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Cargo Sobre Ti Mi Culpa
Cargo Sobre Ti Mi Culpa
Cargo Sobre Ti Mi Culpa
Por otro lado, también puede darse ese tipo de proyección que sin ser dañina, cae en el
idealismo. Pensemos por ejemplo en esa época de inocencia y juventud en que estábamos
enamorados de alguien. De algún modo, y casi inconscientemente, atribuimos a esa persona
rasgos y virtudes que no se correspondían totalmente con la realidad. Ensalzábamos su
bondad, su preocupación, sus aciertos y grandes atributos por ese halo de perfección que la
propia mente se encargaba de proyectar.
Hablemos hoy sobre los sentimientos de culpa, y de cómo en ocasiones, lejos de asumirlos y
afrontarlos, se apuntan al exterior con la intención de herir a los demás. A los que tienen
más cerca, a los que supuestamente, más aprecian.
“La humildad nos permite ver las cosas como son, sin las deformaciones que genera la lente
de la vanidad.”
Alex Rovira
El problema no está en ti, está en él/ella. Ahora bien, lejos de afrontar que tiene un
problema de autoestima y autoconfianza, te castiga poniendo en evidencia cosas que no son
verdad. Te dispara su rabia con afilados dardos, y proyecta sus emociones negativas en tu
persona porque de ese modo consigue todas estas dimensiones:
Liberarse de esa carga interna y dejarla en el exterior, en las personas que están a su
alrededor.
Generando culpa en los demás consigue una posición de poder. “Yo NO tengo el problema”,
lo tienen los DEMÁS, el mundo es quien debe moverse mi alrededor, no yo.
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Al interpretar que son los demás quienes tienen el verdadero problema, logran distorsionar
de tal modo su realidad que llegan a creerla. A creer su fantasía, su error, negando así sus
verdaderas carencias.
Las raíces de la proyección psicológica se nutren de las teorías psicoanalíticas. Sin embargo,
enfoques como la Gestalt han hecho de esta dimensión psicológica uno de sus puntos más
importantes. Veámoslo a continuación.
Sigmund Freud
La teoría de la proyección psicológica fue desarrollada por Sigmund Freud. Fue durante su
práctica clínica cuando percibió algo interesante: muchos de sus pacientes ponían en voces o
figuras ajenas sentimientos que ellos mismos experimentaban pero que no se atrevían a
admitir. Lejos de asumir o desentrañar esas emociones o pulsiones internas acusaban a los
demás de esos mismos estados.
Más tarde, otros psicoanalistas relevantes como Jacques Lacan, relacionaron el fenómeno de
la proyección a la neurosis. Sea como sea, dentro de este encuadre siempre se destacó la
dificultad para hacer ver a las personas este mecanismo. Los pacientes no siempre están
preparados para volver al interior aquello que en un momento se coloca sobre los demás.
La psicología Gestalt
“Cuando proyectamos no sabemos que estamos proyectando. Mucho menos que seamos un
proyector. Entonces, la proyección consiste en la tendencia de hacer responsable al
ambiente de lo que se origina en el Sí Mismo”. Esta frase fue enunciada por uno de los
máximos responsables de la psicología Gestalt: Fritz Pearls.
Para este enfoque una de sus principales finalidades es sin duda facilitarnos la realización
personal. Para ello, debemos ser plenamente conscientes de cada proceso, emoción,
realidad persona y conflicto que hay en nuestro interior. Las proyecciones psicológicas son
en esencia estados no aceptados e incluso reprimidos que hay que “liberar”.
Por tanto, para despertar el potencial humano hay que tocar esas cuevas internas, darles luz
y transitar de la mano con esas emociones complejas. La aceptación favorece la libertad y el
crecimiento.
“Si mi pareja siente celos es porque me quiere”. “Mi pareja en el fondo me quiere, en
ocasiones comete errores, pero es la persona que más se preocupa por mí”. Proyectar estas
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ideas es caer en una distorsión de la realidad donde su mundo es más inocuo. Ahí donde no
aceptar la realidad con toda su crudeza, ahí donde toda persona valiente, debería poder
reaccionar y defenderse.
Hay que comprender que proyectar culpa y rabia en quienes están a nuestro alrededor no va
a conseguir más que generar más emociones negativas. Caeremos en un círculo vicioso
donde esa falsa “sensación de poder”, nos ocasionará a largo plazo una dura caída.
Si eres tú quien sufre esa proyección por parte de otra persona, hazle ver claramente cómo
te sientes. Adviértele que ese comportamiento, no se podrá mantener durante mucho
tiempo. Que te sientes mal, humillado/a y manipulado/a.
Pero en general no es nada fácil aceptar que todos proyectamos en alguna ocasión. A veces
lo hacemos sin darnos cuenta, pensamos que el defecto está ahí fuera y no en nosotros
mismos. Pensar que la persona que amamos es poco más que una criatura perfecta, por
ejemplo…
Todos tenemos defectos, todos tenemos carencias. Lo ideal, sería actuar siempre con
humildad y objetividad porque, al fin y al cabo, todos somos bellísimos seres imperfectos
que intentamos sobrevivir en un mundo complejo para ser felices.
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La proyección fomenta la distorsión de la realidad, que a veces nos puede ser útil, pero
generalmente nos aleja de nuestros propios valores y emociones. Lo que vemos en los
demás que nos molesta, en realidad no es más que una parte de nosotros mismos que
rechazamos. En este artículo vamos a profundizar en que son los mecanismos de defensa,
qué es la proyección y cómo aceptarla para que te deje de interferir en tu vida.
Los mecanismos de defensa son una parte fundamental de la mente humana y algunos de
ellos están presentes en nosotros ya desde niños. La función principal de los mecanismos de
defensa es la de protegernos ante la posibilidad de sufrir un alto nivel de ansiedad, dolor o
insatisfacción emocional.
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Son unos mecanismos inconscientes, por lo que no los usamos por voluntad propia, sino que
a lo largo de la vida se han ido instalando con más o menos intensidad en nuestra forma de
relacionarnos con nuestro entorno y con nosotros mismos. Nos permiten afrontar nuestra
vida en un estado emocional que podríamos llamar de calma, mientras que si no existieran
estaríamos más conectados con aquello que nos genera ansiedad.
Uno de los mecanismos de defensa más presentes en nuestras vidas y que influye más en
nuestras relaciones es el de la proyección.
Otro ejemplo clásico de proyección se da en los primeros estados del enamoramiento, dónde
prácticamente sin conocer a la persona amada, vemos en ella una gran variedad de
características personales, valores y emociones de las cuales nos enamoramos.
Pero nos podríamos preguntar: ¿si no conozco demasiado a esa persona aún, como sé que
posee estas características? La respuesta es que hemos visto en ella, o quizá lo hemos
intensificado, aquello que necesitamos ver, aquello que para nosotros es bueno e
importante. Este es un ejemplo de proyección de aspectos aceptables y positivos, que
consideramos buenos.
Emociones no resueltas
Necesidades no satisfechas
También es muy habitual que proyectemos en los demás aspectos y rasgos de nuestro
carácter que rechazamos. A menudo, criticamos y atacamos esos rasgos generando
conflictos en la relación con la persona en la que los hemos proyectado. Esas situaciones son
muy comunes en las relaciones sentimentales.
Podemos pensar en una situación donde nos sintamos enfadados con el otro porque
creemos que no tiene las cosas claras y duda respecto al futuro de la relación. ¿Son esas
dudas solo del otro miembro de la pareja? ¿O quizá son también la proyección de nuestras
propias dudas, de nuestro miedo, que se nos hace tan intolerable sentirlo, que solo podemos
enfrentarlo si está en nuestra pareja? Si podemos aceptar esas dudas en nuestra pareja, y
ver a la vez también las nuestras, estaremos más cerca de resolver el afrontar el conflicto.
La proyección nos hace daño porque nos aísla de la realidad. Si la proyección es grande,
nuestra percepción de la realidad queda muy distorsionada y nos impide afrontar nuestros
conflictos vitales.
Solo desde la aceptación de la realidad podemos afrontarla y cambiar esas cosas que nos
están haciendo sufrir o que nos están bloqueando en nuestras vidas.El autoconocimiento
nos ayuda a ser conscientes de lo que hemos proyectado, y por tanto, a dejar de hacerlo.
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Índice
Qué es la proyección
Ejemplos de proyección
Qué es la proyección
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
Ejemplos de proyección
La frustración que caracteriza a una persona que suele crear proyecciones de sí mismo en las
demás personas desaparece cuando comienza a creer que sus defectos, sus deficiencias y sus
fracasos también los poseen los demás, o que son los demás los que provocan estos
fracasos, deficiencias o cualquier cosa que no desean tener. A continuación, te compartimos
algunos ejemplos de proyecciones psicológica:
Personas que piensan de determinada forma (por ejemplo, sobre la justificación de un acto
de corrupción) creen que los demás también piensan lo mismo. Por ejemplo, el dueño de
una tienda roba algunos cuantos gramos de cada kilo del producto que vende, cuando este
tenga que comprar en otra tienda será el usuario (cliente) más desconfiado.
En una relación, uno de los dos comienza a presentar síntomas de ansiedad (por ejemplo
refiere sentirse inseguro y desesperanzado), como consecuencia de constantes ideas de
infidelidad de su pareja, quien en repetidas ocasiones ha intentado dejarle claro y en
evidencia que está infidelidad no es real. Mediante un análisis, se descubre que esta persona
con síntomas de ansiedad tampoco le ha sido infiel a su pareja pero que sí existen muchas
personas que le han parecido atractivas y con las que le gustaría mucho tener relaciones
sexuales, pero que su propia conciencia – y el respeto a su pareja- no permiten que lo haga.
Además de esta proyección, la persona también proyecta su inseguridad sobre su físico y
personalidad comparándose con las personas cercanas a su pareja que le parecen atractivas.
En este artículo hablamos sobre las causas de la inseguridad y cómo superarla.
Otro ejemplo de proyección muy frecuente es la de los padres hacia los hijos, donde, por
ejemplo, el padre demanda y protesta constantemente sobre la inmoralidad del niño y su
comportamiento en contra de los principios que se le han enseñado, y también sobre los
fracasos que este niño pueda tener, los mismos que el padre no pudo superar y principios
que él en diferentes situaciones ha transgredido, ya sea en su lozanía o en desinhibiciones
actuales.
Los mecanismos de defensa implican una conducta defensiva con la que opera la
personalidad para mantener un equilibrio, es decir, una regulación de la tensión y de la
excitación.
Con esta conducta defensiva, el organismo pretende alcanzar un ajuste o adaptación que
disuelva todo tipo de inseguridad, frustración, peligro, tensión o ansiedad. Sin embargo, la
conducta defensiva no resuelve los conflictos, sino que se limita a restringir la capacidad de
actuación del yo frente a los objetos perturbadores.
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Las proyecciones son conflictos o elementos internos que se ponen fuera como intento de
disolución, pero que, evidentemente, provocan un recorrido en sentido contrario: el
sostenimiento de las frustraciones y tensiones. Es importante un análisis detenido y dirigido
por un profesional para determinar cuáles pueden ser esos elementos internos que
provocan esa inconsistencia con el ambiente.