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Textos No Literarios
Textos No Literarios
Textos No Literarios
La diferencia entre un texto literario de otro no literario puede ser evidente, a simple vista
todos podríamos reconocer que un cuento no está escrito de la misma forma que el prospecto
de un medicamento, ni tiene la misma intencionalidad. Sin embargo, no siempre es fácil
explicar el por qué o cuáles son los elementos que caracterizan a cada uno de estos dos tipos
de textos.
Un texto no literario tiene una función y estilos totalmente distintos a los de un texto literario.
Si bien un texto literario se centraba en buscar la belleza de la expresión artística mediante las
palabras, un texto no literario basa su objetivo en informar, enseñar o instruir al lector sobre
un tema concreto. Ya no se busca profundizar en la expresión humana a través de un
vocabulario amplio y rico, sino que la principal finalidad es la divulgación de una serie de
conocimientos o nociones en un determinado campo. En otras palabras, un texto no literario
tiene carácter informativo o didáctico. Se presenta una información de forma objetiva de tal
modo que ayude al lector a estar documentado en el tema sobre el que quiere saber.
Los textos no literarios apoyan su estilo en la claridad y objetividad al igual que utilizan un
lenguaje no ambiguo y preciso para evitar la posibilidad de segundas interpretaciones.
Ante la pregunta qué tipos de textos hay y cuáles son, sería importante decir que, al definir su
sentido y finalidad se podrá reconocer, siempre que se vea cualquier escrito, a qué tipología
pertenece. Pues, como es lógico, no es lo mismo leer una novela con sus tramas principales y
secundarias, personajes e historias, que un texto argumentativo, expositivo o incluso científico
o periodístico.
Al considerar la finalidad del escrito y determinar qué tipo de texto ha de usar. Se debe dotar
al escrito de coherencia y unidad de carácter lingüístico en el conjunto de los enunciados y en
la estructura interna.
Texto descriptivo
Este se basa en la definición de algo, ya sea una persona, un objeto, una situación o cualquier
otro tipo. En este tipo de texto se enfatiza en la definición y el detalle, ya que busca una visión
de lo descrito que se adecúe lo más posible a la realidad. Esta clase de texto no solo es útil
para describir algo tangible, también se utiliza para algo intangible, como una situación, un
sonido, etc. Incluso se puede usar para una sensación, por ejemplo, la respuesta a la pregunta
¿qué tal te encuentras?
Evidentemente, el texto puede ser muy profundo, y cuanto más lo sea, más exacto y veraz es.
Dentro de ello podemos distinguir entre los técnicos y los literarios. El primero se centra en
datos, el segundo es más personal.
Características
Es muy variado, ya que se usa para describir algo físico, como una persona, y también no físico,
como una situación o un sueño.
Se usa el detalle, ya que se ha de transmitir al receptor información valiosa para que se haga
una idea clara. Se puede recurrir al uso de licencias literarias, como puede ser la hipérbole, o
herramientas del lenguaje que sirvan para que el interlocutor se cree una idea clara.
Sus funciones fundamentales son las de definir, explicar e incitar y tiende hacia la objetividad,
aunque esta no es una norma obligatoria.
Se centra en aspectos fundamentales del elemento descrito, como su misión, su utilidad, sus
especificaciones, su función o funcionamiento…
Suele haber ausencia de acción. Por ello, este tipo de texto es diferente a la estructura de un
texto narrativo en el que sí que hay acciones y suceden diferentes acontecimientos.
Texto argumentativo
Estos textos son usados de forma oral, sobre todo en discursos y debates y en forma escrita y
su objetivo no es otro que el de dar argumentos al lector para que este se convenza de una
determinada idea, posición, opinión o tesis defendida por el autor del mismo.
Todos los textos argumentativos girarán en torno a una idea principal muy bien definida o a
una posición determinada que se expone de forma clara desde el primer momento para que el
lector pueda comprenderla y llegar a compartirla.
Características
Debe estar construido siguiendo un punto de vista objetivo, es decir, el autor no sabe quién es
el lector de su texto, por lo tanto deberá dirigirse a él de la forma más impersonal posible.
Imparcialidad: a pesar de que el texto esté pensado para convencer o argumentar un hecho, el
autor debe dar sensación de imparcialidad. Los argumentos se expresan usando un tono
menos subjetivo.
Siempre deben tener una idea principal: esta debe desarrollarse y argumentarse a lo largo del
texto y mantenerse hasta la conclusión final del mismo.
Por lo tanto, podríamos decir que los textos argumentativos expresan la opinión del autor,
pero se basan en argumentos apoyados en tono de imparcialidad (DATOS O HECHOS, NO
OPINIONES) para poder llegar a un público heterogéneo. Esto hará que sus premisas puedan
llegar a más gente para convencerles acerca de la idea principal de su texto.
Estructura: Los textos argumentativos se dividen en tres partes:
Argumentación: se presenta en los párrafos que siguen a la tesis y sirve para sostenerla. Los
argumentos deben ser presentados y desarrollados teniendo en mente la tesis, es decir, estos
deben servir para apoyarla y convencer al lector de que es correcta. En los argumentos se
pueden usar distintos recursos como comparaciones o dicotomías que lleven al lector a
razonar.
Conclusión: es el final del texto. Tras haberse defendido la tesis inicial a través de distintos
argumentos. Esta vuelve a aparecer en la conclusión mostrándose como el camino lógico
desarrollado por los argumentos a lo largo del texto.
Texto expositivo:
Entendemos por texto expositivo aquel que expresar conceptos, ideas o hechos de forma
objetiva absolutamente. En esta clase de redacción no se reflejan sentimientos, opiniones,
ideas o pensamientos del autor. Por norma general, un texto expositivo se usa para la
divulgación, principalmente de ideas o conceptos, siempre que sean de interés o con intención
de comunicar datos específicos referentes a diversos ámbitos, como son el científico, el
jurídico, el académico, el astronómico, etc.
Este tipo de textos son muy usados en ámbitos escolares y académicos. Para ello, se suele usar
de forma muy habitual la tercera persona a la hora de exponer datos y lecciones. No se puede
deducir la opinión del autor en los textos expositivos, puesto que su base es la exposición de
hechos objetivos basándose en datos comprobables y que se pueden corroborar.
No existe una extensión mínima para los textos expositivos. Todo dependerá de la temática
abordada, pero pueden ir desde unas pocas líneas hasta múltiples páginas si el asunto
abordado es especialmente complejo.
Son los textos que persiguen la finalidad de ofrecer una información objetiva y para un público
amplio; es decir, están especialmente pensados para un tipo de público más amplio y variado.
Son textos que pueden tener un lenguaje más sencillo para conseguir una máxima
comprensión. No suele ser necesario que el lector tenga conocimientos previos sino que una
gran mayoría de receptores pueden leer y comprender este texto. Algunos de estos tipos de
textos expositivos son los libros escolares, los artículos de los periódicos, los textos que
aparecen en las enciclopedias, etc.
De carácter especializado
Pero también existen otros textos que son más técnicos y especializados. En estos casos sí que
resultará imprescindible que el lector cuente con una preparación previa para poder
comprender de forma total la información que aquí se ofrece. Los destinatarios son expertos
de algún tema o sector y estos textos ahondan en aspectos concretos. Por tanto, son textos
más complejos y que van destinados a personas concretas que tienen conocimientos de la
jerga y de los temas que se analizan. Algunos ejemplos de textos expositivos de este tipo son
las tesis doctorales, los artículos científicos, etc.
Además de las clases de textos que ya hemos visto y que son los más habituales y que más se
utilizan, hay otros tipos de textos que hay que conocer y distinguir:
Texto científico: texto asociado a la ciencia lleno de tecnicismos relacionados con la rama
investigadora del escritor. Es decir, que utiliza un lenguaje especializado y complejo para
expresar las materias de estudio. Se aleja de la subjetividad, va a lo concreto y usa numerosas
citas y fuentes bibliográficas.
Texto humanístico: es complejo de explicar, ya que su contenido versa sobre el estudio del ser
humano y las ciencias humanas, como la filosofía, antropología, psicología o sociología, por
ejemplo. Se puede asociar al texto científico, pero también podría escribirse de forma
subjetiva, aportando opiniones.
Texto periodístico: antaño se asociaba a una función informativa, de manera que tenía que
relatar un hecho tal cual fue con total objetividad. Textos escritos a modo de noticia y que
ofrecían información objetiva. Pero hoy también los hay de otros tipos, como la columna de
opinión o el de entretenimiento. Se puede usar tanto en medio escrito como oral y se centra
en la actualidad, utilizando lenguaje entendible y cercano exento de tecnicismos que no pueda
comprender el lector.