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Fiestas Perdon Sacerdocio Coco

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¿A QUIÉN VA DIRIGIDA LA FIESTA DEL DÍA DE LA EXPIACIÓN?

SACERDOCIO.

Se evidencia en el libro de Levítico,


capítulo 23 lo que a continuación se transcribe:
"1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas
solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como
santas convocaciones, serán estas" y que menciona luego
cada una de las fiestas y sus mandatos respecto de ellas. En
consecuencia, se infiere que todas las fiestas del Señor
estaban dirigidas a toda la congregación del pueblo de
Israel. Por lo tanto, la fiesta del Día de la
Expiación estaba dirigida a la congregación de todo
pueblo de Israel, en el sentido histórico. Así
también se encuentra esta referencia en el capítulo
16, versículos 33: "…hará la expiación del
santuario santo, del tabernáculo de reunión y del
altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la
congregación'' (Cfr. Levítico
16:33)

TIPOLOGÍA
El sacrificio de expiación en este día tan
especial no daba cobertura a los pecados de una vez por todas,
pues debía ser repetido anualmente. Éste fue un
TIPO junto con todos los demás sacrificios judíos
de la expiación de aquél sacrificio perfecto del
Cordero de Dios: Jesucristo, nuestro gran sumo sacerdote,
ofrecido a Sí Mismo en el derramamiento de Su propia
sangre en el Calvario para expiar los pecados del mundo una sola
vez y para siempre. (Cfr. Hebreos 9:11-12; Romanos 3:25,
5:9-10; 1 Corintios 5:7; 2 Corintios 5:18-21; Gálatas
3:13-14; 1 Pedro 1: 18-19; 1 Juan 2:2, 4:10; Apocalipsis
5:9). El mismo Dios por gracia proveyó el sacrificio
perfecto por nuestros pecados.

La muerte de Jesucristo es el cumplimiento de todo lo


que fue representado en el sistema expiatorio del Antiguo
Testamento. Dios estaba, en Cristo, reconciliando consigo al
mundo. (Cfr. 2 Corintios 5:19). De manera que el
sacrificio de Jesucristo garantiza la eterna redención de
todos aquéllos que en Él creen; lo que el
imperfecto sacrificio de los animales no podía hacer. Por
eso Juan el Bautista dijo: "He aquí el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Cristo
representó en sustitución a toda la humanidad en Su
muerte, se convirtió en cada uno de los individuos de la
humanidad de todos los tiempos, como dice 2 Corintios 5:
14: "Uno murió por todos".
En el Nuevo Testamento en referencia a la idea de la
sustitución es frecuente la expresión "por
nosotros" y "por mi"; Jesús se dio a Sí Mismo en
rescate por todos (Cfr. 1 Timoteo 2:6; 2 Corintios 5:21;
Marcos 10: 45); se convirtió en una maldición
por nosotros (Cfr. Gálatas 3: 13)

Así tenemos que para ilustrar el gran plan de


Dios de reconciliar a las personas con Él, tuvo que
utilizar tres sujetos TIPOS de Jesucristo: 1) Aarón, o el
sumo sacerdote descendiente suyo; 2) El Cordero del Sacrificio; y
3) El Chivo Expiatorio. Cuando Jesús fue a la cruz se
cumplió el ANTITIPO de los tres en uno: Se
convirtió en: Primero, nuestro Gran Sumo Sacerdote;
Segundo, el chivo sacrificado que derramaría Su sangre en
paga por nuestros pecados y Tercero, el chivo expiatorio que se
llevaría nuestro pecado para nunca más ser
recordado.

Los dos grandes privilegios


del evangelio, el de la remisión del pecado y el acceso a
Dios, los cuales debemos a nuestro Señor
Jesús… Cristo es a la vez el Ejecutor y la
Sustancia de la expiación, porque es el Sacerdote, el Sumo
Sacerdote, que hace reconciliación por los pecados del
pueblo. Y como Cristo es el Sumo Sacerdote, también es el
sacrificio con el cual se hace la expiación; porque
Él es todo en todo en nuestra reconciliación con
Dios. Así, Él fue prefigurado por los dos machos
cabríos. El animal sacrificado era el tipo de Cristo que
muere por nuestros pecados; el chivo enviado al desierto (a
Azazel) era el tipo de Cristo resucitado para nuestra
justificación. Se dice que la expiación se
completaba depositando los pecados de Israel sobre la cabeza del

animal que era enviado al desierto, una tierra no habitada; el


envío del animal representaba la remisión completa
y gratuita de los pecados. Él llevará las
iniquidades de ellos. Así, Cristo, el Cordero de Dios,
quita el pecado del mundo llevándolo sobre sí
mismo, Juan i, 29. — La entrada al cielo, que Cristo hizo
por nosotros, la tipificaba la entrada delDespués de morir por nuestros pecados sobre la
cruz, Él vino a ser nuestro gran Sumo Sacerdote. Él
tomó Su propia sangre para rociarla en el Lugar
Santísimo del Cielo, del cual, el Tabernáculo de
Moisés era una réplica terrenal. Así
también, los dos machos cabríos TIPIFICAN 2
aspectos de la obra de la cruz:
a. El primer cordero muere por los pecados:
TIPIFICA que Jesús tuvo que morir por nuestros pecados a
fin de que su sangre fuera presentada ante Su Padre en el trono
Celestial. Así que, el primer cordero tenía que
morir para proveer la sangre que sería llevada al Lugar Santísimo y rociada
sobre el Trono de la
Misericordia.

b. El segundo cordero cargaba con el pecado:

…. En la persona y obra del sacrificio de Jesucristo en la


cruz, las SOMBRAS y TIPIFICACIONES han dado paso a la realidad
perfecta y permanente del sacrificio único y verdadero por
el pecado. Él es el verdadero Sumo Sacerdote que ofrece el
único sacrificio aceptable que puede abrir el camino a
Dios a todos los que creen en Él. El Día de la
Expiación es cumplido en el sacrificio de Cristo. Y no por
sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su
propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna
redención…Porque no entró Cristo en el
santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo
mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para
ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar
Santísimo cada año con sangre ajena." (Cfr.
Hebreos 9:12, 24-25)

No obstante, es importante hacer notar que Jesucristo no


era sumo sacerdote mientras que vivió sobre esta tierra,
ya que pertenecía a la familia de Judá y no de
Leví, pero después de Su muerte expiatoria y Su
ascensión Él fue hecho Sumo Sacerdote y ahora
está en el cielo intercediendo por todos los
creyentes.

 2) El Sacerdocio Levítico y la
Expiación

La actividad fundamental de los sacerdotes era ser los


mediadores entre Dios y el pueblo. Los sacerdotes representaban a
Dios ante la gente, en su ministerio de instrucción
(Deuteronomio 33:10). Estrechamente relacionado con esa
actividad estaba el deber sacerdotal de revelar la voluntad de
Dios a quienes buscaban conducción divina
(Números 27:21). Los sacerdotes también
actuaban como jueces en el Santuario o Lugar Santo, de hecho, el
tribunal más alto en el país operaba en el
Santuario central (Deuteronomio 17:8-13; 21:5). Ellos eran
especialmente responsables por bendecir a la gente
(Deuteronomio 10:8; 21:5). Representaban al pueblo ante
Dios y en su actividad representativa, tomaban al pueblo con
ellos ante la presencia de Dios (Éxodo 28:9-12,
29).

La actividad de los sacerdotes como mediadores era


particularmente visible durante los servicios diarios. Ellos
estaban a cargo del altar de los holocaustos, y debían
mantener encendido el fuego sagrado sobre él, eliminar las
cenizas y poner leña nueva (Levítico
6:10-13); ponían un holocausto sobre el altar en la
mañana y otro en la tarde (Números 28:3-8).
Durante los servicios diarios, el sumo sacerdote entraba en el
Lugar Santo para arreglar el candelero y quemar incienso delante
de Dios (Éxodo 30:7-8). Además, cuando un
israelita traía un sacrificio, el sacerdote lo sacrificaba
en su favor, para expiar al pecador (Levìtico 1:5-9;
4:25, 26, 34, 35).

El rol de mediación del sacerdote servía


por lo menos a tres propósitos, simbolizando: 1ero) A
pesar de la distancia fundamental entre Dios y los seres humanos,
había una manera de cubrir el abismo. 2do) Revelaba el
deseo de Dios de estar con su pueblo. Era una
manifestación del amor de Dios, que busca una manera de
hacerse accesible a ellos, a pesar de su pecado. 3ero) Desde la
perspectiva de los israelitas, el sacerdocio les daba acceso al
Santo de Israel, y la oportunidad de ser limpiados del pecado y
las impurezas. Los mediadores sacerdotales siempre estaban
disponibles, para permitir que el pueblo se acercara a Dios, y
encontrara gracia y misericordia.

Todo el sistema del Sacerdocio


Levítico simbolizaba al Mediador máximo entre Dios
y los seres humanos, en especial el sumo sacerdote, que
representaba a Jesucristo. Y los sacerdotes, por medio de la obra
de Cristo, simbolizan a todos los creyentes, ya que somos parte
de un "real sacerdocio" (1 Pedro 2:9). "El sacerdocio de
Aarón tipificaba a Cristo y sus hijos a los creyentes, los
hijos de Aarón eran sacerdotes por descendencia, los
creyentes en Cristo por el nuevo nacimiento."

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