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Francia Márquez en África: Una Política Exterior Inteligente

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Francia Márquez en África: una política

exterior inteligente
Escrito por Monica Amador-Jimenez abril 16, 2023
Algunos subestiman la visita de la vicepresidenta Márquez a varios
países africanos, pero ese continente tiene una importancia y un
potencial energético, económico, geopolítico y cultural muy grande
para Colombia. Estas son las razones.

Mónica Amador-Jiménez*

Un mundo multipolar
Algunos comentaristas han subestimado la importancia de la visita que encabezará la
vicepresidenta Francia Márquez a varios países africanos cuando en realidad se trata de un
recorrido inteligente y audaz, porque en un mundo cada vez más multipolar es importante
que Colombia haga una avanzada al continente africano.

La pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania han afectado la economía mundial,


incluyendo la de los países africanos y de Colombia, donde se han elevado los precios de
los alimentos y los combustibles. Sin embargo, antes de la pandemia, las principales
economías africanas como Nigeria, Egipto, Sudáfrica, Argelia, Marruecos y Kenia
mantenían un crecimiento sostenido, en 2022 alcanzaron una tasa de 3% y para este año se
proyecta una de 4,1 %. Se espera que este ritmo se mantenga o aumente hasta 2027.

Además, para 2050 se proyecta que uno de cada cuatro ciudadanos del mundo vivirá en
África. En diez años, habrá más personas en edad de trabajar en África que en China e
India. Esto se debe a que la expectativa de vida ha aumentado y a  las condiciones para
desarrollar industrias y empleos también han mejorado. En resumen, seremos más
afrodescendientes en el mundo de lo que hubiéramos podido imaginar.

Le recomendamos: ¿En qué queda la Cancillería tras la salida de Laura Gil?


África, energía sostenible y organismos internacionales
Para lograr una transición energética adecuada es preciso disponer de minerales como el
cobre, que se encuentra principalmente en países africanos, así como en Chile y Perú. Este
continente tiene el 60 % de los recursos solares del mundo, pero actualmente usa apenas el
1 %.  África tiene el potencial de producir hasta el 40 % de la energía solar mundial, y se
espera que produzca el 10 % de la energía eólica para 2050.

Los grandes inversionistas mundiales, como Estados Unidos, China y Rusia, están
ingresando al mercado africano para establecer las bases de esta transición energética
global.  Si Colombia quiere avanzar hacia la transición energética, debe coordinar sus
estrategias con las de África, de esta manera podríamos tener una mejor posición
negociadora con los grandes inversionistas.
La competencia por África no se limita a inversiones tempranas en un mercado muy
prometedor, que marcará la historia de la segunda mitad del siglo XXI. También tiene un
aspecto geopolítico importante, pues África cuenta con 54 votos en Naciones Unidas, que
son decisivos para cambiar varios de los paradigmas que Colombia y América Latina están
planteando.

Para lograr una transición energética adecuada


es preciso disponer de minerales como el cobre,
que se encuentra principalmente en África. Este
continente tiene el 60 % de los recursos solares
del mundo, pero actualmente usa apenas el 1 %.
África tiene el potencial de producir hasta el 40
% de la energía solar mundial, y se espera que
produzca el 10 % de la energía eólica para 2050.
Estos incluyen el pago de la deuda climática, la conservación de los bosques tropicales, el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la sostenibilidad de la paz
mundial y el des escalamiento nuclear. Se ha visto que no podemos confiar en Europa,
América del Norte y Rusia para estos temas.

Por lo tanto, la competencia por África es también importante desde el punto de vista 
geopolítico, ya que las decisiones que se tomen en este continente tendrán efectos
significativos para todo el mundo. Colombia debe estar atenta a estas cuestiones y trabajar
en coordinación con los países africanos para lograr propósitos comunes.

Una herida en común


África y América Latina comparten una historia de colonialismo. Como resultado, tenemos
la capacidad de marcar una diferencia en comparación con los dos bloques que se han
consolidado desde la segunda mitad del siglo XX. Por un lado, tenemos a Norteamérica y
Europa, y por el otro, a Rusia y China.

Es importante mencionar que algunos países africanos como Sudáfrica, Uganda, Egipto,
Nigeria y Etiopía han optado por ser neutrales en el conflicto ruso-ucraniano. Esto nos
convierte en aliados geopolíticos para mediar en un diálogo global de paz y evitar que la
guerra afecte el crecimiento económico de nuestros países y que se oprima el botón nuclear.
La vicepresidenta planea visitar Sudáfrica, un país muy importante. Este logró una
transición a la democracia y luchó contra el apartheid, uno de los logros más importantes
del siglo XX, lo cual lo convierte en un ejemplo para aprender sobre reconciliación y
desarrollo económico, pues las próximas elecciones en Sudáfrica son en 2024.

Así, además de ser la segunda economía más grande en África, después de Nigeria, es
hogar de las diez empresas más importantes en África, en sectores como
telecomunicaciones, finanzas y minería de oro y platino. Según el Banco Mundial,
Sudáfrica lidera el tránsito hacia una economía sin carbono en el continente, lo que podría
ser útil para Colombia.

Colombia puede obtener beneficios de Sudáfrica más allá de las inversiones y el


intercambio tecnológico, pues podemos mejorar la formación y la investigación de nuestros
profesionales mediante la cooperación en áreas como la educación, la cultura y las artes.
Las universidades de Cape Town y Pretoria son de alta calidad académica y podrían ayudar
a calificar a nuestros profesionales.

Esta visita se enfoca en países africanos de habla inglesa. Además de Sudáfrica, Francia
Márquez también visitará Kenia y Etiopía. Aunque Etiopía fue invadida por Italia en el
pasado, es el único país de África que no fue formalmente colonizado.

Hay interesantes oportunidades para establecer relaciones con países de habla francesa,
como Senegal, Marruecos y Argelia, y con países de habla portuguesa como Angola,
Mozambique y Cabo Verde, para lo cual podríamos trabajar con nuestros aliados
brasileños.

Kenia es un país importante en África oriental y Nairobi, su capital, es la cuarta sede de


Naciones Unidas, después de Nueva York, Ginebra y Viena, así que es un país muy
importante en el juego internacional.

Pese a los conflictos y protestas recientes, Kenia ha mantenido su democracia y su


economía está en crecimiento, con una tasa de 7,8 % similar al de Colombia de 7,5 %,
Kenia tiene una economía centrada en la agricultura, la manufactura, la minería de oro,
cobre y minerales raros, y el ecoturismo.

Además, este país tiene acceso directo a Asia a través de sus puertos en el Océano Índico y
puede ser una puerta de entrada a los mercados y la geopolítica de África Oriental, donde se
encuentran países interesantes como Uganda, Ruanda y Tanzania.
En África del Este se encuentran los principales parques naturales del continente y la
trayectoria y experiencia en el manejo de estas áreas es una de las más robustas en el
mundo. Los esfuerzos por la conservación de la biodiversidad y los bosques, así como
permitir que las comunidades locales vivan y obtengan su subsistencia dentro de estas áreas
son interesantes.

Por lo tanto, de Kenia se puede recoger esta experiencia en el manejo y conservación de la


naturaleza. Además, la visita puede ayudarnos a mejora nuestra posición en la ONU y abrir
nuevos mercados para nuestros productos.

Etiopía es un país con un intenso conflicto armado inter-tribal, especialmente en la región


de Tigray. Incluso nuestro Nobel de Paz Juan Manuel Santos ha participado como mediador
en este conflicto. Aunque la situación es difícil, Addis Ababa es la sede de la Unión
Africana, el equivalente a la Organización de Estados Americanos (OEA) para América.
Hay que hablar con este organismo multilateral si queremos establecer relaciones serias con
África.
Foto: Wikimedia Commons - Colombia puede aprender de Sudáfrica sobre procesos de reconciliación y
desarrollo económico; este país tiene la segunda mejor economía en África.

África y América Latina comparten una historia


de colonialismo. Como resultado, tenemos la
capacidad de marcar una diferencia en
comparación con los dos bloques que se han
consolidado desde la segunda mitad del siglo XX.
Por un lado, tenemos a Norteamérica y Europa,
y por el otro, a Rusia y China.
Etiopía es un competidor en la exportación de café, ya que el café es originario de allí. Sin
embargo, también podemos aprender de otras experiencias de Etiopía, como la articulación
de la cooperación internacional para la reforestación del Sahel, la zona de transición entre
el desierto del Sahara y las selvas tropicales de África Ecuatorial.

Esta experiencia es valiosa porque reúne recursos de cooperación de diferentes donantes y


coordina a los países de la región para restaurar la Gran Muralla Verde, que atraviesa
África de este a oeste. A la vez, se promueve la reforestación con medios de subsistencia
sostenibles para las comunidades. Podemos aplicar esta experiencia (sus aspectos positivos,
así como no repetir los negativos) en nuestra intención de proteger y restaurar la Amazonía.

La visita a África de la vicepresidenta Francia Márquez y un equipo de representantes


colombianos, es una iniciativa muy interesante para la política exterior del gobierno y del
país. Esto demuestra una actitud multilateralista que reconoce la transición hacia un nuevo
orden mundial.

Colombia necesita actualizarse para no quedarse atrás en el desarrollo económico y


geopolítico, como ya lo están haciendo otros países latinoamericanos como Brasil, México
y Chile, que también están buscando oportunidades en África.

La visita de Francia Márquez a África tendrá un gran efecto en Colombia, ayudando a


fortalecer nuestra democracia, ya que significa aceptar que nuestra nación tiene diversas
raíces ancestrales, algunas de las cuales provienen del continente africano.
Lula impone política exterior
antidemocrática a Brasil
sometiéndolo a China y Rusia
El presidente brasilero propuso directamente que “Brasil y
China se asocien para equilibrar la geopolítica mundial” y
anunció que Estados Unidos no va a prohibirle la
profundización de relaciones con China
PorCarlos Sánchez Berzain
17 Abr, 2023
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El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y el presidente
de China, Xi Jinping, asisten a una ceremonia de bienvenida en el
Gran Salón del Pueblo en Beijing, China, el 14 de abril de 2023.
Ricardo Stuckert/Presidencia de Brasil/Folleto a través de
REUTERS
En su visita a China, el presidente de Brasil Luis Ignacio Lula da
Silva ha recordado al mundo que es un jefe populista, con retórica
antimperialista, sostenedor de dictaduras y no democrático. Como
jefe del Estado de Brasil trata de llevar a su país a una alianza con
las dos dictaduras más importantes del mundo que son China y
Rusia, imponiendo una política exterior antidemocrática a Brasil
para favorecer los intereses del castrochavismo.

Lula empezó su visita a China cuestionando el “uso del dólar


como moneda global, apenas semanas después de que su
gobierno acordara con Pekín comerciar con sus propias
monedas y dejar de lado la divisa estadounidense”. Luego,
respaldando la propuesta de China se propuso como mediador
junto con China respecto a la invasión de Rusia a Ucrania y más
tarde expresó que “Estados Unidos debería dejar de fomentar
la guerra y comenzar a hablar de paz”, con una alusión similar
a la Unión Europea.

Lula propuso directamente que “Brasil y China se asocien para


equilibrar la geopolítica mundial” y señalando a Estados Unidos
expresó que “nadie me va a prohibir” la profundización de
relaciones con China.

Estamos ante un hito de cambio de la política exterior de Brasil,


que sin duda se produce al margen de las estrategias de la
Cancillería brasilera, del Congreso de ese país y de sus propios
intereses.
La importancia y gravedad de este posicionamiento radica en
que Lula solo sigue la política del socialismo del siglo XXI o
castrochavismo del que es miembro activo y líder histórico. Al
apoyar a las dictaduras de China y Rusia busca soporte para las
dictaduras del castrochavismo en las Américas, encubrir sus
crímenes de los que forma parte (lavajato) y reactivar la
despreciada narrativa de los narcoestados de Cuba, Venezuela,
Bolivia y Nicaragua.
Imagen de archivo del Foro de San Pablo.
Lula es el creador del Foro de Sao Paolo con Fidel Castro, que
organizaron para sostener la dictadura de Cuba cuando se producía
la caída del Muro de Berlín y la derrota del comunismo con la
implosión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
URSS. El Foro de Sao Paolo terminó siendo el brazo criminal
de la operación castrista y luego castrochavista en las
Américas y el mundo, con terroristas, narcotraficantes y
operaciones al servicio de la conspiración, la corrupción y la
impunidad.

El planteamiento de Lula en China, no es el de Brasil, es solo el


alineamiento del jefe castrochavista que detenta el poder del país
más importante de Latinoamérica con las dictaduras que tratan de
crear una nueva bipolaridad mundial pasando de la confrontación
del comunismo contra el capitalismo a la de las dictaduras contra
la democracia.

Lula ha roto auto proclamada neutralidad de Brasil ante la


invasión de Rusia a Ucrania, se ha convertido en cómplice
y encubridor de los crímenes de guerra y de lesa humanidad
cometidos por Rusia en Ucrania, ha abandonado la idoneidad de
un Jefe de Estado por la obsecuencia de un militante subordinado
a consignas de ideologías extinguidas y derrotadas que hoy
forman parte del crimen organizado trasnacional. Ha subordinado
Brasil a China y Rusia sin beneficio alguno para los brasileros.

Penoso papel para el presidente de un País tan grande como Brasil,


digno de mejor suerte y representación, que debe formular y
ejecutar su política exterior en base a sus “intereses y
principios”. Los intereses de Brasil están determinados por su
desarrollo, influencia y poderío regional y mundial; sus
principios siempre han sido la libertad, democracia, respeto a
los derechos humanos, propiedad privada y “orden y
progreso” como lo proclaman sus símbolos nacionales.

La acción de Lula no obedece a los intereses de Brasil, es la


política exterior del castrochavismo, del socialismo del siglo XXI,
eventualmente diseñada en Cuba con injerencia Rusia y China. Un
acto de intervención sobre Brasil pretende reactivar un
bipolarismo mundial teniendo como jefe a la China y como
operador violento a Rusia, con Irán como amenaza terrorista sobre
Israel y el mundo libre, con Corea del Norte como detonador de
crisis permanentes y con el castrochavismo con las dictaduras de
Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua como plataformas de
ataque contra las democracias de las Américas.
Los intereses de Brasil están determinados por su desarrollo,
influencia y poderío regional y mundial; sus principios siempre
han sido la libertad, democracia, respeto a los derechos humanos,
propiedad privada y “orden y progreso” como lo proclaman sus
símbolos nacionales.
Ha caído el telón de los disimulos, se ha activado la fase de la
agresión directa en busca de un nuevo mundo bipolar con el
pretexto de la paz para justificar la derrota que sufre Rusia en su
invasión a Ucrania. Una falsa narrativa para disfrazar las
dictaduras, los crímenes de lesa humanidad y el terrorismo de
Estado de China, Rusia, Irán, Corea del Norte, Cuba,
Venezuela, Bolivia, Nicaragua y más, de pacifismo con
discurso antiimperialista y ahora de anti dolarización por la
quiebra de la economías dictatoriales.

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Lula volvió a evitar condenar la invasión rusa: “La decisión de la


guerra la tomaron los dos países”
El viaje de Lula a China corre riesgo de convertirse en un gol en
contra para Brasil
Thomas Shannon: “Si Brasil, China o los BRICs quieren
reemplazar al dólar... ¿qué moneda van a usar? Buena suerte con
eso”

La importancia de la política exterior


G
Las políticas exterior e interior de todo gobierno encuentran su vínculo
en las políticas públicas. Se complementan y, en lo fundamental, están
subordinadas por los acuerdos multilaterales de una sociedad
hegemonizada por la mundialización del mercado. Es una compleja y
heredada dualidad, que afecta a los diversos gobiernos progresistas que
recorren el continente. Proponerse cambios internos por la vía de
reformas transformadoras requiere contar con una política exterior capaz
de confrontar con inteligencia esas presiones dominantes. En las
democracias de excepción sufridas en el continente las cancillerías se
centraban en diplomacias limitadas a las relaciones plurales entre los
Estados y, no siempre, a cumplir los tratados internacionales. Sus
gestiones, cargadas de formalidades no exentas de hipocresías al
interpretar el derecho internacional, priorizaban difusos acuerdos
comerciales que poco se comprometían con el beneficio mutuo de sus
ciudadanos.
Por eso las políticas internacionales elaboradas con y por la gente
comprometida con los cambios son el principal soporte para lograrlos.
Sus posibilidades de éxito y continuidad tendrán mucho que ver con la
construcción de estrategias políticas internacionales más allá de la
diplomacia, dirigidas a integrar políticas, economías, finanzas y culturas
con países hermanos y así articular las ventajas comparativas de cada
país.
En el caso de Colombia, la guía son los discursos globalizadores
realizados por el presidente y la vicepresidenta; es tarea de los equipos de
gobierno y partidos que apoyan su programa profundizarlos y aplicarlos
a los contextos concretos. Objetivo para el que no fueron formados la
mayoría de los funcionarios de carrera de la Cancillería, entre los cuales
muy poco o nada se ven indígenas y afrodescendientes. Menos aún puede
quedar esa responsabilidad en manos de la Comisión Asesora de
Relaciones Exteriores encabezada por los expresidentes.
Guerra Fría 2.0, Claves para entender la
nueva política internacionalNueva obra de Mariano
Aguirre
In Publicaciones, Secciones by Xulio Ríos2023-04-11

En la colección Más Madera de Icaria, Mariano Aguirre, gran conocedor y profundo


analista de las tensiones y tendencias internacionales, nos ofrece un sugerente análisis de
las claves para entender la nueva política global.
Partiendo del contexto que se va perfilando tras el fin de la guerra fría y el subsiguiente
auge de la globalización, el autor pormenoriza en los dilemas, crisis y contradicciones de
los principales actores (EEUU, China, Rusia, la UE, pero también las potencias medias del
Sur global) bajo el signo de la emergencia creciente de la multipolaridad.
Para los que tenemos cierta edad, Mariano Aguirre (La Plata, Argentina, 1950) es conocido
de larga data por sus análisis y cabal conocimiento de la guerra fría que enfrentó a la URSS
y EEUU, un bagaje que ahora le sirve ampliamente para comprender y explicar, como
pocos saben, los riesgos y singularidades asociadas a la recidiva actual a la que parece
encaminarse la situación internacional, si nadie lo impide.
Fiel a su trayectoria de compromiso cívico, en este libro pone el acento en los desafíos
globales, desde la crisis climática a la calidad de la democracia o el incremento de las
desigualdades que aborda en paralelo a las líneas de fractura que determinan la evolución
de la balanza de poder a nivel global, señalando constantes pero también diferencias.
De no menor interés es su crítica la concepción dominante de la seguridad que sigue
menospreciando el interés común en aras de preservar un orden internacional en el que los
movimientos sociales de antaño parecen haberse consumido sin remedio.
En sus más de 200 páginas, Mariano Aguirre, associate fellow del instituo Chatham House
(Londres) y coordinador de la Red de Seguridad Latinoamericana Inclusiva de la Fundación
Friedrich Ebert, nos ofrece una lectura necesaria, diría que indispensable, para atisbar los
contornos de ese futuro en el cual intercala la agenda real, la que tiene que ver con los
problemas de la gente común  y por lo común insatisfecha por el olvido de unas elites
seducidas por los avances, inmensos por otra parte, de los últimos años en algunos ámbitos.
Repensar el orden global a la luz de la experiencia bipolar del siglo XX implica reflexionar
sobre el porvenir del orden liberal, la justicia social, el nuevo militarismo o la persistencia
de hechos traumáticos como el hambre o la pobreza estructural.
En función de ello, el autor nos propone una agenda temática que resume los grandes temas
del futuro y pondera el contraste con la fragilidad de los instrumentos con que contamos
para afrontar una gestión democrática que incorpore las demandas de las mayorías sociales.
Un libro para saber, comprender y también para calibrar en qué sentido actuar.
Por Xulio Ríos
Diplomacia Abierta: nuevo boletín del
Externado sobre política exterior y
relaciones internacionales de Colombia
Por: Juan Camilo Sánchez
David Mauricio Castrillón, docente de la Facultad de Finanzas Gobierno y
Relaciones Internacionales – FIGRI, dirige la iniciativa que se enfoca en analizar
cómo Colombia se relaciona con el mundo y cómo se están desarrollando los
acontecimientos internacionales que involucran al país.

Cada jueves, desde la página web o mediante suscripción, Diplomacia Abierta


evaluará desde los eventos más relevantes en el ámbito internacional que afectan a
Colombia, así como el análisis de los retos y oportunidades que presenta el
escenario internacional para el país.

El boletín tiene un número de secciones de interés que incluyen:

 La Puerta Giratoria: seguimiento a los movimientos de personal al interior del


aparato de política exterior del país.
 Cancillería en Cifras: la política exterior colombiana, graficada y en cifras.
 Valija Diplomática: sección de resumen de noticias relevantes.
 Contrainteligencia: sobre las acciones de otros países y actores en Colombia.
 Academia Diplomática: un espacio de pedagogía sobre el día a día del aparato
de política exterior del país.
 Del Archivo: historia de política exterior colombiana, directo del archivo de
Cancillería.
 Café diplomático: entrevistas con los personajes que marcan la pauta en
política exterior y RRII del país.
En palabras de David Castrillón, para que Colombia cumpla sus objetivos nacionales
como la paz, el desarrollo o la eliminación de la pobreza necesariamente hay un
componente internacional detrás. Por eso, es importante que la sociedad esté
informada de estos temas

“Hay una percepción que al público colombiano no le interesan estos temas, pero sí
hay muchos temas interesantes de qué hablar. Tenemos una responsabilidad de
llenar ese vacío para informar y poner en la agenda pública los temas
internacionales y apreciar el trabajo de quienes lideran la política exterior
colombiana”, asegura el docente.

Actualmente, Colombia es miembro de varias organizaciones internacionales, como


la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Alianza del
Pacífico.

Además, ha firmado varios tratados y acuerdos comerciales con otros países y


regiones, como el Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos, el Acuerdo de
Asociación con la Unión Europea, y acuerdos de libre comercio con países de
América Latina y Asia.

Los intereses nacionales y


los retos de la política
exterior
Se extiende una ola de inestabilidad e ingobernabilidad
en varios países de América Latina, así como las crisis de
las instituciones regionales y subregionales de nuestra
región, incluyendo a la OEA, la ALADI, la CELAC y la
Alianza del Pacífico
MIGUEL RUIZ CABAÑAS

OPINIÓN
·17/4/2023 · 01:53 HS
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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El
Heraldo de MéxicoCréditos: Especial
Una pregunta frecuente que nos hacemos los internacionalistas es có mo
definir una política exterior que maximice los beneficios para el país y, al
mismo tiempo, minimice los riesgos que siempre existen en el entorno
regional e internacional. **
Para contestar la pregunta, hay que tener claridad de qué es la política
exterior. Partiendo de la definició n de Jorge Schiavon y Rafael Velá zquez en
su libro de Introducción a la Política Exterior de México, creo que ésta es el
conjunto de decisiones, acciones y omisiones que realiza el estado para
relacionarse con otros estados, y con actores no estatales en el escenario
internacional (Organizaciones Internacionales, empresas, ONGS, redes,
medios, etcétera), para promover los intereses nacionales. Estas acciones y
decisiones tienden a reflejar la situació n interna del país, así como sus
experiencias histó ricas, valores, creencias, objetivos, y las estrategias
preferidas de sus líderes en un momento dado.
La política exterior de un estado con liderazgo de calidad contiene seis
elementos: 1. Un diagnó stico realista sobre las necesidades reales e
intereses fundamentales de su país. 2. Un juicio sobre la situació n regional e
internacional en un momento dado. 3. Una definició n de los objetivos y
estrategias que má s contribuyen a promover sus intereses nacionales. 4.
Conciencia clara sobre sus capacidades reales para lograr sus objetivos. 5.
Un aná lisis comparativo sobre los costos y beneficios de posibles cursos de
acció n. 6. Como resultado de lo anterior, la definició n una política exterior
realista e imaginativa que realmente beneficie a su població n.
Al aplicar estos criterios a México, vemos que la situació n interna se
caracteriza por una pobreza alimentaria que afecta al 40% de la població n
(CONEVAL) y una brutal desigualdad en la que el 10% má s privilegiado gana
30 veces má s que el 50% de la població n (Inequality Report). Persisten muy
bajos niveles educativos y de innovació n tecnoló gica (prueba PISA e Informe
OMPI). Tenemos una economía que casi no ha crecido en los ú ltimos cuatro
añ os, después de só lo crecer 2.5% en promedio en las ú ltimas décadas.
Continú an muy bajos niveles de inversió n, 18% del PIB en 2022 (INEGI).
Ademá s, tenemos muy altos niveles de violencia y crimen organizado (lugar
137 en el índice de Paz Global), impunidad, y débil estado de derecho: lugar
115 entre 140 segú n el World Justice Project. Tenemos una democracia que
se deteriora: lugar 86 en 2022, segú n The Economist, y muy altos niveles de
corrupció n: lugar 126, segú n Transparencia Internacional.
Desde luego, ninguno de estos males es nuevo, pero todos estos indicadores
sí muestran una tendencia a la baja. Son una realidad para el que quiera
verla.
Afortunadamente, nuestra realidad también tiene muchos puntos brillantes.
México tiene enormes capacidades, empezando por su una població n joven
(promedio 29 añ os), y una posició n geográ fica privilegiada. Seguimos siendo
la 16ª economía má s grande del mundo. Contamos con recursos energéticos
para la transició n en el siglo XXI (sol, viento, geotermia y litio). Somos parte
del T-MEC de América del Norte y la 12º potencia comercial mundial (578
mil millones exportados en 2022).
En 2021 fuimos el 10º receptor de inversió n extranjera. Cada añ o recibimos
un enorme flujo de remesas (58 mil millones de dó lares en 2022). Ademá s,
somos una gran potencia cultural: 7º país a nivel mundial con má s sitios
patrimonio humanidad, y 1º en América (UNESCO). Somos una super
potencia turística, el 2º país má s visitado en los ú ltimos tres añ os, segú n la
OMT. También somos una potencia diplomá tica: 12º país con má s
representaciones diplomá ticas (157): 83 embajadas, 67 consulados (50 en
EUA), 7 misiones ante organismos internacionales o regionales. Claramente,
somos una nació n con enormes recursos y capacidades. Con nuestros bienes
deberíamos superar nuestros males.
El mundo y nuestra regió n atraviesan un momento complejo y riesgoso, en
que se está n moviendo las placas tectó nicas del sistema internacional, por la
creciente confrontació n hegemó nica entre China y Estados Unidos
(econó mica, tecnoló gica, estratégica, política y militar), y la difícil
transformació n de Rusia de un imperio en una nació n importante, con armas
nucleares. Segú n la ONU hay 55 conflictos violentos en todo el mundo. Crece
la amenaza global que representa el cambio climático y la acelerada pérdida
de la biodiversidad. Es evidente el empoderamiento del crimen organizado
trasnacional, y la influencia, también creciente, de las plataformas globales
como Twitter y Facebook, que no las gobierna nadie. Permanece un
extendido sentimiento anti-élites que ha dado paso al ascenso de líderes
populistas en todo el mundo. Es innegable el deterioro de
instituciones globales como la ONU y la OMC.
Se extiende una ola de inestabilidad e ingobernabilidad en varios países de
América Latina, así como las crisis de las instituciones regionales y
subregionales de nuestra regió n, incluyendo a la OEA, la ALADI, la CELAC y
la Alianza del Pacífico. 
Del aná lisis de nuestra situació n interna y de las situaciones internacional
y regional, se deducen cuá les son nuestros auténticos intereses nacionales,
tanto internos como externos, y cuáles son los principales retos y objetivos
que debe perseguir la política exterior de nuestro país en los pró ximos añ os.
De eso nos ocuparemos en la pró xima entrega.
**Conferencia impartida en el CIDE el 15 de abril de 2023

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