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Ensayo (J.m.a.)

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“Dilema de un horizonte en una Vida”

En nuestra literatura peruana, hay escritores que nos hacen


disfrutar de la lectura con sus producciones, pero con José María
Arguedas uno cambia y cambia para siempre en cuanto a la perspectiva
que tenemos de nuestro Perú. Si bien hoy en día sabemos y somos
conscientes que nuestro país tiene una gran riqueza multicultural, pero
no siempre valoramos ni respetamos nuestra identidad y nuestro origen.
En ese sentido en el presente ensayo se pretende profundizar el mensaje
literario y cultural que Arguedas nos dejó.

Se sabe que José María Arguedas nacido en 1911, se crio y educó en


regiones andinas, aprendió quechua y posteriormente vivió en la ciudad
occidentalizada y de habla española, sufrió la pérdida de su madre a
temprana edad y fue criado por los sirvientes indios y desde corta edad
se empapó de la cultura indígena propia de la región de Andahuaylas,
Apurímac, aprendiendo el quechua y familiarizándose con las costumbres
indígenas.

Arguedas perteneció al movimiento del neo indigenismo, cuyo


carácter político-social surgió en Latinoamérica en favor de la
reivindicación cultural y étnica del elemento indígena. El universo
narrativo indigenista de Arguedas se inicia, formalmente, con “Agua”
(1935), luego publicó sus novelas: “Yawar fiesta” (1941), “Los ríos
profundos” (1958) y “Todas las sangres” (1964). Así mismo, algunos
críticos, sostienen que la última novela de Arguedas, “El zorro de arriba y
el zorro de abajo” (1971), forma parte del mismo proceso indigenista del
escritor porque constituye el correlato de la población indígena que migra
del ande hacia el litoral. (Lozano Alvarado, 2011)

La vida de Arguedas fue muy difícil y desgarrada, viviendo una


lucha perpetua contra la soledad y la incomprensión social, vivió la
mayoría de sus años en un ambiente limeño hostil y mezquino, muy
diferente al mundo andino que tanto amaba. El periodista José Miguel
Oviedo señala que su última década fue un periodo intensamente
doloroso, angustioso y sobre todo confuso para él, pues sus conflictos
personales, el agitado proceso sociopolítico del país y hasta la misma
posición intelectual que el autor había ganado en el panorama nacional
empezaron a pesar demasiado sobre sus minadas fuerzas. A pesar de
ello, José María Arguedas, siempre trató de proyectar su afán por
reivindicar la cultura quechua andina y el buscar como mestizo que era
alguna articulación entre dos mundos enfrentados, el mundo de origen
hispano-criollo y el de origen indígena-quechua, esta inquietud emergió
de los recuerdos de su corazón de niño, cuando fue cuidado por los
sirvientes indios, con quienes aprendió el amor a los Andes, a la
naturaleza, y se fue vigorizando al recorrer junto a su padre y vivir la
realidad de distintos lugares del país.

Él participaba por sensibilidad en ambos mundos, aunque mostró


mayor interés en el mundo de indio, más desvalorizado; así, de este modo
el autor de “Los ríos profundos”, da a conocer en sus obras el encuentro
de lo viejo y lo nuevo, de la modernidad global, representada por lo
hispano-criollo, y de las identidades indígenas en conflicto socio cultural
y económico, ante el cual Arguedas propone una alternativa hacia el
diálogo y la reivindicación del indígena que él conoció y vivió, un
proyecto de revaloración del mundo quechua-andino a través de un
nuevo mestizaje cultural.

Así pues, Arguedas quería lograr algún entendimiento, entre los


grupos indígenas y los grupos criollos planteando una reflexión acerca
del mestizo en el Perú. Trató de inventar un mestizaje diferente, uno
mediante el cual la lengua y la cultura quechua emerja como fuerza
regeneradora sobre lo afirmado y establecido por el mundo hispano-
occidental. De esta manera, José María Arguedas hace que el castellano y
el quechua, como lenguas y como parte de nuestra cultura sean
reconocidas y se reafirmen entre sí. Así por ejemplo, en “Los ríos
profundos”, donde a través de la visión de Ernesto, el protagonista y
narrador en primera persona, se da cuenta del abismo entre blancos e
indígenas, aquellos los dueños poderosos terratenientes, los indios
sojuzgados, víctimas de atropellos y violencia aun subsistentes, dos
mundos, dos culturas y dos modos de vida distintos que a pesar de su
coexistencia se hostilizan por naturaleza y nunca llegarán a integrarse del
todo. El mundo elemental y trasparente de los indígenas identificado con
la naturaleza y los andes.

Es notable el rol de Arguedas como testigo de la existencia


miserable e infrahumana de los indígenas sumidos en la suciedad y la
tristeza. El pueblo de indígenas temeroso y acobardado que no interviene
ni denuncia las injusticias. Además, el uso del lenguaje que usa
Arguedas, donde también se entrelazan estos dos mundos y en
ocasiones traduce al español el habla peculiar del indio, convierten a
Arguedas en el portavoz de la cultura andina, tal es el caso que en la obra
“Yawar fiesta”, que se desarrolla en Puquio, también se muestra la
confrontación de dos mundos (el de la costa y el de la sierra).

El trabajo de Arguedas representa un posible modo de


comunicación en un ambiente donde está presente una crisis social y
cultural, y donde se ha perdido la identidad. La sociedad basada en los
legados europeos e indígena no puede expresarse efectivamente ni en
castellano ni en quechua. Hay que buscar un nuevo instrumento que sirva
en estas condiciones y estructuras sociales transformadas. Así pues,
lleno de angustia, Arguedas intenta mantener vivo el vínculo regenerador
entre las dos tradiciones. En una crisis creadora, sintiéndose incapaz de
abrazar el doloroso conflicto social y ofrecer, tanto a sí mismo como a la
sociedad, una solución salvadora, que lo lleva a quitarse la vida.

Arguedas en su última novela, “El zorro de arriba y el zorro de


abajo”, nos habla del enorme puerto pesquero adonde bajan los
indígenas andinos, nacidos y criados a cuatro mil metros de altura, para
encontrar un trabajo y un futuro, aprendiendo a nadar y moverse en el
mundo costeño, dejan atrás su lengua natal y para sobrevivir, aprenden a
duras penas las palabras españolas. Desarraigados de su cultura e
idioma, y al mismo tiempo incapaces de asimilar plenamente lo nuevo, se
quedan en tierra de nadie, donde están solos y sin identidad cultural.

Así pues, concluyo en la idea de que nuestro gran escritor José


María Arguedas, durante su vida y después de ella a través de sus obras
trato de enseñarnos y crear una nueva visión del Perú, en donde la
dualidad cultural sea sobrellevada con el valor, la tolerancia mutua y el
intercambio de culturas y como prueba de ello plasmó su obra “Todas las
Sangres”.

Queda en claro que indudablemente la vida de Arguedas encierra y


representa “El encuentro de dos mundos”, por todas las experiencias
vividas que lo marcaron al sentirse un blanco entre los indios y un indio
entre los blancos, posición que lo marcó toda su vida hasta encontrar la
muerte.
Bibliografía:

José María Arguedas (1941), Yawar Fiesta, lima, Compañía de


Impresiones y Publicidad.

José María Arguedas (1958). Los ríos profundos, Compañía de


Impresiones y Publicidad.

José María Arguedas (1961). El sexto. Compañía de Impresiones y


Publicidad.

AIH. ActasX(1989). La conciencia social andina en la obra de José María


Arguedas. Michigan State University. Recuperado de:
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/10/aih_10_3_066.pdf

Saniel E. Lozano Alvarado (2011).LA NARRATIVA INDIGENISTA DE JOSÉ


MARÍA ARGUEDAS. Recuperado de:
http://journal.upao.edu.pe/PuebloContinente/article/viewFile/450/415

UNMSM. (2013) .Biografía de José María Arguedas. Recuperado


de:http://www.unmsm.edu.pe/ilustres/biografia/7

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