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El Pietismo
El Pietismo
El Pietismo
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El pietismo
El pietismo fue un movimiento religioso protestante nacido en la
segunda mitad del siglo XVII que buscaba revitalizar la fe
personal de los creyentes
Por Alejandro Bañón Pardo, Licenciado en Historia
“Es ist ietzt Stadt-bekannt der Nahm der Pietiste/
Introducción
Antecedentes
Phillip Jakob Spener nació en 1635 en Alsacia. Hombre de sólida formación, estudió
Teología en la Universidad de Estrasburgo, cuyos profesores estaban más centrados en
el cristianismo práctico que en las disputas teológicas. Después de ser preceptor de los
hijos del elector del Palatinado, completó su formación en varias universidades
extranjeras, y en Ginebra sus ideas religiosas se imbuyeron de misticismo, además de
recibir una fuerte impresión e influencia del estricto ambiente moral reinante en la
ciudad calvinista. En dicha urbe predicaba por aquellos tiempos el converso francés
Jean de Labadie (1610-1674), que también causó impacto en Spener. En 1666 fue
nombrado pastor principal de la iglesia luterana de Fráncfort, periodo durante el cual
escribió sus dos obras más importantes: Pia Desideria (1675) y Allgemeine
Gottesgelehrtheit (1680). En Fráncfort tomó conciencia de que el luteranismo
evangélico de los primeros tiempos estaba siendo sacrificado y neutralizado por la
ortodoxia luterana imperante. Fue por esta época cuando el movimiento pietista
comenzó a tomar forma, con él como uno de sus máximos impulsores, en las
denominadas collegia pietatis (“asambleas piadosas”), que el alsaciano organizaba en su
propia casa, reuniendo a laicos para leer la Biblia. En 1686, Spener tenía ya cierto
renombre en el Imperio y en ciudades como Leipzig se formaron asambleas pietistas.
En ese año fue invitado a ejercer de capellán en la corte de Dresde por el elector de
Sajonia Juan Jorge III (1647-1691). Sin embargo, la experiencia en Dresde no fue
satisfactoria, y en 1691 Spener marchó a Berlín, donde las autoridades de
Brandemburgo le habían ofrecido el cargo de rector de la iglesia de San Nicolás. En
Berlín, el teólogo fue bien acogido, y bajo su influencia se fundó la nueva universidad
de Halle en 1694. En los últimos años de su vida fue testigo del rechazo de la teología
oficial luterana a parte de sus tesis: en 1695 la facultad de Teología de Wittenberg
expuso que sus obras teológicas contenían 264 errores con respecto al dogma oficial.
Spener murió en Berlín en 1705, en un momento en el que el pietismo se expandía
inexorablemente pese a las críticas y al granado número de enemigos que se oponían al
nuevo movimiento.
Madre y su hija leyendo la Biblia. Cuadro “Mutter und Schwester” de Hans Thoma, 1868.
Fischer (1983: 171-180), desde una perspectiva transversal, indica una serie de
características principales del pietismo. Para este autor, es en primer lugar un
movimiento, incluso en nuestros días, de espiritualidad esencialmente luterana, que
servía como necesario contrapunto no rupturista a la ortodoxia y la Iglesia establecida,
al igual que en su momento había cumplido dicho papel el luteranismo inicial frente a
Roma. Por este motivo, se mostró siempre crítico con la Iglesia y sus estructuras. En
línea con lo anterior, era una corriente reformista que buscaba transformar la Iglesia y el
compromiso de los fieles con el evangelio. A ello se suma su carácter cristocéntrico, y
por tanto fervientemente evangélico, el ser un movimiento comunitario (fomento de
pequeños grupos, aunque la piedad individual era asimismo muy importante) y tener
principalmente como protagonistas a los legos y laicos, en consonancia con el
sacerdocio universal primigenio propugnado por Lutero, sin desmerecer el papel de los
pastores.
Expansión
En la ciudad sajona de Halle tuvo una gran importancia la universidad, que exportó a
todo el país los primeros pastores adscritos a la corriente pietista, como el ya
mencionado Francke, impulsor de diversas iniciativas benéficas, educativas y
proselitistas ligadas al movimiento, y otros como Carl Hildebrandt von Canstein (1667-
1719) o Gotthilf August Francke (1696-1769), hijo de aquél. Los pietistas de Halle se
consideraban los guardianes de la antigua ortodoxia luterana, y su autosuficiencia les
llevó a enfrentarse con las autoridades religiosas constituidas en varias ocasiones.
Emprendieron una intensa labor misionera y proselitista por el centro de Alemania y el
área de Brandemburgo-Prusia, región esta última donde el movimiento se implantó con
mucha fuerza del siglo XVIII en adelante. Sin embargo, el fuerte nexo del pietismo de
Halle con el mundo académico y la irrupción en el mismo de las ideas ilustradas,
llevaron consigo la decadencia de Halle como foco pietista en las últimas décadas del
XVIII.
El pietismo fue impulsado con firmeza en Alemania por un grupo conocido como
el Herrnhuter Brüdergemeine (“Comunidad de los hermanos de Herrnhut”), fundado
por Nikolaus Graf von Zinzendorf (1700-1760), formado en los círculos pietistas de la
Universidad de Halle. Estaba integrado por refugiados protestantes de la región de
Moravia y por otros elementos evangélicos inconformistas y desarrollaba su actividad
en la pequeña localidad de Herrnhut, fronteriza con Chequia. Su labor fue trascendental
en dos aspectos: por un lado, desempeñó una intensa actividad misionera por Alemania,
Suiza y los Países Bajos; y por otro, combatió en los siglos XVIII y XIX el
racionalismo y las ideas ilustradas, revitalizando de esta forma las iglesias protestantes
en un periodo donde la indiferencia religiosa iba ganado poco a poco terreno. Los
pietistas de Herrnhut mantuvieron intensas relaciones con los metodistas ingleses,
estrechando así el lazo entre ambos movimientos.
A principios del siglo XIX el pietismo alemán se transformó, aunque sin romper
amarras con su herencia barroca, esta necesidad de cambio vino motivada por los retos
completamente nuevos que trajo consigo el movimiento ilustrado. Se podría decir que
en este periodo se puso un énfasis aún más pronunciado que antes en las prácticas
devocionales individuales y la vertiente emocional de la religión, al margen de los
dogmatismos o las elucubraciones académicas. El Romanticismo de la época tenía
fuertes nexos con el pietismo en aspectos como el individualismo o la exaltación del
sentimiento, y de hecho celebres autores románticos, como el poeta de Tubinga
Friedrich Hölderlin (1770-1843), estuvieron muy marcados por el pietismo. Tras las
Guerras napoleónicas, con el emergente ascenso de Prusia y el renacimiento del
sentimiento nacional identitario alemán, hubo una ola de exaltación religiosa en todo el
país a la que no fue ajena el movimiento, apoyado por las autoridades prusianas con
acciones como la fundación de la Sociedad Bíblica de Prusia o la Sociedad de Misiones.
Los esfuerzos de unión del protestantismo al margen de denominaciones concretas
fueron una constante, y aparecieron grupos de reanimación de la vida religiosa de
inspiración pietista en todo el país. Nuevas sociedades como la Evangelische
Gesellschaft für Deutschland (1848), fundada por el pastor Ludwig Feldner (1805-
1890) o la Evangelische Brüderverein (1850) impulsada por Hermann Heinrich Grafe
(1818-1869), sirvieron como motores de la re-evangelización del país bajo un espíritu
pietista. Aunque nos alejaríamos ya en demasía de los marcos cronológicos propios del
presente artículo, conviene apuntar que la aparición en 1875
del Gemeinschaftsbewegung (“Movimiento comunitario”), en cierto sentido aún
existente hoy en día, dio continuidad al pietismo organizado de cara al siglo XX. Este
último grupo estuvo muy influenciado por los movimientos evangelicalistas nacidos en
países de ámbito anglosajón en el siglo XIX.
El pietismo luterano en Escandinavia
Asamblea o reunión de pietistas noruegos (haugueanos) en el siglo XIX. Cuadro de 1852 de Adolph
Tidemand.
Es común la identificación del pietismo con la confesión luterana, pero la influencia del
movimiento fue mucho más allá de las fronteras alemanas o escandinavas,
repercutiendo hondamente en comunidades protestantes de todo el mundo. De hecho, al
ser el pietismo un fenómeno perfectamente concebible como una actitud religiosa, más
que un credo, es visto por algunos autores como algo incomprendido a lo largo de la
historia del cristianismo, debido a su peculiar idiosincrasia, centrada en la
profundización de la vida devocional del pueblo y con poco interés por las
elucubraciones teológicas y la parafernalia litúrgica o ritual. El movimiento enraizaría
en la Edad Media, con grupos como los Hermanos de la Vida Común y otros místicos, y
se identificaría con movimientos “anti-establishment” como los puritanos calvinistas del
XVII, por lo que desde esta perspectiva el pietismo sería difícilmente objeto de
adscripción a una confesión determinada. Para Stoeffler (1965), es preciso ampliar el
pietismo como categoría y no circunscribirlo únicamente al movimiento de renovación
luterana que comenzó con Spener, sino, muy al contrario, proyectarlo sobre ciertas
manifestaciones del puritanismo inglés y el calvinismo continental (Países Bajos,
noroeste de Alemania, el francés Labadie…). Su naturaleza sería la de un movimiento
protestante transversal, no ligado a una confesión en concreto sino presente en
comunidades diversas, basado en pilares como la centralidad de la relación individual
con Dios, el idealismo religioso y su énfasis en la lectura y meditación de la Biblia
(Stoeffer, 1965: 13-20).
Las Islas Británicas guardan una singular relación con el pietismo por el desarrollo de
una corriente muy similar y prácticamente paralela en el tiempo, como fue el
metodismo de John Wesley (1703-1791), que se inspiró en el pietismo continental para
fundar su movimiento. Metodismo y pietismo, junto con el resurgimiento de la
Hermandad morava, son considerados por Snyder (1983) como movimientos de
renovación del protestantismo con conexiones históricas y muchos puntos en común,
tales como el protagonismo de los laicos, su pretensión de reformar la Iglesia o su
carácter carismático y anti-institucional. América vio muy pronto llegar pietistas a sus
costas por la emigración de alemanes y escandinavos ya en el siglo XVIII, estos grupos
contribuyeron al nacimiento en Estados Unidos del evangelicalismo.
-Black, Jeremy (1997), La Europa del siglo XVIII. 1700-1789(Trad. Mercedes Rueda
Sabater). Akal (Trabajo original publicado en 1990).
-Spener, Phillip Jakob (1675), Pia Desideria. Ed. y trad. (1964) a cargo de Tappert,
Theodore G., Fortress Press.
Webgrafía
*Foto de portada: «Cruz en el bosque» (1811), cuadro del célebre pintor romántico Caspar David
Friedrich, pietista y profundamente religioso.