Abrahamic Religions">
Bendicional - Icar
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BENDICIÓN DE LAS
FAMILIAS Y DE SUS
MIEMBROS
I. BENDICIÓN DE UNA
FAMILIA
40-41.
42-43.
A. RITO DE LA BENDICIÓN
Con Misa
44 . El rito que aquí se propone pueden
utilizarlo tanto el sacerdote como el diá cono, y
también el laico, pero con los ritos y preces
previstos para el laico.
45 . Con el fin de acomodar la celebració n a
las circunstancias del lugar y de los miembros de
la familia, pueden adaptarse algunos de los
elementos de este rito, respetando siempre los
principales.
RITOS INICIALES
46 . Reunida la familia, el ministro dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
47 .Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, saluda a los presentes, diciendo:
La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre,
y de Jesucristo, el Señ or,
estén con vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas
preferentemente de la sagrada Escritura.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
O bien:
Bendito seas por siempre, Señ or.
O de otro modo adecuado.
48 .Si el ministro es laico, saluda a los
presentes, diciendo:
La gracia de nuestro Señ or Jesucristo
esté con todos nosotros.
Todos responden:
Amén.
49 .E1 ministro dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
Queridos hermanos: La familia, que por el
sacramento del matrimonio recibe la gracia de
Cristo y una vida nueva, tiene una especial
importancia tanto para la Iglesia como para la
sociedad civil, de las cuales es la célula primera y
vital.
Con esta celebració n, invocamos la bendició n
del Señ or para que los miembros de la familia
sean siempre entre sí cooperadores de la gracia,
y difundan la fe en las diversas circunstancias de
la vida.
Con la ayuda de Dios, cumpliréis vuestra
misió n, conformando toda vuestra vida segú n el
Evangelio, para que podá is ser ante el mundo
testigos de Cristo.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
50 .Luego uno de los presentes, o el mismo
ministro, lee un texto de la sagrada Escritura
seleccionado entre los que a continuació n se
proponen.
1 Co 12, 12-14: Somos un solo cuerpo
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
apó stol san Pablo a los Corintios.
MATRIMONIO
95. En la liturgia de la palabra, de
conformidad con las rú bricas, pueden tomarse
las lecturas, o bien del Leccionario para la
celebració n del Matrimonio[3], o bien de la Misa
para dar gracias a Dios, segú n el Leccionario de
las Misas por diversas necesidades[4].
96. Después de la lectura del Evangelio, el
celebrante, basá ndose en el texto sagrado, debe
exponer en la homilía el misterio y la gracia de la
vida matrimonial cristiana, teniendo en cuenta
las diversas circunstancias de las personas.
97. Luego el celebrante invita a los esposos a
que oren en silencio y renueven ante Dios el
propó sito de vivir santamente en el matrimonio.
98. Si los esposos presentan los anillos de su
matrimonio, el celebrante dice esta oració n:
Acrecienta y santifica, Señ or,
el amor de tus servidores
y, pues se entregaron mutuamente estos
anillos
en señ al de fidelidad,
haz que progresen en la gracia del
sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R.Amén.
Los anillos pueden ser honrados con la
incensació n.
99. Si se bendicen anillos nuevos, el
celebrante dice esta oració n:
Bendice y santifica, Señ or,
el amor de tus servidores
y, ya que estos anillos representan para ellos
un signo de su fidelidad,
haz que también les recuerden
su amor recíproco
y la gracia del sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R.Amén.
100. Pueden emplearse también las
siguientes fó rmulas[5]:
Bendice, + Señ or, estos anillos
que bendigo en tu Nombre, para que quienes
los lleven cumplan siempre tu voluntad, se
guarden íntegra fidelidad el uno al otro, y
vivan en paz amá ndose siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R.Amén.
O bien:
Bendice + y santifica, Señ or,
el amor de tus servidores (N.y N.), y que estos
anillos, signo de fidelidad, les recuerden su
promesa de amor mutuo. Por Jesucristo,
nuestro Señ or.
R.Amén.
101. Sigue la oració n de los fieles, en la
forma acostumbrada en la celebració n de la
Misa, o bien la plegaria comú n en la forma aquí
propuesta:
Invoquemos la misericordia de Dios, Padre
todopoderoso, que en su providente designio
quiso que la historia de la salvació n quedara
significada en el amor, la fidelidad conyugal (y la
fecundidad), y digá mosle:
R. Renueva, Señ or, la fidelidad de tus
servidores.
El Espíritu Santo
alimente vuestras vidas con su amor.
R.Amén.
Finalmente bendice a todos los presentes,
añ adiendo:
Y a todos vosotros, que está is aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
R.Amén.
B. RITO DE LA BENDICIÓN DENTRO DE LA
MISA EN OTRAS CIRCUNSTANCIAS
108. En la liturgia de la palabra, de
conformidad con las rú bricas, pu(den tomarse
las lecturas del Leccionario por los esposos o de
la Misa e acció n de gracias[6].
109. Después de la lectura del Evangelio, el
celebrante, basá ndose en el texto sagrado, debe
exponer en la homilía el misterio y la gracia de la
vida matrimonial cristiana, teniendo en cuenta
las diversas circunstancias de las personas.
110. Luego, segú n la oportunidad, el
celebrante invita a los esposos a que oren en
silencio y renueven ante Dios el propó sito de
vivir santamente en el matrimonio.
111. Sigue la oració n de los fieles, en la
forma acostumbrada en la celebració n de la
Misa, o la plegaria comú n en la forma aquí
propuesta:
Invoquemos la misericordia de Dios, Padre
todopoderoso, que en su providente designio
quiso que la historia de la salvació n
—quedara significada en el amor, la fidelidad
conyugal (y la fecundidad), y digá mosle:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
120. Si el ministro es laico, saluda a los
presentes, diciendo:
Bendito sea Dios, Padre del consuelo, que ha
tenido misericordia de nosotros. Todos
responden:
Amén.
alrededor de tu mesa. R.
Te rogamos, ó yenos.
Te rogamos, ó yenos.
Te rogarnos, ó yenos.
Te rogamos, ó yenos.
Te rogamos, ó yenos.
Te rogamos, ó yenos.
Te rogamos, ó yenos.
ORACIóN DE BENDICIóN
152. El ministro, si es sacerdote o diá cono,
imponiendo, segú n las circunstancias, las manos
sobre los niñ os, dice la oració n de bendició n:
Señ or, Dios nuestro, que de la boca de los
niñ os has sacado la alabanza de tu Nombre,
mira con bondad a estos niñ os (a este niñ o/a
esta niñ a) que la fe de la Iglesia encomienda a
tu providencia y, así como tu Hijo, nacido de
la Virgen, al recibir con agrado a los niñ os, los
abrazaba y los bendecía, y nos los puso como
ejemplo, así también, Padre, derrama sobre
ellos (él/ella) tu
bendició n,
para que, cuando lleguen a mayores (llegue a
mayor), por su buena conducta entre los
hombres, y con la fuerza del Espíritu Santo,
sean testigos (sea testigo) de Cristo ante el
mundo y enseñ en y defiendan (enseñ e y
defienda) la fe que profesan (profesa).
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
V. BENDICIÓN DE LOS
HIJOS
176-180.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
VII. BENDICIÓN DE LA
MUJER ANTES O DESPUÉS DEL
PARTO
217-220
A. RITO DE LA BENDICIÓN DE LA MUJER
ANTES DEL PARTO
RITOS INICIALES
221. Reunida la familia o la comunidad de
fieles, el ministro dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
D. RITO BREVE
256. El ministro dice:
Bendito sea el nombre del Señ or.
Todos responden:
Ahora y por siempre.
257. Uno de los presentes, o el mismo
ministro, lee un texto de la sagrada Escritura,
por ejemplo:
1S 1, 27: Este niñ o es lo que yo pedía; el
Señ or me ha concedido mi petició n.
Lc 1, 68-69: Bendito sea el Señ or, Dios de
Israel, porque ha visitado y redimido a su
pueblo, suscitá ndonos una fuerza de salvació n
en la casa de David, su servidor.
1Ts 5, 18: Dad gracias en toda ocasió n: ésta
es la voluntad de Dios en Cristo Jesú s respecto
de vosotros.
258. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, con las manos extendidas, de lo
contrario con las manos juntas, dice la oració n
de bendició n:
Oh Dios, de quien desciende toda bendició n y
hacia quien sube la humilde sú plica del que te
bendice, concede a esta madre, ayudada por
tu bendició n, que se muestre agradecida
contigo y tanto ella como su hijo
se alegren siempre de tu protecció n.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén
FóRMULA BREVE
259. Segú n las circunstancias, el sacerdote o
el diá cono pueden usar la siguiente fó rmula
breve de bendició n:
El Señ or, Dios todopoderoso, que llenó de
alegría el universo con el nacimiento de su
Hijo, te bendiga +
y haga que te alegres siempre en el Señ or
por el nacimiento de tu hijo. R. Amén.
ORACIÓN
284. El celebrante, con las manos
extendidas sobre los ancianos, dice:
Dios omnipotente y eterno, en quien vivimos,
nos movemos y existimos, te damos gracias y te
bendecimos porque has dado a estos servidores
tuyos largos añ os de vida, junto con la
perseverancia en la fe y en las buenas obras;
concédeles ahora, Señ or,
que, confortados por el afecto de los
hermanos, estén alegres en la salud, no se
depriman en la enfermedad, y, reanimados
con tu bendició n, empleen en tu alabanza el
tiempo de su ancianidad. Por Jesucristo,
nuestro Señ or.
R. Amén.
285. Después de la oració n, el celebrante
añ ade:
Y la bendició n de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda
sobre vosotros y os acompañ e siempre.
R. Amén.
C. RITO DE LA BENDICIÓN UNIDA A LA
COMUNIÓN FUERA DE LA MISA
286. Si el rito va unido a una má s extensa
celebració n de la palabra de Dios, el texto de la
sagrada Escritura puede tomarse de entre los
indicados en los nú ms. 268-271.
287. La plegaria comú n puede hacerse en la
forma antes indicada en el nú m. 273 y concluye
siempre, si el celebrante es sacerdote o diá cono,
con la siguiente oració n, que se dice con las
manos extendidas hacia los ancianos:
Señ or, Dios nuestro,
que has concedido a estos fieles tuyos
la gracia de esperar en ti
y de experimentar tu bondad,
en medio de los vaivenes de la vida,
te bendecimos por haberles concedido
abundantemente tus dones a lo largo de
tantos añ os,
y te pedimos que vivan siempre con la alegría
de una juventud de espíritu constantemente
renovada, que tengan el necesario vigor
corporal
y que su conducta sea un hermoso ejemplo
para todos. Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R.Amén.
293-296
A. Para los adultos
A. Para los niñ os
11. Rito breve
1. RITO DE LA BENDICIÓN
A. PARA LOS ADULTOS
RITOS INICIALES
297. Reunida la comunidad, el ministro dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia, mí;
cuando te invoco, escú chame en seguida. R.
R. Te rogamos, ó yenos.
—Mira con amor a este enfermo N.
R. Te rogamos, ó yenos.
—Da nueva fuerza a su cuerpo.
R. Te rogamos, ó yenos.
—Alivia sus angustias.
R. Te rogamos, ó yenos.
—Líbralo del pecado y de toda tentació n.
R. Te rogamos, ó yenos.
—Ayuda con tu gracia a todos los enfermos.
R. Te rogamos, ó yenos.
—Asiste con tu poder a los que se dedican a
su cuidado.
R. Te rogamos, ó yenos.
—Y da vida y salud a este enfermo, a quien en
tu Nombre vamos a imponer las manos.
R. Te rogamos, ó yenos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
310. El ministro, si es sacerdote o, diá cono,
imponiendo, segú n las circunstancias, las manos
sobre todos los enfermos a la vez o sobre cada
uno en particular, dice la oració n de bendició n:
Señ or, Dios nuestro,
que enviaste al mundo a tu Hijo
para que sobrellevara nuestros sufrimientos
y aguantara nuestros dolores,
te pedimos por nuestros hermanos enfermos;
dales paciencia y fortaleza, reanima su
esperanza;
que, con tu bendició n, lleguen a superar la
enfermedad y, con tu ayuda, alcancen un
completo restablecimiento. Por Jesucristo,
nuestro Señ or.
R. Amén.
311. O bien, sin imposició n de manos:
Señ or, que pasaste haciendo el bien y
curando a todos,
te pedimos que te dignes bendecir +
a estos servidores tuyos enfermos;
da vigor a su cuerpo, firmeza a su espíritu;
dales paciencia en sus sufrimientos y haz que
recuperen la salud, para que, reintegrados a
la convivencia con los hermano puedan
bendecirte llenos de alegría.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
312. Si el ministro es laico, haciendo la señ al
de la cruz en la frente de cada uno, dice la
oració n de bendició n:
Por tu amor, sá lvanos, Señ or, Dios nuestro,
tú que velas solícitamente por la obra de tus
manos;
conforta con el poder de tu brazo
el á nimo de estos servidores tuyos enfermos,
remedia sus dolencias, sana sus debilidades y
haz que alcancen felizmente el consuelo que
de ti esperan.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
313. O bien, por un solo enfermo:
Señ or, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, que con tu bendició n levantas y
fortaleces nuestra frá gil condició n, mira con
bondad a este servidor tuyo N.;
aparta de él la enfermedad y devuélvele la
salud, para que, agradecido, bendiga tu santo
Nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
314. Después de la oració n de bendició n, el
ministro invita a todos los presentes a invocar la
protecció n de la Santísima Virgen María, lo que
puede hacerse con la recitació n o el canto de una
antífona mariana, por ejemplo: Bajo tu
protecció n, o la Salve.
CONCLUSIÓN DEL RITO
315. El ministro, si es sacerdote o diá cono,
concluye el rito, diciendo vuelto hacia los
enfermos:
Que Dios Padre os (te) bendiga.
R. Amén.
11.RITO BREVE
321. El ministro dice:
Nuestro auxilio es el nombre del Señ or.
Todos responden:
Que hizo el cielo y la tierra.
322. Uno de los presentes, o el mismo
ministro, lee un texto de la sagrada Escritura,
por ejemplo:
2Co 1, 3-4: ¡Bendito sea Dios, Padre de
nuestro Señ or Jesucristo, Padre de misericordia
y Dios del consuelo! É l nos alienta en nuestras
luchas hasta el punto de poder nosotros alentar
a los demá s en cualquier lucha.
Mt 11, 28-29: Venid a mí todos los que está is
cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad
con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazó n, y encontraréis vuestro
descanso.
323. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, imponiendo las manos, segú n las
circunstancias, sobre el enfermo, o, si es laico,
haciendo la señ al de la cruz en su frente, dice la
oració n de bendició n:
Señ or, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, que con tu bendició n levantas y
fortaleces nuestra frá gil condició n, mira con
bondad a este servidor tuyo N.;
aparta de él la enfermedad y devuélvele la
salud, para que, agradecido, bendiga tu santo
Nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R.Amén.
FÓRMULA BREVE
324. Segú n las circunstancias, el sacerdote o
el diá cono pueden usar la fó rmula breve de
bendició n:
Jesucristo, el ú nico Señ or y Redentor, te
bendiga, + N., guarde tu cuerpo, salve tu alma
y te lleve a la vida eterna. R. Amén.
III
Capítulo
325-327
I. En la celebració n de la Palabra
I. En la celebració n de la Misa
I. RITO DE LA BENDICIÓN EN
LA CELEBRACIÓN DE LA
PALABRA
RITOS INICIALES
328. Reunido el pueblo, el celebrante, el
diá cono y los ministros, cada cual con sus
vestiduras propias, precedidos del crucífero y
del diá cono que lleva el libro de los Evangelios,
se dirigen por la nave de la iglesia hacia el
presbiterio, mientras el coro, junto con el
pueblo, entona un canto adecuado.
329. Los que han de partir a anunciar el
Evangelio forman parte de la procesió n.
330. Terminado el canto, el celebrante
dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
331. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
El Señ or, que os llamó a salir de la tiniebla
y a entrar en su luz maravillosa,
esté con todos vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas
preferentemente de la sagrada Escritura.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
332. Luego el celebrante exhorta
brevemente a los presentes para disponer su
espíritu a la celebració n y explicar el rito; puede
hacerlo con estas palabras u otras semejantes:
Queridos hermanos: Al participar hoy en esta
celebració n, renová is en cierto modo la manera
de obrar de la Iglesia primitiva, cuando, llena de
gozo, enviaba algunos de sus hijos a otros
pueblos, para ayudar a los hermanos en la fe o a
los que aú n no conocían a Cristo.
El envío de estos hermanos y hermanas a
diversos lugares, motivado por las necesidades
de la Iglesia, hará que sean má s profundos los
vínculos que nos unen a aquellas Iglesias
particulares, y que ya se manifiestan ahora en
nuestra oració n.
333. Todos oran durante algú n tiempo en
silencio. Luego el celebrante prosigue:
Oh Dios, que quieres que todos los hombres
se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad, mira tu inmensa mies y envíale
operarios, para que sea predicado el
Evangelio a toda criatura, y tu grey,
congregada por la palabra de vida y sostenida
por la fuerza de los sacramentos, camine por
las sendas de la salvació n y del amor. Por
Jesucristo, nuestro Señ or.
Todos:
Amén.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
334. Luego los lectores o el diá cono leen uno
o varios textos de la sagrada Escritura, de los
que se hallan en el Leccionario Por la
evangelizació n de los pueblos[11], intercalando
los convenientes salmos responsoriales o bien
espacios de silencio. La lectura del Evangelio ha
de ser el acto má s relevante.
335. Antes de la proclamació n del Evangelio,
es muy conveniente que los misioneros sean
presentados a los fieles del modo siguiente: el
diá cono pronuncia sus nombres, indicando, si se
estima oportuno, el grado o funció n que ejercen
en el pueblo de Dios, así como la Iglesia a la que
son enviados, por ejemplo:
Estos son los nombres
de los que nuestra Iglesia de N., cumpliendo
el mandato del Señ or, envía a anunciar el
Evangelio y acompañ a con sus oraciones:
N. N., laico,
para el servicio de la Iglesia que está en N.
N. N., presbítero,
a la Iglesia que está en N.
N. N., laico,
para el servicio de la Iglesia que está en N.
351. Si entre los misioneros que han de
partir figuran religiosos o religiosas., entonces,
en lugar del diá cono, el superior o la superiora
del Instituto notifica a los fieles sus nombres y
cargos, así como el lugar al que son enviados,
diciendo, por ejemplo:
De nuestro Instituto de N.,
impulsados por la caridad y la obediencia,
parten para anunciar el Evangelio:
Salmo 95 (96)
Cantad al Señ or un cá ntico nuevo,
cantad al Señ or, toda la tierra;
cantad al Señ or, bendecid su Nombre,
proclamad día tras día su victoria. R.
Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas
a todas las naciones;
porque es grande el Señ or, y muy digno de
alabanza, má s temible que todos los dioses. R.
BENDICIONES RELATIVAS A
LA CATEQUESIS Y A LA
ORACIÓN EN COMÚN
1. Bendición de catequistas
A. En la celebració n de la Palabra
B. En la celebració n de la Misa
II. Bendición de un grupo de catequistas
Rito
I. BENDICIÓN DE LAS
PERSONAS DESTINADAS A
IMPARTIR LA CATEQUESIS
365-366
A. RITO DE LA BENDICIÓ N EN LA
CELEBRACIÓ N DE LA PALABRA
RITOS INICIALES
367. Reunida la comunidad, conviene
entonar un canto adecuado, terminado el cual, el
celebrante dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
368. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
Dios, Padre misericordioso,
que quiere que todos los hombres se salven,
esté con todos vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas
preferentemente de la sagrada Escritura.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
369. Luego el celebrante habla brevemente a
los presentes para disponer su espíritu a la
celebració n y explicar el rito; puede hacerlo con
estas palabras u otras semejantes:
La actividad pastoral de la Iglesia necesita de
la colaboració n del mayor nú mero de cristianos,
para que las comunidades y cada uno de los
creyentes alcancen la maduració n de su fe y la
proclamen siempre mediante la celebració n, el
compromiso y el testimonio de su vida.
Son los catequistas quienes prestan esta
colaboració n, cuando llevan a cabo la iniciació n
cristiana de otros y cuando los van instruyendo
y formando integralmente como discípulos de
Cristo. Los catequistas, iluminados por la
Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia,
comunican a los catecú menos lo que ellos antes
aprendieron a vivir y a celebrar.
Ahora, bendecimos al Señ or por estos
cooperadores nuestros e imploramos sobre ellos
la gracia del Espíritu Santo, ya que la necesitan
para este servicio eclesial.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
370. Luego el lector, uno de los presentes o
el mismo celebrante, lee un texto de la sagrada
Escritura, seleccionado principalmente entre los
que se hallan en el Leccionario Por la
evangelizació n de los pueblos[13], o Por los
ministros de la Iglesia[14], O bien:
Rm 10, 9-15: ¡Qué hermosos los pies de los
que anuncian el Evangelio!
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
apó stol san Pablo a los Romanos.
11.BENDICIÓN DE UN
GRUPO REUNIDO PARA LA
CATEQUESIS O LA
ORACIÓN
382-385
RITO DE LA BENDICIÓN
386. El que preside dispone a los asistentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
En la reunió n que ahora terminamos, nos ha
hablado Jesú s, el Señ or. Nos sentimos en él
deber de darle gracias porque ha querido
revelarnos el misterio escondido desde el
principio de los siglos en Dios. Lo que ahora
importa es que vivamos de acuerdo con la
palabra que hemos escuchado. Antes, pues, de
separarnos, elevemos nuestro corazó n a Dios
para que, por su Espíritu Santo, nos guíe hasta la
verdad plena y nos dé fuerza para hacer siempre
lo que le agrada.
PRECES
387. Si se estima oportuno, antes de la
oració n de bendició n puede hacerse la plegaria
comú n. Entre las intercesiones que aquí se
proponen, el que preside puede seleccionar las
que le parezcan má s adecuadas o añ adir otras
má s directamente relacionadas, con las
circunstancias del momento.
Las palabras que nos ha dicho el Señ or son
espíritu y vida; pidamos que estas palabras de
vida eterna encuentren en nosotros unos
oyentes que no se limitan a escucharlas, sino que
las ponen en prá ctica. Digá mosle:
ORACIÓN DE BENDICIÓN
389. El ministro, si es sacerdote o diá cono,
con las manos extendidas, si es laico, con las
manos juntas, dice la oració n de bendició n:
Te damos gracias, Señ or, y te bendecimos,
porque en distintas ocasiones y de muchas
maneras hablaste antiguamente a nuestros
padres por los profetas,
pero ahora, en esta etapa final, nos has
hablado por tu Hijo,
para mostrar a todos en él la inmensa riqueza
de tu gracia; imploramos tu benignidad, para
que quienes nos hemos reunido para estudiar
las Escrituras, consigamos un conocimiento
perfecto de tu voluntad y, agradá ndote en
todo, fructifiquemos en toda clase de obras
buenas.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
390. El ministro concluye el rito,
diciendo: Dios, Padre misericordioso, que
envió su palabra al mundo y, por medio del
Espíritu Santo, nos guía hasta la verdad
plena, nos haga heraldos del Evangelio y
testigos de, su amor en el mundo.
R. Amén.
391. Es aconsejable terminar el rito con un
canto adecuado.
Capítulo
BENDICIÓN PARA
DIVERSOS
MINISTERIOS
ECLESIÁSTICOS
I. Bendición de Lectores
Rito
II. Bendición de Acólitos
Rito
III. Bendición de Ministros de la Caridad
Rito
I. BENDICIÓN DE LECTORES
392-394
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
395. Reunida la comunidad, se entona,
segú n las circunstancias,'un canto adecuado,
terminado el cual, el celebrante dice:
11. BENDICIÓN DE
ACÓLITOS
409-411
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
412. Reunida la comunidad, se entona,
segú n las circunstancias, un canto adecuado,
terminado el cual, el celebrante dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
413. Luego el celebrante saluda a los
presentes, empleando alguna de las fó rmulas
que propone el Misal romano.
414. El celebrante dispone a los que han
sido presentados a recibir la bendició n, con
estas palabras u otras semejantes:
Queridos niñ os (jó venes): Desde el día de
vuestro bautismo sois hijos de Dios y formá is
parte de la Iglesia, que es «una raza elegida, un
sacerdocio real, una nació n consagrada, un
pueblo adquirido por Dios». Cada día de vuestra
vida que transcurre en la fidelidad al Señ or es
una ofrenda agradable a sus ojos.
Ahora, animados por vuestros padres y por la
comunidad cristiana, queréis servir al Señ or con
una dedicació n mayor, ayudando al sacerdote en
el altar. La Iglesia os acoge con este propó sito.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
415. Luego el lector, uno de los presentes o
el mismo celebrante, lee un texto de la sagrada
Escritura.
Nm 3, 5-9: Pon la tribu de Leví al servicio del
sacerdote Aaró n
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
libro de los Nú meros.
RITOS INICIALES
429. Reunida la comunidad, se entona,
segú n las circunstancias, un canto adecuado,
terminado el cual, el celebrante dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
430. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
El Señ or, que pasó haciendo el bien, esté con
todos vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas
preferentemente de la sagrada Escritura.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
431. Un diá cono, o el responsable de Cá ritas
o de los servicios asistenciales y sociales de la
comunidad, presenta al celebrante a los
candidatos designados para el ministerio de la
caridad, diciendo:
Reverendo padre: Estos hombres y mujeres
(Jó venes), que hoy se presentan ante la
comunidad cristiana de N., desean consagrarse
con mayor empeñ o al ministerio de la caridad,
en nombre de la Iglesia. Ellos está n convencidos
de que la ley fundamental de la perfecció n
humana y, por tanto, de la transformació n del
mundo es el mandamiento nuevo del amor. Por
eso pido que los cuentes entre los servidores de
los hermanos má s necesitados de nuestra
comunidad, invocando sobre ellos la bendició n
divina.
432. El celebrante dispone a los que han
sido presentados a recibir la bendició n, con
estas palabras u otras semejantes:
Queridos hermanos y hermanas (jó venes): El
vuestro es un servicio que nos corresponde
realizar a todos los discípulos de Jesucristo, que
hemos de descubrir la presencia del Señ or en
toda persona que sufre injusticia o está
necesitada de cualquier tipo de ayuda. El. mismo
Cristo nos dio ejemplo de lo amplia y generosa
que ha de ser nuestra caridad. Pero, al
incorporaros al grupo de los servidores de la
caridad en nuestra comunidad de N., asumís este
compromiso con una exigencia mayor. Vosotros
vais a prestar una valiosísima colaboració n a la
misió n caritativa y social de la Iglesia y, en
consecuencia, vais a trabajar en su nombre,
abriendo a todos los hombres los caminos del
amor cristiano y de la fraternidad universal.
Cuando realicéis vuestra tarea, procurad
actuar siempre movidos por el Espíritu del
Señ or, es decir, por un verdadero amor de
caridad sobrenatural. De este modo seréis
reconocidos como auténticos discípulos de
Cristo.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
433. Luego el lector, uno de los presentes o
el mismo celebrante, lee un texto de la sagrada
Escritura.
Is 58, 1ab. 5-11: Parte tu pan con el
hambriento
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
profeta Isaías.
BENDICIÓN DE LAS
ASOCIACIONES DE AYUDA
EN LAS NECESIDADES
PÚBLICAS
443-445
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
446. Reunidos los miembros de la
asociació n, se entona, segú n la oportunidad, un
canto adecuado, terminado el cual, el celebrante
dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Todos se santiguan y
responden:
Amén.
447. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
El Señ or, que pasó haciendo el bien, esté con
todos vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas
preferentemente de la sagrada Escritura.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
448. El celebrante dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
Dios, que es amor, queriendo hacer a los
hombres partícipes de su amor, envió su Hijo al
mundo para auxiliarlos y ayudar amorosamente
a los afectados por la enfermedad, la invalidez o
la adversidad; y Cristo mostró un amor tan
grande a sus hermanos que consideró como
hecho a sí mismo todo lo que se hiciera con ellos,
llamó benditas de su Padre a las personas
compasivas y les prometió la vida eterna.
Imploremos, pues, una abundante bendició n
del Señ or sobre los miembros de esta asociació n,
que quieren dedicarse a ayudar a los hermanos.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
449. Luego el lector, uno de los presentes o
el mismo celebrante, lee un texto de la sagrada
Escritura. Se elegirá la lectura que parezca má s
directamente relacionada con los fines de
aquella asociació n.
Mt 25, 31-46: Cada vez que lo hicisteis con
uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo
lo hicisteis
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
santo Evangelio segú n san Mateo.
BENDICIÓN DE LOS
PEREGRINOS
460-464
R. Amén.
476. Segú n las circunstancias, se entona un
canto adecuado.
489-491.
I. RITO DE LA BENDICIÓN
Ver también el Rito breve.
RITOS INICIALES
492. Reunida la comunidad, el ministro dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
493. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, saluda a los presentes, diciendo:
El Señ or, que nos visitará como el sol que
nace de lo alto,
ORACIÓN DE BENDICIÓN
504. El ministro, si es sacerdote o diá cono,
con las manos extendidas, de lo contrario, con
las manos juntas, dice la oració n de bendició n:
Si él no ha de partir con los demá s:
Dios omnipotente y misericordioso, que a los
hijos de Israel los hiciste atravesar a pie enjuto
el mar Rojo, y a los Magos, que iban a adorar a tu
Hijo, les mostraste el camino por medio de una
estrella, protege a nuestros hermanos y
concédeles un buen viaje,
para que, con tu ayuda y compañ ía, lleguen
felizmente al término de su viaje y puedan
finalmente arribar al puerto de la salvació n
eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
505. O bien, cuando él también parte con
los demá s: Dios todopoderoso y eterno, que
hiciste salir a Abrahá n de su tierra y de la
casa de su padre
512-514.
515-517.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Palabra de Dios.
524. Pueden también leerse: Is 28, 16-17b;
1P 2, 4-10; Lc 6, 47-49.
526. O bien:
PRECES
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
530. O bien:
R. Amén.
534-537
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Todos responden:
Amén.
541. Luego dispone a los presentes para la
celebració n, con estas palabras u otras
semejantes:
Queridos hermanos, dirijamos nuestra
ferviente oració n a Cristo, que quiso nacer de la
Virgen María y habitó entre, nosotros, para que
se digne entrar en esta casa y bendecirla con su
presencia.
Cristo, el Señ or, esté aquí, en medio de
vosotros, fomente vuestra caridad fraterna,
participe en vuestras alegrías, os consuele en las
tristezas. Y vosotros, guiados por las enseñ anzas
y ejemplos de Cristo, procurad, ante todo, que
esta nueva casa sea hogar de caridad, desde
donde se difunda ampliamente la fragancia de
Cristo.
545. O bien:
PRECES
547. Sigue la plegaria comú n. Entre las
invocaciones que aquí se proponen, el ministro
puede seleccionar las que le parezcan má s
adecuadas o añ adir otras má s directamente
relacionadas con las circunstancias de los
presentes o del lugar.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
O bien, para una residencia de pensionistas:
R. Amén.
R. Amén.
Todos responden:
Amén.
BENDICIÓN DE UN NUEVO
SEMINARIO
553-557
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
O bien:
R. Amén.
Palabra de Dios.
567. O bien:
Sal 99 (100), 2. 3. 4. 5
R. (Jn 15, 14) Vosotros sois mis amigos, si
hacéis lo que yo os mando.
O bien:
O bien:
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
Y a todos vosotros, que está is aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo +
y Espíritu Santo.
R. Amén.
575. O bien:
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
577-582
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
O bien:
Oremos.
R. Amén.
Palabra de Dios.
590. O bien:
592. O bien:
PRECES
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
596. O bien:
R. Amén.
597. Después de la oració n de bendició n, el
celebrante rocía con agua bendita a los
presentes y la casa, mientras se canta la
antífona:
R. Amén.
R. Amén.
599 O bien:
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
601-602
1. RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
612. O bien:
PRECES
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
616. O bien:
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
625. O bien:
Oh Dios, que nos concedes hoy inaugurar
bajo tu protecció n este local destinado a la
enseñ anza, concédenos, por tu favor, que
todos los que acudan a él para enseñ ar o
aprender busquen siempre la verdad y te
reconozcan a ti como su ú nica fuente. Por
Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
628-631
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
633. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Palabra de Dios.
639. O bien:
PRECES
641. Si se estima oportuno, antes de la
oració n de bendició n puede hacerse la plegaria
comú n. Entre las intercesiones que aquí se
proponen, el celebrante puede seleccionar las
que le parezcan má s adecuadas o añ adir otras
má s directamente relacionadas con las
circunstancias del momento.
R. Amén.
R. Amén.
Y la bendició n de Dios todopoderoso, Padre,
Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre
vosotros y os acompañ e siempre. R. Amén.
XV
Capítulo --------------------------------------------
BENDICIÓN DE UN NUEVO
HOSPITAL O DE CUALQUIER
CENTRO DESTINADO AL
CUIDADO DE LOS
ENFERMOS
647-650
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
657. O bien:
PRECES
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
661. O bien:
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
BENDICIÓN DE UN
LABORATORIO, UN TALLER
O UNA TIENDA DE
COMERCIO
665-668
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
este lugar.
673. O bien:
676. O bien:
PRECES
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN.
R. Amén.
b) Bendición de un taller
R. Amén.
c) Bendición de una tienda de
comercio
R. Amén.
Luego dice:
BENDICIÓN DE LOCALES
DESTINADOS A LOS MEDIOS
DE COMUNICACIÓN SOCIAL
684-687
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Todos responden:
Y con tu espíritu.
694. O bien:
PRECES
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
Luego dice:
R. Amén.
BENDICIÓN DE GIMNASIOS
Y OTRAS INSTALACIONES
DEPORTIVAS
702-705
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Palabra de Dios.
712. O bien:
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
Luego dice:
R. Amén.
BENDICIÓN DE TODO LO
RELACIONADO CON LOS
DESPLAZAMIENTOS
HUMANOS
720-725.
1. RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Bendigamos concordes
a Jesucristo, el Señ or,
que es el camino, y la verdad, y la vida.
Todos responden:
Amén.
731. O bien:
734. O bien:
PRECES
Oremos.
Y, segú n las circunstancias, todos oran
durante algú n tiempo en silencio. Luego dice la
oració n de bendició n.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
O bien:
R. Amén.
b) Bendición de un vehículo
cualquiera
Dios todopoderoso, Creador del cielo y la tierra,
que, en tu gran sabiduría, encomendaste al
hombre hacer cosas grandes y bellas, te
pedimos por los que usen este vehículo: que
recorran su camino con precaució n y
seguridad, eviten toda imprudencia peligrosa
para los otros,
R. Amén.
c) Bendición de un avión
R. Amén.
O bien:
R. Amén.
d) Bendición de una barca
R. Amén.
e) Bendición de una nave
R. Amén.
Luego dice:
Todos responden:
Oremos.
Dios todopoderoso, creador del cielo y la
tierra, que, en tu gran sabiduría,
encomendaste al hombre hacer cosas
grandes y bellas, te pedimos por los que usen
este vehículo: que recorran su camino con
precaució n y seguridad, eviten toda
imprudencia peligrosa para los otros, y, tanto
si viajan por placer o por necesidad,
experimenten siempre la compañ ía de Cristo,
que vive y reina contigo por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
R. Amén.
XX
Capítulo --------------------------------------------
BENDICIÓN DE ALGUNOS
INSTRUMENTOS TÉCNICOS
748-751.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
752. Reunida la comunidad, puede entonarse
un canto adecuado, terminado el cual, el
ministro dice:
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Todos responden:
Amén.
755. El ministro dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
Palabra de Dios.
757. O bien:
760. O bien:
PRECES
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
a) Bendición de un instrumento
técnico
cualquiera
Bendito eres, Señ or, Dios nuestro, y digno de
toda alabanza, tú que, mediante el ingenio y
el trabajo del hombre, cuidas del progreso de
toda la creació n, y en los inventos de la raza
humana manifiestas de modo admirable tu
grandeza y tu bondad;
te pedimos
que quienes desean servirse de estos
instrumentos para mejorar su calidad de vida
te reconozcan admirable en tus obras
y se esfuercen por consagrarse plenamente a
tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
b) Bendición de una central
energética
Señ or, Dios todopoderoso, fuente y origen de
todo hombre, Creador de la luz, mira a estos
fieles tuyos, que desean utilizar esta central
como fuente de energía eléctrica (ató mica), y
haz que, buscando siempre tu rostro,
después de las tinieblas de este mundo,
puedan llegar hasta ti, Luz inagotable, en
quien vivimos, nos movemos y existimos.
R. Amén.
c) Bendición de un acueducto
R. Amén.
Luego dice:
BENDICIÓN DE LOS
INSTRUMENTOS DE
TRABAJO
769-773.
I. RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Todos responden:
Amén.
777. El ministro dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
Palabra de Dios
781. O bien:
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
786. O bien:
R. Amén.
787. Segú n las Circunstancias, el ministro
rocía con agua bendita a los presentes y los
instrumentos de trabajo.
R. Amén.
Todos responden:
R. Amén.
XXII
Capítulo --------------------------------------------
793-795.
RITO DE LA BENDICIÓN
Todos responden:
Palabra de Dios.
798. O bien:
799. O bien:
Is 11, 1 - 10: La raíz de Jesé se erguirá
los pueblos como enseñ a de
Palabra de Dios.
Oh Dios,
que con la sangre preciosa de tu Hijo,
consagraste el estandarte santo de la cruz y
quisiste que el á rbol santo fuera para los
fieles el signo de la salvació n; bendice + esta
bandera que hoy te presentan tus hijos, y
concede a cuantos confiesan a Jesucristo
como su Dios y su Señ or, avanzar, guiados
por esta bandera, por las sendas del
Evangelio y ser para sus hermanos ejemplo
de justicia, de fraternidad y de amor.
Por Jesucristo nuestro Señ or.
R. Amén
Para una bandera de cará cter civil.
R. Amén
802-805.
I. RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Proclamemos la grandeza
del Señ or, nuestro Dios, que todo lo hizo con
sabiduría.
Todos responden:
Amén.
809. El ministro dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
Palabra de Dios.
811. O bien:
Palabra de Dios.
814. O bien:
PRECES
816. Si se estima oportuno, antes de la
oració n de bendició n puede hacerse la plegaria
comú n. Entre las invocaciones que aquí se
proponen, el ministro puede seleccionar las que
le parezcan má s adecuadas o añ adir otras má s
directamente relacionadas con las
circunstancias del momento.
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
819. O bien:
R. Amén.
Todos responden
R. Amén.
BENDICIÓN DE LOS
CAMPOS, LAS TIERRAS DE
CULTIVO Y LOS TERRENOS
DE PASTO
827-830.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Todos responden:
Amén.
834. El ministro dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u, otras
semejantes:
Palabra de Dios.
836. O bien:
Palabra de Dios.
PRECES
R. Te rogamos, ó yenos.
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
844. O bien:
R. Amén.
R. Amén.
R.Amén.
BENDICIÓN DE LOS
TÉRMINOS DE UNA
POBLACIÓN
848-849.
RITO DE LA BENDICIÓN
Oremos.
R. Amén.
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno,
autor y conservador de todos los bienes, ante
quien se dobla toda rodilla en el cielo, en la
tierra y en el abismo;
confiados en tu misericordia, te suplicamos
humildemente que apartes de nuestros
términos todas las tormentas y disperses las
tempestades, para que, libres de estas
calamidades, demos gracias a tu majestad
y tengamos el á nimo mejor dispuesto para
poder servirte.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
Oremos.
Señ or y Dios nuestro, dígnate conceder y
conservarnos los frutos de la tierra, para que
nos alegremos con tus beneficios temporales
y sintamos el aumento de los dones
espirituales.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
Oremos.
Te rogamos, Señ or y Dios nuestro, que mires
nuestros términos con ojos serenos y rostro
alegre, y envíes sobre ellos tu bendició n, para
que el granizo no los afecte, la fuerza de la
tempestad no los arrase, la sequía no los
debilite, las plagas no los dañ en, ni el exceso
de lluvia los malogre, sino que lleves a
madurez sus frutos íntegros y sean
abundantes para nuestra utilidad. Por
Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
R. Amén.
BENDICIÓN EN LA
PRESENTACIÓN DE LOS
NUEVOS FRUTOS
865-867.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Todos responden:
Amén.
871. El ministro dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
Palabra de Dios.
875. O bien:
Sal 125 (126), 4-5. 6
R. (3) El Señ or ha estado grande con
nosotros.
PRECES
Oremos.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
880. O bien:
R. Amén.
R. Amén.
882. Es aconsejable terminar el rito con un
canto adecuado.
XXVII
Capítulo --------------------------------------------
BENDICIÓN DE LA MESA
883-885.
PRIMER ESQUEMA
Amén.
Luego:
R. Amén.
887.
O bien:
ANTES DE LA CENA
Amén.
Luego:
DESPUÉS DE LA CENA
889.
O bien:
O bien:
I. Tiempo de Adviento
ANTES DE LAS COMIDAS
V. Octava de Pascua
ANTES Y DESPUÉ S DE LAS COMIDAS
SEGUNDO ESQUEMA
I. Tiempo de Adviento
ANTES DE LAS COMIDAS
Amén.
893. O bien:
894. O bien:
895. O bien:
896. O bien:
897. O bien:
898. O bien:
Oremos.
Dios, Padre misericordioso, que, para
devolvernos la vida, quisiste que tu Hijo se
hiciese hombre, bendice + estos dones tuyos,
con los que vamos a rehacer nuestras fuerzas,
para que así, fortalecidos en el cuerpo, nos
mantengamos en vigilante espera de la
gloriosa venida de Cristo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
DESPUÉS DE LAS COMIDAS
900.
Oremos.
Te damos gracias, Dios todopoderoso, que
has restaurado nuestras fuerzas con los
dones de tu providencia;
te pedimos que, al restaurar nuestro cuerpo,
fortalezcas también nuestro espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
R. Amén.
Oremos.
Padre santo, cuya Palabra hecha carne es el
niñ o que nos ha nacido y el hijo que se nos ha
dado, te pedimos que también nosotros,
imitando esta donació n, nos entreguemos al
servicio de nuestros hermanos y trabajemos
para satisfacer necesidades corporales y
espirituales.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
Oremos.
Te damos gracias, Señ or,
porque nos proporcionas estos alimentos;
dígnate socorrer también a los necesitados, y
haz que nos sentemos un día todos juntos
R. Amén.
R. Amén.
Oremos.
(si es sacerdote o diá cono, hace la señ al de la
cruz)
Señ or Jesucristo,
que, para cumplir la voluntad del Padre, te
sometiste, por nosotros, incluso a la muerte,
bendícenos +
a los que nos hemos reunido fraternalmente
alrededor de esta mesa, para que, gustando
tu mismo alimento espiritual, sepamos
discernir lo que es la voluntad de Dios, lo
bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
Oremos.
Oh Dios, padre de todos los hombres, mira
con amor a esta familia tuya y concédenos
que, así como ahora venimos con gozo a esta
mesa, podamos un día compartir la plenitud
de este gozo, reunidos todos en la felicidad de
tu reino.
V. Tiempo pascual
ANTES DE LAS COMIDAS
Oremos.
Llenos de alegría te alabamos, Jesucristo,
Señ or nuestro, que, resucitado de entre los
muertos, te manifestaste a los discípulos al
partir el pan;
quédate con nosotros, Señ or,
mientras tomamos, agradecidos, estos
alimentos, y admite como comensales de tu
reino
a quienes te recibimos como huésped en la
persona de nuestros hermanos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
Oremos.
Oh Dios, fuente de vida,
derrama en nuestros corazones la alegría de
la Pascua y, pues nos has dado estos
alimentos, fruto de la tierra, concédenos
también
mantenernos siempre en aquella vida nueva
que Cristo con su resurrecció n nos ha
conseguido
y con su misericordia nos ha comunicado.
É l que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
R. Amén.
910. O bien:
R. Amén.
911. O bien:
R. Amén.
R. Amén.
Oremos.
Te damos gracias, Señ or, dador de todos los
bienes, que, por tu misericordia, nos has
reunido alrededor de esta mesa;
te pedimos que este refrigerio corporal nos
dé nueva fuerza para continuar nuestro
camino en este mundo, y poder un día llegar
felizmente
a la participació n del banquete de tu reino.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
914. O bien:
R. Amén.
915. O bien:
R. Amén.
TERCER ESQUEMA
R. Amén.
917.
V. Bendito sea el Nombre del Señ or.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Ahora y por siempre.
R. Amén.
CUARTO ESQUEMA
R. Amén.
919. O bien:
R. Amén.
920. O bien:
R. Amén.
922. O bien:
R. Amén.
924. O bien:
R. Amén.
925. O bien:
R. Amén.
926. O bien:
R. Amén.
927. O bien:
R. Amén.
Señ or, dígnate saciar a todos los hombres con
el necesario sustento, para que puedan darte
gracias junto con nosotros.
R. Amén.
TERCERA PARTE
929-932.
XXVIII
Capítulo
BENDICIÓN DEL
BAPTISTERIO O DE LA
NUEVA PILA BAUTISMAL
933-942.
Cosas que hay que preparar: 943-944.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Oremos.
Y todos oran un rato en silencio. Luego el
celebrante, con las manos extendidas, dice:
Oh Dios, que en el sacramento del nuevo
nacimiento multiplicas sin cesar el nú mero
de tus hijos, concédenos, te pedimos,
que todos los que renazcan de esta fuente de
salvació n con su manera de vivir glorifiquen
tu Nombre y aumenten la santidad de la
madre Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
Todos:
Amén.
RITOS INICIALES
Oremos.
Y todos oran durante algú n tiempo en
silencio. Luego el celebrante, con las manos
extendidas, dice:
Oh Dios,
que en el sacramento del nuevo nacimiento
multiplicas sin cesar el nú mero de tus hijos,
concédenos, te pedimos, que todos los que
renazcan de esta fuente de salvació n con su
manera de vivir
glorifiquen tu Nombre
y aumenten la santidad de la madre Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
Todos:
Amén.
BENDICIONES CON
OCASIÓN DE LA
INAUGURACIÓN DE UNA
CÁTEDRA O UNA SEDE
PRESIDENCIAL, DE UN
AMBÓN, DE UN SAGRARIO O
DE UNA SEDE PARA LA
CELEBRACIÓN DEL
SACRAMENTO DE LA
PENITENCIA
978-980.
I. BENDICIÓN CON OCASIÓN
DE LA INAUGURACIÓNDE
UNA NUEVA CÁTEDRA O
SEDE PRESIDENCIAL
981-983.
A. En la celebració n de la Misa
Amén.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Oremos.
R. Amén.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Oremos.
R. Amén.
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para anunciar el Evangelio a
los pobres, para anunciar a los cautivos la
libertad, y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
para anunciar el añ o de gracia del Señ or.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le
ayudaba y se sentó . Toda la sinagoga tenía los
ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
—«Hoy se cumple esta Escritura que acabá is
de oír.»
Y todos le expresaban su aprobació n y se
admiraban de las palabras de gracia que salían
de sus labios.
996. O bien:
Sal 1813 (19B), 8-9. 10. 15
R. (cf. Jn 6, 63c) Tus palabras, Señ or, son
espíritu y vida.
PRECES
998. Luego se hace la plegaria comú n. Entre
las invocaciones que aquí se proponen, el
celebrante puede seleccionar las que le parezcan
má s adecuadas o añ adir otras má s directamente
relacionadas con las circunstancias del
momento.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
El Señ or os bendiga
con todas las bendiciones del cielo
y os mantenga siempre santos y puros en su
presencia; que él derrame sobre vosotros,
con abundancia, las riquezas de su gloria, os
instruya con la palabra de la verdad,
R. Amén.
1002-1003.
A. En la celebració n de la Misa
Todos responden:
Amén.
Oremos.
R. Amén.
Palabra de Dios.
y alegran el corazó n;
la norma del Señ or es límpida y da luz a los
ojos. R.
1015. O bien:
PRECES
1018. Luego se hace la plegaria comú n.
Entre las invocaciones que aquí se proponen, el
celebrante puede seleccionar las que le parezcan
má s adecuadas o añ adir otras má s directamente
relacionadas con las circunstancias del
momento.
R. Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
R. Amén.
R. Amén.
1022.
1023. El rito de esta bendició n va unido a la
celebració n de la Misa. En ella, es conveniente
elegir, observando las debidas normas, las
lecturas y oraciones de las misas de la sagrada
Eucaristía[23]. En la homilía, después de la
explicació n de la palabra de Dios, se ilustrará
siempre de algú n modo a los fieles sobre el
significado de este rito.
Oremos.
Y, segú n las circunstancias, todos oran
durante algú n tiempo en silencio.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
PRECES
R. Amén.
1048-1050.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Oremos.
R. Amén.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 117 (118), 1 y 4. 15-16. 19-20. 22-23 (R.:
26)
PRECES
1060. Si se estima oportuno, antes de la
oració n de bendició n puede hacerse la plegaria
comú n. Entre las invocaciones que aquí se
proponen, el celebrante puede seleccionar las
que le parezcan má s adecuadas o añ adir otras
má s directamente relacionadas con las
circunstancias del momento.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
R. Amén.
1066-1071.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1072. Si ello es factible, conviene que la
comunidad de los fieles se dirija
procesionalmente desde la iglesia u otro lugar
adecuado al lugar donde se ha erigido la cruz
que se ha de bendecir. Si la procesió n no puede
hacerse o no parece oportuna, los fieles se
reú nen en el lugar donde se ha erigido la cruz
que se ha de bendecir.
1073. Reunido el pueblo, el celebrante
saluda a los fieles, diciendo:
La gracia de nuestro Señ or Jesucristo,
que por nosotros colgó del madero,
esté con todos vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas
preferentemente de la sagrada Escritura.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
1074. Luego el celebrante habla brevemente
a los fieles para disponer su á nimo a la
celebració n y explicar el significado del rito;
puede hacerlo con estas palabras u otras
semejantes:
Al bendecir solemnemente esta cruz,
queridos hermanos, veneremos con fe el
designio eterno de Dios, segú n el cual el misterio
de la cruz se ha convertido en el signo de la
misericordia divina. Siempre que miremos la
cruz, recordaremos que en ella culminó el
misterio del amor con el que Cristo amó a su
Iglesia. Siempre que saludemos la cruz,
acordémonos de que Cristo, suprimiendo con su
sangre toda divisió n, hizo de todos los hombres
un solo pueblo.
Siempre que veneremos la cruz, pensemos
que somos y nos declaramos discípulos de Cristo
y, cargando todos cada día con la propia cruz,
sigá moslo con generosidad.
Esforcémonos, pues, por asistir atentamente
a esta celebració n, para que el misterio de la
cruz brille ante nuestros ojos con un nuevo
fulgor y podamos sentir con má s fuerza su
eficacia.
Oremos.
Todos:
Amén.
Marchemos en paz.
Salmo 97 (98)
Palabra de Dios.
1080. Pueden también leerse: Nm 21, 4-9;
1Co 2, 1-5; Hb 4, 12-16; Jn 3, 13-17;Jn 19, 25-27.
1081. Segú n las circunstancias, se puede
decir o cantar un salmo responsorial u otro
canto adecuado.
1082. O bien:
Sal 21 (22), 8-9. 17-18a. 23-24b
R. (2a) Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?
Sal 54 (55), 5-6. 13. 14-15. 17-18. 23
R. (23ab) Encomienda a Dios tus afanes, que
él te sustentará .
1083. El celebrante, segú n las circunstancias,
exhorta brevemente a los presentes,
explicá ndoles la lectura bíblica, para que
perciban por la fe el significado de la celebració n
y el poder de la cruz del Señ or.
ORACIÓ N DE BENDICIÓ N
1084. Terminada la homilía, el celebrante, de
pie ante la cruz, con las manos extendidas, dice
la oració n de bendició n:
Te bendecimos, Señ or, Padre santo, que, en el
exceso de tu amor, nos procuraste el remedio
de la salvació n y de la vida en el á rbol, de
donde el primer hombre había sacado ruina y
muerte. Porque, cuando llegó la hora de su
Pascua, Jesú s, el Señ or, sacerdote, maestro y
rey, ascendió voluntariamente al á rbol de la
cruz y lo convirtió en trono de su gloria, en
altar de su sacrificio, en cá tedra de la verdad.
Allí, elevado sobre la tierra, venció al antiguo
enemigo y, vestido con la pú rpura de su
sangre, atrajo hacia sí, lleno de amor, a todos
los hombres; allí, con los brazos extendidos,
te hizo, Padre, la ofrenda de su vida e infundió
una fuerza salvadora a los sacramentos de la
nueva alianza;
allí, enseñ ó con su muerte
lo que antes había anunciado de palabra: que
el grano de trigo, cuando muere, produce
fruto abundante.
Así, pues, te suplicamos, Señ or, que tus fieles,
al venerar este signo de salvació n, reciban los
frutos de redenció n que Cristo Jesú s mereció
con su pasió n; que en la cruz den muerte a
sus pecados y que, por el poder de esta cruz,
dominen la soberbia
y fortalezcan su debilidad;
que en ella encuentren consuelo en sus
aflicciones y seguridad en sus peligros;
y que, protegidos por su poder, recorran sin
dañ o los caminos de este mundo, hasta que
tú , Padre, los recibas en el hogar del cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
1085. O bien:
Señ or, Padre santo, que quisiste que la cruz
de tu Hijo fuera la fuente de toda bendició n y
el origen de todos tus beneficios, atiende
generoso a nuestras sú plicas, ya que hemos
alzado esta cruz como un testimonio de
nuestra fe, y concédenos que, viviendo, aquí
en la tierra, unidossiempre al misterio de la
pasió n de Cristo, alcancemos el gozo eterno
de la resurrecció n. Por Jesucristo, nuestro
Señ or.
R. Amén.
1086. El celebrante pone incienso en el
incensario e inciensa la cruz. Después se canta la
antífona:
Tu cruz adoramos, Señ or, y tu santa
resurrecció n alabamos y glorificamos; por el
madero ha venido la alegría al mundo entero.
O bien:
Por la señ al de la santa cruz, de nuestros
enemigos líbranos, Señ or, Dios nuestro. U
otro canto adecuado en honor de la santa
cruz.
1087. Terminado el canto, si puede hacerse
có modamente, el celebrante, los ministros y los
fieles veneran la nueva cruz: se acercan a ella
ordenadamente uno tras otro y le hacen alguna
señ al de veneració n, segú n las costumbres del
lugar. Si esto no es posible, el celebrante, con
unas breves palabras, invita al pueblo a venerar
la santa cruz, y éste la venera, guardando algú n
tiempo de silencio o profiriendo una adecuada
aclamació n, por ejemplo:
Padre nuestro...
BENDICIÓN DE LAS
IMÁGENES QUE SE
EXPONEN A LA PÚBLICA
VENERACIÓN DE LOS
FIELES
1091-1096.
I. RITO DE LA BENDICIÓN DE
UNA IMAGEN DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO
RITOS INICIALES
1097. Reunido el pueblo, se entona
oportunamente un canto adecuado, terminado el
cual, el celebrante dice:
Amén.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Palabra de Dios.
1103. O bien:
Ap 15, 3. 4
R. (14, 7) Respetad a Dios y dadle gloria.
1104. El celebrante, segú n las circunstancias,
hace la homilía, en la cual explica las lecturas
bíblicas y el misterio del Señ or representado en
la imagen, para que el significado de la
celebració n sea percibido por la fe.
PRECES
1105. Si se estima oportuno, antes de la
oració n de bendició n puede hacerse la plegaria
comú n. Entre las invocaciones que aquí se
proponen, el celebrante puede seleccionar las
que le parezcan má s adecuadas o añ adir otras
má s directamente relacionadas con las
circunstancias de la comunidad o del momento.
Invoquemos a Dios Padre, que nos ha dado
por salvador y redentor a su Verbo, por quien
todo fue creado y en quien todo se mantiene, y
digá mosle:
R. Amén.
1108. O bien:
1118. O bien:
pecado,
—líbranos a nosotros de toda culpa. R.
ORACIóN DE BENDICIóN
R. Amén.
1123. O bien:
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
RITOS INICIALES
Amén.
1128. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos, ni
entra por la senda de los pecadores, ni se
sienta en la reunió n de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señ or, y medita
su ley día y noche. R.
R. Amén.
1138. O bien:
R. Amén.
1139. Después de la oració n de bendició n, el
celebrante, segú n las circunstancias, pone
incienso e inciensa la imagen, mientras se canta
un salmo o un himno que guarden relació n con
el santo cuya imagen se bendice, o una de las
siguientes antífonas:
Alabad a nuestro Dios, todos sus santos
y los que teméis a Dios, pequeñ os y grandes,
porque ha establecido su reinado el Señ or,
nuestro Dios todopoderoso.
Con alegría y regocijo démosle gloria.
O bien:
El pueblo cuenta la sabiduría dé los santos, la
asamblea pregona su alabanza.
1142-1146.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
1148. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
1153. O bien:
Sal 150, 1-2. 3-4. 5
R. (2b) Alabad al Señ or por su inmensa
grandeza.
PRECES
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
1158. O bien:
R. Cantad al Señ or
y bendecid su Nombre. Aleluya.
R. Amén.
R. Amén.
R. Amén.
1163-1165.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
O bien:
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Palabra de Dios.
1172. O bien:
Sal 97 (98), 1. 2-3. 4-6
R. (cf. 5 y 6) Aclamad y tocad para el Señ or.
1173. El celebrante, segú n las circunstancias,
exhorta brevemente a los presentes,
explicá ndoles la lectura bíblica, para que
perciban el significado de la celebració n y la
finalidad del ó rgano.
PRECES
1174. Sigue, segú n las circunstancias, la
plegaria comú n. Entre las invocaciones que aquí
se proponen, el celebrante puede seleccionar las
que le parezcan má s adecuadas o añ adir otras
má s directamente relacionadas con las
circunstancias de los presentes o del momento.
R. Amén.
R. Amén.
BENDICIÓN DE OBJETOS
QUE SE USAN EN LAS
CELEBRACIONES
LITÚRGICAS
1180-1185.
PRIMERA LECTURA
Palabra de Dios.
1192. Puede también leerse: 1Co 11, 23-
26.
1193. A continuació n se dice o se canta un
salmo responsorial.
1194. O bien:
Sal 15 (16), 5 y 8. 9-10. 11
R. (5a) El Señ or es el lote de mi heredad y mi
copa.
EVANGELIO
1195.
1196. O bien:
Mt 20, 20-28: Mi cá liz lo beberéis.
En aquel tiempo, se acercó a Jesú s la madre
de los Zebedeos...
1197. Después de la lectura de la palabra de
Dios, el sacerdote hace la homilía, en la cual
explica las lecturas bíblicas y el sentido de la
bendició n del cá liz y de la patena que se usan en
la celebració n de la Cena del Señ or.
1198. Terminada la oració n de los fieles, los
ministros, o los delegados de la comunidad que
ofrece el cá liz y la patena, los colocan sobre el
altar. Luego, el sacerdote se dirige al altar.
Mientras tanto, se canta la antífona siguiente u
otro canto adecuado:
Alzaré la copa de la salvació n,
invocando el nombre del Señ or.
Oremos.
Todos responden:
El pueblo contesta:
Y con tu espíritu.
Oremos.
Todos responden:
Señ or Dios,
que por la muerte y resurrecció n de tu Hijo
redimiste a todos los hombres, conserva en
nosotros la obra de tu amor, para que,
venerando constantemente el misterio de Cristo,
consigamos el fruto de nuestra salvació n.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
Podéis ir en paz.
Todos:
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Oremos.
R. Amén.
R. Amén.
B. RITO BREVE
Todos responden:
O bien:
Todos responden:
Y con tu espíritu.
1219. El celebrante, segú n las circunstancias,
dispone a los presentes para la celebració n de la
bendició n.
1220. Uno de los presentes, o el mismo
celebrante, lee algú n texto de la sagrada
Escritura:
Rm 12, 1: Os exhorto, hermanos, por la
misericordia de Dios, a presentar vuestros
cuerpos como hostia viva, santa, agradable a
Dios; éste es vuestro culto razonable.
Ga 3, 26-27: Todos sois hijos de Dios por la fe
en Cristo Jesú s. Los que os habéis incorporado a
Cristo por el bautismo os habéis revestido de
Cristo.
Hch 2, 42: Los discípulos eran constantes en
escuchar la enseñ anza de los apó stoles, en la
vida comú n, en la fracció n del pan y en las
oraciones.
Jn 4, 23: Se acerca la hora, ya está aquí, en
que los que quieran dar culto verdadero
adorará n al Padre en espíritu y verdad, porque
el Padre desea que le den culto así.
1221. Luego el celebrante dice:
Oremos.
R. Amén.
1222. O bien, para las vestiduras
litú rgicas:
R. Amén.
XXXVI
Capítulo --------------------------------------------
1223-1225.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
1231. Luego el celebrante dice:
Oremos.
R. Amén.
1232. O bien:
BENDICIÓN DE LA CORONA
DE ADVIENTO
1235-1237.
MONICIÓN INTRODUCTORIA
Al comenzar el nuevo añ o litú rgico vamos a
bendecir esta corona con que inauguramos
también el tiempo de Adviento. Sus luces nos
recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su
color verde significa la vida y la esperanza.
El encender, semana tras semana, los cuatro
cirios de la corona debe significar nuestra
gradual preparació n para recibir la luz de la
Navidad.
1239. Uno de los presentes, o el mismo
ministro, lee un breve texto de la sagrada
Escritura, por ejemplo:
Is 60, 1:¡Levá ntate, brilla, Jerusalén, que llega
tu luz; la gloria del Señ or amanece sobre ti!
1240. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, con las manos extendidas, si es laico,
con las manos juntas, dice la oració n de
bendició n:
Oremos.
La tierra, Señ or, se alegra en estos días, y tu
Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el
Señ or, que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las
tinieblas de la ignorancia, del dolor y del
pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo
ha preparado esta corona con ramos del
bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo
de preparació n
para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señ or,
que, mientras se acrecienta cada día el
esplendor de esta corona, con nuevas luces, a
nosotros nos ilumines
con el esplendor de aquel que, por ser la luz
del mundo, iluminará todas las oscuridades.
É l que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Y se enciende el cirio que corresponda segú n
la semana de Adviento.
II. RITO DE LA BENDICIÓ N EN LA IGLESIA
1241. La «Corona de Adviento», que se ha
instalado en la iglesia, se puede bendecir al
comienzo de la Misa. La bendició n se hará
después del saludo inicial, en lugar del acto
penitencial.
MONICIÓN INTRODUCTORIA
Hermanos: Al comenzar el nuevo añ o
litú rgico vamos a bendecir esta corona con que
inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus
luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del
mundo. Su color verde significa la vida y la
esperanza. La corona de Adviento es, pues, un
símbolo de que la luz y la vida triunfará n sobre
las tinieblas y la muerte, porque el Hijo de Dios
se ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera
vida.
El encender, semana tras semana, los cuatro
cirios de la corona debe significar nuestra
gradual preparació n para recibir la luz de la
Navidad. Por eso hoy, primer domingo de
Adviento, bendecimos esta corona y
encendemos su primer cirio.
1242. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, con las manos extendidas, si es laico,
con las manos juntas, dice la oració n de
bendició n:
Oremos.
La tierra, Señ or, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señ or,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las
tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo
ha preparado esta corona con ramos del
bosque
y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo
de preparació n
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señ or,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de aquel que, por ser la luz
del mundo, iluminará todas las oscuridades.
É l que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Y se enciende el cirio que corresponda segú n
la semana del Adviento.
XXXVIII
Capítulo --------------------------------------------
NAVIDEÑO
1243-1245.
FAMILIAR
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1246. Reunida la familia, el padre o la madre
de la misma dice:
responden:
Amén.
Todos responden:
PRECES
1250. Sigue la plegaria comú n:
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
O bien:
R. Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
Todos responden.
Amén.
II. BENDICIÓN DEL BELÉN
DE
UNA IGLESIA
A. RITO DE LA BENDICIÓN FUERA DE LA MISA
O DE LAS I VÍSPERAS DE NAVIDAD
RITOS INICIALES
Amén.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Todos responden:
O bien:
Amén.
1256. El ministro dispone a los presentes
para la bendició n con estas palabras u otras
semejantes:
PRECES
ORACIÓN DE BENDICIÓN
R. Amén.
O bien:
R. Amén.
Todos responden:
Amén.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Oremos.
Señ or Dios, Padre nuestro, que tanto amaste
al mundo que nos entregaste a tu Hijo ú nico
nacido de María, la Virgen, dígnate bendecir +
este nacimiento y a la comunidad cristiana
que está aquí presente, para que las
imá genes de este Belén ayuden a profundizar
en la fe a los adultos y a los niñ os.
Te lo pedimos por Jesú s, tu Hijo amado, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
O bien:
Oremos.
Oh Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al
mundo que nos has entregado a tu ú nico Hijo
Jesú s, nacido de la Virgen María, para
salvarnos y llevarnos de nuevo a ti, te
pedimos que con tu bendició n + estas
imá genes del nacimiento nos ayuden a
celebrar la Navidad con alegría y a ver a
Cristo presente en todos los que necesitan
nuestro amor. Te lo pedimos en el nombre de
Jesú s, tu Hijo amado, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
R. Amén.
1271. Concluida la bendició n, los fieles
pueden adorar la imagen del Niñ o Jesú s.
XXXIX
Capítulo
1272-1274.
RITO DE LA BENDICIÓN
1275. El ministro, al comenzar la
celebració n, dice:
Nuestro auxilio es el nombre del Señ or.
Todos responden:
Que hizo el cielo y la tierra.
1276. Uno de los presentes, o el mismo
ministro, lee un breve texto de la sagrada
Escritura, por ejemplo:
Is 60, 13: Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del
Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para
adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi
estado.
1277. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, con las manos extendidas, si es laico,
con las manos juntas, dice la oració n de
bendició n:
Oremos.
Bendito seas, Señ or y Padre nuestro, que nos
concedes recordar con fe en estos días de
Navidad
los misterios del nacimiento de Jesucristo.
Concédenos, a quienes hemos adornado este
á rbol y lo hemos embellecido con luces, vivir
también a la luz
de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo y
ser enriquecidos con las virtudes que
resplandecen en su santa infancia. Gloria a él
por los siglos de los siglos.
R. Amén.
1278. Segú n las circunstancias, el ministro
rocía con agua bendita a los presentes y el á rbol.
XL
Capítulo
BENDICIÓN DE LAS
ESTACIONES DEL VÍA
CRUCIS
1279-1281.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1282. Reunida la comunidad, puede cantarse
el himno Vexilla Regis prodeunt u otro canto
adecuado.
1283. Terminado el canto, el celebrante
dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
1284. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
Jesú s, el Señ or,
que murió por nosotros
Palabra de Dios.
1289. O bien:
Sal 30 (31), 2 y 6. 12-13. 15-16
R. (Lc 23, 46) Padre, a tus manos encomiendo
mi espíritu.
1290. El celebrante, segú n las circunstancias,
exhorta brevemente a los presentes,
explicá ndoles la lectura bíblica, para que
perciban por la fe el significado de la
celebració n.
PRECES
1291. Sigue la plegaria comú n. Entre las
invocaciones que aquí se proponen, el
celebrante puede seleccionar las que le parezcan
má s adecuadas o añ adir otras má s directamente
relacionadas con las circunstancias de los
presentes o del momento.
Glorifiquemos a Cristo, que nos ama y nos ha
redimido con su sangre, y a él, que por nosotros
murió y resucitó , démosle gracias, diciendo:
ORACIÓN DE BENDICIÓN
1292. El celebrante, con las manos
extendidas, dice la oració n de bendició n:
Oh Dios, cuyo Hijo
murió y resucitó por nosotros
para que, muertos al pecado, vivamos para la
justicia, ayuda con la gracia de tu bendició n a
tus fieles que recuerdan devotamente los
misterios de su pasió n, para que los que
siguen a Cristo llevando con paciencia su cruz
rebosen de gozo cuando se manifieste su
gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
1293. O bien:
Señ or, Padre santo, tú dispusiste que la cruz
de tu Hijo fuera origen de toda bendició n y
causa de todas las gracias, haz que,
adhiriéndonos en la tierra a la pasió n de
Cristo, alcancemos el gozo eterno de la
resurrecció n.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
1294. Después de la oració n de bendició n, el
celebrante, segú n las circunstancias, pone
incienso e inciensa todas las cruces o imá genes,
mientras se canta la antífona: Tu cruz adoramos,
Señ or, y tu santa resurrecció n alabamos y
glorificamos; por el madero ha venido la alegría
al mundo entero. U otra antífona o canto
adecuado, por ejemplo, La Madre piadosa estaba.
1295. Luego sigue el piadoso ejercicio del vía
crucis, segú n las costumbres del lugar.
CONCLUSIÓ N DEL RITO
1296. Es conveniente entonar un canto
adecuado, por ejemplo, el himno Ad cenam Á gni
pró vidi, en recuerdo de la resurrecció n. Después
el celebrante bendice al pueblo, diciendo:
Dios, que por la muerte y resurrecció n de su
Hijo se dignó redimir al género humano, os
conceda que, recordando con piedad la
pasió n de Cristo, sigá is al Señ or crucificado, y
así, en el cielo, gocéis de su presencia
gloriosa.
R. Amén.
Y a todos vosotros, que está is aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo +
y Espíritu Santo.
R. Amén.
1297. O bien:
La bendició n de Dios, que por la cruz y la
sangre de su Hijo se ha dignado redimirnos y
salvarnos, descienda sobre vosotros.
R. Amén.
É l os conceda que, con todos los santos,
logréis abarcar lo alto y lo profundo
del amor de Cristo manifestado en la cruz.
R. Amén.
Que acoja complacido vuestras piadosas
acciones y se digne atender benignamente
nuestras peticiones.
R. Amén.
Y la bendició n de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda
sobre vosotros.
R. Amén.
XLI
Capítulo --------------------------------------------
BENDICIÓN DE UN CEMENTERIO
1298-1302.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1303. Cuando sea posible, conviene que la
comunidad de fieles se dirija ordenadamente
desde la iglesia u otro lugar adecuado hasta el
cementerio que se ha de bendecir. Si la
procesió n no puede hacerse o no parece
oportuna, los fieles se reú nen en la entrada del
cementerio.
El celebrante saluda a los fieles, diciendo:
La gracia de nuestro Señ or Jesucristo,
dador de la vida y triunfador de la muerte,
esté con todos vosotros.
U otro saludo semejante.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
1304. Luego el celebrante dispone
oportunamente el espíritu de los fieles para la
celebració n, con estas palabras u otras
semejantes:
Queridos hermanos, movidos por la piedad
cristiana, hemos venido para bendecir este
cementerio, en el cual reposará n los cuerpos de
nuestros hermanos, hasta que resplandezca el
día del retorno glorioso del Señ or. Desde este
lugar de dormició n, preparado para nuestros
hermanos difuntos, levantemos la mirada hacia
la ciudad celestial y contemplemos allí a Cristo,
muerto y resucitado por nosotros, para que él
nos acoja bondadoso cuando resucitemos, ya
que nos encarga que estemos ahora en vela
aguardá ndolo.
1305. Terminada la monició n, el
celebrante dice:
Oremos.
Y todos oran durante algú n tiempo en
silencio. El celebrante, con las manos extendidas,
prosigue:
Oh Dios, que haces de tus fieles
la Iglesia que peregrina en la tierra,
para recibirlos un día como habitantes
definitivos en el cielo,
mira a esta familia tuya,
que ha venido piadosamente al cementerio,
y haz que este lugar,
preparado para la inhumació n de los cuerpos,
le recuerde la vida futura en Cristo,
el cual transformará nuestro cuerpo humilde,
segú n el modelo de su cuerpo glorioso.
É l que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
1306. Terminada la oració n, el diá cono
hace la monició n: Marchemos en paz.
Y se organiza la procesió n hacia el
cementerio de la siguiente manera: precede el
crucifero en medio de dos ministros con los
ciriales encendidos; sigue el celebrante con los
otros ministros, finalmente los fieles.
1307. Mientras avanza la procesió n, se
canta la antífona:
R. Que mi lote, Señ or, sea el país de la vida.
O bien la antífona:
R. Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señ or.
O bien la antífona:
R. É sta es la puerta del Señ or:
los vencedores entrará n por ella.
Con el salmo 117 (118), u otro salmo tomado
preferentemente del Ritual de Exequias[28]
(35), u otro canto adecuado.
Salmo 117 (118)
Dad gracias al Señ or porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.
BENDICIÓN DE CIERTOS
OBJETOS DE DEVOCIÓN
DEL PUEBLO CRISTIANO
1320-1321.
XLII
Capítulo
BENDICIÓN DE BEBIDAS,
COMESTIBLES U OTRAS
COSAS POR MOTIVOS DE
DEVOCIÓN
1322-1326.
I. RITO DE LA BENDICIÓN
FUERA DE LA MISA
RITOS INICIALES
BENDICIÓN DE LOS
OBJETOS DESTINADOS A
EJERCITAR LA PIEDAD Y LA
DEVOCIÓN
1346-1349.
I. RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1350. Reunido el pueblo, el celebrante dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
1351. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
La gracia, la misericordia y la paz
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Palabra de Dios.
1354. Pueden también leerse: Rm 8, 26-31;
1Co 13, 813; 1Co 15, 45-50; 2Co 4, 1-7; Ga 1, 1.
3-5; 2, 19b-20; Ef 3, 14-21; Col 3, 14-17; Lc 11, 5-
13; Lc 18, 1-8.
1355. Segú n las circunstancias, se puede
decir o cantar un salmo responsorial u otro
canto adecuado.
Salmo responsorial Sal 99 (100), 2. 3. 4. 5 (R.:
5b)
1356. O bien:
Sal 122 (123), 1. 2. 3-4
R. (1) A ti levanto mis ojos a ti que habitas en
el cielo.
Sal 138 (139), 1-2. 3-4. 5-6. 7-8. 9-10
S. (cf. 4b) Tú , Señ or, lo sabes todo.
Sal 150, 1-2. 3-4. 5
T. (2a) Alabad al Señ or por sus obras
magníficas.
1357. Después de la lectura, se hace
oportunamente la homilía, en la cual el,
celebrante explica la lectura y el significado del
rito.
1358. Antes de la oració n de bendició n
puede hacerse la plegaria comú n. Entre las
invocaciones que aquí se proponen, el
celebrante puede seleccionar las que le parezcan
má s adecuadas o añ adir otras directamente
relacionadas con las circunstancias de los
presentes o del momento.
Nosotros, hermanos, no queremos tener un
semblante de piedad, sino que la profesamos de
corazó n; por esto, invoquemos al Señ or,
diciendo:
11.RITO BREVE
1363. Al comienzo, el celebrante dice:
Muéstranos, Señ or, tu misericordia.
Todos responden:
Y danos tu salvació n.
1364. El celebrante dispone a los presentes
para la celebració n de la bendició n, segú n las
circunstancias.
1365. Uno de los presentes, o el mismo
celebrante, lee algú n texto de la sagrada
Escritura.
Rm 8, 26b. 27b: Nosotros no sabemos pedir
lo que nos conviene, pero el Espíritu intercede
por nosotros con gemidos inefables, y su
intercesió n por los santos es segú n Dios.
Col 3, 17: Todo lo que de palabra o de obra
realicéis, sea todo en nombre del Señ or Jesú s,
dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Lc 11, 9-10: Os digo a vosotros: «Pedid y se os
dará , buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá ;
porque quien pide recibe, quien busca halla, y al
que llama se le abre.»
FÓRMULA BREVE
1367. En determinadas circunstancias, el
sacerdote o el diá cono pueden emplear la
siguiente fó rmula breve:
En el nombre del Padre, y del Hijo, + y del
Espíritu Santo.
R.Amén.
XLIV
Capítulo ------------------------------------------
1368-1371.
I. RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1372. Reunido el pueblo, el celebrante se
dirige hacia él, mientras se canta oportunamente
el himno Te gestientem gaudiis («Rezar el santo
Rosario») [32] u otro canto adecuado.
1373. Terminado el canto, el celebrante
dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo
Todos se santiguan y responden:
Amén.
1374. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre,
Palabra de Dios.
1378. Segú n las circunstancias, se puede
decir o cantar un salmo responsorial u otro
canto adecuado.
Salmo responsorial Lc 1, 46-47. 48-49. 50-51.
52-53. 5455 (R.: 49)
FÓRMULA BREVE
1393. En determinadas circunstancias, el
sacerdote o el diá cono puede emplear la
siguiente fó rmula breve:
En el nombre del Padre, y del Hijo, + y del
Espíritu Santo.
R. Amen.
XLV
Capítulo
BENDICIÓN E IMPOSICIÓN
DEL ESCAPULARIO
1394-1396.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1397. Reunido el pueblo, o por lo menos los
miembros de la cofradía, el celebrante se dirige
hacia ellos, mientras se canta oportunamente
algú n himno relacionado con la celebració n.
Terminado el canto, el celebrante dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
1398. Luego el celebrante saluda a los
presentes, diciendo:
La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre,
de quien, por el Hijo nacido de la Virgen,
procede todo bien, estén con todos vosotros.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
1404. El celebrante, con las manos
extendidas, añ ade:
Oh Dios, inicio y complemento de nuestra
santidad, que llamas a la plenitud de la vida
cristiana y a la perfecció n de la caridad
a los que han renacido del agua y del Espíritu
Santo, mira con bondad a estos servidores
tuyos, que reciben con devoció n
este escapulario para alabanza de la
santísima Trinidad
(en honor de la pasió n de Cristo /
en honor de santa María Virgen),
y haz que sean imagen de Cristo, tu Hijo,
y así, terminado felizmente su paso por esta
vida,
con la ayuda de la Virgen Madre de Dios,
BENDICIÓN DE UN HÁBITO
1411-1412
RITO DE LA BENDICIÓN
1413. El celebrante, al comenzar la
celebració n, dice:
Nuestro auxilio es el nombre del Señ or.
Todos responden:
Que hizo el cielo y la tierra.
1414. Uno de los presentes, o el mismo
celebrante, lee un breve texto de la sagrada
Escritura, por ejemplo:
Ef 4, 23-24: Renovaos en la mente y en el
espíritu y vestíos de la nueva condició n humana,
creada a imagen de Dios: justicia y santidad
verdaderas.
1415. Luego el celebrante, con las manos
extendidas, dice la oració n de bendició n:
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno,
que en el bautismo
nos has despojado del pecado
y nos has revestido de la dignidad de hijos
tuyos;
te pedimos que bendigas este há bito de
penitencia
y a quien lo va a llevar
por amor a tu Hijo (v. gr.: el Señ or de los
Milagros),
O bien:
por amor a la Santísima Virgen (v. gr.: del
Carmen),
O bien:
por amor a san N. (v. gr.: Francisco, Antonio),
y concédele que, recordando su compromiso
de cristiano,
rechace todo pecado y cumpla tus
mandamientos,
y alcance la plenitud de los méritos
de la muerte y resurrecció n de tu Hijo
Jesucristo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
1416. Segú n las circunstancias, el celebrante
rocía con agua bendita el há bito y a los
presentes.
QUINTA PARTE
BENDICIONES PARA
DIVERSAS
CIRCUNSTANCIAS
1417.
XLVII
Capítulo
BENDICIÓN EN LA ACCIÓN
DE GRACIAS POR LOS
BENEFICIOS RECIBIDOS
1418-1420.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1421. Reunida la comunidad, el ministro
dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
1422. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, saluda a los presentes, diciendo:
Dios, rico en misericordia,
que hace maravillas para con su pueblo,
Palabra de Dios.
1426. Pueden también leerse: 1Co 1, 4-9; Col
3, 15-17; 1Ts 5, 12-14; 1Tm 2, 1-10; Lc 17, 11-
19.
1427. Segú n las circunstancias, se puede
decir o cantar un salmo responsorial u otro
canto adecuado.
Salmo responsorial Sal 65 (66), lb-2. 8-9. 10-
11. 13-14. 16-17. 19-20 (R.: 16)
1437-1439.
RITO DE LA BENDICIÓN
RITOS INICIALES
1440. Reunida la comunidad, el ministro
dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
1441. Luego el ministro, si es sacerdote o
diá cono, saluda a los presentes, diciendo:
Dios, fuente de todo bien,
esté con todos vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas
preferentemente de la sagrada Escritura.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
O de otro modo adecuado.
1442. Si el ministro es laico, saluda a los
presentes, diciendo:
Bendigamos, hermanos, a Dios,
fuente de todo bien.
Todos responden:
Amén.
1443. El ministro dispone a los presentes a
recibir la bendició n, con estas palabras u otras
semejantes:
Todo lo que Dios ha creado y sustenta, todos
los acontecimientos que él dirige con su
providencia, así como las buenas obras de los
hombres que induzcan al bien, son motivo para
que los fieles bendigan, de corazó n y de palabra,
a Dios, origen y fuente de todo bien. Con esta
nuestra celebració n, nosotros profesamos
nuestra fe en el hecho de que a los que temen y
aman a Dios todo les sirve para el bien, así como
nuestra convicció n de que siempre y en toda
situació n debemos buscar la ayuda divina para
que, uniéndonos a la voluntad de nuestro Padre,
podamos hacerlo todo para gloria de Dios en
Cristo.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
1444. Luego el lector, uno de los presentes o
el mismo ministro lee un texto de la sagrada
Escritura.
Col 1, 9b-14: Fructificad en toda clasede
obras buenas
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
apó stol san Pablo a los Colosenses.
Palabra de Dios.
1445. O bien:
Rm 8, 24-28: El Espíritu viene en ayuda de
nuestradebilidad
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
apó stol san Pablo a los Romanos.
En esperanza fuimos salvados. Y una
esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Có mo
seguirá esperando uno aquello que se ve?
Cuando esperamos lo que no vemos,
aguardamos con perseverancia. Pero ademá s el
Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad,
porque nosotros no Sabemos pedir lo que nos
conviene, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos inefables. Y el que
escudriñ a los corazones sabe cuá l es el deseo del
Espíritu, y que su intercesió n por los santos es
segú n Dios.
Palabra de Dios.
1446. O bien:
1Tm 4, 4-5: Todo lo que Dios hacreado es
bueno
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
apó stol san Pablo a Timoteo.
Palabra de Dios.
1447. Pueden también leerse: Nm 6, 22-27;
Dt 33, 1. 13b-16a; Sb 13, 1-7; Si 18, 1-9.
1448. Segú n las circunstancias, se puede
decir o cantar un salmo responsorial u otro
canto adecuado.
Salmo responsorial Sal 104 (105), 1-2. 3-4. 5
y 7. 8-9 (R.: 43)
R. El Señ or sacó a su pueblo con alegría.
R. Amén.
1455. O bien:
Te bendecimos, Señ or, Padre santo, por cuya
palabra y poder fue hecho todo, y por cuya
donació n recibimos todo lo necesario para
nuestra subsistencia; te pedimos que
nosotros, tus fieles, obedeciendo de buen
grado a tu voluntad, usemos siempre con
agradecimiento de estas criaturas. Por
Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
1456. O bien:
Dios todopoderoso y eterno, que creaste al
hombre adecuadamente provisto de los bienes
de esta vida, para que pudiera aspirar a los
dones eternos, atiende a nuestras sú plicas y
concédenos que, fortalecidos con el consuelo de
los bienes terrenales, dispongamos de lo
suficiente para nuestra subsistencia y
alcancemos finalmente la herencia que tú nos
prometes.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
1457. b) Para las cosas hechas por mano de
hombre Dios todopoderoso y eterno, que
sometiste al hombre el mundo creado para que
nos ayudá ramos mutuamente por la caridad,
dígnate atender a nuestras sú plicas, con las
cuales imploramos tu bendició n sobre los que
usará n de estas cosas segú n su necesidad, para
que siempre te reconozcan a ti como el bien
supremo
y amen a sus hermanos con sincero corazó n.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
1458. c) Para determinadas
circunstancias de la vida Concede, Señ or, a
tus fieles encontrar seguridad y riqueza en la
abundancia de tus misericordias y haz que,
protegidos por tu bendició n, se mantengan
en continua acció n de gracias y te bendigan
rebosantes de alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señ or. R. Amén.
1459. O bien:
Concede, Señ or, que tus fieles, por la fuerza
de tu bendició n, se dispongan interiormente
al bien, para que realicen todas sus obras
fortalecidos y movidos por tu amor. Por
Jesucristo, nuestro Señ or. R. Amén.
1460. O bien:
Conforta, Señ or, a tus fieles con la bendició n
que imploramos de ti, para que nunca nos
apartemos de tu voluntad y siempre
podamos agradecer tus beneficios. Por
Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
1461. O bien:
Señ or, bendice a tu pueblo que espera
siempre en tu misericordia y concédele
recibir de tu mano generosa todo lo que tú
mismo le impulsas a pedir. Por Jesucristo,
nuestro Señ or. R. Amén.
1462. O bien:
Señ or, que tu pueblo reciba los frutos de tu
generosa bendició n para que, libre de todo
pecado, logre alcanzar los bienes que desea.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
1463. El ministro, si es sacerdote o diá cono,
concluye el rito diciendo
Dios, bendito a través de todo, os bendiga por
Cristo en todo, para que todo os sirva para el
bien. R. Amén
Y la bendició n de Dios todopoderoso, Padre,
Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre
vosotros.
R.Amén.
1464. Si el ministro es laico, concluye el rito
santiguá ndose y diciendo:
Dios, bendito a través de todo, nos bendiga
por Cristo en todo, para que todo nos sirva
para el bien. R. Amén.
1465. Es aconsejable terminar el rito con un
canto adecuado.
Ordo Lectionum M
826-866.
[16] Cf. Missale romanum, nú ms. 770-774.