Jueves y Viernes Santo
Jueves y Viernes Santo
Jueves y Viernes Santo
MONICIÓN DE ENTRADA.
Celebraremos hoy dos actos tan distintos como importantes al mismo
tiempo: con la Eucaristía, la institución del amor y el servicio a los demás;
y con la adoración a la Cruz, recordaremos el padecimiento y muerte. Todo
ello va unido por una persona: JESÚS DE NAZARET. Es el comienzo
de la Semana Santa y de la Pasión de Jesús.
La última noche que pasaste entre nosotros nos diste tu Cuerpo y
Sangre convertidos en Pan y Vino: era la primera eucaristía. Pero también
nos diste una lección más humana y comprensible: lavaste los pies a tus
discípulos. Era un acto de humildad y de amor a los amigos que te habían
acompañado y bien sabías que te iban a negar.
Después pasaste miedo, dolor, angustia ante el sufrimiento que te
venía encima. Tú aclamaste a tu Padre y te viste como un ladrón más. Por
eso al acabar la eucaristía, el altar quedará vacío, al igual que nosotros,
vacíos sin Ti y adoraremos esa cruz. Adoraremos ese símbolo del madero en
el que Tú diste tu vida por el perdón de todos nuestros pecados.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los
Corintios.
11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a
mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó
pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
“Este es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto
en memoria mía”.
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
“Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced
esto cada vez que bebáis, en memoria mía”.
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz,
proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios.
Tú.
Tú, eres luz en mi sendero,
eres agua en el desierto,
eres guía al caminar.
Tú eres paz en mis desvelos,
tierno abrazo cuando tiemblo,
eres vida, eres vedad
INSTRUMENTO DE TU PAZ
Quiero ser Señor instrumento de tu paz,
Quiero ser Señor instrumento de tu
paz.
Donde haya odio, ponga yo el amor;
Donde haya ofensa, ponga yo el perdón,
Porque amando, soy amado Señor.
Donde hay discordia, ponga yo la unión;
Donde haya duda, ponga yo la fe,
Porque perdonando lo soy también Señor
Canto: Como el Padre me amó. El mundo está en la cruz.
He llegado a la montaña
Como el Padre me amó, y en la cruz te he contemplado,
Yo os he amado, te he visto ojos de niño,
Permaneced en mi amor, tu faz era de soldado.
Permaneced en mi amor.
Tu cuerpo sangrante y roto,
tus manos viejas de anciano
Si guardáis mis palabras
No he visto un Cristo de historia
Y como hermanos os amáis, vi un mundo destrozado.
Compartiréis con alegría
El don de la fraternidad. Una a una las espinas,
Si os ponéis en camino, de tu cabeza he quitado
Sirviendo siempre a la verdad, y de tus manos sangrantes
Frutos daréis en abundancia, arranque los fríos clavos.
Mi amor se manifestará. Y al llegar hasta los pies,
miedo me dio tocarlos,
Como el Padre me amó, era la sangre del pueblo,
Yo os he amado, pobre guerrero y esclavo.
Permaneced en mi amor,
Permaneced en mi amor. Tu cuerpo sangrante y roto
sobre mi se ha descolgado,
No veréis amor tan grande los pies quedaron allí,
Como aquel que os mostré, en la cruz aún clavados.
Yo doy la vida por vosotros
Y en tus ojitos de niño y
Amad como yo os amé. en tu cara de soldado,
Si hacéis lo que os mando vi la humanidad muriendo,
Y os queréis de corazón muriendo entre mis brazos.
Compartiréis mi pleno gozo El pueblo que sufre y muere,
De amar como Él me amó no muere lo hemos matado
tras pisar su dignidad
y su fe pisoteado.
Y yo en tanto seguiré
dándomelas de cristiano,
pensando que el mal de los hombres
se lo hicieron mis contrarios.
Y en tus ojitos de niño,
y en tu cara de soldado
Vi la humanidad muriendo,
muriendo entre mis brazos.
Tú, Jesús, no tenías más armas que la Palabra. Los fariseos y las
autoridades competían con otro tipo de armas: la violencia, y claro está,
deciden prenderte.
A pesar de la angustia que pasaste nunca perdiste la serenidad.
¡Con qué rapidez pasó todo! Pasaste por los tribunales, ante el sanedrín,
ante Pilatos. Del juicio a la prisión y de la prisión a la muerte. La muerte
en la cruz.
Era viernes y morías por nosotros en la cruz, por eso a pesar de la
tristeza del momento, se respira una cierta alegría por todo lo sucedido.
Quizá nuestra vida tiene algún parecido a la de Jesús. Es hora pues de
rezar, de rezar con el corazón, vamos a adorar de verdad la cruz: “El
madero en el que estuvo clavada la salvación del pueblo”
ADORACIÓN DE LA CRUZ.
El sacerdote va descubriendo la
cruz en tres momentos diferentes, en
cada uno de ellos cantará lo que
sigue, y los fieles responden con otra
invocación.
Sacerdote: “MIRAD EL
ÁRBOL DE LA CRUZ, DONDE
ESTUVO CLAVADA LA
SALVACIÓN DEL MUNDO”
Pueblo: VENID A
ADORARLO
En nuestra oscuridad
En nuestra oscuridad… enciende la llama de tu amor Señor,
De tu amor Señor, en nuestra oscuridad
SUFRO CONTIGO
Hoy me presenté ante Tí,
con todo el dolor del mundo,
y me enseñaste simplemente
a un hombre en una cruz.
Hoy me presenté ante Tí,
lleno de porqués,
“no trates de entender”,
dijiste, símplemente has de vivir.
QUE YO TU DIOS SUFRO CONTIGO
EN CADA HOMBRE,
QUE DERRAMA SU LLANTO DE
DOLOR,
QUE CADA DÍA EN ALGÚN LUGAR
SE REPITE EL CALVARIO
Y TAMBIÉN LA RESURRECCIÓN, ZAMBA DEL PERDÓN
PARA AQUELLOS OJOS
QUE AÚN SABEN MIRAR. Perdón por aquel mendigo,
por aquella lágrima que hice brillar.
Hoy me presenté ante Tí Perdón por aquellos ojos
con el joven que se droga, que al buscar los míos
la mujer cuyo cuerpo se vende no quise mirar (bis)
y el que muere en un hospital.
Hoy me presenté ante Tí SEÑOR, POR QUÉ SOY ASÍ,
y miraste a cada uno, ESTOY COMO CIEGO
con un amor profundo Y NO SÉ COMPRENDER,
que intentaba decir… SEÑOR TÚ ERES MI
ESPERANZA,
DAME TU MIRADA
QUE TE SEPA VER.
Señor, no le di la mano,
se encontraba solo y lo dejé partir.
Perdón por no dar cariño por sólo
buscarlo y tan lejos de tí (bis)
Señor, no estoy siempre alegre,
no doy luz a otros
que están junto a mí.
Perdón por esta tristeza,
por sentirme solo cuando estás junto
a mí (bis)
ORACIÓN
"Me duele, Cristo tu dolor
corriendo por tu cuerpo y por tu cara.
Me duele ver tu sangre, y más me duele
sabiendo que es el hombre quien te clava.