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Agresividad Infantil

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Agresividad infantil

INTRODUCCION
La agresividad infantil constituye una de las principales quejas de padres y
educadores respecto de los niños, dándose con frecuencia. A menudo nos
enfrentamos a niños agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabemos
muy bien cómo debemos actuar con ellos o cómo podemos incidir en
su conducta para llegar a cambiarla.
Pero sin duda, uno de los principales problemas presentados por
la agresividad infantil es el de su elevada correlación con trastornos
equivalentes a adultos, especialmente relacionados con la conducta antisocial.
Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia predice no solo la
manifestación de agresividad durante la adolescencia y la edad adulta, sino la
existencia de una mayor probabilidad de fracaso académico y de la existencia
de otras patologías psicológicas durante la edad adulta, debido
fundamentalmente alas dificultades que estos niños encuentran en socializarse
y adaptarse a su propio ambiente.
Estas razones justifican sobradamente la importancia de realizar
esta monografía, la cual consta de seis capítulos. El primero abarca la
definición de la agresividad infantil como también de la conducta agresiva. En
segundo capítulo se refiere sobre la clasificación del comportamiento agresivo.
El tercer capítulo se mencionan las teorías sobre el comportamiento agresivo y
en el cuarto capítulo sobre factores influyentes en la conducta agresiva.
El quinto capitulo trata sobre el tratamiento del comportamiento agresivo, el
sexto capitulo abarca la prevención de comportamientos agresivos en los niños
y por ultimo el séptimo capitulo sobre las investigaciones sobre agresividad
infantil.
AGRESIVIDAD INFANTIL
1.1 DEFINICION
La palabra agresividad viene del latín "agredí" que significa "atacar". Implica
que alguien esta decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto incluso
si ello significa que las consecuencias podrían causar daños físico o psíquico
(Pearce, 1995).
Buss (1961), define a la agresividad como una respuesta consistente en
proporcionar un estimulo nocivo a otro organismo.
Bandura (1973) dice que es una conducta perjudicial y destructiva que
socialmente es definida como agresiva.
Patterson (1977) dice que la agresión es "un evento aversivo dispensando a las
conductas de otra persona". Utiliza el termino "coerción" para referirse
al proceso por el que estos eventos aversivos controlan los intercambios
diádicos.
Para Dollar, Miller, Mowrer y Sear (1939) es una conducta cuyo objetivo es
dañar a una persona o aun objeto.
Revisando las diferentes definiciones podemos concluir que la agresividad es
cualquier forma de conducta que pretende causar daño físico o psicológico a
alguien u objeto, ya sea este animado o inanimado.
1.2 CONDUCTA AGRESIVA
Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que pueden causar
daño ya sea físico o psíquico. Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos,
ofenderlos tener rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los
demás.
II. CLASIFICACION DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO
Según Buss (1961), podemos clasificar el comportamiento agresivo atendiendo
tres variables:
2.1 Según la modalidad
Puede tratarse de una agresión física (por ejemplo un a taque a un organismo
mediante armas o elementos corporales) o verbal ( como una respuesta vocal
que resulta nocivo para el otro organismo, como, por ejemplo, amenazar o
rechazar).
2.2 Según la relación interpersonal
La agresión puede ser directa (por ejemplo, en forma de amenaza, ataque o
rechazo) o indirecta (que pude ser verbal como divulgar un cotilleo, o física,
como destruir la propiedad de alguien).
3. Según el grado de actividad implicada

La agresión puede ser activa (que incluye todas las mencionadas) o pasivas
(como impedir que el otro puedas alcanzar su objetivo, o como negativismo).
La agresión pasiva suele ser directa, pero a veces puede manifestarse
indirectamente.
En el caso de los niños, generalmente suele presentarse la agresión en forma
directa, como un acto violento contra una persona. Este acto violento puede ser
físico, como patadas, pellizcos, empujones, golpes, etc.; o verbal, como
insultos, palabrotas, amenazas. También puede manifestar la agresión de
forma indirecta o desplazada, según el cual el niño arremete contra los objetos
de las personas que ha sido el origen del conflicto.
III. TEORIAS SOBRE EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO
De acuerdo a Ballesteros (1983), las teorías que se han formulado para
explicar la agresión, pueden dividirse en:
1. Son aquellas que ponen el origen de la agresión en los impulsos internos,
lo cual vendría a significar que la agresividad es innata, por cuanto viene
con el individuo en el momento del nacimiento y es consustancial con la
especie humana. Estas teorías son las llamadas teorías biológicas.
Pertenecen a este grupo las Psicoanalíticas (Freud) y las Etológicas
(Lorenz, store, Tinbergen, Hinde) principalmente.
La teoría Psicoanalítica postula que la agresión se produce como un
resultado del "instinto de muerte", y en ese sentido la agresividad es una
manera de dirigir el instinto hacia afuera, hacia los demás, en lugar de
dirigirlo hacia uno mismo. La expresión de la agresión se llama catarsis, y
la disminución a la tendencia a agredir, como consecuencia de la
expresión de la agresión, efecto catártico.
Por su parte lo Etólogos han utilizado sus observaciones y conocimientos
sobre la conducta animal y han intentado generalizar sus conclusiones
al hombre. Con el conocimiento de que, en los animales, la agresividad es
un instinto indispensable para la supervivencia, apoyan la idea de que la
agresividad en el hombre es innata y pude darse sin que exista
provocación previa, ya que la energía se acumula y suele descargarse de
forma regular.
2. Teorías Activas
3. Teorías Reactivas

Son teorías que ponen el origen de la agresión en el medio ambiente que rodea
al individuo, y percibe dicha agresión como una reacción de emergencia frente
a los sucesos ambientales. A su vez las teorías reactivas podemos clasificarlas
en teorías del Impulso y teoría del Aprendizaje Social.
Las teorías del Impulso comenzaron con la hipótesis de la frustración-agresión
de Dollar y Millar (1939) y posteriormente han sido desarrolladas por Berkoviitz
(1962) y Feshbach (1970) entre otros. Según esta hipótesis, la agresión es una
respuesta muy probable a una situación frustrante, es la respuesta natural
predominante a la frustración.
La hipótesis afirma que la frustración activa un impulso agresivo que solo se
reduce mediante alguna forma de respuesta agresiva. Sin embargo, cada vez
se ha hecho más evidente que la hipótesis de la frustración-agresión no puede
explicar todas las conductas agresivas. De modo que parece ser que la que la
frustración facilita la agresión, pero no es una condición necesaria para ella. La
frustración es solo un factor; y no necesariamente el mas importante que afecta
la a la expresión de la agresión (Bandura, 1973).
La teoría del aprendizaje social afirma que las conductas agresivas pueden
aprenderse por imitación u observación de la conducta de modelos agresivos.
Enfatiza aspectos tales como aprendizaje observacional, reforzamiento de la
agresión y generalización de la agresión.
El Aprendizaje Social considera la frustración como una condición facilitadota,
no necesaria, de la agresión. Es decir la frustración produce un estadogeneral
de de activación emocional que puede conducir a una variedad de respuestas,
según los tipos de reacciones ante la frustración que se hayan aprendido
previamente, y según las consecuencias reforzantes típicamente asociadas a
diferentes tipos de acción.
Para explicar el proceso de aprendizaje del comportamiento agresivo se
recurre a las siguientes variables:
a. Modelado: La imitación tiene un papel fundamental en la adquisición y
el mantenimiento de las conductas agresivas en los niños. Según la teoría
del Aprendizaje social, la expocision a modelos agresivos debe conducir a
comportamientos agresivos por parte de los niños. Esta opinión esta
respaldada por diversos estudios que muestran que se producen
aumentos de la agresión después de la expocision a modelos agresivos,
aun cuando el individuo puede o no sufrir frustraciones. Congruentemente
con esta teoría, los niño de clases inferiores manifiestan mas agresiones
físicas manifiestas que los niños de clase media, debido probablemente, a
que el modelo de las clases inferiores típicamente mas agresivo directa y
manifiestamente.
b. Reforzamiento: El reforzamiento desempeña también un papel muy
importante en la expresión de la agresión. SI u niño descubre que puede
ponerse en primer lugar de la fila, mediante su comportamiento agresivo, o
que l e agrada herir los sentimientos de los demás, es muy probable que
siga utilizando los métodos agresivos, si no lo controlan otras personas.
c. Los Factores situacionales: También pueden controlar la expresión de
los actos agresivos. La conducta agresiva varia con el ambiente social,
los objetivos y el papel desempeñado por el agresor en potencia.
d. Los factores cognoscitivos: Desempeñan también un papel importante
en la adquisición y mantenimiento de al conducta agresiva. Estos factores
cognoscitivos pueden ayudar al niño a autorregularse. Por ejemplo, puede
anticipar las consecuencias de alternativas a la agresión ante la situación
problemática, o puede reinterpretar la conducta o las intenciones de los
demás, o puede estar conciente de lo que se refuerza en otros ambientes
o puede aprender a observar, recordar o ensayar mentalmente el modo en
que otras personas se enfrentan a las situaciones difíciles.

IV. FACTORES INFLUYENTES EN LA CONDUCTA AGRESIVA


Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el
factor sociocultural del individuo, ya que es el responsable de los modelos a
que haya sido expuesto, así como de los procesos de reforzamientos que haya
sido sometido. Si en el abundan modelos agresivos, la adquisición de estos
modelos desadaptados será muy fácil.
La familia es, durante la infancia, uno de los elementos más importantes del
ámbito sociocultural del niño. Las interacciones entre padres e hijos van
moldeando la conducta agresiva mediante las consecuencias reforzantes
inherentes a su conducta.
El niño probablemente, generalice lo que aprende acerca de la utilidad y
beneficios de la agresión a otras situaciones,. En estas circunstancias, el pone
a prueba las consecuencias de su conducta agresiva. Las familias que
permiten el control de las conductas mediante el dolor, tienen una alta
probabilidad de producir niños que muestren altas tasas de respuestas nocivas.
La conducta agresiva del niño acaba con gran parte de la estimulación aversiva
que recibe.
Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son responsables de
la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se le someta.
Se ha demostrado que una combinación de disciplinas relajadas y pocos
exigentes con actitudes hostiles por parte de ambos padres fomenta el
comportamiento agresivo en los hijos. El padre poco exigente es aquel que
hace siempre lo que el niño quiere, accede a sus demandas, le permite una
gran cantidad de libertad, y en casos extremos le descuidad y le abandona.
El padre que tiene actitudes hostiles, principalmente no acepta al niño y lo
desaprueba, no suele darle afecto, comprensión o explicación y tiende a utilizar
con frecuencia el castigo físico, al tiempo que no da razones cuando ejerce
su autoridad. Incluso puede utilizar otras modalidades de agresión como la que
ocurre cuando insultamos al niño por no hacer adecuadamente las cosas, o
cuando lo comparamos con el amigo o con el hermano, etc. Tras un largo
periodo de tiempo, esta combinación produce nuños rebeldes, irresponsables y
agresivos.
Otro factor familiar influyente es la incongruencia en el comportamiento de los
padres. Incongruencia en el comportamiento de los padres se da cuando los
padres desaprueban la agresión y, cuando esta ocurre, la castigan con su
propia agresión física o amenaza al niño. Los padres que desaprueban la
agresión y que la detienen, pero con medios diferentes al castigo físico, tienen
menos probabilidad de fomentar acciones agresivas posteriores.
Es decir una atmósfera tolerante en la que el niño sabe que la agresión es
una estrategia poco apropiada para salirse con la suya, en la que ese le
reprime con mano firme pero suave y es capas de establecer imites que no se
puede en absoluto traspasar, proporción el mejor antídoto a largo plazo para un
estilo agresivo de vida. Enseñarle al niño medios alternativos acabara también
con la necesidad de recurrir a peleas.
La inconsistencia en el comportamiento de los padres no solo puede darse a
nivel de comportamientos e instrucciones, sino también a nivel del mismo
comportamiento. En este sentido puede ocurrir, que respecto del
comportamiento agresivo del niño, los padres unas veces los castiguen por
pegar a otro y otras veces le ignoren, por lo que no le dan pautas consistentes.
Incluso a veces pude ocurrir que los padres entre si no sean consistentes, lo
que ocurre cuando el padre regaña al niño pero no lo hace la madre.
De este modo, el niño experimenta una sensación de incoherencia acerca de lo
que debe hacer y de lo que no debe hacer. Se ofrece incoherencia al niño,
también cuando se le entrena en un proceso de discriminación en el sentido de
que los padres castiguen consistentemente la agresión dirigida hacia ellos pero
a la ves refuercen positivamente la conducta agresiva de sus hijos hacia
personas ajenas a su hogar.
Las relaciones deterioradas entre los propios padres provocan tensiones que
pueden inducir al niño a comportase agresivamente.
Otro factor reside en las restricciones inmediatas que los padres imponen a su
hijo. Restricciones no razonables y excesivos "haz y no hagas" provocan una
atmósfera opresiva que induce al niño a comportarse agresivamente. Por
ultimo, en el ámbito familiar, puede fomentarse la agresividad con expresiones
que la fomenten. Estas son expresiones del tipo "pero ¿pero no puede ser mas
hombre?".
El ambiente mas amplio en que el niño vive también puede actuar como un
poderoso reforzador de la conducta agresiva. El niño puede residir en un barrio
donde la agresividad es vista como un atributo muy preciado. En tal ambiente
el niño es apreciado cuando se le conoce como un luchador conocido y muy
afortunado. Los agresores afortunados son modelos a quienes imitaran los
compañeros.
Además de los factores socioculturales también influyen factores orgánicos en
el comportamiento agresivo. En este sentido factores hormonales y
mecanismos cerebrales influyen en la conducta agresiva. Estos mecanismos
son activados y producen los cambios corporales cuando el individuo
experimenta emociones como rabia, excitación miedo. Por tanto, factores
físicos tales como una lesión cerebral o una disfunción también pueden
provocar comportamientos agresivos.
También estados de mala nutrición o problemas de salud específicos pueden
originar en el niño una menor tolerancia a la frustración por no conseguir
pequeñas metas, y por tanto pueden incrementarse las conductas agresivas.
Otro factor del comportamiento agresivo es el déficit de habilidades necesarias
para afrontar situaciones frustrantes. Bandura (1973) indico que la ausencia
de estrategias verbales para afrontar el estrés a menudo conduce a la
agresión. Hay datos experimentales que muestran que las mediaciones
cognitivas insuficientes pueden conducir a la agresión. Camp (1977) encontró
que los chicos agresivos mostraban deficiencias en el empleo de de
habilidades lingüísticas para controlar su conducta; responden impulsivamente
en lugar de responder tras la reflexión.
No solo el déficit en habilidades de mediación verbal se relaciona con la
emisión de comportamientos agresivos. Es responsable también el déficit en
habilidades sociales (HHSS) para resolver conflictos. Las HHSS se aprenden a
lo largo de las relaciones que se establecen entre niños y adultos u otros niños.
Se adquieren gracias a las experiencias de aprendizaje. Por lo que es
necesario mezclarse con niños de la misma edad para aprender sobre la
agresión, el desarrollo de la sociabilidad, etc.
V. TRATAMIENTO DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO
Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su reducción o eliminación,
sino que también es necesario fortalecer comportamientos alternativos a la
agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la agresión, resulta imprescindible
hablar también de cómo incrementar comportamientos alternativos. Son varios
los procedimientos con que se cuenta para ambos objetivos, entre ellos
tenemos a:
5.1 Procedimientos para controlar antecedentes
Los antecedentes se refieren a factores de la situación inmediata que se
produce antes de que el niño emita la conducta agresiva. Controlamos los
antecedentes manipulando los estímulos ambientales que elicitan la conducta
agresiva, así como aquellos que elicitan conductas alternativas. Algunas
formas de manipulación de antecedentes son las siguientes:
5.1.1 Reducción de estímulos discriminativos
Se puede controlar los antecedentes eliminando la presencia de estímulos
discriminativos. Por ejemplo en casa, no dejando por mucho tiempo solos a dos
hermanos cuando suele ocurrir que uno de ellos suele agredir al otro.
5.1.2 Modelamiento de comportamiento no agresivo
Se puede facilitar la emisión de comportamientos alternativos a la agresión
exponiendo al niño a modelos que tengan prestigio para el, manifestando
conductas alternativas a la agresión. Y no solo mostrando esas conductas
alternativas sino mostrando también como dicho comportamiento es
recompensado.
5.1.3 Reducir la expocision a modelos agresivos
Un procedimiento útil para reducir la frecuencia de emisiones agresivas
consiste en que, especialmente, los padres y maestros no modelen este tipo de
comportamiento. Así pues cunado intentamos regañar al niño por algo que ha
hecho, intentaremos no modelar conductas agresivas.
5.1.4 Reducción se estimulación aversiva
Puesto que el comportamiento agresivo puede ser instigado por la presencia de
diversos estímulos aversivos como conflictos, expresiones humillantes o
carencia de cuidados necesarios durante la infancia, un modo de reducir el
comportamiento agresivo consiste en reducir la presencia de este tipo de
estimulación.
5.2 Procedimientos para controlar las consecuencias
Las consecuencias se refieren a lo que ocurre inmediatamente después de que
el niño emita la conducta agresiva.
Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las consecuencias que le
siguen contamos con una serie de procedimientos que podríamos agrupar en:
a) procedimientos de extinción; b) procedimiento de castigo, y c) procedimiento
de conductas alternativas.
Los dos primeros tienen como objetivo reducir el comportamiento agresivo. El
último tiene como objetivo incrementar comportamientos alternativos a la
agresión. Los procedimientos de castigo pueden ser positivos o negativos.
Hablamos de castigo negativo cuando el individuo deja de estar en contacto
con un evento positivo, tras haber emitido la conducta inadaptada. Puede
tratarse del procedimiento de "Costo de respuesta" o del procedimiento de
"Tiempo Fuera". Hablamos de castigo positivo cuando aplicamos una
consecuencia aversiva tras emitir la conducta agresiva. Son muchas las formas
que puede tomar dicha consecuencia. Por ejemplo, puede tratarse de un azote
o cualquier otro estimulo físico, o de una reprimenda o un grito, o de un gesto
de desaprobación, etc.
Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las consecuencias que le
siguen se cuenta con los siguientes procedimientos:
5.2.1 Extinción
Se basa en la idea de que una conducta que se mantiene gracias a las
recompensas que recibe, puede desaprenderse si deja de ser recompensada.
Es decir, si una conducta dada ya no produce los efectos esperados, su
influencia tiende a disminuir. Si el niño emite una conducta agresiva y no
sucede nada, se dará cuenta de ello y abandonara ese modo de comportarse.
Por tanto el procedimiento de extinción consiste simplemente en suprimir los
reforzadores que mantienen la conducta agresiva.
5.2.2 Procedimientos de castigo
Castigamos una conducta aplicando consecuencias aversivas o eliminando
eventos positivos una vez que el niño ha agredido. En el primer caso se trata
de castigo positivo. En el segundo de castigo negativo. Son procedimiento de
castigo negativo el procedimiento de Tiempo Fuera y el procedimiento de Costo
de Respuesta.
5.2.2.1 Tiempo Fuera
Es un procedimiento mediante el cual el niño que se comporta de modo
agresivo es apartado físicamente de todas o muchas de las fuentes de
reforzamiento durante un periodo de tiempo. Igual que con la extinción, el
propósito es reducir la conducta agresiva. Pero se diferencia en que la
extinción supone la supresión del refuerzo, mientras que en el tiempo Fuera el
niño es apartado de la situación reforzante.
5.2.2.2 Costo de respuesta
Consiste en retirar algún reforzador positivo contingentemente a la emisión de
la conducta agresiva. Es especialmente eficaz cuando se combina con
reforzamiento de conducta apropiada. De tal modo que lo que el niño pierde
por omitir la conducta inapropiada es parte de lo conseguido por emitir la
conducta apropiada. Por lo general se utiliza dentro de un contexto
de economía de fichas, en el que se ganan puntos por emitir la conducta
adecuada. También puede consistir el Coste de respuesta en perdida de
privilegios como no ver televisión o no salir a recreo.
5.2.2.3 Castigo físico
Al aplicar el castigo físico tendríamos que dar, por ejemplo, un azote una vez
que el niño se ha comportado agresivamente. Concretamente en el caso del
comportamiento agresivo, es al técnica menos indicada por lo
contraproducente que puede llegar a ser. Y es que ocurre que el castigo físico
puede tener una serie de efectos colaterales que lo contraindican. De hecho, es
el método menos afectivo para cambiar la conducta del niño.
Presentamos algunas de las razones por la no se aconseja el castigo físico
para este trastorno:
 En primer lugar, imagínese la contradicción que representa el padre que da
un azote a su hijo para decirle que deje de pegar al hermano. ¡Esta
modelando la precisamente la conducta que desea eliminar! Posiblemente el
niño aprenda que el ataque físico es un medio legitimo de conseguir lo que
se quiere y de controlar a los otros igual que lo hace su padre.
 Los métodos físicos de castigo suelen conducir a la hostilidad a muchos de
los niños a quienes se les aplica.
 Si son los padres quienes aplican castigo físico constantemente puede
ocurrir que estén enseñando al niño a que les tema y le desagraden, ya que
cualquier estimulo asociado con el castigo tiende a convertirse en algo
desagradable.
 El castigo puede suprimir momentáneamente la conducta agresiva, pero los
efectos a largo plazo son menos atractivos. Se ha demostrado que los
delincuentes han sido normalmente victimas de más ataques de adultos que
los no delincuentes.
En definitiva, no es aconsejable la aplicación sistemática de castigo porque sus
efectos son generalmente negativos; se imita la agresividad, aumenta la
ansiedad del niño, y se incrementan las conductas de evitación, como minino.
4. Reprimendas

Otra forma menos contraproducente de aplicar castigo positivo es mediante


estímulos verbales como reprimendas o gritos. Puesto que las reprimendas no
causan daños físicos es un tipo castigo menos censurable que el castigo físico.
Si se utiliza sistemáticamente puede resultar una técnica eficaz para reducir la
conducta agresiva. Las reprimendas pueden consistir en un simple ¡No!. Para
que resulte eficaz:
a. Debe darse cada vez que se emita la conducta agresiva.
b. La persona que suministra la reprimenda debe estar cerca físicamente del
niño, y especificarle claramente cual es la conducta por la que se le
reprende.
c. Debe mirar al niño a los ojos, emplear una voz firme y sujetarle firmemente
mientras le reprende.
d. Debe ser seguida de elogios por comportarse adecuadamente después de
la reprimenda.

4. Sobrecorrección

Esta técnica tiene como fin corregir las consecuencias de la conducta agresiva
y facilitar que el agresor asuma al responsabilidad de tal conducta, Resulta útil
en los casos en que ni la extinción, ni el costo de respuestas, ni el tiempo fuera,
ni el reforzamiento de conductas incompatibles ha tenido afecto, La
sobrecorrecion puede aplicarse en forma de sobrecorreccion restitutiva o en
forma de practica positiva o en ambas juntas. Normalmente antes de aplicar la
sobrecorreccion se da una reprimenda ("No pegues"), una descripción de la
conducta inadaptada ("Estas insultando a tu hermana") o la manifestación de
una regla ("No insultes a la gente").
a. Sobrecorrección restitutiva: Aquí se requiere que el niño restituya el
daño que ha originado y sobrecorrija o mejore el estado original de las
cosas. Por ejemplo, por pegar a alguien, se le puede exigir al niño que
acaricie el área lastimada durante treinta segundos y que después pida
disculpas diez veces después de cada incidente. Este modo de actuar
ante la conducta agresiva se conoce también como entrenamiento en
el respeto a otros.
b. Práctica positiva: Consiste en la repetición de una conducta deseable.
Por ejemplo, si el niño ha dado patadas a los juguetes tendrá que colocar
al juguete tirado en su lugar y, además, ordenar todos los juguetes
presentes aunque no los haya tirado.

3. Reforzamiento diferencial

Consiste en reforzar otras conductas emitidas por el niño excepto la que


deseamos eliminar, en este caso la conducta agresiva.
Son dos las modalidades de reforzamiento diferencial que resultan útiles para
el tratamiento de la conducta agresiva:
a. Reforzamiento de omisión: Se refuerza al niño cuando lleva un tiempo
sin emitir la conducta agresiva.
b. Reforzamiento de conductas alternativas o incompatibles: Se refuerza
al niño por emitir precisamente una conducta incompatible con la agresión.
Incompatible quiere decir que no puede darse al mismo tiempo que la
conducta agresiva. Una conducta incompatible a la agresión ante una
situación conflictiva seria una conducta de cooperación, o asertiva, o
cualquier otro tipo de interacción no agresiva.

Ambos procedimientos permiten superar algunas de las consecuencias


negativas que podría tener el uso de la extinción. Puesto que con la extinción el
niño deja de recibir la atención que hasta entonces recibía por la conducta
agresiva, al aplicar el reforzamiento diferencial continuamos atendiendo al niño,
solo que ahora lo hacemos por comportarse adecuadamente.
Además si combatimos el reforzamiento de conductas incompatibles con
algunas de las técnicas anteriormente vistas, no solo el indicamos al niño lo
que esta mal, sino que también el decimos que es lo que debe hacer, al tiempo
que nos encargamos de incrementar la probabilidad de ocurrencia de la
conducta adecuada.
VI. PREVENCIÓN DE COMPORTAMIENTOS AGRESIVOS EN LOS NIÑOS
Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor estrategia consiste en
disponer el ambiente de modo que el niño no aprenda a comportarse
agresivamente, y por el contrario, si lo dispongamos de modo que le resulte
asequible el aprendizaje de conductas alternativas a la agresión. Usted puede
disponer el ambiente modelando, instruyendo y reforzando conductas
adaptativas al tiempo que no refuerza las conductas agresivas.
Siempre que se encuentre ante una situación conflictiva ya sea ante su pareja
o con su propio hijo o con cualquier otra persona, modele la calma por medio
de la expresión facial, la postura, los gestos, lo que dice y el tono,
la velocidad y el volumen con que dice las cosas. Modele también
comportamientos asertivos para defender sus propios derechos.
En ningún caso y bajo ningún pretexto, deje que desde pequeño el niño
consiga lo que desea cuando patalea, grita o empuja a alguien. Espere a
dárselo cuando lo pida de forma calmada. Si aun el niño no ha tenido la
oportunidad de aprender como se pide calmadamente las cosas, déle
instrucciones acerca de cómo debe hacerlo, y refuércele con una sonrisa, o un
"así me gusta". Refuerce siempre cualquier intento que el niño, aunque muy
pequeño, muestre de comportarse adaptativamente en situaciones conflictivas.
VII. INVESTIGACIONES
7.1 Investigaciones a Nivel Nacional
Espinosa (1996) investigo la relación entre conducta agresiva y ambiente
familiar en niños de educación primaria, constatando que la presencia de un
ambiente familiar adverso (problemas de pareja, familia extensa, maltrato
infantil, indigencia) esta asociada a conductas agresivas en los niños, y que a
mayores problemas familiares se correlaciona con una mayor dificultad infantil.
Castro (1996) investigo acerca de las características familiares y psicosociales
que influyen en la conducta agresiva de los niños preescolares del cono norte
de Lima, hizo un estudio descriptivo analítico de corte transversal de treinta
niños entre 3 y 6 años de edad con sus respectivos parientes (82 adultos), los
instrumentos que empleo fueron: ficha de recolección de datos de la familia,
un cuestionario de agresividad para niños (preferencias televisivas) y otra para
adultos de Buss Durkee, los resultados a los que llego le permitieron establecer
que existe relación entre los modelos de la conducta; padres familiares ,
la televisión y la conducta del niño. Por lo tanto concluyo que le puntaje de
agresividad del niño tiene que ver con una mala relación con sus familiares
(agresiva-autoritaria) encontró además una relación estadísticamente
significativa (p<0,01) entre la agresividad del niño sus preferencias
por programas infantiles de televisión (programas infantiles agresivos), además
hallo que en las familias conformadas por mas de 5 miembros presentaba un
agresividad alta.
7.2 Investigaciones a Nivel Internacional
Frías, Ríos, Martínez y Palacios (1992) investigaron la relación entre el
aprovechamiento escolar y la conducta agresiva, a cien niños de 1er grado de
primaria, hallando una correlación negativa entre ambos, así a mayor nivel de
agresión existía menor aprovechamiento escolar.
Henenkohl, Egolf y Henenkohl (1997) evaluaron antecedentes preescolares
para la conducta antisocial adolescente en un seguimiento de 16 años a 457
niños preescolares con y sin maltrato. Los sujetos fueron detectados entre los
18 meses y 6 años de edad en una evaluación preescolar (referida
ala dinámica familiar y a la estrategia de afronte en familias abusadoras y no
abusadoras) evidenciándose que la disciplina física severa, una negativa calida
en la interacciones madre-hijo, y la experiencia de abuso sexual, están
relacionados con una mayor conducta antisocial adolescente en niños que
provienen de familias abusadoras comparado con niños que provienen de
famillas no abusadoras.
CONCLUSIONES
La agresividad es cualquier forma de conducta que pretende causar daño físico
o psicológico a alguien u objeto, ya sea este animado o inanimado.
Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que pueden causar
daño ya sea físico o psíquico. Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos,
ofenderlos tener rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los
demás.
La conducta agresiva es un comportamiento dependiente de factores
situacionales y organismicos. Se acepta factores hereditarios, pero se da
primordial importancia a factores ambientales.
Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su reducción o eliminación,
sino que también es necesario fortalecer comportamientos alternativos a la
agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la agresión, resulta imprescindible
hablar también de cómo incrementar comportamientos alternativos.
Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor estrategia consiste en
disponer el ambiente de modo que el niño no aprenda a comportarse
agresivamente, y por el contrario, si lo dispongamos de modo que le resulte
asequible el aprendizaje de conductas alternativas a la agresión.
REFERENCIAS
Marsellach, G (2005). Agresividad Infantil. Descargado el 11 de febrero del
2006 de: http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=783
Mateo, E (1998). Agresividad infantil. Monografía para optar el titulo de
Licenciado en Psicología. Universidad Nacional Federico Villareal. Lima-Perú.
Paniagua, E. Agresividad entre escolares. Descargado el 13 de febrero del
2006 de: http://www.centroaltea.com/word/agresividad.doc
Quintana, A (2003). Agresividad infantil. Monografía para optar el titulo de
Licenciado en Psicología. Universidad Nacional Federico Villareal. Lima-Perú.
Serrano, I (2003). Agresividad infantil. Madrid. Pirámide.

Parco Landeo, Vladimir Axel


Estudiante de Psicología (6to año)
FACULTAD DE PSICOLOGIA
Universidad Nacional Federico Villarreal
LIMA - PERÚ (Marzo 2006)

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