Semana Evangelismo MM 2025
Semana Evangelismo MM 2025
Semana Evangelismo MM 2025
EVANGELISMO
2025 MM
Apreciadas Líderes de Ministerio de la Mujer
División Interamericana
Estamos por iniciar una semana de evangelismo muy especial, sea que usted
vaya a predicar, o vaya a preparar todo el programa de esta semana, o vaya
a dar estudios bíblicos, o vaya a traer algún invitado, cualquiera sea su parte
en esta semana de evangelismo, le decimos ¡gracias!
Tiene en sus manos un material tremendamente bendecido, con el título
“Rescatada por Jesús”. Ésta será la temática, y ha sido escrita por hombres
de Dios; el Ptr. Adán Ramos, presidente de la Unión en Honduras, Ptr. Gunter
García, presidente de la Unión en Guatemala y Ptr. Jorge García, presidente
de la Unión Central de México.
Agradecemos profundamente su colaboración a esta semana, seguros de
que cada tema, cada palabra, Dios la usará para atraer a muchos a Él.
Jesús nos rescata, nos rescata por amor, nos rescata al perdonarnos, nos
ayuda a crecer en la fe, nos rescata para servir, para ser restauradas, nos
rescata para cumplir la misión y con ello transformar a nuestras familias, y
sobre todo, nos rescata para vivir para siempre con Él.
Que Dios utilice cada uno de sus dones en su servicio durante esta semana,
que Dios sea tu escudo al protegerte y sea tu fortaleza en cada día.
Gocemos al compartir la palabra de Dios y que nuestra vida sea la más
bendecida.
Con aprecio.
E. Edith Ruiz-Espinoza
Dir. Ministerio de la Mujer
División Interamericana
Bosquejo 3. Rescatada
Temático para crecer
2. Rescatada en la fe 6. Rescatada
por su para la
5. Rescatada misión
1. Rescatada perdón
para ser
por su
restaurada
amor
4. Rescatada
para servir
8. Rescatada
para vivir
7.Rescatada para
para siempre
transformar a
su familia
1
2
La mujer del manto
Introducción
3
¿Alguna vez has tenido un problema que te ha definido? ¿Algo que
te ha obstaculizado y te ha quitado la fuerza de tu vida? Tal vez un
hábito, adicción, una enfermedad, rechazo, abandono y te ha
robado la identidad, dañado tus relaciones, herido a tu familia,
agotado tus finanzas, aplastado tus esperanzas, sueños y
aspiraciones... y te ha hecho sentir impotente e insignificante.
Cuerpo:
5
Pero la fama de este hombre superaba las expectativas de
cualquier mortal, y comienza a producirse en ella una fe que nunca
había experimentado. Así que decide seguir a Jesús y empieza a
caminar entre la multitud, con miedo a que la llamen inmunda por
su condición, incluso a que la aíslen y no le permitan ver a Jesús,
no solo eso, también piensa que la van a reconocer y que alguien
podría delatarla, así que la imagino transpirando de los nervios, no
podría ni siquiera gritar: “inmunda”. Pero irónicamente, es la
vergüenza que siente por esta enfermedad es la que le abrió paso
en busca de la Sanidad que sabía que Jesús podía otorgarle.
7
Finalmente, cuando la mujer piensa que ya ha sido restaurada,
Jesús hace una cosa maravillosa por ella, Él sabía lo que esta mujer
había pasado y sufrido y para reforzar su valor y completar su
restauración dice la más bella de las palabras que un padre
amoroso puede pronunciar la llama “hija” fue el momento más
significativo para esta mujer… la llamó hija frente a esa multitud y
validó la fe de ella al declarar. 48 y él le dijo: Hija, tu fe te ha
salvado; ve en paz.
8
Conclusión:
Llamado:
¿No es acaso Dios? Un Dios maravilloso que es capaz de arreglar
los desastres de nuestra vida, capaz de cambiar nuestro llanto en
gozo, de cambiar nuestras desgracias en vidas con propósito. Es
tan maravilloso que no solo limpia nuestras lágrimas, sino que nos
redime de toda maldad.
Dios no solo es capaz de limpiar nuestra vergüenza de pecados,
sino que es capaz de restaurar nuestra alma que es la que
finalmente quiere conquistar para que disfrutemos con Él la
eternidad. Recuerda las inspiradas palabras de Elena de White “…
Cuando falta la fuerza humana, el hombre siente necesidad de la
ayuda divina. Y nunca se aparta nuestro Dios misericordioso del
alma que con sinceridad le pide auxilio. Él es nuestro refugio en la
enfermedad y en la salud”. MC 171.1
¡Ven a Jesús tal como estas y el sanará todas tus heridas y lo más
maravilloso sanará tu alma y tendrás paz! PORQUE SOMOS
RESTAURADOS POR SU AMOR.
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La mujer que más amó
Base Bíblica: 36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con
él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37
Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que
Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de
alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies,
llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba
con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39
Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí:
Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la
que le toca, que es pecadora. 40 Entonces respondiendo Jesús, le
dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41
Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos
denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar,
perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más.
Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a
Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para
mis pies; más esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha
enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; más esta, desde
que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi
cabeza con aceite; más esta ha ungido con perfume mis pies. 47
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados,
porque amó mucho; más aquel a quien se le perdona poco, poco
ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49 Y los
que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir
entre sí: ¿Quién es este, que también perdona pecados? 50 Pero él
dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. Lucas 7:36-50
11
Introducción
12
Pero recuerda, que Dios tiene un lugar para los quebrantados y los
rotos, que la Tierra Prometida no es sólo para unos pocos; y que el
cielo estará repleto de hombres y mujeres que, como esta
“pecadora” fueron rescatados por el Gran Dios de los cielos para
formar parte de su eterna y maravillosa familia.
Cuerpo:
La historia narrada por Lucas nos dice que esta mujer va una fiesta
para ver a Jesús, yo quiero imaginar que esta mujer se prepara
para ver a la persona más importante de su vida. ¿Y cómo
hacemos esto? Siempre que nos vamos a encontrar con una
persona especial, imaginamos el vestuario que vamos a lucir, nos
arreglamos el cabello, nos ponemos perfume, en fin, intentamos
vernos muy bien para la persona especial a la que vamos a ver.
Así que esta mujer hizo eso y algo más llevó un presente costoso
para esa persona especial con la que iba a encontrar, ella sabía
que “un regalo no está a la altura de quien lo recibe sino de quien
lo da” y su regalo representaba la inmensa gratitud que tenía hacia
Jesús. 37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al
saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un
frasco de alabastro con perfume. Sin embargo, debemos
recordar que ella no era invitada a esta fiesta, el invitado era Jesús,
pero ella, quería aprovechar la ocasión para ver su persona
“favorita”.
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Así que imaginemos el momento. Ella entra a la sala y todos lo
invitados la ven y se preguntan ¿Qué hace “esa” aquí? Y comienzan
a murmurar y preguntarse quién la había invitado. Así que la mujer
busca un lugar para sentarse y se le ocurre nada más y nada
menos que sentarse a los pies de Jesús.
Jesús, que es el invitado de honor de Simón ni siquiera lo había
saludado. Esto es la máxima expresión de desprecio que podemos
hacer con alguien. La costumbre en ese tiempo era saludar con un
beso al invitado. Simón no se había tomado el tiempo ni cuidado
de saludarlo. Es como si invitáramos a alguien a nuestra casa y le
dijéramos estoy viendo mi programa favorito en la televisión sabes
que… busca dónde sentarte y además busca qué comer, en la
cocina hay comida… sería un insulto deliberado con nuestro
invitado.
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Y es en ese momento que a esta mujer se le ocurre una brillante
idea, voy a derramar perfume sobre sus pies, para ella este
hombre vale tanto que las palabras son muy cortas para expresar
la inmensa gratitud que siente su corazón al ser amada por un
hombre que la ve con ojos de amor y perdón. Así que, como era un
perfume tan caro, el olor de este inunda la habitación.... y los
envidiosos comienzan a murmurar sobre la “barbaridad” que esta
mujer acaba de cometer.
Y dicen cómo es posible que esta mujer este derramando este
perfume cuando hay tantos pobres que no tienen que comer…
siempre hay gente para “todo” y estos fariseos no eran la
excepción. Pero ella no dimensiono, que, al abrir el perfume, el
olor de este causaría tal escándalo.
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Así que trato de imaginar que Jesús en ese momento álgido de
tensión para la mujer, le dice: tranquila, no le hagas caso, no te
preocupes todo va a estar bien, tu para mi eres muy valiosa y
sabes que…: no me avergüenzo de ti, por el contrario, me siento
orgulloso de ti. Yo me imagino que su llanto se intensificó.
En ese escenario Jesús lanza una pregunta a Simón…40… una cosa
tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41 Un acreedor
tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el
otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó
a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó
más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer,
dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua
para mis pies; más esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha
enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; más esta, desde
que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi
cabeza con aceite; más esta ha ungido con perfume mis pies.
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3. Jesús hace una cosa más para restaurar a la mujer 48 Y a ella le
dijo: Tus pecados te son perdonados. No es maravilloso cómo
Jesús la trata en frente de todos y hace por ella, lo que nadie puede
hacer, restaura su vida, y la llena de esperanza. Cambia su llanto
en gozo. Y la redime enfrente de todos los que la habían tratado
mal.
Conclusión:
17
Llamado:
18
19
Base bíblica:
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve» (Hebreos 11:1) RVR60
Introducción
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1.La fe de Sara (Génesis 18:10-14).
Sara, la esposa de Abraham, vivió con el profundo deseo de ser
madre, pero se enfrentó a la dura realidad de la esterilidad y la
avanzada edad tanto suya como la de Abraham. En Génesis 18,
unos visitantes divinos llegan a su hogar y anuncian a Abraham
que, al cabo de un año, Sara dará a luz un hijo. La noticia parecía
tan inverosímil que Sara, al escucharla, no puede contener una risa
de incredulidad. Después de todo, Abraham tenía 99 años y Sara
89, y habían pasado años esperando en vano por la promesa de
un hijo.
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Al igual que con Sara, es posible que enfrentes desafíos y
dificultades en tu vida que parecen insuperables. No obstante, la
experiencia de Sara nos enseña que las promesas de Dios se
cumplen, incluso cuando las circunstancias parecen imposibles. No
importa cuán grande sea tu desafío, confía en que Dios es fiel y
que sus promesas se realizarán en su tiempo perfecto. Así que
cree, cree en las promesas de Dios, al que lo hace todo le es
posible esas promesas se encuentran en su Palabra.
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La fe de Ana se manifiesta en su persistencia en la oración y en su
esperanza continua en la respuesta divina. Su dedicación a la
oración, a pesar de la aparente falta de respuesta, demuestra una
fe inquebrantable. Una vez que recibió la respuesta de Dios, Ana
cumplió su promesa de dedicar a Samuel al servicio de Dios.
La vida de Ana nos enseña que la fe a menudo requiere paciencia y
confianza inquebrantable en que Dios responderá a Su debido
tiempo. La perseverancia en la oración y la esperanza en la
respuesta divina son fundamentales para fortalecer nuestra fe. No
dejes de orar, comparte tus preocupaciones y anhelos con el Dios
del cielo, quien escucha las oraciones y tiene una respuesta
apropiada para sus hijos. Así como respondió la oración de Ana,
ten fe en que Dios responderá a tus oraciones.
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En una cultura donde la pureza y el honor eran altamente
valorados, el embarazo fuera del matrimonio la expondría al riesgo
de ser rechazada, juzgada severamente, e incluso potencialmente
repudiada por su prometido, José.
24
Conclusión
La fe creciente que se observa claramente en la vida de Sara, Ana
y María, quienes nos enseñan valiosas lecciones sobre cómo
desarrollar una fe sólida y madura.
1. La fe de Sara. En Génesis 18:10-14, Sara muestra que la fe crece
al confiar en las promesas de Dios, extraídas de su Palabra, incluso
cuando las circunstancias parecen imposibles. Aunque su
embarazo en edad avanzada parecía increíble, Sara aprendió a
confiar en la fidelidad divina, demostrando que Dios siempre
cumple Sus promesas.
2. La fe de Ana: Ana, según 1 Samuel 1:10-11, nos enseña que la
perseverancia en la oración es fundamental. A pesar del dolor y la
aparente falta de respuesta, Ana persistió en su búsqueda de Dios,
mostrando que una fe creciente requiere paciencia y confianza en
que Dios escucha y responde.
3. La fe de María: En Lucas 1:38, María ejemplifica una obediencia
profunda y una fe inquebrantable al aceptar el llamado de Dios a
ser la madre del Salvador. A pesar de los riesgos y la
incomprensión, María confió plenamente en el plan divino,
enseñándonos a obedecer y confiar en Dios incluso en
circunstancias difíciles.
Estas historias destacan que la fe creciente implica confiar en las
promesas de Dios, perseverar en la oración y obedecer Su
voluntad, incluso cuando enfrentamos desafíos.
Te invito a reflexionar sobre tu propia fe y a considerar cómo
puedes aplicar estas lecciones en tu vida. Pregúntate: ¿Cómo
puedo confiar más en las promesas de Dios? ¿Estoy perseverando
en la oración con la paciencia de Ana? ¿Estoy dispuesta a obedecer
y seguir el llamado de Dios como lo hizo María? Que el ejemplo de
Sara, Ana y María te inspire a fortalecer tu fe y a vivir con confianza
plena en la fidelidad de Dios. Al enfrentar tus desafíos, recuerda
que nada es imposible para Él y que Sus promesas siempre se
cumplen a Su tiempo perfecto.
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Base bíblica:
«Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 11:45).
Introducción
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En Hechos 18:2-3, se nos presenta a Priscila y Aquila como
compañeros de trabajo de Pablo, mostrando su compromiso en la
tarea de expandir el evangelio. La Escritura también revela que, en
Romanos 16:3, Pablo saluda y reconoce el arduo trabajo de esta
pareja en el Señor, subrayando su dedicación y contribución al
ministerio cristiano. Su labor no se limitó a apoyar a Pablo, sino
que también se extendió a la formación y enseñanza de otros
líderes emergentes en la iglesia primitiva.
En particular, Priscila y Aquila desempeñaron un papel crucial en
la vida de Apolos, un predicador elocuente pero con un
conocimiento incompleto del evangelio. En Hechos 18:26, vemos
cómo la pareja, al escuchar a Apolos predicar en la sinagoga, lo
toma aparte y le expone más exactamente el camino de Dios. Este
acto de mentoría y corrección no solo perfeccionó el
entendimiento de Apolos, sino que también lo preparó para ser un
poderoso instrumento en la predicación del evangelio.
Como Priscila y Aquila, en tu compromiso con Cristo, estás llamada
a realizar una labor especial en la formación de otros: «Aquila y
Priscila no fueron llamados a dedicar todo su tiempo al ministerio
del evangelio; sin embargo, estos humildes obreros fueron usados
por Dios para enseñar más perfectamente a Apolos el camino de la
verdad». (Recibiréis poder, pág. 283).
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Así, en tu trabajo, al relacionarte con otros, puedes servir así como
en tu propio hogar y entorno, puedes educar a tus hijos y a
quienes te rodean con principios bíblicos, preparándolos para ser
una bendición en el mundo y un testimonio viviente del poder
transformador de Dios. Como menciona la escritora cristiana Elena
G. de White: «Aquila y Priscila no fueron llamados a dedicar todo
su tiempo al ministerio del evangelio; sin embargo, estos humildes
obreros fueron usados por Dios para enseñar más perfectamente
a Apolos el camino de la verdad» (Recibiréis poder, pág. 283). De
igual manera, tu servicio puede ser una influencia positiva, guiando
y formando a otros en la verdad del evangelio.
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No importa el sitio al que mires, encontrarás personas
necesitadas. Cada uno de ellos representa la oportunidad de
servir, extender la mano, realizar alguna acción que haga más
llevadera la necesidad en la que tu semejante se encuentra. Como
se expresa en: «Cuando los corazones simpatizan con otros
corazones agobiados por el desánimo y el pesar, cuando la mano
se extiende para ayudar al necesitado, cuando se viste a los
desnudos, y el forastero recibe la bienvenida a vuestra casa y a
vuestro corazón, los ángeles llegan muy cerca, y semejante acción
halla respuesta en el cielo» (Servicio cristiano, pág. 234). Este
pensamiento enseña que cada acto de servicio, por pequeño que
parezca, tiene un valor eterno y una repercusión espiritual
significativa. Al igual que Febe, estamos llamados a ser
instrumentos de compasión y apoyo, no solo para aquellos que
son cercanos, sino para todos los que se cruzan en nuestro
camino. Al servir desinteresadamente, no solo mejoramos la vida
de quienes ayudamos, sino que también cumplimos con el
mandato divino de ser luz y sal en el mundo.
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Lidia ofrece su casa como un lugar de encuentro para los
creyentes y un refugio para Pablo y sus compañeros. Su
disposición a abrir su hogar para la comunidad cristiana refleja
una actitud de acogida y hospitalidad que es esencial para el
crecimiento y la cohesión de la iglesia «Y la iglesia en su casa»
(Romanos 16:5, RVR1960). La generosidad de esta mujer sirve
como un modelo para nuestra propia práctica al entregar una
parte de los recursos con los que somos bendecidos. Como ella
estamos llamados a reconocer que todo lo que tenemos proviene
de Dios y, por lo tanto, debemos usar nuestros recursos para
apoyar Su obra y servir a otros. La generosidad no se limita a la
hospitalidad; sino al colocar lo que hemos recibido como
bendición de Dios a Su servicio y el de nuestros semejantes.
También se manifiesta a través de nuestros diezmos y ofrendas,
que son una forma tangible de expresar nuestra gratitud y
fidelidad a Dios. En 2 Corintios 9:6-7, Pablo enseña sobre la actitud
correcta con los dones que ofrecemos a Dios «Pero esto digo: El
que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que
siembra generosamente, generosamente también segará. Cada
uno de como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por
necesidad, porque Dios ama al dador alegre» (2 Corintios 9:6-7,
RVR60).
Este pasaje resalta que nuestras ofrendas deben ser dadas con
alegría y generosidad, reflejando el mismo espíritu que Lidia
mostró. Al ofrecer los diezmos y ofrendas, participamos
activamente en el trabajo de Dios en el mundo, apoyando la
misión de la iglesia y ayudando a aquellos que están en necesidad.
31
Conclusión
Oremos
32
33
Base bíblica:
«El sábado salimos a las afueras de la ciudad, y fuimos por la orilla
del río, donde esperábamos encontrar un lugar de oración. Nos
sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se
habían reunido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a
Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura.
Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que
respondiera al mensaje de Pablo. Cuando fue bautizada con su
familia, nos hizo la siguiente invitación: «Si ustedes me consideran
creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos
persuadió» (Hechos 16:13 – 15).
Introducción
34
1.Para ser rescatada, debes ir al encuentro de la verdad
(Hechos 16:13).
Lidia estaba en un lugar dispuesto para la oración y la búsqueda
de Dios. Aunque no sabemos todos los detalles de su vida, es
evidente que ella estaba buscando respuestas y una conexión más
profunda con Dios.
Como Lidia, todos enfrentamos momentos de crisis o
incertidumbre en nuestra vida, ya sea en el matrimonio, en la
crianza de los hijos, en el trabajo o en otras áreas. Lidia estaba en
un punto en el que necesitaba respuestas y dirección.
La invitación a asistir a esa reunión de oración fue una
oportunidad divina para ella. De la misma manera, hoy has
tomado una decisión importante al venir aquí para escuchar la
Palabra de Dios. No es una coincidencia; Dios te está llamando a
encontrar respuestas y esperanza.
Estar dispuesto a buscar y escuchar la verdad es el primer paso
para el rescate que Dios quiere hacer. Al igual que Lidia, debemos
estar abiertos a la intervención de Dios, sabiendo que Él tiene un
plan para nuestra vida que incluye paz y esperanza.
35
El mensaje de Pablo ofreció a Lidia una nueva oportunidad para
empezar de nuevo. Dios también nos ofrece una nueva vida, sin
importar nuestro pasado o los errores que hemos cometido.
Mantener un corazón abierto es crucial para experimentar la
transformación y el rescate que Dios ofrece. A través del
arrepentimiento y la fe, podemos recibir perdón y restauración,
permitiendo que Dios escriba una nueva historia en nuestra vida.
36
Este nuevo nacimiento no es simplemente una renovación
superficial, sino una transformación radical de nuestro ser, un
comienzo completamente nuevo en nuestra vida con Dios.
El término griego para bautismo significa «inmersión» o
«sumergir». Cuando una persona es bautizada, es completamente
sumergida en el agua, simbolizando la muerte al viejo yo, la
sepultura del pasado, y la resurrección a una nueva vida en Cristo.
Este simbolismo es claro en el bautismo de Jesús en Mateo 3:13-
17, donde el Padre aprobó públicamente su obediencia.
37
Conclusión
38
Cuando Clarita finalmente decidió ser bautizada, experimentó una
transformación significativa. Al ser sumergida en el agua, simbolizó
la muerte a su antigua vida y su resurgimiento a una nueva vida en
Cristo. Aunque sus circunstancias externas no cambiaron de
inmediato, Clarita comenzó a enfrentar sus problemas con una
perspectiva renovada. La presencia del Espíritu Santo en su vida le
dio la fortaleza para superar sus luchas diarias, encontrar perdón y
experimentar una paz que nunca había conocido.
39
40
La mujer Samaritana
Nos dice Juan 4:6 que Jesús se sentó, cansado del camino. “Y
estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se
sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta”. En este pasaje,
Jesús está viajando a través de Samaria y llega a un pozo donde se
sienta debido al cansancio. Este episodio precede a su encuentro
con la mujer samaritana, donde tiene una conversación
significativa sobre el “agua viva” y revela aspectos profundos de su
identidad y misión. Que fácil hubiese sido para él haber usado su
poder para acortar la distancia como lo hiciera la vez que caminó
sobre las aguas. Que fácil hubiera sido para él hacer aparecer la
comida como lo hiciera con los panes y los peces. Sin embargo, él
se cansó caminando y envió a comprar comida, en lugar de hacer
un milagro.
Este y otros pasajes demuestran que Jesús, al tomar forma
humana, experimentó todas las limitaciones y necesidades físicas
que vienen con la humanidad, incluido el cansancio. Esto refuerza
la idea de que, aunque era divino, también compartía plenamente
en la experiencia humana, lo cual es central en la teología cristiana
sobre la encarnación.
42
II.ENCUENTRO CON LA MUJER JUNTO AL POZO.
43
¡Cuán distinto nos resulta algo cuando nos pertenece! Quizá
podemos ver un hermoso auto deportivo estacionado en la calle y
pensaremos ¡Qué hermoso auto! Pero muy posiblemente no
pasemos de ahí. Ahora si viniera un señor muy rico y nos regalara
el mismo auto, y tuviéramos un papel que acredita la propiedad de
ese auto, las cosas serían diferentes. Quisiéramos andar y probarlo
y averiguar todas sus cualidades y quizá a la noche no podríamos
dormir porque estaríamos gozosos y ansiosos y expectantes.
De la misma manera el pecador halla perdón de pura gracia. No
debe hacer nada para ser salvo, entonces el gozo y la paz
sobreabundan. Entonces el alma está segura porque no depende
de sí misma, no depende de su perseverancia ni de sus méritos
sino de los méritos y la perseverancia de Cristo en la cruz. ¡Bendita
seguridad! ¿Creemos esto?
45
Pero aquí Jesús nos enseña que la verdadera adoración es en
espíritu. Llevada a cabo en la parte más íntima del ser. Salida de
ese recipiente interior de donde mana la vida. No necesariamente
asociada a la música, pero si a la contemplación; sí a la integridad
de corazón y a la santidad y a la obediencia. Y también es en
verdad, ósea fundamentada en las grandes verdades bíblicas que
son la que verdaderamente nos enseñan a conocer a Dios y a verle
como realmente es; y en verdad porque debe salir de un corazón
sincero que está abierto ante la mirada de Dios y que nada oculta
a su Señor.
Y aquel sermón de Jesús que comenzó con un vaso de agua, llevó
a esa Samaritana al punto de pensar en el Mesías esperado por
Israel.
46
III.RESCATADA PARA LA MISIÓN.
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49
La mujer Sunamita
50
Hoy vamos a estudiar a una mujer que fue rescatada para
transformar a su familia. Aunque no tiene nombre, la Biblia dice
que era una mujer muy “importante”. Aparentemente no era de
sangre real. Nada indica que tenía gran rango, riqueza, o “estatus”.
No se le atribuye gran conocimiento o destreza. No se dice nada
de su hermosura como de Sarah, Abigail o Betsabé. No salvó a su
pueblo como Esther, ni fue una gran líder como Deborah. ¿Qué
entonces la hizo importante? ¿Cómo pueden las madres inculcar
ciertos valores en sus familias para ayudarlos ser más semejantes
a Jesús?
52
¿Qué hubiera pedido usted en su lugar? Un mejor trabajo, tal vez
uno en el gobierno; estar en la nómina del rey o ser parte de su
personal; recibir asistencia financiera o tener seguro médico.
¿Pidió la sunamita estas cosas? NO.
53
La mujer sunamita, aunque no era rica o tenía todas las
comodidades del mundo, estaba contenta y satisfecha con su
situación. Por esto, Dios la llama “importante.”
54
¿Alguna vez ha conocido a alguien que, al enfrentar una tragedia,
se volvió a Dios, oró y oró, pero cuando las cosas no salieron como
quería, culpó a Dios y le dio la espalda?
Hermanas, Dios escucha y contesta nuestras oraciones. A veces
no entendemos la contestación. Pero eso no quiere decir que está
en nuestra contra o nos está castigando.
No importa el resultado, o como salgan las cosas en ciertas
situaciones, necesitamos decirle a Dios, “No te dejaré.”
55
56
La mujer Sirofenicia
57
Hoy vamos a estudiar la historia de una mujer que fue rescatada
para vivir para siempre.
58
Sus cultos eran celebrados con sacrificios humanos y se dejaban
llevar por los deseos de la carne, incluyendo la prostitución y
promiscuidad como parte de sus ritos.
Esta era la clase de mujer que se atrevía a acercarse a Jesús y
pedirle su ayuda.
59
La mujer se acercó a Jesús por una simple razón, ha oído de los
milagros de sanidad del Maestro Galileo que sanaba a muchos
enfermos y endemoniados y ella necesitaba que Él sane a su hija
que es gobernada por un Espíritu inmundo”. Ella se da cuenta de
que su dios Baal no puede ayudarla, porque no tiene poder para
hacerlo, encuentra que su única esperanza está en Jesús. Ella no
solo reconoce que tiene una necesidad, sino que el único que tiene
poder para sanar a su hija es Jesús.
60
La respuesta de esa fiel madre muestra humildad y mansedumbre.
Admitió que eran menos que los judíos, e incluso admitió que eran
como perrillos, pero como todo perrillo, merecía al menos comer
de las migajas que venían de la mesa de los hijos.
Jesús fue a Tiro y Sidón porque sabía que ninguno de los judíos los
seguiría en un viaje tan largo de 800 kilómetros y en un lugar de
gente pagana.
61
Si bien es cierto, Jesús iba para descansar de la muchedumbre,
tenía otro propósito que cumplir y era el de encontrarse con esta
mujer, él sabía que ella necesitaba su ayuda.
El propósito era doble, ayudar a esta mujer y enseñarles a sus
discípulos una lección inolvidable, Jesús no solo limitaba su
ministerio a los judíos, sino para todo aquel que realmente estaba
en necesidad.
En la cultura occidental contemporánea, donde “perra” es uno de
los epítetos más degradantes para una mujer, estamos obligados a
leer insulto en esta declaración. No hay evidencia de ninguna de
las otras historias de milagros de curación de que Jesús haya
tratado alguna vez a un suplicante con una falta de respeto. La
esencia de esta metáfora es que ella no es uno de los niños, no es
parte del compañerismo familiar alrededor de la mesa y está
haciendo algo muy irregular al pedir para ella y su hija las
bendiciones destinadas a los niños.
62
CONCLUSIÓN: Tal como la mujer Sirofenicia, debemos ir a los pies
de Jesús para pedirle que nos sane y aunque el mundo nos trate
como a perros, sabemos que Cristo nos escucha y está dispuesto a
ayudarnos si se lo pedimos. Jesús rompe toda barrera, no toma en
cuenta: raza, color, estatus social, credo, sexo, él te considera
como una persona especial.
63
MINISTERIO DE LA MUJER | DIVISIÓN INTERAMERICANA