Resumen Examen Físico Motor
Resumen Examen Físico Motor
Resumen Examen Físico Motor
El dolor lumbar es muy común y, en ocasiones, puede ser una manifestación de una
afección subyacente grave, como cáncer, infección o una urgencia quirúrgica. El examen
físico sistemático complementa la información obtenida en la historia clínica al ayudar a
identificar problemas graves que requieren acciones clínicas más tempranas o disfunción
neurológica. El examen de la zona lumbar se realiza mejor con el paciente tanto sentado
como de pie, siguiendo un enfoque paso a paso. Es importante que el paciente se quite la
ropa suficiente para que se pueda ver y evaluar fácilmente la anatomía de la superficie. El
examen comienza con la inspección, en busca de asimetría o deformidad.
A esto le sigue la palpación, en busca de puntos sensibles o un escalón anormal entre las
vértebras. A continuación se realiza una evaluación del rango de movimiento, en busca de
dolor o limitación del movimiento. A partir de ahí, se puede realizar una evaluación de los
problemas del nervio lumbar evaluando la fuerza y los reflejos tendinosos profundos, y
realizando la elevación de la pierna estirada. A esto le siguen pruebas especiales, como la
prueba de la cigüeña y la prueba de FABER.
- INSPECCIÓN:
La inspección debe realizarse con el paciente de pie, mientras se lo observa desde atrás.
Haga que el paciente se quite la ropa suficiente para que se pueda inspeccionar
adecuadamente toda la espalda y la zona sacra.
→ Desde un lado, observe la lordosis lumbar, que normalmente aparece como una curva
suave en forma de C invertida en la columna.
- PALPACIÓN:
→ Palpe las zonas sensibles. Las zonas importantes que debe revisar son las siguientes:
1. Apófisis espinosas: son estructuras óseas duras que recorren la línea media de la
espalda. Busque un escalón en L4-S1, que sugiere espondilolistesis.
2. Músculos paraespinosos: son los músculos que recorren ambos lados de los
procesos espinosos y suelen estar sensibles por el uso excesivo de la espalda.
3. Articulación sacroilíaca (SI): palpe debajo y lateral a la espina ilíaca posterosuperior.
4. Escotadura ciática: la escotadura ciática se encuentra a medio camino entre la
espina ilíaca posterosuperior (que es la punta posterior de la cresta ilíaca) y la
tuberosidad isquiática. Presione aquí para agravar el dolor causado por la ciática.
5. Crestas ilíacas: coloque las manos sobre ambas crestas ilíacas y compare su altura.
Si una mano está más alta que la otra, puede indicar una desigualdad en la longitud
de las piernas o escoliosis.
- RANGO DE MOVIMIENTO:
- PRUEBA DE FUERZA:
Evalúe la fuerza de los músculos inervados por las raíces nerviosas clave que salen de la
columna lumbar-sacra. La debilidad sugiere irritación de estas raíces nerviosas debido a
una patología ósea o del disco. Entre ellas se incluyen:
1. Marcha sobre los talones (músculos tibiales anteriores; L4): Pídale al paciente que
camine unos pasos sobre los talones.
2. Marcha de puntillas (músculos gastrocnemio sóleo; S1): Pídale al paciente que
camine unos pasos sobre las puntas de los pies.
3. Dorsiflexión resistida del dedo gordo del pie (raíz nerviosa de L5): pídale al paciente
que se siente y levante el dedo gordo del pie contra su resistencia, presionando hacia
abajo la parte superior del dedo.
Después de las pruebas de fuerza, si el paciente presenta dolor lumbar, se debe realizar un
examen neurológico específico.
- EXAMEN NEUROLÓGICO:
- PRUEBAS ESPECIALES:
INSPECCIÓN:
Al examinar la cadera, asegúrese de que el paciente se haya quitado suficiente ropa para
exponer y comparar ambas caderas.
1. Inspeccione ambas caderas desde adelante, atrás y los costados. Observe si hay
asimetrías debido a atrofia muscular o hinchazón.
2. Indique al paciente que camine hacia adelante y hacia atrás y observe su marcha
para comprobar si cojea.
PALPACIÓN:
2. Espina ilíaca anterosuperior (EIAS): palpe la punta anterior de la cresta ilíaca. Este
es también el sitio de inserción del músculo sartorio, por lo que la sensibilidad en
esta zona puede sugerir tendinitis o avulsión.
3. Espina ilíaca anteroinferior (EIAI): palpe justo debajo y medial a la EIAS. Este es el
sitio de inserción del recto femoral, por lo que la sensibilidad en esta zona puede
sugerir tendinitis o avulsión.
5. Banda iliotibial (IT): tenga en cuenta que puede rozar el trocánter mayor con la
flexión y extensión de la cadera, lo que puede producir una sensación de estallido.
6. Espina ilíaca posterosuperior (PSIS): palpe la punta posterior del hueso ilíaco.
9. Tuberosidad isquiática: palpe por encima de la base de los glúteos. Aquí es donde se
insertan los músculos isquiotibiales.
10. Cóccix: Palpe en la punta de la columna inferior, que a menudo se lesiona por caídas
y traumatismos.
RANGO DE MOVIMIENTO:
1. Rotación interna (30°): siente al paciente y estabilice la rodilla en una flexión de 90°
con una mano. Luego, con la otra mano, aleje el pie de la línea media (que se pierde
al principio en la artrosis de cadera).
2. Rotación externa (60°): Con el paciente en la misma posición, mover el pie hacia la
línea media.
3. Abducción (45°): Con el paciente en decúbito supino, sujete el tobillo y tire de la
pierna para alejarla de la línea media.
4. Aducción (30°): Con el paciente en decúbito supino, tire de la pierna hacia la línea
media (hasta que la pelvis se incline).
5. Flexión (120°): Con el paciente en decúbito supino, tome la rodilla doblada y tire de
ella hacia el pecho (deténgase cuando la espalda se aplane).
6. Extensión (15°): Mientras el paciente está boca abajo, levante la pierna y sáquela de
la mesa.
PRUEBA DE FUERZA:
1. Fuerza de extensión: mientras el paciente está boca abajo, pídale que levante toda la
pierna de la mesa mientras usted empuja hacia abajo la mitad de la espinilla (pone a
prueba el glúteo mayor y los isquiotibiales).
2. Fuerza de abducción: mientras el paciente está en decúbito supino, pídale que junte
los pies mientras usted separa los tobillos (prueba el glúteo medio y el mínimo).
3. Fuerza de aducción: mientras el paciente está en decúbito supino, pídale que separe
los pies mientras usted junta los tobillos (prueba el aductor largo/corto/mayor y el
grácil).
4. Fuerza de flexión: mientras el paciente está sentado, pídale que flexione la cadera
hacia arriba mientras usted empuja hacia abajo la rodilla (prueba el iliopsoas, el recto
femoral y el sartorio).
EXAMEN SENSORIAL:
1. Muslo lateral distal: la hipoestesia en esta zona puede indicar meralgia parestésica,
causada por la compresión del nervio cutáneo femoral lateral.
2. Nervio obturador: inerva la cadera, así como la parte medial del muslo y la rodilla
(puede provocar que el dolor de cadera se sienta en la rodilla).
PRUEBAS ESPECIALES:
1. Prueba de Trendelenburg: Indique al paciente que se ponga de pie sobre ambos pies
y levante lentamente un pie. Observe si hay una inclinación de la pelvis hacia el pie
elevado. Una prueba positiva indica debilidad en los músculos abductores de la
cadera.
2. Prueba de salto: indique al paciente que se pare o salte sin apoyo sobre una pierna
y observe si se reproduce el dolor en la zona de la ingle. Esta prueba suele ser
positiva en caso de fractura por estrés del cuello femoral.
6. Prueba de Ober: pida al paciente que se acueste sobre el lado no afectado con la
rodilla superior flexionada a 90° y mida la distancia de la rodilla flexionada a la mesa.
La incapacidad de bajar la rodilla hasta la mesa sugiere rigidez de la banda iliotibial,
que puede predisponer al síndrome de fricción de la banda iliotibial.
- INSPECCIÓN
Pídale al paciente que camine y observe si cojea o siente dolor.
Compare cuidadosamente ambas rodillas y busque lo siguiente:
- PALPACIÓN
Palpación para detectar hinchazón y derrame:
Rodee la rótula con los dedos para evaluar la hinchazón. La hinchazón en la parte
delantera de la rótula sugiere bursitis prerrotuliana o infección, mientras que la
hinchazón detrás de la rótula sugiere un derrame en la articulación de la rodilla y
probablemente un trastorno interno significativo.
- Rótula: Palpe con las yemas de los dedos sobre y alrededor de la rótula (el
hueso grande que se encuentra frente a la articulación de la rodilla). La
sensibilidad o el dolor alrededor o debajo de la rótula sugiere dolor
patelofemoral; sobre la parte superior de la rótula sugiere bursitis
prerrotuliana; debajo de la rótula sugiere dolor patelofemoral o lesión
condral. La sensibilidad o el dolor en el polo inferior de la rótula sugiere
enfermedad de Synding-Larsen (apofisitis rotuliana).
*Extensión (0°)
Para detectar una falta de extensión más sutil, haga que el paciente se acueste boca abajo
con los muslos apoyados en el extremo de una mesa de examen y observe la diferencia en
la altura del talón.
*Flexión (130°):
Pida al paciente que se acueste en decúbito supino y doble la rodilla lo máximo posible,
llevando el talón lo más cerca posible de los glúteos. La flexión puede verse limitada por
derrame articular o espasmo del cuádriceps.
→ Prueba de ligamentos
Evalúe el ligamento colateral medial (MCL) y el ligamento colateral lateral (LCL) para
detectar dolor y laxitud.
- Pruebe el MCL aplicando tensión en valgo sosteniendo el tobillo del paciente con una
mano, mientras empuja contra el lado lateral de la rodilla con la otra mano.
Califique la lesión del ligamento colateral medial según el dolor y la laxitud.
La laxitud ante la tensión en valgo aplicada con la rodilla en extensión completa sugiere
una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) y/o del ligamento cruzado posterior (LCP),
así como del ligamento colateral medial.
El LCA y el LCP están tensos cuando la rodilla está en extensión completa y, por lo tanto,
deberían actuar para prevenir la laxitud en valgo en esta posición. Doblar la rodilla a 20°
afloja estos ligamentos y permite realizar pruebas aisladas del ligamento colateral medial.
Pruebe el LCL ejerciendo una tensión en varo sosteniendo el tobillo con una mano, mientras
empuja contra el lado medial de la rodilla con la otra mano, también con la rodilla extendida
y luego flexionada a 20°.
Utilice la misma clasificación que para una lesión del ligamento colateral medial para
describir una lesión del ligamento colateral lateral.
El ligamento colateral lateral se lesiona con mucha menos frecuencia que el ligamento
colateral medial.
Si se observa una laxitud significativa ante la tensión en varo, sospeche una lesión más
grave en la esquina posterolateral de la rodilla. Una lesión de este tipo puede acompañar a
una luxación de rodilla y justifica una derivación urgente al ortopedista.
Prueba de Lachman: Con el paciente en decúbito supino y la rodilla en 20° de flexión (como
se describió anteriormente), sujete la tibia proximal con una mano y aplique una fuerza
dirigida anteriormente sobre la tibia mientras estabiliza el muslo con la otra mano colocada
en el lado lateral del fémur. Este es el examen definitivo para evaluar un desgarro del
ligamento cruzado anterior (LCA).
Prueba del cajón anterior: con el paciente en decúbito supino y la rodilla en flexión de 90°,
coloque las manos alrededor de la parte superior de la tibia, con los pulgares en la parte
delantera de la rodilla, y tire de la tibia hacia adelante. La sensibilidad de este examen es
limitada porque con la rodilla flexionada a 90°, los ligamentos colaterales están tensos y
restringen el movimiento anterior.
Desplazamiento del pivote: con el paciente en decúbito supino, sujete la pierna por el pie y
gírela hacia adentro mientras flexiona la rodilla más de 20° y aplica una ligera tensión en
valgo (empujando hacia afuera de la rodilla en dirección medial). Observe si la tibia se
desplaza hacia adelante. Esta prueba es útil para evaluar las restricciones secundarias de la
articulación de la rodilla y, por lo general, solo dará resultados positivos cuando la rodilla
esté muy laxa. Esta prueba suele ser dolorosa, lo que limita su utilidad.
Prueba del cajón posterior: coloque al paciente y coloque las manos como en la prueba del
cajón anterior y empuje la tibia hacia atrás. Un desplazamiento posterior significativo de la
tibia sugiere una lesión del ligamento cruzado posterior.
Signo de hundimiento: coloque al paciente en decúbito supino con la rodilla flexionada a 90°
y el pie apoyado sobre la mesa de exploración. Observe si la tibia se hunde (cae hacia atrás)
con respecto al fémur. Esto sugiere un desgarro del ligamento cruzado posterior con una
laxitud posterior significativa.
→ Pruebas de menisco
Las pruebas que se realizan para evaluar la lesión de menisco suelen ser inespecíficas y
tienen una alta tasa de falsos positivos. Las pruebas de menisco más comunes descritas
incluyen:
Prueba de rebote: con el paciente en decúbito supino, fuerce la rodilla hasta que alcance la
extensión máxima presionando la rótula hacia abajo. Un menisco lesionado causará un
dolor importante, ya que se pincha con la extensión de la rodilla.
Dolor a la palpación en la línea articular: palpe a lo largo de las líneas articulares medial y
lateral, donde se encuentra el menisco. El dolor a la palpación en esta zona sugiere una
lesión del menisco o una osteoartritis.
Extensión de rodilla en decúbito prono: pídale al paciente que se acueste en decúbito prono
con ambas rodillas colgando justo al final de la mesa de examen y luego observe si hay una
diferencia en la altura del talón. Esto puede indicar un bloqueo mecánico de la extensión de
la rodilla causado por un menisco desgarrado y desplazado.
Caminata de pato: pídale al paciente que se ponga en cuclillas y luego camine en esa
posición. Si puede hacer esto, es poco probable que el paciente tenga una lesión importante
en el cartílago o en los ligamentos.
Prueba de McMurray
Con el paciente en decúbito supino, coloque una mano sobre la rodilla (proporcionando
tensión en varo) y la otra mano sobre el talón.
Realice la prueba flexionando y extendiendo la rodilla del paciente mientras rota interna y
externamente la tibia. Un ruido metálico significativo con esta maniobra puede indicar un
desgarro meniscal por desplazamiento. Esta prueba debe realizarse con precaución, ya que
puede hacer que un menisco desgarrado desplace y bloquee la articulación de la rodilla. La
utilidad de esta prueba está limitada por su alta tasa de falsos positivos.
Haga que el paciente se recueste boca abajo sobre la mesa de examen con la rodilla
doblada a 90°.
Flexione y extienda pasivamente la rodilla del paciente mientras gira la tibia interna y
externamente con una mano y, simultáneamente, aplique una carga axial sobre la
articulación de la rodilla empujando hacia abajo el talón con la otra mano.
Esté atento a un ruido metálico significativo durante esta maniobra, que puede indicar un
desgarro de menisco. La utilidad de esta prueba también está muy limitada por una alta tasa
de falsos positivos.
→ Pruebas de rótula
Se pueden realizar varias pruebas para evaluar la disfunción patelofemoral, el dolor o la
luxación. Las pruebas de rótula se realizan con el paciente en decúbito supino.
Ángulo Q (ángulo del cuádriceps): Con el paciente en decúbito supino, calcule el ángulo
formado por una línea que conecta la espina ilíaca anterosuperior (EIAS) de la cadera y el
centro de la rótula, con una línea que desciende por la tibia anterior (desde el centro de la
rótula hasta el tubérculo tibial). Los ángulos mayores de 10° en los hombres y de 15° en las
mujeres predisponen a problemas patelofemorales. La pelvis más ancha que se observa en
las mujeres aumenta el ángulo Q y predispone al paciente a sufrir dolor patelofemoral.