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07/08/2020
Recursos Teocráticos
Recursos Teocráticos
Lección 1. Hacer una buena introducción. (Hechos 17:22)

Usted está en el Salón del Reino a punto de dar un discurso público, ¿le prestará atención el
auditorio?; mucho dependerá de su introducción. Las introducciones eficaces captan la
atención, indican con claridad el tema y muestran por qué es importante ese tema para los
oyentes. Veamos como empieza este hermano su discurso:

“Como dijo el presidente de la reunión, vamos a hablar de la muerte, y de cómo nos


afecta a cada uno de nosotros, leamos un texto, Eclesiastés 9:5”

Entonces, ¿qué le parece?: ¿indicó con claridad el tema?, sí; ¿captó la atención?, no
mucho; ¿mostró por qué es importante el tema?, no; ¿de qué otra manera podría
presentarlo?, veamos:

“A lo largo de la historia, nadie ha escapado de las garras de la muerte, ¿cuántas


vidas quedan truncadas por culpa de enfermedades y otros sucesos inesperados?
Si usted ha perdido a un ser querido, sin duda sabe cuánto dolor causa la muerte;
¿cómo es posible que algo que duele tanto sea una parte natural de la vida? La
Biblia es la única que nos explica por qué morimos, a dónde vamos cuando morimos
y cómo se vencerá a la muerte. Analicemos estos tres puntos”

Estos principios sirven para presentar discursos sobre cualquier tema. Ahora bien, ¿cómo
hacer una buena introducción al predicar? Recuerde que en la mayoría de los casos, la
persona no lo conoce, así que intente no asustarla, preséntese lo antes posible. A fin de
averiguar qué puede interesarle, fíjese en su entorno y en lo que está haciendo. Podría
comenzar haciéndole una pregunta o un breve comentario sobre esas cosas. Veamos un
ejemplo:

“-Hola, me llamo Ana, vengo a hablarle del propósito de Dios para el futuro. Vea lo
que dice la Biblia.
-Lo siento, pero estoy ocupada”

¿Fue eficaz la introducción? La señora no quiso conversar, así que es obvio que la
introducción no captó su atención. ¿Cómo podría la publicadora haber empezado la
conversación?:

“-Buenos días, ¡tiene un jardín precioso! Seguro que le da mucho


trabajo
-Ni se imagina
-Pero el esfuerzo ha valido la pena
-Gracias
-Por cierto, me llamo Ana, y ella es Inés
-Hola, soy Emily
-Emily, se nota que dedica mucho tiempo a cuidar de su jardín; y nuestro Creador,
¿se preocupará tanto por el planeta como usted por su jardín?”

Como la publicadora tomó en cuenta lo que le interesaba a la persona, aumentaron las


posibilidades de iniciar una conversación y hablar sobre el Reino. Lo mismo puede
hacerse en las zonas urbanas, donde la gente espera que vayamos al grano. En esos
casos trate de incluir una pregunta o un comentario que haga pensar a la persona.

Las introducciones eficaces son el primer paso para tener conversaciones provechosas
sobre las buenas noticias del Reino.
Lección 2. Hablar con naturalidad. (2 Corintios 2:17)

¿Cómo hablar con naturalidad?, siendo usted mismo y expresándose con sinceridad, así
transmitirá lo que siente. Tal vez parezca sencillo, pero puede ser todo un reto si está
nervioso. Estos cuatro pasos pueden ayudarlo: orar, prepararse bien, hablar con el corazón
y mirar a sus oyentes. Es importante que lo haga tanto al discursar como al predicar. Estas
escenas de la predicación pública nos muestran por qué:

“-Llévese lo que quiera, es gratis


-Ehh, no, está bien, quizás otro día”

¿Pudo haber sido el hermano un poco más amigable? Al menos, pudo haber mirado a la
persona a los ojos.
¿Qué indicaron su postura, sus ademanes y sus expresiones faciales?... Démosle
otra oportunidad:

“-Buenos días
-Buenos días
-Puede llevarse lo que quiera
-Gracias…
-¿Cree que dejaremos de sufrir algún día?
-La verdad, no lo sé.
-Si tiene un momento, me gustaría mostrarle lo que dice la Biblia
-Bueno…”

Usar un tono amigable le permitió empezar una conversación. Eso también es útil al
discursar, intente usar sus propias palabras. Veamos estos ejemplos:

“Cuando Jesús fue fijado en el madero en el 33 era común, difícilmente parecía


posible que alguna vez tuviera un Reino. Pero Él no había estado proclamando
noticias erróneas al predicar el Reino de Dios. Al tercer día de haber sido fijado
Jesús en el madero, el fundador del Reino se aseguró que los discípulos de Jesús
no estuvieran orando por un gobierno que no fuera posible. Jehová resucitó a aquel
que lo representaría en el Reino por el cual se oraba y lo vistió de inmortalidad”
¿Pudo entender lo que decía el orador? Seguramente… ¿Era alimento espiritual? Sí….
¿Habló con naturalidad? No… Sonó como si estuviera leyendo de un número antiguo de La
Atalaya, de hecho, así fue. ¿Podía haber mirado más a sus oyentes? Sí… Veamos ahora
cómo el orador presenta la información en sus propias palabras:

“Jesús habló del Reino de Dios y enseñó a sus discípulos a pedir por ese Reino.
Pero cuando Él murió, en el año 33, sus discípulos quizás se preguntaron si el
Reino vendría realmente. Todas sus dudas desaparecieron tres días después,
cuando Jehová resucitó a su hijo, el futuro rey de ese Reino”

Una presentación sincera y natural es más atrayente, capta la atención de los oyentes,
hace que se sientan cómodos y logra que estén más dispuestos a escuchar.
Lección 3. Hacer preguntas. (Mateo 16:13-16)

¿Por qué es tan bueno hacer preguntas?... Porque motivan a nuestros oyentes a pensar en
vez de a escuchar pasivamente. Puede hacer preguntas retóricas para mantener la
atención. Plantear una serie de preguntas para razonar sobre un tema o para que los
oyentes lleguen a una conclusión lógica. Hacer preguntas que despierten la curiosidad
antes de decir las ideas clave. O hacer preguntas de repaso antes de concluir. Hablemos de
las preguntas retóricas. Veamos qué sucede cuando no las usamos:

“Romanos 6:23 dice: „Porque el salario que el pecado paga es muerte, pero el don
que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor‟. El rescate es un regalo
de Jehová. Inmediatamente después de que Adán y Eva pecaron, Jehová ofreció una
solución que daría esperanza a todos sus descendientes. Decidió que uno de sus
hijos espirituales viniera a la Tierra, viviera como un ser humano perfecto y diera su
vida en rescate por la humanidad”

Explicar un texto bíblico sin hacer preguntas es más fácil, pero si las hace, su enseñanza
será más interesante y eficaz. Veamos cómo el orador enseña el mismo punto haciendo
preguntas retóricas:

“Romanos 6:23 dice: „Porque el salario que el pecado paga es muerte, pero el don
que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor‟. Si Jesús fue quien sufrió
y murió por nosotros, ¿por qué dice el versículo que el rescate es un „don de Dios‟?,
¿por qué no dice „el don que Jesús da‟?... Pensemos en lo que dice el libro de
Génesis, inmediatamente después de que Adán y Eva pecaron, Jehová ofreció una
solución que daría esperanza a todos sus descendientes. Decidió que uno de sus
hijos espirituales viniera a la Tierra, viviera como un ser humano perfecto y finalmente
diera su vida en rescate. Pero el rescate también es un regalo de Dios en otro sentido,
¿han pensado alguna vez en cómo debió sentirse Dios cuando mataron a Jesús?

En vez de limitarse a dar una explicación, el orador despertó el interés de sus oyentes
haciendo una pregunta que los motivara a pensar. Al predicar también podemos hacer
preguntas para razonar con las personas sobre un tema. Ahora veamos una revisita:

“-„Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la
humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará
con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya
más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”‟. Según esta
profecía, ¿qué podemos esperar?
-Bueno, cuando vayamos al cielo ya no habrá ni dolor ni
muerte”

La pregunta hizo que la persona participara en la conversación. Sin embargo, ¿qué


preguntas podría hacer el publicador para ayudar a la persona a llegar a la conclusión
correcta?... veamos:

“Sí, Dios acabará con el dolor y la muerte, pero, ¿en qué lugar?, aquí dice que el
dolor y la muerte dejarán de existir. Actualmente, ¿dónde hay dolor y muerte, en el
cielo o en la Tierra?”

En vez de corregir su punto de vista erróneo, el publicador hizo preguntas para ayudar a la
persona a razonar sobre el texto bíblico y llegar a la conclusión correcta. Enseñar es más
que simplemente dar información. Cuando hacemos preguntas con tacto para mantener el
interés, razonar con los oyentes y destacar puntos importantes, imitamos al Gran Instructor,
Jehová y al Gran Maestro, Jesucristo.
Lección 4. Introducir bien los textos bíblicos. (Mateo 22:41-45)

¿Por qué es importante introducir bien los textos bíblicos?... Porque las promesas de Dios
que encontramos en Su palabra la Biblia, tienen mucho poder. Hebreos 4:12 dice: “la
palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y
penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede
discernir pensamientos e intenciones del corazón”. Sí, la Palabra de Dios puede llegar al
corazón de las personas. Así que siempre debe basarse en ella al enseñar a otros. Pero
antes, usted debe hacer algo para que los oyentes le presten atención cuando lea el texto
bíblico. ¿Qué puede hacer?... Diga por qué va a leer el texto, destaque que la Biblia es la
Palabra de Dios y diga algo que motive a sus oyentes a leer el versículo. En la siguiente
escena, fíjese en si el orador hace alguna de estas cosas:

“Vamos a leer Salmo 55:22, aunque hemos leído muchas veces este versículo, leámoslo
de nuevo: „Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca
permitirá que tambalee el justo‟.”

Aunque en el salón del Reino seguro que todos buscaron el texto, porque el orador se lo
pidió, el auditorio no sabía por qué iban a leerlo, y el hermano no les explicó por qué su
contenido debería interesarles. ¿Cómo podría introducir bien el texto bíblico?... Hay varias
maneras de hacerlo. Primero, planteando una pregunta que el texto responda, veamos cómo
lo hace:

“Cuando tenemos un problema tan grave que no podemos pensar en otra cosa, ¿qué
podemos hacer?, encontramos la respuesta en Salmo 55:22”

O, podría plantear un problema que el texto ayude a resolver:

“Imagine que su cónyuge o un buen amigo ha hecho o dicho algo que le ha dolido
mucho. La Biblia nos dice en Romanos 12:17 y 18 como no deberíamos reaccionar,
vamos a leerlo”
También puede captar la atención de los oyentes con un principio bíblico que el
relato enseñe:

“Podemos ahorrarnos muchos problemas si seguimos la guía divina. Busquemos 2


de Samuel 6:2-7 y veamos qué sucedió cuando David no siguió las instrucciones
sobre cómo transportar el arca del pacto”

¿Qué más puede hacer para introducir los textos bien, sobre todo al dirigirse a quienes no
son testigos? Use la Palabra de Dios como autoridad. Vea la siguiente escena y piense
cómo podría la publicadora despertar aún más el interés de la persona por el texto:

“¿Habrá siempre maldad y delincuencia?... David nos da la respuesta aquí en Salmo


37:10 y 11”

La publicadora despertó el interés por el texto que iba a leer haciendo una pregunta, y dijo
acertadamente que David lo escribió. Aunque no está mal mencionar el nombre del escritor
bíblico, en este caso, la persona quizás pensó: “¿Quién es David?”; y aunque supiera quién
fue David, quizás pensó que solo era la opinión de un hombre. Veamos que podría decir
la hermana para lograr que la persona confíe en lo que dice el texto que le va a leer”

“¿Habrá siempre maldad y delincuencia?... la palabra de Dios nos da la respuesta aquí


en Salmo 37:10 y 11”

Así que antes de leer un texto, no se limite a decir a sus oyentes dónde pueden encontrarlo y
a pedirles que sigan la lectura. Diga por qué razón lo va a leer, y diga algo para que sus
oyentes deseen leerlo. Sobre todo al hablar con no testigos, destaque siempre que la Biblia es
la Palabra de Dios. Haciendo esto preparará la mente de sus oyentes para las importantes
palabras que les leerá.
Lección 5. Leer con exactitud. (1 Timoteo 4:13)

Para transmitir la verdad correctamente, tiene que leer la Biblia y nuestras publicaciones
con exactitud. Para lograrlo, debe prepararse bien, pronunciar bien todas la palabras y
hablar con claridad. Mientras el hermano lee Mateo 24:43 y 44 intente identificar algunos de
los errores que comete:

“Para contestar esa pregunta veamos lo que dice Mateo 24:43 y 44: „Mas sepan una
cosa más, que si el amo de casa hubiera sabido en qué vigilia habría de venir el ladrón,
s‟habría quedao despierto y no habría permitido que forzaran su casa. Por este motivo,
ustedes demuestren estar listos, porque aún ahora que piensan que no es, viene el hijo
de Dios‟. ”

¿Cree que la lectura del hermano pudo distraer a la persona?... Seguramente. Cometer
cualquiera de estos errores podría transmitir falta de respeto por la información o cambiar
el significado del versículo. Démosle otra oportunidad:

“Para contestar esa pregunta veamos lo que dice Mateo 24:43 y 44: „Mas sepan una
cosa, que si el amo de casa hubiera sabido en qué vigilia habría de venir el ladrón, se
habría quedado despierto y no habría permitido que forzaran su casa. Por este
motivo, ustedes también demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan
que es, viene el hijo del hombre‟.”

Mucho mejor. Para leer bien en voz alta debe esforzarse por tener buenos hábitos de lectura,
procure entender bien lo que lee y respete todos los signos de puntuación. Por ejemplo,
en Hechos capítulo 25 versículo 13 no dice: “Agripa, el rey y Berenice” sino, “Agripa el rey
y Berenice”. Pausar donde no debemos cambia por completo el significado. En otros casos,
tendrá que enfatizar las palabras adecuadas para transmitir el significado correcto. ¿Cómo
leería usted Colosenses 1:15 y 16?, veamos:

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación; porque por
medio de él todas las otras cosas fueron creadas”
Como el lector enfatizó la palabra “Dios”, parece que Dios es el primogénito de toda la
creación, cuando en realidad no es así. Démosle otra oportunidad:

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación; porque por
medio de él todas las otras cosas fueron creadas”

Ahora sí, quedó claro que el primogénito de toda la creación es Jesucristo. Tampoco deben
enfatizarse demasiado las palabras de enlace, como las preposiciones y las conjunciones.
Por ejemplo, en Mateo 7:8, en vez de leer “Todo el que pide recibe, y todo el que busca
halla” es mejor enfatizar los verbos para transmitir el significado del versículo: “Todo el que
pide recibe, y todo el que busca halla”. Así es, leer con exactitud no es solo pronunciar bien
las palabras, aunque a veces eso también es un reto. ¿Cómo puede saber cuál es la
pronunciación correcta de una palabra o de un nombre bíblico? Puede escuchar la
grabación si la publicación está disponible en audio, o pedir ayuda a un buen lector.

Leer con exactitud dignifica el mensaje que predicamos, hace que los oyentes se concentren
en el mensaje y no en los errores que cometemos, y sobre todo, da honra a Jehová.
Lección 6. Explicar bien los textos bíblicos. (Juan 10:33-36)

El auditorio debe ver la relación entre el texto que usted va a leer y lo que les quiere
enseñar. Puede conseguirlo si antes de leer el texto dice algo que dirija la atención al
punto principal y luego enfatiza las palabras clave mientras lo lee. Pero en algunas
ocasiones, el auditorio necesita algo más para captar el punto. Por eso, después de leer el
texto, es importante explicarlo bien aunque sea un texto muy conocido. Para explicar bien
un texto bíblico destaque las palabras clave, explique la relación que hay entre esas
palabras y el punto que quiere enseñar, y no complique demasiado la explicación con
detalles innecesarios. A continuación, fíjese en el siguiente orador y trate de identificar qué
cosas hace bien y qué cosas hace mal al explicar un texto bíblico:

“Hoy, muchas religiones bautizan a sus fieles rociándolos con agua, ¿es esa la forma
correcta de hacerlo? Veamos cómo fue bautizado Jesús según Marcos capítulo 1,
versículos 9 y 10; mientras leemos el texto, intenten responder esta pregunta: ¿fue
rociado con agua? „En el transcurso de aquellos días Jesús vino de Nazaret de Galilea y
fue bautizado en el Jordán por Juan. E inmediatamente que subió del agua vio que los
cielos se abrían, y que, como paloma, el espíritu descendía sobre él‟. Otra práctica
común en la cristiandad es el bautismo de niños.”

¡Alto!, el orador ya pasó al siguiente punto. Hizo una buena introducción, leyó con el énfasis
adecuado, pero no hizo nada para explicar el texto. No dio tiempo al auditorio para
reflexionar en el significado de lo que acababa de leer. Démosle otra oportunidad:

“„… E inmediatamente que subió del agua vio que los cielos se abrían, y que, como
paloma, el espíritu descendía sobre él‟. El versículo 10 dice que Jesús “subió” del
agua, eso significa que fue completamente sumergido en el río. Así que el bautismo
de Jesús no fue por aspersión ¿verdad? Como los cristianos nos esforzamos por
seguir el ejemplo de Cristo, ¿no sería más lógico que el bautismo cristiano fuera por
inmersión y no por aspersión? Otra práctica común en la cristiandad es el bautismo
de niños.”
El orador no explicó detalles de esos versículos que no estaban relacionados con el
punto. Por ejemplo, no habló de la parte final del versículo 10 porque no era una idea
relevante.

Tanto al presentar un discurso como al predicar, ayude a sus oyentes a entender la


relación entre el texto bíblico y lo que quiere enseñar.
Lección 7. Usar información exacta y convincente.(Lucas 1:3)

Cuando el apóstol Pablo enseñó en la sinagoga de la ciudad de Tesalónica, fue exacto y


convincente. Hechos 17:2 y 3 dice que “razonó con ellos a partir de las Escrituras,
explicando y probando por referencias que era necesario que el Cristo sufriera y se
levantara de entre los muertos”. Por su modo de enseñar algunos judíos se hicieron
cristianos. ¿Qué le ayudara a usted a ser exacto y convincente al enseñar?... Debe
consultar fuentes confiables, debe usarlas bien y ayudar a sus oyentes a razonar. Imagine
que está dando un discurso sobre los últimos días y que lee la siguiente cita sobre las
enfermedades, tomada de la gran enciclopedia Larousse edición de 1992: “El sida ha
afectado en todo el mundo a más de 20,000,000 de personas que tienen en su sangre
anticuerpos contra el virus aunque no han presentado síntomas”. ¿Es confiable la gran
enciclopedia Larousse? Sí... ¿Está actualizada? No... Al mencionar un hecho científico, una
noticia, una experiencia o cualquier otra información, asegúrese de que la fuente sea
confiable y esté actualizada. Además, procure usarla bien, no exagere los hechos ni las
cifras. También debe explicar los textos bíblicos teniendo en cuenta el contexto, el mensaje
principal de la Biblia y las publicaciones del esclavo fiel y discreto. ¿Puede identificar el
error en la siguiente demostración?:

“Tras la destrucción de Babilonia la Grande, el pueblo de Jehová seguirá viviendo en


paz. ¿Qué sucederá después? En Ezequiel 38 y 39 encontramos una emocionante
profecía sobre Gog de la tierra de Magog.
¿Qué hará Gog de Magog? Leamos Ezequiel 38:11: „tendrás que decir: “Subiré contra
la tierra de abierta región rural. Vendré sobre los que están sin disturbio, que moran en
seguridad, todos ellos morando sin muro, y no tienen siquiera barra y puertas”‟, como
vemos, Gog de Magog, que como sabemos representa a Satanás, atacará al pueblo de
Dios. Este ataque hará que el Señor Soberano Jehová actúe.”

¿Qué opina de lo que dijo este hermano?... ¿armonizaba su explicación sobre Gog de
Magog con las publicaciones más recientes? No. Démosle otra oportunidad:

“„…Vendré sobre los que están sin disturbio, que moran en seguridad, todos ellos
morando sin muro, y no tienen siquiera barra y puertas”‟, sí, Gog de Magog, que
representa una coalición de naciones atacará al pueblo de Dios. Este ataque hará
que el Señor Soberano Jehová actúe.”

Pero, ¿qué debe hacer para razonar con las personas y ser convincente, además de
exacto? Veamos una situación menos formal:

“-Entonces ¿tú que crees?, ¿evolucionamos o fuimos creados?


- Verás… pienso que Dios primero creo organismos simples y que luego evolucionaron
- Eso no tiene sentido. O lo uno, o lo otro. Es más lógico creer en la creación”

¿Cuánto cree que durará la conversación? No podemos imponer nuestra opinión, pero sí
podemos razonar aportando pruebas. Veámoslo de nuevo:

“- Entonces ¿tú que crees?, ¿evolucionamos o fuimos creados?


- Verás… pienso que Dios primero creó organismos simples y que luego evolucionaron
- Eso es interesante. Sin embargo, hay un versículo de la Biblia que nos ayuda a
razonar sobre la complejidad de la vida, está en Hebreos capítulo 3 versículo 4: „Por
supuesto, toda casa es construida por alguien, pero el que ha construido todas las
cosas es Dios‟; nadie diría que un teléfono es fruto de la casualidad ¿verdad?
- Claro que no, es ilógico
- Exacto, los diseños complejos son producto de una mente inteligente”

Cuando alguien le haga una pregunta que usted no sepa responder, diga que lo investigará
y quede en volver. Si usa información confiable para que sus oyentes lleguen a la
conclusión correcta, es posible que decidan andar por el camino de la vida.
Lección 8. Enseñar con ejemplos. (Mateo 13:34, 35)

Los ejemplos son muy útiles para enseñar. Sirven para explicar ideas difíciles, también hacen
pensar y ayudan a vencer prejuicios. Los ejemplos despiertan emociones y motivan a
actuar, también ayudan a recordar. Con razón Jesús usó tantos ejemplos al enseñar. Estas
tres cosas harán que sus ejemplos sean eficaces: Escoger ejemplos sencillos, escogerlos
pensando en sus oyentes y usarlos para enseñar puntos realmente importantes. Escuchemos
el siguiente ejemplo, para ver si es eficaz:

“„Además, el mundo se está yendo y sus deseos también, pero el que hace la
voluntad de Dios vive para siempre‟. Si el mundo se está yendo, y la vida en este
sistema de cosas es temporal, ¿cómo deberíamos usar nuestro tiempo y energías?
Por ejemplo, imagine que va a hacer un crucero de 7 días por el Mediterráneo. Hará
escala en Lisboa, Gibraltar, Barcelona, Montecarlo, Florencia y Roma. Como habrá
tantas actividades en el barco, reserva un camarote interior. Aunque la decoración es
bonita, no está a su gusto. Por ejemplo, no le gusta ni el color de la alfombra ni el
de las paredes, y no habría elegido ni esa colcha ni esas cortinas. Y hay un
refrigerador, pero es pequeño. ¿Haría reformas en la habitación, pondría otra
alfombra, pintaría las paredes, colgaría otras cortinas o compraría un refrigerador
más grande? ¡Claro que no!, solo va a estar unos días. Igualmente, nuestra estancia
en este sistema es temporal. ¿Tiene sentido dedicar tiempo y energías a hacer que
nuestra vida sea lo más cómoda posible?”

Aunque el ejemplo enseñaba una buena lección, ¿podría haber sido más eficaz? ¿Fue
sencillo?, bueno… ¿era necesario que el auditorio supiera dónde sería el crucero, cuánto
duraría o las ciudades donde haría escala? No, esos detalles sólo complicaron el ejemplo. Y
además, ¿tomó en cuenta el orador a sus oyentes? Seguramente muchos no habían ido de
crucero y les resultó difícil imaginarse la situación. Eso quizás hizo que no captaran la lección
del ejemplo y que pusieran más atención en el orador que en el mensaje. ¿Qué ejemplo
podría usar el orador para enseñar mejor la misma lección? Démosle otra oportunidad:

“„Además, el mundo se está yendo y sus deseos también, pero el que hace la
voluntad de Dios vive para siempre‟. Si el mundo se está yendo, y la vida en este
sistema de cosas es temporal, ¿cómo deberíamos usar nuestro tiempo y energías?
Por ejemplo, imagine que va unos días de visita a casa de unos familiares, le preparan
una habitación, pero la cama no es tan cómoda como la suya; casi no hay cuadros en
las paredes, y tampoco hay ventana. ¿Compraría una cama más grande y colgaría
algún cuadro o se pondría a hacer una ventana? ¡Claro que no!, solo va a estar unos
días. Quizás cambie de sitio algún mueble, o algún adorno para hacer más cómoda
su estancia durante esos días, pero no dedicaría mucho dinero y energías a
redecorar toda la habitación. Igualmente, llevamos una vida sencilla durante nuestra
estancia temporal en este viejo sistema y damos prioridad a la obra del Reino”

Jesús usó ejemplos sencillos. Por ejemplo: el Reino de los cielos es como la levadura que
una mujer tomó y mezcló con tres grandes medidas de harina, al final toda la masa
fermentó. Dos frases sencillas sobre cómo hacer pan, algo que todo el mundo conocía. Esa
sencillez hacía que los ejemplos de Jesús llegaran al corazón. Jesús usó los ejemplos para
enseñar ideas principales no ideas secundarias. Así que no use ejemplos para todo, si usa un
ejemplo para enseñar un punto secundario, el auditorio quizás recuerde el ejemplo pero no lo
que les quiso enseñar. ¿Y cómo encontrar buenos ejemplos? Sea observador, fíjese en lo
que le rodea, estudie las publicaciones cristianas y aprenda de los buenos maestros,
algunos de ellos anotan los ejemplos para usarlos después. Si desea enseñar como Jesús,
dé un toque de color a su enseñanza con ejemplos sencillos que motiven a sus oyentes y
enseñen puntos importantes.
Lección 9. Usar bien las ayudas visuales. (Génesis 15:5)

¿Cómo puede enseñar las ideas importantes de forma más impactante? Con ayudas
visuales. Eso fue lo que hizo Jehová cuando habló con Abrahán, según se menciona en
Génesis 15:5. Jehová pidió a Abrahán que saliera y le dijo: “por favor, mira al cielo y cuenta
las estrellas”. Imagínese a Abrahán mirando al cielo en una noche despejada y viendo miles
de estrellas brillar como diamantes. Jehová dejó claro lo que le quería enseñar cuando
dijo: “así llegará a ser tu descendencia”. Abrahán lo entendió, y recordó la promesa de
Jehová el resto de su vida. ¿Cómo usar las ayudas visuales al enseñar?... puede utilizar
fotos, diagramas, mapas, líneas de tiempo o cosas así para destacar, no ideas secundarias,
sino ideas importantes. Y tanto en la predicación como en la congregación, asegúrese de
que sus oyentes puedan captar lo que quiere mostrar. Mientras vemos el siguiente ejemplo,
piense si el hermano usa bien la ayuda visual o, si la usa mal:

“Las personas irritables son como este globo, van sin control. ¿Qué les pasa a esas
personas?... que explotan, y hacen daño a los demás”

¿Usó bien la ayuda visual? Uff, nadie la olvidará, pero por la razón equivocada. El objetivo
al usar las ayudas visuales no es sorprender o entretener al auditorio. Démosle otra
oportunidad y veamos si en esta ocasión la usa bien:

“¿Por qué debemos dedicar tiempo a conocer a nuestros hermanos?... nuestros


hermanos con como esta preciosa roca llamada geoda, si no tomamos en cuenta sus
imperfecciones y nos esforzamos por conocerlos bien podremos descubrir las
hermosas facetas de su personalidad, la persona secreta del corazón”

Sencillo y claro. En nuestras publicaciones también hay ayudas visuales. ¿Cómo podemos
usarlas bien en el ministerio? Veamos a un hermano dando un curso bíblico, ¿usa bien las
ayudas visuales?:

“- ¿Cómo será la vida en el paraíso? Para que se haga una idea de lo que hemos visto
en los párrafos 17 a 23 mire el dibujo de la página 37, ¿bonito verdad? , leamos ahora
el párrafo 24”

El publicador sí hizo referencia a la imagen, pero podía haberla usado mejor. Aunque no es
necesario destacar todos los detalles, sí debemos destacar los aspectos clave de la imagen.
Démosle otra oportunidad:

“- ¿Cómo será la vida en el paraíso? Para que se haga una idea de lo que vamos a ver
en los párrafos 17 a 23 mire el dibujo de la página 37. ¿Qué diferencia hay entre la
imagen y el mundo que nos rodea?
- En la imagen todo el mundo está feliz
- Eso es, toda la tierra será un paraíso. ¿Qué más?, ¿hay alguna persona con lentes o
con un bastón?
- No
- Ya no habrá enfermedades ni muerte. ¿Se ven guerras o delincuencia?, ¿qué
observa en la imagen?
- Parece que todos se llevan bien aunque son de diferentes razas.
Exacto. Y las personas y los animales convivirán en paz. Pero quizás piense „es
demasiado bueno para ser verdad‟, analicemos juntos los versículos bíblicos que
describen lo que vemos aquí. ¿Podría leer el párrafo17?”

En este caso, el publicador usó la imagen como introducción de lo que iban a estudiar.
También podría usarse para repasar los puntos clave. Lo importante es que las personas
recuerden lo que usted les quiere enseñar con la imagen. Quienes dirigen el estudio de “La
Atalaya” y el estudio bíblico de la congregación deben usar bien las ayudas visuales que
aparecen en la lección. Si escoge ayudas visuales que mejoren su enseñanza en vez de
complicarla, honrará a Jehová y logrará que los puntos importantes sean más fáciles de
recordar para sus oyentes.
Lección 10. Modular la voz. (Prov. 8:4, 7)

La voz humana es un instrumento maravilloso, y muy versátil. Al variar el volumen, el tono


y el ritmo para transmitir claramente las ideas y despertar emociones estamos modulando la
voz. ¿Es importante modular al hablar?... es igual de importante que al tocar un instrumento
musical. ¿Cómo sonaría la música sin modulación?... (tocando nota en piano). ¿Bastante
aburrido verdad?, ahora, variemos el volumen… (tocando nota). Ahora variemos también el
ritmo… (tocando nota). Por último, variemos también el tono… (tocando notas con
variación de volumen, ritmo y tono). Cuando el músico varió el volumen, el ritmo y el tono,
daba gusto escuchar la melodía que tocaba. Para ver la importancia de modular la voz al
hablar, veamos como un orador presenta información valiosa, pero modulando poco la voz:

“Tras vagar 40 años por el desierto, los israelitas iban a lograr un hito histórico: tomar
posesión de la tierra prometida, vivirían en casas, no en tiendas; comerían verduras y
carne, no maná; por fin serían un pueblo libre y podrían adorar a Jehová como Él
desea; pero habría dificultades, ¿qué les diría Moisés antes de su muerte para
fortalecerlos y prepararlos? Veámoslo juntos en Deuteronomio 31:7 y 8”

Lo paramos antes de que leyera el texto bíblico y terminara la explicación porque era difícil
ponerle atención. Dejemos que lo haga de nuevo, pero ahora variando el volumen, el tono y el
ritmo:

“Tras vagar 40 años por el desierto, los israelitas iban a lograr un hito histórico: tomar
posesión de la tierra prometida, vivirían en casas, no en tiendas; comerían verduras y
carne, no maná; por fin serían un pueblo libre y podrían adorar a Jehová como Él
desea; pero habría dificultades, ¿qué les diría Moisés antes de su muerte para
fortalecerlos y prepararlos? Veámoslo juntos en Deuteronomio 31:7 y 8: „Entonces
Moisés llamó a Josué y le dijo ante los ojos de todo Israel: “Sé fuerte y valiente,
porque eres tú quien llevará a este pueblo a la tierra que Jehová juró a sus
antepasados que les daría, y tú se la darás como herencia. Jehová es el que va
delante de ti, y él seguirá contigo. No te dejará ni te abandonará. No tengas miedo ni te
aterrorices”‟”
Mucho mejor ¿verdad?, ¿se fijó?, el orador creó expectación antes de leer el texto bajando
el volumen de la voz al preguntar: “¿qué les diría Moisés antes de su muerte para
fortalecerlos y prepararlos?”, luego subió el volumen al leer la exhortación de Moisés. Si
usted se esfuerza por modular la voz al leer y al hablar, transmitirá las ideas con más claridad
y despertará emociones en sus oyentes.
Lección 11. Hablar con entusiasmo. (Romanos 12:11)

¿A usted qué cosas lo entusiasman?... ¿disfruta hablando de su comida favorita?, ¿se


emociona cuando cuenta las ocurrencias de sus hijos o sobrinos? No a todos nos
entusiasman las mismas cosas. Pero, ¿por qué podría alguien, que ama a Jehová y que
está convencido de lo que dice, hablar de ello sin entusiasmo? Porque no basta con
preparar qué decir; hay que preparar el corazón, pensar en los oyentes y hacer que el
mensaje que damos cobre vida. Es importante hacerlo tanto en la congregación como en la
predicación. Mientras observa el siguiente ejemplo, pregúntese, ¿necesita la hermana hablar
sobre el tema con más entusiasmo, o con menos?:

“La vida en el paraíso será maravillosa, vea lo que dice una profecía de la Biblia sobre
las bendiciones que Dios ha prometido, aquí en Isaías 65:21 y 22: „Construirán
casas y vivirán en ellas; plantarán viñas y comerán su fruto. No construirán casas
para que otros vivan en ellas, ni plantarán para que otros coman‟”

¿Qué le pareció?... Cuando hablamos de las bendiciones que el Reino de Dios traerá a la
Tierra, debemos rebosar de entusiasmo, el entusiasmo es contagioso; veámoslo de nuevo:

“La vida en el paraíso será maravillosa, vea lo que dice una profecía de la Biblia sobre las
bendiciones que Dios ha prometido, aquí en Isaías 65:21 y 22: „Construirán casas y vivirán en
ellas; plantarán viñas y comerán su fruto. No construirán casas para que otros vivan en
ellas, ni plantarán para que otros coman. Porque los días de mi pueblo serán como los
días de un árbol, y mis escogidos disfrutarán al máximo del fruto de su trabajo‟”

¡Muy bien!... La hermana habló con el corazón y su mensaje cobró vida, se notaba en su
tono de voz y en su rostro. Claro está, hay que ser equilibrado; podría llegar a cansar a
sus oyentes si habla con demasiado entusiasmo tooodo el tiempo. Para entenderlo, veamos
a un hermano discursando en el Salón del Reino:

“¿Qué sucesos proféticos ocurrirán en el futuro cercano? Primero, se hará una


declaración de paz y seguridad. Luego comenzará la gran tribulación cuando las
naciones destruyan a Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa. Sin
embargo, en armonía con las palabras de Mateo 24:22 el ataque se acortará por
causa de los escogidos, ¿qué sucederá entonces?... Gog de Magog, una coalición de
naciones atacará al pueblo de Dios, y…”

¿Qué le pareció? El orador estaba muuuy entusiasmado, quizás demasiado entusiasmado


para hablar de sucesos tan terribles. Y recuerde, los oyentes se distraerán si hace el mismo
gesto continuamente. Así que haga gestos que tengan sentido y muestre entusiasmo sólo
cuando quiera enseñar puntos importantes y cuando quiera motivar a sus oyentes. Démosle
otra oportunidad al hermano:

“¿Qué sucesos proféticos ocurrirán en el futuro cercano? Primero, se hará una


declaración de paz y seguridad. Luego comenzará la gran tribulación cuando las
naciones destruyan a Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa. Sin
embargo, en armonía con las palabras de Mateo 24:22 el ataque se acortará por
causa de los escogidos, ¿qué sucederá entonces?... Gog de Magog, una coalición de
naciones atacará al pueblo de Dios, pero Jehová rescatará a su pueblo durante el
Armagedón, la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso. Entonces, ¿qué debemos
hacer ahora?”

Romanos 12:11 dice que el espíritu debe llenarnos de fervor. Si usted es entusiasta al dar el
mensaje, animará y motivará a sus oyentes a actuar.
Lección 12. Mostrar amabilidad y empatía.(1 Tesalonicenses 2:7, 8)

El apóstol Pablo les escribió a los cristianos de Tesalónica: “los tratamos con amabilidad, como
cuando una madre amamanta y cuida con ternura a sus hijos. Así que, por el tierno cariño que
les teníamos, estábamos decididos a darles no solo las buenas noticias de Dios, sino también
nuestras vidas, pues llegamos a amarlos mucho”. Pablo los quería, y sus hermanos lo sabían por
la manera en que les hablaba, por eso su enseñanza era tan eficaz. Así que si la gente siente que
usted se interesa por ellos, que no se limita a compartir información o a cumplir con una tarea;
estarán más dispuestos a escuchar y actuar. ¿Cómo puede mostrar verdadera amabilidad y
empatía? Debe pensar en sus oyentes. Por ejemplo, antes de ir a predicar, piense en problemas
específicos que quizás le preocupen a la gente del territorio: ¿en qué cosas creen?, imagine
cómo se sienten. Al preparar un discurso, piense en los problemas por los que están pasando
sus hermanos y en maneras de animarlos. Luego use palabras que animen, consuelen y
fortalezcan a sus oyentes. Nunca hable con desprecio ni de las personas ni de sus creencias.
Cuando hable con los mayores o con las autoridades, diríjase a ellos con respeto. Veamos a un
hermano dando un discurso.
¿Demuestran sus palabras que siente empatía?:

“La teoría de la evolución es muy popular hoy. ¡Pero parece mentira que personas tan
inteligentes crean una teoría tan ilógica! Muchos la creen solo porque la „gente instruida‟ la
cree, incluidos muchos científicos.
¿Cómo podemos ayudarlas a pensar por sí mismas y que vean lo ridícula que
es la evolución?”

Si alguien del auditorio creyera en la evolución, ¿cómo se sentiría? Démosle al discursante otra
oportunidad, ahora lo hará con más empatía:

“La teoría de la evolución es muy popular hoy, pero ¿por qué tanta gente la acepta? A
lo mejor se la enseñaron en la escuela. Quizás nunca les enseñaron otra alternativa.
¿Cómo podemos ayudarlos a analizar los hechos por sí mismos?”

En esta ocasión el orador no ofendió a nadie por sus creencias. Sin embargo, planteó unas
preguntas para hacer pensar al auditorio en otros hechos. ¿Qué más puede mostrar amabilidad y
empatía? El tono. No sólo lo que se dice, sino cómo se dice. Un tono de voz agradable con
gestos y expresiones faciales adecuados muestra interés sincero. Veamos a una hermana
predicando de casa en casa, ¿muestra interés con su forma de hablar?:

“-Lo siento, ahora no tengo tiempo. Mi madre acaba de morir y ahora vamos a organizar los
preparativos del funeral.
-Lo siento, duele mucho perder a un ser querido. Cuando yo perdí a mi madre hace
unos años, leí unos textos de la Biblia que me ayudaron mucho”
Aunque no hubo nada de malo en lo que dijo la hermana, le faltó amabilidad y empatía. Démosle
otra oportunidad:
“-Lo siento, duele mucho perder a un ser querido. Cuando yo perdí a mi mamá hace
unos años, leí unos textos de la Biblia que me ayudaron mucho. Algunos textos están aquí.
Pero, quizás los podamos leer juntas otro día”

La hermana dijo exactamente lo mismo, pero esta vez habló con sentimiento y obtuvo un mejor
resultado. Si usted habla desde el corazón mostrará que se preocupa por los demás, pero
procure no sonar exagerado ni forzado. Cuando lea un texto, trate de transmitir los sentimientos
que se reflejen en él, pero no atraiga la atención hacia usted mismo. Así que: si piensa en sus
oyentes, elige con cuidado sus palabras y muestra interés; animará, consolará y fortalecerá a sus
oyentes.
Lección 13. Resaltar el valor práctico. (Prov. 3:21)

“¡Ahhh, no me interesa!”; ¿alguna vez le han dicho esto en la predicación? Hay personas que
solo quieren que nos marchemos, otras quizás decidan cortar la conversación si no ven que el
tema les beneficia personalmente. Así que debe hablar de un tema que sea práctico para
sus oyentes y decirles cómo les puede ayudar esa información. Por ejemplo: imagine que
ha habido un desastre natural en la zona donde usted predica, ¿cómo podría incluir esta
noticia en la conversación?... veamos un ejemplo:

“-Hola, buenos días. Me alegro de que su vecindario no se viera tan afectado por las
fuertes lluvias y las inundaciones.
-Sí, aquí no estuvo tan mal, aunque se cayeron algunos árboles
detrás de la casa.
-Bueno, no queremos quitarle mucho tiempo; hoy venimos a hablarle de la
esperanza de la resurrección, ¿volveremos a ver a quienes han muerto?
-Gracias, pero no me interesa”

Pero, ¿qué pasó?... ¿cree que el publicador logró que la persona viera el valor práctico de
la información? El publicador mencionó la tormenta, pero no llegó a ponerse en el lugar de
la persona y, cuando la persona expresó lo que sentía, no adaptó la conversación a sus
necesidades. Claro, todas las buenas noticias del Reino son importantes, pero algunas
pueden atraer más a ciertas personas en ciertos momentos de su vida. Es más, si no toma
en cuenta lo que preocupa a la gente podría parecer mal educado o grosero. En el ejemplo
que acabamos de ver, ¿qué relato bíblico podría haber captado la atención de la persona?...
volvamos a verlo:

“-Siento mucho que algunas personas perdieran su casa por culpa de las
inundaciones.
-Yo también, hemos estado ayudando a un familiar a recuperar algunas de sus cosas,
menos mal que no hubo heridos.
-Cierto, menos mal. Es bonito ver cómo los vecinos se ayudan unos a otros, ¿sabía
usted que la Biblia promete que llegará el día en que dejaremos de sufrir por culpa de
los desastres naturales?
-¿Si, en serio?
-Bueno, piense por ejemplo en lo que hizo Jesús cuando estuvo en la tierra, mire lo
que dice Marcos 4:39 „Entonces él se levantó, reprendió al viento y le dijo al mar:
“¡Silencio! ¡Cállate!”. El viento se calmó…‟”

El publicador usó un tema de interés local y un texto relacionado con lo que le


preocupaba a la persona. También puede resaltar el valor prácticode la información al
discursar. Ahora bien, al decirle a un auditorio qué debe hacer, no haga que se sientan
culpables; fortalezca su amor y su fe, que se note que confía en que harán lo correcto.
Cuando prepare un discurso, tome en cuenta las necesidades de los más nuevos,
pregúntese:
¿cómo puedo ayudar a mi auditorio a acercarse a Jehová y a vencer obstáculos que
podrían impedir su progreso?...veamos un fragmento de una conferencia pública:

“Hebreos 10: 24 y 25 dice:„Y estemos pendientes unos de otros para motivarnos a


mostrar amor y a hacer buenas obras, sin dejar de reunirnos, como algunos tienen
por costumbre. Más bien, animémonos unos a otros, sobre todo al ver que el día se
acerca‟. Si usted tiene la costumbre de faltar a las reuniones cristianas, muy mal
hecho. Jehová sabe cuándo asiste y cuándo no. El Armagedón ya viene y no querrá
perderse la vida eterna, ¿verdad?”

¿Fue animador?, ¿cómo cree que se sintieron quienes asistieron a la reunión por primera
vez? El orador le dijo claramente al auditorio lo que tenía que hacer, pero ¿qué podía haber
dicho para motivarlos?

“Hebreos 10: 24 y 25 dice: „Y estemos pendientes unos de otros para motivarnos a


mostrar amor y a hacer buenas obras, sin dejar de reunirnos, como algunos
tienen por costumbre. Más bien, animémonos unos a otros, sobre todo al ver que
el día se acerca‟. Estos versículos dan importantes razones para asistir a las
reuniones siempre. Por ejemplo: recibimos ánimo, todos lo necesitamos; y es así sobre
todo, porque vivimos tiempos críticos y el día de Jehová se acerca. Además, las
reuniones nos dan la oportunidad de motivar a otros a mostrar amor y a hacer buenas
obras. Así es, que usted esté aquí hoy es animador, ¿por qué?, porque está
demostrando que aunque tiene otras muchas cosas que hacer, para usted no hay
nada más importante que alabar y honrar a Jehová aquí en la congregación. Solo
verlo aquí, sentado, ya nos fortalece”

Si usted logra resaltar el valor práctico de la información, sus oyentes verán cómo les
beneficia el tema personalmente y los motivará a tomar acción.
Lección 14. Destacar los puntos principales. (Hebreos 8:1)

En Hebreos 8:1 el apóstol Pablo escribió: “El punto principal de lo que estamos diciendo
es este:”. Cuando enseñamos, queremos destacar los puntos principales, ¿por qué?... ¿qué
es más fácil escuchar?, ¿un discurso con un montón de datos sin conexión aparente o un
discurso bien organizado en el que se conectan los puntos principales con el tema? Cuando
destacamos los puntos principales, el auditorio puede seguir lo que decimos, comprenderlo y
recordarlo fácilmente. ¿Cómo logrará que los puntos principales destaquen? Primero, piense
en el objetivo de su discurso y en lo que quiere lograr. Si no sabe cuál es su objetivo, los
demás tampoco.
¿Quiere informar, convencer, animar, motivar, u otra cosa? Por ejemplo digamos que usted
quiere hablar de la resurrección. Si está hablando con una familia cristiana que ha perdido
a un ser querido, seguramente su objetivo será animar y consolar. Ahora bien, si está
hablando de la resurrección con familiares no testigos que han cuestionado lo que cree, su
objetivo será convencerlos. En cada caso, los puntos principales serán diferentes, porque el
objetivo es diferente. Así que al prepararse elija solo los puntos que le ayuden a lograr su
objetivo y que pueda presentar en el tiempo que tiene asignado. Después, presente los puntos
en orden lógico. Pregúntese, ¿qué objeciones o preguntas sobre el tema pueden tener
quienes me escuchan?, ¿en qué orden lógico plantearían esas objeciones o preguntas?
Pero a menudo recibimos un bosquejo con un tema, y los puntos principales ya están
elegidos y colocados en cierto orden. En ese caso, estudie el bosquejo para tener muy
claro cuál es el objetivo y cómo los puntos principales le ayudarán a conseguir su objetivo.
Durante su discurso es importante que el auditorio no pierda de vista el tema; por eso a lo
largo de todo el discurso repita las palabras clave del tema o use sinónimos. El auditorio
solo recordará unos cuantos puntos, así que no incluya muchos. Y si presenta un
discurso largo, céntrese en unos pocos puntos y explíquelos bien. Cuando incluya puntos
secundarios, explique la relación con el punto principal; no añada ideas sólo porque son
interesantes. Para destacar cada punto principal, repítalo en una o dos frases y entonces pase
al siguiente punto. O puede destacar todos en la introducción y mencionarlos otra vez en la
conclusión. Cuando termine, el auditorio debería recordar esos puntos. Veamos a un
hermano que está presentando un discurso. Trate de averiguar cuál es el punto principal y
cuál es el tema:
“Leamos Proverbios 28:1. Aquí se compara a los justos con un animal muy
imponente: „Los malvados huyen cuando nadie los persigue, pero los justos se
sienten tan confiados como un león‟. Usted y yo podemos ser como un león.
Imagínese, los escritores bíblicos conocían a los leones porque había muchos en
Israel, aunque ahora ya han desaparecido. El rugido de un león se puede oír desde
muy lejos, corre a 64 kilómetros o 40 millas por hora. Son tan fuertes, que un simple
zarpazo es suficiente para romperle el cuello a un pequeño antílope. Según la obra
“Perspicacia”, el león es un símbolo apropiado de valor y justicia. Por eso a Jesús se
le llama „el león de la tribu de Judá‟.”

¿Pudo averiguar cuál es el tema del discurso?, ¿se trata de leones, de Jesús, de los justos?
En realidad se titula: “Jehová nos ayuda a ser decididos”. ¿Cuál es el punto principal que
trata de resaltar el orador?: Jehová es la fuente del verdadero valor. Démosle otra
oportunidad. Ahora, fíjese en cómo resalta el tema y el punto principal:

“Leamos Proverbios 28:1. Mientras lo leemos, piense en esta pregunta: ¿Qué


personas sí pueden sentirse confiadas? „Los malvados huyen cuando nadie los
persigue, pero los justos se sienten tan confiados como un león‟. Entonces,
¿quiénes se sienten confiados?: los justos. Y ¿quiénes son los justos?: los que
tienen fe en el rescate y se esfuerzan por obedecer a Jehová. El punto es este: el
valor no depende de las capacidades, la educación, o las riquezas. La base del
verdadero valor es nuestra amistad con Jehová. Cuando vayamos a predicar no
tengamos miedo, estamos obedeciendo a Jehová y por eso está con nosotros.
Recordarlo nos ayudará a predicar con valor.”

Esta vez el orador introdujo el texto dirigiendo la atención al punto principal. Evitó llenar
su discurso con detalles que no apoyaban esa idea, se aseguró de que todos entendieran
el punto al decirles, “el punto es este”, luego lo relacionó con el tema. Ya sea en un
discurso o predicando, enseñemos de manera sencilla y clara. Si nos centramos sólo en
unos pocos puntos principales y tenemos en cuenta el objetivo y el tema, lo que decimos será
más fácil de seguir y difícil de olvidar.
Lección 15. Hablar con convicción. (1 Tesalonicenses 1:5)

¿Por qué debemos hablar con convicción? Porque nuestra convicción puede transmitir con
más fuerza que las palabras cómo nos sentimos sobre lo que decimos. En 1 a los
Tesalonicenses 1: 5 el apóstol Pablo dijo: “las buenas noticias[…] no les llegaron solo con
palabras, sino también[…] con fuerte convicción”. Así que ¿cómo puede demostrar que está
convencido de que las buenas noticias del reino son el mensaje más valioso que tiene?
Primero, prepárese muy bien, es decir, convénzase del gran valor del mensaje que lleva;
segundo, use palabras que transmitan convicción; por último, hable con sinceridad y desde el
corazón. Por ejemplo, ¿cómo se expresaría en un discurso que habla de la resurrección?
Veamos un ejemplo:

“Jesús resucitó a Lázaro, ¿cómo puede ayudarnos este relato? Bueno, si alguien a
quien queremos muere, podemos confiar en la resurrección.”

Lo que dijo está bien; pero,¿se expresó con convicción?...para nada. Podemos aprender a
expresarnos con convicción si analizamos cómo hablan Jesús y Marta en este relato. En
Juan 11:23 Jesús dijo lo siguiente: “Tu hermano se levantará”; con estas palabras Jesús
demostró total convicción. Y el versículo 24 nos muestra lo que Marta respondió: “sé que
se levantará en la resurrección, en el último día”; Marta también habló con mucha
convicción. Démosle al hermano otra oportunidad:

“Jesús resucitó a Lázaro, ¿cómo puede ayudarnos este relato? Bueno, cuando
alguien querido muere sabemos que lo volveremos a ver, es tan seguro que resucitará
como que mañana saldrá el sol. Jehová volverá a darle la vida en el paraíso.”

¡Qué diferencia!... El hermano no solo habló de todo corazón, también usó palabras que
demostraron que creía firmemente en la resurrección. ¿Podemos demostrar esa convicción
al predicar?, Sí. Esto es muy importante cuando se nos pone a prueba. Imagine que un
maestro o un compañero de escuela o de trabajo se sorprende al enterarse de que no irá a
cierta celebración, ¿qué haría?:
“-Entonces nos vemos en la fiesta de navidad ¿verdad?
-Ummm, n…no creo que vaya a ir
-Pero, ¿qué dices?, si todo el mundo va a estar allí
-Estaré ocupada, además, estaría incómoda porque n…no celebro la
navidad

La hermana no estaba lista para enfrentarse a una situación común en esa época del
año. Si se hubiera preparado habría respondido con convicción, veamos:

“-Entonces nos vemos en la fiesta de navidad ¿verdad?


-Ay, gracias por invitarme pero no iré
-Pero ¿qué dices?, si todo el mundo va a estar allí
-Yo he decidido no celebrar la navidad
-¿De verdad?, ¿por qué?
-Soy testigo de Jehová y en la Biblia he aprendido que Jesús no
nació en diciembre y que la navidad tiene tradiciones que no son
bíblicas. Si tienes un ratito me gustaría mostrarte una página que
explica el origen de algunas costumbres navideñas
-
Claro

Como la hermana habló con convicción logró despertar la curiosidad de su compañera. Ahora
bien, expresarse con convicción no debe confundirse con ser tajante, brusco o arrogante. Al
dirigirnos a la gente con cariño y con convicción haremos que más personas escuchen las
buenas noticias de la palabra de Dios.
Lección 16. Ser edificante y positivo. (Job 16:5)

Cuando Job estaba en el peor momento de su vida, tres conocidos suyos fueron a consolarlo,
¡pero fue todo un desastre! ¿Y si la situación hubiera sido al revés? ¿Qué habría hecho Job?
Él dijo lo que está en Job 16:5, “les daría fuerzas con las palabras de mi boca, y el consuelo
de mis labios los aliviaría”. Hoy más que nunca la gente necesita ánimo y consuelo. Así que
esfuércese por ser más edificante y positivo. ¿Cómo puede hacerlo? Tenga la costumbre de
pensar bien de sus oyentes. No sea negativo y use bien la palabra de Dios. ¿Por qué es
bueno que piense bien de sus oyentes? Porque eso se notará en su forma de enseñar.
Veamos la presentación de unas necesidades de congregación tituladas: “Tenga la
costumbre de ser puntual”. ¿Qué cree que piense el orador de los hermanos?:

“Los ancianos han escogido este tema, porque parece que muchos de ustedes no
entienden que hay que ser puntuales, y por costumbre llegan tarde a las reuniones.
Respondamos ahora estas preguntas.
¿Por qué llegar tarde es una falta de aprecio por lo que Jehová nos da? ¿Y por qué
llegar siempre tarde, es una falta de respeto a los demás?”

El orador parecía estar enojado ¿verdad?... como no pensaba muy bien de sus oyentes, se
puso a criticarlos en vez de a edificarlos. Hablar de esa manera, no anima a nadie. Démosle
otra oportunidad, ahora al pensar bien de sus oyentes, enseñará mejor:

“Los ancianos queremos felicitarlos porque se esfuerzan por ser puntuales. El tema,
“Tenga la costumbre de ser puntual”, se escogió porque todos estamos muy ocupados
y se nos hace difícil llegar a tiempo a las reuniones. Esta noche, contestaremos estas
preguntas: ¿por qué es tan importante ser puntual? y, ¿qué buenas sugerencias nos
ayudarán a llegar a la reunión a tiempo?”

¿Se dio cuenta de que primero felicitó a la congregación? El hermano confiaba en que sus
oyentes querían llegar a tiempo y agradar a Jehová. Así que fue positivo. Se centró en cómo
ser puntuales, en vez de decirles que no llegaran tarde. Su discurso fue edificante. Pensar
bien de los oyentes también es importante cuando vamos a predicar. Si piensa que detrás
de cada puerta puede haber un futuro hermano, predicará con más entusiasmo. Para ser
edificante y positivo, no hable demasiado de cosas negativas. Claro, la vida en este
sistema tiene cosas muy negativas que no podemos ignorar. Sin embargo al enseñar, debe
incluir información negativa sólo cuando sea realmente necesario. Por ejemplo, al empezar
un discurso, tal vez tenga que hablar del fracaso de los gobiernos, del aumento de la
violencia, o de la inmoralidad en el mundo. Pero si hablamos demasiado de estas cosas, los
oyentes acabarán deprimidos. El enfoque general del discurso debe ser positivo. Cuando
predicamos, solemos empezar la conversación hablando de un problema que le preocupa a
la gente del territorio. Sin embargo, visitamos a la gente para hablar de las buenas
noticias del Reino. Así que sin demorarlo demasiado, dirija la atención a las enseñanzas
positivas de la Biblia. Veamos qué tal lo hace una publicadora en esta demostración:

“-Queremos ayudar a la gente a reducir su estrés, ¿piensa que las personas


están más estresadas hoy que hace unos años?
-Jmmm, claro que están estresadas
-Hay más delitos y la gente tiene miedo, cada vez cuesta más ganarse la vida
y además vivimos bajo una amenaza nuclear.
-No me interesa

La conversación terminó porque la publicadora pasó demasiado tiempo hablando de cosas


negativas. Démosle otra oportunidad:

“-Queremos ayudar a la gente a reducir su estrés, ¿piensa que las personas están
más estresadas hoy que hace unos años?
- Jmmm, claro que están estresadas
- A muchos les han ayudado los consejos que da la Biblia para reducir el estrés. Le
mostraré uno, está en Mateo 6:34”

Mucho mejor. En vez de hablar de problemas, la publicadora se centró en enseñar algo


positivo. La mejor manera de ser edificantes y positivos, es basar nuestra enseñanza en la
Biblia. Por eso úsela para responder preguntas y al presentar un discurso, enseñe con la
Biblia. Al enseñar concéntrese en hablar de la solución a los problemas y en darle esperanza a
la gente. De ese modo, será edificante y positivo.
Lección 17. Hablar con sencillez. (1 Corintios 14:9)

¿Por qué es tan importante que sus oyentes entiendan lo que usted les dice? El apóstol
Pablo habló de este tema en Primera a los Corintios 14:9: “A menos que con la boca
ustedes pronuncien palabras fáciles de entender, ¿cómo sabrá alguien lo que están
diciendo? Será como si estuvieran hablándole al aire”. Es decir, estaríamos perdiendo el
tiempo. Entonces, ¿qué puede hacer usted para hablar con sencillez? Hay que entender bien
el tema, use frases sencillas y explique las palabras poco conocidas. En la siguiente
escenificación identifique las palabras que son comunes para los Testigos de Jehová pero no
para las personas en general:

“-Tome esta invitación para nuestra asamblea regional, es un evento que el esclavo
fiel y prudente organiza todos los años; es como la de circuito pero más grande. Nos
encanta ir, podemos sentir el espíritu de Dios, nos ayuda a servir mejor a Jehová y
recibimos la mejor educación teocrática
-Ehhh, ya, está bien, eso no es para mí
-Ahhh, ok… quizás la próxima”

¿Cree que la persona entendió expresiones como “asamblea regional”, “esclavo fiel y
prudente”, “asamblea de circuito”, “espíritu de Dios” o incluso “Jehová” y “educación
teocrática”? ¡Yo no lo creo! Vamos a darle otra oportunidad:

“-Quiero darle esta invitación para un evento especial que se hará el próximo mes. Será
en el Centro de Convenciones. Todos los vecinos están invitados y la entrada es
gratis. Será interesante, habrá conferencias, entrevistas y videos. También habrá una
película sobre la vida de…”

Esta vez el publicador fue sencillo y despertó la curiosidad del señor. ¿Qué puede hacer
cuando tenga una asignación en la reunión? Piense en su auditorio de antemano. Si tiene una
asignación estudiantil en la reunión, utilice expresiones que no sean raras para la gente. Si va
a dar un discurso público, que no suene a necesidades de la congregación. Veamos un
ejemplo, ¿qué tipo de discurso está dando el hermano, uno público o unas necesidades?:

“„Y las buenas noticias del Reino se predicarán en toda la tierra habitada para
testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin‟. Hermanos, ¿qué sienten
ustedes al leer este texto? Todos debemos preguntarnos ¿estoy haciendo todo lo que
está a mi alcance para predicar?, ¿podría hacer ajustes en mi vida para ser
precursor auxiliar o incluso regular?, ¿predico con un sentido de urgencia?, ¿me
esfuerzo al máximo por hacer revisitas y dar clases de la Biblia? ”

¿Notó que eran las necesidades de la congregación?, ¿cómo lo supo? El orador uso
expresiones que no son comunes para quienes no son Testigos: “hermanos”, “precursor
auxiliar”, “precursor regular” y “revisitas”. Ahora, ¿cómo usaría Mateo 24:14 en un auditorio
donde no todos son Testigos? Veámoslo:

““„Y las buenas noticias del Reino se predicarán en toda la tierra habitada para
testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin‟. Haremos el bien a todos si
les hablamos del Reino de Dios. Aún si no llevamos mucho tiempo estudiando la
Biblia, podemos contarles a amigos y parientes lo que hemos aprendido. Así, quizás
hasta los ayudemos a conseguir vida eterna. Estén seguros de que Jehová Dios
recompensará a todos por hacer cosas buenas por otros”

Si ayudamos a los demás a que entiendan lo que les decimos, será más fácil que nos
escuchen, y entenderán lo que Dios quiere que hagan.
Lección 18: Cómo presentar información instructiva. (1 Corintios 9:19-23)

El apóstol Pablo siempre presentó la información de manera instructiva, por ejemplo, no le dijo
lo mismo a los judíos en Jerusalén que a los griegos en Atenas.
En primera a los Corintios capítulo 9 escribió: “Con los judíos me hice como judío para
ganarme a los judíos (...) Con los que están sin ley me hice como sin ley (…) He llegado a ser
de todo con gente de todo tipo para salvar por todos los medios posibles a algunos. Pero hago
todas las cosas por las buenas noticias”. (1 Corintios 9:20-23)
¿Cómo haremos para que nuestra enseñanza sea instructiva para los demás?
Primero, tenga en cuenta lo que sus oyentes ya saben, por ejemplo, si se dirige a una
congregación de cristianos maduros, no se centre en enseñanzas bíblicas básicas que sus
oyentes ya saben, mejor ayúdeles a ver el tema desde otra perspectiva. Vea el siguiente
ejemplo, ¿le parece que este discurso es instructivo?:
“En Juan 13:35, Jesús explicó cómo identificaríamos a sus seguidores, él dijo: “De este
modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos si se tienen amor unos a otros”. La
expresión “unos a otros”, nos muestra que todos los cristianos verdaderos estarían
juntos, en un grupo u organización.
Esta organización se identificaría por el amor que sus miembros se tendrían entre sí.
¿Verdad que es común que en una guerra, gente de la misma religión, pero de países
enemigos, se mate entre sí? ¿Hay alguna religión en la que la gente vea a todos sus
miembros, sean de otras zonas, ciudades o países como sus hermanos?”
¿Fue instructivo?
Si el orador no le estuviera hablando a hermanos, sino a no testigos, entonces sí, fue
instructivo, pero imagine que le está hablando a cristianos maduros, si pasará demasiado
tiempo hablando de enseñanzas básicas que los demás ya conocen, el auditorio perdería
interés. ¿Cómo podría analizar el mismo texto Juan 13:35 de un modo que sea instructivo para
los hermanos?
“Aquí, Jesús dijo que el amor identificaría a sus verdaderos discípulos, ¿recuerdan en
qué contexto Jesús dijo las palabras del capítulo 13 de Juan? Jesús acababa de
establecer la cena del señor, sabía que quedaba poco tiempo para que lo arrestaran y
ejecutaran, seguro que le preocupaba mucho mantenerse íntegro, pero para él era tan
importante que sus discípulos se amaran entre sí, que habló de ese tema en ese
momento, todavía no lo sabían pero… ese unos a otros muy pronto incluiría no solo a
judíos, sino también a samaritanos y gentiles. ¿Qué obstáculos tendrían que superar los
cristianos del primer siglo? ¿Cómo nos ayuda su ejemplo?”
Aunque el orador estaba hablando de una enseñanza muy conocida, logró que sus oyentes
aprendieran algo nuevo al incluir detalles históricos que quizás ellos no conocían o no
recordaban, le dio un nuevo enfoque.
¿Cuándo enseñemos verdades de la Biblia muy conocidas, cómo podríamos darles un nuevo
enfoque? Piense en el tema y luego investíguelo. Mientras se prepara hágase estas
preguntas ¿quién? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Y ¿cómo? Luego puede contestar
esas preguntas a la hora de enseñar, quizás puede incluir datos menos conocidos o
información actual.
Sin embargo, no basta con simplemente presentar información interesante y poco conocida,
también debe explicar cómo esa información puede ayudar a quien lo escucha, así que deberá
ser específico.
Puede pensar en situaciones reales y luego explicar cómo poner en práctica la información,
vea cómo lo hace un publicador durante un curso bíblico al analizar la fotografía que aparece
en la página 219 del libro “Continúe”.
Publicador: Mira la fotografía de la página 219, ¿qué dice ahí?
Estudiante: Confíe en Jehová cuando esté enfermo.
Publicador: Sí, “confíe en Jehová” ¿qué significa?
Imagina que te diagnostican una enfermedad grave ¿cómo demostrarías que confías en
Jehová?
Estudiante: Bueno… el libro dice que algunos tratamientos tienen que ver con el
demonismo, incluso si estuviera muy desesperado no los aceptaría.
Publicador: Bien, ¿qué más podemos hacer para demostrar que confiamos en Jehová?
Estudiante: Orar.
Publicador: Sí, eso es muy importante ¿cómo te ayudaría la oración si estuvieras
enfermo?
El hermano se basó en una frase general, “Confíe en Jehová cuando esté enfermo”, y le ayudó
al estudiante a ver cómo aplicarla.
Si presentamos la información de manera instructiva a nuestros oyentes, los ayudaremos a
pensar y aprenderán algo valioso.
Lección 19: Cómo llegar al corazón. (Proverbios 3:1)

Jesús era un maestro que llegaba al corazón. Lucas 24:32 nos explica cómo reaccionaban
algunos de sus discípulos cuando lo escuchaban. “¿Acaso no nos ardía dentro el corazón
cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos explicaba claramente las Escrituras?”.
Al enseñar, ¿cómo puede usted llegar al corazón? Haga esto: primero, use preguntas retóricas
para ayudar a la persona pensar, segundo, anímela a pensar por qué realiza buenas obras,
y tercero destaque cómo los principios y los mandatos de la biblia reflejan las cualidades de
Dios y su amor por nosotros. Vea el siguiente ejemplo. ¿Ayuda el orador a que los presentes
se hagan un auto examen?
— ¿Qué deben hacer ustedes para obtener vida eterna? en Mateo 19:21 Jesús le dijo al
joven rico, “Ve a vender lo que tienes y dales el dinero a los pobres; así tendrás un
tesoro en el cielo. Luego ven y sé mi seguidor”. Está claro que deben arrancar de su
vida cualquier cosa que les impida adorar a Jehová.
¿Fue correcto lo que se dijo? Sí. ¿Le llegaron sus palabras al corazón? Probablemente no.
Aunque el orador nos dijo lo que teníamos que hacer, no nos ayudó a que examináramos
nuestros motivos. Démosle otra oportunidad.
— ¿Qué podemos hacer para obtener vida eterna? En Mateo 19:21 Jesús tenemos la
respuesta que Jesús le dio al joven rico, “Ve a vender lo que tienes y dales el dinero a
los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sé mi seguidor”. Aunque este
hombre había obedecido la ley mosaica desde joven, Jesús se dio cuenta de que le
faltaba algo. Cada uno de nosotros podría preguntarse ¿qué vería Jesús en mí? Aunque
Jehová no espera que regale todo lo que tengo, ¿hay algo que no me permite servir bien
a Dios? ¿Acaso mi trabajo no me permite llegar bien a las reuniones? ¿Pienso en cosas
materiales cuando estoy en la reunión o predicando? Las cosas materiales pueden ser
valiosas, pero, ¿valen más que la vida eterna?

Muy bien, las preguntas retóricas nos pusieron a pensar. Además, en lugar de hablarles solo
de “ustedes” el orador mostró respeto a sus oyentes al incluirse como si también necesitara el
consejo de la biblia. Para llegar al corazón ayude a los demás a tener la motivación correcta.
Es decir, ayude a sus oyentes a actuar por amor a Jehová, al prójimo y a las enseñanzas
bíblicas. ¿Logra hacer eso nuestro hermano en la siguiente demostración?
— La pregunta es: ¿Qué malos hábitos debemos evitar?
— No, debemos fumar, beber en exceso, ni drogarnos.
— Es verdad. Pero veo que todavía sigues fumando. Así que, ¿qué tienes que hacer?
— Sé que tengo que dejarlo pero no es fácil.
— A ver llevamos estudiando más de un año, ¿cuánto tiempo necesitas?, ¿cuánto
tiempo crees que falta para que venga el fin?
¿Lo ayudó a tener una buena motivación? No, en realidad presionó y avergonzó al estudiante.
Vamos a ver una mejor forma de motivarlo.
— La pregunta es: ¿Qué malos hábitos debemos evitar?
— No debemos fumar, beber en exceso, ni drogarnos.
— Eso es. Claro, no siempre es fácil dejar los malos hábitos. Pero, ¿qué poderosa razón
puede motivarnos?
— Bueno, tengo que dejar de fumar para no ser destruido en Armagedón.
— De hecho, hay una razón más importante. ¿Por qué te levantas todos los días
temprano para ir a trabajar?
— Para mantener a mi familia y lo hago porque los quiero.
— Exacto, del mismo modo amar profundamente a Jehová te ayudará a dejar los malos
hábitos y a agradarle. ¿Y cómo te ayudará Jehová a ganar la batalla y dejar de fumar?
— ¿Con espíritu santo?
— Sí, cada vez que necesites fumar, puedes pedirle a Jehová que te ayude a no
hacerlo. Veamos ahora cinco principios de la biblia que también te ayudarán.
El maestro lo ayudó a tener la motivación correcta y pensar en qué cosas podría hacer para
agradar a Jehová. Cuando nos esforzamos por llegar al corazón de las personas las ayudamos
a actuar por la mejor razón de todas, el amor a Dios. El amor a Jehová motivará a los demás
acercarse a él y ser sus amigos, los motivará a que lo adoren no sólo ahora, sino por toda la
eternidad.
Lección 20: Cómo hacer una buena conclusión. (Eclesiastés 12:13, 14)

Hacia el final de su vida, Josué reunió a todas las tribus de Israel y se despidió de ellos;
entonces, les recordó cómo Jehová los había protegido.
Encontramos su conmovedora conclusión en Josué 24:14 y 15 “Por eso, teman a Jehová y
sírvanle con integridad y fidelidad, quiten los dioses a los que sirvieron sus antepasados al otro
lado del Río y en Egipto, y sirvan a Jehová. Ahora, si no les parece bien servir a Jehová, elijan
hoy a quién van a servir: a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río o
de los dioses de los amorreos, de quienes es la tierra donde ustedes viven. Pero los de mi casa
y yo, nosotros serviremos a Jehová”.
¿Logró motivar al pueblo?
El versículo 16 dice: “Ante eso, el pueblo respondió: 'Jamás se nos ocurriría dejar a Jehová y
servir a otros dioses'”.
El versículo 31 agrega: “Israel sirvió a Jehová durante todos los días de Josué y todos los días
de los ancianos que siguieron viviendo después de Josué”.
Este relato es un buen ejemplo de cómo hacer una buena conclusión; sus palabras finales
deben relacionarse con el tema principal, motivar a sus oyentes, y deben ser sencillas y breves.
Veamos ahora la conclusión de un discurso público:
“Así que en estos tiempos críticos, sigamos los consejos de este discurso, porque con la
ayuda de Jehová, podemos afrontar todos los problemas, y cuando él acabe con este
mundo malvado, viviremos felices en un paraíso”.
¿Qué opina?
¿Cree que el orador relacionó la conclusión con el tema principal?
¿Puede decir de qué trata el discurso solo oyendo la conclusión?
Y aunque se esforzó por motivar a sus oyentes ¿dijo algo en concreto?
¿Se notaba que estaba concluyendo?
Démosle otra oportunidad:
“Hermanos, aunque vivimos en tiempos de angustia, siempre recordemos cómo nos
ayuda Jehová, él nos da su espíritu santo, nos ayuda a través de nuestros queridos
hermanos, y nos da una esperanza. Entonces, cuando afrontemos pruebas, arrojemos
nuestra carga sobre Jehová y él nos sostendrá”.
Esta vez, el orador hizo referencia al título “¿A quién podemos acudir en tiempos de angustia?”,
también repitió los tres puntos principales del discurso, motivó a sus oyentes al recordarles lo
que tienen que hacer para que Jehová los ayude, su conclusión fue sencilla y breve.
¿Cómo podemos poner en práctica esto cuando predicamos?
Ahora veremos a un hermano llamado Aarón, hablando con su compañero de trabajo llamado
Marcos, a quien se le murió su abuelo hace poco; Aarón aprovecha para predicarle a su
compañero, le habla de la resurrección y le muestra en la Biblia Juan 5:28 y 29.
Ahora veamos cómo Aarón termina la conversación con su compañero:
Aarón: Aquí Jesús promete resucitar a los que han muerto.
Marcos: Qué bien.
Aarón: Ah, bueno, volvamos al trabajo.
No lo hizo muy bien ¿verdad? Démosle otra oportunidad:
Aarón: Aquí Jesús promete que resucitará a quienes han muerto
Marcos: Qué bien.
Aarón: Entonces, ¿qué sucederá con tu abuelo?
En su conclusión Aarón relacionó el tema de conversación con la muerte del abuelo de Marcos.
Una buena conclusión debe motivar a los oyentes, es decir, debe mostrarles qué hacer y por
qué es importante que lo hagan. Veamos qué hace ahora Aarón:
Aarón: Así qué, Marcos, cuando te sientas muy triste por la muerte de tu abuelo,
recuerda que la muerte no es el fin de todo. ¿Te imaginas volver a ver a tu abuelo? Esta
esperanza a mí me ayuda mucho.
Marcos: Muchas gracias.
Aarón: Por nada; quizás otro día te pueda enseñar lo que dijo Jesús sobre…
¡Así se hace! Después de repetir el punto principal a Marcos, Aarón lo motivó a que pensara en
la resurrección cuando se sintiera triste. Aarón pudo ofrecerle a Marcos un curso de la Biblia,
invitarlo a las reuniones o motivarlo a hacer otra cosa. Si hace una buena conclusión, sus
oyentes recordaran el tema y los puntos principales y querrán poner en práctica lo que
aprendieron.
MI PROGRESO
F E C HA S

1 Hacer una buena introducción

2 Hablar con naturalidad

3 Hacer preguntas

4 Introducir bien los textos bíblicos

5 Leer con exactitud

6 Explicar bien los textos bíblicos

7 Usar información exacta y convincente

8 Enseñar con ejemplos

9 Usar bien las ayudas visuales

10 Modular la voz

11 Hablar con entusiasmo

12 Mostrar amabilidad y empatía

13 Resaltar el valor práctico

14 Destacar los puntos principales

15 Hablar con convicción

16 Ser edificante y positivo

17 Hablar con sencillez

18 Presentar información instructiva

19 Llegar al corazón

20 Hacer una buena conclusión

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