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Nakamura. El Problema Del Individualismo en Oriente

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EL PROBLEMA DEL

INDIVIDUALISMO EN ORIENTE
HAJIME N A K A M U R A
U n i v e r s i d a d de T o k i o

I. Introducción
S E DICE a menudo que el individualismo es privativo de Occi-
dente y que los orientales tienden a menospreciarlo. Refirién-
dose a esto dice el profesor Hsu (Northwestern University,
U S A ) : " E n m i opinión, son dos, básicamente, los principios
que rigen las diferencias culturales entre Oriente y Occidente,
y ambos se oponen claramente. Considero que, si vemos la
cultura de Occidente como centrada en el i n d i v i d u a l i s m o o
la c o n f i a n z a en sí m i s m o , y la oponemos al sítuacionalismo
o a la dependencia m u t u a de Oriente, nos acercaremos a la raíz
de las diferencias. . . E l i n d i v i d u a l i s m o y la c o n f i a n z a en sí
m i s m o no son idénticos, pero básicamente son similares. L a di-
ferencia es sólo de grado puesto que la última es nada más que
un desarrollo del primero de tal modo que, mientras encontra-
mos i n d i v i d u a l i s m o en Inglaterra, tenemos c o n f i a n z a en sí m i s -
mo en América; pero los elementos esenciales están en ambos:
E l individuo nace con derechos inalienables, concedidos por
gracia divina, que nadie puede quitarle". 1

Esta manera de intentar una caracterización nos pone frente


a una teoría nueva en la que podría incluirse también la cultura
hindú: " L a forma en que el hindú se sitúa en el mundo, se
caracteriza por basarse en lo sobrenatural o en la dependencia
unilateral, en contraste con los americanos o los chinos que
se caracterizan, respectivamente, por basarse en el individua-
lismo o la confianza en sí mismos, y en la "situación" o en la
dependencia mutua". E l individualismo de Occidente tam-
2

bién ha sido admitido como un hecho por otros especialistas:

1 Francis L . K. Hsu, "Cultural Difiérenos Between East and West


and Their Significance for the World Today", T s i n g H u a J o u r n a l of
Chínese S t u d i e s . New Series, II, núm. I. Mayo 1960, pp. 216 s.
2 Francis L . K. Hsu, C l a n , C o s t e , a n d C l u b . D . van Nostrand Co.
Inc., Princeton, 1963, p. vii.

1
2 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

"Concebimos la vida familiar, básicamente, como punto de


partida para la carrera individualista — l a cría abandona el nido
tan pronto como puede manejarse por sí misma. U n a agrupa-
ción social de cualquier clase se considera comúnmente como
una atadura de la cual el individuo debe emanciparse, o en el
mejor de los casos, como fuente de la que puede obtener una
ventaja para conseguir su emancipación en otro sentido". 3

Actualmente se considera el individualismo (que se ha con-


vertido en el estandarte de Occidente) como motor de la civi-
lización moderna, en marcado contraste con el comunismo que
desprecia al individuo. Influidos por esta tendencia, algu-
nos orientalistas afirman que también en Oriente ha existido
el individualismo. Se lo ha considerado como algo que debía
ser universalmente reconocido y del que nadie puede dudar.
¿Qué significa entonces el término individualismo? N o siem-
pre es clara su connotación. Expondremos a continuación
algunos problemas relevantes del individualismo no en relación
con Occidente sino con Oriente.
Consideraremos en este estudio algunos rasgos esenciales de
la posición oriental con respecto al individualismo, comparán-
dolos con las corrientes occidentales. Analizaremos las diferen-
tes maneras en que los indios, chinos y japoneses tratan los
problemas del individuo desde los puntos de vista filosófico
y antropológico relacionándolos, en cada caso, con el aspecto
lógico, empírico y metafísico del problema.

í í . E l i n d i v i d u a l i s m o desde el p u n t o de v i s t a lógico
A l analizar el problema del "individuo", deberíamos tener
en cuenta que el término "individuo" no siempre es claro.
Cuando decimos: "Sócrates es hombre", "el sujeto denota un
individuo particular, y el predicado indica algo que se afirma
del individuo". E n este caso, el término "individuo" significa
"un individuo como ser humano", mientras que el significado
lógico del término es muy diferente. "Es necesario aclarar que
la palabra 'individuo' se usa no sólo con relación a personas,
sino también a cualquier cosa —una ciudad, por ejemplo, un

3 Abraham Kaplan, N e w W o r l d of P h i l o s o p h y . Random Housc, Nueva


York, 1961, p. 232.
N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 3

país, o, en realidad, a todo aquello de lo que se pueda predicar


una propiedad." Éste es, en Occidente, el significado de la
4

palabra "Individuo".
Uno de los rasgos fundamentales del pensamiento filosófico
de la India, es desde el punto de vista lógico, una actitud de
menosprecio al individuo y a lo particular. N o queremos signi-
ficar que los indios no desarrollaran un concepto del individuo.
Sí lo hicieron. E l equivalente sánscrito para individuo es v y a k -
t i . Pero v y a k t i no desempeñó un papel importante en la historia
de la lógica india que no se interesaba tanto por lo singular en
los individuos, como por sus cualidades generales. Muchos gran-
des pensadores indios tienden a dar énfasis a conceptos uni-
versales y a subordinar al individuo a lo universal. A u n en la
filosofía Vaisesika del atomismo naturalista, que organizó obje-
tivamente en ía India el sistema de filosofía natural más avan-
zado, lógico y coherente, no hay una idea del individuo perci-
bido concretamente. D e modo que los filósofos Vaiáesika
usaron el término técnico ínfima species ( a n t y a visesa), para 5

expresar la noción de individuo inferida lógicamente. E n otros


sistemas filosóficos de la India había, naturalmente, alguna con-
cepción del individuo, y se había investigado su sentido único.
Pero en general, en la filosofía india, la posición del individuo
percibido tratado como elemento lógico, era inferior a la con-
cepción metafísica de lo universal. Por eso difieren de las escue-
las filosóficas europeas en las cuales el individuo, lo particular
v lo universal eran considerados dentro de la lógica en igual
nivel.»
E n la antigua India discutieron los individualistas y los uni-
versalistas por el significado de una palabra. Los individualistas
(Vyaktivádin) sostenían que el individuo (vyakti) es el sentido
dado de una palabra, mientras que los universalistas (Játivadin)
afirmaban que lo universal ( J a t i ) es el sentido dado de una

* Irving M . Copi, I n t r o d u c t i o n t o L o g i c . 2a. edición, Macmillan,


Nueva York, 1961, pp. 303 s.
s Literalmente antyd-vüesa significa "las últimas especies o los últimos
particulares". T h e Yaüésika T h i l o s o p h y a c c o r d i n g t o t h e D a t a p a d a r t h a -
s a s t r a . Editada por F. W . Thomas, Royal Asiatic Society, Londres, 1917,
pp. 37-67.
« Sin embargo, aun en la lógica occidental no siempre se discutió lo
singular o lo individual; cf. John Dewey, L o g i c . T h e T h e o r y of l n q u i r y .
Holt, Rinehart and Winston, Nueva York, 1960, p. 95.
4 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

palabra. Por ejemplo, cuando se nos dice que traigamos


una vaca, es obvio que lo que se nos pide es el individuo y no
lo universal que existe en la clase de las vacas, decían los indi-
vidualistas; mientras que los universalistas afirmaban que, en
este caso, es lo universal de la vaca lo que se quiere significar. 7

Los pensadores budistas de la India admitieron la impor-


tancia del individuo (vyakti) en sentido lógico, pero para ellos
"individuo" significaba "la cosa en sí" { s v a l a k s a n a ) , que es
sólo un caso o un momento en una situación dada en el curso
transitorio de los acontecimientos; es el extremo concreto y
particular ( k i m c i d i d a m = hoc a l i q u i d ) . L a construcción men-
8

tal o el juicio ( k a l p a n a , adhyavasaya) viene después. 9

De acuerdo con esta forma de pensamiento, predominante


en la India, la naturaleza del individuo o de lo particular de-
pende de lo universal, por medio del cual el individuo o lo
particular se sostiene o es inferido. Cómo se produce esta subor-
dinación del individuo a lo universal entre los indios puede
notarse en su lenguaje, puesto que tienden a acentuar más ei
significado relacional de un individuo que su individualidad.
Por ejemplo, el lenguaje hindú no tiene una expresión equiva-
lente a "lo mismo" de modo que, para expresar "lo mismo",
se usa eva (sólo), partícula enfática declinable que se añade al
pronombre demostrativo t a d ; tad eva es, entonces, el término
común para designar un objeto particular. Para expresar "idén-
tico" se usa en sánscrito el adjetivo sama, pero esta palabra
significa también "igual" y "similar"; un sustantivo, samya,
expresa tanto "igualdad" como "identidad". Por lo tanto, los
indios no hacen una distinción clara entre "igualdad", "simili-
tud", e "identidad" en el lenguaje cotidiano. E n las antiguas
lenguas de la India tampoco había pronombres que mostraran
claramente la diferencia entre "cada" y "todos" de modo que
usan la forma singular s a r v a (todos), para significar "cada" y
"todos".
Esta característica de subordinar lo individual y lo particu-
* Gaurinath Sastri, T h e P h i l o s o p h y of W o r d a n d M e a n i n g . Sanskrit
College, Calcuta, 1959, pp. 136-140.
s T h . Stchervatsky, B u d d h i s t L o g i c , vol. I (mimeografiada). Mount
and Ce,, The Hague, 1958, p. 79f.; vol. II, pp. 34 s., cf. pp 40, 267 s.
» I b i d . , vol. I, p. 204 s., p. 554 s. E n Occidente encontramos concep-
tos similares: H a c c e i t a s en la filosofía de Scotto; en América, cf. John
Dewev, o p . c i t . , p. 67, 70.
N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 5

lar a lo universal, puede observarse también en otras esferas de


su cultura. E n primer lugar, el papel relativamente inferior del
individuo en sentido abstracto, se evidencia en el hecho de que
no se desarrolló en la India el estudio de la geografía y el clima
locales. Se escribieron fábulas éticas y morales, pero muy pocos
libros analizan y critican los sentimientos y actitudes de la
persona en cuanto individuo. También en los ensayos sobre
arte hablaban de la belleza en general, pero apenas se detenían
en trabajos particulares o en obras de arte valorizadas por el
tiempo.
Esto caracteriza también a la mitología. Los dioses en los
mitos indios tienen poca individualidad en algunas fases de
su desarrollo; Indra, dios del trueno, era profundamente vene-
rado en el R i g V e d a , pero, de acuerdo con las interpretaciones
de los teólogos posteriores, Indra se convirtió en un nombre
común, es decir, que cualquier ser divino que ocupara esa posi-
ción, era denominado con el nombre general de Indra. 10

De acuerdo con la misma forma de pensamiento que des-


precia al individuo, se descuidan las condiciones específicas por
las cuales llegan a existir las cosas particulares; los rasgos espe-
cíficos de las cosas particulares son menos importantes que su
universalidad. Esto lleva a algunos filósofos al extremo de ver
una identidad entre lo particular y lo universal. Se inclinan a
pensar que lo particular puede existir sólo como ilusión, y que es
real solamente lo universal de lo particular. De acuerdo con
esta forma de pensamiento, un juicio sustancial no es más que
un proceso lógico desde un particular ilusorio a una categoría
universal más real. L o universal o las especies en las que se
basa lo particular, debe someterse a lo universal superior o a las
especies más generales. Si se busca tal relación con especies más
generales, se alcanza entonces la existencia última ( s a t t a ) ,
más allá de la cual nada existe.
Los chinos no carecieron del concepto de lo "universal".
La relación entre lo universal, lo particular, y el individuo fue
analizada por Chuag-tzu (ca. 300 a. de C ) , un taoísta contem-
poráneo de Lao-tzu. Pero el problema fue olvidado por los
eruditos posteriores, que no se interesaban en la lógica. E l

i» Sankara, Brahma-sutra-bhasya I 3, 28; cf. Richard Garbe, T h e


P h i l o s o p h y of A n c i e n t I n d i a . The Open Court, Chicago, 1942, p. 36.
6 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

s u m m u n genus (ser) se concebía dentro de una forma de pen-


samiento antropomórfico que era tradicional en los chinos y
difería del de la mayoría de los indios.
Desde la antigüedad los chinos tendieron a ver las cosas
desde un punto de vista antropocéntrico, y a interpretar, aun las
ideas abstractas, en relación con el hombre. Los indios, por
ejemplo, expresaban el concepto de "ser" con el término bhava,
y la noción de existencia con bhava. Los chinos, sin embargo,
tradujeron ambos términos {bháva y bhava) con la misma
palabra " y u " sin hacer distinción entre ambos. " Y u " significa
tanto "el hombre posee o tiene", como "existir"; es decir, que
los chinos consideraban todas las cosas a partir del hombre, y
no tenían la idea de existencia como un universo aparte de él.
L a lengua china no tiene cópula. E n cuanto a la estructura de
sus oraciones, los indios ponen a menudo ideas abstractas como
sujeto, mientras que los chinos siempre usan al hombre como su-
jeto. Los indios dicen, por ejemplo, " E n consecuencia, los
sufrimientos lo acompañaban" ( t a t o n a m d u k k h a m a v e n t i ) , 1 1

pero los chinos traducen la misma oración como " E n conse-


cuencia, él padeció muchos sufrimientos". Cuando expresan
ideas, los chinos tienden a poner al hombre como suieto que
laspósee.

í í í . Visión empírica del i n d i v i d u a l i s m o


E l primer indicio para solucionar el problema de la visión
empírica del individualismo que tenían los indios, debe bus-
carse en el uso cotidiano de las lenguas indias, especialmente
el sánscrito.
L a clase universal de "todos los individuos o cosas en el uni-
verso" se expresa por medio de palabras en singular como i d a m
s e r v a m , i d a m vísvam (todo esto), o simplemente i d a m (esto).
E l uso de esta palabra contrasta con el que hacían los griegos
y latinos de sus equivalentes, p a n t a r e i , o m n i a . E n Grecia, no
sólo los filósofos sino la gente en general, pensaban que el uni-
verso era un cuerpo complejo que consistía en innumerables
cosas particulares. Por el contrario, la mayoría de los filósofos
indios afirmaban que todos los seres del universo son manifes-
taciones limitadas y particulares de la realidad sola y última.

ii La traducción al chino de S u t t a n i p a t a , núm. 770.


N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 7

Ahora bien, ya que la mayoría de los indios daban poca


importancia al fenómeno individual, era natural que tendieran
a menospreciar al valor absoluto de cualquier ser individual.
De las tendencias mencionadas arriba, surge otra noción, esto
es, la supremacía del ser universal sobre el ser individual. Los
indios tienen a menudo poca conciencia de que el ser de uno
se opone al ser de los otros. Es conocida en la India la tenden-
cia a no considerar el ser de otro como sujeto independiente,
opuesto al ser de uno. Esta actitud se manifiesta incluso en el
sánscrito. Prueba de esto es que un modo verbal, el causal,
se usa con frecuencia en las lenguas indias en cualquier circuns-
tancia; karáyati ("causar que algo se haga"), es modo causal
de k a r o t i (hacer). N o hay en las lenguas occidentales un modo
que corresponda a éste. Cuando en latín se quiere expresar una
relación causal, se necesita una forma más complicada, por
ejemplo, duco + ut + subjuntivo. Cuando se usa en griego
y en latín la expresión "causar que los o t r o s . . . " se toman en
cuenta diversas actitudes de los otros hacia el ser de uno, y
lueso se usa la expresión causal Por lo tanto el modo causal
"causar que a l g u i e n . . . " se forma usando varios verbos de
acuerdo con el comportamiento que, dentro del esquema de re-
laciones, existe entre "alguien a quien se habla" v el lia.bla.nte.
E n contraste con esto, la acción del ser de los otros, se
manifiesta como extensión de la acción del ser de uno. Los
indios, que usan el modo causal, son a menudo inconscientes
de la distinción del ser de uno como narrador y el ser de otro
como la persona a auien se habla- más aún hav en sánscrito
algunos usos en los que el significado del modo causal no difiere
del modo indicativo Por eiemDlo d h a r a v a t i ("causar aue al-
guien sostenga), se usa como si tuviera el mismo significado
aue dharati Cél sostiene !
1
También en la vida nráctica se nre-
senta esta idea de no discriminación entre el ser de uno y de
ntrn Seímn Mepastenes 1 2
embalador smevn en la Tndia (c 300
a de C ) los indios no pedían comprobante cuando presta-
ban dinero. Entre los japoneses, hay quienes sostienen toda-
vía mip es nna actitud nnrn amistosa nedir recibo ñor el dinero
L e se presta N o ocurre lo m smo con los occidentales que
estL acostambrados¡ a k i d a de clontato

" Embajador de Salenco en 300 a. de C .


8 ESTUDIOS ORIENTALES III: 1, 1968

Hay en la India muchos manuscritos falsificados, aunque


también se encuentran en China y en los países occidentales.
Pero, mucho más que en otros países, existen en la India gran
cantidad de libros que, según se afirma, son obras de los sabios.
Casi la mayoría de las escrituras religiosas que llevan el nombre
del autor son documentos espurios. Este afán por la falsifica-
ción debe entenderse en relación con la tendencia de muchos
indios a considerar su yo en un segundo plano y a atenuar la
importancia del individuo. Todos los textos Mahayána dicen
ser "las palabras de Buda". N o importaba, a la mayoría de los
indios, la identidad de los autores; su única preocupación era
que un libro expusiera o no la verdad. Puesto que Buda es el
hombre que ha comprendido perfectamente la verdad, se su-
pone que cualquier libro que la contenga, lleva la enseñanza
de Buda. Por lo tanto, los antiguos budistas no pensaban que
estaban en falta cuando daban a sus libros el título de "las
palabras de Buda".
Como no gustaba a los escritores firmar sus trabajos, hay
en la India muchos libros anónimos; pensaban que no había
necesidad de agregar el nombre de un escritor particular mien-
tras el libro comunicara la verdad universal. E n efecto, los
documentos falsificados y los libros anónimos, de acuerdo con
su filosofía, son, básicamente, expresiones de su característico
menosprecio por el individuo.
E n la India se ignora completamente la biografía de "aque-
llos que comunicaron la verdad". L a palabra buda no es nom-
bre propio, significa "el iluminado" en general. Cualquiera que
haya alcanzado la verdad es Buda, v Gotama Buda, histórica-
mente el fundador del budismo, es uno de tantos iluminados.
Esto caracteriza también a la fisolofía jaina. L a actitud de los
indios hacia sus religiones contrasta, de manera asombrosa, con
el único dios de los cristianos como individuo histórico.
Los indios desarrollaron el individualismo a su manera.
Más que cualquier otro país conservaron por tradición una
actitud de libertad religiosa. U n profesor de los Estados U n i -
dos dice: " E s paradójico que nosotros, que acentuamos el indi-
vidualismo dentro de la política y la economía, le demos tan
poca importancia dentro de la moral y la religión en compara-
ción con el pensamiento i n d i o " . 13

« Abraham Kaplan, o p . c i t , p. 207.


N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 9

Es errada la opinión que comúnmente tienen los occiden-


tales de los chinos, puesto que éstos, en la antigüedad, desarro-
llaron el individualismo a su manera. "Mientras la propiedad
era común, cada hijo tenía derecho inalienable a la herencia.
N o había voto individual garantizado por una constitución, y
sin embargo, en las elecciones del pueblo, todo varón adulto
era votante por derecho natural. E n el siglo x m , para los tradi-
cionales exámenes que permitían el ingreso en la burocracia, y
eran básicos para la elección de los empleados del gobierno, se
tenía en cuenta el mérito individual antes que la raza, el credo,
la situación económica, el sexo o la edad." 14

Algunos filósofos de la antigüedad admitieron sin reparos


la importancia del individuo: "Aunque el jefe de tres ejércitos
sea capturado, la voluntad del hombre común no puede ser
destruida." Dice el doctor Chuang: " E n realidad, uno de los
13

problemas más importantes de China en las últimas décadas, ha


sido el exceso de individualismo. Cada uno tiene su propia
opinión. Hubo demasiados individualistas que se creyeron por
encima de la sociedad. Es evidente que ha faltado el trabajo
de conjunto y la empresa cooperativa. Éste es el tipo de cosas
que los comunistas se han propuesto destruir. E l problema es
si destruirán al individuo m i s m o " . "
E n el curso de la historia china, hubo períodos en los que
el individualismo se manifestó en forma muy clara, como
durante la dinastía C h i n (265-420), cuando entraron en es-
cena el neo-taoísmo y el budismo. Sin embargo, la tendencia
individualista no fue muy fuerte en China y Japón antes de
que se introdujera la cultura occidental. E n estos países no se
aplaudía sino que se aborrecía el individualismo en el período
anterior a la segunda Guerra M u n d i a l . Cuando el generalísimo
Chiang Kai-shek lanzó su movimiento de la "Nueva vida",
como propaganda para fortalecer la moral nacional, se dio énfa-
sis al 11 lo que implicaba aceptar una disciplina social, la lev
y la autoridad, en oposición a la corriente occidental que favo-
recía un individualismo sin restricciones. Esta actitud se reía-
i s Wing-tsit Chan, "Chínese Theory and Practice". E n Philosophy
and Culture East a n dW e s t . Charles Moore (ed.), Universitv of Hawaii
Press, Honolulú, 1962, p. 92.
" A n a l e c t s , IX, 25.
i» Wing-tsit Chan, o p . c i t , p. 93.
10 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

ciona con la de los autores de Fundamentáis of Japan's National


P o l i c y ( K o k u t a i no H o n g i , el credo oficial del nacionalismo
japonés en la década del treinta) que censuraron el individua-
lismo y la lucha de clases en Occidente, y alabaron las virtudes
sociales del confucianismo." Ch'en Tu-hsiu y otros líderes de la
intelectualidad china, dieron impulso al individualismo en con-
tra del conformismo social y el autoritarismo del pensamiento
tradicional.
Los líderes de la opinión japonesa, Iichiro T o k u t o m i entre
otros, censuraron el individualismo dentro del ámbito japonés,
y su esfuerzo fue fructífero.
E l concepto de individualismo sostenido por los chinos
difería del que tenían los indios. Como hemos visto, los chi-
nos tendían a considerar todo desde un punto de vista antropo-
cèntrico, y la mayoría se inclinaba por el utilitarismo y el
pragmatismo. E n este sentido, su pensamiento ha sido diferente
del de la mayoría de los filósofos escolásticos e idealistas euro-
peos. Es un hecho bien conocido que los hábitos y costumbres
de los chinos se basan en un sentido común práctico y utilita-
rio. Los estudios y la tradición filosófica sostenidos por los in-
telectuales chinos, se basaban en elementos prácticos que tenían
relación directa con la vida cotidiana. L a mayoría de los erudi-
tos chinos se interesaban en las formas de la moral y la religión
dentro de la vida mundana que los llevaría al éxito. Las ense-
ñanzas del taoismo se basaban en el arte de la autoprotección,
en el método para triunfar, en la forma correcta de gobernar. E l
confucianismo, que ocupaba la posición más alta en el pensa-
miento chino, era también una ética para la clase gobernante
y un conjunto de preceptos para gobernar al pueblo.
Algunos aspectos del pensamiento chino pueden denominar-
se "realistas" en cuanto conciernen sólo a aquellos principios
morales y políticos de la vida real. L a sociedad y la moral "ce-
rrada" tradicional en los chinos se conecta directamente con las
tendencias mencionadas antes. Es decir, que los chinos consi-
deraron siempre que todo se centraba en relaciones humanas
limitadas, como la familia, por ejemplo, que proporciona el más
íntimo de los contactos humanos. E n ética, por ejemplo, sólo
" Sources of Chínese T r a d i t i o n , compilada por W m . Theodore de
Bary, Wing-tsit Chan y Burton Watson. Columbia University Press, Nueva
York, 1960, p. 798 s, 829.
N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE II

daban importancia a las relaciones morales entre ciertos indivi-


duos tales como padre e hijo, soberano y subdito, esposo y es-
posa, y prestaban poca atención a cualquiera de los principios
de moral universal que valían para las sociedades de todo el
mundo.
E n consecuencia, la doctrina ética de Lao-tzu era una mo- 18

ral de autoprotección y seguridad para el individuo, aun en los


casos en que se ponía de relieve la virtud y el altruismo. Los
budistas lo criticaron diciendo que su enseñanza estaba dirigida
al individuo y que era inútil para el resto de la gente. E l punto
de vista de Chuang-tzu era "completar la naturaleza verdadera
del hombre y seguir la verdad", lo que no significa otra cosa que
satisfacer los deseos físicos del hombre. Chuang-tzu insistía
también en que el hombre no debía realizar buenas acciones para
ganar fama, ni malos hechos que pudieran ocasionarle castigos,
y que debía comportarse de acuerdo con sus deseos físicos; po-
dría conocer así su verdadera naturaleza y vivir una larga vida.
La teoría del autodidactismo que aparece en la última parte del
período Chan-kuo (la Edad de la guerra), es un arte para pro-
teger y conservar la salud física. L a teoría de la reclusión es
también un arte para proteger la vida, puesto que aleia al hom-
bre de las tentaciones mundanas qué son una fuente de peli-
gros L a teoría del superhombre surge a su vez del deseo de
prolongar la vida eternamente y de disfrutarla sin límites. To-
das son limitadas y de ellas puede nacer el egoísmo. Algunos
eruditos consideraron incluso que la doctrina de Mao-tzu, que
enseñaba a amar a los otros, no era más que otra forma de
egoísmo, ya que, según él, se ama sólo para ser amado.
E l espíritu humanista del confucianismo presenta' en su
doctrina las normas para el hombre de estado; sin embargo, en-
seña el estilo de política seguido por la clase gobernante.
E l individualismo chino no evolucionó de la misma manera
que el occidental. L a actitud tradicional china de compresión
estática ligada a una filosofía que acentuaba lo particular y con-
creto, dio lugar a una corriente que daba importancia a los he-
chos del pasado y las tradiciones.

i» Hajime Nakamura, W a y s of T h i n k i n g of E a s t e r n P e o p k s . Publicada


por la Comisión japonesa de la UNESCO, Tokio, 1960, pp. 243-247.
W a y s of T h i n k i n g of E a s t e r n P e o p l e s (ed. revisada), East-West Center
Press, Honolulú, 1964, pp. 247 ss.
12 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

Una nación que da importancia a lo particular y a la per-


cepción concreta, se inclina a sentar las bases de su legislación
en costumbres y acontecimientos pasados, es decir, en preceden-
tes. Es natural entonces que los chinos se sintieran algo inse-
guros ante el método que intenta sentar las leyes que gobiernan
la vida del hombre sólo por medio de la meditación abstracta
del individuo. Por esta causa, no confiaban de la misma ma-
nera en las conclusiones alcanzadas a partir de la abstracción,
como en las que brotaban de la experiencia viva del pasado. Es
comprensible, por lo tanto, que los chinos trataran de descubrir
en los precedentes las leyes que gobiernan la vida, estudiar im-
plicaba para los chinos un conocimiento total de su historia, y
llamaban a esto "chi-ku", es decir, "encontrar los viejos ca-
minos".
Es evidente que las condiciones de vida en las aldeas-granjas
chinas, se debían a estas tendencias humanistas e individualis-
tas. M e refiero, naturalmente, a la China prerrevolucionaria.
Había poca conciencia de grupo puesto que pocas veces los
granjeros cultivaban y regaban la tierra juntos, por esto, el go-
bierno independiente de los granjeros era muy conservador.
Estos rasgos que caracterizaron la vida de las granjas chinas
estaban relacionados, naturalmente, con las formas de pensa-
miento que predominaban en la nación.
Algo parecido puede observarse entre los japoneses. U n so-
ciólogo japonés-americano comenta que " L a importancia de las
orientaciones dentro de la colectividad familiar aparece incluso
en la religión. L a unidad venerada aquí no es el individuo sino
el grupo familiar. E n vez de preocuparse por las creencias per-
sonales o por la salvación individual, la religión japonesa ha
sostenido, por tradición, un sistema social basado en los valores
familiares. Las orientaciones colectivas básicas se afianzan con
las doctrinas budista y confuciana; en general las concepciones
sobre la vida difieren completamente de las que sostienen los
puritanos y protestantes". Sin embargo, no faltaba en el an-
19

tiguo Japón una corriente individualista opuesta al autoritaris-


mo. Podemos observar su desarrollo aun antes de que se intro-
ï t Yoshiharu Scott Matsumoto, C o n t e m p o r a r y Japan. T h e individual
and t h eGroup. T r a n s a c t i o n s of t h e A m e r i c a n P h i l o s o p h i c a l S o c i e t y . New
Series, vol. 5, Parte 1. The American Philosophical Society, Filadelfia,
enero, 1960, p. 31.
N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 13

dujera la civilización occidental. Tientai (538-597), fundador


de la escuela Tientai de China, decía que no debía dudarse del
maestro. Esta forma de pensar es más evidente en el budismo
20

Zen posterior, que valoraba la transmisión entre maestro y dis-


cípulo, pero en el Japón moderno se presenta la actitud opuesta:
"Para ser honesto, debe uno declarar sus dudas, como yo, si tie-
ne alguna". 21

A u n dentro del budismo Zen hubo críticas contra el fun-


dador. Dogen denunció la teoría de "percibir la propia natu-
raleza intuitivamente" que se encontraba en el Sutra del Sexto
Patriarca. Pero Tenkei, su sucesor espiritual, rechazó la opi-
nión de Dogen como "una absurda y completa estupidez". 22

De acuerdo con la actitud tradicional, "la iluminación debe ser


transmitida frente a frente, de maestro a discípulo, y debe ser
aprobada por un solo maestro". Es evidente que esta postura
se reflejó en las tendencias feudalistas del período Tokugawa.
Pero Tenkei le dio una interpretación diferente. E n el frag-
mento citado arriba, "maestro", "discípulo", " u n solo maestro"
equivalen a "uno mismo", de modo que la frase significa " a l -
canzar el ser propio y verdadero por uno mismo". N o necesita-
mos practicar bajo la guía de un solo maestro. A u n mirando
las flores del cerezo puede uno ver su propio ser claramente 23

Esta actitud corresponde aproximadamente a la del Occidente


moderno. 24

Pero la conciencia de yo para los japoneses era completa-


mente diferente a la que se tenía en Occidente durante el mis-
mo período. E n el budismo Zen se consideraba que el verda-
dero espíritu de la religión debía ser entregado de maestro a
2 0
Mo-ho-chih-kuan, vol. 4b, en Taisho Tripitaka, vol. 46, p. 45b.
2
1 M i d a Baigan, Seiri Mondo, vol. 4b, en Taisho Tripitaka, vol. 46,
p. 45b, D i a l o g u e o n H u m a n N a t u r e a n d N a t u r a l O r d e r , traducción, in-
troducción y notas de Paolo Brocchiere, Instituto per il Medio ed Estremo
Oriente, Roma, 1961, p. 13.
2 2
Genryü Kagamishima, D o g e n Z e n g i t o sonó Monryü (Zen Mater
Dogen and His Followers), Seishin-shobo, Tokio, 1961, p. 112.
2 3
Kagamishima, o p . c i t , pp. 106 ss.
2
* "Los protestantes sostienen, por lo menos en teoría, que la respon-
sabilidad en la elección del credo religioso debe nacer en cada individuo,
y no puede entregarse totalmente a los maestros" (Mili, O n L i b e r t y ) .
"Soy más individualista de lo que nunca fui. Nada me parece valioso
excepto que uno sale de uno mismo. M i naturaleza busca un nuevo modo
de autrorrealización" (Oscar Wilde, De P r o f u n d i s ) .
14 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

discípulo. De acuerdo con el pensamiento occidental, el yo del


maestro debe ser diferente al yo del discípulo. Pero Tenkei
afirmaba que ambos son uno, es decir que, esencialmente, la
transmisión del espíritu de la religión se realiza desde el gran
ser al gran ser.
Ya que el concepto que tienen los japoneses del ser difiere
del que tienen los occidentales, son diferentes las implicaciones
éticas. E l Occidente consideraba al individualismo como la
base de la ética, pero el ideal ético del Japón consistía en eli-
minar el enfrentamiento entre los individuos. Esto se debía
probablemente a influencias budistas, pero también puede ob-
servarse entre los no budistas. Ishida Baigan, fundador de la
escuela Shingaku dice: " E l verdadero aprendizaje consiste en
liberarse del propio pensamiento. L a ley debe ser la negación
de sí mismo". Entre los pensadores de Occidente se distin-
25

guió claramente entre individualismo y egoísmo, pero esto no


ocurrió entre los filósofos occidentales del mismo período.
N o faltaron sin embargo los que proclamaron la importan-
cia del individuo, Ninomiya Santoku, entre otros, que valoró
al individuo en forma poco común para su tiempo. Cierta vez,
señalando hacia la estatua de Buda, que lo presenta recién na-
cido diciendo, "entre el cielo y la tierra sólo yo soy santo",
Sontoku dijo a sus discípulos: " E l Buda no usó estas palabras
por falso orgullo, n i tampoco deben ser aplicadas sólo a él. Debe
enseñarse que todo hombre que piensa en sí mismo sienta que
entre el cielo y la tierra no hay otro hombre más noble que él,
porque si no existiera, no habría nada". Esta leyenda surgió
26

originalmente para glorificar entre los devotos la superhumana


cualidad de buda. L a interpretación de Sontoku parece haber
sido algo modernizada, pero encontramos aquí, en una etapa
incipiente, la afirmación de la dignidad e importanca del indi-
viduo.
A l introducirse la civilización occidental, algunos pensado-
res con tendencias nacionalistas defendieron la cultura tradicio-
nal de Oriente bajo el estandarte del individualismo, y critica-
ron la civilización industrializada de Occidente como individua-

& Seiri Mondo, p. 57.


2

=6 Robert Cornell Amstrong, "Ninimiya Sontoku, the Present Sage".


T h e T r a n s a c t w n s of t h e Asiatíc S o c i e t y of J a p a n , vol. 38, Parte 2,
Yokohama y Tokio, 1910, p. 19.
N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 15

lismo oprimente. Kakuzo Okakura, uno de los líderes de esta


corriente decía: " E l individualismo activo de Meiji, que rebosa
de vida en otros círculos del pensamiento, no debe conformarse
con desplazarse por las líneas fijas que le imponen el conserva-
durismo ortodoxo o la europeización radical."
Condenó la imitación de la civilización occidental, cosa co-
mún entre los intelectuales: " L a imitación es un suicidio para
la realización de la individualidad que se regocija siempre en
desempeñar un papel original." Reconoció, además, el "indivi-
dualismo" entre los vedantas de la India. Es probable que esta
actitud favorable al individualismo, dentro de una tradición
conservadora, haya tomado impulso ante el ímpetu de la civi-
lización occidental. 27

IV. Visión metafísica del i n d i v i d u a l i s m o


Existe la opinión de que la filosofía india dio mucha i m -
portancia al individualismo. " L a consideración especial hacia
el individuo, dice el doctor D . M . Datta, es común a todos los
sistemas filosóficos de la India. Importa señalar que, incluso
aquellos que creen en dios como creador, no sostienen que el
alma individual haya sido creada por dios. Dios es sólo crea-
dor de objetos materiales, incluyendo el cuerpo humano, pero
el alma comparte la eternidad con dios." 28

Esto implica que, en lo que concierne al individualismo des-


de un punto de vista metafísico, los sistemas filosóficos de la
India eran más completos. Incluso los budistas que no creían
en el alma como sustancia permanente, consideraban que la 23

posibilidad de llegar a ser buda estaba en potencia en todo in-


dividuo. Sin embargo, la valoración que los indios hacían del
individuo, era sólo en sentido metafísico en cuanto a la esencia
de los seres vivientes, pero no en sentido lógico según vimos en
la Parte I. E n lo que respecta a la visión empírica y antropo-

' Yasuko Horioka, T h e L i f e of Kakuzó, The Hokuseido Press, Tokio,


2

1963, pp. 31, 34, 38.


» D . M . Datta en P h i l o s o p h y a n d C u l t u r e , E a s t a n d West, Charles
2

Moore (ed.), University of Hawaii Press, Honolulú, 1962, p. 571.


" Esto se explica claramente en la metáfora del Carro en el budismo
2

Theraváda, como en el Milindapanhá, que niega la existencia del individuo


como sustancia.
16 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

lógica del individualismo en la India, todavía constituye hoy un


problema.
Como consecuencia del concepto de ser universal, al que
subordinan lo individual y particular, la mayoría de los meta-
físicos indios conciben y destacan la idea de la unidad de las
cosas. Desprecian las manifestaciones cambiantes del mundo
fenoménico aparente. D e acuerdo con aquellos filósofos que ten-
dían más o menos hacia el vedantismo, sólo el ser universal que
se encontraba detrás de esas manifestaciones, era la última fuen-
te de realidad, y mientras más se individualiza una cosa, menos
participa de la esencia de la realidad. Los individuos son nada
más que manifestaciones limitadas del ser universal. Desde muy
antiguo, los vedantas pensaban que los multifacéticos fenóme-
nos del mundo eran autorrealizaciones del ser absoluto. L a co-
rriente principal de la metafísica vedanta ha sido un monismo
total basado en un fenómeno pluralista pero aparente, aunque
había otras ramas vedantas tales como el M a d h a v a , que tenían
una posición puramente realista y pluralista.
Una forma primitiva de monismo se encuentra en el R i g -
Veda en los himnos sobre la creación del universo; toma una
forma más claramente definida en las U p a n i s a d a s . L a posición
monista de las U p a n i s a d a s fue desarrollada más tarde por los
filósofos Advaita-Vedanta. Por supuesto, sería errado decir
30

que todos los filósofos indios tenían tal visión de la unidad


de las cosas, pero esa es la posición mantenida por la mayoría
de los filósofos indios de la actualidad. E l monismo vedanta
ha dominado la cultura clásica y éste es el efecto más claro
del pensamiento filosófico general de la India, que se ha exten-
dido hasta la filosofía más popular. Incluso las escuelas dualis-
tas Sümkhya y Vaisésika terminaron por comprometerse con el
monismo. Sañkara es el representante más importante de la
filosofía monista vedanta. " T a n grande es la influencia de la fi-
losofía propuesta por Sañkara, y elaborada por sus ilustres segui-
dores que cada vez que hablamos de la filosofía vedanta quere-
mos significar la filosofía de Sañkara." Casi las dos terceras
31

partes de los pandis de la actualidad pertenecen a la escuela

so Filósofos de la escuela Vedanta que sostienen un monismo ab-


soluto.
si Surendranath Dasgupta, A H i s t o r y of I r i d i a n P h i l o s o p h y , vol. 1,
Cambridge University Press, 1932, p. 429.
N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 17

vedanta. Incluso el pluralismo indio aceptó a menudo el mo-


32

nismo, y en la filosofía Vallabha (1481-1533) que era pluralista-


monista se dice que "la dualidad que percibimos en el mundo
no contradice el monismo, puesto que las formas aparentes y
los caracteres que son mutuamente diferentes no pueden con-
tradecir su carácter metafísico de identidad con dios. Por lo
tanto, desde un punto de vista podemos considerar que Brah-
mán no tiene partes, y desde otro, que tiene partes". " L a fi- 33

losofía india, especialmente el hinduismo, tiende al idealismo


monista. Casi todos los filósofos indios creen que la realidad
última es una y espiritual. Algunos sistemas parecen haber de-
fendido el dualismo y el pluralismo, pero aun en éstos penetró
profundamente el monismo." 34

Esto se advierte también entre los intelectuales de la India


moderna: prefieren estudiar la filosofía de Hegel, Bradley o
Whitehead. L a filosofía de Spinoza, que es otro de sus temas
favoritos, se intepreta a menudo a la luz no dualista-monista
del sankarismo vedanta, hasta tal punto que los infinitos atri-
butos de dios se explican como "la absoluta indeterminación
de dios"; esto significa que el que habla es un vedanta y no
Spinoza. 35

¿Podría decirse entonces que en la India, donde la idea de


continuidad del ser de uno y del ser de los otros es general-
mente aceptada, los pensadores no han intentado probar la exis-
tencia del ser? N o , por el contrario; ya en la antigüedad se
dedicaron al estudio de la conciencia del ser y a la demostra-
ción de su existencia, pero su forma de concebir el ser difiere
mucho de los métodos analíticos usados por los filósofos euro-
peos modernos.
Los filósofos Vaisesika afirmaban que la existencia del
36

Moritz Winternitz: G e s c h i c h t e der i n d i s c h e n LÜteratur, Bd. III.


33 Surendranath Dasdupta, H i s t o r y of I r i d i a n Phüosophy, vol. 4,
Indian Pluralism. Cambridge University Press, 1949, p. 362.
s* A Source B o o k ín I n d i a n Phüosophy. Sarvepalli Radhakrishnan y
Charles Moore (eds.). Princeton University Press, New Jersey, 1957, p. xxv.
35 Harold E . Macarthy's review of Rama Kanta Tripathi: S p i n o z a i n
t h e L i g t h of t h e V e d a n t a , Bañaras Hindú University, Bañaras, 1957. E n
Phüosophy, E a s t a n d W e s t . University of Hawaii Press, vol. XI, núm. 4,
enero, 1962, pp. 261-265. C f . B. Melamend, S p i n o z a a n d B u d d h a , Ber¬
keley, 1921.
3« VaiséHca-sutra, 3, 2, 14 s.
18 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

ütman (sí mismo), podía ser conocida por percepción intuitiva.


De acuerdo con los Upavarsa y otros filósofos vedanta, la
37

existencia del ütman no puede ser inferida o demostrada, ni


puede ser aceptada a base de la autoridad de las escrituras, sino
que se conoce intuitivamente a través de las nociones que cada
individuo tiene de su "sí mismo". E n realidad se sabe que el
átman existe porque "el hombre es consciente de su 'sí mis-
mo' " , Podemos decir que las afirmaciones que los antiguos
38

hacían acerca del átman, son muy similares a las que sostuvie-
ron, a través de sus estudios sobre la conciencia del yo, los
pensadores medievales y modernos de Occidente como San
Agustín y Descartes. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que
el átman se entiende en la India no sólo como el ego individual,
sino también como el brahmán o "sí mismo" universal. Los
pensadores hindúes dan un gran salto en sus razonamientos;
suponen que la existencia del "sí mismo" universal se conoce
directamente por la existencia del "sí mismo" individual, como
lo creía Sañkara. Dentro de este concepto, el "sí mismo" su-
premo es, en su esencia última, idéntico al "sí mismo" univer-
sal, y se sabe que éste existe en cuanto que un hombre tiene
la noción de su propio "sí mismo". L a proposición cartesiana
c o g i t o ergo s u m , se concibió en la filosofía india de una manera
muy diferente a la europea.
La idea de avatára o encarnación, se basa también en el
concepto de no dualidad entre el "sí mismo" individual y el "sí
mismo" supremo. Avatára es la idea de que, para la salvación
de las criaturas, el dios supremo surge a este mundo encarnado
en hombre o animal.
Ya que la mayoría de los indios piensa que uno es esencial-
mente idéntico a los otros, y que la distinción entre personas
es sólo una cuestión de forma exterior, es natural que conside-
ren como el ideal, el estado de no dualidad entre el "sí mismo"
de uno y el de los otros. Las Upanisadas enseñan que "todo
3 7
Jayanta's Nyaya-manjarí, Vizianagram Sanskrit Series, núm. X ,
p. 429.
»8 Sankara, Brahama-sütra-bhasya, I, I, I, Ánandasrama Sanskrit Series,
vol. I, p. 11, 1.9; p. 28, L i s . Sacred B o o k s of S t a t e , Friedrich Max
Müller (ed.), Oxford, vol. X X X I V , p. 5; 14. Ibíd., I, I, 4 (vol. 1, p. 75,
1.9; p. 69, 1.10; p. 75, 1.10 s.); SiBE. I b i d . , pp 37; 34; 37. I b i d . , II, 3,
7 (vol. 2, pp. 15 s.); S B E , vol. X X X V I I I , pp. 14 s. I b i d . , I I , 3, 38;
S B E . X X X V I I I , pp 14 s. I b i d . , II, 3, 38; S B E . X X X V I I I , p. 51.
N A K A M U R A : E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 19

esto eres tú" o "yo soy brahmán", y estas afirmaciones constitu-


yen la raíz de su estética.
La proposición filosófica de los budistas era bastante dife-
rente a la de los brahmanes. Aquéllos adoptaron una posición
más bien pluralista sobre la existencia humana, pero su ideal
ético fue el de eliminar las barreras que separan los diferentes
egos, y esta actitud prevalece todavía entre los budistas del sur.
Su líder espiritual, Rev. U . Thittila, al explicar el principio
fundamental de la amistad (metía), dice: " E s mettá el que
intenta romper las barreras que separan a uno de otro. N o hay
razón para mantenerse alejado de los otros sólo porque pertene-
cen a diferente credo religioso o nacionalidad. E l verdadero
budista se ejercita en todo sin hacer distinciones, cualquiera sea
la raza, el color, la clase o el sexo." Los filósofos Mahayana
39

enseñan también que en el sentido último puede uno alcanzar


"la transformación del yo del vecino en su propio yo ( p a r a t m a -
parivartana)" Por lo tanto el hinduismo y el budismo se
40

fundan en las bases del no dualismo ético, aunque las connota-


ciones puedan ser diferentes en cada sistema.
De acuerdo con la mayoría de los indios, el respeto a la
vida, que se encuentra en cualquier ser viviente, puede ser de-
ducido lógicamente del no dualismo. L a no violencia ( a h i m s d ) , "
se describe a menudo como la virtud suprema [ p a r a m a - d h a r -
ma)« E l altruismo y el deber son virtudes respetadas y ayu-
dan a que el hombre alcance sus ideales espirituales. Cada i n -
dividuo, cada ser viviente, viene así a ser considerado como fuen-
te sagrada de valores en potencia que merece respeto y posee la
libertad para encaminarse hacia su meta de perfección. " E n
cuanto el individuo es un 'sí mismo', es una realidad evidente;
su libertad es el fin último hacia el que deben tender todas las
actividades de su vida. Pero en cuanto el 'sí mismo' está
encarnado v todas sus actividades, materiales y espirituales, se
realizan a través de su cuerpo y éste es un miembro indispensa-
ble, producto de la naturaleza en la cual todos los cuerpos de

38 Kenneth W . Morgan (ed.), T h e P a t h of B u d d h a . B u d d h i s m I n ¬


t e r p r e t e d by ¡Buddhist, The Ronald Press, Nueva York, 1956, p. 95.
4 ° Maurice Winternitz, A H i s t o r y of I r i d i a n U t e r a t u r e , Calcuta, 1933,
II, p. 373.
« Originalmente a h i m s a significaba "no injuriar".
« M a n d b h a r a t a , Anusásana-parvan, 116, 38.
20 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

los otros 'sí mismos' se encuentran implicados, hay u n lazo


indisoluble entre el individuo corporeizado y todos los otros que
forman el corpus social". 43

Por otra parte, como suponen que la acción de un individuo


es supervisada y regulada por un poder invisible, y corno esta
acción, ya que no tiene una función creadora en sí misma, no es
nada más que un atributo del "sí mismo", la mayoría de los
indios tienden a asumir una actitud de sumisión frente a su
destino y condición. L a idea de k a r m a y samsara está todavía
profundamente arraigada en el espíritu de la mayor parte del
pueblo indio.
Según vimos, la visión del individuo para la mayoría de los
chinos tendía a ser práctica y utilitaria, y podemos considerarla
empírica. E l individualismo en sentido metafísico fue estu-
diado con interés por los budistas.
Los budistas chinos criticaron la filosofía egocéntrica que se
practicaba en su país. Después de que se introdujo el budismo
en China, y de acuerdo con el ideal de compasión, los budistas
se dedicaron a muchas actividades altruistas. E l trabajo social
de los monjes era notable en lo que respecta al tratamiento
médico y la ayuda a los pobres. 44

Sin embargo, parece que los budistas chinos no estaban


completamente conscientes del valor de los otros como indivi-
duos en la práctica de su trabajo social. Creían que, en la
práctica de estas actividades, uno puede identificarse con los
otros. Desde la antigüedad, la religión tao enseñaba que "la
moral humana correcta, es la unidad de todo lo existente".
Chuang-tzu apreciaba "la igualdad de la naturaleza", y tam-
bién Chang-tzu, filósofo de la dinastía Sung, dice: "Los seres
humanos y todas las formas de existencia son mis amigos". A l
parecer, el problema del "enfrentamiento de uno con otros",
no se realizaba lógicamente en el pensamiento tradicional chino,
pero sí se explicó lógicamente en las doctrinas budistas de las
dinastías Sui y T'ang. D e acuerdo con la doctrina de la secta
T'ien-t'ai, lo que hace posible el altruismo es "la no dualidad
de uno con el otro", y entonces puede establecerse la doctrina de
"ayudar a los otros de acuerdo con sus capacidades". E n la
secta Hua-yen, el budismo zen enseñaba también que "uno es

« D . M . Datta, o p . c i t , p. 572.
Las fuentes se mencionan en H . Nakamura, o p . c i t . , pp. 245-256.
NAKAMURA: E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 21

todo, tanto como todo es uno". Las argumentaciones filosófi-


cas, tales corno las pruebas de la existencia del yo, que se dis-
cuten en la Europa moderna, no se presentaron en China.
Estos rasgos aparecieron también en Japón a medida que se
fue asimilando el budismo. N o se consideraba seriamente el
problema de las diferencias entre un yo y otro, excepto cuando
se meditaba profundamente sobre sí mismo, y especialmente
cuando era hondo el sentimiento por los pecados cometidos.
La opinión sostenida en general era la del maestro Dogen (1200¬
1253), quien, al proponer la unión del yo con los otros enseñaba
que "uno y los otros debieran recibir el beneficio al mismo
tiempo". Su seguidor, Tenkei, dijo: " S i sólo tú comprendes
tu espíritu, es evidente entonces que todos los otros seres, ani-
mados o inanimados, en todas partes, deberían participar de
la sabiduría de Buda al mismo tiempo". Se cuenta que el fun-
dador de la secta Y u z u Nembutsu, el santo Kyónin (1714-1773)
vio a Amida Buda y le entregó un poema que decía: " U n a per-
sona es todas las personas, todas las personas son una; un acto
meritorio es todos los actos meritorios, todos los actos merito-
rio son uno. Esto significa entrar en la Tierra Pura por la gracia
de A m i d a " . L a idea de la existencia interrelacionada de los
individuos, llevó a la de solidaridad y dependencia mutua, que
en Japón se concretaron en las actividades de ayuda y altruismo
dentro de los limitados nexos humanos de parentesco.
Pero en China, el altruismo basado en la compasión budista
no pudo cambiar la tradición intelectual que era egocéntrica por
naturaleza. E l budismo se aceptó y se extendió en China ligado
a la idea de reclusión que era característica en los chinos, y se
adecuaba a las corrientes de su pensamiento. E n general, el
budismo chino era trascendente, extraterreno, y estaba separado
de la sociedad. L a mayoría de los templos estaban situados en
los bosques o montañas. Correspondiendo a esta preferencia
de los sacerdotes budistas, los chinos, en general, elegían y esti-
maban esta forma de vida como la más pura y deseable. E n el
T'ang-shih Hsüan (colección de poemas escritos durante la
dinastía T'ang) hay muchos poemas en los que se honra a los
templos y a los sacerdotes. Alaban la tranquilidad de los sitios
donde están situados los templos, lejos de las aldeas, y tam-
bién el hecho de que los sacerdotes intentaran sinceramente
su purificación y practicaran el budismo en estos lugares serenos.
22 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

Esta actitud frente a la vida, vivir en sitios tranquilos y gus-


tar de la serenidad, ocupan un lugar importante en las doctri-
nas taoístas. D e acuerdo con Lao-tzu, el retorno a la raíz de la
existencia se llama auietud, y es, sobre todo, renacimiento. Su
discípulo, Kuan-yin,"dijo: "Deberíamos ser tranquilos como un
espejo, y la respuesta como un eco", y "se llega a la pureza por
la tranquilidad". Lieh-tzu enseñaba que el hombre debe aban-
donar toda discriminación, y tener tranquilidad y "vacío". T'ien-
p'ien, P'eng-mang y Shen-tao, enseñaron también que el hom-
bre debería dejar toda discriminación y juicio, es decir, que
deberían rechazarse los juicios sobre esto o aquello y observar
toda la unidad de la existencia. Estas ideas se encuentran tam-
bién en la doctrina de Kuan-tzu.
Esta actitud influyó en los budistas chinos, quienes aprecia-
ban mucho la práctica de la meditación. L a concentración de
la mente era práctica importante para Chin-i (maestro de Tien-
t'ai). Incluso la secta San-lun, que se considera como repre-
sentativa del budismo filosófico, insistía en la importancia de
la "concentración de la mente". Es especialmente importan-
te la meditación introspectiva en el budismo Chuan (Zen), que
llama al pensamiento " E l origen de la verdad o D h a r m a " , y
dice que la iluminación de nuestro pensamiento es el buda
mismo. Para conseguir la pureza y alcanzar la autorrealización
del pensamiento, que revela la esencia de la verdad, debe prac-
ticarse la postura sedente de meditación. E l descanso de la
meditación no es sólo un medio para alcanzar el grado más
alto, sino que la postura sedente es la síntesis de "la fundamen-
tal o más completa esencia del hombre". L a meditación en el
descanso es la esencia de la sabiduría.
La sabiduría dentro déla secta Chuan (Zen), no tiene nada
que ver con el enfrentamiento del "yo y los otros". Este ca-
mino de autorrealización por medio de la emancipación, carac-
teriza al budismo en general. " L a verdadera virtud ( D h a r m a )
es el abandono tanto del pensamiento como de los objetos".
E l absoluto aparece cuando se rechaza la discriminación de
todas las formas: "Cuando el pensamiento se detiene y se aban-
dona la discriminación, el buda aparece espontáneamente de-
lante de nosotros", y éste es, sobre todo, el estado de emanci-
pación que se puede alcanzar sólo mediante la realización de la
naturaleza del pensamiento en la postura sedente de medita-
NAKAMURA: E L INDIVIDUALISMO E N ORIENTE 23

ción. Sin embargo, el estado de emancipación no siempre es


un mero estado de reposo. Para los sacerdotes iluminados del
budismo Chan, este estado implica en realidad una conciencia
de la vida. Esto se llama "camino de progreso" que debe ser
comprendido por el hombre que lo practica.
También las enseñanzas de la secta de la "Tierra pura"
recibieron la influencia de la filosofía que practicaban los budis-
tas Zen, porque algunas de las primeras enseñanzas de la secta
de la Tierra pura tuvieron las características del credo original.
Las doctrinas de Shan-tao (562-645), por ejemplo, afirmaban
que la Tierra pura existía en dirección al oeste. N o sorprende,
entonces, saber que muchos se suicidaban para renacer en la
Tierra pura entre los discípulos de Shan-tao que decía: "Aborre-
ced este mundo corrompido y desead nacer en la Tierra pura".
L a práctica del pensamiento de Buda enseñada por C h i - i
consistía en meditar y tener siempre presente los rasgos más
valiosos de Amida Buda. Sin embargo, los chinos, que eran
mundanos y poco imaginativos y preferían la tranquilidad de
espíritu, innovaron las doctrinas de la secta de la Tierra pura.
Decían que la T i e n a pura y Amida Buda existían sólo en la
mente del hombre; afirmaban que ambos estaban situados
cerca de este mundo y que, por lo tanto, los rasgos de la Tierra
pura podían observarse a través de la meditación. Los monjes
Zen dijeron también que el pensamiento puro era idéntico a
la Tierra pura, y se enseñó entonces que " l a Tierra pura del
pensamiento puro existe en todas las partes del mundo". Des-
pués de la dinastía Sung, los budistas chinos siguieron exclu-
sivamente esta corriente, y al concluir el período de la dinastía
M i n e (1368-1654) no se sentía que hubiera contradicción en
la práctica simultánea de la meditación sedente y las doctrinas
de la Tierra pura. L o mismo sucedió en países vecinos a China,
Corea y Vietnam entre otros.
C o m o ya dijimos, la práctica más importante del budismo
chino consistía en la purificación y en el conocimiento del pro-
pio pensamiento. Por lo tanto, el hombre que lo practicaba
dependía exclusivamente de sí mismo. N o confiaba en ningún
otro poder, ni siquiera en el de Buda. Refiriéndose a esto decía
Hui-hai: "Debes comprender que el hombre se salva a sí mismo,
y que Buda no puede redimirlo. Practica y no confíes en el
poder de Buda. Está dicho en el Sufra: por lo tanto, aquellos
24 E S T U D I O S O R I E N T A L E S III: 1, 1968

que buscan el verdadero D h a r m a , no deben confiar en B u d a " .


De acuerdo con esta teoría, cada individuo tiene que enfren-
tarse solo con el absoluto. Por esto no se reconocía ninguna
autoridad (iglesia, organización, o persona divina) que preten-
diera actuar como intermediario entre el individuo y el absoluto.
Los sacerdotes y organizaciones religiosas no eran necesarios
en las religiones chinas y de ahí el carácter no sectario e indivi-
dualista de estas religiones.
E l confucianismo, que originalmente era mundano, se in-
tegró con el poder nacional, pero no formó una iglesia del
estado. E l taoísmo no tuvo una administración controlada por
el gobierno y lo mismo ocurrió con el budismo chino. Todos
los monjes budistas vivían en templos donde no se tenían en
cuenta las distinciones de sectas. E l sacerdote tenía derecho a
vivir en cualquier templo mientras observara los preceptos budis-
tas. Hasta la revolución comunista, los templos eran simples
edificios para alojar a los sacerdotes. E l templo era propiedad
de la secta a la que pertenecía el sacerdote jefe, y por esta
causa, la secta de cada templo cambiaba con el sacerdote que
lo administraba. E n este sentido podemos decir que la distin-
ción de sectas dependía de la filiación de cada sacerdote. N o
sabemos qué ha ocurrido exactamente con los sacerdotes en la
China comunista, pero, a juzgar por las informaciones que nos
llegan ocasionalmente, la situación descrita arriba parece ser
reconocida y aceptada, mientras las órdenes budistas no entren
en conflicto con la política del gobierno.
Los budistas chinos desconocían la autoridad de los inter-
mediarios entre el absoluto y el individuo, y seguían exclu-
sivamente al d h a r m a (la virtud) o al tao (el camino), que
consideraban como el absoluto mismo. Los chinos estaban
completamente conscientes de la universalidad del t a o . Pen-
saban que aunque los países fueran diferentes, se observaba y
seguían las mismas leyes morales en todo el mundo. L a idea
de t a o , que puede encontrarse bajo diversas formas en todas
las religiones, es también la verdad universal. Se dice, por lo
tanto, que el tao no puede comprenderse a sí mismo, pero
puede ser comprendido por el hombre. Aunque hay varias for-
mas de entenderlo, el tao mismo no cambia con el tiempo: lo
que cambia con el tiempo y el lugar no es el t a o , sino los hom-
bres y el mundo.
N A K A M U R A : EL, I N D I V I D U A L I S M O E N O R I E N T E 25

La idea de d h a r m a es un principio más alto que el buda


dentro del budismo chino. L a autoridad del buda se establece
en tanto está basada en la autoridad del d h a r m a . Respetar a
un maestro budista, no significa respetarlo como individuo,
sino como persona que conoce la verdad del budismo. Tsung-
mi (780-841) enseñaba que sólo aquellos cuya capacidad espiri-
tual era inferior tenían que depender de un maestro, posición
completamente opuesta a la de los japoneses, quienes daban
gran importancia a la devoción o confianza en el maestro.
Aunque la idea de d h a r m a era muy parecida en China y la
India, se aceptaba en diferentes sentidos. Los chinos acentua-
ban sólo los aspectos concretos y mundanos del d h a r m a , de
modo que para ellos el principio universal de virtud se presen-
taba de diferentes maneras según el tiempo y lugar. E l prin-
cipio puede ser universal sólo mediante el cambio de su forma
en diferentes contextos. L a idea de d h a r m a propuesta por el
budismo evoluciona, y por lo tanto, los principios éticos o
d h a r m a cambian naturalmente y se desarrollan con el tiempo.
La característica del budismo chino, en los últimos tiempos,
era la mayor atención que ponía en la forma individual del
principio de d h a r m a .
De acuerdo con lo señalado arriba, el pensamiento libre
opuesto al autoritarismo, dentro de la línea del individualismo,
no se desarrolló en forma tan clara como en Occidente. Las
últimas etapas del período C h u Oriental (722-480 a. de C ) , y
las del período de Los Estados Guerreros (476-221 a. de C ) ,
pueden ser sólo excepciones, pero en lo que se refiere a la reli-
gión, gozaron de amplia libertad de credos. "Mientras en la
China tradicional, no existió la participación personal en la elec-
ción de los cónyuges, gozaron de absoluta libertad en la elección
de su religión." 45

E n Japón, por el contrario, eran más evidentes las tenden-


cias sectarias, aunque las órdenes religiosas no interfirieran o
restringieran las creencias individuales, y a éstos se les permitió
en muchos casos profesar diferentes religiones de acuerdo con
los cambios de situación.

= Wing-tsit Chan en P h i l o s o p h y a n d C u l t u r e , o p . c i t , p. 92.


4
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V. Conclusiones
La visión oriental del individualismo cambia en l a línea de
su desarrollo según los diferentes países. L a que tienen los ribe-
ranos o los lamas (a quienes no me he referido por la brevedad
del espacio), es algo distinta de la que poseen los demás países
asiáticos. Por esto es difícil resumir todos los aspectos del pro-
blema. Sin embargo, creo que podemos decir que la conciencia
del individuo, como entidad aparte, ha sido algo débil en los
países asiáticos a que nos hemos referido, si la comparamos con
la idea liberal de individualismo más evolucionada en Occi-
dente, en donde se ha tenido más conciencia de las singulari-
dades y necesidades del individuo. 16

Traducción: M . E . VENIER

« Otro estudio del autor sobre el mismo tema se encuentra en las


actas de la Cuarta Conferencia de filósofos de Oriente v Occidente que
serán publicadas en breve.

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