Con Los Niños
Con Los Niños
Con Los Niños
Richardison da Costa
Mtra. en Psic. María Concepción Morelos González
Entrevista con niños y adolescentes
La posición de los niños y de los adolescentes, en el proceso terapéutico, es diferente de un adulto, ya que son los
padres u otros los responsables, que buscan atención para ellos. En consecuencia, influencian el establecimiento de
metas, concuerdan o no con el plan de atención, y algunas veces determinan incluso cuando la terapia debe ser
cerrada.
El paciente niño:
Los niños de todas las edades son encaminados a profesionales de la salud mental pudiendo presentar una infinidad
de problemas desde disfunciones en la dificultad de aprendizaje, miedos, depresión, hiperactividad, desobediencia,
retraimiento, agresividad, dificultad para hacer amigos, entre otros.
Con frecuencia los terapeutas entrevistan a los padres antes de ver al niño individualmente para obtener
información sobre los problemas presentados, la historia de los problemas, formas anteriores de lidiar con los
problemas, las fortalezas del niño, acontecimientos significativos en la vida del niño, tales como cambio de casa,
escuela, o muerte, además de problemas o enfermedades físicas.
Cuando los padres o responsables hablan sobre el niño hablan a partir de la mirada que ellos pueden percibir en
relación al hijo pero que muchas veces vienen cargados de emociones y conflictos de ellos mismos. Los padres
deben saber que:
La primera sesión con el niño debe ser agradable tanto para él como para el psicólogo. Debe entrar en contacto con
el niño de modo sereno y demostrar tranquilidad, el niño seguramente estará más ansioso que lo normal, pues será
un momento nuevo para él y eso ya trae ansiedad, por eso al presentar la propuesta al niño, debe adaptar su
postura y lenguaje. El terapeuta debe conocer cosas del mundo infantil (caricaturas, héroes, películas, juegos,
canciones, etc.) y las características de esa etapa del desarrollo humano.
Es importante preguntarle si él sabe lo que está haciendo allí, si él sabe lo que hace el psicólogo y también
preguntar si sus padres explicaron por qué está allí, buscando aclarar todas las dudas.
También en el primer encuentro con el niño se presenta la caja lúdica y en este momento el manejo clínico del
psicólogo es fundamental. Recuerden que jugar es algo serio. Es jugando que el niño puede demostrar
comportamientos y angustias, miedos y agresividades, simpatía o antipatía, es el modo en que el niño encara los
juegos y las reglas que van a dar al psicólogo noción inicial de cómo el niño enfrenta los límites y la frustración, si es
competitivo, extrovertido, introvertido, pasivo, reactivo y muchas otras características.
El paciente adolescente:
Es posible que sea renuente, no cooperativo o desconfiado; o esté resentido. En este caso es probable que la
valoración sea en particular desafiante porque el psicólogo debe ganarse la confianza de éste.
Sólo en situaciones de peligro para el paciente, como un riesgo claro de suicidio, debe violarse la confidencialidad.
El terapeuta de adolecentes debe conocer sobre el “mundo adolescente” y las características de esa etapa del
desarrollo humano.
Al evaluar a cada adolescente, el psicólogo debe hacerse a sí mismo las siguientes preguntas:
¿Qué nivel de madurez emocional e intelectual tiene este adolescente?
¿Cuáles son sus fortalezas particulares?
¿Cuáles debilidades particulares están presentes?
¿Cuáles factores de estrés están afectando al joven?
Lic. en Psic y C.R. Richardison da Costa
Mtra. en Psic. María Concepción Morelos González
¿De qué manera esos factores de estrés lo afectan en esta etapa de la vida?
¿De qué manera los desafíos específicos de género afectan la expresión de enfermedad y su tratamiento?
Debemos dejar claro a los padres que deben ser padres y no amigos de sus hijos. Los hijos necesitan un adulto que
les dé el ejemplo, que sea una referencia de autoridad y de respeto.
Con la llegada de la adolescencia los padres tienen una tendencia a exigir más tareas y responsabilidades de los
hijos, pero percibimos que, la mayoría de las veces, esas exigencias no fueron enseñadas.
Las reglas deben ser siempre claras y no tienen como exigir lo que no se ha enseñado.
Durante la entrevista, el terapeuta debe siempre analizar las exigencias y quejas de esos padres con el hijo
adolescente. Haciéndoles percibir si hay reglas claras, si esas reglas son para todos de la casa. Así como los niños, los
adolescentes siguen ejemplos.
A continuación algunos ejemplos, que parecen ser obvios, pero los padres se sorprenden:
No tiene como exigir al hijo que se quede menos en el celular si usted no sale del celular.
Si tu hijo te llama para mostrar algo y te pones a esperar, pues estás respondiendo a un amigo en el
WhatsApp, él te va a pedir que esperar cuando lo llame, pues también está respondiendo un amigo.
¡No tiene como exigir de su hijo que él se interese por la lectura si él nunca te vio leyendo un libro!