Módulo 4 Psicofisiología
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pensamiento y comportamiento
IN TR ODUCCIÓN AL MÓDULO
Introducción
Introducción a la unidad
Cierre de la unidad
Introducción a la unidad
Tema 1: Psico siología del comportamiento
Cierre de la unidad
Introducción
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En este módulo desarrollaremos los últimos temas del programa y, como la lógica lo indica, son los procesos más
complejos en cuanto a que integran todos los procesos que hemos visto con anterioridad. Que sean los más
integradores no implica que sean los más importantes, ya que efectivamente, sin los restantes procesos no podrían
llevarse a cabo.
Al mismo tiempo, veremos algunos recursos con los que cuenta la Psicofisiología y la Clínica para estudiar y tratar
tanto el funcionamiento normal como el patológico, brindando elementos indispensables para lograr acercarnos más
al conocimiento de nosotros mismos.
Como siempre, daremos los lineamientos estructurales que nuestra experiencia indica que son centrales en la
comprensión de las temáticas y ustedes completarán el recorrido con la lectura de la bibliografía obligatoria.
Motta (2019)
Definir, reconocer y describir las alteraciones de los procesos en relación con los diferentes cuadros
clínicos en los que se presentan
9.3. Inteligencia. Alteraciones bióticas y psicosociales de la Inteligencia. Ejemplos de cuadros clínicos relacionados
con alteraciones de la inteligencia.
El video nos muestra varios testimonios de uno de los cuadros clínicos que mejor ejemplifica los tics como una de las
alteraciones de la conducta voluntaria, el Síndrome de Tourette. Es importante que se comprenda que la molestia de
quienes rodean a las personas que tienen el síndrome no es ni remotamente comparable al padecimiento de los
afectados. Observen las estrategias que se ven obligados a desarrollar para intentar ser aceptados en los grupos.
Tengo el Síndrome de Tourette (2 de 3)
Marianoaste. (2009) Tengo Síndrome de Tourette 2. Recuperado en diciembre de 2019 de: https://www.youtube.com/watch?
v=mJnCpOfMUqo
Lección 2 de 13
Introducción a la unidad
Contenidos de la unidad
Si le preguntáramos a muchas personas qué es ser inteligente, obtendríamos muchas respuestas diferentes, pero
seguramente, la mayoría orientadas al alto rendimiento académico o laboral. Prendados de siglos de educación
enciclopedista, culturalmente priorizamos la ilustración como indicador de inteligencia, pero, sin embargo, no
necesariamente es sinónimo de capacidad para utilizar los propios recursos para lograr una vida con sentido que
redunde en autorrealización. Entonces, ¿Qué es ser inteligente?
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Lección 3 de 13
Si bien no es nuestro objetivo aquí describir todas las teorías de la inteligencia, sí queremos señalar que no es un
tema menor en qué teoría nos posicionamos al evaluar el nivel intelectual de una persona: todos los test tienen una
fundamentación teórica y es en base a ella que están construidos. De ese modo, los resultados obtenidos no
representan tanto a la persona en sí misma, como a su respuesta a ese tipo particular de pruebas. Por otro lado, el
Cociente Intelectual (CI), como número abstracto producto del cálculo ponderado a partir del puntaje en diversas
pruebas, no dice nada del perfil de inteligencia de esa persona, es decir, de los aspectos privilegiados o
desfavorecidos que es lo que realmente permite describir los recursos para la resolución de problemas y,
consecuentemente, planificar estrategias terapéuticas en el caso que sean necesarias.
En ese sentido, es un camino a recorrer porque la adaptación es constante en relación a los desafíos que el medio nos
propone. De esta manera, la inteligencia no es un punto de partida, no es una capacidad con la que nacemos y está
determinada y, por lo tanto, nos limita, sino que es un punto al que tendemos (Piaget, 1990). Así, es cierto que
partimos de ciertos modos funcionales heredados, traemos la potencia de desarrollar la inteligencia; lo que suceda a
partir de ese potencial dependerá de las posibilidades de acción que se le permitan al niño y de los componentes
sociales que acompañen este desarrollo (Piaget, 1972).
“(…) la maduración del sistema nervioso abre simplemente una serie de posibilidades (y la no maduración lleva
consigo una serie de imposibilidades), pero sin que estas posibilidades den lugar a una actualización inmediata
mientras las condiciones de experiencia material o de interacción social no provoquen esta actualización ”
“(…)el sistema nervioso y su tardía maduración (mielogénesis y, principalmente, cito-endogénesis) se limitan así a
abrir un cierto campo de posibilidades en cuyo interior se actualizarán un cierto número de conductas (y sin duda
muy pocas en relación con el número de posibilidades que aún están abiertas); pero esta actualización supone ciertas
condiciones de experiencia física (manipulación de los objetos, etc., lo que es esencial, igualmente, para la lógica) y
ciertas condiciones sociales (intercambio regulado de las informaciones, control mutuo, etc.) y son estas diversas
condiciones las que determinan el perfeccionamiento de lo que la maduración hace simplemente posible. ”
Hablar del pensamiento es adentrarnos en uno de los procesos más característicamente humanos, junto con el
lenguaje.
Decíamos que los juicios son secuencias temporalizadas de conceptos, además de que, en los razonamientos, se
enlazan de una determinada manera; por eso, el pensamiento tiene un determinado curso y fluye en un cierto sentido,
siguiendo una idea directriz, que en definitiva es la que lo conduce al objetivo y le da coherencia.
A pesar de esta descripción del pensamiento, que podemos llamar lógico o racional, existe antes, tanto onto como
filogenéticamente, el pensamiento mágico, propio de los niños y los pueblos primitivos; pero que se integra y aparece
en determinadas circunstancias aún en adultos con pensamiento formal. Un ejemplo son las supersticiones.
El video presenta los avances que pueden hacerse en el estudio de la inteligencia a partir de los métodos
complementarios que contribuyen a la investigación del funcionamiento del cerebro, a partir de lo cual pueden
modificarse algunas conceptualizaciones.
ACCEDER A WEB
Punset, E. (conductor) .(2011). Los 12 pilares de la inteligencia. En Redes, episodio 81, RTVE. Recuperado en diciembre de
Sin embargo, y retomando la idea de que la inteligencia y el pensamiento requieren y a la vez regulan los otros
procesos, necesariamente debemos considerar la intervención del resto del sistema nervioso.
“Actuar inteligentemente no depende solamente de contar con más información sino de poder hacer una síntesis
adecuada entre los datos externos a nosotros y los internos, que se vinculan tanto con nuestra historia como con
nuestras metas.”
D I S C A PA C I D A D I N T E L E C T U A L DEMENCIAS
En éste caso el problema radica en lesiones del sistema nervioso de diversas etiologías (noxas teratogénicas,
infecciones perinatales, etc.) (Mas Colombo, 2011). Encontraremos, en la evaluación objetiva del cociente
intelectual (CI) una marcada disminución; la inteligencia se desarrolla de manera lenta e incompleta. Sin embargo,
un CI nada nos dice del potencial que ese niño tiene puesto que éste no depende solamente de las condiciones del
sistema nervioso, sino, también de la habilitación que recibe de sus padres para constituirse como ser deseante
autónomo, capaz de ocupar un lugar en la sociedad y de cómo la sociedad los aloja como integrantes de pleno
derecho. Así, lo que se observa es que, a igual CI, los niños pueden desempeñarse de manera más o menos
adaptativa.
D I S C A PA C I D A D I N T E L E C T U A L DEMENCIAS
En el caso de los trastornos neurocognitivos mayores (demencias) lo que sucede es el deterioro global, adquirido,
debido a un proceso neurodegenerativo (APA, 2014). Las causas son variables (vasculares, genéticas, etc.) dando
lugar a cuadros específicos (Enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, etc.) y llevan a la persona a la pérdida
total de autonomía.
Lección 6 de 13
Si tomamos como punto de partida esta caracterización resulta sencilla la clasificación de sus alteraciones.
Cuadro 1: Elaboración propia (2019)
Idea delirante
–
Se origina en un juicio perturbado, de donde se deriva su cualidad patológica. Se caracteriza por ser irreductible,
incorregible, lo que la diferencia de una simple idea errónea originada en la ignorancia, ya que el paciente no la
modifica, aunque haya evidencias incontrovertibles de su falsedad. Como se origina en un juicio perturbado, para la
persona es consistente, por lo que es egosintónica y condiciona la conducta (Mas Colombo et al., 2011). Además,
que se origine en un juicio perturbado no debe hacernos pensar que las ideas delirantes siempre son inverosímiles;
su cualidad patológica no deriva de su falta de credibilidad sino del proceso alterado por el que se originó.
Idea obsesiva
–
Aparece de manera reiterada e intrusiva, el paciente intenta evitarlas o suprimirlas, por lo que son egodistónicas,
pero se le imponen, generando malestar y ansiedad que lo llevan a realizar actos compulsivos, como rituales, para
contrarrestarlas. (APAL, s.f.)
Idea sobrevalorada
–
Son ideas firmemente establecidas, el paciente está íntimamente convencido de su veracidad, por lo que las defiende
con gran fuerza; pero no rechaza totalmente los argumentos y evidencias en su contra, llegando a veces a reconocer
su carácter exagerado e inflexible. Motivan conductas de acuerdo con su temática. No siempre es fácil diferenciar
una idea delirante de una sobrevalorada. (APAL, s.f.)
Idea fija
–
Se caracterizan por estar casi permanentemente presentes durante un período de tiempo. A veces son involuntarias y
a veces son mantenidas voluntariamente, aunque no necesariamente motivan conductas específicas. Son ejemplos,
preocupaciones constantes por la situación laboral, económica, sexual, etc. (APAL, s.f.)
Alteraciones del curso
Del ritmo
Bradipsiquia
–
El ritmo del pensamiento está lentificado.
Taquipsiquia
–
El ritmo del pensamiento está acelerado lo que puede provocar que se pase de una idea a otra sin completarlas (fuga
de ideas) (APAL, s.f.)
De la coherencia
Incoherencia
–
El paciente salta de un tema a otro, perdiendo el principio de finalidad del pensamiento lógico, la impresión que
recibe el observador es que transmite, sin posibilidad de control, selección ni jerarquización, imágenes internas que
fluyen desordenadamente (Capponi, 1987)
Fuga de ideas
–
Asociada a la taquipsiquia, el paciente parece mostrar excesiva capacidad asociativa, por lo que las ideas aparecen
incesantemente por asociaciones laxas. (Pifarré, 2018)
Disgregación
–
El paciente aborda un tema, pero pierde la ilación por la irrupción de ideas secundarias que, por tener relaciones
tangenciales con el tema, hacen que el discurso en conjunto muestre un sentido, aunque a veces sea muy difícil de
extraer (Capponi, 1987).
De la fluidez
Perseveración
–
Durante el discurso el sujeto repite palabras, ideas o temas originalmente relacionadas con la idea directriz (Gómez
Feria-Prieto, 2019).
Estereotipia
–
Repetición de una idea que no tiene que ver con las preguntas del entrevistador (Nachar et al., 2018)
Interceptación
–
El curso de las ideas se interrumpe antes de que haya logrado el objetivo y se pueda comunicar. (APAL, s.f.)
Pararrespuesta
–
Las respuestas del paciente no son pertinentes respecto del curso de la conversación (APAL, s.f.), lo que habla de un
flujo de pensamiento que ve interrumpida su fluidez
Viscosidad
–
El pensamiento es pegajoso, el paciente tiene dificultad para avanzar en los razonamientos (Capponi, 1987)
Verbigeración
–
Es la repetición monótona, por lo general con bajo volumen, de frases, palabras y hasta sílabas. (APAL, s.f.)
Rigidez
–
La persona está adherida a una idea y le resulta muy dificultoso pasar a otra, lo que condiciona fuertemente la
conducta (Marietán, 1994)
Lección 7 de 13
Cierre de la unidad
Sin duda, todos debemos haber conocido personas cuyo rendimiento laboral, escolar, etc., nos hace pensar “¡qué
inteligente!”; muchas veces, lo asociamos a que tiene gran vocabulario, se le da bien la matemática, etc. Sin
embargo, no toma buenas decisiones, en su vida personal comete sistemáticamente los mismos errores, tiene
dificultades para mantener relaciones satisfactorias.
Solemos confundir inteligencia con ilustración intelectual y a partir de ello evaluamos, dictaminamos y encasillamos
temerariamente; la experiencia nos enseña que todos tienen potencial, cada uno el suyo, cada uno a su manera.
Ignorar la experiencia es, cuanto menos, poco inteligente.
Conclusión
Solemos confundir inteligencia con ilustración intelectual y a partir de ello evaluamos, dictaminamos y encasillamos
temerariamente; la experiencia nos enseña que todos tienen potencial, cada uno el suyo, cada uno a su manera.
Ignorar la experiencia es, cuanto menos, poco inteligente. Rescatar lo que cada uno puede, rescatar el para qué hacia
el que cada uno conduce su conducta, es dar un paso adelante en la humanización de la práctica profesional.
Bibliografía
de referencia
–
Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL) (s.f.) Pensamiento. Recuperado en diciembre de 2019 de:
http://www.apalweb.org/docs/semiologia3.pdf
American Psychiatric Association (2014) Manual Diagnóstico y estadístico de trastornos mentales. 5ta.
Edición. Editorial Médica Panamericana.
Cortada de Kohan, N. (2001) Constructos psicológicos y variables. Psicología y Psicopedagogía Año 2, nro.
2. Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://web.archive.org/web/20071011204951/http://www.salvador.edu.ar/psic/ua1-9pub02-8-03.htm
Mas Colombo, E., Risueño, A., Motta, I. (2003) Función ejecutiva y conductas impulsivas. En Cuarto
Congreso Virtual Interpsiquis 2003. Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://www.researchgate.net/profile/Iris_Motta/publication/237348624_Funcion_ejecutiva_y_conductas_imp
ulsivasI/links/0f3175389eafbcbc33000000/Funcion-ejecutiva-y-conductas-impulsivasI.pdf
Muñoz Gutiérrez, C. (s.f.) Introducción a la lógica. Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://webs.ucm.es/info/pslogica/cdn.pdf
Nachar, R., Castañeda, C., Mena, C., González, A. (2018) Aspectos básicos del examen mental. Universidad
Finis Terrae. Recuperado en diciembre de 2019 de: https://www.medfinis.cl/img/manuales/examen-mental-
uft.pdf
Pifarré, J. (2018) Trastornos del pensamiento y del lenguaje. CEDE. Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://www.pir.es/impugnaciones2018/pregunta77/cap45%20Trast%20PENSAMIENTO%20y%20LENGUA
JE.pdf
Raven, J., Court, J., Raven, J. (1996) Raven Matrices progresivas. Madrid: TEA Ediciones
de lectura obligatoria
–
Introducción a la unidad
Contenidos de la unidad
3 Principios de Psicofarmacología
Hablar de comportamiento humano implica referirnos al resultado integrativo de todos los procesos
biopsicosociocognitivos que constituyen la existencia del hombre. Estudiar cada uno de los procesos por separado no
es más que un artilugio didáctico para poner cierto orden y profundizar los conceptos, atendiendo a que la ciencia es
analítica y especializada (Bunge, 2001). Sin embargo, esta especialización no debe hacernos perder de vista que el
hombre que tenemos delante es uno y su comportamiento manifiesta su singular manera de ir siendo en el mundo.
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Lección 9 de 13
En tanto unidad biopsicosocial, el hombre despliega su existencia en el mundo con toda la complejidad que implica
la integración de su realidad biótica, sus posibilidades desde lo psíquico y la normativa social que organiza los
intercambios con los otros.
La participación prefrontal en la regulación de la conducta, a través de las funciones ejecutivas (Mas Colombo,
Risueño, Motta, 2003), queda más que claro cuando, por lesiones, esa regulación se altera, tanto hacia la falta de
iniciativa para la acción como en el síndrome dorsolateral o como hacia la desinhibición en el orbitofrontal (Risueño,
2010).
A los efectos de nuestros intereses profesionales, describiremos una actividad voluntaria en particular, las PRAXIAS.
Es claro que, al inicio, todas estas actividades requieren de nuestra completa atención, pero, a medida que se
ejercitan, son cada vez más automáticas, aunque siempre estamos ajustándolas a la situación: por ejemplo, el proceso
de escribir está automatizado; sin embargo, requiere ajustes dependiendo de si escribimos en el pizarrón o en una
hoja cuadriculada, por ejemplo.
El proceso práxico que, como indicamos, es muy complejo, tiene dos componentes, susceptibles de alterarse
independientemente, dando, como veremos en breve, manifestaciones patológicas diferentes.
Además de requerirse procesos gnósicos, el sistema conceptual incluye también el conocimiento sobre la
organización de las acciones dentro de la secuencia lógica, por lo cual se establece un plan que las dirige hacia el
objetivo propuesto.
Así como los procesos gnósicos se asientan en las áreas posteriores del cerebro (temporal, parietal y occipital), las
actividades motrices corresponden a las áreas anteriores del mismo (frontal y prefrontal) (Risueño, Motta, 2013).
Los lóbulos prefrontales, programan, regulan y verifican la actividad práxica, siempre a partir de la información que
le proporcionan las áreas posteriores gnósicas. Su función es determinar la acción justa y necesaria para cada
ocasión; son los responsables de idear los esquemas que luego se llevarán a cabo. Por lo tanto, son el soporte
neurofuncional del sistema conceptual. De esto se desprende que la actividad planificadora se lleva a cabo cada vez
que deben realizarse nuevas acciones. Así surgen dos acciones subyacentes previas que deben ser tenidas en cuenta:
la idea “qué hacer” y el “cómo hacerlo” (Risueño, Motta, 2013).
Esos esquemas de acción se corresponden con las imágenes sensoriales guardadas en áreas de la corteza parietal, que
tienen como función actividades relacionadas con el reconocimiento del cuerpo y su relación con el espacio. Este
reconocimiento gnósico va dejando huellas que posibilitan la realización de nuevas acciones con sentido (praxias), a
partir de la utilización de esquemas ya conocidos. Esto implica un complejo proceso de comparación lógica que
culminará con la modificación y enriquecimiento del esquema cada vez que el mismo se use (Risueño, Motta, 2013),
por eso, además de automatizarse, con la práctica se perfecciona.
Decíamos que las praxias se automatizan como consecuencia de la
experiencia actualizada cotidianamente. La automatización implica un
registro de la secuencia de movimientos necesarios para llevarla a cabo.
Esos patrones motores aprendidos por la experiencia, que permiten que
las acciones se automaticen y no requieran ser planificadas cada vez
que se realizan, se guardan en el cerebelo (Risueño, Motta, 2013).
Formaciones que se encuentran por debajo de la corteza cerebral, conformando lo subcortical (ganglios de la base)
aportan el control automático de la fluidez del movimiento, la melodía cinética, de modo que el mismo resulte
armonioso y que a la vista de cualquier observador la sucesión de acciones elementales se capte como una secuencia
continua (Risueño, Motta, 2013).
Esta definición implica que la persona tiene alterado el sistema conceptual y/o de producción, pero no tiene
trastornos para moverse; es decir, no hay parálisis, temblores, etc. Además, como es sabido, el prefijo “a”, en este
contexto, indica que es un trastorno adquirido.
Desde el punto de vista de la presentación clínica veremos que puede darse en todos los dominios motores:
Compromete actividades motoras complejas de los miembros superiores, movimientos finos (Mas Colombo, 2011).
MIELOCINÉTICA O R O F O N AT O R I A DE LA MIRADA DE LA MARCHA DE
Compromete los movimientos de la cara y de los órganos del aparato fono-respiratorio, alterando actividades como
silbar, sacar la lengua, abrir la boca, hablar, etc. (Risueño, Motta, 2013)
Figura 6: Elaboración propia (2019)
Afectando tareas de rastreo visual y lectura, por ejemplo. (Risueño, Motta, 2013).
Dificultad para reconocer en qué parte del cuerpo debe colocarse una determinada prenda y cómo hacerlo (García-
García y Perea Bartolomé, 2015).
A esto debemos agregar, que todos estos tipos pueden darse de diferente manera, según sea el sistema que se
encuentre alterado; así, podemos tener:
Cuadro 2: Elaboración propia (2019)
El video muestra la evaluación de praxias (en este caso, apraxias) en una paciente que ha sufrido una lesión cerebral
izquierda, con hemiplejia derecha. Obsérvese que se enfatiza que la dificultad no radica en el trastorno motor o más
bien lo trasciende, alcanzando a dificultar la organización del movimiento, más allá de la parálisis ya que no puede
imitar las posiciones del evaluador con el lado sano.
El video muestra una mujer de 53 años que presenta antecedentes de tres años de trastornos de expresión y
comprensión del lenguaje, que intenta colocarse la chaqueta. Es importante que observen que no tiene impedido el
movimiento, sino que la dificultad se encuentra en el aspecto conceptual de cómo realizar la tarea.
Journal Watch. (2014). Medical Mystery: A Woman with Progressive Cognitive Decline and Apraxia. Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://www.youtube.com/watch?v=L2j7_HpO_z8
Lección 10 de 13
La Neuropsicología y la Psicofisiología clásica no podían más que utilizar el método lesional (Risueño, 2010):
cuando un paciente presentaba una lesión, sólo se podía esperar a su fallecimiento, abrir el cráneo, ver el lugar de la
lesión y relacionar punto a punto lesión-función. Quizá el prototipo de este tipo de trabajo fue el que realizó Broca
sobre su paciente Leborgne, que permitió localizar en el pie de la tercera circunvolución frontal izquierda el centro de
la expresión del lenguaje (Castaño, 2003). Sin embargo, en la actualidad sabemos que el localizacionismo estricto no
explica la totalidad y la complejidad de los procesos nerviosos, que ahora podemos atisbar cada vez con más
precisión. Entonces, los métodos complementarios con los que contamos hoy en día aportan datos para que cada vez
tengamos más conocimientos y, al mismo tiempo, permite ajustar diagnósticos para precisar abordajes terapéuticos.
Veamos, de manera muy abreviada, algunos de los métodos con los que contamos.
Electroencefalograma (EEG):
“El electroencefalograma es una técnica de exploración funcional del sistema nervioso central (SNC), de relativa
antigüedad, pero que aún hoy día sigue siendo una herramienta de gran ayuda para el clínico en el diagnóstico y
seguimiento de algunas patologías, como pueden ser la epilepsia, las encefalopatías, alteraciones del estado de
conciencia, infecciones del SNC, etc. Es, por otro lado, una herramienta diagnóstica con aplicaciones que están en
plena expansión, en combinación con otras técnicas neurofisiológicas, como es en el campo del estudio y diagnóstico
de la patología de sueño. ”
Esa actividad eléctrica de las células nerviosas tiene determinadas características, marcadas por la frecuencia y la
amplitud, que guardan entre ellas una relación inversamente proporcional; es decir, las ondas de alta frecuencia
tienen baja amplitud y viceversa.
“(…)los patrones de señal que se manifiestan ante eventos o comportamientos específicos se denominan ritmos”
- Reta (2012, P. 9)
Figura 10: Ritmos electroencefalográficos. Reta (2012, P. 9). Recuperado en diciembre de 2019 de:
http://www.sase.com.ar/2012/files/2012/09/ECG_PETAC_publicar.pdf
Figura 11: Ritmos electroencefalográficos. Reta (2012, P. 10). Recuperado en diciembre de 2019 de:
http://www.sase.com.ar/2012/files/2012/09/ECG_PETAC_publicar.pdf
La figura 11 muestra que la actividad eléctrica se modifica en situaciones normales (edad, sueño, actividad cognitiva,
etc.), lo que también sucede cuando estamos frente a patología; ello es lo que permite utilizar este registro para
estudiar y diagnosticar la actividad normal y patológica del cerebro.
Figura 12: Comparación de EEG normal en reposo y EGG de paciente con hipsarritmia. Cherninskyi and
Ralphelg (2018). Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Human_EEG_Comparison.jpg?uselang=es (cc)
La TAC, le valió a su inventor, Godfrey Hounsfield, el premio Nobel 1979. Su gran avance consistió en imaginar que
si escaneaba un objeto desde muchos ángulos podía superar la limitación de las radiografías tradicionales, que sólo
representan en dos dimensiones los órganos que, además, al no tener densidades muy diferentes, se muestras
superpuestos (Bosch, 2004). Funciona con un haz de rayos X que atraviesa al paciente produciendo “cortes”
virtuales. Esas imágenes se componen en una computadora que arroja una imagen tridimensional.
Figura 13: TAC de cabeza, corte sagital. Häggström (2019) Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=77962210 (CC0)
A diferencia de la TAC, “la generación de imágenes mediante resonancia magnética [RMN] se basa en recoger las
ondas de radiofrecuencia procedentes de la estimulación de la materia sometida a la acción de un campo
electromagnético.” (Pebet, 2012, P.2), por lo que no utiliza radiación. Ofrece imágenes de mayor resolución y mayor
contraste entre tejidos blandos que la TAC.
Es un estudio cuya realización lleva mucho tiempo por lo que, al requerir que el paciente permanezca quieto, resulta
molesto en ese aspecto. Además, como utiliza un campo electromagnético, no puede aplicarse en pacientes que
tienen implantes controlados por imanes como marcapasos, implantes cocleares, etc., tampoco elementos metálicos
(Pebet, 2012)
Figura 15: PET de cerebro normal. Maus (2010) Recuperado en diciembre de 2019 de:
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=404690 (cc)
Lección 11 de 13
La gravedad de estos datos, fundamentalmente porque en muchos casos la plena integración social de las personas se
ve dificultada (cuando no impedida) hace indispensable que desarrollemos conocimientos profesionales para lograr
un trabajo transdisciplinario que aporte a los pacientes todos los recursos de los cuales la ciencia, en sus diferentes
disciplinas, dispone. Este conocimiento también nos permite adoptar una posición ética: ni todo requiere medicación
ni siempre es malo que se medique; las posiciones dogmáticas a favor o en contra violan el respeto por lo que
necesita el paciente, su singularidad y su padecer.
Ya Freud vislumbraba, en 1895, la existencia de sustancias que mediaban la interacción entre neuronas. Hoy
conocemos mucho acerca de estas sustancias, denominadas neurotransmisores. Por tanto, si la actividad nerviosa
depende de sustancias químicas, otras sustancias químicas podrían, actuando sobre las primeras o sobre sus
receptores, modificar su funcionamiento. Lamentablemente, este mismo principio se aplica al consumo problemático
de sustancias.
Muchos son los que sostienen que la aplicación de psicofármacos es
invasiva; sin embargo, representó un avance enorme comparado con los
procedimientos vigentes antes de que comenzaran a desarrollarse:
lobectomías, leucotomías, electroshock…
Por otra parte, resulta interesante destacar que muchos psicofármacos se desarrollaron por serendipia: por ejemplo, la
clorpromazina, sedante y antipsicótico, era originalmente un antihistamínico que, utilizado por razones médicas en
pacientes psiquiátricos, permitió constatar mejoría en sus signosintomatología mental (Salazar, Peralta, Pastor, 2009).
Del mismo modo, una gran cantidad de psicofármacos reconocidos en una determinada categoría, bajo determinadas
condiciones, pueden actuar en otras: por ejemplo, algunos antidepresivos pueden utilizarse de manera particular en
trastornos de ansiedad.
Los efectos de los psicofármacos se relacionan con dos grandes tipos de factores:
Factores específicos
Dados por el comportamiento propio del fármaco en el cuerpo. De esta manera, manejamos tres conceptos centrales:
Figura 16: elaboración propia (2019)
“La farmacocinética describe lo que el cuerpo humano le hace al fármaco, y la farmacodinámica describe lo que el
fármaco le hace al cuerpo”
FA R M A C O C I N É T I C A FA R M A C O D I N Á M I C A BIODISPONIBILIDAD
Se refiere a todos los procesos biológicos que suceden desde la administración hasta su excreción. Esto incluye la vía
de administración (oral, inhalatoria, inyectable, etc.), liberación, absorción, distribución, metabolismo y excreción)
(Torales y Arce, 2017)
Estos procesos pueden estar influidos y modificados por diversidad de factores intrínsecos de la persona: sexo, edad,
dieta, enfermedades concurrentes, otros medicamentos, etc. (Adan y Prat, 2017)
FA R M A C O C I N É T I C A FA R M A C O D I N Á M I C A BIODISPONIBILIDAD
Diremos que se refiere a los mecanismos de acción del fármaco y a sus efectos. Los efectos pueden ser primarios,
que manifiestan el efecto que motivó el uso del psicofármaco, y los secundarios, los no buscados, algunos de los
cuales, además, pueden ser no deseados (Torales y Arce, 2017).
FA R M A C O C I N É T I C A FA R M A C O D I N Á M I C A BIODISPONIBILIDAD
Corresponde a la cantidad y/o velocidad de absorción del fármaco, lo que determina, por ejemplo, la posología.
(Torales y Arce, 2017)
Factores inespecíficos
En esta categoría entra cuáles son las expectativas del paciente, del médico, de la familia y el terapeuta sobre el
psicofármaco, cuál es el grado de aceptación de la medida farmacológica adoptada, etc. Resulta de importancia que
los profesionales de la salud mental conozcan los efectos secundarios, los tiempos de acción, etc. a los efectos de
instalar estrategias que contribuyan a la adherencia al tratamiento.
Mecanismos de acción de los psicofármacos. Aspectos básicos, estructurales y
de acción de los psicofármacos. Ansiolíticos, antidepresivos, hipnóticos,
antipsicóticos, anticomiciales
Ansiolíticos e hipnóticos
–
A lo largo del tiempo, los ansiolíticos y los hipnóticos forman parte de los fármacos más prescritos en gran parte de
los países desarrollados (Vicente Sánchez et al., 2013). Existen diversos tipos, los más conocidos son los que
pertenecen a la categoría de las benzodiacepinas, como el diazepam y el lorazepam. Su uso puede producir
dependencia (O’Malley y O’Malley, 2017).
Antidepresivos
–
Son fármacos con un margen de seguridad bastante amplio, con pocas contraindicaciones y efectos secundarios de
relativo fácil manejo. Existen diversos tipos, entre los que se encuentran los inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina (ISRS, los más utilizados hoy en día, fluoxetina, sertralina, paroxetina, etc.), los tricíclicos (son
inhibidores inespecíficos de varios neurotransmisores, por lo que pueden tener más efectos secundarios y causar
dependencia), los heterocíclicos o atípicos (con menos efectos secundarios que los tricíclicos pero más que los
ISRS, por ejemplo la mirtazepina), inhibidores selectivos de serotonina y noradrenalina (ISRN, actúan más rápido
que los ISRS, por ejemplo, la venlafaxina) y los nhibidores no selectivos e irreversibles de la monoaminooxidasa
(IMAO, por ejemplo, trinalcipromina, con afectos secundarios molestos como mareos, vómitos, debilidad, y
algunos potencialmente graves) (Cañadas Bustos, 2019)
Antipsicóticos
–
Se utilizan para controlar la signosintomatología positiva o productiva de las psicosis (alucinaciones, delirios, etc.)
(Herlyn, 2016). Existen antipsicóticos convencionales y atípicos, más modernos y de mayor eficacia, que
disminuyen los efectos extrapiramidales indeseables que son comunes en los de primera generación (por ejemplo,
haloperidol o clorpromacina). Entre los más modernos se encuentran la risperidona, olanzapina, quetiapina, etc., que
también disminuyen los signos negativos (aplanamiento afectivo, pobreza ideativa, anhedonia, etc.) (Tamminga,
2018)
Anticomiciales
–
Son conocidos también como anticonvulsivantes y constituyen un grupo químicamente heterogéneo. Entre ellos
contamos con carbamazepina, oxcarbazepina, barbitúricos, fenitoína, ácido valproico, suxinimidas,
benzodiazepinas, lamotrigina, etc. (Valsecia, Malgor, 2013)
Por otro lado, en muchas ocasiones, es la farmacoterapia la que permite al trabajo terapéutico, fundamentalmente en
aquellos casos en los que la signosintomatología del paciente impide encarar estrategias propias del tratamiento
psicopedagógico/psicológico.
Lección 12 de 13
Cierre de la unidad
La conducta voluntaria resulta de la integración de todos los procesos que hacen a la complejidad biopsicocognitiva
humana. Así, lo que vemos es solamente la punta de iceberg, que muchas veces puede obturar la investigación de los
aspectos profundos que explican y, fundamentalmente, abren caminos a la comprensión de una persona que muestra
una particular manera de ser en el mundo.
Conclusión
Nos hemos adentrado en la posibilidad de integrar en la conducta voluntaria todos los procesos que hacen a la
complejidad biopsicocognitiva humana.
Así mismo, esbozamos algunos de los métodos de los que actualmente disponemos para estudiar, y eventualmente
diagnosticar y tratar, esos procesos y su incidencia, tanto en los aspectos normales como patológicos de la conducta.
Conocer estos datos aporta a la mirada integradora que evita sesgos por ignorancia y, por lo tanto, permite actuar con
responsabilidad.
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de lectura obligatoria
–
Mas Colombo y col. Clínica Psicofisiopatológica. Capítulo 12, 13 y 14. PP. 283-318
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