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Revista de Folklore Fundación J. Díaz
Revista de Folklore Fundación J. Díaz
Revista de Folklore Fundación J. Díaz
Sumario
Revista de Folklore número 474 – Agosto 2021
Portada: Campesino cargando su pipa, de David Teniers (1610-1690)
Dirige la Revista de Folklore: Joaquín Díaz
Producción digital, diseño y maquetación: Luis Vincent
Todos los textos e imágenes son aportados y son responsabilidad de sus autores
Fundación Joaquín Díaz - https://funjdiaz.net/folklore/
ISSN: 0211-1810
2
C
¡Ay, el saber universal!
C
onfieso que cada vez me cues- García Lorca (no puedo olvidar que también fui
ta más redactar la sencilla carta alumno de Rubio Sacristán en la Universidad
que acompaña mensualmente a de Valladolid) y el que trata sobre las opiniones
la Revista de Folklore. Hace más que despertaron en dos famosos literatos las
de cuarenta años comencé enca- formas de calentarse de los españoles. Sobre
bezando la publicación con unos textos breves este último, desde luego, mucho podría opinar
a los que denominaba «editoriales», pero un ya que tuve que comprobar y sufrir, mientras
descuido en la atribución de la autoría al hacer recorría pueblos y casas de la España profun-
los índices generales para publicarlos en línea, da, cuántas penurias padecía la gente sencilla y
puso al descubierto –por otro lado no se tra- de qué formas tan ingeniosas se las arreglaban
taba de ningún secreto– que era yo mismo el los alarifes –copiando o inventando– para hacer
autor de todos esos escritos. Mi antiguo y que- un poco más cómoda la vida doméstica de sus
rido profesor Fernando González Ollé me hizo convecinos. Recuerdo las chimeneas pinarie-
notar que los editoriales –aunque representen gas, con su cono superior encestado, que siem-
el espíritu de una publicación– no deben llevar pre me traían a la memoria el palacio de Sintra
firma y que por tanto debía denominar de otra y que se convertían por arte del fuego y de las
manera aquellos pocos párrafos introductorios. conversaciones que se generaban al calor de
Siempre hice caso de González Ollé y respe- sus brasas, en la única pieza confortable de las
té su criterio, de modo que cambié el título y casas. Del mismo modo, el hipocausto que tem-
denominé «carta del director» a aquellas re- pló las termas romanas se había acomodado a
flexiones con las que mes tras mes se abría la la vida castellana y era motivo obligado de con-
publicación. Por cierto, aproveché para elegir versación en cada pueblo y en cada domicilio al
la temática seleccionándola entre las colabora- que me llevaba el oficio de indagar y pregun-
ciones de cada número, así que el asunto selec- tar por la vida de sus habitantes. Que éstos se
cionado me servía de excusa para divagar sobre conformaban con su suerte lo confirmaba una
aspectos complementarios a los que trataba el copla popular en la que el práctico sistema de
propio autor en el texto con el que se inicia- calefacción al que se había denominado «glo-
ba el número. No tardé en darme cuenta de ria» se combinaba oportunamente con el árbol
que, por lógica, prefería siempre un tema con del paraíso plantado en el corral:
el que me sintiese cómodo y del que tuviese
Bendita sea esta casa
algo interesante que aportar. Pues bien, éste es
y el albañil que la hizo
el número en que me hubiese gustado opinar
que por dentro está la gloria
acerca de todos los artículos que se publican, y
y por fuera el paraíso.
en consecuencia anduve saltando de uno a otro
hasta que me quedé con dos en los que podían Tan utópica esa casa como el saber universal…
más los recuerdos que la doctrina: el dedicado
a José Antonio Rubio Sacristán y su amistad con
D.
Emilio Lledó escribía en Sin duda había mucho humo, sobre
cierta ocasión: «El historia- todo por la mañana, cuando las mujeres
dor busca, en el fondo, en- preparaban tortillas para la comida prin-
tablar un diálogo con totali- cipal (como en Castilla, en México no se
dades del pasado que sólo conocían las chimeneas)3.
son parcialmente visibles entre los restos que
Es normal que un historiador se interese por
de él nos quedan»1. Y no le faltaba razón. En
este tipo de temas. Así, por ejemplo, décadas
ese diálogo con lo pretérito la etnohistoria pro-
atrás, Jean Descola lo hacía en relación a vivien-
porciona una enorme cantidad de información
das en Perú durante la época colonial4. Lo que
para la reconstrucción, siempre parcial, de los
sucede es que esa afirmación de Hugh Tho-
tiempos anteriores a nosotros, y de modo muy
mas, indicando que en la Corona de Castilla a
especial en esa línea de investigación que su-
comienzos del siglo xvi «no se conocían las chi-
pone el estudio de la vida cotidiana, que tanta
meneas», no nos parece plenamente acertada,
importancia alcanzó gracias a la Escuela de los
pues da la impresión de ser una generalización
Annales.
que, como tal, implica un grado de error.
En el presente trabajo vamos a analizar, con
Don Manuel Fernández Álvarez, a quien vol-
el enfoque que acabamos de mencionar, dos
veremos a referirnos después, escribió, en alu-
aspectos de un tema de singular interés, como
sión al mencionado siglo xvi:
es el del fuego en las viviendas2, a propósito de
dos comentarios realizados por grandes auto- En cuanto a los interiores de las vivien-
res, cuya magnífica y conocida producción his- das, los testimonios artísticos son los me-
toriográfica hace innecesaria su presentación: jores, con el claro inconveniente que sólo
Hugh Thomas y D. Manuel Fernández Álvarez. nos dan luz sobre las mansiones de los
poderosos…5
Entre los libros del primero se encuentra
uno dedicado a la conquista de México en el
siglo xvi, y en él, comentando las característi-
cas de las casas de la ciudad de Tenochtitlán,
escribe: 3 HUGH THOMAS, La conquista de México,
Barcelona 2015, pp.398–399.
E
1. Introducción mas de encina y roble, retamas. Era una gruesa
capa de leña, de donde los pastores tomaban la
n Castilla y León, cuando hablamos que necesitaban para quemar, por lo que cada
de construcciones de falsa cúpula año se renovaba parcialmente. Esto es lo que se
de tipo pastoril, solemos referirnos consideraba una tenada (del latín tigna, ‘leña’),
a lo chozos. El chozo es una parte de que a veces por metonimia pasó a denominar
un conjunto que se suele denominar todo el corral, sobre todo allí donde el clima
corral, corraliza, tenada, taina, según zonas y es más riguroso y casi no existían los corrales
pastores. El corral es por lo general una serie descubiertos, como en las provincias de Burgos
de varios espacios delimitados por muros de o Soria. Con el tiempo, sobre todo en ciertas
piedra en seco que se comunican entre sí por comarcas, la cubierta vegetal se fue sustituyen-
estrechas puertas que se cerraban con teleras. do por tejas, incluso en aquellas zonas donde la
De esta manera, los pastores podían apartar las leña abundaba.
ovejas preñadas de las vacías, las paridas, o las
lecheras. Es decir, un rebaño de ovejas era algo El chozo es una construcción circular de pie-
complejo y heterogéneo, y el pastor necesitaba dra en seco que se cubre por aproximación de
esa variedad de espacios para poder organizar- hiladas o falsa cúpula, abierta en la parte supe-
lo de la manera más cómoda y efectiva. Dado rior por un pequeño orificio o chimenea para
que los productos principales que se sacaban que saliera el humo del fuego que solían en-
del rebaño eran la lana y las crías para carne1, cender dentro los pastores para cocinar y calen-
tanto lechazos como corderos, en los corrales tarse. El chozo, por tanto, es una construcción
había un lugar especial para los lechazos, las destinada a vivienda de los pastores (fig. 1).
crías cuya única alimentación era la leche de su
Hay territorios donde construcciones de fal-
madre. Las ovejas madres salían a pastar con el
sa cúpula de planta circular se emplean para
rebaño, pero los lechazos se quedaban encerra-
encerradero o refugio del ganado, caso de las
dos en un pequeño recinto techado, la paride-
barracas de Menorca, por ejemplo, que tienen
ra. Además de esta, en la mayoría de los corra-
la planta circular como el chozo. En Castilla y
les, había varios recintos protegidos con tejado,
León son pocas las construcciones destinadas a
donde dormían las ovejas en invierno y cuando
parideras o cuadras cubiertas con falsa cúpula,
hacía mal tiempo en general. Antaño, estos es-
y tienen planta rectangular. A continuación, voy
pacios se techaban con materias vegetales, ra-
a presentar alguno de estos casos, de dos zonas
ganaderas de esta región muy distintas, el Aba-
1 En la ganadería ovina tradicional, la leche, dengo salmantino y el Cerrato palentino.
que es lo que hoy día da mayores rendimientos, solo se
aprovechaba durante una corta temporada para hacer
queso. Por lo general, se dejaba mamar a los lechazos
hasta que se iban vendiendo, casi siempre en las fiestas de
primavera, y después se ordeñaba durante el resto de la
estación mientras había pastos abundantes, hasta junio.
Fig. 3. Lumbrales. Abajo, plano de la parcela, y sobre él, planta y secciones de la paridera
Fig. 4. Lumbrales. Puerta de la paridera Fig. 5. Lumbrales. Vista interior hacia el este
3. Corral del Dragón de Cevico de la entrada que da acceso al primer recinto. Los
otros dos tienen entradas independientes, cer-
Torre (Palencia)
canas también al chozo.
El corral del Dragón está en el páramo
La paridera tiene, exteriormente, planta alar-
de Capaperros, al noroeste del término munici-
gada que se estrecha en el centro y se redon-
pal de Cevico de la Torre, junto a un ramal de
dea en los extremos, dando indicios de que, en
la Cañada Real Burgalesa, cerca del límite con
realidad, se trata de dos chozos circulares, uno
el término de Tariego (fig. 6). Es un corral pe-
a la entrada y otro al fondo, que han sido unidos
queño, dividido por muros de piedra en seco,
por un corredor (fig. 8). El perfil exterior de la
de metro y medio de altura, en tres apartados
construcción muestra esto de forma más clara.
cuadrangulares que forman una especie de V
Se aprecia como dos torres en los extremos y
invertida (fig. 7). Desde el punto de vista funcio-
una zona un poco más baja que los une.
nal, está dividido en tres partes. Junto al chozo
circular, donde habitaban los pastores, hay una
Fig. 9. Corral del Dragón. Puerta de la paridera, Fig. 10. Corral del Dragón. Vista de la misma
orientada hacia el sur puerta y ventana desde el interior
las dos falsas cúpulas de los espacios circulares a la puerta, se abre el hueco del corredor que
tienen su centro caído, por lo ahora la sensación comunica este espacio con el círculo del fon-
en el interior es más luminosa, pero supongo do (fig. 11). El corredor está construido por el
que ambas estarían cerradas como los chozos, mismo sistema de aproximación de hiladas que
y, como mucho, podrían tener un pequeño agu- la puerta; estos muros se van acercando hacia
jero de ventilación o estar totalmente cerradas2. arriba y el espacio superior se cierra con gran-
des losas que están colocadas a una altura des-
Al entrar, encontramos un primer espacio
cendente, al mismo tiempo que el corredor se
circular con forma similar a un chozo. Frente
va estrechando hasta llegar a una especie de
portillo, sobre el que hay una ventana construi-
2 Sobre las formas de cerramiento que tienen
los chozos pastoriles, véase Arturo Martín Criado,
da ingeniosamente en el techo aprovechando
“Construcciones de falsa cúpula en el Valle del Duero”, la diferencia de alturas (fig. 12). En efecto, el
Revista de Dialectología y Tradiciones Populares (CSIC), segundo tramo del corredor es algo más ancho
XLVII, 1992, pp. 303-358. Véase en concreto la página 319.
Fig. 11. Corral del Dragón. Corredor que comunica Fig. 12. Corral del Dragón. El mismo corredor visto desde el
ambos espacios circulares visto desde la entrada fondo, con la ventana cenital
Fig. 13. Vista exterior del corral del Dragón desde el este
Fig. 16. Interior de la cúpula, con grandes pechinas Fig. 17. Exterior de la cúpula
que permiten pasar de la planta rectangular al cierre
mediante una cupulilla casi semiesférica
E
primera mitad del siglo xx
ron por parecerme pequeños monstruos alar-
n la cocina española debemos siem- gados con vida. Las sopas de los cocidos eran
pre distinguir entre la de la Corte y parte de la alimentación diaria de los españo-
gentes pudientes de la gran ciudad, les durante estos siglos. Se comía poca carne
llena de excesos y de platos abun- y cuando se hacía era con motivo de una cele-
dantes, y la de la cocina popular. bración: en una boda o en el día de la fiesta en
Esta, que es de la que vamos a tratar aquí se que todas las familias o casi todas mataban un
alimentaba de pan, generalmente de harina de cordero. No debemos olvidar que en todas las
trigo, a veces de centeno, se acompañaba con épocas y en casi todas las casas de los labrado-
otras viandas, la mayor parte de ellas en sala- res criaban gallinas y pollos, conejos, entre uno
zón: tocino. El pan se incluía en la elaboración y tres cerdos, alguna cabra, además del atajo
de las sopas de ajo, las migas y en la bola del de ovejas, ganado vacuno que los menos pu-
cocido hecha con pan machacado o harina con dientes aprovechaban para labrar y todos para
trocitos de jamón en su interior. Me acuerdo de ordeñar la leche y criar un choto al año, el cual
niño entrar en una alcoba y ver colgados sobre vendían. Dada la abundancia de caza menor
como conejos y perdiz roja, siempre había algo
de carne que llevarse a la boca. Muy importante
1 AHN, Consejos 31259, Exp. 22.
y cuando se hacía era con motivo de una cele- y el poder»6. Las legumbres, -sigue escribien-
bración. do- habas, judías, garbanzos, lentejas eran muy
frecuentes en la alimentación sobre todo en la
Hernandez de Maceras escribió el Libro del
gente sencilla; eran nutritivas y baratas, además
arte de cocina a principios del siglo xvii, es fun-
de saciar el apetito. El consumo de garbanzos
damental para hacerse una idea completa de
fue la legumbre más tradicional en estos siglos
los platos de la época, su forma de cocinarlos y
que se propagó en las zonas del norte de Casti-
a quien iban dirigidos. Pérez Samper hace una
lla debido a las actividades arrieras. El café pasó
recorrido por dicho libro en La alimentación en
a ser la primera bebida de la mañana entre las
la España del siglo de Oro. Al comentar sobre
clases populares, si bien debemos hablar en su
los recetarios monásticos y conventuales señala
mayor parte del café de cebada. Debo añadir
que «constituyen una interesante via de aproxi-
aquí que el chocolate se difundió antes que el
mación a la realidad de la cocina popular»5.
café, que fue asociado a la molicie y al descanso
En páginas posteriores señala que la dieta de
más que a la aureola de estimulante y activa-
las clases populares «se basaba esencialmen-
dor. Claro que en las clases populares solo se
te en los vegetales, constituyendo un modelo
tomaba en las bodas y bautizos y comuniones
alternativo muy contrastado con la dieta fun-
en épocas cercanas a nuestro tiempo como son
damentalmente carnívora de las clases pode-
hasta mediados del siglo pasado.
rosas. Las verduras y legumbres representaban
la sencillez y la pobreza, ya fuese material o es- Se ha dicho que la alimentación española
piritual, mientras la carne simbolizaba la fuerza se basaba en el triángulo pan, vino y carne, si
bien el lado de la carne no estaba al alcance
de todos. El pan era el alimento central de las
Caracena, en la provincia de Soria, ante Seguro que contaría a sus vecinos más próxi-
V.A., en la forma que más convenga y por mos o más amigos tal hallazgo y, en un pueblo
derecho haya lugar, digo que en la noche de unos treinta y cinco ó cuarenta vecinos, ¡qué
del día diez y nueve del próximo mes de poco tardaría en llegar la noticia a todo el ve-
enero de este año, se conducía mi par- cindario! Al menos se la comieron antes que
te vía recta a el pueblo de su natural y los interesados lo denunciaran a los regidores.
casa de su morada desde la vª de Galve, Aunque confesó la verdad del hecho, fue lleva-
distante dos leguas, de vender unos cu- do a la cárcel de la Tierra embargándole todos
bos11 para carretas. Siendo ya como hora sus bienes. Decide dirigirse personalmente a la
y media de noche, poco antes de llegar a Justicia del Consejo para que le oigan.
aquel, en el mismo camino encontró dos
Satisfecha mi parte de su sencillo pro-
reses lanares, la una muerta y destrozada
ceder, no juzgándolo así y tomando el
y la otra ya mui maltratada, según mani-
caso por otro mui contrario, se encuentra
festaban, de alimaña, las que recogió y
con la novedad de que los dueños de las
condujo a la dicha su casa; en esta apro-
zitadas reses, se quejaron a los regido-
vechó de dichas dos reses aquella corta
res del pueblo, los que hicieron calicata
porción que no estaba ajada, arrastrada
general y llegando a la casa de mi parte,
y vavusiada (sic) de aquella alimaña, todo
y ésta llena de sinceridad segura de su
con la mayor libertad, como cosa hallada
buen proceder, que la poca carne que
de tan corto valor, y sin embarazo que su-
aprovecho de las citadas reses era alla-
piesen sus combezinos, había encontra-
da, su valor muy corto no la retiró, aun-
do dichas reses.
que pudo, y encontrada que fue por los
dichos regidores, se le prendió y dieron
parte a la Justicia de Carazena, la que
11 Pieza central en que se encajan los rayos de las
mandó se le condujese preso a la cárcel,
ruedas de los carruajes. DRAE.
D
1
Resumen constituye el fundamento del sistema del don,
de acuerdo con el antropólogo Marcel Mauss
esde una perspectiva antropoló- (1991). Las acciones características de este sis-
gica, planteo que las nanas for- tema son dar, recibir y devolver, las cuales acti-
man parte del sistema del don, van la transmisión de los bienes y la herencia en
por cuanto son transmitidas ge- las familias, comunidades y sociedades2.
neralmente por la madre, conce-
bida en este contexto como símbolo y ofician- Aunque es bien sabido que actualmente las
te del don desde la antigüedad. Para ello me sociedades están lejos de percibir el poder má-
centro en los ruegos, obsequios y bendiciones gico y religioso que otorga el acto de dar, como
que proporciona la madre al crío, pues consi- ocurría en las sociedades antiguas, su célula, la
dero que son los ejemplos más representativos familia, sigue participando, en buena medida,
de ese sistema, cuyas principales acciones son del espíritu del don, como muestran Jacques
dar, recibir y devolver, para preservar la transmi- T. Godbout y Alain Caillé (1997), quienes con-
sión de valores de generación en generación, tinuaron el análisis de Mauss en la sociedad
así como para contribuir a la supervivencia de la moderna. Ambos estudiosos conciben el don
especie. Parto de un corpus de nanas españolas como una forma de intercambio, un modo de
y mexicanas recogidas en el siglo xx, que com- circulación de los bienes al servicio del lazo so-
prende la revisión de 10 cancioneros. cial; en suma, como un sistema social cuyos in-
tercambios y contratos se hacen en forma de
Palabras clave: nanas, tradición, don.
Todo aquel que disfrutó del placer de escu- 2 El análisis de Mauss se centra en las sociedades
char el arrullo de su madre, su abuela, su tía, polinesias, melanesias y esquimales del siglo xx, para
su nana, e incluso su hermana y su padre, no explicar a qué normas de derecho e intereses obedeció
que las sociedades arcaicas se sintieran obligadas a recibir
podría negar el mismo placer a su propio hijo.
y devolver regalos, y qué fuerza tenía el objeto regalado
Diríase que, por el contrario, estaría muy dis-
que obligaba al donatario a devolverla. Su hipótesis es
puesto a cantar aquellas canciones que escu- que el sistema del don se sostiene en un sistema de
chó especialmente de la voz de su madre y, sin intercambios que acompaña todos los acontecimientos
duda, también le cantaría canciones de su pro- importantes de la comunidad, tales como el nacimiento,
pia elección. Este acto de dar, sin aparentemen- la circuncisión, la enfermedad, la menstruación, los ritos
funerarios, en los que entra en juego el honor, el prestigio
te recibir nada a cambio, pero que obliga al do-
y la autoridad de los participantes. De tal suerte que
nador a devolver el bien a una persona distinta,
es menester recibir y devolver los regalos pues, de lo
contrario, quien los rechaza o no los devuelve, pierde
1 Quiero agradecer el apoyo de mis colegas su honor, su prestigio y autoridad, además de que su
César Sánchez Ortiz, Cristina Cañamares Torrijo y Ángel negativa implica una declaración de guerra para el
Luis Luján, así como a la encargada de la biblioteca, donador, pues niega la alianza y la comunión con él. De ahí
Carmina Martínez Blanco, quienes me orientaron en mis que la fuerza que actúa sea el vínculo, el lazo de unión, el
primeras pesquisas y me facilitaron el acceso a los acervos, sentimiento de amistad que los regalos propician entre los
durante el otoño de 2018. participantes.
Calla pajarillo
De color añil;
4 Miguel Manzano Alonso indica que se trata de Que mi niño
tonadas que se cantan mientras se duerme al niño y, desde
Se quiere dormir.
una perspectiva musicológica, considera que, en el uso
popular, los cantos suelen ser polifuncionales, puesto que
(Cerrillo 1992, 54)5
la canción y la circunstancia en que se canta puede ser
plural y diversa (2003, 460). 5 Anoto otras versiones muy parecidas: «Pajarito
Campanitas de oro,
torres de marfil7, Virgen María; en la tradición cristiana simboliza la noble
pureza; el epíteto fue incluido en la letanía de la Santísima
Virgen María que actualmente se sigue rezando durante la
7 Torre de marfil es uno de los epítetos de la misa.
La bendición también puede consistir en Si bien los ruegos y las bendiciones evocan
encomendar el sueño del bebé a una potestad la espiritualidad de quien canta y transmiten su
cristiana, quien puede custodiarlo desde su ca- deseo de proteger al bebé contra todos los ma-
becera y resguardarlo mientras duerme; en este les y cuidarlo con el bien más preciado, también
caso, se trata de la Virgen del Remedio, patrona obedecen a las precarias condiciones de salud
de Alicante, a quien se le atribuye el milagro de que prevalecieron todavía a mediados del siglo
acabar con la epidemia que en 1647 diezmaba xx. Hacia 1900 la tasa de mortalidad infantil era
al reino de Valencia. muy alta: 186 defunciones por cada mil nacidos;
a partir de 1950, la tasa bajó a 64 por cada mil.
Por esta razón, las mujeres solían rodearse de
Escribano Pueo, M.L., T. Fuentes Vázquez, F. Morente Mendoza, Vicente T. Lírica infantil de México. México:
Muñoz y A. Romero López, Cancionero granadino de tradi- Fondo de Cultura Económica, 1984.
ción oral. Granada: Universidad de Granada, 1994. Pedrosa, José Manuel. «El conjuro de la adúltera
Fernández Durán, David. «Tipología modal de las nanas (AT1419h): Del cuento y la canción orales a la tradición
en España». En Bebés. Usos y costumbres sobre el escrita (entre Boccaccio, Timoneda, Cervantes y Lorca)».
nacimiento, Catálogo de la exposición temporal del Museo En Formas narrativas breves en la Edad Media. Actas del
del Traje, CIPE, coordinado por Teresa García, Fátima IV Congreso: Santiago de Compostela, 8-10 de julio de
García y Beatriz Bermejo, 5156. Madrid: Ministerio de 2004, coordinadas por Elvira Fidalgo Francisco, 123147. La
Educación, Cultura y Deporte, 2013. Coruña: Universidad de Santiago de Compostela, 2006.
Fitzgibbon, J. P. Cancionero infantil español. Madrid: Talle- Vázquez, Elena, «Hacia la crianza moderna. Las
res Gráficos Juan Torroba, 1955. transformaciones en el concepto de infancia en España
y su repercusión en los bebés (ca. 1800-1960)». En
Frente de Juventudes (España). Cancionero [de la Sec- Bebés. Usos y costumbres sobre el nacimiento, Catálogo
ción Femenina del Frente de Juventudes de F.E.T y las de la exposición temporal del Museo del Traje, CIPE,
J.O.N.S.]. Madrid: Departamento de Publicaciones de la coordinado por Teresa García, Fátima García y Beatriz
Delegación Nacional del Frente de Juventudes, 1943. Bermejo, 15-23. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura
Gil, Bonifacio. Cancionero infantil: antología. Madrid: y Deporte, 2013.
Taurus, 1982.
Itsasoan laino dago El Beato de Sainte Sever, copia libre del que
Baionako barraraino hizo en Liébana el célebre monje en el siglo viii,
Nik zuk zaitut maitiago está hecho en el monasterio de ese nombre
txoritxoek aguas arriba del Adur en el siglo xi. Aunque yo
E
umeak baino. no lo aprecio, parece que reflejó el Adur, con
sus afluentes, el Gave y el Bidouze. El mar está
l lugar de Bayona ya era conocido
representado muy oscuro y plagado de islas,
por los romanos. Se sitúa en la con-
barcas y peces. En Bayona quizá en un templo
fluencia de dos ríos con mareas, el
romano o lugar del antiguo foro, se reunían los
Adur y el Nive y como está sobre
vecinos bajo el olmo que allí existiría. Desde el
una loma evita los problemas de
siglo xii la Societas Navium Bayonensium defen-
inundación. Pronto surge en ese enclave la villa
día la navegación de los bayoneses con el Con-
de Bayona como puerto marítimo fluvial, domi-
sulado del Mar bilbaíno como precedente. La
nando una amplia llanura. Lo que nos cuenta
marisma dificultaba una desembocadura fluvial
Iñaki Galarraga en La Vasconia de las Ciudades.
precisa, una boca adecuada, aoa, mouth, mén-
de, boucau. En 1310 unas tormentas desplaza-
ron las dunas 20 kilómetros al Norte.
P
asear hoy en día por cualquiera de las entorno tan hostil. No es difícil ver a los locales
ciudades del Golfo Pérsico en gene- enloquecer en carreras de camellos, espectácu-
ral y de los Emiratos Árabes Unidos los de cetrería o de caza con Saluki o Galgo Per-
en particular es, aparentemente, más sa... Incluso cuando se pasea por esos inmensos
un ejercicio de mirar hacia el futuro centros comerciales que actúan como plazas
que al pasado. Urbes que han surgido en mitad cubiertas, rodados de las más lujosas marcas
del desierto tras el descubrimiento del petró- comerciales del mundo, te puedes topar con
leo, como oasis artificiales de cristal y hormigón, un grupo de hombres alineados realizando una
formadas por los magnánimos rascacielos y que danza al son de un pequeño tambor de mano
albergan los más grandes y lujosos centros co- de doble cara (mirwas), panderetas (al-duffu) y
merciales del mundo, que pretenden suplir a los una vasija de barro (jahlah), mientras un hombre
antiguos zocos del pasado. Sin embargo, pese canta poesía1. En su ritual alzan y mueven palos
a ello no es difícil percibir el espíritu de lo que y espadas (incluso rifles), recordando a un palo-
un día fue la vida de sus habitantes en el duro teo o a un baile de espadas; logrando retrotraer
desierto, no tantos años atrás, en contraposi- en el tiempo y en el lugar al ritmo de sus movi-
ción a las facilidades de sus nuevas ciudades de mientos y sonidos.
hoy.
****
El mero pensamiento de la historia de los
El territorio constituido por los actuales Emi-
Emiratos Árabes Unidos evoca la tradicional
ratos Árabes Unidos consta de tres entornos na-
imagen de los árabes cabalgando sobre sus
turales principales: costa, montaña y desierto;
camellos en la fina arena. Los emiratíes eran y
encuadrados en un duro clima árido-subtropi-
siguen siendo beduinos. Aún hoy, la gente del
cal, cálido y húmedo a lo largo de la costa y cá-
desierto se llama así a sí misma: «beduina». Esa
lido y seco en el interior. La costa se encuentra
parte de la tradición viva del desierto aún está
bañada por las cálidas aguas del Golfo Pérsico,
presente día a día en multitud de aspectos como
por el oeste y del Golfo de Omán, al este. Las
sus vestimentas con Kandoras y Ghutras en los
montañas Hajar, la columna vertebral de los
hombres y Abayas en las mujeres, óptimas para
Emiratos Árabes Unidos, ocupa alrededor del
el agreste clima. En sus costumbres diarias; el
20 por ciento del territorio de la federación. Pe-
uso de inciensos y dibujos geométricos de hen-
dregosas montañas de roca afilada en las que se
na en sus manos, su tradicional café arábigo ser-
han excavado profundos wadis, cauces de ríos
vido y bebido en un modo prácticamente ritual.
secos, que rara vez contienen algo de agua. Por
También en los Majlis, espacios de reunión en
último, más de la mitad de los Emiratos Árabes
sus casas a semejanza de los ámbitos públicos
Unidos está ocupada por un árido desierto de
de las tiendas beduinas, donde a los invitados
se le ofrece café y dátiles, o comidas, y donde
se comparten todas las noticias y cotilleos, una 1 Jeremy Williams. Don’t They Know It’s Friday. A
parte que fue crucial para la supervivencia en un Cross-Cultural Considerations for Business and Life in the
Gulf. Ajman, 2017.
9 Paul Grieve. Islam: Faith, Religion, Politics: the 12 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the
complete introduction. Londres, 2006. UAE in Pictures. Dubai 2011.
13 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the 14 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the
UAE in Pictures. Dubai 2011. UAE in Pictures. Dubai 2011.
15 Roudha Al Marri & Ilaria Caielli. UAE 101 Stories 16 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the
and Cultural Learnings. Dubai, 2018. UAE in Pictures. Dubai 2011.
Gulf News. Building a Nation 40 Years of the UAE in Pictures. Dubai 2011
24 Carlos Blanco Álvaro, De Año y Vez. Fiestas 26 Fuencisla Álvarez Collado. Las danzas de
Populares de Castilla y León. Caja España. Valladolid, paloteo en Tabanera del Monte (Segovia): análisis del
1993. repertorio para dulzaina. Revista de Folklore nº 382.
L
a Institución Libre de Enseñanza como pianista. Andaluz de Ronda, donde nacie-
(ILE) tuvo su proyección en Zamora ra en 1879, De los Ríos procedía de una familia
en una experiencia iniciada a finales liberal de Ronda. Fernando de los Ríos y sus
del siglo xix y prolongada hasta bien compañeros acabarían siendo conocidos como
entrado el siglo xx. La figura repre- «la Generación de 1914». Se trata de uno de
sentativa del movimiento fue Francisco Giner. los personajes que más influyó en FGL. El 15 de
Más tarde, el liderazgo del grupo lo asumirán octubre de 1916 empezó el segundo viaje de
Manuel Bartolomé Cossío y Gumersindo de Az- estudios organizado aquel año por Domínguez
cárate. Todos los centros fundados por Sierra- Berueta. En Salamanca, los granadinos conocie-
Pambley fueron gratuitos. La preparación de ron a Miguel de Unamuno, entonces rector de
los maestros se estudió con sumo cuidado. La la Universidad, y Lorca tocó en su casa. Desde
orientación social de los centros de Sierra-Pam- allí se dirigieron a Zamora y luego a Galicia,
bley, y de la escuela de Moreruela en concreto, que cautivó a Lorca. Aquel primer contacto con
siguió las pautas marcadas por la Institución. La otras regiones de España, sobre todo con Casti-
biblioteca no solamente servía de complemen- lla la Vieja, influyó hondamente en Lorca, como
to de las clases, sino que era un instrumento de lo demuestra Impresiones y paisajes, y parece
cultura para la comarca1. un hecho que fue durante aquellas semanas
cuando se convenció de que tenía una vocación
Un escritor llamado Federico García literaria, además de musical2.
En Santander, en el palacio de la Magdalena, La acogida del libro fue fría. Pero el libro
está teniendo lugar el primer curso de verano también recibió algún apoyo. Impresiones y pai-
de la Universidad Internacional, patrocinada sajes no se vendió4. En la primavera de 1916, el
por la República. José Antonio Rubio Sacris- joven artista rompió a escribir5.
tán, con quien Lorca había coincidido en Nueva
York, desempeña el cargo de secretario del cur- Pasa el río por Zamora, verde y man-
so de verano santanderino. so. La enorme calva bizantina del cimbo-
rrio se mira en las aguas profundas. Pa-
Durante su estancia bonaerense, Lorca ve san lentas las barcazas sobre las ondas.
con frecuencia a Pablo Neruda y se va estre- Las iglesitas románicas descienden por
chando su amistad. En 1935, Lorca tiene en las callejuelas hasta el río. Este va lenta-
Sevilla a tres amigos: José («Pepín») Bello, el mente arrastrando su gran prestigio de
poeta Jorge Guillén y José Antonio Rubio Sa- evocaciones históricas al sonido grave y
cristán, en aquel momento catedrático de De- suave que produce… Terminó la antigua
recho en la Universidad sevillana. Por estas fe- historia romántica del río… Pero todavía
chas, la amistad de Lorca con Pablo Neruda se el viejo y solemne Duero sueña y ve com-
ha estrechado considerablemente. Lorca apoya batiendo honrosamente a las grandes fi-
enseguida el Frente Popular. En Granada, la si- guras de su romance6.
tuación está extraordinariamente encrespada.
El doble asesinato de Castillo y de Calvo Sotelo
sume a Lorca en un estado de profunda angus-
3 Luis Garrido, «El penúltimo concierto de García
tia. Los asesinatos se suceden con ritmo cre-
Lorca y su noche mágica en Zamora», La Opinión. El
ciente, así como las consiguientes represalias. Correo de Zamora, 23.03.2019.
El 23 de julio, toda Granada está en manos de
los insurgentes. Lorca está ya aterrado. A Lorca 4 Víctor Fernández. «La vida». Federico García
lo detienen la tarde del 16 de agosto. Práctica- Lorca: Impresiones y paisajes. Edición de Jesús Ortega y
mente de la noche a la mañana, Lorca se convir- Víctor Fernández. Madrid: Biblioteca Nueva, 2018.
tió en mártir de la causa republicana.
5 Jesús Ortega: «La literatura». Ibid.
Para Rubio, decir ciudad es decir cumbre José Antonio Rubio Sacristán nació el 17 de
de una cultura. El espíritu y la cultura de Roma febrero de 1903 en Zamora y murió en Vallado-
estaban representados por los municipios. El lid en 1995. Provenía de una familia de empre-
esplendor del municipio, representativo de la sarios y políticos. Era historiador modernista.
forma de vida más alta en Roma, se había ex- Especialista en historia del derecho e historia
tinguido prácticamente en los siglos finales del económica. Admirador del pensamiento ale-
Imperio. Aparecen entonces las murallas, que mán y de Ortega y Gasset, colaboró en Revista
ciñen y protegen el núcleo de población urba- de Occidente y en el AHDE. Fue consejero de
na. En Zamora, Rubio las vio conservadas en su El Norte de Castilla. De orientación política li-
integridad durante su infancia, pero solo un tro- beral, aceptó el franquismo pragmáticamente33.
zo y ya no muy extenso subsiste. El fenómeno
de las murallas sucede ya en Roma en tiempos
del Imperio, en los siglos III y IV de nuestra era.
En esta primera fase de la vida urbana, la exis-
tencia de murallas obedece a una política de
29 «Anes y Álvarez de Castrillón, Gonzalo». 31 José Antonio Rubio Sacristán. Las ciudades en
Diccionario Akal…, pp. 79 -80. la transición del mundo antiguo al Medioevo. Separata del
Homenaje Académico a D. Emilio García Gómez. Madrid,
1993.
30 Anes y Alvarez de Castrillón, Gonzalo. «Los
académicos don Ramón Carande, don Luis García de
Valdeavellano, don José Antonio Rubio y don Ángel Ferrari 32 Manuel Martínez Neira: «Datos biográficos».
en la Junta de Ampliación de Estudios». Josefina Gómez Diccionario de catedráticos españoles de Derecho
Mendoza (dir.): La Junta para Ampliación de Estudios e (1847‑1943). Universidad Carlos III, 17 noviembre 2012.
Investigación de Estudios e Investigaciones Científicas y
los académicos de la Historia. Madrid: Real Academia de la 33 «Rubio Sacristán, José Antonio». Diccionario
Historia, 2008, pp. 49 - 114 Akal…, pp. 543‑544.
E
1. Introducción Dejará de ser el lugar en que se vive para pasar
a ser el lugar al que se va, como fuente inagota-
s cosa bien sabida que los cambios ble de recursos que es. Un lugar imprescindible
a los que las sociedades se ven so- para la subsistencia, pero un lugar al que que
metidas –económicos, religiosos, temer, frente a la seguridad que los pueblos y
demográficos, etc.– traen apareja- las aldeas transmiten. En palabras del filósofo
dos cambios en las mentalidades. Gundisalvus1 (s. xii), comenzará a contraponerse
Así, las grandes transformaciones que tuvieron la naturalia a la artificialia.
lugar en Europa a partir del año 1.000, y espe-
cialmente con la llegada del s. xii, dejaron su im-
pronta en el imaginario colectivo.
Dice San Martín de Dumio2 que en la Gali- El hombre miró y vio un montón de
cia del s. vi los paganos aún piensan que en los cadenas de oro que se venían arrastran-
ríos habitan lamias y en las fuentes ninfas, y que do4.
continúan adorando estos lugares y realizan-
do rituales en los que se encendían velas y se
echaba pan. Del mismo modo, de la literatura
3 CHRÉTIEN DE TROYES, El cuento del Grial.
2 SAN MARTÍN DE DUMIO, De correctione 4 PARADA JATO, J.A. (2007): Usos, costumes e
rusticorum. cousas do Courel. Editorial Toxosoutos, Noia.
A día de hoy, en los pueblos costeros, las si- adelante, y una vez le preguntó mi ma-
renas siguen considerándose causa de la perdi- dre: «Mira, te voy a preguntar una cosa,
ción de los marineros, que no pueden resistirse tú que recorriste mucho mar, ¿oíste can-
a su canto hasta llevarlos en ocasiones al naufra- tar a la sirena alguna vez?» Y le dijo él:
gio. Como ejemplo, el testimonio etnográfico «Bueno, mujer, bueno, eso es una leyen-
que hemos recogido de una anciana en la aldea da, mujer, eso no existe. Yo anduve en
de A Silva (Porto do Son): cuantos mares hay y no la oí nunca» Esa
sirena anda por esos mares abiertos de
La sirena dicen que era la hija de un
sabe Dios dónde5.
rey, que su padre la convirtió en sirena
porque el padre quería casarla con un En la misma ría de Muros e Noia se habla de
príncipe y ella no quería a aquel príncipe, la existencia de una moura con forma de ser-
quería a otro, y entonces el padre que la piente que hace naufragar a los barcos:
convirtió en sirena y la tiró al mar. Era un
(…) Ésta [la moura] invocó al demo-
cuento que había, y dicen que cantaba
nio, quien levantó una tempestad, aho-
muy bien y aún había –mi madre cantaba
gó a los cristianos y separó la isla de la
muy bien, carajo–, eso lo cantaba mi ma-
tierra. La moura se convirtió en una gran
dre muchas veces cuando estaba remen-
serpiente rodeada de fieras que hundían
dando y cantaba muchas veces y cantaba:
a los barcos. Los cristianos fueron donde
Válgame dios como canta un santo hombre que les aconsejó ben-
La sirenita en el mar,
Los navíos dieron vuelta
Para oírla cantar. 5 MARIÑO VENTOSO, L. (2020): «Ritos e crenzas
dunha aldea mariñeira. Unha aproximación etnográfica
Y recuerdo un hombre que anduvo á relixiosidade da Silva (Porto do Son)» En Anuario de
siempre navegando, echó años por ahí Antropoloxía e Historia da Galiza Fol de Veleno nº9
141‑165. Sociedade Antropolóxica Galega, Pontevedra.
4. Nubeiros y tronantes
Agobardo de Lyon en el s. ix habla de la
creencia en los tempestarii, seres con el poder
de dominar la lluvia, el trueno y el granizo y ha-
bitantes de una ciudad sobre las nubes llamada
Magonia.
pondió que solo podría hacerlo en la Orden del cubrimientos. Por otra parte, las mouras sirven
Císter. para ilustrar la vigencia en la Edad Media de
ideas precristianas relacionadas con antiguas
6. Conclusiones divinidades y con la idea de un Más Allá al que
se accedía a través del medio acuático. El es-
Podríamos poner muchos más ejemplos al- tudio de los negrumantes nos permite analizar
rededor de la idea que queremos transmitir –la los mecanismos que el cristianismo utilizó para
Santa Compaña, las leyendas de lobos y lobis- enfrentarse a esas ideas paganizantes, conde-
homes, etc.–, mas a fin de no extendernos lo nándolas a los dolores del infierno y mostrando
dejaremos aquí, considerando que los expues- la «fe verdadera» como único medio para sal-
tos son una muestra significativa suficiente. varse. En cuanto a los nubeiros y tronantes, con-
forman una de las pervivencias más fascinante
A través de los casos escogidos, podemos
de la mentalidad medieval, pues poco o nada
observar la pervivencia de la mentalidad surgi-
han cambiado sus atribuciones que las que por
da como consecuencia de los cambios socio-
aquel entonces se les dieron. Como hemos di-
culturales acontecidos en el medievo. Por una
cho, consideramos que la causa de esta conti-
parte, en cuanto a la relación con la naturaleza,
nuidad en el imaginario gallego se encuentra
que pasa a ser ese «otro lugar»: no el de habi-
en la forma de vida campesina. Una forma de
tación, sino el que se atraviesa, el que asusta
vida, hasta no hace tanto, bastante similar a la
pero que también ofrece riquezas. Así, el miedo
surgida tras el primer milenio y, por tanto, aque-
queda reflejado en las sirenas, que enloquecen
jada de los mismo miedos y anhelos: el temor al
y conducen al naufragio, retrasando ese pavor a
malogro de las cosechas, la reverencia por los
lo desconocido la llegada de la Era de los Des-
espíritus propicios de la tierra, el respeto por lo