S2 - La Comunicación, Tipos y Técnicas de Comunicación Eficaz
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COMUNICACIÓN
Asignatura:Técnicas de Comunicación Docente: Lic. Max LUNA ROJAS. Mg.
Técnicas de Comunicación
Mensaje
Canal
Emisor Receptor
Código
Contexto
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TIPOS DE COMUNICACIÓN
Las formas de comunicación humana pueden agruparse en dos grandes categorías: la
comunicación verbal y la comunicación no verbal:
La comunicación verbal se refiere a las palabras que utilizamos y a las inflexiones
de nuestra voz (tono de voz).
La comunicación no verbal hace referencia a un gran número de canales, entre
los que se podrían citar como los más importantes el contacto visual, los gestos
faciales, los movimientos de brazos y manos o la postura y la distancia corporal.
Comunicación verbal
Palabras (lo que decimos)
Tono de nuestra voz
Comunicación no verbal
Contacto visual
Gestos faciales (expresión de la cara)
Movimientos de brazos y manos
Postura y distancia corporal
Pese a la importancia que le solemos atribuir a la comunicación verbal, entre un 65 %
y un 80 % del total de nuestra comunicación con los demás la realizamos a través de
canales no verbales. Para comunicarse eficazmente, los mensajes verbales y no verbales
deben coincidir entre sí. Muchas dificultades en la comunicación se producen cuando
nuestras palabras se contradicen con nuestra conducta no verbal. Ejemplo:
Un hijo le entrega un regalo a su padre por su cumpleaños y éste, con una
expresión de decepción, dice: “Gracias, es justo lo que quería”.
Un chico encuentra a su mejor amigo por la calle y, cuando le saluda, el otro le
devuelve el saludo con un frío y seco “hola” y desvía la mirada.
es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. La escucha efectiva tiene que ser
necesariamente activa por encima de lo pasivo. La escucha activa se refiere a la habilidad
de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los
sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. Para llegar a
entender a alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar
de la otra persona.
Elementos que facilitan la escucha activa
Disposición psicológica: prepararse interiormente para escuchar. Observar al otro:
identificar el contenido de lo que dice, los objetivos y los sentimientos.
Expresar al otro que le escuchas con comunicación verbal (ya veo, umm, uh, etc.) y
no verbal (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.).
Elementos a evitar en la escucha activa
No distraernos, porque distraerse es fácil en determinados momentos. La curva de
la atención se inicia en un punto muy alto, disminuye a medida que el mensaje
continúa y vuelve a ascender hacia el final del mensaje, Hay que tratar de
combatir esta tendencia haciendo un esfuerzo especial hacia la mitad del mensaje
con objeto de que nuestra atención no decaiga.
No interrumpir al que habla.
No juzgar.
No ofrecer ayuda o soluciones prematuras.
No rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo: "no te preocupes, eso no
es nada".
No contar "tu historia" cuando el otro necesita hablarte.
No contraargumentar. Por ejemplo: el otro dice "me siento mal" y tú respondes "y
yo también".
Evitar el "síndrome del experto": ya tienes las respuestas al problema de la otra
persona, antes incluso de que te haya contado la mitad.
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Habilidades para la escucha activa
Mostrar empatía. Escuchar activamente las emociones de los demás es tratar de
"meternos en su pellejo" y entender sus motivos. Es escuchar sus sentimientos y
hacerle saber que "nos hacemos cargo", intentar entender lo que siente esa
persona. No se trata de mostrar alegría, si siquiera de ser simpáticos.
Simplemente, que somos capaces de ponernos en su lugar. Sin embargo, no
significa aceptar ni estar de acuerdo con la posición del otro. Para demostrar esa
actitud, usaremos frases como: “entiendo lo que sientes”, “noto que...”.
Parafrasear. Este concepto significa verificar o decir con las propias palabras lo
que parece que el emisor acaba de decir. Es muy importante en el proceso de
escucha ya que ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite
verificar si realmente se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice.
Un ejemplo de parafrasear puede ser: “Entonces, según veo, lo que pasaba era
que...”, “¿Quieres decir que te sentiste...?”.
Emitir palabras de refuerzo o cumplidos. Pueden definirse como verbalizaciones
que suponen un halago para la otra persona o refuerzan su discurso al transmitir
que uno aprueba, está de acuerdo o comprende lo que se acaba de decir.
Algunos ejemplos serían: "Esto es muy divertido"; "Me encanta hablar contigo" o
"Debes ser muy bueno jugando al tenis". Otro tipo de frases menos directas
sirven también para transmitir el interés por la conversación: "Bien", "umm" o
"¡Estupendo!".
Resumir. Mediante esta habilidad informamos a la otra persona de nuestro
grado de comprensión o de la necesidad de mayor aclaración.
Expresiones de resumen serían:
"Si no te he entendido mal..."
"O sea, que lo que me estás diciendo es..."
"A ver si te he entendido bien...."
Expresiones de aclaración serían:
"¿Es correcto?"
"¿Estoy en lo cierto?"
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Discutir los temas de uno en uno, no "aprovechar" que se está discutiendo, por
ejemplo sobre la impuntualidad de la pareja, para reprocharle de paso que es un
despistado, un olvidadizo y que no es cariñoso.
No ir acumulando emociones negativas sin comunicarlas, ya que producirían un
estallido que conduciría a una hostilidad destructiva.
Técnicas de Comunicación
No hablar del pasado. Rememorar antiguas ventajas, o sacar a relucir los “trapos
sucios” del pasado, no sólo no aporta nada provechoso, sino que despierta malos
sentimientos. El pasado sólo debe sacarse a colación constructivamente, para
utilizarlo de modelo cuando ha sido bueno e intentamos volver a poner en
marcha conductas positivas quizá algo olvidadas. Pero es evidente que el pasado
no puede cambiarse; por tanto hay que dirigir las energías al presente y al
futuro.
Ser específico. Ser específico, concreto, preciso, es una de las normas principales
de la comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una
forma concreta de avanzar. Cuando se es inespecífico, rara vez se moviliza nada.
Si por ejemplo, nos sentimos solos/as y deseamos más tiempo para estar con
nuestra pareja, no le diga únicamente algo así: “No me haces caso”, “Me siento
solo/a”, ““iempre estás ocupado/a”. Aunque tal formulación exprese un
sentimiento, si no hacemos una propuesta específica, probablemente las cosas
no cambiarán. “ería apropiado añadir algo más. Por ejemplo: “¿Qué te parece si
ambos nos comprometemos a dejar todo lo que tenemos entre manos a las 9 de
la noche, y así podremos cenar juntos y charlar?”.
Evitar las generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son
ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir: "últimamente te veo algo
ausente" que "siempre estás en las nubes". Para ser justos y honestos, para
llegar a acuerdos, para producir cambios, resultan más efectivas expresiones del
tipo: “La mayoría de veces”, “En ocasiones”, “Algunas veces”, “Frecuentemente”.
Son formas de expresión que permiten al otro sentirse correctamente valorado.
Ser breve. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar
excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce la
sensación de ser tratado como alguien de pocas luces o como un niño. En todo
caso, corre el peligro de que le rehúyan por pesado cuando empiece a hablar.
Hay que recordar que: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
Cuidar la comunicación no verbal. Para ello, tendremos en cuenta lo siguiente:
La comunicación no verbal debe de ir acorde con la verbal. Decir "ya sabes
que te quiero" con cara de fastidio dejará a la otra persona peor que si no
se hubiera dicho nada.
8 Contacto visual. Es el porcentaje de tiempo que se está mirando a los ojos
de la otra persona. El contacto visual debe ser frecuente, pero no
exagerado.
Afecto. Es el tono emocional adecuado para la situación en la que se está
interactuando. Se basa en índices como el tono de voz, la expresión facial y
el volumen de voz (ni muy alto ni muy bajo).
Elegir el lugar y el momento adecuados. En ocasiones, un buen estilo
comunicativo, un modelo coherente o un contenido adecuado pueden irse al
traste si no hemos elegido el momento adecuado para transmitirlo o entablar
una relación. Es importante cuidar algunos aspectos que se refieren al momento
en el que se quiere establecer la comunicación:
El ambiente: el lugar, el ruido que exista, el nivel de intimidad...
Si vamos a criticar o pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas
con nuestro interlocutor.
Si vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo u otras personas
significativas.
Si ha comenzado una discusión y vemos que se nos escapa de las manos o
que no es el momento apropiado utilizaremos frases como: “si no te
importa podemos seguir discutiendo esto en... más tarde”.
La comunicación es una herramienta importante y necesaria dentro de la sociedad sin
importar el área o rubro en el que las personas se desarrollen. Por lo que debemos
aprender a utilizar adecuadamente esta herramienta.
Hay cuatro elementos claves para lograr una comunicación efectiva: Escuchar,
ponerse en los zapatos del otro, ser auténtico y negociar la idea, estos puntos lograrán
mantener una comunicación efectiva.
Saber escuchar
El saber escuchar es la habilidad elemental de la comunicación efectiva. Además,
recordemos que sólo me escuchan si se escuchar y no atropello con conceptos o ideas
que están en mi memoria. Escuchar implica demostrar que lo hacemos, el saber escuchar
es básico para obtener la credibilidad de una negociación de contenidos.
Consejos para la escucha
Mirar a los ojos, tener siempre una postura física cómoda, afirmar y seguir el lenguaje
gestual de la otra persona, no interrumpir y esperar hasta la culminación de la otra idea,
dejar de lado los prejuicios y finalmente pedir aclaraciones sin ser ofensivo ni exaltarse.
Ponerse en los zapatos de la otra persona
El ponerse en el lugar del otro no significa fingir que lo estamos siendo, es ser
realmente empático, respetando al otro como profesional y ser humano, siendo tolerante
y respetando las ideas ajenas y no creyendo que uno tenga la verdad absoluta. Asimismo
debemos alejarnos de los prejuicios y sobre todo comprendiendo primero al otro antes
de pretender ser entendidos. Esto no significa que rechazamos nuestras ideas,
simplemente las analizamos y tomamos lo bueno de todo ello.
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acciones, es decir, hago lo que digo y digo lo que hago. No olvidemos ser
espontáneos y seguros.
Consejos para ser auténtico y creíble: Tener datos para demostrar nuestras
ideas, aprender del otro, aceptar nuestros errores, no mentir y negociar no
imponer.
Negociar ideas. Tener en mente que el objetivo central es lograr convencer y no
ganar discusiones ni enfrentamientos, ver al diálogo cómo una colaboración de
pares para alcanzar una meta conjunta, si negociamos ideas buscamos un
beneficio mutuo y no así una ganancia única. La negociación permite confrontar
ideas sin crear enfrentamientos que rompan el diálogo.
Consejos para negociar las ideas: Cuando se vaya dando la conversación asentir,
bajar la tensión con la comprensión, tener sentido del humor, recapitular y
aplaudir criterios compartidos.
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