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Cargo Sobre Ti Mi Culpa

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Cargo sobre ti mi culpa (proyección psicológica)


La proyección psicológica conforma en ocasiones relaciones basadas en la crítica y el abuso.
Reconocer los conflictos y emociones internas antes de culpabilizar a los demás por esas
frustraciones es clave de bienestar psicológico.

La proyección psicológica es un mecanismo de defensa que utilizamos con frecuencia. Lo


hace, por ejemplo, quien incapaz de enfrentar sus emociones, conflictos y estados anímicos
internos convulsos, los vuelca sobre los demás en forma de críticas y dinámicas dañinas. Es
pensar que el defecto lo tienen otros, pero nunca uno mismo.

Por otro lado, también puede darse ese tipo de proyección que sin ser dañina, cae en el
idealismo. Pensemos por ejemplo en esa época de inocencia y juventud en que estábamos
enamorados de alguien. De algún modo, y casi inconscientemente, atribuimos a esa persona
rasgos y virtudes que no se correspondían totalmente con la realidad. Ensalzábamos su
bondad, su preocupación, sus aciertos y grandes atributos por ese halo de perfección que la
propia mente se encargaba de proyectar.

El amor es en ocasiones un contexto muy propicio en el cual desarrollar la proyección


psicológica. Ahora bien, cabe decir, eso sí que el verdadero problema sucede cuando se pone
en práctica una proyección claramente negativa. Ahí donde la persona que la ejecuta tiene
unas evidentes carencias emocionales, arrojando sobre otros pensamientos habitados por la
rabia, la frustración…

Hablemos hoy sobre los sentimientos de culpa, y de cómo en ocasiones, lejos de asumirlos y
afrontarlos, se apuntan al exterior con la intención de herir a los demás. A los que tienen
más cerca, a los que supuestamente, más aprecian.

“La humildad nos permite ver las cosas como son, sin las deformaciones que genera la lente
de la vanidad.”

Alex Rovira

La proyección: distorsionar la realidad en beneficio propio

Empecemos poniendo un ejemplo. Tu pareja es una persona insegura que teme al


compromiso. Lejos de asumir esa realidad, empieza a castigarte a ti, asegurándote que no le
pones las cosas fáciles. Que siempre estás dándole muestras de desconfianza y de claro
deseo de hacerle daño.

El problema no está en ti, está en él/ella. Ahora bien, lejos de afrontar que tiene un
problema de autoestima y autoconfianza, te castiga poniendo en evidencia cosas que no son
verdad. Te dispara su rabia con afilados dardos, y proyecta sus emociones negativas en tu
persona porque de ese modo consigue todas estas dimensiones:

Ignorar el problema y atribuirlo a los demás.

Liberarse de esa carga interna y dejarla en el exterior, en las personas que están a su
alrededor.

Generando culpa en los demás consigue una posición de poder. “Yo NO tengo el problema”,
lo tienen los DEMÁS, el mundo es quien debe moverse mi alrededor, no yo.
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Al interpretar que son los demás quienes tienen el verdadero problema, logran distorsionar
de tal modo su realidad que llegan a creerla. A creer su fantasía, su error, negando así sus
verdaderas carencias.

Origen de los mecanismos de la proyección psicológica

Las raíces de la proyección psicológica se nutren de las teorías psicoanalíticas. Sin embargo,
enfoques como la Gestalt han hecho de esta dimensión psicológica uno de sus puntos más
importantes. Veámoslo a continuación.

Sigmund Freud

La teoría de la proyección psicológica fue desarrollada por Sigmund Freud. Fue durante su
práctica clínica cuando percibió algo interesante: muchos de sus pacientes ponían en voces o
figuras ajenas sentimientos que ellos mismos experimentaban pero que no se atrevían a
admitir. Lejos de asumir o desentrañar esas emociones o pulsiones internas acusaban a los
demás de esos mismos estados.

Más tarde, otros psicoanalistas relevantes como Jacques Lacan, relacionaron el fenómeno de
la proyección a la neurosis. Sea como sea, dentro de este encuadre siempre se destacó la
dificultad para hacer ver a las personas este mecanismo. Los pacientes no siempre están
preparados para volver al interior aquello que en un momento se coloca sobre los demás.

Asimismo, y en relación a esto, desde la Universidad de Virginia, por ejemplo, se realizó un


estudio donde se comprobó que las excusas, esos recursos tan comunes en nuestro día a día,
son también un tipo de proyección psicológica. A menudo con ello, además de negar
evidencias, llegamos a culpabilizamos a otros de no poder llevar a cabo ciertas cosas porque
no somos capaces de evidenciar un hecho interno.

La psicología Gestalt

“Cuando proyectamos no sabemos que estamos proyectando. Mucho menos que seamos un
proyector. Entonces, la proyección consiste en la tendencia de hacer responsable al
ambiente de lo que se origina en el Sí Mismo”. Esta frase fue enunciada por uno de los
máximos responsables de la psicología Gestalt: Fritz Pearls.

Para este enfoque una de sus principales finalidades es sin duda facilitarnos la realización
personal. Para ello, debemos ser plenamente conscientes de cada proceso, emoción,
realidad persona y conflicto que hay en nuestro interior. Las proyecciones psicológicas son
en esencia estados no aceptados e incluso reprimidos que hay que “liberar”.

Por tanto, para despertar el potencial humano hay que tocar esas cuevas internas, darles luz
y transitar de la mano con esas emociones complejas. La aceptación favorece la libertad y el
crecimiento.

¿Cómo romper la proyección psicológica?

El tema de la proyección psicológica es realmente complejo. Y tristemente frecuente. En


ocasiones, muchas personas que sufren maltratos físicos y psicológicos siguen proyectando
en sus parejas una imagen positiva. ¿Por qué razón? Porque de ese modo se autoprotegen
de la realidad.

“Si mi pareja siente celos es porque me quiere”. “Mi pareja en el fondo me quiere, en
ocasiones comete errores, pero es la persona que más se preocupa por mí”. Proyectar estas
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ideas es caer en una distorsión de la realidad donde su mundo es más inocuo. Ahí donde no
aceptar la realidad con toda su crudeza, ahí donde toda persona valiente, debería poder
reaccionar y defenderse.

¿Qué debemos hacer?

Comprender que lo que proyectamos en los demás es en realidad un mecanismo de defensa.


Un salvavidas en el cual acogernos para no admitir algo determinado.

Hay que comprender que proyectar culpa y rabia en quienes están a nuestro alrededor no va
a conseguir más que generar más emociones negativas. Caeremos en un círculo vicioso
donde esa falsa “sensación de poder”, nos ocasionará a largo plazo una dura caída.

Si eres tú quien sufre esa proyección por parte de otra persona, hazle ver claramente cómo
te sientes. Adviértele que ese comportamiento, no se podrá mantener durante mucho
tiempo. Que te sientes mal, humillado/a y manipulado/a.

Entiende también que en el momento en que la persona asuma que su proyección


psicológica esconde en realidad una carencia personal, hará que pierdan su “sensación de
control”. Al darse cuenta sufrirán una especie de caída personal en la cual, necesitarán
ayuda y apoyo para “reconstruirse”. Para afrontar dichos problemas, dichas carencias.

Pero en general no es nada fácil aceptar que todos proyectamos en alguna ocasión. A veces
lo hacemos sin darnos cuenta, pensamos que el defecto está ahí fuera y no en nosotros
mismos. Pensar que la persona que amamos es poco más que una criatura perfecta, por
ejemplo…

Todos tenemos defectos, todos tenemos carencias. Lo ideal, sería actuar siempre con
humildad y objetividad porque, al fin y al cabo, todos somos bellísimos seres imperfectos
que intentamos sobrevivir en un mundo complejo para ser felices.

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Proyección: Cuando vemos en el otro lo que está en nosotros


La proyección es un mecanismo de defensa inconsciente que todas las personas usamos en
nuestras vidas. Al ser un mecanismo involuntario no nos damos cuenta de hasta qué punto
nos está influyendo a la hora de aceptar la realidad tal y como es, o por el contrario, de
modificarla.

La proyección fomenta la distorsión de la realidad, que a veces nos puede ser útil, pero
generalmente nos aleja de nuestros propios valores y emociones. Lo que vemos en los
demás que nos molesta, en realidad no es más que una parte de nosotros mismos que
rechazamos. En este artículo vamos a profundizar en que son los mecanismos de defensa,
qué es la proyección y cómo aceptarla para que te deje de interferir en tu vida.

¿Qué son los mecanismos de defensa?

Los mecanismos de defensa son una parte fundamental de la mente humana y algunos de
ellos están presentes en nosotros ya desde niños. La función principal de los mecanismos de
defensa es la de protegernos ante la posibilidad de sufrir un alto nivel de ansiedad, dolor o
insatisfacción emocional.
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Son unos mecanismos inconscientes, por lo que no los usamos por voluntad propia, sino que
a lo largo de la vida se han ido instalando con más o menos intensidad en nuestra forma de
relacionarnos con nuestro entorno y con nosotros mismos. Nos permiten afrontar nuestra
vida en un estado emocional que podríamos llamar de calma, mientras que si no existieran
estaríamos más conectados con aquello que nos genera ansiedad.

Uno de los mecanismos de defensa más presentes en nuestras vidas y que influye más en
nuestras relaciones es el de la proyección.

¿Qué es la proyección? ¿Cómo funciona y de qué nos protege?

La proyección es un mecanismo de defensa por el cual ponemos en el otro aquello que


realmente forma parte de nosotros. Si la proyección no es muy intensa, nos puede ser
beneficiosa, por ejemplo, nos sirve para entender a las otras personas. Sería la base de la
empatía. Algo así como: puedo entender la tristeza de un amigo, porque yo también he
estado triste alguna vez, e imaginando que mi amigo está sufriendo algo parecido a lo mío,
lo entiendo mejor.

Otro ejemplo clásico de proyección se da en los primeros estados del enamoramiento, dónde
prácticamente sin conocer a la persona amada, vemos en ella una gran variedad de
características personales, valores y emociones de las cuales nos enamoramos.

Pero nos podríamos preguntar: ¿si no conozco demasiado a esa persona aún, como sé que
posee estas características? La respuesta es que hemos visto en ella, o quizá lo hemos
intensificado, aquello que necesitamos ver, aquello que para nosotros es bueno e
importante. Este es un ejemplo de proyección de aspectos aceptables y positivos, que
consideramos buenos.

No obstante, este mecanismo generalmente nos protege proyectando fuera de nosotros


aquellos aspectos propios que vivimos como inaceptables. Pero, ¿por qué hacemos eso?
Porque nos resulta más aceptable y fácil tolerar que ciertas cosas estén en los demás, que no
en nosotros mismos.

¿Qué proyectamos en los demás?

Podemos proyectar cualquier aspecto de nosotros mismos. Es muy habitual proyectar


emociones que nos resultan difíciles de sentir, necesidades propias que satisfacemos a
través de los demás, o rasgos de nuestro carácter que no nos gustan y que sí los vemos e
identificamos en los demás.

Emociones no resueltas

Un ejemplo de proyección de emociones sería cuando vemos nuestra tristeza en otra


persona. Imaginemos un padre o una madre que al dejar a su hijo en la escuela dice: “¡Qué
triste se ha quedado nuestro hijo!”. Puede ser que se haya quedado triste, pero también
podría ser que el niño estuviera tranquilo, alegre, y que ese padre o madre proyectara en él
la tristeza que siente por dejarlo en la escuela.

Necesidades no satisfechas

Otro ejemplo de proyección, esta vez de necesidades, lo podemos ver en la elección de


pareja. Pensemos ahora que nos damos cuenta de que siempre elegimos parejas que se
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encuentran en una situación de fragilidad o vulnerabilidad, lo que nos coloca en la posición


de cuidar y ayudar demasiado al otro, descuidando nuestras propias necesidades.

Posiblemente, estemos proyectando nuestra pareja nuestros propios sentimientos de


fragilidad y vulnerabilidad, nuestra necesidad de ser cuidados, lo que nos puede hace sentir
por el contrario, fuertes y seguros. Pero ese sentimiento de fortaleza no es completamente
real, ya que no nos permite expresar nuestra necesidad real de ser también cuidados.

Rasgos de nuestra personalidad que rechazamos

También es muy habitual que proyectemos en los demás aspectos y rasgos de nuestro
carácter que rechazamos. A menudo, criticamos y atacamos esos rasgos generando
conflictos en la relación con la persona en la que los hemos proyectado. Esas situaciones son
muy comunes en las relaciones sentimentales.

Podemos pensar en una situación donde nos sintamos enfadados con el otro porque
creemos que no tiene las cosas claras y duda respecto al futuro de la relación. ¿Son esas
dudas solo del otro miembro de la pareja? ¿O quizá son también la proyección de nuestras
propias dudas, de nuestro miedo, que se nos hace tan intolerable sentirlo, que solo podemos
enfrentarlo si está en nuestra pareja? Si podemos aceptar esas dudas en nuestra pareja, y
ver a la vez también las nuestras, estaremos más cerca de resolver el afrontar el conflicto.

¿Cómo podemos aceptar lo que proyectamos en los demás?

La proyección nos hace daño porque nos aísla de la realidad. Si la proyección es grande,
nuestra percepción de la realidad queda muy distorsionada y nos impide afrontar nuestros
conflictos vitales.

Solo desde la aceptación de la realidad podemos afrontarla y cambiar esas cosas que nos
están haciendo sufrir o que nos están bloqueando en nuestras vidas.El autoconocimiento
nos ayuda a ser conscientes de lo que hemos proyectado, y por tanto, a dejar de hacerlo.

Cuando dejamos de proyectar nos hacemos cargo de lo que sentimos, de lo que


necesitamos, de aquello que nos gusta y de lo que no nos gusta de nosotros mismos. Esto
puede ser a veces más o menos doloroso, pero mejora nuestras relaciones personales, pues
las aceptamos tal y como son y podemos ser más sinceros con nosotros mismos y con los
demás. Es entonces cuando tenemos la oportunidad de vivir más libremente y en sintonía
con lo queremos realmente.

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Qué es proyección en psicología: definición y ejemplos


En ocasiones, nos hemos llegado a preguntar a manera de conclusión sobre un extenso
recorrido de mitigaciones de conflictos emocionales: "¿por qué no puedo estar tranquilo con
nadie?". Confrontaciones constantes, aislamiento, evasiones sociales y demás eventos
interpersonales frustrados pueden ser causados no por lo más evidente (los demás) sino por
un conflicto que por muchos años ha pasado a ser contenido de nuestro inconsciente,
conflictos que son tan dolorosos, vergonzosos, frustrantes e inmorales que nos negamos a
presentar y que en el mejor caso es mejor buscarlo en los demás: la proyección. En este
artículo de Psicología-Online te explicamos qué es proyección en psicología: definición y
ejemplos.
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Índice

Qué es la proyección

La proyección como mecanismo de defensa en psicología

Ejemplos de proyección

Como evitar las proyecciones

Qué es la proyección

La proyección es un término del psicoanálisis. La definición de proyección dice que es un


mecanismo que consiste en atribuir a otra persona lo que le pasa a uno mismo. La
proyección es una forma de funcionamiento que se observa en personas que atribuyen a
otro lo que le está ocurriendo a sí mismo, normalmente de forma inconsciente. La
proyección no permite hacer contacto consigo mismo ni con los demás. Por ejemplo, muchas
personas que utilizan la proyección consideran que todas las demás personas tienen
defectos pero que ellos no.

En psicología, nos servimos de la proyección para detectar determinados rasgos de carácter,


como las motivaciones, los problemas y frustraciones. Las tendencias proyectivas de las
personas se desarrollan de una manera importante en las personalidades de tipo paranoide.
Algunas de estas personas con esta patología manifiestan una tendencia hacia la evaluación
constante de los demás, son muy sensibles y capaces de percibir el inconsciente de los
demás y al interpretarlo se olvidan de su propio inconsciente. En los casos graves, la
proyección lleva a la deformación viciosa o a una falsa imagen de la realidad (delirio
paranoide). En algunos casos, la proyección bien canalizada, puede generar creaciones
artísticas o científicas increíbles.

La proyección como mecanismo de defensa en psicología

Hermann Hesse (1919) expresaba algo parecido a la teoría de la proyección como un


mecanismo de defensa, y lo hizo con la siguiente frase:

Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.

La proyección es uno de los mecanismos de defensa más utilizados en contra de las


amenazas materialmente externas, imputando la responsabilidad de nuestros propios
rasgos, sentimientos y conductas a otra persona o ambiente. El individuo atribuye a otras
personas las propias carencias, virtudes o defectos, incluso hasta sus propios conflictos
internos de ambivalencia.

La proyección como mecanismo de defensa generalmente opera en situaciones de conflictos


afectivos/emocionales o de conflictos internos, en donde se termina atribuyendo al
ambiente (personas o cosas) los propios sentimientos, pensamientos o impulsos que
resultan incómodos o inaceptables para la persona. Además del contenido negativo,
también se transmite todo aquello que garantice y asegure las continuidades del narcicismo,
el mantenimiento de los vínculos intersubjetivos, los procesos de conservación:
identificaciones, mecanismos de defensa, ideales, dudas y certezas.

Entendemos así que la proyección puede funcionar como resistencia a enfrentarse al


contacto con la propia identidad, atribuyendo así a los otros las emociones que nosotros
mismos sentimos.
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La proyección como mecanismo de defensa provoca que escupamos o expulsemos sobre el


mundo las vivencias, emociones o rasgos de la personalidad que deseamos desalojar de
nosotros mismos por el hecho de ser inaceptables. Todo lo que es relativamente gratificante
es aceptado por el yo –como algo perteneciente a él– pero todo lo que manifiesta ser
doloroso y poco gratificante es considerado como algo ajeno al yo.

Ejemplos de proyección

La frustración que caracteriza a una persona que suele crear proyecciones de sí mismo en las
demás personas desaparece cuando comienza a creer que sus defectos, sus deficiencias y sus
fracasos también los poseen los demás, o que son los demás los que provocan estos
fracasos, deficiencias o cualquier cosa que no desean tener. A continuación, te compartimos
algunos ejemplos de proyecciones psicológica:

Robar y creer que los demás le robarán

Personas que piensan de determinada forma (por ejemplo, sobre la justificación de un acto
de corrupción) creen que los demás también piensan lo mismo. Por ejemplo, el dueño de
una tienda roba algunos cuantos gramos de cada kilo del producto que vende, cuando este
tenga que comprar en otra tienda será el usuario (cliente) más desconfiado.

Pensar en ser infiel y tener miedo de que su pareja lo sea

En una relación, uno de los dos comienza a presentar síntomas de ansiedad (por ejemplo
refiere sentirse inseguro y desesperanzado), como consecuencia de constantes ideas de
infidelidad de su pareja, quien en repetidas ocasiones ha intentado dejarle claro y en
evidencia que está infidelidad no es real. Mediante un análisis, se descubre que esta persona
con síntomas de ansiedad tampoco le ha sido infiel a su pareja pero que sí existen muchas
personas que le han parecido atractivas y con las que le gustaría mucho tener relaciones
sexuales, pero que su propia conciencia – y el respeto a su pareja- no permiten que lo haga.
Además de esta proyección, la persona también proyecta su inseguridad sobre su físico y
personalidad comparándose con las personas cercanas a su pareja que le parecen atractivas.
En este artículo hablamos sobre las causas de la inseguridad y cómo superarla.

Regañar a los hijos por comportamientos que uno mismo hace

Otro ejemplo de proyección muy frecuente es la de los padres hacia los hijos, donde, por
ejemplo, el padre demanda y protesta constantemente sobre la inmoralidad del niño y su
comportamiento en contra de los principios que se le han enseñado, y también sobre los
fracasos que este niño pueda tener, los mismos que el padre no pudo superar y principios
que él en diferentes situaciones ha transgredido, ya sea en su lozanía o en desinhibiciones
actuales.

Como evitar las proyecciones

Los mecanismos de defensa implican una conducta defensiva con la que opera la
personalidad para mantener un equilibrio, es decir, una regulación de la tensión y de la
excitación.

Con esta conducta defensiva, el organismo pretende alcanzar un ajuste o adaptación que
disuelva todo tipo de inseguridad, frustración, peligro, tensión o ansiedad. Sin embargo, la
conducta defensiva no resuelve los conflictos, sino que se limita a restringir la capacidad de
actuación del yo frente a los objetos perturbadores.
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Las proyecciones son conflictos o elementos internos que se ponen fuera como intento de
disolución, pero que, evidentemente, provocan un recorrido en sentido contrario: el
sostenimiento de las frustraciones y tensiones. Es importante un análisis detenido y dirigido
por un profesional para determinar cuáles pueden ser esos elementos internos que
provocan esa inconsistencia con el ambiente.

¿Cómo trabajar las proyecciones psicológicas? Observar y meditar si existen constantes


confrontaciones con la familia, amigos, pareja y en el trabajo ayudará a encontrar y
determinar si en realidad lo que acontece y desarrolla esa inestabilidad es algo con nosotros
mismos.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para


hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo
para que trate tu caso en particular.

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