la multitud le oprimía. 43 pero una


mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que
había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había
podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su
manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45 entonces
Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo
Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y
oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? 46 pero Jesús dijo:
Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder
de mí. 47 entonces, cuando la mujer vio que no había quedado
oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró
delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al
instante había sido sanada. 48 y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado;
ve en paz. Lucas 8:40-56

Introducción

La vida de la Mujer del Manto es una de las historias más


descarnadas de la que un ser humano puede soportar. Vivir con
una enfermedad por un largo tiempo nos lleva muchas veces a
querer ocultarlo de los demás, a nadie le gusta que sientan
lástima, para que no nos rechacen y, sobre todo, para no pasar
vergüenza.

Cualquiera que sea su fuente, la vergüenza es una enfermedad


devastadora del alma que debilita y aísla y que nos hace
escondernos del Único que puede ayudarnos y salvarnos.

3
¿Alguna vez has tenido un problema que te ha definido? ¿Algo que
te ha obstaculizado y te ha quitado la fuerza de tu vida? Tal vez un
hábito, adicción, una enfermedad, rechazo, abandono y te ha
robado la identidad, dañado tus relaciones, herido a tu familia,
agotado tus finanzas, aplastado tus esperanzas, sueños y
aspiraciones... y te ha hecho sentir impotente e insignificante.

¿Puedo simplemente animarte hoy con una mirada a uno de los


“problemas” más famosos de la Biblia: el relato de la mujer del
Manto que se encuentra en Lucas 8:40-56 ¡Su hemorragia
menstrual crónica, había causado un devastador dolor en su vida
durante años! Debido a los requisitos de la Ley Mosaica, fue
tratada como “inmunda” (Dios había sido sensible al no requerir
que estas mujeres declararan públicamente su inmundicia) hasta
que la hemorragia cesó, pero antes de que eso sucediera se vio
obligada a mantenerse alejada de su familia y otras personas. Esta
enfermedad también acabó con sus finanzas en su intento
desesperado por recuperarse, pero solo empeoró la situación de
esta mujer.

Cuerpo:

1. La Mujer del Manto es una historia fascinante, quisiera que


podamos ver la historia en tres aspectos que nos permitan
enfocarnos en la forma magistral en como que Dios por su amor,
restaura a esta mujer.
En primer lugar, la historia comienza con una mujer que estaba
atrapada por una enfermedad que la había aislado de todo el
mundo, imagino a una mujer, pálida a causa de la hemorragia,
esquelética, un tanto pútrida y fétida, débil, con un aspecto
desgarbado, pues no tenía a quién lucirle su empobrecida figura, la
posibilidad de ser amada por un hombre era nula, y ser mamá ni
siquiera era una opción.
4
Rechazada por todos, abandonada por su familia, sin ilusión
alguna, con la mirada perdida y sumida en su tempestuoso
sufrimiento.

Esta mujer había aprendido a “empacar su dolor”, incluso a usar


una máscara para ocultar lo que realmente sentía, estaba harta de
que la vieran mal, su dolor era tan grande que le causaba
vergüenza, incluso contar su misma historia que ya era conocida
por todo pueblo donde vivía. La vergüenza que esta enfermedad le
causaba, la devastaba porque debía esconderse de todos para
minimizar su dolor.

De hecho, todos nos hemos sentido en algún momento como esta


mujer usamos máscaras para esconder nuestro dolor, las usamos
como “una forma elegante de encajar y pertenecer”. Mientras más
rotos nos sentimos, más nos inclinamos a ocultarlo de los demás.

Esta mujer estaba cansada del abandono y del rechazo, y su herida


era tan grande que necesitaba desesperadamente alguien que
sanara su enfermedad. Había gastado todo su dinero en su intento
desesperado por sanar, había ido a todos los mejores “doctores”
de su pueblo, pero el resultado era el mismos… “otro intento
fallido”. Este era el triste diagnóstico de esta mujer.

2. En segundo lugar, esta mujer escucha que había un “hombre”


que sanaba y la verdad no tenía nada que perder si iba a ver a un
doctor más, puesto que estaba enferma de soledad, de
desesperación, además, la legislación sanitaria no permitía que
estas mujeres se acercaran a la gente.

5
Pero la fama de este hombre superaba las expectativas de
cualquier mortal, y comienza a producirse en ella una fe que nunca
había experimentado. Así que decide seguir a Jesús y empieza a
caminar entre la multitud, con miedo a que la llamen inmunda por
su condición, incluso a que la aíslen y no le permitan ver a Jesús,
no solo eso, también piensa que la van a reconocer y que alguien
podría delatarla, así que la imagino transpirando de los nervios, no
podría ni siquiera gritar: “inmunda”. Pero irónicamente, es la
vergüenza que siente por esta enfermedad es la que le abrió paso
en busca de la Sanidad que sabía que Jesús podía otorgarle.

Así que en ese momento se ideo un plan mente e inmediatamente


su adrenalina comienza a correr y piensa: si tan solo toco el borde
de su manto… estoy segura de que seré sana, y acaricia el sueño
maravillo de la esperanza de su sanidad, y ejecuta su plan, el texto
dice: 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al
instante se detuvo el flujo de su sangre.
Yo puedo imaginar el rostro de esta mujer cuando ella siente ese
“momento memorable” cuando toca el borde del manto y es sana,
su cara se lleno de alegría y se le dibujó la sonrisa más bella que
cualquier pueda imaginar, Sana. Me imagino que su emoción era
tan grande que no sabía si reír o llorar, era el momento más
emocionante de su vida.

3. Pero es justamente en ese instante es donde se produce


nuestro tercer escenario, recuerden que ella nunca había tenido
un momento de “Spotlight”, siempre había vivido bajo las lúgubres
sombras… 45 entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha
tocado? ¿No te parece que es una pregunta irónica y hasta
ridícula?Estaba en medio de una multitud que lo apretaba, todos
los “codeaban” puesto que todos quería verle y ser testigos
oculares de sus milagros.
6
Pero la pregunta no venía necesariamente porque lo habían
tocado, sino porque había salido “virtud de él” 46 pero Jesús dijo:
Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido
poder de mí. Y es aquí donde la mujer comienza su proceso de
restauración y de redención.

Jesús le da la oportunidad de hablar frente a un “selecto” grupo


que la había maltratado, que la habían olvidado, y la habían hecho
sentir como un trapo de inmundicia. 47 entonces, cuando la mujer
vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a
sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le
había tocado, y cómo al instante había sido sanada.

Jesús la trata de una forma magistral y maravillosa, al permitirle


por primera vez en su vida, expresar lo que sentía, le dio la
oportunidad de que su “sanidad” se diera a un nivel más profundo.

Jesús bien hubiese podido sanarla y seguir su camino, pero Jesús


necesitaba sanar su vergüenza, restaurarla públicamente, cuando
recibimos una bendición especial del Señor, Él se goza en
permitirnos testificar y recibir la alabanza para que otros pueda
disfrutar la experiencia de sanidad y perdón. Jesús no solo estaba
interesado en sanar su salud física, pero estaba interesado en
sanar su alma.Pero para sanar la vergüenza, hay que enfrentarla y
la mujer al verse expuesta, toma valentía y declara ante todo el
pueblo la enfermedad que la aquejaba y como esta había
destrozado sus más grandes sueños.

7
Finalmente, cuando la mujer piensa que ya ha sido restaurada,
Jesús hace una cosa maravillosa por ella, Él sabía lo que esta mujer
había pasado y sufrido y para reforzar su valor y completar su
restauración dice la más bella de las palabras que un padre
amoroso puede pronunciar la llama “hija” fue el momento más
significativo para esta mujer… la llamó hija frente a esa multitud y
validó la fe de ella al declarar. 48 y él le dijo: Hija, tu fe te ha
salvado; ve en paz.

Jesús llamó a esta mujer “hija” manifestándole su increíble amor


por ella, porque sabía que necesita el amor de un padre amante,
es una la de las palabras más tiernas que Jesús menciona al
referirse a una mujer, el disipó la vergüenza de ella, así como el sol
disipa la neblina de una noche profundamente negra a una
madrugada llena de esplendor del sol, de salvación y restauración.

Michael Lindvall lo expresara así:


¨Una Afirmación personal en esta historia bíblica es que — más
allá de la sanación física — la aceptación, la intimidad y el contacto
pueden hacernos completos y darnos paz. En verdad, somos
moldeados y hechos humanos en relación con otras personas.
Nuestras relaciones —en la iglesia, con las amistades y en el
matrimonio— no son solo algo extra añadido a la vida para
distraernos y entretenernos, como si pudiésemos ser seres
humanos completos en aislamiento individual . La relación, «tocar»
si se quiere, nos hace humanos y completos¨

Y nuestro Señor Jesucristo lo practicó con esta mujer, al restaurarla


con amor.

8
Conclusión:

¡Algunos de nosotros hemos estado sangrando por mucho más


tiempo del necesario! El diablo es mentiroso y la palabra de Dios
para ti es una revelación de que tu problema puede ser sanado
hoy. Si quieres sanidad, acércate a Jesús y asóciate con Él para
hablar Su palabra con fe. En última instancia, es cómo la mujer
recibió su sanidad. Jesús le dijo a la mujer del flujo de sangre “Hija,
tu fe te ha hecho salva; ve en paz”
La Palabra de Dios promete que cuando te alinees con Dios,
comenzarás a recuperar tu alegría, tu paz, tu esperanza, tus
sueños, tu identidad y tus relaciones importantes serán
restauradas: es la revelación que necesitas ver. ¡Él puede detiene el
fluir de tu sangrado, la hemorragia de tu vida, y producir sanidad y
Paz en tu corazón, porque Él puede restaurarte por su amor.

Llamado:
¿No es acaso Dios? Un Dios maravilloso que es capaz de arreglar
los desastres de nuestra vida, capaz de cambiar nuestro llanto en
gozo, de cambiar nuestras desgracias en vidas con propósito. Es
tan maravilloso que no solo limpia nuestras lágrimas, sino que nos
redime de toda maldad.
Dios no solo es capaz de limpiar nuestra vergüenza de pecados,
sino que es capaz de restaurar nuestra alma que es la que
finalmente quiere conquistar para que disfrutemos con Él la
eternidad. Recuerda las inspiradas palabras de Elena de White “…
Cuando falta la fuerza humana, el hombre siente necesidad de la
ayuda divina. Y nunca se aparta nuestro Dios misericordioso del
alma que con sinceridad le pide auxilio. Él es nuestro refugio en la
enfermedad y en la salud”. MC 171.1
¡Ven a Jesús tal como estas y el sanará todas tus heridas y lo más
maravilloso sanará tu alma y tendrás paz! PORQUE SOMOS
RESTAURADOS POR SU AMOR.
9
10
La mujer que más amó

Base Bíblica: 36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con
él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37
Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que
Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de
alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies,
llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba
con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39
Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí:
Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la
que le toca, que es pecadora. 40 Entonces respondiendo Jesús, le
dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41
Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos
denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar,
perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más.
Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a
Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para
mis pies; más esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha
enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; más esta, desde
que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi
cabeza con aceite; más esta ha ungido con perfume mis pies. 47
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados,
porque amó mucho; más aquel a quien se le perdona poco, poco
ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49 Y los
que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir
entre sí: ¿Quién es este, que también perdona pecados? 50 Pero él
dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. Lucas 7:36-50

11
Introducción

La vida de esta mujer está marcada por el desprecio, el rechazo, y


por si esto fuera poco, había perdido su valía como persona y su
reputación. No solo era señalada como “pecadora”, sino que
también era una “marginada” social.Esta mujer, no tenía ni la
menor esperanza de crecer profesionalmente, su “trabajo no la
dignificaba” era probablemente abusada, tratada como un objeto.
No podía permitirse soñar con el amor de su vida, pues había sido
mancillada y su vida no tenía sentido.
Algunas veces la vida puede darnos giros inesperados, así como
hay momentos decisivos que marcan para siempre nuestras vidas,
cambian nuestro camino y nos convierten en las personas que
somos hoy. Esto podría incluir una decisión tomada, una muerte
inesperada, una ruptura, alguien que conoces o incluso palabras
que la gente dice. Sea lo que sea, no siempre reconocemos el
impacto que tendrá en ese momento, pero cuando miramos hacia
atrás más tarde, lo vemos como un momento definido en nuestras
vidas.
Las decisiones que había tomado esta mujer para su vida no
habían sido las mejores. Sin embargo, hasta la peor de las
decisiones, el Gran Dios de los cielos puede transformarla en una
nueva vida.

Tal vez tu pasado sea turbulento, es posible que tu linaje esté


marcado por la inmoralidad; puede que no vendas tu cuerpo como
esta mujer, pero quizás has vendido tu lealtad, tu afecto, tu
ministerio, tu atención o tus talentos. Todos en algún momento
hemos sentido que hemos pecado demasiado, hemos fracasado
demasiado, o hemos tropezado con demasiada frecuencia.

12
Pero recuerda, que Dios tiene un lugar para los quebrantados y los
rotos, que la Tierra Prometida no es sólo para unos pocos; y que el
cielo estará repleto de hombres y mujeres que, como esta
“pecadora” fueron rescatados por el Gran Dios de los cielos para
formar parte de su eterna y maravillosa familia.

Cuerpo:

1.La Mujer “Pecadora” es una historia que describe la tristeza, la


desilusión, el rechazo, abandono y la desvalorización de una
persona, quisiera que percibiéramos la historia en algunos
aspectos relevantes que nos mostrarán la forma tan singular y
especial en cómo Jesús tiene especial cuidado para tatar a esta
mujer y restaurar su vida.

La historia narrada por Lucas nos dice que esta mujer va una fiesta
para ver a Jesús, yo quiero imaginar que esta mujer se prepara
para ver a la persona más importante de su vida. ¿Y cómo
hacemos esto? Siempre que nos vamos a encontrar con una
persona especial, imaginamos el vestuario que vamos a lucir, nos
arreglamos el cabello, nos ponemos perfume, en fin, intentamos
vernos muy bien para la persona especial a la que vamos a ver.
Así que esta mujer hizo eso y algo más llevó un presente costoso
para esa persona especial con la que iba a encontrar, ella sabía
que “un regalo no está a la altura de quien lo recibe sino de quien
lo da” y su regalo representaba la inmensa gratitud que tenía hacia
Jesús. 37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al
saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un
frasco de alabastro con perfume. Sin embargo, debemos
recordar que ella no era invitada a esta fiesta, el invitado era Jesús,
pero ella, quería aprovechar la ocasión para ver su persona
“favorita”.

13
Así que imaginemos el momento. Ella entra a la sala y todos lo
invitados la ven y se preguntan ¿Qué hace “esa” aquí? Y comienzan
a murmurar y preguntarse quién la había invitado. Así que la mujer
busca un lugar para sentarse y se le ocurre nada más y nada
menos que sentarse a los pies de Jesús.
Jesús, que es el invitado de honor de Simón ni siquiera lo había
saludado. Esto es la máxima expresión de desprecio que podemos
hacer con alguien. La costumbre en ese tiempo era saludar con un
beso al invitado. Simón no se había tomado el tiempo ni cuidado
de saludarlo. Es como si invitáramos a alguien a nuestra casa y le
dijéramos estoy viendo mi programa favorito en la televisión sabes
que… busca dónde sentarte y además busca qué comer, en la
cocina hay comida… sería un insulto deliberado con nuestro
invitado.

Sin embargo, esta mujer al ver a Jesús comienza a llorar, podemos


imaginar que recuerda que algún día fue la hija amada de un
padre, que tenía ilusiones y sueños, pero los echó a perder, que un
día soñó con casarse y tener una familia, pero que nada de eso, es
posible por el momento debido a su condición de vida. Y es en ese
mismo escenario que recuerda lo maravilloso de este hombre que
es el único Santo que la ama verdaderamente y no la reprocha por
su sucia vida, sino que, a pesar de su condición pecaminosa, está
dispuesto a estar junto a ella en medio de todos esos que la
estaban maltratado con sus miradas de desprecio y que la veían
como alguien que no valía nada.

38 …llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los


enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el
perfume.

14
Y es en ese momento que a esta mujer se le ocurre una brillante
idea, voy a derramar perfume sobre sus pies, para ella este
hombre vale tanto que las palabras son muy cortas para expresar
la inmensa gratitud que siente su corazón al ser amada por un
hombre que la ve con ojos de amor y perdón. Así que, como era un
perfume tan caro, el olor de este inunda la habitación.... y los
envidiosos comienzan a murmurar sobre la “barbaridad” que esta
mujer acaba de cometer.
Y dicen cómo es posible que esta mujer este derramando este
perfume cuando hay tantos pobres que no tienen que comer…
siempre hay gente para “todo” y estos fariseos no eran la
excepción. Pero ella no dimensiono, que, al abrir el perfume, el
olor de este causaría tal escándalo.

2. Y como si esto fuera poco en ese momento “Simón” el que se


cree perfecto y santo y que todos son malos menos el, le dice a
Jesús: si supieras quien es ella, te darías cuenta de que es
“pecadora” y que clase de vida tiene. 39 Cuando vio esto el
fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera
profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca,
que es pecadora. ¡Te has sentido alguna vez así! Alguien te ha
tratado como una “pecadora” sin serlo.¿Alguna vez alguien te ha
tratado con desprecio? ¿Es horrible verdad? Así se sentía esta
mujer, era un momento incómodo para ella, todos la
menospreciaban y se creían mejor que ella.

Pero Jesús que conocía las intenciones de los corazones y sabía lo


perversos que eran, que les importaba más el ¡qué dirán!, les
importaba más quedar bien con otros y lo único que buscaban
eran sus propios beneficios y no estaban interesados en la
salvación, ni en la restauración de esta mujer.

15
Así que trato de imaginar que Jesús en ese momento álgido de
tensión para la mujer, le dice: tranquila, no le hagas caso, no te
preocupes todo va a estar bien, tu para mi eres muy valiosa y
sabes que…: no me avergüenzo de ti, por el contrario, me siento
orgulloso de ti. Yo me imagino que su llanto se intensificó.
En ese escenario Jesús lanza una pregunta a Simón…40… una cosa
tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41 Un acreedor
tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el
otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó
a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó
más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer,
dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua
para mis pies; más esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha
enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; más esta, desde
que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi
cabeza con aceite; más esta ha ungido con perfume mis pies.

Podemos inferir que Simón se sentía incómodo con esta mujer


porque el algún momento él también se había acostado con ella.
Elena de White lo describe al mencionar que: “Simón fué conmovido
por la bondad de Jesús al no censurarle abiertamente delante de los
huéspedes. El no había sido tratado como deseaba que María lo fuese.
Vió que Jesús no quiso exponer a otros su culpa, sino que, por una
correcta exposición del caso, trató de convencer su mente, y subyugar
su corazón manifestando benevolencia. Una denuncia severa hubiera
endurecido el corazón de Simón contra el arrepentimiento, pero una
paciente admonición le convenció de su error. Vio la magnitud de la
deuda que tenía para con su Señor. Su orgullo fue humillado, se
arrepintió, y el orgulloso fariseo llegó a ser un humilde y abnegado
discípulo”. DTG 521:1

16
3. Jesús hace una cosa más para restaurar a la mujer 48 Y a ella le
dijo: Tus pecados te son perdonados. No es maravilloso cómo
Jesús la trata en frente de todos y hace por ella, lo que nadie puede
hacer, restaura su vida, y la llena de esperanza. Cambia su llanto
en gozo. Y la redime enfrente de todos los que la habían tratado
mal.

Finalmente, cuando la mujer piensa que ya es libre de sus pecados,


Jesús le dice una cosa más para afirmar su confianza en él y para
restaurar su alma 50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve
en paz. Él sabía que un corazón roto y quebrantado necesita la Paz
que solo procede de Dios y es en ese momento que la sanidad y
restauración de su alma es completada.

Conclusión:

A Jesús no lo importa tu pasado, Él está interesado en tu presente


y deseoso de disfrutar la eternidad contigo. A Él no le importa lo
que has hecho, nunca te desecha, ni te rechaza, pero lo más lindo
de todo es que él nunca se avergüenza de ti. Siempre te hará sentir
valiosa para el porque verdaderamente te ama.

El amor de Dios es incondicional. Él te ama con todas tus virtudes y


defectos, los que están a flor de piel y aquellos escondidos en lo
más profundo de tu ser. Él te ama siempre, aun cuando no lo
merezcas… y restaura tu vida y tu alma, pero para que este
proceso se dé debes alinearte con él y todo lo demás lo vendrá por
añadidura.

17
Llamado:

¿Sientes que tu vida no va bien? ¿Te han despreciado? Y siente que


no encajas. ¿Te han rechazado? Hay una linda noticia para ti, para
Jesús eres lo más valioso, él te ama y nunca se avergonzará de ti.

María tuvo la oportunidad que ni los tres discípulos más íntimos de


Jesús tuvieron, ella tuvo el privilegio de ser la primera en ver a
Jesús resucitado. Y fue la primera que testificó de la resurrección
de Cristo. Elena de White describe a María de una forma
excepcional ella afirma que: “Cuando a la vista humana su caso
parecía desesperado, Cristo vió en María aptitudes para lo bueno. Vió
los rasgos mejores de su carácter. El plan de la redención ha investido
a la humanidad con grandes posibilidades, y en María estas
posibilidades debían realizarse. Por su gracia, ella llegó a ser
participante de la naturaleza divina. Aquella que había caído, y cuya
mente había sido habitación de demonios, fué puesta en estrecho
compañerismo y ministerio con el Salvador. Fué María la que se
sentaba a sus pies y aprendía de él. Fué María la que derramó sobre
su cabeza el precioso ungüento, y bañó sus pies con sus lágrimas.
María estuvo junto a la cruz y le siguió hasta el sepulcro. María fué la
primera en ir a la tumba después de su resurrección. Fué María la
primera que proclamó al Salvador resucitado. DTG 521:3

Dios quiere conquistarte y ha hecho todo lo que existe solo para


llamar tu atención y para recordarte que su amor por ti no cambia.
¡Ven a Él! Así como estas no esperes más el está deseoso por
abrazarte y redimirte.

18
19
Base bíblica:
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve» (Hebreos 11:1) RVR60

Introducción

Seguramente ustedes han escuchado, pronunciado innumerables


veces la palabra fe. La fe es elemento esencia en la vida cristiana,
es la confianza en Dios, el conocimiento de que Él nos ama y sabe
con precisión que es lo mejor para cada uno de nosotros. De
acuerdo con la Biblia fe se define como:
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve» (Hebreos 11:1) RVR60
Otra versión dice:
«Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a
recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun
cuando no se pueda ver» (Hebreos 11:1 TLA).
La reconocida escritora cristiana Elena G. de White declara que:
«La fe significa confiar en Dios, creer que nos ama y sabe mejor
qué es lo que nos conviene. Por eso nos guía a escoger su camino
en lugar del nuestro» (La educación, pág. 229).

Es innegable que la fe es una cualidad esencial en la vida cristiana,


esta fe no solo es la confianza en la salvación ofrecida por
Jesucristo, sino también una guía continua en la vida diaria. La
principal manera de desarrollar nuestra fe es a través del estudio
de la Palabra de Dios. Tal como enseña Romanos 10:17 «Así que la
fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios». Apreciada/o
amiga/o si deseas fortalecer tu fe, recuerda que esta crecerá en
proporción al tiempo y la dedicación que inviertas en relacionarte
con Dios por medio de su Palabra.

20
1.La fe de Sara (Génesis 18:10-14).
Sara, la esposa de Abraham, vivió con el profundo deseo de ser
madre, pero se enfrentó a la dura realidad de la esterilidad y la
avanzada edad tanto suya como la de Abraham. En Génesis 18,
unos visitantes divinos llegan a su hogar y anuncian a Abraham
que, al cabo de un año, Sara dará a luz un hijo. La noticia parecía
tan inverosímil que Sara, al escucharla, no puede contener una risa
de incredulidad. Después de todo, Abraham tenía 99 años y Sara
89, y habían pasado años esperando en vano por la promesa de
un hijo.

Sin embargo, uno de los visitantes le responde a Sara con una


pregunta poderosa: «¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo
señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un
hijo» (Génesis 18:14). Para Dios, no hay nada que sea demasiado
difícil o imposible. Estas palabras no son meras palabras de
consuelo de un familiar o amigo cercano, sino una afirmación
directa de la promesa divina. Recuerda que: «Así que la fe es por el
oír, y el oír, por la palabra de Dios» (Romanos 10:17). Sara escuchó
la promesa de Dios.

La Epístola a los Hebreos refuerza esta lección sobre la fe de Sara:


«Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para
concebir, y dio a luz cuando pasó la edad, porque consideró fiel al
que lo había prometido» (Hebreos 11:11). A pesar de su
incredulidad inicial, Sara aprendió a confiar en la promesa de Dios.
Su fe no fue instantánea ni libre de dudas, pero a medida que
experimentó la fidelidad de Dios, su fe se fortaleció. Al enfrentar el
desafío de la esterilidad y la edad avanzada, su fe en la promesa de
Dios le otorgó la fortaleza necesaria para concebir a Isaac. Aunque
el proceso fue gradual y lleno de pruebas, Dios nunca la defraudó.

21
Al igual que con Sara, es posible que enfrentes desafíos y
dificultades en tu vida que parecen insuperables. No obstante, la
experiencia de Sara nos enseña que las promesas de Dios se
cumplen, incluso cuando las circunstancias parecen imposibles. No
importa cuán grande sea tu desafío, confía en que Dios es fiel y
que sus promesas se realizarán en su tiempo perfecto. Así que
cree, cree en las promesas de Dios, al que lo hace todo le es
posible esas promesas se encuentran en su Palabra.

2. La fe de Ana (1 Samuel 1:10-11).


Ana es un ejemplo destacado de un elemento esencial en el
desarrollo de la fe: la perseverancia en la búsqueda de Dios a
través de la oración. Al igual que Sara, Ana deseaba
fervientemente ser madre, pero su anhelo aún no se había
cumplido. A pesar del amor y apoyo de su esposo, el dolor de la
esterilidad seguía siendo una carga profunda. La verdadera fuente
de alivio para Ana radicaba en su constante búsqueda de la
presencia de Dios, a quien expresaba su dolor y su necesidad:
«Ella, con amargura de alma, oró a Jehová y lloró
abundantemente» (1 Samuel 1:10).

Ana exploró todas las soluciones disponibles de su época y buscó


consuelo en su esposo, familiares y amigos, pero no encontró
alivio. A pesar de los esfuerzos humanos, su oración llegó a Dios:
«La oración de Ana no fue escuchada por oídos humanos, pero
llegó al oído del Dios de los ejércitos. Con fervor, rogó a Dios que le
quitara su afrenta y le concediera el don más preciado para una
mujer de su tiempo: la maternidad» (La oración, pág. 162).

22
La fe de Ana se manifiesta en su persistencia en la oración y en su
esperanza continua en la respuesta divina. Su dedicación a la
oración, a pesar de la aparente falta de respuesta, demuestra una
fe inquebrantable. Una vez que recibió la respuesta de Dios, Ana
cumplió su promesa de dedicar a Samuel al servicio de Dios.
La vida de Ana nos enseña que la fe a menudo requiere paciencia y
confianza inquebrantable en que Dios responderá a Su debido
tiempo. La perseverancia en la oración y la esperanza en la
respuesta divina son fundamentales para fortalecer nuestra fe. No
dejes de orar, comparte tus preocupaciones y anhelos con el Dios
del cielo, quien escucha las oraciones y tiene una respuesta
apropiada para sus hijos. Así como respondió la oración de Ana,
ten fe en que Dios responderá a tus oraciones.

Debemos entender que «Es fe, fe viviente lo que necesitamos,


perseverante en la oración» (En los lugares celestiales, pág. 89).

3. La fe de María (Lucas 1:38).


María, la madre de Jesús, es un ejemplo de fe creciente que resalta
en el relato bíblico, particularmente en Lucas 1:38. En este pasaje,
el ángel Gabriel le anuncia a María que será la madre del Salvador,
a través de un embarazo sobrenatural que desafía toda lógica
humana. La respuesta de María, «He aquí la sierva del Señor;
hágase en mí conforme a tu palabra» revela una fe y obediencia
extraordinarias.

Lo que se le reveló a María no tenía precedentes. Un embarazo sin


tener una relación con un hombre parecía una locura desde una
perspectiva humana. María preveía las implicaciones sociales y
personales que esta noticia traería consigo.

23
En una cultura donde la pureza y el honor eran altamente
valorados, el embarazo fuera del matrimonio la expondría al riesgo
de ser rechazada, juzgada severamente, e incluso potencialmente
repudiada por su prometido, José.

A pesar de estos temores y riesgos, María eligió someterse a la


voluntad de Dios con una fe inquebrantable. No sólo aceptó el
llamado divino, sino que lo hizo con una disposición completa,
confiando en la promesa de Dios sin tener garantías terrenales. Su
fe creció y se fortaleció al enfrentar lo inexplicable, lo
incomprensible y lo difícil. Su respuesta muestra una valentía y una
profundidad espiritual que desafían nuestras propias respuestas
ante los llamados y desafíos que enfrentamos en nuestra vida
diaria.

La fe de María nos enseña a confiar en Dios incluso cuando


enfrentamos circunstancias que parecen imposibles de
comprender o aceptar. Nos anima a obedecer y seguir Su voluntad
a pesar de las dudas, el riesgo y la incomprensión que podamos
enfrentar. Su ejemplo de fe creciente es un llamado a vivir con una
confianza plena en el plan divino, aun cuando el camino a seguir
no esté claro o sea doloroso. En Lucas 1:38, María responde al
ángel con una fe y obediencia que nos ofrecen una profunda
lección. María aceptó un llamado divino que desafiaba toda lógica
humana y se enfrentaba a enormes riesgos personales. Su ejemplo
de fe creciente nos enseña mucho sobre cómo podemos
responder a la voluntad de Dios en nuestras vidas.

24
Conclusión
La fe creciente que se observa claramente en la vida de Sara, Ana
y María, quienes nos enseñan valiosas lecciones sobre cómo
desarrollar una fe sólida y madura.
1. La fe de Sara. En Génesis 18:10-14, Sara muestra que la fe crece
al confiar en las promesas de Dios, extraídas de su Palabra, incluso
cuando las circunstancias parecen imposibles. Aunque su
embarazo en edad avanzada parecía increíble, Sara aprendió a
confiar en la fidelidad divina, demostrando que Dios siempre
cumple Sus promesas.
2. La fe de Ana: Ana, según 1 Samuel 1:10-11, nos enseña que la
perseverancia en la oración es fundamental. A pesar del dolor y la
aparente falta de respuesta, Ana persistió en su búsqueda de Dios,
mostrando que una fe creciente requiere paciencia y confianza en
que Dios escucha y responde.
3. La fe de María: En Lucas 1:38, María ejemplifica una obediencia
profunda y una fe inquebrantable al aceptar el llamado de Dios a
ser la madre del Salvador. A pesar de los riesgos y la
incomprensión, María confió plenamente en el plan divino,
enseñándonos a obedecer y confiar en Dios incluso en
circunstancias difíciles.
Estas historias destacan que la fe creciente implica confiar en las
promesas de Dios, perseverar en la oración y obedecer Su
voluntad, incluso cuando enfrentamos desafíos.
Te invito a reflexionar sobre tu propia fe y a considerar cómo
puedes aplicar estas lecciones en tu vida. Pregúntate: ¿Cómo
puedo confiar más en las promesas de Dios? ¿Estoy perseverando
en la oración con la paciencia de Ana? ¿Estoy dispuesta a obedecer
y seguir el llamado de Dios como lo hizo María? Que el ejemplo de
Sara, Ana y María te inspire a fortalecer tu fe y a vivir con confianza
plena en la fidelidad de Dios. Al enfrentar tus desafíos, recuerda
que nada es imposible para Él y que Sus promesas siempre se
cumplen a Su tiempo perfecto.
25
26
Base bíblica:
«Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 11:45).

Introducción

Jesucristo es el modelo supremo de servicio para todos los


creyentes. Su ministerio fue un testimonio constante de amor,
sacrificio y dedicación a los demás. Sin embargo, nuestra
inclinación natural a menudo nos lleva a procurar ser servidos en
lugar de ofrecer nuestro servicio. Es más cómodo y conveniente
ser el receptor de la amabilidad y la atención, que tomar la
iniciativa de servir a los demás. A menudo cuando encontramos
una necesidad, esperamos que otros la resuelvan en lugar de
asumir la responsabilidad de hacerlo nosotros mismos. Pero en
terminos generales, me atrevo a sugerir, que las mujeres tienen un
espíritu más tendiente al servicio, tal vez su instinto maternal
contribuye a que sea de esa forma.

En la historia de la iglesia primitiva, encontramos ejemplos


inspiradores de mujeres que, siendo rescatadas por Dios al
conocer el evangelio, encarnaron un verdadero espíritu de servicio.
Veamos brevemente a tres mujeres que, a través de sus acciones y
cualidades, muestran cómo se puede servir a Dios y a nuestros
semejantes.

1. Priscila (Hechos 18:2-3).


Priscila, junto con su esposo Aquila, es una figura destacada en el
Nuevo Testamento, mencionada repetidamente como
colaboradora clave en el ministerio del apóstol Pablo.

27
En Hechos 18:2-3, se nos presenta a Priscila y Aquila como
compañeros de trabajo de Pablo, mostrando su compromiso en la
tarea de expandir el evangelio. La Escritura también revela que, en
Romanos 16:3, Pablo saluda y reconoce el arduo trabajo de esta
pareja en el Señor, subrayando su dedicación y contribución al
ministerio cristiano. Su labor no se limitó a apoyar a Pablo, sino
que también se extendió a la formación y enseñanza de otros
líderes emergentes en la iglesia primitiva.
En particular, Priscila y Aquila desempeñaron un papel crucial en
la vida de Apolos, un predicador elocuente pero con un
conocimiento incompleto del evangelio. En Hechos 18:26, vemos
cómo la pareja, al escuchar a Apolos predicar en la sinagoga, lo
toma aparte y le expone más exactamente el camino de Dios. Este
acto de mentoría y corrección no solo perfeccionó el
entendimiento de Apolos, sino que también lo preparó para ser un
poderoso instrumento en la predicación del evangelio.
Como Priscila y Aquila, en tu compromiso con Cristo, estás llamada
a realizar una labor especial en la formación de otros: «Aquila y
Priscila no fueron llamados a dedicar todo su tiempo al ministerio
del evangelio; sin embargo, estos humildes obreros fueron usados
por Dios para enseñar más perfectamente a Apolos el camino de la
verdad». (Recibiréis poder, pág. 283).

Priscila y Aquila no dedicaron todo su tiempo al ministerio, pero su


disposición para enseñar a Apolos muestra cómo incluso los
esfuerzos humildes pueden tener un impacto significativo. La obra
de Priscila destaca que cada creyente puede contribuir a la
expansión del evangelio y al crecimiento espiritual de otros, no
necesariamente a través de un ministerio formal, sino en el
contexto cotidiano de la vida.

28
Así, en tu trabajo, al relacionarte con otros, puedes servir así como
en tu propio hogar y entorno, puedes educar a tus hijos y a
quienes te rodean con principios bíblicos, preparándolos para ser
una bendición en el mundo y un testimonio viviente del poder
transformador de Dios. Como menciona la escritora cristiana Elena
G. de White: «Aquila y Priscila no fueron llamados a dedicar todo
su tiempo al ministerio del evangelio; sin embargo, estos humildes
obreros fueron usados por Dios para enseñar más perfectamente
a Apolos el camino de la verdad» (Recibiréis poder, pág. 283). De
igual manera, tu servicio puede ser una influencia positiva, guiando
y formando a otros en la verdad del evangelio.

2. Febe (Romanos 16:2).


Como diaconisa de la iglesia en Cencreas, un puerto de Corinto,
Febe es descrita en Romanos 16:1-2. Su papel como diaconisa
implica un servicio activo en la comunidad de fe, asistiendo a los
necesitados y apoyando el ministerio de la iglesia. Pablo la
recomienda a los romanos, destacando su servicio desinteresado:
«Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es
diaconisa de la iglesia en Cencreas; para que la recibáis en el
Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier
cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a
muchos, y a mí mismo» (Romanos 16:1-2, RVR60).

La recomendación de Pablo de Febe también refleja su


hospitalidad y disposición para apoyar a los siervos de Dios en su
labor. Su papel no solo como diaconisa, sino como una persona
que ha ayudado a Pablo y a otros, ilustra el impacto del servicio
personal y la hospitalidad en la vida de la comunidad cristiana.

29
No importa el sitio al que mires, encontrarás personas
necesitadas. Cada uno de ellos representa la oportunidad de
servir, extender la mano, realizar alguna acción que haga más
llevadera la necesidad en la que tu semejante se encuentra. Como
se expresa en: «Cuando los corazones simpatizan con otros
corazones agobiados por el desánimo y el pesar, cuando la mano
se extiende para ayudar al necesitado, cuando se viste a los
desnudos, y el forastero recibe la bienvenida a vuestra casa y a
vuestro corazón, los ángeles llegan muy cerca, y semejante acción
halla respuesta en el cielo» (Servicio cristiano, pág. 234). Este
pensamiento enseña que cada acto de servicio, por pequeño que
parezca, tiene un valor eterno y una repercusión espiritual
significativa. Al igual que Febe, estamos llamados a ser
instrumentos de compasión y apoyo, no solo para aquellos que
son cercanos, sino para todos los que se cruzan en nuestro
camino. Al servir desinteresadamente, no solo mejoramos la vida
de quienes ayudamos, sino que también cumplimos con el
mandato divino de ser luz y sal en el mundo.

3. Lidia (Hechos 16:14-15).


Lidia, una comerciante de púrpura en Filipos de la que hablaremos
algo más en otro tema, mostró una notable generosidad en apoyo
a la misión de Pablo. Después de su conversión, en Hechos 16:14-
15, ella invita a Pablo y a sus compañeros a quedarse en su casa,
demostrando un acto de generosidad y apoyo financiero que fue
crucial para el avance del evangelio en la región.

«Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó, diciendo: Si me


tenéis por fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad allí. Y nos obligó
a quedarnos» (Hechos 16:15, RVR60).

30
Lidia ofrece su casa como un lugar de encuentro para los
creyentes y un refugio para Pablo y sus compañeros. Su
disposición a abrir su hogar para la comunidad cristiana refleja
una actitud de acogida y hospitalidad que es esencial para el
crecimiento y la cohesión de la iglesia «Y la iglesia en su casa»
(Romanos 16:5, RVR1960). La generosidad de esta mujer sirve
como un modelo para nuestra propia práctica al entregar una
parte de los recursos con los que somos bendecidos. Como ella
estamos llamados a reconocer que todo lo que tenemos proviene
de Dios y, por lo tanto, debemos usar nuestros recursos para
apoyar Su obra y servir a otros. La generosidad no se limita a la
hospitalidad; sino al colocar lo que hemos recibido como
bendición de Dios a Su servicio y el de nuestros semejantes.
También se manifiesta a través de nuestros diezmos y ofrendas,
que son una forma tangible de expresar nuestra gratitud y
fidelidad a Dios. En 2 Corintios 9:6-7, Pablo enseña sobre la actitud
correcta con los dones que ofrecemos a Dios «Pero esto digo: El
que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que
siembra generosamente, generosamente también segará. Cada
uno de como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por
necesidad, porque Dios ama al dador alegre» (2 Corintios 9:6-7,
RVR60).

Este pasaje resalta que nuestras ofrendas deben ser dadas con
alegría y generosidad, reflejando el mismo espíritu que Lidia
mostró. Al ofrecer los diezmos y ofrendas, participamos
activamente en el trabajo de Dios en el mundo, apoyando la
misión de la iglesia y ayudando a aquellos que están en necesidad.

31
Conclusión

Jesucristo es nuestro modelo supremo de servicio, demostrando a


través de Su vida y sacrificio cómo debemos amar y servir a los
demás. A menudo, nuestra inclinación natural es buscar ser
servidos en lugar de servir, pero la Escritura nos ofrece ejemplos
inspiradores de mujeres que se sumaron al servicio desinteresado
que emula a Cristo nuestro ejemplo.
Priscila y su esposo Aquila demostraron que el servicio puede
tomar muchas formas. Ellos apoyaron a Pablo y enseñaron a
Apolos, mostrando que incluso los esfuerzos humildes en nuestra
vida cotidiana pueden tener un impacto significativo en el avance
del evangelio.
Febe, como diaconisa, ejemplificó la hospitalidad y el apoyo
desinteresado, recordándonos que cada acto de servicio, grande o
pequeño, es valioso y tiene un impacto eterno en la comunidad
cristiana.

Lidia, al abrir su hogar y apoyar a Pablo, nos enseñó que la


generosidad y el uso de nuestros recursos para la obra de Dios son
formas poderosas de servicio.

Al seguir estos ejemplos, así como el de Jesucristo, estamos


llamados a vivir vidas de servicio que impacten positivamente a
quienes nos rodean y glorifiquen a Dios. Hoy te invito a que
encuentres maneras de servir con amor y dedicación, reflejando el
espíritu de servicio de Jesús nuestro modelo. Recuerda que hemos
sido rescatadas para servir.

Oremos

32
33
Base bíblica:
«El sábado salimos a las afueras de la ciudad, y fuimos por la orilla
del río, donde esperábamos encontrar un lugar de oración. Nos
sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se
habían reunido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a
Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura.
Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que
respondiera al mensaje de Pablo. Cuando fue bautizada con su
familia, nos hizo la siguiente invitación: «Si ustedes me consideran
creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos
persuadió» (Hechos 16:13 – 15).

Introducción

¡Qué gozo estar juntos nuevamente para continuar con nuestro


estudio de la Palabra de Dios! Hemos tenido la oportunidad de
aprender de ejemplos valiosos de mujeres de la Biblia, cada una de
las cuales fue rescatada por Dios para una vida mejor.
Hoy nos centraremos en un episodio del ministerio del apóstol
Pablo que tiene un profundo mensaje para todos nosotros. En este
relato, encontramos a Lidia, una mujer que no solo fue una de las
primeras convertidas en Macedonia y Europa, sino también una
mujer cuya vida cambió radicalmente a través de su encuentro con
la verdad.
Aunque la información sobre Lidia es limitada, sabemos que era
una comerciante de púrpura de Tiatira y que ofreció hospitalidad a
Pablo y sus compañeros. Este encuentro revela cómo Dios estaba
obrando en su vida, y nos ofrece valiosas lecciones sobre el camino
que debemos seguir hacia el rescate que Dios desea hacer.

34
1.Para ser rescatada, debes ir al encuentro de la verdad
(Hechos 16:13).
Lidia estaba en un lugar dispuesto para la oración y la búsqueda
de Dios. Aunque no sabemos todos los detalles de su vida, es
evidente que ella estaba buscando respuestas y una conexión más
profunda con Dios.
Como Lidia, todos enfrentamos momentos de crisis o
incertidumbre en nuestra vida, ya sea en el matrimonio, en la
crianza de los hijos, en el trabajo o en otras áreas. Lidia estaba en
un punto en el que necesitaba respuestas y dirección.
La invitación a asistir a esa reunión de oración fue una
oportunidad divina para ella. De la misma manera, hoy has
tomado una decisión importante al venir aquí para escuchar la
Palabra de Dios. No es una coincidencia; Dios te está llamando a
encontrar respuestas y esperanza.
Estar dispuesto a buscar y escuchar la verdad es el primer paso
para el rescate que Dios quiere hacer. Al igual que Lidia, debemos
estar abiertos a la intervención de Dios, sabiendo que Él tiene un
plan para nuestra vida que incluye paz y esperanza.

2. Para ser rescatada, debes tener un corazón abierto (Hechos


16:14).
A pesar de las circunstancias de su vida, Lidia mostró una
disposición abierta y receptiva hacia el mensaje de Dios. Esta
apertura fue esencial para su transformación.
Todos enfrentamos dificultades y traumas en nuestra vida: abuso,
pérdida, desilusión. Es natural sentirse herido o enojado con las
circunstancias, pero Dios nos llama a abrir nuestro corazón a Su
mensaje de esperanza y restauración.

35
El mensaje de Pablo ofreció a Lidia una nueva oportunidad para
empezar de nuevo. Dios también nos ofrece una nueva vida, sin
importar nuestro pasado o los errores que hemos cometido.
Mantener un corazón abierto es crucial para experimentar la
transformación y el rescate que Dios ofrece. A través del
arrepentimiento y la fe, podemos recibir perdón y restauración,
permitiendo que Dios escriba una nueva historia en nuestra vida.

3. Rescatada por medio del nuevo nacimiento (Hechos 16:15).


El relato de Lidia en Hechos 16:15 nos muestra cómo, tras el
bautismo, la vida es transformada radicalmente. Pablo, en su carta
a los Romanos, explica el profundo significado del bautismo: «¿No
sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,
hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados
juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que, como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en una nueva vida» (Romanos 6:3-4).

Este pasaje revela varias verdades fundamentales sobre el


bautismo:
Unión con la muerte y resurrección de Cristo: El bautismo
simboliza nuestra identificación con la muerte y resurrección de
Jesús. Así como Jesús murió y resucitó para ofrecer una nueva vida,
el bautismo nos une a esa experiencia, marcando un nuevo
comienzo en nuestra vida espiritual. Este acto no es solo un rito,
sino una participación en la obra redentora de Cristo.

El nuevo nacimiento: En la conversación de Jesús con Nicodemo, el


bautismo se presenta como un nuevo nacimiento (Juan 3:1-14).

36
Este nuevo nacimiento no es simplemente una renovación
superficial, sino una transformación radical de nuestro ser, un
comienzo completamente nuevo en nuestra vida con Dios.
El término griego para bautismo significa «inmersión» o
«sumergir». Cuando una persona es bautizada, es completamente
sumergida en el agua, simbolizando la muerte al viejo yo, la
sepultura del pasado, y la resurrección a una nueva vida en Cristo.
Este simbolismo es claro en el bautismo de Jesús en Mateo 3:13-
17, donde el Padre aprobó públicamente su obediencia.

A través de este acto de entrega, experimentamos dos regalos


extraordinarios que Pedro menciona en Hechos 2:38:
a. Perdón de pecados: «Arrepiéntanse y bautícense cada uno de
ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados»
(Hechos 2:38).
o No importa cuán numerosos o graves sean nuestros pecados, el
perdón de Dios es completo y absoluto. Dios ofrece borrar cada
error, limpiar nuestro pasado y liberarnos de la culpa. Este perdón
es una promesa divina, como se refleja en Miqueas 7:18-19 y 1
Juan 1:9.

b. El don del Espíritu Santo: «Y recibirán el don del Espíritu


Santo» (Hechos 2:38).
o Aunque recibimos el perdón de nuestros pecados, aún vivimos
en un mundo donde enfrentamos pruebas y tentaciones. Por ello,
Dios nos concede el don del Espíritu Santo para guiarnos,
consolarnos y fortalecernos. El Espíritu Santo está con nosotros
para ayudarnos a superar las dificultades, perdonarnos cuando
fallamos y animarnos a continuar en el camino de la fe.

37
Conclusión

El bautismo no es un mero ritual, sino un acto poderoso y


transformador que marca el comienzo de una nueva vida en
Cristo. La vida de Lidia, después de su bautismo, nunca volvió a ser
igual. Su encuentro con la verdad y su decisión de seguir a Cristo la
llevaron a experimentar una transformación radical. De la misma
manera, el bautismo es el punto de partida para una vida nueva y
renovada, llena de perdón y del poder del Espíritu Santo.
Hoy, al reflexionar sobre el ejemplo de Lidia y la enseñanza de
Pablo, consideremos la magnitud de lo que el bautismo
representa. Es una invitación a un nuevo nacimiento, una
oportunidad para recibir perdón y el inestimable don del Espíritu
Santo, y una llamada a vivir una vida transformada y enriquecida
en Cristo.

Te platico acerca de Clarita, una joven que vivía en una constante


lucha con su pasado. Clarita creció en un ambiente difícil,
enfrentando abuso y rechazo, lo que la llevó a una vida de
decisiones destructivas. A pesar de sus esfuerzos por encontrar
propósito y paz, siempre se sentía atrapada en un ciclo de error y
arrepentimiento.

Un día, Clarita fue invitada a una conferencia bíblica por una


amiga. Allí, escuchó el mensaje del evangelio, el cual le ofreció una
nueva esperanza. Aunque inicialmente escéptica, Clarita decidió
asistir a un estudio bíblico donde aprendió sobre el significado del
bautismo. La enseñanza de que el bautismo representa una
identificación con la muerte y resurrección de Cristo la conmovió
profundamente. Comprendió que podía ser liberada y rescatada
de su pasado y empezar de nuevo.

38
Cuando Clarita finalmente decidió ser bautizada, experimentó una
transformación significativa. Al ser sumergida en el agua, simbolizó
la muerte a su antigua vida y su resurgimiento a una nueva vida en
Cristo. Aunque sus circunstancias externas no cambiaron de
inmediato, Clarita comenzó a enfrentar sus problemas con una
perspectiva renovada. La presencia del Espíritu Santo en su vida le
dio la fortaleza para superar sus luchas diarias, encontrar perdón y
experimentar una paz que nunca había conocido.

Apreciada amiga, querido amigo: Pablo compartió con Lidia la


invitación que él mismo recibió «¿qué esperas? Levántate,
bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre» (Hechos
22:16).

Esa misma invitación es para ti hoy. Aquí estamos muchos que en


el pasado hemos tomado esa importante decisión, y no nos
arrepentimos. El Señor ha transformado nuestra vida. Muchas
situaciones han mejorado como resultado de esta decisión. Dios
quiere hacerlo también contigo. ¿No es verdad que deseas recibir
el perdón por cada uno de tus pecados? ¿Quieres que el Espíritu
Santo sea tu compañero de ahora en adelante?
Ven aquí conmigo, decídete ahora. Muy pronto tendremos una
ceremonia en donde algunas de nuestras amigas entregarán su
vida a Dios por medio del bautismo. Toma tú también esa valiente
decisión, la decisión más importante de tu vida. Ven, levántate,
bautízate y lávate de tus pecados invocando su nombre.
Felicidades, amigas y amigos, oremos juntos.

39
40
La mujer Samaritana

Base Bíblica: “27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron


de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué
preguntas? o, ¿Qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su
cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres:29 Venid, ved a un
hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el
Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él”. (Juan
4:27-30).

INTRODUCCIÓN: Annie Lobert nació en una familia disfuncional


en Minnesota. Desde joven, enfrentó abusos y un entorno familiar
problemático. Buscando escapar de su situación y atraída por la
promesa de una vida mejor, Annie se trasladó a Las Vegas, donde
pronto fue arrastrada al mundo de la prostitución y el tráfico
sexual. Durante más de una década, Annie trabajó en la industria
del sexo, enfrentando múltiples abusos y situaciones de extremo
peligro. A lo largo de este tiempo, luchó con la adicción a las
drogas y el abuso constante de los proxenetas. Su vida parecía
estar atrapada en un ciclo sin fin de violencia y desesperanza.
Un punto crítico llegó cuando Annie sufrió una sobredosis de
drogas que casi le cuesta la vida. Este evento marcó un punto de
inflexión para ella. Durante su recuperación, Annie experimentó
una profunda transformación espiritual. Encontró consuelo y
esperanza en la fe cristiana, lo que la llevó a reevaluar su vida y
buscar un camino de salida de la prostitución. Determinada a
cambiar su vida y ayudar a otras mujeres en situaciones similares,
Annie fundó una organización en 2005. Esta organización se dedica
a rescatar y rehabilitar a mujeres atrapadas en la prostitución y el
tráfico sexual. Ofrece refugio, apoyo emocional, y programas de
recuperación para ayudar a las mujeres a reconstruir sus vidas.
41
Annie Lobert continúa siendo una voz poderosa en la lucha contra
el tráfico sexual y la explotación, utilizando su propia experiencia
como testimonio de la capacidad de transformación y el poder del
perdón y la fe. Su vida y su trabajo son un testimonio de cómo
Dios puede ayudar a una persona a superar las circunstancias más
difíciles y hacer una diferencia significativa en la vida de otros.

Hoy vamos a estudiar la historia de otra mujer que fue rescatada


para cumplir una misión.

I.CANSADO DEL CAMINO.

Nos dice Juan 4:6 que Jesús se sentó, cansado del camino. “Y
estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se
sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta”. En este pasaje,
Jesús está viajando a través de Samaria y llega a un pozo donde se
sienta debido al cansancio. Este episodio precede a su encuentro
con la mujer samaritana, donde tiene una conversación
significativa sobre el “agua viva” y revela aspectos profundos de su
identidad y misión. Que fácil hubiese sido para él haber usado su
poder para acortar la distancia como lo hiciera la vez que caminó
sobre las aguas. Que fácil hubiera sido para él hacer aparecer la
comida como lo hiciera con los panes y los peces. Sin embargo, él
se cansó caminando y envió a comprar comida, en lugar de hacer
un milagro.
Este y otros pasajes demuestran que Jesús, al tomar forma
humana, experimentó todas las limitaciones y necesidades físicas
que vienen con la humanidad, incluido el cansancio. Esto refuerza
la idea de que, aunque era divino, también compartía plenamente
en la experiencia humana, lo cual es central en la teología cristiana
sobre la encarnación.

42
II.ENCUENTRO CON LA MUJER JUNTO AL POZO.

Vemos que el Señor predicando este hermoso sermón, NO a una


multitud sino a una solitaria mujer de Samaria. El Señor Jesucristo
dijo a esa mujer: “Dame de beber”. Él iba a enseñarle una gran
lección sobre la sed del alma y sobre el agua de la vida y para ello
comienza hablando de la sed natural y del agua natural. ¡Que
contraste con el lenguaje inflado que muchas veces oímos en estos
tiempos! Aquella Samaritana tenía una gran sed en su alma. Había
tenido cinco maridos. Seguramente tenía una vida tumultuosa.
Habría buscado en esos “maridos” la seguridad, el amor, la
diversión, la alegría; pero después de uno vendría el otro y aquella
alma seguía vacía y sedienta.

¿No es verdad que muchos hoy padecen esta sed? La Samaritana


saciaría la sed de su alma en aquella tarde y es asombroso
comprobar cómo la figura de Jesús se fue agrandando en el
concepto de aquella mujer. Comenzó siendo para ella un simple
judío que estaba sentado junto al pozo, pero poco a poco vería que
Él era aquel Hijo de Dios esperado por Israel.

Jesús le dijo: “Si conocieras…” ¡Cuántas cosas nos perdemos por no


conocerlas! Miles de jóvenes piensan que ir tras una vida de
diversión y placer satisface más que seguir y obedecer a Jesucristo.
¡Esto, es porque no lo conocen! Miles de adultos piensan que la
paz y la felicidad están en el dinero los negocios y el consumo de
bienes materiales. ¡Esto es porque no conocen a Jesús!
Le dijo: “Si conocieras el don de Dios…” Él es el regalo maravilloso
de Dios. Es la manifestación de la verdad y la Gracia de Dios. Cristo
está al alcance del hombre y de la mujer, del joven del niño y del
anciano, porque Él es el regalo de Dios.

43
¡Cuán distinto nos resulta algo cuando nos pertenece! Quizá
podemos ver un hermoso auto deportivo estacionado en la calle y
pensaremos ¡Qué hermoso auto! Pero muy posiblemente no
pasemos de ahí. Ahora si viniera un señor muy rico y nos regalara
el mismo auto, y tuviéramos un papel que acredita la propiedad de
ese auto, las cosas serían diferentes. Quisiéramos andar y probarlo
y averiguar todas sus cualidades y quizá a la noche no podríamos
dormir porque estaríamos gozosos y ansiosos y expectantes.
De la misma manera el pecador halla perdón de pura gracia. No
debe hacer nada para ser salvo, entonces el gozo y la paz
sobreabundan. Entonces el alma está segura porque no depende
de sí misma, no depende de su perseverancia ni de sus méritos
sino de los méritos y la perseverancia de Cristo en la cruz. ¡Bendita
seguridad! ¿Creemos esto?

Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice…”. Este es el


punto crucial de la vida de todo hombre y también de la mía y la
tuya. ¿Quién es Cristo para ti?
Toda la discusión que el Señor tuvo con los fariseos y los saduceos
giró en torno a quién era él. Decían: ¿no es este el hijo del
carpintero?; en otra ocasión: ¿Quién es este que habla blasfemias?
¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? ¿Quién es este
que aún el viento y el mar le obedecen? decían otros. Pilato
preguntó: ¿Eres tú Rey? Esta pregunta necesariamente aparece en
el corazón de todo hombre o mujer, tarde o temprano y también
en el corazón de esta samaritana: ella dijo: ¿eres tú mayor que
nuestro padre Jacob que nos dio este pozo? ¡Ah! ya no era un
simple judío este hombre que le había pedido de beber.
Verdaderamente ella necesitaba del agua que calma la sed del
alma. Cuán cierto era que esa vida tumultuosa no había satisfecho
a su alma. Cuan cierto es que el placer no satisface, ni el dinero ni
siquiera el éxito. Tampoco las obras el esfuerzo y el mérito.
44
¡Solo conocer a Aquel que es la fuente de la vida! “Dame esa agua”,
dijo la mujer. Ella estaba intrigada sobre quien era Jesús, pero dijo:
¡Dame esa agua! Los fariseos nunca dijeron esto. ¡Oh! Si usted de
verdad cree en Jesús debe decir hoy ¡Dame esa agua!

En el vers.16 nos dice que el Señor mandó que llamase a su


marido. Con esto le hizo comprender que para Dios el pecado no
pasa desapercibido y es algo que debe ponerse en claro. Confesar
el pecado y restituir lo dañado es algo que hace el que viene a
Jesús. Siempre que alguien va a Jesús el tema del pecado debe ser
aclarado y arreglado.

En el 19 ella le llama “profeta…” Poco a poco aquel judío y ella es


llevada a pensar en el punto clave de la adoración. La Biblia nos
enseña en muchos lugares que la verdadera adoración es más
importante que el servicio. Cuando Marta le reprocha al Señor que
María la dejaba servir sola, Jesús le dijo que María al estar postrada
a sus pies escuchándole y admirándole, “había escogido la buena
parte la cual no le sería quitada”. (Lucas 10:42). Si adoramos a Dios
en espíritu y verdad seremos buenos siervos. La adoración viene
primero, pero la verdadera adoración nos lleva al servicio. Jesús lo
dijo claramente en Mateo 4:10 “…Al Señor tu Dios adorarás y a él
solo servirás”.

Vivimos épocas donde se ha desvirtuado la adoración y muchos


piensan que la alabanza y la adoración consiste solo en música la
cual muchas veces está asociada a letras muy pobres que no
revelan ni el más elemental conocimiento de las más grandes
verdades del evangelio. Palabras mal hilvanadas repetidas hasta el
cansancio.

45
Pero aquí Jesús nos enseña que la verdadera adoración es en
espíritu. Llevada a cabo en la parte más íntima del ser. Salida de
ese recipiente interior de donde mana la vida. No necesariamente
asociada a la música, pero si a la contemplación; sí a la integridad
de corazón y a la santidad y a la obediencia. Y también es en
verdad, ósea fundamentada en las grandes verdades bíblicas que
son la que verdaderamente nos enseñan a conocer a Dios y a verle
como realmente es; y en verdad porque debe salir de un corazón
sincero que está abierto ante la mirada de Dios y que nada oculta
a su Señor.
Y aquel sermón de Jesús que comenzó con un vaso de agua, llevó
a esa Samaritana al punto de pensar en el Mesías esperado por
Israel.

Y en ese momento Cristo pronuncia aquellas palabras


majestuosas: “Yo soy, el que habla contigo”. Esas palabras que
tanto encierran, porque son el verdadero nombre de Dios. Cuántas
veces Jesús había dicho: ¡Yo soy! ¡Yo soy el pan de vida! el que sacia
toda hambre espiritual y toda sed del corazón. ¡Yo soy la vid
verdadera! que como pámpano te sustenta en todas las
situaciones de la vida. ¡Yo soy el buen pastor! para corregirte y
para guiarte a los buenos pastos. ¡Yo soy el camino! a Dios al cielo
y a la vida eterna. ¡Yo soy la luz! para hacerte ver las cosas
profundas y entender las cosas misteriosas y para mostrarte por
donde debes pasar. ¡Yo soy la puerta! la puerta de entrada a toda
bendición y la puerta de salida de todos los problemas. ¡Yo soy la
resurrección! y puedo obrar aún después de la muerte. ¡Yo soy, el
que habla contigo! Soy ese medidor cercano salvador, pero
también amigo y consejero. ¡Soy el que habla contigo!

46
III.RESCATADA PARA LA MISIÓN.

Nos dice el pasaje, que aquella mujer, “dejó su cántaro”. Casi


siempre, al ir a Jesús, debemos abandonar algo. Pero cualquiera
cosa que sea la que abandonemos, no será pérdida ni desperdicio.
Seguramente José, en Egipto, mirando la gloria de su posición ante
Faraón y viendo a su padre y hermanos a salvo del hambre de la
tierra y contemplando a sus hijos y la esposa que Dios le había
dado, pensó: ¡no fue desperdicio haber huido de la mujer de
Potifar! Moisés ante la vista de la tierra prometida y viendo las
huestes de Israel, seguramente pensó que no fue desperdicio
abandonar los lujos y las riquezas de la corte de Faraón. Y surge la
pregunta: ¿Por qué ellos pudieron abandonar esas cosas? El
mundo pensaba que estaban desperdiciando su vida. Porque más
allá de las circunstancias supieron ver a Jesús. Dice la Biblia que
Moisés se sostuvo como viendo al invisible.

Lo más lindo de esta mujer es que le reunió una gran multitud de


personas que no solo creyeron por lo que ella les contó, sino que
pudieron ellos comprobarlo por sí mismos.

“27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba


con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué
hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la
ciudad, y dijo a los hombres:29 Venid, ved a un hombre que me ha
dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo? 30 Entonces
salieron de la ciudad, y vinieron a él”. (Juan 4:27-30).

CONCLUSIÓN: El estudio de Juan 4 nos deja varias lecciones


claras: 1) La universalidad del mensaje de Jesús. Este encuentro
destaca la inclusión del mensaje de Jesús a todos, más allá de las
divisiones étnicas y religiosas.
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A pesar de las tensiones entre judíos y samaritanos, Jesús
demuestra que su mensaje es para todos. 2) Revelación personal.
Jesús se revela como el Mesías directamente a la mujer
samaritana, mostrando que la salvación y la verdad de Dios están
disponibles para todos, independientemente de su pasado o
condición social. 3) Transformación. La mujer samaritana, después
de su encuentro con Jesús, experimenta una transformación
personal y se convierte en una testigo de Jesús, llevando a muchos
en su ciudad a la fe.

Este relato no solo tiene un significado teológico profundo, sino


que también muestra la compasión y la capacidad de Jesús para
ver y valorar a las personas individualmente. Dios quiera que
alguien hoy pueda decir a Cristo como lo hiciera aquella
Samaritana: ¡Dame esa agua!

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La mujer Sunamita

Base Bíblica: “8 Aconteció también que un día pasaba Eliseo por


Sunem, y una mujer importante que allí vivía le invitó
insistentemente a que se quedara a comer. Cuando él pasaba por
allí, venía a la casa de ella a comer. 9 Entonces la mujer dijo a su
marido: —Mira, yo sé que este que siempre pasa por nuestra casa
es un santo hombre de Dios. 10 Te ruego que hagamos un
pequeño aposento de paredes, pongamos allí una cama, una
mesa, una silla y un candelabro, para que cuando él venga a
visitarnos, se quede en él”. (2 Reyes 4:8-10).

INTRODUCCIÓN: Thomas Spencer cuenta que cuando tenía unos


ocho años, él y su abuelo estaban sentados en el columpio del
porche. Un anciano de Inglaterra vivía en la misma calle; se
llamaba Robert Dicks, pero la mayoría de los vecinos lo llamaban
“el abuelo Bob”. Era viudo y pobre. Bob solía sentarse en el
columpio con él y su abuelo en las tardes para platicar. Un día Bob
les dijo que iban a demoler la casita de adobe en la que vivía. Él no
tenía ni familia, ni dinero ni a dónde ir. El abuelo de Thomas metió
la mano en el bolsillo y sacó un pequeño monedero de cuero y de
su interior tomó una llave y la puso en la mano del abuelo Bob.
“Señor Dicks”, le dijo tiernamente, “puede poner sus cosas en la
casa vacía que tengo al lado. No le costará ni un centavo, y puede
quedarse allí el tiempo que quiera. Y recuerde, nadie lo volverá a
echar nunca más”. Los ojos del abuelo Bob se llenaron de lágrimas
de agradecimiento. Ese gesto del abuelo de Thomas cambió para
siempre su perspectiva de la vida. Adquirió un compromiso de
ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Eso lo aprendió en
el seno de su casa.

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Hoy vamos a estudiar a una mujer que fue rescatada para
transformar a su familia. Aunque no tiene nombre, la Biblia dice
que era una mujer muy “importante”. Aparentemente no era de
sangre real. Nada indica que tenía gran rango, riqueza, o “estatus”.
No se le atribuye gran conocimiento o destreza. No se dice nada
de su hermosura como de Sarah, Abigail o Betsabé. No salvó a su
pueblo como Esther, ni fue una gran líder como Deborah. ¿Qué
entonces la hizo importante? ¿Cómo pueden las madres inculcar
ciertos valores en sus familias para ayudarlos ser más semejantes
a Jesús?

I.SU ESPÍRITU DE SERVICIO (2 Reyes 4:9-10)


“9 Entonces la mujer dijo a su marido: —Mira, yo sé que este que
siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios. 10 Te
ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, pongamos
allí una cama, una mesa, una silla y un candelabro, para que
cuando él venga a visitarnos, se quede en él”.
El profeta Eliseo pasa por Sunem. Había allí una mujer, que quería
proveer un lugar para que él se quedara y descansara. La misma
convence a su esposo y construyen un cuarto para él.
Lo que hizo, no salió en primera plana en las noticias y tal vez
nadie supo al respecto o se dio cuenta. Pero, Dios sí. Ella sirvió sin
esperar recibir nada a cambio.
En nuestro día, luchamos mucho con el servicio; pensamos que, si
no es un acto grande y público, no vale el esfuerzo. Ahora, ¿qué
tipo de servicio Dios espera de nosotros?
“34 Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan
ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el
reino preparado para ustedes desde la creación del
mundo. 35 Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer;
tuve sed y me dieron de beber; fui forastero y me dieron
alojamiento;
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36 necesité ropa y me vistieron; estuve enfermo y me atendieron;
estuve en la cárcel y me visitaron”. 37 Y le contestarán los justos:
“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos o sediento
y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos como forastero y te
dimos alojamiento o necesitado de ropa y te vestimos? 39 ¿Cuándo
te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?”. 40 El Rey les
responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis
hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”. (Mateo.
25:34-40)

Si un vecino está enfermo y necesita una comida caliente, no se lo


diga a nadie, llévesela. Si sabe de una familia pobre y los niños
necesitan zapatos o cualquier otra cosa, lléveselos. Si sabe de
alguien que está pasando por tiempos difíciles, esté ahí para ellos.
La mujer sunamita fue considerada importante, por su espíritu de
servicio.

II.SU CONTENTAMIENTO (2 REYES 4:11-13)


“11 Aconteció que un día vino él por allí, se quedó en aquel
aposento y allí durmió. 12 Entonces dijo a Giezi, su criado: —Llama
a esta sunamita. El criado la llamó, y cuando ella se presentó ante
él, 13 Eliseo dijo a Giezi: —Dile: “Ciertamente te has mostrado
solícita hacia nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que
haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del
ejército?” —Yo habito en medio de mi pueblo —respondió ella”.

Piense en lo que acabamos de leer. Tenemos a Eliseo, que aprecia


lo que la mujer y su esposo han hecho por él. Le dice que conoce al
rey y al comandante, que solo pidiera lo que quisiera y lo tendría.
El profeta le estaba dando la “oportunidad de su vida.”

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¿Qué hubiera pedido usted en su lugar? Un mejor trabajo, tal vez
uno en el gobierno; estar en la nómina del rey o ser parte de su
personal; recibir asistencia financiera o tener seguro médico.
¿Pidió la sunamita estas cosas? NO.

“Le agradezco su oferta, le dijo al profeta, pero tengo un hogar; mis


necesidades básicas están siendo provistas, realmente no necesito
nada.” ¿Acaso era rica? No. Pero tenía gran contentamiento.
Vivimos en una sociedad, donde todo el mundo quiere más, más y
más. Una casa más grande, un trabajo que pague más dinero, un
carro nuevo y mejor…
“Contentamiento no es tener todo lo que queremos, sino querer
todo lo que tenemos.” Si no somos felices con las cosas que ya
tenemos, nunca seremos felices con las cosas nuevas que
recibamos.
¿Cuál es el secreto del contentamiento? No es cuánto dinero
tenemos, o cuan grande es la casa, o cuan nuevo es el carro... Sino
cuan agradecidas están con lo que tienen.

“11 No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a


estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. 12 Sé
lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He
aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a
quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a
sufrir escasez. 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
(Filipenses 4:11-13).

Una persona que no está contenta o satisfecha ve el vaso medio


vacío; mientras aquella que está contenta y satisfecha, ve el vaso
medio o casi lleno.

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La mujer sunamita, aunque no era rica o tenía todas las
comodidades del mundo, estaba contenta y satisfecha con su
situación. Por esto, Dios la llama “importante.”

III.SU PAZ INTERIOR (2 REYES 4:25-26)


“25 Partió, pues, y llegó al monte Carmelo, donde estaba el varón
de Dios. Cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado
Giezi: —Ahí viene la sunamita. 26 Te ruego que vayas ahora
corriendo a recibirla y le digas: “¿Te va bien a ti? ¿Les va bien a tu
marido y a tu hijo?” —Bien —dijo ella”.
Cuando su esposo le preguntó por qué iba a ver al profeta – ella
contestó, “Paz. Todo está bien.” Realmente, ¿estaba todo bien? No.
Ella sabía que el niño estaba muerto; no había pedido por él, pero
sin duda lo había aprendido a amar.
Sabía que lo que iba a pedir del profeta era sumamente difícil,
pero también sabía que todo iba a estar bien.

¿Puede usted hoy decir lo mismo que la mujer sunamita? En medio


de la tragedia, enfermedad, muerte; ¿puede decir “todo está bien”?
¿Porqué? Porque Dios está en control y Su voluntad es siempre lo
mejor para mí.

IV.SU PERMANENCIA CON DIOS (2 REYES 4:29-30)


“29 Eliseo dijo entonces a Giezi: —Ciñe tu cintura, toma mi bastón
en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, no lo saludes, y si
alguien te saluda, no le respondas. Luego pondrás mi bastón sobre
el rostro del niño. 30 La madre del niño dijo: —¡Vive Jehová y vive tu
alma, que no te dejaré!”.
Eliseo era un hombre de Dios. Para esta mujer, era su conexión
directa con él. No importaba cual fuera el resultado final, ella no
iba a dejar a Eliseo, ella no iba a dejar a Dios.

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¿Alguna vez ha conocido a alguien que, al enfrentar una tragedia,
se volvió a Dios, oró y oró, pero cuando las cosas no salieron como
quería, culpó a Dios y le dio la espalda?
Hermanas, Dios escucha y contesta nuestras oraciones. A veces
no entendemos la contestación. Pero eso no quiere decir que está
en nuestra contra o nos está castigando.
No importa el resultado, o como salgan las cosas en ciertas
situaciones, necesitamos decirle a Dios, “No te dejaré.”

CONCLUSIÓN: Me encanta el final de esta historia. Esta mujer


extraordinaria luchó por su familia. Buscó volver de la muerte a su
hijo y cuidó que su esposo no fuera a tener una aberración contra
Dios. Ella fue un verdadero ejemplo para su familia que vale la
pena imitar.

Si quieres que tu vida cuente para algo, no tiene que hacer o


inventar algo importante. No tiene que hacer toneladas de dinero,
vivir en la casa más grande, o guiar el carro más lujoso.

Si quieres ser importante como hija de Dios entonces dedícate a


servir, aunque el mundo no les reconozca nada; tengan un espíritu
de contentamiento y una fe tal, que no importa lo que les pase a
ustedes y a sus familias, que puedan decir: “Todo está bien”. No
importa el resultado, nunca dejen a Dios, porque Dios nunca las
abandonará.

Llamado a seguir el ejemplo de la mujer sunamita…

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La mujer Sirofenicia

Base Bíblica: “26 La mujer era griega, sirofenicia de origen, y le


rogaba que echara fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le
dijo: —Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien
tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella
y le dijo: —Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa,
comen de las migajas de los hijos”. (Marcos 7:24-30).

INTRODUCCIÓN: Andrés era un niño de 13 años. Sus padres lo


llevaron de paseo al río. Él agarró un neumático grande, lo infló y
navegó río abajo. Ese día, un grupo numeroso de personas se
había reunido en un lugar junto al río para comer y jugar. Andrés
estaba a punto de flotar por la parte más rápida del río cuando oyó
unos gritos frenéticos: “¡Sálvenla! ¡Sálvenla!”. Una niñita se había
caído en los traicioneros remolinos. Ninguna de las personas que
estaban en la orilla podía nadar para salvarla. Fue entonces que
Andrés apareció en el lugar de los hechos y vio la cabeza de la niña
desaparecer bajo el agua. Él extendió la mano, tomó a la niña por
el cabello, la subió a un lado de la llanta, y luego dio brazadas
hasta la orilla de río. Primeramente, la familia echó los brazos
alrededor de la pequeña, besándola y llorando; después
comenzaron a abrazar y a besar a Andrés. Un sentimiento cálido
invadió su ser. Se dio cuenta que sin planearlo había ayudado a
salvar una vida. Dios le había permitido estar en el lugar preciso y
en el momento correcto para rescatar un alma.

Es interesante notar el tipo de Evangelismo que Jesús realizo


cuando estuvo entre los hombres, Cristo vino al mundo para salvar
lo que se había perdido, incluyendo a todos por igual.

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Hoy vamos a estudiar la historia de una mujer que fue rescatada
para vivir para siempre.

I.TIRO Y SIDÓN (MARCOS 7:24).


En el pasaje de Marcos 7:24-30 nos encontramos con una situación
muy interesante en cuanto a la misión de Jesucristo. En los
versículos previos, Jesús se encontraba en Galilea realizando su
labor, fue en esta ocasión que se retiró y se fue a la región de Tiro
y Sidón.
“24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.
Entró en una casa, y no quería que nadie lo supiera; pero no pudo
esconderse”.

Tiro (lo que hoy es el Líbano) se encuentra aproximadamente a


800 kilómetros de Galilea y muy cerca de los famosos puertos de
Fenicia, estando Jesús en este lugar, no quería que nadie supiera
que había venido con planes de “descansar” pero
lamentablemente no puedo esconderse, ya que una mujer
Sirofenicia oyó que había venido a esta región, se le acercó y le
pidió que sanada a su hija.

Los Fenicios también eran conocidos por sus construcciones de


barcos que eran usados en las batallas, fueron estos quienes
inventaron el arco que iba en la proa del barco de guerra, para
enfrentarse al enemigo y causar una colisión y dañar al opositor
causando que el barco se hunda.
Este pueblo era también conocido por el tipo de culto que
realizaban en sus ceremonias religiosas, eran estos quienes
adoraban a Baal, el dios de la fertilidad, tanto como en los
productos agrícolas, como en la reproducción de animales y del
mismo hombre.

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Sus cultos eran celebrados con sacrificios humanos y se dejaban
llevar por los deseos de la carne, incluyendo la prostitución y
promiscuidad como parte de sus ritos.
Esta era la clase de mujer que se atrevía a acercarse a Jesús y
pedirle su ayuda.

El otro problema que encontramos es que los judíos no se


relacionaban con personas de otros lugares a menos que fueran
judías. Jesús, como buen judío que era, conocía bien este
problema, pero eso no era todo, él era hombre y la persona que le
solicitaba el pedido era una mujer.
¡Qué problema más grande! Las mujeres en el medio oriente no
eran consideradas como persona con dignidad, como lo era el
hombre. Ellas eran despreciadas y solo servían para trabajar en la
casa, en el campo o para que fueran el deleite de sus maridos.
Te sientes a veces así, que solo eres usada como un objeto sin
ningún tipo de valor. Quiero decirte que NO lo eres, eres valiosa a
la vista de Dios y él tiene cuidado de ti.

II.LA MUJER DE SIROFENICIA (MARCOS 7:25).


“25 Una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, luego que oyó
de él vino y se postró a sus pies”.
¿Quién era esa mujer? El relato que encontramos en el Evangelio
de San Marcos nos declara que era una mujer de Sirofenicia. Este
lugar era conocido en el mundo antiguo por su comercio y a la vez
porque era dado a las lujurias de sus habitantes.
La mujer Sirofenicia se da cuenta que Jesús están en la ciudad y le
busca para pedirle que le ayude a sanar a su hija. Pone a Jesús en
una situación incómoda y los discípulos se preguntan si ¿Ayudaría
Jesús a esta mujer o seguiría su camino como que se nada hubiera
pasado?

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La mujer se acercó a Jesús por una simple razón, ha oído de los
milagros de sanidad del Maestro Galileo que sanaba a muchos
enfermos y endemoniados y ella necesitaba que Él sane a su hija
que es gobernada por un Espíritu inmundo”. Ella se da cuenta de
que su dios Baal no puede ayudarla, porque no tiene poder para
hacerlo, encuentra que su única esperanza está en Jesús. Ella no
solo reconoce que tiene una necesidad, sino que el único que tiene
poder para sanar a su hija es Jesús.

Es interesante notar como ella se postra ante él en señal de


humillación, no importaba el costo que ella tendría que pagar, lo
único que quería era que su hija quedara sana.
Jesús aparentemente no quería ayudar a esta mujer y le dice:
“Deja primero que sacie los hijos, porque no está bien tomar el pan
de los hijos y echarlos los perrillos”, aun con esto la mujer no se da
por vencida, ella estaba segura de que Jesús sanaría a su hija.
Estas palabras eran muy duras, pero eran una realidad, los judíos
consideraban a los paganos como perros, ya que únicamente ellos
se consideraban herederos de las promesas hechas a Abraham.
Estas palabras de Jesús confirmaban esta idean, pero no era lo que
Él sentía.

La mujer demostró su fe y dijo: “Si Señor, pero aun los perrillos


debajo de las mesas comen de las migajas de los hijos” ¡increíble!
Aquella mujer no se dejó desanimar por aquellas palabras tan
duras. Aquella mujer llena de fe se mantuvo inmutable. En lugar de
optar por ofenderse, escogió la fe. Su respuesta es una expresión
de esperanza incluso en las migajas. Qué fe tan increíble para
creer que una migaja de la mesa del Salvador sería suficiente para
vencer cualquier cosa que afligiera a su hija.

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La respuesta de esa fiel madre muestra humildad y mansedumbre.
Admitió que eran menos que los judíos, e incluso admitió que eran
como perrillos, pero como todo perrillo, merecía al menos comer
de las migajas que venían de la mesa de los hijos.

La loable persistencia de esta mujer se basó en esa clase de fe que


vence los obstáculos aparentes y prevalece aún en medio del
desánimo. La fe en Jesucristo es el poder más grandioso que
tenemos a nuestro alcance en esta vida. Todas las cosas son
posibles a los que creen. Esta mujer cananea es un ejemplo del
Nuevo Testamento de la fe y la mansedumbre que se requieren de
todos los discípulos de Jesucristo.

III.¿POR QUÉ SE ENCONTRABA JESÚS EN TIRO?


Como se mencionó anteriormente, Jesús fue a Tiro con la idea de
descansar un par de días, por eso procuró esconderse para que
nadie se diera cuenta de que estaba en esa región.
¿Por qué Jesús se fue a un lugar tan retirado? ¿Por qué no trato de
esconderse en Belén o en Nazareth? Es evidente que esconderse
en una región donde él era muy popular sería imposible, la gente
siempre se daría cuenta, lo seguirían y no lo dejarían descansar.

Algunos se sorprenden de que su pastor tome vacaciones y otros


invitan a un pastor que está en vacaciones a que les dirija una mini
conferencia o les dé una semana de oración. Los pastores también
necesitan descansar para reponer sus energías, para estar con su
familia a solas.

Jesús fue a Tiro y Sidón porque sabía que ninguno de los judíos los
seguiría en un viaje tan largo de 800 kilómetros y en un lugar de
gente pagana.

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Si bien es cierto, Jesús iba para descansar de la muchedumbre,
tenía otro propósito que cumplir y era el de encontrarse con esta
mujer, él sabía que ella necesitaba su ayuda.
El propósito era doble, ayudar a esta mujer y enseñarles a sus
discípulos una lección inolvidable, Jesús no solo limitaba su
ministerio a los judíos, sino para todo aquel que realmente estaba
en necesidad.
En la cultura occidental contemporánea, donde “perra” es uno de
los epítetos más degradantes para una mujer, estamos obligados a
leer insulto en esta declaración. No hay evidencia de ninguna de
las otras historias de milagros de curación de que Jesús haya
tratado alguna vez a un suplicante con una falta de respeto. La
esencia de esta metáfora es que ella no es uno de los niños, no es
parte del compañerismo familiar alrededor de la mesa y está
haciendo algo muy irregular al pedir para ella y su hija las
bendiciones destinadas a los niños.

Por tercera vez, la mujer se dirige a Jesús como “Señor”. Aunque


audaz, no es irrespetuosa. Acepta la metáfora de Jesús de los
perros y los niños y la amplía, aportando nuevas perspectivas.
Lleva el asunto un paso más allá, sirviendo no solo como una
afirmación, sino también “como una implicación extraída de lo
afirmado”. Ella “capta lo que los discípulos no han comprendido
que, aun cuando los 'niños' han sido alimentados, quedan
suficientes sobras para que los forasteros sean alimentados.
Jesús responde alabando la “gran fe” de la mujer en contraste con
la “pequeña fe” que a menudo señala entre sus discípulos. Jesús
había dejado toda otra actividad para ir y socorrer a esta mujer.
Dejó que ella le preguntará y que le pidiera que sanara a su hija y
le concedió su pedido. Así Jesús conoce tu necesidad y ha venido a
tu encuentro y espera que tú le pidas con fe.

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CONCLUSIÓN: Tal como la mujer Sirofenicia, debemos ir a los pies
de Jesús para pedirle que nos sane y aunque el mundo nos trate
como a perros, sabemos que Cristo nos escucha y está dispuesto a
ayudarnos si se lo pedimos. Jesús rompe toda barrera, no toma en
cuenta: raza, color, estatus social, credo, sexo, él te considera
como una persona especial.

Jesús interrumpe su labor para acercarse a ti y a mí. ¡No es esto


maravilloso! ¡Cuánto nos ama el Señor! No nos dejemos guiar por
sentimientos de inferioridad, aunque el mundo nos desprecie,
aunque nuestra propia familia nos desprecie y aun cuando nuestra
propia iglesia nos desprecie acerquémonos a los pies de Jesús y
nota su gran amor y misericordia. Él quiere tener un encuentro
personal con cada una de nosotras como lo hizo con la mujer
Sirofenicia, deja que el dirija tu vida y como resultado serás
rescatada para vivir para siempre.

63
MINISTERIO DE LA MUJER | DIVISIÓN INTERAMERICANA

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