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Informe de Salud Mental y Cultura

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Estudiante: Catherin Figuereo Pérez

Matrícula: 100677296
Sección: 45

Salud mental y cultura

Introducción:
La relación entre la salud mental y la cultura es un tema de gran relevancia y complejidad. La
salud mental es un estado de bienestar emocional, psicológico y social en el que una persona
es capaz de enfrentar los desafíos de la vida, desarrollar su potencial y mantener relaciones
saludables. La cultura, por su parte, abarca las normas, creencias, valores, tradiciones y
comportamientos compartidos por un grupo de personas. Este informe examinará la influencia
de la cultura en la salud mental, cómo los factores culturales pueden afectar la percepción y el
abordaje de la salud mental, y las implicaciones culturales en la atención y tratamiento de los
trastornos mentales.

Salud Mental

Según la OMS la salud mental es un estado de complemento bienestar físico,


psíquico y social.

La salud es un fenomeno del ambito de los seres humanos vivientes, lo cual presupone la
cultura, porque este es el medio natural en el que vivimos los seres humanos. Salud "es el
ejercicio positivo positivo de la vida, de los requisitos que la hacen posible y amable (Agudelo,
1980). En esta perspectiva, la salud esta multideterminada : por las condiciones de vida, la
situacion en materia laboral, educacion/profesion, las posibilidades para instrumentar el
tiempo libre y la diversion, el esparcimiento, la religion, el respeto a las libertades individuales.
La enfermedad es solo uno de los avatares posibles de la salud. Estar enfermo es congruente
con la posibilidad de gozar de un cierto grado de salud. Salud mental es un campo de reflexion
y de trabajo que la practica ha legitimado. Y esta es una construccion cultural de lo que
podemos entender por salud, construccion de una cultura occidental, judeo-cristiana y
holistica. Por ejemplo, para la medicina ayurvedica, (medicina oriental) salud es "settled in
oneself". (ubicado en uno mismo). Cuando el cuidado y atencion de la salud son capturados
por el mundo de la teconologia y los negocios, entonces se inicia la oferta de complejos
estudios y chequeos, asi como dietas, aparatos, suplementos, etc., de modo que la busqueda
de salud se convierte en una obsesion de los que pueden pagar. Los sistemas diseñados para
atender y cuidar la salud son coherentes con la concepcion de salud que sostienen y ponen en
accion. Hay una relacion complejamente recursiva y reflexiva.

Cultura
es un sistema complejo de conocimientos y de costumbres que caracteriza a
una población determinada y que es transmitido a las generaciones siguientes.
El lenguaje, los hábitos y los valores son algunos de los aspectos que forman
parte de la cultura.

Factores culturales y salud mental:


La cultura juega un papel fundamental en la construcción de la identidad y las percepciones de
las personas sobre la salud mental. Los factores culturales, como las creencias, los valores y las
normas sociales, influyen en la manera en que una persona percibe, comprende y experimenta
los trastornos mentales. Por ejemplo, algunas culturas pueden estigmatizar o marginar a
aquellos que padecen problemas de salud mental, lo que dificulta la búsqueda de ayuda y el
acceso a los servicios de atención.

Además, las expresiones y manifestaciones de los trastornos mentales pueden variar según la
cultura. Algunos trastornos pueden ser interpretados de manera diferente en diferentes
culturas, lo que lleva a tasas de diagnóstico y tratamiento distintas. Por ejemplo, las
expresiones de malestar emocional en algunas culturas pueden manifestarse a través de
síntomas físicos en lugar de síntomas psicológicos.

Religioson, cultura y salud mental

La relación entre la religión, la cultura y la salud mental es un tema complejo y multifacético. La


religión y la cultura pueden desempeñar un papel importante en la forma en que las personas
perciben, entienden y abordan su salud mental. A continuación, se explorarán algunas de las
interacciones entre estos ámbitos:

1. Significados y creencias: La religión y la cultura pueden proporcionar significados y sistemas


de creencias que ayudan a las personas a comprender y encontrar sentido en su vida. Esto
puede brindar consuelo, esperanza y una sensación de propósito a las personas que están
experimentando problemas de salud mental.

2. Apoyo comunitario: La religión y la cultura suelen estar arraigadas en comunidades y redes


sociales, lo que puede proporcionar un apoyo emocional importante para las personas que
atraviesan dificultades de salud mental. Las prácticas religiosas y culturales pueden brindar un
sentido de pertenencia, conexión y solidaridad que puede tener beneficios para la salud
mental.

3. Estigmatización y discriminación: A pesar de los posibles beneficios, la religión y la cultura


también pueden ser fuentes de estigmatización y discriminación en relación con la salud
mental. Algunas creencias religiosas o culturales pueden considerar los trastornos mentales
como castigos divinos o tabúes, lo que puede generar vergüenza, ocultamiento y falta de
acceso a servicios de salud mental adecuados.

4. Influencia en las creencias y prácticas de tratamiento: La religión y la cultura también pueden


influir en las creencias y preferencias de tratamiento de las personas en relación con la salud
mental. Algunas personas pueden buscar ayuda y apoyo principalmente a través de líderes
religiosos o prácticas espirituales, mientras que otras pueden preferir enfoques terapéuticos
basados en la evidencia. Es importante que los profesionales de la salud mental sean sensibles
y respetuosos con las preferencias y necesidades individuales de cada paciente.

Es crucial reconocer la diversidad en las prácticas religiosas y culturales, y evitar


generalizaciones y estereotipos. Cada persona tiene una experiencia única y personal en
relación con su religión, cultura y salud mental. Es importante promover diálogos y
colaboraciones interculturales que respeten la diversidad y brinden un espacio seguro y
acogedor para que las personas exploren y aborden su salud mental desde una perspectiva
culturalmente informada.

La incidencia de la cultura y el origen étnico en las enfermedades


mentales

El origen étnico y cultural de una persona determina sus creencias, normas y


valores. Por lo tanto, es probable que influya en su forma de ver y tratar las
enfermedades mentales. Abordar temas de salud mental suele ser difícil para
las personas de determinados orígenes, ya que ello requiere hablar de cosas
que a menudo no se mencionan en su comunidad. En tales entornos, las
conductas inusuales se interpretan de diversas maneras y pueden considerarse
bajo el lente de estereotipos. A menudo, estas percepciones responden a
creencias culturales y formas de entender los trastornos mentales. Esas
opiniones no suelen ser materia de conversación y pueden existir en los grupos
sin que nadie las reconozca abiertamente.

a prevalencia de la enfermedad mental es similar en todas las culturas. Sin


embargo, cabe destacar que existen diferencias significativas en la expresión
de los problemas relacionados con la salud mental entre los grupos culturales y
étnicos en lo que respecta a:
 Tasas de suicidio, trastorno de estrés postraumático (TEPT) o
violencia doméstica.
 Síndromes «ligados a la cultura» o «enfermedades populares»,
es decir, enfermedades o condiciones que sólo se reconocen
dentro de una cultura o sociedad específica, por ejemplo, los
trastornos específicos del sueño y el síndrome de la ira
reprimida.
 La prevalencia de tipos específicos de enfermedades mentales,
como la depresión en algunos grupos o las fobias en otros, por
ejemplo.
El género de una persona también podría cobrar mayor importancia en
determinadas culturas que en la sociedad en general, y puede ser un factor
determinante en la probabilidad de que se diagnostique un trastorno de salud
mental.

Aculturación

La "aculturación" es un término que se utiliza para describir el proceso en el cual un individuo o


grupo adopta o asimila una nueva cultura o elementos de una cultura diferente. Este proceso
puede ocurrir por diferentes razones, como la migración, la globalización o la interacción con
diferentes culturas.

Durante la aculturación, las personas pueden aprender nuevos patrones de comportamiento,


valores, creencias y prácticas de la cultura que están adoptando. Pueden adaptarse a las
normas y costumbres de esa cultura, lo que puede influir en su identidad cultural y en su forma
de relacionarse con su cultura de origen.

Es importante tener en cuenta que la aculturación es un proceso complejo y variable. La forma


en que las personas asimilan y adaptan una nueva cultura puede variar ampliamente. Algunos
pueden adoptar por completo la nueva cultura y abandonar su cultura de origen, mientras que
otros pueden mantener una identidad cultural híbrida o bicultural, combinando aspectos de
ambas culturas.

La aculturación también puede generar cambios en la salud mental y el bienestar de las


personas. Puede haber desafíos y tensiones emocionales asociadas con el ajuste a una nueva
cultura, como estrés, ansiedad, conflicto de identidad o pérdida de conexiones sociales y de
apoyo. Es importante brindar apoyo y recursos a las personas que están experimentando este
proceso para que puedan adaptarse de manera saludable a su nueva situación cultural.

Transculturacion

La "transculturación" es un término que fue acuñado por el sociólogo cubano Fernando Ortiz
en la década de 1940. Se utiliza para describir un proceso dinámico y bidireccional en el que
dos o más culturas interactúan y se influencian mutuamente, dando lugar a cambios culturales
en ambas partes.

A diferencia de la aculturación, que implica la adopción de elementos de una cultura por parte
de otra cultura dominante, la transculturación sostiene que en una interacción cultural, ambas
culturas pueden influenciarse y transformarse mutuamente.

En el proceso de transculturación, los individuos o grupos pueden adoptar aspectos de una


cultura diferente, pero también pueden reinterpretarlos y revitalizarlos a través de su propia
lente cultural. Esto puede incluir la fusión de tradiciones, creencias y prácticas culturales,
generando nuevas formas de expresión cultural.

La transculturación puede ser un proceso resultado de la migración, el comercio, la


colonización, la globalización y otras formas de intercambio cultural. Se considera una forma de
enriquecimiento cultural, ya que permite la incorporación de nuevas perspectivas y valores a
una cultura existente, al tiempo que preserva y revitaliza las tradiciones y prácticas culturales
propias.

Es importante destacar que la transculturación puede generar tensiones y conflictos,


especialmente cuando las diferencias culturales no son valoradas o respetadas
adecuadamente. Por lo tanto, es fundamental fomentar el diálogo intercultural, el respeto
mutuo y la valoración de la diversidad cultural en los procesos de transculturación.
Intervenciones culturalmente sensibles:
Es crucial que los profesionales de la salud mental y los proveedores de servicios comprendan y
consideren los factores culturales al trabajar con personas de diferentes orígenes culturales. La
atención a la salud mental debe ser sensible a la diversidad cultural y adaptable a las
necesidades y creencias de cada individuo.

Las intervenciones culturalmente sensibles deben considerar la importancia de los sistemas de


creencias, prácticas tradicionales y apoyo comunitario en el abordaje de la salud mental. Esto
implica la colaboración con líderes comunitarios, mediadores culturales y el desarrollo de
enfoques terapéuticos que se ajusten a los valores y contextos culturales de cada individuo.

Conclusión:
La salud mental y la cultura están intrínsecamente relacionadas. Los factores culturales influyen
en la percepción, el estigma y el abordaje de los trastornos mentales. Es fundamental que la
atención y el tratamiento de la salud mental sean culturalmente sensibles, brindando un
espacio seguro y respetuoso que tenga en cuenta las creencias, los valores y las prácticas
culturales de cada individuo. Impulsar la conciencia cultural y fomentar la inclusión y el respeto
son pasos importantes para garantizar una atención equitativa y efectiva en el ámbito de la
salud mental.

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