Lectura 4
Lectura 4
Lectura 4
SUMARIO: 1. In t r o d u c c ió n . Ca r a c t e r ís t ic a s d e l a s u b d is c ipl in a . 2. La v is ió n
TRADICIONAL Y ESTATOCÉNTRICA DE LA SEGURIDAD. 2.1. La visión tradicional de la segu-
ridad en las Relaciones Internacionales: realismo y liberalismo. 2.2. La visión tradicional
estatocéntrica en la posguerra fría. 3. El c u e s t io n a m ie n t o d e l a v is ió n t r a d ic io n a l d e
LA SEGURIDAD DURANTE LA GUERRA FRÍA. 4. La AMPLIACIÓN Y CRÍTICA DE LA AGENDA DE
s e g u r id a d EN LA po s g u e r r a f r ía . 4.1. La seguridad humana. 4.2. Los Estudios Críticos
de Seguridad. 5. Co n c l u s io n e s .
[301|
302 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
elementos distintivos de este campo cuando nació tras la Segunda Guerra Mun-
dial, en contraste con los estudios de épocas precedentes centrados en la guerra,
la defensa, la estrategia militar o la geopolítica. Ello se debió a que este campo
surgió para analizar las nuevas condiciones geoestratégicas, que requerían estra-
tegias para la disuasión nuclear más que para el uso de los medios militares. La
adopción del concepto de seguridad permitió que el nuevo campo se abriera al
estudio de una gama de temas políticos más amplios, no estrictamente ligados
al combate militar pero sí relevantes para la seguridad nacional, así como a la
participación de especialistas civiles1.
Sin embargo, durante la Guerra Fría, y en menor medida después, gran
parte de la literatura en este ámbito apenas ha reflexionado teóricamente sobre
el significado del concepto seguridad, debido al predominio de trabajos empíri-
cos y a que tal significado se daba por supuesto y no se cuestionaba. Además,
buena parte de la producción durante la Guerra Fría no utilizaba el concepto
de seguridad, sino otros relacionados (estrategia, disuasión, contención, riesgo,
etc.). Es más, un enfoque específico, el de la investigación para la paz, utilizaba
otro concepto que entendía contrapuesto, el de paz.
Pero desde mediados de la década de 1980, y más aún desde la década
siguiente, se producen varios cambios importantes. Por un lado, el concepto de
seguridad comenzó a ser objeto de una mayor discusión teórica, ontològica y
epistemológica, en consonancia con la efervescencia de los debates en las Rela-
ciones Internacionales. Por otro lado, la utilización del concepto se volvió más
explícita por los enfoques estratégicos tradicionales, al tiempo que empezó a ser
asumida también por la investigación para la paz y por otros nuevos enfoques
críticos con aquéllos. En suma, el término seguridad, más utilizado y discutido
que nunca, se convirtió en el eje de los debates entre enfoques teóricos diferentes
y en el aglutinante que les proporciona cierta identidad compartida2.
De este modo, resulta clave preguntarse ¿qué es la seguridad? En su sentido
más abstracto suele definirse como la ausencia de amenazas a valores aprecia-
dos, especialmente aquellas que pueden poner en peligro la supervivencia del
objeto referente (Estado, sociedad, individuo, etc.). Así, la seguridad no implica
solo la mera supervivencia, sino también verse libre de amenazas que condicio-
nan la vida, de forma que sea factible alcanzar determinados objetivos políticos
y sociales3. Pero, más allá de esta definición genérica, sobre la seguridad existen
concepciones muy diferentes, distinguiéndose entre las que la entienden como
algo objetivo, subjetivo o discursivo4. La concepción objetiva de la seguridad,
propia del enfoque tradicional, se refiere a la ausencia de amenazas materiales y
militares concretas. La concepción subjetiva se centra en la ausencia del temor o
sentimiento de amenaza, y busca complementar la visión objetiva con factores
ideacionales que también inciden en las decisiones de los estados (percepciones
2.1. La v is ió n t r a d ic io n a l d e l a s e g u r id a d e n l a s Re l a c io n e s
In t e r n a c io n a l e s : r e a l is m o y l ib e r a l is m o
15 Entre tales métodos figuran los de cuantificación, la utilización de ordenadores para procesar
bases de datos y elaborar modelos, o la teoría de juegos. Esta última, por ejemplo, permitía anticipar
diferentes posibles escenarios de cooperación y conflicto entre los actores, por lo que fue útil para
desarrollar la teoría de la disuasión nuclear. Za g a r e , F. C., «Game Theory», en Wil l ia m s , P. D.
(2008), Security Studies..., op. cit., pp. 44-58.
16 Las políticas de seguridad basadas en esta perspectiva han servido de mecanismo para pre-
venir cambios sociales y políticos radicales, según Wil l ia m s , D. P., «Security Studies:..», op. cit.,
2008, p. 3.
17 El m a n , C., «Realism», en Wil l ia m s , D. P. (ed.), Security Studies: An Introduction, Rou-
tledge, Londres, 2008, p. 26.
18 Mo r g e n t h a u , H., Politics Among Nations: The Strugglefor Power and Peace, A. A. Knopf,
Nueva York, 1948.
CAPÍTULO X: ESTUDIOS DE SEGURIDAD: DE LA VISIÓN TRADICIONAL... 307
2.2. La v is ió n t r a d ic io n a l e s t a t o c é n t r ic a e n l a po s g u e r r a f r ía
a) ¿Qué es la seguridad y cuáles son las amenazas a los valores que nos
son queridos? ¿Hay que expandir la seguridad más allá del sector militar y del
uso de la fuerza? La visión tradicional defiende limitarse a temas relativos a los
conflictos armados y al uso de la fuerza, y no abarcar otros temas por cuanto el
concepto de seguridad perdería así coherencia y utilidad analítica. Sin embargo,
los críticos con aquella han propuesto una ampliación del concepto de seguri-
dad con la incorporación de otras amenazas importantes, la cual comenzó en
la década de 1980 con la formulación de los conceptos de seguridad económica
y seguridad medioambiental, y se intensificó tras la Guerra Fría con la incor-
poración de diferentes temas, como los de salud, género, etc. Muchas de estas
amenazas son internas, y no solo externas, cuando la visión tradicional durante
la Guerra Fría solo tuvo en consideración las últimas.
b) ¿Cuál es el sujeto referente de la seguridad? ¿Es la seguridad del Esta-
do la que hay que garantizar? En el enfoque tradicional el Estado es el objeto
referente, el que debe ser asegurado, asumiéndose que esa es la mejor forma
de proteger a los individuos. Pero este planteamiento ha sido cuestionado por
otras visiones. Primero, se constata que muchas veces los Estados son dema-
42 Bu z a n , B., People, States and Fear: The National Security Problem in International Relations,
Harvester Wheatsheaf, Londres, 1983.
43 Sobre la formulación de tales preguntas, véanse: Ro t h s c h il d , E., «What Is Security?», en
Daedalus. Journal of the American Association for thè Advancement ofScience, voi. 124, n.° 3,1995,
pp. 53-98; Ba l d w in , D. A., «The concepì of security», en Review of International Studies, voi. 23,
n.° 1,1997, pp. 5-26; así como Bu z a n , B. y Ha n s e n , L.. The Evolution of..., op. cit., 2009, pp. 12 ss.
CAPÍTULO X: ESTUDIOS DE SEGURIDAD: DE LA VISIÓN TRADICIONAL. .313
51 Bu z a n , B. y Ha n s e n , L., The Evolution of..., op. cit., 2009, pp. 102-103, 128-129.
52 El enfoque de la seguridad común fue acuñado en 1982 por la Comisión Independiente sobre
Temas de Desarme y Seguridad, presidida por Olof Palme. Su asunción era que las principales ame-
nazas a la seguridad internacional provenían no de Estados individuales, sino de problemas globales
que a todos afectaban (degradación medioambiental, carga de los costes militares, desigualdades,
etc.). Así pues, unía la preocupación por el control de armas a otras relativas a la subsistencia de
las personas. Además, se basaba en la idea de la cooperación y de la supervivencia conjunta, en
lugar de en la amenaza de la destrucción masiva. Véase Wil l ia m s , P. D., «Security Studies...», op.
cit., 2008, p. 6.
316 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
4.1. La s e g u r id a d h u ma n a
sobre todo por su estrecho vínculo con el concepto de desarrollo humano, formu-
lado también por el PNUD en 1990. En el plano teórico resultó determinante,
además, la confluencia que se dio entre las agendas académicas y políticas en
materia de seguridad y de desarrollo, tradicionalmente separadas. Este «nexo
seguridad-desarrollo» reflejaba la creciente conciencia sobre una relación causal
entre la pobreza y el conflicto armado y, por lo tanto, sobre la necesidad de satis-
facer las necesidades básicas para prevenir éste a largo plazo. Tal conexión, que
contribuyó decisivamente al proceso de ampliación del concepto de seguridad,
había sido ya avanzada décadas atrás por el enfoque de la «paz positiva», y fue
explicitada entre otros por John Burton en 19905657 .
Cabe hablar de dos enfoques diferentes de seguridad humana, el amplio y
el restringido51. El enfoque amplio se corresponde con la formulación inicial
realizada por el PNUD y ha sido apoyado por el gobierno japonés y parte de
la academia. En esta visión, la seguridad humana y el desarrollo humano se
requieren mutuamente: la seguridad humana sería una situación en la que las
personas estén libres de todas las amenazas a su integridad, de forma tal que
se pueda garantizar el desarrollo humano, la vida y la dignidad. Así, encierra
dos dimensiones: estar libres respecto del miedo (freedom from fear), es decir,
exentos de la amenaza de violencia física; y estar libres respecto de las necesi-
dades (freedom from want), o sea, tener cubiertas las necesidades básicas. Este
enfoque de la seguridad humana persigue la seguridad física así como también
el bienestar socioeconómico de las personas, por lo que pone especial énfasis en
las amenazas de tipo socioeconómico, como la pobreza.
Posteriormente, durante la segunda mitad de la década de 1990, se confor-
mó un enfoque restringido centrado en la dimensión de libertad respecto del
miedo, esto es, en la protección física ante la violencia en contextos de conflicto
así como en la prevención y resolución de los mismos, que dejaba de lado los
factores relativos al bienestar y el desarrollo. Esta visión, promovida por parte
de la academia con el respaldo de gobiernos como el noruego y el canadiense,
se ha convertido en la hegemónica.
La noción de la seguridad humana ganó pronto una notable implantación
tanto en el ámbito institucional como en el académico, sobre todo en la década
de 1990. En el plano institucional ha sido incorporada, sobre todo en su versión
restringida, al discurso y las políticas de desarrollo y humanitarias de diferentes
agencias de Naciones Unidas, gobiernos de potencias medias y otras organiza-
ciones. En cuanto al mundo académico, ha sido utilizada sobre todo en campos
como los del desarrollo y la política exterior con un enfoque de «solución de
problemas», aplicada a multitud de ellos (epidemias, hambre, pobreza...) a fin
de dotarles de una mayor visibilidad y respuesta política. Tal uso normalmente
no ha tenido interés en profundizar en su fundamentación teórica ni en dotarle
de contenido crítico respecto al statu quo y las relaciones de poder. Ahora bien,
junto a ese uso mayoritario cabe añadir que una reducida parte de los estudios
críticos de seguridad también ha empleado el concepto, incorporándolo a sus
debates sobre el contenido de la seguridad y las amenazas, los intereses subya-
centes, etc.
La perspectiva de la seguridad humana encierra diversas potencialidades58.
En el plano práctico destaca su apreciable presencia en diferentes círculos insti-
tucionales, y su consiguiente capacidad de interlocución e incidencia para alen-
tar políticas progresistas en clave de justicia. Pero su principal aporte es de tipo
conceptual y ontològico, pues frente al estatocentrismo tradicional convierte a
la persona (su bienestar, libertad, derechos) en el sujeto de la seguridad, y pone
así de relieve problemas y dimensiones de ésta habitualmente ignorados. En este
sentido, la mayor parte de la literatura entiende que el Estado es un proveedor
potencial de seguridad humana y que ésta es compatible y complementaria de
la seguridad estatal, vista como necesaria pero insuficiente59.
Otra de sus contribuciones, en su versión amplia, es que encama la mencio-
nada confluencia entre las agendas de seguridad y de desarrollo, facilitando la
inclusión de los problemas del Sur en las discusiones sobre política y seguridad
internacionales. También se ha subrayado su carácter normativo y ético, al
evocar aspiraciones de justicia y dignidad, así como valores progresistas alterna-
tivos a los principios realistas tradicionales (cooperación internacional, derechos
humanos, desarrollo como constructor de paz). Ahora bien, dicho contenido
transformador tiene diferentes grados de radicalidad: algunos sectores abogan
por un mero empoderamiento de los individuos, pero sin un cuestionamiento
del statu quo\ mientras que para otros la seguridad humana requiere la «eman-
cipación» de todas las estructuras de poder opresivas y conculcadoras de la
seguridad de las personas, como es el modelo económico neoliberal60.
Pero la seguridad humana encierra también varias limitaciones y riesgos,
según se le ha reprochado desde visiones tradicionales y, sobre todo, desde los
estudios críticos de seguridad. Una primera objeción es que la seguridad huma-
na, en su versión amplia original, al abarcar multitud de amenazas variopintas,
es un concepto demasiado impreciso, difícilmente medible y, por tanto, poco útil
para el análisis y para la política61. Así, con el argumento de dotarle de mayor
concreción y operatividad política, parte de la academia promovió la mencio-
nada visión restringida. Sin embargo, otro sector cuestiona que esta última, al
minimizar la dimensión de desarrollo para ceñirse a la de seguridad, ha perdido
potencial crítico y transformador.
4.2. Los Es t u d io s Cr ít ic o s de Se g u r id a d
62 Ne w m a n , E., «Criticai Human Security Studies», en Review of International Studies, n.° 36,
2010, pp. 87-89.
63 Ch a n d l e r , D., «Rethinking global discourses of security», en Ch a n d l e r , D. y Hy n e k , N.
(eds.), Criticai Perspectives..., op. cit.t 2011, pp. 83; Ric h m o n d , O. P., «Post-colonial Hybridity
and thè Retum of Human Security», en Ch a n d l e r , D. y Hy n e k , N. (eds.), Criticai Perspectives on
Human Security: Rethinking Emancipation and Power in International Relations, Routledge, Londres,
2010, pp. 45,48.
64 Tal injerencia se estaría llevando a cabo a través de las políticas de cooperación y de recons-
trucción posbélica basadas en la paz liberal, orientadas a imponer estructuras políticas y socioeco-
nómicas de corte liberal. En algunos casos, además, la seguridad humana ha servido como justifica-
ción de las denominadas «intervenciones humanitarias», que bajo su discurso de protección de los
derechos humanos esconderían intereses económicos y políticos de sus ejecutores.
65 Du f f ie l d , M., Las nuevas guerras en el mundo global. La convergencia entre desarrollo y
seguridad. Los Libros de la Catarata, Madrid, 2004 (1.a ed. en inglés, 2001), p. 28; Du f f ie l d , M.,
Development, Security and Unending War: Governing the World of Peoples, Polity, Londres, 2007.
66 En esta segunda línea, víase Ne w m a n , E., «Criticai Human...», op. cit., 2010, pp. 77-94;
y Pé r e z d e Ar m iñ o , K., «¿Más allá de la seguridad humana? Desafíos y aportes de los estudios
críticos de seguridad», en AAW, Cursos de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de
Vitoria-Gasteiz. 2011, Tecnos, Madrid, 2013, pp. 235-308.
320 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
68 Así, muchos trabajos han analizado la creación de una imagen del terrorista como un adver-
sario ilegítimo, bárbaro, irracional y contrapuesto a los valores occidentales, imagen aplicada a los
insurgentes en Irak y otros países para despolitizarles y legitimar la GGT.
69 Como análisis del conjunto de los estudios críticos de seguridad, su tipología y evolución, cabe
destacar: Pe o pl e s , C. y Va u g h Zn -Wil l ia m s , N., Criticai Security..., op. cit., 2010.
70 Implantado sobre todo en los EEUU, su obra de referencia es: Ka t z e n s t e in , P. J., The
Culture of National Security: Norms and Identity in World Politici, Columbia University Press,
Nueva York, 1996.
322 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
76 Dil l o n , M., «The Alliance of Security and Subjectivity», en Current Research on Peace and
Violence, vol. 13, n.° 3, 1990, pp. 102.
324 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
77 Ca m pb e l l , D., Writing Security: United States Foreign Policy and the Politics of Identity,
Manchester University Press, Manchester, 1992 (ed. rev., 1998).
78 La Escuela de París está articulada en tomo al Instituto de Estudios Políticos de París y a la
revista Cultures et Confítetes, editada por Didier Bigo, principal figura de aquélla.
79 La biopolítica es la gestión gubernamental a escala nacional, mediante mecanismos de con-
trol y coerción, de una población tomada como especie biológica, a fin de afrontar contingencias
y necesidades de la vida humana (enfermedad, muerte, alimentación, etc.). La biopolítica utiliza
dos instrumentos: el biopoder, o serie de tácticas que diferentes instituciones utilizan para controlar
a la población a fin de mejorar su salud y bienestar; y el poder soberano, basado en la fuerza y la
coerción, y que se reserva el derecho a matar para imponer su orden, siendo el racismo una de las
herramientas que utiliza para determinar a quién se le ayuda a vivir o se le deja morir.
80 Ro b e r t s , D., «Human Security, Biopoverly and the Possibility for Emancipation», en
Ch a n d l e r , D. y Hy n e k , N. (eds.), Critical Perspectives, op. cit., 2011, pp. 76 y 80.
CAPÍTULO X: ESTUDIOS DE SEGURIDAD: DE LA VISIÓN TRADICIONAL... 325
81 Du f f ie l d , M., Las nuevas guerras..., op. cit., 2004, p. 28; Dü f f ie l d , M., Development, Secu-
rity and Unending War: Governing the World of Peoples, Polity, Londres, 2007, pp. 118 ss.
82 Ag a m b e n , G., Homo Sacer: Sovereign Power and Bare Life, Standford University Press,
Standford (EEUU), 1998 (trad.: Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida, Pre-Textos, Valen-
cia, 1998).
83 Bil g in , P., «The “Westerrf-Centrism” of Security Studies: “Blind Spot” or Constitutive Prac-
tice?», en Security Dialogue, vol. 41, n.° 6, 2010, pp. 599-606.
84 Ba r k a w i , T. y La f f e y , M., «The Poscolonial Moment in Security Studies», en Review of
International Studies, vol. 32, 2006, pp. 329-352.
326 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
85 Mg b e o j i , I., «The Civilised Self and the Barbarie Other: Imperial Delusions of Order and the
Challenges of Human Security», en Third World Quaterly, voi. 27, n.° 5, 2006, pp. 855-869.
86 Véase Mb e m b e , A., Necropolítica, Ed. Melusina, Barcelona, 2011.
87 Destaca como obra pionera: En l o e , C., Bananas, Beaches, and Bases: Making Feminist Sense
of International Politics, University of California Press, Berkeley (EEUU), 1989.
88 Tic k n e r , J. A., Gender in International Relations: Feminist Perspectives on Achieving Global
Security, Columbia University Press, Nueva York, 1992.
CAPÍTULO X: ESTUDIOS DE SEGURIDAD: DE LA VISIÓN TRADICIONAL... 327
5. CONCLUSIONES
93 Da l b y , S., «Security, Modernity, Ecology: The Dilemmas of Post-Cold War Security Discour-
se», en Alternatives, vol. 17, n.° 1,1992, pp. 116-117. Del mismo autor es una de las principales obras
en la materia: Environmental Security, University of Minnesota Press, Minneapolis (EEUU), 2002.