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Novena A San José 2024 - CUSTODIO DE FRATERNIDAD

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“SAN JOSÉ, CUSTODIO DE LA FRATERNIDAD”

Novena a San José


“SAN JOSÉ, CUSTODIO DE LA FRATERNIDAD”

Publicado por la Arquidiócesis de Quito en formato digital

Editores
Equipo de la Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Quito

Introducción
Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb
Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador

Corrección
Sr. Jesús Espino

Diseño y diagramación
José Colmenárez
Delegado de Comunicación

Ilustraciones
Cristian Daniel Camargo
El Gran desafío de la fraternidad
En el marco del camino de preparación a la celebración del
53° Congreso Eucarístico Internacional que celebraremos en
septiembre de este año en nuestra Arquidiócesis de Quito,
realizamos esta Novena en honor a San José.

Me identifico plenamente con San José. Además de su


nombre, que llevo en honor de mi abuelo materno, el hecho
de que José es un “soñador”, me hace sintonizar con él. Es
que los “sueños” son un tinte especial de mi vocación y
hacen que yo también sienta esa tensión que viene desde el
soñar y sentir la llamada de Dios a contagiar un ideal, una
visión de futuro, un sueño.

El Papa Francisco nos dice que, “San José se dejó guiar


por los sueños sin vacilar, porque su corazón estaba
orientado hacia Dios, ya estaba predispuesto hacia Él. A
su vigilante “oído interno”, sólo le era suficiente una
pequeña señal para reconocer su voz”. ¿Nos dejamos
guiar por Dios? ¿Escuchamos y reconocemos la voz de Dios
en nuestras vidas?

Dios no se revela de manera espectacular, lo hace con


sencillez. Nos toca estar atentos para poder reconocer esa
voz, para poder saber qué nos pide hoy, para poder
responder a su voluntad.

¿Qué nos pide Dios hoy? La respuesta me viene del corazón y


de una profunda convicción personal. Dios nos pide ser
constructores de “Fraternidad”, el único camino posible
“Para sanar el mundo”.
3
El tema del Congreso Eucarístico no puede ser ni quedarse
en un lema más. Debe llevarnos a la acción, debe
comprometer toda nuestra vida y la vida de todos los que
hacemos esta Iglesia que peregrina en Quito. Vuelvo a traer
a estas líneas las palabras de Francisco: “Y así como lo
hizo con San José, nos propone metas altas y
sorprendentes”.

La meta de la Fraternidad es sin duda una “meta alta”. No


nos puede dejar estáticos, indiferentes. Nos debe mover a la
acción. “San José es un ícono de la acogida de los
proyectos de Dios, pero es una acogida activa, nunca
renuncia ni se rinde, no es un hombre que se resigna
pasivamente. Es un protagonista valiente y fuerte”
(Francisco).

Pongo en sus manos esta Novena a San José creada y


pensada por los formadores y seminaristas del Seminario
Mayor San José de Quito.

Que ella, nos comprometa a ser valientes constructores de la


Fraternidad en un mundo herido. Tú, yo, todos nosotros,
debemos ser esos protagonistas de Fraternidad y desde ella,
“Sanar las heridas del mundo”.

+ Alfredo José Espinoza Mateus, sdb


Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador

Quito, marzo de 2024

4
Enséñanos, José
Cómo se es “no protagonista”,
cómo se avanza sin pisotear,
cómo se colabora sin imponer,
cómo se ama sin reclamar.
Dinos, José
Cómo se vive siendo “número dos”,
cómo se hacen cosas fenomenales,
desde un segundo puesto.
Explícanos, José
Cómo se es grande sin exhibirse,
cómo se lucha sin aplausos,
cómo se persevera y se muere sin esperar un
homenaje.

Amén

5
Día 1 - 10 de marzo
“San José, custodio de la fraternidad”
Monición
Iniciamos con gran alegría la Novena en honor a san José en el
marco del Congreso Eucarístico Internacional que celebraremos
en Quito, en septiembre de este año. Acudimos a su intercesión
de manera especial por nuestro Seminario y por las vocaciones
al ministerio sacerdotal. En este día meditaremos, junto a san
José, la llamada original de Dios a ser sus hijos y, por
consiguiente, hermanos de todos.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA: JN 1,45-46

“Al día siguiente, Jesús decidió partir para Galilea. Encontró a


Felipe y le dijo: «Sígueme». Felipe era de Betsaida, el pueblo de
Andrés y de Pedro. Felipe se encontró con Natanael y le dijo:
«Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en el libro
de la ley, y del que hablaron también los profetas: es Jesús, el
hijo de José, el de Nazaret». Exclamó Natanael:

«¿Nazaret? ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?» Felipe


le contestó: «Ven y verás».”

7
Reflexión
En el momento mismo de la creación, Dios pensó en la
identidad del ser humano. Sin embargo, la historia de
cada persona está marcada por situaciones que la van
alejando cada vez más de su Creador. Basta pensar en
mi historia y en tu historia, para detectar las
circunstancias en las que dimos a Dios el último lugar
en nuestras vidas; o peor aún las ocasiones en que
hemos vivido como si Él no existiera. Hemos perdido
nuestra identidad divina, eso es una verdad evidente.
Frente a esta realidad lejos de Dios es necesario volver
nuestros ojos a Jesús, el hijo adoptivo de José.

Él ha venido a redescubrir la identidad de cada


hombre y mujer. En Nazaret, Jesús también hizo la
experiencia de hijo, con José, y junto a él aprendió a
llamar “Padre” a Dios. De este modo, Jesús ha venido a
mostrarnos que Dios es Padre. Pero no solo eso, Jesús
también aprendió de José a reconocer en el otro, el
rostro del hermano. Así, la persona que vive junto a mí
no es un extraño, es mi hermano y su presencia me
mueve a reconocerlo como tal. Una verdad que es
fundamental en nuestra vida, pero que la olvidamos
fácilmente. Solo quien ha experimentado la paternidad
de Dios en su vida es capaz de abrirse a los hermanos.
Dios quiere que la humanidad sea una gran familia que
tiene como ADN, principalmente, ser hijos de Dios y
hermanos de todos.
8
DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

La fraternidad está enraizada en la paternidad de Dios. No


se trata de una paternidad genérica, indiferenciada e
históricamente ineficaz, sino de un amor personal, puntual y
extraordinariamente concreto de Dios por cada ser humano
(cf. Mt 6,25-30). A la iniciativa de este Dios que crea a sus
hijos y los ama corresponde la respuesta del ser humano (…)
La vocación de toda la creación es la fraternidad universal,
pues en ella se cumple el plan de salvación. (Cfr. N.º 13-14)

9
Peticiones
Dios nos llama a colaborar en el proyecto de salvación
reconociendo que Él es Padre de todos; acudamos llenos de
confianza a la intercesión de san José y digamos juntos:

Ayúdanos, san José, a ser artesanos de fraternidad

1. Por la Iglesia, para que sea siempre signo visible de la paternidad


de Dios acogiendo y acompañando las situaciones existenciales por
las que atraviesa la humanidad. Roguemos al Señor.

2. Por los gobernantes de las naciones para que sean los primeros
en reconocer la dignidad de los hermanos y se comprometan
decididamente en la construcción de una sociedad más justa y
fraterna. Roguemos al Señor.

3. Por las familias, para que sus miembros puedan redescubrir


juntos el valor inmenso del amor de Dios que los une y los envía a
restaurar la familia humana que se encuentra tan vulnerable ante
los ataques mediáticos que recibe. Roguemos al Señor.

4. Por nuestra Arquidiócesis que será la sede del Congreso


Eucarístico Internacional para que, reunidos en torno a Jesús, Pan
de vida, seamos agentes de comunión y artesanos de fraternidad
en la realidad concreta donde nos encontremos. Roguemos al
Señor.

5. Por las vocaciones al sacerdocio ministerial para que el Señor


suscite corazones generosos que se arriesguen a hacer esta
experiencia de Dios y sean portadores de su paternidad a los
hermanos que más lo necesitan. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

10
Me acercaré a una persona que esté viviendo
una situación anímica delicada y le ofreceré
mi apoyo de tal manera que pueda
experimentar que no está solo, que es mi
hermano y que es un don de Dios para mí.

Oración Final
Día 2 - 11 de marzo
“San José, ejemplo de paternidad”
Monición
San José hace parte de la historia de un pueblo milenario con
etapas de vida llena de gracia divina, y también de abandonos
de Dios debido al pecado. Esta historia de altos y bajos es vista
por Dios como oportunidad para manifestar su misericordia
como gran poder transformador de la creación.

La experiencia del Congreso Eucarístico nos pide hacer


memoria de las generaciones cristianas que han manifestado y
vivido la fe en un mundo afligido por el pecado de los sin Dios.
Por eso rezamos en este segundo día bajo la intercesión de san
José, pidiendo a Dios su mirada misericordiosa para con nuestra
Iglesia de Ecuador.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA: MT 1,16-17

"Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació


Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a
David fueron en total catorce; desde David hasta la
deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a
Babilonia hasta el Cristo, catorce".
13
Reflexión
Entre la vida de Abrahán y la vida de José
transcurrieron años y generaciones de judíos que
fueron viviendo la historia del pueblo de Dios. En medio
de esas generaciones hay fieles y pecadores, hombres
y mujeres que vivieron la amistad con Dios, y otros que
se olvidaron de escuchar las maravillas de un Dios tan
poderoso. Rompieron su relación con el Divino Padre.

Rezar con san José es recordar a todos los que han


sabido escuchar los desafíos del Padre de los cielos, y
los han puesto en práctica. José es el hombre que en
medio de las dificultades para llevar adelante su
familia supo escuchar la voluntad del Padre y
obedecerla. Esta misión mantuvo su familia en la
vinculación con Dios.

En el mundo actual necesitamos la intercesión de san


José por todos los hombres que no saben cómo realizar
su misión en comunión con Dios Padre. Escuchar al
Dios del cielo permite a los hombres mantener una
vinculación con el maestro de la paternidad y con los
hijos. En un mundo donde la paternidad se ha
ausentado de los hogares, o se ha fragilizado por falta
de sentido de Dios, pidamos de corazón a san José
que conceda a nuestras familias padres que amparan
sus hijos y suscitan en ellos el deseo del Padre del
cielo.
14
DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

La humanidad lleva inscrita en sí una vocación a la


fraternidad, pero también la dramática posibilidad de su
traición. Da testimonio de ello el egoísmo cotidiano que está
en el fondo de tantas guerras e injusticias: muchos seres
humanos mueren a manos de hermanos y hermanas que no
saben reconocerse como tales. En el signo de la custodia y
responsabilidad por el otro podemos decir que somos o no
somos hermanos. La fraternidad es el verdadero modo de
entregarnos como hijos, el verdadero modo de amar a Dios.
(N.º 17)
Peticiones
San José, padre amado, intercede por nosotros ante el Señor, para
que encontremos en ti un modelo de virtud y fidelidad. Por ello,
llenos de confianza digamos juntos:

Enséñanos, san José, a ser familias de fraternidad

1. Por todos los pastores de la Iglesia, para que fortalezcan en sus


fieles la búsqueda del Padre de misericordia que acoge a todos sus
hijos. Roguemos al Señor.

2. Para que los gobernantes de nuestro país promuevan y


fortalezcan la misión de los padres de familia y les concedan los
medios para llevar adelante sus familias en paz y progreso.
Roguemos al Señor.

3. Para que en las parroquias de nuestra arquidiócesis se


promuevan escuelas para padres y así animemos nuestras familias
en la fe en tiempo de secularización. Roguemos al Señor.

4. Por todos los movimientos laicales y apostólicos, para que


ayuden a las familias a escuchar a Dios en la adoración eucarística
de nuestras parroquias. Roguemos al Señor.

5. Por el Congreso Eucarístico, para que fortalezca en la


Arquidiócesis de Quito el espíritu reparador en las familias dividas
por el egoísmo y el odio. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

16
Dedicar tiempo de calidad y calidez a mi
familia, ofreciéndolo como una respuesta
generosa al amor de Dios.

Oración Final
Día 3 - 12 de marzo
“San José, padre de misericordia”
Monición
Queridos hermanos, nos encontramos en el tercer día de
novena a nuestro patrono san José. Ponemos en manos de Dios
a todas las familias del mundo entero. Para que, en medio de
las dificultades, sepan descubrir el modo correcto de obrar.
Que el ejemplo de san José nos inspire a actuar movidos por la
cultura de la fraternidad y la misericordia.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial
LECTURA BÍBLICA: MT 1,18-21.25

Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba


comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos,
concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo,
que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente,
resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el
Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de
David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha
sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a
luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él
salvará a su Pueblo de todos sus pecados y sin que hubieran
hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el
nombre de Jesús.
19
Reflexión
La sociedad actual se encuentra desfigurada por la
cultura del desquite y del legalismo. Parece ser que la
ley del talión rige aún nuestras mentes y forma de
obrar. Lo cierto es que el mal que estamos sufriendo es
resultado de un largo proceso de desfiguración de la
fraternidad. Ante esta situación, dirijamos hoy la
mirada hacia san José. En su testimonio descubrimos el
camino de la misericordia por el cual debemos
transitar. Pues bien, san José pudo haber denunciado
públicamente a María. Sin embargo, decidió repudiarla
en secreto. Ahora bien, reconozcamos que esa
decisión sí tenía pinceladas de misericordia. No
obstante, Dios quiso llevarlo hasta el extremo y, luego
de su experiencia con el Ángel del Señor, lo llevó a dar
un paso hacia la misericordia original. De ese modo,
llegó a recibir a María en su hogar y permitir que el
salvador nazca y crezca bajo la seguridad de un
hogar. Atrevámonos, pues, a actuar con misericordia y
permitir que Dios obre a través de nosotros de manera
fraterna y misericordiosa.

20
DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

El amor entre los hermanos es tan necesario que sin este


vínculo no existiría sociedad. La fraternidad en cuanto
familia de Dios, por lo tanto, fomenta la solidaridad original
en la diversidad de sus miembros y crea un equilibrio entre
ellos. Por lo que la exigencia fundamental de la fraternidad
sería la solidaridad original. (…) La Iglesia no puede apartar
su mirada de la falta de fraternidad social. El hecho de ser
católica significa que ella es para todos, para que todos en
ella sean familia. El Pueblo de Dios que trasciende todo
pueblo, se encarna en los pueblos de la tierra. Así, haciendo
suyos los dolores y heridas de sus hijos busca sanarlas con el
ungüento de la caridad. (N.º 18)
Peticiones
Elevemos nuestras oraciones al Dios de la vida, que en san José nos
enseña a vivir en armonía y amor fraterno. Respondemos
confiadamente:

Padre de bondad, escucha nuestra oración.

1. Por la Iglesia, para que siga siendo una escuela de fraternidad y


misericordia en el mundo. Roguemos al Señor.

2. Por el Papa, para que sea guiado por el Espíritu Santo y el


testimonio de san José en su misión pastoral. Roguemos al Señor.

3. Por las autoridades, para que actúen en solidaridad y promuevan


la fraternidad. Roguemos al Señor.

4. Por los enfermos, para que vivan una gocen de la asistencia


divina en medio de su sufrimiento. Roguemos al Señor.

5. Por la fraternidad entre todos los fieles, para que vivamos en paz,
armonía y amor como hermanos en Cristo. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

22
Hoy nos comprometemos a ser menos
legalistas y actuar movidos por el amor. De
manera que, avancemos por el camino de la
perfecta caridad y descubramos la voluntad
de Dios en el cotidiano vivir.

Oración Final
Día 4 - 13 de marzo
“San José, padre putativo”
Monición
En el cuarto día de novena en honor a san José, hagamos
nuestro el deseo de formar una comunidad que, por medio de la
Eucaristía, restaura el mundo herido para fortalecer nuestra
identidad de hermanos

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA: JN 1, 9-14

“El Verbo era la luz verdadera que ilumina a todo hombre,


viniendo a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue
hecho por él, y el mundo no lo conoció. Vio a los suyos y los
suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron les dio
poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;
los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de
deseo de hombre, sino que nacieron de Dios. Y el Verbo se hizo
carne y puso su morada entre nosotros, y hemos contemplado
su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de
gracia y de verdad.”

25
Reflexión
El evangelio de san Juan comienza invitándonos a
reconocer la acción de Dios en la historia. Nos
ofrece una clave indispensable para aceptar el
proyecto salvífico de Dios. Por otra parte, las
condiciones de la sociedad actual avanzan día a
día, presenta un ritmo acelerado de cambios donde
se instaura el individualismo, injusticia y la violencia
que produce heridas en el mundo. Reconozcamos
que Jesucristo es la Palabra encarnada que revela
la gloria de Dios en el Mundo. Precisamente “Dios
nos ha sanado y nos ha hecho hijos suyos”
(Documento Base 23). Esto hace formularnos la
siguiente propuesta: quien conoce y sigue a Jesús
va disfrutando cada vez más de la bondad
insondable e incondicional de Dios. Esta es la tarea
apasionante de una comunidad que vive la
fraternidad. Por lo tanto, vivamos acogiendo la luz
de la fraternidad realizada en Cristo.

26
DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

Nuestro mundo herido no ha sido abandonado a su suerte,


sino que ha sido merecedor de una sanación infinitamente
mayor a su herida. «Ahí donde abundó el pecado,
sobreabundó la gracia» (Rom 5,20). Dios nos ha sanado y
nos ha hecho hijos suyos asumiendo nuestra naturaleza, en el
Hijo, para que nosotros podamos participar de su propia
naturaleza. «Oh, ¡qué admirable intercambio! El Creador del
género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una virgen
y, hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su
divinidad» Precisamente, donde la herida del pecado ha
construido el reino de la muerte, Dios hace brotar la vida de
la herida del costado de Cristo (cf. Jn 19, 34). Las llagas
abiertas de Cristo crucificado son en el seno de la historia la
herida de amor que sana las otras heridas del odio y la
violencia que desfiguran nuestras existencias quitándonos la
identidad de hijos y de hermanos. (N.º 23)
Peticiones
Confiados en la bondad de Dios, presentemos nuestras súplicas
pidiendo la intersección de San José, diciendo:

Padre de amor, escucha nuestra oración.

1. Pidamos por la Iglesia universal, para que el deseo de fraternidad


nos ayude a superar las barreras que nos dividen. Roguemos al
Señor.

2. Por nuestro país y sus gobernantes, para que la fraternidad


permita el trabajo por el bien común de todos los ciudadanos.
Roguemos al Señor.

3. Por nuestras comunidades, para adentrándose en el misterio de


la Encarnación nos comprometa a ser gestores activos de
fraternidad. Roguemos al Señor.

4. Por nosotros, para que la fraternidad nos convierta en


comunidades que den testimonio de unidad y comunión. Roguemos
al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

28
Me comprometo a buscar oportunidades
para servir a los demás de manera
desinteresada, siguiendo el ejemplo de San
José como protector y proveedor de su
familia.

Oración Final
Día 5 - 14 de marzo
“San José, padre del Pan vivo”
Monición
En este quinto día de la novena contemplaremos la valentía y
justicia de san José, quien supo custodiar a Jesús y a María en
medio de las dificultades.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA: MT 2,13-15

“El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:


«Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate
allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño
para matarlo. José se levantó, tomó al niño y a su madre de
noche, y partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la
muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el
Señor por el profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».”

31
Reflexión
En la vida cotidiana nos podemos encontrar con
varios “Herodes” que atentan contra nuestro sueño
de ser hombres y mujeres de fe. Nos pueden llevar
a huir o padecer ante los proyectos de Dios, pero
hoy san José nos enseña a ser obedientes y a
confiar en la providencia divina. La escucha es la
base de un corazón que está dispuesto a decir “sí”,
de un corazón que está listo para dejarse amar por
Dios. San José no solo es el modelo de paternidad
por excelencia, sino es de quién el Hijo de Dios
aprendió lo que es la ternura, el amor, la
responsabilidad, la confianza y sobre todo lo que
es una familia. Ahora todos somos hijos en el Hijo,
somos familia y nos congregamos en torno a la
mesa de la Eucaristía y como creyentes debemos
aprender a vivir con generosidad y confianza en
Dios como lo hizo José. ¡No se puede vivir sin
valentía! Finalmente, pidamos a san José que nos
enseñe a construir una comunidad entorno a su
Hijo, el Pan Vivo.

32
DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

La Eucaristía es sanación para el mundo herido en la


fraternidad. Ahí donde el pecado nos hizo desconocernos
como hermanos y nos puso en relación de oposición y
rivalidad, la Eucaristía nos hace sentarnos a la misma mesa
del Cuerpo y de la Sangre de Cristo como hijos de un mismo
Padre y por lo mismo, hermanos entre nosotros. La oración
del Padre Nuestro es una oración de comunión: es
esencialmente la oración de una comunidad que vive en
relaciones familiares. Al reconocer a Dios como “Abba”,
declaramos también el nuevo vínculo que se establece entre
los discípulos de Jesús y todos los hombres. La paternidad de
Dios es generadora de la fraternidad que reconocemos en el
intercambio de un signo de paz. (N.º 30-32)
Peticiones
San José no solo es el hombre de la escucha, sino de la obediencia
y la fidelidad. Presentemos al Señor nuestras intenciones diciendo:

Padre fiel, escucha nuestra oración.

1. Por la Madre Iglesia, para que siga siendo fiel a la escucha del
Esposo que sale a su encuentro. Roguemos al Señor.

2. Por el Papa, los obispos y sacerdotes, para que siempre sean


puentes de fraternidad en las comunidades. Roguemos al Señor.

3. Por las gobernantes, para que estén atentos a la escucha el


clamor del Pueblo de Dios. Roguemos al Señor.

4. Por las vocaciones en la Iglesia, para que en san José vean un


ejemplo de fidelidad a la palabra de Dios y así sean luz en medio
de las tinieblas del mundo. Roguemos al Señor.

5. Por todos nosotros, para que sepamos escuchar, descubrir y


responder a los designios de Dios en el diario trajinar. Roguemos al
Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

34
A imagen de san José, comprometámonos a
orar unos por otros, para destruir todo odio,
egoísmo y desesperanza y soñemos con una
comunidad de amor, esperanza y en salida.

Oración Final
Día 6 - 15 de marzo
“San José, padre de los últimos”
Monición
En este sexto día de la novena, contemplaremos a San José
como hijo obediente del Padre , y garante de las promesas
divinas. Pues al someterse a la ley, junto a su familia, presento
a Jesús como Luz de las naciones.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA; LC 2, 25-33

Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón;


este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de
Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado
por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto
al Cristo del Señor.

Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres


introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía
sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se
vaya en paz; Porque han visto mis ojos tu salvación, la que has
preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los
gentiles y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre
estaban admirados de lo que se decía de él.
37
Reflexión
El episodio de Simeón destaca la conexión del
Antiguo Testamento con la llegada del Mesías y
subraya que Jesús no es solo el salvador de Israel,
sino también de todas las naciones, hasta el último
de los hombres, especialmente de los más
desposeídos. Su cántico es una expresión de
gratitud y reconocimiento por haber visto la
promesa de Dios cumplida en aquel niño que, sus
padres María y José presentan en el templo, para
cumplir con las costumbres judías relacionadas con
el nacimiento. Simeón es símbolo de los últimos de
Israel, del resto humilde que, en el Antiguo
Testamento, esperaba con fe y anhelo la llegada
del Mesías. Su encuentro con Jesús simboliza el
cumplimiento de esas esperanzas y el arribo de la
redención. San José como esposo de María y
descendiente de la casa de David, es la garantía
de que la profecía se ha cumplido, pues aquel niño
que Simeón toma en brazos es el vástago de Jesé
anunciado desde antiguo por los profetas, para
llevar luz y salvación a todas las naciones de la
tierra.

38
DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

La respuesta de Dios Padre al anhelo de fraternidad humana


está en la persona de Jesucristo quien se ha hecho pan de
vida por amor para sanar las heridas del mundo. De ahí que
la Iglesia debe estar siempre en salida y renovar la
fecundidad de su acción evangelizadora identificando el
cuerpo maltratado del prójimo, del último, del más pequeño,
del que sufre en su humanidad y poniéndose a su servicio
con los mismo gestos y palabras de vida, de cercanía, de
amor y de dignidad que Cristo tuvo hacia los más pequeños.
Solo así, la Eucaristía sigue siendo Palabra y Pan de vida
para sanar las heridas de los más pequeños y olvidados de
este mundo. (N.55)
Peticiones
Elevemos nuestras oraciones al Dios de la vida, que en san José nos
enseña a vivir en armonía y amor fraterno. Respondemos
confiadamente:

Padre de bondad, escucha nuestra oración.

1. Por la Iglesia, para que, acogiendo a todos, sea signo de Cristo


en medio del mundo por el amor y la unidad. Roguemos al Señor.

2. Para que quienes tienen la responsabilidad del gobierno de los


pueblos encuentren los medios para responder a las nuevas formas
de pobreza, sin marginar a nadie. Roguemos al Señor.

3. Para que los que sufren, y especialmente los pobres, encuentren


en la Iglesia y en la sociedad una respuesta adecuada a su
situación, sin discriminación alguna, integrándoles y acogiéndoles,
restaurando su dignidad tantas veces pisoteada. Roguemos al
señor.

4. Para que desaparezca la indiferencia y el egoísmo, y crezca


entre todos la solidaridad y la fraternidad, propia de los hijos de
Dios, y nos gastemos y desgastemos en un compartir concreto con
quien lo necesite. Roguemos al Señor.

5. Para que nosotros, aquí reunidos, sepamos llevar a toda la


esperanza gozosa de la venida del Señor, que está siempre cerca,
a la puerta. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.


40
Nos comprometemos hoy a salir siempre al
encuentro de los más necesitados, y ser para
ellos motivo de esperanza, de fe y alabanza
a Dios. Para que, por medio de la solidaridad,
la generosidad y amor, puedan renovar su
confianza en Dios Padre que siempre es fiel a
sus promesas.

Oración Final
Día 7 - 16 de marzo
“San José, soñador de fraternidad”
Monición
Queridos hermanos, en este séptimo día de novena pondremos
nuestra mirada y atención en la reconciliación con el hermano.
A ejemplo de san José podamos cumplir la voluntad de Dios en
nuestras vidas amando al próximo sin medida.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA: MT 13,53-55

“Cuando Jesús acabó de contar estas parábolas, se marchó de


allí. Fue a su pueblo y se puso a enseñarles en su sinagoga. La
gente, admirada, decía: - ¿De dónde le vienen a éste esa
sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿No es éste el hijo del
carpintero?”

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Reflexión
Lo que hoy necesitamos urgentemente es
reconciliarnos con el hermano y decir NO a la
violencia. Para ello, precisamos hacer de nuestro
entorno social un lugar para vivir la fraternidad. De
esta manera, podremos dar a conocer el amor y la
misericordia de Dios. Él nos amó hasta el extremo y
eso es lo que debemos transmitir. Todos estamos
llamados a practicar la reconciliación. A causa de
la violencia, nuestro corazón que tiene que arder en
el Amor, se ha convertido en una coraza
impermeable. Ante tal situación, el perdón es el
último recurso de reconciliación. Hoy san José nos
invita a cumplir la voluntad de Dios en nuestras
vidas. Su voluntad es que seamos todos uno en el
amor porque el amor destruye todo conflicto,
división y violencia. Es momento de dejarnos
transformar e iluminar la mente y el corazón.
Dejémonos guiar por el Santo Espíritu para
aprender a perdonar y ser perdonado. Finalmente,
transmitamos la experiencia de Dios, un amor
transcendente al otro siendo puentes de perdón y
no muros de división.

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DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

El mundo está herido, urge encontrar caminos de fraternidad


y no dejarnos vencer por la violencia que degrada a la
persona humana y a toda la creación. Desde que tenemos
memoria como humanidad, siempre han existido sociedades
en conflicto donde acontece el fratricidio: el hermano mata
a su hermano en una multiplicidad de formas. La revelación
cristiana desarma el enigma del deseo violento, no porque
anula el dinamismo de imitación que construye las
sociedades, sino porque lo encauza hacia la verdadera
imitación, a saber: no la imitación del verdugo, ni tampoco
de la víctima rencorosa, sino la imitación de la víctima
perdonadora, que es Cristo, el Hijo de Dios, el Cordero de
Dios que quita el pecado del mundo. (N.º 42)
Peticiones
Elevemos nuestras oraciones al Dios de la vida, que en san José nos
enseña a vivir en armonía y amor fraterno. Respondemos
confiadamente:

Padre de misericordia, escucha nuestra oración.

1. Pidamos al Señor por la paz en el mundo entero y el cese de la


violencia entre pueblos que son hermanos de la misma naturaleza.
Para que, Jesús, salvador del mundo, venga en ayuda nuestra y nos
regale su amor y su paz. Roguemos al Señor.

2. Pidamos al Señor por las familias, para que el Señor siempre


pueda habitar en nuestros corazones y también la gracia de la
reconciliación. Roguemos al Señor.

3. Pidamos por los privados de libertad, para que el Señor les


conceda un corazón nuevo y puedan sentirse amados por Dios para
ser luz en las tinieblas. Roguemos al Señor.

4. Por todos nosotros reunidos aquí hoy, para que podamos ser
instrumentos de paz, amor y compasión en nuestra casa común.
Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

46
Me comprometo a buscar la reconciliación
con aquellos a quienes he lastimado o que
me han lastimado, buscando restaurar las
relaciones rotas y promoviendo un espíritu de
perdón y sanación.

Oración Final
Día 8 - 17 de marzo
“San José, padre de la ternura”
Monición
Queridos hermanos, nos encontramos en el octavo día de
novena a nuestro patrono san José. Ponemos en manos de Dios
a las personas más olvidadas y excluidas de nuestra sociedad.
Pedimos a Dios, quien ha creado nuestros corazones, que nos
mueva el corazón a obrar con caridad, expresión máxima de la
fraternidad. Que la escuela de san José nos enseñe a crecer en
sabiduría y gracia.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA: LC 2, 41-52


Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la
Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de
costumbre, y acababa la fiesta, María y José regresaron, pero
Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y
después comenzaron a buscarlo entre los parientes y
conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en
busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de
los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia
y sus respuestas. Al ver, sus padres quedaron maravillados y su
madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa
que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les
respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo
ocuparme de los asuntos de mi Padre?». Ellos no entendieron lo
que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto
a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús
iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de
Dios y de los hombres. 49
Reflexión
El Evangelio que acabamos de escuchar nos
recuerda la importancia de la vida familiar y la vida
comunitaria. Respecto a la fraternidad universal,
este pasaje arroja luz sobre cómo la santa familia
de Nazareth vivía la fraternidad. Por una parte,
santa María y san José tenían confianza en las
personas que los rodeaban. Pues bien, eran sus
familiares y amigos. Ese ejemplo de confianza y
cercanía fue imitado por el niño Jesús, quien no se
asustó de estar lejos de sus padres. Gracias a José,
Jesús creció con seguridad en sus prójimos. Ello le
permitió ir descubriendo su misión en este mundo y
lo llevó a moverse y hablar con seguridad ante
todos, ya sean ricos, pobres, letrados o ignorantes.
Reconozcamos que todos estamos llamados a vivir
la fraternidad universal. Dejémonos pues, educar
por san José para que sepamos respetar todas las
formas de vida y clase sociales. Finalmente,
dediquemos unos minutos para agradecer por el
don de la familia que hemos recibido cada uno de
nosotros. Pues bien, somos parte de la familia
universal y estamos llamados a vivir una fraternidad
cósmica, de manera que, sepamos respetar y
valorar a cada una de las cosas y creaturas que
nos rodean para mayor gloria de Dios.

50
DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

¿Es posible una fraternidad universal? Sí, esta debe ser


vivida como un estilo contracultural en el seno de las
comunidades cristianas, reunidas alrededor de la víctima
perdonadora que es Cristo, y esa realización genera en el
mar de la historia, ondas de expansión que pueden recrear
el mundo desde abajo y desde adentro. El cristianismo
primitivo es la prueba fehaciente de la capacidad que tiene
la fe cristiana de reinventar la sociedad y la cultura, y todo
ello, en la fuerza de Aquel que nos reúne alrededor de la
misma mesa haciéndose alimento en su Evangelio y en su
Cuerpo y Sangre. (N.º 47)
Peticiones
Elevemos nuestras oraciones al Dios de la creación, para que, a
imagen de san José, sepamos ser custodios de la creación.
Respondemos confiadamente:

Padre de amor, escucha nuestra oración.

1. Por la Iglesia, para que siga siendo casa de comunión universal.


Roguemos al Señor.

2. Por el Papa, para que sea testimonio de fraternidad ante el


mundo entero. Roguemos al Señor.

3. Por las autoridades, para que sepan respetar a las personas más
desamparadas y los recursos encomendados a administrar.
Roguemos al Señor.

4. Por los enfermos, para que, a pesar de sus sufrimientos, se


sientan consolados por el amor de la familia universal. Roguemos
al Señor.

5. Por la fraternidad entre todos los fieles, para que nos


despojemos de todo título de superioridad y veamos a cada
humano como hermano. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

52
Hoy nos comprometemos a reconocer en los
últimos de la sociedad a Jesucristo. De
manera que, le ofrezcamos amor, compasión
y recursos para aliviar su situación y mejorar
sus vidas.

Oración Final
Día 9 - 18 de marzo
“San José, ejemplo de fraternidad
para sanar el mundo”
Monición
Hermanos, en este último día de la novena a san José,
meditaremos sobre la fraternidad que tuvo el esposo de la
Virgen María con la humanidad. Al ser ejemplo de entrega total
a la voluntad del Padre, la Iglesia y los sacerdotes, tienen un
modelo de fraternidad para sanar el mundo.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Oración Inicial

LECTURA BÍBLICA: MT 2,19-23

Muerto Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a


José en Egipto y le dijo: «Levántate toma contigo al niño y a su
madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han
muerto los que buscaban la vida del niño». Él se levantó, tomó
consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al
enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su
padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se
retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada
Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será
llamado Nazareno.

55
Reflexión
La fraternidad que san José tuvo con la humanidad
se consolida en el cuidado íntegro del cuerpo
humano de Jesús. Como ejemplo de padre, que
hace crecer la vida y la fe, contribuye a la
maduración de Jesús en sabiduría y santidad. De
esta manera, san José colabora en la preparación
del cuerpo humano del Hijo de Dios, para la
oblación existencial que realiza con su carne en el
árbol de cruz. Donde extiende sus brazos como
signo de fraternidad universal para la sanación del
mundo, especialmente del pecado. Es por eso por
lo que san José nos enseña que la Iglesia es la
caricia paterna de Dios a la humanidad, porque
continúa su misión de salvaguardar el Cuerpo y de
la Sangre del Señor mediante la paternidad
espiritual de los sacerdotes. Así pues, san José es
modelo de paternidad para la Iglesia, que le
recuerda que su razón de ser se encuentra en
custodiar el Sacramento del Altar y que, a su vez,
debe de compartir de manera fraterna con todo el
pueblo de Dios. De modo que Jesús permanezca
sanando al mundo a través de su gracia conferida
en la Eucaristía y haciéndose presente en la
sociedad, con el testimonio de los cristianos.
Pidamos, pues, a san José la gracia de ser
profundamente eucarísticos y de expresar con
nuestra existencia el estilo de vida evangélico que
nos exige la fe que profesamos.

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DOCUMENTO BASE DEL IEC2024

«La Iglesia vive de la Eucaristía» y la Eucaristía sana el


mundo, por ello, necesariamente tenemos que volver nuestra
mirada a la comunidad cristiana, a la Iglesia, comunidad de
hombres y mujeres reunidos por el Señor para estar con Él y
llevar el pan de su Palabra y de su Cuerpo a todas las
naciones. Es la vivencia humilde y tierna del «denles de
comer ustedes mismos» (Lc 9, 13) de Jesús. Hombres y
mujeres que desde su vocación propia son enviados como
sal y luz, como levadura en la masa, llamados a ser la
memoria y el fermento de esta sanación en medio del
mundo. La fuerza sanadora de la Eucaristía se juega en el
testimonio de los cristianos, en ser esa comunidad fraterna,
esa Iglesia en salida que vive el mandato de Cristo. (N.º 48)
Peticiones
Imploremos la misericordia de Dios, confiando en la intercepción de
san José, quien cuidó en la tierra del cuerpo humano de Jesús para
la salvación de la humanidad, y digámosle con fe:

Señor, escucha nuestra oración

1. Por los obispos, para que, a semejanza de san José, sean


custodios del Cuerpo y la Sangre del Señor y den testimonio de
fraternidad en el mundo. Roguemos al Señor.

2. Por los sacerdotes, para que, por intercepción de san José,


ejerzan una auténtica paternidad espiritual que ayude a sanar las
heridas del pueblo de Dios. Roguemos al Señor.

3. Por las familias cristianas, para que, como iglesia doméstica,


anuncien con alegría la presencia real de Jesús en la Eucaristía
como signo de sanación para el mundo. Roguemos al Señor.

4. Por todos los pueblos, para que el Señor les conceda


experimentar su amor que brota del Sacramento del Altar.
Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; enséñanos, por intercesión de


San José, el sendero de la fraternidad, y sácianos de gozo en tu
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave maría y Gloria.

58
Hoy nos comprometemos a ser fermento de
fraternidad, en los distintos ambientes y
lugares donde nos encontremos, procurando
una cultura del encuentro, el dialogo, la
acogida y la paz entre todos.

Oración Final
Pan vivo bajado del cielo:
mira al pueblo de tu corazón que hoy te alaba,
te adora y te bendice.

Tú que nos reúnes alrededor de tu mesa para alimentarnos


con tu Cuerpo, haz que, superando toda división, odio y
egoísmo, nos unamos como verdaderos hermanos,
hijos del Padre Celestial.

Envíanos tu Espíritu de amor,


para que buscando caminos de fraternidad: paz, diálogo y
perdón, colaboremos para sanar las heridas
del mundo. Amén

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