Canto Guia 1
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una oportunidad para expresar emociones y conectar con tu audiencia de una manera única! La
laringe, ese magnífico órgano en forma de tubo, es una pieza central en el prodigioso mecanismo
de producción vocal. Situada en la parte superior del cuello, justo debajo de la "manzana de Adán",
la laringe es una maravilla de la anatomía humana. No solo es el hogar de los pliegues vocales y
otros músculos responsables de dar forma y tono a nuestra voz, sino que también desempeña un
papel crucial en la protección de nuestras vías respiratorias.
Esta estructura vital se conecta con la tráquea en su parte inferior, asegurando que el aire fluya
correctamente hacia y desde los pulmones durante la respiración. Además, en su parte superior, la
laringe se une a la faringe, formando un enlace esencial en la cadena que permite la producción de
sonido.
Constituida por un total de 9 piezas de cartílago, la laringe es una obra maestra de la ingeniería
biológica. Tres de estos cartílagos son impares: el imponente cartílago tiroides, la protectora
epiglotis y el sólido cartílago cricoides. Junto a ellos, encontramos tres pares de cartílagos: los
aritenoides, cuneiformes y corniculados. Estos elementos trabajan en perfecta armonía para
controlar la tensión y la posición de las cuerdas vocales, permitiendo así la modulación y
producción de sonido.
Permíteme llevarte en un viaje por sus partes y funciones:
1. Cuerdas Vocales (Cuerdas True y False): Las cuerdas vocales son dos pliegues de tejido
ubicados en el interior del alvéolo. Estas cuerdas se estiran y contraen para controlar el
flujo de aire que pasa a través de ellas, creando vibraciones que generan sonido. Las
cuerdas vocales "verdaderas" son las responsables de la mayoría de los sonidos vocales,
mientras que las "falsas" ayudan en la resonancia y la producción de sonidos más graves.
2. Cartílagos Tiroides y Cricoides: Estos son dos de los cartílagos más importantes en la
laringe. El cartílago tiroides, también conocido como "manzana de Adán", protege las
cuerdas vocales y juega un papel crucial en el control de la tensión vocal. El cartílago
cricoides proporciona soporte a la laringe y ayuda a regular la apertura y cierre de las
cuerdas vocales.
3. Epiglotis: La epiglotis es una solapa de tejido que se encuentra en la parte superior de la
laringe. Su función principal es cerrar la entrada de la tráquea durante la deglución,
evitando que los alimentos y líquidos ingresen a las vías respiratorias. En el canto, la
epiglotis juega un papel importante en la resonancia y la modulación del tono.
4. Músculos Intrínsecos y Extrínsecos: La laringe está rodeada por varios grupos
musculares que controlan su movimiento y posición. Los músculos intrínsecos están
dentro de la laringe y son responsables de ajustar la tensión de las cuerdas vocales y
regular la altura y el tono de la voz. Los músculos extrínsecos se encuentran fuera de la
laringe y ayudan a controlar su posición y movimiento general.
5. Cavidad Resonante: Aunque técnicamente no es parte de la laringe, la cavidad
resonante (boca, nariz, senos paranasales, etc.) desempeña un papel crucial en la calidad
y el timbre de la voz. La resonancia se refiere a cómo los sonidos vocales se amplifican y
modifican a medida que viajan a través de estas cavidades, agregando riqueza y color a
tu voz.
Ahora que hemos explorado las partes principales del alvéolo y sus funciones, es importante
recordar que cada una de estas estructuras trabaja en armonía para producir el sonido que
sale de tu boca. Como cantante, es fundamental comprender y cuidar tu alvéolo para
desarrollar tu técnica vocal y alcanzar tu máximo potencial artístico.
Es frecuente representar la combinación del modo y del lugar de articulación por medio de
un triángulo invertido, que representa esquemáticamente la posición de la lengua dentro de
la cavidad bucal en la articulación del sonido vocálico.
El velo del paladar es la estructura de la anatomía bucal compuesta a partir de tejido blando,
la gran mayoría músculos. En su funcionamiento general, es esencial la labor que ejerce el
músculo tensor del velo del paladar, llamado periestafilino, que lo tensa o lo destensa e
interviene en la apertura de la trompa. Actúa como músculo elevador del velo del paladar o
tensor, pero a veces aumenta de tamaño y causa obstrucción.
Esto es un inconveniente grave para respirar correctamente o para ingerir alimentos. Todo el
entramado de músculos que conforman el velo del paladar es esencial para articular nuestra
voz y hacerlo correctamente a nivel fonético, así como para deglutir alimentos.
Respiramos aire por la nariz y lo bajamos hasta llenar la boca, cerrando los labios. Retenemos
el aire y lo empujamos hacia atrás, en dirección a la nuca. Soltamos aire de nuevo por la
nariz.
Técnica
Repetirás el ejercicios en series de 3 inspiraciones nasales, descansando 15 segundos entre
cada una.
Busca obtener presión interna de la boca y percibe cómo el paladar blando es empujado -
hacia arriba- por ella.
Realizamos un bostezo, parándolo en seco, en mitad del mismo, sin llegar a culminarlo.
Gracias al músculo tensor, mantenemos el velo arriba durante otros quince segundos y
emitimos un tono cualqueira continuo de nuestra tesitura.
Técnica postural
Hemos de construir con el cuello, en cuanto a la postura, una escuadra y mantenerla para
que con la modulación, gracias a las cuerdas vocales, los músculos elevador y constrictor
adopten la forma de una pantalla acústica interna que proyecte el sonido de manera directa,
así se coloca la voz.