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Una Boda en Un Funeral

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“Una boda en un funeral”

(Un mal día 5)


De Hugo Daniel Marcos
hugoteatro@hotmail.com

Personajes:

Diego
Anabela
Mateo
Albertina
Pepito
Juan
Obdulio
Tamara
Tía

Sala de espera de una funeraria. Dos entradas a cada costado. Sobre la


derecha la que conduce al garaje y otra al barcito. Sobre la izquierda, la que
conduce a las salas velatorias y la de la oficina.
Un escritorio sobre el costado izquierdo con su respectiva silla y dos sillas
más enfrente de éste. Sobre el escritorio una computadora tipo laptop, papeles, un
frasquito o pomo de pegamento y utensilios de oficina.
Sobre el costado derecho un carrito portador de féretros, y descansando
encima, un ataúd abierto, pero dentro del cual no se alcanza a ver nada. Bordeando
todo el carrito por debajo y llegando hasta el piso, una tela de color rojo, que lo
recubre a su alrededor, y que más tarde será cambiada por otra igual de color azul,
para dar la sensación que son féretros distintos.
A su lado, banner de considerable tamaño, con las fotos de los distintos
féretros y una inscripción en la parte superior que reza

“Si ya se acerca a su fin,


si se queda sin aliento,
compre nuestros féretros,
y podrá morir contento…!”
Féretros LA ETERNA

II
Al abrirse el telón, la escena está vacía y entran por el costado Diego,
sosteniéndose el cinturón con el que tiene algunos inconvenientes, y Anabela con
balde y cepillo, mirando con mucha aprensión hacia todos lados, visiblemente
temerosa.

ANABELA: Sabrá disculpar, (Mirando detenidamente todo a su alrededor) pero


nunca me tocó trabajar en un lugar así, vió?
DIEGO: Qué tiene de especial? Es un negocio como cualquier otro! Además, como
verá, no hay muchos mobiliarios, así que es cuestión de pasar un trapito con
cuidado y en silencio… y mantener, digamos… el clima… porque aquí todo tiene
que ser sosegado… silencioso… ! (Le pone una mano sobre el hombro,
paternalmente y ella pega un respingo del susto)
ANABELA: Ahh!!!!!!
DIEGO: No se asuste! Estoy intentando tranquilizarla, justamente para que vea que
no hay nada de qué temer…
ANABELA: Es que… en este lugar… es todo tan… mortuorio, vió?
DIEGO: Justamente esa es la característica de este negocio…
ANABELA: No se ofenda… Pero yo estaba acostumbrada a trabajar en un
restorán, además de moza, también tenía que limpiar… andaba diciendo siempre
“cerrame la cuatro”, “abrime la tres”, “sale con fritas”, pero esto es…
DIEGO: Es la rueda de la vida… En un restorán se encargan de darle a la gente
una vida grata y reconfortante… Nosotros nos encargamos de lo que sigue a eso!
ANABELA: Entiendo… Más o menos como el matrimonio. De novios te traen
flores, te llevan a cenar… y de casados… (Imitando la voz de un hombre) –Correte
que no me dejás ver el partido!!!-
DIEGO: Bueno… salvando las distancias… Cómo me dijo que se llamaba?
ANABELA: Anabela…
DIEGO: Cierto, Anabela… Por otra parte… (Él vuelve a ponerle la mano sobre el
hombro como para decirle algo justo cuando ella miraba aprensivamente para el
otro lado y nuevamente pega otro respingo)
ANABELA: Ahhhh…!!!!!!!
DIEGO: (Cargándose de paciencia) Por otra parte, el sueldo que arreglamos es
muy bueno, no Anabela?
ANABELA: Esa es otra duda que tengo, vió? Con semejante sueldo, que a decir
verdad fue lo que me decidió… Cómo es que no tenía quien le limpie el negocio?
DIEGO: En realidad no buscamos mucho… Tuvimos una señora que se encargó de
ayudarnos en los momentos de mucho trabajo y también generalmente de la
limpieza… durante treinta y dos años!!! Ya era parte de la familia! Siempre de
buen humor… hacía bromas con todos…! Una maravilla!
ANABELA: Entiendo… Se jubiló.
DIEGO: No. Se murió.
ANABELA: Seré curiosa… De un susto?
DIEGO: No! Qué va!! Por accidente…
ANABELA: Acá????
DIEGO: No! En un bar… Fue terrible!! Una amiga suya estaba en un bar. Había
pasado como media hora, muy triste, mirando el vaso fijamente. En eso, llegó ella,
y como para hacerle una bromita, se paró junto a su amiga, le quitó su bebida y se
lo tomó de un solo trago.
La pobre mujer empezó a llorar desconsoladamente y Antonia le dijo:
- Uy, mujer, era una broma. Mirá, te compro otra.
- No, no es eso. –Le contestó la amiga- Hoy fue el peor día de mi vida. Primero,
me quedé dormida y llegué tarde a una junta muy importante. Mi jefe,
enojadísimo, me despidió porque perdimos el cliente. Cuando salí del edificio, me
di cuenta de que me habían robado el coche. La policía dice que no puede hacer
nada. Me fui en un taxi a casa y después de que me bajé, me di cuenta que había
dejado mi cartera en el asiento. Entro a casa y me lo encuentro a mi marido
acostado con la rubia del sexto, y ya no supe más qué hacer… Salí de casa y vine a
este bar... y justo cuando pensaba suicidarme, llegás vos y me tomás el veneno...!!!
(Ella se queda mirándolo seria, mientras él ríe solo. Se recompone) Ya lo dice la
ley de Murphy, “Si algo puede salir mal, seguro que sale mal”. Hay días en los que
no se pega una, no?
ANABELA: Usted tuvo días de esos?
DIEGO: Hace mucho! Ahora tengo el control absoluto de todo lo que ocurre!!
Bien… Ya que está todo arreglado, comience entonces con la limpieza por aquí
que es nuestro salón de ventas… después va a las salas velatorias y luego ayuda en
lo que se necesite, de acuerdo a las exigencias del momento, okay?
ANABELA: (Mira las paredes vacías de cada lado) Salón de ventas? Y qué
venden? (Diego le señala con la mirada el féretro que está en exhibición a un
costado) Ahhh, entiendo… No se preocupe por nada… Yo me adapto enseguida a
cualquier cosa…
DIEGO: Eso sí… le suplico que no toque la computadora… estoy instalando una
nueva aplicación para manejar todo desde allí, por eso la dejé abierta, correcto?
ANABELA: Para manejar, qué?
DIEGO: Todo! Las luces, el aire acondicionado, el portón del garaje, las
cerraduras, todo!!
ANABELA: Mire usted!! Desde la computadora???
DIEGO: Ahá!! Es la tecnología! Por eso le pido, tenga mucho cuidado y no la
toque, de acuerdo? Y si le quedan unos minutos, fíjese si puede pegar la goma ésta
del cajón que se está saliendo… Yo no soy bueno para esas cosas… Ahí tiene el
pegamento…
ANABELA: Quédese tranquilo…
DIEGO: Voy a ver qué pasa con la ambulancia que no sale. Dónde se habrá
metido Mateo?? Por cualquier cosa estoy en el garaje… (Sale por derecha)
(A partir de aquí comienza una pequeña escena muda de Anabela, con música de
película muda de fondo, cometiendo todo tipo de torpezas con el balde y el cepillo
por el miedo que siente del lugar mirando a todos lados siempre aprensivamente.
Toma el pequeño pote del escritorio e intenta leer su etiqueta, pero frunce los ojos
y no logra ver nada. Lo destapa y coloca un poco en el cajón. Situación que todo
lo que hay en el escritorio se le pega en la mano. Cierra el pote y se nota que le
quedó un poco del fluido del pomito y se limpia con el delantal. Se le pega el
delantal en la mano y forcejea hasta que se libera. Toma el balde con esa mano.
Intenta dejarlo en un costado. Se le queda pegada la manija del balde a la mano y
no puede despegarla. Cuando lo logra con la ayuda de la otra mano, es esa la que
se le queda pegada. Luego se ayuda con el pie y logra zafarse, pero ahora es el pie
el que se le pegó adentro del balde. Se ayuda con el cepillo, se golpea a sí misma y
golpea todo. Cierra sin querer la tapa de la computadora y las luces descienden.
Se asusta, vuelve a abrir la tapa de la computadora y las luces se vuelven a
encender. Suspira aliviada. Se quita el balde del pie e intenta irse, pero la mano se
le queda pegada a la pantalla de la laptop. Mete el pie en el balde y se le queda
pegado otra vez. Nuevamente el forcejeo con el pie pegado al balde y con la mano
pegada a la pantalla y se escucha una puerta del garaje que se cierra y se abre.
Hasta que finalmente logra soltarse y se sienta extenuada. Se escucha un ronquido
o un resoplido. Se asusta y mira a todos lados sin ver a nadie a su alrededor.
Vuelve a escucharse un suspiro. Ella se asusta más y casi arrodillada, va hasta el
cajón y revisa por debajo de la tela que no haya nadie. Desde adentro del féretro se
incorpora lentamente Mateo, bostezando hasta quedar sentado dentro del mismo.
Ella escucha desde abajo del féretro y se aterra. Muy lentamente comienza a
asomarse hacia arriba, hasta ver a Mateo que le sonríe, sosteniendo un librito en su
mano)
MATEO: Con razón nadie vuelve del más allá!! Acá se duerme bárbaro…!
ANABELA: (Gran grito de susto) Aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh…!!!!!!!!!! (Al
levantarse asustada, mete el pie dentro del balde y se va corriendo por pasillo a
salas, con el pie adentro)
MATEO: (Sin entender, mientras se baja del féretro) Y a ésta qué le pasa? Nunca
durmió una siesta?? (Llega Diego desde puerta de garaje, siempre luchando con su
cinturón)
DIEGO: (Ofuscado) Mateo!! Podés dejar de jugar con la aplicación??!!
MATEO: Y ahora qué apliqué??!
DIEGO: La aplicación para manejar todo!!
MATEO: No me diga, Don Diego??!! Tiene una aplicación para manejar todo? La
ambulancia también???
DIEGO: No. Eso todavía no… Se puede saber dónde te metiste?? Hace una hora
que tendrías que haber ido a colocar!!
MATEO: Me quedé dormido! Estaba leyendo el diccionario y el sueño me venció!
DIEGO: Y por qué no leés algo más entretenido, así no te dormís en horas de
trabajo??!!
MATEO: No!! Estoy aprendiendo palabras difíciles para conquistar a su ahijada!
DIEGO: A Albertina??
MATEO: Si!! Cuántas ahijadas tiene acá?
DIEGO: Te pedí mil veces que no digas que es mi ahijada… No suena bien.
MATEO: Pero es su ahijada!
DIEGO: Sí! Pero la gente piensa en otra cosa cuando lo decís así!! Por eso prefiero
mantener el secreto!! Decí “mi secretaria” okay??!
MATEO: I´ts okay!!
DIEGO: (Le toma el rostro, lo gira de un lado a otro observándolo detenidamente)
Seré curioso… Con qué pensás conquistarla?
MATEO: Con palabras difíciles!
DIEGO: Palabras difíciles??? De qué hablás??
MATEO: Son palabras que no se usan cotidianamente y que…
DIEGO: Si. Sé lo que son. Lo que no entiendo es para qué y qué tiene que ver con
mí… con Albertina!!
MATEO: (Casi como en secreto) No escuchó que ella siempre dice que la seducen
los que hablan bonito, con palabras raras… que la subyugan…? Bueno, me estoy
aprendiendo un montón de esas… y en cualquier momento cae enamorada!
DIEGO: (Un tanto podrido) El que va a caer en cualquier momento sos vos, de la
patada que te voy a dar si no vas a colocar de una vez!!
MATEO: Colocar, qué?
DIEGO: (Armándose de paciencia e ironizando) Ir a colocar! Qué significa “ir a
colocar” en la jerga de nuestro oficio…???
MATEO: Colocar al finado adentro del sobretodo de madera.
DIEGO: Adivinaste! Y hace una hora, qué te pedí??
MATEO: Qué vaya al hospital a colocar.
DIEGO: Adivinaste! Y qué hiciste en lugar de ir a colocar??
MATEO: Me quedé dormido!
DIEGO: Adivinaste!! Y ahora adiviná qué te voy a romper si no vas ya mismo??!!
MATEO: Adiviné!! Ya mismo…
DIEGO: (Le da las llaves) Ya que vas a sacar la ambulancia del garaje, voy a
probar un par de veces la aplicación de cerrar y abrir los portones. Vos decime
desde allá cuando se abre y cuando se cierra, Okay??
MATEO: Okay!!! Very well!! It's important!! Monday!! Don't worry! Be happy!
(Orgulloso le sonríe) Estoy estudiando inglés!! Hasta la vista baby!! (Se va hacia
garaje. Diego se sienta en el escritorio y acciona unas teclas de la computadora)
DIEGO: Bien… veamos… Tocando acá y acá, se tendría que abrir… (Fuerte,
hacia afuera) Y..???
MATEO EN OFF: Se “opendió”!! Quiero decir… Se abrió!!! Se lo traduzco por si
no sabe inglés!! (Diego acciona otros botones)
DIEGO: Bien… Ahora, con ésta y ésta…
MATEO EN OFF: “Closedió”… Ahí se cerró!! (Igual) “opendió”!!! (Igual)
“Closedió”…!!! (Entra Albertina con una taza de café en un platito hasta Diego)
ALBERTINA: Padrino…
DIEGO: (Un tanto ofuscado) Te pedí mil veces que no me llames así!! Suena feo!!
Mi nombre es Diego!!
ALBERTINA: Bueno, Diego… te está esperando un cura en la oficina… Y acá te
traje el cafecito que pediste… (Como en una ensoñación) Ay…! Cada vez que veo
uno, pienso cómo me gustaría casarme!!
DIEGO: Cuando ves un café??
ALBERTINA: Al cura, me refería!
DIEGO: Ahhh… A propósito de lo que te pedí, Albertina… llamaste a la casa de
sanitarios a ver cuándo se van a dignar a traer las tapas de inodoros que compré??
ALBERTINA: No encontré el teléfono!
DIEGO: (Protestando) Está anotado en la agenda!!! No hay caso, todo lo tengo que
hacer yo??!!! (Se va por pasillo de oficinas. Ella deja el café sobre el teclado
mientras protesta)
ALBERTINA: No entendiste!! No encontré “mí” teléfono”…!! (Sale detrás de él y
nuevamente se escucha a Mateo en off. Pausita)
MATEO EN OFF: Se abrió otra vez!!! Se apagaron las luces de garaje!!! Se
encendió la calefacción!! Se cierra…!! Se encendieron las luces…!!! Se abre de
nuevo… Se está cerrando otra vez!!!! Apáguelo porque estoy sacando la
ambulancia!!! Se está cerrando!!! Shittttt…!!!! Opéndalo!! Opéndalo!!! Me está
agarrandooooooo!!!!!!!! Si no lo para va a estrujar la ambulanciaaaa!!!!!! (Se
escucha un fuerte ruido de chapas retorcidas y luego un silencio. Pausita. Por
puerta de garaje aparece Mateo, muy sucio y con una puerta de ambulancia o una
rueda en la mano)
MATEO: Disáster!!! (Mirando a todos lados) Se lo dije, Don Diego!!! Diga que
tenemos también una camioneta, que si no, hoy no había funeral!! (Como para sí)
Sí, todo muy lindo, pero primero hay que desocuparla… (Piensa) Y dónde pongo
al baleado ese??? (Mira el féretro de exposición y se lo lleva hacia adentro. Se va
hacia garaje. Por puerta de oficinas llega Diego trayendo del hombro a Pepito)
PEPITO: Yo le puedo explicar…
DIEGO: Sinceramente se lo digo! Es una suerte que haya venido…
PEPITO: (Amaneradamente) Usted está seguro de lo que dice? Muchos opinan lo
contrario!!
DIEGO: Nuestro capellán llamó hoy a la mañana avisando que estaba con
hipertermia…
PEPITO: Un griego??
DIEGO: Hipertermia! Temperatura! Y hoy no nos podía ayudar… Pero ustedes
siempre tienen un reemplazante por lo visto, no?.
PEPITO: Yo???
DIEGO: No sea modesto, hombre… Perdón, Padre!!
PEPITO: Si lo dice por mi vestuario, me parece que hay una confusión… Yo no
soy…
DIEGO: (Sin escucharlo, mientras saca unos billetes. Pícaramente, poniéndoselos
en la mano) Y las propinas para la parroquia por los servicios van a ser generosas,
se lo aseguro… (Pepito mira los billetes) Qué decía?
PEPITO: Que yo no… (Se guarda los billetes) tuve tiempo de cambiarme la
sotana!!
DIEGO: No se preocupe por eso…! Lo importante son sus servicios!
PEPITO: Ah, eso sí!!! Ni se imagina el servicio que hago!! Completito!!! Ni una
gota al piso!!!
DIEGO: (Sin entender ni darle importancia) Me imagino…
PEPITO: A quién hay que confesar?
DIEGO: No! Cómo confesar??! Ninguna confesión!
PEPITO: No sabe el peso que me quita de encima! Si tengo que confesar, vamos
todos presos!!
DIEGO: Me imagino… Habrá escuchado cada cosa, no??
PEPITO: Y las que ví!!! Una vez hubo uno que agarró una botella de vino, de esas
de pico largo…
DIEGO: No, No me cuente… Prefiero no escuchar.
PEPITO: Y eso que no le mencioné al del matafuego!!
DIEGO: Yo me refería a dar el responso… Porque usted da el responso como parte
de su servicio, no??
PEPITO: (Sin saber de qué habla) Responso?? Bueno, si… Después de un buen
servicio, hay como un responso natural, digamos…
DIEGO: Pero usted sabe, no?
PEPITO: (Suficiente) Ufff…!! Si habré “responsado” gente!!
DIEGO: Me imagino… Debe tener cientos de anécdotas!
PEPITO: Montones! Una vez estaba haciendo un servicio en el cementerio y
tuvieron que sacar a un borracho que gritaba como loco mientras cremaban a la
suegra!!
DEGO: Tanto sufría??
PEPITO: No! Gritaba “Un aplauso pa´l asador”!! (Ríe solo. Se recompone)
Benedictum curdus…!
DIEGO: (Sin entender) Entiendo… Bueno, después vamos a la sala velatoria
cuatro!
PEPITO: Cómo en la sala velatoria??
DIEGO: Y… sí, ahí está el primer muerto!
PEPITO: Se lo tengo que hacer… a un muer…???!!
DIEGO: Por supuesto, hombre! No pensará darle el servicio a los vivos!!
PEPITO: Bueno… Yo siempre le hice el servicio a los vivos, y ahí los dejaba
muertos!!
DIEGO: No entiendo de qué habla, pero no tengo tiempo. Tengo muchas cosas
que resolver… (Señalando hacia pasillo del bar) Si quiere, puede tomar algo en el
barcito mientras la gente se despide del difunto y luego vamos allá, Okay??
PEPITO: La verdad que me va a venir bien algo fuertecito…
DIEGO: (Mientras van saliendo) Seré curioso… Usted también, como nuestro
capellán, pertenece a la congregación de las Carmelitas descalzas?
PEPITO: Si, pero yo soy de la rama latina…
DIEGO: No la conozco. Cuál es la rama latina?
PEPITO: “Uñis Encarnatis”!! (Por puerta de garaje entra Mateo con el féretro, pero
con alguien adentro, que no alcanza a ser visto por el público por la altura del
carrito, o bien puede ser un maniquí preparado. Del féretro vacío se diferencia por
el peso)
MATEO: Disculpe jefe, pero lo dejo por ahora acá, mientras voy a colocar.
(Intenta irse por calle)
DIEGO: (Se acerca al cajón y mira adentro) Mateo…
MATEO: Sí…?
DIEGO: (Señalando el cajón y conteniéndose la bronca) Qué significa esto?
MATEO: Que voy a colocar… a poner en el sobretodo de madera a…
DIEGO: No me refiero a eso!! (Señalando adentro del cajón) Me refiero a ésto!!
MATEO: Un muerto. (Mira) Qué tiene?
DIEGO: Está al revés!!
MATEO: Ahh… (Gira el cajón en círculo media vuelta como las agujas de un
reloj) Listo!!
DIEGO: No me refiero a eso!! Se puede saber por qué está de espaldas!!
MATEO: (Como hablándole en secreto) Ahhh…! Éste es el mafioso que balearon!
Ese ajuste de cuentas que salió en las noticias, se acuerda? Veintisiete balazos en la
cara!! Sin contar los que entraron por el mismo agujero! Lo di vuelta así para que
no se vea tan fiero, por más que ahora tenga cara de culo!
DIEGO: (Lo agarra de las solapas y lo lleva hacia garaje, mientras le dice a Pepito
como excusándose) Disculpe, padre… Un pequeño asesinato y enseguidita estoy
con usted… (Lo lleva a la rastra hacia garaje. Pepito muy aprensivamente se
acerca hasta el cajón y mira adentro con asco. Se acerca y mira más cerca. Por
detrás llega Anabela)
ANABELA: Me olvidé la escoba… (Lo mira) Hace un rato resucitó. Tenga
cuidado a ver si ahora bosteza!! (Sale por el otro costado, cuando de salas llega
Juan)
JUAN: Por fin te encuentro!! Dónde te habías metido?? Te busqué por todas las
salas!! Cada vez que entraba a una, todos me abrazaban llorando!!
PEPITO: Y vos qué hiciste?
JUAN: Qué iba a hacer? Los tenía que consolar!!
PEPITO: (Rompe en llanto y se le sube a upa) Ayyyy Juan!!!!!!! Consolame a mí
también!!!
JUAN: (Armándose de paciencia) Puedo saber tres cosas? Primero, qué pasa,
segundo porqué seguís disfrazado de cura y por sobre todo, para qué me pediste
que viniera acá???
PEPITO: (Llorando muy fuerte) Juaaaaaannnn…!!!! Es terrible!!!!
JUAN: Pero con vos uno se acostumbra! (Sin conmoverse) Que pasó ahora?
PEPITO: (Bajándose, pero abrazado a él. Habla entrecortado por el llanto) Se
murió… la… tía… de mi tía!!!!!
JUAN: (Un poco conmovido) Entiendo… Perdoname, no sabía…
PEPITO: Fue un golpe terrible!!!
JUAN: Lo sentiste mucho?
PEPITO: (Normal, sin tristeza) No! El que recibió ella! Se cayó de la escalera!
JUAN: Lo lamento… La veías seguido?
PEPITO: Bueno… no mucho… La última vez que la ví… yo tenía siete años!!
JUAN: (Zafándose bruscamente y un tanto harto) Y si ni la veías para qué te haces
el dolido??!
PEPITO: Es que… me va a dejar una herencia!!
JUAN: Cómo “te va a dejar”? Si no la dejó antes de morirse, chau!
PEPITO: No! La que murió es la tía de mi tía! Justamente por la muerte de ella, a
mi tía le agarró como un remordimiento y por eso me deja una herencia! Y es
mucha plata!!
JUAN: (Lo vuelve a abrazar como consolándolo) Me imagino tu dolor!!! Pero para
eso están los amigos…!!
PEPITO: Exacto!! (Poniéndose de espaldas a él, se levanta la sotana) Para que te
apoyen en todo momento!! (Entra Anabela con la escoba y los mira. Ellos se
quedan tiesos sin saber qué decir)
ANABELA: Usted se encarga del responso o de levantar los muertos? (Sale por el
costado)
JUAN: (Un tanto enojado lo separa bruscamente) Ves lo que pasa?? Siempre lo
mismo! Me metés en un lío tras otro! No puedo estar cinco minutos con vos sin
que haya un problema…!
PEPITO: Es que en momentos de dolor, necesito un apoyo!!
JUAN: Y encima seguís disfrazado de cura. Alguien nos va a denunciar y vamos
todos presos!!
PEPITO: Desde aquel baile de disfraces me encariñé con la sotana! La gente te ve
así y te empieza a confesar historias!! No sabés de las cosas que me entero!!
JUAN: (Señalando hacia el costado, lo lleva casi a la rastra) Vamos al barcito a
tomar un café, con una mesita de por medio, donde haya gente, así te recatás un
poco y me explicás de una vez qué tengo que ver yo con la tía de tu tía!!! Okay?
(Salen. Suena música de suspenso. Por la puerta de entrada entra muy sigiloso
Obdulio, mirando sospechosamente a un lado y otro. Se acerca al féretro y mira
dentro. Saca un celular y llama)
OBDULIO: Hola, Jefe? Sí, ya llegué. No me diga Obdulio!! Le dije que mi apodo
es “José”!! No querrá que me reconozcan, no? Para qué me puse un seudómino…
un seumodino… un sedounono… un apodo, sino?! Acaso a usted no se puso como
seudómomo, sedou… sudomno… como apodo “El padrino” para que nadie lo
reconozca?? Obvio que nadie conoce su cara! Solamente conocemos su voz
telefónica… Quiere mantener el anomima… el amonima… el anonina… el amino,
ameno… que nadie conozca su identidad!! Y bueno, yo también tengo uno! No, un
padrino no! Un seudómoni… seud… un apodo!!! Cómo porqué “José”? Le parece
bonito el nombre que me puso mi mamá?? Obdulio!! Si!! Claro que me vengué!!
Hace un año logré que me haga un poder para cobrarle la jubilación! Cómo qué
tiene? Desde entonces yo se la cobro, pero hace un año que no la veo, así que no sé
de qué debe estar viviendo… si es que todavía vive. Já, já!!! (Mira el cajón) Sí,
está acá! Lo tengo justo enfrente mío! No. En la morgue me dijeron que después de
la autopsia lo habían traído para acá! No entiendo para qué le hicieron una
autopsia! Después que le metí veintisiete balazos en la cara todavía les quedaban
dudas de qué murió?? Salvo que ellos también estuvieran buscando los diamantes!
Y… a lo mejor se los tragó! No, por acá no los veo. Le revisé la ropa en la
morgue, pero tampoco estaban ahí. (Mira el féretro) Está boca abajo, desnudo, con
una de esas batitas de hospital que se abren por detrás. Me voy a quedar
averiguando si alguien vio algún papelito con claves de números de alguna caja de
seguridad o algo por el estilo… En algún lado tuvo que esconder los diamantes!!
No, quédese tranquilo. Ya no bebo más! Hace tres días… Es que estoy tomando
un calmante muy fuerte por la herida esa, se acuerda? Y el médico me dijo que ni
me acerque al alcohol porque puede tener consecuencias dopantes! Sí, déjelo en
mis manos, padrino!! Confíe en mí, padrino! Yo le voy a recuperar los diamantes,
padrino, cueste lo que cueste!! (Corta y comienza a revisar por dentro del féretro.
Mira también a su alrededor y se agacha a revisar debajo del cajón, metiéndose
dentro de la tela que recubre el carrito, desapareciendo. Por puerta de salas llega
Anabela otra vez con un trapo de piso pegado a la mano e intenta despegárselo,
haciendo todo tipo de piruetas. Llega hasta el féretro y cuando está a su lado,
desde adentro de la tela, asoma su cabeza Obdulio y ella al verlo se asusta, grita y
sale corriendo)
ANABELA: Ahhhh!!!!!!!!!!!!!!! (Sale hacia salas. De oficinas llega Albertina, una
vez que Obdulio salió de debajo del féretro)
OBDULIO: Disculpe…
ALBERTINA: Si?
OBDULIO: Le puedo hacer una preguntita?
ALBERTINA: Sí. Estoy buscando a alguien, pero no hay problema…
OBDULIO: No le molesta, verdad?
ALBERTINA: Bueno, ya que pregunta se lo voy a confesar… a decir verdad, sí.
A veces es un poco molesto y hasta hay días que me dan ganas de matarlo, pero
buéh, tengo que soportarlo…
OBDULIO: De qué habla?
ALBERTINA: Del padrino! No me preguntaba por él?
OBDULIO: (Un tanto asustado) Cómo?? Lo conocés???
ALBERTINA: Cómo no lo voy a conocer?? Trabajo para él!!!
OBDULIO: No me digas??!!
ALBERTINA: (Señalando al féretro) Y quién se cree que me mandó a colocarlo a
éste, porque todos se habían ido??! Lo tuve que hacer yo!! Con mis propias
manos!!
OBDULIO: Y le viste algo??
ALBERTINA: Le vi todo!!! No le digo que yo lo coloqué??!! Quedó “Pi-pí-cu-
cú”!! (Mira adentro del féretro) Buéh… más cu-cú que pi-pí… Quién lo dio
vuelta?? (Un tanto ofendida) Ah, no!! Ésto no va a quedar así!! Para qué trabajo
yo, eh?? (Mientras se va protestando) Lo había dejado tan lindo y lo dieron
vuelta…!! (Ella sale por el costado y Obdulio se va sigilosamente tratando de
seguirla. Se cruzan con Tamara, vestida muy provocativamente y bebiendo de una
botellita plástica de agua mineral, que a su vez trae del brazo a la Tía)
TAMARA: No era ella!!
TIA: Pero estaban todos llorando…!
TAMARA: Porque era otro velatorio! No el de tu tía, tía!! Acá hay varias!!
TIA: Tías??
TAMARA: No! Salas!
TIA: Ahh… Con razón no conocía a nadie!!
TAMARA: A tu tía, todavía no la trajeron…
TIA: (Pausita. Piensa) Para qué?
TAMARA: Cómo para qué?! Para velarla!
TIA: Se murió?
TAMARA: Si!!
TIA: Quién???
TAMARA: Tu tía, tía!
TIA: No me digas?? Se murió la Pocha???
TAMARA: Tía, hoy me llamaste para decirme que se murió tu tía!! Te acordás? Y
cómo yo quería hablar con vos por el tema de la herencia, me pediste que venga
para acá, Te acordás??
TIA: Ah, sí!! Hice la herencia!!
TAMARA: Si, ya sé!! Y conmigo no fuiste muy justa que digamos…! Por eso
quería hablar con vos!
TIA: Yo siempre quise lo mejor para vos!
TAMARA: Y por qué no me dejaste toda la herencia a mí??
TIA: Porque vos, con plata, no te casás más! Y yo quiero que seas feliz, que
formes un hogar, que tengas un hijo…
TAMARA: Por lo visto tenemos conceptos distintos de la felicidad!
TIA: La plata no es todo!
TAMARA: Claro! Vos lo decís porque siempre tuviste. De chica recibiste esa
herencia!!
TIA: Me la dejó mi padre… Estancias… aviones… autos de alta gama… más de
treinta departamentos… Casas quintas…
TAMARA: Un empresario exitoso!
TIA: No. Político corrupto!
TAMARA: Y qué te costaba dejarme esa herencia a mí en lugar de ese Josecito
que nadie conoce…?!
TIA: Es otro sobrino lejano! La última vez que lo ví, tenía treinta años…
TAMARA: Ya debe estar viejo!
TIA: Yo tenía treinta años!! Él era un mocosito de siete. Dulce, delicadito… una
preciosura el Pepi! Por eso, me dije que dejándole casi toda la herencia, iba a
lograr que te cases con él! Siempre pensé que ustedes hacían una parejita hermosa!
TAMARA: (Haciéndose la ofendida) Pensás que sería capaz de casarme por
dinero??!
TIA: Si!
TAMARA: Y si no quiere casarse conmigo?
TIA: Él también tiene sus condiciones para recibir la herencia!
TAMARA: Y él ya lo sabe, o para contarle lo trajiste acá??
TIA: Adónde?
TAMARA: Acá! Al velorio!
TIA: (Pausita) Velorio??? Quién se murió??
TAMARA: Tu tía!!!
TIA: Murió la Pocha??? (Saliendo compungida hacia salas) Cómo no me dijeron
nada??! Dónde la están velando???
TAMARA: Por Dios!! Cuánta paciencia!! (Sale. Tamara se resigna y va detrás de
ella. Por pasillo de barcito llega Juan, con el pantalón manchado en la parte de la
bragueta, seguido por Pepito)
PEPITO: No seas así, Juan!!!
JUAN: Me voy, Pepi!!! Si me trajiste para hacer el ridículo en cada lugar que
estamos, me voy!!!
PEPITO: Pero es que no me diste tiempo a explicar nada!
JUAN: Qué tiempo ni que ocho cuartos!!! Te dije, no sacudas tanto el vaso
mientras hablás que se va a derramar, y no termino de decirlo que se te cae la leche
en mi pantalón…! Y como si esto fuera poco, querés lamerlo delante de todos??!!!
PEPITO: Es que es tan rica que no me gusta desperdiciar ni una gotita!!!
JUAN: No tenés remedio!! (Señalándose el pantalón. Del costado entra Anabela y
se los queda mirando aunque ellos no se percatan) Mirá cómo me dejaste!! Toda la
leche en el pantalón!!
PEPITO: (Se arrodilla delante suyo y lo agarra con sus brazos por la cadera) Te
ahogás en un vaso de agua!! Dejame que enseguida te lo limpio…!!
JUAN: (Sin poder zafarse) Salí de ahí que puede entrar alg…!!! (Al verla a
Anabela, Juan no sabe qué decir) Esteee… No! Yo puedo explicar esto… No es lo
que parece…! Es la leche que… Quiero decir… Se derramó toda la… Él me la
quiere… No! Quiero decir…
ANABELA: (Siguiendo su camino) Admiro su fe, padre! Dicen que con mucha fe,
todo se puede alcanzar!! (Sale)
JUAN: (Desprendiéndose bruscamente) Ves lo que lográs?? Qué va a pensar ahora
esa mujer??
PEPITO: Lo que piense de mí va a ser acertado!!
JUAN: Yo me voy a limpiar este enchastre al baño y cuando vuelva quiero
escuchar la explicación del porqué me trajiste hasta acá…!! Y espero que sea
convincente, porque si no, me voy!! (Sale por pasillo de salas, cuando por pasillo
de oficinas entra Diego)
DIEGO: Y, padre??
PEPITO: Y, qué?
DIEGO: El responso!!
PEPITO: Qué responso??
DIEGO: El responso que tiene que dar!!
PEPITO: Ah, sí… el responso… Claro… (Hace como si se concentrase y gesticula
como persignándose y estuviera rezando) “In nómini patri, madri, tíis, abuelis,
anqui las partis íntimis de la loris… y que el señor nos acoja cuantas veces
pueda”!!!
DIEGO: Qué hace, padre?! A mí, no! (Señalando hacia el costado) Al difunto!!
PEPITO: (Señalando hacia salas) Allá??
DIEGO: Si! Vaya por favor que lo están esperando!! (Diego va llevando a Pepito
hacia salida, cuando Pepito ha salido, entra Mateo un tanto asustado por costado)
MATEO: Disáster!!
DIEGO: (Volviendo sobre sus pasos) Y ahora qué pasó?? No me vengas con malas
noticias!!
MATEO: En realidad, tengo una buena y una mala noticia!
DIEGO: Qué pasó???
MATEO: Yo venía con la camioneta de colocar en el hospital y el polaco venía en
la limusina con los familiares. Aceleré porque me estaba por cortar el semáforo y
el polaco pensó que le estaba corriendo una picada como las que corremos a veces,
así que aceleró más y me pasó de largo. (Se escuchan carcajadas desde adentro)
Yo, para no perderlo porque no conozco ese camino, aceleré también y terminamos
corriendo una carrera impresionante por la ciudad!!!
DIEGO: (Pausita. Lo mira temerosamente) La buena noticia cuál es?
MATEO: (Orgulloso) Gané yo!!
DIEGO: Y la mala?
MATEO: En una curva, se abrió la puerta de la camioneta y perdimos el cajón por
el camino! (Se vuelven a escuchar más carcajadas y algunos aplausos)
DIEGO: Y el polaco?
MATEO: Está haciendo el recorrido inverso, buscando a ver dónde se cayó…
DIEGO: (Más carcajadas y aplausos) Más les vale que lo encuentren y lo traigan
rápido, sino el féretro lo van a tener que usar ustedes!! Yo voy a ver qué son esas
carcajadas en la sala 2! Esto es un funeral o qué??!!
MATEO: (Como haciendo un chiste) A lo mejor se están muriendo de risa…!
(Diego se contiene para no matarlo. Mateo le dice tímidamente como para
calmarlo) It's important!! Monday!! Hasta la vista baby!! (Y Diego sale enojado
por salas velatorias. De escritorio entra Albertina con una Tablet y escuchando
auriculares conectados a la misma, con mucha expresión de éxtasis, disfrutando
terriblemente. Mateo al verla le habla pero ella lo hace callar para que no la
interrumpa) Hola…
ALBERTINA: (Gozando de lo que escucha como en ensoñación) Shh….!!!
Dejame escuchar…!! Esto es lo único que me quita el mal humor!! Qué
maravilla…!! Ahh…!! Es un verdadero éxtasis…!!!
MATEO: (Tímidamente) Beethoven…? (Ella niega con la cabeza) Chopin…?
(Igual) Reggaeton…? (Vuelve a negar)
ALBERTINA: El ministro de economía!! Usa tantas palabras raras que nadie
entiende nada, pero suenan tan lindo que me vuelven loca!!!No sé, tengo una
debilidad por los hombres que hablan con palabras raras…! (Al escuchar esto,
Mateo saca unas hojas de su bolsillo, las lee y las vuelve a guardar) Lo único que
entendí es que los trabajadores tenemos la culpa de todos los problemas del país!!
Pero si este papirri me habla así, qué me importa!! Yo tengo la culpa de todo, si!!!!
Yo maté a Kennedy!!! Hundí el Titanic, sí!!! (Se calma. Deja los auriculares y los
guarda) Uff…!!! Bueno… Me ayudás con el fixture de las salas? A quién
ponemos en cada una?
MATEO: Lo lamento. Ahora no puedo porque tengo que ir a supeditar el
reservorio.
ALBERTINA: (Entre sorprendida y sin entender) Qué tenés que hacer?
MATEO: (Agrandado) Supeditar el reservorio. No tuve tiempo de gratinar la
birlocha, por eso cuando amerita supeditar el reservorio, lo mejor primero es
escarpar la caterva justamente para poder gratinar la birlocha como se debe. A vos
nunca te gratinaron la birlocha?
ALBERTINA: (Comienza a mirarlo extasiada) Creo que no, no sé… Pero todavía
estoy a tiempo, no? Hay que casarse para eso?
MATEO: No, no es condición sine qua non!! Cualquier cosa, si después querés
atusar la genuflexión, me avisás… Yo te puedo bejuquear el betulacio.
ALBERTINA: Ay, sí! Me encantaría!! Y yo qué puedo hacer?
MATEO: Con que te animes a impeler el meato es suficiente…
ALBERTINA: (Totalmente entregada) Sí!!! Decime adónde…!!! (Entra Diego
muy nervioso)
DIEGO: Lo único que me faltaba: Un cura contador de cuentos en los velorios!!
(Advierte el féretro) Mateo!!! Este es el féretro de exposición!! Qué hace el
baleado todavía acá?? Te pedí que lo saques!!
MATEO: Okay!! (A Albertina, mientras sale con el carrito y el féretro) Después
supeditamos el reservorio y gratinamos la birlocha…
DIEGO: (Sin entender mientras Mateo sale) Qué es lo que van a hacer?
ALBERTINA: Él me va a supeditar el reservorio y yo le voy a impeler el meato!
DIEGO: (Sin entender) Ahh… Pero traten de no hacerlo acá, eh?? Hay gente!!
ALBERTINA: Padrino, decime…
DIEGO: No me digas padrino!!!
ALBERTINA: Ufa!! Bueno, Diego… entre nosotros… Antes de morir…La
madrina nunca te gratinó la birlocha??
DIEGO: Eh? No sé… Me parece que una vez, de jóvenes…
ALBERTINA: Bueno, después te cuento qué tal es… (Ella se va y entra Pepito y él
lo ve)
DIEGO: Qué me hace, padre??! Contándole chistes a la gente??!
PEPITO: Es que… No sé… quise alegrarlos un poco! Estaban todos tan triste que
parecía un velorio!
DIEGO: “Es” un velorio!!!
PEPITO: Pero es que… estaban todos llorando…! Tenía que darles alguna
alegría…! Es muy importante darle alegría a la gente!! A usted hace mucho que no
le dan una alegría??
DIEGO: (Tratando de explicar) Padre… Padrecito mío… “Tienen” que llorar! Ése
es el leitmotiv de éste negocio! Cuánto más lloran, más exitoso es el velorio y más
gente viene, entiende?? Cuando tienen que contratar un servicio fúnebre, dicen
“Vamos a La Eterna”, que ahí se llora mucho”, se da cuenta cómo funciona??? Si
no lloran, es un fracaso. De alguna forma hay que lograr que lloren, contratando
plañideras si es necesario!!
PEPITO: Y para qué quieren bañaderas?
DIEGO: Bañaderas, no! Plañideras!!
PEPITO: Y eso qué es?
DIEGO: Son esas mujeres a las que se les paga para que vengan a llorar… Como
la claque en el teatro, pero en vez de reírse o aplaudir, para que lloren!
PEPITO: Mirá vos!! Y hay de esas en los velorios?
DIEGO: Un montón…Y son muy efectivas!! A usted nunca lo hicieron llorar??
PEPITO: (Lo mira con suficiencia) Muy pocas veces! Para hacerme llorar a mí, se
necesita de “mucho”!
DIEGO: Bueno, pero lo habrán conmovido!
PEPITO: (Con cierta desestimación) Casi nunca!! Salvo alguna vez que he visto
algo descomunal…! Pero más que conmovido, le diría que se me ha estremecido
hasta la espina dorsal!!
DIEGO: Okay… Yo voy a disculparme con los deudos y usted quédese por acá por
favor. En cuanto lo necesite para el próximo servicio, lo llamo…
PEPITO: Todos me dicen lo mismo!!
DIEGO: Pero eso sí, sin chistes! (Se va por salas y se cruza con Tamara)
TAMARA: Buenas tardes, padre…
PEPITO: (Mira su vestuario y actitud) Reverenda hija…!
TAMARA: Una preguntita… No sabe en qué sala van a velar a la tía de mi tía?
PEPITO: (Sospechando) Y… quién es la tía de tu tía??
TAMARA: No sé bien su nombre, por eso…
PEPITO: No sabés el nombre?
TAMARA: Le explico… Yo casi no la conocí. Es una tía lejana de mi tía. Y a
raíz de su muerte, mi tía me mencionó en su testamento. Un testamento medio
raro, a decir verdad… Para cobrar la fortuna, nos tenemos que casar con un primo
lejano que tampoco conozco!! Locuras de vieja!!
PEPITO: Tía lejana… primo lejano… Por qué no te mudás más cerca?
TAMARA: Me refiero a parentescos lejanos.
PEPITO: (Deduciendo) Y, seré curioso… cómo se llama ese… primo lejano?
TAMARA: (Leyendo un papel) José María Serendipia… Lo conoce?
PEPITO: (Un tanto alarmado) José María Serendipia??!! No, no lo conozco, pero
si es Serendipia, es toda una sorpresa!! Y seguramente le deben decir “Pepito”
cariñosamente…!
TAMARA: Exacto!! Qué rápido es usted, padre?!!
PEPITO: Todos me dicen lo mismo!!
TAMARA: Me dijeron que muchos lo conocen por Pepito. Y para cobrar la
herencia nos tenemos que casar…! Por eso vine al velorio, para conocerlo. (Bebe
un sorbo de la botellita y luego carraspea) Ahhggg..!!!
PEPITO: Bueno, también puede ocurrir que no se gusten, y…
TAMARA: (Muy sensualmente) No creo…! Nadie se me resiste…! Cuando yo lo
disponga, va a caer muerto a mis pies!!
PEPITO: (Mientras se persigna) Ya lo dijo la gran mártir de las Carmelitas
Atorrantis, Sor Raimunda…”Difícil que el chancho vuele”!!!
TAMARA: Yo sé lo que le digo, padre! Soy una profesional en esto de la
seducción! (Hace poses muy sexys, con movimientos como perreando frente a él
que no se inmuta, cuando por detrás pasa Anabela, los mira y se va resignada)
PEPITO: Y supongo que tu profesión es…
TAMARA: Digamos… Servidora social!! (Le da una tarjetita) Sírvase… Por si
alguna vez necesita de mis “servicios”…
PEPITO: No, gracias… Yo ya tengo mis hábitos…!
TAMARA: Bueno, pero debe haber algún momentito en donde deja los hábitos a
un costado, no?
PEPITO: Te aseguro que cuando dejo mis hábitos a un lado, siempre hay alguien
que también deja los suyos!!
TAMARA: Como guste… Simplemente quise ayudar…
PEPITO: Si… somos muchos con ese verso! Pero hay algo que no entendí…
TAMARA: (Explicando) El servicio que yo presto… -en realidad no lo presto, lo
cobro muy bien!- es…
PEPITO: Eso sí lo entendí! Me refería a la herencia… Qué es lo que te toca a vos?
TAMARA: A mí me toca una partecita de la herencia… Y a él casi todo!! Se da
cuenta que injusta es la vida? A unos tanto y a otros tan poco!
PEPITO: Uff!!! Si habré visto de esos casos!!
TAMARA: Pero a los dos nos puso la misma condición: que estemos casados uno
con el otro, y que engendremos un hijo, sino, no hay herencia. Así que no me
queda más remedio que casarme con mi primito del alma… (Bebe un sorbo de la
botellita y luego carraspea) Ahhggg…!!!
PEPITO: Te cae mal el agua?
TAMARA: No es agua. Es vodka. No podía venir a un velorio con una botella de
vodka, por eso la puse en esta de agua mineral, para disimular… Y tengo que
tomar algo fuerte para soportar lugares así… (Vuelve a beber un trago y a
carraspear) Ahhgg…!!! (Deja la botellita sobre el escritorio)
PEPITO: Y si él no quiere casarse o no “compatibilizan”?
TAMARA: No creo que sea tan tonto de desperdiciar toda esa plata!!
PEPITO: (Como para sí) Eso mismo pensé yo!
TAMARA: Pero tengo que casarme y tener un hijo!! Esa herencia no me la
pierdo!!
PEPITO: (En voz alta) Todo eso por un terrenito? (Se da cuenta que metió la pata)
Quiero decir, me imagino que debe ser un terrenito!
TAMARA: Exacto! Aunque no es solamente el terrenito… Es que si no me caso
con él, por lo menos frente a mi tía, no recibo herencia…
PEPITO: Entiendo… porque entonces todo eso va a pasar a ser para los dos!
TAMARA: Sí, pero… Le voy a confesar algo y espero que lo tome como secreto
de confesión… (Se le acerca, casi en secreto) Cuando estemos casados, si a él le
llega a “pasar algo” yo me quedo con todo, no? Cualquiera puede tener un
accidente en la vida! Andando en bicicleta, por ejemplo… Nadie conoce los
designios del Señor!!
PEPITO: (Con cierto asco mientras se persigna) Benedictum Yeguus!!
TAMARA: Pero no se vaya a pensar que soy mala mujer!! No! Un poco vidente
nomás! Por otra parte le garantizo que soy un amor!! Un manojo de virtudes!
Incluso ayudo muchos a los animales…
PEPITO: Me imagino…
TAMARA: Hasta colaboro con un refugio donde atienden a los perritos
abandonados.
PEPITO: Que tierno… Yo también quiero a los animales.
TAMARA: De verdad?
PEPITO: Si! Me gusta mucho la nutria, el pájaro, amo la tararira…
TAMARA: En serio??
PEPITO: Si!! Sin ir más lejos, de chiquito, a pesar de ser muy pobres, teníamos en
casa un chanchito con una pata de palo…!
TAMARA: No me diga? Tanto lo cuidaban?
PEPITO: No. Lo íbamos comiendo de a poco! (Ríe solo)
TAMARA: Bueno, me voy por ahí… si llega a ver a alguien que le digan Pepito,
me avisa? Mientras voy a buscar la sala de la querida tía de mi tía!! (Se echa
aliento en la palma de la mano y huele) Tengo mucho olor a vodka?? (Le echa
aliento en la cara)
PEPITO: No, no mucho. Pero se huele que recién terminaste de trabajar!!
Hay aromas que no se me escapan!!
TAMARA: Me imagino!! (Pícaramente) Ustedes los curas son unos…!!
(Dejándole la botellita en la mano) Cuídemela. Enseguida vuelvo… (Cuando ella
sale por salas, de barcito entra Juan)
JUAN: Bueno, Pepi… Ya me limpié como pude… Soy todo oídos… Podés
explicarme para qué me trajiste acá??
PEPITO: Ay, Juan… Cómo te explico…? Siempre sé por dónde acabar pero nunca
por dónde empezar!
JUAN: Empezá diciéndome qué tengo que ver yo, con una tía tuya que ni
conocías!
PEPITO: Me dejó una herencia y me tenés que ayudar a cobrarla…
JUAN: Para eso necesitás un abogado, no a mí!
PEPITO: Es que en la herencia hay una condición y que yo no puedo cumplir. Ahí
es donde me tenés que ayudar!
JUAN: Qué hay que hacer?
PEPITO: Bueno… estee… tenés que… bueno… es un poco difícil de explicar…
JUAN: Te escucho…
PEPITO: Es que… en fin… lo que hay que hacer… es como…
JUAN: Pepi, apurando el trámite por favor…!
PEPITO: Te acordás cuando de chicos, íbamos al arroyo de los yuyales, a cazar
cuices y sapos?
JUAN: Si… Y después los pelábamos y los comíamos creyendo que eran ranas!!
Qué épocas!
PEPITO: (Con cierto asco) Y qué amargos que eran…!
JUAN: Buéh, y qué tiene eso que ver con nuestro tema?
PEPITO: Algo parecido… Tenés que volverlo a hacer!
JUAN: Comer sapos otra vez?
PEPITO: No! Irte a casar!!
JUAN: Cazar? Bueno, no está mal la idea…Qué tipo de animal?
PEPITO: Muy parecido a una yegua!
JUAN: Qué??
PEPITO: (Un tanto temeroso) Eso sí, me tenés que prometer que nunca más vas a
andar en bicicleta!!
JUAN: (Cuando entra Diego por el costado) No entiendo de qué estás hablando…!
DIEGO: Padre!!! Lo están esperando para dar otro responso… Viene?
JUAN: (Mirando a Pepito extrañado) Responso..???
DIEGO: (A Juan, como exculpándose) La capilla del cementerio está en
refacciones, y nosotros, por un importe mínimo le damos el servicio desde aquí…
En unos minutos vuelve. Puede esperarlo en el barcito, si gusta…Vamos padre?
PEPITO: Vamos… (Mientras van saliendo, Diego le quita la botellita a Pepi y la
deja sobre el escritorio. Pepi se aleja bendiciendo) Benedictum mortus y que los
sacramentos… vengan con dulce de leche!! (Salen)
JUAN: (Mientras sale hacia barcito) Estas cosas me pasan por tener amigos como
éste… (Saliendo hacia el barcito, se cruza con Mateo que por puerta de garaje entra
con el féretro vacío y lo vuelve a colocar donde estaba al principio. Aparece
Albertina pasa a su lado)
ALBERTINA: Mateíto… Si el padrino pregunta por mí, decile que me fui a dar
una ducha.
MATEO: Ahora te vas a duchar???
ALBERTINA: Si! En el departamentito de arriba. Total nadie lo usa! Estoy toda
enchastrada! Quise regar la hortencia que está alta, encima del fichero, se rebalsó
el barro y me cayó en la cabeza!!
MATEO: Bueno. Yo termino de defoliar la voluta y después podemos reverberar
el opúsculo…! (Ella suspira excitada y sale corriendo. Mateo se va orgulloso por
puerta de garaje.) Está entregada!!! (Sale. Del otro costado entra sigilosamente
Obdulio. Va hasta el cajón y se enoja al verlo vacío)
OBDULIO: Ya se lo llevaron!! Qué mala suerte…! Y ahora qué hago?? (Suena
una alarma del teléfono. Él atiende) Hola??? Quién es?? Sin bromas conmigo!!
Conteste!!!! Si no contesta ya mismo, juro que…!!! (Sigue sonando la alarma.
Mira la pantalla del celular) Ah, no… es la alarma…! Hora del calmante…! No sé
para qué me los tomo, si no me calman nada… El dolor no se me pasa y la
infección mucho menos!!! (Mira la pastilla y saca otra más de su bolsillo) Má sí…
Me tomo tres, a ver si ayuda…!!! (Saca pastillas del bolsillo y se la pone en la
boca. Mira a todos lados y ve la botellita sobre el escritorio. La destapa y se la
bebe casi completa. Carraspea un poco) Ughhh!!! Estos calmantes vienen cada
vez más fuertes!!! (Mirando a su alrededor) Tengo que descubrir adónde se lo
llevaron… (De interiores entran Tamara y la Tía)
TAMARA: Vos esperame acá que yo voy al baño y enseguidita vuelvo. Y no te
metas en cualquier sala y te ponés a llorar sin saber a quién está velando ahí!!
TIA: Qué se yo? Por las dudas…! (Tamara sale y la Tía se queda mirando a
Obdulio que se incomoda)
OBDULIO: Necesita algo?
TIA: (Le observa la cara detenidamente) No nos conocemos?
OBDULIO: (Receloso, tratando de esquivarla) No creo. Vengo muy poco por acá!
TIA: (Acercándosele más) Sin embargo le veo cara conocida…
OBDULIO: Eso puede ser porque tengo una cara muy común…
TIA: (Mirándolo cada vez más fijamente) Sin embargo… yo diría que…
(Descubriendo, contenta) Si!!! Es el hijo de la Francisca!!
OBDULIO: (Muy incómodo, tratando de esconder la cara) Qué dice?? Nada que
ver!!!!
TIA: Sí!!! Es el hijo de la Francisca!!!
OBDULIO: Usted está desvariando!! No sé de qué me habla…!!
TIA: Sí!!! Su mamá tiene una foto suya en el baño, al lado del inodoro!! Yo la vi!
Dice que es para inspirarse!
OBDULIO: Usted está totalmente evicovada… evivocada… evidocova…
confundida!!! No conozco ninguna Francisca y tampoco le cobré ninguna
bujilación… bulijación… lujibación… jubilación!!
TIA: Cuando la vea, le voy a contar que encontré a su hijo!!!
OBDULIO: (Un tanto amenazante) Ni se le ocurra!! Usted no le va a contar nada!!
TIA: (Pausita. Lo mira) A quién?
OBDULIO: A mi m… A Francisca!!
TIA: Qué Francisca?
OBDULIO: Mi ma… La que tiene una foto mí… una foto de su hijo en la repisa
del baño!
TIA: Qué repisa?
OBDULIO: La derecha, sobre el tapiz verde!
TIA: De la Francisca?
OBDULIO: (Perdiendo la paciencia, cuando entra Tamara y se queda escuchando)
Si!!!
TIA: Entonces vos sos el Obdulio!
OBDULIO: No!!! Yo soy… José!!! Ni me parezco a Obdulio!!!Él tiene un tatuaje
en la espalda y a mí ya me lo destimparon… despantiron… destimtaron… ya me lo
rorraron, borraron!! Yo soy José!! (Se calma)
TAMARA: Ahhh!! Vos sos Pepito??
OBDULIO: Otra más?? No!! Yo soy José!!
TAMARA: Y bueno! A los José se les llama Pepe!! (En medio de la discusión no
se percatan que la Tía se va por salas velatorias)
OBDULIO: Pero a mí no me llaman Pepe!
TAMARA: Bueno, (Rectificando) Pepito!!
OBDULIO: No!! No soy Pepe ni Pepito!! Yo soy José!!!
TAMARA: Pero entonces… No sos vos el que se quedó con todo??
OBDULIO: (Sospechando, mira el lugar del féretro) Porqué? Vos sabés quién es el
que se quedó con todo??
TAMARA: Claro! Pepito!!
OBDULIO: Entonces, quiere decir… que ése Pepito es el que se llevó todo??? (Se
marea un poco)
TAMARA: Bueno, todo no. Yo tengo un poquito, aunque no sea tan importante!
Pero todo lo muy valioso, ya es de él!
OBDULIO: Y lo lleva enmisa… ensemi… lo lleva encima??
TAMARA: No! Cómo va a llevar semejante fortuna encima??? (Al verlo
tambalear un poco) Te sentís bien?
OBDULIO: Estoy un poco rameado… damerado… mareado…
TAMARA: (Le ofrece otra botellita plástica) Tomate algo que te va a sentar bien!
OBDULIO: (Bebe, vaciando la botellita) Gracias… No voy a dejar esto así…
Cómo es ese Petopi… Petipo… Pepito?
TAMARA: No sé. No lo conozco. Pero estoy segura que debe andar por acá!!
OBDULIO: Obviamente anda por acá!! (Sale un tanto tambaleante) Pero lo voy a
encontrar!! (Tamara mira a todos lados)
TAMARA: Tía, vos…?! (Mira a su alrededor y advierte que no está) Dónde te
metiste ahora?? (Sale por salas. De garaje vuelve a entrar Mateo y cuando llega
hasta el féretro y quiere llevárselo, de salas aparece Diego y lo detiene)
DIEGO: Mateo!!!! (Él se detiene) Adónde vas?
MATEO: Disáster, Don Diego!!
DIEGO: Qué pasó ahora?
MATEO: El polaco encontró el cajón que se había caído con el finado adentro,
pero estaba todo roto!
DIEGO: El finado?
MATEO: No, El cajón! Así que ahora está tratando de recomponerlo un poco!
DIEGO: Al cajón?
MATEO: No, al finado!
DIEGO: Y el “disáster”?
MATEO: Es que lo encontró justo cuando traía a la viejita para colocar, esa que es
la tía de la tía de la atorranta que anda por ahí, vio?
DIEGO: Cual atorranta? La que está vestida… (La describe con lujo de detalles)
MATEO: Esa misma!
DIEGO: No sé. No le presté atención!
MATEO: Así que como tenía un solo féretro, los trae a los dos ahí!
DIEGO: A la atorranta??
MATEO: No! A los dos finados!
DIEGO: Y eso qué tiene?
MATEO: Cómo qué tiene? Ni se conocían en vida y terminan encamados??!!
DIEGO: (Señalando el de exhibición) Vos pensabas poner alguno acá??
MATEO: No!! Acá iba a poner al baleado que lo tengo tirado en la camioneta!! Lo
saco de la camioneta, lo pongo de nuevo. Lo saco, lo pongo!! Por lo menos ya
resolví el tema que estaba desnudo!
DIEGO: Lo vestiste?
MATEO: Si.
DIEGO: Con qué ropa, si la de él quedó en la morgue?!
MATEO: Con la primera que encontré por ahí! Es de mujer, pero el tipo ni se
quejó! (Señalando el cajón) Entonces no lo pongo acá?
DIEGO: De ninguna manera!! Este es de exhibición!!
MATEO: Pero vamos a tener tres muertos y un solo funeral!!
DIEGO: Andá al depósito y traé dos cajones más, pero de los baratos por las
dudas!! (Mientras Mateo sale apurado, se vuelven a escuchar carcajadas y aplausos
desde adentro) Otra vez contando chistes!!! No lo puedo dejar solo!!! Este cura me
va a volver loco y me va a arruinar el negocio!! (Se va presuroso por salas.
Pausita. Entra tambaleando Obdulio, entre dopado y borracho. Va de un lado a
otro. Llega hasta el escritorio y se sostiene como puede)
OBDULIO: Ufff…!!! Esos calmantes me están tamando… mamanto…
mantando… matando…!!! (Cae sobre la laptop del escritorio y las luces bajan un
poco. Se yergue a duras penas, poniendo sus manos sobre el teclado. Las luces
aumentan) Tengo… que… entroncar… encrontar… encontrar… al Petipo ese…
(Comienza a irse tambaleando) En… algún lugar… tiene que… estar… (Sale por
garaje y de oficinas aparece Albertina apenas vestida con un par de mortajas sobre
su ropa interior y con una toalla en el pelo)
ALBERTINA: Se puede saber quién es el graciosos que está jugando con cerrar el
paso del agua justo cuando estoy por empezar a ducharme???!! Y encima me
devuelven mi ropa ya mismo!! Quién fue el gracioso que me la sacó??? (Hablado
fuerte hacia los costados) Mi ropa!!! Necesito que me devuelvan mi ropa!!!!
(Mientras va buscando por todos lados, desde barcito entra Juan y se la queda
mirando)
JUAN: Te puedo ayudar en algo?
ALBERTINA: (Muy enojada) No creo!! Estoy recaliente!!!
JUAN: Se nota. (Haciéndose el galán) Justamente esa es mi especialidad! Querés
que te ayude?
ALBERTINA: No puedo andar así!!
JUAN: (La mira baboso) Bueno, como poder, podés! La gente agradecida!
ALBERTINA: Vos tenés algo que me pueda poner?
JUAN: He salido airoso de situaciones peores!
ALBERTINA: Y me va a quedar bien? Mirá que a mí cualquier cosa no me va!
Tiene que ser de mi medida!
JUAN: No me gusta fanfarronear, pero te puedo asegurar que te va perfecta!
ALBERTINA: Okay. Me la traés al baño? Te espero allá! (Va a salir pero vuelve
sobre sus pasos) Estás seguro que me va a entrar?
JUAN: Más que seguro!!! (Ella sale contenta. Juan saca de su bolsillo un spray
para el aliento y se lo pone, entusiasmado se frota las manos y cuando va a salir
tras ella, de salas aparece Pepito y lo detiene)
PEPITO: Juan!!!!!
JUAN: Ahora no, Pepi. Tengo que hacer algo más importante!! (Intenta irse)
PEPITO: Es que todavía no te expliqué la ayuda que necesito!
JUAN: Salvo que me lo puedas explicar en tres palabras, lo dejamos para
después!! (Lo escucha)
PEPITO: Bueno, es que…
JUAN: Listo! Tres palabras!! Hasta luego!! (Va a salir presuroso por oficinas,
cuando Pepito le habla)
PEPITO: Tenés que casarte!!!
JUAN: (Se detiene lentamente y comienza a girar, mirándolo muy extrañado) Que
tengo que hacer, qué?????
PEPITO: Ahora sí van a ser más que tres palabras!
JUAN: Ni tres ni ninguna! Esto sobrepasa todos los límites de tus locuras!!!
PEPITO: (Muy compungido) Es que para recibir la herencia, me tengo que casar
con una prima, y yo me muero si tengo que hacer algo así. Por eso pensé que vos,
si ocupás mi lugar… sobre todo en el chingui-chingui…!!
JUAN: (Se le acerca sin entender) Vos me estás hablando en serio????
PEPITO: Nunca hablé tan en serio en mi vida Juan!! Todo sea por la memoria de
la tía de mi tía!!
JUAN: (Desestimando la idea y comenzando a irse otra vez hacia oficinas) Ni
loco!!! En la vida va a pasar algo así!!!
PEPITO: Ni por mucha plata??
JUAN: (Se detiene. Se da vuelta, lo piensa y vuelve a desestimar la idea) No! Ni
por mucha plata!!! (Vuelve a intentar irse)
PEPITO: Aunque sea la que necesitás para filmar tu película??
JUAN: (Se detiene. Piensa y vuelve a desestimar la idea) No tenés idea de cuánto
se necesita para eso!! (Intenta volver a irse)
PEPITO: Te va a alcanzar hasta para filmar la segunda parte!!!
JUAN: (Se detiene. Pausita. Da la vuelta y camina lentamente hacia él) Con quién
me tengo que casar??
PEPITO: Es una prima lejana mía, que llegó hace un ratito!
JUAN: Cómo se llama?
PEPITO: Ni idea!
JUAN: Y cómo la reconozco…?
PEPITO: Por cómo anda vestida, bueno, casi! La vas a identificar enseguida!! Es la
única que puede andar así en un lugar como éste!!
JUAN: (Sorprendido, señalando hacia adentro) No me días que es…???! PEPITO:
Si! La perra esa que anda por acá!
JUAN: Porqué decís eso? No me pareció muy perra!
PEPITO: Las olfateo a un kilómetro!! Pero qué te importa? Si a vos te encantan las
perras!
JUAN: Si, pero para una noche! No para casarme!
PEPITO: En realidad no tenés que casarte! Vos hacé la pantomima frente a mi tía y
yo como cura, los caso, entendés? Todo trucho!!… Eso sí, de lo que no podés zafar
es del chingui-chingui! Yo en esa no participo! (De salas llega Diego muy
nervioso)
DIEGO: Qué me hace, padre???! Están todos protestando!!! Cómo me deja a la
gente por la mitad??!
PEPITO: Pero si ya le di el responso?!
DIEGO: Qué responso?? El chiste!! Los dejó sin el final!!! (Mientras se lo lleva
hacia salas, mientras se ríe) A mí el que me mató fue el del loro gay!! Está
buenísimo!!
PEPITO: De esos tengo un montón!!!
JUAN: Padre… No terminamos de hablar!!!
DIEGO: (Mientras van saliendo, a Juan) Primero están los clientes!! Si quieren
llorar, que lloren. Si quieren cuentos, les damos cuentos!! Con los clientes no se
jode!! Espérelo en el bar y mientras se toma algo… Si les dice que va de parte mía
le van a hacer un dos por ciento de descuento! (Diego Sale nuevamente hacia
salas)
PEPITO: Juanchi, el deber me llama!!
JUAN: Y yo qué hago?
PEPITO: Esperame… Les cuento el final y vuelvo… Vos acordate que tenés que
hacerte pasar por mí! Mientras tanto andá acostumbrándote a que sos Pepito, de
acuerdo? Más que nada para no meter la pata y que mi tía se entere!
JUAN: (Advirtiendo) Pero solamente el nombre!
PEPITO: Of course!! (Entra Obdulio tambaleando) Sobre todo por si entra alguien
y pregunta… “Vos quién sos”?
JUAN: Pepito!!
PEPITO: (Contento) No sabés qué bien que te queda ese nombre, Pepi!! (Le da un
beso y sale por salas. Obdulio se le acerca sospechosamente siempre tambaleando
un poco)
OBDULIO: Así que vos sos… Petipo… Petito… Pepito?
JUAN: Eh? Bueno… sí. Porqué?
OBDULIO: Porque me sarepe… sarpece… parcese… parece que vos sos el que se
quedó con todo!
JUAN: Sí, más o menos… Me lo ofrecieron y no pude decir que no! Es mucha
plata!!
OBDULIO: (Saca la pistola y la enarbola pero no logra apuntarle bien por los
mareos) Entonces… no voy a tener más meredio… mederio… rediemo… remedio
que limpiarte…
JUAN: No hace falta! Yo ya me bañé!! (Asustado) Oiga!! Qué hace???
OBDULIO: (Apuntando de un lado a otro, pero Juan está quieto) Quedate quieto
que no puedo atumpar… apantur… atampar… apuntar bien…!
JUAN: Oiga…! Tranquilícese!! Piense bien lo que está haciendo…
OBDULIO: No puedo pensar… Todo me da vueltas…!! (Juan aprovecha y sale
corriendo hacia barcito)
JUAN: Cuidado con esooooo!!! (Sale)
OBDULIO: Uyyy… qué mal… que me siento…. Creo que… me voy a des…
mayar… (Obdulio vuelve a trastabillarse y cae sobre la laptop nuevamente. Las
luces bajan. Se levanta y camina hacia atrás y las luces vuelven a la normalidad.
Se bambolea otra vez hacia adelante y apoya sus manos sobre el teclado. Se
bambolea hacia atrás hasta llegar al féretro.) Nece… sito des… cansar un poco…
(Con mucho esfuerzo se sube al féretro y se acuesta adentro, boca abajo. Por salas
entra Anabela mojada en transpiración, todavía con el trapo de piso pegado en la
mano, intentando despegárselo infructuosamente y secándose la transpiración,
mientras protesta)
ANABELA: Qué calor que hace en la sala tres!!!! A quién se le ocurre poner el
aire acondicionado a 43 grados??!!!! Hasta las flores se marchitaron!! (Llamando)
Don Diego… Me parece que se les fue la mano con el calor!!! La gente se está
derritiendo por el piso…!!! Están todos en la calle porque no hay quien quiera
entrar a llorar!! Hasta el muerto transpira!! (Se va hacia oficinas y se cruza con
Albertina que entra todavía en ropa interior y la toalla en la cabeza. La mira de
arriba abajo) Muy buena idea!!! Vamos a inaugurar la primera funeraria nudista!!!
ALBERTINA: La inseguridad es terrible!!! Ya sobrepasó todos los límites!! No se
puede creer!! Lo único que me dejaron fue el perfume!!!
ANABELA: Mejor me voy a limpiar la sala dos que está más fresca! (Anabela sale
por salas. Del costado llega Mateo. Se queda duro al verla)
MATEO: Upa!!!!! Comenzaron a fulgurar las estriberas!!!
ALBERTINA: Mateíto!!! (Se echa perfume sobre el pelo)
MATEO: Guau… Y ese perfume…!!! Qué momento sublime como para amanillar
la estulticia!!!
ALBERTINA: (Mientras se va excitando y se va echando más perfume) No
sigas… No sigas diciéndome esas cosas que hoy estoy que me derrito… (Sin darse
cuenta, como en diálogo de enamorados y sin sacarse la vista de encima, quedan
uno de cada lado del féretro con Obdulio desmayado en medio)
MATEO: Si. Don Diego exageró un poco con el aire acondicionado, pero igual
nosotros podemos amolar el pediluvio mientras vilipendiamos el colagogo, no te
parece?
ALBERTINA: Suena lindo!! (Muy extasiada y romántica) Y no vamos a supeditar
el reservorio?
MATEO: Pero claro…!!! Vamos a supeditar el reservorio cuantas veces quieras!!!!
Adónde te gustaría…?
ALBERTINA: En el depósito que no hay nadie!!
MATEO: No, ahí no se puede. Alguien trabó las puertas y no se puede abrir…
ALBERTINA: Y entonces, adónde?
MATEO: En la sala 2, que está desocupada porque no hay luz!
ALBERTINA: A media luz?? Qué romántico!!
MATEO: No, qué media luz?! Sin luz!! Algún gracioso bloqueó la térmica!!
ALBERTINA: Me esperás allá mientras me arreglo un poco?
MATEO: Si. Tengo que guardar la camioneta y después te restaño el
chuchurrido!!! (Ella comienza a rociarse con su perfume y él se extasía con el
aroma) Hummmm!!! Ese perfume va a quedar grabado en mi memoria!! (Va
saliendo por garaje y se tiran besitos enamorados. Cuando él salió, a ella se le cae
el perfume dentro del cajón.)
ALBERTINA: Ups… se me cayó el perfume… Y ahora?? Oh, no!! Parece que se
rompió!! (Empieza a mirar y luego va metiendo su mano por la entrepierna de
Obdulio, tanteando) Y esto?? Será esto que acá está?… Al menos es algo duro…!
(Saca lentamente su mano y descubre una pistola. Se asusta y la vuelve a arrojar
dentro del cajón, justo cuando por el costado de oficinas entra Anabela y se queda
mirándola)
ANABELA: Y?? Encontró algo interesante??
ALBERTINA: Eh? No, nada… tan solo una pistola!
ANABELA: Si… Por lo general es lo único que les queda!! (Se va por costado
mientras le dice) Pero no se entusiasme, es solamente el rigor mortis!! (Sale)
ALBERTINA: Ufa!!! Encima de estar casi desnuda me quedé sin el perfume???
(Se va por oficinas. De Salas entra Diego sosteniéndose el cinturón, llega hasta la
computadora y conecta algo. Empieza a hablar)
DIEGO: Marta… Me escuchás bien? El celular me quedó en el depósito, por eso
te llamo por acá… Escuchame… tenés que arreglarme el cinturón nuevo porque
éste se me está rompiendo… Es que yo no tengo tiempo. Acá hay mucho trabajo!!!
Cómo cuál? El nuevo que compré hace una semana! Ese que dejé ahí al lado de la
heladera! Hay que hacerle un par de agujeros nuevos porque adelgacé un poco y…
No me discutas, Marta! Vos sos la empleada de la casa y yo soy el patrón, no? Si
yo pido algo, hay que hacerlo y punto!! Me sacan de quicio cuando me discuten
algo que yo pido!! (Se escuchan risas desde salas) Un segundito que ya vuelvo. No
te vayas y esperame ahí… (Sale y por puerta de garaje entra Mateo. Mira el
féretro)
MATEO: Listo, Albertina!! Dónde te metiste? Y éste??? Disáster! Quién lo colocó
así?? Seguro fue el polaco… Todo desaliñado!! A ver…? (Acomoda un poco a
Obdulio con esfuerzo) Lo subimos un poco de acá… Y que quede dado vuelta…
Es la nueva moda!
(De Salas vuelve Diego y se sienta otra vez frente a la computadora. Le habla a
Mateo sin mirarlo) Uf, qué pesado!
DIEGO: Mateo… acondicionaste a ése?
MATEO: (Mirando el féretro) Estoy en eso, pero me parece que no es necesario…
DIEGO: (Siempre frente a la computadora si mirar a Mateo) Otro más, será
posible??!! Si yo digo que hay que hacer algo, se hace y listo!! Sin chistar!! Sin
protestar!! Sin siquiera cuestionar lo más mínimo!! Se hace y basta!! Entendido??
MATEO: (Un tanto temeroso) Si! Como diga… (Empieza a acomodar a Obdulio
en el cajón de espaldas a Diego que empieza hablar con la computadora)
DIEGO: Hola…?! Me escuchás??
MATEO: (Creyendo que le habla a él, sin mirarlo) Si. Aunque no hay mucho para
hacer…
DIEGO: (A la computadora) Es muy fácil… vos hacé lo que te digo…
MATEO: Okay. Monday, It’s important…
DIEGO: Agarralo firmemente con la mano izquierda… y sacale todo el
envoltorio…
MATEO: (Lo hace, siempre de espaldas a Diego) Listo.
DIEGO: Bien… así me gusta… Ahora… Ves el último agujero?
MATEO: (Mira) Si.
DIEGO: (Siempre a la compu) Bueno… Empezá a agrandarlo…
MATEO: Cómo?
DIEGO: No sé! Con lo que tengas a mano… una tijera, un destornillador… y sino
usá los dedos…!!
MATEO: Como usted diga! (Saca de su bolsillo unos guantes de látex y se los
pone)
DIEGO: Eso es. Primero sujétalo… Ahora metelo bien y empezá a agrandarlo…
Cómo se ve?
MATEO: Y… digamos que he visto cosas mejores!
DIEGO:) Ahora andá abriéndolo con presión… Girá, girá… girálo un poco más!!
Ahí mándalo a fondo!! Eso es! Sacalo y ponelo varias veces para que el agujero
vaya tomando la forma… Ahora sacale la pelusa de alrededor… Que quede
limpito, limpito! Eso es… Soplale un poco! No ves que todavía tiene todo de color
marrón??!… Muy bien… Viste qué bien que quedó? (Se levanta como para irse y
Mateo se vuelve mientras se quita los guantes)
MATEO: Disculpe la pregunta, jefe…
DIEGO: Si?
MATEO: Para qué todo eso que pidió?
DIEGO: (Mientras se va hacia oficinas) Cómo para qué? Si después lo voy a usar
yo, tiene que estar perfecto! Si no, no entra bien! (Sale. Mateo se queda mirando a
Diego y al féretro)
MATEO: Es dura la vida del viudo!! (De salas entra Anabela, vestida con tapado
de piel, bufanda y gorro de lana, mientras forcejea intentando sacarse un guante
pegado a su mano)
ANABELA: Oiga usted, “resucitado”!! Por qué no arreglan de una buena vez ese
aire acondicionado??! Catorce grados bajo cero!!! La gente de la sala cuatro se está
congelando!! La ambulancia ya se llevó a tres con hipotermia, pero uno no cuenta
porque era el muerto!
MATEO: Si! Tenemos algunos problemitas con el aire…
ANABELA: Y además alguien dejó la leche en el fuego de la cocinita! Quién fue
el irresponsable?
MATEO: Ah, sí! Me olvidé!! Iba a hacerme un cortadito y se me pasó! Ya la voy a
sacar! (Va a salir pero vuelve) Perdón… Usted quién es?
ANABELA: La señora de la limpieza aunque ya me dieron todo tipo de trabajos..
Empecé hoy y ya me estoy por tomar vacaciones!! Esto es trabajo insalubre!
MATEO: (Le tiende la mano) Encantado, Yo soy Mateo, el…
ANABELA: Si, ya sé, el resucitado que dejó la leche en el fuego…
MATEO: Cualquier cosita que necesite, me avisa…
ANABELA: A propósito… Ya que se ofrece, tengo una preguntita… (Señalando
el lugar) Pero no tiene nada que ver con la fiambrería…
MATEO: Sí, dígame…
ANABELA: Don Diego me pidió un favor y yo no tengo como ayudarlo… tiene
una perra, ovejero alemán… Me mostró las fotos… Hermosa, no sabe lo que es…!
Si la ve, se enamora de ella!! Y quiere hacerla tener cría! Usted podrá darle una
manito?
MATEO: Lo lamento. No tengo tiempo… Además me gustan las mujeres!
ANABELA: Pero no, hombre!! Qué dice??! No usted!! Me refiero a que si conoce
a alguien que tenga un macho para servirla!
MATEO: Ah, sí!! Justamente, tengo un par de amigos que tienen ovejeros
alemanes! Déjelo en mis manos, yo les voy a hablar…
ANABELA: Y no se olvide de la leche… (Sale por oficina y se cruza con
Albertina que llega un tanto envuelta en algunas mortajas blancas de encajes)
MATEO: (Al verla) Albertina!! Te estaba buscando…
ALBERTINA: No me hables que estoy de mal humor!! Me robaron la ropa!! Mirá
cómo me tuve que vestir?? Con mortajas!!! Si llego a saber quién fue, lo destrozo,
lo acogoto, lo exprimo como un limón y lo aplasto como un tomate!!!
MATEO: (Muy temeroso) Era una… (Describe la ropa) y… que estaban tiradas en
la escalera?
ALBERTINA: Si!! La viste??
MATEO: (Haciéndose el inocente) No!! Para nada!
ALBERTINA: No hay caso… Soy una mujer sin suerte!!
MATEO: Porqué decís eso?? Nada que ver!
ALBERTINA: (Entre compungida y lagrimeando) Sí!! Es así! Tampoco con los
hombre tengo suerte!! Cada vez que estoy con uno y le pido un mayor
compromiso, me salen con cualquier estupidez o con la excusa que dejaron la leche
en el fuego y se van para siempre!! Mateíto… Por favor te lo pido… Si vas a
dejarme, usá cualquier excusa pero no me digas que dejaste la leche en el fuego,
okay??
ANABELA EN OFF: Mateo!!!!
MATEO: Ehh… Bueno, hay veces que las coincidencias…
ALBERTINA: (Sospechando algo) Qué querés decir?
ANABELA EN OFF: Mateo!!!!
MATEO: Quiero decir… Por lo menos en mi caso, no es así! Lo único que quiero
es amustiar la nefelibata!
ALBERTINA: No me vengas con las palabras raras, porque estoy de muy mal
humor!! Se creen que una es estúpida!! Porque tienen que pensar que una soy una
tarada para decirme semejante estupidez!!
ANABELA EN OFF: Mateo!!! No te olvides de ir a la cocina!!!
MATEO: (Nervioso hacia adentro) Ya escuché!! Ya voy!! No hace falta decir nada
más!!
ALBERTINA: (Perdiendo la paciencia) Pero qué pasa en la cocina???
ANABELA EN OFF: Mateo, dejó la le…!!!!
MATEO: (Interrumpiéndola, casi gritando) …chuza en la cocina!!! Dejé la lechuza
en la cocina!!! Pobre animalito, necesita aire!! Eso…!!! La saco un poco al patio
de atrás y nos vemos en la sala dos, a oscuras… para supeditar el reservorio…!!!
(Mateo sale por oficina mientras ella le habla)
ALBERTINA: (Sonriendo) Bueno… te espero allá…
ANABELLA EN OFF: Por fin, Mateo!! Te dije que dejaste la le…!!! (Se escucha
un fuerte golpe como de cacerola) Ayyy!!!!!
ALBERTINA: (Se mira) Esto de las mortajas no está bien… No puedo andar así!!
(Se arranca una y queda como minifalda) Así está mejor… Y qué lástima me da el
perfume ese! (Busca dentro del féretro mientras se tironea de la mortaja) Aunque
todavía faltaría cortarle acá… (Entra Pepito de salas y la mira.) En la oficina tengo
una tijera… (Advierte a Pepito)
PEPITO: Qué? La quiere de recuerdo?
ALBERTINA: (Mientras se va sonrojada) Permiso padre… (Sale por oficinas y de
barcito llega Juan mirando a todos lados, temeroso, se agacha y se esconde detrás
de cada cosa)
JUAN: Pepi!!!
PEPITO: Juan, es solo un casamiento, no el fin del mundo!!!
JUAN: No, Pepi!!! Estoy asustado!! Me tengo que esconder!!!
PEPITO: Por el casamiento??
JUAN: No!!! Hay un tipo con una pistola así, que me está buscando!!!
PEPITO: (Como para sí, en protesta) Dios le da pan…!!! Dejá de exagerar,
Juancito que no hay nadie tan bien dotado… y concentrate en el casamiento, sí?
JUAN: Esa es otra cosa…! No encuentro a la chica por ningún lado!! Estás seguro
que está acá??
PEPITO: La perra?
JUAN: No le digas así, pobre!
PEPITO: Pobre??! Si es una perra! Pobre vos, si se te ocurre andar en bicicleta!!
JUAN: Dejate de estupideces, querés? Vamos a terminar de una vez con ésta
fantochada… Dónde está?
PAPITO: La fantochada o la perra?
JUAN: (Un tanto harto) Bueno, la perra!!
PEPITO: Hace un rato la vi por acá hablando con el dueño… (Entra Diego un tanto
nervioso)
DIEGO: Padre!! Necesito que me haga un favorcito… Tengo todo el personal
ocupado (Señalando el féretro con Obdulio adentro) y no hay quien lleve a éste a la
sala 2!! Sería de mucha ayuda, puede ser?
PEPITO: (Con aprensión) Sacarlo de allí y llevarlo??
DIEGO: No! No hace falta sacarlo. Con carrito y todo. Para eso tiene rueditas!
PEPITO: Pero esa sala no es la que está a oscuras?
DIEGO: Justamente. Para que nadie lo vea. El depósito está trabado, no tengo
dónde ponerlo y la verdad que acá queda feo… (Mientras casi lo empuja) Es un
minutito… (Mientras Pepito se va a agarrar el carrito) Y tenga cuidado con la
ruedita izquierda que de vez en cuando se traba…
PEPITO: (Toma el carrito y se lo lleva mientras se persigna y dice, al principio
como canto gregoriano y luego cambia a la melodía conocida) Okay… (Va
saliendo) “Gloria a Dios en las alturas… Recogieron las basuras, de mi calle ayer
a oscuras y hoy sembrada de bombillas…!!! (Sale)
DIEGO: (Va a salir pero mira intrigado a Juan) Disculpe…
JUAN: Otra vez tengo que ir al bar??
DIEGO: No, lo que pasa es que hace rato que lo veo por aquí…
JUAN: Bueno… Si. La verdad es que hace un buen rato ya que estoy acá!!
DIEGO: (Creyendo que se trata de un cliente, se acerca al banner y le habla
señalándolo) Disculpe la falta de amabilidad, pero estamos un poco saturados de
trabajo… Y a decir verdad, (como haciendo un chiste) tanto trabajo es la muerte!!
Ja, j,a… (Juan lo mira. Se recompone) Ejem… Bien… Está buscando algo…
especial? (Señala los féretros del banner pero Juan justo mira para otro lado)
JUAN: A decir verdad, sí! Bastante especial!
DIEGO: Y disculpe la indiscreción, simplemente intento ser de ayuda… Es para…
su futuro?
JUAN: Bueno, sí! Un futuro bastante próximo, digamos!
DIEGO: Ah, caramba, caramba! Cuánto lamento escuchar eso…!
JUAN: Y yo ni le cuento!!
DIEGO: Me imagino! Tan joven… con una vida por delante!!
JUAN: Exacto! Son los sacrificios que uno hace por un amigo!!
DIEGO: No entiendo… (Muy sorprendido) Usted está dispuesto a sacrificar su
vida… por un amigo??
JUAN: Y qué es la vida sin la amistad??
DIEGO: Si, todo muy lindo… pero de ahí a sacrificarse de tal manera!!
JUAN: Obviamente tenemos conceptos diferentes sobre la amistad… Bueno,
discúlpeme pero no dispongo de mucho tiempo para perder… Tengo cosas
urgentes que hacer…
DIEGO: Si! Me imagino! Si lo puedo ayudar en algo… Qué busca exactamente?
JUAN: Varias cosas, pero la más urgente es… (Lo toma del brazo y le dice en
secreto) Puedo confiar en usted??
DIEGO: Por supuesto! Dígame…!
JUAN: (Como en secreto) Dónde está la perra??
DIEGO: (Extrañado) La…??!!
JUAN: Shh…!! No lo diga fuerte, que pueden escuchar!! Usted la conoce?
DIEGO: Qué pregunta?!! Claro!! Pero… Usted tiene un buen macho para ella?
JUAN: Cómo “si tengo”??! A mí!! Yo soy el candidato!!
DIEGO: Usted???!!
JUAN: Si, hombre! Qué tiene de raro??
DIEGO: Cómo qué tiene de raro?? Todo!!!
JUAN: No exagere!! Hay montones de casos así!! Yo sé que me merezco algo
mejor, pero a ésta altura…! Además, hasta le diría que ya me acostumbré a andar
con esas!!
DIEGO: Qué?! Ya lo hizo antes??
JUAN: (Socarronamente) Si lo hice??!! Tuve una época en que no había noche que
no me acostara con alguna!!
DIEGO: Y le gustaba????
JUAN: Disfrutaba como loco…!! Pero buéh, eran otras épocas… Ahora uno ya
maduró y ve las cosas de otra manera… Hasta qué punto, mire usted, que estoy
dispuesto a casarme con una!!!
DIEGO: (Con cierto asco) Le parece que hay que llegar a tanto??
JUAN: Qué le puedo decir… Yo ya estoy jugado… En fín, no sabe si ella anda por
acá?
DIEGO: No, pero no se preocupe… Yo se la traigo!
JUAN: Si es tan amable, se lo agradecería…
DIEGO: Una duda… Piensa hacerlo acá, o prefiere un lugar más reservado?
JUAN: A decir verdad, A ésta altura me da lo mismo! (Diego va saliendo por
oficinas) Acá está bien… Para qué nos vamos a andar complicando, no? Cuantos
antes acabe mejor! Y todos satisfechos! (Diego sale con mucho gesto de asco y por
salas entra Pepito muy angustiado)
PEPITO: Juan!!!!
JUAN: Qué pasó?
PEPITO: Se me fue el muerto!!!!
JUAN: Qué decís??
PEPITO: Eso, que desapareció!! El muerto ese con cara de gallina constipada, que
estaba vestido… (Describe el vestuario de Obdulio)
JUAN: Ese es el que me quiso matar!!! (Seña de medida) Tenía una pistola así???
PEÍTO: No sé, estaba de espaldas!
DIEGO: Entonces se murió??
PEPITO: Obvio que se murió! No estaba adentro del cajón??
DIEGO: Y cómo es eso que desapareció???!!
PEPITO: Yo entré con el carrito un poco jugueteando, a la sala que está toda a
oscuras, a una velocidad digamos digna… digna de un fórmula uno! Con tanta
mala suerte que una ruedita del carrito se trabó, tropecé y el muerto desapareció!!!
JUAN: Cómo que desapareció???
PEPITO: Si!! Voló o alguien se lo llevó, no sé!! Pero desapareció! No lo vi más!
Intenté seguir el aroma del perfume, pero le echaron tanto que toda la habitación
está impregnada del aroma. Tanteé en la oscuridad un rato, pero no encontré nada!
Y mirá que cuando yo tanteo en la oscuridad, siempre encuentro algo, sobre todo si
es en un cine, pero esta vuelta, nada!!
JUAN: No podés dejar un muerto tirado en el piso! Tenés que hacer algo!!
PEPITO: Voy a buscar al muchachito que trabaja acá! Él tiene más estómago para
esas cosas… (Sale por barcito, cuando de oficinas entra Albertina, vestida con las
mortajas, pero unidas de tal forma que parecen un vestido)
JUAN: (La mira) Qué pasó?
ALBERTINA: No hay caso, no encuentro mi ropa por ningún lado! No tuve más
remedio que taparme un poco con las mortajas!
JUAN: (Haciéndose el seductor) Lo que son las casualidades… Parece un vestido
de novia!!
ALBERTINA: (Se conmueve contenta) Ay, no me digas eso que me m… digo, que
me da cosa! Siempre fue mi gran sueño!!
JUAN: Vestirte con mortajas?
ALBERTINA: No. Casarme!!
JUAN: (Más seductoramente) Y quién te dice que yo no sea tu destino…!
ALBERTINA: Qué? Vos te casarías conmigo??
JUAN: Sin pensarlo siquiera!! En éste mismo momento y en éste preciso lugar si
es necesario!! Estar juntos para siempre y disfrutar de las pequeñas cosas de la
vida… una pequeña mansión, un pequeño yate en una pequeña isla…
ALBERTINA: Andá… A cuántas le debés decir lo mismo! (Desde salas velatorias
aparece Anabela transportando el carrito de tela azul, con el féretro)
ANABELA: (Mientras cruza el escenario de lado a lado muy aprisa) A ver si
alguien le dice a Don Diego que hace mucho frío allá y que cambiamos el velorio
de la 1 a la sala 3!! La gente está yendo para allá!! Parece la procesión de San
Cayetano!! (Sale)
ALBERTINA: En serio me lo decís??????
JUAN: (En lo suyo, mirándola a los ojos. Mientras se apoya seductor sobre el
escritorio, tocando sin querer y sin darse cuenta, el teclado de la laptop) Te juro por
la luz que me alumbra que es la primera vez en mi vida que lo digo!! (Se corta un
segundo la luz, Juan se levanta, la luz vuelve y ambos ríen)
ALBERTINA: Una preguntita antes de seguir…
JUAN: Si, qué?
ALBERTINA: Por casualidad, dejaste la leche en el fuego??
JUAN: No. No tomo leche.
ALBERTINA: Y cómo sé que no me mentís como todos?
JUAN: Te lo digo tan en serio, que hasta soy capaz de traer un cura y que nos case
en éste mismo lugar!!!
ALBERTINA: (Estallando de alegría) Sí!!! Sí!!! Sí!!! Yo vi un cura por acá!!
JUAN: Perfecto!! Que nos case ya mismo!!!
ALBERTINA: (Muy entusiasmada) Ay, sí! Qué emoción!!! Me tengo que ir a
maquillar aun poco!!!! Y el vestido de novia???
JUAN: Así estás perfecta!!
ALBERTINA: Qué? Un vestido de novia con mortajas??
JUAN: Porqué no? Tiene muchos encajes y si al algo que hoy te merecés, es un
buen encaje!!! (Ella va salir, pero vuelve seria sobre sus pasos)
JUAN: Qué pasó ahora?
ALBERTINA: Una sola cosita más… Pero para mí es muy importante…
JUAN: Si, decime…
ALBERTINA: Vos sabés palabras difíciles?
JUAN: Qué cosa??
ALBERTINA: Palabras difíciles, raras… Esas que no se escuchan casi nunca…
JUAN: Bueno, sí, conozco varias…
ALBERTINA: (Extasiada cierra los ojos para deleitarse) Ahh… decímelas por
favor que me vuelven loca…!!!
JUAN: Bueno… ahí va… “Aumento de sueldo”, “Gran jubilación”, “Los políticos
nunca roban”…
ALBERTINA: (Un tanto decepcionada, mientras se va yendo por oficinas) Buéh…
son raras, pero no son exactamente esas! Igual vas a tener que esmerarte en ese
tema!!! (Del costado aparece Anabela transportando el carrito ahora rojo, con el
féretro cerrado)
ANABELA: Dígale a Don Diego que en la sala 1 la calefacción está tan fuerte que
hay que buscar otro muerto. Éste se derritió! (Sale corriendo hacia el otro costado.
Sale y por salas se cruza con la Tía)
TIA: A usted lo estaba buscando!!
JUAN: A mí??
TIA: Si, a usted! En aquella sala estamos muertos de frío!! Necesitamos dieciséis
mantas de las gruesas, tres estufas y una bolsita de agua caliente!
JUAN: La bolsita de agua caliente para usted?
TIA: No para el muerto! Hasta él está tiritando!
JUAN: Sabrá disculparme, pero no tengo idea de dónde se encuentran esas cosas…
Yo no trabajo acá,
TIA: Acá, dónde?
JUAN: Acá, en la sala velatoria!
TIA: Esta es una sala velatoria?
JUAN: Y, sí!
TIA: Y qué hago yo acá?
JUAN: No sé… Habrá venido por algún fallecido…
TIA: Quién se murió??
JUAN: No sé… Hay varios…
TIA: Varios muertos??
JUAN: Si!
TIA: Un atentado??
JUAN: No! Ningún atentado! Esta es una sala velatoria…!
TIA: Esta es una sala velatoria?
JUAN: Sí!
TIA: Y qué hago yo acá?
JUAN: No sé… Habrá venido por algún fallecido…
TIA: Quién se murió??
JUAN: No sé… Hay varios…
TIA: Varios muertos??
JUAN: Si!
TIA: Un atentado??
JUAN: (Pausita. Vencido) Venga conmigo, vamos a buscar esas mantas…!! (Salen
los dos por salas. De garaje aparece Mateo)
MATEO: Listo, Albertinita!! Ya terminé con todo! Estoy listo para supeditar el
reservorio!! Dónde te metiste?? (Huele el perfume en el aire en dirección a la
salas) Hummm…!!! Ese perfume es inconfundible…! (Pícaramente) Me estás
esperando en la sala 2 a oscuras tal vez…?! (Comienza a desabrocharse el pantalón
y sale por salas, cantando contento) Supeditando el reservorio! Supeditando el
reservorio!! (Sale y se cruza con Tamara, Juan y la Tía que llegan desde adentro)
TAMARA: (En reproche a la Tía) Ya es el colmo, tía!! No podés agarrar a
cualquier imbécil y pedirle cosas!! Este pobre infeliz ni trabaja acá!!
JUAN: Si querés agregar otro epíteto, no hay problema!
TAMARA: Es que ella no repara en nada… (Lo mira un tanto intrigada. De Salas
entra nuevamente Anabela llevando el carrito azul, y mientras pasa coriendo, les
dice fuerte)
ANABELA: Qué pasa acá?? Yo soy la única estúpida que trabaja en ésta
pocilga??!!! Cerrame la cuatro!!! (Sale corriendo por el otro costado)
TAMARA: (A Juan, mientras sigue mirándolo) Perdoname…
JUAN: Estás perdonada…
TAMARA: (Lo mira más detenidamente y como deduciendo) Vos no sos…?
JUAN: El imbécil y pobre infeliz!
TAMARA: No! Quiero decir… (Con alegría) Juani!!! Vos sos Juani!!!
JUAN: (Mirando temerosamente a todos lados) Shhh!!! Que no te escuchen!!
TAMARA: Claro!! Cómo no te reconocí enseguida??!! Juan!!!
JUAN: Seré curioso… de dónde nos conocemos?
TAMARA: Del secundario!!! Yo soy Tamara! No te acordás? Cuarto año “A”!!
JUAN: Ah, sí!! Tamara!!! Cómo olvidar esa boca!!! (A la tía Para disimular) Una
dentadura radiante! (Se quedan charlando y la tía vuelve a irse hacia salas) Mirá
vos dónde vengo a encontrarte!
TAMARA: Sí!! Y qué andás haciendo por acá? (Seña de irse hacia arriba) Algún
pariente que…?
JUAN: No. Nada que ver.
TAMARA: Y entonces? Porque a decir verdad no es un lugar para venir de
levante!
JUAN: No!! Si te cuento no me lo vas a creer…!
TAMARA: Y dale!! Estoy intrigadísima!!
JUAN: Vengo a casarme!!
TAMARA: Quéeee…??? Vos, casarte???!!!
JUAN: Si! Aunque no me lo creas, es así!!
TAMARA: Pero ésta son salas velatorias! Escuché eso que el casamiento es estar
muerto en vida, pero no exageres… (Tamara advierte que su tía no está)
JUAN: No! Dejame que te explique, porque es un poco complicado… Lo que pasa
es que…
ANABELA: (Vuelve a pasar corriendo con el carrito rojo) Si esto sigue así me voy
a morir de un infarto!! Nadie me da una mano!! Ahora toda la gente va para la
uno!! (Gritando) Abrime la uno, sale completa con fiambre!!! (Se va por el otro
costado)
TAMARA: Perdoname Juanito… Se me perdió mi tía otra vez!! Qué castigo!!!!
(De barcito llega Pepito y se los queda mirando) Vuelvo con la tía y la
completamos, okay?
JUAN: Dale! (Ella sale hacia salas. Juan advierte a Pepito)
PEPITO: Bueno… Veo que las cosas se van encaminando… No es así “Pepi”?
JUAN: Pepi… Ya tengo casi todo cocinado. Ahora ella se fue a vestir mejor y
cuando venga nos “casás”!
PEPITO: Así me gusta “Pepi”! Expeditivo! Y no te olvides del chingui-chingui
que es la parte más importante para mi tía!
JUAN: Quedate tranquilo, ya me estuve incentivando!! A propósito… Sabés qué
dice un cura en un casamiento? Para que no parezca tan trucho!
PEPITO: Ni la menor idea, pero adentro hay un librito del otro cura… Ahí seguro
que ahí debe haber algo… Ya lo traigo…! (Mientras está saliendo, de oficina
aparece Albertina con un vestido de novia hecho de mortajas y encajes, bailando al
compás de una cumbia)
JUAN: Guauuu…!!! Estás preciosa! (Ella apaga la música del celular)
ALBERTINA: Gracias… No conseguí la marcha nupcial y lo único que tiene mi
padrino es de cumbias!
JUAN: Qué le hace una mancha más al tigre…!
ALBERTINA: (Se señala la cabeza) No te molesta que no tenga?
JUAN: Cerebro?
ALBERTINA: No! El tocado!
JUAN: (En chiste) El que va en la cabeza o el de la noche de bodas?
ALBERTINA: El de la cabeza!! Y el cura?
JUAN: Ya viene… Fue a buscar su biblia! (Aparecen desde salas Tamara y de su
brazo la tía)
ALBERTINA: Qué emoción!!!! Por fin se va a cumplir mi sueño!!!
TAMARA: (Advierte a Juan) Bueno, bueno, bueno!!! Por lo visto era verdad!!! En
serio te casás???
ALBERTINA: Si!!! Y conmigo!!!! Vos quién sos?
TAMARA: Digamos que… una ex compañera de la escuela. Del secundario!
Eramos muy traviesos, no?!!
ALBERTINA: No me digas? Eran de los que hacían maldades??
TAMARA: Siempre!! El me escondía los lápices debajo del asiento, y cuando los
iba a recoger, yo le tiraba la goma!!
JUAN: Bueno, dejemos esas historias antiguas! Llegó la hora de sentar cabeza!
TAMARA: Y si ahora sentás cabeza, dónde te vas a poner el shampú? En el
cu…?? (Ella le pone el brazo por el hombro y Juan le tapa la boca y le señala a
Pepito que llega, por lo que quedan casi abrazados y es la imagen que advierte
Pepi)
JUAN: El señor está con nosotros!!
ALBERTINA: Y con tu espíritu!!
PEPITO: Bien!! Veo que ya estamos todos listos (Leyendo el librito) para celebrar
el bautismo… (Juan le hace señas que no. Pepito busca en el libro y va repasando
las hojas) Bautismo… comunión… sacramentos… Ah, acá está: Matrimonio!!
(Advierte que es la última página y que no hay más, y comienza a mirar a su
alrededor a ver si se le cayeron las hojas) Buéh, no está… improvisaremos un
poco… Estamos aquí reunidos… en congreso general constituyente, por voluntad
y elección de las partes que la componen… para dale los sacramentos, medias
lunas y bolas de frailes, a nuestro hijos… estos dos reverendos hijos… del señor y
de la madre que los parió!! In nómini Sanctum… In nómini Patri… Séculum,
Seculearum a la atorrantis!! Amen… sén!! Ahora vamos a rezar y cuando
terminemos el rezo de la Sagratis Orden de la Constipatis por arrocis y quesis, os
declararé bajo juramento ancestral y divino… Tan divino que es una preciosura…
Marido y mujer y podrá besar a la novia!! (Juan se abalanza sobre Albertina y le
estampa un terrible beso en la boca) No!!! Qué hacemos??!! Cuando terminemos la
ceremonia y primero a la novia y después a los testigos!!
TAMARA: Qué dice padre??! Si ella es la novia!!!
PEPITO: No!! La novia sos vos!!!
JUAN: Qué???
ALBERTINA: Cómo?? No te casás conmigo???
TAMARA: Qué vino toma en la misa, padre??! Mire si justo yo voy a ser la novia
de Juan??
PEPITO: (Asustado, tratando de hacerla callar) No!!! Él no es Juan!!! Es Pepito!!!
TAMARA: Me parece que el humito del incienso de ustedes es medio raro!!! Mire
que no voy a saber que es Juan!! Si le conozco hasta la cicatriz que tiene en el…
PEPITO: (Enojado a Juan) Cómo no me dijiste que la conocías???
JUAN: Y yo qué sabía que era tu prima???!! Vos me dijiste que era la perra!!
PEPITO: (Señalando a Tamara) Ella es la perra!!
JUAN: Tu prima??
TAMARA: (A Juan) Cómo tu prima????? (A Pepito) Vos sos Pepito??? (Vuelve a
pasar Anabela con el carrito azul de un costado a otro corriendo nerviosa)
ANABELA: Cerrame la tres, que la paso a la cuatro porque el clima está
recaliente… Y la gente ni te cuento!!! (Sale)
TIA: Cómo?? Pepito es el…?
TAMARA: Cura!!!
TÍA: Ah, médico??
TAMARA: No! Cura, que es Padre!
TIA: Ah, ya estaba casado??
TAMARA: No!! Religioso!!
TIA: Un cura casado?? (Entra Diego y le habla a Juan)
DIEGO: Disculpen la interrupción, pero ya le traje la perra. Lo está esperando
afuera!
PEPITO: Otra perra más?? ??
DIEGO: Para que la sirva! Una ovejera alemán hermosa!!
JUAN: (Enojado a Diego) Oiga!! De qué habla??
DIEGO: Usted mismo se ofreció cuando le dije que necesitaba un macho para mi
perra! Enseguida me di cuenta que a usted le gustan las cosas raras!!
ALBERTINA: Cómo???
JUAN: (A Pepito) Eso también estaba en el testamento??
DIEGO: Se acuerda que me dijo que se acostó con muchas??!
ALBERTINA: Quéee???
DIEGO: Pensé que era su última voluntad antes de morir!!
ALBERTINA: (A Juan) Te vas a morir por acostarte con perras?????
JUAN: (A Diego) Qué dice??!! (Haciéndole los cuernos) La boca se le haga a un
lado!!!
DIEGO: Y sino para qué quería comprarse un féretro??
JUAN: Yo???
DIEGO: Sí!!! No dijo que iba a sacrificar su vida por un amigo???
PEPITO: (Emocionado) Ay, Juan!! Darías tu vida por mí???
JUAN: (Lo mira) Sí! Pero en otra reencarnación! En ésta tengo muchas cosas que
hacer todavía!!!!
TIA: (A Tamara) Pero entonces… si es cura, no se pueden casar…!
TAMARA: Viste? Al final me vas a tener que dejar toda la herencia a mí sola!!
PEPITO: Quéee???? (De salas entra Mateo abrochándose el cinturón, con la
corbata a modo de vincha y muy sonriente)
MATEO: Fáaa!!! Qué día!!! Memorable!!! Dos al hilo y sin sa… (Advierte a
Albertina tomada del brazo de Juan. Mira hacia adentro y otra vez a ella sin
entender)
DIEGO: Mateo… se puede saber qué significa… esto?
MATEO: (Aun mirando a Albertina y hacia adentro) No puede ser… ( A
Albertina) Vos no estabas…??! En qué momento saliste de la sala 2??
ALBERTINA: Ni fui a la sala 2! Me estoy casando!! Me vas a disculpar pero no
vamos a supeditar el reservorio!
JUAN: Qué iban a hacer???
MATEO: ( A ella) Pero no acabamos… quiero decir… de hacer el amor???
ALBERTINA: No creo! Me hubiese dado cuenta!!
MATEO: Pero entonces… A quién me…???! (Aparece Obdulio un tanto
tambaleante y tomándose la cola con las manos)
OBDULIO: Ahh…!! Esos calmantes me están sacando hemorroides!!!
JUAN: (Asustado al verlo) El muerto!!!!
PEPITO: El de la pistola grande???
MATEO: (Muy asqueado, señalando a Obdulio) Fue con él????!!!!! (Cae
desmayado y Albertina se le acerca a ayudarlo, mientras le habla a Obdulio)
ALBERTINA: Vio qué lindas palabras que sabe???? (A Juan) Decile que te enseñe
una cuantas, que él sabe un montón!!
JUAN: El que me quería matar!!!!
ALBERTINA: No!!! En serio??? (A Pepito por Juan) Cásenos rápido padre, antes
que me lo maten!!!
JUAN: (A Pepito señalando a Albertina) Pero entonces, ella no es la perra?
TAMARA: Por lo visto, cuando hablaba de perra, se refería a mí!
DIEGO: No! A mí!!
ALBERTINA: Quéee…??? Vos también, padrino???
OBDULIO: Cómo???? Usted es el drapino… pardino… padriono… El
padrino???!!!!
DIEGO: (Un tanto ofuscado a Mateo y Albertina) Vieron lo que lograron??? Ahora
todo el mundo ya lo sabe!! Y yo que quería mantener el anonimato!!
OBDULIO: Pero entonces… es usted???!! (Se inclina delante de él con una rodilla
en el piso como para recibir una bendición mientras le besa la mano) Es un honor
nococerlo… cosonerlo… conocerlo finalmente… Usted ha cambiado mi vida…!!
Sepa que soy su humilde versidor… revisor… servidor!!
MATEO: (Mientras se incorpora un tanto tímidamente) Acá debe haber una
confusión… No fue él! (Le extiende la mano como para que se la bese a él) Fui yo
el que…!!
OBDULIO: (Amenazante) El que, qué??!
MATEO: (Le tira un besito y le guiña un ojo. Obdulio lo mira severo. Mateo
retrocede a la defensiva, señalando a Diego) Pero por indicación de él!!
DIEGO: Mía???
OBDULIO: (Un tanto enojado, hace movimiento con la mano como para sacar su
arma de atrás pero tiene la mano vacía) Ahora van a ver…
JUAN: (Asustado se sube a upa de Pepi) Cuidado!!!!
DIEGO: (Mirándole la mano vacía) Vamos a ver, qué??
OBDULIO: Quién me sacó la pistola??!!
PEPITO: (Señalando a Albertina) Debe haber sido ella que estuvo un rato
manoteándole la entrepierna cuando estaba en el…!
ALBERTINA: No!! Qué dice, padre?? Yo sólo quería el perfume!!
PEPITO: Le hubieses pedido un calzoncillo!!
ALBERTINA: No!!! Se me cayó el perfume adentro y cuando lo buscaba, toqué
algo duro!!
OBDULIO: La pistola!!
PEPITO: (A Juan) Viste? Tan muerto no estaba!!
OBDULIO: (A Diego) Perdóneme, drapino… darpino… padrino!! Esto no va a
volver a ocurrir!!
DIEGO: Yo?? Padrino suyo?? De qué habla??!!
OBDULIO: Cómo??! No es el padrino nuestro?? El de la hermandad??
MATEO: Será que somos como una gran familia??!!
TIA: (A Tamara) Somos una gran familia?? Y qué hacemos acá??
TAMARA: (Harta) Se murió tu tía!!
TIA: La Pocha?? Cuándo????
OBDULIO: Yo lo único que quiero saber es dónde está mi pistola!!!
PEPITO: Si no lo sabés vos…!!! (Se ponen a discutir unos con otros
acaloradamente durante unos segundos hasta que se escucha un enorme estruendo
desde adentro, como de un disparo y todos se callan y se asustan y ahora Pepíto se
sube a upa de Juan. Miran hacia el costado por donde entra Anabela, con los pelos
parados y algún tizne negro en la cara producto de la explosión, con la pistola
pegada en la mano, y sacudiéndola frenéticamente como si la tuviera pegada)
ANABELA: Se me pegó la pistola y no la puedo quitar!!! (La sacude hacia todos
lados mientras todos gritan y huyen despavoridos y La pistola comienza a
dispararse hacia todos lados hasta que se cierra el

TELON

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