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Revista de Folklore Fundación J. Díaz

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Fundación Joaquín Díaz

Revista de Folklore Nº 474


S
¡Ay, el saber universal!............. 3 El sistema del don en la
Joaquín Díaz tradición hispano-mexicana de
las nanas: ruegos, obsequios y
Notas etnohistóricas sobre bendiciones........................... 26
chimeneas y glorias en la Edad Donají Cuéllar Escamilla
Media y el Renacimiento (a
propósito de textos de Hugh Hay niebla en el mar hasta la
Thomas y Manuel Fernández barra de Bayona.................... 37
Álvarez).................................... 4 Joserra de la Mar
Lorenzo Martínez Ángel
Danzas beduinas: danzas
Construcciones de falsa cúpula tradicionales de los Emiratos
de planta rectangular. parideras, Árabes Unidos....................... 43
cuadras y casetas..................... 9 Pedro Rey Antón
Arturo Martín Criado
Lorca y Rubio Sacristan. Viajes y
Los restos ovinos desechados recuerdos..............................54
por un lobo, alimento de fiesta Eduardo Alonso Franch
en Valvenedizo. 1789............ 19
Paulino García de Andrés Ecos de la mentalidad medieval
en el imaginario asociado a los
seres míticos gallegos........... 66
Lidia Mariño

Sumario
Revista de Folklore número 474 – Agosto 2021
Portada: Campesino cargando su pipa, de David Teniers (1610-1690)
Dirige la Revista de Folklore: Joaquín Díaz
Producción digital, diseño y maquetación: Luis Vincent
Todos los textos e imágenes son aportados y son responsabilidad de sus autores
Fundación Joaquín Díaz - https://funjdiaz.net/folklore/
ISSN: 0211-1810

2
C
¡Ay, el saber universal!

C
onfieso que cada vez me cues- García Lorca (no puedo olvidar que también fui
ta más redactar la sencilla carta alumno de Rubio Sacristán en la Universidad
que acompaña mensualmente a de Valladolid) y el que trata sobre las opiniones
la Revista de Folklore. Hace más que despertaron en dos famosos literatos las
de cuarenta años comencé enca- formas de calentarse de los españoles. Sobre
bezando la publicación con unos textos breves este último, desde luego, mucho podría opinar
a los que denominaba «editoriales», pero un ya que tuve que comprobar y sufrir, mientras
descuido en la atribución de la autoría al hacer recorría pueblos y casas de la España profun-
los índices generales para publicarlos en línea, da, cuántas penurias padecía la gente sencilla y
puso al descubierto –por otro lado no se tra- de qué formas tan ingeniosas se las arreglaban
taba de ningún secreto– que era yo mismo el los alarifes –copiando o inventando– para hacer
autor de todos esos escritos. Mi antiguo y que- un poco más cómoda la vida doméstica de sus
rido profesor Fernando González Ollé me hizo convecinos. Recuerdo las chimeneas pinarie-
notar que los editoriales –aunque representen gas, con su cono superior encestado, que siem-
el espíritu de una publicación– no deben llevar pre me traían a la memoria el palacio de Sintra
firma y que por tanto debía denominar de otra y que se convertían por arte del fuego y de las
manera aquellos pocos párrafos introductorios. conversaciones que se generaban al calor de
Siempre hice caso de González Ollé y respe- sus brasas, en la única pieza confortable de las
té su criterio, de modo que cambié el título y casas. Del mismo modo, el hipocausto que tem-
denominé «carta del director» a aquellas re- pló las termas romanas se había acomodado a
flexiones con las que mes tras mes se abría la la vida castellana y era motivo obligado de con-
publicación. Por cierto, aproveché para elegir versación en cada pueblo y en cada domicilio al
la temática seleccionándola entre las colabora- que me llevaba el oficio de indagar y pregun-
ciones de cada número, así que el asunto selec- tar por la vida de sus habitantes. Que éstos se
cionado me servía de excusa para divagar sobre conformaban con su suerte lo confirmaba una
aspectos complementarios a los que trataba el copla popular en la que el práctico sistema de
propio autor en el texto con el que se inicia- calefacción al que se había denominado «glo-
ba el número. No tardé en darme cuenta de ria» se combinaba oportunamente con el árbol
que, por lógica, prefería siempre un tema con del paraíso plantado en el corral:
el que me sintiese cómodo y del que tuviese
Bendita sea esta casa
algo interesante que aportar. Pues bien, éste es
y el albañil que la hizo
el número en que me hubiese gustado opinar
que por dentro está la gloria
acerca de todos los artículos que se publican, y
y por fuera el paraíso.
en consecuencia anduve saltando de uno a otro
hasta que me quedé con dos en los que podían Tan utópica esa casa como el saber universal…
más los recuerdos que la doctrina: el dedicado
a José Antonio Rubio Sacristán y su amistad con

Carta del director


Revista de Folklore Nº 474 3 Joaquín Díaz
D
Notas etnohistóricas sobre chimeneas y
glorias en la Edad Media y el Renacimiento (a
propósito de textos de Hugh Thomas y
Manuel Fernández Álvarez)
Lorenzo Martínez Ángel

D.
Emilio Lledó escribía en Sin duda había mucho humo, sobre
cierta ocasión: «El historia- todo por la mañana, cuando las mujeres
dor busca, en el fondo, en- preparaban tortillas para la comida prin-
tablar un diálogo con totali- cipal (como en Castilla, en México no se
dades del pasado que sólo conocían las chimeneas)3.
son parcialmente visibles entre los restos que
Es normal que un historiador se interese por
de él nos quedan»1. Y no le faltaba razón. En
este tipo de temas. Así, por ejemplo, décadas
ese diálogo con lo pretérito la etnohistoria pro-
atrás, Jean Descola lo hacía en relación a vivien-
porciona una enorme cantidad de información
das en Perú durante la época colonial4. Lo que
para la reconstrucción, siempre parcial, de los
sucede es que esa afirmación de Hugh Tho-
tiempos anteriores a nosotros, y de modo muy
mas, indicando que en la Corona de Castilla a
especial en esa línea de investigación que su-
comienzos del siglo xvi «no se conocían las chi-
pone el estudio de la vida cotidiana, que tanta
meneas», no nos parece plenamente acertada,
importancia alcanzó gracias a la Escuela de los
pues da la impresión de ser una generalización
Annales.
que, como tal, implica un grado de error.
En el presente trabajo vamos a analizar, con
Don Manuel Fernández Álvarez, a quien vol-
el enfoque que acabamos de mencionar, dos
veremos a referirnos después, escribió, en alu-
aspectos de un tema de singular interés, como
sión al mencionado siglo xvi:
es el del fuego en las viviendas2, a propósito de
dos comentarios realizados por grandes auto- En cuanto a los interiores de las vivien-
res, cuya magnífica y conocida producción his- das, los testimonios artísticos son los me-
toriográfica hace innecesaria su presentación: jores, con el claro inconveniente que sólo
Hugh Thomas y D. Manuel Fernández Álvarez. nos dan luz sobre las mansiones de los
poderosos…5
Entre los libros del primero se encuentra
uno dedicado a la conquista de México en el
siglo  xvi, y en él, comentando las característi-
cas de las casas de la ciudad de Tenochtitlán,
escribe: 3 HUGH THOMAS, La conquista de México,
Barcelona 2015, pp.398–399.

4 JEAN DESCOLA, La vida cotidiana en el Perú en


1 EMILIO LLEDÓ, Filosofía y lenguaje, Barcelona Tiempos de los españoles. 1710–1820, Buenos Aires 1962,
2015, p. 95. p. 108: «LAS CASAS DE LOS INDIOS DE LAS SIERRAS
[…] Un agujero en el techo permitía la salida del humo del
2 Es un tema que, incluso, ha aparecido en la hogar. Un solo fuego, el de la cocina…»
reflexión filosófica, como se ve en UMBERTO ECO, A
hombros de gigantes. Conferencias en La Milanesiana 5 MANUEL FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, El siglo xvi.
2001–2015, Barcelona 2018, p. 131. Economía. Sociedad. Instituciones, Madrid 1994, p. 449.

Revista de Folklore Nº 474 4 Lorenzo Martínez Ángel


Esto nos conduce a una clara diferenciación Marqués de Lozoya son suficientemente signifi-
en el análisis de la cuestión: las casas de los aco- cativas. Mas, habiendo sido mencionado el Mo-
modados y las viviendas populares. nasterio de Carracedo, no nos resistimos (por
nuestra vinculación personal con la provincia en
Si atendemos a estas últimas, lo cierto es
la que se encuentra), a citar alguna chimenea
que una parte de las mismas, efectivamente,
con cientos de años a sus espaldas en territorio
no conocía las chimeneas. Basta recordar, por
leonés. Sin salir de la ciudad de León, hay una
ejemplo, muchas edificaciones populares con
hermosa chimenea renacentista en el Palacio
techumbre vegetal en el noroeste peninsular
de los Guzmanes (sede actual de la Diputación
(territorio perteneciente a la antigua Corona
Provincial) y otra, monumental por su tamaño,
de Castilla a la que alude el historiador inglés
en la zona de entrada del recientemente res-
anteriormente mencionado) que carecían de
taurado Palacio de los Condes de Luna. Se con-
chimenea, y en cuyo interior, como en las casas
serva una chimenea del siglo xiv en el Museo
aztecas de las que habla Hugh Thomas, el humo
de León, proveniente del palacio gótico que se
cargaría densamente la atmósfera.
acabó transformando en el Monasterio de las
Si, por el contrario, nos fijamos en edificacio- Concepcionistas10, y de San Marcos podemos
nes correspondientes a los estamentos privile- citar una interesante referencia, recogida por D.
giados, podremos observar que, sin embargo, Mariano Domínguez Berrueta:
las chimeneas sí eran conocidas en la Corona
Cuando D. Francisco de Quevedo
de Castilla. Resulta pertinente citar un trabajo
vino a San Marcos, el edificio llegaba des-
de un reconocido experto en Historia del Arte,
de la Iglesia a la portada principal.
como lo fue el Marqués de Lozoya, titulado «La
El edificio de entonces está minucio-
chimenea en la historia», en el que recoge ejem-
samente descrito en la memoria de los
plos de diversas épocas, como la del Palacio
Visitadores de la Orden, de 1601, que se
de Gelmírez –del siglo xii6–, la del Monasterio
conserva en el Archivo Histórico Nacio-
de Carracedo –de la centuria siguiente7– y, de
nal.
épocas posteriores, más cercanas a la conquista
Quevedo entró por la portería de la
de México anteriormente mencionada, las del
iglesia y cruzando por los graneros del
Palacio de Cogolludo y de la hospedería de la
Convento se arribaba al Claustro.
Cartuja de Miraflores8. Y también nos recuerda
«Entrando por la portería está una es-
el Marqués de Lozoya que «en el esqueleto de
calera por la cual se sube a un aposento
muchos castillos de la meseta central es fre-
de una saleta que tiene una chimenea e
cuente advertir la huella de chimeneas abiertas
una cámara e un rretrete con delantera
en el muro»9.
de rexa…»11.
No vamos a hacer una mención pormeno-
Y, hablando de León12, no podemos dejar
rizada de ejemplos de chimeneas antiguas en
de mencionar una imagen, muy conocida, que
el territorio de lo que acabó siendo la antigua
Corona de Castilla, pues las muestras que cita el
10 JUAN ANTONIO GAYA NUÑO, Historia y guía
de los museos de España, Madrid 1968, p. 332.
6 MARQUÉS DE LOZOYA, «La chimenea en la
historia»: VV. AA., Chimeneas, Madrid 1951, p. 16,
11 MARIANO D. BERRUETA, Guía del caminante
en la ciudad de León, León 1957, p. 74.
7 Ibíd., pp. 16–17.

12 No queremos dejar de mencionar, habiendo


8 Ibíd., pp. 19–20. ya citado la chimenea del Monasterio de Carracedo, que
cerca de allí, en la misma comarca de El Bierzo, hay otro
9 Ibíd., p. 17. interesante ejemplo, visible en el Castillo de Ponferrada.

Revista de Folklore Nº 474 5 Lorenzo Martínez Ángel


muestra cómo sería la lumbre en el suelo, sin Y no queremos dejar de realizar una obser-
chimenea, típica de muchas viviendas de los no vación. La lengua en la que Hugh Thomas escri-
privilegiados; nos referimos a la representación bía era la suya materna, el inglés. En castellano
del mes de diciembre del calendario románico usamos «chimenea» tanto para el lugar del fue-
pintado en el Panteón de Reyes de San Isidoro go como para la salida del humo, mas en inglés
de León. Esto no puede dejar de recordarnos para lo primero se emplea «fireplace» y para
(tanto por lo que tiene en común como por lo lo segundo «chimney»16. Sin olvidar la obvia
que la diferencia de la que acabamos de citar) conexión entre ambos elementos, y sin entrar
una escena, correspondiente al mes de febrero, tampoco en detalles, lo cierto es que hemos
que aparece en el famoso códice Las muy ricas observado en representaciones de ciudades de
horas del duque de Berry, a propósito de la cual la Corona de Castilla del Renacimiento que apa-
se ha escrito: recen chimeneas, entendidas estas en su sen-
tido de salidas de humos, de norte a sur, des-
La casa del administrador es la que
aparece aquí. Sus ocupantes no vivían
como los pobres. Las cabañas de los
jornaleros tenían fuego en el centro y el de Oro, sino del siglo xix, un testimonio recogido por el
humo se elevaba sin chimenea hacia el famoso George Borrow, referido a una casa religiosa de la
techo. Aquí, sin embargo, se ven los mu- anteriormente mencionada comarca de El Bierzo: «…their
ros de una chimenea a la izquierda13. braseros and chimneys…» (GEORGE BORROW, The Bible
in Spain. Vol. II, London 1846, p. 116).
Esto enlaza con nuestro hilo argumental. Vi-
viendas populares sin chimeneas y edificaciones 16 Es evidente que las traducciones pueden
de los grupos sociales acomodados y/o privile- generar algún que otro problema, y esto ya ha sido
observado en relación a alguna obra de Hugh Thomas
giados con ellas. Siendo cierto esto, no nos da
(ADOLFO CARRASCO, «Hugh Thomas, hispanista y
una imagen global del tema, pues, por ejem-
europeísta»: El Cultural –8-5-2017–).
plo, no podemos olvidar (aunque no es objeto A propósito de esto, diremos que nadie está exento de
del presente trabajo) el uso, frecuentísimo en el una interpretación incorrecta por causa de una palabra
territorio de la Corona de Castilla durante el Si- con más de un significado, y no solo en el ámbito de
glo de Oro, de los braseros. Tan frecuente que las traducciones. A modo de muestra, comentaremos
que, en cierta ocasión, un lector nos preguntó por el
aparecen por doquier en las fuentes históricas:
correcto sentido de una frase que publicamos, porque
desde la posesiones de nobles adinerados14 a
empleamos una palaba con posible doble significado.
las obras literarias15. La frase en concreto era: «Y esto no significa que todos
los conceptos de bondad sean iguales, ni tan siquiera
aceptables (el ejemplo de la Inquisición sigue poseyendo
13 ROSE–MARIE Y RAINER HAGEN, Los secretos
validez)» (LORENZO MARTÍNEZ ÁNGEL, Humanismo,
de las obras de arte. Tomo 1, Köln 2003, pp. 20 y 25.
neohumanismos y sentido de la enseñanza, León 2009, p.
47, nota 154). El diccionario de la Real Academia Española
14 Aparecen, por ejemplo, en el listado de los recoge que «ejemplo» significa, en su primera acepción,
bienes de D. Diego Hurtado de Mendoza (MERCEDES «Caso o hecho sucedido en otro tiempo, que se propone,
AGULLÓ Y COBO, A vueltas con el autor del Lazarillo. o bien para que se imite o siga, si es bueno y honesto, o
Con el testamento y el inventario de bienes de don Diego para que se evite si es malo.» Obviamente, la Inquisición
Hurtado de Mendoza, Madrid 2010, p. 68). es un ejemplo malo, que tiene validez permanente para
recordar lo inaceptable de los métodos que utilizó.
15 Por ejemplo, MARÍA DE ZAYAS, Novelas Aunque los inquisidores creyesen que defendían el bien,
amorosas y ejemplares, Barcelona 1983, p. 5: «…una tarde lo cierto es que los procedimientos que utilizaron y su
de las cortas de Diciembre, cuando los hielos y terribles intolerancia hacen que su concepto de bondad no sea
nieves dan causa a guardar las casas y gozar de los asumible. Pero, para entender bien nuestra frase, hay
prevenidos braseros…». que (además de atender, claro, al contexto en el que se
Quede claro que braseros y chimeneas no se excluían encuentra y al sentido común) recordar que la palabra
mutuamente. Baste como muestra, aunque no del Siglo «ejemplo» también puede tener un sentido negativo.

Revista de Folklore Nº 474 6 Lorenzo Martínez Ángel


de León17 hasta Sevilla18. Es más, si nos fijamos la aludida anteriormente; sobre la vivienda del
en un cuadro de Pedro Berruguete de finales siglo xvi escribe:
del siglo xv, titulado «Auto de fe presidido por
Quizá, a este respecto, el cuadro más
santo Domingo de Guzmán», conservado en
valioso sea el que nos depara Pedro Be-
el Museo del Prado, podremos observar, en la
rruguete, con su cuadro sobre los preten-
edificación representada al fondo, que también
dientes de la Virgen, que puede admi-
aparece. Y, dicho sea de paso, este elemento
rarse en el retablo de la iglesia de Santa
resulta de interés para la Historia del Arte sobre
Eulalia de Paredes de Nava. El cuadro tie-
el que ya se ha escrito algún trabajo relevante19.
ne el doble valor testimonial […] de ofre-
Para finalizar esta primera parte del presente cernos un interior de una casa acomoda-
artículo, diremos que en la Corona de Castilla da de Tierra de Campos, con el ama de
sí se conocían las chimeneas en las edificacio- casa y las sirvientas haciendo labor sobre
nes de los estamentos privilegiados, mientras la <<gloria>>, o estrado que puede ca-
que en los ambientes populares habría zonas lentarse mediante galerías subterráneas,
enteras en las que, en muchos casos, no se uti- desde una pieza auxiliar donde está el
lizarían. Hugh Thomas dio solo una pincelada horno que se enciende con paja20.
al respecto, realizando solo un comentario tan-
D. Manuel Fernández Álvarez fue un magnífi-
gencial sobre un tema en el que no profundizó
co conocedor de la sociedad del siglo xvi desde
por ser meramente circunstancial en su magna
diversos puntos de vista, y muestra de su buen
obra, y no se le puede pedir, por ello, un grado
hacer como historiador es que también utiliza-
de exactitud total.
se la cultura popular para sus investigaciones.
Y pasamos a la segunda parte, donde nos Mas en el caso en concreto citado, hemos de
ocuparemos de las glorias, ese sistema de cale- disentir, por dos razones. La primera, porque,
facción tan común en Tierra de Campos. Hemos en nuestra opinión, nada en la representación
mencionado anteriormente a D. Manuel Fer- del cuadro sugiere la existencia de la gloria. La
nández Álvarez, y también a Pedro Berruguete. segunda, porque, aunque tiene un obvio para-
Precisamente vamos a comentar un texto del lelismo con el hypocaustum de época romana,
primero sobre una obra del segundo distinta de lo cierto es que «la generalización del uso de
la gloria como sistema básico de calefacción en
estas comarcas es un acontecimiento relativa-
mente moderno, de finales del siglo xix o –sobre
17 Dibujo de la zona de la Catedral de León a todo– del primer tercio del siglo xx. Puede que
finales del siglo xvi reproducido en ANTONIO T. REGUERA
en la Edad Media existiera algún habitáculo pa-
RODRÍGUEZ, «El desarrollo histórico–urbanístico en torno
a la Catedral de León»: JESÚS PANIAGUA PÉREZ – FELIPE
recido a la gloria, pero siempre de forma aisla-
F. RAMOS (coords.), En torno a la Catedral de León, A da, excepcional o suntuaria»21.
Coruña 2004, 263–283, concretamente p. 266.
El tema de los sistemas de calefacción a lo
18 Plano publicado en 1572 reproducido en JOSÉ
largo del tiempo es, sin duda, un campo donde
MANUEL RUIZ ASENCIO, La biblioteca de Hernando cabe seguir profundizando, y donde la etno-
Colón, una aventura bibliográfica del siglo xvi, Valladolid grafía tiene mucho que seguir aportando a la
2008, p. 25. investigación histórica. Los dos grandes histo-

19 Por citar un solo ejemplo, mencionaremos el


siguiente: 20 MANUEL FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, o. c., p. 449.
–FRANCISCO SANZ FERNÁNDEZ, «Esculturas de
humo: chimeneas y caños del Renacimiento en la Alta 21 JOSÉ LUIS DÍEZ VARONA, «Viejas glorias
Extremadura»: Anuario del Departamento de Historia y castellanas» (huermeces.blogspot.com/2017/03/viejas–
Teoría del Arte, 22 (2010) 57–72. glorias–castellanas.html).

Revista de Folklore Nº 474 7 Lorenzo Martínez Ángel


riadores que hemos mencionado en el presente
artículo, Hugh Thomas y D. Manuel Fernández
Álvarez, más allá de un error puntual (de lo que,
obviamente, nadie estamos ajenos, y que de
ninguna manera empaña la gran calidad de sus
magníficas obras), son buenos ejemplos de lo
útil e importante que para el estudio de tiem-
pos pretéritos es el conocimiento de la cultura
popular.

Revista de Folklore Nº 474 8 Lorenzo Martínez Ángel


E
Construcciones de falsa cúpula de planta
rectangular. parideras, cuadras y casetas
Arturo Martín Criado

E
1. Introducción mas de encina y roble, retamas. Era una gruesa
capa de leña, de donde los pastores tomaban la
n Castilla y León, cuando hablamos que necesitaban para quemar, por lo que cada
de construcciones de falsa cúpula año se renovaba parcialmente. Esto es lo que se
de tipo pastoril, solemos referirnos consideraba una tenada (del latín tigna, ‘leña’),
a lo chozos. El chozo es una parte de que a veces por metonimia pasó a denominar
un conjunto que se suele denominar todo el corral, sobre todo allí donde el clima
corral, corraliza, tenada, taina, según zonas y es más riguroso y casi no existían los corrales
pastores. El corral es por lo general una serie descubiertos, como en las provincias de Burgos
de varios espacios delimitados por muros de o Soria. Con el tiempo, sobre todo en ciertas
piedra en seco que se comunican entre sí por comarcas, la cubierta vegetal se fue sustituyen-
estrechas puertas que se cerraban con teleras. do por tejas, incluso en aquellas zonas donde la
De esta manera, los pastores podían apartar las leña abundaba.
ovejas preñadas de las vacías, las paridas, o las
lecheras. Es decir, un rebaño de ovejas era algo El chozo es una construcción circular de pie-
complejo y heterogéneo, y el pastor necesitaba dra en seco que se cubre por aproximación de
esa variedad de espacios para poder organizar- hiladas o falsa cúpula, abierta en la parte supe-
lo de la manera más cómoda y efectiva. Dado rior por un pequeño orificio o chimenea para
que los productos principales que se sacaban que saliera el humo del fuego que solían en-
del rebaño eran la lana y las crías para carne1, cender dentro los pastores para cocinar y calen-
tanto lechazos como corderos, en los corrales tarse. El chozo, por tanto, es una construcción
había un lugar especial para los lechazos, las destinada a vivienda de los pastores (fig. 1).
crías cuya única alimentación era la leche de su
Hay territorios donde construcciones de fal-
madre. Las ovejas madres salían a pastar con el
sa cúpula de planta circular se emplean para
rebaño, pero los lechazos se quedaban encerra-
encerradero o refugio del ganado, caso de las
dos en un pequeño recinto techado, la paride-
barracas de Menorca, por ejemplo, que tienen
ra. Además de esta, en la mayoría de los corra-
la planta circular como el chozo. En Castilla y
les, había varios recintos protegidos con tejado,
León son pocas las construcciones destinadas a
donde dormían las ovejas en invierno y cuando
parideras o cuadras cubiertas con falsa cúpula,
hacía mal tiempo en general. Antaño, estos es-
y tienen planta rectangular. A continuación, voy
pacios se techaban con materias vegetales, ra-
a presentar alguno de estos casos, de dos zonas
ganaderas de esta región muy distintas, el Aba-
1 En la ganadería ovina tradicional, la leche, dengo salmantino y el Cerrato palentino.
que es lo que hoy día da mayores rendimientos, solo se
aprovechaba durante una corta temporada para hacer
queso. Por lo general, se dejaba mamar a los lechazos
hasta que se iban vendiendo, casi siempre en las fiestas de
primavera, y después se ordeñaba durante el resto de la
estación mientras había pastos abundantes, hasta junio.

Revista de Folklore Nº 474 9 Arturo Martín Criado


Fig. 1. Corrales de la Tiñosa, que significa la «leñosa», en Vertavillo (Palencia), donde se aprecian dos grandes chozos,
los muros arruinados y las parideras y tenadas con cubierta de teja, que antaño fue de leña

2. Lumbrales (Salamanca) del alcacer. En algunas de estas parcelas se


hallan construcciones de tipo pastoril, chozos,
Lumbrales es la capital de una pequeña co- abrigaños o refugios, corrales, etc. El conjunto
marca del oeste salmantino, el Abadengo, cuya de chozo, paridera y corral que veremos se en-
principal dedicación es la ganadería, sobre todo cuentra en una parcela del noreste del término
de vacuno y ovino. El territorio presenta una municipal, en el pago de Pocito Manzano, entre
estructuración acorde con esta dedicación: pe- la carretera de Bermellar y el río Camaces, cerca
queñas o medianas parcelas cercadas con mu- de donde se alzan las ruinas del castro de las
ros de piedra en seco dedicadas a pastos. Las Merchanas (fig. 2). La pieza tiene un tamaño pe-
mejores, cuyo suelo está libre de grandes rocas queño, algo menos de una hectárea, que viene
y es más o menos fértil, son aradas y en ellas se a estar de acuerdo con lo que es la media en el
cultivan cereales que son consumidos en verde término de Lumbrales.
por los animales, siguiendo la vieja costumbre

Fig. 2. Lumbrales. Corral, a la izquierda, y paridera, a la derecha, vista desde el sur

Revista de Folklore Nº 474 10 Arturo Martín Criado


El terreno es de monte bajo, con algunos considera como tal sino como un camino (fig. 3).
ejemplares jóvenes de roble, y bastante rocoso. Esta es la parte más alta, y desde allí desciende
La parcela tiene forma trapezoidal, más ancha suavemente hacia la cerca oriental, que se aso-
en su lado occidental, donde se halla un portillo ma a un vallejo por el que corre un arroyuelo y
que da a una especie de cañada bastante ancha una senda.
que va hacia el norte, si bien oficialmente no se

Fig. 3. Lumbrales. Abajo, plano de la parcela, y sobre él, planta y secciones de la paridera

Revista de Folklore Nº 474 11 Arturo Martín Criado


El corral es un muro de piedra en seco, de pero en el occidental son mayores, grandes lo-
planta cuadrada con las esquinas redondeadas. sas que contrastan por su tamaño con los mam-
En el ángulo nororiental se abre una estrecha puestos del muro (fig. 5). La abundancia de este
puerta que se cerraría con una telera. Un poco tipo de piedras planas y grandes en esta comar-
más abajo está la paridera, también de piedra ca hace que se puedan construir bóvedas de
en seco, de planta casi rectangular, si bien el aproximación de hiladas con pocas piezas, por
lado oriental es curvo. En el centro tiene una lo que suelen tener poca altura, algunas pare-
puerta abierta hacia el noreste, construida con cen casi planas. Por otro lado, es más fácil que
tres grandes losas (fig. 4). El interior no es muy queden huecos entre ellas, por donde penetra-
alto, pero sí suficiente para que una persona se ría en viento y el agua si no se impermeabilizara
pueda mover con comodidad. La bóveda está con una capa de tierra. Más abajo está el chozo
construida por aproximación de hiladas, con del pastor, de planta circular y forma cilíndrica,
mampuestos de mayor tamaño que los emplea- como es habitual en la comarca. La puerta se
dos en los muros. En el lado oriental, que se abre al este.
cierra en curva, son losas de tamaño mediano,

Fig. 4. Lumbrales. Puerta de la paridera Fig. 5. Lumbrales. Vista interior hacia el este

3. Corral del Dragón de Cevico de la entrada que da acceso al primer recinto. Los
otros dos tienen entradas independientes, cer-
Torre (Palencia)
canas también al chozo.
El corral del Dragón está en el páramo
La paridera tiene, exteriormente, planta alar-
de Capaperros, al noroeste del término munici-
gada que se estrecha en el centro y se redon-
pal de Cevico de la Torre, junto a un ramal de
dea en los extremos, dando indicios de que, en
la Cañada Real Burgalesa, cerca del límite con
realidad, se trata de dos chozos circulares, uno
el término de Tariego (fig. 6). Es un corral pe-
a la entrada y otro al fondo, que han sido unidos
queño, dividido por muros de piedra en seco,
por un corredor (fig. 8). El perfil exterior de la
de metro y medio de altura, en tres apartados
construcción muestra esto de forma más clara.
cuadrangulares que forman una especie de V
Se aprecia como dos torres en los extremos y
invertida (fig. 7). Desde el punto de vista funcio-
una zona un poco más baja que los une.
nal, está dividido en tres partes. Junto al chozo
circular, donde habitaban los pastores, hay una

Revista de Folklore Nº 474 12 Arturo Martín Criado


Fig. 6. Vista desde el sur del corral del Dragón, con el chozo a la izquierda y la paridera al fondo

Fig. 7. Planta del corral del Dragón, en Cevico de la Torre

Fig. 8. Planta y sección de la paridera del corral del Dragón

Revista de Folklore Nº 474 13 Arturo Martín Criado


La puerta presenta también rasgos muy ori- los rasgos originales de este edificio es el que
ginales y raros (fig. 9). Es un hueco muy alto tenga varias ventanas. La mayor se halla sobre
para lo que es habitual en este tipo de construc- la puerta, y además se va ensanchando hacia
ciones y está fabricado como un arco de aproxi- arriba, hacia el dintel, al revés que la puerta (fig.
mación de hiladas, o falso arco, que se cierra 10). Enfrente, al fondo del todo hay otra venta-
con una gran piedra. Este tipo de jambas y mu- na (ahora cegada con piedras), y una tercera en
ros inclinados que se van cerrando por aproxi- el centro del corredor, aprovechando la diferen-
mación de hiladas, con remate de una cubierta cia de altura entre las dos cubiertas de dicho
plana de grandes losas, esta técnica construc- corredor. Esto hace que el espacio interior es-
tiva, se emplea por toda la paridera. Otro de tuviera muy ventilado, sin tener en cuenta que

Fig. 9. Corral del Dragón. Puerta de la paridera, Fig. 10. Corral del Dragón. Vista de la misma
orientada hacia el sur puerta y ventana desde el interior

las dos falsas cúpulas de los espacios circulares a la puerta, se abre el hueco del corredor que
tienen su centro caído, por lo ahora la sensación comunica este espacio con el círculo del fon-
en el interior es más luminosa, pero supongo do (fig. 11). El corredor está construido por el
que ambas estarían cerradas como los chozos, mismo sistema de aproximación de hiladas que
y, como mucho, podrían tener un pequeño agu- la puerta; estos muros se van acercando hacia
jero de ventilación o estar totalmente cerradas2. arriba y el espacio superior se cierra con gran-
des losas que están colocadas a una altura des-
Al entrar, encontramos un primer espacio
cendente, al mismo tiempo que el corredor se
circular con forma similar a un chozo. Frente
va estrechando hasta llegar a una especie de
portillo, sobre el que hay una ventana construi-
2 Sobre las formas de cerramiento que tienen
los chozos pastoriles, véase Arturo Martín Criado,
da ingeniosamente en el techo aprovechando
“Construcciones de falsa cúpula en el Valle del Duero”, la diferencia de alturas (fig. 12). En efecto, el
Revista de Dialectología y Tradiciones Populares (CSIC), segundo tramo del corredor es algo más ancho
XLVII, 1992, pp. 303-358. Véase en concreto la página 319.

Revista de Folklore Nº 474 14 Arturo Martín Criado


y alto, con forma también de embudo, y desem- pequeños mampuestos alargados. Su forma
boca en el chozo del fondo. La vista del exte- transmite la estructura interior originaria de dos
rior desde el este nos muestra una construcción chozos redondos y el corredor central (fig. 13).
esmerada de piedra en seco, levantada con

Fig. 11. Corral del Dragón. Corredor que comunica Fig. 12. Corral del Dragón. El mismo corredor visto desde el
ambos espacios circulares visto desde la entrada fondo, con la ventana cenital

Fig. 13. Vista exterior del corral del Dragón desde el este

Revista de Folklore Nº 474 15 Arturo Martín Criado


Fig. 14. Páramo de la Cuadra, visto hacia el sur, con la cuadra y el chozo anejo que destacan en la llanura de cereal, que
antaño fue monte de encina y roble

4. Corral del Páramo de la Cuadra de


Baltanás
Este corral se encuentra en los páramos que
hay al norte de la capital del Cerrato, a la iz-
quierda de la carretera que va a Valdecañas,
donde la originalidad de esta construcción ha
dado nombre a la zona, conocida como Páramo
de la Cuadra (fig. 14). En realidad, estos corra-
les están al comienzo de un vallejo que rom-
pe el páramo hacia el sur y es conocido cono
Valdehornillos. Hoy día son terrenos roturados
y sembrados de cereal, pero todavía quedan
manchas de monte de encina y roble que hasta
no hace tanto cubría buena parte de estos pá-
ramos.

Las paredes de los corrales están bastante


destruidas y lo más interesante del conjunto es
una cuadra rectangular con un chozo circular
anejo, ambos construidos con piedra caliza
del terreno en seco y falsa cúpula (fig. 15).
Las dimensiones de la cuadra son modestas,
un poco más de dos por tres metros, y muros
muy gruesos de casi un metro. En el muro
septentrional tiene un poyo corrido sobre el
que se colocaría una comedera de madera para
Fig. 15. Planta, sección y alzado de la cuadra y el chozo
echar el pienso a los animales.
del Páramo de la Cuadra

Revista de Folklore Nº 474 16 Arturo Martín Criado


Para pasar de la planta rectangular a la cir- parte superior tiene un pequeño orificio que
cular de la cúpula, hay en las cuatro esquinas se tapa con una piedra móvil. Por fuera, esta
grandes pechinas formadas con las hiladas de cúpula presenta forma ovalada y está remata-
piedras bastante planas que están colocadas da con pequeñas lanchas colocadas con tierra
en saliente (fig. 16). La cúpula se conserva per- formando una ligera caída para que desagüe
fectamente y, a pesar de estar muy ahumada bien (fig. 17).
por los fuegos que encienden dentro los caza-
dores, se aprecia su buena construcción. En la

Fig. 16. Interior de la cúpula, con grandes pechinas Fig. 17. Exterior de la cúpula
que permiten pasar de la planta rectangular al cierre
mediante una cupulilla casi semiesférica

5. Casetas de era de Villamediana de planta rectangular que se cubren con falsa


bóveda o de aproximación de hiladas (fig. 18).
(Palencia)
Estas casetas son amplias, de cuatro a cinco
En las afueras de Villamediana, al sur y al metros de longitud, y en ellas se cobijaban los
oeste del pueblo, se conservan todavía las anti- animales de trabajo durante la trilla del cereal.
guas eras de trillar, si bien muchas han sido ocu- En el Cerrato y más en Tierra de Campos, el
padas por construcciones nuevas de uso agro- trabajo era tan intensivo durante el verano que
pecuario. El terreno tiene una ligera pendiente, ni animales ni personas iban por casa en varias
desde el valle hacia el oeste, por lo cual las eras semanas. Dormían en la caseta, todavía de no-
están construidas en terrazas, de manera que che acudían a las parcelas a cargar el carro con
entre ellas hay muros de contención de piedra. el frescor del amanecer, acarreaban la mies a la
Adosadas a alguno de estos, en el margen de era, trillaban en las horas de calor y aparvaban
la era, hay algunas que tienen casetas de piedra al anochecer.

Revista de Folklore Nº 474 17 Arturo Martín Criado


En una era que está al sur del pueblo, junto a La bóveda rectangular está construida sobre
la carretera, hay una caseta adosada al muro de trompas en los cuatro ángulos, formadas por
contención que formaba la era, ahora tierra de simples losas calizas. La bóveda no es muy alta y
labor. Se accede por una puerta que mira al sur no llega a cerrarse por aproximación de hiladas
y tiene otro hueco en el muro lateral, una pe- sino por varias piedras planas (fig. 20).
queña ventana en forma de aspillera. Al fondo,
frente a esta ventanuca, hay un banco de obra,
donde se colocaría un pesebre (fig.19).

Fig. 18. Caseta en una era de Villamediana, de la parte más


occidental, la más alta, adosada al terreno que sube hacia el páramo

Fig. 19. Planta y secciones de una caseta de


era junto a la carretera, al sur de Villamediana

Fig. 20. Villamediana. Cubierta abovedada por aproximación de


hiladas y cierre con varias losas de la caseta de la figura anterior

Revista de Folklore Nº 474 18 Arturo Martín Criado


E
Los restos ovinos desechados por un lobo,
alimento de fiesta en Valvenedizo. 17891
Paulino García de Andrés

Almuerzo del campesinado

El alimento en los pueblos en la


1 una vara gruesa la largas tiras de fideos que mi
madre había hecho y que a mi me impresiona-

E
primera mitad del siglo xx
ron por parecerme pequeños monstruos alar-
n la cocina española debemos siem- gados con vida. Las sopas de los cocidos eran
pre distinguir entre la de la Corte y parte de la alimentación diaria de los españo-
gentes pudientes de la gran ciudad, les durante estos siglos. Se comía poca carne
llena de excesos y de platos abun- y cuando se hacía era con motivo de una cele-
dantes, y la de la cocina popular. bración: en una boda o en el día de la fiesta en
Esta, que es de la que vamos a tratar aquí se que todas las familias o casi todas mataban un
alimentaba de pan, generalmente de harina de cordero. No debemos olvidar que en todas las
trigo, a veces de centeno, se acompañaba con épocas y en casi todas las casas de los labrado-
otras viandas, la mayor parte de ellas en sala- res criaban gallinas y pollos, conejos, entre uno
zón: tocino. El pan se incluía en la elaboración y tres cerdos, alguna cabra, además del atajo
de las sopas de ajo, las migas y en la bola del de ovejas, ganado vacuno que los menos pu-
cocido hecha con pan machacado o harina con dientes aprovechaban para labrar y todos para
trocitos de jamón en su interior. Me acuerdo de ordeñar la leche y criar un choto al año, el cual
niño entrar en una alcoba y ver colgados sobre vendían. Dada la abundancia de caza menor
como conejos y perdiz roja, siempre había algo
de carne que llevarse a la boca. Muy importante
1 AHN, Consejos 31259, Exp. 22.

Revista de Folklore Nº 474 19 Paulino García de Andrés


era la cría de palomas cuyos pichones se esca- ductos y procedimientos mucho más cercanos a
bechaban siendo un delicioso manjar. Los esca- los de las clases populares»3.
bechados de pollo, conejos y pichones siguen
La Condesa de Pardo Bazán en el prólogo
siendo un plato muy estimado en la cocina ac-
de La Cocina española antigua, hace una rela-
tual popular.
ción de «recetas antiguas, o que debo conside-
El pan y el vino, generalmente aguado, apa- rar tales, por haberlas conocido desde mi niñez
recen como acompañamiento en todo tipo de y ser en mi familia como de tradición»4. Son un
comidas. Mi hermano mayor Vidal lo comía has- total de 583 recetas en siete grandes secciones:
ta con el turrón. Ambos han sido considerados desde cocidos, sopas, platos de huevos, fritu-
básicos hasta nuestra época. La manteca se ras, pescados y crustáceos, aves, carnes, em-
empleaba tanto para freír como asar. El aceite butidos, caza y vegetales para terminar con un
era la grasa de los días de abstinencia, puesto capítulo dedicado a salsas, ensaladas, escabe-
que el tocino era de cerdo. Los pescados en sa- ches, etc. Alimentos de los que han dispuesto
lazón, sobre todo el bacalao, en el interior de las clases populares a través de nuestra historia
la península era comida frecuente. El empleo y desde tiempos inmemoriales. Dedica diez y
de legumbres en las ollas y con otros guisos ha nueve recetas diferentes para cocinar un cor-
sido siempre frecuente; el cocido era considera- dero. No podemos saber cómo lo prepararía la
do un plato de festín popular. Por supuesto de mujer de nuestro protagonista, nos inclinamos
lo más rico que tiene en la memoria el que esto a pensar que haría una buena caldereta con los
firma eran los chorizos, magros y costillas de los restos de la oveja.
cerdos en la olla.
La cocina española en los siglos de
Economía de subsistencia oro
Habitualmente los campesinos siempre se La cocina española del Siglo de Oro esta-
han alimentado hasta nuestros tiempos con lo ba llena de contrastes culinarios y sociales. Por
que ellos producían y es lo que se ha venido un lado, estaba la cocina de la Corte, llena de
llamando «economía de subsistencia» y por ello excesos y de platos abundantes, pan de trigo
esto ha sido como señala Flandrin2, el obstá- y carnes abundantes con salsa variadas y, por
culo para conocer la alimentación campesina. otro lado, estaba la cocina popular que iba acu-
Los campesinos no compraban sus alimentos, mulando el saber del pasado. La población en
sino que los consumían y no tenían que ren- general se alimentaba de pan y de productos
dir cuentas a nadie, por ello no se encuentran fundamentados en el procesamiento de cerea-
escritos sobre sus comidas. Sigue escribiendo les. Comían unas migas o unas sopas, después
Flandrin unas líneas más adelante «que pueden pan con un poco de tocino en salazón, o con
encontrarse algunos datos en los inventarios de cebolla, ajos y quesos y a la noche comían una
defunción y en las pensiones alimenticias del olla de nabos o coles. Las sopas de los cocidos
heredero de una explotación a sus padres cuan- eran parte de la alimentación diaria de los espa-
do estos le transmiten la propiedad antes de su ñoles durante estos siglos. Se comía poca carne
muerte». Bages-Querol, apunta en el Prólogo
que «la cocina de los monasterios y conventos
constituyen una interesante via de aproxima-
ción a la realidad de la cocina popular, con pro- 3 BAGES-QUEROL, Jordi (2019): La alimentación
en la edad Moderna. La cocina en la Cataluña del siglo xviii,
Editorial UOC, Barcelona.
2 FLANDRIN, Jean Louis (2004) «La alimentación
campesina en una economnia de subsistencia». Historia de 4 CONDESA DE PARDO BAZÁN, ( Madrid, 1913),
la alimentación, Gijón, Trea, p. 744. edición de 2012 en Valladolid.

Revista de Folklore Nº 474 20 Paulino García de Andrés


Banquete aristocratico

y cuando se hacía era con motivo de una cele- y el poder»6. Las legumbres, -sigue escribien-
bración. do- habas, judías, garbanzos, lentejas eran muy
frecuentes en la alimentación sobre todo en la
Hernandez de Maceras escribió el Libro del
gente sencilla; eran nutritivas y baratas, además
arte de cocina a principios del siglo xvii, es fun-
de saciar el apetito. El consumo de garbanzos
damental para hacerse una idea completa de
fue la legumbre más tradicional en estos siglos
los platos de la época, su forma de cocinarlos y
que se propagó en las zonas del norte de Casti-
a quien iban dirigidos. Pérez Samper hace una
lla debido a las actividades arrieras. El café pasó
recorrido por dicho libro en La alimentación en
a ser la primera bebida de la mañana entre las
la España del siglo de Oro. Al comentar sobre
clases populares, si bien debemos hablar en su
los recetarios monásticos y conventuales señala
mayor parte del café de cebada. Debo añadir
que «constituyen una interesante via de aproxi-
aquí que el chocolate se difundió antes que el
mación a la realidad de la cocina popular»5.
café, que fue asociado a la molicie y al descanso
En páginas posteriores señala que la dieta de
más que a la aureola de estimulante y activa-
las clases populares «se basaba esencialmen-
dor. Claro que en las clases populares solo se
te en los vegetales, constituyendo un modelo
tomaba en las bodas y bautizos y comuniones
alternativo muy contrastado con la dieta fun-
en épocas cercanas a nuestro tiempo como son
damentalmente carnívora de las clases pode-
hasta mediados del siglo pasado.
rosas. Las verduras y legumbres representaban
la sencillez y la pobreza, ya fuese material o es- Se ha dicho que la alimentación española
piritual, mientras la carne simbolizaba la fuerza se basaba en el triángulo pan, vino y carne, si
bien el lado de la carne no estaba al alcance
de todos. El pan era el alimento central de las

5 PEREZ SAMPER, Mª Angeles: La alimentación


en la España del siglo de oro, p. 61. 6 PERZ SAMPER, op. cit., p.76.

Revista de Folklore Nº 474 21 Paulino García de Andrés


clases populares, consumiéndose en otras for- como los que aparecen el «Las Bodas de Cama-
mas derivadas como sémola y pasta, sobre todo cho»: asados de novillos, lechones y corderos,
fideos. La harina se empleaba para diversas ma- los guisos de todo tipo de caza y aves de corral,
sas de pastelería, en especial tortas. con numerosas especias; y dulces, propios de
las celebraciones de los hacendados ricos.
El consumo de la carne tenia un claro sig-
nificado diferenciador, era como una barrera La novela picaresca de la época ilustra ejem-
social entre los que la comían y los que no. Se plos de comidas populares, en las que abunda-
consumían carnes de aves de corral y de caza ban los alimentos que cambiaron la dieta de los
que aunque eran más abundantes en las clases europeos en estos siglos como fueron el maíz y
altas, se podían ver con cierta frecuencia en las la patata7.
clases populares de los pueblos de Castilla. Si
Como escribe Illi Cruz «Lo que más quedó
bien se criaba ganado lanar, este era para su
de estos siglos xvi y xvii fue el interés por las es-
venta a las clases altas y a las grandes ciuda-
pecias que originó la apertura de nuevas rutas
des. La carne que siempre estaba presente en
de comercio y descubriendo así los fascinantes
las clases populares era la de cerdo con todos
condimentos que resultaron ser»8.
sus derivados. Todos los recetarios de todas las
épocas dedican gran parte a las diferentes rece- El siglo xvii fue el siglo del triunfo de los ali-
tas derivadas del cerdo. A los pueblos de Casti- mentos llegados de America, principalmente el
lla llegaba el aceite del centro y sur de España, maíz, aunque no en todas las regiones- el pi-
pero generalmente cocinaban con la manteca miento, el tomate y la patata como se ha dicho
del cerdo, utilizando el aceite para los escabe- arriba. Con este último alimento se recuperó el
chados y para los adobos de los chorizos, ma- hombre a las sociedades europeas deprimidas.
gros y costillas. La influencia francesa se reflejó en la vida lite-
raria, en las costumbres y en la gastronomía. La
Dentro del grupo de los pescados a las me-
cocina española clásica quedó relegada a los
sas de las clases populares solo llegaban las sar-
espacios rurales, dada la animadversión que
dinas, el bacalao, algún congrio, siempre que,
el pueblo llano tuvo con el levantamiento del
más menos regularmente, vinieran a vender o a
dos de mayo. Animadversión que mostró en
intercambiar por huevos. Se debe citar también
la cocina popular, alejándola de las corrientes
entre los alimentos populares de esta época
francesas, fundamentando los guisos en abun-
los quesos que los mismos ganaderos fabrica-
dantes ollas (el cocido en todas sus variantes
ban con la leche de sus cortos atajos de ovejas.
regionales vertebra la cocina española desde
Igualmente importantes eran la fruta seca como
esta época), embutidos diversos procedentes
las ciruelas y las manzanas que aguantaban bien
de matanzas y en tradiciones culinarias del siglo
todo el invierno en la cámara de la casa.
xvi que permanecían entre la población9.

El ajo y la cebolla fueron considerados no


solo como verduras sino como condimentos ha-
bituales, que los viajeros extranjeros juzgaban
como rústicos. En la literatura española del Si-
glo de Oro, sobre todo en Cervantes hay varios 7 «De lo que comían los españoles en el siglo
cientos de recetas culinarias caracterizadas por de oro» - Boletín Oncológico www.boloncol.com/index2.
php?option=com_content&do_pdf=1&id=58
su olor a ajo. En el Quijote se describen diversos
platos: desde los más austeros, que comía don
8 ilicruz.blogspot.com/2011/11/alimentacion-en-
Alonso Quijano, como «duelos y quebrantos», los-siglos-xvi-y-xvii.html
olla de vaca, lentejas o palominos; el tasajo, el
queso y las bellotas avellanadas (dulces) que 9 https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_
degustaban los cabreros, o platos exquisitos, gastronomia en España.

Revista de Folklore Nº 474 22 Paulino García de Andrés


Siglo xviii tales junto a las acequias y arroyos. Tiene una
extensión de 1866 fanegas. Su dehesa no se
Para el siglo xviii «Hay un elemento adminis- segaba por estar destinada al ganado de labor.
trativo de excepcional interés a nuestro obje- Tuvo dos molinos harineros uno arrendado por
to y que refleja con notable precisión la ración el Concejo a la Marquesa y el otro particular de
alimenticia de las clases populares: se trata de Juan Olalla, de Tarancueña.
la encuesta que mando hacer Campomanes
en las tahonas de Madrid y que se incorporó La ganadería de este pueblo la componían
al memorial ajustado de 1769»10. Comentando el ganado vacuno, mular, asnal, de cerda, lanar
esta encuesta Palacio Atard escribe que la ali- y cabrio. Sus vecinos eran treinta y medio. El
mentación media oscilaba con una libra de pan medio por una viuda. De ellos 22 labradores
(casi medio quilo) y media de carne (un cuarto no llegaban a los sesenta años. Como termino
de quilo) por día, cien gramos de garbanzos, medio cada vecino tenia una yunta de mulas, o
algo de tocino y verdura. En los días de vigilia mula y vaca o burro que servían de yunta para
se consumía lo equivalente en huevos y baca- el trabajo. Criaban o dos cerdos, una o dos ca-
lao. Tocino, garbanzos, verduras –coles princi- bras, y entre 30- 40 ovejas.
palmente– y frutas. No hay que olvidar la leche
Disponía de fragua y horno para fabricar
y derivados. En las clase populares, dice palacio
teja. También gozaban de una taberna y un
Atard que lo habitual era el cocido la comida
mesón. La panadería que era del concejo, la
diaria. La vaca era considerada «alimento de
utilizaban sin pago alguno, por adra. Su iglesia
pobres». Las clases populares tenían unas co-
estaba regida por un clérigo y un sacristán. No
midas de menor calidad, sin apenas especias,
había jornaleros y sí un arriero y un pobre de
sin chocolates ni golosinas en los postres. En el
solemnidad.
siglo xviii se generalizó en el territorio español la
confitería, si bien no llegaran apenas muestras
El vecino de Valvenedizo (Soria), Felipe
a los núcleos pequeños de nuestras provincias
castellanas hasta muy entrado el siglo xx y solo Cardenal, por medio de su apoderado,
en los días de la fiesta patronal que hacía acto recurre la prisión a la Justicia de Caracena,
de presencia el confitero de Berlanga de Duero. solicitando poder ser escuchado
Bacalao, pescado fresco, escabeche.
Si más arriba he señalado que solamente en
las fiestas del pueblo y en las bodas de mataba
El lugar de Valvenedizo un cordero o alguna oveja vieja, parad vuestras
Valvenedizo fue una aldea de la jurisdicción mientes y pensad cuál sería el gozo que experi-
de la villa y tierra de Caracena, al sur oeste de mentaría al encontarse las dos ovejas muertas:
la actual provincia de Soria. Perteneció a la du- la una muerta y destrozada y la otra ya muy mal-
quesa de Uceda, también marquesa de la villa y tratada, según manifestaban, de alimaña. ¡Que
tierra de Caracena. Es uno de los muchos pue- gran comida sería la de aquel día, dejar las pa-
blos del sur de Soria dedicados a la ganadería tatas cocidas y el torrezno diarios, o las alubias
y a la agricultura, con tierras de una cosecha al y torrezno y poder comer oveja, aunque fuera
año, exceptuando algunos pequeños huertos en aquel estado! Pensad que solo aprovechó la
que producían hortalizas y algunos arboles fru- parte que no estaba ajada, arrastrada y vavu-
siada.

Juan de Herrezuelo, en nombre y vir-


10 PALACIO ATARD, Vicente (1969):
Abastecimiento de Madrid a finales del siglo xviii tud de poder, que presento y juro, de Fe-
(Comunicación) Instituto de estudios Administrativos, lipe Cardenal, vecino y labrador del lugar
Escuela Nacional de la Administración pública, Alcalá de de Valvenedizo, jurisdicción de la villa de
Henares, 13-15 de noviembre de 1969.

Revista de Folklore Nº 474 23 Paulino García de Andrés


Cogiendo la oveja

Caracena, en la provincia de Soria, ante Seguro que contaría a sus vecinos más próxi-
V.A., en la forma que más convenga y por mos o más amigos tal hallazgo y, en un pueblo
derecho haya lugar, digo que en la noche de unos treinta y cinco ó cuarenta vecinos, ¡qué
del día diez y nueve del próximo mes de poco tardaría en llegar la noticia a todo el ve-
enero de este año, se conducía mi par- cindario! Al menos se la comieron antes que
te vía recta a el pueblo de su natural y los interesados lo denunciaran a los regidores.
casa de su morada desde la vª de Galve, Aunque confesó la verdad del hecho, fue lleva-
distante dos leguas, de vender unos cu- do a la cárcel de la Tierra embargándole todos
bos11 para carretas. Siendo ya como hora sus bienes. Decide dirigirse personalmente a la
y media de noche, poco antes de llegar a Justicia del Consejo para que le oigan.
aquel, en el mismo camino encontró dos
Satisfecha mi parte de su sencillo pro-
reses lanares, la una muerta y destrozada
ceder, no juzgándolo así y tomando el
y la otra ya mui maltratada, según mani-
caso por otro mui contrario, se encuentra
festaban, de alimaña, las que recogió y
con la novedad de que los dueños de las
condujo a la dicha su casa; en esta apro-
zitadas reses, se quejaron a los regido-
vechó de dichas dos reses aquella corta
res del pueblo, los que hicieron calicata
porción que no estaba ajada, arrastrada
general y llegando a la casa de mi parte,
y vavusiada (sic) de aquella alimaña, todo
y ésta llena de sinceridad segura de su
con la mayor libertad, como cosa hallada
buen proceder, que la poca carne que
de tan corto valor, y sin embarazo que su-
aprovecho de las citadas reses era alla-
piesen sus combezinos, había encontra-
da, su valor muy corto no la retiró, aun-
do dichas reses.
que pudo, y encontrada que fue por los
dichos regidores, se le prendió y dieron
parte a la Justicia de Carazena, la que
11 Pieza central en que se encajan los rayos de las
mandó se le condujese preso a la cárcel,
ruedas de los carruajes. DRAE.

Revista de Folklore Nº 474 24 Paulino García de Andrés


y se le embargaron todos sus bienes sin Por tanto a VA suplica que, habién-
relevar los aperos de la labor en donde ha dolo por presentado, también el poder y
permanecido veinte y cuatro días. Y aun- consideración a lo expuesto se sirva man-
que con igual sencillez confesó la verdad dar librar Real Provisión a la citada Justi-
del hecho, expresando donde había es- cia de la villa de Caracena, para que, no
tado vendiendo los dichos cubos y como siendo otra la causa que la expuesta, que
se había conducido a la citada su casa, así lo jura mi parte en su ánima y firma
no bastó a sosegar el ánimo de aquella este escrito, no le moleste su persona ni
Justicia y viendo que ya todo era fines vienes, a pretesto de costas, le oiga en
particulares, de modo que en los veinte Justicia, y para ello le entreguen los au-
y cuatro días de su prisión, nada había tos, a cuyo fin implora la justificación del
adelantado en sus defensas, que las ve- Consejo en el recurso más reverente con-
jaziones continuaban, no solo las padecía forme a Justicia que pido. Juro VSª. Ldo.
mi parte sí también su mujer y siete hijos Don Vicente Asensio, Phelipe Cardenal,
que tiene. Por remediarlos y no consti- Juan de Herrezuelo.
tuirse víctima en una cárcel duradera de
No conocemos la decisión o sentencia del
los enojos de dicha Justicia, ha tomado el
Consejo, pero nos inclinamos y queremos pen-
temperamento de venir personalmente
sar en su benevolencia.
a guarezerse bajo la protección de V.A.,
por no verse arruinado por una tan corta
causa en su concepto a pesar de la citada
su mujer e hijos.

Revista de Folklore Nº 474 25 Paulino García de Andrés


D
El sistema del don en la tradición
hispano‑mexicana de las nanas: ruegos,
obsequios y bendiciones
Donají Cuéllar Escamilla
A María Teresa Miaja de la Peña, quien me instó al estudio de las nanas,
y a Pedro César Cerrillo Torremocha†, que me hizo acudir a los acervos del CEPLI1

D
1
Resumen constituye el fundamento del sistema del don,
de acuerdo con el antropólogo Marcel Mauss
esde una perspectiva antropoló- (1991). Las acciones características de este sis-
gica, planteo que las nanas for- tema son dar, recibir y devolver, las cuales acti-
man parte del sistema del don, van la transmisión de los bienes y la herencia en
por cuanto son transmitidas ge- las familias, comunidades y sociedades2.
neralmente por la madre, conce-
bida en este contexto como símbolo y ofician- Aunque es bien sabido que actualmente las
te del don desde la antigüedad. Para ello me sociedades están lejos de percibir el poder má-
centro en los ruegos, obsequios y bendiciones gico y religioso que otorga el acto de dar, como
que proporciona la madre al crío, pues consi- ocurría en las sociedades antiguas, su célula, la
dero que son los ejemplos más representativos familia, sigue participando, en buena medida,
de ese sistema, cuyas principales acciones son del espíritu del don, como muestran Jacques
dar, recibir y devolver, para preservar la transmi- T. Godbout y Alain Caillé (1997), quienes con-
sión de valores de generación en generación, tinuaron el análisis de Mauss en la sociedad
así como para contribuir a la supervivencia de la moderna. Ambos estudiosos conciben el don
especie. Parto de un corpus de nanas españolas como una forma de intercambio, un modo de
y mexicanas recogidas en el siglo xx, que com- circulación de los bienes al servicio del lazo so-
prende la revisión de 10 cancioneros. cial; en suma, como un sistema social cuyos in-
tercambios y contratos se hacen en forma de
Palabras clave: nanas, tradición, don.

Todo aquel que disfrutó del placer de escu- 2 El análisis de Mauss se centra en las sociedades
char el arrullo de su madre, su abuela, su tía, polinesias, melanesias y esquimales del siglo xx, para
su nana, e incluso su hermana y su padre, no explicar a qué normas de derecho e intereses obedeció
que las sociedades arcaicas se sintieran obligadas a recibir
podría negar el mismo placer a su propio hijo.
y devolver regalos, y qué fuerza tenía el objeto regalado
Diríase que, por el contrario, estaría muy dis-
que obligaba al donatario a devolverla. Su hipótesis es
puesto a cantar aquellas canciones que escu- que el sistema del don se sostiene en un sistema de
chó especialmente de la voz de su madre y, sin intercambios que acompaña todos los acontecimientos
duda, también le cantaría canciones de su pro- importantes de la comunidad, tales como el nacimiento,
pia elección. Este acto de dar, sin aparentemen- la circuncisión, la enfermedad, la menstruación, los ritos
funerarios, en los que entra en juego el honor, el prestigio
te recibir nada a cambio, pero que obliga al do-
y la autoridad de los participantes. De tal suerte que
nador a devolver el bien a una persona distinta,
es menester recibir y devolver los regalos pues, de lo
contrario, quien los rechaza o no los devuelve, pierde
1 Quiero agradecer el apoyo de mis colegas su honor, su prestigio y autoridad, además de que su
César Sánchez Ortiz, Cristina Cañamares Torrijo y Ángel negativa implica una declaración de guerra para el
Luis Luján, así como a la encargada de la biblioteca, donador, pues niega la alianza y la comunión con él. De ahí
Carmina Martínez Blanco, quienes me orientaron en mis que la fuerza que actúa sea el vínculo, el lazo de unión, el
primeras pesquisas y me facilitaron el acceso a los acervos, sentimiento de amistad que los regalos propician entre los
durante el otoño de 2018. participantes.

Revista de Folklore Nº 474 26 Donají Cuéllar Escamilla


regalos que, en teoría, se dan de manera volun- de los hijos– forma parte del sistema del don,
taria; pero, en la praxis, se otorgan obligatoria- por cuanto las canciones han sido transmitidas
mente y es menester que sean devueltos, pues de generación en generación, especialmente
representan la circulación de bienes entre dona- por mujeres que suelen llevar la voz cantante
dores y donatarios, quienes mantienen vínculos y sostener la cadena de la transmisión, en un
de dependencia en favor del bien común. acto libre, espontáneo e incondicional, que en
el fondo implica la obligación de dar lo que de
De acuerdo con este planteamiento, el don
hijo se ha recibido, y de agradecer el don de
libremente dado y aceptado sólo existe en la
haber procreado una nueva vida. La voz pre-
esfera doméstica, entre padres e hijos, especial-
dominantemente femenina (Masera 1994)3, el
mente en la transmisión de la herencia, por lo
protagonismo de la mujer y los mensajes ex-
que la familia es el lugar del don por excelen-
presados, como veremos, constituyen un só-
cia, el lugar en el que lo aprendemos y en el
lido sistema que no sólo brinda protección,
que se vive con mayor intensidad. Y en el cen-
consuelo y cariño al crío, sino que también lo
tro de la familia reina la mujer, quien encarna
provee de obsequios y bendiciones y le inspira
el don desde la antigüedad griega en el mito
ruegos que, constituyen, desde mi punto de
de Pandora, «la que da todo», y que en la ac-
vista, la quintaesencia del don, pues rogar a las
tualidad se sigue dando a la tarea de promo-
potestades espirituales por el bien del infante,
ver, organizar y protagonizar actos rituales en
bendecirlo y obsequiarle los primeros bienes
los que se obsequian regalos, sean de bautizo,
materiales son actos simbólicos que se replican
de cumpleaños, de Navidad, de baby shower,
de generación en generación hasta nuestros
muy arraigado en México, etcétera. Su relación
días, quizá porque habitan en el fondo del in-
con los hijos es una relación de don, que incluye
consciente de una humanidad que insiste en la
el sentido de la obligación, pues el nacimiento
protección espiritual y material de su descen-
en sí mismo es un don de la vida, don original
dencia. Para entender este aspecto simbólico
que fundamenta el estado de deuda que el in-
y espiritual de las nanas habría que recordar
dividuo no puede sino retribuir dando a luz una
las palabras de Pedro César Cerrillo, quien afir-
nueva vida. De esta forma, el estado de deuda
ma que estas canciones sirven para que el niño
consiste en aprender a dar. En este contexto,
vaya dejando de tener miedo a la oscuridad, al
los niños son los seres a quienes debe darse
mundo nuevo que le parece del todo ignoto y,
todo, son los «dioses» de la modernidad, en la
también, para que la madre deje de temer por
medida en que son por quienes puede sacrifi-
los peligros que los rodean (2007, 318-339). Es
carse todo. Las fiestas decembrinas representan
ese sentimiento de temor al peligro y a la oscu-
la época del año en que el don ocupa un lugar
ridad lo que lleva a la mujer a cantar de manera
central, donde los niños son los protagonistas.
amorosa y ritual, estribillos y coplas que contri-
Los obsequios de Navidad están entre los pri-
buyen a exorcizar los fantasmas más antiguos
meros regalos que el niño recibe de sus padres
de la humanidad.
como un don; el último es la herencia que le
otorgan. Pero tanto el primero como el último
3 Ese predominio no ha dejado ver la
provienen de sus antepasados y ambos consti-
participación masculina, por lo que habría que decir que,
tuyen una heredad. Así, los implicados no ha-
actualmente, también son transmitidas por hombres que
cen sino transmitir, devolviendo el don recibido viven gozosamente la paternidad. Conozco a varios de
a alguien más, por lo que se les define como ellos, empezando por mi padre, mis hermanos y algunos
canales de transmisión (21-68). de mis amigos. Pero, para los objetivos que aquí nos
ocupan, podría documentar esta defensa de la transmisión
Desde esta perspectiva, me parece que la masculina citando el trabajo de Rodrigo Bazán (2010), a
tradición hispano-mexicana de las nanas –y quien la llegada de su hijo Íñigo le causó tal inspiración y
quizá todo o mucho de lo relativo a la crianza alegría, que no sólo le hizo cantarle nanas, sino también
escribir acerca de ellas.

Revista de Folklore Nº 474 27 Donají Cuéllar Escamilla


Ruegos San Isidro Labrador,
obrero pobre del campo,
Los ruegos que aparecen en la tradición his- tú, que estás cerca de Dios,
pano-mexicana de las nanas provienen de las tú, que ties poder de santo:
rogativas de la tradición cristiana. Las adapta- ¡ay, danos lluvia fecunda
ciones de un género a otro son frecuentes en las pa fertilizar los campos!
canciones de cuna, arrullos, cantos de arrorró (Rogativa de Cabezón,
o rurrupatas. Muchas están tomadas de otros San Isidro Labrador)
géneros, cuyos textos suelen adaptarse a otra
circunstancia4. De acuerdo con Carmen Gon- Igualmente rituales (debido a la repetición) y
zalo de Andrés (2003), las rogativas asumían la propiciatorios del sueño del crío, de sus bienes
forma de letanías, acompasando la procesión elementales y de sus dones son los siguientes
que recorría los campos secos para propiciar la ejemplos españoles, que invocan a San José y a
lluvia. Sin embargo, en el cancionero popular, Santa Ana para pedir la cuna y el descanso del
las rogativas son poemas compuestos espe- bebé:
cialmente para los diferentes santos, cristos y
vírgenes venerados en cada zona. El canto, eje- Señor San José,
cutado o no en la procesión, estaba vinculado a maestro carpintero,
la antigua creencia de su poder mágico, puesto hágame una cuna
que solía ser un ritual propiciatorio. Los ejem- para este lucero,
plos que proporciona de la provincia de Valla- y de cabecera
dolid asumen la forma de coplas octosílabas o póngale un jazmín
hexasílabas: para que se duerma
este serafín.
Virgen santa del Rosario, (Cerrillo 1992, 108)
madre de consolación,
danos el agua, Señora, Señora Santa Ana,
el agua de bendición. carita de luna
(Rogativa de Fuensaldaña) duerme a este niño
que tengo en la cuna.
Agua, Virgen santa, (Cerrillo 1992, 109)
Virgen de la Vega,
si no nos das agua, A juzgar por el corpus revisado, en la tradi-
perdidos nos quedas. ción hispánica son más abundantes los ruegos
(Rogativa de Mucientes) que muestran una espiritualidad pagana, debi-
do a que invocan elementos de la naturaleza,
especialmente a las aves, para propiciar el si-
lencio que el crío necesita para dormirse, para
que su sueño sea tranquilo y nada lo irrumpa ni
lo distraiga, como se advierte en los siguientes
ejemplos:

Calla pajarillo
De color añil;
4 Miguel Manzano Alonso indica que se trata de Que mi niño
tonadas que se cantan mientras se duerme al niño y, desde
Se quiere dormir.
una perspectiva musicológica, considera que, en el uso
popular, los cantos suelen ser polifuncionales, puesto que
(Cerrillo 1992, 54)5
la canción y la circunstancia en que se canta puede ser
plural y diversa (2003, 460). 5 Anoto otras versiones muy parecidas: «Pajarito

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Pajarito que cantas Pedro C. Cerrilo anota al respecto que, de-
Junto a la fuente, bido a que las arrulladoras tratan de proteger
Cállate, que mi niño al crío y a sí mismas del miedo, es notable la
No se despierte. invocación de personajes de la tradición religio-
(Gil 1982, 15) sa como la Virgen, el Ángel de la guarda, San
Juan, Santa Ana, San Pedro, San Vicente y San-
Pajarico que cantas ta Isabel, así como de animales y elementos de
En la laguna la naturaleza (2007, 325).
No despiertes al niño
En la tradición mexicana los ruegos también
Que está en la cuna.
se dirigen a los santos, a quienes se pide que
colaboren en el arrullo o el balanceo para dor-
Pajarico que cantas
mir al crío, como puede verse en las siguien-
en la ventana
tes coplas sueltas; o bien pueden participar, al
no despiertes al niño
mismo tiempo, de una espiritualidad sincrética
tan de mañana.
que combina el paganismo y el cristianismo, por
cuanto se convoca a las aves, a las plantas y al
Pajarico que cantas
Ángel de la guarda, a que ayuden a proporcio-
en la fuente
narle abrigo, arrullo y protección:
no despiertes al niño
que quiere verte. Señora Santa Ana,
(Escribano 1984, 358) Señor San Joaquín,
arrullen este niño,
Pajarito que cantas que se va a dormir.
en la laguna, (Díaz y Miaja 1979, 92)
no despiertes al niño
que está en la cuna. Santa Margarita,
Carita de luna,
Es la nana, Méceme ese niño
es la nana; Que tengo en la cuna.
duérmete, lucerito (Díaz y Miaja 1979, 92)
de la mañana.
(Fitzgibbon 1955, 140)6 Pájaros de mayo,
pájaros de abril,
háganme la cuna
en un toronjil.
que cantas/ en el almendro, / no despiertes al niño que
está durmiendo». «Pajarito que cantas/ en las lagunas, /
no despiertes a mi niño/ que está en la cuna. Estrellitas del Toronjil de plata,
cielo/ rayos de luna/ alumbrad a mi niño, que está en la cuna de marfil,
cuna» (Cerrillo 1992, 106-107). En otro ejemplo encuentro cántenle a mi niño
que el canto del ave, sin embargo, puede servir de arrullo que se va a dormir.
al crío: «Canta, pajarillo/ de color añil; / que mi niño/ no
quiere dormir» (Cerrillo 1992, 55).
Ángel de la Guarda
que vas a venir
6 Otra versión parecida: «Pajarito que cantas/ en
la laguna,/ no despiertes al niño/ que está en la cuna. Ea cuida a mi niñito
la nana, ea la nana; duérmete lucerito/ de la mañana./ A que se va a dormir.
los niños que duermen/ Dios los asiste,/ y a las madres que
lavan/ Dios las bendice./ Ea la nana,/ ea la nana;/ duérmete
lucerito/ de la mañana» (Cárdenas 1978, 512).

Revista de Folklore Nº 474 29 Donají Cuéllar Escamilla


Este niño lindo canten a este niño
por fin se durmió, que se va a dormir.
que lo cuide el ángel
que le manda Dios. Campanas de plata,
(Díaz y Miaja 1979, 169) torres de cristal,
canten a este niño
El ejemplo precedente destaca por su carác- que ha de descansar.
ter ritual. Me refiero a que los ruegos dirigidos (Mendoza 1984, 30)
a los elementos naturales y celestiales señalan
la bienvenida al mundo que la madre quiere dar Arestín de plata,
al niño. La canción expresa, sincréticamente, su cuna de marfil,
deseo de que el recién nacido reciba sus pri- arrullen al niño
meros dones tanto de la tierra como del cielo. que se va a dormir.
Sin embargo, en la tradición mexicana son más […]
frecuentes los ruegos de espiritualidad pagana,
en los que la madre suele convocar a las aves, Este niño lindo
las flores y los frutos, en ocasiones combinados que nació de día,
con atributos de la Virgen María, sea para pro- quiere que lo lleven
curar el arrullo, conjurar la enfermedad, o bien a comer sandía.
propiciar la alegría, el juego y el canto: (Mendoza 1984, 27)
Nochecita linda,
que tu pajarito Obsequios
venga con canciones
para este angelito. Obsequiar por el placer de brindarle al crío
(Díaz y Miaja 1979, 188) alegría, bienestar y agrado es un acto que en-
contramos sólo en tres canciones de la tradición
Campanita de oro hispánica; los obsequios pueden ser frutos y
jilguero de mayo postres, en el primer caso; golosinas en el se-
cántale a ese niño gundo y el tercero; y calzado en el último; éstos
que tiene desmayo. suelen ser otorgados tanto por la madre como
(Díaz y Miaja 1979, 173) por el padre:

¿Qué le daremos al niño chiquito


Naranjita dulce, con que se pueda reír y alegrar?
Gajo de sandía, un lindo ramo de hermosas naranjas
Traigan para el niño con verdes hojas y flor de azahar.
Toda su alegría.
(Díaz y Miaja 1979, 197) Tan-ta-ran-tán,
que los higos son verdes;
Campanita de oro, tan-ta-ran-tán,
si yo te comprara, que ya madurarán.
se la diera al niño
para que jugara.

Campanitas de oro,
torres de marfil7, Virgen María; en la tradición cristiana simboliza la noble
pureza; el epíteto fue incluido en la letanía de la Santísima
Virgen María que actualmente se sigue rezando durante la
7 Torre de marfil es uno de los epítetos de la misa.

Revista de Folklore Nº 474 30 Donají Cuéllar Escamilla


¿Qué le daremos al niño bonito, En otras canciones hispánicas, el vestido, el
qué le daremos mejor para él? alimento, el calzado o las monedas son regalos
Vamos a hacerle unas tortas muy dulces que se prometen al crío si éste se duerme. En
de blanca harina, de nueces y miel. realidad, las veo como canciones que condicio-
nan a que el niño se duerma, a cambio de bie-
Tan-ta-ran-tán, nes que de cualquier forma se le darán, y que a
que los higos son verdes; veces suenan divertidos:
tan-ta-ran-tán,
La señora luna
que ya madurarán.
Le pidió al naranjo
Un vestido verde
¿Qué le daremos al niño querido
Y un velillo blanco.
que sea bueno y le pueda agradar?
Vamos a darle una cesta de guindas
La señora luna
para comerlas o para jugar.
Se quiere casar
Con un pajarito
Tan-ta-ran-tán,
De plata y coral.
que los higos son verdes;
tan-ta-ran-tán,
Duérmete, Natacha,
que ya madurarán.
E irás a la boda
(Frente de Juventudes 1943, 207)
Peinada de moño
Y traje de cola.
Mi niño se va a dormir,
(Fitzgibbon 1955, 140)
su papá le quiere mucho,
y le tiene que traer
Duérmete niño chiquito,
de la feria un capiruche.
que tu madre está a lavar,
(Gil 1982, 13)
y a la noche, de que venga,
la tetita te dará.
De pequeñita en la cuna
Duérmete, niño,
me enseñaron a decir:
que tengo que dar,
papá, mamá, teta, nano
la vuelta al puchero,
y otras cositas así.
que va a quemar. Ea, ea.
(Gil 1982, 14)
Duérmete, niña, en la cuna,
tu mamá te quiere mucho,
Este niño que aquí llora,
tu papá te va a traer
yo no lo puedo callar,
dulces en mi cucurucho.
que le calle su mamita
(Fitzgibbon 1955, 314)
o que lo deje llorar.
E-a, niño; e-a, niño;
Si este niño se durmiera,
e-a, niño; e-a, ron;
le daría medio real
e-a, niño, e-a, niño;
y después de dormidito,
que tu padre está en Cayón,
se lo volvería a quitar.
a traer unos zapatos
(Fitzgibbon 1955, 313)
de pelleja de ratón.
E-a niño, e-a, e-a.
(Fitzgibbon 1955, 308)

Revista de Folklore Nº 474 31 Donají Cuéllar Escamilla


Si el niño se duerme pronto, Niño consentido,
Su padre le va a traer duerme sin cuidado,
Unos zapatos muy guapos, en tu bolsa tienes
Cuando vaya a Santander. el nuevo soldado.
Ova, ova.
(Córdova 1948-1955, 3:371-372) El vestido nuevo
puse en el baulito
Al parecer, los regalos no son abundantes te vele y te cuide
en la tradición mexicana, pues sólo encontré Señor San Benito.
un ejemplo donde se combinan obsequios que
se prometen al crío para que se duerma. Éstos Ya viene tu nana,
son, con mayor frecuencia, alimentos (atole, traerá la talega,
guayabate y semita) y, en menor medida, ves- en donde se encuentra
tido, monedas, juguetes, flores y caricias. Esta tu camisa nueva.
larga canción incluye una copla en la que se
encomienda la protección del crío a San Beni- No llores, chiquito,
to y otra de bendición y acción de gracias a la bello cual la luna,
Virgen del Rosario, personajes muy populares te daré un besito
en la tradición mexicana, debido a sus atributos ya estando en la cuna.
protectores; si a San Benito se le atribuye el don
de alejar el mal en todas sus formas, a la Virgen A la rorro, niño,
el de cuidar y favorecer a sus fieles: que te estoy meciendo;
ya está el atolito
Duérmete, niño,
que te estoy haciendo.
duérmete solito,
que cuando despiertes
Duérmete, mi lindo,
te daré atolito.
duérmete sin pena;
que cuando despiertes
Duérmete, mi vida,
te daré tu cena.
duérmete, mi cielo,
que la noche es fría
Bendice a este niño,
y habrá nieve y hielo.
Virgen de Rosario,
y en tu capillita
Duérmete, bien mío,
rezaré un sudario.
duerme sin cuidado,
que cuando despiertes
Duerme, chiquitito,
te daré un centavo.
duérmete y no llores;
que los angelitos
Duérmete traquilo,
te darán las flores.
duerme, chilpayate,
que cuando despiertes
Duérmete, lucero,
te doy guayabate.
duérmete ya un poco,
no tengas cuidado,
Duerme, niño lindo,
que no viene el coco.
ya está tu camita;
que si no llorares
te daré semita.

Revista de Folklore Nº 474 32 Donají Cuéllar Escamilla


Duérmete, mi lindo, Y arrorró, canelica,
que tengo que hacer, que viene el coco
echar las tortillas, y se lleva a los nenes
ponerme a moler. que duermen poco.
(Mendoza 1984, 35)
Mi chica se va a dormir
porque tiene mucho sueño
Bendiciones
y por cabecera tiene
Las bendiciones de nuestro corpus son es- a la Virgen del Remedio.
casas y sólo aparecen en la tradición hispánica.
A juzgar por sus canciones, lograr que el bebé Y arrorró, canelica,
se duerma no es tarea fácil. Por ello, cuando que viene el coco
ya está rendido de sueño, la madre, la nana o y se lleva a los nenes
quien le cante, expresa que ese hecho es una que duermen poco.
bendición:
Si mi chica se durmiera,
A la nanita nana a la Virgen se la diera
nanita ea… y después de estar dormida,
Mi niño tiene sueño a la Virgen se la pida.
bendito sea…
(Escribano 1994, 348) Y arrorró, canelica,
Que viene el coco
O bien, recibe la bendición celestial, en for-
Y se lleva a los nenes
ma de un ángel que lo besa cuando ha dejado
Que duermen poco.
de «dar lata» y se ha dormido:
(Cerrillo 1992, 114-115)
Ea, ea, ea,
Angelito mío. Una vez conciliado el sueño, la bendición
ya no quiere teta, del crío puede tener una espiritualidad pagana,
ya no tiene frío. que invoca a los dos astros que rigen la vida
terrenal, para brindarle calor en los pies y, en su
Esta niña linda inconsciente, una grata ensoñación:
se ha dormido ya Si mi niño se duerme
y un dulce angelito lo echo en su cuna,
un beso le da. los piececitos al sol
¡Un beso le da! la cabecita a la luna.
(Fitzgibbon 1955, 303) (Escribano 1994, 358)

La bendición también puede consistir en Si bien los ruegos y las bendiciones evocan
encomendar el sueño del bebé a una potestad la espiritualidad de quien canta y transmiten su
cristiana, quien puede custodiarlo desde su ca- deseo de proteger al bebé contra todos los ma-
becera y resguardarlo mientras duerme; en este les y cuidarlo con el bien más preciado, también
caso, se trata de la Virgen del Remedio, patrona obedecen a las precarias condiciones de salud
de Alicante, a quien se le atribuye el milagro de que prevalecieron todavía a mediados del siglo
acabar con la epidemia que en 1647 diezmaba xx. Hacia 1900 la tasa de mortalidad infantil era
al reino de Valencia. muy alta: 186 defunciones por cada mil nacidos;
a partir de 1950, la tasa bajó a 64 por cada mil.
Por esta razón, las mujeres solían rodearse de

Revista de Folklore Nº 474 33 Donají Cuéllar Escamilla


un amplísimo repertorio de objetos que ayuda- paraban a los recién nacidos para salvaguardar
ban a enfrentar las contingencias relacionadas su salud y su supervivencia. De tal forma que la
con el parto, como cintas, rosarios, escapula- crianza de los hijos solía ser una labor que exi-
rios, medallas, reliquias y toda clase de objetos gía tiempo completo y total entrega en cuerpo
religiosos, de tal suerte que pusieron en juego y alma. De acuerdo con González, estas prácti-
mecanismos asociados con la tradición pagana cas y creencias obedecieron al ferviente deseo
de los pueblos mediterráneos de la antigüe- de proteger a los niños indefensos de los es-
dad clásica, con la cultura árabe y el catolicis- tragos de la muerte y expresan, al mismo tiem-
mo (Herradón 2013, 44)8. Todavía bien entrado po, su impotencia ante la fatalidad. En efecto,
el siglo xx, los niños en España eran extraordi- como asegura Álvarez Plaza, el nacimiento [y la
nariamente frágiles y estaban constantemente crianza] de un nuevo ser es siempre un aconteci-
amenazados por una serie de peligros, entre los miento cargado de significación cultural que las
que se destacan la enfermedad y la muerte. Así, sociedades consideran como un proceso que
cualquier acto de protección relacionada con la requiere de determinadas prácticas para favo-
salud y con la prolongación de la vida, incluso recerlo. Así, cada cultura resguarda un conjunto
la eterna, cobró singular importancia. A ello se de costumbres y ritos que justifican la ambiva-
debe la costumbre de ponerles amuletos con lencia del ser humano, en especial de la madre,
función profiláctica –vgr. sonajeros, garras de al lidiar con lo imprevisible y con el caos que re-
tejón, ramas de coral, entre otros– y la creencia sulta del nacimiento de un nuevo ser (2013, 25).
de que con ellos se les alejaría de cualquier mal,
Entre estos ritos se sitúa la tradición de las
fuera real o imaginario (González 2013, 9-10).
nanas, junto con las oraciones, amuletos y re-
Los ruegos y bendiciones que hemos revisado
medios que se emplean durante la crianza,
también responden a esa función preventiva.
puesto que son resultado de un proceso de
En México, dichas prácticas y creencias tam-
modelización y estandarización de los recursos
bién han estado presentes hasta nuestros días.
que ayudan al desarrollo del infante e instruyen
Recuerdo que mi abuela Violeta Robert Gómez,
acerca de los medios materiales y espirituales
hacia los años 1970, solía contar que a las muje-
para asistirlo. Esta tradición tiene una función
res que tenían hijos, no todos se les «lograban»,
profiláctica que consiste en conjurar el temor
es decir, que no todos sobrevivían a enfermeda-
y el desconcierto de las mujeres ante la enfer-
des como la viruela, la disentería o la tifoidea, y
medad, la contingencia, lo desconocido y la
se alegraba de la invención de los antibióticos,
muerte. Las nanas revisadas son testimonios,
pues con ellos había mejor esperanza de vida.
documentos y símbolos que dan cuenta de las
No sólo ella, sino todas mis antecesoras oaxa-
prácticas espirituales que ejecutaron las muje-
queñas, contaban también acerca de los reme-
res para proteger la salud y la vida de los niños
dios, ritos, oraciones y amuletos que les pre-
tanto como aportarles seguridad y confianza.

Se trata, sin embargo, de una tradición en


8 Santa Rita, Santa Librada, San Antonio de
Padua, Santo Domingo de Guzmán, San Roque, la Virgen vías de extinción, de acuerdo con las más re-
de la Leche y el Buen Parto son algunas potestades a las cientes investigaciones. Fernández Durán afir-
que se solía invocar para favorecer el buen desarrollo ma que su proceso de desaparición comenzó a
de los nacimientos; tienen en común haber superado las mediados del siglo xx, cuando aumentó la cali-
dificultades del nacimiento y enfermedades relacionadas
dad de vida y hubo avances en la medicina, la
con la condición femenina de manera taumatúrgica, o bien
salud, la higiene y la alimentación; con ello me-
haber intercedido en partos complicados mediante libros
de milagros, que circularon durante los siglos xvii y xviii. La joró la calidad del sueño del bebé y se empezó
máxima intercesora de la futura madre fue la Virgen María, a prescindir del recurso tradicional de tranquili-
cuyas advocaciones son numerosas, entre ellas, la Virgen zarlo mediante el canto y el arrullo; actualmente
de la Cinta, la Virgen de la Cabeza y la Virgen de la Regla hay muchos dispositivos que lo inducen al sue-
(Herradón 2013, 46).

Revista de Folklore Nº 474 34 Donají Cuéllar Escamilla


ño, pero «en ningún caso sustituye el contacto mano es, ante todo, un acontecimiento divino,
y la voz de la madre y tal vez pueda afectar el un regalo de los dioses, cuya retribución exige
desarrollo emocional del niño en sus primeras no sólo todo el amor y la atención de los padres,
etapas de vida» (2013, 51). A esta circunstancia sino también su sacrificio, en pos del bienestar
se suma el hecho contundente de la incorpora- del crío. Es así como considero que se cierra el
ción de la mujer al mercado laboral, lo que pro- sistema del don tanto en la dimensión terrenal
pició que ya no suela ocuparse de tiempo com- como en la espiritual. Finalmente, los actos de
pleto en la crianza de los hijos; su participación rogar, obsequiar y bendecir en nuestro corpus
en la economía del hogar ha ido delegando el dejan ver el lado positivo del arquetipo de la
cuidado y la salud de los niños al campo de la madre, a juzgar por las cualidades que revela: la
medicina pediátrica (Vázquez 2013, 15-16). autoridad mágica de lo femenino, la sabiduría y
la altura espiritual que está más allá del entendi-
Decíamos al principio, siguiendo a Godbout
miento, la bondad, el sustento, la protección y
y Caillé, que en la modernidad la mujer es el
el alimento (Jung 1970, 75). Pero no siempre es
centro del sistema del don. Pero, finalmente,
así; algunas nanas muestran otras facetas, como
habría que decir dos cosas que me parecen im-
la madre desnaturalizada o la adúltera, que de-
portantes al respecto. La primera es que a par-
jaremos para otra ocasión10.
tir del siglo xix, cuando nació la obstetricia, la
Donají Cuéllar Escamilla
pediatría y la puericultura, el parto y la crianza
Universidad Veracruzana
paulatinamente dejaron de ser dominios exclu-
sivos de las mujeres y pasaron a ser labor de los
médicos, más aún cuando, hacia los años 1950,
las mujeres delegaron el cuidado de sus hijos BIBLIOGRAFÍA
para acceder a los estudios y el trabajo profe- Álvarez Plaza, Consuelo. «De la partera a la obstetra, de
sionales (Álvarez 2013, 25-26). La segunda es la cuidadora al puericultor. Evolución de la obstetricia y la
que, pese a los avances científicos en materia puericultura; usos y costumbres sobre el nacimiento (ca.
de salud infantil, hasta nuestros días se sigan 1800-1960)». En Bebés. Usos y costumbres sobre el naci-
miento, Catálogo de la exposición temporal del Museo del
conservando, tanto en México como en España
Traje, CIPE, coordinado por Teresa García, Fátima García y
–y muy probablemente en el resto del mundo– Beatriz Bermejo, 25-31. Madrid: Ministerio de Educación,
prácticas como oraciones, ruegos, bendiciones, Cultura y Deporte, 2013.
uso de amuletos y veladoras para conjurar los
Bazán Bonfil, Rodrigo. «Tan ‘infantil’ no será: una visión
males que aquejan el cuerpo y el alma de los de mundo en rimas de y para niños». En Lyra mínima. Del
críos9. Así, la fluctuación del espíritu materno cancionero medieval al cancionero tradicional moderno,
entre la certeza de la ciencia médica y las prác- editado por Aurelio González, Mariana Masera y María
ticas rituales, nos revela la imagen de la madre Teresa Miaja, 307-314. México: El Colegio de México / Uni-
moderna se asienta en una paradoja. versidad Autónoma de México, 2010.

Cárdenas, Gloria de y Juan Ignacio de Cárdenas (eds.). Mil


Por cuanto concierne a rogar, obsequiar y canciones españolas. Madrid: Almena, 1978.
bendecir a los infantes, sea en nuestras nanas
o en otro tipo de rituales, son expresiones de
un amor incondicional e infinito que se debe,
desde tiempos inmemoriales, a la intuición o a 10 Me refiero a las nanas españolas que expresan
el abandono del crío por parte de la gitana, vgr.: «Este
la conciencia de que el nacimiento de un ser hu-
niño chiquito/ no tiene madre;/ lo parió una gitana,/ lo
echó en la calle» (Castro 1973, 53); también a las que usan
9 En España se documenta el empleo de cintas como pretexto el arrullo del crío para prevenir al amante
para conjurar los males del parto y el nacimiento, velas de la presencia del marido, como en este ejemplo que
encendidas a la Virgen y a diferentes santos, rogativas en proporciona Pedrosa: «Que majo que ere,/ que mal que lo
el altar mayor de la Virgen de la Leche y del Buen Parto entiendes,/que el padre está en casa/ y el niño no duerme/
(Álvarez 2013, 28). Al run run, run run del alma,/ ¡que te vayas tú!» (2006, 133).

Revista de Folklore Nº 474 35 Donají Cuéllar Escamilla


Castro Guisasola, Florentino. Canciones y juegos de los Herradón, María Antonia, «Protección de la infancia». En
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Revista de Folklore Nº 474 36 Donají Cuéllar Escamilla


E
Hay niebla en el mar hasta la barra de Bayona
Joserra de la Mar

Itsasoan laino dago El Beato de Sainte Sever, copia libre del que
Baionako barraraino hizo en Liébana el célebre monje en el siglo viii,
Nik zuk zaitut maitiago está hecho en el monasterio de ese nombre
txoritxoek aguas arriba del Adur en el siglo xi. Aunque yo

E
umeak baino. no lo aprecio, parece que reflejó el Adur, con
sus afluentes, el Gave y el Bidouze. El mar está
l lugar de Bayona ya era conocido
representado muy oscuro y plagado de islas,
por los romanos. Se sitúa en la con-
barcas y peces. En Bayona quizá en un templo
fluencia de dos ríos con mareas, el
romano o lugar del antiguo foro, se reunían los
Adur y el Nive y como está sobre
vecinos bajo el olmo que allí existiría. Desde el
una loma evita los problemas de
siglo xii la Societas Navium Bayonensium defen-
inundación. Pronto surge en ese enclave la villa
día la navegación de los bayoneses con el Con-
de Bayona como puerto marítimo fluvial, domi-
sulado del Mar bilbaíno como precedente. La
nando una amplia llanura. Lo que nos cuenta
marisma dificultaba una desembocadura fluvial
Iñaki Galarraga en La Vasconia de las Ciudades.
precisa, una boca adecuada, aoa, mouth, mén-
de, boucau. En 1310 unas tormentas desplaza-
ron las dunas 20 kilómetros al Norte.

Revista de Folklore Nº 474 37 Joserra de la Mar


En 1578 Luis de Foix diseñó y construyó una teando en Cap Breton. Un mapa de 1612 repre-
nueva desembocadura en el Nuevo Boucau, senta el conjunto urbano con el nuevo Boucau
que dio a Bayona la hegemonía sobre el terri- al fondo coronando un canal de río en que apa-
torio. A la mitad del viejo Boucau y el nuevo (40 reen hasta trece barcos y una gran ballena. El
kilómetros entre ambos, por tanto a 20 de cada nuevo Boucau dio seguridad a los navegantes y
uno) fluye el estuario natural del Adur serpen- bajó el nivel de las aguas a su paso por la Villa.

Revista de Folklore Nº 474 38 Joserra de la Mar


En los años sesenta del siglo xx, ya consoli- y poesías. Juan San Martín o Juan Mari Lekuona
dado el surf desde 1957 en la costa vasco fran- insistían en que los versos de «Olaxta» merecían
cesa La Barre se convierte en una ola célebre un lugar en la literatura vasca ya solamente por
en todo el mundo. Una izquierda que atrae la el hecho de que el mar brilla por su ausencia en
atención de americanos y australianos y que es las letras vascas y es aquí única protagonista.
retratada nada menos que en la revista Surfer y
Aunque en «Olaxta» domina un tono épico
además protagonista de una famosa película de
nada típico en la obra más lírica de Fernando, el
surf, Evolution, de Witzig. El mismísimo padre
disco de su hijo Txomin lo cerraba una canción
del surf moderno Duke Kahanamoku habla de
de amor tranquila, «Itsasoan laino dago».
la Barre y de las olas francesas comparándolas
con las de su isla. Cuando por fin compré el disco, me sorpren-
dió que mi aita, nacido en 1912, se supiera la
En 1975, Txomin Artola, un joven de Hon-
canción. La melodía suena en Gernika en algún
darribia de 27 años que quería dedicarse a la
carrillón, creo que el de la casa de Juntas. Cuan-
música, sacó un disco llamado «Olaxta» que
do llegaron las plataformas y los smartphones
parecía continuación de la canción vasca cada
localicé la canción en un canal de YouTube con
vez menos joven, pero que en realidad era ya
música progresiva. La oí noche tras noche para
algo nuevo, con guitarra acústica, una Martins,
dormirme.
y hasta un Moog, en la última canción, que al
parecer ocupaba toda una sala de los estudios En 2019 tuve ocasión de participar en una
donostiarras y sin embargo se oye muy tenue. entrevista a Txomin en el programa «Itsas Tan-
tak» de Onda Vasca y decidí documentarme, si-
Se basaba el disco en unos poemas de su
guiendo mi mantra de que si voy a hablar unos
padre, Fernando Artola, Bordari, afamado escri-
minutos en la radio, tendré que hacer lo posible
tor euskaldun que sin embargo todavía no había
por no decir a las chulapas en vez de a las chalu-
publicado su obra más que como periodista. En
pas, como contaba alguien que un actor novato
1982 saldrían los dos tomos de sus narraciones
hizo en Radio Bilbao en un serial.

Txomin Artola en Plentzia. 25 de mayo de 2018

Revista de Folklore Nº 474 39 Joserra de la Mar


Vi que Oteiza la menciona en Ejercicios Espi- Zamora, de San Sebastián (en cuya casa,
rituales en un Túnel y remitía a Azkue y al Padre llamada Txanbolin, viví yo el verano que
Donostia. Azkue ya la mencionó en una confe- hice mi vendimia léxica en dos casas de
rencia de 1901 y la recogió en su cancionero de Beneficencia de la linda ciudad), tal vez
1922. Afirmaba que era parte de Itsasoan Urak por la mención que en la canción se hace
Andi, y añadió una estrofa de tono moderada- de la ciudad gascona. Por los datos que
mente religioso. Azkue incluye la canción entre anteceden y por no haber dado en La-
las de cuna. purdi con ninguna versión de aquella lin-
dísima canción, puede sostenerse que es
Pero el Padre Donostia recogió en 1922 en su
guipuzkoana.
cancionero varias versiones compiladas en dife-
rentes lugares de Euskal Herria. Afirmaba Azkue Con esa excusa pregunté a Txomin si desde
en su cancionero (1921-1925) que, inicialmente, Hondarribia se ve la Barra de Baiona.
la mención a Baiona, la barra de Baiona, le hizo
Parece una pregunta inocente para alguien
pensar que la canción era de origen labortano.
que, como yo, ha vivido en Elantxobe y ha visto
Sin embargo, pronto le corrigieron indicándole
la costa hasta Bayona desde el puerto y desde
que se cantaba en Gipuzkoa, y recogía el dato
la Atalaya o el camposanto, y hasta los fuegos
en la edición de su cancionero, el de que era
de Donosti una noche en que bajamos con una
una canción guipuzcoana.
caña a pescar chicharritos aunque estábamos
A luego de haber publicado la lindí- más pendientes de ir a la máquina a pillar birra.
sima canción Itsasoa laino dago de mi Parece una pregunta idiota si la diriges al hijo
Conferencia del año 1901, alguien al ver de alguien que ha vivido siempre en Hondarri-
que la daba como Melodía labortana me bia y que ha reescrito un poema popular que
dijo que en toda la costa de Guipuzkoa afirma que hay niebla hasta la barra de Baiona
se conocía la letra. Hice yo tal indicación para mencionar a su pueblo. Es que había leído
tal vez porque me dijo el cantor Benito sobre Bordari y su peripecia.

Revista de Folklore Nº 474 40 Joserra de la Mar


Bordari tuvo desde joven responsabilidad en clave denominada kigo que indica la estación
el PNV y marchó a Lapurdi con la guerra, con del año a la que se refiere.
26 años. Allí, en una venta cercana a la abadía
Del Haikai han nacido el Haiku y el Haiki
de Belloc donde se hospedaba con otros refu-
a‑No‑Renga.
giados, conoció a Henriette. Pronto decidieron
unir sus vidas. Él quiso que su novia conocie- Afirma Oteiza en Quosque Tandem que se-
ra a la familia de Hondarribia y ambos cruza- gún el Padre Donosti el poeta popular vasco
ron la frontera. Volvieron a Francia y Bordari, al une sin soldaduras ideas distintas que no tienen
de unos días, confiado, decidió colaborar en el relación particular entre sí. Su poesía fotografía
rescate del Cantabria para redimir penas. Pero las cosas exteriores para saltar a las interiores.
fue detenido y fichado. Por tanto, le fue vetada Creyó el escultor que estas enunciaciones sin
la salida a Francia a ver a su prometida, donde conexión serían tal vez restos de antiguas poe-
los hermanos de su novia fueron apresados por sías, fragmentos, que quedaron en la memoria
los nazis. Durante tres años los jóvenes amantes del cantor como ramas desprendiéndose de su
consiguieron mandarse algún que otro mensa- tronco, pero luego «he echado de ver», diría,
je para quedar en un monte, o en algún paraje «que este procedimiento que recuerda algo a
fuera de vigilancia. Cuando se casaron en 1943 la manera de los aikais japoneses es una de las
los padres de ella no pudieron cruzar la fronte- características de nuestra poesía popular».
ra, solo a la madre le permitieron llegar hasta
la mitad del puente para conocer a su yerno, He visto que la Chorale Eresoinka fundada
Bordari. Tuvieron tres hijos, el menor de ellos, por el Gobierno Vasco la cantaba durante la
Txomin. Las dificultades económicas llevaron a guerra en los conciertos por Europa y Estados
Henriette a trasladarse a Biarritz a trabajar en Unidos y hay una grabación en shellac, en disco
una tienda de comidas. de pizarra, de 1937. Después hay varias versio-
nes más a cargo de agrupaciones corales que
Por eso, cuando le pregunté si desde Hon- nos trasladan ecos que para mí suenan casi fan-
darribia se ve la barra de Baiona, Txomin me tasmales.
contestó que se ve la barra de Baiona, pero que
él de niño miraba al mar hacia el faro de Biarritz Y también he visto que Ansorena, el maes-
porque allí vivía su madre. Algo parecido tal vez tro txistulari, recogió otra versión en su cancio-
hizo su padre unos años antes. nero de 1990. Las diferentes versiones fueron
recogidas en Altzo, Ea, Zugarramurdi, Baztan...
A Oteiza y los estudiosos mencionados, les Varían al comparar el amor del narrador, bien
sorprende cómo la canción yuxtapone ideas con el de los pájaros por sus crías o con el de
muy diferentes, el amor y la contemplación de los peces por el agua, o bien incluyen ambas,
la naturaleza y eso les hace comparar el poema o también incluso el de la madre por sus hijos.
con la poesía japonesa. También son diferentes los lugares donde hay
niebla, o sea, los pueblos, algunos no mencio-
El Padre Donosti relaciona la canción, dice
nan la barra pero la menciónm´s abundante es
Oteiza, con los haikais japoneses en su con-
a la famosa Barra de Bayona. Bordari usaba el
ferencia «La Canción Vasca». Anteriormente
poema tradicional para cantar a Hondarribi,
Oteiza a los Ejercicios ya mencionó esta com-
Fuenterrabía, itxas erri, pueblo del mar. En al-
paración en Quosque Tandem. Nos dicen en
gunas versiones el poemita acaba con la llama-
las notas de Ejercicios Espirituales que el Haikai
da al sueño, egizu lo.
se compone de 17 sílabas dispuestas en tres
versos de 5, 7 y 5, sin rima. Tradicionalmente Tras la versión de Txomin hay otras grabacio-
buscaba describir los fenómenos naturales, el nes modernas de la canción. Urko la grabó en
cambio de las estaciones o una escena breve uno de sus discos ya más tardíos, Pascal Gaig-
de la vida cotidiana. Suele contener una palabra

Revista de Folklore Nº 474 41 Joserra de la Mar


ne y Amaia Zubiria, Kalakan, y este año Ekuru, Los lugares donde los musicólogos han en-
un grupo de jazz también la han recreado. Últi- contrado conocedores de la canción son en
mamente Euskal Barroque Ensemble la incluye su mayoría lugares altos, de montaña: Altzo,
en su disco de homenaje a Elkano, con la letra Baztán, Bidegoyan, Ultzama.
completa de Azkue y la suelen interpretar en
Supongo que son lugares en los que hay al-
sus actuaciones.
gún enclave desde el que se ve el mar. Lo que
**** nos puede llevar a pensar que tal vez desde su
rincón en lo alto vino a la imaginación del poeta
Como decía Unamuno en sus versos del
el vuelo de los pájaros, y el deseo de anular la
destierro sobre el mar, el mar trae noticias de
distancia, y que por tanto, de todas las versio-
otros lugares, de su Vizcaya, de su gente. Como
nes, la que compara el amor del poeta popular
he dicho, según Oteiza en Quosque Tandem
por la amada con el de los pájaros por sus crías
el Padre Donosti afirma que el poeta popular
sería la más cercana al original y que el cantor
vasco une sin soldaduras ideas distintas que
tradicional, lo mismo que Txomin se fijaba en
no tienen relación particular entre sí. Su poesía
el faro de Biarritz, miraba a la barra de Bayona,
fotografía las cosas exteriores para saltar a las
el boucau nuevo, en el principal puerto al otro
interiores. De manera que creyó el de Orio que
lado de la frontera, donde quizá se encontraba
estas enunciaciones sin conexión serían restos
su familia o su futura mujer, quién sabe. Es decir,
de antiguas poesías, fragmentos, que quedaron
que hay una relación entre ambas ideas, aunque
en la memoria del cantor como ramas despren-
no queda expresada.
diéndose de su tronco, pero luego afirmó que
había «echado de ver que este procedimiento
que recuerda algo a la manera de los aikais ja-
poneses es una de las características de nuestra
poesía popular».

Como viene a decir Sarrionandia en «Gure


Oroitzapenak», su poema más popular, nues-
tros recuerdos vagan libremente por el mar,
como restos de naufragio, nos asaltan. Pero es
que también nuestro pensamiento va por libre a
menudo, de forma desordenada, no solo cuan-
do nos asaltan los recuerdos.

O no. Al menos en este caso.

Revista de Folklore Nº 474 42 Joserra de la Mar


P
Danzas beduinas: danzas tradicionales de los
Emiratos Árabes Unidos
Pedro Rey Antón

P
asear hoy en día por cualquiera de las entorno tan hostil. No es difícil ver a los locales
ciudades del Golfo Pérsico en gene- enloquecer en carreras de camellos, espectácu-
ral y de los Emiratos Árabes Unidos los de cetrería o de caza con Saluki o Galgo Per-
en particular es, aparentemente, más sa... Incluso cuando se pasea por esos inmensos
un ejercicio de mirar hacia el futuro centros comerciales que actúan como plazas
que al pasado. Urbes que han surgido en mitad cubiertas, rodados de las más lujosas marcas
del desierto tras el descubrimiento del petró- comerciales del mundo, te puedes topar con
leo, como oasis artificiales de cristal y hormigón, un grupo de hombres alineados realizando una
formadas por los magnánimos rascacielos y que danza al son de un pequeño tambor de mano
albergan los más grandes y lujosos centros co- de doble cara (mirwas), panderetas (al-duffu) y
merciales del mundo, que pretenden suplir a los una vasija de barro (jahlah), mientras un hombre
antiguos zocos del pasado. Sin embargo, pese canta poesía1. En su ritual alzan y mueven palos
a ello no es difícil percibir el espíritu de lo que y espadas (incluso rifles), recordando a un palo-
un día fue la vida de sus habitantes en el duro teo o a un baile de espadas; logrando retrotraer
desierto, no tantos años atrás, en contraposi- en el tiempo y en el lugar al ritmo de sus movi-
ción a las facilidades de sus nuevas ciudades de mientos y sonidos.
hoy.
****
El mero pensamiento de la historia de los
El territorio constituido por los actuales Emi-
Emiratos Árabes Unidos evoca la tradicional
ratos Árabes Unidos consta de tres entornos na-
imagen de los árabes cabalgando sobre sus
turales principales: costa, montaña y desierto;
camellos en la fina arena. Los emiratíes eran y
encuadrados en un duro clima árido-subtropi-
siguen siendo beduinos. Aún hoy, la gente del
cal, cálido y húmedo a lo largo de la costa y cá-
desierto se llama así a sí misma: «beduina». Esa
lido y seco en el interior. La costa se encuentra
parte de la tradición viva del desierto aún está
bañada por las cálidas aguas del Golfo Pérsico,
presente día a día en multitud de aspectos como
por el oeste y del Golfo de Omán, al este. Las
sus vestimentas con Kandoras y Ghutras en los
montañas Hajar, la columna vertebral de los
hombres y Abayas en las mujeres, óptimas para
Emiratos Árabes Unidos, ocupa alrededor del
el agreste clima. En sus costumbres diarias; el
20 por ciento del territorio de la federación. Pe-
uso de inciensos y dibujos geométricos de hen-
dregosas montañas de roca afilada en las que se
na en sus manos, su tradicional café arábigo ser-
han excavado profundos wadis, cauces de ríos
vido y bebido en un modo prácticamente ritual.
secos, que rara vez contienen algo de agua. Por
También en los Majlis, espacios de reunión en
último, más de la mitad de los Emiratos Árabes
sus casas a semejanza de los ámbitos públicos
Unidos está ocupada por un árido desierto de
de las tiendas beduinas, donde a los invitados
se le ofrece café y dátiles, o comidas, y donde
se comparten todas las noticias y cotilleos, una 1 Jeremy Williams. Don’t They Know It’s Friday. A
parte que fue crucial para la supervivencia en un Cross-Cultural Considerations for Business and Life in the
Gulf. Ajman, 2017.

Revista de Folklore Nº 474 43 Pedro Rey Antón


fina arena y dunas que se encuentran en la fran- una paupérrima agricultura a pequeña escala,
ja oriental del desierto conocido como Rab al de supervivencia, o casi ni eso4.
Khali, literalmente «cuarto vacío». Un territorio
Antes del descubrimiento del petróleo en
con temperaturas medias de 50 ºC y donde las
los Emiratos Árabes Unidos, incluso las per-
precipitaciones raramente superan los 35 milí-
sonas más poderosas de la región no podían
metros por año2. En lo profundo de este mar
llegar a soñar con aumentar drásticamente su
de arena se encuentran algunos oasis como el
riqueza ni sus condiciones de vida, como suce-
de Liwa, adyacente a enormes dunas que pue-
dió. La economía se había estancado durante
den tener hasta 100 metros de altura, justo en
años, el progreso era nulo y sus simples pilares
el borde de esa vasta masa de arena, o el de
económicos seguían siendo los mismos que du-
Al Ain, capital histórica de estos territorios. Pe-
rante siglos. Tanto es así que la población de
queños cristales de agua cerca de los pies de
estos territorios en 1930, unas 80.000 personas,
las dunas han hecho posible que se establezcan
no varió en los últimos mil años, y su forma de
esos pequeños oasis. Cultivados otrora por tri-
vida tampoco5.
bus nómadas, aprovecharon esos acuíferos sub-
terráneos de agua dulce para plantar dátiles, y Hay varios factores que han jugado un papel
constituían el último punto habitable antes de fundamental en la sociedad local de los Emira-
adentrarse en esa inmensidad vacía3. tos. De ellos destacan las estructuras tribales
tradicionales, la falta de opciones económicas y
La rica herencia cultural de los Emiratos se
el orden de vida islámico6. Y aunque todos con-
basa en el ingenio de su gente, que aprendió
fluyen, la tribu ha sido el pilar fundamental de
a sobrevivir en ese duro entorno. Los morado-
la sociedad de estas tierras desde mediados del
res de esos siete emiratos que conforman los
primer milenio antes de Cristo. En un principio,
actuales Emiratos Árabes Unidos: Abu Dhabi,
el desierto y las costas más allá de las montañas
Ajman, Dubai, Ra´s al-Khaimah, Sharjah, Umm
no estaban bajo el dominio de nadie, pero en
al-Qaiwain y Fujairah descienden de muy diver-
un acto de supervivencia, las tribus pasaron a
sos antecesores. Los habitantes originales de
ser consideradas el bloque de construcción ge-
la península se fueron complementando poco
nealógica de esta sociedad7. Se organizaron en
a poco con inmigrantes, invasores, peregrinos,
torno a un líder que debía proteger a sus miem-
comerciantes, exiliados, prisioneros y esclavos;
bros y estar abierto a sus opiniones. Un jeque
que se fueron integrando con esa gente del de-
que si traicionaba podía ser depuesto con faci-
sierto, y que se llamaron a sí mismos beduinos.
lidad, como ocurrió en multitud de ocasiones.
Estos pueblos nómadas vivían en tribus y viaja-
Los líderes sabían que su posición dependía de
ban de oasis en oasis. Se dedicaban al pastoreo
garantizar que la riqueza se distribuya de mane-
nómada, la pesca, la recolección de perlas o la
ra justa. La influencia de las mujeres fue decisi-
agricultura de subsistencia cerca de esos cita-
dos aislados puntos de agua. Su vida se centró
4 Davidson, Christopher M. The United Arab
en los escasos recursos que el desierto les po-
Emirates: A Study in Survival. 2005 USA.
día dar. Los camellos y las gacelas se utilizaron
para la cría de animales, el comercio de carava- 5 Jim Krane. Dubai: The Story of the World’s
nas y la caza, mientras que esos oasis ofrecían Fastest City. USA, 2009.

6 Arwa bint Faisal bin Sultan Al Qassimi. Biladi:


2 Héctor Rodríguez. El cuarto vacío. 31 de UAE the Land of History and Home of the Future. Abu
mayo de 2016. https://www.nationalgeographic.com.es/ Dhabi, 2008.
fotografia/foto-del-dia/cuarto-vacio_10403
7 Milton Viorst .The storm from the East. The
3 Edmund O’Sullivan. The New Gulf - How Struggle Between the Arab World and the Christian West.
Modern Arabia is Changing the World for Good. New York, 2007.

Revista de Folklore Nº 474 44 Pedro Rey Antón


va. A lo largo de la historia árabe, el matrimonio definido. Las mujeres se ocupaban de las tareas
ha sido un medio de formar alianzas; las cuales domésticas, como la búsqueda de agua, activi-
aún hoy son notorias pues la mayoría de los lí- dad esencial y muy complicada, la elaboración
deres árabes modernos son aún pertenecientes de pan y el tejido. Los hombres eran proveedo-
a esas antaño grandes tribus beduinas8. res en tiempos de paz y guerreros terribles en
tiempo de hostilidades10.
Partes de esas tribus se trasladaron en pe-
queñas unidades a otras áreas, ya sea instalán- Recordando esa tradición viva del desierto,
dose en el vecindario de las otras tribus o di- los hombres se reunían bailando y cantando
rectamente invadiendo las tierras y, sobretodo, para recrear antiguas batallas y gratificantes
los recursos de otros grupos. De este modo, el cacerías usando palos y espadas, y posterior-
sistema tribal se consolidó en el desierto y las mente rifles. Bailes tradicionales populares que
tribus se expandieron a través del citado matri- celebraban las virtudes de la victoria, el orgu-
monio y la alianza en confederaciones que lle- llo y el coraje. A esto le acompañaba la música
garon incluso a contar con miles de individuos. Khaliji que es un estilo tradicional típico en el
No había fronteras que se separaran unas de mundo árabe y, principalmente, de la región del
otras, pero cada pozo de agua y wadi estaba Golfo. La música folklórica beduina tenía tam-
claramente controlado por un grupo tribal. En bores y panderetas para convertir las palabras
esa sociedad del desierto, la disputa por el en canciones. A ello se le ligó la poesía nabati,
agua y el pastoreo era endémica. que es un resultado original de la vida popu-
lar beduina, y se utilizaron letras para transmitir
Las familias estaban tradicionalmente obli-
historias y valores11. A partir de esa rica historia
gadas a ayudar a sus parientes inmediatos y a
de pueblos nómadas surgieron esas danzas o
su tribu. Entre la tribu, la hospitalidad era fuen-
bailes folclóricos que hoy son una de las expre-
te de honor y orgullo. La gente estaba unida a
siones culturales más populares y símbolo de la
su religión común del Islam. Los fuertes lazos de
identidad nacional en los Emiratos Árabes Uni-
amistad permitieron que grupos relacionados o
dos, y en otros de estos jóvenes países del Gol-
amigos compartieran actividades económicas.
fo Pérsico. Convertida en una actividad perma-
Un grupo tribal ayudaría a cuidar de sus propios
nente en actos oficiales, eventos de diplomacia
animales domésticos, así como de las tribus afi-
cultural y fiestas nacionales; y que, como digo,
nes o amigas9.La filosofía beduina era y es muy
es frecuentemente bailada en los espacios pú-
simple, pero efectiva. Se basa en el hoy por mí
blicos12. A continuación relato las tres danzas
mañana por tí, y esto en el desierto es una cues-
más importantes que hoy en día se practican.
tión de supervivencia. Un código de conducta
como este asegura la supervivencia de todos en
un entorno difícil con recursos escasos; además
de permitir el mantenimiento del estilo de vida
nómada y la continuación del comercio. El nú- 10 Thomas Patrick Hughes. Dictionary of Islam;
cleo de la familia beduina estaba muy unido y Being a Cyclopaedia of the Doctrines, Rites, Ceremonies
and Customs, Together with the Technical and Theological
Terms, of the Mohammedan Religion. Nueva Delhi, 2001.
8 Jeremy Williams. Don’t They Know It’s Friday. A
Cross-Cultural Considerations for Business and Life in the 11 Roudha Al Marri & Ilaria Caielli. UAE 101 Stories
Gulf. Ajman, 2017. and Cultural Learnings. Dubai, 2018.

9 Paul Grieve. Islam: Faith, Religion, Politics: the 12 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the
complete introduction. Londres, 2006. UAE in Pictures. Dubai 2011.

Revista de Folklore Nº 474 45 Pedro Rey Antón


Gulf News. Building a Nation 40 Years of the UAE in Pictures. Dubai 2011

Al-Ayyala y la creación de un frente común. Entre las fi-


las se disponen una serie de músicos que tocan
La danza folclórica Al-Ayyala se ha estableci- ouds, instrumentos de cuerda similares al laud;
do durante mucho tiempo como un arte popu- tambores utilizados para producir los sonidos
lar en los Emiratos Árabes Unidos y el noroeste rítmicos de acompañamiento y sincronización,
de Omán. Esta representación que simula una incluyendo tanto tambores grandes con un so-
batalla incluye, además de danza, poesía canta- nido profundo (al-ras) como tambores más pe-
da y música de tambor. La palabra Al Ayala es queños (al-takhmir); al-duffuf (panderetas) y al-
una expresión de peligro inminente, y se cree tous (platillos de bronce). El parche del tambor
que se usó para dar la alarma de una amenaza suele estar hecho de piel de cabra y se toca con
cercana mediante tambores y gritos. La actua- la mano o con hojas de palma14.
ción se usaba para infundir valor a los miembros
de las tribus para defender su campamento y, La actuación es dirigida por un líder, Al Abu
después de que el ataque terminase, continua- (el padre), que es el responsable de coordinar y
ban la actuación como un baile de la victoria13. mantener la armonía del ritmo en la actuación.
Los bailarines confían principalmente en él por-
Esta danza es realizada por dos filas de unos que sus ritmos generan entusiasmo y movilizan
veinte hombres que se enfrentan entre sí, por- a las masas en esa teórica preparación para la
tando finas varas de bambú, que representan guerra. Este actor principal suele ser un rol he-
a lanzas o espadas. Los miembros de cada fila redado y es responsable de capacitar a otros ar-
están de pie muy cerca el uno del otro, fuer- tistas, en consonancia con la idea del líder tribal
temente entrelazados con sus manos alrededor (sheik), que se explicaba anteriormente.
de la cintura, lo cual simboliza la cohesión tribal

13 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the 14 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the
UAE in Pictures. Dubai 2011. UAE in Pictures. Dubai 2011.

Revista de Folklore Nº 474 46 Pedro Rey Antón


El baile comienza cuando Al Abu da una se- pueden elegir diferentes tipos de poesía según
ñal específica. En ese momento los percusionis- el espectáculo.
tas comienzan a tocar sus tambores y las filas
Además en la actuación también participan
de hombres mueven la cabeza y los palos en
las Al Na´ashat, un grupo de mujeres jóvenes
sincronía con el ritmo del tambor y mientras
ornamentadas con coloridos vestidos tradicio-
cantan letras poéticas. Cada bailarín, que varía
nales, llamados Al Mekhwar, y joyas doradas.
en edad y estatus social, se balancea rítmica-
Éstas se paran frente a las filas de hombres
mente al unísono mientras mueve la delgada
formando un semicírculo e inclinando su cuer-
vara de bambú al ritmo del compás y entonan-
po y moviendo el pelo largo de lado a lado;
do cánticos al grupo contrario. Los danzantes
es la llamada «na´asha» o «danza del cabello».
van produciendo ciertos movimientos de baile
Su actuación está en armonía con el ritmo de
que dan la sensación de guerra, y parece como
la música tradicional que acompaña a Al Ayala.
si se estuvieran encontrando en el combate o
Se afirma que el origen de Al Na›ashat en es-
en duelo con enemigos15.
tas representaciones se remonta a las guerras
La melodía tiene siete tonos en un patrón en la antigüedad. En ese entonces, las mujeres
repetido irregular, y la poesía cantada varía se- jóvenes salían de sus casas y se quitaban el velo
gún la ocasión. Los poemas cantados, repletos para levantar el ánimo de los hombres, con el
de sentimientos de valor y caballerosidad, se fin de motivarlos a defender el honor de la tribu
consideran parte integral del espectáculo, dado y recordarles su deber de procurar protección16.
que están relacionados con la poesía nabati. Se

15 Roudha Al Marri & Ilaria Caielli. UAE 101 Stories 16 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the
and Cultural Learnings. Dubai, 2018. UAE in Pictures. Dubai 2011.

Gulf News. Building a Nation 40 Years of the UAE in Pictures. Dubai 2011

Revista de Folklore Nº 474 47 Pedro Rey Antón


Junto a todos ellos, acompañando la ac- danza que utiliza también finas cañas de bambú.
tuación, hay un grupo de hombres conocidos Se sabe que esta danza surgió entre las comuni-
como Al Jaweela, o «Al Yaweela» en dialecto dades y grupos beduinos en las áreas desérticas
emiratí (el nombre implica movimiento), que se de la región de Dhafra, al oeste de la ciudad
mueven en un amplio círculo, caminando al rit- de Abu Dhabi, y de ahí se extendió por todas
mo de la música y agitando espadas o pistolas las ciudades y regiones de los Emiratos Árabes
simuladas, que ellos ocasionalmente lanzan al Unidos, tanto costeras como montañosas18.
aire y vuelven a atrapar.
La banda varía entre 20 y 30 miembros, lla-
Históricamente, Al-Ayyala siempre ha esta- mados Al-Razeefa o Al-Muzafnen, que se en-
do vinculado con la cultura y la valentía del de- cuentran situados en dos filas enfrentadas entre
sierto, y se considera uno de los rituales socia- sí a unos 10-20 metros de distancia. A su lado se
les importantes que contribuyen al espíritu de sitúan algunos músicos, principalmente percu-
dignidad y honor de la tribu. Como se ha dicho sionistas. Los artistas se alinean uno al lado del
representa un simulacro de batalla y describe otro, también en un signo de unidad. Un poeta
la victoria de algunas personas sobre el ejérci- recita un verso a la audiencia. Acto seguido, la
to enemigo. Estas personas han sometido a sus primera fila repite ese primer verso y la segunda
enemigos para que pasen por la humillante ex- fila hace lo propio después. Repitiendo esto va-
periencia de la derrota. Por estas razones, dicha rias veces por ambos bandos. El poeta entonces
danza refleja y materializa los valores de valen- recita el segundo verso a la primera fila y luego
tía, caballerosidad, heroísmo y poder beduino. a la segunda fila. Continuarán con este modo
Al-Ayyala se practica entre las comunidades de proceder hasta terminar el poema. Cuando
que viven tanto en los oasis del desierto como se han recitado todos los versos, los intérpretes
en las ciudades costeras y del interior de los descansan y los bailarines o razzafeen toman el
Emiratos. De hecho, esxisten dos tipos; el que relevo; realizando una danza de balanceo, cru-
se practica en las regiones marítimas y el que se zándose entre las dos filas y de vez en cuando
realiza en el interior. Además, en la actualidad, dibujando círculos con los rifles por encima de
se ha convertido en una parte integral de sus sus cabezas. Muchos cánticos son igualmente
celebraciones, una tradición basada en el pa- versos de la poesía tradicional nabati, cuida-
trimonio y un espectáculo cultural que encarna dosamente seleccionados para adaptarse a la
su pasado y simboliza su identidad nacional17. ocasión. Al-Razfa juega un papel importante en
Por esta razón, se realiza especialmente duran- la preservación de la poesía tradicional y, aún
te las celebraciones nacionales y eventos socia- hoy, los poetas componen versos para estas re-
les o en presencia de jefes de estado, durante presentaciones.
sus ceremonias de bienvenida. También se usa
Durante la exhibición, todos sostienen un
en conferencias y festividades, debido a su alto
palo en sus manos, usado tradicionalmente
estatus en la sociedad como un medio clave de
para controlar a los camellos. En el pasado, se
recreación y entretenimiento social.
cree que se usaban espadas o dagas en su lu-
gar. El espectáculo se acompaña de un juego
Al Razfa de espadas y disparos de rifle. La mayoría de
Una de las formas más conocidas del arte las veces, los artistas están vestidos con trajes
popular emiratí es Al-Razfa (Razafat). Este es- tradicionales aderezados con cinturones de car-
pectáculo popular combina la poesía con una tuchos y ornamentadas dagas curvas típicas de
la región (khanjar) que portan alrededor de sus

17 Arwa bint Faisal bin Sultan Al Qassimi. Biladi:


UAE the Land of History and Home of the Future. Abu 18 Gulf News. Building a Nation: 40 Years of the
Dhabi, 2008. UAE in Pictures. Dubai 2011.

Revista de Folklore Nº 474 48 Pedro Rey Antón


cinturas. La actuación comienza con un puña- Al Azi
do de personas a las que se van uniendo otras,
convirtiéndose en un grupo más grande. Al Azi es un espectáculo que en su origen era
realizado por beduinos de la región de Al Ain,
Aunque en el pasado se interpretó solo al en Abu Dhabi. Este lugar era la capital histórica
ritmo de los tambores, en la actualidad se han debido a que estaba constituida alrededor de
introducido otros instrumentos musicales en la uno de los más importantes oasis, y desde allí
interpretación. Al-Razfa, que originalmente se se fue extendiendo a muchas otras partes de
realizaba como una celebración comunitaria de los Emiratos Árabes Unidos.
la victoria, ahora es muy popular como una for-
ma de entretenimiento. Es un acto importante Inspirándose tanto en la poesía coloquial na-
en reuniones sociales y bodas, ya que se consi- bati como en la árabe clásica, los temas princi-
dera una forma de celebración y expresión de pales de los poemas de Al Azi son muy similares
gratitud y valor. Este arte otorga a los intérpretes a los anteriores ejemplos: el orgullo por la fami-
y danzantes un sentido de identidad y comuni- lia, la tribu o los gobernantes. Consta de versos
cación a través de su interpretación, canciones rimados al estilo de la poesía árabe tradicio-
y ritmos que se han mantenido en su patrimonio nal, con refranes y proverbios intercalados en
cultural durante muchos años, transmitiéndose ocasiones en el poema. En sus versos, el poeta
directamente de una generación a otra a través habla de la generosidad, el coraje y otras cuali-
de la participación y el aprendizaje19. dades que ejemplifican para ellos la grandeza.

La poesía de Al Azi no incluye entonación


estructurada, percusión u otro acompañamien-
19 Arwa bint Faisal bin Sultan Al Qassimi. Biladi:
UAE the Land of History and Home of the Future. Abu to de instrumentos. Es entregado por un poe-
Dhabi, 2008. ta o intérprete principal, respaldado por un

Revista de Folklore Nº 474 49 Pedro Rey Antón


coro de vocalistas masculinos. Este intérprete Azi se caracteriza por las poderosas voces tanto
principal recita una pieza preestablecida de del poeta como del coro que le «responde». De
poesía tradicional, en la que el ritmo de cada este modo su realización suele darse en función
verso varía del anterior, y que generalmente a la colaboración entre el poeta, que escribe y
está impregnado de proverbios y dichos de la arregla los poemas, y el intérprete, entrenado
sabiduría tradicional. El poeta suplica recitando con una fuerte y resonante voz. En ocasiones,
una pieza que invoca a Dios y una oración por y dependiendo de sus inclinaciones, el propio
el Profeta Mahoma. El coro masculino que se poeta puede interpretar los versos.
encuentra detrás de él, se mueve al paso del
Con sus orígenes como una celebración de
poeta o intérprete, haciéndose eco de palabras
la victoria en el campo de batalla, la poesía de
y frases específicas en respuesta y en ritmo al
Al Azi se ha transmitido de padres a hijos du-
intérprete principal y respondiendo al unísono:
rante cientos de años. Se clasifica como un arte
al-mulk lillah («la soberanía pertenece a Dios»),
de interpretación oral y es ciertamente popular
a la vez que lo acompañan del levantamiento
para los emiratíes, ya que fomenta la cohesión
ritual de espadas y/o palos. Los miembros del
y la unidad social y fortalece la afinidad con
coro sostienen rifles simulados y se colocan en
su tierra natal. Además sirvió como un medio
filas detrás del poeta, que sostiene una espada.
importante para transmitir tradiciones, conoci-
La actuación de llamada y respuesta transmite
mientos y la forma beduina de relacionarse con
un sentido de unidad y solidaridad, mientras
la naturaleza.
que las armas simbolizan el coraje y la lucha. Al

Revista de Folklore Nº 474 50 Pedro Rey Antón


Al Azi fue interpretado regularmente por las en el que se expone la danza de espadas como
comunidades hasta mediados de la década de elemento de las «fiestas de boda» de un rico la-
1900, cuando las representaciones comenzaron brador. En ese famosos pasaje de las Bodas de
a disminuir gradualmente. Debido al desarrollo, Camacho, Cervantes dice así: «Tiene assimismo
miles de habitantes se trasladaron del desierto a malheridas danças, assi de espadas como de
las zonas urbanas, y el auge económico de 1970 cascabel menudo, que ay en su pueblo quien
a 1990 llevó a los ciudadanos a abandonar el los repique, y sacuda por estremo, de çapatea-
empleo en los sectores tradicionales y la cultura dores no digo nada, que es un juyzio los que
y las artes asociadas a tales actividades. A pe- tienen muñidos...«; y continúa después: «De allí
sar de que el número de poetas ha disminuido a poco començaron a entrar por diversas par-
considerablemente en los últimos veinte años, tes de la enramada muchas y diferentes danças,
la práctica está disfrutando de un renacimiento entre las quales venía una de espadas de has-
desde hace varios años coincidiendo con su in- ta veinticuatro zagales de gallardo parecer y
troducción en eventos nacionales; dándole así brío, todos vestidos de delgado y blanquissimo
una gran cobertura en los medios20. lienço, con sus paños de tocar, labrados de va-
rias colores de fina seda, y al que los guiava,
Danzas de espadas y paloteos que era un ligero mancebo, preguntó uno de
los de las yeguas si se avia herido alguno de
En la exposición anterior a más de uno se los dançantes. (...) y luego començo a enredarse
le habrán venido a la mente los tradicionales con los demás compañeros con tantas bueltas y
bailes de espadas y de paloteos, tan popula- tanta destreza, que aunque don Quixote estava
res por toda España. Mucho se ha escrito so- hecho a ver semejantes danças, ninguna le avia
bre su origen; la mayoría de las veces han sido parecido tan bien como aquella».
catalogadas como danzas de origen «primitivo,
celtíbero o ibérico»21, o se han retrotraído a la Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la
Antigüedad Clásica, aunque no está muy claro Lengua Castellana (1611), en su artículo «dança
cuál sea su procedencia. de espadas» la define de este modo: «Esta
dança se usa en el reyno de Toledo y dançan-
Entrar a explicarles «es cuento largo», como la en camisa y en gregüescos de lienço, con
diría Günter Grass, y no es objetivo de este tex- unos tocadores en la cabeças, y traen espadas
to. Julio Caro Baroja hace un impecable estudio blancas y hazen con ellas grandes bueltas y re-
en su libro El estío festivo22 donde nos dice que bueltas y una mudança que llaman la degollada,
la danza de espadas tiene un carácter menos porque cercan el cuello del que los guía con las
«villanesco» que el paloteo y que por ello la espadas, y cuando parece que se le van a cortar
primera es «objeto de especulaciones eruditas por todas partes se les escurre de entre ellas».
que la ponen en conexión con las danzas arma- También nos cuenta que estas danzas aparecen
das de los griegos». Nos recuerda igualmente en «La Gran conquista de Ultramar», en «Guz-
que aparecen en varios textos clásicos como mán de Alfarache» de Mateo Alemán, y que de
es el caso de este famoso texto de El Quijote ellas escriben Vicente Espinel, Lope de Vega,
Jovellanos, etc.
20 Arwa bint Faisal bin Sultan Al Qassimi. Biladi:
UAE the Land of History and Home of the Future. Abu
Respecto a los paloteos (o paloteados), el
Dhabi, 2008. mismo Caro Baroja nos dice que están menos
documentados en nuestra literatura, debido a
21 Ignacio Carral. Folklore de Castilla. Caja de que «eran más rústicos y sencillos» y a que «es-
Ahorros y Monte de Piedad. Segovia, 1985. taban unidos a las fiestas religiosas más senci-
llas». Según comenta, el texto que utiliza el vie-
22 Julio Caro Baroja. El Estío Festivo. Fiestas jo diccionario «de Autoridades» lo define como
populares de Verano. Círculo de Lectores. Madrid, 1992.

Revista de Folklore Nº 474 51 Pedro Rey Antón


«danza rústica que se hace entre muchos, con zantes y el «zarragón», que lleva los palos hue-
unos palos en las manos, como baquetas de cos o rajados para hacer distinto ruido cuando
tambor, con los quales bailando dan unos con los hace sonar, y para que no hagan daño cuan-
otros, haciendo un ruido concertado al compás do pega con ellos a los chiquillos»; o el paloteo
del instrumento». de Utande donde se realizan las danzas de San
Acacio al ritmo del laúd, más parejo a lo des-
Como digo, aún hoy las danzas de paloteo
crito anteriormente. También nos cuenta cómo
son una manifestación folclórica muy extendi-
en Molina de Aragón se realiza una Danza de
da por toda la península, aunque por desgracia
Espadas que «simboliza la defensa, que hizo el
se hayan perdido un gran número de ellas a lo
Señorío de Molina contra los árabes, pero está
largo del siglo pasado. Se puede constatar la
indudablemente tomada de otra más antigua,
presencia de las mismas en casi todas las pro-
ya que su primitivo significado es de rito ferti-
vincias septentrionales, donde usualmente dan-
lizante y fecundante, al igual que los paloteos;
zan a ritmo de dulzaina23.
y añade que en la India existen muchas danzas
De ellos podemos encontrar importantes similares».
cancioneros, recopilaciones y documentos. En
Diferentes variantes en cada pueblo pero
el Cancionero de Agapito Marazuela, por ejem-
que, como comenta Fuencisla Álvarez Colla-
plo, nos relata varios ejemplos de la provincia
do26, son vertebradas por la indumentaria usada
de Segovia, donde destaca en fama el pueblo
en ellas. Así pues «Las enagüillas en la sierra son
Fuentelcésped; en el cual el 13 de junio festejan
nexo de unión con danzas de palos de Castilla y
a Nuestra Señora la Virgen de la Nava. En esa
León y el País Vasco» mientras que «en los pue-
fiesta ocho niños de diez a catorce años bailan
blos del llano encontramos una predominancia
incansablemente sus danzas de paloteo ante la
en la actualidad del traje napoleónico (...) con
imagen de la patrona. El que dirige las danzas y
variaciones en los complementos». También ex-
no para de brincar entre los muchachos se llama
plica que «entendiendo las danzas de paloteo
«zagarrón» y va vestido de blanco24. En otros
como danzas rituales asociadas a festividades
lugares este tipo, medio director, medio bufón,
distribuidas alrededor del calendario de labores
se le conoce como «zacarrón», «mojigón», «bo-
del ciclo del año,» aunque con particularidades
targa», «cachibirrio», etc. Cuando menos curio-
locales, agrupándose mayormente entre mayo
sa la comparación que se podría establecer con
y septiembre «poniendo a priori de manifiesto
el líder de las danzas emiratíes descritas.
una relación de festividades relacionadas con el
También interesante es el recopilatorio de comienzo o fin de las labores de la tierra».
Aragonés Subero25 de las danzas de paloteo
De todo ello se ha tendido a decir que es
en la provincia de Guadalajara, donde entre las
una danza de origen guerrero y que reproduce
muchas que cita nos dice que en el paloteo de
alguna batalla pasada, en muchos casos de las
Galve de Sorbe es realizado por «nueve dan-
batallas, de la «Antigüedad», de la «Reconquis-
ta» o de las «Guerras napoleónicas». Además
23 Fuencisla Álvarez Collado. Las danzas de existen ciertas interpretaciones de que son dan-
paloteo en Tabanera del Monte (Segovia): análisis del
zas de corte ritual27, protector o de fertilidad,
repertorio para dulzaina. Revista de Folklore nº 382.

24 Carlos Blanco Álvaro, De Año y Vez. Fiestas 26 Fuencisla Álvarez Collado. Las danzas de
Populares de Castilla y León. Caja España. Valladolid, paloteo en Tabanera del Monte (Segovia): análisis del
1993. repertorio para dulzaina. Revista de Folklore nº 382.

25 Antonio Aragonés Subero. Danzas, rondas 27 Marius Schneider. La danza de espadas y la


y música popular de Guadalajara. Inst. Marqués de tarantela. Ensayo musicológico, etnográfico y arqueológico
Santillana. Guadalajara, 1973. sobre los ritos medicinales. Institución Fernando el

Revista de Folklore Nº 474 52 Pedro Rey Antón


más vinculadas a sociedades agrícolas prima-
rias, y, siendo en este caso las espadas y los pa-
los usados símbolos de salvaguarda y defensa28.

La escritora y viajera Wortley Montagu, ya en


el siglo xviii relataba que «las costumbres de la
humanidad no son tan diferentes como nuestros
escritores de viajes nos quieren hacer creer», re-
firiéndose de las «costumbres y modales» de la
gente que conoció en las tierras árabes en el
siglo xviii; para decepción, sin embargo, de mu-
chos de sus contemporáneos que esperaban re-
latos más salvajes sobre aquellas tierras. Se dice
que Lady Montagu incluso estuvo tentada de
«agregar algunas costumbres sorpresivas» de
su propia invención para aplacar a los lectores,
aunque al parecer desistió29. (19) Valga este artí-
culo para constatar la afirmación de esta viajera
inglesa. Y es que por muy diverso y dispar que
fuera el ambiente y el entorno que se encontró,
el ser humano siempre se las apañó mediante
su ingenio y la creación de mecanismos simila-
res para sobrevivir lo mejor que pudo.

Católico, Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2016.

28 Fernando Lázaro Palomino. Danzas de paloteo


en Aranda de Duero. Revista de Folklore nº 82.

29 Lonely Planet Oman, UAE & Arabian Peninsula


(Travel Guide) 2nd edition.

Revista de Folklore Nº 474 53 Pedro Rey Antón


L
Lorca y Rubio Sacristan. Viajes y recuerdos
Eduardo Alonso Franch

L
a Institución Libre de Enseñanza como pianista. Andaluz de Ronda, donde nacie-
(ILE) tuvo su proyección en Zamora ra en 1879, De los Ríos procedía de una familia
en una experiencia iniciada a finales liberal de Ronda. Fernando de los Ríos y sus
del siglo xix y prolongada hasta bien compañeros acabarían siendo conocidos como
entrado el siglo xx. La figura repre- «la Generación de 1914». Se trata de uno de
sentativa del movimiento fue Francisco Giner. los personajes que más influyó en FGL. El 15 de
Más tarde, el liderazgo del grupo lo asumirán octubre de 1916 empezó el segundo viaje de
Manuel Bartolomé Cossío y Gumersindo de Az- estudios organizado aquel año por Domínguez
cárate. Todos los centros fundados por Sierra- Berueta. En Salamanca, los granadinos conocie-
Pambley fueron gratuitos. La preparación de ron a Miguel de Unamuno, entonces rector de
los maestros se estudió con sumo cuidado. La la Universidad, y Lorca tocó en su casa. Desde
orientación social de los centros de Sierra-Pam- allí se dirigieron a Zamora y luego a Galicia,
bley, y de la escuela de Moreruela en concreto, que cautivó a Lorca. Aquel primer contacto con
siguió las pautas marcadas por la Institución. La otras regiones de España, sobre todo con Casti-
biblioteca no solamente servía de complemen- lla la Vieja, influyó hondamente en Lorca, como
to de las clases, sino que era un instrumento de lo demuestra Impresiones y paisajes, y parece
cultura para la comarca1. un hecho que fue durante aquellas semanas
cuando se convenció de que tenía una vocación
Un escritor llamado Federico García literaria, además de musical2.

Lorca Impresiones y paisajes salió a la venta la se-


gunda semana de abril de 1918. Lorca diría en
El futuro poeta nació el 5 de junio de 1898.
Cuba en 1930 que el libro fue comentado po-
A lo largo de su obra, la muerte será una pre-
sitivamente por Miguel de Unamuno, a quien
sencia o amenaza constante. García Lorca te-
había conocido en Salamanca. Lorca se senti-
nía una memoria portentosa, pero Federico no
ría muy orgulloso, además, al ver que el gran
sería nunca buen estudiante. En 1909, cuando
poeta Antonio Machado se interesaba por su
Federico García Lorca va a cumplir 11 años y
futuro. Lorca estaba al tanto de la labor de la
su familia se instala en Granada, esta es una
Institución Libre de Enseñanza, de la cual la Re-
pequeña capital de provincia de 75.000 habi-
sidencia de Estudiantes era hija espiritual. Lorca
tantes. Al poco tiempo del traslado a Granada,
estaba encantado. Juan Ramón Jiménez quedó
el joven Federico descubrió que poseía una
impresionado por la personalidad y el talento
auténtica habilidad musical, particularmente
del joven granadino. Es probable que, durante
su primera visita a la Residencia, Lorca iniciara
1 Gómez Molleda, Mª Dolores, y Samaniego
dos amistades que le resultarían enriquecedo-
Borreu, M., «La Institución Libre de Enseñanza, una obra ras: con José Bello y Luis Buñuel, ambos arago-
de reforma educativa y social. Su proyección en Zamora».
Primer Congreso de Historia Zamora, tomo 4. Zamora: IEZ 2 Gibson, Ian: Vida, pasión y muerte de Federico
«Florián de Ocampo», 1993, pp. 205-235. García Lorca. 1898-1936. Barcelona: Plaza & Janés, 1998.

Revista de Folklore Nº 474 54 Eduardo Alonso Franch


neses. Buñuel, nacido en el pueblo de Calanda a La Habana después de su estancia en Nueva
en 1900, había llegado a la Residencia en 1917. York.
Buñuel atribuye a Lorca su descubrimiento de
Ya en 1929, gracias al cine y sobre todo a
la poesía. Buñuel, Dalí y Lorca no tardaron en
Metrópolis de Fritz Lang, Nueva York es el sím-
convertirse prácticamente en inseparables. Su
bolo por excelencia del mundo moderno. Vi-
estancia en Cadaqués será inolvidable. Dalí y
sión ya atisbada satíricamente por Chaplin en
Lorca, como Rafael Alberti y otros amigos más
Tiempos modernos, cinta muy admirada por los
o menos conectados con la Residencia de Es-
«residentes». La variedad de razas y religiones
tudiantes, eran férvidos cinéfilos en un Madrid
que pululan en la ciudad lo fascina. Parece ser
loco por el séptimo arte y apasionados admira-
que fue León Felipe quien acercó a Lorca de
dores de Buster Keaton.
verdad, por vez primera, a la poesía del autor
Gracias a Jorge Guillén, en estos momentos de Hojas de hierba, que solo conocía muy im-
catedrático de literatura española en la Uni- perfectamente. José Antonio Rubio Sacristán,
versidad de Valladolid, ha sido invitado por el que llega a Nueva York a finales de octubre, se
Ateneo de aquella ciudad a dar una conferencia da cuenta enseguida de la angustia que sigue
sobre Góngora, con viaje y gastos de hotel pa- atenazando al poeta, pese a su aparente ale-
gados. Pero en Valladolid no da la conferencia gría de siempre. Lorca le había hablado a Ru-
sobre Góngora, sino un recital de poemas. Tie- bio Sacristán en 1928 de sus problemas, y este
ne lugar el 8 de abril de 1926. La presentación no solo estaba al tanto de la homosexualidad
corre a cargo del propio Guillén, con quien Lor- del poeta, sino de su atormentada relación con
ca ha estado carteándose desde el año anterior Emilio Aladrén. Rubio Sacristán, que había ter-
y cuya poesía y agudeza crítica admira profun- minado hacía poco en Alemania su doctorado
damente. El recital tuvo el éxito previsto por de historia del derecho, acababa de conseguir
Guillén. El Norte de Castilla dio a conocer en su una cátedra en España. Pero, antes de tomar
totalidad la magnífica presentación de Guillén, posesión, ha decidido estudiar algunos cursos
además de una elogiosa reseña del acto debida de economía en Columbia. Durante su estancia
a Francisco de Cossío. Alberti presentó a Lorca en Nueva York verá a Lorca con frecuencia, y es
a un joven poeta malagueño, Vicente Aleixan- probable que ninguno de los amigos del poeta
dre. Aleixandre sería uno de los más fieles ami- estuviera más capacitado que él para entender
gos del poeta. el verdadero estado de ánimo de Lorca duran-
te estos meses. La llegada de Rubio Sacristán a
En 1928, el 10 de julio, Lorca toma el tren
Nueva York coincide con el gran crack de Wall
de Zamora. Para en Zamora con un amigo de
Street, que impresiona hondamente a Lorca.
los días heroicos de la Residencia, José Antonio
Rubio Sacristán, a quien escribe unas semanas Son los días inaugurales del cine sonoro, y
después para disculparse de su estado de áni- Lorca se convierte pronto en incondicional afi-
mo durante aquellos días. En unas pocas sema- cionado al género. Hay indicios de que compar-
nas, mientras se disparan las ventas del Primer te piso durante algunas semanas con José An-
romancero gitano, Federico se hace famoso. tonio Rubio Sacristán, aunque Rubio lo negará
Lorca estaba entonces en la Residencia de Estu- años después. La estancia de Lorca en Estados
diantes, coincidiendo su estancia con la escuela Unidos está terminando. Lorca fue comproban-
de verano para extranjeros que allí se celebraba do desde su primer día en Cuba que la isla y
cada año, organizada por el Centro de Estudios Andalucía tenían mucho en común. Después de
Históricos. Se estaba acercando ya el momento casi un año fuera, el poeta estaba de vuelta en
en que el poeta debía viajar a Nueva York. An- España. El cine le está haciendo al teatro una
tes de salir de España, Lorca sabe que viajará competencia fortísima. Lorca manifiesta estar
de acuerdo con Ramón Menéndez Pidal, quien

Revista de Folklore Nº 474 55 Eduardo Alonso Franch


acaba de declarar que la República debe signi- Lorca en Zamora. Impresiones y
ficar, por encima de todo, cultura. Entre marzo
paisajes
y mayo de 1932 Lorca dio una serie de confe-
rencias en distintos puntos del país. El poeta Federico participó en un viaje de estudios en
habló en Valladolid («La arquitectura del cante 1916 que le llevó a Zamora. El piano del Círculo
jondo», 27 de marzo), Sevilla, Vigo, Santiago de Zamora no dejó de sonar aquella noche del
de Compostela, La Coruña y Salamanca (misma 24 de octubre de 1916. Habían llegado a la ca-
conferencia, 29 de mayo). Aunque Lorca era ya pital del Duero a primera hora de la mañana y la
el poeta joven más famoso de España, no había jornada terminaba con una velada en compañía
tenido todavía un gran éxito en el teatro. Bodas de la élite intelectual de la ciudad. En Impresio-
de sangre constituirá el primer éxito de taquilla nes y paisajes, el poeta mencionó el río Duero a
de Lorca. Lorca pasó la Semana Santa con La su paso por Zamora. En tren llegaron y en tren
Barraca en Valladolid, Zamora y Salamanca. Si se fueron. Igual que el Duero le impresionó, las
en Bodas de sangre el punto de arranque fue un nuevas tendencias arquitectónicas, vistas en la
hecho real ocurrido en Almería en 1928, el ori- capital y en otras ciudades del entorno, le mo-
gen de Yerma era muy anterior y se remontaba lestaron. A la 1 de la madrugada, la expedición
a la infancia del poeta. partió desde Zamora en dirección Galicia3.

En Santander, en el palacio de la Magdalena, La acogida del libro fue fría. Pero el libro
está teniendo lugar el primer curso de verano también recibió algún apoyo. Impresiones y pai-
de la Universidad Internacional, patrocinada sajes no se vendió4. En la primavera de 1916, el
por la República. José Antonio Rubio Sacris- joven artista rompió a escribir5.
tán, con quien Lorca había coincidido en Nueva
York, desempeña el cargo de secretario del cur- Pasa el río por Zamora, verde y man-
so de verano santanderino. so. La enorme calva bizantina del cimbo-
rrio se mira en las aguas profundas. Pa-
Durante su estancia bonaerense, Lorca ve san lentas las barcazas sobre las ondas.
con frecuencia a Pablo Neruda y se va estre- Las iglesitas románicas descienden por
chando su amistad. En 1935, Lorca tiene en las callejuelas hasta el río. Este va lenta-
Sevilla a tres amigos: José («Pepín») Bello, el mente arrastrando su gran prestigio de
poeta Jorge Guillén y José Antonio Rubio Sa- evocaciones históricas al sonido grave y
cristán, en aquel momento catedrático de De- suave que produce… Terminó la antigua
recho en la Universidad sevillana. Por estas fe- historia romántica del río… Pero todavía
chas, la amistad de Lorca con Pablo Neruda se el viejo y solemne Duero sueña y ve com-
ha estrechado considerablemente. Lorca apoya batiendo honrosamente a las grandes fi-
enseguida el Frente Popular. En Granada, la si- guras de su romance6.
tuación está extraordinariamente encrespada.
El doble asesinato de Castillo y de Calvo Sotelo
sume a Lorca en un estado de profunda angus-
3 Luis Garrido, «El penúltimo concierto de García
tia. Los asesinatos se suceden con ritmo cre-
Lorca y su noche mágica en Zamora», La Opinión. El
ciente, así como las consiguientes represalias. Correo de Zamora, 23.03.2019.
El 23 de julio, toda Granada está en manos de
los insurgentes. Lorca está ya aterrado. A Lorca 4 Víctor Fernández. «La vida». Federico García
lo detienen la tarde del 16 de agosto. Práctica- Lorca: Impresiones y paisajes. Edición de Jesús Ortega y
mente de la noche a la mañana, Lorca se convir- Víctor Fernández. Madrid: Biblioteca Nueva, 2018.
tió en mártir de la causa republicana.
5 Jesús Ortega: «La literatura». Ibid.

6 Federico García Lorca: «El Duero». Ibid.

Revista de Folklore Nº 474 56 Eduardo Alonso Franch


Poeta en Nueva York, pese a haberse em- Rubio Sacristán y la Residencia de
pezado a gestar durante la estancia de García
Estudiantes
Lorca en dicha ciudad, entre 1929 y 1930, no
vio la luz sino en 1940, asesinado Federico y Su permanencia duró casi diez años. Era un
finalizada la Guerra Civil española. Parece ser muchacho de 16 años, zamorano, que había es-
que Lorca fue un voraz lector. A García Lorca le tudiado en el Instituto de Zamora. El lugar de la
interesan y llaman la atención lugares y aspec- Residencia de Estudiantes estaba en aquel en-
tos de significación religiosa. Sus escritos desti- tonces al final de la Villa de Madrid y estaba for-
lan en sus páginas amargura, tristeza, añoranza, mada por un grupo de cinco edificios, de rela-
melancolía… De la misma forma que profesa un tivamente poca superficie cada uno, separados
gran culto al pasado –incluidas las tradiciones por jardines. La dirección era ejercida por Al-
y las leyendas–, Lorca se lamenta de las trans- berto Jiménez Fraud. Para Rubio Sacristán, Mo-
formaciones sufridas en muchos lugares. Lo que reno Villa fue un modelo que influyó de manera
verdaderamente le atrae es la «España vieja»7. decisiva en su vida. Rubio había nacido en 1903
y llegó a la Residencia en 1919. La RE estaba
En Poeta en Nueva York nos encontramos
situada en lo que Juan Ramón Jiménez llamó
con su primer gran viaje al extranjero, ya trein-
la Colina de los Chopos. Casi al mismo tiempo
tañero. Se trató de un viaje largo, desarrollado
que Rubio Sacristán, llegó Lorca, desconocido,
tras una crisis personal desde finales de junio
pero ya poeta. Y, aunque Federico era cuatro
de 1929 y hasta principios de marzo de 1930.
años mayor que José Antonio, simpatizaron y se
Logra entrar como estudiante en una de las
hicieron amigos hasta el final de la vida del gra-
universidades más prestigiosas y elitistas del
nadino. En aquellos años vivía también en la RE
mundo, Columbia University, a la que dedicará
Luis Buñuel, que destacaba por su enorme vigor
una sección de Poeta en Nueva York. Las mag-
físico. Salvador Dalí era entonces extraordina-
nitudes y el gran dinamismo de la colosal urbe
riamente tímido y hablaba muy mal castellano9.
le causan un enorme impacto. Dedicará la ma-
yor parte de su tiempo a conocer la ciudad y al Rubio Sacristán había suscitado admiración
ocio, así como a hacer relaciones, al estudio y en figuras tan dispares como relevantes de la
a la creación literaria. Algo que verdaderamen- literatura (Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén
te atrae a García Lorca es la variedad cultural y o Miguel Delibes) y de la historia y el derecho
religiosa con que se encuentra y la libertad que (Valdeavellano, Carande o Emilio Gómez Orba-
observa. Otra actividad artística que le seduce, neja). El 6 de septiembre de 1936, Rubio Sa-
aparte del teatro, es el cine. Incluso, se topa con cristán se hallaba de nuevo en Madrid y podía
gente a la que conocía previamente. En su viaje acudir a la Residencia de Estudiantes. Hubo de
americano, Lorca también se dedica a escribir permanecer en la capital sitiada durante tres
poesía y teatro. En Cuba, permanece desde el años y, a la conclusión de la contienda civil, pa-
7 de marzo hasta el 12 de junio de 1930. García decer entre 1939 y 1948 un periodo de depura-
Lorca tenía espíritu viajero 8. ción administrativo-política, al igual que su ami-
go Ramón Carande. En el Valladolid de los años
50, 60 y 70 frecuentó a personalidades como
Miguel Delibes, Francisco Umbral, José Jimé-
nez Lozano o Manuel Leguineche. Perteneció a
7 Daniel Marías y José Manuel Querol: «Prefacio. la llamada Generación del 27, en su caso, como
Impresiones viajeras de Federico García Lorca». Federico historiador del Derecho y de la Economía. Ru-
García Lorca: Impresiones y paisajes. Un poeta en Nueva
York. S. l.: La Línea del Horizonte, 2019.
9 José Antonio Rubio Sacristán: «La Residencia de
8 Daniel Marías y José Manuel Querol: «Apéndice. Estudiantes». Anuario de Estudios Zamoranos, 1990, pp.
Nueva York y la experiencia americana». Ibid. 701-707.

Revista de Folklore Nº 474 57 Eduardo Alonso Franch


bio Sacristán vivió en la Residencia de Estudian- 1927, el tricentenario de la muerte de Góngora,
tes entre el otoño de 1919 y el verano de 1922. estuvo presente JARS, acompañando a sus ami-
En ella, tuvo oportunidad de relacionarse con gos de generación.
algunos de los integrantes de la Generación del
Durante la Guerra Civil, que pasó en Madrid,
27. Otro lugar de convivencia juvenil giraba en
Rubio hubo de abandonar su domicilio, per-
torno al Centro de Estudios Históricos, fundado
diéndose toda su biblioteca de preguerra y el
en 1910. Y no solo convivió y participó de la
archivo documental. Lorca pronunció una con-
vida intelectual y artística de la RE entre 1919
ferencia en Zamora, el 10 de julio de 1928. Viajó
y 1929 y se integró en el Centro de Estudios
el poeta, de Madrid a Zamora, en tren. En la
Históricos de 1926 a 1936, sino que también
estación le esperaba JARS, que, pese a tener 25
colaboró en algunas de las revistas científicas y
años, ya se había doctorado en Historia en Ale-
en otras literarias, creadas por miembros de la
mania. Rubio preparaba oposiciones a cátedra.
Generación del 27. A lo que habría que sumar
La conferencia tuvo un gran éxito. Lorca pasó
la Universidad Internacional de Verano en San-
dos o tres días en la casa paterna de Rubio, en
tander, de 1932 a 1936; y sus dos primeros des-
Zamora. E hicieron varias excursiones en el co-
tinos universitarios, una vez ganada la cátedra
che del padre de Rubio, al lago de Sanabria y a
de Historia General del Derecho Español (en La
Toro para ver la colegiata de Santa María la Ma-
Laguna, de 1929 a 1931, y en Sevilla, entre 1931
yor. Lorca se marchó de Zamora hacia el 12/13
y 1936)10.
de julio de 1928, para regresar a Madrid.
En la RE, Rubio Sacristán practicó también el
Entre 1910 y 1939 la Residencia fue uno de
alpinismo. Los juristas eran numerosos en la Re-
los principales núcleos de modernización cien-
sidencia. Su personalidad más poderosa era la
tífica y educativa de España. Entre la treintena
de García Lorca. Su primer contacto con la Resi
larga de nombres que componen la relación de
fue en la primavera de 1919, meses antes de
residentes vallisoletanos figuran Jorge Guillén,
que lo hiciese quien había de ser su compañero
Pío del Río Hortega, Marcelino Pascua, Galo
de habitación, Rubio Sacristán. La mayor parte
Sánchez y Emilio Gómez Orbaneja. Y el también
de los residentes procedían de las clases socia-
residente JARS, amigo de Lorca y Dalí, fue du-
les económicamente acomodadas. La Residen-
rante muchos años catedrático de la Universi-
cia era una institución laica. Antonio Rubio era
dad de Valladolid y uno de los animadores de El
compañero de cuarto que, mientras el poeta
Norte de Castilla. En Valladolid nació Rosa Cha-
confiaba al papel su mundo lírico, tenía al lado,
cel, aunque pronto se trasladó a Madrid con su
leyendo o estudiando, al parecer. Lorca repartía
familia. Desde el primer momento, la RE quiso
alegría. Convivía con discreción con su homose-
ser un complemento educativo a la universidad,
xualidad. El cuarto era de aspecto monacal. Las
en el que se formaran los hijos de las clases di-
habitaciones de la Residencia eran dobles o in-
rigentes liberales. En 1915, se traslada a lo que
dividuales, y su mobiliario severo. El vallisoleta-
será su sede en la Colina de los Chopos, una se-
no Jorge Guillén fue amigo de Rubio Sacristán.
rie de edificios modernos de estilo neomudéjar
Se conocieron en la Sevilla de 1930, catedráti-
provistos de los mejores adelantos de la época.
cos y compañeros de curso en la Universidad
Durante la guerra, el edificio antiguo de la RE se
hispalense. Entre sus amigos que celebraron en
convirtió en hospital. Entre los vallisoletanos en
el Ateneo de Sevilla, el 16 y 17 de diciembre de
la RE se encontraron Gabriel Carreño González,
de Valladolid; José Gómez Orbaneja, id.; Jorge
10 José M. Vallejo García - Hevia: «Un historiador Guillén Álvarez, id.; José Orbaneja Aragón, id.;
del Derecho en la Residencia de Estudiantes: José Antonio
Rubio Sacristán (1903-1995)». Historia Iuris. Estudios
dedicados al profesor Santos M. Coronas González.
Volumen II. Oviedo: Universidad, 2014, pp. 1613-1697.

Revista de Folklore Nº 474 58 Eduardo Alonso Franch


Marcelino Pascua Martínez, id., y Galo Sánchez alegría poder comentar algunas cosas
y Sánchez, de Medina de Rioseco11. con él. Yo lo he presentado a todos mis
amigos americanos para que lo inviten a
El viaje a Nueva York y La Habana sus reuniones y haga buena vida en esta
ciudad14.
Lorca se instaló en un piso de una casa cer-
ca de Broadway, que compartió con Rubio Sa- Se comenta, en nota al pie, que JARS
cristán. Este cantó con Lorca, Del Río y Onís en (1903‑1995) era zamorano, historiador, econo-
el coro del Instituto de las Españas. Rubio fue mista y catedrático de Derecho (antes de la gue-
hasta su jubilación decano de la facultad de De- rra, en las universidades de La Laguna, Sevilla y
recho de la Universidad de Valladolid. Lorca era Granada y, después, en las universidades de Va-
ya, en febrero de 1930, muy conocido en el am- lencia y Valladolid). A principios de los años 20,
biente hispano de Nueva York. De Nueva York fue estudiante en la RE, donde fue compañero
fue a La Habana, donde causó furor12. de cuarto de FGL. Después, cursó otros estu-
dios en Alemania (Economía y Derecho), donde
Es sorprendente el número de españoles fa- también hizo la tesis doctoral. Había llegado a
mosos, amigos o conocidos de Lorca, que visi- Nueva York a finales de octubre de 1929.
taron Nueva York y coincidieron con él durante
los mismos meses: los escritores Julio Camba, En otra misiva a la familia, Lorca dice que el
Concha Espina, Dámaso Alonso y su esposa, día de Nochebuena lo pasará con Onís, Ángel
Eulalia Galvarriato; y JARS, antiguo compañero del Río y Rubio Sacristán. Y que tiene allí a Án-
de la RE y estudiante en Columbia University, gel y JARS para salir de apuros. En su siguien-
donde Lorca asistió a clases de inglés. Federico te carta, cuenta a su familia que pasó la cena
decide abandonar John Hay Hall y compartir un de Nochebuena en casa de Onís, junto a Rubio
piso con su amigo JARS en enero de 1930. Solo Sacristán y a otras personas. Lorca llegó a La
quedan unas cinco semanas antes de su partida Habana el 7 de marzo.
definitiva de la ciudad. Rubio había llegado allí En la segunda mitad de enero, Lorca dejaba
en octubre de 1929, y ambos habían comparti- John Jay Hall para compartir piso con su amigo
do ya una habitación en la RE madrileña13. JARS15. Tenía Lorca, desde sus días de estudian-
En carta a su familia, dice lo que sigue: te, amistad con un joven catedrático que vino
algo después que Federico a Nueva York. Pa-
Rubio Sacristán ha estado dando bo- rece referirse a JARS (1903-1995), a partir de
tes por New York y asombrándose ante 1929 profesor de Historia del Derecho, con el
las cosas. Es un hombre buenísimo y de que Lorca iba a compartir piso a partir de enero
gran corazón y rectitud. Para mí es una de 1930. Fue a recibir al amigo y le explicaba,
por el camino que recorría el taxi, los lugares
11 La Residencia de Estudiantes. La cultura de por donde iban pasando. Vivían en John Hay
la Edad de Plata y Valladolid. Programa de mano de la Hall los dos. Me decía el amigo, señala Sofía
exposición celebrada en Valladolid, del 25 de junio al 20 Megwinoff a Daniel Eisenberg, que a Federico
de julio de 2014.
le entraba la «morriña». Algunas veces no se le-
vantaba de la cama en todo el día16.
12 Daniel Eisenberg: «Cuatro pesquisas
lorquianas». Thesaurus. Boletín del Instituto Caro y
Cuervo., t. XXX, 1975, núm. 3, pp. 520 -538. 14 «Cartas». Ibid.

13 «Prólogo». Christopher Maurer y Andrew W. 15 «Recuerdos. Calendario neoyorquino». Ibid.


Anderson: Federico García Lorca en Nueva York y La
Habana: cartas y recuerdos. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 16 «Todo se lo fue inventando…». De una carta de
2013. Sofía Megwinoff a Daniel Eisenberg. Ibid.

Revista de Folklore Nº 474 59 Eduardo Alonso Franch


Nacido en Zamora en 1884, León Felipe Ca- auge a partir de 1968. Los años 70 traen consi-
mino emigra a México antes de trasladarse a go un espectacular incremento de la conflictivi-
Estados Unidos. En junio, está en el muelle para dad universitaria en Valladolid18.
conocer y recibir a Lorca. Uno de los poemas de
Francisco Pino, poeta, contó que, en una co-
Versos y oraciones del caminante está dedicado
mida en un restaurante de Valladolid con motivo
a Federico. En vísperas de la Guerra Civil, hubo
de uno de los viajes a España de Jorge Guillén,
entre ambos un encuentro final17.
estaban presentes, además, Rubio Sacristán,
Emilio Orbaneja y Miguel Delibes. Perplejo, An-
Rubio Sacristán, en el Valladolid de la tonio dijo: «¿Por qué no os tratáis de tú?». Lo
época franquista intentaron, pero Pino y Guillén se expresaban
mejor hablándose de usted19. Rubio Sacristán,
El PCE tendrá en Valladolid, ciudad más in-
Alarcos y Juan Antonio Arias Bonet impartieron
dustrializada de la región, el principal núcleo
clase al músico Joaquín Díaz20.
de reclutamiento de Castilla y León. Incluso,
intentarán reactivar el Partido en Zamora. En En 1965, formaban parte del consejo de El
los años 60, la oposición política organizada y Norte de Castilla Emilio Gómez Orbaneja, Rubio
más efectiva contra el Régimen la seguía de- Sacristán o Fernando Altés Villanueva, entre
sarrollando el Partido Comunista. A partir de otros21. La contestación estudiantil, por otro
1960, la Universidad española experimentó un lado, llegó a cotas inusitadas en el quinquenio
crecimiento espectacular en el número de alum- 1970-1975. En noviembre, la prensa informaba
nos, a la vez que un significativo cambio en su sobre la dimisión del decano de la Facultad de
función social. Lo mismo ocurrió en Valladolid. Derecho, Rubio Sacristán22.
También la Universidad vallisoletana comenzó a
«moverse» en firme dirección antifranquista y a Rubio Sacristán y la historia del
partir de la segunda mitad de los 60. El primer
acontecimiento de relieve fue la convocatoria,
Derecho español
en marzo de 1965, de asambleas de estudiantes El gran mérito de la Escuela Histórica fue su
que elevaron escritos de protesta por los suce- atención por la historicidad del Derecho. Marx
sos de Madrid, en los que fueron expulsados censuró el conservadurismo ideológico de la
de sus cátedras José Luis López Aranguren,
Agustín García Calvo, Santiago Montero Díaz
18 Enrique Berzal de la Rosa. Vallisoletanos
y Mariano Aguilar Navarro. 1967 supone ya un
contra Franco. Oposición política y social a la dictadura
punto de inflexión importante. La policía no tar- (1940‑1975). Valladolid: Ateneo Republicano, 2009.
dó en identificar a los profesores que, según sus
criterios, alentaban o, cuando menos, se mos- 19 Francisco Pino, «Tres detalles quedan». Revista
traban permisivos con los estudiantes en huel- de Occidente, mayo 1993, núm. 144, pp. 61 – 63.
ga. Pedro Gómez Bosque, José Luis Barrigón
o José Antonio Rubio Sacristán, representante 20 Luis Miguel de Pablos. «Sobresalientes cum
del profesorado en el Patronato Universitario laude por la Universidad de Valladolid». El Norte de
Castilla, 12 junio 2018.
como Decano de Derecho, fueron algunos de
los docentes más vigilados. El Partido Comunis-
21 Carlos Aganzo, «Alejandro Royo Villanova
ta sigue siendo el componente más importante
cumple cincuenta años al frente del Consejo de El Norte».
de la oposición política organizada en la ciudad. El Norte de Castilla, 15 mayo 2020, p. 37.
En Valladolid, el Partido experimenta su mayor
22 Enrique Berzal de la Rosa. «Valladolid en
ebullición». Crónica de Valladolid, 1936 – 2000 /
17 «Una pluma de amor en el costado»: León Coordinador: Enrique Berzal de la Rosa. Valladolid: El
Felipe. Ibid. Mundo, 2001, pp. 212 – 213.

Revista de Folklore Nº 474 60 Eduardo Alonso Franch


Escuela Histórica, pero es de destacar la gran hacer Historia fuera de España. El campo de es-
calidad técnica de sus trabajos y el rigor y al- tudio se ha ampliado y enriquecido23.
tura científica que, gracias a los miembros de
En el mismo Anuario, se deja constancia de
la Escuela Histórica, alcanzó la Historia del De-
la jubilación de su antiguo colaborador Rubio
recho en la Universidad alemana. Desde ella, la
Sacristán en la cátedra de Historia del Derecho
Escuela de Savigny ejerció notable influencia
de la Universidad de Valladolid, a la que acce-
en otros países europeos. El clima intelectual
dió por oposición en 1948 y en la que ostentó
de la Universidad española no se elevó hasta
el cargo de decano desde 1957 a 1972. Ramón
la difusión del krausismo y la Revolución de
Carande trazó en su volumen de homenaje una
1868. Pero, aun entonces, gran parte de los
breve e inspirada semblanza del profesor Ru-
mejores intelectuales del país tuvieron que re-
bio, a quien le unía medio siglo de amistad24.
fugiarse al margen de la Universidad oficial en
Carande, nacido en Palencia en 1887 y fallecido
la Institución Libre de Enseñanza, fundada en
en 1986 en El Almendral (Badajoz), era de una
1876. Joaquín Costa (1846‑1911) hizo una His-
familia de terratenientes. Fue licenciado en De-
toria del Derecho en la que este era estudiado
recho por la Universidad Central (1902‑1906).
como factor de ordenación social, sin desligarlo
Pasa por ser uno de los primeros españoles co-
de la economía y de las relaciones sociales. En
nocedor de toda la literatura marxista clásica.
torno a Eduardo Hinojosa (Granada, 1852), se
Fue rector en la Universidad de Sevilla (enero
reunirá un selecto grupo de investigadores de
1930/marzo 1931). Era escritor e historiador
la Historia del Derecho. Hinojosa siempre con-
modernista. Fue considerado el primer investi-
cibió la Historia del Derecho como una rama
gador que hizo en España historia económica
especializada de la Historia, que debe ser cul-
y el de mayor progresión internacional. Era de
tivada dentro de esta y con su método. Desde
talante progresista. Durante el franquismo, ha-
Hinojosa, la Historia del Derecho ha tenido en
cía gala de su filiación liberal e institucionista25.
España rigor y calidad científica. Manuel Torres
López (n. 1900), José Antonio Rubio Sacristán
(n. 1903), Luis García de Valdeavellano (n. 1904) Rubio Sacristán y la Academia de la
o Alfonso García Gallo (n. 1911) formaron una Historia
nueva serie de historiadores del Derecho que
seguirán después de la Guerra Civil, pero que En su discurso de ingreso en la Real Aca-
publica sus primeros estudios en la etapa inicial demia de la Historia, respondido con otro de
(desde 1924 a 1935) del Anuario de Historia del Gonzalo Anes, Rubio Sacristán comienza desta-
Derecho Español, editado bajo el patrocinio del cando la figura de Claudio Sánchez Albornos y
Centro de Estudios Históricos. La Historia del Menduiña, nacido en 1893 en Madrid y falle-
Derecho que se hacía en el Anuario era historia cido en 1984 en Avila. Provenía de una familia
de las instituciones. El núcleo de fundadores del de la élite política abulense. Era discípulo de
Anuario tuvo destacada participación en la po-
lítica del país durante la República. Sánchez‑Al- 23 Francisco Tomás y Valiente. Manual de Historia
bornoz, Carande, Galo Sánchez y otros tuvieron del Derecho Español. 4ª ed., 1ª reimp. Madrid: Tecnos,
cargos importantes, casi siempre vinculados al 1986.

Ministerio de Instrucción Pública. La ruptura del


24 Rafael Gibert. «Homenaje a don José Antonio
grupo fundador del Anuario fue consecuencia
Rubio Sacristán». Anuario de Historia del Derecho, 1983,
del resultado de la guerra. En Historia del De-
pp. 695‑700.
recho han sido asimiladas las nuevas formas de
25 «Carande Thovar, Ramón». Gonzalo Pasamar
Alzuria e Ignacio Peiró Martín. Diccionario Akal de
Historiadores Españoles Contemporáneos. Tres Cantos:
Akal, 2002, pp. 160‑162.

Revista de Folklore Nº 474 61 Eduardo Alonso Franch


Eduardo de Hinojosa y Ramón Menéndez Pi- ron una gran amistad. Rubio estaba entre los
dal. Su hijo es el profesor e historiador de la historiadores españoles que experimentaron la
economía Nicolás Sánchez Albornoz. Don Clau- influencia directa de los maestros alemanes de
dio fue político, escritor, ensayista e historiador los primeros decenios del siglo xx. Pasó el vera-
medievalista. Miembro del Centro de Estudios no de 1920, con 17 años, en Estrasburgo para
Históricos, desarrollará un seminario sobre las mejorar su alemán. En el curso 1921‑1922, resi-
instituciones jurídicas y políticas en Castilla y dió en Munich. Allí conoció a Ramón Carande,
León (1928‑1936), que reúne a discípulos como en el verano de 1922. Rubio se quedó en Ale-
Rubio Sacristán, Luis García de Valdeavellano, mania, hasta doctorarse cuatro años después.
José María Lacarra… Era antifranquista y anti- Leyó en la Universidad de Friburgo en Brisgovia
comunista. Con la guerra se exilió, primero en su tesis doctoral. Se doctoró en la Universidad
Burdeos y más tarde en Argentina. Regresó de- de Madrid con una tesis dirigida por Laureano
finitivamente a España en 198126. Díez Canseco. Desde 1927 a 1936, colaboró en
el Anuario de Historia del Derecho. Su amistad
En su discurso, Rubio Sacristán destaca su
con Pedro Salinas se acrecentó al coincidir am-
labor investigadora y menciona Estampas de
bos en la Universidad internacional de verano
la vida en León hace mil años. En el otoño de
de Santander (Salinas como secretario y Rubio,
1926, el nuevo académico encontró a Manuel
de secretario adjunto). Comenzada la guerra,
de Falla en París, sentado en un café. Lo había
y tras salir de esa ciudad hacia Francia, Rubio
conocido años antes en su «Carmen» de Grana-
volvió a la España republicana y residió en Ma-
da, al que iba en compañía de Lorca. Entrando
drid durante aquellos años trágicos. Terminada
ya en materia, se refiere a la crisis en la ciencia
la guerra, no fue autorizado a reincorporarse a
histórica que se desarrolló en Alemania Federal
la enseñanza hasta 1947, cuando tomó pose-
durante la década de los setenta. Se trata de
sión de la cátedra de Historia del Derecho en la
un fenómeno inusitado, que consiste en la con-
Universidad de Granada. Opositó de nuevo a la
centración, en un periodo de ocho a diez años,
misma cátedra, en la Universidad de Valladolid,
de decenas de publicaciones encaminadas a
en 1948. Desde entonces y hasta su jubilación,
impugnar los fundamentos de la ciencia histó-
enseñó en la facultad de Derecho de esta Uni-
rica germánica. Por aquellos años había visto la
versidad, siendo decano de la misma durante
luz Estructura de las revoluciones científicas, de
14 años. Además de ser un buen paleógrafo y
Thomas S. Kuhn. El interés por esta obra se ex-
de tener formación de historiador, era también
tendió al campo de las ciencias sociales e inclu-
economista teórico, con experiencia en el ejer-
so al de la Historia. Todo avance o progreso en
cicio práctico de la profesión como empresario
la ciencia histórica viene acompañado de una
y consejero. Rubio tuvo amistad también con
discusión teórica. En este caso, los historiadores
Pedro Salinas, Jorge Guillén o Federico García
profesionales ceden el protagonismo a filósofos
Lorca28.
y teóricos de la ciencia27.
Gonzalo Anes nació en 1934 en Trelles (Astu-
En su respuesta, Gonzalo Anes menciona
rias). Fue discípulo de Luis García de Valdeave-
a Ramón Carande. Rubio y Carande se cono-
llano y Doctor en Ciencias Económicas por la
cieron en 1922 y, durante 64 años, mantuvie-
Universidad de Madrid. Es historiador de la
economía. Influido por Pierre Vilar y la escuela
26 «Sánchez Albornoz y Menduiña, Claudio». Ibid., de Annales, se le considera uno de los introduc-
pp. 565‑568. tores en España de la historia económica. Des-
de 1966, director de la revista Moneda y Cré-
27 Discurso del Excelentísimo Señor Don José
Antonio Rubio Sacristán. José Antonio Rubio Sacristán:
Una crisis en la ciencia histórica. Madrid: Real Academia de 28 Discurso de contestación del Excmo. Sr. D.
la Historia, 1987. Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón. Ibid.

Revista de Folklore Nº 474 62 Eduardo Alonso Franch


dito, en la que Rubio publicó varios artículos. protección y de seguridad. En los reinos cris-
Desde 1998, dirigió la Academia de la Historia. tianos, las ciudades nacen o renacen porque el
Políticamente liberal y demócrata29. territorio ha sido antes conquistado al enemigo
musulmán. El renacimiento urbano ha de seguir
En un artículo que forma parte de una obra
el compás de la reconquista del territorio31.
colectiva, Gonzalo Anes volvió, años más tar-
de, a hablar sobre la biografía y la obra de Ru- Rubio estuvo casado con Teresa Tió Mon-
bio. Carande le indicó que tal vez le conviniera tes de Oca, con quien tuvo cinco hijos. Lorca le
quedarse en Alemania. Rubio se doctoró por la dedicó el poema «Muerte de Antoñito el Cam-
Universidad de Madrid con una tesis, dirigida borio». En Santander le sorprendió el comien-
por Laureano Díez Canseco, sobre la economía zo de la guerra civil. En 1948 se incorporó a la
según los fueros municipales de León y Castilla. Facultad de Derecho de Valladolid, donde se
Al hablar alemán, inglés, francés e italiano, es- jubiló en 1973. Fue 14 años decano de Derecho
tuvo siempre al día en las lecturas de cuanto le en la Universidad vallisoletana. Separado de la
interesaba para el estudio de la historia. José cátedra por orden de la Presidencia de la Jun-
Antonio Rubio era raro, en el sentido que daba ta Técnica del Estado el 24 de septiembre de
a esta palabra Carande, en grado sumo. Raro 1937, fue reintegrado al servicio el 20 de enero
era tener todas sus cualidades, su inteligencia, de 1944. Formó parte del consejo de dirección
su sabiduría, su salud, sin dejar de ser afable, in- del diario El Norte de Castilla. Fue elegido aca-
genioso, simpático y modesto. Rubio planteó la démico de número de la Real Academia de la
debatida cuestión de las nuevas versiones de la Historia en 1984. Tomó posesión en 1987, de la
historia según las necesidades de cada época30. mano de Gonzalo Anes32.

Para Rubio, decir ciudad es decir cumbre José Antonio Rubio Sacristán nació el 17 de
de una cultura. El espíritu y la cultura de Roma febrero de 1903 en Zamora y murió en Vallado-
estaban representados por los municipios. El lid en 1995. Provenía de una familia de empre-
esplendor del municipio, representativo de la sarios y políticos. Era historiador modernista.
forma de vida más alta en Roma, se había ex- Especialista en historia del derecho e historia
tinguido prácticamente en los siglos finales del económica. Admirador del pensamiento ale-
Imperio. Aparecen entonces las murallas, que mán y de Ortega y Gasset, colaboró en Revista
ciñen y protegen el núcleo de población urba- de Occidente y en el AHDE. Fue consejero de
na. En Zamora, Rubio las vio conservadas en su El Norte de Castilla. De orientación política li-
integridad durante su infancia, pero solo un tro- beral, aceptó el franquismo pragmáticamente33.
zo y ya no muy extenso subsiste. El fenómeno
de las murallas sucede ya en Roma en tiempos
del Imperio, en los siglos III y IV de nuestra era.
En esta primera fase de la vida urbana, la exis-
tencia de murallas obedece a una política de

29 «Anes y Álvarez de Castrillón, Gonzalo». 31 José Antonio Rubio Sacristán. Las ciudades en
Diccionario Akal…, pp. 79 -80. la transición del mundo antiguo al Medioevo. Separata del
Homenaje Académico a D. Emilio García Gómez. Madrid,
1993.
30 Anes y Alvarez de Castrillón, Gonzalo. «Los
académicos don Ramón Carande, don Luis García de
Valdeavellano, don José Antonio Rubio y don Ángel Ferrari 32 Manuel Martínez Neira: «Datos biográficos».
en la Junta de Ampliación de Estudios». Josefina Gómez Diccionario de catedráticos españoles de Derecho
Mendoza (dir.): La Junta para Ampliación de Estudios e (1847‑1943). Universidad Carlos III, 17 noviembre 2012.
Investigación de Estudios e Investigaciones Científicas y
los académicos de la Historia. Madrid: Real Academia de la 33 «Rubio Sacristán, José Antonio». Diccionario
Historia, 2008, pp. 49 - 114 Akal…, pp. 543‑544.

Revista de Folklore Nº 474 63 Eduardo Alonso Franch


El legado de Rubio Sacristán barrocos de Buenos Aires, en los ateneos de
Barcelona y en las aldeas castellanas36.
La donación bibliográfica a la biblioteca de
Derecho de la Universidad Autónoma de Ma- El Lorca conferenciante va de la mano de su
drid se produjo en 1992. Componían el legado proyección pública. El músico poco a poco va
2.668 monografías y 431 separatas. Tratan so- dejando paso al escritor. Federico García Lorca
bre Derecho, están en español y forman parte solamente publicó un libro de poemas, Impre-
del mismo libros y revistas. Aunque era profesor siones y paisajes, una obra que también puede
de Historia del Derecho, su vocación le llevó a verse como una tentativa de la faceta ensayís-
interesarse por la economía. Además de ser un tica de su autor, en este caso con el arte como
buen paleógrafo y de tener formación de histo- telón de fondo. Lorca no es solo el gran espe-
riador, era también un economista teórico. En cialista en Góngora, en el cante jondo o en las
el Centro de Estudios Históricos entabló exce- canciones populares españolas37.
lentes relaciones con Ramón Menéndez Pidal y
En abril de 1916 escribe la prosa autobiográ-
Claudio Sánchez Albornoz34.
fica «Mi pueblo», donde rememora su infancia
en la Vega de Granada. En otoño, vuelve a via-
El homenaje de Moneda y Crédito jar con Berueta por Castilla y Galicia. En 1918
publica su primer libro, Impresiones y paisajes,
La revista Moneda y Crédito. Revista de
costeado por su padre y fruto de los viajes con
Economía publicó en 1974 un homenaje a Ru-
el profesor Berueta. En 1926, en el Ateneo de
bio Sacristán, coincidiendo con la fecha de su
Valladolid, presentado por Jorge Guillén y Gui-
jubilación como catedrático. Después de ella,
llermo de Torre, recita los poemas de los libros
continuaría su labor universitaria en la Facul-
que prepara: Suites, Poema del cante jondo y
tad de Derecho de la Universidad Autónoma
Romancero gitano. En 1929, queda impresio-
de Madrid. Nacido en Zamora el 17 de febrero
nado por Nueva York y en agosto empezará a
de 1903, cursó la licenciatura en Derecho en la
escribir los primeros poemas sobre la ciudad.
Universidad de Madrid. En 1922 viajó a Alema-
Se encuentra con amigos como Dámaso Alon-
nia para cursar estudios. Regresó a Madrid para
so, Gabriel García Maroto, León Felipe y Rubio
doctorarse en Derecho en septiembre de 1924.
Sacristán. El 16 de mayo de 1932 hace una lec-
Alcanzó el título de Doctor en Filosofía y Letras
tura comentada de los poemas de su ciclo neo-
por la Universidad de Friburgo. Desde el 15 de
yorquino en Madrid, recital que repetirá en los
noviembre de 1957 hasta el 21 de abril de 1972,
meses siguientes en Valladolid. Visita en Sala-
fue Decano de la Facultad de Derecho de Valla-
manca a Miguel de Unamuno38.
dolid, en la que enseñaba desde 194835.
El cante jondo es un rarísimo ejemplar de
García Lorca, oral canto primitivo39.

Lorca era un seductor irresistible. Su carisma


36 «Nota sobre la edición y un comentario».
se imponía por igual en las reuniones íntimas En García Lorca, Federico. De viva voz. Conferencias y
de la Residencia de Estudiantes y en los teatros alocuciones, Ed. a cargo de Víctor Fernández y Jesús
Ortega. Barcelona: Debolsillo, 2021.

34 «Donativo José Antonio Rubio Sacristán en la


Biblioteca de Derecho». Canal Biblos. Blog de la Biblioteca 37 »Introducción: el paraíso abierto». Ibid.
de la Universidad Autónoma de Madrid. Publicado el 4 /
14 / 2011 por Servicios Centrales. 38 Víctor Fernández y Jesús Ortega, «Cronología».
Ibid.
35 Moneda y Crédito. Revista de Economía.
Homenaje a José Antonio Rubio Sacristán, 128 (marzo 39 «Arquitectura del cante jondo». Conferencia
1974). leída en Valladolid, 1932.

Revista de Folklore Nº 474 64 Eduardo Alonso Franch


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Revista de Folklore Nº 474 65 Eduardo Alonso Franch


E
Ecos de la mentalidad medieval en el
imaginario asociado a los seres míticos
gallegos
Lidia Mariño

E
1. Introducción Dejará de ser el lugar en que se vive para pasar
a ser el lugar al que se va, como fuente inagota-
s cosa bien sabida que los cambios ble de recursos que es. Un lugar imprescindible
a los que las sociedades se ven so- para la subsistencia, pero un lugar al que que
metidas –económicos, religiosos, temer, frente a la seguridad que los pueblos y
demográficos, etc.– traen apareja- las aldeas transmiten. En palabras del filósofo
dos cambios en las mentalidades. Gundisalvus1 (s. xii), comenzará a contraponerse
Así, las grandes transformaciones que tuvieron la naturalia a la artificialia.
lugar en Europa a partir del año 1.000, y espe-
cialmente con la llegada del s. xii, dejaron su im-
pronta en el imaginario colectivo.

Con el feudalismo (s. x–xi) como sistema po-


lítico predominante, el campesinado y el mun-
do agrario cobraron una gran importancia. Fue
una época de expansión económica, gracias a
la bonanza climática y a la mejora de las técni-
cas –como, por ejemplo, la invención del bar-
becho–, que provocó que se produjese más de
lo que se necesitaba para subsistir. Este hecho
permitió un aumento de la demografía y, con él,
la necesidad de ampliar la zonas de habitación
humanas. Proliferaron las aldeas, que pasaron a
dominar el paisaje rural. Estas se organizarán al-
rededor de la iglesia y el cementerio, de forma
que la parroquia se configurará como la red de
solidaridad.

La Europa medieval partía de un espacio


agreste vastísimo, que se verá transformado
por la roturación de tierras y la expansión de-
mográfica. Del mismo modo se canalizarán los
ríos y se conquistarán espacios, tanto terrestres
como marítimos, considerados hasta la fecha Breviarium Grimani cc. 1510
peligrosos y, por ello, ajenos a la actividad hu-
mana. Todo ello implicará un cambio en la men-
talidad, un cambio en la manera de interpretar
e interactuar con esos espacios. Así, la natura-
1 GUNDISSALINUS, D. (1903): De divisione
leza comenzará a tomar una existencia propia.
philosophiae. Ludwig Baur, Münster.

Revista de Folklore Nº 474 66 Lidia Mariño


Esta contraposición humanidad-naturaleza medieval y artúrica se desprende que en estos
tendrá su reflejo también en la forma de rela- cursos de agua habitan entidades femeninas de
cionarse con lo sobrenatural. Las creencias me- carácter feérico, poseedoras de riquezas y ob-
dievales sobre la naturaleza tienen un induda- jetos de oro que, en ocasiones, entregan a los
ble poso precristiano, poso que será filtrado a humanos.
través del tamiz del cristianismo y adaptado a
Antaño había allí numerosas doncellas
la nueva fe. Y no solo a la nueva fe sino a las
en los pozos, es decir, en manantiales y
nuevas formas de vida. Sin embargo, el cambio
fuentes, y los viajeros sabían donde en-
en la mentalidad colectiva es un proceso mucho
contrarlas: salían de las fuentes llevando
más lento que los producidos en la sociedad y
copas de oro y plata3.
en la economía. Es un discurrir calmoso que,
como el agua en la piedra, acaba filtrándose por También se nos deja ver que se trata de un
capilaridad. Mas, una vez instalado en el imagi- espacio liminal, frontera entre dos mundos, que
nario, su persistencia a través de los siglos pue- se asocia con los maravilloso, lo mágico, lo mila-
de sorprendernos, sobre todo si las condiciones groso: lo que no puede ocurrir, allí ocurre.
socioeconómicas no sufren grandes cambios.
En la mitología gallega tenemos a las mou-
Es este el caso de la Galicia rural. Su paisa- ras, hermosas mujeres de largos cabellos rubios
je –configurado en aldeas articuladas alrede- que se aparecen en fuentes y ríos, peinándose
dor de una iglesia– y su identidad comunitaria con peines de oro y poniendo a prueba a los
– construida sobre la organización eclesiástica humanos por ver si son dignos de sus riquezas.
de la parroquia– beben de la ordenación terri-
torial medieval. Del mismo modo, el estilo de La Fuente de Ceza está en la parro-
vida campesino se mantuvo, en su esencia, bas- quia de Noceda, en el ayuntamiento de
tante inalterado hasta hace unas cuantas déca- Folgoso do Courel (Lugo).
das. Esta ausencia de cambios drásticos en la Un vecino del lugar fue un día a regar
sociedad se traduce en una persistencia en el un prado próximo a la Fuente de Ceza y
imaginario colectivo de las formas de relacio- se encontró con una moura en la fuente.
narse con lo sobrenatural. Así, veremos a conti- El hombre llevó a la mora para casa a ca-
nuación algunos ejemplos de seres legendarios ballo, se casó con ella y tuvieron un hijo.
gallegos que reflejan el tamiz por el que el cris-
La moura le dijo al hombre que si no le
tianismo pasó las creencias paganas, los miedos
hacía hablar en el plazo de un año que le
que la naturaleza inspiraba al individuo medie-
llevaría mucha riqueza para casa.
val, así como las esperanzas y anhelos que de-
positaba en ese mundo maravilloso, situado tan (…)
cerca y a la vez tan lejos del nuestro.
Toda la riqueza de la Fuente de Ceza
ya te venía debajo del marco de la chi-
2. Las mouras menea.

Dice San Martín de Dumio2 que en la Gali- El hombre miró y vio un montón de
cia del s. vi los paganos aún piensan que en los cadenas de oro que se venían arrastran-
ríos habitan lamias y en las fuentes ninfas, y que do4.
continúan adorando estos lugares y realizan-
do rituales en los que se encendían velas y se
echaba pan. Del mismo modo, de la literatura
3 CHRÉTIEN DE TROYES, El cuento del Grial.

2 SAN MARTÍN DE DUMIO, De correctione 4 PARADA JATO, J.A. (2007): Usos, costumes e
rusticorum. cousas do Courel. Editorial Toxosoutos, Noia.

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Speculum humanae salvationis, 1485-1509

Comprobamos como el mito de la moura, incontrolado y absolutamente indomable. La


aunque con mucha probabilidad sea de origen concepción medieval del mar viene heredando
prehistórico, mantiene a día de hoy en Galicia concepciones del mundo antiguo, tanto las po-
una morfología prácticamente idéntica a los re- sitivas –las islas de los Bienaventurados– como
latos feéricos medievales. Del mismo modo, los las negativas –el Océano Atlántico como Mare
dones de la moura siguen expresándose como Tenebrosum–. La mitología asociada al mar se
objetos cotidianos pero de materiales precio- reflejará en las cartas náuticas hasta época mo-
sos. derna, a través de ilustraciones de serpientes,
animales fantásticos y sirenas en los mares inex-
3. Las sirenas plorados. Estos seres ponían cara a los temores
del ser humano: tormentas, ciclones o deshielos
El mar fue un espacio que siempre ha im- que podían acabar en tragedia.
primido respeto al ser humano, por su carácter

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Sirenas en una carta náutica de 1603

A día de hoy, en los pueblos costeros, las si- adelante, y una vez le preguntó mi ma-
renas siguen considerándose causa de la perdi- dre: «Mira, te voy a preguntar una cosa,
ción de los marineros, que no pueden resistirse tú que recorriste mucho mar, ¿oíste can-
a su canto hasta llevarlos en ocasiones al naufra- tar a la sirena alguna vez?» Y le dijo él:
gio. Como ejemplo, el testimonio etnográfico «Bueno, mujer, bueno, eso es una leyen-
que hemos recogido de una anciana en la aldea da, mujer, eso no existe. Yo anduve en
de A Silva (Porto do Son): cuantos mares hay y no la oí nunca» Esa
sirena anda por esos mares abiertos de
La sirena dicen que era la hija de un
sabe Dios dónde5.
rey, que su padre la convirtió en sirena
porque el padre quería casarla con un En la misma ría de Muros e Noia se habla de
príncipe y ella no quería a aquel príncipe, la existencia de una moura con forma de ser-
quería a otro, y entonces el padre que la piente que hace naufragar a los barcos:
convirtió en sirena y la tiró al mar. Era un
(…) Ésta [la moura] invocó al demo-
cuento que había, y dicen que cantaba
nio, quien levantó una tempestad, aho-
muy bien y aún había –mi madre cantaba
gó a los cristianos y separó la isla de la
muy bien, carajo–, eso lo cantaba mi ma-
tierra. La moura se convirtió en una gran
dre muchas veces cuando estaba remen-
serpiente rodeada de fieras que hundían
dando y cantaba muchas veces y cantaba:
a los barcos. Los cristianos fueron donde
Válgame dios como canta un santo hombre que les aconsejó ben-
La sirenita en el mar,
Los navíos dieron vuelta
Para oírla cantar. 5 MARIÑO VENTOSO, L. (2020): «Ritos e crenzas
dunha aldea mariñeira. Unha aproximación etnográfica
Y recuerdo un hombre que anduvo á relixiosidade da Silva (Porto do Son)» En Anuario de
siempre navegando, echó años por ahí Antropoloxía e Historia da Galiza Fol de Veleno nº9
141‑165. Sociedade Antropolóxica Galega, Pontevedra.

Revista de Folklore Nº 474 69 Lidia Mariño


decir la isla y erigir la iglesa de Nuestra
Señora de A Creba6.

4. Nubeiros y tronantes
Agobardo de Lyon en el s. ix habla de la
creencia en los tempestarii, seres con el poder
de dominar la lluvia, el trueno y el granizo y ha-
bitantes de una ciudad sobre las nubes llamada
Magonia.

Creen y dicen que existe una deter-


minada región, que llaman Magonia, de
la que vienen naves sobre las nubes; los
frutos que caen por el granizo y que se
pierden por las tempestades son llevados
en ellas a esta misma región7.

Para contrarrestarlos existían determinados


especialistas, así como fórmulas y bendiciones,
como el tañido de las campanas de las iglesias:

Interrogados acerca del significado Magonia en un grabado de 1680


de «viento levantisco», afirman (…) que
se ha levantado por los encantamientos
de los hombres que llaman tempestarios
podría escuchar los lamentos y quejos de
(…) Los navegantes aéreos dan regalos a
una señora allí encantada por un gigante,
los tempestarios y reciben a cambio los
y bien guardada sin que nadie pudiese
granos y el resto de frutos8.
acercarse a ella (…) El gigante del pala-
En la mitología gallega tenemos a los nubei- cio es un gentil (pagano, idólatra, mago,
ros y tronantes, seres capaces de producir los brujo) que por arte de magia derrumbó
fenómenos meteorológicos adversos golpean- las paredes del castillo e hizo con sus pie-
do las nubes con tenazas o dándoles patadas dras, y con las de los alrededores, gran-
con sus zuecos. Mas también hay leyendas que des montones que cubrieron la puerta
coinciden con esa ciudad en las nubes a la que del palacio donde tiene su morada (…)
van las cosechas que se malogran por causa del Dicen que los frutos que tendrían que co-
mal tiempo: ger los labriegos van todos a parar a las
grandes arcas y graneros del palacio del
En la torre que en tiempos muy leja- Pico Sacro, ya que nadie sabe donde está
nos había en el monte llamado Pico Sa- porque las rocas lo cubren desde hace
cro, quien pasase cerca de ella de noche, muchísimos años9.

En otra referencia se explicita cómo las cose-


6 RISCO, V. (1994): Obras completas. Editorial
chas van volando por el aire:
galaxia, Vigo.

7 DE LYON, A. (2018): Sobre el granizo y los


truenos. Editorial Siruela, Madrid.
9 CARRÉ ALVARELLOS, L. (1983): Las Leyendas
8 Íbidem. Tradicionales Gallegas. Editorial Espasa–Calpe, Madrid.

Revista de Folklore Nº 474 70 Lidia Mariño


También es común la creencia de También en Galicia se nos dice que estos se-
que hacia allí vuelan los frutos por arte res sienten miedo del sonido de las campanas, y
mágica, a manera de inmensa nube de- que existen determinados especialistas capaces
nominada avelaíña (gorgojo alado que de conjurarlos.
se desarrolla prodigiosamente y devora
los cereales cuando permanecen mucho 5. Negrumantes
tiempo en las eras)10.
San Agustín, en sus Etimologías, hace una
Como vemos, se trata esta de una creencia clasificación de los incantators, atribuyendo a
casi idéntica a la descrita en el s. ix. La de unos los nigromantes la capacidad de hablar con los
seres capaces de hacer volar por los aires las co- muertos y retratando a los magi como estudian-
sechas hasta sus moradas, donde les servirán de tes de artes mágicas y observadores de las es-
alimento mientras condenan a los campesinos a trellas, entre otros. En el s. xii ya las denomina-
pasar hambre. ciones y atribuciones de cada tipo de incantator
Manuel Murguía nos da una explicación de habían variado y, del mismo modo, en el folclo-
por qué la leyenda gallega refiere la morada del re gallego se encuentran mezcladas algunas de
tronante en la cima del Pico Sacro –en lugar de ella bajo la figura del negrumante.
en las nubes, como en la condena medieval–, Se describe como un mago, hechicero, bru-
al tratarse esta de una montaña de cuarzo que jo, astrólogo o adivino que ejerce la nigroman-
produce el siguiente efecto: cia. Al mismo tiempo, es capaz de actuar sobre
Cuando la tormenta se cierne sobre los fenómenos meteorológicos, confundiéndo-
el valle que se extiende a los pies del se a veces con los nubeiros y otras con el espe-
monte, envuélvese éste en su manto de cialista que los contrarresta. Se dice que invoca
nieblas, que al ser rasgadas por el relám- a los difuntos para, a través de ellos, conocer lo
pago se ilumina y fulgura de tal manera, que está por venir.
que no parece sino que en aquella cum- Una historia singular es aquella que relata
bre tiene asiento material la tempestad, y como el abad Don Lorenzo (s. xiii) del Monaste-
que allí se forman las lluvias que inundan rio de Oseira12 (San Cristovo de Cea, Ourense)
la campiña y cría el rayo que las hiere. Su fue en su juventud nigromante, dedicándose
especial situación y forma, que hace que a estas artes oscuras junto con un compañe-
se le vea desde largas distancias, aumen- ro. Tras caer gravemente enfermo, en su lecho
ta su prestigio, pues las rápidas y grandes de muerte el amigo promete volver del Otro
tronadas que tan frecuentes son en el va- Mundo para relatarle al futuro abad cuanto allí
lle de la Ulla, se las ve formarse, crecer y acontece. Así fue, y cuando se le apareció mos-
estallar con estrépito formidable, y como tró a Lorenzo el tormento al que estaba siendo
quien dice, herir la cima y los flancos del sometido en castigo por dedicarse a tales he-
monte. ¿Cómo no herir la imaginación chicerías. Asustado, Don Lorenzo preguntó a su
del pueblo?11 amigo como podía hacer para salvar su alma y
librarse de tan horrendo destino. El ánima res-

10 LUCES MIRANDA, J. (1888): «El Pico Sacro»,


En Galicia Diplomática. Año III, no 12, Santiago de 12 FERREIRO ALEMPARTE, J. (1981): «Historia
Compostela. del clérigo nigromante que, amonestado por su amigo
muerto, dejó la nigromancia y se hizo monje. Su
11 MURGUÍA, M. (1888). España, sus Monumentos pretendida identificación con el abad D. Lorenzo de
y sus Artes, su Naturaleza e Historia. GALICIA. Editorial de Osera», en Cuadernos de estudios Gallegos, XXXII, 96–97,
Daniel Cortizo y Cía., Barcelona. p. 407–426, Compostela.

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Saúl hablando con el ánima de Samuel, invocada por la bruja de Endor. Siglo xv

pondió que solo podría hacerlo en la Orden del cubrimientos. Por otra parte, las mouras sirven
Císter. para ilustrar la vigencia en la Edad Media de
ideas precristianas relacionadas con antiguas
6. Conclusiones divinidades y con la idea de un Más Allá al que
se accedía a través del medio acuático. El es-
Podríamos poner muchos más ejemplos al- tudio de los negrumantes nos permite analizar
rededor de la idea que queremos transmitir –la los mecanismos que el cristianismo utilizó para
Santa Compaña, las leyendas de lobos y lobis- enfrentarse a esas ideas paganizantes, conde-
homes, etc.–, mas a fin de no extendernos lo nándolas a los dolores del infierno y mostrando
dejaremos aquí, considerando que los expues- la «fe verdadera» como único medio para sal-
tos son una muestra significativa suficiente. varse. En cuanto a los nubeiros y tronantes, con-
forman una de las pervivencias más fascinante
A través de los casos escogidos, podemos
de la mentalidad medieval, pues poco o nada
observar la pervivencia de la mentalidad surgi-
han cambiado sus atribuciones que las que por
da como consecuencia de los cambios socio-
aquel entonces se les dieron. Como hemos di-
culturales acontecidos en el medievo. Por una
cho, consideramos que la causa de esta conti-
parte, en cuanto a la relación con la naturaleza,
nuidad en el imaginario gallego se encuentra
que pasa a ser ese «otro lugar»: no el de habi-
en la forma de vida campesina. Una forma de
tación, sino el que se atraviesa, el que asusta
vida, hasta no hace tanto, bastante similar a la
pero que también ofrece riquezas. Así, el miedo
surgida tras el primer milenio y, por tanto, aque-
queda reflejado en las sirenas, que enloquecen
jada de los mismo miedos y anhelos: el temor al
y conducen al naufragio, retrasando ese pavor a
malogro de las cosechas, la reverencia por los
lo desconocido la llegada de la Era de los Des-
espíritus propicios de la tierra, el respeto por lo

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salvaje y lo indómito, y ese choque entre cris- BIBLIOGRAFÍA
tianismo y paganismo tan difícil de reconciliar
Carré Alvarellos, L. (1983): Las Leyendas Tradicionales
en una vida que depende directamente de la
Gallegas. Editorial Espasa–Calpe, Madrid.
naturaleza.
Chrétien de Troyes, El cuento del Grial.
Es nuestra opinión, así como la de otros mu-
De Lyon, A. (2018): Sobre el granizo y los truenos. Editorial
chos investigadores, que los seres míticos aquí Siruela, Madrid.
tratados son el recuerdo legendario de antiguas
Ferreiro Alemparte, J. (1981): «Historia del clérigo nigro-
divinidades, precristianas y prehistóricas. Sin
mante que, amonestado por su amigo muerto, dejó la
embargo, lo que pretendemos con este artículo nigromancia y se hizo monje. Su pretendida identificación
es llamar la atención sobre la persistencia hasta con el abad D. Lorenzo de Osera», en Cuadernos de estu-
nuestros días del tamiz por el que la mentalidad dios Gallegos, XXXII, 96–97, p. 407–426, Compostela.
medieval pasó este imaginario arcaico. Para so- Gundissalinus, D. (1903): De divisione philosophiae. Ludwig
brevivir y poder seguir siendo útiles a la socie- Baur, Münster.
dad, estas ideas debieron adaptarse a los gran- Luces Miranda, J. (1888): «El Pico Sacro», En Galicia
des cambios culturales, económicos y religiosos Diplomática. Año III, no 12, Santiago de Compostela.
acontecidos en la Edad Media. Sin embargo,
Mariño Ventoso, L. (2020): «Ritos e crenzas dunha aldea
cuando estas circunstancias se mantuvieron a mariñeira. Unha aproximación etnográfica á relixiosidade
grandes rasgos estables –véase la Galicia rural da Silva (Porto do Son)» En Anuario de Antropoloxía e
de los últimos siglos– muestran una terca pervi- Historia da Galiza Fol de Veleno nº9 141–165. Sociedade
vencia, de tal forma que esa religiosidad arcaica Antropolóxica Galega, Pontevedra.
ha llegado hasta nuestros días en la forma que Murguía, M. (1888). España, sus Monumentos y sus Artes,
el cristianismo y las nuevas formas de relacio- su Naturaleza e Historia. GALICIA. Editorial de Daniel
narse con la naturaleza un día le dieron. Cortizo y Cía., Barcelona.

Parada Jato, J.A. (2007): Usos, costumes e cousas do Cou-


rel. Editorial Toxosoutos, Noia.

Risco, V. (1994): Obras completas. Editorial galaxia, Vigo.

San Martín de Dumio, De correctione rusticorum.

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Fundación Joaquín Díaz funjdiaz.net

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